MICROBIOLOGIA

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Universidad Nacional Experimental

Francisco de Miranda

Programa de Medicina

UNEFM

Mecanismos de Defensa Frente a los Hongos Patógenos

Licenciada: Estudiante:

Yudith Caldera Mariant Clemente


C.I 28.359.292

III Semestre Sección 4

Barinas, diciembre de 2020


Los hongos son un grupo de diversos organismos que se alimentan mediante la
absorción directa de nutrientes. Los mismos son causantes de la putrefacción y
descomposición de materia orgánica. Algunas especies son parásitos de organismos vivos y
producen ciertas micopatías.

El termino Micopatía provienen del griego Mykes que significa hongos y Patheia
que significa dolor o sufrimiento. Hay tres tipos de micopatías, que vendrían siendo las más
comunes: las alergénicas, las toxicas y las micosis; enfermedades cuya causa son los
hongos, es por ello que el objetivo del siguiente análisis es mostrar la forma en la que
actúan los mecanismos de defensa ante una enfermedad producida por hongos y qué tipo de
rastros deja una micosis en el organismo.

Existen entre 1.5 y 5 millones de especies de hongos con la capacidad de crecer en


casi cualquier lugar; unos en ambientes naturales, otros en ambientes artificiales y, aunque
hay una gran cantidad de hongos en el mundo, sólo un pequeño número de estos pueden
causar enfermedades. Lamentablemente esta pequeña cantidad puede causar muchos tipos
de infecciones. Éstas pueden ir desde infecciones comunes de la piel o las mucosas, hasta
una sepsis grave y un fallo orgánico.

El diagnóstico de las micosis se realiza mediante el estudio micológico, el cual


consiste en la realización del examen directo de muestras clínicas y el aislamiento e
identificación de los agentes etiológicos en los medios de cultivos.

Para que una micosis se desarrolle con efectividad es necesario que los 3
elementos de la triada epidemiológica (ambiente, huésped y
parasito) estén en relación.

En la fase inicial de la patogenia de, por ejemplo, El Aspergillus participan las


esporas. La simplicidad del ciclo biológico confiere al hongo una alta capacidad de
esporulación y, como consecuencia, la presencia de concentraciones altas de esporas en el
aire. Aunque la inhalación de estas esporas por el ser humano es muy frecuente,
habitualmente no producen ninguna enfermedad, al ser eliminadas eficientemente por el
sistema inmunitario. Sin embargo, en algunos huéspedes, las esporas tienen mayor facilidad
para alcanzar el tracto respiratorio inferior y entonces, su tamaño reducido permite que se
depositen en el alvéolo pulmonar. Una vez acumuladas y, de nuevo, dependiendo de la
respuesta inmune del huésped, se puede producir un amplio espectro de enfermedades.

Hay ciertos factores que pueden hacer a un huésped idóneo, como: genética,
Alteraciones metabólicas, enfermedades, deficiencias inmunes, grupo sanguíneo, entre
otros.

La respuesta inicial del huésped será la barrera anatómica que constituyen el epitelio
respiratorio y la piel, este será el primer mecanismo de defensa frente a la infección fúngica
por hongos filamentosos. Las defensas mucociliares, en especial los macrófagos alveolares,
son la primera línea de defensa fagocítica frente a las esporas inhaladas.

La respuesta inmune innata del huésped frente a la infección por hongos


filamentosos se produce cuando el hongo es capaz de invadir las mucosas, en ese momento
se activa la respuesta del huésped mediada por las células del sistema inmune innato, en
concreto las células dendríticas, los monocitos, los neutrófilos y los mediadores solubles,
tales como el complemento o diferentes grupos de péptidos. Todas estas moléculas juegan
un papel primordial tanto en la destrucción inicial del hongo como en la activación de las
posteriores etapas de la respuesta inmunitaria.

Inmunidad innata: es un sistema de defensa con el cual las personas nacen y que
protege contra todos los antígenos. La inmunidad innata consiste en barreras que impiden
que los materiales dañinos ingresen al cuerpo. Las dos primeras líneas de defensa del
organismo se ven representadas por esta inmunidad.

