2021-Miercoles de Poder
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2021-Miercoles de Poder
Propósitos
SERMONES PARA LOS MIÉRCOLES DE PODER
Derechos de traducción y publicación reservados a la CONFEDERAÇÃO
DAS UNIÕES BRASILEIRAS DA IASD
Setor de Grandes Áreas Sul, Quadra 611,
Conjunto D, Parte C, Asa Sul, DF
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Con aprecio,
Marli Peyerl
Ministerio de la Mujer - DSA
SALUDO DEL AUTOR
2. Giros espectaculares 19
4. Póngalo en el altar 42
5. Job. Los propósitos de Dios para un siervo íntegro: un corazón contrito
y un espíritu quebrantado 51
1. Entrada de la plataforma
2. Bienvenida y oración: 5 min.
3. Momentos de alabanza (Dos himnos de adoración o de
familia) – 10 min.
4. Alabanza inicial (himno de gratitud) – 4 min.
5. Testimonio – Familia/Familia – 10 min.
6. Alabanza congregacional (himno oración) – 4 min.
7. Momento de oración individual o en grupos – 10 min.
8. Música especial – 5 min.
9. Mensaje bíblico – 15-20 min.
10. Alabanza final/oración – 6 min.
1
TRANSFORMACIÓN. EL
PROPÓSITO DE DIOS EN LA
TIERRA DE TRANSICIÓN
INTRODUCCIÓN
Hoy hablaremos de la tierra de la transición. A pesar de
que muchos la conocen, voy a describirla.
Imagine que por cuatro años un alumno de la facultad
tiene la oportunidad, el privilegio, la tranquilidad de decir
cuando le preguntan: “¿Qué hace usted?”: “Yo hago el curso
de Pedagogía”, o “Yo hago Ingeniería”. Y entonces viene el día
tan esperado, pero cargado de un peso horrible, la graduación.
La realidad: No hay empleo o carrera que funcione y tenga
algo que ver con los cuatro años de estudios. De esa forma,
muchos invierten cuatro años en la facultad, tiempo, dinero,
energía, y entonces, vuelven a trabajar en algo semejante a lo
que dejaron antes de iniciar el curso.
Bienvenidos a la tierra de la transición. Y en la tierra de
la transición usamos la expresión “por ahora” indicando que
“por ahora estoy viviendo con mis padres”.
“Por ahora estoy trabajando en la tienda de ropa, la misma
tienda en la que trabajé cuando estaba en el último año de
enseñanza media, y gano casi el mismo sueldo”.
“Por ahora” es el lenguaje de la tierra de la transición, pero,
sabemos que esto no es solo para recién graduados. Bienveni-
dos a la tierra de la transición.
Piense en la madre que camina por la casa y mira una foto
de la familia de hace diez años. Contempla los ojos de su hija
CONCLUSIÓN
La tierra de transición es un suelo fértil para el crecimien-
to transformador, pero eso no sucederá automáticamente. El
tiempo, al contrario de los dichos populares, no tiene el poder
de curar todos los sufrimientos.
Eso significa que cuando usted viaja por la tierra de tran-
sición, su corazón estará en peligro. Hay elecciones que usted
necesitará hacer y que van a determinar quién será usted en el
futuro. El desierto es la mejor horno para el crecimiento trans-
formador. El desierto es también el lugar donde la fe podría
morir. Nosotros elegimos.
INTRODUCCIÓN
“Jefté galaadita era esforzado y valeroso” (Jueces 11:1pp).
Aquí tenemos las primeras pistas acerca de nuestro protago-
nista: Jefté era galaadita. Su padre se llamaba Galaad.
La Biblia se refiere varias veces a las tierras de Galaad (una
región montañosa de Transjordania, un área ocupada por las
tribus israelitas de Gad y Manasés). El padre de Jefté era rico,
respetado, con proyección social. Su padre era muy importan-
te, un israelita privilegiado.
Jefté era un hombre valiente. En nuestros días esperamos
que nuestros hijos sean inteligentes, antes que valientes. Pero,
en aquellos días, ser valiente era primordial. Ser valiente sig-
nificaba tener condiciones de ser un soldado, el sueño de todo
muchacho.
