Capitalismo

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El capitalismo industrial es una nueva fase de este sistema económico, que llega en medio de un

proceso de las revoluciones políticas y tecnológicas en la segunda mitad del siglo XVIII. Con esta nueva
etapa se supera el capitalismo comercial, también conocido como mercantilismo, que surgió a finales del
siglo XIV y se prolongó hasta preceder al capitalismo industrial. Muchos asuntos económicos, sociales y
políticos han contribuido al desarrollo de esta nueva forma de capitalismo. En economía, el impacto
mayor fue promovido por los cambios en las técnicas y en el modo de producción. Las máquinas
comenzaron a ser utilizadas en gran escala, haciendo que excedieran los métodos de producción
anterior, de carácter artesanal, más costosos y menos productivos. Este proceso se conoce como la
Revolución Industrial y comenzó en Inglaterra. Tanto desde el punto de vista de la economía como de la
política, otro cambio importante fue la independencia de los Estados Unidos, a través de la Revolución
Americana de 1776. Dicha revolución fue la primera gran conmoción en los fundamentos del
mercantilismo, el sistema colonial, en el que las colonias americanas, africanas o asiáticas
permanecieron sumisas a los intereses de las metrópolis europeas.

Fuente original: Escuelapedia.com

La primera Revolución Industrial Este modelo de capitalismo comenzó a desarrollarse a partir de 1760,
cuando Inglaterra experimentó la primera Revolución Industrial. Lo que marca esta etapa es la invención
del telar y la máquina de vapor, el uso del carbón y el hierro. Estas son las características de la industria
textil, que empleaba a los campesinos, obligados a abandonar el campo por falta de trabajo. Desde
entonces, comenzó a componer la población de las grandes ciudades. Desde 1860, otros países también
han invertido en la formación de sus industrias, una fase que se llama Segunda Revolución Industrial. De
este modo, Francia, Alemania, Italia, Bélgica, Holanda, EE.UU. y Japón, hasta principios del siglo XX,
fueron los grandes capitales en la producción de acero, electricidad y productos químicos. Durante esta
fase, también, el capitalismo industrial se ha convertido en el capitalismo financiero, cuando las
empresas y los bancos se unieron para obtener mayores ganancias. Esto llevó a la formación de grandes
empresas multinacionales (que operan en varios países al mismo tiempo). Muy ricos y poderosos, las
multinacionales imponen normas de producción y definen los precios de sus productos al mercado,
reduciendo la actividad de pequeños comercios en términos de competencia.

El sistema capitalista en el siglo XX Sin embargo, el capitalismo industrial y financiero ha pasado por
muchos cambios y desafíos en el siglo XX. En primer lugar, con la Revolución Rusa de 1917, que propuso
la construcción de una sociedad comunista, pondría en peligro el orden del mundo burgués. El riesgo de
propagación del comunismo en todo el mundo, con la división en dos bloques, uno capitalista y
comunista, entre los años 1945 y 1989, condujo a la denominada Guerra Fría. Por otra parte, el
capitalismo enfrentó crisis internas, inherentes a la operación del sistema. Después de la Primera Guerra
Mundial (1914-1918), Estados Unidos emergió como una potencia industrial y comenzó a producir
bienes para una Europa devastada por el conflicto. Sin embargo, en los últimos años, la producción de
EE.UU. se ha convertido mayor que las necesidades de consumo, lo que llevó al colapso de la Bolsa de
Valores de Nueva York en 1929. El fenómeno económico estadounidense llevó a una revisión del modelo
liberal capitalista, empezando a considerar la necesidad de que el Estado intervenga en la economía para
prevenir o manejar las crisis. La libre empresa y propiedad privada no se cuestionan, pero el gobierno
empezó a intervenir en la fijación de precios de los productos, para ofrecer préstamos a los productores
y tratar de generar puestos de trabajo a través de obras públicas y la recuperación de las industrias
privadas. Por último, desde la década de 1970, el capitalismo financiero ha entrado en una nueva fase,
llamada por algunos economistas de Tercera Revolución Industrial. Esto da lugar a la fase de la Era de la
Información, es decir, el desarrollo de las computadoras doméstica en aumento y la ampliación de la
oferta de información, que se tornó popular con el surgimiento de Internet en la década de 1990. Desde
entonces, con la caída del régimen comunista soviético en 1989, se estableció la llamada Orden del
Nuevo Mundo, cuyas principales características son la globalización y el neoliberalismo.

El capitalismo financiero persigue el beneficio mediante la especulación, moviendo el capital o dinero


atendiendo a las tasas de interés, tipos de cambio, variaciones de precios, adquisición y venta de
numerosos productos financieros y derivados financieros.

Mientras que en la economía de mercado las ganancias del empresario son la consecuencia de haber
producido con eficiencia, en el capitalismo financiero se busca la optimización de ganancias mediante la
especulación. Aldo Ferrer escribe: “Las posibilidades de generar ganancias arbitrando diferencias entre
tasas de interés, tipos de cambio y variaciones de precios en los mercados inmobiliarios y bursátiles,
atraen la mayor parte de las aplicaciones financieras. La especulación es un escenario para ganar (y
perder) dinero, a menudo, mucho más importante que el de la inversión y la aplicación de tecnología
para la producción de

Fuente original: Escuelapedia.com

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