Segunda Balada-Liszt Vicente
Segunda Balada-Liszt Vicente
Segunda Balada-Liszt Vicente
2017
2017
Índice
1. Introducción 1
1.1. Justificación 1
1.2. Objetivos 2
1.3. Metodología 4
1.4. Estado de la cuestión 5
2. Liszt como pedagogo 7
2.1. La escuela pianística de Liszt 7
2.2. Vida como maestro 8
2.3. Técnica y ejercicios 10
2.4. Escalas 12
2.5. Octavas, arpegios, acordes y otros 13
2.6. Para estudiar una nueva obra 14
2.7. En clase de Liszt 16
3. El género Balada 21
Hero y Leandro 35
8. Bibliografía 79
9. Anexos 81
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
1. Introducción
1.1. Justificación
En cualquier caso, la segunda balada de Franz Liszt resulta una obra de estudio
apropiado para alumnos de nivel avanzado dado el amplio abanico de recursos técnicos
y musicales que requiere su interpretación; por otra parte, favorece un interesante
acercamiento a la literatura pianística del compositor y del repertorio romántico.
1
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
Para este Trabajo Fin de Máster he decidido analizar esta balada como
complemento a mi estudio interpretativo de la misma. Como parte de dicho análisis, he
resuelto proponer una solución técnica y musical a la misma que pueda ser de utilidad a
futuros estudiantes; asimismo, espero que sirva para aclarar la relación de la obra con el
mito antes mencionado.
2
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
1.2. Objetivos
Comprobar hasta qué punto existe una relación entre el mito de Heros y Leandro
y la balada 2 de Liszt y, asimismo, acreditar la influencia que recibe del mismo.
3
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
1.3. Metodología
Como fuentes secundarias, han resultado ser una parte esencial los
conocimientos adquiridos a través de las clases que he recibido de mi profesor de piano
4
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
durante este año académico. Se cuenta también con el testimonio de varios alumnos del
compositor, encontrados en diarios de C. Bossier y A. Fay, o la recopilación de W.
Dömling, e importantes biografías como la escrita por H. Searle. Por último hay que
mencionar autores que analizan la obra de Liszt como F.R. Tranchefort o J. Parakilas.
5
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
Existen estudios previos que abordan la segunda balada de Liszt con un objetivo
pedagógico, si bien apenas existen estudios de esta obra o piezas instrumentales en
general que profundicen en la técnica específica que requiere en concreto su
interpretación.
Por otra parte, existen múltiples biografías del pianista y compositor como “The
lives of great composers” de H. C. Schonberg o “Músicos célebres” de F. Clement y
libros que aportan información sobre su escuela pianística “Historia de la técnica
pianística” de L. Chiantore, “Mis clases con Liszt” A. Fay, “Liszt Pedagogue” de C.
Bossier.
A este respecto, el presente trabajo persigue aportar luz en estas áreas –la
anatómica, la mecánica y la motriz–, si bien se combinará y completará con algunos de
los análisis antes mencionados.
6
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
El siglo XIX dio lugar a una producción sin precedentes de composiciones para
piano, de la que cabe destacar el desarrollo expresivo: la transmisión emocional del
intérprete directamente al público. Durante el periodo romántico, el instrumento superó
de tal manera sus límites técnicos, tanto mecánicos como interpretativos, que permitió
una especialización independiente de las categorías de intérprete y compositor, hasta
entonces muy unidas. Al mismo tiempo surgirían las escuelas de interpretación como la
del propio Liszt, caracterizada por un empleo orquestal del piano: desde el sonido más
sutil hasta la más amplia sonoridad a través de una gran variedad de toques y timbres.
Entre los alumnos de Liszt se encontraban Hans von Bülow, Peter Cornelius,
Moritz Rosenthal, Eugéne D’Albert, Emil Sauer y Alexander Siloti y especialmente
Karl Tausig 1. Aunque todos ellos eran grandes intérpretes en la edad dorada del
virtuosismo, según Amy Fay, Tausig era uno de los pocos pianistas que podía
equiparase al propio Liszt pudiéndolo haber igualado, quizás, en capacidades técnicas.
En cierta ocasión se calificó a Tausig como “… el más sublime de los virtuosos actuales”. 2
Liszt quería a Tausig como a un hijo, siendo su muerte un duro golpe para él. “Él
será el heredero de mi arte” y “Nunca llegó a mis manos un talento como aquél” había llegado a
decir. Cuando el padre de Tausig se lo presentó a Liszt el muchacho tenía 14 años; sin
embargo, cansado de los niños prodigio, que según él, nunca llegaban a ser gran cosa, se
negó a escucharlo. No obstante, en cierta ocasión, estando Liszt y el padre de Tausig
1
Chiantore, L. (2014) Historia de la técnica pianística. Madrid: Alianza Editorial, pp.349-353;
Searle, H. (1987) Liszt (traducción de Marco Aurelio Galmarini). Barcelona: Muchnik Editores
p. 27; Fedorchenko, D. (2007). La evolución pianística a través de las etapas del aprendizaje.
Oviedo: Conservatorio Superior de Música “Eduardo Martínez Torner”.
2
Fay, A. (2003) Mis clases de piano con Liszt. Madrid: Intervallic Press, pp. 60-61.
3
Fay, A. (2003). Op. cit. p. 80.
7
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
bebiendo y fumando juntos, éste aprovechó para indicar al pequeño que se sentara al
piano. El niño arrancó con decisión a tocar la Polonesa en La bemol de Chopin, y el
maestro se giró rápidamente exclamando a los pocos segundos “Me lo quedo”. 4
Tausig fue considerado el más parecido a Liszt y el que adoptaría muchas de sus
particularidades:
“Su digitación y su peculiar uso del pedal son dos de los secretos de su
ejecución, y además él parece sumergirse en los pensamientos más recónditos
del compositor y arrastrarlos hasta la superficie, para que puedas verlos brillar
uno a uno, como a las estrellas”. 5
4
Fay, A., (2003). Mis clases de piano con Liszt. Madrid: Intervallic Press, pp. 81-82.
5
Fay, A. (2003). Op. cit. p. 48.
6
Searle, H. (1987). Liszt, traducción de Marco Aurelio Galmarini. Barcelona: Muchnik
Editores, p. 19.
7
Listz, F. (1894). Letters of Franz Listz. New York: LaMara, p. 5.
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La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
mucho tiempo para pensar en los métodos de enseñanza; su propia técnica era tan
instintiva que posiblemente no fuera consciente de cómo hizo las cosas consigo mismo.
En sus clases era usual que recurriera a sus propias demostraciones, y aunque no
parece haber tenido un enfoque muy analítico de la enseñanza de la técnica, sí dejó
indicaciones de la cantidad colosal de trabajo necesario para lograr un virtuosismo
comparable al suyo. Sin embargo, en las 28 lecciones impartidas en París a Valerie
Boissier, entre enero y marzo de 1832, se puede recoger un conjunto de indicaciones
generales para la adquisición de destrezas técnicas, junto con algunos ejercicios para su
realización.
