12-04-2013 - PENAL 1928-2011-Improcedente Sobreseimiento-Ordenar Acusar

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 12

12/04/2013 – PENAL 1928-2011

Existe fundamento serio para abrir a juicio por el delito de conspiración para
cometer obstrucción de justicia, cuando los medios de investigación practicados
proporcionan elementos de juicio suficientes para concluir en la probable comisión
del mismo y las circunstancias de modo, tiempo y lugar en que pudo haber
participado el procesado. Este es el caso, cuando como resultado de
intercepciones telefónicas, seguimientos y vigilancias, se puede presumir
razonablemente el concierto del procesado con otras personas para cometer
obstrucción de justicia, medios de investigación que fueron utilizados por la
juzgadora para declarar la apertura a juicio por el delito relacionado en contra de
los demás sindicados, excluyendo únicamente a uno, con el argumento de que era
abogado defensor de dos acusados por otros delitos, violentándose así el principio
jurídico de que, a la misma razón la misma disposición.

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, CÁMARA PENAL: Guatemala, doce de abril


de dos mil trece.
I) Se da cumplimiento a la ejecutoria proveniente de la Corte de
Constitucionalidad, según sentencia del doce de febrero de dos mil trece, emitida
en el expediente número dos mil ciento treinta y cinco – dos mil doce. II) Se tiene a
la vista para resolver el recurso de casación por motivo de fondo, interpuesto por
el Ministerio Público, contra la resolución emitida por la Sala Primera de la
Corte de Apelaciones del ramo Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente,
el dos de agosto de dos mil once, en el proceso penal que, por el delito de
conspiración para cometer obstrucción de justicia, se sigue en contra del
acusado Mynor Augusto Valenzuela.