UN “PERO”
Jefté parecía tener buenas credenciales para ser conside-
rado un hombre promisorio. La gran cuestión es: en nuestro
idioma existen las conjunciones coordinantes adversativas, a
saber “mas, pero, sin embargo, si no, no obstante
antes bien”. Esas palabras tienen un gran poder de cambiar
la secuencia de una idea.
Imaginen que el profesor llama al padre de un alumno, y
le dice: “Padre, su hijo es un buen muchacho, a todos les gusta
estar con él, en la hora del recreo vive rodeado de gente, es el
RENCOR Y REBELDÍA
¿A quién encontró Jefté en aquella región? ¿Con quién
convivió? La Biblia nos da la respuesta: “[…] y se juntaron
con él hombres ociosos, los cuales salían con él” (Jueces 11:3).
Jefté se asoció a un grupo indisciplinado y violento, especiali-
zado en el arte del asalto a mano armada. Era gente que había
EL TIEMPO DE DIOS
En ese interín, por un tiempo que no podemos determinar
con exactitud, pero que seguramente fue largo, no hay señales
que él haya mantenido contacto personal con Dios. Sobre la
“demora de Dios”, Charles Swindoll afirma: “Dios no es escla-
vo del reloj humano. Comparado a las obras del hombre, es
extremamente deliberativo y dolorosamente lento”. La prueba
de eso está en otras historias: Abraham esperó 25 años para
tener un hijo, Moisés esperó 40 años en el desierto para lle-
gar a ser libertador de los hebreos, José esperó 13 años entre
su llegada a Egipto y su ascensión a gobernador de la nación.
Lo que ninguno de esos personajes notó es que Dios estuvo
trabajando todo el tiempo a lo largo de ese período de espera,
preparándolos para cumplir su propósito magnífico. Él está
haciendo exactamente eso con usted en este momento. La
tierra de Tob realmente es fructífera, como veremos ahora.
CONCLUSIÓN
Los ancianos de Israel habían salido en busca de un ge-
neral, pero encontraron más de lo que habían imaginado. Su
general, valiente y habilidoso, también sería el rey local. Eso
sucedía a pesar de las leyes que prohibían a un hijo bastardo
asumir ese tipo de autoridad.
Fue un incidente dramático. El que había sido expulsado
de la familia volvió como jefe de toda la región. Las burlas fue-
ron sustituidas por el aplauso. Las antiguas injusticias estaban
listas a ser reparadas, y de una manera gloriosa Jefté se elevó
muy por encima del destino que le decretaron sus impiadosos
medio hermanos y los ancianos del pueblo. Pero su destino
estaba bajo los propósitos divinos, y así fue elevado en la so-
ciedad israelita, a pesar de la oposición y de la persecución
de los de afuera. La ironía de la situación fue que su destino
no solo lo hizo subir en su estatus social, sino que también se
convirtió en líder y jefe de los que antes lo habían perseguido.
La pregunta es: ¿quién sería Jefté si no hubiera salido de
la casa de su padre? Como máximo un hijo bastardo, recha-
zado, triste, marginado. Entonces, Dios trabajó por medio de
todos sus reveces para que el propósito se cumpliera, y lo hizo
vencedor.
Para que entiendan cuán complejos son, y a veces incom-
prensibles, los planes de Dios trabajan para una conclusión,
un propósito mayor. Recuerdo la historia de un niño. Cierto
día, el niño viendo a su abuela tejer al crochet, mientras jugaba
en el piso, miró de abajo hacia arriba y dijo: “Abuela, que cosa
fea estás haciendo. Los hilos están todos mezclados. No tiene
INTRODUCCIÓN
Hay una diferencia básica entre hacer la voluntad de Dios,
y realizarla al modo de Dios y en el tiempo de Dios. Cuando se
distorsiona el propósito divino para beneficio exclusivo del ser
humano, deja de ser el propósito de Dios y pasa a ser el deseo
meramente humano.
Es importante estar atentos a eso, porque si no se tiene
cuidado, fácilmente se puede comenzar a mover las piezas por
debajo de los paños. Se puede manipular situaciones hasta que
con el tiempo la voluntad de Dios se desconfigure por comple-
to en nuestra vida. Usted deseaba hacer la voluntad de Dios,
pero resolvió ejecutar un plan a su manera.
