Ugarte Cataldo J - Derechos Fundamentales, Tutela y Trabajo
Ugarte Cataldo J - Derechos Fundamentales, Tutela y Trabajo
Ugarte Cataldo J - Derechos Fundamentales, Tutela y Trabajo
3
8.3. El despido lesivo y sus consecuencias jurídicas: el "haz indemnizatorio"...........148
8.4. El despido lesivo y el daño moral..............................................................................153
8.5. El despido indirecto y tutela laboral...........................................................................158
9. TUTELA Y FUNCIÓN PÚBLICA.................................................................................................163
9.1. La renovación de contrata, poder discrecional administrativo y tutela.................170
CAPÍTULO III DERECHOS...............................................................................................................175
1. LA EXPANSIÓN DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES...........................................................175
2. CONTENIDO Y ESTRUCTURA DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES.....................................182
3. CATÁLOGO DE DERECHOS FUNDAMENTALES EN LA TUTELA LABORAL................................187
4. DERECHO A LA INTEGRIDAD FÍSICA Y SÍQUICA......................................................................189
4.1. Acoso laboral y Derecho.............................................................................................196
4.2. Acoso laboral en el derecho chileno.........................................................................198
4.3. Protección frente al acoso laboral: mecanismos.....................................................206
4.4. Acoso laboral y la vulneración a la integridad física y síquica...............................215
5. DERECHO A LA NO DISCRIMINACIÓN.....................................................................................217
5.1. El derecho a no discriminación laboral: interpretación y contenido......................223
5.2. La discriminación laboral y sus elementos en el derecho chileno.........................231
5.3. El rol jurídico de los criterios sospechosos...............................................................240
5.4. El derecho a la no discriminación laboral y sus límites: la justificación razonable
...............................................................................................................................................248
6. LIBERTAD DE CONCIENCIA Y LIBERTAD RELIGIOSA...............................................................254
6.1. Empresas de tendencia o ideológicas......................................................................260
7. LIBERTAD DE EXPRESIÓN......................................................................................................262
7.1. Límites de la libertad de expresión del trabajador...................................................271
7.2. Libertad de expresión, privacidad y redes sociales.................................................278
7.2.1. Control empresarial, redes y privacidad............................................................282
7.2.2. Control empresarial, redes y libertad de expresión..........................................284
8. DERECHO DE LA HONRA.......................................................................................................291
9. DERECHO A LA PRIVACIDAD..................................................................................................298
9.1. Los límites de la privacidad en la empresa: proporcionalidad laboral..................310
9.2. Vigilancia de los trabajadores: del modelo "geográfico" al "modelo argumentativo"
...............................................................................................................................................319
9.3. Correo electrónico y privacidad del trabajador........................................................328
10. GARANTÍA DE INDEMNIDAD.................................................................................................337
4
10.1. La "no renovación" o "no contratación" como lesión de la garantía de
indemnidad...........................................................................................................................349
CAPÍTULO IV RAZONAMIENTO.......................................................................................................353
1. LAS NORMAS DE DERECHOS FUNDAMENTALES: ESPECIFICACIÓN Y CONCRECIÓN..............353
1.1. La interpretación de los derechos fundamentales: especificación y concretización
...............................................................................................................................................356
2. LAS NORMAS DE DERECHOS FUNDAMENTALES COMO NORMAS DERROTABLES: CONFLICTO Y
PONDERACIÓN............................................................................................................................368
5
6
CAPÍTULO I DERECHOS FUNDAMENTALES Y TRABAJO*
1
El autor agradece a las siguientes personas la colaboración en la búsqueda y análisis
de parte de la jurisprudencia judicial utilizada en este libro: Javiera Aravena, Felipe
Quiroz, Valentina Hevia, Felipe Quiroz, Lennia Mejías, Sol Moure y Andrea Rodríguez.
7
Y, en consecuencia, el reconocimiento de estos derechos para los
trabajadores supone atender a toda la complejidad social del trabajo.
Desde la doble dimensión señalada: la del trabajo como mercancía
que se transa en un mercado —espacio de intercambio contractual— y
la del trabajo como sujeción que somete al trabajador a un gobierno
ajeno —espacio de poder privado—.
8
inmunidad para el respeto de la dignidad del trabajador —los derechos
fundamentales como límite—, y por otra, permitir la construcción de un
"contrapoder" que opere como factor de equilibrio en la relación entre
esas partes: los derechos fundamentales como herramienta.
2
Ver UGARTE, J. L. Derecho del Trabajo: invención, teoría y crítica, Thomson Reuters,
Santiago, 2015.
3
ROMAGNOLI, U. "El Derecho del Trabajo ante la crisis", Revista Derecho Social, Nº 58,
Albacete, 2012, p. 15.
9
Para sostener esa pretensión, la Constitución debe garantizar no
solo el espacio relevante a los sujetos que participan de la relación —
la denominada autonomía colectiva—, sino herramientas que faciliten
a los trabajadores la construcción de una posición de poder, de la que
originalmente carecen: organizaciones colectivas (sindicatos) y
mecanismos de presión (huelga).
10
el trabajo"4. De ahí que "debería ser evidente que la relación laboral es
una forma específica de poder" y que "el poder es una propiedad de la
estructura, las actividades y los procesos característicos de las
relaciones laborales y, como en todas las relaciones de poder, la lucha
por el control es el rango central y constante" 5.
154.
11
KENNOY, T. "La creación de mecanismos de control", op. cit., p. 159.
12
FOUCAULT, M. La verdad y las formas jurídicas, Gedisa, Barcelona, 2003, p. 125.
13
FOUCAULT, M. Vigilar y castigar, Siglo XXI, Buenos Aires, 2004, p. 204.
13
Ahora, en las últimas décadas, a esa forma tradicional de poder y
control sobre los trabajadores, se han agregado nuevas formas de
control, que lejos de aminorar la jerarquía empresarial, la han
acrecentado exponencialmente. Y es que, como apunta con lucidez
Crary, "la forma que toma la innovación dentro del capitalismo es la
simulación continua de lo nuevo, mientras las relaciones de poder y
control permanecen efectivamente iguales"14.
14
CRARY, J. El capitalismo tardío y el fin del sueño (24/7), Paidós, Buenos Aires, 2015, p.
67.
15
Como apunta sagazmente Warde, en esta nueva ideología empresarial "como en los
cultos, el adoctrinamiento permanente -seminarios de formación, retiros, sesiones
plenarias- permite inocular los valores de la casa, destilar un discurso movilizador y aliviar
el espíritu crítico. El credo de la empresa (su misión, sus objetivos) se recita como un
catecismo. Los himnos y las consignas -que abundan en metáforas deportivas y
marciales- se entonan con entusiasmo. Hasta la ropa que se viste (frecuentemente
ornada con el logo de la empresa), todo da prueba de la devoción del trabajador. En el
gigante deportivo Nike, es de buen tono tatuarse en el tobillo el célebre logo. Algunas
teorías de dudosa procedencia justifican las prácticas más extrañas. Con el pretexto de
promover la cooperación y el espíritu de equipo, ejércitos de animadores, gestores y otros
"coaches" enseñan a los asalariados "el arte de ser uno mismo". Como en los talk-
shows (y como en los cultos), se les anima a confesar sus secretos más íntimos". WARDE,
I. "Estados Unidos y la religión del trabajo", en AAVV El Trabajo, Le Monde Diplomatique,
Santiago, 2007, p. 47.
14
información proporcionan a los directivos un amplio cuadro de la
organización y dejan a los individuos al margen de cuál sea su lugar
en la red, poco espacio para esconderse", sumándose así "nuevas
formas de poder desigual y arbitrario dentro de la organización" 16.
Pero no solo se trata del tradicional control vertical ahora potenciado
por el uso de la informática —el ojo digital—, sino también porque el
trabajo ahora se hace a través —y cada vez más— de esa
comunicación. Es decir, "en el posfordismo, cuando la línea de
producción se convierte en flujo informativo, la gente trabaja
precisamente comunicándose. La comunicación y el control se
requieren mutuamente"17.
De hecho, esta nueva capacidad tecnológico-informática al servicio
del control produce un contradictorio incremento en la administración y
control del trabajo, si se le pone en relación con el discurso de la
cultura empresarial que publicita un supuesto aligeramiento de las
estructuras empresariales. Como señala Sennett, el achatamiento de
las antiguas jerarquías piramidales ha sido compatible con el aumento
del control sobre los trabajadores: "uno de los eslóganes de la nueva
organización del trabajo es que descentraliza el poder, es decir, le
otorga a la gente, en los rangos más bajos de la organización, el
control sobre sus propias actividades", pero "esto no es así en la
realidad, en función de las técnicas utilizadas para derribar a los viejos
elefantes de la burocracia. Los nuevos sistemas de información
proveen a los gerentes de primer nivel una imagen comprensiva de la
organización, de una forma que otorga a los individuos, en cualquier
16
SENNETT, R. La corrosión del carácter, Anagrama, Barcelona, 2010, p. 57.
17
FISHER, M. Realismo capitalista ¿no hay alternativa?, Editorial Caja Negra, Buenos
Aires, 2016, p. 65.
15
lugar de la red en que estén, poco lugar para esconderse" 18. De ahí
que la combinación de nuevas tecnologías y el gerencialismo ha
incrementado de modo masivo la presión administrativa sobre los
trabajadores, de los que se espera que hoy sean sus propios auditores
(lo que igualmente no los libera de las atenciones de muchos auditores
externos). El trabajo, no importa cuán provisorio sea, implica ahora la
realización de otros metatrabajos de confección de registros, de
inventario de objetivos y metas, de compromiso con el llamado
desarrollo profesional continuo"19.
Con relación al control emocional que hoy se ejerce sobre los
trabajadores, ocurrió que en los últimos tiempos —en palabras de
Berardi— "el alma fue puesta a trabajar", lo que constituiría "el núcleo
esencial de la transformación posindustrial, de la transformación a la
que estamos asistiendo en las últimas décadas del siglo XX" 20.
Ese control "del alma" del trabajo se hace efectivo por la difusión de
una fuerte ideología, a la cultura de los valores de la empresa 21.
18
SENNET, R. Citado en FISHER, M. Realismo capitalista ¿no hay alternativa?, op. cit., p.
73.
19
FISHER, M. "La privatización del estrés" en Realismo capitalista, op. cit., p. 131.
20
BERARDI, F. El trabajo del alma, Cruce, Buenos Aires, 2016, p. 135.
21
Esa cultura de valores es acompañada de un proceso de control más blando vinculado
a la "ideología de la felicidad". Como explica Berardi, "hacia fines de los setenta, la
desafección obrera por el trabajo industrial, la crítica difusa de la jerarquía y la
repetitividad habían quitado energía al capital. Todo el deseo estaba fuera del capital y
atraía fuerzas que se alejaban de su dominio. Hoy sucede todo lo contrario, el deseo
llama las energías hacia la empresa, hacia la autorrealización en el trabajo". BERARDI
"BIFO", F. La fábrica de infelicidad, Traficantes de sueños, Madrid, 2015, p. 59. Esa
vinculación empresa y deseo de felicidad se expresará "a medida que los caracteres físico
y psicológico del trabajo -y de la enfermedad- comienzan a confundirse entre sí, los
conceptos de "salud", "felicidad" y "productividad" resultan todavía menos indistinguibles.
Los patronos terminan por tratar las tres cosas como una sola entidad, a maximizar por
medio de una serie de estímulos e instrumentos. Estamos hablando de la filosofía monista
del directivo del siglo XXI: cada trabajador puede convertirse -o ser convertido- en uno
mejor en los ámbitos del cuerpo, la mente y el rendimiento personal". DAVIES, W. La
16
En ese sentido, la cultura de los valores de la empresa se adiciona al
control y vigilancia propios del taylorismo. Se trata de la pretensión
empresarial por la adhesión del trabajador al proyecto e ideario
simbólicos de la empresa, por medio de la difusión de agresivos
programas de valores, que buscan ese "control del alma", con la
consiguiente pérdida de autonomía y libertad del personal 22.
Como sugiere Willmot, los proyectos "humanizadores" de la cultura
empresarial, no reemplazan al viejo control jerárquico, sino que
"superponen un modo de control encaminado al potencial productivo
presente en la naturaleza normativa y organizadora de la naturaleza
humana", agregando que lo centralidad de ese control cultural es la
autosupervisión: "es de crucial importancia que el ámbito y orientación
de la misma vengan dictados y dirigidos por la construcción del
compartimiento del compromiso del empleado con los valores
corporativos fundamentales"23.
Es que en este nuevo "taylorismo emocional" —como lúcidamente lo
llamará Hochschild— "se obliga a introducir la relación social en
canales estrictos; tal vez se conservan lugares ocultos en el margen,
pero queda mucho menos espacio para la navegación individual de las
industria de la felicidad, Malpaso, Barcelona, 2015, p. 160.
22
En ese sentido, Thompson y Ackroyd señalan que "el poder disciplinario constriñe a los
individuos mediante el conocimiento de éstos sobre sí mismos y su creencia en su propia
soberanía como consumidor o empleado: el sujeto moderno reproduce voluntariamente
las relaciones hegemónicas de dominación y explotación. El instrumento más habitual
para llevar a cabo este sometimiento son los programas culturales de la empresa" y, en
ese sentido, "la inseguridad del individuo, la cultura empresarial y el orden organizativo se
constituyen unos a otros". THOMPSON, P y ACKROYD, S. "¿Reina la calma en el frente de
trabajo?: una crítica de las recientes tendencias en la sociología del trabajo en el Reino
Unido" en AAVV Vigilar y Organizar, Una introducción a los Critical Management Studies,
Siglo XXI, Madrid, 2007, p. 215.
23
WILLMONTT, H. "La fuerza es la ignorancia, la esclavitud es la libertad: la gestión de la
cultura de las organizaciones modernas" en AAVV Vigilar y Organizar, ibidem, p. 121.
17
aguas emocionales"24. De ahí, como apunta Frayne, "el sistema
emocional privado ha pasado a estar regido por una lógica comercial,
y el derecho del trabajador de dominar su propia conducta emocional y
de interrelación ha sido eliminado"25.
En ese sentido, el poder empresarial en la época contemporánea
pretende acercarse a eso que Byung-Chul Han llama su nivel máximo
—el poder libre—: "el poder libre significa que el otro obedece
libremente al yo. Quien quiera obtener un poder absoluto no tendrá
que hacer uso de la violencia, sino de la libertad del otro. Ese poder
absoluto se habrá alcanzado en el momento que la libertad y el
sometimiento coincidan del todo"26.
En fin, existe también un "poder jurídico precarizador". Consiste en la
ampliación de la gama de opciones que el derecho pone a disposición
del empleador para relacionarse con el trabajo y sus titulares —los
trabajadores—. El empleador somete la conducta de los trabajadores
con la posibilidad de ejercer sobre ellos formas jurídicas de flexibilidad
interna (ius variandi: salarios de productividad, etc.), y de precariedad
externa (formas atípicas de contratación: subcontratación, suministro).
Esa gama de opciones jurídicas —incrementadas significativamente
en el derecho laboral de las últimas décadas— genera una situación
de disciplinamiento vía precariedad, cuyas consecuencias "desde el
punto de vista del trabajador son profundas: la organización colectiva y
el alcance de las reclamaciones y los intereses es muchísimo más
24
HOCHSCHILD, A. The Management Heart: Commercialisation of Human Feeling,
University of California Press, 1983, p. 119.
25
FRAYNE, D. El rechazo al trabajo, teoría y práctica de la resistencia al trabajo, AKAL,
Madrid, 2017, p. 65.
26
BYUN-CHUL HAN. Sobre el poder, Herder, España, 2016, p. 17.
18
difícil para el personal temporal que ha sido contratado sobre una base
de inseguridad"27.
De ahí, como apunta Antunes, que "el escenario es aún más intenso
en los estratos precarizados de la fuerza humana de trabajo, que
experimentan las condiciones más carentes de derechos y viven en
condiciones de inestabilidad cotidiana, dada por el trabajo part-time,
temporario, precarizado" y que "bajo la incertidumbre y la
superficialidad dadas por la condición de precarización o de riesgo de
desempleo, la alienación puede asumir formas aún más intensificadas
e incluso brutalizadas, pautadas por la pérdida (casi) completa de la
dimensión de humanidad"28.
El resultado de la combinación de poderes empresariales señalado y
el contexto sociopolítico dominante, no es un trabajador "liberado" del
control y poder empresarial, sino el opuesto: "un incremento, tan
notable como perturbador, de la intensificación del trabajo", en
permanente búsqueda de la perfección, "y perfecto quiere decir estar
siempre a disposición de la empresa. A cualquier hora del día. O de la
noche"29.
Se produce eso que, con lucidez, Fisher denomina el poder
indefinido: "el trabajo sigue en casa, se trabaja desde la casa o se está
como en casa en el lugar de trabajo, etc. Una consecuencia de este
ejercicio "indefinido" del poder es que la vigilancia externa ya no es tan
necesaria: en gran medida la sustituye la vigilancia interna. El Control
27
HARTLEY, J y STEPHENSON, G. "La psicología de las relaciones laborales" en AAVV
Relaciones laborales. La psicología de la influencia y el control en el trabajo, op. cit., p. 22.
28
ANTUNES, R. "Marx y las formas actuales de alienación: las cosificaciones inocentes y
las cosificaciones extrañadas", en AAVV De regreso a Marx, Musto (editor), 2015,
Editorial Octubre, Buenos Aires, p. 227.
29
CASTILLO, J. J. La invasión del trabajo en la vida, Catarata, Madrid, 2015, p. 68.
19
solo funciona si uno es cómplice con él. De ahí viene esa figura de
Burroughs, "el adicto al control": aquel que necesita fanáticamente
controlar, pero que también es víctima él mismo del control que lo
domina y lo posee"30.
El resultado de todo este inédito y contemporáneo proceso de
acumulación de poder, en torno a la forma empresarial, será la
formación de eso que Anderson llama un gobierno privado. Un
gobierno privado, explica, es un "gobierno que tiene un poder arbitrario
e incontrolable sobre los que gobierna" 31.
Pues bien, de partida, para que el derecho pueda erigir la idea de los
derechos fundamentales como herramienta y límite frente a ese poder,
se requerirá una profunda transformación constitucional. Dicha
transformación se producirá en el transcurso del siglo veinte y será
conocida como constitucionalización del Derecho del Trabajo.
31
ANDERSON, E. Private Government, How employers rule our lives. Princeton University
Press, New Jersey, 2017, p. 45.
20
3. LA "CONSTITUCIONALIZACIÓN" Y EL DERECHO DEL TRABAJO
21
emerge, como nuevo centro de imputación normativa, el trabajo
humano, y en los que se procede al reconocimiento de los derechos
fundamentales, tanto individuales como colectivos, de los
trabajadores"32.
Se trata del constitucionalismo social y significará dos cuestiones
importantes en este sentido: por una parte, una renovación del modelo
antropológico de persona tras el texto constitucional —del propietario
burgués al ciudadano en sentido amplio— 33, y por otra, una renovación
con la igualdad material como objetivo constitucional relevante,
mediante la estipulación de derechos con contenido social.
Esta fase de constitucionalismo social "apareció de la mano de la
crisis social de los años 30, y que puede ser considerada como la
respuesta político-jurídica frente a un nuevo pico de radicalización
social —una forma de evitar lo que ocurría en Europa a partir de la
32
MONTOYA, A. "El trabajo en la Constitución" en AAVV El trabajo y la Constitución,
Estudios en homenaje al Profesor Alonso Olea, Ministerio del Trabajo y Asuntos Sociales,
Madrid, 2003, p. 464. Aunque ambos textos constitucionales inauguran la dimensión
social del orden constitucional, cabe señalar que sus alcances son diversos: en el caso
mexicano hay una recepción social más limitada que el texto alemán, ya que se
circunscribe fundamentalmente a la función social de la propiedad, especialmente la
agrícola (artículo 27), y el reconocimiento de la protección del trabajo (artículo 123). La
explicación dice relación con la fuerte influencia del movimiento obrero campesino en la
Revolución de 1910, hecho político desencadenante del nuevo orden constitucional. En el
caso alemán, la Constitución de Weimar tiene un sentido social amplio, que abarcará
cuestiones tan diversas como el derecho a la protección al trabajo (artículo 157), el
derecho a la seguridad social (artículo 161), el derecho a la sindicalización (artículo 159),
a la vivienda digna (artículo 155) y a la instalación de Consejos obreros para los
trabajadores (artículo 147).
33
En el Congreso constituyente de Querétaro se dirá que "así como Francia, después de
su Revolución, ha tenido el alto honor de consagrar en la primera de sus cartas magnas
los inmortales derechos del hombre, así la Revolución mexicana tendrá el orgullo de
mostrar al mundo que es la primera en consignar en una Constitución los sagrados
derechos de los obreros", ver GARCÍA RAMÍREZ, S. "Raíz y horizonte de los derechos
sociales en la Constitución mexicana", en Derechos Humanos, Órgano Informativo de la
Comisión de Derechos Humanos del Estado de México, Nº 61, 2003, p. 85.
22
expansión de la ideología y demandas propias del socialismo—. En
tales textos tendieron a quedar consagrados los derechos del
trabajador y sobre las condiciones laborales; protecciones en materia
de seguridad social", "cláusulas sobre los derechos de las
organizaciones sindicales, el derecho de huelga y los convenios
colectivos de trabajo"34.
Esta nueva dirección del pensamiento jurídico "se corresponde con
una modificación de la realidad social, con el desarrollo de la sociedad
industrial, con la aparición progresiva de la clase trabajadora como
nueva clase ascendente, con las condiciones económicas, sociales y
culturales precarias en que vive, con las duras y penosas dimensiones
en que desempeña su trabajo"35.
Primeramente, se ampliará el modelo antropológico del orden
constitucional decimonónico. Este orden supone la "identificación
exclusiva del hombre —titular universal de derechos— con el
individuo, según la concepción ideológica del liberalismo, y del
individuo con el burgués"36.
34
GARGARELLA, R. Izquierda y Derecho, Materiales de lectura del Seminario de Teoría
Constitucional y Filosofía Política, inédito, ver en www.seminariogargarella.blogspot.com,
p. 15.
35
PECES-BARBA, G. "Los derechos económicos, sociales y culturales: su génesis y
concepto", Derechos y libertades, Nº 6, Madrid, 1998, p. 21.
36
DE LUCAS, J. El desafío de las fronteras. Derechos humanos y xenofobia frente a una
sociedad plural, Temas de hoy, Madrid, 1994, p. 787.
23
constitucionales, incluyendo, como caso paradigmático, las
organizaciones sindicales.
El constitucionalismo decimonónico "presenta para el trabajador en
relación de dependencia un déficit político considerable" 37. Y ello se
debe a su situación de "sirviente, doméstico, no propietario o no
contribuyente en la medida exigida por la ley constitucional o la ley
ordinaria, con frecuencia no es elector, ni elegible" 38.
37
VÁSQUEZ VIALARD, A. "Fundamentos constitucionales del Derecho del Trabajo Argentino"
en AAVV El trabajo y la Constitución, op. cit., p. 31.
38
SAGÜES, N. "Constitucionalismo social" en AAVV Tratado de Derecho del Trabajo,
Vásquez (coord.), Astrea, Buenos Aires, 1982, p. 671. La exclusión política y
consiguientemente constitucional del trabajador en el siglo XIX, vendrá a ser justificada
desde la filosofía política liberal como un problema de libertad: "la repetición monótona y
alienante de la misma tarea, la falta de educación, la ignorancia, impiden el desarrollo de
verdaderos ciudadanos. Además, un pensamiento contraído se domina con mayor
facilidad. Es lo que ocurre, precisamente, con la clase obrera, la gran damnificada en el
proceso liberador que desata la sociedad comercial. Si la libertad es ausencia de
dominación, el trabajador asalariado no es libre". AGUIAR, F. "¿Un Adam Smith
republicano?, en AAVV Republicanismo y Democracia, Editorial Mino y Dávila, Madrid,
2005, p. 115.
24
intervención de las autoridades públicas para promover personas,
grupos y sectores desfavorecidos"39.
46
CROUCH, C. "The Globalized Economy: An End to the Age of Industrial
Citizenship?"Advanced Theory in Labor Law and Industrial Relations in a Global Context.
T. Wilthagen, ed. Amsterdam, Holanda, 1998, p. 152.
27
Y el caso paradigmático de ese poder privado, es el del empleador
en la relación laboral. La falta de paridad contractual, atendida la
diferencia de peso contractual de las partes, expresará la necesidad
de poner barreras entre ellas.
Como se ha apuntado, "desde tiempo atrás se viene planteando
como cuestión crucial la eficacia horizontal de los derechos
fundamentales, en particular respecto a los que se han llamado
derechos laborales fundamentales inespecíficos, a partir de los cuales
se puede afirmar la ciudadanía del trabajador en la empresa. En
efecto, si es posible diseñar una Constitución socioeconómica para
referirse a los ciudadanos titulares de esos derechos fundamentales
en cuanto trabajadores, y a los empresarios en tanto son titulares de
una organización productiva y creadores de empleo, no se puede
prescindir de esa otra vertiente de la constitucionalización de las
relaciones sociales y económicas, que trata de hacer efectiva la
ciudadanía en las empresas"48.
47
PEDRAJAS, A. "Los derechos fundamentales de la persona del trabajador y los poderes
empresariales: la Constitución como marco y como límite de su ejercicio", Actualidad
Laboral, Nº 4, Madrid, 2000, p. 56.
48
RIVERO, J. "Derechos fundamentales y contrato de trabajo: eficacia horizontal y control
constitucional", en AAVV El trabajo y la Constitución, op. cit., p. 500.
28
Es necesario, por razones del tema que anima a este libro,
detenerse con detalle en aquellas premisas jurídicas que explican el
proceso de constitucionalización y su reflejo en el Derecho del
Trabajo.
49
COMANDUCCI, P. "Formas de neoconstitucionalismo: un análisis metateórico", en AAVV
Neoconstitucionalismo, Trotta, Madrid, 2003, p. 81.
50
GUASTINI, R. "La constitucionalización del ordenamiento jurídico: el caso italiano",
en AAVV Neoconstitucionalismo, Trotta, Madrid, 2003, p. 49.
29
de la Constitución, fuerza vinculante de la Constitución, la
"sobreinterpretación" de la Constitución, interpretación conforme de las
leyes a la Constitución, e influencia de la Constitución sobre las
relaciones políticas51.
Entre los rasgos fundamentales de ese proceso de
constitucionalización, está el denominado discurso de los derechos
fundamentales. Este discurso se caracteriza, según Alexy, "por cuatros
extremos: primero, los derechos fundamentales regulan con rango
máximo y, segundo, con máxima fuerza jurídica, objeto, tercero, de la
máxima importancia con, en cuarto lugar, máxima indeterminación" 52.
Y ese discurso conectado con su aliado natural del "garantismo
jurídico", esto es, la formulación de "las técnicas de garantía idóneas
para asegurar el máximo grado de efectividad a los derechos
reconocidos constitucionalmente"53.
51
GUASTINI, R. Ibidem, p. 49.
52
ALEXY, R. "Derechos Fundamentales y Estado Constitucional Democrático", en AAVV
Neoconstitucionalismo, Trotta, Madrid, 2003, p. 32.
53
FERRAJOLI, L. "Juspositivismo crítico y democracia constitucional", Isonomía, ITAM,
México, Nº 16, 2002, p. 16.
30
las direcciones, especialmente entre privados (eficacia horizontal de
los derechos fundamentales).
SANGUINETI, W. Derecho Constitucional del Trabajo, Gaceta Jurídica, Lima, 2007, p. 13.
57
SERÉ, J. "Fuentes del Derecho del Trabajo", en AAVV Derecho del Trabajo, t. I, Raso-
58
59
BERNAL PULIDO, C. "Los derechos fundamentales y la teoría de los principios. ¿Es la
teoría de los principios la base adecuada de los derechos fundamentales de la
Constitución española?", DOXA, Nº 30, Alicante, 2007, p. 275.
60
PRIETO SANCHÍS, L. "El constitucionalismo de los derechos", en AAVV Teoría del
neoconstitucionalismo, Carbonell (ed.), Trotta, Madrid, 2007, p. 216.
61
NIETO, A. "Peculiaridades jurídicas de la norma constitucional", Revista de
Administración Pública, Nº 100-102, CEPC, Madrid, 1983, p. 386.
34
4.2. La eficacia horizontal de los derechos fundamentales
Idea central de esta transformación constitucional corresponderá a la
eficacia horizontal de los derechos fundamentales, esto es, a "la
posibilidad de que los particulares esgriman, en contra de otros
particulares y en el ámbito de las relaciones privadas, los derechos
subjetivos públicos como, por ejemplo, el derecho de propiedad, el
derecho a no ser discriminado, la libertad de emitir opinión, el derecho
a la intimidad o el derecho moral del autor" 62.
Es una novedad mayor para la tradición jurídica constitucional,
atendido que "tradicionalmente se entendía que las normas
constitucionales sobre derechos fundamentales se aplicaban
únicamente a las relaciones entre los ciudadanos y el Estado; los
derechos fundamentales habían aparecido históricamente como
derechos de defensa frente a injerencias de los poderes públicos en la
libertad de los particulares y, en consecuencia, no alcanzaban a las
relaciones entre particulares"63.
Se trata de una idea unidireccional de los derechos fundamentales
absolutamente acorde con la filosofía liberal, al amparo de la cual se
había gestado el concepto de dichos derechos: "una vez establecidas
jurídicamente la libertad y la igualdad, ambas debían producir de forma
automática la prosperidad y la justicia mediante el mecanismo del
62
PEÑA, C. Sistema Jurídico y Derechos Humanos, U. Diego Portales, Santiago, 1996, p.
668.
63
FERRER I RIBA, J. Asociaciones, derechos fundamentales y autonomía privada, Civitas,
Madrid, 1997, p. 89.
35
mercado", y de ahí que "la función capital de los derechos
fundamentales en la sociedad burguesa ya materializada consistió en
trazar una línea de separación entre Estado y sociedad. Considerados
desde el punto de vista del Estado, eran límites a su actuación; desde
el de la sociedad, derechos de protección" 64.
La idea de la eficacia horizontal supera esa forma reductiva de
comprensión de los derechos fundamentales, y su éxito en el derecho
comparado es significativo: "con todo y con ello, no me parece
arriesgado afirmar que la tesis de la eficacia horizontal de los derechos
fundamentales se está, bajo una u otra forma, imponiendo en la mayor
parte de los sistemas jurídicos" y que, salvo notables excepciones 65,
"cuenta no sólo con un consenso doctrinal muy amplio; constituye —y
ello es más importante— una herramienta ampliamente utilizada en los
ambientes jurídicos y judiciales comparados"66.
Y ese consenso se expresa, asimismo, en el derecho internacional.
Tanto el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en aplicación de la
Convención Europea de Derechos Humanos, en el caso "Young,
64
GRIMM, D. Constitucionalismo y derechos fundamentales, Trotta, Madrid, 2006, p. 161.
65
En Estados Unidos pervive la idea de que los derechos fundamentales sólo operan
como protección frente a la acción de los poderes públicos -la llamada doctrina del state
action-. De ahí que se diga que "la impermeabilidad absoluta de la jurisprudencia
norteamericana a la teoría de la Drittwirkung, incluso en su versión más suave"VALDÉS
DAL-RE, F. "Los derechos fundamentales de la persona del trabajador", Informe Congreso
Mundial de Derecho del Trabajo, Montevideo, 2003, p. 81. Sobre la doctrina del "state
action" en español, ver FERRERES COMELLA, V. "La eficacia de los derechos
fundamentales entre particulares" en AAVV Estudios sobre la Constitución española:
homenaje al profesor Jordi Solé Tura, vol. 2, Cortes Generales, 2009, pp. 1173-1187. En
inglés ver TRIBE, L. American Constitution Law, Mineola. New York, 2ª ed., 1988, pp. 1711
y ss.
66
VALDÉS DAL-RE, F. "Los derechos fundamentales de la persona del trabajador", op. cit.,
p. 69.
36
Jones && Webster c. Reino Unido" 67, como la Corte Interamericana de
Derechos Humanos en aplicación de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, en Opinión Consultiva OC-18/03 68, sostendrán
abiertamente la doctrina del efecto horizontal de los derechos
fundamentales.
67
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos sostendrá que el Estado es responsable por
la violación a la libertad sindical si tolera las prácticas empresariales que, con acuerdo de
un sindicato, exigen a un trabajador elegir entre afiliarse a un sindicato o conservar el
empleo, "Young, Jones && Webster c Reino Unido", 13 de agosto de 1981, serie A,
párrafos 54 a 56.
68
La Corte Interamericana de Derechos Humanos sostendrá, en opinión solicitada por
México, que los trabajadores inmigrantes -aun en condición de ilegales- tienen derecho al
respeto y protección de sus derechos fundamentales, tanto respecto del Estado como de
los particulares, Opinión Consultiva OC-18/03 "Condición jurídica y derechos de los
migrantes indocumentados", 17 de septiembre de 2003. Esta Opinión Consultiva de la
CIDH es -sin decirlo- una respuesta al fallo del Tribunal Supremo de los Estados Unidos
"Hoffman Plastic Compounds v. National Labor Relations Board" (2002), que había
negado el derecho de un inmigrante mexicano para cobrar salarios por un despido en
represalia por el ejercicio de los derechos sindicales establecidos en la National Labor
Relations Act. Como apunta Mijangos y González, "el Tribunal Supremo sostuvo que la
prohibición de trabajar sin autorización, prevista en la Ley de Inmigración, prevalecía
sobre el derecho de formar y ser parte de un sindicato"MIJANGOS Y GONZÁLEZ, J. Los
derechos fundamentales entre particulares, Porrúa, México, 2007, p. 195.
37
particulares"(Corte Interamericana de Derechos Humanos, Opinión
Consultiva OC-18/03, párrafo 140).
73
GARCÍA, J. y JIMÉNEZ-BLANCO, A. Ibidem, p. 22.
40
Esta idea de origen alemán74, convertida en una exitosa exportación
cultural a la tradición jurídica occidental, ya no parece tener problemas
de reconocimiento, sino del modo en que operarán esos derechos
dentro de las relaciones entre privados75.
Atendido que "actualmente se acepta, en general, que las normas
iusfundamentales rigen en las relaciones ciudadano/ciudadano y, en
ese sentido, tienen un efecto en terceros o un efecto horizontal. Lo que
se discute es cómo y en qué medida ejercen esta influencia" 76.
74
Desde el inaugural caso Lüth, referido a los llamados efectuados por un agente de
prensa -Lüth- para boicotear una película de un cineasta -Harlan-, al que se acusaba de
haber trabajado con los nazis. Lüth fue condenado en justicia ordinaria al pago de una
indemnización civil, la que, sin embargo -Drittwirkung de por medio-, es anulada por el
Tribunal Constitucional, por considerar esos llamados al boicot amparados por la libertad
de expresión. Los casos anteriores a Lüth corresponden, y es de todo rigor reconocerlo, a
sentencias de Derecho del Trabajo. En efecto, Nipperdey, impulsor inicial de
la Drittwirkung a principios de los años cincuenta, asume como magistrado del Tribunal
Federal alemán, y comienza a aplicar sus ideas en diversas sentencias, atribuyendo de
modo directo o inmediato los derechos fundamentales a las disputas laborales, lo que
ocurre con anterioridad a que dicha idea fuera asumida, con carácter indirecto o mediato,
por el Tribunal Constitucional. Así, el Tribunal Laboral Federal dictó, el 5 de mayo de
1957, una sentencia en que anuló cláusulas contenidas en un contrato de trabajo por
vulnerar los derechos fundamentales del trabajador. En este caso, una joven trabajadora
de un hospital había sido despedida por haber contraído matrimonio, cuestión que, de
acuerdo con una cláusula del contrato de trabajo, habilitaba al empleador a despedirla. El
Tribunal Laboral Federal estimó, aplicando por primera vez la doctrina de la Drittwirkung,
que dicha estipulación era nula, porque vulneraba directamente los derechos
fundamentales de protección a la maternidad, dignidad de la persona y libre desarrollo de
la personalidad.
