Liduvina
Liduvina
Liduvina
LIMA – PERÚ
1
SANTA LIDUVINA Y SU ÁNGEL CUSTODIO
Nihil Obstat
Padre Ricardo Rebolleda
Vicario Provincial del Perú
Agustino Recoleto
Imprimatur
Mons. José Carmelo Martínez
Obispo de Cajamarca (Perú)
LIMA – PERÚ
2
ÍNDICE GENERAL
INTRODUCCIÓN
Ambiente social.
Su familia.
Los tres primeros años.
Comunión y pasión.
Alma víctima.
Muerte de su madre.
Los pobres.
Las almas.
El padre Andrés
Los mercenarios
Vida activa
Muerte de su padre.
La Virgen María.
Carismas a) Conocimiento sobrenatural.
b) Profecía. c) Multiplicación de alimentos.
d) Inedia. e) Llagas de Cristo. f) Ciencia infusa.
g) Luz sobrenatural. h) Bilocación.
i) visiones. j) Perfume sobrenatural.
Su ángel.
Documento de los magistrados.
Su muerte.
Algunas maravillas.
Milagros después de su muerte.
CRONOLOGÍA
CONCLUSIÓN
BIBLIOGRAFÍA
3
INTRODUCCIÓN
4
en plenitud con ayuda de Jesús Eucaristía, de María nuestra Madre y de nuestro
ángel custodio.
AMBIENTE SOCIAL
Por fin todo se pudo solucionar cuando el Papa Gregorio XII abdicó por el
bien de la Iglesia, mientras Benedicto XIII, que era antipapa, se encerró en su
castillo de Peñíscola (Castellón). El Papa Gregorio XII, antes de renunciar, dio
lectura a la bula por la cual convocaba al concilio de Constanza, dándole así
validez a sus decisiones. El 11 de noviembre de 1417 se realizó el cónclave y fue
elegido por unanimidad Martín V, superándose así el gran cisma.
Por estos tiempos también sucedieron las guerras entre franceses, y entre
franceses y el rey de Inglaterra, que se consideraba heredero de la corona de
Francia. Dios escogió a una adolescente campesina de trece años y la preparó
para la misión de liberar a Francia de los ingleses y coronar a su rey. Al final, con
19 años, fue tomada prisionera y vendida a los ingleses, quienes organizaron un
falso tribunal y la quemaron viva en 1431, dos años antes de la muerte de nuestra
santa.
5
Por otra parte, no olvidemos que en los años de vida de la santa, entre
1380 y 1433 había luchas fratricidas en Italia entre güelfos y gibelinos, entre
partidarios del Papa y del emperador de Alemania. Los turcos estaban avanzando
y en 1453 tomaron Constantinopla y amenazaban conquistar Roma e Italia con
peligro para Europa y la cristiandad entera.
SU FAMILIA
Para comprender un poco por qué Dios escogió a Liduvina como alma
víctima, que debía entregar su vida por la salvación del mundo, podríamos
remontarnos a Juan, su abuelo paterno. A los cuarenta años había quedado viudo
y durante los 50 años de su viudez vivió con sobriedad y mortificación. Ayunaba
a pan y agua dos días a la semana. Era asiduo a la iglesia, adonde iba todos los
días a misa. Era un hombre lleno de compasión con los pobres, los enfermos y
los necesitados. Lleno de santidad murió a los 90 años. Con seguridad, él obtuvo
muchas bendiciones de Dios para su familia. Entre ellas la de tener una santa.
Tendría unos siete u ocho años y todos los días llevaba el almuerzo a sus
dos hermanos menores, que estaban en la escuela, y también a su padre y a sus
6
dos hermanos mayores, que trabajaban en el campo. Aprovechaba a la vuelta
para entrar en la iglesia y rezar ante la imagen de María hacia la que sentía una
atracción especial, sobre todo desde el día en que le sonrió.
7
devoraba interiormente. A estos dolores se le sumaban dolores de dientes, que no
la dejaban descansar, ni de día ni de noche. Eran tantos sus dolores que no podía
estar acostada, ni sentada, ni de pie.
Los tres primeros años de su enfermedad fueron terribles para ella y para
su familia. No podía entender el plan de Dios, no podía sufrir con paciencia.
Quería curarse a toda costa y rezaba insistentemente, pero Dios parecía no
escucharla. Estos tres años (1395-1398) fueron los más amargos de su vida; hasta
que un día apareció el padre Juan Pot, un sacerdote muy espiritual, quien la
animó a ofrecer sus sufrimientos por la salvación de los pecadores y a meditar
constantemente en la pasión del Señor. Al principio ella no podía concentrarse en
la pasión, eran demasiado fuertes sus dolores. El padre Pot le llevaba la
comunión algunos días y la seguía animando.
1
Vita posterior 332.