I. ANTECEDENTES

A) Hecho acusado. El acusado, el once de agosto de dos mil diez, se concertó


con los señores Edgar Guillermo Véliz Aguilar, Manolo Josué De León Letona y
Gloria Floridalma Hernández Reyes, para realizar ofrecimiento o beneficio
económico para obstaculizar la aportación de pruebas en un proceso donde se
encontraban procesados los señores César Adolfo Higueros Ponce y Víctor Emilio
Cruz Najarrro, quienes fueron detenidos el tres de agosto de dos mil diez, con
once kilos de cocaína. Para esto, dicho día se llevó a cabo una reunión en un
restorán de la zona diez de esta ciudad capital, en la que él participó junto con las
personas antes indicadas, y en esa reunión se acordó que el referido procesado
realizaría las siguientes acciones: como defensor técnico de los procesados
indicados, buscaría ofrecer medios de investigación ante el Ministerio Público, que
desvirtuaran la detención de sus defendidos, presentando a miembros de la
organización criminal para que dieran información falsa ante el ente investigador, y
así poderlos presentar como testigos, ante un posible debate; asimismo, debería
esperar el resultado de los actos de los demás conspiradores para plantear
diversos actos procesales tendientes siempre a la liberación de los procesados,
habiendo buscado un beneficio económico ilícito al solicitar parte del soborno que
otros miembros ofrecerían a la Fiscal Generalinterina que ocupaba el puesto en
esas fechas. Edgar Guillermo Véliz Aguilar, aprovechando que había sido
secretario de un juzgado de paz penal, donde había tenido relación laboral con el
juez Óscar Sagastume, juez contralor de la causa en la que se encontraban
procesados los señores César Adolfo Higueros Ponce y Víctor Emilio
Cruz Najarro, debía hablar con dicho juez para saber cuál era su criterio y qué
acciones procesales debían emprender para la liberación de los procesados.
Gloria Floridalma Hernández Reyes, aprovechando que laboraba como auxiliar
fiscal en el Ministerio Público, buscaría contactos dentro de dicha institución para
saber el estado de la investigación y hablar con los fiscales encargados de la
misma para ofrecerles beneficios económicos. Para esto se puso en contacto con
el señor Francisco José Mendoza Eguizábal, quien laboraba como agente fiscal
de la Fiscalía de Delitos contra la Narcoactividad, siendo infructuosos sus
esfuerzos, por lo que entonces intentó ofrecer una cantidad de dinero a la Fiscal
General de la República, quien fungía de forma interina, a través de terceras
personas, no habiendo logrado su objetivo. Asimismo buscaría atrasar la
realización de las audiencias, con la intención de destruir la evidencia (cocaína),
antes de su incineración. Manolo Josué De León Letona, se encargaría de
conseguir el dinero que ofrecieran los demás miembros de la organización, y ver
que las actividades marcharan de acuerdo a lo planificado en la reunión. Según el
ente investigador, este hecho es constitutivo del delito de conspiración para
cometer obstrucción de justicia.
B) Del fallo del a quo. La Juez Primero de Primera Instancia
Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente del departamento de
Guatemala, el dieciocho de febrero de dos mil once, resolvió sobreseer el proceso
a favor de Mynor Augusto Valenzuela, sindicado del delito de conspiración para
cometer obstrucción de justicia. La juzgadora estimó que, no obstante en las
conversaciones telefónicas, efectivamente el acusado entabló conversaciones
más que todo con Gloria FloridalmaHernández Reyes, toma en cuenta esta
situación: el acusado MynorAugusto Valenzuela, fue contratado por parientes de
César Adolfo Higueros Ponce y Víctor Emilio Cruz Najarro, para la defensa
técnica, ya que éstos fueron detenidos llevando once kilos de cocaína según el
Ministerio Público. En este caso, la obligación del abogado defensor, tal como lo
ordena la Constitución, es defender a su cliente. Para sindicarle a una persona de
un delito, debe reunir todos los elementos, en este caso, la conducta desplegada
por el sindicado no reúne un elemento que es esencial, la antijuridicidad. Por
experiencia, el abogado defensor debe buscar todos los medios a su alcance para
defender a la persona que está siendo sindicada de uno o varios delitos; sin
embargo, en las conversaciones telefónicas se puede establecer de que
efectivamente el acusado Mynor Valenzuela comparece a la zona seis donde se
encuentra ubicado el lugar donde se incinera la droga, pero si él hubiese tenido la
intención de hacer cosas fuera de la ley o cuestiones ilegales, hubiera planteado
ante el juzgado que conoce del asunto, algún tipo de excusa para no comparecer
a la audiencia, pero no existe mala fe por parte del abogado defensor, pues, se
presentó a las instalaciones para que se llevara a cabo la audiencia
correspondiente. Efectivamente comparecieron personas a la fiscalía a declarar,
pero no dicen cuestiones contrarias a lo que efectivamente sucedió, aparte de eso,
es de tomar en cuenta que el memorial que se presentó al Ministerio Público, el
abogado no propone esos medios de investigación, sino que los proponen los dos
acusados, César Adolfo Higueros Ponce y Víctor Emilio Cruz Najarro. El elemento
de antijuridicidad no concurre en el presente caso, por tal circunstancia, el
Ministerio Público no cuenta con los medios de investigación materiales y
pertinentes para convencer a la juzgadora de la probabilidad de la participación de
dicho sindicado en el ilícito penal que se le imputa.
C) Del recurso de apelación. Contra lo resuelto por el a quo, el ente fiscal
interpuso recurso de apelación alegando que, la juzgadora reconoce la
participación del sindicado Valenzuela en el ilícito imputado, al considerar que
“realizó actos, pero que éstos no eran antijurídicos”. Partiendo de la existencia de
una conspiración, y que además el acusado en cuestión, estuvo presente en el
acto donde se concertaron quienes en ésta participaron, se tiene en ese momento
por consumado el tipo delictivo, y por lo tanto el acusado como parte de esa
conspiración. En una conspiración, no todas las personas deben realizar actos
claramente ilegales, pues, basta con que realice actos legales, con un fin o
propósito ilegal. Este es el caso del señor Mynor Augusto Valenzuela, pues, era de
su conocimiento el fin ilícito que perseguía al conspirar. De ahí que, al evaluar sus
actos en forma aislada y no dentro de una conspiración, la Juez de conocimiento
incurrió en error al deducir que él únicamente realizaba su labor profesional como
abogado director. En la resolución del a quo se hace caso omiso de los medios de
investigación que establecen que el acusado, como parte de esta conspiración,
sabía que su fin era ofrecer dádivas a funcionarios públicos, y en una
conversación telefónica indicó que él se quería beneficiar económicamente por
estas dádivas a funcionarios públicos.
D) De la resolución de la Sala de Apelaciones. La Sala Primera de de la
Corte de Apelaciones del ramo Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente,
dictó sentencia el dos de agosto de dos mil once, no acogió el recurso de
apelación. Consideró que, la resolución impugnada se adecua a derecho, en
primer lugar porque: “no quedo (sic) evidenciado que ambos acusados
concertaran con otra u otras personas con el objeto de cometer uno o varios
delitos, elemento necesario que da lugar a la existencia y estructura del tipo penal
del que fueran acusados, sino por el contrario, la acción realizada
por Mynor Augusto Valenzuela, la efectuó en el ejercicio de una practica (sic)
usual en su labor profesional como abogado director (…)”.

