Carta A Un Joven Profesor de Philippe M

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"Carta a un joven profesor" de Philippe Meirieu

La profesión docente está desvalorizada, afirma Philippe Meirieu por medio


de una encuesta a profesores de educación primaria con menos de cinco años de
antigüedad. Entre los ideales de su profesión y la realidad social, política y cultural,
los profesores/docentes, aceptan la mediocridad inevitable de lo cotidiano, según
palabras del autor, pero, nos alerta: “… no significa condenarse sin remedio a la
rutina y a la insignificancia. Ni, sobre todo, abandonar la esperanza de que pueda
ocurrir ‘algo’ importante, un día, en la clase.”

Más allá de los problemas institucionales, administrativos, familiares un


deseo atraviesa esas preocupaciones para adentrarse en la quietud y a la vez
inquietud de la enseñanza. Esto, Meirieu, nos los pone en evidencia en una frase
que me interesa destacar, ya que a partir de una metáfora, compara la vocación
docente: “…un violín excelente sin el talento de un violinista y la atención del
público no es nada más que un bonito objeto decorativo. Exactamente igual que
una lista de competencias que no cuentan con un proyecto que la apoye.”

En el primer capítulo del libro, su titulo ya nos deja un mensaje… ¿Por qué
elegir entre el amor de los alumnos y el amor al saber? Meirieu nos dice que la
docencia es una profesión centrada en el saber, porque las claves de su
transmisión, se encuentran en ese espacio en el que late ni más ni menos que la
enseñanza. Y nos deja una frase para reflexionar:

“Enseñar es organizar la confrontación con el saber y proporcionar las ayudas


para hacerlo propio.”

En base a esto, deriva otra cuestión: cada saber es importante, depende el


momento en el que cada individuo se encuentra, por lo que es importante que el
aprendizaje se acompañe y respalde. Además, que un estudiante aprenda con
facilidad, no quiere decir que tenga que asimilar todo naturalmente. Con un claro
ejemplo, Meirieu, refleja la importancia de la enseñanza: “El pequeño salvaje” una
película de François Truffaut, en donde se muestra a Itard un educador que intenta
instruir a Victor de l´Aveyron, y nos dice: “ningún ‘pequeño salvaje’ a quien se
haya privado durante mucho tiempo de la presencia humana ha llegado a
convertirse en adulto”. El aprendizaje y la enseñanza es un vinculo que se
construye con el esfuerzo y la dedicación reciproca. Una profesión centrada en el
saber, en la enseñanza, en el amor de los estudiantes, porque: “No importa donde
enseñéis y cuál sea vuestro público, siempre enseñáis algo a alguien. No hay
ningún profesor que no enseñe nada. No hay ningún profesor que no enseñe a
alguien. Todo profesor trabaja con esta difícil asociación entre objetos de saber e
individuos que deben asimilarlos”

Continua el recorrido de su libro en el capítulo 2, el cual nos presenta con el


siguiente título: “Enseñamos para que los demás vivan la alegría de nuestros
propios conocimientos”, y nos dice: “El 66% de docentes de institutos y colegios
reconoce que su elección profesional ha venido dictada desde muy pronto por el
encuentro con uno de sus docentes a lo largo de su escolarización”. La
enseñanza, un medio para retribuir a aquel maestro que nos permitió descubrir el
mundo y que su influencia nos ha ayudado a construirnos. Y esto nos alienta,
según Meirieu a intentar que se produzca el acto pedagógico.

Seguidamente, nos plantea otra cuestión: el espacio en donde se produce


la transmisión, lo que conecta la disparidad de nuestro ideal, con el de la vida
cotidiana. Nos plantea, como ya lo ha hecho en otro momento, la realidad que
como profesor él también ha vivido, para que no caigamos y tratemos de sentirnos
siempre esperanzados. De esta manera nos muestra la existencia de los posibles
acosos administrativos absurdos que obstruyen el proyecto de enseñanza del
docente: “Acabamos explotando. Y, en los momentos de cólera, acabamos
preguntándonos si los que se ocupan de la administración de nuestra institución
no tienen como objetivo principal impedir que enseñemos.”