75
Para una lectura distinta de la idea de la eficacia de los derechos fundamentales en la
relación laboral -en términos de "eficacia diagonal"- ver GAMONAL, S. Eficacia diagonal u
oblicua de los derechos fundamentales y los estándares de conducta en el derecho,
Thomson Reuters, Santiago, 2015.
76
ALEXY, R. Teoría de los derechos fundamentales, Centro de Estudios Políticos y
Constitucionales, Madrid, 2007, p. 510.
41
En el primer caso, los derechos fundamentales vinculan y obligan,
directa y únicamente, a los poderes y autoridades públicas, quienes
deben aplicarlos a las relaciones entre particulares, mediatizados y
traducidos en leyes que los desarrollen o en interpretaciones judiciales
que los invoquen77.
Y esos derechos obligan a los particulares "sólo indirectamente,
como decisiones valorativas objetivas que se proyectan sobre el
conjunto del ordenamiento y, en esa medida, vinculan al legislador y al
juez; no son los actos de los sujetos privados, sino las normas de
Derecho privado las que están directamente vinculadas a los derechos
fundamentales"78. En ese sentido, estos derechos "definen un sistema
de valores incorporados a la Constitución, que, en cuanto dotado de
un efecto irradiación, debe influir en la interpretación del ordenamiento
en su conjunto y vincular a todos los poderes del Estado. En el sector
del ordenamiento privado, al que pertenece el laboral, esta influencia,
sin embargo, se manifiesta a través de las cláusulas generales que le
son propias, al estilo buena fe o del orden público" 79.
Por su parte, en la teoría de la eficacia directa o inmediata, los
derechos fundamentales rigen automáticamente en las relaciones
77
En esta concepción, los derechos fundamentales operan como un sistema objetivo de
principios y valores que deben ser aplicados por los organismos públicos, que intermedian
entre esos derechos y los particulares. Esa mediación se realiza por el legislador a través
de la dictación de las leyes que los desarrollen, o por los jueces a través de fallos que
interpreten las normas legales vigentes "a la luz" de los derechos fundamentales
("interpretación conforme a la Constitución"). Esta es la tesis del Tribunal Constitucional
alemán, la que viene en ese caso apoyada por el propio texto de la Ley Fundamental (art.
1.3): los derechos fundamentales "vinculan a los poderes legislativo, ejecutivo y judicial a
título de derecho inmediatamente aplicable".
78
VENEGAS, M. Derechos fundamentales y derecho privado, Marcial Pons, Madrid, 2004,
p. 115.
79
VALDÉS DAL-RE, F. Los derechos fundamentales de la persona del trabajador, op. cit., p.
72.
42
entre particulares, siendo oponibles entre las partes sin necesidad de
mediación legal ni judicial que los desarrollen. Dicho de otro modo,
implica "afirmar la virtualidad directa, sin mediaciones concretizadoras
de los derechos fundamentales, en tanto derechos subjetivos
reforzados por la garantía constitucional, frente a violaciones
procedentes de sujetos privados"80.
El debate ha sido extenso y la literatura amplísima 81. A favor de la
eficacia indirecta o mediata, además de destacar su ajuste al origen
histórico de los derechos fundamentales como límites al poder público,
se esgrime su mejor combinación con la autonomía de la voluntad, ya
que no se aplican de golpe los derechos fundamentales al interior del
derecho privado. Ello conduciría, tarde o temprano, a trastrocar
gravemente el funcionamiento de las relaciones sociales reguladas por
este sector del ordenamiento jurídico, y que se encuentran construidas
sobre la relativa igualdad de los contratantes y de la capacidad para
autorregularse sin interferencias externas.
82
ARIAS, A. y RUBIO, F. "El derecho de los trabajadores a la intimidad", Cuadernos
Aranzadi Social, Nº 26, Pamplona, 2006, p. 15.
44
existente entre autoridad y ciudadano, que a la del vendedor y
comprador del Código Civil83.
83
Una de las razones de la resistencia a la eficacia horizontal en el derecho privado
corresponde, precisamente, a la tensión que esta idea genera con respecto a la
autonomía de la voluntad, entendida como "el poder atribuido a los individuos de crear
normas jurídicas en determinados campos a ellos reservados", FERRI, L. "La autonomía
privada", Editorial Revista Derecho Privado, Madrid, 1969, p. 88. La objeción sería que "si
en el tráfico jurídico privado, los sujetos estuvieran vinculados por los derechos
fundamentales en la misma medida en que lo están los poderes públicos, no podrían
establecer libremente el contenido de esas relaciones y, por lo tanto, se vulneraría el
principio de autonomía de la voluntad", VENEGAS, M. Derechos fundamentales y Derecho
privado, op. cit., p. 19. Ahora, "la reducción del papel de la autonomía privada en el
contrato de trabajo ha sido uno de los elementos que ha dado sustantividad propia al
Derecho del Trabajo que surgió contra el imperialismo del contrato, por negar en el
contrato de trabajo el predominio de la autonomía de la voluntad como fuente reguladora
y restringir la aplicación del dogma civil de la autonomía de la voluntad". RODRÍGUEZ-
PIÑERO y BRAVO-FERRER. M. "El principio de indisponibilidad de los derechos laborales y el
nuevo papel de la autonomía contractual", en AAVV Los Principios del Derecho del
Trabajo, De La Villa Gil (Director), Centro de Estudios Financieros, Madrid, 2003, p. 107.
45
recae sobre otro particular, y que como vimos, vive un proceso
contemporáneo de crecimiento sin precedentes.
46
producción"84. De lo que se trata, es que la "empresa se convierta en
parte de una República y los trabajadores conserven siempre sus
derechos, incluso dentro de la empresa85".
86
PALOMEQUE, M. C. "Derechos fundamentales generales y relación laboral: los derechos
laborales inespecíficos", en AAVV El modelo social de la Constitución española de 1978,
op. cit., p. 229.
48
espacio de trabajo. Es ese, a todo esto, el sentido de la invención de
estos derechos: "la invención de la dimensión colectiva ha permitido
salir del dilema de la subordinación voluntaria, restituyendo al
trabajador su cualidad de sujeto libre, sin cuestionar su subordinación:
se le da en el plano colectivo la autonomía de que se le priva en el
plano individual"87.
SUPIOT, A. Crítica del Derecho del Trabajo, Ministerio del Trabajo y Asuntos Sociales,
87
88
Se habla así de "un derecho de doble titularidad, siendo las representaciones colectivas
titulares directas de unos contenidos del derecho, mientras que corresponde otras facetas
de este a los individuos representados por formaciones colectivas". RIVERO, J. y DE VAL
TENA, A. "El derecho a la negociación colectiva: reconocimiento constitucional y garantías
legales", en AAVV Modelo social en la Constitución española de 1978, op. cit., p. 655. En
la misma línea, respecto de la huelga, Ray señala que "es un derecho que pertenece a
cada asalariado, único titular de este derecho constitucional. Pero si el asalariado hace la
huelga él solo, en principio, incurre en culpa, porque la huelga tiene que ser ejercida
colectivamente". RAY, J. E. La huelga hoy en el derecho social comparado, Esade,
Madrid, 2007, p. 233.
50
de la autonomía en las negociaciones sindicales (véase BVerfGE 84,
212 [224 y ss.]). Dentro de éstas se encuentra también el derecho de
huelga (véase BVerfGE 88, 103 [114]). La autonomía del contrato
colectivo es funcionalmente capaz sólo en la medida que entre las
partes del contrato colectivo exista un equilibrio de fuerza —paridad—
(véase BVerfGE 84, 212 [229]). Una reglamentación es incompatible
en todo caso con el art. 9, párrafo 3 de la Ley Fundamental, cuando
lleva a que no se garantice más en caso de controversia, la capacidad
negocial de las partes en un contrato colectivo, incluyendo la
capacidad para llevar a cabo una lucha laboral efectiva, y se restrinja
adicionalmente la actividad sindical que se requiere para equilibrar los
derechos fundamentales de ambas partes" (Sentencia de la Primera
Sala, Tribunal Constitucional, de 4 de julio de 1995 —1 BvF 2/86 y 1,
2, 3, 4 /87 y 1 BvR 1421/86—).
51
derechos que se consideran conculcados e, indirectamente, al bien
común" (Corte Suprema, Sentencia rol Nº 3514-2014).
Se trata, además, de derechos con una intensa connotación político-
distributiva, que se enmarcan en la ciudadanía en la empresa,
entendida "como recuperación de aspectos económicos y sociales de
la misma —es decir, a través de la consecución de la igualdad
sustancial, no formal— que sólo podía realizarse a través de los
colectivos, de la acción de las organizaciones representativas de los
trabajadores. El constitucionalismo industrial tiene ese sesgo, la
generación de instituciones de contrapoder colectivo. Este es el
principio fundante de la democracia industrial, de la democracia
colectiva"89.
En ese sentido, dichos derechos son expresión de la
institucionalización del conflicto central de las sociedades capitalistas
modernas, como lo es la disputa salarial del reparto de las utilidades
sociales agregadas entre los factores del trabajo. De ahí que dicho
conflicto aparezca "regulado por un potente aparato normativo, y que
da lugar a formas relativamente ordenadas de protesta, enmarcadas
en un contexto que tiene como principal referente la negociación
colectiva"90.
Es evidente la fuerte connotación política que los derechos
fundamentales específicos tienen para un sistema de relaciones
laborales. Por ello, no es de extrañar que, tal como lo señalará
ampliamente la doctrina, la introducción en el texto constitucional de la
libertad sindical, la negociación colectiva y la huelga, tendrá una clara
89
BAYLOS, A. Derecho del Trabajo: un modelo para armar, Trotta, Madrid, 1997, p. 96.
90
ALONSO, L. E. Trabajo y ciudadanía, Estudios sobre la crisis de la sociedad salarial,
Trotta, Madrid, 1999, p. 50.
52
consecuencia político-institucional: la pretensión de un sistema de
relaciones laborales democrático91.
La naturaleza de los derechos fundamentales inespecíficos del
trabajador, en cambio, es diversa. Se trata preponderantemente de
derechos de titularidad individual cuyo contenido es la protección de
un espacio de inmunidad frente a terceros, y en ese sentido
corresponden, técnicamente, a los denominados clásicos derechos de
defensa. Es decir, son derechos que "ponen límites al Estado para
asegurar espacios individuales de libertad, en consonancia con la
concepción liberal clásica de los derechos fundamentales" 92.
93
BARBALET, J. M. Citizenship: Rights, Struggle and Class Inequality, Publisher, Open
University Press, 1988, p. 26.
94
Ver UGARTE, J. L. El Derecho del Trabajo: invención, teoría y crítica, op. cit., pp. 93-127.
95
BUDD, J. El pensamiento sobre el trabajo, op. cit., p. 122.
54
55
CAPÍTULO II TUTELA LABORAL
56
Dichas acciones protegen, por regla general, un amplio catálogo de
derechos reconocidos en las normas constitucionales a las personas
dentro de los sistemas jurídicos respectivos. Con las particularidades
de cada caso, de lo que se trata en esta hipótesis es que el trabajador
recurra a esas vías de protección en su calidad de ciudadano y en
ejercicio de sus derechos constitucionales, como si la relación laboral
se tratara de una relación jurídica más.
En segundo lugar, encargar esa protección por las vías ordinarias
previstas por el Derecho del Trabajo. De esta manera, el trabajador
afectado por conductas empresariales que lesionen sus derechos
constitucionales debe recurrir a las formas de protección que se
prevén para los derechos laborales de la legislación ordinaria. En este
caso, el derecho fundamental de que se trata queda asimilado a un
derecho laboral legal o común, recibiendo la protección que la
legislación laboral establece para ese tipo de derechos. De ese modo,
por ejemplo, el despido que lesiona derechos fundamentales es
procesado jurídicamente bajo las reglas del despido injustificado o
improcedente, postulando a la sanción propia de ese tipo de despido
ilegal96.
58
Y es que más allá de la tradición legal de que se trate, es relevante
indagar acerca de qué condiciones en el diseño de las instituciones
jurídicas, son necesarias para dar cabida dentro de un sistema legal a
la idea de la protección eficaz de estos derechos.
En ese sentido, de partida, es necesario hacer dos consideraciones
iniciales: en primer lugar, precisar que nos restringiremos a revisar la
protección legal que desde el Derecho del Trabajo es posible diseñar
para esos derechos. Esto es, la tutela que desde el Estado, por vía
jurisdiccional, se puede prestar a la eficacia de los mismos (protección
heteronómica). Como sugiere Lovera, la importancia de esos derechos
para una comunidad política "no requiere, necesariamente, que estos
sean justiciables ante un tribunal de justicia" 97. En ese sentido, no
prestaremos atención a los potencialmente relevantes modos de tutela
que puedan provenir desde los mismos trabajadores a través de la
acción colectiva, ya sea la negociación colectiva y/o la huelga
(protección autonómica).
En segundo lugar, resaltar que nos referiremos a la tutela legal de un
tipo de estos derechos fundamentales, aquellos que antes ya
precisamos como derechos fundamentales inespecíficos. En el
entendido que los derechos laborales propiamente tales —específicos
— tienen sus propios modos de protección dentro de los sistemas
legales laborales, lo que no impide —como suele ocurrir— que se
confunda la protección de ambos tipos de derechos dentro de un
97
LOVERA, D. "Destinatarios de los derechos fundamentales", en AAVV Manual de
Derechos Fundamentales, op. cit., p. 200.
59
mismo cauce jurídico. Es lo que ocurre en los casos del derecho
chileno y el español98.
98
La tutela laboral chilena es el modo de protección jurisdiccional de las denominadas
prácticas antisindicales, como señala el artículo 292 del Código del Trabajo. En el caso
del derecho español, la protección de la libertad sindical procede por la vía de la
modalidad procesal de tutela de los de derechos fundamentales y libertades públicas
(artículo 177 de Ley Reguladora de la Jurisdicción Social).
60
A nuestro juicio, tres son las condiciones que cualquier modalidad de
protección legal debería cumplir como necesarias y suficientes para
dar por sentada la pretensión de tomarse en serio estos derechos.
99
Esta situación ha sido cuestionada por la doctrina laboral, que ha señalado que "lo
anterior configura una situación bastante grave y lamentable, porque un principio de rango
constitucional como el de no discriminación, cuya protección va asociada al respeto a un
derecho inherente de todo ser humano, se transforma prácticamente en una declaración
de buena voluntad en nuestro actual ordenamiento, y a pesar de su relevancia jurídica,
queda en los hechos enteramente subordinado al principio de libertad de
contratación". CAAMAÑO, E. "La defensa del principio de no discriminación por razones de
sexo en el periodo anterior del nacimiento de la relación laboral", Revista Laboral Chilena,
Nº 117, 2003, Santiago, p. 12. En todo caso, cosa distinta, como veremos más adelante,
es que se trate de una "no renovación" de un vínculo anterior, donde la tutela -como
sostendremos- es plenamente aplicable.
62
En el sentido espacial-jurídico, por otra parte, es necesaria la
protección de un amplio catálogo de derechos fundamentales. La
tutela del sistema legal debe tener la pretensión de incluir el mayor
número de derechos calificados como fundamentales del trabajador.
63
Fundamentales en el Trabajo y su Seguimiento, adoptada en 1998 por
la Organización Internacional del Trabajo".
64
1.2. La prueba del hecho lesivo o vulneratorio
Madrid, 1994.
65
No se trata, entonces, de una alteración de la carga de la prueba en
sentido formal, ya que la víctima debe aportar elementos de prueba de
que la conducta lesiva se ha producido. Se trata, en rigor, de una
rebaja del estándar de prueba, esto es, del "umbral a partir del cual
aceptaremos como probada una hipótesis" 101. Y ello significa que el
esfuerzo de la víctima en términos de prueba no exige orientarse a
lograr la convicción plena del juez en relación con lo verídico de los
hechos —se suele hablar aquí de "plena prueba" o "convicción" como
estándar ordinario de prueba—, sino algo distinto y de menor
intensidad: generar una "sospecha razonable" de que la conducta
lesiva se ha producido.
67
como la ineficacia jurídica, las indemnizaciones y otras medidas
reparatorias.
2007, p. 468.
68
(2006) en su artículo primero que "es absolutamente nula cualquier
discriminación tendiente a menoscabar la libertad sindical de los
trabajadores en relación con su empleo o con el acceso al mismo. En
especial, es absolutamente nula cualquier acción u omisión que tenga
por objeto: b) Despedir a un trabajador o perjudicarlo en cualquier otra
forma a causa de su afiliación sindical o de su participación en
actividades sindicales, fuera de las horas de trabajo o, con el
consentimiento del empleador, durante las horas de
trabajo".Agregando el artículo tercero de la misma ley: "en todo caso
que la sentencia a recaer constate la violación a cualquiera de las
garantías prescritas en el artículo 1º de la presente ley, se dispondrá
la efectiva reinstalación o reposición del trabajador despedido o
discriminado, generándose en consecuencia a favor de éste el
derecho a percibir la totalidad de los jornales que le hubiere
correspondido cobrar durante el período que insuma el proceso de
reinstalación y hasta que ésta se efectivice".
72
Precisamente, esto es lo que le faltaba al recurso de protección, y
es, a la inversa, la consideración básica de la que parte la acción de
tutela de derechos fundamentales: atenuar la exigencia probatoria
para el trabajador afectado.
b) El remedio judicial de carácter extraordinario que la acción de
protección constituye, lo hace inoperante para la protección de los
derechos fundamentales del trabajador que, entre otras cosas,
requiere, según veremos, de la declaración de nulidad de los actos
lesivos de dichos derechos y el pago de indemnizaciones al afectado,
lo que exige de un proceso de fondo ante un juez de grado 104.
74
En efecto, la acción de tutela protege prácticamente casi todos los
derechos constitucionales del trabajador, considera la posición débil
del trabajador en el proceso propiamente tal, especialmente en la
sensible cuestión de la valoración probatoria, y establece como
consecuencia jurídica la nulidad de la conducta empresarial lesiva y,
en su defecto, el pago indemnizatorio correspondiente.
Esta acción de tutela viene a ser la traducción procesal de la idea de
la eficacia horizontal de ese tipo de derechos, en las relaciones
jurídicas entre privados y en este particular caso al interior del contrato
de trabajo. Y más que eso: se trata no sólo de la eficacia horizontal de
los derechos fundamentales entre particulares, sino de su eficacia
inmediata o directa en cuanto la acción procesal se ejerce
directamente por el trabajador en contra del otro particular involucrado
entre la relación laboral —el empleador—105.
77
parte del ejercicio de la acción de tutela juega de trasfondo el "derecho
al acceso a la justicia".
78
b) La acción de tutela de derechos fundamentales es incompatible
con el recurso de protección. Ejercida la acción de protección del
artículo 20 de la Constitución, ya no es posible jurídicamente ejercer la
acción del procedimiento de tutela de derechos fundamentales por "los
mismos hechos", según señala la ley (artículo 485).
79
La ley establece la posibilidad de su ejercicio dentro del
procedimiento de tutela, pero no es compatible con la acción de tutela,
por lo que su ejercicio debe ser con carácter subsidiario, de lo
contrario se entiende renunciada. Así, por lo demás, lo ha aplicado la
escasa jurisprudencia en la materia: "que en lo que dice relación con
la acción subsidiaria de despido indirecto interpuesta, cabe consignar
que atendido el claro tenor del artículo 489 del Código del Trabajo, el
hecho de haberse interpuesto previamente en forma conjunta con la
acción de tutela laboral en la demanda principal importa su renuncia,
de manera que no es posible entonces acogerla, desde que ya se la
tuvo por renunciada. Es decir, si yerra el actor al interponerla en forma
conjunta, no resulta procedente luego acceder a la misma acción de
despido injustificado que se interponga en forma subsidiaria, ya que si
fue renunciada dicha acción no es posible revivirla por medio de una
demanda subsidiaria como lo pretende el actor" (Corte de Apelaciones
de San Miguel, rol Nº 122-2014)
80
4.1. Sujeto activo: los titulares de la acción de tutela
81
El trabajador es el titular del derecho y de la acción de tutela, pero no
está habilitado para disponer del derecho fundamental propiamente
tal. Se trata de derechos establecidos en normas jurídicas de derecho
público de rango constitucional, por tanto, no estarían disponibles para
la autonomía privada, ni siquiera para su titular. De este modo, tal
como ocurre con los derechos laborales específicos, en ese caso por
disponerlo expresamente el principio de irrenunciabilidad establecido
en la ley (artículo 5º del Código del Trabajo), los derechos
fundamentales del trabajador son irrenunciables.
trabajadores a sufrir represalias por parte del empleador y, por sobre todo, el riesgo de ser
despedidos", CAAMAÑO, E. "La tutela jurisdiccional del derecho fundamental a no ser
discriminado por razones de sexo", en AAVV Anuario de la Sociedad Chilena de Derecho
del Trabajo, Santiago, 2005, p. 227.
83
Trabajo para la denuncia del trabajo infantil "por cualquier persona"
(Ley Nº 20.069 del 2005).
84
las leyes del trabajo o de la seguridad social, denunciar sus
infracciones ante las autoridades administrativas o judiciales, actuar
como parte en los juicios o reclamaciones a que den lugar la
aplicación de multas u otras sanciones" (artículo 220 del Código del
Trabajo)107.
86
resulten lesionados en el ejercicio de las facultades del
empleador". Asimismo, en ese mismo artículo se señala que "se
entenderá que los derechos y garantías a que se refieren los incisos
anteriores resultan lesionados cuando el ejercicio de las facultades
que la ley le reconoce al empleador limita el pleno ejercicio de
aquéllas sin justificación suficiente, en forma arbitraria o
desproporcionada, o sin respeto a su contenido esencial".
88
puede derivar del ejercicio de una facultad reconocida por ley, ya sea
el poder de mando, el poder disciplinario propio del empleador, o la
facultad de contratar o despedir trabajadores, y que son reconocidas
como derivaciones de sus derechos constitucionales, lo que podría en
algunos casos importar un conflicto de derechos fundamentales del
trabajador y del empleador, sobre la que volveremos más adelante en
este libro a propósito del razonamiento jurídico.
89
En lo segundo, la repuesta es que sí. La conducta lesiva de
derechos fundamentales puede perfectamente consistir en la "no
renovación" de una relación laboral a plazo fijo, ya sea que se trate, en
la terminología del derecho chileno, de un contrato de trabajo o de una
"contrata", según el tipo de relación y el ámbito privado o
administrativo en que se desarrolle.
108
En la misma dirección se ha dirigido la escasa jurisprudencia de grado en la materia,
señalando que "la decisión de no renovar el contrato de la actora constituye un indicio
claro para establecer la conducta vulneratoria que se denuncia en autos, toda vez que no
se explica esta decisión de la empresa si no es por la incomodidad que le produjo la
"denuncia" que la trabajadora efectuara al Sr. Molina relativa a un presunto "acoso
sexual" por parte de su supervisor" (2º Juzgado del Trabajo de Santiago, T-4-2009).
90
Los derechos afectados, como veremos más adelante, por la "no
renovación" pueden ser la garantía de indemnidad si dicha conducta
responde a una represalia por la pretensión de ejercer derechos con
auxilio estatal, la libertad de expresión si responde a una represalia
por el discurso del trabajador, o puede ser constitutivo de una
discriminación si dicha conducta se funda en un criterio sospechoso o
prohibido, cuestión que ha sido, como vemos al final de este capítulo,
especialmente relevante en el caso de los funcionarios públicos.
91
La razón de la responsabilidad laboral del empleador en estos casos
es obvia: su posición de guardián respecto de los derechos
fundamentales de sus trabajadores en el marco de la prestación de los
servicios laborales, particularmente, el derecho a la integridad física y
psíquica. Esa posición de guardián exige una atribución normativa que
coloque a un sujeto de derecho en esa situación específica de
protección respecto de las conductas de terceros.
94
modo y al no haberlo acreditado, se ajusta a derecho la sentencia que
acoge la demanda y hace lugar al pago del daño moral
demandado" (Corte Suprema, rol Nº 2612-2001).
En el mismo sentido, se ha sostenido que "el deber de protección y
seguridad impuesto al empleador en el artículo 184 del Código del
Trabajo tiene el carácter de obligación legal, de manera que debe ser
el empleador quien debe acreditar que hizo efectivas todas las
medidas de seguridad para eximirse de la responsabilidad que el
legislador le atribuye" (Corte de Apelaciones de Concepción, rol
Nº 676-2010)110.
110
En forma más rotunda aún, se ha señalado que "debe tenerse en consideración que el
artículo 184 del Código del Trabajo impone al empleador una obligación de seguridad
frente a sus trabajadores, consistente en adoptar las medidas necesarias tendientes a
evitar que en el lugar de trabajo o con ocasión del él, se produzca una enfermedad del
trabajador. La norma en comento impone al empleador una actitud positiva, activa, de
prevención y protección, exigiendo una posición de garante de la vida y salud de los
trabajadores ante los riesgos laborales" (Juzgado de Letras de Vallenar, O-19-2017).
95
responsabilidad laboral por tutela, que adoptó todas las medidas
razonablemente a su alcance para evitar que la conducta se produjera
o se mantuviera en el tiempo. La jurisprudencia judicial ha señalado al
respecto que "el deber de cuidado del empleador corresponde a una
obligación de seguridad, que, a diferencia de las obligaciones de
garantía, no tiene por objeto asegurar que el acreedor quedará
indemne de todo daño, sino establece un deber de cuidado que debe
ser aprendido conforme a las circunstancias. Se trata de una
obligación de medios, pues consiste en adoptar las medidas
razonables de prevención" (Corte Suprema, rol Nº 6308-2009).
96
Como ya es conocido, las relaciones laborales triangulares se
manifiestan en dos figuras distintas reconocidas en la ley laboral
chilena: la subcontratación y el suministro de trabajadores.
97
¿Puede ser considerada sujeto pasivo de la acción de tutela?
En efecto, tal como señala el artículo 183 letra X "la usuaria tendrá la
facultad de organizar y dirigir el trabajo, dentro del ámbito de las
funciones para las cuales el trabajador fue puesto a su disposición por
la empresa de servicios transitorios". Por otra parte, el artículo 183
letra Y dispone expresamente que "el ejercicio de las facultades que la
ley le reconoce a la usuaria tiene como límite el respeto a las
garantías constitucionales de los trabajadores, en especial cuando
pudieran afectar la intimidad, la vida privada o la honra de éstos".
98
corresponde a un trabajo prestado normalmente en condiciones de
precariedad, cuestión que hace a dichos trabajadores especialmente
vulnerables al poder de mando y dirección de la empresa usuaria.
En ese sentido, tal como ha destacado Caamaño, el régimen legal
previsto en la Ley de Subcontratación "origina que el trabajador
transitorio se encuentre en una especial posición de sujeción frente a
la empresa usuaria, con quien no le une vínculo contractual alguno,
sino una situación de hecho puntual, cual es la circunstancia de tener
que prestar servicios para ella. Esto último adquiere un mayor énfasis
si se considera que el trabajador transitorio quedará también sujeto al
reglamento interno de la usuaria, conforme a lo prescrito por el artículo
183 X inciso 1, frase 2. Es así, como la ausencia de condiciones
particulares referidas a la situación del trabajador en la empresa
usuaria, salvo las generales que contiene el contrato de puesta a
disposición en materia de jornada de trabajo, descansos, la naturaleza
de los servicios o el lugar en que deben prestarse, genera una suerte
de zona gris propicia a los excesos del control de la actividad laboral
por la EU, todo lo cual puede repercutir negativamente en la situación
personal y profesional del trabajador" 111.
101
integridad física y/o síquica, o el derecho a la no discriminación del
trabajador, respectivamente.
102
contexto del trabajo; evitando así el absurdo jurídico de que la
situación de vulneración quede impune por tratarse de la principal, y
no del contratista.
En cualquiera de las hipótesis anteriores, como es obvio, de ser
acogida la acción de tutela, las consecuencias jurídicas de la tutela,
incluidas las medidas reparatorias exigidas por la ley y la eventual
indemnización por daño moral, deben ser imputadas contra la
empresa principal, y no contra el empleador o empresa contratista 112.
112
Esta perspectiva ha comenzado a ser reconocida por la jurisprudencia judicial nacional,
que resolviendo una excepción de legitimidad pasiva de la empresa principal -en razón de
su condición de no empleador de los trabajadores demandantes-, razona sobre la base de
que "el régimen de subcontratación en el que se desempeñan los trabajadores
supuestamente afectados por la vulneración que se denuncia, es una figura atípica de
contratación laboral, que importa la intromisión de un tercer sujeto en la relación de
trabajo, que sin ser empleador tiene directa injerencia en la misma, y detenta algunas
facultades, como la dirección del trabajo, y sobre todo parte de la posición del empleador,
como ser el beneficiado directo con el trabajo de personas que no son reconocidas en la
ley como sus trabajadores. Esta figura, por común y masificada que sea actualmente en
la realidad laboral nacional, no significa que sea fácil de comprender y delimitar. Por el
contrario, la posición en que se ubica la empresa mandante respecto de los trabajadores
hace que no sea posible atribuirle una postura siempre de tercero absoluto en aquella
relación laboral, y descartar cualquier injerencia en la relación laboral por el solo hecho de
ser mandante. Por el contrario, lo atípico de la figura de la subcontratación está dado
porque ese tercero es de relevancia para el desarrollo de la relación laboral de los
trabajadores de la empresa contratista, de cuyo trabajo se beneficia". El fallo agrega que
"lo anterior implica necesariamente que la posición jurídica y sobre todo fáctica que ocupa
la empresa mandante, la dispone como posible sujeto activo de una vulneración de
derechos aun respecto de los trabajadores de la empresa contratista y subcontratista, lo
que deberá analizarse según las atribuciones que en cada caso ejerciera la empresa
principal respecto de esos trabajadores y las consecuencias en la posible lesión de
derechos fundamentales que esas acciones pudieran significar", concluyendo que "de
esta manera, deberá descartarse la excepción de falta de legitimación pasiva que intenta
la demandada, al no ser posible descartar su capacidad procesal para ser demandado
por el solo hecho de ser empresa mandante, tal como se ha razonado, y será necesario
conocer en el fondo los hechos que se describen como vulneración de derechos para
determinar la real participación y eventual responsabilidad de esa empresa en los
mismos" (T-30-2013 del Juzgado del Trabajo de Calama).
103
6. LA PRUEBA EN LA TUTELA DE DERECHOS FUNDAMENTALES
104
dominio sobre las fuentes probatorias, que desnivela profundamente
las facilidades de una y otra respecto de la prueba de los hechos que
avalan la pretensión del trabajador, la norma procesal laboral corrige
las reglas sobre la carga de la prueba en el juicio" 113.
De este modo, para tomar la protección de los derechos
fundamentales del trabajador en serio, se hace necesario el
establecimiento de reglas especiales sobre el esfuerzo en la prueba de
dichas conductas por "una pluralidad de razones interrelacionadas de
política jurídica: la realización de intereses generales de justiciabilidad
de los derechos fundamentales —garantías de justicia—; afrontar el
problema práctico consistente en las dificultades de la prueba del
hecho discriminatorio o contrario al derecho fundamental —debilidad
de la posición probatoria—", lo que lleva a establecer "reglas
especiales de distribución de la prueba a favor de la posición subjetiva
del trabajador, agravándose simétricamente la del empresario
demandado"114.
106
demostrar que no ha habido vulneración del principio de igualdad de
trato".
107
consideración al sexo del trabajador es un requisito imprescindible en
la actividad a ser desarrollada.
En la recepción judicial de la rebaja del estándar, el caso argentino
parece interesante de ser relevado. En la sentencia del caso
"Pellicori", la Corte Suprema de ese país señala que "resultará
suficiente, para la parte que afirma dicho motivo, con la acreditación
de hechos que, prima facie evaluados, resulten idóneos para inducir
su existencia, caso en el cual corresponderá al demandado a quien se
reprocha la comisión del trato impugnado, la prueba de que éste tuvo
como causa un motivo objetivo y razonable ajeno a toda
discriminación. La evaluación de uno y otro extremos, naturalmente,
es cometido propio de los jueces de la causa, a ser cumplido de
conformidad con las reglas de la sana crítica. (...) La doctrina del
Tribunal, por ende, no supone la eximición de prueba a la parte que
tilda de discriminatorio a un acto, pues, de ser esto controvertido, pesa
sobre aquélla la carga de acreditar los hechos de los que
verosímilmente se siga la configuración del motivo debatido. Tampoco
implica, de producirse esa convicción, una inversión de la carga
probatoria, ya que, ciertamente, en este supuesto, al demandado le
corresponderá probar el hecho que justifique descartar el prima
facie acreditado" (Corte Suprema de la Nación de Argentina, "Pellicori,
Liliana Silvia c. Colegio Público de Abogados de la Capital Federal s/
Amparo", 5.11.2011)115.
115
Para el análisis de la jurisprudencia argentina en materia de discriminación laboral y
razonamiento judicial, ver COPPOLETTA, S. y UGARTE, J. L. "Análisis crítico de la
calificación del derecho a la no discriminación como 'jus cogens' en la sentencia de la
Corte Suprema de Justicia de la Nación en 'Álvarez c/Cencosud'", Revista Derecho
Laboral, Nº 1, Rubinzal, Santa Fe, 2014.
108
En el caso del derecho chileno, se adoptó el camino de una regla
legal explícita. Para ello, se introdujo una norma novedosa para la
época: "cuando de los antecedentes aportados por la parte
denunciante resulten indicios suficientes de que se ha producido la
vulneración de derechos fundamentales, corresponderá al denunciado
explicar los fundamentos de las medidas adoptadas y de su
proporcionalidad" (artículo 493 del Código del Trabajo).
109
6.2. La regla de indicios: la rebaja de estándar probatorio
110
las mismas que las previstas para el procedimiento de aplicación
general.
Entonces ¿en qué consiste la regla del artículo 493 del Código del
Trabajo?
Desde el punto de vista conceptual, lo que aquí se encuentra es una
rebaja del estándar de prueba, esto es, del "umbral a partir del cual
aceptaremos como probada una hipótesis"116.
Y ello significa que el esfuerzo de la víctima, en términos de prueba,
no exige orientarse a lograr la convicción plena del juez en relación
con lo verídico de los hechos —se suele hablar aquí de "plena prueba"
o "convicción" como estándar ordinario de prueba—, sino algo distinto
y de menor intensidad: generar una "sospecha razonable" de que la
conducta lesiva se ha producido117.
116
FERRER, J. La valoración racional de la prueba, Marcial Pons, Madrid, 2007, p. 139.
117
De este modo, la molestia contra dos de sus trabajadoras expresada en un correo
electrónico por parte del empleador con la inusual frase de "Tomando en cuenta que
hasta atrasadas llegan juntas, y no entiendo el por qué", genera la sospecha razonable de
que el despido ha sido motivado por la tendencia sexual de ambas. Como sostiene la
sentencia, dicho elemento de prueba conduce "a concluir que el demandado discriminó a
ambas trabajadoras por su condición sexual al tomar conocimiento que ellas eran parejas,
lo que quedó de manifiesto en el correo acompañado en los términos ya
analizados" (Juzgado del Trabajo de San Miguel, T-15-2014).
111
lesiva, para que en ese caso pueda aprovecharse de la regla prevista
en el artículo 493 del Código del Trabajo, correspondiendo al
demandado el deber de probar que su conducta se debió a motivos
objetivos y razonables.
En ese sentido, en tutela laboral la regla del artículo 493 del Código
del Trabajo modifica la respuesta a la pregunta de quién debe soportar
el costo el hecho que no ha quedado plenamente probado, pero sobre
el cual recae una razonable sospecha de su ocurrencia.
