Resumen Forense 2

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PERFIL PSICOLOGICO DEL MALTRATADOR A LA MUJER EN EL HOGAR

Introducción
La violencia domestica produce:
- Consecuencias físicas
- Consecuencias psicológicas.
- Situación de amenaza incontrolable.
- Ansiedad extrema: alerta y sobresalto permanente.

Definición del maltrato domestico.


Para elaborar su definición se tienen que tener en cuenta las siguientes variables:
- Presencia de un acto físico o psicológico lesivo.
- Intención del agresor.
- Impacto percibido por la victima.
- Desviación de la conducta de acuerdo con las normas aceptadas socialmente.
- Combinación de estos factores.
Punto de vista clínico: agresiones físicas, psíquicas o sexuales llevadas a cabo
reiteradamente por parte de un familiar y que causan daño psíquico o físico y vulneran
la libertad de otra persona.

Variables relacionadas con el maltrato doméstico.


Características biográficas/demográficas del agresor
Existe una correlación negativa entre la edad y el nivel económico, por un lado, y la
violencia domestica, por otro. El maltrato es más común en hombres jóvenes y de un
estrato económico más bajo (también desempleados). Un factor importante también es
la exposición a la violencia en la infancia: teoría del aprendizaje social.
Trastornos psicopatológicos
Los trastornos que mas se encuentran son los trastornos de la personalidad, siendo los
principales:
- Trastorno antisocial de la personalidad.
- Trastorno depresivo mayor.
Los agresores tienden a ser ansiosos, indiferentes, impulsivos, depresivos, subjetivos,
dominantes y hostiles. Problemas de asertividad.
Dos tipos de agresores:
- Dominantes: rasgos de personalidad antisocial, conductas más violentas.
- Dependientes: depresivos, celosos y solo ejercen violencia en el ámbito
domestico.
Abuso de alcohol y drogas.
- El maltrato es más grave cuando se esta bajo el efecto de drogas o alcohol.
- Sustancias consumidas: marihuana, cocaína, anfetaminas, speed.
- Consumo de alcohol no puede considerarse como una causa única o suficiente
para explicar las conductas violentas.
Perfil psicológico del maltratador.
Entonces se puede decir que un hombre que haya experimentado violencia en la
infancia, que bebe alcohol, con un estatus social bajo, que estén en paro, con rasgos de
personalidad antisocial, tienen mayores probabilidades de cometer actos de violencia.

Factores predictivos de violencia domestica.


Hay muchos estudios:
- Un aumento gradual de la interacción coactiva (insultos, desvalorización,
amenazas, asilamiento) tiene como consecuencia una agresión física a lo largo
del tiempo.
- Las primeras agresiones aparecen en el período de noviazgo o al principio del
matrimonio. Una vez que aparece el primer episodio, la probabilidad de que
reaparezca es mayor.
- Matrimonios recientes: progresión del maltrato psicológico al físico.
- Violencia física en el noviazgo predice que se estabilice la violencia.
- A veces el maltrato a la mujer se expande a los hijos.

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CONSECUENCIAS PSICOLÓGICAS DEL MALTRATO DOMÉSTICO.

Introducción
La violencia domestica supone la causa más común de lesión en las mujeres (incluso
más que accidentes viales, robos y violaciones).
Los cuadros clínicos que más se presentan son la depresión y el estrés postraumático.
Pueden surgir problemas con el alcohol y las drogas.

Característica del maltrato doméstico.


- Las victimas permanecen en la relación durante mucho tiempo: 10 años es la
media.
- Se suele volver a la situación de maltrato una vez que se busca ayuda.
- El maltrato comienza desde el principio de la relación y aumenta en intensidad
con el paso del tiempo.
- El maltrato se intensifica durante el embarazo de la mujer.
- Existen algunas variables relacionadas con la decisión de abandonar o no la
relación:
o La severidad y frecuencia del abuso (el más importante).
o La exposición u la experiencia de violencia n la familia de origen de la
mujer.
o La edad y el grado de autoestima de la víctima.
o El número de hijos.
o El nivel cultural
- Existen tres variables significativas que afectan al mantenimiento de la
situación:
o Duración de la relación.
o Numero de separación previas.
o Orientación religiosa.
- Otros estudios muestran otras dos variables:
o Obligación y compromiso.
o Dependencia económica.
- Otras variables:
o La falta de empleo.
o Corta duración de la relación
o Privación económica.
o Estar enamorada.
o No tener donde ir.
- Se tiene en cuenta también la falta de recursos, apoyo ambiental y vergüenza
social.
Modelos teóricos.
Hay una dependencia de la mujer no se produce solo a nivel económico, sino a nivel
afectivo y emocional.

