Informe Adventista Josue

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Indice

I. Introducción………………………………………………………………………….…………………………3

II. Antecedentes …………………………………………………………………………………….……………4

III. Creencias…………………………………………………………………………………………….……………5

IV. Cristianismo tradicional………………………………………………………………………………..….6

V. Grupos cristianos…………………………………………………………………….……………………….6

VI. Costumbres………………………………………………………………………………………………….….8

VII. Conclusión………………………………………………………………………………………………….….10

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I. Introduccion

El presente informe explica sobre La Iglesia Adventista del Séptimo Día (comúnmente
abreviada "Iglesia Adventista") es una denominación cristiana distinguida por su
observancia del Sábado, el séptimo día de la semana judeo-cristiana, como el día de reposo
(Shabbath), y por su énfasis en la inminente segunda venida de Jesucristo. Es el octavo
mayor organismo internacional cristiano.

La denominación surgió del Movimiento Millerista en los Estados Unidos a mediados del
siglo XIX y se estableció oficialmente en 1863. Entre sus fundadores se destaca Ellen G.
White, cuya extensa obra se sigue respetando por los Adventistas del Séptimo Día
actualmente.

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II. Antecedentes

Uno de los creyentes más entusiastas fue William Miller, un granjero bautista de Nueva
York que en 1818, tras dos años de intenso estudio de las profecías del libro de Daniel,
llegó a la conclusión de que Jesucristo volvería a la tierra el 22 de octubre del año 1844
Para llegar a esta fecha, Miller se basó principalmente en el texto de Daniel 8:14: «Hasta
dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado», interpretando la
purificación del santuario como el fin del mundo, y considerando los dos mil trescientos
días como un periodo de dos mil trescientos años que iniciaba el 457 a.C. fecha en que
Artajerjes emitió un edicto que permitía la reconstrucción de Jerusalén.

Consolidación y crecimiento

En los años posteriores a la organización formal de la iglesia, el desarrollo de un estilo de


vida saludable se convirtió en una de las preocupaciones centrales de los adventistas del
séptimo día. Ellen White escribió extensamente sobre el tema, promoviendo el
vegetarianismo y la abstinencia del alcohol, el café y el tabaco. En 1866 fue fundado en
Battle Creek el Instituto Occidental de Reforma pro Salud, el primero de cientos de
instituciones de salud adventistas. En 1876, John Harvey Kellogg fue nombrado
administrador general del Instituto, y pocos meses más tarde la institución fue
renombrada como Sanatorio de Battle Creek. Bajo la dirección de Kellogg, el Sanatorio se
transformó a fines del siglo XIX en una de las instituciones de salud más prestigiosas del
mundo.

Inicialmente, los adventistas limitaron sus esfuerzos misioneros casi exclusivamente a los
Estados Unidos. Sin embargo, a principios de la década de 1870, los líderes de la iglesia se
convencieron de que tenían la obligación de llevar su mensaje a todo el mundo, y en 1874
enviaron a J. N. Andrews un expresidente de la Asociación General a Suiza, como el primer
misionero adventista. Otros misioneros fueron enviados durante los años siguientes;
primero, a ciudades con grandes poblaciones de cristianos blancos en Europa, Australia,
Nueva Zelanda y Sudáfrica, y más tarde a las poblaciones no blancas de África, Asia y
América Latina. Hacia el año 1900, los adventistas contaban con casi quinientos
misioneros en el extranjero, y más del quince por ciento de los más de setenta y cinco mil
adventistas vivían fuera de América del Norte. En parte para satisfacer las crecientes
necesidades de sus misiones en el extranjero, así como para proteger a sus jóvenes de las
influencias seculares, la iglesia desarrolló un extenso sistema educativo. Para la segunda
mitad del siglo XX, los adventistas estaban operando uno de los sistemas escolares
protestantes más grandes del mundo.