8
que sí, que allí estaba. Su madre, que estaba presente, le dio una bofetada por
haber sido, según ella, imprudente. El perseguido estaba allí, pero el perseguidor
no lo veía y se retiró. Entonces Liduvina le dijo a su madre que la verdad siempre
triunfa 2. Y la madre, ante este milagro, le tomó cada día más cariño y reconoció
que era una hija predilecta de Dios.
COMUNIÓN Y PASIÓN
Estas palabras hermosas nos indican algo que también para nosotros es
muy eficaz en la vida espiritual: Primero, defendernos de las impaciencias y de
los ruidos del mundo exterior. Segundo, tratar de vivir lo más posible en el
interior del corazón, ya que, como decía san Agustín: In interiore homine habitat
veritas (en el hombre interior habita la verdad) 5. Para tener fuerza para superar
2
Vita prior 14.
3
Vita posterior 15.
4
Vita prior 45.
5
De la verdadera religión 39, 72.
9
las distracciones exteriores y las tentaciones debemos usar de estos dos grandes
medios que transformaron la vida de Liduvina, cuando todavía no era capaz de
entregarse totalmente al Señor. Estos dos medios, como ya hemos indicado, son:
La comunión diaria o frecuente y la meditación del Evangelio, especialmente de
la pasión del Señor.
ALMA VÍCTIMA
Tenía grandes dolores de cabeza. Su ojo derecho quedó nublado. Sólo veía
por el izquierdo y no mucho. La luz del día le hacía daño y debía estar siempre a
oscuras y con las cortinas echadas durante el día. No podía moverse y sólo podía
estar echada de espaldas en la cama, y sin poder tener otra posición. Sólo podía
mover el brazo izquierdo, el derecho lo tenía inmóvil. Sólo podía mover la
cabeza y el brazo izquierdo.
Era penoso ver todos estos males sin poder aliviarla en sus sufrimientos,
pero ella, a pesar de todo, podía sonreír y animar a los visitantes que se
admiraban de que pudiera vivir sin comer ni beber. Al principio de su
10
enfermedad sólo comía algunos bocados de pan, algunos pedacitos de manzana
con medio vaso de vino, leche o cerveza. Después, poco a poco, el alimento y el
agua o vino le resultaba insoportable y todo lo vomitaba. Sólo podía tomar la
comunión.
MUERTE DE SU MADRE
6
Vita posterior 70.
11
LOS POBRES
Cuando murió su madre, las pocas cosas que le tocaron las vendió para dar
el dinero a los pobres. Brugman afirma que los lunes Liduvina distribuía huevos
y pan blanco. Otro día era pescado cocido y cerveza, de la que tenía dos cántaros
enteros. Al comienzo del otoño, hacía comprar guisantes y un cuarto de ternera
para ellos. Durante el invierno, daba provisiones dos veces por semana a los
pobres y, a veces, acompañaba los alimentos con una moneda. Ella se
preocupaba especialmente de las pobres mujeres enfermas. Les hacía llevar pan,
mantequilla, cerveza y también lana y lienzos.
Un día fue llevada al cielo. Vio una luz admirable y fue subiendo hacia
aquella luz con otras almas. Vio venir a muchos ángeles y santos. María estaba
en medio de ellos. Y entonces contempló unas mesas suntuosas. Había vasos
preciosos y vinos y comida exquisitos. Un ángel se separó del grupo y le dijo:
“Liduvina, mira estos vinos y estas comidas, son tus limosnas”. Y ella sintió una
extraordinaria felicidad, dándose cuenta de que la comida que había dado a los
pobres se había transformado en comida celestial, que exhalaba un divino
perfume. El vino que ella había enviado a los pobres en vasos de arcilla, era en
el cielo un vino inmortal en aquellos vasos de oro. María dio una señal y
comenzó el banquete. Los ángeles, los profetas, los apóstoles y los mártires, los
sacerdotes y todos los santos, tenían su puesto en el banquete. Y Liduvina estaba
entre ellos, en medio de ellos. Y ella servía a todos los elegidos de Dios y ellos le
servían a ella 7.
7
Coudurier, Vie de la bienheureuse Lidwine, Paris, 1862, pp.119-120.
12
LAS ALMAS
Juan Angeli frecuentaba una mujer. Liduvina se lo hizo saber para que se
arrepintiera. Él lo negaba y lo negaba. Un día Liduvina fue llevada al cielo y lo
vio con aquella mujer en la tierra, cometiendo un pecado. Ella volvió a llamarle
la atención, diciéndole detalles. Él quedó asombrado y le preguntaba cómo lo
sabía y, saliendo al huerto, lloró amargamente y prometió cambiar de vida.
Liduvina le manifestó además que pronto sería llamado al tribunal de Dios y que
se preparara. Hizo penitencia, cayó enfermo y se preparó para la muerte. Murió el
día de la Natividad de María del año 1426.
8
Coudurier, o.c., pp. 224-225.
9
Vita posterior, pp. 105-107.
13
ángel del difunto. Le preguntó por qué estaba tan triste. Respondió: “Porque su
alma está en el pozo sufriendo grandes penas”.