Vamos a hacer las cosas un poco más personales. Daré un
ejemplo: Dios nos dejó claro que él no exige y no desea que
nos quedemos solteros. Él sabe que usted se siente solo, pero
que el tiempo está pasando y las posibilidades disminuyen. En
algún punto, si no protege su corazón, podrá decirle al Señor
“Está bien, Dios. Conozco tu plan. Quiero casarme, ahora, por
favor, quédate a un lado durante algunos meses. Cuando lle-
gue al altar, te aviso y entonces volvemos a tus planes y hare-
mos tu voluntad”.
¿Se da cuenta cómo funciona esto? Usted dice que desea
cumplir la voluntad de Dios, pero, mediante manipulación,
consigue a una persona de su elección para casarse. Entonces
descubre súbitamente a Dios y ora: “Oh, Señor, te pido que
bendigas esta unión. Que sea sólida y buena, porque, así como
me orientaste, hoy me estoy casando”.
UN RESULTADO INSOPORTABLE
“Entonces Moisés tuvo miedo, y dijo: Ciertamente esto ha
sido descubierto” (Éxodo 2:14). Primero sorpresa. Después la
confusión seguida del miedo, con los dedos helados en el pe-
cho. Cuando el secreto bien guardado de Moisés quedó reve-
lado, comenzó a temblar. El relato bíblico registra que “Moisés
huyó de delante de Faraón”. ¿Por qué huyó? Éxodo 2:15 nos
dice: “Oyendo Faraón acerca de este hecho, procuró matar a
Moisés”.
Ahora que Moisés había mostrado a quién pertenecía real-
mente su lealtad, Faraón no podía soportar que un hombre así
estuviera junto a él. A los ojos del rey, era un príncipe traidor
y fuera de control, por lo tanto, era mejor que muriera. Toda la
acción obtuvo tremendas repercusiones y consecuencias por
la actitud intempestiva de Moisés.
Grandes deseos, poco discernimiento; grandes ambicio-
nes, poco conocimiento; grandes aspiraciones, poca humil-
dad; mucho celo y energía, poca sabiduría. ¡Eso también su-
cede con nosotros!
Contrariando la experiencia de Moisés, usted puede decir
que tiene preparación y que no caería en una trampa así. Pero
note que Moisés no era un principiante. Tenía 40 años… “Ha-
bía sido educado en toda la sabiduría de los egipcios”. Como
puede ver, nuestro currículo impresionante es parte del pro-
blema. A veces somos educados más allá de nuestra inteligen-
cia, sabemos más de lo que es seguro conocer.
EL PRÍNCIPE PRÓFUGO
Se sentía calificado para ser absolutamente inútil. Enton-
ces huyó a la tierra de Madián. Entienda que Madián era un
lugar sombrío y desolado, increíblemente árido. Repleto de
arena y piedras, con rocas escarpadas, con uno que otro ar-
busto. ¿Puede ver a Moisés tropezando en medio de esa tierra
desolada? En su ropa hecha a medida se prenden las espinas.
Moisés era un fugitivo, estaba huyendo para salvar su vida.
ES EL FIN
Su educación esmerada de nada le valía a esa altura. Su co-
nocimiento de jeroglíficos no lo confortaba. Sus victorias mi-
litares le parecían vacías. Gracias a su acto de violencia, esos
mismos militares querían matarlo. “Mi vida se terminó, Dios
nunca me podrá usar, estoy completamente acabado”, debe
haber pensado Moisés en su interior. Pero estaba equivocado,
es lógico. Sin embargo, serían necesarios muchos años peno-
sos antes de que asimilara plenamente ese hecho.
Es posible que usted esté en esa situación ahora, dudando
que exista un propósito mayor, cuestionando: Trabajé, intenté
tantas cosas. Mi esfuerzo fue incansable, pero no llegué a nin-
gún lugar. ¡Nada funcionó, se terminó!
CONCLUSIÓN
Experiencias de ese tipo nos suceden a todos. Avanza-
mos apurados, pensando vencer todo lo que se nos presenta.