La teología adventista sufrió un importante cambio en la década de 1880, cuando Alonzo


T. Jones y Ellet J. Waggoner, editores de la revista The Signs of the Times, desafiaron el
énfasis legalista que había caracterizado a la denominación. En oposición a los líderes de

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la Asociación General quienes sostenían que la salvación dependía de la observancia de
los Diez Mandamientos y, en especial, del día de reposo, Jones y Waggoner argumentaban
que la justificación era alcanzada únicamente gracias a la fe en Cristo.67 La controversia
llegó a su clímax en el Congreso de la Asociación General de 1888, donde Ellen White
respaldó la postura de Jones y Waggoner, desencadenando la renuncia del presidente de
la Asociación General, George I. Butler. Durante los años posteriores, White, Jones y
Waggoner realizaron una extensa campaña para transmitir la doctrina de la justificación
por la fe a los miembros de la iglesia.

Hacia el año 1900, los misioneros de la denominación se habían extendido por todo el
mundo y habían ganado muchos conversos. Los esfuerzos de evangelización de los
adventistas en el extranjero tuvieron tanto éxito, que hoy la iglesia se encuentra presente
en más de 200 países. Aunque continúan creyendo que el regreso de Cristo es inminente,
la organización ha realizado grandes inversiones en instituciones médicas, educativas y de
publicaciones en todo el mundo. El año 2015, los adventistas fueron reconocidos por Pew
Research Center como el grupo religioso de mayor diversidad étnica y racial en los Estados
Unidos.
III. Creencias

Los adventistas sostienen que la Biblia es la Palabra de Dios y la única fuente de sus
creencias.

Los adventistas del séptimo día basan su doctrina en el principio protestante de la Sola
Scriptura: la Biblia como única norma de fe y práctica de los cristianos. Creen que tanto el
Antiguo como el Nuevo Testamento fueron divinamente inspirados y pese a estar
formulados en palabras humanas constituyen la Palabra de Dios revelada a la humanidad.
Consideran que todas las creencias teológicas deben ser «juzgadas a la luz de las
Escrituras», y que toda idea que no está en armonía con el mensaje bíblico, debe ser
rechazada.

La Iglesia se ha mostrado reacia a la formalización de un credo, argumentando que «La


Biblia y solo la Biblia» constituye su único credo. Sin embargo, debido a la necesidad de
una publicación oficial que permitiera a la comunidad comprender mejor la fe adventista,
un comité de la Asociación General preparó un documento que exponía en forma
abreviada las principales enseñanzas de la denominación. Esta declaración que incluía 22
afirmaciones fue publicada por primera vez en el anuario institucional de 1931, y
permaneció vigente hasta que, en 1980, fue reemplazada con un resumen similar pero
más amplio, que contenía 27 párrafos publicados bajo el título de Creencias
Fundamentales de los Adventistas del Séptimo Día. El año 2005 fue aprobada una
declaración adicional, quedando resumida la doctrina de la iglesia en 28 creencias
fundamentales. La aceptación pública de estas creencias es prerrequisito para el bautismo
y por lo tanto para ser llegar a ser miembro de la Iglesia.

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Casi todas las creencias de la Iglesia Adventista son compartidas por uno o más grupos
cristianos. Sin embargo, algunas son rasgos distintivos de esta denominación.

IV. El cristianismo tradicional

Los adventistas del séptimo día comparten con los cristianos conservadores y los credos
protestantes históricos la creencia en un solo Dios creador, sustentador y gobernante del
universo, que es omnipotente, omnisciente y omnipresente. Profesan que la divinidad es
una unidad de tres personas coeternas: Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios Espíritu Santo.
Sostienen que las Sagradas Escrituras que abarcan el Antiguo y el Nuevo Testamento son
la revelación inspirada de Dios a los hombres, y constituyen la única regla de fe y práctica.

