Teoría de La Dependencia
Teoría de La Dependencia
Teoría de La Dependencia
creciente absorción de nuestra problemática teórica y práctica por el acontecer científico de los países
centrales. Se trata de una recolonización de nuestra intelectualidad, que progresó especialmente bajo
el oscurantismo de las dictaduras militares”(Dos Santos, 2003:111).
En América Latina, una de las regiones con mayor desigualdad social en el mundo6, históricamente
los “modelos” de desarrollo estuvieron condicionados por la modalidad de inserción internacional de
los países y “por la configuración del poder político y económico que representaban los gobiernos”
(Calcagno, 1995:42). Según esas características, los modelos de desarrollo son tres:
?? El de crecimiento “hacia fuera”, desde fines del siglo XIX hasta la década de 1940, basado en
la exportación de productos primarios. La estructura dependiente de las economías primario–
exportadoras –según Malavé Mata (1983)– restringía el crecimiento interno, porque la parte
más importante de los ingresos generados por el sector exportador –integrado básicamente
por la agricultura extensiva latifundista y la minería– se giraba a los centros capitalistas. La
industria se vinculaba esencialmente al procesamiento y distribución de los productos
agropecuarios, el patrón de crecimiento era dependiente del capital extranjero, y en el plano
político los actores principales pertenecían a la oligarquía terrateniente
?? El de crecimiento “hacia adentro”, hasta la década de 1970, período en el que las políticas
favorecieron la sustitución de importaciones, transfiriendo recursos del sector agropecuario al
industrial. En una primer etapa –denominada de sustitución “fácil”, hasta la década de 1950–
se desarrollaron industrias livianas y de baja complejidad, manteniéndose la estructura de
exportaciones existente, y los gobiernos populistas y desarrollistas predominaban en el plano
político. En la segunda etapa –de sustitución “difícil”– la industria de bienes durables orientó
su producción hacia los bienes de consumo interno de los grupos de poder adquisitivo medio
y alto. La mayor escala de producción atrajo la inversión extranjera directa y tanto los
grandes grupos empresarios nacionales como las empresas multinacionales estuvieron muy
ligados al poder político, al amparo de gobiernos militares autoritarios. La dependencia del
capital extranjero no se eliminó con la sustitución de importaciones sino que, por el contrario,
hubo una mayor penetración de los capitales extranjeros que condujo prácticamente a la
desnacionalización de la industria. La localización geográfica de corporaciones en la región
constituía en realidad una prolongación económica y tecnológica de las economías centrales
(Malavé Mata, 1983).
5 Versión corregida del Trabajo Final presentado en el Seminario “El escenario actual de la economía
internacional”, desarrollado por el Prof. Eric Calcagno en la Maestría en Integración del Instituto de Integración
Latinoamericana, Universidad Nacional de La Plata, primer semestre de 2003.
6 Ver BURGO (2002), pág. 9.
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?? El rentístico–financiero, iniciado en el contexto de la crisis del petróleo de 1973, que si bien
surgió en el marco de regímenes políticos autoritarios tuvo continuidad con los gobiernos
democráticos a partir de la década de 1980. El “poder real” pasó al sector financiero y hubo
un ingreso extraordinario de capitales, en gran proporción de carácter especulativo. La
configuración del sistema financiero se caracterizó por la concentración y extranjerización de
los bancos, instalándose en la región un proceso generalizado de desindustrialización, de
privatizaciones de empresas públicas y de endeudamiento externo.
Al finalizar la segunda guerra mundial se difundió en Estados Unidos y en Europa la “teoría del
desarrollo”. Según esta teoría, el desarrollo y el subdesarrollo son partes de un proceso continuo y
constituyen dos momentos de una misma realidad, diferenciados por una serie de indicadores
económicos y sociales como el producto bruto, la industrialización, el ingreso per cápita, los índices de
alfabetización, las tasas de escolaridad y mortalidad, el atraso tecnológico, etc. Superar las
condiciones del subdesarrollo significa producir los cambios necesarios en las condiciones
económicas, sociales y culturales de los países “atrasados” para incorporar los patrones vigentes en
los países más “adelantados”.