La respuesta inmune adaptativa se inicia con el reconocimiento de antígenos que


pertenecen al microorganismo invasivo durante un proceso llamado «presentación de los
antígenos». En este proceso es básica la acción de las células dendríticas. Las células
dendríticas detectan, reconocen y procesan el antígeno. Como consecuencia de estos
procesos se activa la secreción de diferentes citosinas que inician la respuesta mediada por
los linfocitos T. Estos se encargan de regular y amplificar la respuesta del huésped frente a
la infección causada por los hongos filamentosos. De esta manera se enlaza la respuesta del
sistema inmune innato y el adaptativo. 
Inmunidad específica: es un sistema de defensa que constituye la tercera línea de
defensa del organismo, esta inmunidad se ve representada por dos tipos de células, por
Linfocitos T, en el caso de inmunidad celular y por Linfocitos B, en el caso de inmunidad
humoral.

Inmunidad celular: las células presentadoras de antígenos (macrófagos, células


dentricas y células LB), se encargan de presentar los antígenos a los linfocitos T (CD4+).

Inmunidad humoral: o inmunidad mediada por linfocitos B es un tipo de


inmunidad en el que los Linfocitos B se encargan de sintetizar anticuerpos
(inmunoglobulinas), cuando están en presencia de un antígeno específico.

La lisis del hongo se produce tanto por la acción del sistema inmune innato como
del adaptativo. Las células del sistema inmune innato fagocitan las diferentes formas
fúngicas y, según se trate de una espora o de una hifa, se activan diferentes procesos. Los
macrófagos destruyen las esporas principalmente mediante procesos de oxidación o de
acidificación. En los neutrófilos, los procesos de oxidación son los que tienen una mayor
relevancia.

Las micopatías por hongos filamentosos también están condicionadas por diferentes
factores de virulencia directamente relacionados con el hongo. Algunos factores de
virulencia son comunes, pero otros son específicos de orden o género, por ello, según la
morfología, la especie o el estado de crecimiento, la activación del sistema inmune será
diferente. En el género Aspergillus la virulencia de este hongo es multifactorial, asociada a
su estructura, su capacidad de crecimiento y adaptación a condiciones de estrés, sus
mecanismos de evasión del sistema inmune y su capacidad de causar daños en un huésped.

Y bien, ya sabemos que el desarrollo de las micosis invasivas por hongos


filamentosos se relaciona con una disfunción del sistema inmunitario. La capacidad del
hongo de producir infección dependerá en muchas ocasiones de la aptitud o de las carencias
del huésped para crear una buena respuesta inmunológica. Algunos factores intrínsecos del
huésped, como los diferentes polimorfismos de los RRP, y otros factores estrechamente
vinculados a la virulencia del hongo, como la especie o la termorregulación, se asocian a un
mayor riesgo de micosis invasivas. Los mecanismos inmunológicos de defensa frente a las
infecciones fúngicas son numerosos, la defensa del organismo frente a los Aspergillus se
basa en el reconocimiento del patógeno, un rápido y efectivo mecanismo innato, y un tardío
pero efectivo mecanismo adaptativo. El mecanismo innato de defensa está constituido por
la presencia de las barreras físicas que constituyen la piel y las mucosas, que se
complementan con membranas celulares, receptores celulares y factores humorales. Ha
habido un largo debate acerca de la contribución relativa de la inmunidad humoral y celular
en la defensa del hospedador frente a las infecciones fúngicas. Durante mucho tiempo se
consideró que la inmunidad celular (lC) era la importante, mientras que la inmunidad
humoral tenía un papel pequeño o incluso nulo. Sin embargo, en la actualidad, si bien se
acepta que la lC es el principal mecanismo de defensa, se sabe que ciertos tipos de
respuesta humoral son protectores. El gran reto del futuro es incorporar progresivamente
esta información en el día a día de la asistencia clínica a los pacientes para establecer los
grupos de enfermos con mayor riesgo de padecer estas IFI, al mismo tiempo que dilucidar
nuevas dianas de tratamiento y mejorar las técnicas diagnósticas.

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