Creen que Jesucristo es Dios y ha existido junto al Padre desde toda la eternidad; que se
encarnó mediante una concepción milagrosa y un nacimiento virginal, y que vivió una vida
sin pecado en la tierra. Sostienen que la muerte vicaria y expiatoria de Cristo es suficiente
por sí misma para la redención de la humanidad. Enseñan que, al tercer día, Jesús resucitó
de la tumba, y posteriormente ascendió literal y físicamente al cielo, donde ejerce como
mediador ante el Padre. Creen que Cristo regresará a la tierra en una segunda venida
inminente, literal, personal, visible y de alcance mundial.

Consideran además que el hombre fue creado sin pecado, pero que tras la caída de Adán y
Eva entró en un estado de separación, depravación y muerte. Sin embargo, la humanidad
puede alcanzar la salvación por gracia divina mediante la fe en el sacrificio de Jesús en la
cruz. Sostienen que la entrada a la vida nueva en Cristo es mediante el bautismo, una
confesión pública de la muerte del viejo hombre y del nuevo nacimiento. De esta forma,
enseñan que el hombre es justificado por la fe, santificado por la morada interior de Cristo
a través del Espíritu Santo, y será glorificado en la resurrección de los santos, cuando
Jesucristo retorne a la tierra. Confían en que, en la Tierra Nueva, Dios proporcionará un
hogar eterno para los redimidos y un ambiente perfecto para la vida, el amor, el gozo y el
aprendizaje eternos.

V. Grupos cristianos

Los Diez Mandamientos son considerados por los adventistas la norma de vida y conducta
para la humanidad.

En cuanto a ciertas doctrinas controvertidas entre los cristianos, los adventistas del
séptimo día sostienen uno de entre dos o más puntos de vista.

Sobre el origen de la vida, los adventistas creen que Dios creó el mundo en seis días
literales, rechazando que la creación se efectuara a lo largo de miles de millones de años o
mediante procesos evolutivos.

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Aseveran que los Diez Mandamientos son la norma de vida y conducta para los hombres
de todos los tiempos, rechazando que el decálogo haya cambiado o que haya sido abolido.
Comparten con los bautistas del séptimo día y otras denominaciones la creencia en que el
séptimo día de la semana, el sábado, es el día de reposo bíblico. Niegan que haya sido
abolido, que haya pasado a ser el primer día o que sea meramente una séptima parte del
tiempo.

Manifiestan que la humanidad es libre para escoger o rechazar el ofrecimiento de


salvación mediante Cristo, negando que Dios haya predeterminado que algunos hombres
se salven y que otros se pierdan. Afirman que el hombre fue dotado en la creación de
inmortalidad condicional, rechazando que las personas tengan inmortalidad innata o un
alma inmortal. Enseñan que los malvados serán castigados con sufrimiento en un lago de
fuego, donde serán completamente destruidos. No creen en un infierno que esté ardiendo
eternamente, donde las almas serán atormentadas sin fin.

Consideran que los creyentes son responsables por el uso adecuado del tiempo, de las
capacidades y posesiones, y de las bendiciones de la tierra y sus recursos, los cuales Dios
colocó bajo su cuidado. Promueven el diezmo como el plan de Dios para el sostenimiento
de la iglesia, negando que este fuese instruido únicamente para los judíos. Además,
promueven la abstinencia del uso de bebidas alcohólicas y del tabaco. Consideran que la
indulgencia en estas cosas no es representativa del carácter de Dios.

Creen que el bautismo debe administrarse únicamente por inmersión; no mediante


aspersión, derramamiento, inmersión triple u otras formas. Enseñan que debe practicarse
la ordenanza instituida por Cristo de lavarse los pies unos a otros en ocasión de la Cena
del Señor; no creen que tal cosa fuera meramente un acomodo a las costumbres y
necesidades de aquellos tiempos.

Respecto a la interpretación profética, se consideran que el punto de vista acertado es


planteado de forma idónea por lo que se conoce como la escuela historicista, frente a los
sistemas seguidos por preteristas y futuristas.