II. MOTIVO DEL RECURSO DE CASACIÓN

El Ministerio Público planteó recurso de casación por motivo de fondo, invocando


el caso de procedencia contenido en el numeral 2 del artículo 441 del Código
Procesal Penal. Denunció errónea interpretación de los artículos 3 y 9 de la
Ley contra la Delincuencia Organizada. Argumenta que, el reconocimiento de la
existencia de la conspiración se da expresamente por parte de la Juez de primer
grado, al abrir a juicio en contra de otros sindicados, quienes se reunieron junto
con el señor Valenzuela, realizando de esta forma la concertación, que es el verbo
rector necesario para que se pueda tipificar esta actitud criminal. El ad quem, al
resolver indicó que no existió concertación, lo cual es erróneo, pues se encuentra
documentada con video y fotografía el lugar, fecha y hora en la que se llevó a
cabo la reunión y se tienen interceptaciones telefónicas donde los acusados
hablan de los planes criminales que llevaron a cabo a raíz de lo concertado en la
cita. La diferencia estriba en el criterio de si estos actos son parte de su actuar
profesional como abogado. La autoridad impugnada cae en error de tipificación
porque evalúa los actos del sindicado de forma aislada, y no dentro del todo, que
era la conspiración, de la cual él tenía pleno conocimiento de su fin ilícito. Los
actos realizados por el acusado Valenzuela son típicos, pues, se concertó con
otros sujetos procesales, a quienes sí se les abrió juicio por este delito. El hecho
de tener un título de abogado, no da derecho de ofrecer sobornos, de desaparecer
pruebas y de corromper la justicia.
Inicialmente, la pretensión del Ministerio Público al plantear el recurso de casación
era que se abriera a juicio el proceso seguido en contra de Mynor Augusto
Valenzuela y José Alejandro Véliz Domínguez, por el delito de conspiración para
cometer obstrucción de justicia; sin embargo, posteriormente, en memorial
presentado el veintiséis de enero de dos mil doce, el suscrito agente fiscal indicó
que, la resolución de segunda instancia fue proferida de conformidad con la ley, en
relación a José Alejandro Véliz Domínguez, por el delito relacionado, por tal razón
desiste de continuar con el trámite de la impugnación planteada a favor de dicho
procesado.
Por tal razón, el Tribunal de Casación únicamente se circunscribirá a realizar el
análisis correspondiente en relación al procesado MynorAugusto Valenzuela.

III. ALEGATOS EN EL DÍA DE LA VISTA

Se señaló vista pública el seis de marzo de dos mil doce, a las once horas, para la
cual, las partes presentaros sus alegaciones en forma escrita, evacuando así la
audiencia conferida.

