Resumen. Hce.
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Resumen. Hce.
BURKE, Peter. “Formas de historia cultural”- “Historia cultural como historia polifónica”.
Partimos de la siguiente afirmación del autor: “Una historia cultural centrada en los contactos no debe escribirse desde
un punto de vista únicamente. Empleando el término de Mijail Bajtin, ha de ser “polifónica”. Esto es, debe contener
en sí misma una variedad de lenguas y puntos de vista”[ CITATION Bur00 \p 264 \t \l 11274 ]. Para llegar a esta
conclusión el autor realiza un análisis y una periodización de la historia cultural:
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Es así como creemos que la interdisciplinariedad es fundamental para el ejercicio de construcción del término
de cultura, es menester tomarla como una oportunidad más que como un obstáculo. Que haya una relación de
enriquecimiento entre las diferentes disciplinas, en lo metodológico y lo epistémico.
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Pierre Rivière. Según Foucault, hacerlo habría significado forzarlas, someterlas a una razón de la que esas fuentes no
participaban. Pero esa esto implicaba que:
“[…] el ambicioso proyecto foucaultiano de una «archéologie du silence» se ha transformado en un silencio puro y
simple, eventualmente acompañado de una muda contemplación estetizante”.[ CITATION Gin99 \p 7 \l 11274 ]
Cuando estudia la locura, el filósofo francés se ocupa más del fenómeno de la exclusión y de sus recursos que de los
excluidos. Es por eso, pues, que la voz de los marginados está ausente de la obra de Foucault tanto por razones de
objeto como por esa imposibilidad de restitución de la que es muestra el Pierre Rivière:
“Lo que fundamentalmente interesa a Foucault son los gestos y criterios de la exclusión; los excluidos, menos”.
[ CITATION Gin99 \p 7 \l 11274 ]
Ginzburg plantea que nos encontramos frente a un escepticismo que implica la existencia del silencio ante una fuente
soslayada y falaz. Frente a esto, se pronuncia contra lo que llama el neopirronismo, contra el irracionalismo estetizante
y contra un populismo negro y mudo que, invocando la voz de los excluidos, se niega al análisis y a la interpretación.
Como superación, propone la búsqueda paciente y acuciosa de la verdad, sin caer bajo la imagen de un desprestigiado
positivismo, o ser acusado de violencia ideológica o racionalista. Como expresa en un principio, esa reconstrucción
podría realizarse incluso a partir de testimonios discutibles, puesto que no por ello serían menos reveladores.
Al respecto de esto último, Ginzburg reivindica los trabajos llevados a cabo por Thompson y Zemos Davis ya que son
muestra de que, aunque es difícil de acceder y en la mayoría de los casos esté sesgada, no es inconcebible lograr la
reconstrucción y el análisis de la cultura de las clases subalternas. Rescata de Thompson el planteo de que esta cultura
popular implica la existencia de una lógica general que establece lo que en el sentimiento popular y en la cultura de
esas clases oprimidas es tolerable o inaceptable y que frente a esto podemos conocer las profundidades de dicha
cultura. Pero plantea sus reparos frente a esta perspectiva de tinte cuantitativista:
“El alegato de E. P. Thompson contra el «grosero impresionismo de la computadora, que repite ad nauseam un
elemento simple recurrente, ignorando todos los datos documentales para los que no ha sido programada», es
literalmente cierto, en el sentido de que, como es lógico, la computadora no piensa: sólo ejecuta. Por otra parte, sólo
con una serie de profundas indagaciones particulares podemos elaborar un programa articulado para someterlo a la
computadora. En realidad, la crítica que hay que hacer a las investigaciones históricas cuantitativas es de otra
índole: no que sean demasiado poco verticalistas, sino que todavía lo son demasiado. Parten del supuesto de que no
sólo los textos, sino más aún los títulos, dan una orientación inequívoca, hecho que pierde cada vez más
verosimilitud, conforme desciende el nivel social del lector.”[ CITATION Gin99 \p 10 \l 11274 ]
Una vez realizada esta crítica el autor, nos adentra en el sentido cualitativo, partiendo de un cuestionamiento
acerca de la forma en los actores leían, cómo se acercan a los textos y de ahí poder dilucidar acerca de su cosmovisión
y aprehensión de los mismos.
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herramientas y métodos existentes.[…] La microhistoria en cuanto a practica se basa en esencia a la reducción de la
escala de observación, en un análisis microscópico y en un estudio intensivo del material documental[…].
El autor marca una similitud entre la microhistoria y la antropología interpretativa, subrayando dos diferencias: “la
utilización, tradicionalmente más enérgica en antropología, de investigaciones intensivas, a pequeña escala y cierto
tipo de limitación autoimpuesta, presente en el pensamiento de Geertz” (autor, al cual cita Levi en reiteradas
ocasiones). “Estas dos diferencias atañen a la manera de actuar de la racionalidad humana en la práctica y a la
legitimidad de la generalización de las Ciencias Sociales.”