Sostienen que la Iglesia y el Estado deberían actuar en esferas completamente separadas.


Niegan que, en un esfuerzo por controlar la religión o las actividades religiosas de los
hombres, la Iglesia deba dominar al Estado, o el Estado deba gobernar a la Iglesia.

Afirman que el don profético o «espíritu de profecía» es uno de los dones del Espíritu
prometidos a la iglesia de los últimos días, y que ese don fue manifestado a la Iglesia
Adventista del Séptimo Día en el ministerio de Ellen G. White. Sus escritos son
considerados «una permanente y autorizada fuente de verdad que proporciona consuelo,
dirección, instrucción y corrección a la iglesia».

Consideran que el sello de Dios y la marca de la bestia mencionados en el libro de


Apocalipsis son símbolos de las fuerzas opuestas del bien y el mal en el último gran

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conflicto antes de que Cristo venga por segunda vez. Por último, enseñan que los tres
ángeles de Apocalipsis representan la proclamación del último mensaje de Dios al mundo
en preparación para la venida de Cristo.

VI. Costumbres

Actividades del sábado en la Iglesia: Para santificar el sábado, los adventistas se abstienen
de actividades laborales en dicho día. Además, evitan participar en otras formas de
recreación seculares como competencias deportivas, ir de compras o mirar programas de
televisión. Sin embargo, paseos al aire libre, actividades orientadas a la vida familiar,
trabajo caritativo y otras actividades de carácter compasivo son permitidas.

El viernes es usado en la preparación del sábado; por ejemplo, preparar la comida para el
sábado, ordenar la casa, lavar y planchar, etc. Algunos adventistas se reúnen en sus
iglesias el viernes después de la puesta del sol para recibir el sábado, ya que desde ese
momento comienzan las horas sagradas del sábado.

Servicio de adoración: El sábado de mañana comienza con el estudio de la Biblia que en la


mayoría de los países comenzará normalmente a las 9:30, con la «escuela sabática», la
cual es un momento de estudio de la Biblia con un folleto como apoyo para el estudiante.
Este folleto es distribuido a todas las iglesias adventistas en el mundo, teniendo un tema
de estudio en común durante un trimestre.

Cada clase de escuela sabática consta con su propio folleto de estudio. Estos son, de
acuerdo a la edad: Cuna (0-2 años), Infantes (3-5), Primarios (6-9), Intermediarios o
Menores (10-12), Adolescentes o juveniles (13-15), Jóvenes (15-17) y Adultos (18 en
adelante). En este estudio bíblico filial que puede incluir cantos, relatos misioneros,
oraciones y el estudio de la Biblia que se extenderá hasta alrededor de las 10:45. Se
forman varios grupos en los cuales los temas bíblicos y preguntas prácticas son discutidos
con libertad. Luego de dar el informe misionero y los anuncios correspondientes a la
iglesia, la congregación se reunirá nuevamente para un servicio de iglesia que sigue un
formato evangélico que puede diferir de iglesia a iglesia pero que siempre tendrá un
sermón como característica principal, lectura de la Biblia, entonación de himnos del
Himnario Adventista, recolección de diezmos y ofrecimiento.

La Cena del Señor: Los miembros de la Iglesia Adventista practican la cena del Señor
(conocida en otras denominaciones como eucaristía) unas cuatro veces al año, la cual es
un servicio abierto para miembros y no-miembros de la iglesia, que consta de renovar
votos con Dios ya que al ser bautizados se vuelve a nacer, basado en el Juan 13. El servicio
incluye una ceremonia de lavamiento de los pies y la participación de la Cena del Señor
que consiste de panes sin levadura y jugo de uva no fermentado.

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En algunas iglesias, los miembros y otros amigos pueden quedarse en ella para un
almuerzo a la canasta, para el cual todos contribuyen con un plato. Las actividades del
sábado de tarde pueden variar mucho dependiendo del contexto cultural, étnico y social.

