Resistencia Sistémica Inducida en Plantas
Resistencia Sistémica Inducida en Plantas
Resistencia Sistémica Inducida en Plantas
Marco teórico
2.1.6. Condicionamiento
Cuando las plantas son pretratadas con patógenos necrosantes o inductores sintéticos de
RSA, las hojas protegidas sistémicamente reaccionan rápida y más eficientemente a los
retos de la infección con un patógeno virulento. Este fenómeno es conocido como
“condiciona- miento o sensibilización”.
Skipp y Deverall (1973) indujeron resistencia en hipocotilos de frijol, para ello inocularon
Colletotrichum lindemuthianum. Estos reaccionaron rápidamente a una segunda infección
del mismo patógeno. El tejido que rodeaba la RH inicial, no solo fue más resistente contra
el hongo, sino que también mostraron necrosis después de ser sometidos a un choque por
calor. Un cambio en la sensibilidad de las células inducidas permitió una reacción al calor
del medio ambiente, así como una reacción más rápida a la infección del patógeno.
C. Lagenarium. Dean y Kuc (1987) demostraron que el tejido protegido incorpora 14C en
lignina a tasas mayores y más extensas que los tejidos no protegidos. Esto está de acuerdo a
las observaciones de la lignificación alrededor de los sitios de intento de penetración del
tubo germinal del hongo (Hammerschmidt y Kuc, 1982).
El ácido salicílico se sintetiza por la vía del metabolismo fenilpropanoide desde ácido
cinamico y ácido benzoico. Se acumula intracelularmente en un receptor específico o se
une a la enzima catalasa. Normalmente la catalasa protege a la planta contra el estrés
oxidativo ejercido por las especies reactivas de oxígeno. Sin embargo, esta actividad de la
catalasa es bloqueada por la unión del ácido salicílico. Asi ue alterando la cantidad de ácido
salicílico dentro de la celda, se puede regular el nivel de las especies reactivas de oxígeno
como el peróxido de hidrógeno. Si solamente una pequeña cantidad de ácido salicílico está
presente en la célula, y poco unido a la catalasa, su actividad permanece alta, manteniendo
el nivel de especies reactivas de oxígeno bajo. Cuando los niveles de ácido salicílico son
altos y la actividad de la catalasa baja, los niveles de las especies reactivas de oxígeno
permanecen altas liberando la síntesis de proteínas-PR. La síntesis de proteínas-PR también
puede inducirse artificialmente inyectando H O en las hojas de las plantas.
El papel bien establecido para el H O es como una molécula señal durante la respuesta
hipersensitiva. Después del reconocimiento de un patógeno, la generación del H2O2
produce los enlaces cruzados de las proteínas y la unión de
compuestos fenólicos en la pared celular y quizá tiene efecto microbicida (Wu et al., 1995).
En soya, el H2O2 induce la expresión de genes de enzimas relacionadas con la defensa
Los virus que infectan a las plantas son, generalmente, de tipo ADN o ARN de cadena
simple. Estos fitopatógenos son transmitidos a las plantas a través de semillas, polen o
vectores. El ciclo viral se inicia al penetrar el virus en la célula hospedera. Este comienza
con el desensamblaje, la replicación del ARN, la traducción de proteínas, el ensamble, la
liberación, el movimiento de célula a célula y a larga distancia. La multiplicación y
translocación de los virus en las plantas son necesarios para el desarrollo de los síntomas.
A nivel mundial, para disminuir los daños ocasionados por la diseminación de los virus
fitopatógenos, se emplearon cultivares resistentes que son desarrollados en los programas
de mejoramiento genético. Para llevar a cabo estos programas existen tres fuentes de
obtención de genes para proteger las plantas contra los virus: Genes de resistencia natural,
Resistencia derivada del patógeno, y Resistencia conferida por otras fuentes, como son
protección cruzada, resistencia derivada de anticuerpos, silenciamiento postranscripcional
de genes (sPtG), resistencia mediada por proteínas y péptidos.
Con respecto a los genes de resistencia natural, diversos estudios demostraron que la
mayoría de los genes de resistencia viral caracterizados en plantas fueron de la clase
dominio de unión a nucleótido de repeticiones ricas en leucina (NBS-LRR), que
proporciona resistencia dominante monogénica.
Bajo este contexto, se demuestra que microorganismos como las rizobacterias del
género Bacillus pueden inducir resistencia sistémica en plantas, mediante la expresión de
genes que participan en la cascada de señalización de AS, AJ y ET contra diversos
patógenos, con especial enfoque hacia enfermedades ocasionadas por virus.
