Rosario A La Virgen de Guadalupe
Rosario A La Virgen de Guadalupe
Rosario A La Virgen de Guadalupe
¡Oh clementísima! ¡oh piadosa! ¡oh dulce Virgen Mujer con la luna perecedera bajo tus pies.
María!.
Estrella de la Evangelización.
Ruega por nosotros santa Madre de Dios, para que
seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y Madre del verdadero Dios por quien se vive.
promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Madre, tú que amparaste a Juan Diego y a los
Amén.
más pequeños.
V. Cristo, ten piedad de nosotros Madre, tú que amparas a los enfermos, ancianos y
presos.
R. Cristo, ten piedad de nosotros
Madre, tú que amparas la vida del niño no nacido.
V. Señor, ten piedad de nosotros
Virgen, tú que comunicas el amor a la castidad y
R. Señor, ten piedad de nosotros pureza.
A las siguientes invocaciones vamos a responder: Virgen, tú que comunicas la búsqueda de silencio
¡RUEGA POR NOSOTROS! y meditación.
Hija predilecta del Padre. María, Reina del cielo y de todo el universo.
Templo del Espíritu Santo. Reina, tú que nos pides el respeto a toda vida
humana.
Virgen purísima, preservada del pecado original.
Reina, tú que nos pides la obediencia a los
María, hija fiel de Sión. derechos humanos.
María, obediente, pobre y humilde. Reina, tú que nos pides la real protección de los
derechos humanos.
María, llena de gracia y de todas las virtudes.
Reina, tú que nos pides la consagración a tu
Corazón inmaculado.
María, discípula perfecta de Cristo.
Reina, tú que nos pides el rezo diario del santo
María, entregada al apóstol Juan y a todos
rosario.
nosotros.
Reina, tú que comunicas la caridad con tus
María, imagen purísima de la iglesia.
hermanos más indigentes.
Reina, tú que comunicas el deseo de la entrega
total a Cristo y a su Iglesia.
ORACIÓN:
Reina, tú que comunicas la superación de
nuestros instintos egoístas. Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de
Dios, no desprecies las súplicas y oraciones que te
Reina, tú que nos pides la reparación de tantos hacemos en nuestras necesidades. Antes bien,
crímenes contra la vida del alma y del cuerpo. líbranos de todos los peligros, oh Virgen gloriosa y
bendita. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
Reina, tú que nos pides la solidaridad cristiana para que seamos dignos de alcanzar las divinas
con los hermanos más pobres. gracias y promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
María, signo celestial de la caída final del
maligno.
CONSAGRACIÓN A MARÍA:
María, signo celestial que prepara la última
venida de Cristo. ¡Oh señora mía! ¡Oh madre mía! Yo me ofrezco
enteramente a ti, y en prueba de mi filial afecto, te
María, signo celestial de victoria sobre las consagro en este día, y para siempre, mis ojos, mis
herejías, sectas y el ateísmo. oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra todo mi
ser. Ya que soy todo tuyo, ¡oh madre de bondad!,
guárdame y defiéndeme como instrumento y posesión
María, signo celestial de consuelo y esperanza
tuya. Amén.
de nosotros peregrinos.