Y explicada así, la regla del 493 del Código del Trabajo no
corresponde en sentido estricto a una regla de la etapa probatoria,
sino a una regla de juicio. Esto es, una regla que opera cuando el juez,
al momento de dictar la sentencia, debe resolver quién debe soportar
el hecho que no ha quedado plenamente acreditado en el proceso,
pero de cuya ocurrencia, por la presencia de indicios al respecto, se
guarda razonable sospecha118.
118
Así lo ha entendido la jurisprudencia laboral en Chile, que ha sostenido en palabras de
la Corte Suprema que "la norma del artículo 493 no altera la carga de la prueba, en la
medida que impone a quien denuncia la presunta vulneración de derechos fundamentales
la obligación de acreditar su aserto, pero ciertamente aliviana dicha carga, al exigir un
menor estándar de comprobación, pues bastará justificar "indicios suficientes", es decir,
proporcionar elementos, datos o señales que puedan servir de base para que el acto
denunciado pueda presumirse verdadero. Tampoco se altera el sistema de valoración de
la prueba conforme a la sana crítica, previsto en el artículo 456 del mismo cuerpo legal,
de modo que al apreciar los indicios aportados por el denunciante habrá de considerarse
sus caracteres de precisión y concordancia, a la vez que expresarse las razones jurídicas,
lógicas o de experiencia que hayan conducido razonablemente al tribunal a calificar la
suficiencia de los mismos. Cumplida esta exigencia, es decir, comprobada la verosimilitud
de la denuncia, corresponderá al denunciado explicar los fundamentos de las medidas
adoptadas y su proporcionalidad, demostrando así la legitimidad de su conducta, sea
aportando la prueba necesaria para destruir los indicios, o aquella que fuere necesaria
para justificar las medidas que ha dispuesto y la proporcionalidad de las mismas" (Corte
Suprema, rol Nº 7023-2009).
112
Cabe precisar que los hechos cuya "razonable duda" queda
determinada en el proceso afectarán, a diferencia de la pauta
distributiva normal, al demandado empleador. Éste sabe, a su turno,
desde el inicio del proceso respectivo, que en la acción de tutela
existe, por expresa disposición legal, una rebaja del estándar
probatorio119.
119
Lo que ocurre con la vulneración de derechos fundamentales del trabajador sin regla de
rebaja de estándar probatorio, lo acredita la -estéril- historia del recurso de protección en
Chile sobre la materia: prácticamente ningún trabajador accedió a la tutela de esa acción
en materia discriminatoria. Así, en un ejemplo ya algo lejano pero vigente, un comerciante
interponía un recurso de protección en contra del alcalde de Independencia Antonio
Garrido -un exboxeador de posiciones fundamentalistas-, quien le habría negado el
permiso de comercio ambulante, en razón de la opción sexual del primero -de
homosexualidad-. Acreditado en el proceso que el citado alcalde declaró a la prensa "si
quiero le doy permiso al mariconcito" (Diario La Cuarta, 7 de junio del 2008), "No tengo
problemas con los gays, pero gracias a Dios ninguno de mis hijos lo es", "venís a hacer
polémica, ¡córrete no más!" y "ya po, anda el lunes, pero te cortai el pelo y vai vestido con
buzo, así podís trabajar" (Diario Las Ultimas Noticias, 8 de junio del 2008), la Corte de
Apelaciones de Santiago negaba la protección solicitada, sosteniendo que "lo
manifestado por el recurrente aparece revestido de sustento fáctico, sólo en cuanto a que
la prensa ha atribuido al Alcalde algunas expresiones que atacarían su opción
sexual", pero que habrían sido necesarios "antecedentes concretos que permitirían a esta
Corte establecer de manera irrefutable" la discriminación (Corte de Apelaciones de
Santiago, rol Nº 4393-2008).
113
De este modo, es perfectamente posible que no sea necesario
aplicar la regla de juicio contenida en el artículo 493 del Código del
Trabajo. Más precisamente en dos casos opuestos: a) el trabajador
logra la prueba del hecho lesivo mediante la aportación de prueba
directa sobre el hecho; o b) el empleador logra acreditar hechos
constitutivos de una justificación objetiva y proporcionada de la
conducta.
114
respetadas por el juez —por ejemplo, exigiendo un esfuerzo probatorio
pleno al trabajador—, se produce una decisión contraria a derecho,
que contraviene la ley que rige el estándar de prueba en la acción de
tutela.
1998, p. 174.
115
que se caracteriza, a diferencia de la prueba directa, "en que no versa
directamente sobre el hecho principal que se pretende probar y del
que depende la decisión judicial". No hay, como ha apuntado la
doctrina procesal moderna, otra diferencia relevante entre prueba
directa e indirecta que el objeto de la prueba, y en ningún caso,
presentan diferencias estructurales desde el punto de vista de la
calidad epistemológica de las mismas121.
118
7. REPARACIÓN Y SANCIÓN EN LA TUTELA LABORAL
119
fundamentales, bajo el apercibimiento señalado en el inciso primero
del artículo 492, incluidas las indemnizaciones que procedan, y
120
Si se trata, en cambio, de una conducta que corresponde a un acto
jurídico —amonestación—, ejercicio del ius variandi, dictación de una
norma del reglamento interno, etc.- la consecuencia es la ineficacia
intrínseca del acto (nulidad). Así lo determina expresamente la ley ya
citada, que exige que "la situación se retrotraiga al estado
inmediatamente anterior a producirse la vulneración
denunciada" (artículo 495 del Código del Trabajo). En rigor, la única
conducta jurídica lesiva empresarial que no estará sujeta a la nulidad
será el despido, que, como veremos, solo produce un efecto de
carácter indemnizatorio (artículo 489 del Código del Trabajo).
124
MARZI, D. "La readmisión como reparación: condición para la ciudadanía en el trabajo o
importancia de ejercer derechos", en AAVV sobre los Derechos Sociales, Edeval,
Valparaíso, 2015, p. 539.
125
MARZI, D. Ibidem, p. 542.
123
De partida, por el fundamento normativo expreso de la legislación
laboral, que en el artículo 495, Nº 3, del Código del Trabajo, señala
que la sentencia definitiva debe indicar las medidas de reparación
incluyendo "las indemnizaciones que procedan". Y esa indemnización
—salvo en caso de tratarse de un despido regulado en el artículo 489
del Código del Trabajo— no puede ser otra que la reparación del daño
moral.
Como señala acertadamente Gamonal, la sentencia de tutela "debe
indicar las medidas de reparación, incluyendo "las indemnizaciones
que procedan". Estas indemnizaciones comprenden el daño moral, por
tratarse de un procedimiento que busca tutelar los derechos
fundamentales del trabajador, daño que perfectamente puede ser
reparado, en virtud de este procedimiento, mientras el contrato está en
ejecución"126.
125
indemnización a título de sanción, consistente en un mínimo de 6
meses y un máximo de 11 meses de la remuneración mensual del
trabajador (artículo 489 del Código del Trabajo), la que, como
sostendremos a propósito del despido, es compatible con la
reparación por el daño moral.
126
antisindicales o infracción a los derechos fundamentales del
trabajador, dentro de los anteriores dos años".
PÉREZ REY, J. "La modernización del régimen del despido: el debate europeo", Revista
128
129
Ese proceso de constitucionalización del despido puede, obviamente, ser incompleto.
Así, en una línea de continuidad en términos conceptuales -de más a menos- es posible
describir tres niveles de constitucionalización: extensivo, restringido o nulo. Es extensivo
en algunos sistemas jurídicos donde el despido puede ser reprochado jurídicamente por
vulnerar cualquier derecho fundamental del trabajador de un extenso elenco de derechos,
como el caso español o chileno, es restringido en donde el reproche solo se refiere a
determinados derechos de esa categoría, y es nulo donde no hay reproche constitucional
a los despidos. Buena parte de los sistemas laborales latinoamericanos, como Argentina,
Perú o Uruguay, se encuentran en el nivel restringido: solo se revisa la constitucionalidad
del despido a la luz de unos pocos derechos fundamentales, comúnmente la
discriminación -por razones de tradición histórica. Así, por ejemplo, en el caso peruano
Arce, en referencia a la norma que limita el despido nulo a la discriminación, sindicación y
maternidad (artículo 29 de la LPCL), señala que "el sistema jurídico positivo laboral al
restringir la protección del despido nulo a los motivos enumerados taxativamente en el
artículo 29, delimita su extensión y, lo que es peor, acarrea la indefensión de gran parte
del bloque de constitucionalidad laboral". ARCE, E. La nulidad del despido lesivo de
derechos fundamentales, Ara, Lima, 2006, p. 172.
129
Y según cuales sean las consecuencias de ese despido ilegal, en la
doctrina laboral comparada se distingue entre un sistema de
estabilidad laboral propia y uno de estabilidad impropia. En el primer
caso, el despido ilegal acarrea como sanción la inexistencia del acto
extintivo, de modo tal que conduce necesariamente a la
reincorporación del trabajador en su puesto de trabajo. En el segundo
caso, en cambio, el acto extintivo es eficaz, pero genera un deber
indemnizatorio para el empleador, y un derecho reflejo para el
trabajador.
La exigencia de un régimen de protección frente al despido —
consistente en causales y remedios jurídicos— no tiene como
fundamento solo la conservación del puesto de trabajo, sino antes que
nada la interdicción de la arbitrariedad. Esto es, detrás del régimen de
despido propugnado por el Derecho del Trabajo en su mejor versión,
no late solo el problema económico de la mantención del trabajador
después del empleo perdido, sino que centralmente una razón política:
poner un límite al ejercicio arbitrario del poder empresarial 130.
La articulación de un régimen legal de despido causado tiene como
fundamento constitucional, en buena parte de los sistemas de la
tradición jurídica continental, al derecho al trabajo. En el entendido que
ese derecho constitucional "proyecta una cierta virtualidad sobre el
momento extintivo de la relación laboral en un doble sentido: exigiendo
un conjunto de garantías para que pueda materializarse la extinción e
imponiendo, en determinados casos, la obligación de readmitir al
130
UGARTE, J. L. Derecho del Trabajo: invención, teoría y crítica, op. cit., pp. 33 y ss.
130
trabajador cuyo despido no se haya ajustado a determinados
requisitos legalmente previstos"131.
Y, como dijimos, junto con este reproche legal del despido sin causa
justificante, convive —en los sistemas jurídicos constitucionalizados—
el reproche constitucional. La impugnación de esta forma de despido
no dice relación con la falta de causalidad exigida por ley, sino con que
el acto empresarial que pretende poner término al contrato de trabajo
se ha efectuado con vulneración de uno o más derechos
fundamentales del trabajador132.
134
La objeción tradicional en este punto a la nulidad del despido, en el contexto nacional
de la dificultad práctica de la readmisión del trabajador, no parece convincente. Primero,
no purga las razones jurídicas constitucionales de forma y fondo señaladas, y segundo,
puede ser superada con la opción legislativa del derecho de opción para el trabajador
afectado: nulidad y reintegro o validez e indemnización. En esa tesitura, el derecho
cumple en mejor medida con lo que prometió al titular del derecho fundamental: si lo
requiere, su puesto de trabajo se mantiene.
133
8.1. El despido lesivo de derechos fundamentales en la tutela laboral
134
atendido el disvalor que ese motivo representa socialmente, el
empleador tenderá casi sin excepciones a encubrirlo.
empleador puede, en el ejercicio de una de las facultades que la ley le reconoce, despedir
un trabajador, pero en este caso, su conducta, tuvo como resultado la lesión de un
derecho fundamental del trabajador" y agrega "que, sin lugar a dudas la lista de criterios
del artículo 2º del Código del trabajo, parecen ser más restringidas que el derecho a la no
discriminación laboral reconocido en el artículo 19 Nº 16, inciso tercero, de la Carta
Fundamental. Sin embargo, esta norma debe ser interpretada extensivamente y,
considerando que los criterios sospechosos enunciado en el artículo 2º, no contienen
definición alguna, no puede sino concluirse que el despido de un trabajador aforado en un
proceso de negociación colectiva reglada, constituye un acto de tal naturaleza" (Corte de
Apelaciones de Santiago, rol Nº 66-2012).
136
En el mismo sentido PEDRAJAS, A. Despido y derechos fundamentales, Trotta, Madrid,
1992, pp. 147 y ss.
136
trabajador las circunstancias del término de la relación laboral,
tomando en consideración que se trataba de un dependiente de buen
comportamiento, que laboraba para la demandada por espacio de
cinco años"(1er Juzgado de Letras del Trabajo, T-212-2010) 137.
En relación con la conducta empresarial coetánea al acto jurídico del
despido, la jurisprudencia laboral ha señalado "que si bien el
empleador tiene el derecho a fundamentar el despido del trabajador en
cualquier circunstancia fáctica y causa legal que estime procedente,
en ningún caso puede afectar la honra o prestigio que tiene el
trabajador en su medio social y particularmente ante sus compañeros
de trabajo, por lo que en opinión del tribunal si el mismo día en que se
despide al demandante la Gerente de Operaciones envía un correo
masivo a los trabajadores de la empresa, por medio del cual les
informa que el actor ha incurrido en prácticas indebidas y prohibidas,
afectando la confianza depositada en él, claramente se está afectando
la honra del trabajador" (2º Juzgado de Letras de Santiago, T-476-
2015). En el mismo sentido anterior: "el hecho de la interrogación
entre tres personas en actitud intimidatoria, imputando al interrogado
un ilícito, luego siendo trasladado a Notaría para que renunciara, en el
vehículo de la propia empresa por un dependiente de ésta, usando
lenguaje soez, violento e injurioso al reputarlo como "ladrón", luego
darle como opción el llamar a carabineros o su renuncia, salir de la
137
Y en la misma perspectiva: "la conclusión de que esta vulneración es inferida con
ocasión del despido, pues la serie de sucesos que sobrevienen entre el 21 y 22 de enero
de 2014, en que se termina la relación de trabajo, forman todos parte de un solo proceso
que atañe a la indagación y terminación del vínculo laboral. Estas entrevistas o
interrogatorios, igualmente vulneratorios en tanto en ellos se insulta y acusa
injuriosamente a una persona, son parte del proceso de despido y, por ello, concluimos
que la vulneración es ejecutada con ocasión del despido" (1er Juzgado de Letras del
Trabajo de Santiago, T-186-2014).
137
empresa escoltado por carabineros, sólo puede calificarse como una
grave afectación al derecho a la honra, protegido por el artículo 19
Nº 4 de la Constitución Política de la República y amparado por la
acción de tutela laboral conforme al artículo 485 del Código del
Trabajo", para agregar que "la serie de sucesos que sobrevienen
entre el 21 y 22 de enero de 2014, en que se termina la relación de
trabajo, forman todos parte de un solo proceso que atañe a la
indagación y terminación del vínculo laboral. Estas entrevistas o
interrogatorios, igualmente vulneratorios en tanto en ellos se insulta y
acusa injuriosamente a una persona, son parte del proceso de despido
y, por ello, concluimos que la vulneración es ejecutada con ocasión del
despido" (1er Juzgado del Trabajo de Santiago, T-186-2014) 138.
138
En la misma perspectiva de conductas lesivas al mismo tiempo del despido, la
jurisprudencia señala: "pero aun en el caso de la falta de probidad, la publicidad de la
misma sí puede, como en este caso, afectar la honra, puesto que el destinatario natural
de la carta es el trabajador, y la difusión entre sus pares causa una lesión al derecho
constitucional indicado. En relación con lo anterior, en este caso es un hecho acreditado
en la sentencia que la demandada realiza una reunión con el personal en la cual
comunica la terminación del contrato de trabajo del actor por las razones indicadas en la
carta de despido" (Corte de Apelaciones de Santiago, rol Nº 1993-2017).
138
personas que trabajaba para la demandada y no hay justificación para
que, de un momento a otro, sea tratado como un riesgo para la
seguridad. Las acciones de la demandada implican dar el tratamiento
de un peligro al demandante, sin entregarle fundamento, impidiendo
su circulación por el lugar que antes era su lugar de trabajo, lo que por
cierto constituye un tratamiento humillante y que afecta sus derechos
constitucionalmente asegurados. Lo anterior, por cierto, implica una
lesión a la honra de un trabajador, en los términos expuestos
anteriormente, considerando que el actor se desempeñaba en
seguridad, siendo luego expuesto ante sus anteriores compañeros de
trabajo como un riesgo, cuestión particularmente relevante en la
opinión de las personas que trabajan en reparticiones diplomáticas, en
donde la seguridad es un elemento esencial" (2º Juzgado del Trabajo
de Santiago, T-886-2015).
Esta diversidad morfológica del despido lesivo de derechos
fundamentales del trabajador en la acción de tutela, que cubre no solo
la motivación o resultado del acto jurídico del despido propiamente tal,
sino también las circunstancias fácticas que hacen a la ejecución de
ese acto de rescisión por parte de la empresa, encuentra su
fundamento normativo evidente en la expresión de la propia ley, que
señala como conducta reprochada jurídicamente no el despido
propiamente tal que lesiona derechos fundamentales —a secas,
diríamos—, sino las vulneraciones de esos derechos "con ocasión del
despido" (artículo 489 del Código del Trabajo)139.
139
De este modo lo ha entendido la jurisprudencia laboral, al sostener que "la frase con
ocasión del despido comprende tanto situaciones de fondo como de forma; situaciones de
fondo sería un despido de una persona por su orientación sexual o por sus creencias
religiosas. De forma, cuando al despedir, aunque sea por motivo lícito, se violentan
derechos fundamentales del trabajador, por ejemplo, ridiculizándolo, humillándolo,
139
En fin, como queda claro en este punto, nada impide, por la señalada
amplitud del despido lesivo previsto en las normas legales, que el
despido no sea lesivo como acto jurídico extintivo, pero resulte lesivo
en su ejecución140.
Aquí opera plenamente la regla del artículo 493 del Código del
Trabajo ya analizada y, por tanto, al trabajador le corresponde, salvo
que tenga prueba directa disponible, acreditar indicios que hagan
razonable la sospecha de que el motivo o el resultado del despido ha
producido una lesión de sus derechos fundamentales.
141
se trata de un despido lesivo de derechos fundamentales acreditando
la efectividad de la causal legal de término del contrato?
142
En estos casos, concurren en el mismo despido dos causas que se
mueven en planos distintos. Una causa legal que justifica el despido
del trabajador desde el punto de vista de las normas previstas para la
terminación en el Código del Trabajo, y una causa anticonstitucional
consistente en la afectación y lesión de un derecho fundamental del
trabajador desde el punto de vista de las normas de tutela laboral 141.
141
Baylos y Rey califican la idea de "despido pluricausal" de "una noción profundamente
equivocada pues, en puridad, el despido no puede tener una doble causal o
motivación". BAYLOS, A. y REY, J. El despido o la violencia del poder privado. op. cit., p.
126. Esta objeción a la idea de despido pluricausal no es convincente, porque parece
confundir la idea de "causa", para efectos de la calificación jurídica del despido, con la
motivación efectiva del empleador. En rigor, el despido puede tener ante la calificación del
derecho dos causas que provengan de dos dimensiones jurídicas distintas: la
constitucional y la legal. Ello no obsta a que en el plano de la motivación del agente solo
exista una motivación efectiva -la de vulnerar derechos fundamentales-.
143
493 del Código del Trabajo— el despido con lesión de derechos
fundamentales.
144
y que corresponde a una medida de sanción por la lesión del derecho
fundamental.
En este punto cabe señalar que la ley no ha fijado criterios para que
el juez se mueva dentro de esta especie de banda de mínimos y
máximos determinados por la ley, entonces ¿cómo podría el juez
determinar el monto?
142
Respecto del efecto desaliento ("chilling efect"), ver DE DOMINGO, T. "La argumentación
jurídica en el ámbito de los derechos fundamentales: en torno al denominado 'chilling
efecto' o efecto desaliento", Revista de Estudios Políticos, Madrid, Nº 122, 2003.
145
desaliento en el resto de los trabajadores, quienes reciben un mensaje
disuasivo: en la empresa no se debe intentar ejercer la libertad de
expresión. En esos casos, la sociedad se ve seriamente dañada y, por
tanto, la conducta del empleador debe ser más seriamente reprendida,
y la indemnización debería moverse al máximo del tramo legal.
Miradas así las cosas, esta cuestión debe ser resuelta en términos
afirmativos. Y ello, porque la obligación de pagar la indemnización que
genera el despido lesivo de derechos fundamentales corresponde
exactamente a las condiciones exigidas por la ley: en una obligación
de naturaleza laboral que se traduce en un pago de dinero (obligación
de dar).
Si se atiende al sentido protector del Derecho del Trabajo, y se
entiende el régimen de subcontratación laboral previsto en la ley como
modo de expresión paradigmático de ese sentido, lo que corresponde
es, entonces, entender la cláusula utilizada por la ley —la de
"obligaciones laborales de dar"— como una referencia normativa
abierta e inclusiva. Esto es, comprensiva de cualquier obligación del
146
empleador establecida en una norma laboral en favor del trabajador, y
que se traduzca en la transferencia (pago) de dinero 143.
143
De este modo, por lo demás, ha entendido la jurisprudencia el sentido de la norma que
fija la extensión de la responsabilidad laboral en materia de subcontratación: "la empresa
principal debe responder, solidaria o subsidiariamente, del pago de las remuneraciones
de los trabajadores, del entero, en el órgano pertinente, de las cotizaciones previsionales,
de las indemnizaciones sustitutiva por falta de oportuno aviso previo y por años de
servicio, con su incremento, y de la compensación de feriados, que deben solucionarse
con motivo del término de la relación laboral; sin perjuicio de otra que pueda calificarse
como obligación laboral y previsional de dar o a título de indemnización legal por el
evento señalado; y la responsabilidad solidaria de aquélla surge cuando no ejerce el
derecho de información y de retención, pues si se ejercitan torna a subsidiaria, por lo
tanto, la primera se hace efectiva por su propia negligencia" (Corte Suprema, rol Nº
65312-2016).
147
constitucionales— sólo puede ser considerado conceptualmente nulo
por las razones que ya explicamos antes144.
Ahora, esa inconsistencia tiene una excepción 145. El caso del despido
discriminatorio grave (artículo 489 del Código del Trabajo).
derecho de opción, y hoy solo se contempla la nulidad como sanción. No cabe confundir,
eso sí, la represalia regulada en este artículo, con la discriminación por razón de
sindicación, la que en el caso de estar constituida por un despido si permite al trabajador
acceder al derecho a la indemnización de acuerdos con las reglas generales.
147
GAMONAL, S. y GUIDI, C. Manual del contrato de trabajo, Legal Publishing, Santiago,
2011, p. 316. Nos referimos aquí a la postura inicial de Gamonal, la cual ha sido
modificada en el sentido de la compatibilidad de la indemnización del daño moral con la
indemnización del despido del artículo 489 del Código del Trabajo -la que sigue
considerando, en cualquier caso-, como tarifada por daño moral. Ver GAMONAL, S. "El
daño moral en el artículo 489 del Código del Trabajo", op. cit., pp. 305-327.
149
A nuestro juicio, la posición correcta es la que sostiene la plena
compatibilidad de ambas indemnizaciones. La razón es sencilla: la
indemnización por despido lesivo es una sanción al empleador por la
vulneración de los derechos fundamentales del trabajador —una forma
de daño punitivo148—, que se calcula por la juez atendida la gravedad
de esa conducta, y no con relación al daño moral efectivamente
causado.
pero también para castigar y enseñar (Prosser); para prevenir tanto como para retribuir y
expresar indignación -dicho positivamente: reafirmar la confianza en el derecho violado y
hacer justicia- (Fleming)", SALVADOR CODERCH, P. "Punitivedamages", en AAVV en La
responsabilidad en el Derecho, edición a cargo de F. Pantaleón, Madrid, 2001, p. 146.
150
sentido, menos aún entendido como dolor o aflicción en la víctima. Lo
que se indemniza en tutela laboral no es el despido que causó daño
moral, sino la afectación de derechos fundamentales con ocasión de la
terminación del contrato de trabajo, que pudo o no provocar —
adicionalmente— un daño de carácter moral.
151
antes, es perfectamente posible que el trabajador no haya
experimentado un daño moral —en el sentido tradicional del término
—, en diversas hipótesis de despido lesivo de derechos
fundamentales. Lo que no puede faltar jurídicamente para que exista
la indemnización prevista en el artículo 489 del Código del Trabajo, es
la afectación de derechos fundamentales, no la ocurrencia de un daño
de naturaleza moral.
151
JAVILLIER, J. C. Derecho del Trabajo, Fundación de Cultura Universitaria, Montevideo,
2007, p. 375.
152
Para la regulación del despido indirecto, ver ROJAS, I. Manual de Derecho del Trabajo,
Derecho Individual, Lexis Nexis, Santiago, 2004, pp. 257 y ss.
155
vulneración de los derechos fundamentales de los trabajadores
producidos con ocasión del despido, sin efectuar ninguna distinción,
unido al hecho que el denominado "autodespido" o "despido indirecto"
"... es técnicamente desde el punto de vista laboral una modalidad de
despido, y en ningún caso una renuncia..." (José Luis Ugarte Cataldo,
Tutela de Derechos Fundamentales del Trabajador, Legal Publishing,
2010, p. 94), el ejercicio de la acción de tutela que contempla la
referida norma legal no se encuentra limitado sólo al caso en que el
vínculo laboral se finiquita por decisión del empleador, sino que
también en el evento que sea el trabajador el que opta por poner
término al contrato de trabajo conforme lo previene el artículo 171 del
Código citado, ergo, puede reclamar que con ocasión del despido
indirecto se vulneraron derechos fundamentales que se encuentran
protegidos por la normativa pertinente. En efecto, el despido directo o
el indirecto substancialmente son idénticos en sus antecedentes,
motivos y causas: el incumplimiento de las obligaciones contractuales
o legales por parte del empleador, originando la vulneración de los
derechos del trabajador. De esta forma, la voz "despido" utilizada por
el legislador, equivale a término de la relación laboral, única forma de
vincular el principio de igualdad y no discriminación a los efectos del
incumplimiento, en atención a que en ambas situaciones el trabajador
dispondrá de idénticas acciones para hacer valer y reclamar los
derechos vulnerados derivados del incumplimiento de las obligaciones
por el empleador" (Corte Suprema, rol Nº 18465-2016)153.
153
En idéntico sentido se ha pronunciado la Corte de Apelaciones de Santiago: "la
tendencia jurisprudencial ha sido la de equiparar los efectos del despido de un trabajador,
es decir, cuando es el empleador quien procede a poner término a la relación laboral, en
las condiciones que al respecto contempla el Código del ramo -artículos 159, 160 y 161,
con los del despido indirecto-, vale decir, cuando es el trabajador quien por decisión
156
Pero, además existen otras razones. Por una parte, una razón de
finalidad. Pretender que el legislador laboral de la acción de tutela sólo
buscaba proteger el despido cuando este fuera gatillado por la
voluntad declarada del empleador, es reducir arbitrariamente el
alcance de la protección. Se frustra la finalidad expresa buscada por la
ley: dar la protección más amplia posible a estos derechos, atendida
su posición superior sobre el sistema.
Y qué decir del absurdo que esto representa. La ley establecería una
especie de premio al empleador que, vulnerando esos derechos, no
gatille formalmente el despido. De ahí un cuadro casi ridículo, en que
el empleador que discrimina o lesiona las garantías constitucionales
de un trabajador, pero que no lo despide, recibe una gratificación de la
ley: no podrá ser demandado por despido lesivo de derechos
fundamentales en el marco de la acción de tutela.
158
9. TUTELA Y FUNCIÓN PÚBLICA
159
Y no solo eso. La especial justificación para la existencia de una
tutela laboral de los trabajadores privados —la existencia de una
situación de sujeción a un poder jurídico ajeno— se presenta de igual
manera en los funcionarios públicos: se trata de trabajadores
subordinados que se implican personalmente en la prestación de
servicios.
160
Dicha norma establece que el Código del Trabajo opera como la
norma supletoria general del trabajo en condiciones de subordinación
en Chile, cuestión especialmente relevante para la relación de trabajo
de los funcionarios del Estado.
No cumple, por cierto, con esa calidad —la de ser una regulación de
protección de los derechos fundamentales— la existencia de normas
y/o procedimientos administrativos para el conocimiento de cuestiones
de legalidad administrativa.
161
Como lo ha señalado la jurisprudencia judicial, con relación a la
existencia de un procedimiento administrativo al que el funcionario
podría echar mano para recurrir en protección de sus derechos
fundamentales: "significa que el funcionario no tiene acceso a la
jurisdicción, sino sólo a la revisión administrativa del órgano contralor,
cuestión esencial que hace que ambos procedimientos no resulten
homologables, sin perjuicio que, además, la materia objeto del
reclamo administrativo se limita a los vicios o defectos de que pueda
adolecer un acto administrativo, en circunstancias que el
procedimiento de tutela laboral comprende cualquier acto ocurrido en
la relación laboral que, como consecuencia del ejercicio de las
facultades del empleador, implique una lesión en los derechos
fundamentales del trabajador, en los capítulos que especifican los
incisos 1º y 2º del artículo 485 del Código del Trabajo". En ese
sentido, agrega la Corte Suprema, "se cumple el primer requisito
previsto en la norma, cual es que exista un vacío legal en el estatuto
especial, respecto de una materia o aspecto que sí se encuentra
regulado en el Código del Trabajo, como es el procedimiento de Tutela
Laboral a través del cual se busca proteger al trabajador, por la vía
jurisdiccional, en el goce o disfrute de sus derechos fundamentales en
el ámbito del trabajo" (Corte Suprema, rol Nº 10972-2013).
162
En la dimensión normativa, las sanciones previstas por la tutela
laboral no contradicen las normas administrativas que regulan la
función pública, porque las demás medidas reparatorias judicialmente
determinadas —incluida la indemnización por daño moral— no
contradicen el contenido de norma alguna de los estatutos
administrativos de que se trata. Es más, en el caso de las
indemnizaciones por despido lesivo de derechos fundamentales se
trata de una sanción por la lesión de dichos derechos, y no a una
prestación por los años de servicios, la que estaría en contradicción
con las normas del Derecho Administrativo.
163
Trabajo, sino porque estamos en presencia de un acto que vulnera
derechos fundamentales, constituido por la no renovación de la
contrata de la actora por actos discriminatorios y, en consecuencia,
acogiéndose la denuncia, ello lleva consigo el pago de tales
indemnizaciones destinadas a compensar el daño patrimonial sufrido
por el trabajador por el actuar de la demandada" (Corte de
Apelaciones de Chillán, rol Nº 51-2015).
164
Como parece obvio, la protección de los derechos establecidos en la
Constitución en cualquier ámbito, incluido el trabajo, corresponde a un
mandato constitucional para el Estado, especialmente exigible en su
rol de empleador. No puede haber incompatibilidad alguna entre la
tutela laboral y las normas que regulan la organización del trabajo en
el ámbito público, porque ello supondría —en el plano constitucional—
un absurdo: que el Estado no cumple con su rol de garante y promotor
que la Constitución le asigna (artículo 5º, inciso segundo).
166
concluirla en forma anticipada, según se ha expuesto en el Dictamen
Nº 58.122, de 2009, de este origen, de modo que aquella razón
constituye, en sí misma, fundamento suficiente para cesar la
designación de un funcionario contratado, como sucedió en la
especie" (Dictamen Nº 48.251, del 20.08.2010).
Por expresa disposición legal, como exige el artículo 493 del Código
del Trabajo, superada la aportación de indicios por el trabajador
demandante, corresponde al demandado la "justificación de la medida
y su proporcionalidad".
167
En consecuencia, cuando el demandado es el Estado por sus
decisiones en relación con la renovación de contratas que afectarían
los derechos de esa naturaleza de sus trabajadores, lo que la ley exige
es precisamente eso que la discrecionalidad fuerte o absoluta niega:
una justificación.
156
En ese sentido, se produce una situación análoga a lo que en las relaciones laborales
privadas se denomina por la teoría del Derecho del Trabajo despido pluricausal. Como ya
explicamos antes, la razón de esta posibilidad -un despido justificado que lesiona
derechos fundamentales- es un hecho que se explica porque el reproche jurídico al
despido opera en dos dimensiones distintas, la puramente legal, donde el despido se
ajusta al sistema de justificación causal de la ley, y una constitucional, donde el despido
ha lesionado un derecho fundamental.
170
CAPÍTULO III DERECHOS
159
MACCORMICK, N. "Los derechos de los niños: una prueba para las teorías del derecho",
en Derecho legal y socialdemocracia, Tecnos, Madrid, 1990, p. 300.
160
LUQUE, P. De la Constitución a la moral, Marcial Pons, Madrid, 2014, p. 48.
172
otras fuentes de la misma, más allá de los textos constitucionales en
sentido propio, como el reconocimiento de normas de origen implícito.
De ese modo, por una parte, la idea de "bloque de
constitucionalidad" que densifica el origen formal de estos derechos,
ampliando las fuentes de estos desde el texto constitucional a los
tratados internacionales de derechos fundamentales. Dicho bloque
"estaría constituido por: a) los derechos que la carta fundamental
explicita sin taxatividad; b) los que asegura el derecho internacional
por medio de los principios de ius cogens; c) los que asegura el
derecho convencional internacional de derechos humanos y
derecho internacional humanitario; d) los que asegura el derecho
internacional consuetudinario"161.
Pero, además, por otra parte, esa densificación constitucional tendrá
otra manifestación tan relevante como la anterior, que se constituye
por el reconocimiento de normas y principios constitucionales de
carácter implícito, como forma de reconstrucción coherente del
sistema jurídico en su conjunto162. La forma de reconstrucción de una
161
NÚÑEZ, C. "Bloque de constitucionalidad y control de convencionalidad en Chile:
avances jurisprudenciales", Anuario de Derechos Humanos, Nº 11, 2015, p. 158. La
noción "posibilita asumir el hecho de que la "Constitución de los derechos" es mucho más
amplia que el texto constitucional formal, puesto que existen otros atributos y garantías de
derechos fundamentales que no se encuentran en el texto formal de ella, pero que ella
reconoce en su calidad de tales y los inserta como constitución material al remitir a los
atributos y garantías de ellos asegurados por disposiciones que se encuentran contenidas
en instrumentos que forman parte del derecho convencional internacional"NOGUEIRA, H.
"El bloque constitucional de derechos en Chile", Estudios Constitucionales, año 13, Nº 2,
2015, p. 313.
162
Como sugiere Rodenas, "las normas de derecho implícito mantienen con los
enunciados de derecho explícito una relación de ajuste, que impide que sean
considerados meros productos de la personalidad del juez o de sus circunstancias de
contexto. En resumen, argumentar aquí supone mostrar la coherencia de la norma de
derecho implícito con el conjunto de normas y prácticas que conforman el material jurídico
subyacente; significa algo más que inferir lógico-deductivamente", agregando que "lo que
173
norma o principio implícito, se ha dicho 163, puede "presentarse como
una especificación de un principio explícito, puede realizarse por
inducción (de normas generales, a partir de normas más concretas) o
tomando en cuenta que el principio implícito sea instrumental, la
actuación de un principio explícito"164. Derechos tan importantes como
la privacidad en el sistema jurídico estadounidense, o la huelga en
Alemania o Chile, tendrán su origen en esa dimensión implícita 165.
En relación con el contenido, la dirección expansiva que la categoría
de los derechos fundamentales adoptará, será la de transitar de un
espacio jurídico reducido y monista a un espacio amplio y pluralista,
tanto en términos axiológicos (valores), como teleológicos (fines). Es
obvio que esa expansión jurídica va de la mano con la expansión del
concepto que le sirve de soporte: el de ciudadanía. Idea matriz que —
como explicará Marshall a mediados de la cincuenta— se expandirá
en diversas direcciones: desde la ciudadanía civil a la política, y de ahí
a la ciudadanía social166.