Otra vez un hombre le pidió a Liduvina que rezara por su padre difunto.
Su ángel la llevó al purgatorio y allí le presentó al hombre por quien quería
orar. El hombre dijo: “Bendito sea Dios que tiene misericordia de mí en esta
hora”. Al poco rato, fue liberado como le fue revelado a su esposa 13.
14
hermano, le contestó: “Si te digo lo que sé, no te perturbes”. Y le contó lo que
había visto y para liberarlo completamente le aconsejó hacer ciertas limosnas,
y, entre otras cosas preparar un pollo para los enfermos pobres. Ella lo hizo así.
Por la noche vinieron a molestarle muchos demonios, que parecían tener un
pollo en las manos, mientras otro lo daban a los pobres. La hermana pasó
algunas enfermedades corporales en favor de su hermano, pero no pudo
soportar mucho los dolores y le pidió ayuda a Liduvina. Así pudo ser liberada el
alma de su hermano 14.
14
Vita posterior, p. 163.
15
Vita posterior, p. 164.
16
Vita posterior, p. 171.
17
Vita prior, p. 29.
15
EL PADRE ANDRÉS
Otro día ella le pidió algunas manzanas para sus necesidades personales.
De esas manzanas sólo había en el huerto de la parroquia. Él dudó al principio,
pero después, pensando en lo de los pollos, le envió algunas, más por temor que
por generosidad 20.
Dice Brugman: El padre Andrés creía que era imposible que ella pudiera
vivir sin comer tanto tiempo. Él le llevaba alguna vez la comunión con reparos.
Un día de 1412 quiso ponerla a prueba. Liduvina fue informada del plan por su
ángel. Llegó le fiesta de la Natividad de María y Liduvina le pidió que le llevara
la comunión. El padre Andrés se apresuró en ir a confesarla y después le llevó
solemnemente la comunión con una hostia no consagrada. Él creía que ella se
quedaría contenta, pero se equivocó. Liduvina no pudo pasar la hostia (al igual
que no podía pasar ningún alimento o bebida normal) y comprendió que no era
una hostia consagrada. Entonces el padre, fingiendo indignación, la regañó con
severidad, reprochándole haber tratado tan mal el cuerpo del Señor.
16
confundido de verse descubierto, se regresó a la iglesia. Liduvina quedó muy
triste por no haber podido comulgar 21.
Liduvina sufrió mucho por la falta de fe del padre Andrés, por su dureza,
sus raras visitas, su egoísmo y su avaricia. Su ángel venía frecuentemente y la
consolaba.
21
Vita prior, p. 118.
22
Vita prior, p. 119.
17
de mucho insistir, él se la dio. Ella la pasó con normalidad, porque estaba
consagrada.
Brugman refiere que el obispo alabó a Dios por el amor inefable que le
había manifestado a Liduvina, dándole una señal y consagró para el servicio del
altar la sábana sobre la que se había colocado la hostia 24.
18
Según dicen los historiadores, el padre Andrés aprovechó las advertencias
y, a partir de entonces, tuvo más caridad y atención con Liduvina, llevándole la
comunión cada quince días.
Liduvina no dice dónde estaba, pero lo cierto es que tendría que sufrir
mucho por no haber restituido por su avaricia lo que no era suyo.
El sucesor del padre Andrés fue el padre Juan Engels. Necesitó un tiempo
para asimilar y aceptar los hechos extraordinarios de Liduvina, pero cuando los
comprendió y aceptó, fue para ella de gran ayuda.
Doce años después de su muerte Liduvina supo, por revelación divina, que
él necesitaba oraciones y sufragios y oró mucho por él hasta que lo liberó del
purgatorio.
LOS MERCENARIOS
19
10 de octubre los habitantes le prepararon una suntuosa comida y cuatro soldados
mercenarios aprovecharon para visitar a Liduvina, de quien habían oído hablar.
Le pidieron al párroco Juan Engels llevarlos a la casa de Liduvina.
Al final, se lavaron las manos, pero ella les dijo: “¿Por qué no temen a
Dios e ignoran que su juicio sobre ustedes será inminente?”. Al enterarse del
maltrato recibido de estos mercenarios, los magistrados de la ciudad quisieron
acudir al conde Felipe para que los castigara. Sin embargo, ella les dijo que no
quería venganzas humanas, afirmando que Dios los juzgaría.
De hecho, uno de ellos, el que le había puesto la luz ante los ojos para
hacérselos sangrar y hacerla sufrir, ese mismo día, cerca de Rotterdam, estando
en un navío, cayó al mar y murió con la cerviz rota. El segundo, cerca de Azirk-
zee, se volvió furioso y para que no hiriera a nadie fue arrojado al mar y murió.
