Simbolismo
Simbolismo
Simbolismo
Índice
[ocultar]
1Evolución
o 1.1Orígenes y precursores
o 1.2La llegada de los poetas malditos
2Movimiento
o 2.1Definición y estilo
o 2.2El manifiesto simbolista
o 2.3Prosa y teatro simbolista
o 2.4Poetas más representativos
o 2.5Influencia en la literatura hispana
3El simbolismo en otras artes
o 3.1La escultura simbolista
o 3.2Pintura simbolista
o 3.3Simbolismo pictórico
3.3.1Los representantes
3.3.2La escuela de Pont-Aven
3.3.3Los nabis
4Referencias
5Enlaces externos
Evolución[editar]
Orígenes y precursores[editar]
Movimiento[editar]
El pecado por Franz Stuck
Definición y estilo[editar]
La poesía simbolista busca vestir a la idea de una forma sensible, posee
intenciones metafísicas, además intenta utilizar el lenguaje literario como
instrumento cognoscitivo, por lo cual se encuentra impregnada de misterio y misticismo.
Fue considerado en su tiempo por algunos como el lado oscuro del Romanticismo. En
cuanto al estilo, basaban sus esfuerzos en encontrar una musicalidad perfecta en
sus rimas, dejando a un segundo plano la belleza del verso. Intentaban encontrar lo
que Charles Baudelaire denominó la teoría de las «correspondencias», las secretas
afinidades entre el mundo sensible y el mundo espiritual. Para ello utilizaban determinados
mecanismos estéticos, como la sinestesia.
El manifiesto simbolista[editar]
Los simbolistas creían que el arte debía apuntar a capturar las verdades más absolutas,
las cuales sólo podían ser obtenidas por métodos indirectos y ambiguos. De esta forma,
escribieron con un estilo altamente metafórico y sugestivo. El manifiesto simbolista,
publicado por Jean Moréas, definía al Simbolismo como enemigo de la enseñanza, la
declamación, la falsa sensibilidad, la descripción objetiva y señalaba que su objetivo no
está en sí mismo, sino en expresar el Ideal: 5 là des apparences sensibles destinées à
représenter leurs affinités ésotériques avec des Idées primordiales."
(En este arte, las escenas de la naturaleza, las acciones de los seres humanos y
todo el resto de fenómenos existentes no serán nombrados para expresarse a sí
mismos; serán más bien plataformas sensibles destinadas a mostrar sus
afinidades esotéricas con los Ideales primordiales. 6 )
Prosa y teatro simbolista[editar]
En contraste con la importancia que tuvo en la poesía, el Simbolismo tuvo una
repercusión menor en la narrativa y el teatro. Aun así aparecieron novelas como A
contrapelo, deJoris-Karl Huysmans, que exploraba diversos temas relacionados con la
estética simbolista. Esta novela, en la que casi no existe trama, expone los
gustos decadentes del recluso y rebelde conde Des Esseintes. Oscar Wilde imitó esta
novela en numerosos pasajes de su obra El retrato de Dorian Gray. Otra obra
importante en prosa simbolista esCuentos crueles de Villiers de L'Isle-Adam.
En cuanto al teatro, el énfasis en la vida de ensueños y fantasías que promovían los
simbolistas hizo difícil su completa aceptación por parte de críticos y corrientes
contemporáneas. Sin embargo la obra Axël, también de Villiers de L'Isle-Adam, fue
definitivamente la obra teatral más influenciada por el Simbolismo. En la obra, después
de un conflicto inicial, un príncipe y una princesa se enamoran y pasan horas haciendo
maravillosos planes para el futuro. Pero luego, al aceptar que la vida jamás podría
cumplir dichas ilusiones y expectativas, ambos se suicidan. Otra obra teatral con gran
carga simbolista es la tragedia Salomé de Oscar Wilde.