El capitulo 3: “Nuestro proyecto de transmisión no puede conciliarse con las


presiones sociales que sufre la escuela”…Nos deja un mensaje… “Un proyecto
puede ser por el contrario, un contexto para expresar la propia libertad e inventiva.
Siempre con la condición de interpretarlo como una oportunidad de reflexionar y
enfrentarse a la propia esencia de la profesión”

¿Para qué? Para pensar en el acto pedagógico. Para reflexionar sobre nuestras
acciones. Para (continuando con la idea del anterior capitulo) no confundir los
sucesos institucionales con la enseñanza de nuestros estudiantes.

En el siglo XII, Comenius empleo por primera vez el término didáctica. Esto
lo cita Meirieu, para comenzar a tratar en el capítulo 4, el término eficacia.

“Y lo que denominamos didáctica no es nada más que la búsqueda mediante la


cual intentamos entender cómo funciona la cabeza de un alumno para que
asimile, lo mejor posible, los contenidos del programa.”

Eficacia:… “<< ¿Qué acción debe realizar el alumno sobre cierto objeto para
acceder a cierto conocimiento? >>”

La eficacia, que tiene que ver con el esfuerzo, para que aprendan a partir de
operaciones de pensamiento. Pero este esfuerzo, no tiene que ver con la
exigencia hacia el alumno, sino en una primera instancia, con la exigencia que
como docente tengo que fomentar en mi planeamiento de actividades que
prepararé para la enseñanza, en función de lo que pretendo que los estudiantes
aprendan…

“<<¿Cómo pueden mis alumnos sacar el máximo partido de la clase?, ¿qué


consejos pueden captar su atención?, ¿qué ejercicios puedo mandarles hacer
para comprobar de manera continuada que mis consejos son los adecuados? >>”.
En función a esto, surge una problemática: la evaluación y concluye…

“(…) mientras la nota siga siendo un sueldo por una labor realizada de forma más
o menos voluntaria y no se convierta en una indicación para situarse y progresar,
la escuela continuará precipitándose, irremediablemente, hacia la economía de
mercado.”

Focaliza, en el capítulo 5, en la exigencia, continuado el pensamiento del


anterior capitulo: “Todo nuestro esfuerzo consiste en hacer surgir la motivación en
el propio movimiento del trabajo: para ello proponemos tareas al alumno.”

Pensar el vocabulario a utilizar, a que vamos a apuntar, de qué manera,


considerar ejemplos… “De hecho, es necesario que la palabra más insignificante,
la expresión más insignificante, se hagan con una exigencia absoluta de calidad.”

En el capítulo 6: “Una preocupación que no tiene porqué ruborizarnos: la disciplina


en clase”…La disciplina tiene que ver con la didáctica, con el compromiso mismo
del trabajo que requiere la disciplina que se enseña.

Por eso Meirieu, plantea que la disciplina que se enseña y la que hay que
mantener es una misma cuestión. Depende con las condiciones que se plantean
para conseguir el trabajo, en función del espacio, de la interacción entre los
integrantes, de los valores que priman en la situación educativa.

Por último el capitulo 7: La escuela…”Es un espacio y un tiempo


estructurados por un proyecto específico que alía, a la vez, y de manera
indisociable, la transmisión de los conocimientos y la formación de los
ciudadanos.”

La escuela como institución, no como servicio…

La escuela para aprender que existen diferencias…

La escuela para aprender la distinción entre el “saber” y el “creer”…

La escuela para la búsqueda del bien común…

La escuela debe brindarles a los individuos la posibilidad de pensar por sí mismos.

“La educación democrática para la democracia”

Valoración crítica
“Todas las mañanas hay que retomar el camino a clase, aunque prefiramos hacer
otra cosa, no hayamos tenido tiempo de preparar las clases, tengamos miedo
metido en el cuerpo o el cansancio y el desánimo se apoderan de nosotros…Pero
aceptar la mediocridad inevitable de lo cotidiano no significa condenarse sin
remedio a la rutina y a la insignificancia. Ni, sobre todo, abandonar la esperanza
de que pueda ocurrir <<algo>> importante, un día, en la clase.”

Elijó esta frase para comenzar, ya que de alguna manera refleja el


pensamiento del autor, que permite que confiemos, a pesar de todo, en nuestra
profesión, en lo que ella misma se centra, en lo que cada uno de nosotros nos
basamos, en lo que creemos, en lo que esperamos. Permite que consideremos en
primer lugar a los estudiantes, ya que hacia ellos se dirigen nuestros propósitos.