Levi desarrolla estas diferencias comenzando por la distinta manera de cómo se contempla la racionalidad, entrando
en una comparación entre microhistoria y antropología interpretativa usando como referente de esta última a Geertz.
“Una de las principales diferencias de perspectiva entre la microhistoria y la antropología interpretativa es que esta ve
un significado homogéneo en los signos y símbolos públicos, mientras que la microhistoria intenta definirlos y
medirlos por referencia a la multiplicidad de representaciones sociales que generan”. “La microhistoria, por otra parte,
no ha renunciado a tener en cuenta la diferenciación social como lo ha hecho la antropología interpretativa, sino que lo
considera esencial para llegar a hacer una lectura lo más formal posible de acciones, conductas, estructuras sociales,
roles y relaciones. En otras palabras, aunque las costumbres y la utilización de símbolos son siempre polisémicos,
asumen, no obstante connotaciones más precisas a partir de diferenciaciones sociales móviles y dinámicas. Los
individuos crean constantemente su propia identidad y los grupos se definen de acuerdo con conflictos y solidaridades
que, sin embargo, no pueden ser asumidas a priori, sino que derivan de la dinámica que constituye el objeto de
análisis”.
Como marque al principio el autor trata como una de las características de la microhistoria un problema en la
comunicación de los resultados de la investigación, en el cual detecta un problema de comunicación y un problema de
recepción: “no se trata de una mera cuestión retórica, pues el significado de la obra histórica no puede reducirse a ella,
sino de un problema específico de comunicación con el lector, quien nunca es una tabula rasa y siempre plantea, por
tanto, un problema de recepción. Pienso que la función concreta del relato se puede resumir en dos características. La
primera es el intento de demostrar, mediante una relación de hechos consistentes, el verdadero funcionamiento de
ciertos aspectos de la sociedad que resultarían distorsionados por la utilización independiente de la generalización y la
formalización cuantitativa, ya que tales operaciones acentuarían de manera funcionalista el papel de los sistemas de
reglas y los procesos mecánico del cambio social. […] La segunda característica es la de incorporar al cuerpo
principal del relato los procedimientos de la misma investigación, las limitaciones documentales las teorías de
convencimiento y las construcciones interpretativas.”
Respecto a lo particular el autor marca: “el enfoque micro histórico aborda el problema de cómo acceder al
conocimiento del pasado mediante diversos indicios, signos y síntomas. Es un procedimiento que toma lo particular
como punto de partida (particular que es a menudo altamente especifico e individual y sería imposible calificar de
caso típico) y procede a identificar su significado a la luz de su contexto especifico.”
El autor explica que la contextualización adquiere diferentes interpretaciones, y que la teoría más acertada en sí, es la
del funcionalismo, a su vez diferencia de la insistencia del funcionalismo en la coherencia social, indicando que “los
micro historiadores se han centrado en las contradicciones de los sistemas normativos y, por tanto, en la
fragmentación, contradicciones y pluralidad de puntos de vista que hacen a todos los sistemas fluidos y abiertos.”
Y continuando con la característica del contexto social marca que: “hay dos posibles maneras de leer el contexto
social: viéndolo como un lugar que atribuye significado a casos particulares extraños o anómalos revelando su
significado oculto y, consecuentemente, su ajuste a un sistema, o descubriendo el contexto social en el que un hecho
aparentemente anómalo o carente de significación cobra sentido al revelarse las incoherencias ocultas de un sistema
social aparentemente unificado. La reducción de escala es una operación experimental debido precisamente a este
hecho de suponer que el perfil del contexto y su coherencia son aparentes y saca a la luz esas contradicciones que solo
aparecen al alterar la escala de referencia”.
Concluyendo el artículo, Levi, expone el lema de Revel para la microhistoria “¿Por qué hacer las cosas simples si
podemos complicarlas?” el cual significa que el mayor problema de los historiadores es conseguir expresar la
complejidad de la realidad, y marca: “refiriéndome a Revel, he intentado subrayar más caramente la tendencia anti
relativista de la microhistoria y las aspiraciones que caracterizan, o según creo deberían caracterizar, la obra del micro
historiador”.
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BARTHES. Variaciones de la escritura.
El autor considera que gracias a la Historia se puede observar que la Escritura nos ha presentado señales de ella a
través el paso del tiempo. La escritura antigua es estudiada por la paleografía, está ligada al instinto de los arqueólogos
por descifrar antiguas escrituras desconocidas, jeroglíficos, letras griegas y latinas, la cual se detuvo en el siglo XVI
dejando de lado el estudio de la escritura moderna. En cuanto se vuelve moderna, la escritura se reprime a causa de la
aparición del libro, “¿con que fines y a partir de qué circunstancias y necesidades se inventó la escritura?”. La función
original de la escritura fue con toda evidencia la “comunicación.