Desde una concepción rudamente liberal, que entendía el espacio
jurídico-fundamental reservado solo y exclusivamente para intereses
de titularidad individual, cuyo contenido era una forma de protección
frente a la intervención estatal, y cuya justificación subyacente era la
171
ALEXY, R. "Derechos fundamentales, ponderación y racionalidad" en AAVV El canon
constitucional, Carbonell (ed.), Trotta, Madrid, 2010, p. 109.
172
La idea de "mutación constitucional" explicada en palabras de Hesse: "modifica, de la
manera que sea, el contenido de las normas constitucionales, de modo que la norma,
conservando el mismo texto, recibe una significación diferente". HESSE, K. Escritos de
Derecho Constitucional, CEC, Madrid, 1983, p. 91.
177
De partida, apuntar que tras la "etiqueta" de derecho subjetivo
fundamental se "engloban, dependiendo de los casos, conjuntos
bastante heterogéneos y dispares de permisos, obligaciones y
prohibiciones"173. Ese haz de normas agrupadas bajo un mismo
derecho puede ser explicado como un conjunto de posiciones
reconocidas al titular del derecho, o posiciones a las que se encuentra
afecto el sujeto pasivo del mismo. Y acto seguido, apuntar que por su
estructura, ese tipo de derechos se ve expuesto a la expansión de su
contenido protegido.
173
MARTÍNEZ, D. "Dilemas constitucionales y ponderación: Algunos comentarios sobre la
obra de Lorenzo Zucca", en AAVV Dilemas constitucionales, Marcial Pons, Madrid, 2011,
p. 69.
178
modo que las normas no dicen nada o dicen muy poco acerca de
circunstancias en que un determinado interés recibirá protección
constitucional. En el caso de la genericidad, las normas de derechos
fundamentales no concretan en ningún modo, o solo parcialmente,
cómo se dará protección a ese interés antes reconocido.
177
Como explica Pino, "para aplicar un derecho basado sobre principios será necesario
realizar una operación de concretización, posiblemente mediada por pasos intermedios,
en la que de un derecho muy genérico e indeterminado, se pasa a la elaboración de otro
derecho menos genérico e indeterminado y, finalmente, a un derecho exactamente
precisado (es decir, en que en él está claramente establecido el tipo de conducta que
constituye el objeto del derecho)". PINO, G. Ibidem, p. 55.
178
LUZZATI, C. El principio de autoridad y la autoridad de los principios, Marcial Pons,
Madrid, 2013, p. 140.
181
"concretización del contenido" del derecho fundamental de que se
trate, y que se caracteriza por dar lugar a un proceso de razonamiento
jurídico incluyente, en cuanto progresivamente se corre la frontera del
contenido protegido por el derecho respectivo 179.
Se trata, en rigor, de una expansión por razones combinadas: por un lado, por razones
179
180
También corresponde considerar como derecho protegido por este procedimiento de
tutela, a la libertad sindical, según lo dispuesto en el artículo 292 del Código del Trabajo,
que señala que "el conocimiento y resolución de las infracciones por prácticas desleales o
antisindicales se sustanciará conforme a las normas establecidas en el párrafo 6º, del
Capítulo II, del Título I, del Libro V, del presente Código", esto es, dicho en palabras
simples, el procedimiento de tutela de derechos fundamentales. Al respecto ver TOLEDO.
C. Tutela de la Libertad Sindical, Legal Publishing, Santiago de Chile, 2013.
183
a) Derecho a la vida, a la integridad física y síquica (artículo 19 Nº 1);
184
Es que el primer desafío de la regulación del trabajo por cuenta
ajena y asalariado —en los albores del capitalismo— será eso que,
precisamente, Supiot llamará "el problema del cuerpo": la vieja
prohibición de que el ser humano no sea el objeto del contrato.
181
UGARTE, J. L., Derecho del Trabajo: invención, teoría y crítica, op. cit., p. 35.
182
SUPIOT, A., Derecho del Trabajo, Heliasta, Buenos Aires, 2008, p. 36.
185
La pretensión de la empresa capitalista no es, en rigor, apropiarse
del trabajo como un objeto cualquiera. Es apropiarse de un modo en
particular: sometiendo al trabajador al dominio y poder del capital. Y
ese rol lo cumple el Derecho del Trabajo a la perfección: constituyendo
un inédito contrato —el de trabajo— donde el primero "manda" al
segundo.
185
GUZMÁN, J. M. El Derecho a la Integridad Personal, CINTRAS, Santiago, 2007, p. 1.
187
integridad síquica dice relación con la protección del universo
intelectual y emocional del trabajador186.
La doctrina constitucional sostiene respecto de la integridad
física "que presupone la vida, agrega la incolumidad física, cuya
jerarquía indudablemente es inferior a su presupuesto.
Consiguientemente, el derecho a la integridad física consiste en el
derecho que tiene todo individuo a que no se le ocasione daño, lesión
o menoscabo en su persona física; es el derecho a la incolumidad
física"187. Se afirma que este derecho comprende una facultad
individual para decidir sobre su propio cuerpo, en todos sus
componentes, se incluyen también sus facultades mentales 188.
Se trata de dos intereses jurídicos distintos entre sí, aunque
relacionados. Mientras la integridad física remite a un espacio vital con
contenido determinado y acotado a la realidad corporal del trabajador,
la integridad síquica evoca un espacio protegido abierto y con
contornos indeterminados y dinámicos, referidos a la realidad
emocional y afectiva del trabajador189.
186
Así lo ha entendido la jurisprudencia laboral nacional, señalando que "el bien jurídico
tutelado "integridad síquica", alegado en el libelo de denuncia, consiste en la
conservación de las habilidades emocionales, sicológicas e intelectuales de la persona,
haciendo referencia a la plenitud propia de las facultades mentales y emocionales, las
que la norma constitucional distingue de la plenitud física y de la plenitud moral, tal cual
consta de las respectivas actas de discusión constitucional, y que constituye en
consecuencia un derecho fundamental no patrimonial"(Juzgado del Trabajo de Osorno, T-
6-2010).
187
LINARES QUINTANA, S. Tratado de la Ciencia del Derecho Constitucional Argentino y
Comparado, t. IV, Editorial Plus Ultra, Buenos Aires, 1980, p. 329.
188
GARCÍA, G.; CONTRERAS, P. y MARTÍNEZ, V. Diccionario Constitucional Chileno, Hueders,
Santiago, 2016, p. 295.
189
En ese sentido, la jurisprudencia chilena ha sostenido que "el ordenamiento jurídico no
reduce el derecho a la vida a la mera subsistencia biológica, sino que a un vivir en
condiciones de dignidad humana. La vida humana incluye su dimensión corporal y
psíquica, vale decir, participa de la vida integral del ser humano. Así la afectación de la
188
Lo anterior tiene impacto directo en la determinación del contenido
del derecho fundamental en cada caso. A pesar de que —en general
— la estructura pasiva de los derechos fundamentales inespecíficos
del trabajador, como dijimos antes en este libro, impone al empleador
un deber de abstención o no afectación del espacio protegido por esos
derechos, en el caso de la integridad física y síquica la exigencia es
normativamente superior.
190
Por ello, la jurisprudencia laboral ha dicho -con razón- que "en cuanto a la acción tutelar
que se impetra principalmente, este sentenciador, frente a la descripción de las
condiciones de trabajo que se realizan en la demanda que se tienen por admitidos, no
puede sino compartir que estamos en presencia de un atentado de garantías
fundamentales, con abierto peligro a la salud e integridad física y psíquica de los
trabajadores demandantes, en el marco de un trabajo que no se condice con la dignidad
humana que nuestra Carta Fundamental nos reconoce a todos, de tal suerte que se hará
lugar a la acción tutelar, en cuanto son inadmisibles al derecho y en particular a la
legislación laboral, entre otras cosas relatadas en el libelo, el encierro en el lugar de
faenas, la falta de servicios higiénicos adecuados, agua potable, duchas y particularmente
en este caso, de medios de alimentación y para pernoctar que habían sido
comprometidos por el empleador" (Juzgado del Trabajo de Valparaíso, T-3-2016).
190
4.1. Acoso laboral y Derecho
El acoso adquiere relevancia a partir de la década del sesenta,
producto de los estudios sobre la agresividad animal realizados por
Lorenz191. Corresponde, sin embargo, a Leymann su utilización para
describir el fenómeno que se presenta en las organizaciones humanas
en general, e intensamente en las relaciones laborales en particular,
conocido bajo el término mobbing192.
Se refiere a la "situación en la que una persona ejerce una violencia
psicológica extrema, de forma sistemática y recurrente y durante un
tiempo prolongado sobre otra persona o personas en el lugar de
trabajo, con la finalidad de destruir las redes de comunicación de la
víctima o víctimas, destruir su reputación, perturbar el ejercicio de sus
191
Este etólogo describe "la interesante contraofensiva del animal que no quiere dejarse
comer. Son sobre todo los animales que viven en sociedad los que doquiera lo
encuentren atacan al animal presa que los amenaza. Los ingleses llaman a
eso mobbing, que se puede traducir por hostigamiento o, mejor, acosamiento". LORENZ,
K. Sobre la agresión, el pretendido mal, Siglo XXI, Madrid, 2015, p. 36.
192
La historia del término "mobbing" la cuenta Leymann -el sicólogo que la afincó en el
espacio laboral-: "es una palabra no usada previamente en este contexto en el idioma
inglés. Fue usada por el fallecido Konrad Lorenz, etólogo, para describir el
comportamiento grupal de los animales. Llamó "mobbing" a los ataques de un grupo de
animales más pequeños que amenazan a un solo animal más grande (Lorenz, 1991).
Más tarde, un médico sueco que se interesó en lo que los niños pueden hacerse unos a
otros entre sus horas de clase, tomó prestada esta terminología de Lorenz y llamó
"mobbing" al comportamiento muy destructivo de pequeños grupos de niños dirigido
contra (la mayoría de las veces) un solo niño (Heinemann, 1972). La actual investigación
acerca de este tipo de comportamiento infantil ha sido llevada a cabo durante los últimos
20 años, siendo uno de los investigadores más destacados el noruego Dan Olweus (p. ej.
1993). Siguiendo esta tradición, tomé prestada la palabra mobbing a principios de la
década de 1980, cuando encontré una clase de comportamiento similar en los lugares de
trabajo". LEYMANN, H., European Journal of Work and Organizational Psychology, vol. 5
(2), 1996, p. 171.
191
labores y lograr que finalmente esa persona o personas acaben
abandonando el lugar de trabajo" 193. Todas las definiciones siguen las
mismas coordenadas, como la de Hirigoyen, "toda conducta abusiva
que atenta, por su repetición o sistematización, contra la dignidad o la
integridad psíquica o física de una persona, poniendo en peligro su
empleo o degradando su ambiente de trabajo" 194.
Es obvio que ha existido una fuerte influencia de esas definiciones
provenientes de la sicología en el derecho. La ruta en el derecho
comparado parece ser, salvo ligeras modificaciones, la misma: el
concepto que la sicología diseña para esta forma de hostigamiento, se
traslada —sin mayores mutaciones— por la vía de la ley o de la
jurisprudencia al derecho195. De hecho, esa forma de mirar el acoso
laboral, como veremos a continuación, se plasmó en el texto legal
chileno.
193
LEYMANN, H. La persécution au travail, Seuil, París, 1996, p. 18.
194
Citado por GAMONAL, S. y PRADO, P., El mobbing o acoso moral laboral, Lexis Nexis,
Santiago, 2006, p. 12.
195
El concepto de acoso laboral ha sido descrito en Francia, en el artículo L. 1152-1 del
Código de Trabajo, del siguiente modo: "ningún empleado sufrirá la repetición de actos de
acoso que tengan por objeto o por efecto un deterioro de las condiciones de trabajo, que
puedan perjudicar sus derechos y su dignidad, la alteración de su salud física o mental o
poner en peligro su futuro profesional". En nuestro continente, a su turno, Colombia ha
definido el acoso laboral, según el artículo 2º de la Ley Nº 1.010 (2006) como "toda
conducta persistente y demostrable, ejercida sobre un empleado o trabajador, por parte
de un empleador, un jefe o superior jerárquico inmediato o mediato, un compañero de
trabajo o un subalterno, encaminada a infundir miedo, intimidación, terror y angustia, a
causar perjuicio laboral, generar desmotivación en el trabajo, o inducir la renuncia del
mismo".
192
4.2. Acoso laboral en el derecho chileno
196
En la doctrina jurídica nacional se ha definido el acoso laboral como un "proceso
conformado por un conjunto de acciones u omisiones, en el ámbito de las relaciones
laborales públicas y privadas, en virtud de las cuales uno o más sujetos acosadores crean
un ambiente laboral hostil e intimidatorio respecto de uno o más acosados, afectando
gravemente su dignidad personal y dañando la salud del o los afectados con miras a
lograr distintos fines de tipo persecutorio"GAMONAL, S. y PRADO, P. El mobbing o acoso
moral laboral, op. cit., p. 12.
193
pluralidad de derechos fundamentales de la víctima. De allí su
reproche jurídico y su sanción"197.
La jurisprudencia judicial chilena —mayoritariamente— ha adoptado
una definición en la línea apuntada, haciendo hincapié en elementos
tales como la conducta, su reiteración en el tiempo y el sujeto
activo: "que la figura descrita hoy normativamente, habla en términos
genéricos de conducta, pudiendo traducirse en comportamientos
activos u omisiones, es genérica en tal sentido, por ende, los hechos
establecidos calzan con la descripción. Contempla luego la figura,
dentro de los posibles sujetos activos al empleador, debiendo
entenderse por tal a quien ejerce las facultades de tal, esto es el
empleador mismo y quienes lo representan, tomando decisiones,
ejerciendo potestades, ordenando y disciplinando. También los sujetos
activos establecidos responden a la figura referida de empleador.
Luego no se trata de cualquier conducta, deben ser conductas que se
reiteren en el tiempo" (2º Juzgado del Trabajo de Santiago, T-197-
2012). En el mismo sentido, "sobre este punto es necesario tener
presente que el acoso laboral está constituido por una serie de
conductas en un espacio breve de tiempo ejercidas por miembros de
la empresa (aunque también puede ser un solo acto de bastante
intensidad) que produce en la víctima un quebrantamiento de su
voluntad una afectación de su integridad psíquica" (1er Juzgado del
Trabajo de Santiago, T-O-4258-2016)198.
197
CAAMAÑO, E. y UGARTE, J. L., "El acoso laboral: tutela y prueba de la lesión de los
derechos fundamentales", en Revista Ius et Praxis, Año 20, Nº 1, Santiago, 2014, p. 72.
198
Y se ha agregado en la misma perspectiva anterior, "que, de acuerdo a la definición
antes referida, el acoso o mobbing laboral, se encuentra caracterizado por una serie de
conductas realizadas en el tiempo, por una persona dentro de la organización
empresarial, en contra de otra, ya sea de mayor, inferior o igual jerarquía, generando con
194
De la definición legal apuntada y de la recepción jurisprudencial de la
misma, es posible sostener que se exigen tres elementos como
condiciones necesarias y suficientes para dar por configurado el acoso
laboral: primero, conducta reiterada de hostigamiento; segundo,
ejercida por el empleador o por uno o más trabajadores; y tercero, un
resultado lesivo para la víctima.
ello una situación laboral intranquila y llena de miedos, que finalmente le dañan su
bienestar físico y emocional, cuyo origen puede ser de diversa naturaleza. Que así tales
actos pueden ir desde la salida o expulsión de la empresa hasta la omisión de su labor,
además de malos tratos, aislamiento, realización de funciones no pactadas en el contrato
etc. Que, en todo caso, no corresponde a este tipo de conducta, los hechos aislados de
violencia física o sicológica como tampoco malas condiciones laborales, mala gestión del
personal, estrés laboral por exceso de trabajo, depresión, el simple ejercicio de la
potestad de mando por parte del empleador etc." (1er Juzgado del Trabajo de Santiago, O-
55-2017).
199
De ahí que el rechazo del trabajador al ejercicio de la potestad de mando del empleador
no es una conducta que constituya acoso laboral. Así lo ha afirmado -correctamente- la
jurisprudencia "El ejercicio del derecho de control en el horario de ingreso de un
trabajador, claramente deriva del poder que el legislador le reconoce al empleador, por lo
que lo que no es posible confundir el mobbing con el ejercicio de este derecho, pues
dentro del contenido del contrato de trabajo y particularmente de las potestades del
empleador, se encuentra la potestad disciplinaria que dota de autoridad al empleador
dentro de la empresa y que le permite corregir las conductas contrarias a la disciplina
laboral."(Juzgado del Trabajo de Puerto Montt, O-82-2016). Ahora bien, si el empleador
195
Los medios del acoso pueden ser cualesquiera y comprenden
acciones tanto de carácter verbal como escrito, gestual o de contacto
físico, actitudes u omisiones. Ello porque como señala la ley chilena en
su definición: "la agresión u hostigamiento puede efectuarse por
cualquier medio"200.
Cuestión adicional y algo problemática es el hincapié que hace la ley
a la reiteración como elemento definitorio de la figura. Al respecto, ya
hemos señalado que "llama la atención que con la exigencia de este
elemento el CdT asume una posición relativamente rígida, que
impediría calificar como casos de acoso laboral a aquellas agresiones
que se verifiquen por un comportamiento único, con lo cual pareciera
que se sigue una conceptualización del mobbing más cercana a la
sicología que al Derecho del Trabajo, perdiéndose de vista que lo que
203
La jurisprudencia judicial ha señalado que "tomar todas las medidas necesarias para
proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores" (artículo 184 del Código del
Trabajo). En este punto, la jurisprudencia ha señalado "la máxima autoridad de la
demandada, omitió adoptar medidas eficaces para investigar y evitar la ocurrencia de los
actos de hostigamiento de que venía siendo víctima la denunciante por parte de doña
Miriam Durán, pasando de esta manera a ser también sujeto activo del acoso
laboral" (Juzgado del Trabajo de Concepción, T-52-2015).
198
De hecho, el alcance de esa responsabilidad laboral frente al acoso
laboral debe entenderse de modo extensivo, incluyendo aquellos
hostigamientos que realizados por compañeros de trabajo se producen
una parte dentro de la empresa, otra parte fuera de ella 204.
204
Al respecto, la jurisprudencia nacional sostiene que "es dable hacer presente que aun
cuando los actos de agresión y hostigamiento se efectúen fuera del horario de trabajo,
cuando estos traen consecuencias tan graves y marcadas como las que aquí hemos
revisado, es también responsabilidad del empleador intervenir y velar por la solución de
conflictos y resguardo de los derechos de todos sus colaboradores".(Juzgado del Trabajo
de Castro, T-3-2016).
199
bienes jurídicos protegidos que giran en torno a la dignidad del
trabajador, tales como la honra, la privacidad o la no discriminación" 205.
203
Como ya explicamos antes en este libro, tanto la doctrina laboral,
como la jurisprudencia judicial208, se han decantado por entender que
el ejercicio de la acción de tutela laboral es compatible con el
autodespido.
208
Así lo ha reconocido la Corte Suprema, señalando que "el despido directo o el indirecto
son sustancialmente idénticos en sus antecedentes, motivos y causas: el incumplimiento
de las obligaciones contractuales o legales por parte del empleador, originando la
vulneración de los derechos del trabajador. De esta forma la voz 'despido' utilizada por el
legislador equivale a término de la relación laboral, única forma de vincular el principio de
igualdad y no discriminación a los efectos del incumplimiento, en atención a que en
ambas situaciones el trabajador dispondrá de idénticas acciones para hacer valer y
reclamar los derechos vulnerados derivados del incumplimiento de las obligaciones por el
empleador" (Corte Suprema, rol Nº 11200-2015). Ese mismo Tribunal ha agregado que "lo
anterior, autoriza a inferir que como el artículo 489 del Código del Trabajo se refiere a la
vulneración de los derechos fundamentales de los trabajadores producidos con ocasión
del despido, sin efectuar ninguna distinción, unido al hecho que el denominado
"autodespido" o "despido indirecto" "... es técnicamente desde el punto de vista laboral
una modalidad de despido, y en ningún caso una renuncia..." (José Luis UGARTE
CATALDO, Tutela de Derechos Fundamentales del Trabajador, Legal Publishing, 2010, p.
94), el ejercicio de la acción de tutela que contempla la referida norma legal no se
encuentra limitado sólo al caso en que el vínculo laboral se finiquita por decisión del
empleador, sino que también en el evento que sea el trabajador el que opta por poner
término al contrato de trabajo, conforme lo previene el artículo 171 del Código citado,
ergo, puede reclamar que con ocasión del despido indirecto se vulneraron derechos
fundamentales que se encuentran protegidos por la normativa pertinente" (Corte
Suprema, rol Nº 18465-2016). En idéntico sentido se ha pronunciado la Corte de
Apelaciones de Santiago: "la tendencia jurisprudencial ha sido la de equiparar los efectos
del despido de un trabajador, es decir, cuando es el empleador quien procede a poner
término a la relación laboral, en las condiciones que al respecto contempla el Código del
ramo -artículos 159, 160 y 161-, con los del despido indirecto, vale decir, cuando es el
trabajador quien por decisión unilateral y en resguardo de sus derechos, pone término al
contrato de trabajo utilizando la institución prevista en el artículo 171 del citado texto legal.
Ello con el objeto de que el trabajador disponga de iguales medios para hacer valer los
incumplimientos en que incurra el empleador", afirmando en consecuencia "que no es
aceptable excluir el autodespido o despido indirecto del marco normativo que instauró el
artículo 489 del Código del Trabajo, el cual precisamente tiene su razón de ser en la
protección de los derechos fundamentales de los trabajadores, vulnerados con ocasión
del término de la relación laboral, propósito que no se cumpliría si sólo se estimara
aplicable al caso del dependiente que es desvinculado por decisión unilateral del
204
Cabe, en fin, volviendo a las normas de acoso laboral del Código del
Trabajo, hacer una valoración adicional que de algún modo está de
fondo en todas estas líneas. Se trata de una ley con una óptica
tradicional sobre el acoso, al que mira como una pura infracción del
deber de seguridad del empleador —por sí mismo o por los
compañeros de trabajo—, y eso se traduce de su mecánica, la que no
tiene como finalidad reparar la afectación de la integridad física o
síquica del trabajador, o de cualquier otro derecho fundamental —
como la privacidad u honra— que haya resultado lesionado.
209
La jurisprudencia señala al respecto que "arroja luz sobre lo que es objeto de cautela
con máximo rango normativo en este derecho: 'el respeto y protección del derecho a la
honra que asegura la Constitución, es sinónimo de derecho al respeto y protección del
'buen nombre' de una persona, derecho de carácter personalísimo que es expresión de la
dignidad humana consagrada en su artículo 1º, que se vincula también, con el derecho a
la integridad psíquica de la persona, asegurado en el Nº 1 del artículo 19, pues las
consecuencias de su desconocimiento, atropello o violación, si bien pueden significar en
ocasiones, una pérdida o menosprecio de carácter patrimonial -la generalidad de las
veces generan más que nada una mortificación de carácter psíquico-, un dolor espiritual,
un menoscabo moral carente de significación económica mensurable'" (2º Juzgado del
Trabajo de Santiago, T-24-2009).
206
Como ocurre en el resto de los derechos fundamentales, la acción de
tutela se puede ejercer en dos espacios temporales para enfrentar el
acoso laboral: durante la relación laboral y al momento del despido.
En el primer caso, estando vigente la relación laboral, la tutela
laboral busca poner término al hostigamiento de que es objeto el
trabajador, por las vías previstas por la ley para el caso de acogerse
dicha acción. De partida, la cesación de la conducta de hostigamiento,
ya sea que provenga del empleador o de los compañeros de trabajo. Y
si el acoso se ha materializado en algún acto jurídico referido al
trabajador —como una amonestación, traslado, ejercicio del ius
variandi, etc.—, la ineficacia jurídica de los mismos. Asimismo, la
determinación de las medidas reparatorias del o los derechos
fundamentales vulnerados en el acoso laboral, las que deben tener por
objeto restituir su ejercicio210.
210
Así lo ha determinado la jurisprudencia judicial en diversos pronunciamientos.
Particularmente interesante es el conocido caso de una trabajadora acosada por sus
compañeros de trabajo y que demanda estando vigente la relación laboral, en cuyo caso
el Tribunal ordena a título de medidas reparatorias: "i.- Mantener la asignación de un
nuevo supervisor y Project Manager a la trabajadora afectada. ii.- No asignar como jefes
de la señora Y a los señores XX. iii.- Destinar de los señores XX a lugar físico de trabajo
diferente al de la trabajadora afectada y realizar las gestiones necesarias para evitar
cualquier contacto entre ellos. iv.- Realización de una capacitación no inferior a 6 horas
cronológicas para la totalidad de los empleados de la demandada, a fin de desarrollar
competencias para un trato adecuado y respetuoso entre pares y subordinados,
especialmente en referencia a la convivencia al interior de la empresa, en especial en la
relación con las menciones del inciso 4º del artículo 2º del Código del Trabajo, dentro del
plazo de 3 meses a contar de la fecha en que el presente fallo quede ejecutoriado. v.-
Publicar en los diarios murales del lugar una carta de disculpas a la trabajadora afectada
en la cual expresamente reconocerá la existencia de actos discriminatorios y vulneratorios
de derechos fundamentales, la cual además deberá adjuntarse a la liquidación de
remuneraciones de todos los trabajadores de la misma, todo lo cual deberá cumplirse al
mes siguiente de ejecutoriada la presente sentencia definitiva. vi.- La demandada remitirá
a su mandante Vodafone copia autorizada de la presente sentencia definitiva,
ordenándose desde ya su otorgamiento, hecho del cual deberá dejar constancia en este
proceso en el plazo de 3 meses desde la época en que quede ejecutoriada" (1er Juzgado
207
Además, como ya lo explicamos antes, dentro de la reparación se
encuentra —de corresponder— la indemnización del daño moral que
el acoso laboral haya causado. Los fundamentos reposan en lo
establecido en el artículo 495, Nº 3, del Código del Trabajo, en tanto
expresamente señala que la sentencia definitiva debe indicar las
medidas de reparación incluyendo "las indemnizaciones que
procedan", y esas corresponden, precisamente, a la reparación del
daño moral. Como ya citamos, la Corte Suprema ha señalado que esa
procedencia se ajusta a los principios generales del derecho chileno,
como es la reparación integral del daño ilícitamente causado 211.
del Trabajo de Santiago, T-38-2010).
211
En un caso de daño moral durante la relación laboral por acoso laboral en contra del
Consejo de Defensa del Estado, dicho Tribunal sostuvo: "esta forma de interpretar las
normas no es justificada ni convincente, dado que no es posible derivar la exclusión de la
indemnización del daño moral bajo el entendimiento que sólo procede indemnizar daños
que se encuentren previstos en forma expresa en la ley laboral. Esta forma de
comprender el asunto significaría una infracción a un principio fundamental de la
responsabilidad civil que se sustenta en la reparación integral de los daños que se les
ocasionan a las víctimas. Llevaría al absurdo de impedir la reparación de los daños no
contemplados de manera particular por la ley laboral a pesar de que se satisfagan las
condiciones de procedencia de la indemnización. Principio que tiene un respaldo
constitucional en el artículo 19 Nº 1 de la Carta Fundamental, pues de qué valdría la
garantía del derecho a la integridad física y síquica si no pudiere ejercerse una acción
indemnizatoria que pretenda retrotraer a la víctima, en la medida de lo posible, a la
situación más cercana a aquella anterior a la vulneración de su derecho mediante la
respectiva indemnización. El planteamiento de la recurrente llevaría a privar a todo
trabajador que no haya sido despedido de toda indemnización pecuniaria, aunque haya
padecido una vulneración a algún derecho fundamental que le causó daño. Bastaría,
conforme este planteamiento, que el empleador cese en el acto lesivo desvaneciéndose
los perjuicios ocasionados los que quedarían sin reparación. De ahí que deba concluirse
que todo trabajador, haya o no sido despedido, tiene legitimación activa para reclamar la
indemnización de los daños que se le hayan ocasionado con independencia si fue o no
despedido a propósito de la afectación de su derecho fundamental", agregando que "la
directriz del legislador se orienta a restablecer un equilibrio roto por la conculcación del
derecho fundamental, lo que no sólo involucra el cese de la conducta lesiva, sino que le
otorga al juez amplias facultades para alcanzarlo, entre las cuales cabe incluir la
indemnización de los perjuicios y, en particular, el daño moral. Si uno considerara la tesis
propuesta por el recurrente sería inviable cumplir con este cometido, el que entronca en
208
En el segundo caso, esto es, en caso del despido, el acoso laboral
podrá ser reprimido jurídicamente por la vía establecida en el artículo
489 del Código del Trabajo sosteniendo la vulneración "con ocasión
del despido". No parece discutible conceptualmente esta posibilidad.
Ello ocurre cuando el despido del trabajador es el acto final de una
cadena de conductas empresariales de hostigamiento en el contexto
laboral. De este modo, el despido lesivo por acoso dará lugar a las
consecuencias ya explicadas para este tipo de conductas: un haz
indemnizatorio que incluye una indemnización sancionatoria de 6 a 11
meses de remuneración y las medidas reparatorias que correspondan.
Asimismo, debe considerarse —de corresponder— la reparación del
daño moral como explicamos antes en este libro. Según ya sostuvimos
latamente, la indemnización adicional que prevé el artículo 489 del
Código del Trabajo no agota el eventual resarcimiento del daño moral
que pudiese afectar al trabajador, atendido que se trata de una
indemnización sancionatoria o de daños punitivos 212.
forma límpida con la idea de satisfacción alternativa que cumple la indemnización del
daño moral. Si bien nada podrá retrotraer a la víctima al clima laboral cordial anterior (...)
la indemnización otorgada permitirá, por equivalencia, paliar el malestar, angustia y
padecimientos que significó el acoso y hostigamiento laboral del cual fue objeto,
restableciendo el equilibrio perdido" (Corte Suprema, rol Nº 6870-2016).
212
La jurisprudencia judicial, como ya explicamos antes, ha progresivamente reconocido
esta cuestión, al sostener que "se trata de una "indemnización sancionatoria", que
corresponde determinarla conforme a la entidad del daño producido y de la vulneración
del derecho fundamental constatado. Así, esta Corte estima que el tribunal a quo incurre
en yerro jurídico al considerar que no es posible otorgar la indemnización especial adjunta
a otra por daño moral. Refuerza esta interpretación la propia literalidad de la norma
contenida en el artículo 489 del Código del Trabajo en cuanto no hay ninguna restricción
ni limitación para conceder ambas indemnizaciones. Asimismo, apoya la afirmación de
que se trate de una indemnización punitiva la circunstancia de que se trata de que su
monto esté predeterminado por la ley, sin que, en estricto rigor, se requiera una prueba
del daño mismo" (Corte de Apelaciones de Valparaíso, rol Nº 331-2017).
209
4.4. Acoso laboral y la vulneración a la integridad física y síquica
Cabe precisar, por último, la relación entre acoso laboral, como aquí
la hemos explicado, y la vulneración del derecho a la integridad física y
síquica de los trabajadores.
evidente en este caso, ya que la demandante, sólo ha podido acreditar cinco encuentros
con el supuesto acosador, en un periodo de un mes. Este hecho no resulta compatible
con los propios hechos descritos en la carta de aviso, ya que en ellos se reconoce que
permaneció ejerciendo funciones por dos meses, encontrándose el primero de dichos
meses, según los dichos contestes de los testigos que declararon en la causa, en una
obra en la que no se acreditó contacto alguno con el supuesto agresor" (1er Juzgado del
Trabajo de Santiago, T-558-2017).
211
Como se ve en estos casos, una sola y exclusiva conducta
empresarial puede estar en condiciones de afectar la integridad física
y/o síquica del trabajador, y, por tanto, ser considerada una lesión de
este derecho fundamental, en aplicación de las normas de tutela
laboral214.
5. DERECHO A LA NO DISCRIMINACIÓN
214
Al respecto, la jurisprudencia judicial señala -con razón- el solo hecho de la angustia
que provoca un despido no constituye per se una afectación del citado derecho
fundamental: "y si se pudiera entender que los hechos constitutivos se encuentran dados
por la perturbación o sufrimiento que le ocasionó el despido, en la especie no existe
atisbo de angustia o desesperación superior a la que todo individuo se ve expuesto ante
la pérdida intempestiva de su fuente de trabajo y que lo condiciona a un futuro incierto
para él y su familia, sin embargo tal reacción, esperable como se dijo, en caso alguno
puede constituir una vulneración al derecho invocado, en la medida que no existen
indicios de que el empleador con su actuar -despido- haya infligido un sufrimiento superior
al propio para estos casos"(1er Juzgado del Trabajo de Santiago, RIT Nº T-4-2009).
212
un derecho de máxima relevancia jurídica para impedir que ese
desprecio tenga éxito.
De ahí que se sostenga que "el rasgo central de la discriminación
como un problema social consiste en juzgar a la gente solamente
como miembro de un grupo despreciado"215, precisándose que "la
comprensión de la discriminación, en consecuencia, debe nutrirse de
la comprensión del fenómeno más amplio del odio colectivo: esto es,
del odio hacia ciertos colectivos compartidos por otros colectivos" 216.
Desde el punto de vista jurídico, la no discriminación es un derecho
de amplia recepción internacional217. Y en el caso del trabajo,
215
GROOS, B. "Discrimination in Reverse. Is Turnabout Fair Play?", New York University
Press, New York, 1978, p. 10.
216
MUÑOZ, F. "No a 'separados por iguales' en Chile: un análisis del Derecho
Antidiscriminación Chileno", Estudios Constitucionales, año 11, Nº 2, Universidad de
Talca, 2013, p. 221.
217
Según el artículo 2.2 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, los Estados partes deben "garantizar el ejercicio de los derechos que en él se
enuncian, sin discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión,
opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento
o cualquier otra condición social". Asimismo, el artículo 1.1 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos señala que "Los Estados Partes en esta Convención se
comprometen a respetar los derechos y libertades reconocidos en ella y a garantizar su
libre y pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a su jurisdicción, sin discriminación
alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de
cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier
otra condición social". Y en el mismo instrumento internacional se dispone, en su artículo
24, que "Todas las personas son iguales ante la ley. En consecuencia, tienen derecho, sin
discriminación, a igual protección de la ley". Desde ya, cabe apuntar que esta amplia
recepción internacional del principio de igualdad y no discriminación, no sólo genera
obligaciones para el Estado, sino que se reconoce su aplicación a las relaciones entre
particulares. Como señala la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Opinión
Consultiva 18/03 de 17 de septiembre de 2003): "el principio de igualdad ante la ley y no
discriminación impregna toda actuación del poder del Estado, en cualquiera de sus
manifestaciones, relacionada con el respeto y garantía de los derechos humanos. Dicho
principio puede considerarse efectivamente como imperativo del derecho internacional
general, en cuanto es aplicable a todo Estado, independientemente de que sea parte o no
en determinado tratado internacional, y genera efectos con respecto a terceros, inclusive
a particulares. Esto implica que el Estado, ya sea a nivel internacional o en su
213
especialmente relevante es el Convenio Nº 111 sobre la
Discriminación en el Empleo de la Organización Internacional del
Trabajo, que luego de establecer el principio de prohibición de la
discriminación, en su artículo 1º señala: "A los efectos de este
Convenio, el término discriminación comprende: (a) cualquier
distinción, exclusión o preferencia basada en motivos de raza, color,
sexo, religión, opinión política, ascendencia nacional u origen social
que tenga por efecto anular o alterar la igualdad de oportunidades o
de trato en el empleo y la ocupación".
218
GARCÍA, R. "La semántica confusa de la igualdad", DOXA, Nº 33, Alicante, 2010, p. 616.