Liszt abre otra etapa como pedagogo en la década de los 50; justamente en la
época en que ejercía como director de orquesta en Weimar y ya no necesitaba de las
clases para mantenerse. Desde entonces se mostró cada vez menos detallista en las
cuestiones técnicas, recurriendo más a las demostraciones prácticas que a la teoría. “No
soporta tener que explicar. Creo que aborrece el incordio de hablar alemán, ya que murmulla las
palabras y deja las frases a medio acabar”.9 A ello contribuyó que, debido a su prestigio,
pudiera recibir a pianistas de cada vez mayor nivel –de nivel avanzado e, incluso, al
final de sus trayectorias–, que le permitían limitarse a trabajar casi exclusivamente sobre
la expresión musical. 10
“Liszt está sitiado por la gente. La gente vuela a su alrededor por docenas y esto
le lleva a pensar que su única función es impartir clases. No cobra nada por sus
clases, ya que es demasiado excelso para eso, pero si alguien tiene el talento
suficiente o le agrada, le permite que acuda a él e interprete algo”. 11
Lachmund, quien recibió clases de Liszt desde 1882 hasta 1884 afirma que,
desde el punto de vista de un pianista o de cualquier músico, no existió un profesor más
grande que él, pese a que muchos otros no consideraban que se le pudiera llamar
8
Searle, H. (1987). Liszt (traducción de Marco Aurelio Galmarini). Barcelona: Muchnik
Editores, p. 22.
9
Fay, A. (2003). Mis clases de piano con Liszt, Madrid: Intervallic press, p. 31.
10
Searle, H. p.26.
Chiantore, L. (2014). Historia de la técnica pianística, Madrid: Alianza Editorial p. 353.
11
Fay, A. (2003). Op. cit. p. 29.
9
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
profesor. Él mismo no se consideraba como tal, pero al contrario que todos los demás
grandes compositores pudo y quiso asumir ese papel. Ciertamente no era profesor, en el
sentido habitual de la palabra, sino que era mucho más: era capaz de influir en los
alumnos de manera que éstos pudieran crecer tanto en sus facultades y dotes personales
como en su entusiasmo. 12
Por otra parte, según atestiguan gran parte de sus alumnos, Liszt fue un artista y
maestro que se diferenciaba de muchos otros en no mostrar un carácter arrogante o
prepotente, sino que hablaba siempre de sí mismo con un tono humilde. 14
“Yo le pregunté si Sophie Menter era alumna suya. Él contestó que no, que no
podía atribuirse el mérito de su éxito artístico. Más adelante oí que él había
hecho mucho por ella, pero que no decía por ahí que daba clases”. 15
10
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
hasta que descubrió que la utilización de sus dedos no bastaba para expresar todos los
sentimientos que albergaba. Observó que a la hora de buscar una sonoridad enérgica
tocaba con una tensión excesiva, por lo que tuvo que reinventarse, estudiando la técnica
desde el principio. Esto le permitió tocar sin tensión además de resolver dificultades con
determinados trinos, octavas y acordes. Sin embargo, la técnica de entonces seguía
limitando los dedos a la acción de muñeca, incluso en los pasajes de mayor intensidad
sonora: harían falta dos décadas para que Liszt incorporara más segmentos del brazo y
la rotación de muñeca. 16
16
Chiantore, L. (2014). Historia de la técnica pianística. Madrid: Alianza Editorial, pp. 350-
351.
17
Gervers, H. (1970). Franz Listz as pedagogue, Journal of research in Music Education, Vol.
18, No. 4,1970, p. 386.
18
Chiantore, L. (2014). Op. cit. p. 351,352.
11
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
yema en vez de hacerlo sobre su extremidad o sobre las uñas “De este modo, el sonido
resulta puro, lleno, redondo y entero, y no ahogado y mezquino”. 19
Liszt también propuso ejercicios para lograr la mayor expresión sonora posible.
Partiendo de fórmulas tan sencillas como sucesiones de notas simples “do-re-mi-fa-sol-
fa-mi-re-do”, recomendaba a los estudiantes que inventaran sus propias combinaciones
y que practicaran la improvisación pasando por todas las modulaciones posibles. Para
esta práctica sugirió el siguiente plan:
2.4. Escalas
Liszt prevenía a sus alumnos para que no abordaran un gran trabajo de escalas
antes de haber adquirido una buena dosis de fuerza física en los dedos, lo que a su juicio
podía originar malos hábitos. Para llegar a tocarlas a gran velocidad, las escalas se
deben estudiar lentamente al principio, profundizando en cada nota con la ayuda de la
muñeca, la mano más extendida que redondeada, deslizando el pulgar debajo y
19
Chiantore, L. (2014). Op. cit. p. 349, 350.
20
Bossier, A. (1997). Listz maestro di piano. Palermo: Sellerio, p. 103.
21
Bossier, A. (1997). Op cit. p. 103.
22
Bossier, A. (1997). Op cit. p. 40.
12
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
sosteniendo las manos inclinadas hacia adentro, tal como se indicaba también en el
Método de Moscheles: “Cada sonido debe ser fuerte, lleno y pesado”. 23
Amy Fay dejó constancia del modo en que Liszt tocaba las escalas “his fingers
seemed to lie across the keys in a slanting sort of way, and to execute these rapid passages
almost without any perceptible motion."(“Sus dedos parecían cruzar las llaves de una
manera inclinada y ejecutar estos rápidos pasajes casi sin movimiento perceptible".) 24
Las octavas de Staccato, por su parte, deben ser atacadas con energía, levantando bien la
mano sobre cada una, para adquirir una fuerza libre y flexible para imprimir, finalmente, una
gran velocidad y un tono fortissimo. Para este trabajo, ejemplificado en el ejercicio número 2,
Liszt indicó el siguiente procedimiento:
Las octavas en escalas cromáticas y diatónicas debían ser tocadas de abajo arriba
del piano, de cinco a ocho veces en sucesión, en todas las teclas y con dinámicas
variables, que Liszt sugería practicarlas cada mañana.
23
Bossier, A. (1997). Op cit. p. 71
24
Fay, A. (1886). Music-study in Germany, Chicago: A.C. Mc Clurg & Company, p. 291.
25
Bossier, A. (1997). Listz maestro di piano. Palermo: Sellerio, p. 87
13
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
Para los cuatro ejercicios que se muestran a continuación Liszt indicaba: estudiar
cada mano mano por separado y ejecutar mediante un crescendo progresivo
manteniendo los dedos iguales y conectados. Debe comenzarse lentamente, señalaba,
aumentando la velocidad según se adquiere seguridad. 27
26
Bossier, A. (1997). Listz maestro di piano, Palermo: Sellerio, pp. 39-40, 68-71 79, 114-117,
119-120.
27
Bossier, A. (1997). Op cit. pp 116-117
28
Bossier, A. (1997). Op. cit. p. 116
29
Bossier, A. (1997). Op. cit. p. 117
14
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
- La primera vez, el alumno debía tocar las notas en orden sucesivo pero sin
valores rítmicos.
30
Bossier, A. (1997). Listz maestro di piano. Palermo: Sellerio, p 109, 113.
31
Bossier, A. Op cit. pp. 37-39.