El origen de la escritura ha sido objeto de diversos discursos, uno de ellos mítico, el cual es considerado fantasioso
pero que aclara nuestras teorías actuales. Este considera que el primer lenguaje de la humanidad fue un lenguaje de
gestos, que habría nacido a través de las articulaciones del lenguaje en forma de clics. Luego de su posterior
fragmentación esos clics formarían consonantes. Otro discurso con una visión más científica, distingue el grafismo de
la escritura; el primero está caracterizado por rayas, trazos grabados en huesos o piedras, es decir pequeñas incisiones
equidistantes. Estas huellas no tienen un sentido preciso, ya que no se basan en lo real sino en lo abstracto. Los
lingüistas afirman que el código escrito es secundario al código oral, esto supondría que la escritura rebasa no solo el
lenguaje oral sino el lenguaje mismo, porque su relación original con el lenguaje oral es oscura. Es evidente que la
escritura tuvo otras funciones además que la de comunicar y al estar ligada a la mano, el aparato facial se encuentra
separado de la fonación, siempre ha habido una ruptura entre el habla y la escritura.
Con respecto a la estructura de la Escritura, sus principales características: el alfabeto (cuerpo individual de signos
individuales) es un equilibrio, consecuencia de que ningún signo se repite y que su conjunto funciona como un signo
único que se opone a los restantes alfabetos, pero a su vez en la historia se vio atrapado en la conversión ideológica; la
letra, para el autor es lo que no se parece a nada, es decir, cuando los hombres se han puesto a imaginar letras
figurativas, alineadas, sobre siluetas humanas o animales han realizado un trasgresión; la vocal, cuando los griegos
toman el alfabeto de los fenicios convierten las guturales en vocales, anotadas por primera vez en la historia de la
humanidad de una manera rigurosa y completa. Las consonantes se suprimen pegados a la vocal, considerada
elemento esencial de la silaba, se construye una especie de escritura vocálica; la mayúscula, representa énfasis; la
minúscula es una mayúscula deformada por la cursividad.
Para poder escribir debemos tener un soporte donde hacerlo, el cual determina el tipo de escritura porque pone
resistencias diferentes al instrumento trazador y también porque la textura de la materia obliga a la mano a gestos de
agresión o caricias, ejemplo la piedra. La humanidad realmente ha escrito encima de cualquier cosa. Hay que destacar
la historia de los soportes de escritura: el paso del rollo (papiro), al cuaderno (pergamino). El Poder siempre estuvo
involucrado con la escritura, usada como un instrumento de poder, el estado, se dedicaba a controlar las escrituras
impresas, la cual era un privilegio de clase. Como una marca selectiva de la clase aristocrática como inversamente
incluida en las clases sociales. La escritura manuscrita ha constituido durante mucho tiempo un campo de trabajo
profesional, entre ellos, escribas, copistas, escritores públicos. En la economía todos los historiadores coinciden en que
la invención de la escritura viene de la mano de las necesidades económicas. La escritura como un modo de resguardar
el recuento de reservas, almacenamiento. La escritura fue practicada en todas las direcciones posibles, de izquierda a
derecha y viceversa, horizontal o vertical.
Sin embargo, la escritura siempre se extiende como un hilo, como una cinta gráfica. Esta expresa lo narrativo de la
escritura, de ahí deriva el relato, la sucesión de un antes y un después, con mezcla de temporalidad y causalidad. A
raíz de eso se puede decir que existen escrituras no descifradas.
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La memoria oral y la línea narrativa: la trama rigurosa en la narración larga surge con la escritura. La narración está
relacionada con la secuencia de los sucesos en el tiempo y por lo tanto en cada narración hay un cierto tipo de trazado
narrativo. La memoria cuando guía al poeta oral, a menudo tiene poco que ver con a rigurosidad presentación lineal de
los hechos en un orden cronológico. En nuestra cultura tipográfica y electrónica nos fina la correspondencia exacta del
orden lineal de los elementos en el discurso y el orden de referencia, el orden cronológico en el mundo al cual se
refiere el discurso.
La conclusión de la trama: de la narración de viajes al relato detectivesco: el escritor tiene acceso a sus palabras
escritas para la reconsideración, revisión y demás manipulaciones. Debido al mayor control consciente, las líneas de
acción crean estructuras culminantes cada vez más estrechos, en el lugar de la antigua trama episódica oral. Con la
aparición de la imprenta se fijaron as palabras en el espacio y se estableció un sentido más firme de lo concluido. La
escritura es una actividad que eleva la conciencia.
El personaje redondo, la escritura y lo impreso: el personaje “plano” se deriva de la narración oral primaria. El
personaje “redondo” surge de como la escritura y la imprenta afectaron a la antigua economía intelectual.
BALL, Stephen. Política social y educativa, empresa social, hibridación y nuevas comunidades discursiva.
Este trabajo tiene como objetivo ilustrar y explorar el rol que asumen las diversas formas de empresa social en la
reelaboración de la gobernanza y provisión de los servicios sociales y educativos, y las concomitantes hibridaciones
de instituciones y actores que están produciendo cambios en las formas, relaciones e intereses de las “nuevas”
organizaciones del sector público.