215
Desde esa perspectiva, la exigencia de no discriminación es una
parte, y no todo, del principio de igualdad, ya que esta última supone,
además, la exigencia de trato diferenciado entre personas en
situaciones sustancialmente diferentes. De este modo, para
ejemplificar, vulnera el principio de igualdad que un empleador
decidiera dar el mismo trato en un beneficio laboral determinado —por
ejemplo, paga extra de vacaciones— a un trabajador X que ha
cumplido con los requisitos legales para obtenerlo —un año de trabajo
— que al trabajador Y, que no cumple con los mismos —tiene pocos
meses de antigüedad—.
216
general de promoción del derecho de igualdad, lo que exigiría una
imputación normativa expresa.
Lo anterior, como se ha explicado, supone que "el mandato de trato
diferenciado recibe el nombre de deber de promoción y de protección
de los desfavorecidos, que corre a cargo del Estado" 219.
Efectuadas las consideraciones conceptuales anteriores, es posible
sostener que el principio de prohibición de la discriminación laboral se
encuentra ampliamente reconocido tanto el derecho internacional
como en el interno, y que dicho principio ha sido como un derecho
subjetivo de carácter fundamental220.
219
BERNAL, C. El Derecho de los derechos, U. Externado de Colombia, Bogotá, 2005, p.
259.
220
De hecho, así lo afirma la doctrina laboral chilena: "dicho principio inspirador y
modelador de nuestra convivencia nacional es recepcionado, con individualidad propia,
según se verá, en el ámbito laboral, a través de la configuración del derecho fundamental
a la no discriminación". CAAMAÑO, E. Código del Trabajo, Abeledo Perrot, 2012, Santiago,
p. 28. Lo mismo ha sostenido la jurisprudencia judicial: "en el sistema jurídico vigente en
nuestro país, las personas se encuentran dotadas de un derecho constitucional, en el
ámbito laboral, a no ser objeto de discriminaciones arbitrarias" (Segundo Juzgado del
Trabajo de Santiago, T-60-2009).
217
relación con los demás, ya que no toda diferenciación de trato
empresarial comporta lógicamente discriminación ilícita" 221.
221
PALOMEQUE, M. C. y ÁLVAREZ DE LA ROSA, M. Derecho del Trabajo, CEC, Madrid, 2008,
p. 148. En el mismo sentido se ha señalado en la doctrina nacional que "más que una
obligación general de igualdad, el contrato de trabajo se rige por una prohibición de
discriminación. Es decir, el empleador está inhabilitado para ejecutar actos odiosos,
inaceptables, que en el fondo carecen de razonabilidad". IRURETA, P. Constitución y orden
público laboral, Colección Investigaciones Jurídicas, U. Alberto Hurtado, Santiago, 2006,
p. 81.
218
explique. De modo tal que la discriminación sería así el derecho a no
ser objeto de un trato negativo distinto al resto, sin una justificación
que impida considerarla arbitraria: ¿por qué yo?
Vistas así las cosas, esta forma de entender la discriminación pone
en el centro de su engranaje conceptual la idea de razonabilidad. La
misma apunta a entender que la discriminación se encuentra
justificada cuando es razonable y objetiva, esto es, cuando carece de
arbitrariedad. Se trata de una noción tomada en su día de la doctrina
alemana —particularmente de Leibholz—, que sostiene que se
vulneraba la idea de igualdad "cuando una disposición (que se
enjuicia) debe ser catalogada como arbitraria" 222.
En el caso chileno, parte de la dogmática constitucional sostuvo
extendidamente esta idea, construyendo en torno a ella la noción de
discriminación arbitraria: "toda diferencia o distinción realizada por el
legislador o cualquier autoridad pública, que aparezca como contraria
a la ética elemental o a un proceso normal de análisis intelectual; en
otros términos, que no tenga justificación racional o razonable" 223.
En esta idea de "razonabilidad", la exigencia para la legitimidad de la
conducta discriminatoria es relativamente sencilla: debe acreditarse
que existe una razón que justifique la diferencia de trato. Como se ha
señalado, "la desigualdad de los supuestos de hecho justifica
constitucionalmente la diferencia de trato y evita que sea considerada
discriminación arbitraria; es, antes que nada, la existencia de
situaciones de hecho que, por ser diferentes, admiten o requieren un
trato también diferente. La diferencia de las situaciones de hecho
222
BERNAL, C. El Derecho de los derechos, Universidad Externado de Colombia, Bogotá,
2005, p. 261.
223
EVANS, E. Derecho Constitucional, ed. Jurídica de Chile, t. II, Santiago, 1994, p. 236.
219
otorga la cobertura jurídica que da lugar a la diferenciación admisible y
excluye la discriminación. Pero a su vez, la diferenciación debe estar
basada en una finalidad concreta que la justifique, y todo ello debe ser
en sí mismo razonable, es decir, prudente, lógico, coherente,
meditado, lo que se contrapone a lo instintivo, fruto del capricho o la
sinrazón"224.
Como se ve, se trata de una concepción que, traída al caso laboral,
daría lugar a una prohibición extensa de no discriminar, ya que —en
los hechos— estaría vedada cualquier distinción de trato empresarial
en el lugar de trabajo que careciera de alguna razón de sustento. De
este modo, para quienes ven así la figura, "no sería necesaria ninguna
enumeración de causas o motivos, ya que el principio es el de que
resulta discriminatoria toda diferencia no justificada" 225.
Pero esa extensión es solo una apariencia. En su aplicación práctica,
la exigencia de justificación para la conducta empresarial es tan baja,
que basta "tener alguna razón" para dar por eximida la configuración
de la discriminación laboral. De ahí que se haya afirmado —con
justificación— que la jurisprudencia nacional en la materia ha sido
tosca y "desafortunada", porque ha afirmado "que la igualdad se
opone a discriminaciones que a ella le parecen obviamente privadas
de razón, pero no ha hecho público cómo (demonios) esto puede
saberse de antemano"226.
224
ZÚÑIGA, F. "Principio de no discriminación, principio de discriminación compensatoria e
igualdad constitucional", en Anuario de Filosofía Jurídica y Social, Santiago, 2002, p. 211.
225
ERMIDA, O. Meditación sobre el Derecho del Trabajo, Cuadernillos Fundación Electra,
Montevideo, 2011, p. 16.
226
ATRIA, F. "Los peligros de la Constitución, la idea de igualdad en la jurisdicción
nacional", Cuaderno de Análisis Jurídico, Nº 36, Universidad Diego Portales, Santiago,
1997, p. 89.
220
El problema no es, sin embargo, sólo una jurisprudencia equívoca,
que se ha construido —como en el caso chileno— a partir de esta
concepción, sino la confusión que supone, precisamente entre la
exigencia de justificación de los actos del empleador y el derecho
fundamental de no discriminación.
221
tradiciones jurídicas de que se trate —como el despido injustificado del
Código del Trabajo chileno—. Pero ello no equivale a un despido
discriminatorio, ya que se requiere de un plus de gravedad que
justifica el reproche de rango constitucional: el despido se funda en
una razón inaceptable desde el punto de vista de las convenciones
morales dominantes, en tanto desprecian la pertenencia a un colectivo
determinado, como puede ser el sexo, la raza o la tendencia sexual
del trabajador despedido, entre otras.
225
porque pierde o deja de recibir un derecho o beneficio o una situación
jurídica anterior.
228
Como, por lo demás, lo ha determinado la jurisprudencia laboral nacional, pueden
calificarse "como actos discriminatorios que permiten determinar con circunstancias
previas a la renovación de la contrata",condenando al empleador "con ocasión de la no
renovación" "por razones políticas" (Corte de Apelaciones de Valparaíso, rol Nº 399-
2017).
229
La jurisprudencia judicial ha razonado en este punto que "la autoridad municipal está
amparada por la normativa expresada y dicha autoridad tiene la facultad de no renovarles
el contrato, pero dicha facultad no es sinónimo de arbitrariedad y discrecionalidad en este
caso. No puede el Estado vulnerar la Constitución Política y los derechos fundamentales
que ella establece" (Juzgado del Trabajo de Talca, T-46-2015).
226
entendido la jurisprudencia, que en voz de la Corte Suprema ha
declarado que "los tribunales de justicia, conociendo de la tutela
laboral, pueden examinar si los motivos de la no renovación de la
contrata importan afectación de derechos fundamentales. En
consecuencia, el inciso primero del artículo 10 del Estatuto
Administrativo no impiden examinar dichos derechos" (Corte Suprema,
rol Nº 36491-2015).
Por otra parte, la discriminación supone, además, un concepto
relacional entre trabajadores ubicados en una misma situación que
reciben un trato distinto. De ahí que se señale que "por la misma
naturaleza de la idea de igualdad, ésta requiere comparación, requiere
supuestos de hecho concretos entre los que sea posible comparar y
deducir si la desigualdad realmente existe y, si existe, es o no legítima
desde el plano constitucional"230.
La conducta empresarial que trata distinto a trabajadores situados en
posiciones diferentes no logra configurar ningún tipo de discriminación
laboral. Esta exigencia ha sido sostenida ampliamente por la
jurisprudencia internacional, particularmente por el Tribunal de Justicia
de la Unión Europea, en relación con el artículo 14 del Convenio para
la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades
Fundamentales. En referencia a esta norma, que prohíbe la
discriminación en cuanto al ejercicio del goce de los derechos
reconocidos por dicho Convenio, el Tribunal señaló que "ha llegado a
la conclusión que la discriminación ilícita se produce cuando concurren
dos requisitos, primero, debe haber un trato diferente entre personas
FERNÁNDEZ, M. F. "La igualdad y la discriminación en la jurisprudencia constitucional",
230
en AAVV Constitución y Derecho del Trabajo: 1981-1991, Marcial Pons, Madrid, 1992, p.
169.
227
que se encuentran en situaciones análogas o fundamentalmente
similares"231.
No hay discriminación, entonces, en el caso de que la diferencia de
trato laboral se refiera a trabajadores que se encuentran en una
distinta posición y/o situación desde el punto de vista del trabajo. La
Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha sostenido idéntica
posición: "hay una diferencia de tratamiento entre situaciones
análogas o similares"232. Por su parte, en la jurisprudencia laboral
chilena se ha sostenido la misma exigencia: "la discriminación debe
entenderse siempre en relación a otros sujetos en la misma
situación" (Juzgado del Trabajo de Calama, T-13-2012).
Ahora, la exigencia de otro en donde comparar la medida de trato, no
debe, en rigor, entenderse como la existencia de otro trabajador
concreto y específico que recibió un trato favorable, sino como una
cuestión de carácter normativo233. De este modo, un empleador que
sólo tiene un trabajador y lo despide en razón de su religión
musulmana, ha establecido una distinción de trato discriminatoria, ya
que aun cuando no existe otro concreto y real trabajador "no
musulmán" con quien comparar —es el único empleado—, el criterio
sospechoso de "religión" se construye sobre una atribución normativa.
231
SHELTON, D. Prohibición de discriminación en el Derecho Internacional de los Derechos
Humanos, página web visitada el 18 de julio de 2012, p. 23.
URL: http://www.cdh.uchile.cl/anuario04/3-Articulos/DinahShelton.pdf. En referencia al
Caso Belgian Linguistics, Nºs. 147/62, etc., 23.07.1968, párr. 10.
232
Informe 73/00 caso Marcelino Hanríquez et al. con Argentina, página web visitada el 21
de julio de 2012, párr. 37.
URL: http://www.cidh.oas.org/annualrep/2000sp/CapituloIII/Fondo/Argentina11.784
233
Sobre las dificultades de que en una tradición legal se exagere la importancia de la
existencia real y efectiva de un comparador, como es el caso del modelo
antidiscriminatorio estadounidense, ver GOLDBERG, S. "Discrimination by
comparison", The Yale Journal, V. 120:728, 2011.
228
De darse por acreditado que ese fue el motivo o razón de la medida de
trato, se da por supuesto —por atribución de las normas— que de
haber tenido otro u otros trabajadores sin ese rasgo "religioso" habrían
recibido un trato más favorable.
230
de todos modos constituyen una violación al principio de igualdad
asimilable a las categorías establecidas"236.
232
Dicho de otro modo, la pregunta que corresponde responder es
¿cuál será el criterio normativo que fijará lo que se considera como
sospechoso o prohibido para efectos de la discriminación laboral?
239
Un trabajador que es despedido por ser menos antiguo que otro, podrá sostener que su
despido no ha sido en base a su idoneidad o capacidad personal para el cargo; de hecho,
la razón podría ser que el empleador quiere proteger a sus trabajadores que llevan más
tiempo en la empresa. Pero no podrá, a nuestro juicio, sostener que se trata de un
despido discriminatorio. La antigüedad como base de la decisión empresarial no exhibe
socialmente una ofensa a un colectivo que agregue ese plus de disvalor que la
discriminación exhibe. Es, desde el punto de vista de una moral social crítica, un motivo
ambiguo: en algunos casos será razonable premiar a los más antiguos, y en otros será
injustificado, pero en caso alguno expresa desprecio por un colectivo determinado.
233
5.3. El rol jurídico de los criterios sospechosos
234
Es posible sostener varias posiciones.
235
listado", entonces, la discriminación queda abierta a la justificación o
ponderación.
Pero ¿qué hacer con aquellas tradiciones legales donde no existe tal
acuerdo expresado en prácticas jurisprudenciales, ni se presentan
razones históricas compartidas sobre la función del catálogo? Dicho
de otro modo, la cuestión es ¿por qué otras experiencias legales, tanto
locales como internacionales, deberán asumir que ciertos criterios son
más graves que otros, si ello no expresa ningún acuerdo ni tradición
histórica que se haya reflejado en el diseño de esos catálogos?
240
En ese sentido, da igual estar fuera que estar dentro del catálogo, ya
que lo relevante para que la acción se considere deónticamente
prohibida, por discriminatoria, es que se vulnere la igualdad de trato
laboral por una razón que provoca rechazo desde un punto de vista de
la moral crítica.
Detrás de esta tesis, además, hay potentes razones éticas ¿en base
a qué razones debería considerarse de distinta gravedad la
discriminación fundada en el sexo —criterio habitualmente catalogado
241
—, que la fundada en la discapacidad —criterio comúnmente no
previsto?—.
En principio, ninguna.
242
empleo, en la promoción laboral, o en las condiciones de trabajo, que
no tengan una justificación objetiva y razonable" 244.
El problema es que en esta tesis no se dice qué peso debe tener esa
razón, y por tanto, ha dado lugar a una aplicación práctica que suele
ser amigable tanto con las buenas y las malas razones. Se da por
satisfecha la exigencia para el empleador, con la mención de un
motivo cualquiera para que su actuar deje de ser irracional o
caprichoso.
244
IRURETA, P. op. cit., p. 82.
243
En segundo lugar, se encuentra la idea de la proporcionalidad.
Mirada desde la perspectiva de la discriminación laboral, la aplicación
de la proporcionalidad supone que la conducta o medida empresarial
que se funda en un criterio sospechoso ayuda efectivamente a un
objetivo empresarial legítimo, sin que exista otro modo relevante y
menos ofensivo de alcanzarlo; y la afectación que se produzca en el
derecho de no discriminación del trabajador, sea de menor intensidad
que la importancia que tiene la medida para el fin legítimo perseguido
por la empresa.
244
medida empresarial razonable y la aleje del capricho o la arbitrariedad.
Es necesario medir el peso de las razones empresariales y que la
relación entre la medida —conducta discriminatoria— y la finalidad —
protección de un bien o derecho fundamental— sea idónea, necesaria
y proporcionada.
247
MUÑOZ, F. "No a 'separados pero iguales' en Chile: un análisis del Derecho
Antidiscriminatorio Chileno", op. cit., p. 221.
247
evidentes" (Tribunal Constitucional alemán, BVerfGE 12, 45 del 20 de
diciembre de 1960).
248
lo definan como persona. Como ha explicado la doctrina nacional, se
protege "el proceso racional, reflexivo, la elaboración intelectual del ser
humano y su adhesión o no a concepciones valóricas o creencias,
sean estas religiosas, filosóficas, ideológicas, políticas o de cualquier
otra naturaleza"248.
250
previsto en el artículo 2º del Código del Trabajo. A su turno, si la ideas
y creencias del trabajador fueron manifestadas en alguna forma de
discurso, el despido o medida empresarial lesiona simultáneamente la
libertad de expresión establecida en el artículo 19, Nº 12 de la
Constitución.
251
norma jurídica, invocando la existencia, en el fuero de la conciencia,
de un imperativo que prohíbe dicho cumplimiento" 249.
251
Es lo que ocurre, por ejemplo, en el derecho español en relación con el personal
sanitario que de acuerdo a la Ley Nº 2/2010 (artículo 19) sobre interrupción voluntaria del
embarazo, se les reconoce a "los profesionales sanitarios directamente implicados en la
interrupción voluntaria, tendrán derecho de ejercer la objeción de conciencia", la que debe
ser "anticipadamente y por escrito". En el caso chileno, la Ley Nº 21.030 de 2017 (artículo
119 ter) señala que "el médico cirujano requerido para interrumpir el embarazo por alguna
de las causales descritas en el inciso primero del artículo 119 podrá abstenerse de
realizarlo cuando hubiese manifestado su objeción de conciencia al director del
establecimiento de salud, en forma escrita y previa. De este mismo derecho gozará el
resto del personal al que corresponda desarrollar sus funciones al interior del pabellón
quirúrgico durante la intervención". Dicho derecho cede "en el caso de que la mujer
requiera atención médica inmediata e impostergable, invocando la causal del Nº 1) del
inciso primero del artículo 119, quien haya manifestado objeción de conciencia no podrá
excusarse de realizar la interrupción del embarazo cuando no exista otro médico cirujano
que pueda realizar la intervención".
253
6.1. Empresas de tendencia o ideológicas
254
contemplan siempre de modo excepcional, atendido su carácter de
una restricción a derechos fundamentales de terceros 252.
252
Como explica Irureta, "la legislación alemana ha reconocido expresamente a las
organizaciones de tendencia ideológica. Sus primeras normas se remontan a la
Betriebsrätegesetz del año 1920, cuyo artículo 67 excepcionó a determinadas entidades
-como los sindicatos o los partidos políticos- de algunos derechos económicos que se
consagraban en dicho instrumento legal. Con posterioridad, el parágrafo 118 de la
Betriebsverfassung, de 1972, definió a la Tendenzbetriebe como aquella que se encuentra
directa y principalmente al servicio de actividades políticas, sindicales, confesionales,
caritativas, educativas, científicas y artísticas, o bien que tiene una finalidad de
información y manifestación del pensamiento". IRURETA, P. Las organizaciones de
tendencia ante el derecho, persona y sociedad, vol. XVII, 2003, Santiago, p. 236. En el
caso del derecho de Estados Unidos, la ley contempla algunas expresas excepciones al
derecho antidiscriminatorio previsto en la Civil Right Act (Título VII), en relación de
empresas y asociaciones de carácter religioso o educacional. Ver LÜER, N. Empresas de
tendencia en Chile, Thomson Reuters, Santiago, 2013, pp. 94 y ss.
255
7. LIBERTAD DE EXPRESIÓN
253
BUDD, J. El pensamiento sobre el trabajo, op. cit., p. 138.
256
pensamiento y de expresión. Este derecho comprende la libertad de
buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin
consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma
impresa o artística o por cualquier otro procedimiento de su
elección". A su turno, el artículo 19, Nº 12 de la Constitución chilena
asegura a todas las personas: "La libertad de emitir opinión y la de
informar, sin censura previa, en cualquier forma y por cualquier medio,
sin perjuicio de responder de los delitos y abusos que se cometan en
el ejercicio de estas libertades, en conformidad a la ley, la que deberá
ser de quórum calificado".
Más allá de la configuración jurídica de este derecho 254, cuestión
directamente vinculada a cada tradición legal, la libertad de expresión
comprende un conjunto de posiciones activas protegidas en favor de
su titular, en este caso, del trabajador.
Por una parte, la facultad para difundir ideas y discursos de cualquier
naturaleza o índole y por cualquier medio, en cualquier momento y
oportunidad, sin autorización previa (libertad de expresión). Y por otra,
la facultad de emitir información y/o recibir información, esto es, "la
difusión de hechos, sucesos o acontecimientos de la realidad. En ese
sentido, comprende el derecho a difundir libremente información. Pero
no solo es el derecho a difundir o transmitir la información lo que se
tutela, sino también el derecho de acceder a ella" 255.
254
Se puede mirar su estructura como un solo derecho con un contenido complejo y
binario (expresión + información), o como dos derechos distintos pero relacionados,
cuestión que dependerá de la fórmula normativa en que cada tradición legal concrete
estos derechos fundamentales. Ahora, sea como fuere, la libertad de expresión opera
como condición necesaria de la información.
255
MARCIANI, B. El derecho a la libertad de expresión y la tesis de los derechos
preferentes, Palestra, Lima, 2004, p. 115.
257
La dogmática constitucional ha destacado la amplitud del contenido
de este derecho fundamental, sosteniendo que consiste en la facultad
de toda persona de exteriorizar, por el medio que crea conveniente,
sus ideas, creencias y pensamientos. Esto es, "la libertad de expresión
comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e
ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente,
por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro
procedimiento de la elección del que la ejercita, conllevando este
derecho consigo el derecho a permanecer en silencio cuando se
requiere a una persona que exprese una idea o una opinión que no
comparte"256.
262
un impedimento, dificultad o escollo a la libre expresión" (T-150-2016
Juzgado del Trabajo de Antofagasta)262.
En el caso de la libertad de expresión, particularmente en su
vertiente de derecho a información, cabe señalar, que dicho derecho
incluye "tanto la dimensión de derecho de crédito, que es el derecho a
ser informado, como la vertiente de libertad pública, que es el derecho
a informar e informarse"263.
264
Ver GONZÁLEZ, D. Negociación Colectiva, Derecho a la Información de los Sindicatos,
Der ediciones, Santiago, 2017.
265
La honra tiene su fundamento inmediato en el atributo moral de la dignidad de la
persona, lo que como señala Figueroa refiriéndose a la privacidad, impide que las
personas jurídicas sean titulares de esta categoría de derechos fundamentales, atendido
que se trataría de un "derecho personalísimo basado en el patrimonio moral del sujeto y
en su dignidad, conceptos solo aplicables al ser humano y la personalidad
humana". FIGUEROA, R. Privacidad, Ediciones Universidad Diego Portales, Santiago, 2014,
p. 54.
264
Por tratarse de una restricción legal, debe ser leída de modo estricto
y restringido: solo en casos especialmente "graves" —como lo exige la
propia ley— debe entenderse justificado el despido del trabajador 266.
267
conducta reflejó el ejercicio del legítimo derecho consagrado en la
Constitución Política de la Republica en el artículo 19 Nº 12, referente
al derecho que tiene todo ciudadano de este país a emitir opinión y el
derecho a informar sin censura previa en cualquier forma y por
cualquier medio, que el Tribunal está obligado a resguardar. Así, el
actor denunció una situación a petición de los dirigentes gremiales de
Coquimbo, que consideraban injusta y que era necesario dar a
conocer y revertirla, pero ello, en caso alguno, autoriza al empleador
demandado a poner término a la relación laboral, como lo ha hecho,
máxime cuando la situación acontecida es una situación que se refiere
a todo el país, a todos los pescadores artesanales y a todos los
industriales pesqueros, no es una situación que solo se refiera a esta
Cuarta Región, si bien en esta zona tiene características especiales
por el tema de las cinco millas marítimas"(T-47-2014 Juzgado del
Trabajo de La Serena).
268
que la sociedad tenga interés en su conjunto de que las condiciones
materiales y emocionales en que esa dimensión se desarrolla estén a
la altura de su relevancia para todos. Nexo este —el del trabajo y la
comunidad— lúcidamente retratado hace años por Estey: "el bienestar
de los asalariados en las localidades industriales es la preocupación
de todos. Como ciudadanos, empleadores, consumidores,
trabajadores, de uno u otro modo, todos estamos afectados por la
prosperidad o la adversidad, la satisfacción o el malestar, la eficiencia
o ineficiencia, la riqueza o la pobreza del asalariado. Estas verdades
son particularmente aplicables a una democracia que por su
naturaleza ha de admitir la igualdad del hombre, ha de afirmar el
derecho igual a acceder a las cosas buenas de la vida y ha de tomar
las medidas necesarias para la realización de estas oportunidades" 268.
En ese caso pueden darse dos hipótesis: que dicho discurso sea
sostenido por un trabajador cualquiera, en cuyo caso quedará al
268
ESTEY, J. A. The Labor Problem, McGraw-Hill, New York, 1928, p. 1.
269
amparo constitucional de la libertad de expresión, o de un
representante sindical de los trabajadores, donde el discurso quedará
al amparo de la libertad sindical. En ambos casos, supone una
protección reforzada como forma de garantizar que la expresión de
ese trabajador sea el modo de dar voz al resto de los trabajadores.
pp. 141-164.
271
Veamos algunos casos. En el año 2012 una ejecutiva de relaciones públicas, antes de
viajar de New York a Ciudad del Cabo, colocaba en Twitter un par de comentarios de tono
racista ("Rumbo a África. Espero que no pesque el Sica ¿sida? Es broma. ¡Soy blanca!"),
que luego generarían revuelo en esa red social, y que provocarían su despido en razón de
que esas declaraciones no "coincidían con los valores y políticas" de la empresa. En el
2016, en la ciudad chilena de Ovalle, se despide a una profesora de un colegio católico
porque sube una foto a su muro de Facebook donde aparece en medio de una reunión
social a la misma hora que se realiza una misa en las dependencias de su empleador, con
el comentario: "Era la misa o esto!!!! Jajajaja". En febrero del 2015, en Texas, una mujer
fue despedida de la cadena Jet´s Pizza por tuitear "Mañana empiezo este trabajo de
mierda". En España, en el año 2012, un trabajador era despedido por sus agrios
comentarios subidos a su muro de Facebook: "ya veo que el comepollismo es una
enfermedad muy extendida entre los trabajadores de la empresa" y "seremos obreros,
pero no gilipollas". UGARTE, J. L. "Trabajo, derechos fundamentales y redes
sociales", Revista Derecho del Trabajo, Nº 18, 2015, Venezuela, p. 15.
271
¿Qué derechos fundamentales del trabajador, a la luz de lo
expuesto, pueden entrar en juego en el monitoreo empresarial de las
redes sociales?
273
HAN, B. Ibidem, p. 101.
274
Precisamente, todas las redes sociales permiten esa opción: la de convertir lo abierto
en cerrado. Lo interesante es que, quizás, como en ningún otro espacio vital, la
expectativa de privacidad dependa del propio sujeto, en nuestro caso, del trabajador. En
efecto, la comprensión de las redes sociales como espacios sociales sin pretensión de
privacidad, puede alterase por la propia conducta del sujeto: puede generar esa
expectativa y exigir su respeto. Para ello, el trabajador debe utilizar las propias
herramientas que las redes sociales contemplan y que le permiten transformarlas de
canales abiertos a cerrados. Lo relevante para nuestro tema es que, en dichos casos
excepcionales, la expectativa construida por el usuario debe ser considerada por el
derecho en el momento de resolver las intromisiones derivadas del control empresarial.
Aquí hay una afectación de la privacidad al monitorear y utilizar la información de los
trabajadores en las redes.
273
discurso, y quedan de plano dentro del ámbito de lo protegido por
dicho derecho fundamental.
274
cabe preguntarse cómo resolver esa tensión de derechos que esos
casos necesariamente presentarán.
277
Entonces, los discursos en sentido amplio del trabajador, expresados
en las redes sociales, se encuentran protegidos por el derecho
fundamental de la libertad de expresión, de modo tal, que el control
empresarial sobre el mismo constituye una afectación que debe ser
analizada sobre el mismo principio ya señalado: la proporcionalidad de
la intervención.
De este modo, la decisión acerca de qué derecho debe primar,
corresponde a comparar la importancia de las expresiones del
trabajador para su ejercicio de la libertad de expresión, con relación a
la gravedad de la afectación de los intereses empresariales
reconocidos constitucionalmente. Como se ha dicho, concurren en
este punto "plurales intereses: el del trabajador, de expresar sus ideas
o manifestar sus quejas sin sufrir por ello penalización alguna; el de la
empresa, de controlar las manifestaciones de opinión de sus
empleados e, indirectamente, maximizar la eficiencia; y el de la
sociedad, de promover la legalidad y la transparencia" 275.
275
MERCADER, J. El futuro del trabajo en la era de la digitalización y la robótica, Tirant lo
Blanch, Valencia, 2017, p. 165.
278
expresiones del trabajador no dice relación significativa con el
resguardo de intereses jurídicos con reconocimiento constitucional del
empleador: en esas hipótesis existirá una lesión de la libertad de
expresión que es definitivamente —sin necesidad de ponderación
alguna— contraria a derecho. En este caso debe entenderse, por
ejemplo, el control de las ideas políticas, sexuales, religiosas o de
cualquier índole del trabajador que se encuentre desvinculada de una
afectación de derechos fundamentales del empleador.
280
encuentra la idea de cimentar "una posición hiperprotectiva de la
expresión, aun más protectiva del pensamiento crítico" 276.
276
GARGARELLA, R. Teoría y Crítica del Derecho Constitucional, t. II, Abeledo Perrot,
Argentina, 2008, p. 745.
281
libertad de expresión. Se trata de todos aquellos casos donde las
expresiones vertidas o conductas registradas en las redes sociales,
suponen una intensa afectación de la imagen como manifestación de
la propiedad de la empresa o la propia honra del empleador —si se
trata de una persona natural—, que no se ve compensada por la
importancia del discurso en cuestión.
277
Como se puede leer en esta sentencia de la jurisprudencia chilena, en que el control
empresarial de la red social derivó en una discriminación: "puede considerarse que en
este caso las demandadas vulneraron el derecho de las actoras a no ser discriminadas
con ocasión de su despido, no habiéndose acreditado de manera fehaciente que ese acto
tuvo como fundamento inmediato y cierto las necesidades de la empresa. Y ello vulneró la
garantía de no discriminación contemplada en el artículo 2º del Código del Trabajo,
puesto que la empleadora condicionó su continuidad en el empleo a través de su
exclusión de la nómina de personal que continuaría trabajando en el Colegio, por causa
de la expresión de una preferencia personal ligada a la religión, en una publicación de
Facebook que fue considerada negativa (la mención de la fotografía "Era la misa o
esto ¡¡Jajaja Jajaja!!!!!", significando a la eucaristía menos atractiva a una reunión social);
en fin, la empleadora afectó la igualdad de trato en el empleo de las actoras en
comparación con el resto de los 70 u 80 docentes candidatos a ser despedidos por la
pretendida causal de necesidades de la empresa" (Juzgado del Letras de Ovalle, T-2-
2015).
283
8. DERECHO DE LA HONRA
La empresa contemporánea y sus intereses representan hoy un
espacio social dominante. A diferencia de buena parte del siglo veinte
donde la fábrica era sinónimo de repetición, jerarquía y disciplina, la
empresa contemporánea ha logrado atraer hacia sí todo lo que parece
socialmente atractivo: "hoy sucede todo lo contrario: el deseo llama las
energías hacia la empresa, hacia la autorrealización en el trabajo" 278.
Pero esa enorme atracción tiene un solo sentido: la racionalidad
productiva. Como crudamente lo describe Meda, "la empresa no tiene
nada de ciudadana, y todo tiene de productiva: si bien esto no es óbice
para procurar humanizar cuanto se pueda las condiciones de
producción. La empresa no es el ámbito ni para la autoexpresión, ni
para el aprendizaje de la vida en sociedad" 279.
278
BERARDI, F. La fábrica de infelicidad, op. cit., p. 59.
279
MEDA, D. El trabajo, un valor en extinción. Gedisa, Barcelona, 1998,p. 152.
284
del emprendimiento—, el rol del derecho es el de levantar un muro que
puede atenuar la presión que se ejerce sobre el trabajador y sus
pretensiones de reconocimiento.
280
En la dogmática constitucional chilena es tradicional distinguir dos dimensiones de la
honra: por una parte, la subjetiva, que "corresponde al sentimiento de nuestra propia
dignidad moral nacido de la conciencia de nuestras virtudes, de nuestros méritos" y, por
otro lado, la objetiva, representada "por la apreciación y estimación que hacen los demás
de nuestras cualidades morales y de nuestro valor social"VERDUGO et al. Derecho
Constitucional, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1994, p. 251.
285
insultos" (Juzgado del Trabajo Antofagasta, T-194-2017), tratar al
trabajador de manera soez, "reputándolo de ladrón" (1 er Juzgado del
Trabajo de Santiago, T-186-2014), o conductas tales como revisar
arbitrariamente la mochila de un trabajador en particular, sin
sospechas relevantes de ilicitud (Juzgado del Trabajo de la Serena, T-
15-2010), denostar en público la preparación de la comida de
trabajadoras de cocina mapuches (Juzgado de Letras de Nueva
Imperial)281, desplazar de su lugar de trabajo y de su función sin
justificación (1er Juzgado del Trabajo de Santiago, T-839-2014) o la
suspensión de la trabajadora como forma de sanción por la filtración
de terceros de fotos eróticas privadas (Juzgado del Trabajo de Los
Ángeles, T-60-2017) son todas formas empresariales que lesionan el
derecho a la honra de los trabajadores respectivos.
Ahora, en el caso de la ejecución de la relación de trabajo, este
derecho se traduce en que el empleador debe abstenerse de efectuar
declaraciones y/o ejecutar cualquier acción que implique una
restricción o menoscabo de los intereses protegidos por la honra. De
este modo, cualquier conducta empresarial que denigra al trabajador
ante sí mismo o que lo menosprecia ante el resto de sus compañeros
y/o la comunidad, son formas de lesionar el derecho a la honra 282. En
281
En este caso, con una contundente y llamativa medida reparatoria de la lesión del
derecho a la honra, como es, junto con las disculpas públicas por parte del empleador
("frente a la comunidad"), la de que el empleador "deberá comer la comida preparada por
las trabajadoras frente al resto de los trabajadores durante un mes".
282
En esta perspectiva, la misma conducta empresarial puede lesionar simultáneamente
las dos caras del derecho de la honra: "en la especie, no sólo resultó afectado el ámbito
subjetivo de la honra, entendido como la estima y respeto de la dignidad propia, que tiene
la actora de sí misma, al entenderse desplazada no sólo de su oficina, sino que de su
cargo, asunto del que se entera al llegar a su lugar de trabajo, sino que también se vio
vulnerado el ámbito objetivo, esto es, la buena opinión, nombre, reputación o fama
adquirida por la virtud o el mérito de la actora, ya que sus compañeras de trabajo, quienes
286
dichos casos, corresponde la reparación prevista por tutela: medidas
fijadas por el juez para reparar dicha vulneración y, de existir, la
determinación de una indemnización por daño moral.
En rigor, eso puede suceder en dos hipótesis: por una parte, que el
acto formal del despido sea lesivo en sí mismo, como, por otra, que las
circunstancias del despido sean vulneratorias de la honra. Ambos
casos, como explicamos antes, están comprendidos por la tutela
laboral, atendido que se trata de conductas lesivas "con ocasión del
despido" (artículo 489 del Código del Trabajo).
incluso están bajo su mando, advirtieron cómo la actora llegó a su trabajo y fue
desplazada de su lugar de trabajo y de su función, asunto que fue avalado por la
municipalidad, y por las personas que estaban a cargo de este proceder"(1er Juzgado del
Trabajo, T-839-2014).
287
¿Cómo podrían vulnerar la honra del trabajador las declaraciones del
empleador en la formalización del mismo?
283
En ese sentido, la jurisprudencia judicial ha señalado que "si bien la empresa, dentro de
sus facultades de dirección, pudo haber adoptado la decisión de informar el término del
contrato del trabajador, esa facultad tenía como límite la garantía constitucional del
trabajador, que en este caso se encuentra consagrada en el artículo 19 Nº 4 de nuestra
Carta Fundamental. Es decir, debió abstenerse de hacer imputaciones que afectaran la
honra, como lo es, el señalar que es traficante de marihuana y, con mucho mayor
cuidado, evitar la divulgación de dichos antecedentes a fin de evitar transgredir el
imperativo contemplado en el artículo 19 Nº 4 de la Constitución, y artículo 154 bis del
Código del Trabajo, mismas normas que la empresa había recogido en su reglamento
interno, artículo 35" (1er Juzgado del Trabajo de Santiago, T-377-2015).