IV. SENTENCIA DE CÁMARA PENAL

Esta Cámara dictó sentencia el seis de marzo de dos mil doce, anulando el
sobreseimiento decretado a favor de Mynor Augusto Valenzuela y ordenó a la
jueza contralora de la investigación, continuar con el trámite del proceso penal
contra el sindicado.

V. SENTENCIA DE LA CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD


La Corte de Constitucionalidad, en sentencia del doce de febrero de dos mil trece,
emitida en el expediente número dos mil ciento treinta y cinco – dos mil doce,
amparó al postulante, al considerar que el fallo de la Cámara Penal no cuenta con
la fundamentación que exigen los artículos 11 Bis, 332 y 340 del Código Procesal
Penal, pues, es necesario indicar si existe o no fundamento para someter al
procesado a juicio oral, no solo por la probabilidad de su participación en el ilícito
penal que se le imputa, sino también por la probabilidad de que los hechos
específicos a él imputados pueden ser demostrados en el debate. En
consecuencia, el Tribunal Constitucional dejó en suspenso en forma definitiva la
resolución emitida por esta Cámara y ordenó que se emitiera un nuevo fallo.
En cumplimiento de dicha resolución, se entra a conocer nuevamente el recurso
de casación.

CONSIDERANDO
-I-

De los antecedentes se extrae que el Ministerio Público, al formular acusación y


solicitar apertura a juicio en contra del procesado MynorAugusto Valenzuela,
fundamentó el requerimiento fiscal con los siguientes medios de
investigación: 1) Discos que contienen las comunicaciones telefónicas, y los
seguimientos y vigilancias, con las autorizaciones judiciales respectivas que
acreditan la legalidad, así como el dictamen que contiene la síntesis de todas las
comunicaciones y vigilancias. 2) Declaración en calidad de testigo del señor
Francisco Jose Mendoza Eguizábal, como prueba anticipada. 3) Documentos que
acreditan la identidad del acusado. 4) Informe de los bienes inmuebles que se
encuentran registrados a nombre del acusado. 5) Informe de la Junta Directiva del
Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala. 6)Información testimonial del
señor Carlos Salvador Espinoza Castañeda. 7) Informaciones testimoniales de
Vivian Patricia De León Letona, Manolo Josué De León Letona, Jorge Fernando
Molina Cruz, Ángel Manuel Barrios Cruz, Josué Manuel
Castillo Castillo, Hellen Graciela Hernández López y Aura Leticia Higueros Ponce,
lo cual se ofrece como copia simple.

-II-
El proceso penal tiene por objeto la averiguación de un hecho señalado como
delito o falta y de las circunstancias en que pudo ser cometido; el establecimiento
de la posible participación del sindicado; el pronunciamiento de la sentencia
respectiva, y la ejecución de la misma (artículo 5 del Código Procesal Penal).

PARA ABRIR A JUICIO es condición necesaria que la hipótesis acusatoria esté


soportada en medios de investigación que hagan probable la existencia del hecho
y la participación del sindicado en el mismo. Como toda hipótesis, también la
acusatoria está supeditada a prueba, por ello, los elementos probatorios aportados
a juicio, deben ser coherentes para determinar la existencia del hecho imputado, la
responsabilidad de la ejecución de ese hecho por parte de la persona sindicada, y
las circunstancias concomitantes para la fundamentación de la sanción que deba
imponerse; es decir que, la prueba debe ser pertinente.

LA FASE INTERMEDIA no tiene por finalidad resolver sobre la culpabilidad o


inocencia del acusado, su objetivo es permitir al juez evaluar si existe o no
fundamento serio para someter a una persona a juicio oral y público por la
probabilidad de su participación en un hecho delictivo y por la probabilidad de que
los hechos específicos a él imputados pueden ser demostrados en el debate.