Lo enterraron en esa ciudad. El tercero murió en combate por las heridas
recibidas. Y el cuarto, que decía ser médico, tuvo una apoplejía y no podía
hablar. Aconsejado por un criado se arrepintió y dio pruebas de ello con señales
de manos y boca; y también murió. Su criado regresó a Schiedam para pedir
perdón para su patrón y Liduvina se lo concedió 27.
Después de que se fueron los mercenarios, a los pocos días, vino su ángel,
resplandeciente como el sol, y le dijo: Queridísima hermana, te doy una gran
alegría. La corona que un día viste imperfecta, ahora está completa y esto por lo
que has padecido por estos soldados impíos 28.
27
Vita prior, pp. 88-92.
28
Vita posterior, p. 223 y Vita prior, pp. 88-93.
20
VIDA ACTIVA
Cuando cayó enfermo el padre Juan Wouters con unas fiebres malignas,
ella oró a Dios por él y el señor lo sanó tal como ella misma le contó a Cecilia,
una de las tres hermanas del sacerdote, que vivía con él. Él fue su confesor
durante los últimos siete años de su vida. Era un sacerdote piadoso y de gran
piedad. Le llevaba la comunión casi todos los días y era su confidente. Por eso
los testimonios que dio a Juan Brugman sobre Liduvina son de primera mano y
fidedignos.
29
Coudurier, o.c., pp. 189-190.
30
Vita posterior, p. 147.
21
Cuando llegaba el tiempo de los carnavales, en que siempre hay excesos,
ella redoblaba sus oraciones y sacrificios para reparar los pecados que suelen
cometerse en esos días.
MUERTE DE SU PADRE
31
Vita prior, p. 39.
22
Su padre murió la víspera de la Inmaculada Concepción el año 1425. Su
ángel le confirmó que se había salvado 32.
LA VIRGEN MARÍA
23
Esa imagen había sido traída a Schiedam por el mismo escultor que la
había hecho. Esto había sucedido poco tiempo antes del nacimiento de Liduvina.
El escultor era un extranjero, que había fabricado la imagen en madera y la
llevaba a venderla a Amberes, donde se iba a celebrar la fiesta de la Asunción de
María, que concentraba a mucha gente, por lo que sería fácil encontrar
comprador. El barco en que viajaba hizo escala en Schiedam y, a la hora de
partir, fue imposible hacerlo, por más esfuerzos que hicieron los marineros.
Entonces se pasó la voz y concurrió mucha gente. Todos decían que querían que
se quedara con ellos la Virgen. Le ofrecieron dinero al escultor y él aceptó el
precio. A continuación el barco pudo partir sin ninguna dificultad, lo que fue
tenido como un milagro y una clara manifestación de que la Virgen quería
quedarse para siempre entre ellos.
34
Vita prior, pp. 69-71.
24
CARISMAS
A) CONOCIMIENTO SOBRENATURAL
B) PROFECÍA
25
morirme, no aguanto más. Seguí tu consejo y no dio resultado”. Liduvina le
aconsejó: “Regresa a tu casa con tu esposo (pensaba suicidarse) y te prometo de
parte de Dios que, a partir ahora, habrá paz entre los dos. Lo creyó la esposa y
regresó a su casa”. Su esposo estaba durmiendo y ella se durmió a su lado. Esa
noche el espíritu de Dios vino sobre el esposo y lo transformó. Parecía un
hombre nuevo, cambiado de lobo en cordero y de león en manso ternero. Había
sido como una fiera cruel y Dios lo transformó por la fidelidad de su esposa 37.
Una mañana sucedió que unos marinos mercantes iban a salir en varios
barcos a un lugar lejano. Iban juntos para evitar peligros en el mar. Tenían ya
determinado el día de salida. Uno de ellos fue a consultar a Liduvina y ella le
aconsejó que de ninguna manera saliera con sus compañeros; y fuera solo otro
día. Siguió el consejo de Liduvina. Los otros salieron el día establecido y se
reían de él. Sin embargo, se encontraron con piratas, tuvieron que luchar con
ellos y perecieron casi todos: unos murieron en la batalla y otros fueron hechos
cautivos. En cambio el marino que fue en su barco sin otra compañía que la de
sus propios marineros, fue el único que llegó indemne a la meta 38.
37
Vita posterior, p. 201.
38
Vita posterior, p. 205.
26
mucho, consiguiendo del Señor un alargamiento de la vida y un retardo de su
muerte 39.