Damos algunos golpes al aire y las decepciones nos sorpren-
den, entonces retrocedemos. Cuando esto ocurre, tenemos el
primer soplo de la reprobación humana. Nos escapamos de
la escena para escondernos, disgustados. Nos escondemos,
entonces, del orgullo humano, en el secreto de la presencia
INTRODUCCIÓN
CONCLUSIÓN
Finalmente, llegó el momento: “Y extendió Abraham su
mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo” (Génesis
22:10). Esto no es una película. El cuchillo se levantó para que
pudiera descender y entrar en el pecho de su hijo o perforar su
garganta, y lo qué sucedió después, es que Isaac murió. Esto es
real. Esto también es fe verdadera. ¡Entre la vida y la muerte!
De repente, en el último momento posible, Dios intervi-
no: “Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y
dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo:
No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada;
porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehu-
saste tu hijo, tu único” (Génesis 22:11, 12).
Cuando Dios detuvo la mano de Abraham en medio del
camino, él dijo: “Ya pasaste la prueba. Ya probaste quién está
en primer lugar. Ya está probado que tu fe alcanzó la madurez.
Tu disposición de entregar tu único hijo demostró que amas el
regalo, pero amas más a quien te lo dio”.
“Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus
espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y
fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en
lugar de su hijo. Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar,
Jehová proveerá. Por tanto, se dice hoy: El monte de Jehová
será provisto” (Génesis 22:13, 14).
Pasaron los siglos y finalmente Jesús, el sacrifico consu-
mado, murió. Siglos más tarde, otro Padre dio a su Hijo, lo
INTRODUCCIÓN
“Hubo en la tierra de Uz un varón llamado Job; y era este
hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal.
Y le nacieron siete hijos y tres hijas. Su hacienda era siete mil
ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, qui-
nientas asnas, y muchísimos criados; y era aquel varón más
grande que todos los orientales” (Job 1:1-3).
Job también era el sacerdote de la familia: un hombre ín-
tegro que vivía según el propósito divino. Ofrecía sacrificios
en intercesión por sus hijos. Job era íntegro, pero no perfecto.
Dios espera de sus siervos más que integridad.
❝ “En un análisis final, Dios sabe, y él hace bien todas las co-
sas. Él está al control. Yo soy barro, él es el Alfarero. Yo soy
discípulo, él es el Señor. Esto significa que debo someterme
a él. Debo humillarme debajo de su poderosa mano. Debo
estar dispuesto a ajustar mi vida a lo que él elige para mí;
oír, aprender, adaptarme a su liderazgo, a donde quiera que
me lleve, me sienta cómodo [o no], feliz [o no], saludable [o
no]. Esto es obediencia…” (Charles Swindoll).
INTRODUCCIÓN
El Salmo 90 es el más antiguo y fue escrito por Moisés. Es
posible que Moisés haya escrito este salmo después que Israel
fracasó en su fe en Cades Barnea, cuando la nación fue con-
denada a vagar por el desierto durante cuarenta años, hasta
que la generación más vieja hubiera muerto. Esa tragedia fue
seguida de tres eventos terribles:
La muerte de María, su hermana
La muerte Aarón, su hermano
Y entre esas dos muertes, Moisés desobedeció al Señor y
golpeó la piedra en vez de solo hablarle.
CONCLUSIÓN
El favor del Señor no nos abandona en nuestra vejez, en los
tiempos de aflicción o cuando nos encontramos con la muer-
te; las bendiciones de nuestro trabajo y testimonio tendrán
continuidad. En el versículo 13, Moisés llama a Dios Jehová, el
Dios del pacto que nunca rompe sus promesas, ese es el Dios
que amamos, adoramos y a quien servimos. La vida es corta y
por eso Moisés ora: “Enséñanos de tal modo a contar nuestros
días” (v.12). La vida es difícil y por eso pide: “La obra de nues-
tras manos confirma” (v.17). Dios respondió a esas oraciones
de Moisés y hará lo mismo por nosotros. El futuro es nuestro
aliado, cuando Jesús es nuestro Salvador y Señor.
INTRODUCCIÓN
Leer (Juan 11:1-3): “Estaba entonces enfermo uno llama-
do Lázaro, de Betania, la aldea de María, cuyo hermano Láza-
ro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume, y le
enjugó los pies con sus cabellos. Enviaron, pues, las hermanas
para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo”.
Me gusta mucho la lectura, especialmente cuando hay una
buena historia: un enredo lleno de obstáculos y curiosidades
hace el momento todavía más placentero.