El trabajo aspira a identificar y elaborar un discurso sobre las políticas características y comunes a todas estas redes
que articulan a la “empresa” como la solución genérica para los problemas “enmarañados” de la política social y
educativa y que, de hecho, reelaboran las modalidades de la filantropía misma: la empresa es tanto el mensaje como el
medio. La empresa se desarrolla de múltiples maneras introduciendo nuevas formas de trabajo, nuevas formas de
organización y nuevos tipos de relaciones sociales en la política social y educativa; estas nuevas formas van desde la
privatización, la tercerización, las soluciones con perfil de “empresa social”, las microfinanzas.
Transformaciones: El terreno de la política social y educativa ha iniciado, y aún continúa, un proceso de
“transformación” el cual comienza en la década de 1970, se acelera en la de 1980 con el thatcherismo y los gobiernos
conservadores de la década de 1990, y que, desde 1997, el Nuevo Laborismo ha perseguido con una determinación
inquebrantable. Transformación que bajo el Nuevo Laborismo fue impulsada mediante los principios y métodos
esbozados en el UK Government’s model of public sector reform. Este modelo se basa en cuatro mecanismos clave de
reforma: elección, competitividad, reforma laboral y gestión del desempeño. Una transformación basada, por una
lado, en la autonomía y la desconcentración y, por el otro, en la dirección e intervención, proceso que podemos
denominar “centralización fragmentada”.
Un proceso central al de esta transformación es el de sustitución: proceso que reemplaza tanto a actores tradicionales
del sector público por otros. La empresa social es cada vez más un componente clave de esta sustitución tanto en
términos de valores como de actores. La empresa social ha sido, en efecto, una realización particular de la Tercera Vía
del Nuevo Laborismo y un tropo discursivo clave con la comunidad intelectual que asesora su pensamiento. Los
gobiernos laboristas buscaron fomentar de diversas maneras, con modos prácticos y discursivos, el desarrollo de
soluciones con perfil de empresa social para resolver los problemas sociales “enmarañados” o inextricables.
La empresa social es un aspecto denominada la “economización de lo social”, en la que el gobierno asume el rol de
facilitador de un “mercado de autoridades”
Redes de flujo, nuevas relaciones de la política, nuevas heterarquías: la política educativa y social dentro del
gobierno se piensa, se hace y recibe influencias en muchos sitios diferentes, y la comunidad que constituye la política
educativa es cada vez más diversa e inestable. En términos generales, se trata del traspaso hacia un “estado
policéntrico” y “un desplazamiento del centro de gravedad en torno al que giran los ciclos de la política”, que
“incrementan la gama de actores que participan del diseño y aplicación de las políticas”. Este cambio se suele
describir como un cambio de perspectiva: del gobierno a la gobernanza, o a la “gobernanza en red”, o el paso al
“estado posburocrático” o “lean government” (gobierno limitado a costo eficiente), que implica el desarrollo de
“relaciones que suponen reciprocidad e interdependencia en contraposición a jerarquía e independencia”. Es claro que
la gobernanza en red no ha desplazado por completo a los modos de gobierno más antiguos y directos según jerarquías
y cadenas demando, pero existen cada vez más elementos de hibridación. Aquí entran en juego diversos impulsos
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relacionados y una familia de ideas vagamente interrelacionadas –empresa, filantropía, mutualismo y privatización–,
que trabajan de manera colectiva para transformar la educación estatal y que dan poder de acción a un nuevo conjunto
de actores.
Debate: Lo que se intento captar y reflejar en este, diríamos, insuficiente y superficial repaso de algunas de las formas
que toman la “empresa” y los emprendedores en la nueva política social y educativa son los entrecruzamientos, límites
imprecisos, entramados –las hibridaciones– cada vez más complejos y opacos que constituyen y animan este terreno y
su gobernanza. Éstas son organizaciones híbridas con diversas y cambiantes combinaciones de identidades y
compromisos benéficos, comerciales y de perfil empresarial social. También podemos observar nuevas y complejas
“carreras profesionales de la tercera vía” en el pasaje de todos estos actores por los sectores estatal/de la tercera
vía/empresarial, y la combinación que hacen de ellos en agendas de trabajo mixtas.
Dónde termina lo social y empieza la empresa resulta a veces difícil de distinguir a nivel organizacional e individual.
Las heterarquías del nuevo Estado que entrevemos aquí están conectadas por un conjunto diverso de intercambios y
relaciones: asociación, patrocinio, consultoría, tercerización, filantropía. Es decir, conforman una formación
discursiva: una cierta regularidad o unidad entre declaraciones, objetos, conceptos, dentro del campo más amplio en el
que se produce el conocimiento, arraigados en un conjunto de prácticas materiales sujeto a normas. El motor del
conocimiento claramente no está conformado por los actores por separado sino por esa comunidad discursiva. La
opacidad de todo este escenario se puede mitigar en cierto modo si consideramos quiénes se ven privilegiados y “son
escuchados” dentro de la transformación del sector público.