El año 1428 los familiares de Liduvina le habían oído decir que Dios iba a
castigar a Schiedam. El 18 de julio se desató un formidable incendio que se
extendió por toda la ciudad. El fuego sucedió con motivo de una cena de los
pescadores para celebrar la pesca de arenques, que iba a comenzar. El fuego
redujo a cenizas la parte central del pueblo, donde se encontraba la casa de
Liduvina. La iglesia de San Juan y el convento de Santa Úrsula quedaron
inhabitables. El convento tuvo que ser trasladado de lugar a las afueras de la
ciudad. Liduvina se encontraba sola en casa, ya que todos habían salido a
observar el incendio y ver cómo podían ayudar. Ella sentía que el calor se hacía
cada vez más intenso dentro de su habitación. Gracias a Dios el fuego se detuvo
precisamente delante de su casa, que era de madera. Se salvó su casa y el resto
del pueblo. Entre los habitantes que perdieron todo estaba la buena Catalina, que
tanto ayudaba a Liduvina. Ella se encontraba en una peregrinación y, al regresar,
se encontró con su casa hecha cenizas. Eso fue ocasión propicia para que
Liduvina la recibiera en su casa y así pudieran estar juntas todo el tiempo y ella
cuidar a Liduvina como enfermera hasta el fin. Así pudo ser testigo de muchas de
las maravillas que Dios obraba en la santa enferma.
C) MULTIPLICACIÓN DE ALIMENTOS
39
Kempis parte 2, cap. 23.
40
Vita posterior, p. 75.
27
El año 1423 murió Guillermo, el hermano de Liduvina. Tenía varias
deudas, que sus dos hijos pequeños no podían pagar. Liduvina tomó algunas
joyas de la herencia de su madre y mandó venderlas. Le dieron ocho libras
holandesas o poco más. Llamó a su cuñado Nicolás, que vivía en la misma casa,
y lo envió a los acreedores para pagar las deudas con ese dinero. Después de
pagar a todos, le pidió a Nicolás que viera cuánto quedaba en la bolsa.
Quedaban otra vez ocho libras y, desde ese día, llamó a esa bolsa la “bolsa de
Jesús”, y de ella distribuía a los pobres. Nunca faltaba dinero en la bolsa,
porque daba limosna a los pobres.
Tomás de Kempis declara que este vino duró desde la fiesta de San
Remigio, 1 de octubre, hasta la Inmaculada Concepción de la Virgen María, el 8
de diciembre.
28
muy lentamente. Ese año, después de Pascua, las provisiones solamente se habían
agotado hasta la mitad, a pesar de tantas limosnas y de usarlos para la comida
normal de todos los de la casa.
Un día una señora le mostró una pieza de tela con la que quería hacer un
vestido para ella y otro para su hija. Liduvina la comprometió a hacer una sotana
para un sacerdote pobre que ella le nombró. La señora midió la tela y la tela
pareció multiplicarse, pues alcanzó para la sotana y para los dos vestidos.
D) INEDIA
Los últimos 19 años de su vida (1414 a 1433) vivió sólo con la comunión.
Su cuerpo deformado, casi en descomposición, no causaba problema a los que la
cuidaban, porque emanaba un agradable olor. Le preguntaban de dónde venía la
materia que vomitaba frecuentemente, si no comía ni bebía. Decía: Mirad las
viñas, que parecen secas y muertas en invierno y que renacen cada primavera.
44
Vita posterior, p. 226.
29
lugares después de haber visitado Jerusalén, el Monte Sinaí y las reliquias de
santa Catalina virgen. Encontraron a Gerardo en aquellas soledades con el rostro
que parecía un ángel y el cuerpo grueso, como si no hiciera penitencia y comiera
buenos alimentos. Gerardo les dijo que desde hacía 13 años no había visto un ser
humano y que no comía nada, pues sólo se nutría de la gracia divina y de un
maná divino que tomaba como los israelitas en el desierto.
Ellos dudaron que hubiera personas sin comer. Él les dijo que en Holanda,
en Schiedam, estaba Liduvina que no comía después de muchos años y padecía
muchas enfermedades. Y les pidió que, al regresar a Europa, fueran a visitarla y
le preguntaran tres cosas. Primero cuántos años él vivía solitario como ermitaño;
segundo cuántos tenía cuando se fue al desierto; y tercero por qué causa hacía
unos meses que ella no tenía visiones celestiales. Ellos regresaron y fueron a casa
de Liduvina. Ella conocía las respuestas. Gerardo llevaba 17 años en el desierto y
tenía 19 años cuando se fue al desierto. A la tercera pregunta respondió que por
la muerte de sus seres queridos y sentir tanta tristeza, Dios se había alejado algún
tiempo de ella.
E) LLAGAS DE CRISTO
Liduvina, cual otro san Francisco de Asís recibió las llagas de Jesús. Un
día Jesús se le apareció con sus llagas brillantes como cinco soles. Liduvina
miraba amorosamente las llagas del Señor, cuando, de pronto, vio salir de ellas
rayos luminosos que se dirigieron a sus manos, pies y costado; y se le
imprimieron en su cuerpo. A la vista de estas heridas ella temió las miradas de
los hombres y gritó: Oh Jesús, ¿qué habéis hecho? Los hombres verán estas
llagas y no las podré ocultar, me colmarán de visitas y sus alabanzas me
llenarán de orgullo. Os pido que las hagáis invisibles o me las quitéis, me basta
tu gracia. Y así fue, pues sufrió los dolores de las llagas de Jesús, pero de modo
invisible.