Poetas más representativos[editar]
Charles Baudelaire (1821-1867)
Conde de Lautréamont (1846-[[1870≤])
Stéphane Mallarmé (1842-1898)
Jean Moréas (1856-1910)
Germain Nouveau (1851-1920)
Arthur Rimbaud (1854-1891)
Coin de table, retrato colectivo de los simbolistas. Paul Verlaine y Arthur
Rimbaud sentados a la izquierda por Henri Fantin-Latour
Albert Samain (1858-1900)
Paul Valéry (1871-1945)
Paul Verlaine (1844-1896)
Villiers de L'Isle-Adam (1838-1889)
Influencia en la literatura hispana[editar]
El simbolismo literario hispano, con algunos importantes antecedentes peninsulares
como Gustavo Adolfo Bécquer ySalvador Rueda, se subsumió en un movimiento más
general conocido como Modernismo, que empezó en Hispanoamérica.
Se encuentra Simbolismo ya en los cubanos Julián del Casal y José Martí, en el
colombiano José Asunción Silva, en el mexicano Manuel Gutiérrez Nájera y otros
autores posrománticos americanos como el argentino Leopoldo Lugones,el
uruguayo Julio Herrera y Reissig, Ricardo Jaimes Freyre, Amado Nervo, Salvador Díaz
Mirón, Guillermo Valencia, o el peruano, José María Eguren; el nicaragüense Rubén
Darío, gran introductor del Modernismo en España, lo asimiló y difundió.
En España lo cultivaron Antonio y Manuel Machado, Juan Ramón Jiménez, Francisco
Villaespesa y Ramón Pérez de Ayala entre los más importantes.
Técnicas: Lo que une a los artistas es el deseo de crear una pintura no supeditada
a la realidad, en oposición al realismo, y en donde cada símbolo tiene una
concreción propia en la aportación subjetiva del espectador y del pintor. No hay
una lectura única, sino que cada obra puede remitir cosas distintas a cada
individuo. Su originalidad, pues, no estriba en la técnica, sino en el contenido.
Los simbolistas españoles estuvieron fuertemente influidos por el arte de los
precursores, entre los que destacan Gustave Moreau, Pierre Puvis de
Chavannes, Arnold Böcklin,Edward Burne-Jones y Robert Bresdin.
Muchos se decantaron solamente con el auténtico exponente del Simbolismo. Odilon
Redon, que cultivó un estilo de colores puros y una temática fantasiosa, buscaba una
síntesis entre el sueño y la vida. Sin embargo, ya se habían manifestado estas ideas
en el Gauguin de la Escuela de Pont-Aven y en sus seguidores.
Posteriormente, los Nabis, segunda generación simbolista, aspiraron a traducir estas
ideas en forma de vida y en activas reformas. Al contrario que el impresionismo,
escuela concreta y localizada básicamente en Francia, el Simbolismo fue un gran
movimiento que también se extendió a España. Se difundió a partir de 1890, y adoptó
diferentes interpretaciones. En Cataluña se destaca la obra de Juan Brull, Adrià Gual y
del Santiago Rusiñol de mediados de los años de 1890. En el seno del Simbolismo
tomó también cuerpo una tendencia que acentuaba ciertos trazos de sus figuraciones,
lo que desequilibraba la representación objetivista de las cosas en un sentido
fuertemente expresivo.
En Bélgica cabe señalar la obra de Jean Delville, Fernand Khnopff y Degouve de
Nuncques, en la línea del culto a lo misterioso. Esta tendencia, que tiene un precursor
claro en el belga Félicien Rops, está representada por Jan Toorop, una de las figuras
clave, junto a Klimt, del Simbolismo pictórico.
En Italia, por el contrario, el Simbolismo tuvo una fuerte base de minucioso realismo en
la obra de Gaetano Previati, Giovanni Segantini y Pellizza da Volpedo.
También en Alemania el arte simbolista se caracterizó por una técnica muy realista,
pero con una temática idealista; destaca aquí Ferdinand Hodler (Suizo).
En los países escandinavos se caracteriza por una visión austera y una acusada
expresión de la soledad, con artistas como V. Hammershoi, Harald
Sohlberg, Thorárinn B. Thorláksson y Magnus Enckell. La excepción sería el
fines Akseli Gallen-Kallela, inclinado hacia la mitología.
El simbolismo tuvo una marcada influencia en movimientos posteriores, como el Art
nouveau o el surrealismo.
Los representantes[editar]
Los nabis son seguidores de las ideas estéticas de la escuela de Pont-Aven, pero no
pertenecen a la Academia, o son desertores. Nabis significa profetas, en hebreo.
