Cap Ii.

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 6

3.3.

ETAPAS DE DESRROLLO DEL DRENAJE ACIDO

Los drenajes de minas en operación o abandono generan problemas de contaminación y


degradación de los ecosistemas, pudiendo llegar a extinguir la vida acuática. También
imposibilita el uso de estas aguas para consumo humano, debido a su acidez y elevada
concentración de metales disueltos como hierro, manganeso, aluminio, arsénico, selenio, cinc,
níquel, y otros. Por otro lado, genera daños a las estructuras metálicas y de hormigón, así
como la destrucción o desaparición de la vegetación y la fauna de los cauces naturales.

Una forma de evitar la formación de aguas ácidas es la neutralización de las mismas, en este
sentido la oxidación de una tonelada de pirita produce casi una tonelada de hidróxido férrico y
cerca de tonelada y media de ácido sulfúrico.

El proceso de formación de aguas ácidas, en su conjunto, también se puede explicar en tres


etapas, como se observa en la Figura N° .

imagen N° : Etapas de desarrollo del drenaje acido.

ETAPA I. La oxidación de minerales sulfurosos libera hierro ferroso que bajo condiciones
neutras se oxida químicamente y se transforma a hierro férrico que precipita como hidróxido y
aporta acidez al medio. En esta etapa del proceso la velocidad de oxidación es baja en los dos
mecanismos de generación ácida (directa e indirecta) y la formación de aguas ácidas por
oxidación debida al aire y a las bacterias (fundamentalmente Thiobacillus ferrooxidans) se
producen a un ritmo semejante. Por lo general, la alcalinidad disponible en el medio es
suficiente para neutralizar parcialmente la acidez que se ha producido lentamente.
imagen N° : oxidación de sulfuros.

ETAPA II. La acidez acumulada supera la capacidad de neutralización del medio y el pH


desciende y predomina la oxidación de la pirita por la acción bacteriana. En la reacción se
produce el sulfato ferroso que al ser oxidado nuevamente se transforma en sulfato férrico, y
éste a su vez en contacto con el agua da lugar al ácido sulfúrico y al hidróxido férrico, que es
insoluble y es el que provoca la coloración amarilla de las aguas. En esta etapa disminuye la
eficacia del mecanismo directo (oxidación por el aire) y aumenta mucho la del indirecto.

imagen N° : predomina la oxidación de la pirita.


ETAPA III. Cuando el pH desciende por debajo de 3 en la proximidad de los granos de pirita
(aproximadamente 4,5 en el agua), el ion férrico se ve afectado por las reacciones de
oxidación-reducción y la acción bacteriana puede lixiviar el sulfuro de hierro directamente a
sulfato. En esta etapa varía la generación de ácido al aumentar la solubilidad del hierro y
disminuye la precipitación de hidróxido férrico.

En resumen el Thiobacillus ferrooxidans oxida el ion ferroso a férrico que a su vez oxida a los
sulfuros (pirita) produciendo más ácido. En este momento se producen grandes cantidades de
ácido y se deben tener en cuenta los siguientes puntos:

El mecanismo más importante es el indirecto, ya que es el que se autocataliza (si se inhibe la


bacteria Thiobacillus ferrooxidans la producción de ácido se reduce al menos en un 75%).

- Si el pH del agua sube por encima de 5, igualmente se inhibe la oxidación.

- Si el pH del agua desciende por debajo de 4,5 debe esperarse que todo el sulfuro de hierro
termine oxidándose.

- Si el pH desciende por debajo de 2,5 se establece un equilibrio en el que la actividad


bacteriana se estabiliza, ya que habrá alcanzado su óptimo de desarrollo (la velocidad de
reacción se habrá incrementado entre 105 y 106 veces respecto al mecanismo directo).

imagen N° : aumento de oxidación de sulfuros y produce agua acida.