15
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
ocho años, cuando estudiara con Carl Czerny, llegó rápidamente a leer a primera vista
las composiciones más complicadas. 32
“Es difícil pasarle las hojas porque lee muy por delante de lo que está tocando y
capta cinco compases a la vez con un golpe de vista y uno tiene que adivinar en
torno a dónde le conviene que le giren la página”.33
Esta creencia podría explicar por qué se interesó tan poco por los detalles
técnicos y tanto por el matiz expresivo que hizo que la música fuera capaz de decir lo
que las palabras eran incapaces de transmitir. Reconoció la importancia del virtuosismo
pero, en su visión más madura, no consideró que debía ser objeto de exhibición. 36
Promotor de las clases grupales, Liszt conocía perfectamente las ventajas que
suponía este formato pedagógico tanto para sí mismo como para sus muchos
estudiantes. Esta práctica marcó tendencia y sus clases magistrales fueron imitadas por
la mayoría de los grandes maestros. Consideraba útil que el alumno recibiera la lección
en público, aun cuando esto le produjera angustia o zozobra, “¡Jamás había existido un
profesor tan encantador! Y es el primero comprensivo que yo tengo. Uno se siente tan
libre con él…” 37
32
Dömling W. (1993). Op. cit. p. 157-158.
33
Fay, A., (2003). Mis clases de piano con Liszt, Madrid: Intervallic press,p. 35.
34
Gervers, H. (1970). Franz Listz as pedagogue. Journal of research in Music Education, Vol.
18, No. 4, p. 385.
35
Bossier, A. (1997). Listz maestro di piano. Palermo: Sellerio, p. 73, 81.
36
Busoni F. (1965). The Essence of Music. New York: Dover Publications, p. 93.
37
Fay, A. (2003). Mis clases de piano con Liszt. Madrid: Intervallic Press,p. 32.
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La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
interesara. “Siempre dejábamos las partituras encima de la mesa y él las cogía, las examinaba y
decía en voz alta lo que le iban a interpretar.” 38 Prestando más atención a que sus alumnos
entendieran el carácter de las obras, no le preocupó tanto que las acabaran a la
perfección, alentándoles a leer siempre música nueva: “no llevamos la misma pieza más
que una vez y sólo la interpretamos una vez de arriba abajo”. 39
Por otro lado, había determinadas obras que no se podían interpretar delante de
él, como era el caso de su Segunda rapsodia, la Sonata quasi una fantasia de Beethoven
o Claro de luna que, según sus propias palabras, fue su “caballo de batalla” durante su
juventud. 43 Tocar en presencia de Liszt obras que resultaran demasiado recurrentes
podían incluso hacerlo enojar, como ocurrió en cierta ocasión que Fräulein Gaul le
38
Fay, A. (2003). Op cit., p. 36.
39
Fay, A., (2003). Op. cit. p. 40.
40
Matinée: recital celebrado por la mañana. Fay, A. (2003). Op. cit. p.34.
41
Fay, A. (2003). pp. 72-73.
42
Fay, A. (1886). Music-study in Germany. Chicago: A.C. Mc Clurg & Company, p. 255.
43
Dömling, W. (1993). Franz Liszt und seine Zeit, Madrid: Alianza Editorial, p. 175.
17
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
Fue un maestro tan exigente como concienzudo. En una ocasión Liszt insistió a
uno de sus alumnos, el Sr. Orth, para que ejecutara de una forma determinada un pasaje
particularmente difícil del Allegro de la Sonata Op. 110 de Beethoven. Tras una serie de
intentos invitó al resto de la clase a sentarse al piano y probar suerte con dicho pasaje;
ante los errores de la mayor parte de ellos, espetó riéndose: “Ah, sí, cuando me pongo en
actitud de pedagogo no me supera nadie” 46. A continuación relató una anécdota de un
antiguo alumno, que para entonces ya era un artista eminente. Este tenía un gran talento
pero tendía a la despreocupación; un día tocó el Concierto en mi menor de Chopin,
pasando a duras penas uno de los pasajes centrales del primer movimiento, denotando
una gran falta de estudio; enfadado el Maestro, decidió darle una lección y le obligó a
44
Fay, A. (2003). Mis clases de piano con Liszt. Madrid: Intervallic Press, p. 60.
45
Fay, A. (2003). Mis clases de piano con Liszt, Madrid: Intervallic^Press, pp. 54-55.
46
Fay A. (2003). Op. cit. p. 68.
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La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
repetir las dos páginas de continuo, durante horas, hasta que las tuvo dominadas. El
alumno no acudió a la siguiente clase con la disculpa de que se había hecho daño en el
brazo tras salir de casa, lo que le impedía tocar. Se presentó a la clase siguiente, con el
brazo en cabestrillo pero Liszt, pensando que se trataba de un engaño para evitar tener
que tocar le aseguró que ya “… había tenido suficiente para una temporada” 47. Concluyó la
historia sonriendo maliciosamente. 48
Siloti escribió que a la hora de dar una clase, tenía la costumbre de sentarse junto
al alumno o enfrente de él al mismo tiempo que su rostro reflejaba todos los matices que
deseaba ver realizados. 49 Según Fay, lo mismo ocurría si era él mismo el que
interpretaba la música; su cara cambiaba con cada modulación de la obra y su expresión
reflejaba lo que está tocando: “Hay tanta vivacidad en todo lo que toca que parece que lo que
50
se está escuchando fuera algo más que música.”
Liszt podía presentar diferentes estados de humor dependiendo del día, lo cual
inevitablemente influía en el proceder en la clase e incluso en su calidad 51: “Si está de
52
humor, tocará, si no, habrá que contentarse con unos cuantos apuntes”.
Liszt tenía fama de tratar y querer a sus alumnos como si fueran sus hijos, tal vez
por el hecho de no vivir en familia; en todo caso, todos, viejos y jóvenes, parece que le
admiraban por igual:
47
Fay, A. (2003). Op. cit. p. 67.
48
Fay, A. (2003). Op. cit. pp. 67-68.
49
Dömling, W. (1993). Franz Liszt und seine Zeit. Madrid: Alianza Editorial, p. 174.
50
Fay, A. (2003). Op. cit. 33.
51
Bossier, C. (1997). Liszt, maestro di piano. Palermo: Sellerio.
52
Fay, A. (2003). Op.cit. p. 52.
53
Fay, A. (2003). Op.cit. p. 46.
19
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
“… sus alumnos lo adoran, al igual que el resto de la gente, sin duda, pero
difícilmente podría ser de otra manera con una persona que emana genialidad en
cada momento y que tiene un carácter tan encantador”. 54
Estos tenían el privilegio de escucharle varias veces por semana, a él, “maestro de
maestros”, al que ya nadie se atrevía a pedirle tocar por distinguida que fuera la
audiencia, sabedores de que tampoco accedería a tocar por elevado que fueran los
honorarios. 55
54
Fay, A. (2003). Op.cit. p. 45.
55
Dömling, W. (1993). Op. cit. p. 174.
20
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
3. El Género Balada
56
Zamacois, J. (1997). Curso de formas musicales. Cooper City: Span Press Universitaria, p.
229.
57
Zamacois, J. (1977). Op. cit. pp. 229-233.