Me pareció un libro de lectura ligera, muy comprensible, que posibilita


discusiones que son parte de lo cotidiano….porque conocer aspectos de la
realidad permite replantearnos sobre esos aspectos. Nos permite creer en la
esperanza, pero no una esperanza que surge de la nada, sino que nace de la
confianza en nuestra profesión.

Esfuerzo, eficacia, exigencia, dedicación, disciplina…que se confluyen


mutuamente para pensar en el acto pedagógico, en ese vínculo de enseñanza y
aprendizaje reciproco. La disciplina, que tiene que ver con la didáctica, con lo que
se va a enseñar, en cómo se va enseñar, a través de que herramientas... Es en
este momento donde aparece la eficacia, en la elección del trabajo que se va a
plantear al alumno, para que este pueda aprender de la mejor manera… lo que va
a depender del esfuerzo, de la dedicación, de las exigencias que entren en
juego…

“Aprender quiere decir ver cómo se tambalean las propias certezas, sentirse
desestabilizado y necesitar, para no perderse o desalentarse, puntos de referencia
estables que solamente puede proporcionar un profesional de la enseñanza.”

Me parece interesante, que el autor hace referencia a la realidad, a lo que


puede ser posible que suceda y pone a la vista herramientas, como recurso en los
cuales podemos apoyar nuestra acción, nuestro pensamiento.

La manera en que desarrolla su capítulo sobre la disciplina me pareció, en


particular, muy interesante, en primer lugar, porque me parece que presenta las
ideas que va tratando a lo largo de su libro. Por otro lado, porque creo muy
importante que la disciplina que hay que mantener en un espacio pedagógico,
tiene que ver con el mismo trabajo y esfuerzo que motiva el desarrollo sobre la
disciplina que se enseña… Creo, que el orden, tiene que ver con el concepto de
“orden” que cada uno considera para que la enseñanza y el aprendizaje sean de
calidad, y también, creo que el esfuerzo se debe dar primero en un plano personal:
en cuanto cómo docente me esfuerzo, para considerar posteriormente, qué
determino por este concepto y de qué va a constar en mi práctica y con qué
criterios. Aunque, por supuesto, me pregunto sobre el cómo hacer, de todos
modos, considero que particularmente, Meirieu, abre la reflexión como
herramienta, para poder considerar ciertos aspectos… porque no es tan fácil, pero
es en ese “no tan fácil” en donde la esperanza debe estar enraizada. Como dice
Meirieu, es la intencionalidad del acto pedagógico lo que nos mantiene de pie.

El libro está centrado, según mi parecer y que está a la vista


constantemente, en la valorización de la profesión, que si bien socialmente no es
muy considerada, esto se da porque se priman los aspectos superficiales, porque,
pienso, que si se pensará sobre lo general, entraríamos, por lo menos a
reflexionar sobre la enseñanza, que va de la mano junto con el aprendizaje, y
pensaríamos en verdad que no es así nomás la cuestión.

“No basta con saber leer para poder enseñar lectura a los niños, de igual manera
que no basta con saber practicar el salto de altura para ser profesor de educación
física y deportes”

Hay algo más, que atraviesa el simplismo tradicional.

Meirieu nos habla desde su experiencia, y nos transmite el valor de la


enseñanza, que más allá de las desvalorizaciones que tengan que atravesar, no
hay que dejar de lado los fundamentos que tenemos sobre nuestra ética
profesional.

“Así es como, en la dinámica misma del acto de enseñar, en el propio acto de


aprender, podremos encontrar con qué instituir la escuela y construir un futuro
posible para los hombre”

Desde un comienzo, Meirieu, alienta sin límites a los docentes o futuros


docentes y nos dice que detrás de la caricatura (en este caso, estereotipo que la
sociedad hace de la profesión) existe una dimensión oculta, un deseo, una
esperanza, un ideal “imposible”, pero posible de suceder, que puede ocurrir
cuando menos lo esperamos.

La dimensión que con el modelo creado de la caricatura se deforma ante


los ojos sin esperanza, a quienes permanece oculta.

Queda un resto… la esencia del acto docente pedagógico, que justifica la


profesión docente…

…la esencia: la transmisión, en su sentido más profundo…

Principales cuestiones abiertas para la formación del profesorado


“Todas las mañanas hay que retomar el camino a clase, aunque prefiramos hacer
otra cosa, no hayamos tenido tiempo de preparar las clases, tengamos miedo
metido en el cuerpo o el cansancio y el desánimo se apoderan de nosotros…Pero
aceptar la mediocridad inevitable de lo cotidiano no significa condenarse sin
remedio a la rutina y a la insignificancia. Ni, sobre todo, abandonar la esperanza
de que pueda ocurrir <<algo>> importante, un día, en la clase.”