Las investigaciones de los economistas de la CEPAL, coordinados por Raúl Prebisch, se iniciaron con
el estudio de la teoría del desarrollo. Sin embargo, como ésta no lograba explicar las causas del
subdesarrollo se generó en el seno de ese organismo una corriente de pensamiento original conocida
como “estructuralismo latinoamericano”, caracterizada por su visión histórica y sistémica de la
economía.
Los estructuralistas arribaron a la concepción global del desarrollo y el subdesarrollo tomando “como
punto de partida la consideración según la cual el capitalismo periférico era parte integrante del
sistema mundial, ordenado de acuerdo al esquema pretérito de la división internacional del trabajo y
de las ventajas comparativas” (Prebisch, 1981:521), y se consideraba la relación entre los países
centrales y los periféricos como una parte esencial de la dinámica de ese sistema: “En los primeros se
origina el progreso técnico y tiende a concentrarse en ellos el fruto de la creciente productividad que
trae consigo...y se concentra también allí la industrialización” (Prebisch, 1981:530). Por esa misma
dinámica se propagan las formas de consumo, las instituciones, la cultura y las ideologías de los
centros hacia la periferia, impulsando el desarrollo en esta última sólo en la medida que produzca
beneficio a los grupos dominantes.
Los procesos de desarrollo y subdesarrollo, siempre según este enfoque, interactúan y se condicionan
mutuamente, manifestándose en dos grandes polarizaciones: los países desarrollados (industriales,
avanzados o centrales) y los países subdesarrollados (atrasados, pobres, periféricos o dependientes).
“El desarrollo y el subdesarrollo pueden comprenderse entonces como estructuras parciales, pero
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interdependientes, que conforman un sistema único. Una característica principal que diferencia ambas
estructuras es que la desarrollada, en gran medida en virtud de su capacidad endógena de
crecimiento, es la dominante, y la subdesarrollada, debido en parte al carácter inducido de su
dinámica, es dependiente, y esto se aplica tanto entre países, como entre regiones dentro de un país”
(Sunkel, 1971:470).
Otro tema que se analizó en las investigaciones de la CEPAL fue el del comercio exterior. Se
demostró empíricamente que desde fines del siglo XIX existía una tendencia al deterioro de los
términos de intercambio7 en perjuicio de los países exportadores de productos primarios –como los
latinoamericanos–, de modo tal que se producía una transferencia constante de los ingresos
generados en los países subdesarrollados hacia los desarrollados.
Por último, según los estudios de la CEPAL el desarrollo no surgiría como resultado de la acción
espontánea del mercado sino que es producto de una acción premeditada de intervención estatal en
la economía. El Estado debe cumplir funciones de planificación y ejecución de políticas para superar
el subdesarrollo, sobre todo aquellas relacionadas con la industrialización, con la inversión productiva
y con el destino de los excedentes generados en cada país.
La teoría de la dependencia surgió con el propósito de explicar las causas del subdesarrollo en
América Latina, retomando formulaciones de la teoría del imperialismo8 y compartiendo con la CEPAL
7 Se denomina términos de intercambio a la relación entre los precios de exportación y los de importación.
8 MALAVE MATA (1972:221), cita los rasgos fundamentales que definen al imperialismo según V. I. Lenin
(Obras escogidas, Ed. Progreso, Moscú, 1969): “1) la concentración de la producción del capital; 2) la fusión del
capital bancario con el capital industrial y el consiguiente surgimiento de la oligarquía financiera; 3) la
exportación de capitales que, a diferencia de la exportación de mercancías, adquiere particularmente una gran
importancia; 4) la formación de asociaciones internacionales monopolistas de capitalistas que se reparten el
mundo, y 5) culminación del reparto territorial del mundo entre las grandes potencias capitalistas”.
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la concepción sobre el sistema mundial y la evolución del capitalismo. La diferencia fundamental es
que esta teoría considera al desarrollo y al subdesarrollo como dos realidades contrapuestas y
cuestiona la noción de desarrollo autónomo de la CEPAL, poniendo en duda la posibilidad de superar
la dependencia dentro del marco del capitalismo.