21
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
Así como los títulos genéricos de noveleta y consolación fueron creados por
Schumann y Liszt respectivamente, la historia de la balada es uno de los casos típicos
de la influencia de Chopin en los géneros de música para piano del siglo XIX y en
adelante. Gran parte de su creación ha llevado títulos nuevos o casi nuevos que han sido
reutilizados en gran medida por otros compositores (balada, nocturno, barcarola), o que
en adelante han sido parte importante del repertorio pianístico cuando no tenían
grandes pretensiones (estudio, vals, polonesa, mazurka).
En 1842, tiempo en el que las tres primeras Baladas de Chopin ya habían sido
compuestas, se publicó un conjunto de obras variadas para homenajear a Mozart; entre
ellas las se encontraba una balada del pianista y compositor Ignaz Moscú. Schumann, al
comentar esta balada escribió: “Chopin no doubt was the first to transfer the word
ballad into music. Only the word, however, seems new to UK the thing can already be
found in Beethoven and Schubert 58.”
Estas ambiguas palabras sugieren que para él, Chopin no había inventado el
género después de todo, pudiendo reconocer el concepto, aunque sin título concreto, en
compositores anteriores. Por otra parte, otros compositores coinciden con él en la
efusión que tuvieron las baladas desde que Chopin las compusiera y les diera este
nombre, incluyendo a sus amigos, alumnos y otros virtuosos cercanos a él. Así mismo
coinciden en la inspiración que supuso para el género en cuanto a la concepción
narrativa.
Desde que Chopin inició el género, las baladas que fueron compuestas por otros
autores -como por ejemplo la Balada op. 6, Nº 2 de Clara Wieck, publicada en el mismo
año que la primera compuesta por Chopin- evolucionaron sin apenas semejanzas con las
de este. Algunas de las características de sus cuatro baladas, como lo es la compleja
estructura de sus temas principales, apenas han llegado a ser imitadas por baladas
posteriores.
58
Parakilas, J. (1992). Ballades whithout words: Chopin and the tradition of the instrumental
ballade. Portland: Amadeus Press, p. 91.
22
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
59
Parakilas, J. (1992). pp. 91-93.
23
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
Según Searle, 60 Liszt escribió un importante volumen de obras con formas propias de
Chopin alrededor de 1848, aparte de sus evocativos y brillantes “Trois études de
concert.” Entre las obras chopinianas se encuentran dos polonesas, una berceuse (en
dos versiones), la “Mazurka” brillante, revisiones de antiguos valses y dos baladas, cuyo
analisis es el que nos interesa. Hay una mención de Searle a la balada nº 2 que,
recordamos, es el objeto de estudio del presente trabajo: “En particular la segunda
balada es de un intenso dramatismo 61.”
Según Parakilas, las dos Baladas de Liszt son algunos de los trabajos que
responden más directamente al ejemplo de las de Chopin (de las cuales hemos hablado
previamente); son obras que tratan de evocar la estructura narrativa de una balada.
Todas las baladas que se encuentran en esta tendencia tienen una estructura musical
compleja en la que temas, en diferentes compases, se van integrando principalmente por
mera yuxtaposición. 62
Como dice Tranchefort, las dos Baladas compuestas por Liszt no forman parte
de su repertorio para piano más famoso. Por otro lado, considera que no alcanza un
perfeccionamiento pianístico auténtico si son comparadas con las de Chopin.
“Tanto una como otra parecen cultivar una problemática propia al compositor,
la de un deseo de concentración e interiorización contradicho por el virtuosismo
concertante… Sin embargo, la Segunda Balada merece escucharse atentamente,
aunque sea de un espíritu evidentemente diferente a las de un Brahms”. 63
60
Searle, H. (1987). Liszt, traducción de Marco Aurelio Galmarini, Barcelona: Muchnik
Editores p. 58.
61
Searle, H. (1987). Op. cit. p. 58.
62
Parakilas, J. (1992). Ballades whithout words: Chopin and the tradition of the instrumental
ballade. Portland: Amadeus Press, p. 93.
63
Tranchefort, F.R. (1990). Guide de la musique de piano et de clavecín (traducción de Eduardo
Rincón). Madrid: Altea, pp. 472-473.
24
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
4.1. Balada nº 1
Edición
“Si jávais à vous parler de moi, je ne pourrais vous dire que ce que vous savez:
c’est que je suis mortellement triste, et que mes seules heures passables ce sont
mes heures de travail… Ce matin j’ai fait 5 o 6 pages qui ne me déplaisent point
j’appellerai cela peut-être Dernières illuisons”. 64
En la época que Liszt compuso esta balada ya era conocedor de las cuatro
publicadas por Chopin. El 25 de marzo de 1849 pidió a Kistner una copia de la edición
de la balada terminada, tras enviarle el manuscrito a Leipzig. Ésta, a su vez fue, enviada
a Meissonnier quien publicó una segunda edición en mayo, ya con el título “Canto del
Cruzado” que al parecer no le dio Liszt.
Con una forma tripartita, esta balada contrasta sus temas con cambios de
compás, y aunque el preludio que la encabeza se mantiene en 4/4, ya en sus únicas dos
frases se aprecia la búsqueda del contraste rítmico (ver imagen 1).
64
Liszt, F. (1996). Ballades (ed. de Rena Charmin Meller y Erns-Günter Heinemann) Munich:
G. Henle Verlag, prólogo: Carta del 21 de diciembre de 1845 a un amigo anónimo,
supuestamente Louis de Ronchaud.
65
Liszt, F. (1996). Op. cit. prólogo.
25
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
Comenzando con una línea melódica ascendente de ritmo estable pero expresivo,
esta es respondida por un animado motivo vivo en ritmo anacrúsico. Parakilas 67
considera el análisis de este preludio, no como el de una sinfonía clásica; al tener
contraste por sí mismo, la línea melódica inicial que se repite oculta sutilmente las
partes fuertes del compás y crea apenas contraste cuando aparece por tercera vez en 3/4
para dar lugar al tema principal A (ver imagen 2).
66
Liszt, F. (1996). Ballades (ed. de Rena Charmin Meller y Erns-Günter Heinemann). Munich:
G. Henle Verlag. Todos los fragmentos mostrados de la Balada nº1 de Liszt pertenecen a esta
edición.
67
Parakilas, J. (1992). Ballades whithout words: Chopin and the tradition of the instrumental
ballade. Portland: Amadeus Press, p. 99.
26
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
Como señala Tranchefort 68, se trata de un tema algo ostentoso que comparte la
supremacía con el tema B, Tempo di Marcia cuyo ritmo parece ser anticipado por el
vivo del preludio (ver imagen 3).
68
Tranchefort, F.R. (1990). Guide de la musique de piano et de clavecín (traducción de Eduardo
Rincón). Altea, pp. 473.
69
Parakilas, J. (1992). Ballades whithout words: Chopin and the tradition of the instrumental
ballade. Portland: Amadeus Press, p. 100.