Teoría del ciclo de la violencia.


Esta teoría se basa en el concepto de refuerzo conductual y está compuesta por tres fases
fundamentales en la hipótesis de reducción en la tensión. Las fases son:
1- Construcción de la tensión en la pareja: hay un control mínimo de la frecuencia
y severidad de los incidentes violentos. Si se aceptan las exigencias del agresor,
se puede retrasar la violencia. La “tensión” surge de los conflictos cotidianos,
como los problemas económicos.
2- Aparece la violencia física.: la agresión es un castigo hacia las conductas de la
mujer y como consecuencia se produce una pérdida del control. Es un período
corto, mayor daño físico (en ocasiones lleva a la denuncia).
3- Arrepentimiento: hay conductas de arrepentimiento y un compromiso a tomar
medidas para resolver la situación. Se asocia a un refuerzo inmediato.
Es cíclico, mientras mas se esté dentro mayores son las consecuencias psicológicas y la
recuperación es más desfavorable.

Los disparadores de la violencia (canvas)


En una interacción violenta encontraremos que cada participante encuentra un punto y
una secuencia como inicio o bien como explicación de las consecuencias agresivas. Se
hace referencia a aquello que el otro hizo o no hizo, o dijo o no dijo, y así se justifica su
accionar. Los movimientos, las miradas, actitudes o las palabras funcionan como
detonantes que inflaman la pólvora… Siempre hay un poderoso activador que autoriza
el pasaje al acto y anuncia el episodio violento. Es necesario identificar este mensaje
particular en las transacciones, ya que él provocará inmediatamente la agresión física.
Cabe aclarar que ciertas señales o actos disparadores pueden ser reales, una distorsión
de la realidad o una interpretación personal. De cualquier modo, desencadenan y
justifican la respuesta violenta, por eso, es importante poder detectarlos.

Teoría de la indefensión aprendida.


Permite explicar los cambios psicológicos responsables del mantenimiento de la mujer
maltratada en una relación violenta.
Loas acontecimientos agresivos mezclados con períodos de ternura y arrepentimiento
actúan como un estímulo aversivo administrado al azar que provoca una falta de
relación entre los comportamientos y los resultados de los mismos. Así se explica la
pérdida de confianza de la victima en su capacidad para predecir las consecuencias de la
conducta y, por tanto, la aparición o no de la violencia. Esto suscita una ansiedad
extrema en la mujer y respuestas de alerta y sobresalto permanente. La mujer en esta
situación a veces prefiere quedarse con el maltratador y obedecer a sus demandas.
Genera habilidades de enfrentamiento que, cuando dejan de ser operativas, decide salir
de esta relación de violencia.

Otras teorías.
Strube analiza tres modelos teóricos para explicar la permanencia de la mujer en
situación de maltrato: la teoría de costes y beneficios la teoría de la acción razonada y la
teoría de la dependencia psicológica. Estas teorías no son aplicables cuando la decisión
es racional y no patológica.
Teoría de costes y beneficios: la elección de dejar la relación de maltrato está en
función de que el beneficio total de esa decisión sea mayor que el coste de permanecer
en la situación.
Teoría de la dependencia psicológica: la mujer permanece en una relación de maltrato
por un esfuerzo de justificación producido por su compromiso con el matrimonio.
Cuando sus intentos por mejorar la relación fracasan, la víctima se siente obligada a
justificar dichos esfuerzos con al creencia de que tendrá éxito su lo intenta con la fuerza
suficiente.
Teoría de la acción razonada: propuesta por Fishbein y Ajzen. La mujer puede percibir
que salir de la relación abusiva tiene consecuencias positivas tales como el fin de la
relación, aumento de libertad, etc, y consecuncias negativas como la soledad. La actitud
defensiva dependerá de los resultados totales en combinación con las probabilidades de
éxito percibidas, así como de la influencia de los seres queridos.
Consecuencias psicológicas del maltrato domestico.
Depresión
Se manifiesta en una proporción alta (al igual que en otros eventos traumáticos). El
maltrato tiene una serie de características que están relacionadas con la aparición de la
depresión:
- Castigo aplicado por el agresor por las conductas de búsqueda de ayuda hace
que las mismas disminuyan en el futuro. Si la mujer cuestiona el abuso aumenta:
si intenta romper la relación los maltratos aumentarán. El castigo tiene efectos
más negativos cuando es inconsecuente y va emparejado con refuerzos
esporádicos.
- La disminución del refuerzo esta relacionada con el maltrato y la depresión: el
maltratador impide que la mujer se relacione con otras personas, produciendo
una disminución del refuerzo social y las actividades reforzantes. El asilamiento
favorece la dependencia.
- El refuerzo de ciertas conductas inadaptadas favorecen al mantenimiento de la
depresión en el maltrato domestico. La depresión a veces disminuye los malos
tratos y por eso se mantiene.
Síntomas importantes: autoculpabilidad por el maltrato y la baja autoestima.