La situación de dependencia externa de los países latinoamericanos era posible –según este
enfoque– porque se contaba con el apoyo de los gobiernos nacionales y las élites más cercanas al
poder, beneficiadas con la subordinación a las políticas que imponían los centros.
La teoría de la dependencia se expresa en un núcleo central de ideas y una gran riqueza de matices
entre los diferentes autores. A los fines de este trabajo se adopta la clasificación de las corrientes
principales de la teoría de la dependencia presentada por Blomströn y Hettne9:
Existe, además, un grupo de autores que no están incorporados en las corrientes mencionadas, como
Fernando Henrique Cardoso y Enzo Faletto, quienes están en la frontera entre el estructuralismo y el
marxismo ortodoxo, y André Gunder Frank, a quien se ubica más próximo a la corriente neomarxista.
9 BLOMSTRON Magnus y HETTNE Bjorn (1990), La teoría del desarrollo en transición, Ed. FCE, México. Cit. en
DOS SANTOS (2003), quien considera que esta clasificación es “la que más se aproxima a una descripción
correcta de las principales tendencias teóricas que conforman la teoría de la dependencia”(pág.26)
10 KAY (1991) designa a esta corriente como reformista, e incluye en ella también a Helio Jaguaribe, Aldo Ferrer
y Aníbal Pinto.
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?? “Por dependencia entendemos una situación en que la economía de ciertos países está
condicionada por el desarrollo y la expansión de otra economía a la que está sometida” (Dos
Santos, 1970:216).
?? El capitalismo transnacional crea una nueva división internacional del trabajo, que conduce
hacia la “desintegración nacional” en América Latina en la medida en que los
“conglomerados transnacionales” toman posiciones preponderantes en las economías
nacionales, e introducen una brecha en sociedades en las que la mayoría de la población
resulta marginada (Sunkel, 1971). A nivel nacional e internacional se observan dos tipos de
polarizaciones: primero, una división del mundo entre países, con los desarrollados de un
lado y los subdesarrollados del otro, y segundo, una división dentro de los países entre
grupos “avanzados” (integrados) y otros “atrasados” (marginales, dependientes). Entre los
grupos avanzados de los países desarrollados y de los subdesarrollados se produce una
estrecha vinculación en términos de patrones y niveles de vida (Sunkel, 1976).
?? El tipo de relación entre los factores internos y externos determina el proceso de desarrollo
en América Latina y el modo en que el sistema mundial incide en los distintos países
(Cardoso y Faletto). La dependencia no es contradictoria con el desarrollo; la expresión
“desarrollo dependiente asociado”sirve para señalar esa situación (Cardoso)11.
?? La formulación “desarrollo del subdesarrollo” de Gunder Frank, implica que cuando una
economía dependiente crece se agudizan los rasgos particulares que la separan del
capitalismo existente en los países avanzados. Esto equivaldría a decir que a mayor
desarrollo capitalista, más dependencia (Marini, 1993).
?? “En nuestros días, la temática que tenemos que enfrentar es la del carácter actual del
imperialismo, las relaciones económicas internacionales en esta fase, las formas de relación
con las estructuras nacionales, las contradicciones que genera, las alternativas que plantea a
las clases sociales, las formas de lucha que se desarrollan en consecuencia, las perspectivas
programáticas hacia una nueva sociedad”. (Dos Santos, 1968:499)
La dependencia, como expresión histórica del capitalismo, asumió diversas formas en América Latina
(Dos Santos, 1970):
El mismo Dos Santos, veinte años más tarde dice que el capital financiero “no se contentaría, sin
embargo, con la modalidad de desarrollo local, sino aspiraría a un desarrollo regional, a la extracción
de excedentes fuera de sus fronteras, y buscaría una conciliación con el capital internacional, algún
tipo de alianza para poder afirmarse como capital financiero ...Era inevitable, por lo tanto, que el
capital internacional sometiese al nacional a su dinámica, lo que reflejaba la fuerza emergente de una
economía mundial basada en un nuevo tipo de empresa multinacional” (Dos Santos, 2003:78-79).