Lo que se ejemplifica aquí es la “empresa”, es el imaginario neoliberal que articula los cambios de forma y
modalidades del Estado, con los cambios en la prestación y gobernanza de los servicios públicos, con una
reelaboración de los objetos y sujetos de la política educativa y social. Esto es, una nueva relación entre gobierno y
sector público.
CHARTIER, Ana María. Cultura escrita en la escuela: aproximaciones históricas y nuevos retos para su
enseñanza.
Las actuales exigencias económicas crean nuevas formas de analfabetismo en los niños de acuerdo con su origen
social, antes esto, ¿qué papel desempeñar la escuela en este nuevo mundo?
La obligatoriedad de la escuela y el oficio de enseñar: Chartier constituye de la historia un marco central para llevar a
cabo sus investigaciones. Distinguió 3 momentos:
1) formar ciudadanos y enseñar a los artesanos contar, leer y escribir en una misma lengua (S.XV), coincide con la
invención de la imprenta.
2) formar electores, configurar la nación y una conciencia nacional. Dar acceso a los alumnos a la modernidad
científico (S.XIX). Proyecto republicano. Sellar l identidad a partir de una lengua común. Historia, geografía y
literatura cobran gran importancia.
3) además de las tareas anteriores, ahora la escuela consiste en formar profesionales capaces de insertarse con éxito en
el mercado de trabajo (S.XX).
En relación a los tiempos modernos, ahora la escuela no es un privilegio, pues todos deben ir a la escuela ¿Cómo
transforma esto el concepto de escuela? Para los alumnos es difícil vivir situados entre valores que le propone escuela
por un lado y la sociedad de consumo por el otro. También el docente tiene que manejar grupos con programas
predeterminados que hay que cumplir y atender las necesidades de los alumnos que no aprenden todo de igual forma.
Cultura y saberes: ¿Qué cultura debe enseñarse en la escuela de nuestros días? La noción de cultura ha cambiado con
el tiempo existen “las” culturas, no hay una universal, las culturas son locales y transitorias. Hay saberes y destrezas
que no se prenden en la escuela, sino en otras partes. Es tarea de cada escuela enseñar los aprendizajes claves, los que
requieren sistematización y esfuerzos. La lengua escrita, a diferencia de la lengua hablada, sí requiere de la
participación docente de un otro, esta es la tarea de la escuela.
Éxito, fracaso y ambivalencias de la innovación pedagógica, el caso de la enseñanza de la lectura: recuento de las
diferentes maneras en las que, a lo largo del tiempo e ha concebido la enseñanza de la lectura, teniendo en cuenta
contextos, innovaciones pedagógicas no neutras y cuestiones políticas.
La Salle, 1883, fue el primero en inventar un método para la enseñanza simultanea de la lectura, escritura y conteo
matemático. Rousseau, aportó a la pedagogía estrategias para lograr que los niños desearan aprender por placer y
modo propio. En esta etapa los medios cultos abandonaran la idea de que la buena lectura es la de los textos religiosos
y comienza el gusto por lecturas contemporáneas, periódico por la brevedad, rapidez y novedad.
La alfabetización en el siglo XIX, la lectura y escritura se contemplaran conocimientos de otros conocimientos
científicos. El uso de la escritura se vuelve masivo con la llegada de instrumentos nuevos y barato; auge de la industria
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editorial. Siglo XX se dan los discursos teóricos sobre la lectura, no toman en cuenta la escritura esto provoca nuevos
analfabeto; personas que pasaron por la escuela, egresaron de ella pero no pueden leer en los espacios sociales en los
que viven a diario la actividad económica moderna exige el dominio de la lectura, escritura y matemáticas básicas que
debe enseñar la escuela.
La escuela en la era de las nuevas tecnologías: las nuevas tecnologías modifica las formas de leer y escribir.
Globalización del analfabetismo; para alfabetizar es necesario conocer el contexto local de los estudiantes, reconocer
el valor que tiene la oralidad. Las nuevas tecnologías trastocan las fronteras móviles que existen entre oralidad y
escritura. Necesitamos adquirir una nueva alfabetización para el uso de los ordenadores que tienen escrituras propias.
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inventar prácticas que se adecuen al avance tecnológico del mundo y de los alumnos para ayudarlos en una mejor
educación, una educación que los inserte de forma competente el mundo actual.