3.4. PREDICCIÓN DE LA GENERACIÓN DEL POTENCIAL ÁCIDO

Los procedimientos de predicción del potencial ácido generador en zonas mineras


comprenden las siguientes actuaciones:

 Comparación con minas similares y vecinas


 Muestreo sistemático para recogida de muestras representativas
 Pruebas estáticas sobre las muestras
 Pruebas cinéticas basadas en la reproducción de las condiciones (insitu)
 Modelado y simulación de los procesos ácido generadores

La predicción de la generación ácida debe iniciarse desde la etapa de exploración del


yacimiento, para ello debe realizarse la recogida de muestras en zonas mineralizadas y
estériles con el fin de efectuar su correspondiente análisis ácido-base descriptivo. Estos
resultados preliminares permitirán a que en la fase de planeamiento de la mina se considere o
no el tratamiento de los drenajes ácidos que podrían generarse en la fase de explotación y
cierre de la instalación.

También debe realizarse un reconocimiento de las unidades geológicas en donde se encuentra


emplazado el yacimiento y las áreas sobre las que se ubicarán las escombreras y presas de
residuos, esto ayudará a conocer mejor la litología, la mineralogía y la continuidad de las
unidades geológicas, así como el tipo de residuo o estéril que se generará en el proceso
productivo. De igual forma la comparación con minas vecinas de áreas geológicas y paleo-
ambientales similares ayudarán a predecir el volumen de drenaje ácido que se va ha emitir o
generar.

Cuando los resultados de los ensayos estáticos dan señales inciertas de la generación ácida, los
ensayos cinéticos adquieren gran importancia en la determinación de la capacidad de
producción ácida. Una vez reconocido el potencial generador de acidez neta de cada unidad
geológica, en algunos casos se revisará y ajustará nuevamente el plan de minado de la
explotación en el que se incluirán determinadas medidas correctoras para minimizar la
generación ácida, incluso puede recurrirse al empleo de modelos matemáticos junto con los
ensayos cinéticos para predecir la generación ácida en un largo período de tiempo.

La predicción de la generación ácida mediante comparación aproximada con otras minas


supone que todos los factores que tienen influencia en los procesos de generación ácida son
casi idénticos en dichas minas. Aunque por lo general es raro el caso en que los depósitos
minerales, así como la roca caja, las alteraciones y el tipo de mineralización sean iguales. A
gran escala, la comparación sobre una amplia región geográfica es probablemente insegura,
dado que variaran los factores no geológicos que afectan la generación ácida, así como el clima
y la fisiografía.

Todo proceso de predicción de generación ácida se inicia con la definición del volumen de
muestreo en la fase de exploración, para cada una de las unidades geológicas que comprende
el yacimiento a explotar. Entre los factores geológicos que regulan la generación de los
drenajes ácidos podemos considerar:

 Estado de oxidación de los minerales y materiales


 Composición mineralógica de los materiales ácido generadores y sulfuros
 Textura y desarrollo cristalino en los sulfuros
 Presencia de minerales ácido consumidores
 Presencia de estructuras rocosas que influyen sobre la permeabilidad

3.4.1. Clasificación de los materiales para estimar la generación ácida

Por lo general existen dificultades a la hora de determinar todos los factores que intervienen
en el proceso de formación de aguas ácidas. Al respecto se han desarrollado diferentes
métodos para determinar el potencial ácido de un drenaje, los mismos que pueden clasificarse
en tres grandes grupos:

Grupo 1. Los que estiman la capacidad máxima de generación de aguas ácidas, mediante el
análisis del contenido de sulfuros se calcula el total de sulfatos que la muestra puede originar.

Grupo 2. Los que estiman la capacidad real de producción de aguas ácidas en un determinado
lugar y para un determinado material. Para ello, se realizan ensayos insitu aislando una parte
de la mina, escombrera o presa de residuos y controlando durante un período mínimo de un
año la evolución en la producción de aguas ácidas.

Grupo 3. Los que combinan los dos anteriores que estiman la producción máxima en
laboratorio y ajustan el rendimiento (la cinética) con ensayos insitu. Estimación de la capacidad
máxima de generación ácida.

Se inicia con la determinación de la composición química, analizando el contenido total en


sulfuros. Con este método aparece el problema de la determinación analítica de las diferentes
formas de azufre (sulfuro, sulfato y orgánico).