Asociando estas ideas con la noción de modelo de desarrollo rentístico–financiero 12, se incorpora una
cuarta modalidad de dependencia:
La crisis de la deuda externa desató la ofensiva de los acreedores, especialmente de los países
centrales –Estados Unidos en primera línea– y de organismos financieros internacionales –FMI,
Banco Mundial, BID–, los que además de reclamar el pago de la deuda exigieron la aplicación de
“ajustes estructurales” en los países latinoamericanos. Estas exigencias constituyen una intromisión
en las decisiones políticas internas de los países latinoamericanos: “La crisis de la deuda externa en
la década de 1980 vino a reforzar una tesis fundamental de la teoría de la dependencia: los países
centrales son captadores de excedentes económicos de los países periféricos y dependientes,
fenómeno que explica gran parte de nuestras dificultades “(Dos Santos, 2003:126).
La situación de endeudamiento en América Latina se agravó en los últimos años. Con el apoyo de las
élites gobernantes se reprodujo la relación centro–periferia a través del sector financiero, y la deuda
siguió creciendo, como lo muestra el siguiente cuadro:
Galasso (2002:367) reproduce datos que producen asombro e indignación: “América Latina ha
abonado 1,4 billón de dólares (por servicios de deuda externa) lo que representa cinco veces su
deuda original (si se toma como base el año 1982: 333.000 millones de dólares)” 14. Esto significa una
transferencia impresionante de recursos hacia los acreedores en perjuicio de la mayoría de la
población, llevando al autor a expresar que Latinoamérica sangra por sus “venas abiertas”15.
“El proceso de ajuste estructural en América Latina llevó al debilitamiento de sus Estados, que
transfirieron sus recursos al sistema económico mundial al mismo tiempo que creaban una gigantesca
deuda interna para cuyo pago continúan transfiriendo enormes recursos...El Estado se convierte en
prisionero del capital financiero, ahogado por una deuda pública en crecimiento exponencial, cuyo
servicio no deja ya ningún espacio para la inversión estatal, y también cada vez menos para las
políticas sociales y aun para mantenimiento del modesto funcionalismo público de la región” (Dos
Santos, 2003:94;40). Como consecuencia, aumentaron en forma impresionante las desigualdades
sociales, la marginación, la pobreza y la indigencia en la región.
Los gobiernos de los países latinoamericanos utilizan una parte importante de los superávit fiscales y
comerciales para el pago de los intereses de la deuda, resignando así el poder de decisión autónoma
sobre el destino de sus excedentes económicos. “Con demasiada frecuencia el enfoque del Fondo
hacia los países en desarrollo es similar al de un mandatario colonial...El FMI, por supuesto, aduce
Los datos que brindan los indicadores socio–económicos de América Latina16 muestran que el
modelo de desarrollo analizado por la teoría de la dependencia no se modificó sustancialmente en los
últimos años.
?? “ ... el rezago relativo de la región sólo se produjo durante la tercera fase de globalización (a
partir de 1973), como consecuencia de la deficiente inserción en el proceso de globalización
financiera y la consiguiente crisis de la deuda. Además, la recuperación posterior a la
‘década perdida’ de los años ochenta fue frustrante. Como ha demostrado la CEPAL en
diversos estudios, este hecho se reflejó en el crecimiento relativamente deficiente registrado
a continuación del intenso proceso de reformas económicas que se inició en la década de
1970 en algunos países y, en forma más generalizada, entre mediados de los años ochenta y
comienzos de los noventa”. (CEPAL, 2002b:80)
COMERCIO INTERNACIONAL
?? Por el lado de la demanda, “... el complejo escenario internacional contribuyó al deterioro del
comercio externo de América Latina y el Caribe. La contracción de la demanda extrarregional
se sumó a la debilidad de los intercambios regionales, y la retracción de la inversión en las
grandes economías incidió en los precios de las materias primas. Además, la vulnerabilidad
del sector externo de la región se vio multiplicado por la disminución de los flujos de
financiamiento externo”. (CEPAL, 2002a:4)
16 A los fines de este trabajo se considera a América Latina como un bloque unitario, haciendo abstracción de
las diferencias entre los países.