27
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
4.2. Balada nº 2
Edición
Esta segunda balada también tiene relación con el Príncipe Eugen Wittgenstein,
ya que está dedicada a su cuñado el Conde Karl von (Charles de Linange), marido de su
hermana y hermanastro de la reina Victoria de Inglaterra. Esta sería una de las últimas
obras publicadas por Kistner, en 1854, que hasta el momento había sido la editorial más
requerida por Liszt. Se conserva una carta del 12 de mayo de 1853 a Hans von Bülow,
en la que Liszt anuncia que ha terminado de escribir la segunda balada y la Sonata en Si
menor. Algunos datos hallados en el autógrafo parecen confirmar que las dos obras
fueron compuestas casi al mismo tiempo.
70
Fuente: http://hz.imslp.info/files/imglnks/usimg/3/37/IMSLP13453-Liszt_-
_S171_Ballade_No2__kistner__mono.pdf (última consulta a 27/05/2017)
28
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
Por ejemplo, al comienzo del último episodio hay un pasaje que en la primera
edición ocupa los compases 254-262 que, sin embargo, no aparece en el manuscrito. En
la primera edición también hay cambios en el reparto de manos como es el caso del
compás 234. Pero los cambios más llamativos se dan seguramente en la cadencia.
Liszt escribió en total tres finales para esta pieza: dos concluyen la obra de
forma brillante, fortississimo,y un tercero pianississimo, que Karl Klinworth describió
71
Fuente: http://hz.imslp.info/files/imglnks/usimg/d/d4/IMSLP69219-PMLP02178-Liszt_-
_S171_Ballade_No2__MS_.pdf (última consulta: 27/05/2017).
29
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
una vez como “desapareciendo tiernamente.” Los dos finales brillantes se conservan en
el autógrafo. El primero (M. 301a-329a) fue desechado por Liszt y no se conoció hasta
1992, cuando James Parakilas lo reprodujo en su monografía sobre la balada en el siglo
XIX. El segundo final (M. 301b-337b) fue dedicado a su alumno Karl Klindwoth (1830-
1916) al cual Liszt le regaló el manuscrito en Weimar en 1853. Aunque este final no
está tachado en el autógrafo no fue publicado hasta que el periódico Die Musik dedicó
un apéndice a Liszt en el Volumen 13 (1905-6), donde fue denominado erróneamente
como “el original, previamente inédito final de la Segunda Balada en Si menor.” El
tercer final, el pianississimo, no se encuentra en manuscrito alguno. Liszt, habiendo
considerado los dos finales brillantes poco prácticos, reelaboró el final una tercera vez
(301-316); una decisión compositiva muy remarcable que llevó a cabo también en la
sonata en Si menor. 72
Como indica Parakilas, esta balada es una de las obras para piano más potentes y
extensas de Liszt; con duración de casi el doble a la de la Balada 1, alberga además una
mayor complejidad musical y pianística. Mientras que Tranchefort trata su forma como
una sonata en seis grandes partes, Parakilas prefiere dividirla en cinco episodios 74,
opción por la que nos hemos decantado.
Consta de tres temas principales que, al igual que en la primera balada, tienen
grandes contrastes no solo de carácter sino también de ritmo y compás. El primero
(Tema A), en 6/4, es una melodía en valores largos y frecuentes grados conjuntos que
72
Liszt, F. (1996). Ballades (ed. de Rena Charmin Meller y Erns-Günter Heinemann) Munich:
G. Henle Verlag., prólogo.
73
Parakilas, J. (1992). Ballades whithout words: Chopin and the tradition of the instrumental
ballade. Portland: Amadeus Press, p. 101.
74
Parakilas, J. (1992). Ballades whithout words: Chopin and the tradition of the instrumental
ballade. Portland: Amadeus Press, p. 111.
30
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
no realiza grandes saltos. En su primera aparición conforma los compases 3-17 y tiene
un carácter inquietante y sombrío, en parte dado por el movimiento cromático del
acompañamiento. Éste, que se repite casi invariablemente bajo la melodía, da comienzo
a la obra -dos compases antes que la melodía- otorgándole una de las grandes
diferencias que tiene respecto a baladas compuestas anteriormente. Curiosamente en
esta melodía no aparece sensible alguna y también destaca el uso de la apoyatura,
recurso que aparecerá reiteradamente en la obra.
El Tema B, que aparece por primera vez en los compases 24-34, se presenta en
4/4 con una figuración más breve. Es un motivo muy lírico en la tonalidad de la
75
Liszt, F. (1996). Ballades (ed. de Rena Charmin Meller y Erns-Günter Heinemann). Munich:
G. Henle Verlag.
31
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
dominante que aporta gran claridad y está construido principalmente por arpegios. Otra
característica inusual de esta balada es la repetición, casi nota por nota, de los Temas A
y B un semitono más bajo con lo que intenta aportar variedad a la repetición tradicional
de una sonata, aunque, según Parakilas, esta innovación ha sido descrita como poco
afortunada: “not a very happy innovattion”. 76
76
Parakilas, J. (1992). Ballades whithout words: Chopin and the tradition of the instrumental
ballade. Portland: Amadeus Press, p. 102.
32
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
manera casi violenta, introduce un carácter opuesto que tiene una gran exuberancia
armónica y melódica. Las transformaciones y desarrollo que va caracterizando a los
temas A y B durante la obra no son alcanzadas por las del tema C, pero lo consideramos
tema principal dadas sus numerosas apariciones.
77
. Liszt, F. (1996). Ballades (ed. de Rena Charmin Meller y Erns-Günter Heinemann). Munich:
G. Henle Verlag.
33
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
Episodio 4 Episodio 5
Compases 162-206 207-224 225-233 234-253 254-268 269-283 284-305 305-316
34
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
En primer lugar es oportuno hablar del mito. Se estima que tiene un origen
helenístico, a partir del siglo III a.c. y que su primera aparición literaria es en las
Heroidas de Ovidio (Siglo I a.C.), en las cartas 17 y 18: “El mito de Hero y Leandro no
se relaciona con ningún ciclo heroico concreto sino que, como tantas otras historias,
vive independiente del resto” 80.
El mito se desarrolla en el estrecho del Helesponto. Hero era una bella y joven
sacerdotisa de Afrodita de Sesto, en la costa europea, y Leandro, un joven de Ábidos, en
la costa asiática, ambos separados por 1295 metros de mar. Los dos coinciden en la
festividad en honor de Venus y Adonis en la ciudad de la joven, y Leandro, que se
enamora al instante, la seduce tras varios intentos. Dada la condición de sacerdotisa de
ella y la prohibición de sus padres, acuerdan verse en secreto. Cada noche él cruzaría a
nado el estrecho, guiado por una lámpara que ella encendería en lo alto de su torre. Su
plan se lleva a cabo durante un tiempo. Cierta noche de tormenta, Leandro se lanza a su
peligroso viaje una vez más, pero la lámpara se apaga. Perdido, lucha contra un mar
embravecido, invoca a Venus, Poseidón y Bóreas pero fallece ahogado. Por la mañana
78
Parakilas, J. (1992). Ballades whithout words: Chopin and the tradition of the instrumental
ballade. Portland: Amadeus Press, p. 112.
79
Horowitz, J. (1984). Arrau, Buenos Aires: Javier Vergara, p. 169.
80
Franco, M. J. (1994). El mito de Hero y Leandro: Algunas fuentes grecolatinas y su
pervivencia en el siglo de oro español. Verba Hispánica, nº 4, pp. 65-82: p. 65.