El análisis de las formas de azufre fue considerado en primer lugar en explotaciones mineras
de carbón donde existía interés en conocer el contenido en pirita (entre otras razones debido a
que puede dar lugar a problemas medio ambientales mediante la generación de aguas ácidas o
a través de los gases de combustión generar lluvia ácida). Por lo tanto, todas las normas de
análisis para diferentes formas de azufre que existen han sido desarrolladas inicialmente para
carbón, aunque, actualmente se apliquen en otros campos como en la estimación del potencial
generador de aguas ácidas. En estas normas, al azufre sulfato se le denomina azufre pirítico y
sorprendentemente para su estimación no se analiza en ningún momento el azufre sino que se
analiza el hierro.

Se admite que todo el Fe, salvo el que está como pirita, es soluble en HCl y que incluso este
último es soluble en HNO3 en las condiciones del ensayo. Se mide entonces el contenido en Fe
soluble en HCl y se resta del soluble en HNO3, la diferencia correspondería a la pirita FeS2 y,
estequiométricamente de su formula se deduce el contenido en azufre que se denomina
azufre pirítico.

El hecho es que la aplicación de esta metodología de análisis en la predicción del potencial


generador de aguas ácidas lleva implícita una serie de presunciones como son:

 Todo el azufre esta como disulfuro de hierro (pirita y/o marcasita)


 Todo el disulfuro de hierro reaccionará para formar ácido (rendimiento máximo)
 Todos los minerales carbonatados se disolverán para formar disoluciones alcalinas que
reaccionen y neutralicen al ácido producido a partir de la oxidación de los sulfuros de
hierro.

Teniendo en cuenta lo anterior y aceptando que las reacciones son estequiométricas, se


calcula la máxima producción posible de ácido y el máximo potencial de neutralización del
material considerado. Aunque en algunos casos se produce una sobre estimación del potencial
generador de aguas ácidas.

3.4.2. Estimación de la capacidad real mediante ensayos insitu.

Este método consiste básicamente en asumir que el problema es tan complejo que la única
aproximación válida es mediante las medidas experimentales insitu. Para ello se construyen
lisímetros que no son más que depósitos más o menos grandes (por ejemplo bidones de
plástico de 2 m de altura y 1,2 m de diámetro) con uno o varios grifos para la toma de
muestras de lixiviados situados a diferentes alturas. Mediante estos lisímetros se sigue la
evolución de la producción de aguas ácidas durante largos períodos de tiempo no inferiores a
un año y se extrapolan los resultados para los años siguientes.
Esta aproximación al problema necesita de la estimación analítica ya que aunque no siempre
se realizan en forma conjunta, las condiciones y la cinética pueden variar drásticamente, a
peor, en cuanto se agote la capacidad amortiguadora del medio y el pH descienda por debajo
de 4,5.

3.4.3. Estimación de la capacidad máxima en laboratorio y ensayos insitu.

Es el método más adecuado ya que combina los métodos insitu con lo que se logra estimar la
cinética real, con los métodos de laboratorio que predice la generación ácida a futuro o la
evolución del problema de contaminación ácida.

Si se realiza un ensayo de lixiviación en laboratorio se puede estimar una cinética de


laboratorio, dicha cinética se diferencia de la real únicamente por un factor de escala que es
fácil de determinar mediante la utilización de un lisímetro insitu. Algunos autores han
calculado que para cada 10 días de laboratorio le corresponden 6,3 días reales en campo.

A la vista de los mecanismos de producción de aguas ácidas descritos anteriormente, hay que
señalar que una estimación por esta forma tiene únicamente una validez local, (dependerá de
la granulometría, mineralogía, etc.), y puede cambiar drásticamente en cuanto se agote la
capacidad amortiguadora del medio y el método empleado. Además la utilización de estos
métodos exige una inversión mínima y el desplazamiento periódico al lugar estudiado para la
toma de muestras así como de los datos de caudal de los lisímetros.

También podría gustarte