Intentaron que el Impresionismo se acercase al Simbolismo, por lo que se les puede
considerar simbolistas. Su concepción estética es fundamentalmente decorativa, por lo
que lo que se plasma en el cuadro es un juego de sensaciones, más que una
construcción intelectual.
Utilizan colores planos, con un gran sentido estético. Tienen una libertad absoluta a la
hora de utilizar el color y las composiciones. Usaron todo tipo de materiales en sus
cuadros, pintura, cola, cartón, etc., para diferenciar texturas, pero sin llegar al collage.
Proyectaron vidrieras y usaron litografías y grabados para expresarse.
Decoraron teatros, portadas de libros, revistas y cualquier cosa que les solicitasen,
trabajando por encargo. Esto implicó, por un lado que sus obras fuesen ampliamente
conocidas y por otro que no fuesen únicas, sino que se imprimían y repetían, dando a
la obra de arte una nueva dimensión. La obra de arte deja de ser única, a pesar de ello
no crearon escuela.
Entre los nabis destacan pintores como Pierre Bonnard: Retrato de Nathanson y la
señora Bonnard, Edouard Vuillard: Autorretrato, Maurice Denis: Paisaje con árboles
verdes,Félix Vallotton: La lectora, Ker Xavier Roussel: Montones junto al mar, Henri-
Gabriel Ibels, y Paul Ranson. También pueden considerarse nabís los tres grandes
simbolistas,Gustave Moreau, Odilon Redon y Chavannes.
Él defiende no el pintar el objeto en sí mismo, sino para trascender a otros ámbitos a través de
la intuición y la contemplación.
Los simbolistas consideran que la obra de arte equivale a una emoción provocada por la
experiencia. Tratan de exteriorizar una idea, de analizar el yo. Les interesa la capacidad de
sugerir, de establecer correspondencias entre los objetos y las sensaciones, el misterio, el
ocultismo. Sienten la necesidad de expresar una realidad distinta a lo tangible y tienden hacia
la espiritualidad. El símbolo se convierte en su instrumento de comunicación decantándose por
figuras que trascienden lo material y son signos de mundos ideales y raros. Hay una inclinación
hacia lo sobrenatural, lo que no se ve, hacia el mundo de las sombras.
La revelación de Freud acerca de la vida de los sueños y la existencia de una parte irracional
en lo humano es aplicada al programa simbolista reivindicando la búsqueda interior.
Cultivarán el subjetivismo, el antirracionalismo y aflorará el interés por el cristianismo y las
tradiciones diversas. Estudian la ambigüedad, la belleza hermafrodita, lo andrógino, la mujer
fatal que destroza cuando ama, lo femenino devorador. La mujer brota del mundo del
inconsciente y para huir de la realidad adopta forma de esfinge, de sirena, de araña o de genio
alado. Los seres que aparecen en ese mundo de sueño serán incorpóreos.
Prestan especial atención a la forma, pero la ponen al servicio de unos ideales que van más
allá de la pura apariencia. Plasman sus sueños y fantasías por medio de la alusión al símbolo y
a una rica ornamentación. A veces utilizan colores fuertes para resaltar el sentido onírico de lo
sobrenatural. Puede decirse que es una pintura de ideas, sintética, subjetiva y decorativa. Los
precursores de esta nueva pintura son Gustave Moreau, Puvis de Chavannes y Odilon Redon.
En La aparición narra la aparición de la cabeza de San Juan Bautista a Salomé. Es una obra
de contenido religioso, sin embargo, la figura femenina posee una gran sensualidad y
representa a la mujer fatal.
Es el más clásico, las ideas que quiere plasmar se mueven dentro de lo equilibrado, lo
tranquilo. La mayor parte de su obra son grandes murales para edificios públicos, hechos al
óleo y no a fresco, lo que le obligó a suprimir la tercera dimensión.
Su énfasis sobre lo plano le llevó a las más atrevidas distorsiones, tanto en perspectiva como
en la figura. En la década de 1870 realiza La esperanza, el título ya indica que no se trata de
una simple imagen, sino de una idea. Es un personaje asequible, examinado de forma
académica, pero al servicio de una idea. Simboliza la paz y la esperanza con un tema de
guerra franco prusiana.