#8 Ley Moral Gutierrez Saenz, Raul - Introducción A La Ética-185-202
#8 Ley Moral Gutierrez Saenz, Raul - Introducción A La Ética-185-202
#8 Ley Moral Gutierrez Saenz, Raul - Introducción A La Ética-185-202
como finalidad regir los actos libres del hombre. La ley natu
ral tiene la propiedad de ser universal e inmutable. Su estudio
nos proporcionará un mejor conocimiento de la moral.
Es universal (es decir, es válida para todos los hombres,
de cualquier raza, época y lugar). La razón de esto es que la
ley natural está inscrita en la naturaleza humana, que es la mis
ma en todos los hombres. De aquí se deriva que todo hombre,
por el hecho de serlo, tiene grabada, en sí mismo, esa ley
natural, a la cual debe someterse. Por ejemplo: todo hombre
está regido por el instinto de conservación, de sociabilidad,
de conservación de la especie, etc.
Ü ltim am ente ha tenido auge la llam ada Ética de la situación;
sobre todo, entre algunos existencialistas (B eauvoir) y teólogos pro
testantes (B a rth ). Pretenden que la norm a de m oralidad no se en
cuentra en las leyes abstractas y generales, sino en la "situación’'
concreta, h ic et nunc, con datos irrepetibles para cada individuo. Las
leyes generales no sirven para determ inar lo que hay que hacer en cada
caso. El sujeto debe decidirse con entera responsabilidad y libertad,
según sea su propia situación.
A sí entendida, la Etica de la situación contiene una gran verdad
y un grave error. El acierto es que, efectivam ente, cada hom bre debe
decidir con su prudencia y su conciencia personal en todos los casos
y especialm ente allí donde las leyes universales no alcanzan a deter
m inar lo que se debe hacer en concreto. El error de la Etica de la
situación consiste en calificar como inoperantes las leyes universales.
Éstas expresan las lincas generales de conducta hum ana, y siem pre en
función de los valores reales que en todo m om ento se han de respetar,
asum ir y cultivar. El precepto "no robarás" expresa para todos el valor
inalienable del derecho que tiene la persona para resguardar sus bienes
materiales. En síntesis, el hom bre m oral debe atenerse a las leyes uni
versales; pero en cada caso debe saber aplicar (con auténtica prudencia)
esas leyes a su "situación" particular, lo cual, por cierto, no es cosa
fácil, ni m ucho menos ha de estar sujeta a la arbitrariedad o al capri
cho de cada uno.1
La ley natural es, además, inmutable. Es decir, no cambia
con el tiempo, puesto que la naturaleza humana no cam
1 Mayores datos sobre este tema pueden obtenerse en: De Finance,
Éthique genérale, págs. 265-267; Schillebeeckx, Dios y el hombre. Ediciones
Sígueme. Salamanca. 1968, págs. 329-357; Alcorta, El existencialismo en su
aspecto ético, cap. X.
JERA RQU ÍA DIL LAS LEYES l ‘> i
bia. Aquí es preciso aclarar que, aunque la !cy imí mal n<>
cambie, sí puede cambiar el conocimiento que de ella lrugan
los hombres en las diferentes épocas y culturas. Algunos dr
ellos le dieron mayor énfasis a la valentía, como los gncgos
por ejemplo; otros le dieron la primacía a la justicia, olios a
la caridad, otros al deber. Lo ideal es, pues, un conoumimin
amplio de todas estas facetas de la ley natural.
Todo esto tiene íntima relación con las tesis expuestas am
ca de la esencia del valor moral (cfr. capítulo XVIII, inciso
l), y con las tesis de la naturaleza humana íntegramente con
siderada, como fundamento de moralidad (cfr. capítulo XXV).
En resumen, la ley natural constituye la expresión más ob
jetiva y fiel de lo que es el orden querido por la razón divina
en la conducta humana. Acatar esa ley es asumir la naturaleza
humana en aquellos aspectos que han sido dejados al cumpli
miento libre y meritorio del hombre.
Su contenido no puede ser más sencillo: hay que hacer el
bien y evitar el mal; hay que respetar la vida humana; hay
que seguir la razón, ser sociable, respetar los derechos de los
demás, etc.2
Igualmente universal y sencillo es el proceso del conocí
miento y realización de estos principios, que se captan por
intuición, o mejor, por connaturalidad, puesto que se trata de
percatarse de algo que constituye el propio ser humano en sus
exigencias más claras y naturales.3
3. La ley positiva. La ley positiva es la que se pionml
ga explícitamente en un código, y sirve como complemento
jl la ley natural, pues desarrolla y explica cómo debe a<tiui
el hombre en situaciones más concretas.
Estas leyes pueden ser divinas, o humanas. 1*1 D u . i l o g o
dictado en el Sinaí es el ejemplo típico de ley positiva divina.4
2 Se llama sindéresis la virtud intelectual que facílii.i H <«>u»u mm m<>
habitual de estos primeros principios prácticos del obrar.
3 Cfr. Maritain, Las nociones preliminares de /./ / • ' / / , AI.n,d,
tercera lección.
4 Adviértase que, en la medida en que esos preceptos del Decálogo están
entrañados en la naturaleza humana, también quedan incluidos dentro de la
ley natural.
196 INTRODUCCIÓN A LA ÉTICA
AUTONOMIA Y HETERONOMÍA
1. D e f in ic io n e s . Hemos fundamentado la auténtica oble
pación moral. Veamos ahora qué relación tiene dicha obliga
ción con la libertad. Si las leyes presentan la característica de
la obligatoriedad, ¿no suprime esto la libertad humana? En
otras palabras, ¿la autonomía no excluye la heteronomía?
Por lo pronto, aclaremos el significado de las palabras.
Autonomía viene del griego (autos: sí mismo; nomos: ley) y
significa la actitud de la persona que se da leyes a sí misma.
Por el contrario, heteronomía (héteros: otro; nomos: ley) sig
nifica la actitud de la persona que recibe leyes por parte de
otros.
Estos términos se aplican análogamente a las instituciones,
a las leyes mismas y a los sistemas éticos. Una institución es
autónoma cuando se gobierna por sí misma. Una ley es ¡mió
noma cuando surge en el mismo sujeto que la obedece. Un
sistema ético es autónomo, cuando subraya la autonomía de los
sujetos, en contraposición a la heteronomía. Por ejemplo, el
sistema kantiano es el tipo clásico de sistema ético autónomo
Para Kant la heteronomía implica ausencia de valor moial
Igualmente, el pensamiento de Sartre de tal manera insiste en
la libertad, que se puede llamar autónomo. AI tomismo se Ir lu
llamado sistema heterónomo, porque admite la valide/ de las
leyes provenientes de autoridades ajenas al mismo sujeto, mmu
Dios.
2. D e LA HETERONOMÍA a A pes.ii de
LA AUTONOMÍA.
la aparente incompatibilidad de autonomía y bel en momia, vea
mos cómo puede el hombre ser autónomo sin necesidad de re
chazar la heteronomía.
[203]
204 INTRODUCCIÓN A LA ÉTICA