Trastornos de estrés postraumático.


Hay variaciones como el trastorno de secuelas de victimización o trastorno de estrés
extremo no clasificado en otro lugar.
Las victimas de violencias enfrentan un suceso que está fuera del marco habitual de las
experiencias humanas y que es marcadamente angustiante para casi todo el mundo. Esta
es la primera característica de este trastorno en el DSM.
Tres grupos de síntomas:
- Reexperimentación del acontecimiento traumático: hipervigilancia, pesadillas,
pensamientos recurrentes.
- Evitación de estímulos asociados al trauma: aislamiento social.
- Aumento de la activación: altos niveles de irritabilidad y arousal.
En las situaciones de maltrato domestico están presentes algunos factores predictores
del trastorno de estrés postraumático:
- Larga duración del abuso.
- Lesiones y amenaza a la vida.
- Consecuencias del trauma.
- Pérdida de seres queridos.
- Presencia de sucesos estresantes anteriores.
- Bajo apoyo social.
- Problemas económicos.
Se relaciona con la intensidad de la violencia ejercida.

Tratamientos psicológicos.
El tratamiento es complejo debido a las múltiples variables que intervienen.
Es importante antes de empezar un tratamiento brindar apoyo, seguridad y contención
que le permite separarse de la relación violenta. Debe entender que va a recibir ayuda no
porque está loca sino porque esta en una situación loca. El objetivo fundamental de la
intervención es adquirir las habilidades para recuperar el control de sus vidas y terminar
con la violencia.
Debido a la sintomatología los tratamientos cognitivo-conductuales son los mejores:
modelado, parada de pensamiento, reestructuración cognitiva y la inoculación del estrés.
El tratamiento debe centrarse en:
- los problemas de manipulación y control.
- La disociación
- La expresión de ira
- La intimidad emocional y sexual
Gran importancia de los grupos terapéuticos, formados generalmente por mujeres en
diferentes fases de la resolución del problema, permite volver a adquirir confianza y
establecer puntos de apoyo.

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PERFIL PSICOSOCIAL Y TRATAMIENTO DEL HOMBRE VIOLENTO CON
SU PAREJA EN EL HOGAR.

La violencia familiar es un problema amplio que incluye diferentes formas de abuso:


dentro de estas formas podemos hablar de la violencia del hombre contra la pareja.
Encontramos dentro de esto cuatro tipos de violencia:
- Física.
- Psicológica.
- Sexual
- Destrucción de propiedad.
Violencia psicológica: humillación intensa y continuada, amenazas de violencia, control
y vigilancia, cambios de humor sin lógica, etc.

El ciclo de la violencia.
Wlaker mantiene que existen tres fases principales:
1- Acumulación de tensión: cambios repentinos de ánimo (comienza a reaccionar
negativamente ante lo que él siente como frustración de sus deseos,
provocación) Son pequeños actos de violencia verbal que escalan y aumentan la
tensión. Duración de días hasta año. A veces no pasa de esta fase y se conoce
como una “guerra de desgaste” que nunca llega a la violencia física.
2- Descarga de violencia física: descarga de las tensiones acumuladas. Luego se da
un periodo incial de shock que incluye negación, justificación o minimización de
los hechos por el hombre y la mujer. Es la parte más corta.
3- Arrepentimiento: se trata de reparar el daño, es la fase en la que la victimización
se completa. Esta fase se va diluyendo, las tensiones vuelven a aumentar y se
comienza nuevamente el ciclo.
Este ciclo tiene tres características:
- Cuantas más veces se completa, menos tiempo necesita para completarse.
- La intensidad y la severidad de la violencia van aumentando progresivamente en
el tiempo.
- La tercera fase tiende a hacerse cada vez mas corta hasta que a veces desaparece.