F) CIENCIA INFUSA
45
Vita prior, pp. 99-103.
30
del Señor. Ella no quería responderle, pero ante tanta insistencia le manifestó que
el misterio de la S. Trinidad se parecía al sol. Del mismo sol salían tres rayos
distintos y después se juntaban en uno solo. El sol semejaba a la divinidad
misma, los tres rayos a las tres divinas personas que, unidas, actuaban en la
Encarnación del Verbo en las entrañas de María como los tres rayos del sol que
actuaban después unidos como un solo Dios. El doctor quedó admirado de su
respuesta.
G) LUZ SOBRENATURAL
H) BILOCACIÓN
31
dio a conocer que había tomado el hábito en el susodicho monasterio. Su padre
quedó admirado de que ella supiera esto 46.
Durante mucho tiempo, casi todas las noches, era llevada por su ángel al
cielo, al purgatorio, al infierno o a distintos lugares de la tierra como a Tierra
Santa y a Roma; también a muchos lugares sagrados o conventos para visitar
reliquias de santos. Durante 24 años casi todas las noches tuvo estas bilocaciones.
A cierto prior le manifestó que conocía su monasterio e iglesia como él mismo. Y
una vez le dijo que esa noche había visto a los hermanos durmiendo y que había
visto a sus ángeles junto al lecho de cada uno.
I) VISIONES
46
Vita prior, p. 48.
47
Ibídem.
48
Vita posterior, p. 173.
49
Vita prior, p. 50.
50
Vita prior, pp. 52-53.
32
Con mucha frecuencia el Señor le regalaba con sus visitas o las visitas de
la Virgen María, de algunos santos y, sobre todo de su ángel custodio.
Después de fallecido tuvo que esperar nueve días para entrar al cielo como
le fue revelado a Liduvina 51.
En las fiestas de los santos solía ser llevada al cielo por su ángel. Así vio
a san Agustín, san Jerónimo, san Gregorio, san Ambrosio, san Francisco y otros
santos. En el día de la conversión de san Pablo, tres o cuatro años antes de su
muerte, vio al apóstol san Pablo rodeado de gloria con una capa preciosísima,
llena de gemas y oro, sólida y fuerte 53.
Una noche de Navidad fue llevada al cielo y vio una innumerable multitud
de vírgenes, y entre ellas estaba la santísima Virgen María. Liduvina fue admitida
en el coro de las vírgenes. Junto a las vírgenes había una innumerable multitud de
ángeles 54.
J) PERFUME SOBRENATURAL
51
Vita prior, pp. 35-37.
52
Vita prior, p. 96.
53
Vita prior, p. 86.
54
Vita prior, p. 59.
33
A pesar de que Liduvina estaba totalmente podrida por dentro y no podía
comer nada y tenía los intestinos llenos de gusanos, nunca despedía mal olor por
una gracia especial de Dios. Más bien su habitación y su cuerpo despedían un
perfume sobrenatural que admiraba a los que la cuidaban y a los que conocían el
hecho.
Por ello sus familiares y amigos que la visitaban sentían una atracción
especial de estar con ella y conversar con ella de las cosas espirituales por tantos
conocimientos que ella tenía de Dios y del más allá.
SU ÁNGEL
Tomas de Kempis anota que ella conocía a los ángeles de sus confesores
y de sus familiares y de otros muchos. Y el mismo ángel se le aparecía bajo
diferentes formas. Unas veces como un hombre muy hermoso y siempre con un
gran resplandor como un ángel de luz. A veces el resplandor de su luz era tan
grande que miles de soles juntos no lo igualarían. Otras veces se le aparecía con
menos brillo, pero siempre venía con una cruz en la frente para que no fuera
imitado por Satanás, que se puede transfigurar en ángel de luz. En algunas
oportunidades eran tantos los visitantes que quedaba perturbada por sus
conversaciones o por no ser personas puras y el ángel se alejaba de ella algunos
días 56.
55
Kempis 2 parte, cap. 3.
56
Tomás de Kempis, parte 2, cap. 13.
34
Un año, el miércoles de ceniza, el confesor le preguntó si quería que fuese
a su casa para imponerle la ceniza. Ella contestó que ya el Señor le había
proveído. Un poco antes había ido el ángel y le había impuesto la ceniza. El
confesor le descubrió la cabeza y vio en la frente que tenía la ceniza. El ángel le
había manifestado que todos los que recibían la ceniza debían hacerlo con la luz
de la fe y como prueba de obediencia y mortificación 57.
En esta época sucedió un hecho que refieren todos los historiadores. Uno
de los hermanos de Liduvina había encendido una vela. Cuando iba a salir de
casa la colocó sobre un mueble, detrás de la cabeza de Liduvina, para que no le
incomodara la luz. El caso es que la vela se cayó y prendió fuego al lecho de paja
de Liduvina. Cuando ella se dio cuenta, estaba sola en casa, no podía gritar y no
podía huir. Pero milagrosamente con la mano izquierda, que era la única que
podía mover, pudo apagar las llamas sin quemarse. Cuando llegó su familia,
encontró que la mitad de su cama estaba hecha cenizas; y todo el mundo
reconoció el milagro de Dios, porque ella no tenía ninguna quemadura. ¿Le
habría ayudado su ángel? Con toda seguridad.