Una de las formas de concluir el proceso penal, es por medio del


SOBRESEIMIENTO. Esta figura procesal es un acto conclusivo que se produce
por la falta de alguna de las condiciones para la imposición de una pena y por la
ausencia de pruebas para requerir fundadamente la apertura a juicio.

En el presente caso, para sobreseer el proceso, como ya quedó indicado, el


razonamiento de la jueza de primer grado en síntesis versó sobre que, no obstante
en las conversaciones telefónicas, efectivamente, el acusado entabló
conversaciones más que todo con Gloria Floridalma Hernández Reyes, fue en el
ejercicio de la defensa técnica de los procesados César Adolfo Higueros Ponce y
Víctor Emilio Cruz Najarro; que la conducta desplegada por el sindicado no reúne
un elemento que es esencial, la antijuridicidad; además, que observó buena fe
porque el procesado se presentó para la audiencia al lugar donde se incinera la
droga, y que los testigos fueron propuesto por los dos acusados (César
Adolfo Higueros Ponce y Víctor Emilio Cruz Najarro), y no dijeron nada contrario a
lo que realmente pasó, concluyendo en que el Ministerio Público no cuenta con los
medios de investigación para convencer a la juzgadora.

Desde el punto de vista sustancial, ese razonamiento no es congruente con los


elementos procesales que justifican la procedencia del sobreseimiento –falta de
alguna condición para la imposición de una pena y/o ausencia de pruebas para
requerir fundadamente la apertura a juicio- ya que la juzgadora justifica el actuar
del procesado debido a que en ese entonces ejercía la defensa técnica de los
acusados César Adolfo Higueros Ponce y Víctor Emilio Cruz Najarro,
razonamiento totalmente ilegítimo, pues, precisamente en el ejercicio de la
profesión, los abogados tienen el deber de velar por la más rigurosa legitimidad y
justicia. El postulado de probidad regulado en el Código de Ética Profesional del
Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala, presupone que, en ningún caso, el
abogado debe promover o tolerar el cohecho a jueces, funcionarios públicos o
empleados auxiliares, además, el citado código establece que el abogado no debe
inducir a los testigos a que se aparten de la verdad (artículos 20 y 29).

En otro orden de ideas, el tipo penal de conspiración castiga el pacto o acuerdo


para delinquir, por lo que no es necesario para su consumación, ni si quiera que
se inicie la fase de ejecución del delito por el cual conspiraron, por ello, carece de
legalidad el razonamiento de la juzgadora, porque se enfocó a los actos
posteriores al acuerdo para delinquir, criterio totalmente erróneo, toda vez que la
ley castiga ese concierto para cometer determinados ilícitos penales,
independientemente de las penas asignadas a los delitos cometidos.

Por lo expuesto, ese razonamiento no es congruente para justificar la procedencia


del sobreseimiento, porque existen pruebas para requerir fundadamente la
apertura a juicio, como se detallará en lo sucesivo.
Si bien, en esa etapa procesal, el juez no tiene facultad para valorar la prueba,
puesto que ésta se produce solamente en el debate oral y público, dicha limitante
no lo exime de la obligación de análisis y pronunciamiento en relación si con
fundamento en los medios de investigación existe o no la posibilidad de sustentar
los hechos endilgados a la persona procesada.

-III-
Los hechos que se le imputan al procesado, según el ente investigador, encuadran
en el tipo penal regulado en el artículo 3, literal g.1) de la Leycontra la
Delincuencia Organizada, que regula: “Conspiración. Comete el delito de
conspiración quien se concierte con otra u otras personas con el fin de cometer
uno o más delitos de los enunciados en el presente artículo. Las penas a imponer
a cada persona por conspiración serán las mismas señaladas para el delito que se
conspira, independientemente de las penas asignadas a los delitos cometidos. Los
delitos a los que se hace referencia en el primer párrafo de este artículo son los
siguientes: (…) g.1) Asociación ilícita, asociación ilegal de gente armada,
entrenamiento para actividades ilícitas, uso ilegal de uniformes o insignias,
obstrucción de justicia. (…)”.