Cuando se trata de la vida real, preferiría ir directo al final
feliz. Vamos a saltar la manzana envenenada; estoy más inte-
resado en el capítulo que cuenta sobre el príncipe que salva a
Blanca Nieves.
“Y fueron felices para siempre”, ese es el tipo de historia
que todos deseamos para nuestra vida. Pero, la vida en raras
ocasiones funciona así. En vez de las historias de amor con
príncipes valientes y Blanca Nieves, la mayoría de nosotros
pasa buena parte de la vida ordenando la casa de los enanos.
Infelizmente, cuando las luchas se intensifican, no podemos ir
al desenlace. No hay un modo fácil de saber cómo termina la
historia. Puedo imaginar cómo deben haberse sentido María y
Marta cuando su hermano Lázaro se enfermó. Antes, todo iba
muy bien. Desde el momento en que Jesús los visitó, nada vol-
vió a ser como antes. Había una nueva paz, un nuevo sentido
para el amor y la alegría que pertenecían a toda la casa. El paso
INTRODUCCIÓN
¿Cuál es la función de las muletas para un discapacitado?
¿Qué pasa si le sacamos las muletas? Nosotros también tene-
mos muletas sobre las que nos apoyamos para sobrevivir, mu-
chas veces en sustitución al apoyo que Dios nos ofrece. Para eso
piense en cuál es la actitud de Dios cuando nos ve apoyados en
muletas.
MULETA 2. LA ESPOSA
La siguiente muleta removida por Dios es LA ESPOSA
de David. Saúl había prometido dar a su hija como esposa al
hombre que matara a Goliat. Los motivos de Saúl, sin embar-
go, no eran puros.
MULETA 3. SAMUEL
Como es de esperar, David buscó a Samuel, el hombre que
lo había ungido con aceite por ser el elegido como sucesor de
Saúl.
“Huyó, pues, David, y escapó, y vino a Samuel en Ramá,
y le dijo todo lo que Saúl había hecho con él. Y él y Samuel se
fueron y moraron en Naiot” (1 Samuel 19:18).
MULETA 4. JONATÁN
¡El joven guerrero tranquilo y confiado de otros tiempos
está sintiendo la presión! Lo vemos claramente en su primer
encuentro con la próxima persona a quien busca: su amigo
más íntimo, Jonatán.
Y David dijo a Jonatán: “¿Qué he hecho yo? ¿Cuál es mi
maldad, o cuál mi pecado contra tu padre, para que busque
mi vida? Él le dijo: En ninguna manera; no morirás. He aquí
que mi padre ninguna cosa hará, grande ni pequeña, que no
me la descubra; ¿por qué, pues, me ha de encubrir mi padre
este asunto? No será así”.
“Y David volvió a jurar diciendo: Tu padre sabe claramen-
te que yo he hallado gracia delante de tus ojos, y dirá: No sepa
esto Jonatán, para que no se entristezca; y ciertamente, vive
Jehová y vive tu alma, que apenas hay un paso entre mí y la
muerte” (1 Samuel 20:1-3).
CONCLUSIÓN
Puede ser que usted esté viviendo el proceso de remoción
de todas las muletas de su vida. Sentimos mucho dolor e inse-
guridad cuando nos falta el apoyo que teníamos. Para algunos,
está representado por un noviazgo roto. El hombre o la mujer
que usted creía era el elegido por Dios ahora desapareció y eso
duele mucho.
Algunos experimentaron o están experimentando la
muerte de su matrimonio. Está sucediendo lo último en el
mundo que usted pensaba que sucedería. Para otros, es la
muerte de un sueño. Todo lo que usted esperaba y planeaba
desapareció.
INTRODUCCIÓN
¿Cuántas veces usted torció las Escrituras o amenizó su
contenido, intentando ser cortés o adecuado socialmente?
¿Cuántas veces volvió a casa, consciente de que debería haber
dicho algo sobre la verdad a alguien, pero no lo dijo?
Muchas veces leemos la Biblia y vemos cuán intrépida y
poderosa era la iglesia primitiva. ¡Qué maravilla! Entonces
miramos nuestra iglesia y pensamos ¿qué hacer, qué decir, por
dónde comenzar?
¿Cómo estamos? Estamos yendo, estamos avanzando.