(Página13. Párrafo 2. Renglón10).

“Porque como se supone que todo está aclarado, tanto en los contenidos que hay
que enseñar como en las numerosas tareas impuestas por las institución, sabéis
perfectamente – aunque no os atreváis a confesarlo- que queda <<un resto>>”

(Pág. 13.3.25)

“Pero un violín excelente sin el talento de un violinista y la atención del público no


es nada más que un bonito objeto decorativo. Exactamente igual que una lista de
competencias que no cuenta con un proyecto que la apoye.”

(Pág.14.1.8)

“Y, efectivamente, más allá de todas las evaluaciones que hay que realizar, ser
profesor es una forma particular de estar en el mundo.”

(Pág.14.2.13)

“Y, no obstante, detrás de la caricatura, sin duda hay algo de verdad: un profesor
siempre sigue siendo más o menos <<profesoral>>. Tiene una manera especial de
mirar el mundo. De entrada, una manera de situarse, en un proyecto de
transmisión que hace que se considere a los niños y los conocimientos de forma
original.”

(Pág.15.1.1)

“Todo esto es lo que hace al profesor. Todo lo que he visto nacer en vosotros,
durante vuestros estudios, y observar, tanto en mi mismo como en mis colegas,
desde hace muchos años: un proyecto que supera, con creces, la necesaria
definición administrativa de nuestras tareas, una perspectiva que constituye la
piedra angular de nuestra identidad profesional. Algo de lo que no hablamos
prácticamente nunca, y si embargo, algo de lo cual no dejáis de correr: un <<acto
pedagógico>>.”

(Pág.15.2.20)

“Es cierto que no sabéis describir vuestra espera pero, curiosamente, sí sabéis
reconocer su realización”

(Pág.15.3.29)

“Entre el maestro y los niños, el acto pedagógico está allí, palpable, presente: la
armonía se logra espontáneamente, la corriente fluye y se produce la
transmisión.”

(Pág. 17.2.21)

“Me gustaría enseñaros que, a pesar de la avalancha de instrucciones más o


menos oficiales y de la complejidad de nuestra institución escolar, a pesar de la
burocracia a la que debemos someternos a diario, a pesar de que nuestros
alumnos se han modelado a partir de la mediocridad televisiva, a pesar de las
presiones sociales que se ejercen sobre nosotros desde todas partes, a pesar de
la desaparición, en nuestro entorno escolar, al igual que en muchas de nuestras
reuniones de docentes, de toda huella de poesía, todavía es posible que se
produzca transmisión en la clase, y que, de golpe la profesión adquiera sentido.”

(Pág.18.2.18)

“(…) con el fin de hacer frente a todo esto, necesitamos restaurar con regularidad
nuestra unidad.”

(Pág.19.1.2)

“Creo que ya ha llegado el momento de mirar de cerca la dimensión oculta de


nuestra profesión, esta intencionalidad profesional primera que nos instituye como
profesores. En el sentido propio del término: ella es la que nos mantiene en pie.”

(Pág.19.2.8)

“Así que hay que superar la representación tradicional que pone en oposición a la
enseñanza primaria y la secundaria. Por una parte, no hay monitores benévolos
sin verdaderas competencias disciplinares y, por la otra, expertos especializados
sin la preocupación de apoyar a las personas.”

(Pág. 23.2.11)

“En la escuela primaria, igual que en el instituto, hay contenidos rigurosos que
exigen un conocimiento profundo de lo que se enseña y de los mecanismos
mentales que esto supone poner en marcha.”

(Pág.23.3.18)

“No basta con saber leer para poder enseñar lectura a los niños, de igual manera
que no basta con saber practicar el salto de altura para ser profesor de educación
física y deportes”

(Pág.24.1.1)

“Así que no se trataría de enfrentar una profesión <<centrada en el alumno>> que


se dedica a ayudarlo a comprender y superar los obstáculos con que se
encuentra, con una profesión <<centrada en el saber>>, que se contenta con
transmitir los conocimientos a los individuos a quienes se anima a realizar una
labor personal, esforzarse día a día y comprometerse con ella de forma autónoma.
En cualquier caso, el profesor debe a la vez permitir a cada alumno abordar un
saber que le sobrepasa y proporcionarle la ayuda necesaria para que lo
interiorice. Al mismo tiempo debe solicitar el compromiso de la persona y poner a
su disposición los recursos sin los cuales no podrá obtener buenos resultados en
su aprendizaje.”
(Pág.24.2.16)