El ángel iba y regresaba con la repuesta. Él decía algo así: Feliz esposa de
Jesús. Él ha recibido tus saludos, tu amor ha tocado su corazón. Él quiere que te
asegure de su divino amor. Ha dicho: Yo la veré de nuevo, la consolaré y su
corazón reposará en mi corazón. Que tenga ánimo, los días de prueba
terminarán.
También venían a visitarla otros ángeles. Ella los conocía a todos y los
llamaba por sus nombres. Las conversaciones con los ángeles eran habituales y
ellos le enseñaban a purificarse de sus pequeñas faltas y ella disfrutaba con su
compañía, especialmente con la de su ángel custodio.
57
Vita prior, p. 73.
35
Si en alguna ocasión ella faltaba en algo, su ángel la privaba de su visita, pero
después de unos días volvía y la llevaba en bilocación a distintos lugares. El
ángel iba delante y ella lo seguía 58.
Ella tenía junto a su cama un bastón para que en verano pudiera abrir un
poco las cortinas a fin de que entrara un poco de aire por el demasiado calor. El
año 1428, cuando ocurrió el incendio, los familiares salieron a las calles a ver y
la dejaron sola. El fuego del incendio se notaba en su casa y ella se sofocaba de
tanto calor. Buscó el bastón y no lo encontró. Pidió ayuda a su ángel y él le trajo
una vara del mismo tamaño que su bastón, sin afinar, sino al natural, y ella pudo
así abrir las cortinas para que entrara un poco el aire.
Ese mismo día encargó al padre Juan Pot que llevara la vara al
carpintero para que la afinara un poco. Al afinarla, salió un perfume tan
suavísimo que quedaron admirados el confesor y el carpintero, que no sabía qué
clase de madera era esa. Cuando el confesor se la llevó de nuevo a Liduvina, le
preguntó de dónde había conseguido esa vara, pero ella le dijo que no sabía y le
habló cómo la había obtenido.
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DOCUMENTO DE LOS MAGISTRADOS
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En testimonio de lo cual nosotros, magistrados de Schiedam, bien
informados y testigos oculares, hemos escrito las presentes.
SU MUERTE
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confesor sabía desde hacía cuatro o cinco años: ella le había pedido al Señor
morir sola y consciente 64.
Su confesor Juan Wouters, estando en cama, durante la noche vio con los
ojos abiertos el alma de Liduvina como una blanquísima paloma, cuyo cuello
parecía de oro, las plumas de las alas de plata y el cuerpo muy blanco 67.
ALGUNAS MARAVILLAS
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pecho. Su cilicio de crines de caballo, que llevaba desde hacía mucho tiempo y
que no habría podido quitarse ella sola, lo encontraron en la cabecera. Pronto
todo el pueblo se enteró de su muerte y vinieron a visitarla a su casa desde
Rotterdam, Dels, Leidis, Briel y otros lugares. Catalina la había vestido con ropa
de lana, que ella había mandado hacer. Sobre la cabeza llevaba una especie de
corona. Su cuerpo, que había quedado feo durante 40 años por el mentón
hundido, los labios descarnados y por las llagas y tumores, quedó sano como el
de un niño. Solamente se podían ver las tres cicatrices de las heridas de los
soldados mercenarios. Brugman afirma que parecía un cuerpo glorioso 68.
Era un cuerpo hermoso a pesar de haber pasado toda la vida en cama con
toda clase de sufrimientos. Dios, a la hora de su muerte, quiso glorificarla ante el
mundo con su hermosura. Todos querían verla y los niños muy pequeños pedían
que los tomaran en brazos para verla.
Las tres hermanas del párroco Juan Wouters la velaron noche y día. En un
momento dado, una mujer tocó su rostro con sus manos impuras y pareció que le
salían manchas. Este incidente hizo que el prior del convento de Brielle suplicara
a todos que no la tocaran e hizo que colocaran el cadáver en un féretro hasta el
momento de los funerales. Estos tuvieron lugar el viernes 17 de abril. Después de
los funerales su cuerpo fue enterrado en el cementerio contiguo a la iglesia
parroquial. Y se cumplió uno de los deseos de la santa: que su cuerpo no tocara la
tierra. La base del sepulcro la hicieron con piedras y madera.
68
Vita prior, p. 147.
40
catedral de Bruselas o de santa Gudelia en 1650. El arzobispo María Hovius
autorizó el culto de Liduvina en las iglesias de su inmensa diócesis de Malinas el
14 de enero de 1616.
69
Vita posterior, p. 277.