35
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
Hero presiente lo ocurrido y al divisar su cuerpo sin vida en la playa se suicida saltando
por la ventana. 81
“Según recuerdo, la música sigue el mito original. Todas las noches, Leandro
nadaba a través del Helesponto para visitar a Hero, y regresaba a nado en la
mañana siguiente. En la música, usted realmente puede percibir que la travesía
se torna más corta y más difícil cada vez. En la cuarta noche, él se ahoga.
Luego, las últimas páginas son una transfiguración”. 82
En el segundo viaje (36-69), opina Arrau 85, la interpretación debería ser más
amenazante; sin embargo quizás Liszt ya tenía esta intención al bajar un semitono la
tonalidad del primer episodio en la repetición que constituye el segundo episodio.
81
Franco, M. J. (1994). El mito de Hero y Leandro: Algunas fuentes grecolatinas y su
pervivencia en el siglo de oro español. Verba Hispánica, nº 4, pp. 65-82: pp.65-66.
82
Horowitz, J. (1984). Arrau. Buenos Aires: Javier Vergara. p. 169.
83
Horowitz, J. (1984). Op. cit. p. 169.
84
Ovidio, P. (1884). Las Heroidas. Cartas 17 y 18. Madrid: Luis Navarro.
85
Horowitz, J. (1984). Op. cit. p. 170.
36
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
Imagen 1: Balada nº2 de Liszt, compases 96-98. Mar tormentoso por primera vez.
37
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
Imagen 4: Balada nº2 de Liszt, compases 234-237. Campanas fúnebres en el bajo del tema B.
86
Horowitz, J. (1984). Arrau. Buenos Aires: Javier Vergara, p. 172.
38
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
En este punto se indican dos posibles ejecuciones (ossia), la que más se adecúa
al mito es la de escalas ascendentes, que se relacionan más con el agua, frente a la de
acordes, que resulta demasiado triunfal para el momento de la historia. Lo mismo ocurre
a la hora de escoger una Coda. Si preferimos adecuarnos al desenlace de la historia, los
dos primeros finales fortississimos resultan demasiado grandiosos, siendo el tercero,
pianississimo, una corrección acertada por parte de Liszt. Aquí culmina la obra el tema
de Hero, que va ralentizando hasta el último suspiro. Probablemente, ella se rinde en
este momento asumiendo la muerte.
39
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
Como dice Parakilas 87, esta Balada ha sido de gran influencia para el conjunto
del género, especialmente en el grupo de las baladas compuestas por alumnos de Liszt y
su círculo. Para ellos fue la Segunda Balada de Liszt la que más abrió el género,
adoptando el título “balada” para diferentes modelos de obras para piano narrativas. Si
el “poema sinfónico” fue el nombre predominante para las obras programáticas
orquestales a finales del siglo XIX, la “balada” lo fue para las obras programáticas para
piano.
87
Parakilas, J. (1992). Ballades whithout words: Chopin and the tradition of the instrumental
ballade. Portland: Amadeus Press, pp. 113-114.
40
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
6.1. Episodio 1
Este pasaje mantiene una continuidad en cuanto a textura así como respecto del
reparto entre ambas manos. En primer lugar, la mano derecha lleva la voz cantante en la
línea superior; esta debe destacarse sobre el resto de los elementos por lo que
técnicamente Giuseppe Devastato recomienda el empleo de una postura curva del dedo
a la vez que su musculatura debe permanecer firme, para transmitir el peso de la mano.
Para este fin, también se requieren ligeras elevaciones y caídas de ésta, más o menos
acentuadas según la dirección del fraseo.
41
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
42
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
88
Véase el capítulo: Liszt como pedagogo; apartado: Técnica y ejercicios.
43
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
Respecto del tema que nos ocupa, se puede considerar que está formado por dos
frases de ocho compases y una cadencia de dos. Del primer al segundo compás, el
acompañamiento parte desde el más mínimo pianísimo para ir creciendo en intensidad
muy levemente en cada escala ascendente y decreciendo en las descendentes. Desde el
tercer compás, la dirección de intensidad crece acorde a la melodía hasta el Si del quinto
compás el cual se muestra como un punto dominante respecto a los anteriores. La
melodía debe partir de menos intensidad en el sexto compás para culminar en el Sol del
compás número siete, el cual reforzado como apoyatura, es el más intenso de esta frase
(el Fa en el que resuelve debe ser débil en comparación con la apoyatura) y a partir de
su leve sonido apagarse progresivamente. Los compases del nueve al once introducen
una secuencia (Do, Re Mi y Fa como culminación) que será repetida en los compases
del trece al quince llegando a una intensidad mayor que en la primera ocasión, Ya que
para obtener una buena dirección del fraseo es tan importante el punto de partida como
el de llegada: tras la culminación del Fa, el Do que inicia el compás número nueve debe
retornar al pianísimo.
Se recomienda, para el caso, el empleo del pedal de una corda en todo el pasaje
hasta este momento: tanto para ayudar la subida de intensidad de la segunda secuencia
como para servir de apoyo en la dirección musical de todo el Tema A. Dicha secuencia
repetida dirige la melodía que asciende hasta un Mi en el compás número diecisiete que,
a la vez, culmina con un arpegio de la mano izquierda (por lo tanto fundiendo las ideas
musicales de ambas manos) y que constituye el clímax del tema A. Este desaparece con
un motivo en el que varios arpegios descendentes en los compases dieciocho al veinte
se deben ejecutar con un gran diminuendo hasta el piano para preparar el enlace
consecuente.
Este pequeño coral en valores largos consta de una textura homofónica que da la
oportunidad de proyectar un sonido lleno de armónicos. Mientras que la mano derecha
aporta la mayor parte de la armonía con un tiple invariable, el interés es notable en el
44
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
bajo de la mano izquierda, tanto en octavas como con notas dobles. Para destacar la nota
más grave se debe inclinar la mano ligeramente hacia la izquierda. Por otro lado, la
disposición de la mano derecha es clave para obtener un sonido adecuado: a pesar de las
amplias extensiones de los acordes, la palma de la mano debe permanecer relajada y
libre, lo cual permite también destacar mejor el bajo y favorece en general a la dirección
de la frase.
Tema B (24-34)
En este caso, el tema B está formado por una frase de tres compases y otra de
ocho. En el compás veinticuatro debemos partir de un pianísimo que no supere en
45
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
intensidad al final del enlace anterior, a partir del cual se desarrollan las voces. Los
arpegios trazan líneas paralelas que ascienden y descienden repetidamente, y si se aplica
la direccionalidad característica del canto, a la manera de Liszt, la intensidad va pareja:
si las melodías ascienden crece la dinámica y viceversa. En esta frase el punto de mayor
tensión es el Si sostenido del compás veintiséis que se apoya y resuelve en Do
sostenido.
46
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
6.2. Episodio 2
Hay que hacer notar, en todo caso, que existe un pequeño añadido en la melodía
del tema A con respecto a su primera aparición: un La, seguido de un Sol sobre el que
89
Véase el capítulo Las baladas de Liszt; apartado: Balada nº 2.
