Carlos Muñoz Izquierdo. Calidad Educativa
Carlos Muñoz Izquierdo. Calidad Educativa
Carlos Muñoz Izquierdo. Calidad Educativa
Educativa
ISSN: 1405-6666
[email protected]
Consejo Mexicano de Investigación
Educativa, A.C.
México
Muñoz-Izquierdo, Carlos
Reseña de "Mejora de la calidad educativa en México: posiciones y propuestas" de F. Miranda
López, H. A Patrinos y Á. López y Mota
Revista Mexicana de Investigación Educativa, vol. 12, núm. 35, octubre-diciembre, 2007, pp. 1433-
1440
Consejo Mexicano de Investigación Educativa, A.C.
Distrito Federal, México
Reseña
Miranda López, F; H. A Patrinos y Á. López y Mota (coords.) (2007). Mejora de la calidad educativa en
México: posiciones y propuestas, México: COMIE/SEP/Banco Mundial/FLACSO.
UN PUNTO D E PA RTID A
PA RA EL A NÁ LISIS CRÍTICO
C A RLOS MUÑOZ-IZQUIERDO
[…] los modelos de gestión en la propia escuela proporcionan tres elementos que
han sido identificados como necesarios para elevar la efectividad de esos
establecimientos: mayor participación de los padres en la gestión escolar, una
posible función de liderazgo por parte de los directores, y menor ausentismo
estudiantil.
[Los autores también demostraron que] al contrario de lo que se podría esperar, los
padres muy pobres y relativamente incultos pueden dirigir escuelas si cuentan con la
asistencia adecuada (Di Gropello, 2005).
Sin embargo, las evaluaciones también descubrieron que, a pesar de que esas
escuelas aprovechan mejor a sus maestros (los cuales tienen, en términos
generales, menores calificaciones que los de las escuelas convencionales):
Experiencias mexicanas
El programa conocido con el nombre de Apoyos a la gestión escolar (o
“AGES”), otorga subsidios en efectivo y proporciona capacitación a las
asociaciones de padres de familia para la gestión escolar, con el objeto de que
sus integrantes puedan elegir el destino del subsidio que reciben; pero tienen
que asumir el compromiso de invertirlo en pequeñas mejoras en la
infraestructura de las escuelas. En 2005 más de 45% de las escuelas primarias
del país participaba en este programa, las cuales están ubicadas en localidades
marginadas y obtienen resultados educativos inferiores al promedio nacional.
Al evaluar ese programa, Gertler et al. (2006) encontraron que entre los
ciclos escolares 1998-1999 y 2001-2002 hubo una reducción de casi medio
punto porcentual (equivalente a 4.4%) en la proporción de estudiantes
reprobados y repetidores que anteriormente había sido observada. Esos autores
no analizaron, sin embargo, el impacto que pudo haber tenido el programa en el
aprovechamiento escolar.
Otro experimento realizado en México con el fin de transferir el poder de
decisión a las escuelas, se llevó a cabo en el marco del programa conocido con
el nombre de Proyecto Escolar, que fue llevado a cabo por iniciativa de Sylvia
Schmelkes.1 Cabe señalar que, independientemente de las virtudes de ese
proyecto, su promotora encontró que únicamente una tercera parte de las
Finlandia, Japón, y Holanda. Sin embargo, ésta no es una regla general, porque
Australia y otros países cuyos sistemas educativos son centralizados, también
obtuvieron puntajes superiores al promedio del PISA (Guichard, 2005). Ello
significa que existe una variable interviniente entre el modelo de gestión y los
resultados académicos de las escuelas; relacionada, seguramente, con los
niveles de competencia y el desempeño profesional de los maestros.
Conviene señalar que las escuelas de los países que obtuvieron los mejores
resultados en las pruebas del PISA (en particular las de Finlandia, que alcanzó el
primer lugar entre todos los participantes) han aprovechado su autonomía para
impedir que ningún estudiante que esté obteniendo rendimientos inferiores se
quede rezagado (Guichard S. 2005:24).