41
2.- Otro milagro sucedió a una religiosa que tenía contracción de los
nervios de la tibia y andaba encorvada, pues no podía alargar esa pierna más de
dos palmos. Ella hubiera deseado visitar al doctor Zonderdank, pero los
Superiores no se lo permitieron. Entristecida por ello, lloró durante varios días,
pensando que quedaría coja para toda la vida. Pero una noche se le apareció
Liduvina y le dijo: “Pide a tus hermanas que recen cinco padrenuestros y
avemarías en honor de la virgen Liduvina y que te lleven el domingo a la iglesia
para que seas sanada de la tibia. Todo esto lo cumplieron y durante la misa fue
curada completamente, dando gracias a Dios de que la hubiera curado por
intercesión de la virgen Liduvina.
3.- El tercer milagro fue para otra religiosa, que tenía en el cuello un
bulto duro canceroso, como una manzana de grande. No podía comer ni beber.
Y si se inclinaba, se sofocaba. Ella fue descalza al sepulcro de Liduvina para
pedirle la curación. Como no la obtuvo, regresó a su convento triste. En la
noche siguiente, fue curada del tumor canceroso que tenía desde hacía ocho
años. A esta enferma la vio personalmente el doctor Zonderdank y tocó su cuello
con sus manos y da testimonio por escrito.
Y añade el mismo doctor: Doy testimonio ante Dios que estos tres hechos
sucedieron en breve tiempo. Al igual que otros muchos que he visto con mis
propios ojos y que sería largo enumerar. Estos tres milagros sucedieron en
1448, siendo Papa Nicolás V 70.
CRONOLOGÍA
70
Apéndice de Vita prior, pp. 153-157; Tomás de Kempis, 2 parte, cap. 33.
42
1395-1398 Son tres años en los que no acepta su enfermedad y pide
insistentemente su curación. Comulga una vez al año.
1398 El padre Juan Pot le sugiere meditar en la Pasión del Señor y aceptar su
enfermedad como una misión que el Señor le da por la salvación del
mundo.
1400 Liduvina a partir de ahora permanecerá de por vida acostada de espaldas
sin poder moverse.
1402 Probablemente este año murió su madre Petronila. Le ofrece a Dios
generosamente sus méritos por ella.
1405 Comienzan los éxtasis, bilocaciones y otros hechos sobrenaturales.
1406 Fue un año con un invierno muy frío, durante el cual sufrió mucho.
1413 Liduvina comenzó un ayuno completo sin comer ni beber nada hasta su
muerte.
1420 Informe de los magistrados de Schiedam sobre su vida y milagros.
1423 Muere su hermano Guillermo y paga sus deudas.
1425 Es el año en que soporta los maltratos de los cuatro soldados mercenarios.
1426 Muere su sobrina Petronila y es tanto su dolor y su tristeza que el Señor se
disgusta y durante algunos meses no recibe gracias místicas.
1433 Muere el 14 de abril y es enterrada en el cementerio público.
1434 Se construye una capilla sobre su tumba en el cementerio.
El hijo del doctor Zonderdank compra la casa de Liduvina y construye un
hospicio para mujeres pobres. Unos años después fue cedido el local a las
religiosas clarisas. En 1572 los calvinistas holandeses destruyeron el local.
En 1605 había allí un orfanato, reconstruido en 1771.
1615 Sus restos fueron trasladados de Schiedam a Bruselas por el archiduque
Alberto y su esposa Isabel Clara Eugenia.
1890 El Papa León XIII autorizó oficialmente su culto inmemorial.
CONCLUSIÓN
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muchas bendiciones para todos y reparan con su amor tantas ofensas que Dios
recibe de los pecadores en el mundo entero.
Amado lector, que Dios te bendiga por medio de María, y no olvides que
tienes a tu lado un ángel amigo que te acompaña siempre por los difíciles
caminos de la vida.
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44
Auteur de L´Eucaristie méditée, Vie de sainte Lidwine, Avignon, 1863.
Cardenal Pitra, La Hollande catholique, Paris, 1850.
Caoult, La vie admirable de Madame sainte Ludwine, 1600.
Causa harlemensis confirmationis cultus S. Liduinae.
Coudurier, Vie de la bienheureuse Lidwine, Paris, 1862.
D´Esne Michel, La vie de la très sainte et vrayment admirable vierge Lydwine,
tirée du latín de Jean Brugman, de l´ordre de saint François et mise en
abrégé, 1608.
En el Acta sanctorum, tomo II, edición de los bolandistas, Paris, 1866 se
encuentra la traducción latina del texto de Brugman.
Huysmans, Sainte Lidwine de Schiedam, 17 edición, Paris, 1911.
Kempis Tomás de, Opera omnia, vol I, 1660.
Kempis Thomas de, St. Lydwine of Schiedam, Londres, 1912
Meuffels Hubert, Sainte Lydwine de Schiedam, segunda edición, Paris, 1925.
Thiersault Guillaume, Vie de Sainte Lydwine, 1637.
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