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el surgimiento de la llamada modernidad que tuvo una estrecha relación con la invasión llevada adelante por Cristóbal
Colón en Abya Ayala. Sobre la base de los avances modernos, el conocimiento de las ciencias sociales se enmarca
dentro de un proceso de constitución epistémica, dado entre los siglos XVI y XIX, donde todo se va a ubicar al
servicio de la empresa de dominación, conquista y control de Europa sobre el resto mundo. El autor, a partir de esto
plantea que: “Se consolidó un modelo clasificatorio de la palabra y su verdad, del saber y del decir, del conocer y su
expresión. Lengua y conocimiento, entonces, quedaron marcados, hasta hoy, por dos características ineludibles desde
las tramas del poder: un saber y unos idiomas euro-céntricos, y un saber y unos idiomas maquetados en una matriz
colonial de valoración”. [ CITATION Gar07 \p 221 \l 11274 ]
En continuidad al hilo del capítulo, se propone que a pesar de haber puesto fin al colonialismo llevado adelante por
Europa en América, la colonialidad del poder todavía se mantiene, y representa la clasificación del planeta de acuerdo
con el imaginario moderno/colonial. La instauración de la colonialidad del poder se dio mediante dos mecanismos: el
primero de ellos está en relación con la práctica de clasificación e identificación social que forma un sujeto diferente
no válido, mientras que el segundo gira en torno a las formas de explotación y de control del trabajo. En conclusión, la
diferencia colonial va a estar íntimamente ligada a la colonialidad del poder a partir de la modernidad. Por lo que aquí
aparece otra de las relaciones que establece Garcés, ya que en su práctica y en su racionalización, la modernidad
implica y crea un nuevo ordenamiento epistémico y lingüístico, que es la subalternidad de conocimientos y lenguas.
En donde se da una clasificación y jerarquización de las comunidades humanas, basándose en la posesión o no de la
escritura alfabética, instituyéndose así la imposición de un conocimiento válido y totalmente verdadero, que permita la
reproducción de la colonialidad del poder en todos los niveles, especialmente en las ciencias sociales. Pero dicho
conocimiento, no puede ser generado en las periferias coloniales ya que no poseen las herramientas para llevarlo
adelante. Finalmente Garcés va a definir a la colonialidad del poder y la diferencia colonial como “categorías políticas
que nos permiten entender la estructuración de nuestras sociedades sobre la base de una matriz colonial” [ CITATION
Gar07 \p 224 \l 11274 ]. A partir de esta descripción el poder asume una forma colonial.
Otra de las relaciones planteadas por Garcés hace referencia a la geopolítica del conocimiento. Establece que se forma
una colonialidad lingüística en donde se subalterniza una cantidad de lenguas y además coloniza la palabra de los
hablantes de dichas lenguas. En donde la valoración de la palabra depende de: clase, raza, género. El conocimiento
científico es visto como el conocimiento máximo, que se entrelaza con diversas lenguas que son el inglés, el francés y
el alemán, todas de origen europeo, ya que estas poseen diferente valoración designadas por los centros de poder.
Dichas lenguas serán las propietarias del verdadero conocimiento, de la ciencia, la filosofía, y demás, mientras que el
resto de las lenguas quedan relegadas como complemento de la literatura y la expresión cultura de ciertos pueblos. Sin
embargo con la aparición de la escritura alfabética, como factor importante en el proceso de consolidación de la
colonialidad del poder y de las geopolíticas de dominación del conocimiento, se da una readaptación constante y
mutua de prácticas escriturarias, que van a comenzar a sobreponerse.
El autor se apoya en el término de diglosia, entendido generalmente como la coexistencia conflictiva, de dos o más
lenguas dentro de un territorio, en condiciones asimétricas de uso y valoración. Pero una de las lenguas ocupa para sí
todos los usos y funciones, mientras las demás restringen sus usos y funciones. Sin embargo también lo toma como
una “categoría apropiada para referirse a todo el espectro de interrelaciones culturales asimétricas que caracterizan
Latinoamérica” [ CITATION Gar07 \p 233 \l 11274 ]. A partir de esto establece que podemos encontrar una diglosia
lingüística y también epistémica, en donde van a existir conocimientos principales que subalternizan a otros
conocimientos, por un lado va a estar el conocimiento científico, moderno, occidental y por otro lado los saberes
aborígenes, locales, regionales. Para hacer referencia a la última relación, hace hincapié en el término de
interculturalidad, que tomando la descripción de Walsh, se basa en el reconocimiento de la diversidad existente, desde
una óptica céntrica de la cultura dominante y nacional. Pero también plantea que “debe servir como herramienta
comprensiva y transformativa de las relaciones sociales, cruzadas por la diversidad y el conflicto” [ CITATION
Gar07 \p 235 \l 11274 ]. Garcés, ubicado desde una perspectiva crítica, establece que la cultura se halla en un campo
de lucha por la hegemonía, que atraviesa, tanto a los sujetos que generalmente son representados como los implicados
en los problemas de interculturalidad, sino también a quienes reflexionan sobre ella. Por lo que define a la
interculturalidad como “un proceso a alcanzar por medio de prácticas y acciones concretas y conscientes” [ CITATION
Gar07 \p 236 \l 11274 ], pero para ello es necesario realizar un esfuerzo para reflejar la realidad de la misma forma en
el lenguaje. Finalmente Garcés piensa a la interculturalidad desde las posibilidades de una comprensión situada y
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política de lo lingüístico y epistémico, en donde la razón y la palabra aparecen como camino de vida desde la
confrontación, la crítica, el aprendizaje y la crisis.