En cambio, en los experimentos que se han realizado en México, sólo se ha
otorgado a las escuelas una autonomía relativa –que les ha permitido
administrar una proporción muy pequeña de sus recursos– pero no se les han
cedido las facultades necesarias para seleccionar, evaluar –y eventualmente
despedir– al personal que trabaja en ellas. En esas condiciones, no creo que se
justifique el exigir a los directores y maestros de esas escuelas que respondan
por los resultados académicos de las mismas.
Me parece que entre las causas de esta situación se encuentran las
disposiciones del artículo 12 de la Ley General de Educación (que, por cierto,
Andrés Lozano cita en el capítulo que aportó al libro que nos ocupa), la cual
reserva al gobierno federal: “determinar para toda la República los planes y
programas de estudio para la educación básica […]; establecer el calendario
escolar aplicable en toda la República […] y elaborar y mantener actualizados
los libros de texto gratuitos […]”. Como consecuencia de esa legislación, la
enseñanza está dirigida en nuestro país al “estudiante promedio”; por lo que
nuestros profesores no toman en cuenta las múltiples diferencias que existen
entre nuestros estudiantes. No sería nada difícil, por tanto, que esas
disposiciones se encuentren entre los principales factores que explican los
bajos niveles de éxito que han obtenido los experimentos que hasta ahora se
han realizado en el país para transferir cierto poder de decisión a las escuelas.
Conclusiones y sugerencias
La primera conclusión que se desprende de lo anterior está dirigida a los
legisladores y a quienes tienen la facultad de someter iniciativas de ley a la
Nota
1 Concretamente, ese programa se propuso específicamente impiden obtener rendimientos
“ensayar [o poner a prueba] una estrategia de satisfactorios en sus escuelas, a desarrollar un
entrenamiento orientada a promover el trabajo en proyecto escolar encaminado a resolver tales
equipo en las escuelas. [Para lograrlo], los problemas y a evaluar los resultados obtenidos.
equipos de maestros, bajo el liderazgo de su Un equipo de técnicos (que funciona a nivel
director, son motivados para analizar la realidad estatal) fue entrenado específicamente para
educativa de la enseñanza primaria que se imparte apoyar a las escuelas en la realización de estas
en el país, identificar los problemas que actividades” (Schmelkes, 2001:577).
Referencias bibliográficas
Di Gropello, E: (2005). “Análisis comparativo de la gestión centrada en la escuela en
América Central”, En breve (Banco Mundial), núm. 72, junio.
Gertler, P.; H. Patrinos y M. Rubio-Codina (2006) Empowering parents to improve
education:
evidence from rural Mexico, World Bank Policy Research Working Paper 3935, junio.
Guichard, S. (2005). The education challenge in Mexico: Delovering good quality education
to all, OECD-Economics Department Working Papers, núm. 447, OECD Publishing.
Loera, A. y O. Cázares (2005). Análisis de cambios de logros académicos y eficacia social
de las escuelas de la muestra cualitativa 2001-2005. Contraste con grupos control,
Chihuahua: Heurística Educativa.
Reimers, F. (ed.) (2006). Aprender más y mejor: Políticas, programas y oportunidades de
aprendizaje en educación básica, México: Fondo de Cultura Económica.
SEP (2003). Qué es el PEC, disponible en http://basica.sep.gob.mx/dgdgie/escuelasdecalidad/
pub/quees/index.html
Skoufias, E. y J. Shapiro (2006). Evaluating the impact of Mexico’s Quality Schools
Program: The pitfalls of using nonexperimental data, World Bank Policy Research
Working Paper 4036, octubre.
Schmelkes, S. (2001). “School autonomy and assessment in Mexico”, Prospects (UNESCO),
vol. XXXI, núm. 4, diciembre.
World Bank (2005). Mexico: Determinants of learning policy note, reporte núm. 31842MX.