288
por el estándar previsto en la propia ley (artículo 493 del Código del
Trabajo): la necesidad y proporcionalidad de la conducta empresarial
en la imputación de los hechos que constituirían la causal de despido
disciplinario.
285
De ahí que tenga especial relevancia que la jurisprudencia reflexione en este
sentido: "Al imputar un delito al actor en una reunión con los trabajadores de la empresa,
no sólo resultó afectado el ámbito subjetivo de la honra, entendido como la estima y
respeto de la dignidad propia, que tiene el actor de sí mismo, se vio también vulnerado el
ámbito objetivo, esto es, la buena opinión, nombre, reputación o fama adquirida por la
virtud o el mérito del actor. Si bien no puede negarse que el empleador está facultado
para adoptar medidas para la administración y dirección de su empresa, debe seleccionar
los medios idóneos para determinadas finalidades y es indudable, además, que dichas
medidas están condicionadas por las garantías fundamentales de los trabajadores,
atendiendo por otro lado a las circunstancias que rodean el hecho en cuestión. Los
antecedentes disponibles al momento de la reunión sólo consistían en un video, aún no
exhaustivamente examinado, sin pronunciamiento judicial alguno, pues el camino judicial
adoptado por la empresa estaba recién iniciándose y no podía existir ninguna
determinación concluyente por esta vía. De este modo, se produce una imputación
agraviante más allá de la invocación de una causal, que finalmente tampoco fue alegada.
Por lo mismo, puede estimarse el despido vulneratorio de la garantía constitucional de la
honra del trabajador" (Juzgado del Trabajo de Chillán, T-26-2017). En el mismo sentido,
sostener que "en circunstancias que se hacía la revisión habitual a los empleados, la
representante de la empresa la habría hurgado de manera "personalizada" e indebida
"acusándola de ladrona", vulnerando así su derecho a la honra" (Corte de Apelaciones de
Santiago, rol Nº 930-2014).
290
Es más extensa porque su espacio de protección es más amplio,
incluyendo la ejecución de la relación laboral, y no solo el momento del
término del contrato de trabajo, como ocurre con el régimen del
despido indirecto.
9. DERECHO A LA PRIVACIDAD
291
la imagen de la empresa panóptica —lúcidamente sostenida por
Foucault— tenía pleno sentido: la fábrica —como la cárcel— era un
espacio físico donde el empresario pretendía controlar cualquier
espacio e intersticio. Se habló, entonces, de la empresa panóptica en
la doctrina laboral286.
Pero la tecnología de la información no solo permite que ese
panóptico sea realidad, sino mucho más. Como dijimos antes, la
informática y las nuevas formas de comunicación digital a las que da
lugar —en este caso, entre empleador y trabajador—, diluyen
cualquier espacio físico como límite o frontera. El poder sobre el
trabajador deja de reconocer fronteras físicas, constituyéndose como
un espacio pleno de transparencia a la luz empresarial, muy propio de
las sociedades de control sugerida por Deleuze 287.
286
Ha tenido éxito vincular al panóptico foucaultiano con los mecanismos tecnológicos de
la informática para controlar a los trabajadores de la empresa, particularmente en la
sociología del trabajo, ver SEWELL, G. y WILKINSON, B. "Someone to watch over me:
surveillance, discipline and the just-in-time labour process"Sociology, Nº 26 (2), 1992.
Desde ahí la idea de la "empresa panóptica" será también una fórmula descriptiva del
Derecho del Trabajo, ver MERCADER, J. R. "Derechos fundamentales de los trabajadores y
nuevas tecnologías ¿hacia una empresa panóptica?", Relaciones Laborales, Nº 10, 2001,
Madrid, pp. 11-31.
287
El autor del Anti-Edipo precisa que "se nos enseña que las empresas tienen un alma, lo
cual es sin duda la noticia más terrorífica del mundo. El marketing es ahora el instrumento
del control social, y forma la raza impúdica de nuestros amos. El control es a corto plazo y
de rotación rápida, pero también continuo e ilimitado, mientras que la disciplina era de
larga duración, infinita y discontinua". DELEUZE, G. "Posdata sobre las sociedades de
control", en AAVV El lenguaje literario, t. 2, Ediciones Nordan, Montevideo, 1991, p. 3.
292
resolver los eventuales conflictos que ese ejercicio genere con los
poderes jurídicamente reconocidos al empleador.
293
tenga poder de alejar a los demás" 288. En ese espacio opaco al que el
individuo tiene derecho, hay que precisarlo, caben numerosos
aspectos de la vida: ideas y creencias religiosas, la vida sexual y
amorosa, vida familiar, estado de salud, comunicaciones escritas u
orales, la vida pasada del sujeto, orígenes familiares, estado civil y, en
general, "todo dato, hecho o actividad personal no conocidos por otros,
cuyo conocimiento por terceros produzca turbación moral o psíquica al
afectado"289.
291
PEÑA, C. "Notas sobre la relación entre privacidad y autonomía", Revista Jurídica de la
Universidad de Palermo, Buenos Aires, 1999, p. 70.
292
Es harto evidente que de estas dos concepciones recién retratadas la cultura legal
chilena -como buena parte de la latinoamericana-, ha girado en el pasado en torno a la
que ve en lo íntimo y lo privado una expansión de la propiedad, a veces simplemente
material, identificando el hogar con lo privado, a veces como espacio inmaterial,
protegiendo zonas de la vida -como las comunicaciones- que deben quedar alejadas del
conocimiento de terceros.
295
¿Cómo debe entenderse, entonces, la privacidad en la
especificación del derecho fundamental que la protege?
296
¿Qué tiene que ver la democracia con mirar la privacidad de los
trabajadores desde la autonomía?
293
PEÑA, C. Ibidem, p. 71.
297
como actor, tales como juntas vecinales, grupos ciudadanos de la más
variada índole, sociedades científicas como las que nos reúnen ahora,
y por supuesto, la empresa y el trabajo, y en fin, todo aquello que
constituye eso que se denomina espacio social.
298
Lo relevante de la privacidad, entonces, no es sólo que nos permite
mantener alejados de las miradas del panóptico empresarial nuestros
correos electrónicos, sino que nos permite mostrarnos tal como hemos
decidido ser y estar en un espacio social marcado por el poder
autoritario, como es la empresa. Es aquí, a todo esto, cuando se
esgrime la privacidad como autonomía, donde el trabajador se vuelve
en algún sentido ciudadano. Y ahí queda poco que agregar: en
sociedades fuertemente autoritarias y homogéneas, como las
latinoamericanas, que un derecho fundamental —como el de
privacidad— vigorice la diversidad y el disenso social, y permita
consecuencialmente refinar el pluralismo político y la democracia, es
una noticia relevante.
La concepción amplia que acabamos de describir —vinculando la
privacidad no sólo al secreto, sino también a la autonomía— es una
razonable opción de especificación de las normas constitucionales
respetivas —en el caso chileno, la del artículo 19, Nº 4—, que, por lo
demás, ha sido recepcionada en Chile por la jurisprudencia de la Corte
Suprema294.
295
Por objetos personales deben "entenderse aquellos sobre los cuales la persona tiene
algún derecho de uso exclusivo, aunque no necesariamente la propiedad, y sobre los
cuales tiene un interés de privacidad". FIGUEROA, R. Privacidad, op. cit., p. 115.
300
u opacidad, esto es, de exclusión del conocimiento de terceros,
particularmente del empleador.
Dichos espacios vitales protegidos son dinámicos, y comprenden la
imagen y apariencia personales, la indumentaria y los artefactos
estéticos (aros y/o piercings), los datos personales, la vida sexual y
familiar, las relaciones afectivas y sentimentales, las creencias
personales e ideológicas, las actividades recreativas, la ubicación
geográfica, los movimientos y traslados, el hogar, y otros análogos.
Dentro de este espacio de privacidad se incluye como espacio
relevante la imagen personal. Entendida tanto como el aspecto
personal, incluida la vestimenta, como la captación o grabación de esa
imagen296.
296
La jurisprudencia comparada ha reconocido la "imagen" como un derecho del
trabajador asociado a la privacidad. De este modo, la jurisprudencia francesa ha
sostenido que "la negación del trabajador de llevar bata blanca durante el trabajo no
puede ser constitutiva de una falta, a no ser que la obligación de llevar dicha vestimenta
estuviera justificada por la naturaleza de la labor a desarrollar y la proporcionalidad del
objetivo perseguido" (Corte de Casación, Soc. 1 de febrero de 1998, Dr. Soc., 1998, p.
506). Ver AUVERGNON, P. "Poder de dirección y respeto de la persona asalariada",
en AAVV El poder de dirección del empresario: nuevas perspectivas, La Ley, Madrid,
2005, pp. 33-57. En el caso de la jurisprudencia constitucional española, el aspecto físico
constituye "el primer elemento configurador" de la intimidad, declarándose nulo el despido
de un trabajador -deshuesador de jamones- motivado por su negativa a ser objeto de una
filmación en una presentación pública, fundado en su derecho a la imagen (STC 99/1994).
Ver PAZOS, A. El Derecho de la libertad de expresión, op. cit., p. 126.
301
por vía tecnológica, respecto de los cuales puede pretenderse una
expectativa de privacidad (redes sociales, por ejemplo, Facebook,
Instagram).
302
— Prohibición de adoptar represalias por la negación del trabajador a
consentir en el acceso a dichos espacios;
304
Esto es muy relevante, porque puede que antes que un problema de
colisión o tensión entre derechos, se trate de un caso de aplicación de
una regla legal que inhibe la actuación empresarial, dependiendo cada
caso, obviamente, de la regulación legal de cada país. Esto ocurre, por
ejemplo, como veremos, con la vigilancia de los trabajadores por
cámaras de video.
305
deuda comercial o la maternidad (artículos 2º y 194 del Código del
Trabajo chileno).
50/1997, concluye que "el uso del polígrafo aplicado a la selección de personal, así como
306
Al juicio de necesidad, por su parte, le importa que la medida o
restricción del derecho fundamental sea indispensable para lograr el
fin legítimo, no existiendo una alternativa más benigna con el derecho
fundamental en cuestión. En ese sentido, será necesaria y
proporcionada la conducta del empleador que restringe derechos
fundamentales del trabajador sólo cuando no exista un medio menos
gravoso de obtener el objetivo perseguido.
De este modo, la instalación de un escáner en una empresa de
medicamentos, que permite una imagen real del cuerpo de los
trabajadores, y que busca por parte de la empresa cumplir con el
control de su patrimonio —junto con el resguardo de la salud pública
—, pretendiendo evitar el posible hurto de productos farmacéuticos, es
considerada lesiva del derecho de privacidad de los trabajadores por
innecesaria, por la jurisprudencia laboral chilena: "en este punto es un
hecho establecido en el considerando undécimo, que la sociedad
denunciada estuvo en situación de implementar un mecanismo de
imagen, con el mismo escáner EqO, que no implicase que una
persona, cualquiera fuese esta, pudiese ver, aun sin el rostro, el
cuerpo de los revisados y, en específico, sus partes genitales y otras
íntimas. En específico pudo implementar un mecanismo donde la
imagen fuese un cómic, que no dejase al desnudo y a la vista el
cuerpo del trabajador. La sola reflexión anterior, hará concluir a este
sentenciador que no se cumple el subjuicio o principio de necesidad,
toda vez que la sociedad denunciada, con un mínimo de diligencia y
cuidado, pudo haber implementado un sistema de imagen que fuese
a los trabajadores que actualmente se desempeñan en su empresa, para los fines de
prevenir delitos, contrabando y tráfico de drogas y estupefacientes, es contrario al orden
jurídico laboral chileno".
307
menos lesivo para la intimidad corporal" (2º Juzgado del Trabajo de
Santiago, T-320-2015)298.
298
En el mismo sentido, la jurisprudencia administrativa de la Dirección del Trabajo evaluó
un nuevo sistema informático de control de los trabajadores denominado WIN VNC, que
permite el control a distancia de los computadores de los empleados, como si el
empleador estuviese delante directamente del computador controlado. Al respecto, dicho
organismo de fiscalización lo considera lesivo del derecho de intimidad del trabajador
porque "en virtud de este principio de proporcionalidad, se exige que la medida limitativa,
en este caso el control por medio del referido programa computacional, sea la única
capaz de obtener el fin perseguido, de forma tal que no exista otra forma de alcanzar
dicho objetivo sin restringir el derecho o que fuese menos gravosa, lo que, en la situación
en análisis, evidentemente no ocurre, ya que existen variadas otras formas que el
empleador puede utilizar para controlar la prestación de los servicios y que son menos
restrictivas de los derechos fundamentales del trabajador, especialmente en lo referido al
derecho a su intimidad" (3441/072 del 20.08.2008).
299
ALEXY, R. Teoría de los Derechos Fundamentales, Centro de Estudios Constitucionales,
Madrid, 1993, p. 71.
308
Esta operación, como explicaremos en detalle en el próximo capítulo,
exige tres pasos básicos: primero, determinar el grado de afectación o
restricción de un derecho fundamental; segundo, determinar el grado
de importancia del derecho que opera en sentido contrario; y tercero,
deben compararse ambos para establecer si la importancia de uno
justifica la restricción del otro. Para hacer realizable esta operación de
asignación de peso, y por ende, permitir la comparación entre los
derechos en colisión, se propone una escala tríadica de intensidad:
grave, media o leve.
En el juicio de proporcionalidad en sentido estricto, el derecho más
importante, de acuerdo al juicio de valor de intensidad efectuado,
atendidas las premisas normativas y fácticas, desplaza al derecho
menos importante para ese caso en concreto300.
300
Como lo ejemplifica Bernal, "la afectación de la vida y la salud de una niña, que se
origina al permitir a los padres evangélicos no llevarla al hospital, podría catalogarse como
intensa, dado el peligro de muerte; de forma correlativa, la satisfacción de la libertad de
culto de los padres, que se derivaría de dicha permisión, sólo como media o
leve". BERNAL, C. Principio de proporcionalidad y derechos fundamentales, Centro de
Estudios Políticos y Constitucionales, Madrid, 2007, p. 228.
309
De este modo, como sostendremos en breve, la intromisión en el
correo corporativo individual y cerrado del trabajador es una afectación
grave de la privacidad del trabajador, que no se ve justificada por la
simple vigilancia sobre el uso laboral del mismo por parte de la
empresa, menos si esa revisión no se ve soportada en sospechas
intensas y acreditadas de uso ilícito del mismo, deviniendo en una
lesión del citado derecho. Asimismo, la vigilancia por medios
tecnológicos que recae directamente sobre el trabajador, como
cámaras de televisión, debe ser considerada una medida intensa de
afectación de la privacidad que no se vería justificada en términos de
proporcionalidad por el interés de controlar los riesgos sobre el
patrimonio empresarial.
310
inescindibilidad entre la persona y el trabajo—, y la inevitable tensión
con la racionalidad económico-productiva que constituye el sentido
principal y casi excluyente de la actividad empresarial.
311
La empresa moderna es, como hemos explicado, un escenario
estructuralmente conflictivo en la dimensión de derechos. Por una
parte, por el creciente poder del que dispone para controlar y dirigir a
los trabajadores, como por otra, por la implicación personal que el
trabajo asalariado necesariamente supone.
En las sociedades capitalistas contemporáneas, esa tensión
estructural de las relaciones laborales tiene una expresión
especialmente significativa en los problemas derivados de la vigilancia
de los trabajadores, sobre la que tratan las próximas líneas 301.
Como señalamos al inicio de este libro, el poder de control y
vigilancia de la empresa moderna ha sido extremado hasta un punto
nunca conocido antes, merced de las opciones tecnológicas de poder
que ofrece la informática. Como sugiere Frayne, "en muchos empleos
modernos, las tecnologías informáticas no se utilizan para ampliar las
capacidades del trabajador, sino para imponer nuevos extremos de
intensificación y control del trabajo"302.
303
MARTÍNEZ-PUJALTE, A. La garantía del contenido esencial de los derechos
fundamentales, Centro de Estudios Constitucionales, Madrid, 1997, p. 133.
313
lograr el fin perseguido y mantiene un principio de proporcionalidad
entre el sacrificio del derecho y el bien que se tutela" 304.
304
VALDÉS DAL-RE, F. Los derechos fundamentales de la persona del trabajador, op. cit., p.
101.
305
Ver UGARTE, J. L. "Los derechos fundamentales en su nueva hora: la teoría externa de
los derechos fundamentales", Revista de Derecho Universidad Católica del Norte, año 18
Nº 2, 2011 pp. 361-373.
306
MARTÍNEZ, D. Conflictos constitucionales, ponderación e indeterminación normativa,
Marcial Pons, Madrid, 2007, p. 190.
314
aplicar el adecuado método jurídico interpretativo para saber de qué
lado está la situación o porción de la realidad que ha dado lugar al
litigio: de la vereda de la intimidad o de la vereda de la propiedad del
trabajador, nunca de ambas al mismo tiempo.
En un interesante caso del derecho comparado, un fallo judicial —la
STSJ de Galicia, de 25 de enero de 1996— "se pronuncia sobre la
instalación por parte de la empresa propietaria de un casino de juegos
de micrófonos disimulados, aunque no ocultos, en la mesa de juego de
la ruleta y en la caja de cambios", descartándose una posible
vulneración al derecho de la intimidad, ya que "el centro de trabajo no
constituye por definición un espacio en el que se ejerza el referido
derecho por parte de los trabajadores", ya que ese "derecho se ejercita
en el ámbito de la esfera privada del trabajador, que en la empresa
hay que limitarlo a los lugares de descanso o esparcimiento,
vestuarios, servicios y otros análogos, pero no en aquellos lugares en
que se desarrolla la actividad laboral"307.
316
Entonces, mirado desde la perspectiva de la proporcionalidad y su
modelo "argumentativo" la cuestión es distinta: cualquier espacio
empresarial puede ser una zona para el ejercicio de la privacidad de
los trabajadores. Por ello, la instalación de micrófonos que graben las
conversaciones en los lugares de trabajo, supone un punto de
intersección en los espacios protegidos de ambos derechos, que debe
ser resuelto en favor de la parte que exhiba las mejores razones y/o
argumentos desde la perspectiva del principio de proporcionalidad 308.
308
En la vigilancia de espacios físicos, ante la misma situación fáctica -instalación de
micrófonos en el lugar que presta los servicios el trabajador-, puede dar lugar a un
razonamiento jurídico de esta forma: "La implantación del sistema de audición y grabación
no ha sido en este caso conforme con los principios de proporcionalidad e intervención
mínima que rigen la modulación de los derechos fundamentales por los requerimientos
propios del interés de la organización empresarial, pues la finalidad que se persigue (dar
un plus de seguridad, especialmente ante eventuales reclamaciones de los clientes)
resulta desproporcionada para el sacrificio que implica del derecho a la intimidad de los
trabajadores (e incluso de los clientes del casino). Este sistema permite captar
comentarios privados, tanto de los clientes como de los trabajadores del casino,
comentarios ajenos por completo al interés empresarial y por tanto irrelevantes desde la
perspectiva de control de las obligaciones laborales, pudiendo, sin embargo, tener
consecuencias negativas para los trabajadores que, en todo caso, se van a sentir
constreñidos de realizar cualquier tipo de comentario personal ante el convencimiento de
que van a ser escuchados y grabados por la empresa. Se trata, en suma, de una
intromisión ilegítima en el derecho a la intimidad consagrado en el art. 18.1 CE, pues no
existe argumento definitivo que autorice a la empresa a escuchar y grabar las
conversaciones privadas que los trabajadores del casino mantengan entre sí o con los
clientes" (Sentencia del Tribunal Constitucional español 98/2000). Así, la vulneración al
derecho a la intimidad no se produce, en la argumentación constitucional de este fallo,
porque la instalación de los micrófonos se realice en algún lugar específico de la empresa,
sino porque la misma no se justifica proporcionadamente, en términos de la finalidad
perseguida por la empresa. La referencia al "modelo argumentativo" es obvia: la
intromisión es ilegítima, dice el fallo, porque "no existe argumento definitivo" que justifique
a la "empresa a escuchar y grabar las conversaciones privadas que los trabajadores del
casino mantengan entre sí o con los clientes".
317
Este modelo argumentativo supone, como explicaremos en detalle
en el capítulo final de este libro, la aplicación de dos reglas de solución
adicionales: una de entrada y otra de salida.
318
interno de orden, higiene y seguridad. La norma contenida en el
artículo 154 del Código del Trabajo exige que las prohibiciones y
obligaciones de los trabajadores, incluida "toda medida de control" —
junto con ser generales y aleatorias— se encuentren contempladas en
el reglamento interno de la empresa, lo que permite su conocimiento
por parte de los trabajadores.
Solo una vez que la medida de vigilancia de que se trate se ajuste a
la ley, procede en los casos que corresponda efectuar el ejercicio de
proporcionalidad, antes explicado, propio del modelo argumentativo 309.
309
Como ocurre con la jurisprudencia nacional, donde una vez determinado que la
vigilancia de las cámaras se encuentra prevista en el reglamente interno, se procede a
concluir que la "medida es proporcional, pues cumple con una serie de parámetros que
impiden que ésta produzca una afectación relevante al derecho a la vida privada y a la
honra de los trabajadores. Es así que las cámaras de vigilancia son visibles, registran sólo
una vista panorámica general, no permiten su direccionamiento, ni el acercamiento
electrónico (zoom) de las mismas, y además no registran audio ni lo graban. Por otra
parte, las imágenes obtenidas por dichas cámaras no van a dar a una central de
monitoreo, sino sólo a dos monitores, uno ubicado en la oficina del Gerente de
Abastecimiento y Logística, y el otro ubicado en la oficina del Subgerente de Producción.
Las imágenes captadas por las cámaras no pueden ser revisadas fuera de los referidos
monitores, y son almacenadas por un lapso de 20 días aproximadamente, luego de lo
cual son borradas para grabar otras encima", concluyendo la sentencia que "habiendo la
denunciada acreditado la idoneidad, la necesidad y la proporcionalidad de las medidas de
control adoptadas, la acción de tutela laboral deberá ser rechazada, por no concurrir los
supuestos que la hacen procedente"1er Juzgado del Trabajo de Santiago, T-870-2015).
319
asunto en el sentido de dar prioridad al derecho fundamental del
trabajador: se trata del sujeto al que el derecho en su conjunto
reconoce en posición de debilidad, lo que justifica una decisión
favorable en su sentido. Como explicaremos en detalle, esa posición
favorable viene contenida en el derecho en el principio de favor debilis,
o en este caso en particular, de in dubio pro operario.
Es obvio que la aplicación de la proporcionalidad, como forma de
resolver los conflictos que puede provocar el ejercicio del derecho a la
privacidad en el trabajo, tiene el riesgo de que se genere una profusa y
casuística respuesta del derecho, que pueda ser leída como una forma
carente de racionalidad. Es lo que se ha denominado el riesgo del
particularismo de la proporcionalidad: "se sustituye un modelo
generalista de toma de decisiones, por otro de carácter particularista,
una sola propiedad diferente (y, como ha de resultar obvio, si dos
casos individuales son diferentes, entonces tienen al menos una
propiedad diferente) puede comportar una solución diversa para el
caso"310.
323
seleccionar cuáles son esas circunstancias que tanta incidencia tienen
en la determinación del peso de los elementos en conflicto" 314.
325
individual. En fin, de baja expectativa de privacidad si la combinación
es un correo abierto y de uso colectivo.
Además, las expectativas de privacidad del trabajador —que a fin de
cuentas determinarán el grado de afectación del derecho respectivo
por parte del empleador— pueden, en cualquiera de las
combinaciones anteriores, aumentar o rebajar según la existencia de
una advertencia del empleador sobre la política de revisión del
contenido de los correos corporativos o institucionales 315.
315
Como lo ha señalado la jurisprudencia internacional, la advertencia del empleador al
trabajador sobre el control de los correos es un elemento relevante al momento de
efectuar un juicio de proporcionalidad: "el Tribunal es consciente de que la situación está
cambiando rápidamente en este ámbito. Sin embargo, considera que la proporcionalidad
y las garantías procesales contra el carácter arbitrario son elementos esenciales. En este
contexto, las autoridades nacionales deberían tener en cuenta los siguientes factores: i)
¿El empleado ha sido informado de la posibilidad de que el empleador tome medidas
para supervisar su correspondencia y otras comunicaciones, así como la aplicación de
tales medidas? Si bien en la práctica esta información puede ser comunicada
efectivamente al personal de diversas maneras, según las especificidades fácticas de
cada caso, el Tribunal considera que, para que las medidas puedan ser consideradas
conforme a los requisitos del artículo 8 del Convenio (RCL 1999, 1190, 1572), la
advertencia debe ser, en principio, clara en cuanto a la naturaleza de la supervisión y
antes del establecimiento de la misma" (Tribunal Europeo de Derechos Humanos -Gran
Sala-, caso Barbulescu contra Rumania. Sentencia de 5 de septiembre de 2017, párrafo
120). En rigor, como parece obvio, una acción unilateral del empleador, como es la
advertencia de registro del correo, no puede jurídicamente eliminar la expectativa de
privacidad del trabajador, pero sí puede rebajarla por el conocimiento del riesgo que
significa para el trabajador. Pretender que el empleador pueda cancelar dicha expectativa
legítima por su sola declaración, nos coloca en un absurdo: que la vigencia de un derecho
fundamental depende de la voluntad unilateral del sujeto pasivo o deudor del mismo
derecho.
326
mensaje del trabajador. Por relevancia debe entenderse la sospecha
de que la información pueda afectar los intereses empresariales.
De ese modo, parece razonable entender de intensa importancia la
sospecha razonable y acreditada del uso indebido del correo, esto es:
(a) la comisión o preparación de la comisión de un acto ilegal —un
ilícito penal, por ejemplo—, y (b) la filtración de información reservada
(secreta) y estratégica de aspectos de la empresa 316.
316
Las sospechas acreditadas que justifiquen la revisión, no pueden ser referidas ni a la
información sobre cuestiones de la empresa de carácter no secreto, ni a datos e
información del trabajador que permitan evaluar su conducta laboral -por ejemplo- su
comportamiento con los clientes. Menos cuestiones que no digan relación con la empresa.
No debe considerar de ninguna importancia para la resolución de estas cuestiones, los
datos o la información personal del trabajador que no sirve para evaluar el cumplimiento
de sus obligaciones laborales -por ejemplo, sus preferencias sexuales o políticas o sus
actividades familiares o personales-, no existiendo aquí, en rigor, juicio de ponderación
alguno.
327
De ahí, que la propiedad relevante no sea el contenido, sino la
existencia de indicios o sospechas acreditadas de la existencia de un
uso indebido por parte del trabajador, cualquiera sea el resultado de la
pesquisa empresarial.
328
En los casos difíciles a que den lugar los reglas 2 y 3, esto es, donde
exista una duda límite de cómo debe solucionarse por las
particularidades del caso concreto, parece relevante acudir al
conocimiento previo por parte de los trabajadores de la existencia del
control de los correos electrónicos, tanto para fortalecer la expectativa
de privacidad —en caso de ausencia de conocimiento efectivo de la
política de control—, como para debilitar su intensidad —en caso de
presencia de dicho conocimiento—.
329
Privar o perjudicar a una persona por pretender ejercer sus
derechos, en aquel lugar donde se lleva a efecto —de modo principal
— la distribución de bienes tan esenciales como el salario, la
integración social y desarrollo de la personalidad, es una cuestión que
debe ser mirada con especial gravedad por el derecho.
En el caso del derecho chileno, el artículo 485 del Código del Trabajo
señala que en igual sentido —de conducta lesiva de derechos
fundamentales— "se entenderán las represalias ejercidas contra de
trabajadores, en razón o como consecuencia de la labor fiscalizadora
de la Dirección del Trabajo o represalias ejercidas en contra de
trabajadores por el ejercicio de acciones judiciales, por su
participación en ellas como testigo o haber sido ofrecidos en tal
calidad".
330
contratante débil de la relación laboral es la represión de las
represalias por el ejercicio de los derechos de que es titular.
Ahora, más allá del "parecido de familia" con otras instituciones
similares en el derecho comparado, como el caso español o el
estadounidense317, la garantía de indemnidad chilena tiene un peculiar
perfil, que dice relación con su amplia configuración con relación al
interés jurídico protegido: impedir la represalia laboral por el recurso de
los trabajadores a la acción administrativa o judicial en defensa de sus
derechos.
En ese sentido, el contenido del derecho de indemnidad corresponde
a la garantía del trabajador a no ser objeto de represalias por parte del
empleador, en el ejercicio de sus derechos de cualquier naturaleza
(fundamentales específicos o inespecíficos, legales o contractuales),
con el auxilio o participación de organismos públicos, ya sean
judiciales o administrativos318.
Como ha destacado la doctrina, la garantía de indemnidad "vedaría
al empresario la posibilidad de ocasionar daño por el simple hecho de
formular el trabajador una reclamación de derechos, pudiendo revestir
317
Para revisar el caso de la "garantía de indemnidad" en el derecho español, ver IGARTUA,
M. T. La garantía de indemnidad en la doctrina social del Tribunal Constitucional, CES,
Madrid, 2008, y para el derecho estadounidense ver MARTÍNEZ, G. "La garantía de
indemnidad en Chile: análisis normativo y comparativo desde el derecho
comparado", Revista de Derecho, U. Católica del Norte, Coquimbo, año 19, Nº 2, 2012.
318
En el ámbito laboral, la doctrina ha destacado que esa amenaza es especialmente
grave "por la existencia de una clara relación de subordinación del trabajador y
supremacía del empresario, las partes no se van a encontrar en una situación de
igualdad; con lo cual en el ejercicio de cualquier actuación para reclamar una posición
jurídica frente a quien ostenta tan privilegiada situación podría ser una quimera si no se
asegurara la situación de la parte débil de la relación". TASCON, L. R. "La garantía de
indemnidad del trabajador por el ejercicio de acciones judiciales encaminadas a la
defensa de sus derechos", Revista del Trabajo y Seguridad Social, Nº 251, España, 2004,
p. 160.
331
los mecanismos de represalia empresarial distintas modalidades,
como son las no renovaciones contractuales, discriminaciones
retributivas, modificaciones de condiciones de trabajo, traslados,
sanciones disciplinarias y despidos"319.
a) Represalia empresarial
VALLE, F. A. "La garantía de indemnidad del trabajador por ejercitar acciones judiciales
319
333
La represalia como elemento constitutivo de la garantía de
indemnidad exige, al menos, el conocimiento por parte de la empresa
del ejercicio de una acción judicial o de las labores fiscalizadoras
emprendidas por la Dirección del Trabajo.
b) Contexto institucional
334
trabajador sea objeto de represalias "en razón o como consecuencia
de la labor fiscalizadora de la Dirección del Trabajo".
Se trata de una exigencia que tiene como efecto que el ámbito de
protección del derecho de indemnidad en Chile sea bastante amplio,
ya que no solo comprende —como veremos— las represalias del
empleador ante las acciones judiciales, sino que también las
represalias ejercidas en contra de trabajadores cuando interviene la
Dirección de Trabajo ejerciendo su función de fiscalización 320.
320
Dicha función fiscalizadora -a todo esto- no se restringe solo a empleadores privados.
Como lo ha reconocido el Dictamen Nº 669N18 (9.01.2018) de la Contraloría General de
la Republica -en referencia en ese caso al seguro de cesantía- la competencia
fiscalizadora se extiende a los trabajadores públicos que se vinculan al Estado por "un
contrato de trabajo".
335
permanentes al ejercicio de los derechos o su suspensión
extraordinaria"321.
321
ARIZA, R. Interpretación Constitucional: Principio Pro Hominis, Circulo Doxa,
Argentina, www.circulodoxa.org/documentos, p. 3. Principio que ha sido sostenido en
base a "los siguientes dispositivos convencionales: art. 5º del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos; art. 29 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos; art. 5 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales"DRNAS DE CLEMENT, Z. "La complejidad del principio pro homine", JA 2015-I,
fascículo Nº 12, Buenos Aires, p. 103.
336
por la pretensión legítima del trabajador de obtener cumplimiento de
sus derechos en los órganos del Estado.
En fin, cabe apuntar que, como parece obvio, porque la ley no lo
exige en ningún sentido, no es necesario que la actuación o labor
fiscalizadora conduzca a sanciones para el empleador. Esto es
relevante en cuanto el interés jurídico protegido por esta garantía es
que el trabajador acceda a la protección estatal, más allá de si las
pretensiones del trabajador terminan siendo o no confirmadas por el
órgano administrativo respectivo. Tampoco sería necesario,
obviamente, para el caso que ahora veremos de garantía de
indemnidad donde la ley solo exige el ejercicio de una acción judicial,
no el éxito de la misma322.
322
Como ha señalado, la jurisprudencia judicial la tutela de la garantía de indemnidad "no
puede quedar subordinada su protección a la respuesta o acogida que ha de tener en el
ente destinatario de la misma" (T-3-2011 del Juzgado del Trabajo de Castro). En el mismo
sentido, el Juzgado de Letras del Trabajo de La Serena ha sostenido que "si bien es
cierto que la norma del artículo 485 del Código del Trabajo sólo se refiere a la labor
fiscalizadora de la Dirección del Trabajo o las acciones judiciales, no puede perderse de
vista que el sentido de la norma en comento radica en la necesidad de proteger a los
trabajadores que involucran a su empleador en irregularidades o incumplimientos de
cualquier especie, ciertas o no, acreditadas o no, de las represalias que éstos pueden
ejercer, molestos por haber sido denunciados, llegando al extremo de despedir al
trabajador que realizó la denuncia o les imputó irregularidades o incumplimientos" (T-20-
2013 Juzgado del Trabajo de La Serena).
337
La acción judicial que puede dar lugar a la garantía de indemnidad
puede haber sido interpuesta por cualquier persona (por ejemplo en el
caso del trabajo ilegal de menores en el artículo 17 Código del
Trabajo), por otro trabajador (por ejemplo en el caso de la impugnación
de la calidad de no habilitado para negociar colectivamente del 305
Código del Trabajo), por la organización sindical a la que esté afiliado
el trabajador afectado (por ejemplo, en el caso de representación
judicial de los derechos laborales del trabajador a petición de parte del
Nº 2 del artículo 220 Código del Trabajo), o por la propia Inspección
del Trabajo (en una denuncia por prácticas antisindicales del artículo
292 del Código del Trabajo).
338
En relación con el trabajador que se ofrece o presta declaración
contra la empresa como testigo, la jurisprudencia había sostenido una
interpretación amplia: "cabe señalar que la norma transcrita es lo
suficientemente clara en su redacción de manera que, a juicio de esta
sentenciadora, no cabe duda alguna de que es además "lo
suficientemente amplia" para que se entienda que esta garantía
protege no sólo al trabajador que recurre ante la autoridad
administrativa o al órgano jurisdiccional en defensa de sus propios
derechos, sino también y como en el caso de marras, cuando lo hace
en calidad de testigo de otro trabajador o en defensa de derechos de
otros trabajadores, sea o no representante de ellos. La norma
establece que se sancionan las represalias en contra de trabajadores
"por el ejercicio de acciones judiciales", cuidándose el legislador de
señalar que se sancionan aquéllas por el ejercicio por el trabajador de
"sus propias" acciones judiciales. De otra forma se desnaturalizaría
gravemente la institución" (Juzgado del Trabajo de La Serena, T-13-
2009)323.