HACHÉ DE YUNÉN. Formar lectores, formar ciudadanos. Impacto social del desarrollo de la comprensión
lectora.
La compleja realidad de la lengua escrita no puede reducirse a la enseñanza simplista, unilateral y elitista de la
lectura. Saber leer implica desarrollar la comprensión lectora, indagar la realidad para comprenderla mejor, postura
crítica ante el texto. La UNESCO llama a los gobiernos y a la sociedad civil a abordar la alfabetización como un
componente integral de la educación básica. Mediante el dominio y el ejercicio de la lengua escrita, se logren procesos
liberadores y constructores de identidad esto es democrático puesto que supone escuchar voces que antes estaban
silenciadas, reduciendo la exclusión. Cuando uno lee lo hace desde de supuesto de que el texto tiene un significado y
lo busca a través de indicios visuales y mecanismos que permiten entenderlo (atribuirle sentido9. No hay dos lectores
iguales ni un solo significado para un mismo texto. La formación de lectores como un fenómeno procesual, de
transformaciones personal donde una persona modifica sus relaciones con otros y por lo tanto, a mediano plazo
contribuye a cambiar el propio sistema en el que está inserto.
En el siglo XXI leemos otro tipo de textos, con otros objetivos y contextos; en relación a la democracia se exige una
ciudadanía comprometida que pueda participar con madurez y conciencia de las decisiones políticas. Desarrollar una
capacidad crítica y reconocer que los textos se escriben en contextos históricos y que los autores son seres culturales,
con puntos de vista diferentes; por lo que no existe un discurso neutro. Además de la crítica, lo novedoso esta en las
actuales formas de lectura: tic, internet, etc.
MEZZADRA Y RAHOLA. La condición postcolonial. Unas notas sobre la cualidad del tiempo histórico en el
presente global.
¿Una atmósfera global?: Se vive en tiempos híbridos donde las grandes corporaciones y las culturas jóvenes
convierten la criollización en la atmósfera global donde se mezclan luchas anticoloniales y el continuo uso de
mercados de la colonia. La condición postcolonial es distinta del postcolonialismo donde el primero es clave en el
pensamiento crítico y el segundo es un archivo foucaultiano de imágenes, conceptos y palabras.
La tesis de los autores se basa en que el tiempo postcolonial es “el que en la experiencia colonial parece estar, de
manera simultánea, consignada al pasado y, precisamente debido a las modalidades en las que se produce esta
<<superación>>, instalada en el centro de la experiencia social contemporánea”. Lo postcolonial ha logrado la unidad
del mundo de formas ambivalentes, por un lado, se crea un horizonte material donde la identidad individual se
desarrolla, y por el otro, no se ofrece garantía de que esa identidad no agote la capacidad de emancipación de los
discursos políticos de lo universal manejados por el dinero y las mercancías.
Descentrar lo global: La relación del anticolonialismo y el postcolonialismo salió a la luz debido a la historiografía.
Los estudios de algunos historiadores como W.E.B Du Bois demuestran que en el momento en que los dispositifs de
dominación originados en la experiencia colonial se infiltran en los espacios metropolitanos, nos encontramos en una
época postcolonial (ametralladoras, campos de concentración, entre otros).
Sobre la transición: Son muchos los elementos coloniales que tienen continuidad en el presente en todo el globo. Los
términos étnicos de los conflictos que emergen con una matriz colonial generalizada indiscutida ponen de manifiesto
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al único protagonista posible, el imperialismo y su subjetividad, eliminando cualquier posibilidad de acción de los
subalternos, todos estos conflictos son productos políticos y resaltan la dominación y explotación. Hablar de lo
postcolonial es especificar este tiempo problemático que vino después de lo colonial y que muestra sus fallas – como,
por ejemplo, la división de África en Berlín en 1855- pero también invita a considerar gracias a las luchas
anticoloniales, la complejidad del mundo desigual y desequilibrado.
Diferencias postcoloniales: el postcolonialismo reconsidera de manera crítica los supuestos que se ligan a la política
de la identidad. En el colonialismo, la diferencia (material, política y cultural) tomaron un rumbo violento común; la
modernidad no es caracterizable sin hacer referencia a esa violencia de las colonias, pensar en la <raza> es imposible
sin conocer la experiencia de dominación colonial que naturalizó los términos utilizados para diferenciar y descalificar
al otro, inferiorizarlo, pero esto no es una imagen simple e inocente. Son de suma importancia los discursos que
critican la aparente universalidad abstracta.
La crítica postcolonial lleva como bandera el hecho de que el mundo es una perpetua de diferencias, sus principales
características son: criollización, sincretismo e hibridación, pero sus formas de expresarse mantienen las distancias y
resaltan las diferencias, ocultando el orden real presente (abstracción capitalista). La abstracción real del capital
impuso el dominio, primero en el colonialismo organizando el tiempo en etapas y luego, en el presente postcolonial,
sincronizando esos tiempos de manera violenta, es por ello que en el concepto de postcolonialismo sale a flote al
considerar la cualidad del tiempo histórico en el presente.