“Ni cuidados maternales, ni abandono, la verdadera enseñanza a todos los niveles


adopta a la vez el carácter inquietante del encuentro con lo desconocido y el
apoyo que aporta la tranquilidad necesaria. No exime al alumno de tirarse a la
piscina, de lanzarse a una aventura inédita para él, pero le da algunos consejos
para no ahogarse, le indica algunos movimientos para avanzar y prevé el uso de
una cuerda por si da un paso en falso.” (Pág. 25.1.8)

“En cada aprendizaje el alumno se enfrenta a algo que lo supera. Algo que
requiere, de su parte, un compromiso y una aceptación de riesgos que nadie
puede asumir en su lugar.”

(Pág. 25.2.15)

“Hace falta haber perdido la memoria de nuestro propio aprendizaje para creer
que una mirada del maestro, aunque sea especialmente atenta y benévola,
dispensa al alumno el esfuerzo mediante al que escapa, con mil aprensiones y
dificultades, de las arenas movedizas de <<no lo conseguiré>>…

Este es el motivo por el que el saber de los pequeños no es un saber pequeño.”

(Pág.25.2 y 3.27)

“Y, si bien les toca a los adultos acompañar más de cerca en su aprendizaje a los
alumnos de la escuela primaria, esto no exime a los últimos, por muy jóvenes que
sean, de su compromiso y de su esfuerzo: la energía y la voluntad necesarias
para acceder a los lenguajes fundamentales son tan o más importantes que la
interiorización de los conocimientos universitarios.”

(Pág. 26.1.3)

“Aprender quiere decir ver cómo se tambalean las propias certezas, sentirse
desestabilizado y necesitar, para no perderse o desalentarse, puntos de referencia
estables que solamente puede proporcionar un profesional de la enseñanza.”

(Pág.26.2.25)

“Siempre es el mismo oficio: un oficio que asocia, en un único gesto profesional, el


saber y el seguimiento.”

(Pág.27.1.3)

“Y todavía hay más: el saber y el seguimiento son, desde la perspectiva del


profesor, una sola cosa.”

(Pág.27.2.8)

“(…) los obstáculos surgen en el encuentro entre el saber y los alumnos.


Aparecen cuando el profesor intenta hacer entender cómo se organizan los
conocimientos y los alumnos le transmiten su propia organización mental que
todavía no logra, por lo menos no de manera fácil, interiorizarlos.”

(Pág.27.2.18)

“No importa donde enseñéis y cuál sea vuestro público, siempre enseñáis algo a
alguien. No hay ningún profesor que no enseñe nada. No hay ningún profesor que
no enseñe a alguien. Todo profesor trabaja con esta difícil asociación entre
objetos de saber e individuos que deben asimilarlos.” (Pág.28.2.24)

“He aquí una serie se cosas de las que apenas hablamos y que, no obstante, son
nuestro bagaje común: todos vivimos en una disparidad, difícil de aceptar entre
nuestro ideal y nuestra vida cotidiana.”

(Pág.38.2.14)

“Creedme: no hay ningún profesor que esté a salvo de estas quejas. Y no os


sintáis culpables por ceder a ellas en algunas ocasiones. Es el inevitable reverso
de la moneda. El reverso de la ambición luminosa que nos ha hecho elegir esta
profesión...

Soy el primero en comprender- porque yo mismo lo he vivido- este sentimiento de


irritación frente a los que se presenta ante nosotros como un acoso administrativo
absurdo en comparación con nuestro proyecto de enseñar”.

(Pág.38.2.25)

“Por esto defiendo la idea iconoclasta según la cual sería conveniente que toda
persona que asume responsabilidades administrativas o pedagógicas mantuviera
un contacto regular con los alumnos: que el director del centro siga enseñando
algunas horas por semana su asignatura principal, igual que el inspector, e incluso
el inspector general. Que tanto los funcionarios de la administración central del
ministerio como los rectores y sus colaboradores sigan dando clase en el ámbito
escolar e universitario.

Para que nadie olvide de dónde emana y dónde puede regenerarse


continuamente el proyecto de enseñar.”