¿Por qué preocuparme? Tenemos cultos el sábado, el domin-
go, los miércoles, hay cultos para jóvenes, hay clases bíblicas,
series de evangelismo, hay algunos proyectos sociales. No ju-
ramos, no bebemos, vamos a la iglesia, leemos a Biblia, canta-
mos algunos himnos, vamos a casa, ¡esto es iglesia!
Piense sinceramente, sin respuestas políticamente correc-
tas: ¿qué estamos haciendo como iglesia? ¿Hemos intentado
adaptar el propósito divino y bíblico a nuestra necesidad, a
lo que nos gustaría leer y oír? A veces yo me siento como si
nosotros estuviéramos jugando a ser cristianos.
Miramos la iglesia actual y miramos la iglesia cristiana
primitiva, en el libro de Hechos. ¡La iglesia tenía poder! He-
chos 1 nos dice que los discípulos estaban recluídos en pro-
funda comunión y oración, esperando la manifestación del
Espíritu Santo.
SOBRE LA SAL
Entonces, Jesús dijo lo siguiente: “Buena es la sal; mas si la
sal se hiciere insípida, ¿con qué se sazonará? Ni para la tierra
ni para el muladar es útil; la arrojan fuera. El que tiene oídos
para oír, oiga” (Lucas 14:34, 35).
Yo entendí el asunto de la semilla, de la construcción, de la
guerra, pero ¿qué tiene que ver eso de la sal? La sal es buena,
¿no? Pero, y si la sal pierde el sabor, ¿qué hacemos? Sal sin
sabor no sirve. Jesús dijo: “la arrojan fuera”. Y además explica:
“Todos ustedes se parecen a la sal. Pero, si la sal no tiene sabor,
si ustedes no tienen esa salubridad necesaria para acompañar-
me por todo el camino, son indignos de mí. Entonces, ¿qué
haré con esta cantidad de personas incapaces de seguir con-
migo, de ir hasta la cruz conmigo? ¿Qué haré con este montón
de sal que no tiene sabor?
Aquí Jesús no está diciendo: “Vengan, ustedes están en el
proceso. Pronto tendrán sabor. ¡No! Simplemente dice: “A me-
UN DIAGNÓSTICO
“Yo conozco tus obras, sé que ni eres frío ni caliente. ¡Oja-
lá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni
caliente, te vomitaré de mi boca. Porque tú dices: Yo soy rico,
y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no
sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y
desnudo” (Apocalipsis 3:15-17).
¿Por qué Jesús usó estas figuras del lenguaje (frío, caliente,
tibio, oro puro, vestidos blancos, colirio)?
No son figuras aleatorias: Jesús conocía al pueblo y la cul-
tura de la época y utilizó los contextos locales para trazar el
diagnóstico de la iglesia de Laodicea. La ciudad de Laodicea
quedaba en la región más rica de Asia Menor, el valle del río
Lico, donde había tres ciudades a solo nueve kilómetros de
distancia una de la otra: Hierápolis, Colosas y Laodicea.
Hierápolis era la ciudad de las fuentes de agua caliente. De
una montaña formada por rocas calcáreas blancas, llamada
Castillo de Algodón, brotaba agua caliente que caía en casca-
das, formando piscinas naturales, a donde venían personas de
todo el mundo, y hasta hoy van a tomar baños terapéuticos.
Del otro lado del río Lico quedaba Colosas, mundialmente
conocida por sus fuentes de agua heladas, también terapéuticas.
Laodicea, la mayor de las tres ciudades no tenía fuentes de
agua calientes ni de agua helada. El agua que llegaba a Laodi-
cea venía de las montañas por medio de acueductos y llegaban
tibias, impropias para beber e impropias para uso terapéutico.
UN CONSEJO
Jesús da un consejo: “Por tanto, yo te aconsejo que de mí
compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras
blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu
desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas” (Apo-
calipsis 3:18). ¿Por qué usa Jesús la figura del oro? Es porque
Laodicea era el mayor centro bancario de Asia Menor, era la
ciudad de los adinerados.
Jesús dijo: “Ustedes se orgullecen tanto de su riqueza, pero
espiritualmente son pobres”. ¿Por qué usa Jesús la figura de
los vestidos? Es porque Laodicea era el mayor centro textil de
Asia Menor. Se multiplicaban las fábricas de ropa. La lana ne-
gra era mundialmente conocida y se poducía en esta ciudad.