323
En el mismo sentido, la Corte de Apelaciones de Valdivia, al analizar la extensión de la
garantía de indemnidad, concluye: "la garantía debe entenderse en sentido amplio. No
solo ampara al trabajador que de manera directa ejerza acciones judiciales contra el
empleador, o que recurra ante la autoridad administrativa, sino que también protege a los
trabajadores que indirectamente son objeto de represalia; por ejemplo, en el caso en que
un trabajador atestigüe a favor de otro en contra del mismo empleador o defienda
explícitamente los derechos de otros trabajadores involucrados. Entender la situación de
otra forma sería limitar la protección a casos mínimos y previsibles. Que cabe recordar
que la garantía de indemnidad se vincula con otros derechos fundamentales, a saber, el
derecho a la tutela efectiva y a la no discriminación lo que obliga a darle un sentido amplio
a la cobertura que concede la garantía contenida en el inciso 3º del artículo 485 del
Código del Trabajo. De lo contrario se afecta su contenido esencial y eficacia"(Corte de
Apelaciones de Valdivia, rol Nº 38692-2016).
339
Esta interpretación judicial amplia de la garantía de indemnidad en
cuanto al sujeto protegido, incluyendo a los testigos, se ha
transformado en regla legal con la Ley Nº 20.974 del 2016, señalando
el artículo 485 del Código del Trabajo que en igual sentido se
entienden "represalias ejercidas en contra de trabajadores por el
ejercicio de acciones judiciales, por su participación en ellas como
testigo o haber sido ofrecidos en tal calidad".
324
La jurisprudencia laboral en la materia ha compartido ese criterio: "cabe hacer presente
que, de acuerdo con lo que ha señalado la doctrina, la garantía de indemnidad está
construida como una regla y no como un principio, de manera que no debe ponderarse ni
balancearse con otros derechos" (Corte de Apelaciones de San Miguel, rol Nº 1-2017).
325
Se trata de un caso de "regularización" de un derecho fundamental. Esto es, de
transformar el derecho fundamental en una regla, diseñando una norma con condiciones
de aplicación cerradas y previstas en la propia norma, impidiendo el balance o
ponderación de razones por parte del aplicador del derecho, no estando, en
consecuencia, disponible para ser "derrotada" por otro derecho fundamental. Es el único
caso en el catálogo de derechos fundamentales protegidos en la tutela laboral chilena.
341
10.1. La "no renovación" o "no contratación" como lesión de la
garantía de indemnidad
328
En la misma dirección se ha dirigido correctamente la escasa jurisprudencia de grado
en la materia, señalando que "la decisión de no renovar el contrato de la actora constituye
un indicio claro para establecer la conducta vulneratoria que se denuncia en autos, toda
vez que no se explica esta decisión de la empresa si no es por la incomodidad que le
produjo la "denuncia" que la trabajadora efectuara al Sr. Molina relativa a un presunto
"acoso sexual" por parte de su supervisor" (2º Juzgado del Trabajo de Santiago, T-4-
2009).
344
CAPÍTULO IV RAZONAMIENTO
346
En el caso de razonamiento interpretativo, de lo que se trata es
resolver los problemas de determinación del sentido de la norma
constitucional que sirve de soporte al derecho fundamental de que se
trate. Comúnmente, según ya explicamos antes, la estructura de esas
normas de derechos fundamentales exhibe rasgos de indeterminación,
tanto en razón de la apertura de sus condiciones de aplicación, como
en razón de la genericidad de sus consecuencias jurídicas. Por ello, se
requieren operaciones interpretativas propias del razonamiento
subsuntivo para dar aplicación de esos derechos a casos concretos.
331
En la literatura nacional sobre esta perspectiva ver SALGADO, C. "Límites y restricciones
a los derechos fundamentales", en AAVV Manual de Derechos Fundamentales, op. cit.,
pp. 207-255 y UGARTE, J. L. "Los derechos en su nueva hora: la teoría externa de los
derechos fundamentales", Revista de Derecho Universidad Católica del Norte, año 18, Nº
2, pp. 361-373.
348
apodíctica y al mismo tiempo vaga pretende que cada derecho
necesite de especificación y/o concretización para ser aplicado a la
realidad"332.
332
POZZOLO, S. "Robert Alexy, derechos fundamentales, discurso jurídico y racionalidad
práctica", Revista Derecho && Sociedad, Nº 48, Lima, 2017, p. 215.
349
La tarea interpretativa en este caso es la especificación de esas
condiciones que no están previstas expresamente en la norma de que
se trata. Para ello deberá determinar el sentido que debe atribuirse a
la conducta protegida y las circunstancias que la constituyen. La
cuestión es determinar qué sentido debemos atribuirle a la expresión
"privada", "expresión" o "huelga" para especificar qué es exactamente
lo protegido por el derecho fundamental respectivo.
tutelada por un derecho y entonces no puede ser restringida o, por el contrario, me muevo
en los márgenes externos del derecho fundamental y entonces cualquier norma legal
podría imponer sanciones". PRIETO SANCHÍS, L. Justicia constitucional y derechos
fundamentales, Trotta, Madrid, 2014, op. cit., p. 218.
339
CASAL, J. "¿Deslindar o restringir? El debate sobre el alcance del ámbito protegido del
derecho fundamental en Alemania", Revista Española de Derecho Constitucional, Nº 82,
Madrid, 2008, p. 107.
340
LOPERA, G. El principio de proporcionalidad y ley penal, op. cit., p. 136.
353
El argumento finalista dice relación con la mejor finalidad que es
posible atribuir argumentativamente a la norma, en el entendido que la
misma debe ser expresión de aquellos objetivos "de una legislatura
racional". Lo anterior, porque este argumento se refiere "al fin o
propósito que se imputa a un fragmento de la legislación sobre la
presunción de que ha sido promulgado por una legislatura racional"
sobre la idea que se deba tratar al derecho como "una empresa
teleológica donde el telos u objetivo es independiente de los términos
del texto promulgado"341.
De este modo, por ejemplo, como el fin racional del derecho
antidiscriminación es remover los obstáculos que enfrentan colectivos
socialmente disminuidos, por tanto, no solo protege contra específicos
criterios sospechosos o prohibidos expresamente previstos en los
catálogos legales, sino también contra cualquiera que exprese esa
cualidad. Asimismo, como la forma más racional de interpretar la
norma que establece el derecho de indemnidad es atribuirle el sentido
de promover el ejercicio de los derechos de que el trabajador es titular
ante la protección estatal, su protección no solo alcanza la prohibición
frente a represalias por fiscalización administrativa efectiva por parte
de la Dirección del Trabajo, sino también a los actos preparatorios
(denuncias o solicitudes) ante cualquier órgano administrativo de
competencia laboral342.
341
MACCORMICK, N. "Argumentación e interpretación en el Derecho", DOXA, Nº 33,
Alicante, 2010, p. 74.
342
Desde esa misma perspectiva interpretativa, si la finalidad del derecho a huelga es
poner en manos de los trabajadores un mecanismo de presión que altere el proceso
productivo, cualquier conducta que se vincule con esa alteración forma parte del
contenido protegido. De ese modo, entonces, no sólo la cesación colectiva del trabajo
debe ser parte del contenido de ese derecho fundamental (huelga típica), sino todas
aquellas conductas que de algún modo -parcial y limitadamente- participan de ese
354
La argumentación interpretativa debe, además, considerar las
razones vinculadas a los valores socialmente relevantes involucrados
en la protección de cada derecho. La determinación del contenido de
un derecho fundamental no es solo una operación de orden formal,
sino también sustantiva.
Y la forma de determinar ese contenido es reconocer qué tipo de
intereses son las que socialmente reconocemos como valiosos detrás
de esa protección jurídica, esto es, una forma de "argumentación que
valore el sentido y el alcance de los valores subyacentes de un
determinado derecho y también su relación con otros valores
relevantes"343.
De esta manera, la determinación de ese contenido debe estar
guiada por los valores que movieron al sistema jurídico a consagrar
ese derecho con la máxima categoría. En ese sentido, este tipo de
argumento "interpretativo deontológico" dice relación con que "la
intención de actuar justamente siempre puede ser imputada a la
legislatura considerada como cuerpo creador de derecho idealmente
racional"344.
358
encuentra justificada en ningún interés que forme parte del contenido
de un derecho fundamental del empleador.
348
LOPERA, G. Principio de proporcionalidad y ley penal, op. cit., p. 135
349
BOROSWKY, M. La estructura de los derechos fundamentales, op. cit., p. 67.
350
BERNAL PULIDO, C. El principio de proporcionalidad y los derechos fundamentales, op.
cit., p. 585.
360
La cuestión se intenta solucionar por la vía de la denominada
ponderación: "un derecho restringible está necesariamente
garantizado en todo caso por un principio, y la restricción de este
derecho es legítima sólo si satisface el criterio material que representa
el principio de proporcionalidad"351.
En efecto, la ponderación gira en torno a la asignación por parte del
juez de peso o fuerza a un derecho fundamental por sobre otro
derecho fundamental con el que se encuentra en conflicto, mediante el
establecimiento de una jerarquía axiológica, cuya aplicación da como
resultado que "un principio (el considerado superior en dicha jerarquía
valorativa) desplaza al otro (u otros) y resulta aplicable" 352.
En este caso, "los conflictos entre principios se deciden en dimensión
del peso", a diferencia de los conflictos entre reglas, que se deciden en
la dimensión de validez. Lo anterior, toda vez que los principios
"representan un objeto de optimización, que puede ser realizado en
grado máximo, según las posibilidades fácticas y jurídicas, son por ello
gradualmente realizables"353. Y precisamente, el grado de realización
de cada principio en las situaciones de colisión, debe ser decidido por
el juez en cada caso, intentando que cada principio se sacrifique por el
otro en la menor medida posible (principio de proporcionalidad).
La ponderación reenvía al denominado principio de
proporcionalidad354. En efecto, frente al debate sobre si la ponderación
351
BOROWSKY, M. La estructura de los derechos fundamentales, op. cit., p. 77.
352
MORESO, J. J. "Conflictos entre principios constitucionales", en AAVV
Neoconstitucionalismo, Trotta, Madrid, 2007, p. 103.
353
BOROWSKI, M. La estructura de los derechos fundamentales, op. cit., p. 50.
354
La ponderación como forma de decisión jurídica ha sido cuestionada por diversas
razones, pero especialmente por el peligro de la disminución del grado de certeza del
derecho, derivada de la técnica de ponderación de los principios constitucionales y de una
posible interpretación moral de la Constitución. Las razones de esta crítica son: a) los
361
no es más que la actividad irracional y arbitraria del juez, que sopesa y
balancea a su antojo los principios en conflicto, la respuesta de la
teoría constitucional que la sostiene, como ya dijimos, será la
construcción del principio de proporcionalidad 355.
El núcleo de este principio, como ya advertimos, está representado
en la simple fórmula de la denominada ley de la ponderación: "cuanto
mayor es el grado de la afectación de uno de los derechos en juego,
tanto mayor debe ser la importancia de la satisfacción del otro" 356.
356
ALEXY, R. Tres escritos sobre los derechos fundamentales y la teoría de los principios,
U. Externado de Colombia, Bogotá, 2003, p. 66.
357
BARNES, J. "El principio de proporcionalidad. Estudio Preliminar", Cuaderno de Derecho
Público, Nº 5, Madrid, 1998, p. 19.
358
Existe una justificación conceptual que se relaciona con la estructura de los propios
derechos fundamentales. Para "Alexy, el principio de proporcionalidad está
conceptualmente conectado con el concepto de principio como mandato de optimización y
con su noción de ponderación como el establecimiento de una relación de procedencia
condicionada"MARTÍNEZ, D. Conflictos constitucionales, ponderación e indeterminación
normativa, op. cit. p. 238. Esta idea la expresa el propio autor alemán cuando afirma que
"el significado de la diferenciación entre las reglas y los principios resulta del hecho de
que el carácter de los principios tiene una relación de implicación con el más importante
principio del derecho constitucional material: el principio de proporcionalidad, y viceversa,
el principio de proporcionalidad, con sus tres subprincipios de idoneidad, necesidad y
proporcionalidad en sentido estricto, se sigue lógicamente de la definición de los
principios, y esta definición se sigue de aquel". ALEXY, R. "La fórmula de peso", en AAVV
El principio de proporcionalidad en el Estado constitucional, U. Externado de Colombia,
Bogotá, 2007, p. 17.
363
cumple con lo ordenado por el principio, dependerá de su eventual
colisión con otro bien de relevancia constitucional, y la resolución de
esa colisión provendrá de la aplicación del principio de
proporcionalidad. En ese sentido, la tesis supone que la medida en
que se justifica la restricción de un derecho fundamental viene
determinada por las exigencias de la proporcionalidad 359. De ahí que
existe una conexión conceptual y necesaria entre los derechos
fundamentales y el principio de proporcionalidad 360.
362
En el caso de la jurisprudencia judicial laboral, se ha señalado que "en la mayoría de
los ordenamientos jurídicos, incluido el nuestro, se ha impuesto el método de la
ponderación guiado por el principio de proporcionalidad en sentido amplio, creado por la
jurisprudencia alemana" (Sentencia RIT Nº 1-2008 Juzgado de Letras de Copiapó). En la
misma línea, y en un caso de discriminación salarial entre trabajadores, el Tribunal señala
que "debe buscarse si el empleador obró con justificación suficiente, si obró de manera
arbitraria o desproporcionada, si lo hizo lesionando el contenido esencial del derecho, y si
obró en represalia. En tal estudio del caso en particular, habrá que ponderar los derechos
en juego y examinar la proporcionalidad del actuar del empleador" (T-13-2012 del
Juzgado del Trabajo de Calama).
365
¿Cómo opera el principio de proporcionalidad?
Para determinar las posibilidades fácticas y jurídicas de
maximización de un derecho fundamental, es necesario efectuar un
triple juicio sobre ese derecho y sus restricciones. Efectivamente, el
principio de proporcionalidad, en su versión más sofisticada y más
extendida —el denominado "test alemán"— implica la realización de
tres juicios o subprincipios364: el juicio de la idoneidad, el juicio de la
necesidad y el juicio de la proporcionalidad en sentido estricto.
363
Existen disposiciones normativas en el derecho comparado en el mismo sentido, así el
derecho laboral francés con relación a las medidas de control y vigilancia "prohíbe toda
restricción en los derechos y libertades individuales y colectivos de las personas que no
sea proporcional a la finalidad perseguida" (artículo L 120-2 del Código del Trabajo).
364
El principio de proporcionalidad es, en ese sentido, una exitosa construcción teórica
alemana que constituye el nudo gordiano de la ponderación, y que ha permitido justificar
racionalmente la aplicación de normas que tienen el carácter de principios, como las que
establecen derechos fundamentales. Especialmente desarrollado por el Tribunal
Constitucional alemán, que lo hace derivar de la "esencia de los derechos
fundamentales", ha sido seguido por diversos órganos de justicia constitucional en el
derecho comparado, como el español o el italiano. Ver GONZÁLEZ BIELFUSS, M. El principio
de proporcionalidad en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, op. cit., pp. 53-87.
366
De esta forma, la conducta del empleador que, en el ejercicio de sus
facultades, restringe el derecho fundamental del trabajador, debe
permitir alcanzar o satisfacer efectivamente una finalidad amparada
constitucionalmente, no debiendo considerar, a riesgo de trastrocar la
supremacía constitucional, intereses o bienes sin dicho respaldo. En
este caso, lo que se mide es la relación medio-fin entre la conducta
que restringe un derecho fundamental y la finalidad respaldada
constitucionalmente que se persigue por la misma. La finalidad será
comúnmente proteger algunos de sus derechos fundamentales, como
la propiedad.
El juicio de necesidad, a su turno, importa que la medida o restricción
del derecho fundamental sea indispensable para lograr el fin legítimo,
no existiendo una alternativa más benigna respecto del derecho
fundamental en cuestión. En ese sentido, será necesaria y
proporcionada la medida que restringe derechos fundamentales sólo
cuando no exista un medio menos gravoso de obtener el objetivo
perseguido365.
Por último, el juicio de proporcionalidad en sentido estricto. Cuando
la restricción es considerada idónea y necesaria, corresponde revisar
365
Se señala que el juicio de necesidad y el de idoneidad responden al ideal de la
eficiencia u óptimo de Pareto. Eso no parece ser así, ya que el óptimo paretiano es aquel
en que todos los sujetos ganan, sin que ninguno pierda, y aquí los trabajadores
efectivamente pierden: ven restringidos sus derechos, aunque en forma tolerable o
razonable. En rigor, dichos juicios propios de la ponderación -el de la idoneidad y la
necesidad- dicen relación, más bien, con la situación de "eficiencia de Kaldor-Hicks" o
"mejora de Pareto", en donde los costos que soportan unos, son menores que los
beneficios que reportan otros, y éstos están dispuestos a compensar la pérdida.
Precisamente en los casos aquí analizados se presenta esa situación: los costos que
soportan los trabajadores al ver restringidos sus derechos fundamentales se compensan
por la ventaja que de ello obtenga el empleador, siempre que ésta sea mayor que
aquéllos.
367
si ella, además, es proporcional en sentido estricto. Si para el logro de
una finalidad legítima derivada de un derecho fundamental, se
requiere indispensablemente la restricción de otro derecho
fundamental, de modo tal que la satisfacción de uno solo puede
realizarse a costa del otro, debe aplicarse el juicio de proporcionalidad
en sentido estricto. Dicho juicio puede expresarse, como ya lo
habíamos adelantado en esta tesis, en la denominada ley de la
ponderación: cuanto mayor sea el grado de no cumplimiento o de no
satisfacción de un derecho fundamental, tanto mayor debe ser la
importancia del cumplimiento del otro366.
366
ALEXY, R. Teoría de los derechos fundamentales, op. cit., p. 71.
368
En efecto, para determinar el grado de intensidad de la afectación
del derecho fundamental del trabajador y la importancia para el
cumplimiento del derecho fundamental del empleador, se deben
evaluar tanto las premisas normativas como las premisas fácticas
asociadas a cada derecho, como explicaremos latamente en adelante.
Las premisas normativas para determinar la intensidad de la
afectación y/o importancia de la conducta dicen relación con: a) la
fundamentalidad que la posición afectada tiene para el derecho
respectivo, es decir, mientras más importante o cercana a su núcleo
fundamental para ese derecho, mayor será la posición o situación
afectada por la restricción y más intensa es la afectación o restricción;
b) la parte o porción del derecho fundamental afectado, en cuanto
mayor sea la parte o contenido del derecho afectado, mayor es la
intensidad de la afectación; c) la relevancia para la función del derecho
fundamental que tiene la posición afectada, en tanto la afectación
haga menos posible el cumplimiento de la función para la que el
derecho fundamental fue establecido, mayor será la afectación del
derecho; y d) la relevancia de la posición afectada para el ejercicio de
otras posiciones jurídicas o de otros principios constitucionales
asociados a ese derecho fundamental, mientras más se afecte el
ejercicio de otras posiciones jurídicas o derechos fundamentales,
mayor será la intensidad de la afectación367.
Las premisas fácticas para determinar la intensidad de la afectación
y/o importancia, dicen relación con la eficacia —la capacidad efectiva
367
La evaluación de estas premisas normativas depende de las concepciones políticas
dominantes en la cultura jurídica en que se realice la ponderación respectiva, la que
determinará la relevancia que tiene una específica posición al interior de un derecho
fundamental y qué función cumple ese derecho dentro de una tradición legal concreta.
369
de la restricción de afectar el derecho fundamental—, la rapidez —la
velocidad con que se logra afectar la posición iusfundamental—, la
probabilidad —las posibilidades reales de que se afecte la posición del
derecho fundamental—, el alcance —cuánto de las posiciones
jurídicas contenidas en el derecho están siendo afectadas— y la
duración —por cuánto tiempo se extenderá la medida restrictiva— de
la afectación y/o importancia para los derechos fundamentales en
juego en la ponderación368.
368
La evaluación de estas premisas fácticas depende del nivel de conocimiento científico y
técnico del que disponga la comunidad y el operador jurídico al momento de efectuar la
ponderación entre derechos fundamentales. En extenso ver ALEXY, R. Teoría de los
derechos fundamentales, op. cit., cap. 3, y BERNAL PULIDO, C. El principio de
proporcionalidad y los derechos fundamentales, op. cit., pp. 757-788.
369
BERNAL PULIDO, C. "Estructura y límites de la ponderación", DOXA, Alicante, Nº 26,
2003, p. 228.
370
Opera, entonces, el núcleo de la ponderación en sentido estricto: la
comparación entre el grado de intensidad de la afectación del derecho
fundamental del trabajador, con el grado de importancia del derecho
fundamental del empresario en que se sostiene la conducta que
genera la colisión.
371
Se supone, y así lo hemos señalado, que entre los derechos
constitucionales no existen jerarquías a priori, ni órdenes de prelación
cerrados. Pero nada impide que, por tradiciones ideológicas y políticas
de una comunidad jurídica en particular, se le atribuya en abstracto
una importancia relativa mayor a un derecho fundamental y eso debe
ser considerado al momento de resolver una colisión de derechos
fundamentales: "de este modo, por ejemplo, puede sostenerse que el
principio de protección de la vida tiene un peso abstracto mayor que la
libertad, por cuanto, es obvio, para poder ejercerlo es necesario estar
vivo. De forma similar, los tribunales constitucionales de varios países
han atribuido un peso abstracto mayor a los derechos fundamentales
sobre otros principios, y a la libertad de expresión y al derecho de
intimidad sobre otros derechos fundamentales, debido a la conexión
del primero con la democracia y del segundo con la dignidad
humana"370.
En segundo lugar, también puede ser relevante al momento de
ponderar los derechos en juego, la seguridad en las premisas fácticas
sobre la importancia y/o afectación de cada derecho, esto es, el grado
de certeza y precisión fáctica acerca del impacto que la conducta que
se enjuicia tendrá en dichos principios constitucionales. Como explica
Lariguet, "las apreciaciones empíricas pueden tener un mayor o menor
grado de certeza que incidan en el mayor o menor peso que se le
atribuya a los principios. Así, por ejemplo, la afectación del derecho a
la vida y la salud de la niña evangélica será considerada seria o
intensa si existe la certeza, apoyada en apreciaciones empíricas
seguras, de que la niña, si no es hospitalizada, morirá. Si, en cambio,
370
BERNAL PULIDO, C. Ibidem, p. 63.
372
los médicos no pueden determinar con un grado de certeza aceptable
qué consecuencias puede irrogar la no hospitalización, ello hará que el
grado de afectación sea considerado leve o moderado y, en
consecuencia, se dé más peso al principio de libertad de culto de los
padres, que justifica que ellos puedan decidir no hospitalizarla" 371.
371
LARIGUET, G. "Conflictos trágicos genuinos y ponderación racional: en torno a algunas
ideas de Robert Alexy", Revista Estudios Sociales, Nºs. 49-50, Valparaíso, 2004, p. 473.
373
sentido, siempre el peso de un derecho es relativo al otro derecho en
conflicto.
374
4. EL PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD Y EL DERECHO DEL TRABAJO
375
frente a limitaciones o constricciones procedentes de conductas
activas o pasivas del empresario"372.
375
PRIETO SANCHÍS, L. "Neoconstitucionalismo y ponderación judicial", en AAVV
Neoconstitucionalismo, op. cit. p. 147.
378
estas tareas, las de delimitación o la de limitación, habrán de ser
asumidas por el juez"376.
382
BERNAL PULIDO, C. El principio de proporcionalidad y los derechos fundamentales, op.
cit., p. 691.
383
GORELLI, J. e IGARTÚA, M. "Libertad de información y contrato de trabajo. El problema
de sus límites", Aranzadi Social, vol. V, Pamplona, 1999, p. 15.
382
"tenga como fin la protección de otro derecho o bien constitucional
protegido"384.
En el caso contrario, esto es, que la medida restrictiva no venga
sustentada por el ejercicio de un derecho fundamental del empresario,
no hay, en rigor, ponderación, sino aplicación subsuntiva de la regla de
jerarquía constitucional. Así, las medidas que vengan justificadas en
bienes o principios que carecen de reconocimiento constitucional, no
tendrían la suficiente categoría jerárquica para ser sopesadas y
balanceadas con los derechos fundamentales del trabajador y mucho
menos para hacerlos ceder, porque éstos están "garantizados por
normas constitucionales" y una "restricción que se realizara mediante
normas legales de inferior jerarquía en la pirámide del ordenamiento
jurídico, vulneraría el principio de supremacía constitucional" 385. O,
dicho de otro modo, no hay ponderación con una finalidad empresarial
no respaldada constitucionalmente, porque "no se encuentran en el
mismo nivel que el derecho fundamental, pierde toda legitimidad para
justificar la injerencia"386.
392
En efecto, se señala -sin decir con claridad bajo qué fundamento- que "puede afirmarse
que el vínculo contractual genera, por su propia existencia, un complejo entramado de
derechos y obligaciones recíprocas que modula no sólo los derechos estrictamente
laborales, sino también, y esa circunstancia es lo que ahora queremos destacar, el
ejercicio del cúmulo de derechos no estrictamente laborales relacionados con la actividad
laboral, esencialmente los derechos fundamentales y libertades públicas"ARIAS, A.
y RUBIO, F. El derecho de los trabajadores a la intimidad, op. cit., p. 12.
386
En ese sentido, la buena fe, el abuso del derecho o cualquier otra
categoría análoga, entendida como suele hacerse —esto es, como un
límite interno o inherente—, no tienen cabida conceptual en la teoría
externa que sustenta la proporcionalidad, y por tanto, es un error su
uso en la aplicación del principio de proporcionalidad para la solución
de colisiones de derechos fundamentales en el marco del contrato de
trabajo.
Salvo que se sostenga que ella —la buena fe— corresponde a un
principio constitucional y que, por tanto, constituye un límite externo y
de rango jerárquico equivalente a un derecho fundamental. El
problema es que en ese caso la buena fe solo operara como límite de
los derechos fundamentales del trabajador de modo contingente y no
necesario: solo en aquellos ordenamientos legales donde se le
reconozca no como un principio general del derecho, sino como un
principio de rango constitucional. El punto es que, en la mayoría de la
tradición legal continental, incluyendo el derecho chileno, la buena fe
carece de ese reconocimiento constitucional393.
394
Sobre el carácter escalonado y sucesivo de los juicios del principio de
proporcionalidad: BERNAL PULIDO, C. Principio de proporcionalidad y derechos
fundamentales, op. cit., p. 687; GONZÁLEZ BEILFUSS, M. El principio de proporcionalidad en
la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, op. cit., pp. 66 y ss.; MARTÍNEZ, D. Conflictos
constitucionales, ponderación e indeterminación normativa, op. cit., pp. 237 y
ss.; CIANCIARDO, J. El ejercicio regular de los derechos, Ad-Hoc, Buenos Aires, 2007, pp.
281 y ss.
395
MARTÍNEZ, D. Conflictos constitucionales, ponderación e indeterminación normativa, op.
cit., p. 239.
396
TERRADILLOS, E. Principio de proporcionalidad, Constitución y Derecho del Trabajo,
Tirant lo Blanch, Valencia, 2004, p. 82.
388
idónea. En caso de no serlo, debe declararla desproporcionada. De
serlo, debe analizar que sea necesaria. En caso de no serlo, debe
declararla desproporcionada. En caso de ser idónea y necesaria,
entonces debe verificar que sea proporcionada en sentido estricto. De
no serlo, debe declararla desproporcionada".
488.
389
se ha apuntado "el juez habrá de comprobar si la limitación impuesta
por el empresario sirve o no para garantizar su libertad de empresa y
las facultades de ella derivadas; si existe o no adecuación entre el acto
limitativo del derecho fundamental de la persona del trabajador y el
único derecho que puede enfrentarse a aquél" 398.
403
MORESO, J. La Constitución: modelo para armar. Marcial Pons, Madrid, 2009, p. 327.
Como recuerda Moreso, el señalado caso laboral -el de la prohibición de matrimonio a las
enfermeras de un hospital- fue el origen en la jurisprudencia alemana de "la eficacia
horizontal de los derechos fundamentales". Y como detalla Von Munch, "la primera gran
sentencia de un tribunal federal superior versó sobre un caso de Derecho del Trabajo. La
demandante era una joven que trabajaba en un hospital privado para formarse en la
profesión de enfermera. El contrato de trabajo y formación preveía que, en caso de
matrimonio, el empresario podía extinguir la relación laboral y de formación. Basándose
en esta cláusula contractual, la demandante fue despedida tras contraer matrimonio. Esta
alegó en su demanda que el despido vulneraba sus derechos fundamentales previstos en
el artículo 6, pár. 1, GC (protección al matrimonio), artículo 1, par. 1, GC (dignidad de la
persona) y artículo 2, pár. 1, GC (libre desarrollo de la personalidad). El Tribunal Laboral
Federal estimó la demanda en su famosa sentencia de 5 de mayo de 1957". VON MUNCH,
I. "Drittwirkung de derechos fundamentales en Alemania", en AAVV Asociaciones,
derechos fundamentales y autonomía privada, Civitas, Madrid, 1997, p. 35.
395
pregunta determinará la intensidad con que debe evaluarse la medida
empresarial objeto del enjuiciamiento de proporcionalidad.
406
GONZÁLEZ BEILFUSS, M. El principio de proporcionalidad en la Jurisprudencia del
Tribunal Constitucional, op. cit., p. 126.
407
BERNAL PULIDO, C. El principio de proporcionalidad y los derechos fundamentales, op.
cit., p. 720.
397
o débil, entendida como juicio negativo acerca de que la medida no
sirve en absoluto para lograr el fin perseguido.
398
vez no restrinja el derecho fundamental afectado o lo restrinja con una
intensidad menor"408.
En el ámbito laboral ha sido descrito del siguiente modo: "el órgano
judicial habrá de constatar si la constricción al derecho fundamental es
estrictamente indispensable o imprescindible para salvaguardar la
facultad que ha legitimado su adopción. Por consiguiente, el saldo del
juicio de indispensabilidad resultará negativo cuando la decisión
empresarial sea la alternativa más gravosa entre las posibles" 409. En
ese sentido, es correcto afirmar que la medida empresarial es
necesaria "por no existir otra que, consiguiendo los mismos objetivos,
es decir, siendo igual de eficaz, sea menos gravosa para el derecho
fundamental que se ha de limitar"410.
408
BOROWSKI, M. La estructura de los derechos fundamentales, op. cit., p. 130.
409
VALDÉS DAL-RE, F. "Los derechos fundamentales de la persona del trabajador y el
Derecho del Trabajo", op. cit., p. 100.
410
CARRIZOSA, E. "El principio de proporcionalidad en el Derecho del Trabajo", op. cit., p.
488.
399
ese fin, y al mismo tiempo restringe en menor medida o no restringe en
nada el derecho fundamental del trabajador, entonces, la medida
empresarial es innecesaria y desproporcionada.
De este modo, la instalación de un escáner en una empresa de
medicamentos que permite una imagen real del cuerpo de los
trabajadores, y que busca por parte de la empresa cumplir con el
control de su patrimonio —junto con el resguardo de la salud pública
—, pretendiendo evitar el posible hurto de productos farmacéuticos, es
considerada lesiva del derecho de privacidad de los trabajadores por
innecesaria: "en este punto es un hecho establecido en el
considerando undécimo, que la sociedad denunciada estuvo en
situación de implementar un mecanismo de imagen, con el mismo
escáner EqO, que no implicase que una persona, cualquiera fuese
esta, pudiese ver, aun sin el rostro, el cuerpo de los revisados y, en
específico sus partes genitales y otras íntimas. En específico, pudo
implementar un mecanismo donde la imagen fuese un cómic, que no
dejase al desnudo y a la vista el cuerpo del trabajador. La sola
reflexión anterior, hará concluir a este sentenciador que no se cumple
el subjuicio o principio de necesidad, toda vez que la sociedad
denunciada, con un mínimo de diligencia y cuidado, pudo haber
implementado un sistema de imagen que fuese menos lesivo para la
intimidad corporal" (T-320-2015 del Segundo Juzgado del Trabajo de
Santiago)411.
411
En esa dirección una sentencia del derecho español -453/2017 del Juzgado de lo Social
Nº 19 de Madrid- el monitoreo del computador del trabajador se considera innecesario
para efectos de "controlar el cumplimiento del trabajo en su jornada pactada", existiendo
"otros medios menos invasivos para saber cuál era la carga real de trabajo de la
empleada, bien convencionales (control de resultados, dación en cuenta de sus tareas
durante la jornada durante cierto periodo), bien tecnológicos (monitoreo que permitiera
400
Revisemos en detalle la operación del juicio de necesidad en la
determinación de los tres elementos que lo componen:
verificar el tipo de uso de tiempo digital en la empresa, pero sin acceder al contenido de
las comunicaciones". MOLINA, C. "De Barbulescu II a López Ribalda: ¿qué hay de nuevo
en la protección de los datos de los trabajadores?", Revista Derecho del Trabajo, La Ley,
Montevideo, Nº 19, 2018, p. 127. En un caso antiguo, pero elocuente, la jurisprudencia
administrativa de la Dirección del Trabajo en Chile evaluó un nuevo sistema informático
de control de los trabajadores denominado WIN VNC, que permite el control a distancia
de los computadores de los empleados, como si el empleador estuviese delante
directamente del computador controlado. Al respecto, dicho organismo de fiscalización lo
considera lesivo del derecho de intimidad del trabajador porque: "en virtud de este
principio de proporcionalidad, se exige que la medida limitativa, en este caso el control
por medio del referido programa computacional, sea la única capaz de obtener el fin
perseguido, de forma tal que no exista otra forma de alcanzar dicho objetivo sin restringir
el derecho o que fuese menos gravosa, lo que, en la situación en análisis, evidentemente
no ocurre, ya que existen variadas otras formas que el empleador puede utilizar para
controlar la prestación de los servicios y que son menos restrictivas de los derechos
fundamentales del trabajador, especialmente en lo referido al derecho a su
intimidad" (3441/072 del 20.08.2008).
412
BERNAL PULIDO, C. El principio de proporcionalidad y los derechos fundamentales, op.
cit., p. 736.
401
"alternativas menos gravosas, pero que no se conozcan, o existan
dudas por falta de conocimiento suficiente acerca de sus auténticos
efectos, o que conlleven considerables dificultades técnicas para su
consecución". Y en el mismo sentido, tampoco deben considerarse
aquellas alternativas menos lesivas "cuando su aplicación conllevaría
unos costes exorbitantes" que pudieran poner en peligro el
desempeño del Estado o de la empresa, según se trate 413.
que M2 (o menos o igual). En un aspecto cualitativo, M1 puede fomentar el fin mejor que
M2 (o peor o tan bien como). En un aspecto probabilístico, M1 puede fomentar el fin con
alto grado de seguridad (más probable) que M2 (o con un menor grado de probabilidad, o
en el mismo grado)". CLERICO, L. "El examen de proporcionalidad: entre el exceso por
acción y la insuficiencia por omisión o defecto", op. cit., p. 153. Una perspectiva similar es
la de Bernal Pulido: "la igual o la mayor intensidad de la idoneidad que pueden revestir los
medios alternativos, se debe evaluar desde la perspectiva de la eficacia -que el medio
alternativo sea tan o más eficaz que la medida legislativa para la obtención de su fin
inmediato-; desde la perspectiva temporal -que el medio alternativo sea tan o más
expedito que la medida legislativa-; desde la perspectiva de la realización del fin -que el
medio alternativo contribuya para la realización de tantos o más aspectos relativos al fin-;
y desde el punto de vista de la probabilidad -que el medio alternativo contribuya con tanta
o mayor seguridad que la medida legislativa para la obtención de su fin
inmediato-". BERNAL PULIDO, C. El principio de proporcionalidad y derechos
fundamentales, op. cit., p. 739.
405
que su medida restrictiva es indispensable para el fin empresarial, por
no existir medidas alternativas "igual" o "más" eficaces que las suyas.
406
contrato de trabajo: "la exigencia de que la intensidad del medio
alternativo sea equivalente o mayor en todas estas perspectivas no es
fortuita, sino que se deriva del respeto a la competencia legislativa de
configuración, que en principio habilita al Parlamento para adoptar el
medio que considere más oportuno para alcanzar sus objetivos" 420.