Para sobrevivir a enfermedades ocasionadas por diversos patógenos, las plantas desarrollan
mecanismos de resistencia inducida basados en el reconocimiento del patógeno y una
inmediata respuesta de señalización para activar las defensas.
Las interacciones entre las vías de señalización están mediadas por dos formas de
resistencia sistémica, la Resistencia Sistémica Adquirida (RSA, mediada por AS) y la
Resistencia Sistémica Inducida (RSI, mediada por AJ y ET). Las investigaciones sobre
estos mecanismos de resistencia sugieren que las vías de señalización de los jasmonatos y
el etileno suelen trabajar juntos de manera cooperativa, siendo generalmente antagónicos a
la vía de señalización de AS.
No obstante, existe una creciente evidencia sobre que las vías de señalización mediadas por
AS, AJ y ET no funcionan de manera independiente. Sin embargo, algunas características
en las que se pueden diferenciar RSA y RSI son que, en el caso de RSA, esta es inducida
por un amplio número de elicitores bióticos o abióticos, induce PR y utiliza vías de
señalización que pueden involucrar al AS. Por otra parte, RSI es potencializada por la
interacción planta-PGPR, no involucra la síntesis de proteínas PR y la señalización la
realiza a través de AJ y ET.
Tras la percepción del patógeno, se activan rápidamente una serie de respuestas que
incluyen la expresión de genes asociados a defensa. Una de estas respuestas de defensa
promueve la RSI a través de la síntesis y posterior activación de las rutas del AJ y ET; sin
embargo, la interacción entre las vías de señalización puede ser antagónica o de
cooperación, lo cual resulta en la enfermedad o resistencia en la planta hacia el patógeno. Si
la interacción es positiva se activa una cascada de señalización que involucra a diversos
genes y factores de transcripción.
El AS es una molécula que posee un anillo aromático que lleva un grupo hidroxilo, o su
derivado funcional, pertenece a un conjunto de compuestos fenólicos y se produce por un
extenso número de organismos procariotas y eucariotas, incluyendo a las plantas. Las
investigaciones sobre esta molécula sugieren que el AS es una molécula de señalización en
la respuesta inmune de la planta, actuando durante el desarrollo de la RSA en plantas
dicotiledóneas.
La señalización de defensa regulada por ET incluye receptores de dicha molécula, que son
capaces de activar una cascada de quinasas proteínas quinasas activadas por mitógenos
(MAPK), cuya señal es transmitida al gen insensitivo a etileno-2 (EIN2) y que permite la
acumulación del factor de transcripción del gen insensitivo a etileno-3 (EIN3) y promueve
al factor de transcripción de respuesta a etileno (ERF1), el mismo que regula la expresión
génica en respuesta a patógenos y a la represión de genes de respuesta a herida.
En la primera década del siglo XXI, se realizaron investigaciones para conocer la expresión
del gen COI1 en plantas infectadas con virus fitopatógenos. Particularmente, se observó la
expresión de este gen en la interacción tabaco-TMV, al igual que la expresión del gen N en
plantaciones de tabaco, que confiere resistencia al TMV; se observó que la supresión del
gen COI1 afecta la función del gen N y COI1 es un componente en la respuesta de la
resistencia a TMV. Recientemente, en plantas de tabaco infectadas con TMV e inoculadas
con Bacillus spp. se observó la activación de los genes de NtPR1,
NtNPR1 y NtCOI1, generando una RSI modulada por Bacillus spp.
En la última década, diversos estudios demostraron que las interacciones entre la ruta del
ácido salicílico y la ruta del jasmonato y etileno pueden tener una cooperación antagónica o
una cooperación positiva mutua. A pesar de ello, la cooperación antagónica no es la más
común, pero existen algunos informes de dicha actividad. Por lo tanto, se ha sugerido que la
planta activa la red de señalización en dependencia de la naturaleza del patógeno y de su
modo de patogenicidad. Al respecto, estudios señalan al gen NPR1 como regulador central
en la ruta de señalización, tanto de RSA como de RSI.
El rol del gen NPR1 podría ser diferente en la RSA que en la RSI. Sin embargo, estas
diferentes funciones de NPR1 no son mutuamente excluyentes, ya que la simultánea
activación de la RSA y la RSI puede aumentar la capacidad de defensa de la planta,
comparado con su activación de forma independiente. En la ruta de AS, el NPR1 se conecta
a una proteína del núcleo, mientras que en la ruta mediada por AJ/ET la proteína es
conectada al citosol. Sin embargo, los mecanismos moleculares mediante los cuales
el NPR1 realiza esta función en la ruta AJ/ET aún no son muy claros.
III. Conclusión