(Pág.40.3 y 4.25)

“No hay que perderse en delirios organizativos, sino que hay que entregarse a
proyectos que apoyan nuestro deseo de enseñar y suscitan la voluntad de
aprender de los alumnos…”

(Pág. 48. 2.18)

“<<¿Qué tengo que pedirles a mis alumnos que hagan hoy?, ¿con qué materiales
debo trabajar y qué consignas debo darles, para que todos ellos accedan a los
conocimientos que deseo transmitirles? >>. Un giro anodino, pero esencial. No
cabe plantearse la cuestión: <<¿Qué des voy a decir? >>, sino <<¿Qué les voy a
pedir que hagan? >>.”

(Pág. 56.1.8)

“Y lo que denominamos didáctica no es nada más que la búsqueda mediante la


cual intentamos entender cómo funciona la cabeza de un alumno para que
asimile, lo mejor posible, los contenidos del programa.”

(Pág. 55.2.7)

“<< ¿Qué acción debe realizar el alumno sobre cierto objeto para acceder a cierto
conocimiento? >>”

(Pág. 57.1.7)

“No hay nada de complicado en este proceso, simplemente un esfuerzo


permanente para que aprender sea una verdadera <<operación mental>>, y no la
adquisición de un reflejo condicionado…”

(Pág. 57.2.19)

“No es muy complicado, sólo hay que ser rigurosos en la elección de los
materiales (de los objetos que se van a manipular, de las herramientas que se van
a utilizar, de la documentación que se va a consultar) y muy preciso en el
enunciado de las instrucciones. Todo ello para que <<trabajando en…>>, el alumno
consiga de verdad <<aprender a…>>”

(Pág. 57.2.25)

“<<Ya no se trata de ofrecer a los alumnos un balance de conocimientos, sino de


mostrar porqué vías la mente ha logrado adquirirlos >>”

(Pág. 58.2.20)

“Alguien que vuelve a cuestionar permanentemente los saberes que enseña.


Alguien que escapa, de una vez, de la pereza expositiva y del enquistamiento
recurrente… Formarse, en formación inicial y continua, no significa nada más que
buscar, construir, analizar, confrontar con colegas y expertos, situaciones de
aprendizaje.”

(Pág.59.2.27)

“No quiero la eficacia a cualquier precio. No si me obliga a renunciar a los valores


que considero propios del acto educativo.”
(Pág. 60.2.24)

“La búsqueda de la verdad, el pensamiento crítico, las referencias históricas y


culturales, la preocupación por la precisión y la perfección pueden muy bien
formar parte de las prácticas que conjugan acceso a la autonomía y formación
ciudadana.”

(Pág. 63.1.12)

“Asimismo, es imposible contentarse con manifestarse al grito de <<la escuela no


es una empresa >> , si no trabajamos desde dentro en la modificación de las
prácticas de evaluación para alejarnos del regateo escolar que nos remite de
verdad al sistema productivo: mientras la nota siga siendo un sueldo por una labor
realizada de forma más o menos voluntaria y no se convierta en una indicación
para situarse y progresar, la escuela continuará precipitándose,
irremediablemente, hacia la economía de mercado.”

(Pág. 64.2.13)

“De manera simétrica, del mismo modo que nos esforzamos por hacer surgir la
motivación en el trabajo debemos empeñarnos en poner en marcha un autentico
trabajo cada vez que nos apoyamos en la motivación.”

(Pág. 72.2.20)

“…a partir del momento en que se trabaja con la máxima exigencia, cualquier
actividad humana lleva en sí toda la inteligencia humana.”

(Pág. 76.3.15)

“También comprendí esta exigencia al escuchar a mis compañeros enseñar cómo


<<el aprendizaje permite a n individuo inmaduro y disperso convertirse en un
hombre maduro, centrado y responsable>>” (Pág.77.2.22)

“Quisiera que los profesores de asignaturas técnicas fueran reconocidos, del


mismo modo que los de las prestigiosas disciplinas generales, como los
auténticos intelectuales que son.”

(Pág. 78.3.27)

“Más que cultivar la nostalgia, tratemos, nosotros también, de estructurar el


espacio escolar como un verdadero espacio de trabajo.”

(Pág. 86.2.20)

“¿Por qué no tomarse el tiempo, antes de que lleguen los alumnos, de disponer
las mesas de tal manera que faciliten el tipo de comunicación que se quiere
promover? ¿Por qué no apuntar en la pizarra los objetivos y la evolución de la
sesión para que, al entrar, los alumnos sepan lo que se espera de ellos? ¿Por qué
no hacer con ellos el inventario del material que se va a necesitar para estar
seguros de que lo tendremos a mano?”