La figura delictiva de conspiración fue instituida para prevenir, se distingue del


delito de peligro en que en éste, la acción que pone en riesgo bienes jurídicos se
realiza, en cambio en la conspiración nunca estuvo en peligro el bien jurídico,
y depende de los concertados desistir de la intención de realizar el delito; de
conformidad con la ley, este delito se consuma cuando se llega al acuerdo, sin que
sea necesario que se verifique o lleve a cabo algún acto preparatorio.

En esa virtud, la hipótesis acusatoria, que en contradictorio debe probarse, se


centra en que, Mynor Augusto Valenzuela, se concertó con otras personas
para realizar acciones tendientes a obstruir la justicia. Por ello, para acreditar la
pretensión del Ministerio Público, las pruebas pertinentes, son aquellas que se
enfoquen a acreditar lo acusado, el acuerdo para cometer acciones ilícitas.

De los medios de investigación aportados por el Ministerio Público en el momento


de formular acusación y solicitar la apertura a juicio, se establece que son idóneos
para discutir en contradictorio la comisión del delito imputado al acusado los
siguientes: i) Discos que contienen las comunicaciones telefónicas, y los
seguimientos y vigilancias, con las autorizaciones judiciales respectivas que
acreditan la legalidad, así como el dictamen que contiene la síntesis de todas las
comunicaciones y vigilancias; con lo que se pretender probar el concierto entre
Edgar Guillermo Véliz Aguilar, Manolo Josué De León Letona,
Gloria FloridalmaHernández Reyes y el procesado, prueba reina que utilizó la
misma juzgadora para declarar la apertura a juicio por el delito relacionado en
contra de Manolo Josué de León Letona, Vivian Patricia de León
Letona, Mynor Giovanni Álvarez Jacobo, Gloria Floridalma Hernández Reyes y
César Amílcar Guzmán, la jueza consideró que con las conversaciones telefónicas
era indudable que existía la probabilidad de la participación de los acusados en el
delito imputado. ii) Declaración en calidad de testigo del señor Francisco José
Mendoza Eguizábal, como anticipo de prueba, quien laboraba como agente fiscal
de la Fiscalía de Delitos contra la Narcoactividad, para aportar información que le
trasladó a la procesada Gloria Floridalma Hernández Reyes, quien también
ostentaba un cargo en el Ministerio Público. iii) Información testimonial del señor
Carlos Salvador Espinoza Castañeda, quien era el auxiliar que llevaba la
investigación ministerial del expediente abierto en contra de César
Adolfo Higueros Ponce y Víctor Emilio Cruz Najarro. iv) Informaciones
testimoniales de Vivian Patricia De León Letona, Manolo Josué De León Letona,
Jorge Fernando Molina Cruz, Ángel Manuel Barrios Cruz, Josué Manuel
Castillo Castillo, Hellen Graciela Hernández López y Aura Leticia Higueros Ponce,
es parte del expediente instruido en la Fiscalía contra la Narcoactividad, en contra
de los señores César Adolfo HiguerosPonce y Víctor Emilio Cruz Najarro.

Cámara Penal estima que, del análisis efectuado existe la probabilidad de la


participación de Mynor Augusto Valenzuela en el ilícito penal que se le imputa,
además, la probabilidad de que los hechos específicos a él imputados, puedan ser
demostrados en el debate. Solo en el contradictorio puede determinarse por parte
del tribunal de sentencia si estos medios de investigación, producen plena prueba
para determinar la culpabilidad o inocencia del referido procesado, en relación al
ilícito penal que se le imputa. Al decidir como lo hicieron, tanto el ad quemcomo el
a quo, han violado el principio jurídico de que, a la misma razón la misma
disposición, con el solo argumento que el acusado era defensor de dos
sindicados, algo que carece en absoluto de sustento jurídico y de donde se
desprende la afirmación de que no se trataba de un hecho antijurídico, creando en
función del legislador una nueva causa de licitud de la conducta típica.