¿Por qué usó Jesús la figura del colirio? Es porque Laodicea era
el mayor centro oftalmológico de Asia Menor. Había muchas
clínicas de tratamiento de ojos. El polvo frígio era un remedio
casi milagroso en la época. Jesús dijo: “Ustedes se orgullecen
tanto de sus clínicas oftalmológicas, pero espiritualmente es-
tán ciegos”.
Jesús nos da el consejo: “Les aconsejo que de mí compres
oro refinado en fuego”: oro verdadero (Jesús, la verdadera ri-
queza; vestidos blancos, símbolo de la justicia de Jesús; colirio,
para poder ver la condición real de falta de sabor, agua tibia).
UNA INVITACIÓN
Finalmente, Jesús hace una invitación: “He aquí, yo estoy a
la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré
a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).
CONCLUSIÓN
Para estar con Jesús debemos tener valentía e intimidad.
Él concluye la carta a Laodicea diciendo: “el que tiene oído,
oiga”.
Él deja su firma, nos invita a regresar al verdadero pro-
pósito y confirma que puede realizar esta transformación en
nosotros: buena tierra, cargar la cruz, construir una torre, ser
sal, ser agua de calidad.
INTRODUCCIÓN
¿Cuál fue su peor momento? ¿En qué fase de su vida, us-
ted notó que la alfombra se deslizó de debajo de sus pies y la
caída fue inevitable? ¿Cuándo se dio cuenta que había perdido
cosas, personas y su amor propio? Una buena ilustración para
momentos así, o sea de algunas fases de nuestra vida, es decir
que nos resta vivir en una caverna de circunstancias. Un lugar
oscuro, aislado, húmedo, donde parece que las esperanzas de-
saparecieron.
Si este fuera su momento, tal vez valga la pena buscar en
la Biblia un relato semejante y buscar en Dios una salida para
esta circunstancia. Veremos que en la caverna vivimos tres
etapas: miramos hacia dentro de nosotros mismos; miramos a
lo alto y volvemos a levantarnos.
David, el gran rey de Israel, es un personaje emblemático
en las Sagradas Escrituras. Se lo llama el hombre según el co-
razón de Dios, también está en la lista de los grandes héroes
de la fe, en Hebreos 11.
Pero su vida no estuvo ni por cerca libre de desafíos y an-
gustias. Después de ser ungido rey de Israel, parecía que el pró-
ximo paso sería sentarse en el trono. Pero no fue así. Después
de vencer al gigante Goliat, David vivió en el palacio como
siervo de Saúl. Ese hombre inestable e inseguro comenzó a
tener celos y miedo de David y por eso comenzó a perseguirlo.
David, el rey ungido, tuvo que huir. En ese contexto, Da-
vid llegó al fin de sus fuerzas. En un verdadero remolino de
SALMOS EXPRESIVOS
Ya leímos el Salmo 142. Esta es la expresión del momento
en que David estaba postrado en su momento sombrío. Pero
hay otros dos salmos interesantes: el 57 demuestra a David de
rodillas y el 34 cuando se levantó. Note que el Salmo 57 tiene
el título “Himno de David, cuando huía de Saúl, en la caver-
na” (lea el Salmo 57:1-3). En ese punto, David está de rodillas.
Continúa deprimido, pero por lo menos mira hacia lo alto. Ya
no está mirando hacia dentro de sí mismo.
Veamos lo que dice en el Salmo 57:4. Eso parece haber sido
escrito cuando los extraños comenzaron a llenar la caverna. Si
usted ha trabajado alguna vez con descontentos, sabe que es
verdad. Ellos son un grupo de personas mal agradecidas, rudas,
insensibles, muy ocupadas con sus propias necesidades. Vea lo
que le dice David entonces a Dios en el Salmo 57:5, 7, 11.
¿Puede notar lo que David contempla ahora? “Exaltado
seas sobre los cielos, oh Dios”. En el Salmo 142 declara: “Es-
toy en la caverna, estoy en el fin, no hay nadie a la derecha o
a la izquierda. A nadie le importo”. Ahora en el Salmo 57, él
dice: “Ten misericordia de mí, Dios. Ten misericordia de mí.