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?? Por el lado de la oferta, “...los flujos comerciales no han consolidado un círculo virtuoso de
inversión y crecimiento...Mientras tanto, la especialización exportadora de América Latina y el
Caribe también se ha transformado, aunque en general merced a sus ventajas comparativas
estáticas basadas en mano de obra no calificada y recursos naturales abundantes”. (CEPAL,
2002a:12,13)
?? “A partir de datos sobre los precios de 24 productos básicos en el período comprendido entre
1900 y el 2000, es posible demostrar que los términos de intercambio de los productos
básicos, con la excepción del petróleo, han sufrido un deterioro tal que actualmente
representan menos de la tercera parte de lo que representaban antes de 1920. Esto equivale
a una disminución anual de -1.5% en los últimos ochenta años, lo que evidentemente
representa un deterioro significativo”. (CEPAL, 2002b:38)
En el siguiente cuadro se muestran los ingresos netos por inversión extranjera directa (IED) en
América Latina y el Caribe durante la última década:
Entre 2001 y 2002 los flujos de IED disminuyeron (-33%), en parte por causas estructurales –
reducción de las privatizaciones, disminución del financiamiento destinado a las empresas
transnacionales (ET)– y en parte por causas cíclicas. La transferencia neta de recursos de IED no
llegó a compensar la transferencia neta negativa de recursos financieros –más del 4% del PBI–.
(CEPAL, 2002c)
?? Entre 1990 y 2000, el déficit promedio de cuenta corriente de balanza de pagos en América
Latina fue de –2.6% del PBI, y el déficit comercial de –0,9%. El déficit de cuenta corriente
refuerza la situación de dependencia de financiamiento externo de la región. (CEPAL,
2002b:145)
?? “En los años noventa se registró un fuerte incremento de la presencia de los bancos
extranjeros en los servicios financieros de América Latina, que ampliaron sus activos de un
promedio de menos del 10% del total en 1990 a más del 50% en 2001. Este fenómeno es
atribuible a la interacción de tres grupos de factores: la mayor competencia en el mercado
internacional de servicios financieros, las políticas nacionales que han facilitado la entrada de
los bancos extranjeros y las nuevas estrategias empresariales...La mayor presencia de los
bancos extranjeros no se han traducido en una reducción del costo de los servicios
financieros. Lo que es incluso peor, la presencia de los bancos extranjeros no ha contribuido
a aumentar la disponibilidad del crédito o la estabilidad en estos sistemas financieros
nacionales”. (CEPAL, 2002c:17,18)
10
“provoca no sólo un alto tributo financiero sino subordinación política que conduce a la
imposición de políticas económicas de siniestra expoliación sobre los trabajadores y de
saqueo del patrimonio nacional”(GALASSO, 2002:367).
CONCLUSIONES
Las consecuencias sociales del subdesarrollo y la dependencia en América Latina son muy visibles.
¿Es posible ignorarlas?
?? A través de los datos, en su gran mayoría aportados por la CEPAL, se deduce que subsiste
un sistema económico mundial caracterizado por las diferencias entre países centrales
(desarrollados) y países periféricos (subdesarrollados).
?? Según esos mismos datos, las desigualdades sociales se han profundizado en los últimos
años en América Latina, acentuándose al mismo tiempo la disparidad de ingresos per cápita
en la región respecto a los países industrializados.
?? La dependencia de los países periféricos hacia los centrales es de tipo estructural. Si bien se
manifiesta en indicadores económicos, es fundamentalmente política y cultural.
?? Los beneficios concedidos a los países centrales, que incluyen privilegios a las empresas
transnacionales en materia de inversiones extranjeras, impuestos, propiedad intelectual,
patentes, etc., a cambio de un supuesto “apoyo”en las negociaciones sobre la deuda externa
con organismos internacionales (FMI, BM, BID), son una expresión más de la dependencia
política.
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Los claros conceptos de Dos Santos, Calcagno y Galasso expresan y sintetizan lo expresado en este
artículo:
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