90
Véase el capítulo Relación de la Segunda Balada con el mito de Hero y Leandro.
47
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
48
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
6.3. Episodio 3
Primera parte:
49
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
En el ritmo de marcha se puede optar por tocar cada una de las notas simultáneas
con una mano, en vez de ejecutar ambas con la mano izquierda, de manera que facilite
el salto al acorde final. Técnicamente, se debe partir de una articulación solo de dedo,
que permanece curvo y con la musculatura firme, añadiendo progresivamente peso con
el antebrazo para culminar el salto al acorde final con un ataque de brazo completo;
todo ello favoreciendo una gran crecida dinámica en solo dos compases.
50
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
Los tresillos y el acorde final, que son el culmen de estos elementos, requieren
de mayor peso que los anteriores, con una técnica completamente de brazo. El salto
sobre el acorde final favorece la máxima proyección de sonido del conjunto y debe
realizarse como un empuje en el teclado. Al mismo tiempo, el revote de dicho empuje
nos debe llevar, de nuevo, al ritmo inicial. Devastato apunta que esta forma de optimizar
el movimiento es la clave para afrontar pasajes de grandes saltos, frecuentes en la
balada. Para planificar correctamente la gestualidad no hay que dejar de prestar
atención, en este sentido, a los acentos de apoyo frente a los picados que muestra la
partitura.
Estos tres elementos conforman un modelo de dos compases que se repite cuatro
veces, cada uno con una dirección de fraseo hacia delante y con una culminación
relativamente fuerte, y que entre los tres guardan igualmente una jerarquía de forte,
mezzo-forte y fortissimo. Reforzados por la inestabilidad armónica, cada serie crea más
ansiedad en el pasaje, mientras que mano derecha e izquierda se van separando por
movimiento contrario y abarcando cada vez más registro del teclado. A continuación, en
el compás setenta y nueve, el modelo suprime el motivo de semicorcheas,
comprimiéndose y dando la sensación de aceleración; y esto mismo se repite en el
compás ochenta con mayor tensión armónica. Una nueva compresión en el compás
ochenta y uno toma la forma de insistentes acordes de gran potencia que culminan en el
ochenta y dos con una cascada de arpegios de semicorcheas fluctuantes que constituyen
el clímax del resto del enlace para desembocar en un nuevo pasaje. Aquí, ambas manos
requieren de una técnica en la que domina la fuerza muscular del antebrazo, pero se
deben destacar con más peso los acordes de la mano izquierda.
51
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
número noventa, desde el cual la dirección de la frase desciende para reparar finalmente
un nuevo pianísimo en el compás noventa y cuatro. (Nótese la aumentación rítmica
desde el compás noventa y dos hasta el noventa y cinco).
52
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
La mano izquierda, por otro lado, emplea una articulación de dedo en los
tresillos, que deben ser pianissimos y al mismo tiempo destaca el bajo con articulación
de muñeca, siguiendo la dirección de fraseo de la mano derecha.
Segunda parte:
53
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
episodios: melodía con acompañamiento. Sin embargo, el reparto con ambas manos,
aquí se alterna: del compás número noventa y seis al ciento cuatro el acompañamiento
le corresponde a la mano derecha y las voces de la melodía a la mano izquierda, al
contrario que en los compases del ciento cinco al ciento doce.
En las voces principales es la voz superior la que canta; sin embargo, las
secundarias tienen un interés que podemos por destacar. A este respecto, dependiendo
de la elección que se tome, se optará por una técnica únicamente digital o bien por
aplicar peso de muñeca, incluyendo también peso del antebrazo en los puntos de clímax.
91
Véase el capítulo Liszt como pedagogo; apartado: Técnica y ejercicios.
54
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
El nuevo tema A presenta la misma melodía y fraseo que en los dos primeros
episodios, salvo por un añadido final (compases 127 y 128); no obstante, de acuerdo
con el carácter de tormenta 92, los recursos técnicos y compositivos más decisivos son
sacados del enlace anterior: los potentes acordes de brazo armonizan toda la melodía,
los arpegios presentes en los compases ciento trece, ciento quince, ciento diez y siete y
ciento diez y ocho, así como el ritmo de marcha que inició el enlace previo aparece
como acompañamiento en todo el tema alternándose con las octavas partidas con la
misma función.
92
Véase el capítulo Relación de la Segunda Balada con el mito de Hero y Leandro.
55
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
En esta ocasión, el tema coral no es calmado desde un principio, sino que hace
de puente entre la turbulencia del tema A previo y el venidero tema C, con lo que la
técnica pasa progresivamente de un toque más profundo a una relajación de la bóveda
palmar logrando un sonido dulce y proyectado. Estos cambios de toque están muy
marcados por los cambios armónicos.
56
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
Quizás es el más simple de los pasajes de la balada, pero también uno de los que
tienen mayor carga emotiva. Bajo las indicaciones de a piacere, cantando, la técnica a
emplear debe ayudarnos a cantar la melodía y, al mismo tiempo, a obtener la mejor
calidad de sonido para ambas manos. Para ello, el maestro Giuseppe Devastato
recomienda lo siguiente: la mano debe tener una posición aparentemente armada, es
decir, con la palma y los dedos curvos y con firmeza muscular; sin embargo, desde los
nudillos, los dedos deben presentar una relajación completa. El resultado es una melodía
semejante a la voz humana que nos permite imprimir más fácilmente una dirección a la
frase.
La misma técnica nos servirá para este nuevo tema B, presentado en forma de
acordes, y asimismo para su acompañamiento que, en esta ocasión, consta de un bajo y
de un nuevo tipo de relleno en ritmo de tresillos.
Por un lado, la mano derecha debe ser muy ligera para destacar la voz superior;
se puede ayudar rotando la muñeca ligeramente a la derecha. También es recomendable,
en la fase de estudio, tocar los acordes lenta e individualmente para ayudar a repartir el
peso de la mano y timbrar la melodía.
57
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
Por otro lado, la mano izquierda combina el movimiento rotatorio de los tresillos
con saltos ocasionales para alcanzar el bajo. Estos saltos no deben ser precipitados, sino
que deben verse como un modo de conducir la melodía a través del rubatto; de lo
contrario, precipitar el movimiento puede provocar un sonido demasiado duro.
58
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
más cuatro y una de tres, que sirve de enlace. Según la tesitura y la función armónica
podemos interpretar que en cada una de las dos frases, el segundo grupo de cuatro
compases debe tener más intensidad dinámica que el primero, con un carácter de
insistencia, y que, por otra parte, la segunda frase es más apaciguada que la primera;
aquella ejerce más tensión con su función de dominante. En el compás ciento cincuenta
y ocho tenemos un piú diminuendo que nos llevara al pianísimo de la última frase que, a
la vez, busca la sensación de ritardando con la aumentación rítmica; este efecto se
puede reforzar reteniendo los cuatro pulsos del compás cada uno un poco más que el
anterior.
6.4. Episodio 4
Tema A (compases162-206)
Este tema se presenta dos veces con la forma ya expuesta anteriormente pero, en
esta ocasión, con dos nuevas texturas que buscan el máximo empleo orquestal del piano
y sus toques más intensos para conducirnos a la tempestad definitiva 93: clímax absoluto
de la obra.