Lo anterior, porque "se ha reconocido que, en principio, la
Constitución le dispensa al legislador democráticamente un margen de
apreciación bastante extenso para seleccionar los medios de las
medidas legislativas, así como los fines perseguidos en tanto no estén
expresamente prohibidos por la Constitución" 421.
forma necesaria con el objeto mismo del contrato) deben venir especialmente cualificados
por razones de necesidad, de tal suerte que se hace preciso acreditar -por parte de quien
pretende aquel efecto- que no es posible de otra forma alcanzar el legítimo objetivo
perseguido, porque no existe otro medio razonable para lograr una adecuación entre el
interés del trabajador y de la organización en que se integra". Como es fácil advertir, la
jurisprudencia constitucional española rechaza la medida empresarial por innecesaria,
sobre la base de la necesidad de acreditar que "no es posible alcanzar de otra forma el
legítimo objetivo" empresarial, por no existir otro medio razonable. El Tribunal
Constitucional reprocha a la medida el no ser la única que logra el objetivo empresarial, ya
que existirían otras -que el Tribunal no señala ya que correspondería al empresario la
carga de la argumentación- que podrían servir razonablemente al mismo objetivo. Y no se
exige que dichas medidas alternativas, que existen pero que no se intentaron, sean
iguales o más eficaces para el objetivo empresarial -publicidad de los productos cárnicos-,
que la que fue objeto del enjuiciamiento -la filmación del trabajador en una demostración
de corte de jamón. Lleva razón, a nuestro juicio, esta jurisprudencia constitucional: es
posible imaginar razonablemente muchos otros medios para lograr el mismo objetivo o fin
inmediato empresarial -promoción comercial-: una publicidad sin la presencia de
trabajadores, una muestra de degustación en la feria respectiva, etc. Lo relevante es que
todas ellas sirven -o son idóneas en sentido débil- al objetivo empresarial perseguido y
parecen menos gravosas para el derecho a la imagen del trabajador. Por ello, la medida
empresarial es innecesaria. No se exige -siquiera se lo cuestiona el Tribunal
Constitucional- si ellas son, al menos, igualmente eficaces para lograr ese objetivo
empresarial.
427
CLERICO, L. "El examen de proporcionalidad: entre el exceso por acción y la
insuficiencia por omisión o defecto", op. cit., p. 143.
411
cambio, la medida alternativa es idónea, pero afecta en mayor medida
el derecho fundamental del trabajador, entonces la medida enjuiciada
supera el control y debe ser considerada necesaria y proporcionada.
428
BOROWSKY, M. La estructura de los derechos fundamentales, op. cit., p. 131.
429
ALEXY, R. Teoría de los derechos fundamentales, op. cit., p. 71.
412
El núcleo de la ponderación en sentido estricto es la comparación
entre el grado de intensidad de la afectación del derecho fundamental,
en nuestro caso del trabajador, con el grado de importancia del
derecho fundamental en que se sostiene la conducta que genera la
colisión, en nuestro caso, del empresario.
431
BERNAL PULIDO, C. El principio de proporcionalidad y los derechos fundamentales, op.
cit., p. 787. El debate acerca de la escala triádica en la aplicación del juicio de
proporcionalidad en sentido estricto propuesto por Alexy es significativo: en su crítica está,
por una parte, la falta de criterios generales para efectuar esa graduación y, por otra, el
argumento de la inconmensurabilidad de los derechos en conflicto -no existe una medida
común para efectuar esa comparación entre intensidades-. Ver DE LORA, P. "Tras el rastro
de la ponderación", Revista Española de Derecho Constitucional, Nº 60, Madrid, 2000, pp.
363 y ss. MORESO, J. "Alexy y la aritmética de la ponderación", op. cit., pp. 87 y ss. En su
defensa, el hecho de que existen muchos casos claros en donde la comparación es en
cierto modo evidente, y en los casos difíciles, el hecho de que lo que se compara no es la
afectación a un derecho fundamental y la satisfacción del derecho fundamental opuesto,
"sino la intensidad entre una y otra variable. Las dos intensidades están formuladas de
acuerdo con un mismo rasero: su mayor o menor grado, que está representado por los
tres niveles: leve, intermedio e intenso". BERNAL PULIDO, C. "El principio de
proporcionalidad y los derechos fundamentales", op. cit., p. 787.
432
MORESO, J. J. "Alexy y la aritmética de la ponderación", op. cit., p. 84.
414
a) Grado de afectación de un derecho fundamental del trabajador
433
BERNAL PULIDO, C. El principio de proporcionalidad y derechos fundamentales, op. cit.,
p. 663.
415
de afectación negativa del derecho debe determinarse en relación con
la eficacia, rapidez, probabilidad, alcance y duración que la medida
empresarial tiene sobre la posición del trabajador que forma parte de
su derecho fundamental434.
436
ROQUETA, R. Ibidem, p. 58.
437
GARCÍA NINET, J. "De los registros del trabajador y del respeto máximo de la dignidad e
intimidad de este", en AAVV El control empresarial en el ámbito laboral, CISS, Valencia,
2005, p. 195.
417
móvil del trabajador, es menos intenso que el "control de movimientos
mediante GPS instalado en el vehículo de la empresa utilizado por el
trabajador en sus desplazamientos" 438. En la misma línea, la medida
empresarial de un "test de honestidad" —impregnación de tinte
invisible en un billete previamente introducido en un monedero dejado
en los vestuarios— agrede levemente el derecho a la privacidad de la
trabajadora "en cuanto el examen de manos de la actora tuvo una
duración temporal limitada, la suficiente para comprobar si las tenía
manchadas con el referido tinte"439.
438
TASCON, R. "El lento (pero firme) proceso de decantación de los límites del poder de
control empresarial en la era tecnológica", Aranzadi Social, Nº 17, 2007, Madrid, p. 6.
439
MERCADER, J. "El derecho a la intimidad del trabajador en el ámbito laboral", El
Graduado Digital, Nº 58, Madrid, 2009, p. 1.
418
ámbito protegido prima facie, pero no todas esas posiciones tienen
igual valor normativo440.
La centralidad de una determinada posición corresponde a un
análisis normativo-dogmático: "sólo la moral política de cada sociedad,
reflejada en la dogmática de los derechos fundamentales y de los
principios constitucionales vigentes en la práctica constitucional, puede
determinar en cada momento si una posición o un fin es más o menos
significativo —en términos rawlsianos— para la realización de las
capacidades de la persona liberal y de la persona democrática y del
individuo del Estado social"441.
440
Como veremos más adelante, la idea de que los derechos fundamentales tienen un
núcleo y una periferia corresponde a la denominada "teoría del contenido esencial". Y
como diremos, esta teoría, al menos en su versión absoluta, es incompatible con la
proporcionalidad, en cuanto la ponderación no admite la idea de que existan espacios no
reductibles o restringibles de los derechos fundamentales. Sin embargo, una idea valiosa
que se rescata es precisamente la afirmación de que hay posiciones e intereses más
centrales y otros más periféricos para cada derecho fundamental.
441
BERNAL PULIDO, C. El principio de proporcionalidad y los derechos fundamentales, op.
cit., p. 764.
419
b) la parte o porción del derecho fundamental afectado. Mientras
mayor sea la parte o contenido del derecho involucrado, mayor es la
intensidad de la afectación;
443
GARCÍA NINET, J. "De los registros del trabajador y del respeto máximo a la dignidad e
intimidad de éste", en AAVV El control empresarial en el ámbito laboral, CISS, 2005,
Valencia, p. 195.
444
GARCÍA NINET, J. Ibidem, p. 182.
445
Por ello se señala que "la grabación de la voz, por este y otros motivos, supone una
mayor injerencia en el ámbito de la privacidad del trabajador que la sola filmación de la
figura, porque en las conversaciones que mantienen los trabajadores entre sí y con los
clientes, pueden deslizarse conceptos o afirmaciones que afecten al ámbito de la
privacidad particular del trabajador y aun la de los clientes"(STSJ de Cataluña, de 25 de
abril de 1994). Ver en ARIAS, A. y RUBIO, F. El derecho de los trabajadores a la intimidad,
op. cit., p. 155.
421
En fin, siguiendo la misma línea de reflexión de los casos anteriores,
no sería difícil sostener que la medida empresarial que persigue
conocer la tendencia sexual del trabajador restringe en mayor medida
el derecho fundamental del trabajador, que aquella que busca conocer
la situación comercial del mismo, ya que la primera posición o interés
—la opción sexual— tiene, atendidas las consideraciones normativas
jurídicas dominantes, una centralidad mayor dentro del ámbito
protegido del derecho fundamental de privacidad, que el estado
comercial del trabajador.
422
Lo anterior, supone una evaluación, al igual que el grado de
afectación del derecho fundamental del trabajador, tanto desde la
perspectiva fáctica como de la normativa.
TASCON, R. "El lento (pero firme) proceso de decantación de los límites del poder de
446
424
comunes de un hotel con el objeto de comprobar si se tienen
encendidas las luces del mismo y abierta las puertas al público;
puertas de entrada y salida del almacén-despensa que da acceso a la
cocina, del que se sospecha que se sustraen viandas de la empresa,
etc."447.
En relación con la duración, cuanto más tiempo la medida
empresarial logre el fin inmediato y, de ese modo, más tiempo cautele
la o las posiciones del derecho fundamental del empresario, mayor
será el grado de importancia de la satisfacción del derecho de que se
trata. En ese sentido, la revisión aleatoria del correo electrónico del
trabajador es una medida menos relevante para la consecución del fin
empresarial perseguido, que la instalación de un programa de
vigilancia "permanente, que permite registrar todo cuanto realiza el
trabajador"448.
ARIAS, A. y RUBIO, F. El derecho de los trabajadores a la intimidad, op. cit., p. 147.
447
450
SÁNCHEZ T. E. "Mercadotecnia y derechos fundamentales de los trabajadores: a
propósito de la STC 84/2006, de 27 de marzo", IUS Laboral, Nº 3, 2006, p. 8.
451
MORESO, J. J. "Alexy y la aritmética de la ponderación", op. cit., p. 84.
427
Como ya señalamos, los grados en conflicto —
intervención versus satisfacción— se miden en una escala de tres
grados: grave, medio y leve.
452
GUASTINI, R. Distinguiendo, Gedisa, Barcelona, 1999, p. 171.
428
al derecho que, en este supuesto, insistimos, debilitadamente cede,
pero no desaparece"453.
En ese sentido, siguiendo un caso propuesto por Alexy, la medida
legal de obligar a los productores de tabaco de anunciar los daños que
sus productos causan en los consumidores, es de intensidad "leve en
la libertad de profesión u oficio", especialmente comparadas con otras
—como la prohibición de venta—. A su turno, los riesgos para la salud
asociados al tabaquismo son elevados, por lo cual las razones de la
intervención son de peso. De esta manera, asegurada en primer lugar
la intensidad de la injerencia como leve, y alto el grado de importancia
del motivo de ella, así, con el Tribunal Constitucional, se puede
denominar, ciertamente, el resultado de la comprobación de la
proporcionalidad en sentido estricto, como evidente" 454.
435
límites se proyectan en las premisas empíricas y normativas
relevantes en la ponderación"463.
465
GARCÍA-PERROTE, I. y MERCADER, J. "Conflicto y ponderación de los derechos
fundamentales de contenido laboral", en AAVV El modelo social en la Constitución
española de 1978, op. cit., p. 267.
437
en cuanto a la certeza fáctica podrán modificar el resultado del juicio
de proporcionalidad en sentido estricto.
466
Como explica Alexy "en su versión completa, la fórmula del peso contiene, junto a las
intensidades de las intervenciones en los principios, los pesos abstractos de los principios
en colisión y los grados de seguridad de los presupuestos empíricos acerca de la
realización y la falta de realización de los principios en colisión, ocasionadas por la
medida que se enjuicia. Esto significa que en una colisión entre dos principios el peso
concreto o relativo de cada uno de los principios depende de tres factores, es decir, en
total, seis factores. Sin embargo, éstos deben ser utilizados en la fórmula sólo cuando los
pares de factores sean desiguales. Si estos pares son iguales, se neutralizan
mutuamente". ALEXY, R. "La fórmula del peso", en AAVV El principio de proporcionalidad
en el Estado Constitucional, op. cit., p. 38.
438
fundamentales en el marco del contrato de trabajo, dicen relación
directa con la aplicación de la "fórmula del peso" 467.
467
La "fórmula del peso" es una pieza clave para los defensores de la ponderación, en
cuanto se entiende que evita la "arbitrariedad" en la aplicación de la proporcionalidad,
pues "excluye la posibilidad de que la ponderación sea puramente subjetiva". Ello porque
"delimita este ámbito de deliberación del juez para la determinación de estas intensidades
y debe ofrecer los mejores argumentos para justificar correctamente su decisión. Quien la
observa desde la perspectiva de la corrección, debe afirmar que el juez debe justificar
tales magnitudes con los mejores argumentos. El deber de justificar correctamente la
magnitud que se atribuye a cada variable tiene, sin embargo, un efecto positivo en la
dimensión institucional: excluye la arbitrariedad judicial". BERNAL PULIDO, C. Los derechos
fundamentales y la teoría de los principios. ¿Es la teoría de los principios la base para
una teoría adecuada de los derechos fundamentales de la Constitución española?, op.
cit., p. 286.
439
trabajador, versus la intensidad de la importancia de la satisfacción
para las posiciones de la empresa.
440
puestos de trabajo para detener hurtos y sustracciones detectada por
la empresa). Y que, a su turno, la importancia de la medida para el
derecho fundamental del empresario sea relevante (como es la
protección de la propiedad ante sustracciones), pero que exista poca
certeza sobre su éxito (no hay evidencias que justifiquen las
sospechas sobre los específicos trabajadores cuyos puestos serán
vigilados por las cámaras instaladas).
469
BERNAL PULIDO, C. El principio de proporcionalidad y los derechos fundamentales, op.
cit., p. 793.
470
MARTÍNEZ, D. Conflictos constitucionales, ponderación indeterminación normativa, op.
cit., p. 182.
442
De este modo, entonces, de las diversas ponderaciones efectuadas
por la jurisprudencia, es posible reconstruir reglas de derecho
aplicables a otros casos laborales sustancialmente iguales: la empresa
no debe instalar sistemas de audio en las posiciones de trabajo si
existe ya un sistema de vigilancia de video que recae sobre ese
puesto y que ya cumple ese objetivo. O la empresa puede instalar
cámaras de video en casos de acreditadas sospechas de hurto al
patrimonio empresarial sobre un puesto de trabajo.
471
LOPERA, G. Principio de proporcionalidad y ley penal, op. cit., p. 547.
443
posición y qué derecho fundamental triunfará transitoriamente "para
ese caso en concreto". De esa operación se producirá una regla que
determinará bajo qué condiciones debe ser preferido un derecho
fundamental respecto de otro, para todos los casos sustancialmente
iguales.
Por último, y volviendo a la subsunción, las razones que
determinaron la regla de derecho que expresa el resultado de la
ponderación y que da preferencia a un derecho por sobre otro, se
pretende "no se limiten estrictamente a ese caso (por mucho que,
naturalmente, los efectos jurídicos de la decisión se circunscriban a
él), sino que sirvan asimismo para cualquier otro supuesto que
comparta las mismas propiedades relevantes (esto es, que sea
instancia del mismo caso genérico)"472.
En segundo lugar, se enfrenta de esta manera una de las principales
críticas a la ponderación, como es el particularismo —esto es, la falta
de razones aplicables a casos genéricos y no sólo a casos individuales
—, y las posibilidades de aumento de los resultados contradictorios en
su aplicación, dado "que una propiedad diferente puede hacer que un
nuevo caso tenga una solución distinta" 473. De ahí que se hable de una
jurisprudencia de "carácter polémico", cuyas "discrepancias no radican
tanto en las bases dogmáticas o conceptuales del enjuiciamiento, que
son firmes, sino en las valoraciones y ponderaciones a que obliga una
jurisprudencia acentuadamente casuística"474.
472
MARTÍNEZ, D. Conflictos constitucionales, ponderación e indeterminación normativa, op.
cit., p. 180.
473
MORESO, J. J. "Alexy y la aritmética de la ponderación", op. cit., p. 246.
474
MARTÍN VALVERDE, A. "Contrato de trabajo y derechos fundamentales", op. cit., p. 22.
444
De ahí que se afirme que la ponderación conlleve una valoración que
"no pocas veces depara resultados contradictorios, no ya sobre la
aplicación en abstracto de los referidos principios a la luz de los
singulares intereses en juego, sino sobre la apreciación en concreto de
una misma realidad empresarial"475.
Lo anterior se soluciona si el resultado de la ponderación y la
aplicación del principio de proporcionalidad se constituye como una
regla aplicable a otros casos iguales o relevantemente similares. Y ello
porque "no toda nueva colisión de principios requiere una ponderación.
Esto sería redundante si las condiciones de un resultado de una
ponderación se dieran en el nuevo caso; en tanto se puede subsumir
el caso nuevo bajo el antecedente de un resultado regla de una
ponderación, entonces y en principio, no se pondera en concreto" 476.
Ello supone, sin embargo, que opere una regla de precedente en el
sistema jurídico donde se genere esa regla resultado de la
ponderación, ya que el modo de evitar el particularismo (o la
ponderación ad hoc) es mediante una universalización por esa vía: "la
ponderación se configura (..) como un paso intermedio entre la
declaración de relevancia de dos principios en conflicto para
regular prima facie un cierto caso y la construcción de un regla para
regular en definitiva ese caso; regla que, por cierto, merced al
precedente, puede generalizarse y terminar por hacer innecesaria la
ponderación en los casos centrales o reiterados" 477.
475
GOÑI, J. L. La videovigilancia empresarial y la protección de datos personales, op. cit.,
p. 48.
476
CLERICO, L. El examen de proporcionalidad en el Derecho Constitucional, op. cit., p.
181.
477
PRIETO SANCHÍS, L. "Neoconstitucionalismo y ponderación judicial", en AAVV, op. cit., p.
145.
445
4.1.5. Teoría de la proporcionalidad laboral
480
Como se ha destacado ampliamente, ambas opciones aparecen sostenidas
-contradictoriamente- por Alexy. En su libro Teoría de los Derechos Fundamentales,
sostiene que en caso de empate entre las posiciones afectadas de derechos
fundamentales y la posición del legislador, la carga de la argumentación opera en favor de
los primeros, exigiendo "razones más fuertes" para hacer primar la protección legal de
otros bienes o fines constitucionales, sosteniendo de ese modo un "principio in dubio pro
libertate". ALEXY, R. Teoría de los derechos fundamentales, op. cit., p. 550. En cambio, en
su Epílogo, sostiene que "si las razones para la intervención son tan fuertes como las que
juegan en su contra, la intervención no es desproporcionada", de modo que en casos de
empate, la ley debe ser considerada proporcionada, lo que constituye una regla de
decisión en favor del legislador (principio in dubio pro legislatore) fundada en razones
democráticas. ALEXY, R. "Epílogo a la teoría de los derechos fundamentales", op. cit., p.
45.
447
empresa decida realizar la instalación oculta de un sistema de
vigilancia (afectación grave), para confirmar las razonables sospechas
de hurto por parte de un trabajador (importancia grave)?
La respuesta es obvia: no es pertinente la aplicación de ese tipo de
cargas argumentativas sostenidas por la teoría de la ponderación. Tal
como señala la doctrina, "si se trata de una colisión entre derechos
fundamentales, el principio in dubio pro derechos fundamentales se
anula porque juega de la misma manera a favor de los derechos en
conflicto"481. Y menos resulta aplicable el principio pro legislatore por
razones evidentes: no hay ni ley ni legislador a quien preferir.
482
ARIAS, A. y RUBIO, F. El derecho de los trabajadores a la intimidad, op. cit., p. 151.
483
THIBAULT, J. Control multimedia de la actividad laboral, Tirant lo Blanch, Valencia, 2006,
op. cit., p. 31.
484
ARIAS, A. y RUBIO, F. El derecho de los trabajadores a la intimidad, op. cit., p. 151.
485
GOÑI, J. L. La videovigilancia empresarial y la protección de datos personales, op. cit.,
p. 48.
449
Desde esa perspectiva, la instalación secreta de cámaras de video
para controlar al trabajador es un caso siempre espinudo para la teoría
estándar de la proporcionalidad. A primera vista, una afectación grave
o intensa del derecho a la vida privada; sin embargo, la ponderación
se torna compleja si con esa medida se logra detectar que el
trabajador duerme largos momentos durante la jornada de trabajo
pactada, o realiza hurtos en la propiedad del empresario 486. Nos
referimos, por supuesto, a los casos donde la ley no ha regulado el
deber de informar a los trabajadores de la instalación de esos
mecanismos487.
Y en la propia doctrina laboral se refleja esa situación de
complejidad, ya que los autores encuentran razones tanto para
justificar la decisión, como para rechazarla. Para algunos, el grado de
importancia de la medida es de tal entidad que la justifica
jurídicamente y la torna proporcionada: "la circunstancia de que el
empresario no haya informado a los trabajadores de que están siendo
486
De hecho, no le cuesta a la misma doctrina encontrar esas aplicaciones contradictorias:
la instalación clandestina de cámaras de televisión que graban al trabajador que ejerce de
guardia de un museo y que permite sorprenderlo "durmiendo en horas de trabajo" y
"masturbándose", es considerada una medida desproporcionada, "apreciando vulneración
al derecho de intimidad del trabajador, y declarando la nulidad del despido disciplinario".
Sin embargo en otro caso similar de trabajador vigilante despedido por realizar
incumplimientos parecidos (realizar prácticas onanísticas en las que se estimula el órgano
sexual hasta culminar las mismas eyaculando sobre el "vade" de la mesa", dormir, etc.)
constatados igualmente a través de cámaras instaladas por una Agencia Privada de
Investigación, ha deducido que la medida de control era justificada, toda vez que la
empleadora no cuenta con otro medio más racional y proporcionado de control,
alcanzando la conclusión de que no existió vulneración del derecho a intimidad"GOÑI. J.
L. Ibidem, p. 49.
487
Lo que da lugar a un problema distinto pero relacionado: ¿debe efectuarse el juicio de
proporcionalidad si la medida del empleador no cumple antes con la exigencia legal de
información? Como dijimos antes, a propósito del derecho a la privacidad, a nuestro juicio,
la respuesta es negativa. La medida es lesiva de ese derecho por su carácter ilegal.
450
filmados, no invalida la monitorización cuando se trata de verificar una
sospecha cierta acerca de los incumplimientos graves con ocasión del
desarrollo de la prestación del trabajador vigilado, de modo tal, que
deben aceptarse los controles ocultos —sin conocimiento por parte de
los trabajadores— cuando con los mismos se pretende poner de
manifiesto la conducta ilícita de un concreto trabajador sobre el que se
tienen razonables y fundadas sospechas" 488. Para otros, en cambio, el
grado de afectación es intenso, ya que el control empresarial ha
descubierto conductas que se "realizan en conciencia de no ser
observado", que causarán un "grave deterioro ad futurum de la
imagen" y ha supuesto un "secretismo" que ha ido más allá de
detectar el incumplimiento laboral, y que no se compensa con la
importancia que la medida tiene para el derecho de la empresa 489.
493
En cualquier caso, la teoría de la ponderación y la proporcionalidad parece estar
perfectamente al tanto de esta posibilidad de no encontrar esa respuesta correcta y
evidente para solucionar la colisión de derechos fundamentales en el marco del contrato
de trabajo, especialmente por no parecer obvio el resultado de la comparación de grados
de intensidad en el juicio de proporcionalidad en sentido estricto -los empates de los que
venimos hablando-. De hecho, se trata de una "cuestión en la que se pone a prueba la
racionalidad del principio de proporcionalidad como un criterio metodológico para orientar
la argumentación sobre el contenido de los derechos fundamentales". LOPERA,
G. Principio de proporcionalidad y ley penal, op. cit., p. 544. Como explica Alexy "la teoría
radical señala que la ponderación establece un resultado en forma racional para todos los
casos. La teoría de los principios no ha defendido nunca esa tesis y, por el contrario,
siempre ha enfatizado que la ponderación no es un procedimiento que en cada caso
conduzca necesariamente a un único resultado". Lo que ocurre es que "ciertamente no en
todos los casos, pero sí en algunos casos, puede establecerse un resultado de manera
racional y que el conjunto de estos casos es suficientemente interesante como para que la
existencia de la ponderación como método esté justificada". ALEXY, R. Teoría de los
derechos fundamentales, op. cit., p. 530.
494
Se afirma que "llegado a este punto, ya no nos parece que la postura sea tan
garantista, es más, nos parece un tanto peligrosa desde el momento en que admite que
determinados individuos puedan ver vulnerados en sus derechos fundamentales, tanto en
el contenido esencial, como en el más amplio, contenido constitucional, siempre que se
observen unos determinados requisitos: que dicha limitación esté justificada por la
protección de otro bien o valor constitucional y que respete el principio de
proporcionalidad". CARRIZOSA, E. "El principio de proporcionalidad en el Derecho del
Trabajo", op. cit., p. 503.
495
GOÑI, J. L. "Los criterios básicos de enjuiciamiento constitucional de la actividad de
control empresarial: debilidad y fisuras del principio de proporcionalidad", op. cit., p. 84.
453
haberse considerado parte de ese núcleo que comprende el contenido
esencial de sus derechos fundamentales, se ven ahora bajo la
aplicación de la ponderación y de la relativización de la "garantía del
contenido esencial", sujetas a restricciones proporcionadas.
BIDART CAMPOS, G. "Las fuentes del derecho constitucional y el principio pro homine",
496
en AAVV El derecho constitucional del siglo XXI, Argentina, Editor S.A., 2000.
454
encuentran los titulares de esos derechos y el contexto en que ellos se
ejercen.
497
En el caso del derecho chileno, ese reconocimiento constitucional se expresa en la
norma contenida en el artículo 19, Nº 16, que ordena proteger la libertad de trabajo y al
trabajo propiamente tal.
498
Como ha sugerido Anderson, el trabajador enfrenta a un gobierno privado, que tiene un
"poder arbitrario" sobre los que gobierna. ANDERSON, E. Private Government, How
employers rule our lives, op. cit., p. 45. A su turno, esa misma idea se ha expresado en la
doctrina laboral comparada, en cuanto el empleador "organiza un ámbito, una polis, donde
señorea día tras día sobre la libertad de otros ciudadanos; es por ello un poder político
privado que no debería tener paridad de tratamiento cuando colisionara con los derechos
fundamentales de los trabajadores"OJEDA, A. "Equilibrio de intereses y bloque de
constitucionalidad personal en la empresa", Revista Derecho Social, Albacete, 2006, p.
20.
455
las relaciones laborales, que se haga cargo de esta doble condición
que concurre respecto del mismo sujeto: como trabajador y ciudadano.
499
DWORKIN, R. Los derechos en serio, Ariel, Barcelona, 1994, p. 457.
500
LARIGUET, G. Dilemas y conflictos trágicos, Temis, Bogotá, p. 229.
456
4.1.6. La proporcionalidad y otros principios de derechos
fundamentales
Dicho de otro modo, ¿es posible que ante el escenario de optar por
una solución, resulte un empate entre los derechos fundamentales del
trabajador y del empresario, al momento de aplicar el juicio de
457
proporcionalidad? Y de ser el caso, ¿es posible que en vez de buscar
la "precedencia condicionada" de un derecho respecto del otro, se
postule la opción de intentar efectuar un arreglo que permita a ambos
ser aplicados simultáneamente?
507
GARCÍA-PERROTE, I. y MERCADER, J. "Conflicto y ponderación de los derechos
fundamentales de contenido laboral", op. cit., p. 270.
508
GUASTINI, R. "Ponderación: un análisis de los conflictos entre principios
constitucionales", Palestra del Tribunal Constitucional, año 2, Nº 8, Lima, 2007, p. 637.
460
prioridad justificadas en las que un principio logra un muy alto nivel de
realización y el colisionante ninguno"509.
Esta incompatibilidad entre proporcionalidad y concordancia práctica
ha sido advertida por parte de la doctrina laboral: "el equilibrio entre los
derechos fundamentales del trabajador y el poder de dirección del
empleador no está en el punto medio entre ambos", ya que "cuando se
exige que toda limitación a los derechos fundamentales supere el triple
test de proporcionalidad y que, además, esté estrictamente justificada,
se está afirmando su carácter excepcional; sólo en tales casos cabrá
limitar los derechos de los trabajadores. Por el contrario, si falla alguno
de estos requisitos o condicionamientos acumulativos, el derecho
fundamental de que se trate queda blindado frente al poder de
dirección empresarial, y cualquier negación o restricción del mismo ha
de considerarse como una vulneración"510.
Para otros, no obstante, existe plena compatibilidad entre el principio
de proporcionalidad y la concordancia práctica. De hecho, subrayan
que "el resultado óptimo del ejercicio de una ponderación no habría de
ser el triunfo aplastante de uno de los principios, ni siquiera en el caso
concreto, sino la armonización de ambos, esto es, la búsqueda de una
solución intermedia que en puridad no diera satisfacción plena a
ninguno, sino que procurase la más liviana lesión de ambos" 511.
El problema es que esa solución de "arreglo medio" es más bien
excepcional, como reconoce la propia doctrina: "ciertamente en el
509
GUASTINI, R. "Ponderación: un análisis de los conflictos entre principios
constitucionales", Palestra del Tribunal Constitucional, año 2, Nº 8, Lima, 2007, p. 637.
510
SEMPERE, A. y SAN MARTÍN, C. "Los derechos fundamentales (inespecíficos) en la
negociación colectiva", en AAVV El modelo social de la Constitución de 1978, op. cit., p.
280.
511
PRIETO SANCHÍS, L. Justicia constitucional y derechos fundamentales, op. cit., p. 192.
461
mundo del Derecho una solución conciliadora no siempre será
viable"512.
En ese sentido, aunque en la mayor parte de las veces la
ponderación no tendrá como resultado un arreglo de compromiso
entre derechos fundamentales en conflicto, sino el desplazamiento de
uno en favor del otro, se reconoce la posibilidad de que existan casos
excepcionales de concordancia práctica, como posible arreglo
intermedio entre los derechos en conflicto513.
Especialmente en aquellos casos en que superadas las limitaciones
procesales respectivas514, y donde la naturaleza de los derechos
fundamentales enfrentados lo permita —particularmente cuando la
medida empresarial admita graduaciones— la "concordancia práctica"
podría ser el modo de resolver algunos casos difíciles a los que nos
referíamos antes.
En ese sentido, una situación paradigmática corresponde a la
denominada doctrina del "acomodo razonable" (reasonable
accomodation) y su aplicación —principalmente en el derecho de
Estados Unidos— a un caso laboral tradicional: los trabajadores
sabatistas (sabbatarian cases). Se trata de aquellos casos cuya
pretensión consiste en "la negativa de un sujeto a realizar cualquier
512
PRIETO SANCHÍS, L. Ibidem.
513
BERNAL PULIDO, C. El principio de proporcionalidad y los derechos fundamentales, op.
cit, pp. 554 y ss.
514
Las estructuras procesales en litigios entre particulares no suelen admitir soluciones
intermedias entre las partes, sino que suponen resolver el asunto en favor de uno u otro
de los contrincantes, bajo el riesgo de que el juez y la sentencia que emita incurra en
vicios de validez comúnmente conocidos como "extrapetita", ya que no existiría
coincidencia entre el objeto pedido por las partes y lo decidido por el juez.
462
actividad laboral en sábado, por considerarlo un día de descanso de
acuerdo a sus creencias religiosas"515.
515
GARCÍA-PERROTE, I. y MERCADER, J. "Conflicto y ponderación de los derechos
fundamentales de contenido laboral", en AAVV El modelo social en la Constitución
española de 1978, op. cit., p. 271.
516
Para la revisión del tema ver GLEASON, I. "Religious Discrimination in Employement:
Title VII and the Constitution", J. Church && St., vol. 29, 1987 y PLAYER, M. Employement
discrimination law, West Publishing, Co., Minnesota, 1988.
463
b) El principio de proporcionalidad y el contenido esencial de los
derechos fundamentales
518
PRIETO SANCHÍS, L. Justicia constitucional y derechos fundamentales, op. cit., p. 232.
519
BERNAL PULIDO, C. El principio de proporcionalidad y los derechos fundamentales, op.
cit., p. 404.
520
CLERICO, L. El examen de proporcionalidad en el Derecho Constitucional, op. cit., p. 88.
521
PAREJO, L. "El contenido esencial de los derechos fundamentales en la jurisprudencia
constitucional: a propósito de la sentencia de 8 de abril de 1981", Revista Española de
Derecho Constitucional, Madrid, 1891, p. 187.
465
criterios mínimamente orientativos para delimitar en abstracto lo que
es esencial en un derecho fundamental"522.
La teoría relativa, en cambio, sostiene que "el contenido esencial es
aquello que queda después de la ponderación. Las restricciones que
son acordes con el principio de proporcionalidad no vulneran la
garantía del contenido esencial, aun cuando en el caso particular no
dejen nada del derecho fundamental. La garantía del contenido
esencial se reduce al principio de proporcionalidad" 523.
Según esta teoría "la garantía de contenido esencial se limitaría a
exigir que cualquier restricción que se efectúe sobre un derecho
fundamental esté suficientemente justificada, siendo el test que se
aplica para examinar esta justificación el principio de
proporcionalidad"524.
522
PRIETO SANCHÍS, L. Justicia constitucional y derechos fundamentales, op. cit. p. 234.
523
ALEXY, R. Teoría de los derechos fundamentales, op. cit., p. 259.
524
MARTÍNEZ-PUJALTE, A. y DOMINGO, T. Los derechos fundamentales en el sistema
constitucional, Palestra, Lima, 2010, p. 48.
466
De la tesis del contenido relativo no corresponde hacer mayor
análisis. Entendido, en palabras de Alexy, como aquello que queda
después de la ponderación, entonces, no cabe sino concluir en la
plena compatibilidad entre esta teoría y el principio de
proporcionalidad.
526
PRIETO SANCHÍS, L. Justicia constitucional y derechos fundamentales, op. cit., p. 236.
527
OJEDA, A. "Equilibrio de intereses y bloque de constitucionalidad personal en la
empresa", op. cit., p. 26.
528
SEMPERE, A. y SAN MARTÍN, C. Los derechos fundamentales (inespecíficos) en la
negociación colectiva, Aranzadi, Madrid, 2011, p. 279.
468
existencia de una justificación proporcionada en sentido amplio —
razones idóneas, necesarias y proporcionadas en sentido estricto—.
469
Y si esto es así, entonces el eventual adelgazamiento de los
derechos fundamentales del trabajador, como resultado de un principio
de proporcionalidad que no asegura ningún espacio irreductible —que
era, precisamente, lo garantizado por el contenido esencial—
despierta un evidente peligro.
529
ALEXY, R. Teoría de los derechos fundamentales, op. cit., p. 261.
470
permite ahorrar una parte de la argumentación cuando nos hallamos
ante intervenciones patente y especialmente lesivas" 530.
Ahora, cabe explorar, de igual modo, una respuesta desde fuera del
principio de proporcionalidad, con el fin de intentar salvar la idea de
contenido esencial del derecho fundamental en relación con el
principio de proporcionalidad.
530
PRIETO SANCHÍS, L. Justicia constitucional y derechos fundamentales, op. cit., p. 236.
471
misma ha de declararse inconstitucional por afectar, no a una facultad
o posibilidad de actuación integrante del contenido normal del
derecho, sino constitutiva del absolutamente intangible contenido
esencial"531.
Se hace así compatible la exigencia del "contenido esencial" y el
"principio de proporcionalidad": "el núcleo esencial es irreductible,
nunca puede ser afectado. La periferia, en cambio, sí puede sufrir
restricciones, siempre y cuando observen el principio de
proporcionalidad"532.
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