Por las consideraciones anteriores, debe declararse procedente el recurso de


casación por motivo de fondo, y por lo mismo, debe admitirse la acusación y abrir
el juicio.

-IV-
El artículo 450 del Código Procesal Penal preceptúa: “Desistimiento. En cualquier
estado del recurso, antes de pronunciarse sentencia, la parte que lo interpuso
puede desistir de él.”
En el presente caso el Ministerio Público, desiste del recurso de casación que en
su oportunidad promovió en contra del procesado José Alejandro Véliz
Domínguez, lo cual efectúa previendo lo que dispone la ley de la materia, como
consecuencia de dicha solicitud, Cámara Penal aprueba el desistimiento
planteado.

LEYES APLICADAS

Artículos: citados y 1, 2, 12, 203, 204 y 211 de la Constitución Política de la


República de Guatemala; 5, 7, 11, 11 Bis, 16, 20, 21, 37, 43 numeral 7, 50, 160,
166, 437, 438, 439, 440, 442 y 446 del Código Procesal Penal, Decreto 51-92; 1,
9, 16, 57, 58, 74, 75, 76, 79 inciso a, 141 inciso c, 142, 143, 147 y 149 de la
Ley del Organismo Judicial, Decreto 2-89, ambos Decretos del Congreso de la
República de Guatemala.

POR TANTO

La Corte Suprema de Justicia, Cámara Penal, con base en lo considerado y leyes


citadas, al resolver DECLARA: I) En virtud del requerimiento del agente fiscal del
Ministerio Público, Edwin Antonio Castañeda González, se tiene por desistido el
recurso de casación, únicamente a favor del procesado José Alejandro Véliz
Domínguez. II) PROCEDENTE el recurso de casación por motivo de fondo,
regulado en el numeral 2 del artículo 441 del Código Procesal Penal, interpuesto
por el Ministerio Público. III) En consecuencia, se deja sin efecto la resolución
emitida por la Sala Primera de de la Corte de Apelaciones del ramo
Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente, el dos de agosto de dos mil
once, respecto a Mynor Augusto Valenzuela, y por lo tanto, se revoca el
sobreseimiento decretado por la Juez Primero de Primera Instancia
Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente del departamento de
Guatemala, el dieciocho de febrero de dos mil once. IV) Admitir para su trámite la
acusación planteada por el Ministerio Público, en los término en que ha sido
formulada en contra de MynorAugusto Valenzuela. V) Se abre el juicio
contra Mynor Augusto Valenzuela, por el delito de conspiración para cometer
obstrucción de justicia. VI) Vuelvan las actuaciones al Juzgado Primero de Primera
Instancia Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente del departamento de
Guatemala, para lo siguiente: a) que se pronuncie sobre las medidas de coerción
del imputado; b) que previa coordinación con el órgano administrativo
correspondiste, indique el tribunal de sentencia penal que conocerá el debate oral
y público; c) que se pronuncie sobre los sujetos procesales que comparecerán al
mismo, y se les emplace para que comparezcan al tribunal de sentencia que sea
designado; y, d) prosiga con el trámite del proceso de conformidad con la ley. Para
lo anterior deberá celebrar las audiencias que correspondan. Notifíquese, y con
certificación de lo resuelto, devuélvanse los antecedentes a donde corresponda.

César Ricardo Crisóstomo Barrientos Pellecer, Magistrado Vocal Segundo,


Presidente de la Cámara Penal; Gustavo Adolfo Mazariegos Mendizábal,
Magistrado Vocal Cuarto; Héctor Manfredo Maldonado Méndez, Magistrado Vocal
Quinto; Gustavo Bonilla, Magistrado Vocal Décimo Tercero. María Cecilia de León
Terrón, Secretaria de la CorteSuprema de Justicia

También podría gustarte