93
Véase el capítulo Relación de la Segunda Balada con el mito de Hero y Leandro.
59
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
En cuanto a técnica, aunque está casi todo dicho, cabe aclarar que para los
acordes desplegados de la mano derecha utilizamos la “palma de la mano relajada y
libre” como en el enlace-coral de los compases veintiuno al veinticuatro.Lo mismo
ocurre con la dirección de las frases la cual se ejecuta de manera similar a los anteriores
temas A.
60
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
61
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
62
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
compás 199 un recurso técnico decisivo: las octavas de brazo alternadas. En este caso,
Liszt escribe “octavas alternadas” de semicorchea en la mano derecha como respuesta a
la melodía de la izquierda, derivada del acompañamiento del tema A.
Por tanto, lo que debe hacerse en primer lugar es otorgar menos peso a la mano
derecha, a pesar de la intensidad del crescendo y el fortisimo, con un toque ligero y muy
cercano al teclado.
En segundo lugar, y como en todos los pasajes previos, se deben planificar bien
los puntos fuertes que van conduciendo al resto. En este caso, se encuentran cada dos
pulsos, reforzados por acordes y acentos, en crescendo hasta el compás 203. A partir de
aquí añade octavas también a la mano izquierda y el movimiento melódico se vuelve
63
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
94
Véase el capítulo Relación de la Segunda Balada con el mito de Hero y Leandro.
64
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
65
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
Derivado del enlace (compases 129-139), los que van del doscientos quince al
doscientos veinticuatro se construyen en forma de dos frases de 5 compases en la que la
segunda tiene la función de eco de la primera, bajando la intensidad al pianísimo. En el
resto de los aspectos, tanto de técnica como de dirección, este enlace coincide con el ya
descrito previamente.
66
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
6.5. Episodio 5
Tema A transfigurado (compases 254-268)
Liszt presenta el tema en un tipo de textura que no había aparecido en toda la
obra, añadiendo una técnica nueva (aunque rítmicamente apenas varía y mantiene la
dirección de frase). Por otra parte, lo reescribe en modo mayor, y cambia el carácter
respecto a todos los episodios anteriores, mucho más lírico 96.
95
Véase el capítulo Relación de la Segunda Balada con el mito de Hero y Leandro.
96
Véase el capítulo Relación de la Segunda Balada con el mito de Hero y Leandro.
67
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
68
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
Esto no quiere decir que estén con una tensión máxima, la cual produciría un
sonido excesivamente duro, indefinido y poco cantabile 97.
97
Véase el capítulo Liszt como pedagogo; apartado: Técnica y ejercicios.
69
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
El tema C aparece por primera vez sin estar precedido de un enlace con el tema
A, y presenta un carácter mucho más agitado. Esto ocurre no sólo por la indicación de
un poco piú mosso, crescendo e acelerando, sino también porque introduce un
acompañamiento más veloz en la mano izquierda, en semicorcheas. La técnica aquí
empleada es similar al acompañamiento del tema A previo, con la muñeca flexible y los
70
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
dedos libres para un sonido ligero. La mano derecha presenta una melodía armonizada
como en la aparición previa de este tema.
Por otro lado, en consonancia con la mayor agitación a la que se dirige el tema,
esta no concluye en la segunda frase como anteriormente, sino que añade un pequeño
desarrollo (compás 277) que añade tensión con la subida de tesitura y la progresión
armónica que, tras llegar a un microclímax en el compás 280, culmina el tema con una
serie de octavas alternadas descendente a modo de cadencia y que, concluyendo en el
compás 285, no solo sirve de clímax de todo el tema sino que prepara la sonoridad en
fortissimo del tema siguiente. Comenzar estas octavas en pianissimo, al tiempo que son
retenidas, permitirá dar una amplia dirección de frase en crescendo y acelerando hacia
su conclusión. También se puede retener un poco el tempo en el último de los acentos
indicados para darle más énfasis y realizar una accelerando final.
71
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
Por otra parte, en la mano derecha, encontramos una serie de “acordes partidos”
cuya técnica es semejante a la de las “octavas partidas” las cuales requieren igualmente
de una rotación de muñeca.
72
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
A pesar de que en general deben ser muy ligeras para dejar cantar a la melodía
(en forma de acordes, en ambas manos o solo en la mano izquierda), deben tener en
cada compás un nuevo comienzo pianissimo y una llegada relativamente más brillante.
En conjunto, siguen la dirección de frase usual del tema A de modo que la última escala
ascendente desemboca en unos arpegios similares a los que aparecen en el primer enlace
del tercer episodio, en primer lugar, ascendiendo un poco y rápidamente descendiendo
73
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
hacia una nueva coda. Devastato recomienda hacer un reparto entre ambas manos,
añadiendo progresivamente más peso para llevar la dirección de frase hasta el final de
esta parte.
74
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
Este continúa en los dos siguientes compases a través de una serie de “octavas
alternadas” en movimiento contrario, que abren la sonoridad al máximo partiendo de la
zona central del teclado hasta sus extremos.
Para concluir la balada, se hace necesario elegir entre tres posibles finales 99.
Nosotros, de igual modo que Arrau, hemos optado por el tercero en consonancia del
sobrio refinamiento compositivo que prefirió Liszt.
99
Véase el capítulo Relación de la Segunda Balada con el mito de Hero y Leandro y, asimismo,
el capítulo Las baladas de Liszt.
75
La Segunda Balada de Liszt Juan Alonso Vicente Brozas
7. Conclusiones
A pesar de no ser una de las obras más conocidas del repertorio del compositor,
es una obra de gran extensión y complejidad, tanto técnica, como emocional y
compositivamente. A este respecto, favorece el estudio de una amplia gama de recursos
técnicos y musicales por lo que resulta de gran interés para estudiantes de piano de alto
nivel, al tiempo que permite conocer muchos aspectos estilísticos del compositor y del
repertorio romántico para piano.
Por lo tanto, se puede decir también que el conocimiento de todos los aspectos
que rodean al proceso de composición son una herramienta esencial para comprender al
compositor y su obra.
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Con la realización del presente Trabajo Fin de Máster he obtenido una amplia e
importante gama de conocimientos sobre la técnica relativa a la escuela pianística de
Liszt –y en concreto la que se refleja en la balada nº 2–, tanto en aspectos de técnica
interpretativa como anatomo-fisiológicos. Todos estos conocimientos plasmados han
dado lugar a la propuesta pedagógica en cuanto a esta obra, dando por concluidos los
objetivos planteados.
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8. Bibliografía
Dömling, W. (1993). Franz Liszt und seine Zeit. Madrid: Alianza Editorial.
Fay, A. (2003). Mis clases de piano con Liszt. Madrid: Intervallic press.
Parakilas, J. (1992). Ballades whithout words: Chopin and the tradition of the
instrumental ballade. Portland: Amadeus Press.
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_S171_Ballade_No2__MS_.pdf (última consulta: 27/05/2017).
http://hz.imslp.info/files/imglnks/usimg/3/37/IMSLP13453-Liszt_-
_S171_Ballade_No2__kistner__mono.pdf (última consulta a 27/05/2017)
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9. Anexos
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