Actividades misioneras: Miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día por millón de
habitantes en cada país.
Las actividades de extensión misionera de la Iglesia Adventista apuntan tanto a no
creyentes como a creyentes de otras denominaciones. Los Adventistas del Séptimo Día
creen que Cristo ha llamado a los que creen en él para predicar en todo el mundo. Como
tal, la Iglesia tiene presencia en más de 200 países en el mundo. Sin embargo, los
adventistas son cautelosos para asegurarse de que el evangelismo no estorbe los
derechos básicos del individuo. La libertad religiosa es una postura que la Iglesia
Adventista del Séptimo Día apoya y promueve. Los esfuerzos evangélicos adventistas
tradicionales consistían en misiones urbanas y la distribución de folletos como The Present
Truth (La verdad presente), que fue publicada por James White desde 1849.

Los adventistas, como lo demuestra su distribución extensa de folletos, al igual que sus
ancestros milleristas, por mucho tiempo han sido propulsores de los ministerios basados
en los medios de difusión. Hasta que J. N. Andrews fue enviado a Suiza en 1874, los
esfuerzos mundiales adventistas consistían enteramente en la circulación de folletos
(como los de White) en muchos lugares. La lectura de dichos materiales fue la razón
primaria por la cual Andrews eventualmente fue llamado para viajar ultramar. En el último
siglo, dichos esfuerzos también han involucrado la utilización de los medios de
comunicación modernos tales como la radio y la televisión. El primero de estos fue el
programa radiofónico de H. M. S. Richards, Voice of prophecy (‘La voz de la profecía’), que
inicialmente fue transmitido desde Los Ángeles en 1929.

Salud y dieta: Desde su fundación en 1863, la integridad y la salud han sido un énfasis de
la Iglesia Adventista. Los Adventistas del Séptimo Día presentan un mensaje de salud que
recomienda el vegetarianismo99 y se espera la abstinencia de carne de cerdo, sangre,
crustáceos, y otros alimentos proscritos como «animales inmundos» en Levítico 11 y
Deuteronomio 14:3-21, al igual que la abstinencia de alcohol y tabaco u otras drogas.Los
adventistas se abstienen de estos alimentos como deseo de mantener un estilo de vida
saludable honrando a Dios en el cuidado de sus cuerpos pues lo consideran, según 1
Corintios 3:16-17, templo del Espíritu Santo.

Los pioneros de la Iglesia tuvieron mucho que ver en la aceptación habitual de los cereales
para el desayuno en la dieta occidental, y el "concepto moderno de cereales" se originó
entre los adventistas. John Harvey Kellogg fue uno de los fundadores de la obra de la salud
para los Adventistas. Su desarrollo de los cereales para el desayuno como un alimento
saludable llevó a la fundación de la Compañía Kellog's por su hermano William. Tanto en
Australia como en Nueva Zelanda, la "Sanitarium Health Food Company", propiedad de la

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iglesia, es un importante productor de alimentos saludables y/o vegetarianos, más
prominentemente "Weet-Bix".

Según estudios la expectativa de vida promedio es de 88 años entre los miembros de la


Iglesia Adventista del Séptimo Día que practican estos principios.

Conclusión

La vida de un cristiano a comparación con la de un adventista son muy diferentes en


temas de costumbres y de religión, logrando que ambos conviertan su vida de una forma
liberal a la otra. Una de las diferencias mas comunes es que para un cristiano cree en la
inmortalidad del alma después de morir, el adventista no. Para un cristiano común, el
primer día de la semana es el domingo, Para los adventistas comienza el sábado. Los
cristianos bautizan a los niños desde pequeños (2), un adventista está en contra de ello.

Cabe mencionar que a pesar de las diferencias, ambas religiones se rigen bajos las leyes y
las creencias de Jesucristo.

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