(Pág. 87.2.3)

“Todo depende, entonces de las consignas: explicar con firmeza lo que hay que
hacer y cuáles son las condiciones para conseguirlo.”

(Pág. 88.2.8)

“Efectivamente, la escuela es una institución en la que uno no se elige y en la que


debemos, sin embargo, trabajar y aprender juntos. Una institución, si, no un
simple servicio… ”

(Pág. 96.2.13)

“En la escuela se aprende a pasar, progresivamente, del punto de vista y los


intereses propios a la búsqueda del bien común.”

(Pág. 103)

“Es, justamente, el comienza del proceso de fabricación del bien común que
constituye el principio de la deliberación democrática.”

(Pág. 107.1.20)

“Así es como os convertiréis al mismo tiempo en profesionales del aprendizaje y


en militantes políticos – en el sentido más noble de la palabra- comprometidos, en
el día a día, con la creación de un mundo a la altura del hombre. Profesores de
escuela, seréis creadores de humildad.”

(Pág. 115.4.30)

Dudas y preguntas
1. ¿Por qué está tan desvalorizada la profesión docente? (Pág.9)

2. ¿Por qué la mayoría de los docentes piensan que no podrán alcanzar los
objetivos por los que se han comprometido? (Pág.9)

3. El deterioro de la relación docente- alumno ¿Está ligado con el deterioro del


vinculo padres/tutores- alumnos y/o padres/tutores- docentes? (Pág.9)

4. ¿Por qué los profesores jóvenes comienzan su profesión con menos


idealismo que los más veteranos? ¿Tendrá que ver con que son
conscientes de la realidad que se atraviesa actualmente en la sociedad?
(Pág.10)

5. ¿El deterioro del vinculo docente-estudiante contribuye al aumento de la


desvalorización docente? (Pág.10)

6. ¿Desde qué aspecto existe diferencia entre el profesor de primaria y el de


secundaria? (Pág. 21-22)

7. ¿Por qué se divide y de clasifica el valor de cada profesión? (Pág. 21-22)

8. ¿Por qué algunas disciplinas son consideradas más importantes que otras
en la educación de los niños? (Pág.21-22; 78)

9. ¿Es posible que la educación este entendida de diversas maneras en la


sociedad y que esta sea el motivo por lo que se dan ciertas
desvalorizaciones? (Pág.21-22)

10. En cuanto a la profesión docente ¿Somos todos conscientes de cuál es su


función? (Pág.21-22)

11. ¿Quiénes son los responsables de la educación de los niños? ¿Todos nos
hacemos cargo de nuestra responsabilidad? (Pág. 21-22)

12. Actualmente ¿Se educa con el ejemplo? (Pág.31 a 40)

13. ¿Entendemos todos lo mismo por enseñanza, o es algo que pasa


desapercibido?¿Y por transmisión? (Pág.31 a 40)

14. ¿Qué valores deben primar en el acto pedagógico? (Pág.31 a 40)

15. ¿Cuál debería ser la relación entre el docente y el sector administrativo de


la enseñanza (director, vicedirector, inspector? (Pág.31 a 40)

16. ¿El docente está subestimado en relación a los altos cargos de la


enseñanza? (Pág.31 a 40)

17. ¿Será que cuando el ser humano está en sectores más prestigiados se
olvida del lugar en donde creció? (Pág.31 a 40)

18. ¿Qué se espera de los estudiantes? ¿Depende esto de los diversos


sectores? (Pág.31 a 40)

19. ¿Qué sucede con los altos cargos de la enseñanza, que se supone que
conocen la tarea docente y sus preocupaciones, pero sin embargo imponen
obstáculos a los mismos de manera que no puedan desempeñar su
función? (Pág.31 a 40)

20. Las evaluaciones, ¿son los únicos indicadores de éxito escolar? (Pág.61 a
63)

21. ¿Entendemos todos lo mismo por exigencia? (Pág. 70 a 71)

22. ¿Cuál es la función de la escuela? (Pág. 72)

23. ¿Qué entendemos por disciplinar? ¿Qué valores entran en juego? (Pág. 81
a 92)

24. ¿Para qué debe educar la escuela? (Pág. 94)

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