Porque en ti ha confiado mi alma, y a la sombra de tus alas me
ampararé hasta que pasen los quebrantos”. Está proclamando
su declaración de dependencia.
Vea ahora el Salmo 34, este, según creo, es el tercer Salmo
que escribió mientras se encontraba en la caverna. ¡Qué dife-
rencia! Cuánta transformación en David… El dice: “Bendeci-
ré a Jehová en todo tiempo; su alabanza estará de continuo en
mi boca” (Salmo 34:1).
CONCLUSIÓN
Cuando examino ese período de la vida de David, no pue-
do si no reflexionar sobre Jesús y su vida, al aceptar a un grupo
de descontentos y pecadores como nosotros.
Algunos están viviendo en una caverna emocional, oscura
y deprimente, húmeda y decepcionante. La parte más difícil
de todas, tal vez, sea que no podemos declarar la verdad a na-
die más, por ser una condición tan desesperada, tan solitaria.
La filosofía de que la vida cristiana solo tiene cosas buenas,
no es verdadera. A veces, la vida cristiana incluye una caverna
honda y sombría. Recuerde: la conversión de un alma es el
milagro de un momento, pero la preparación de un santo dura
toda una vida.
Dios no está listo para darse por vencido, aun cuando us-
ted se encuentra en una caverna de ese tipo. Él no se rindió de
hacer su obra en usted, aunque usted se encuentre en el nivel
más bajo de su experiencia.
Voy a pensar específicamente con usted. ¿A dónde se di-
rige cuando su mundo se desmorona? Necesita un refugio.
INTRODUCCIÓN
¿Ha intentado hacer de todo un poco? El desafío de tener
el corazón de María en el mundo de Marta es un pensamiento
intrigante.
Corazón de María: En nuestro corazón hay un hambre,
una vocación de conocer y amar a Dios, para conocer ver-
daderamente a Jesucristo y la comunión con el Espíritu San-
to. Usted no está en busca de más conocimiento intelectual,
anhela una intimidad sincera con el Señor.
El mundo de Marta: Pero una parte de usted todavía
duda. Exhausto, se pregunta cómo encontrar fuerzas o tiem-
po. Cultivar la vida espiritual parece más una obligación de
agenda, una cosa más en una vida desbordante de responsa-
bilidades.
Tal vez ningún texto bíblico describa tan bien el conflicto
que sentimos como este que encontramos en el evangelio de
Lucas: queremos adorar como María, pero la Marta dentro de
nosotros continúa controlándonos. Durante uno de sus viajes,
Jesús y sus discípulos llegaron a una aldea llamada Betania,
donde una mujer llamada Marta abrió su casa al Señor. Ella
I. EL MUNDO DE MARTA
INTRODUCCIÓN
Lea Apocalipsis 5. Jesús nació, vivió, murió, resucitó y fi-
nalmente llegó el momento de su ascensión al Cielo. Esa esce-
na nos hace dirigir nuestros ojos al propósito de todo. Ahora,
lo que vemos en Apocalipsis 5 es el escenario de la fiesta pre-
parada para la recepción de Jesús, que vuelve como vencedor,
el que cumplió lo que le fue designado.
En el centro está el trono de Dios, y a su lado derecho, un
libro sellado con siete sellos. Juan, que estaba en una provincia
romana, interpretó la escena de la siguiente forma: vio un tro-
no grande, semejante a un sofá con dos o tres lugares, porque
así eran los tronos en Roma. El libro sellado, claro, en forma
de rollo, también tenía un significado: los documentos, para
ser considerados auténticos, eran sellados en Roma. Todo eso
es importante para comprender el contexto.
Alrededor del trono de Dios, cuatro seres vivientes, o sea,
cuatro querubines que asesoran a Dios directamente. Un poco
más alejados están los 24 ancianos, que creemos son seres hu-
manos que resucitaron con Jesús, siendo la representación de
las primicias de los que un día volverán a la vida en ocasión
de la segunda venida de Jesús. Todo el resto de las huestes ce-
lestiales también está presente. Ante ese escenario Juan llora,
porque no ve a nadie que sea digno de abrir el libro sellado.
¿Cómo entender eso? ¿Dios el Padre no es digno? ¿El Espíritu
Santo no es digno? Para entender eso haremos un rápido viaje
por la cultura del Antiguo Testamento.