Apropiarse del presente: Se ve a la modernidad como un tiempo lineal y que se dirige a una misma dirección,
olvidando las historias individuales y encerrando todo en una historia colectiva donde el progreso unifica el
movimiento de los pueblos. En la época del post, claro está, la dominación no ha cesado, sino que toma nuevos
privilegios donde la transformación no parece posible. Fuera de occidente se pueden apreciar una pluralidad de
tiempos históricos, formas de dominio y prácticas de liberación que estructuran al capitalismo en estas zonas, esto
demuestra que no es posible generalizar sobre la experiencia capitalista a nivel mundo.
Luego del colonialismo, las sociedades debieron y deben enfrentar formas deformadas, pero igualmente fuertes de
dominación, inferiorización y discriminación que salieron a la luz con el capitalismo, pero actualmente, los hombres y
mujeres pueden notar estos dispositivos y mediante la praxis, transformarlos. Con esto, el lenguaje ya no es universal
y pasa a ser híbrido, de liberación donde las multitudes articulan la política a la acción de modificar.
El hilo conductor que une estos dos textos está relacionado con la pluralidad y diversidad de relatos que pueden o no
ser escritos y la gran cantidad de culturas que en la modernidad industrializada han sido borrados o, mejor dicho,
silenciados. Esto es así porque se ha querido hacer ver a la historia y al tiempo presente como algo universal, que
sigue una línea de tiempo- espacio donde todos los pueblos se dirigen a un mismo fin irreversible. Lo que ha ocurrido
es que muchas sociedades no encajan en estos parámetros y que, por ende, emprenden una resistencia hacia ellos y
resaltan la importancia de proteger esas diversidades que existen en el mundo y que quiere ocultarse a través de la
educación de los niños y jóvenes en un sistema educativo universal y estandarizado que se rige por normas
internacionales y que engloban a todas las sociedades por igual. Si bien es cierto que para comunicarnos debemos
entendernos mediante un lenguaje universal, es importante que este lenguaje no borre los demás lenguajes existentes y
mejor aún, que se enriquezcan de forma mutua y apelando al patrimonio cultural que ellos puede implicar.
ROCKWELL, Elsie. La lectura como práctica cultural: concepto para el estudio de los libros escolares.
En las escuelas las formas de leer un texto suelen ser de forma social con el grupo en voz alta e interactuando
constantemente. La autora toma el aporte de Roger Chartier: “Los actos de lectura que dan a los textos sus
significados plurales y móviles se sitúan en el encuentro entre las maneras de leer... y los protocolos de lectura
dispuestos en el objeto leído”. Ese punto de encuentro es crucial para la comprensión de la lectura en el aula. Las
prácticas de lectura conducen a determinada relación con los materiales escritos y abren espacios para la apropiación
de la cultura escrita.
La lectura como práctica cultural: Chartier concibe la lectura como práctica cultural realizada en un espacio
intersubjetivo conformado históricamente, en el cual los lectores comparten dispositivos, comportamientos, actitudes
y significados culturales en torno al acto de leer. Si nos acercamos al uso de los libros escolares desde otra
perspectiva, se abre la mirada hacia interrogantes distintos del abordaje tradicional centrado en los contenidos
pedagógicos e ideológicos de los textos.
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La práctica cultural (de praxis) recuerda la actividad productiva del ser humano, en el sentido material y simbólico,
sirve de puente entre los recursos culturales y la evidencia observable de los actos de leer en cierto contexto-
presuponen cierta oportunidad cultural en las maneras de leer, e relacionarse con el escrito, de otorgarle sentido a los
textos. En el contexto escolar las lecturas han sido múltiples y cambiantes, sus prácticas muy heterogéneas pues hay
una gran distancia entre los materiales, las normas y lo que ocurre realmente en el aula:
-materialidad del contexto (propio, de la escuela, condiciones del libro, etc.)
-maneras de leer (de cada época y contexto)-creencias sobre la lectura.
-el texto impreso y la oralidad (formas de narrar “puesta en escena”).
Construyendo una relación con la cultura escrita: una primera relación con lo escrito es la transición e una lectura
intensa (reiterad de uno o más libros fundamentales) hacia un lectura extensiva (búsqueda de información desconocido
en materiales), los chicos irán apropiándose la cultura escrita según los objetivos en el horizonte escolar.
Apropiación como eje de prácticas culturales: el término “apropiación” es centrar en la obra la de Chartier, para él, la
apropiación del lector tiene sus límites pero es una producción inventiva, una construcción conflictiva del sentido
aunque le interesan la diversidad de usos y sentidos, también la manera de apropiación social en procesos que
jerarquizan, consagran o desacreditan los bienes culturales. Las tácticas son las diversas formas de apropiación de los
bienes culturales comunes.
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