El perfil psicosocial del hombre violento.


La violencia como fenómeno social.
La influencia social es un factor determinante de la violencia contra las mujeres
(modelo de hombre como modelo cuestionable a seguir: fortaleza, autosuficiencia,
racionalidad, control del entorno; ser hombre es ser importante, la violencia se ejerce
como un intento de retomar estos valores).

La violencia como consecuencia de un trastorno mental.


Salvo en aquellos casos en que el trastorno lleva a una pérdida de contacto con la
realidad, en la mayoría de los casos en que el trastorno puede actuar como agravante de
la violencia, pero no constituye una causa o factor determinante de la misma.
Generalmente el hombre que agrede sabe a quien puede agredir y a quien no, incluso
habiendo tomado alcohol.

La personalidad del hombre que maltrata.


Un aspecto importante es la posible presencia de un trastorno de la personalidad en el
hombre maltratador.
Rasgo de personalidad: pautas duraderas de percibir, pensar y relacionarse con el
ambiente y con uno mismo. Si estos rasgos son inflexibles y desadaptativos, causando
una incapacitación social, ocupacional o malestar subjetivo, se habla entonces de un
trastorno de la personalidad. Síntomas suelen aparecer en infancia o adolescencia.
En los hombres maltratadores se pueden encontrar una serie de actitudes, entendidas
como patrones de comportamiento y esquemas de pensamiento relativamente estables
que son comunes a muchos hombres que maltratan. Puede tener que ver con el
aprendizaje social.
Características que se pueden encontrar en su historia:
- Ambiente materno sobreprotector.
- Dependencia emocional: dificultad para expresar sentimientos, positivos y
negativos, lo cual lleva al asilamiento social. Como consecuencia: actitudes de
control, vigilancia, celos, etc. Esta relación de asilamiento-dependencia genera
un circulo cerrado en la pareja.
- Es poco asertivo con una imagen pobre de sí mismo.
- Actitud pasivo-agresiva en relaciones sociales y laborales.

Vínculos entre el hombre violento y la mujer maltratada.

Carney:
- Las mujeres maltratadas aprenden con rapidez, capacidad para expresar sus
emociones adecuadamente, tendencia a confiar en sus parejas. Todas
características que escasean en los hombres violentos.
- Éstas tienen además la capacidad para hacerse cargo de las responsabilidades
familiares.
- Se culpan a si mismas por la violencia de sus esposos.
- Tienen una actitud estoica ante las dificultades que contrasta con la baja
tolerancia a la frustración del hombre violento.
Todas esas complementariedades están arraigados en nuestra sociedad de acuerdo a los
ideales de genero.

Tratamiento del hombre que maltrata.


La terapia coactiva.
El tratamiento psicológico es ofrecido como alternativa a una medida penal que debe ser
lo suficientemente disuasoria como para que el encausado opte por el tratamiento.
Esta terapia se da en un contexto terapéutico muy concreto:
- Se deben conocer muy bien los pormenores de la situación de violencia que
motivo a la denuncia para poder confrontarlos cone l acusado.
- El evaluado debe tener en cuente que el terapeuta no solo realiza un labor
clínico, sino también una labor de evaluación para el juez.

Es esta primera fase de evaluación-confrontación que mas difiere con la terapia clásica.

Evaluación psicosocial.
Las entrevistas se hacen por separado entre agresor y victima, sino vamos a encontrar
un versión de la victima más fiel a la realdad que la del agresor. Las entrevistas con éste
suelen ser de confrontación con los hechos que se le imputan, en la que se miden el
grado de colaboración inicial y los mecanismos de defensa que utiliza. Es una fase que
dura cuatro horas, alternando entre preguntas abiertas y cerradas (permiten disminuir la
racionalización o minimización).
Las áreas fundamentales que toda evaluación de un caso de violencia familiar debe
cubrir son las siguientes:
- Riesgo de homicidio.
- Riesgo de suicidio.
- Frecuencia de la violencia.
- Historial de violencia dentro y fuera del hogar.
- Abuso de alcohol y drogas.
- Historial criminal si lo hubiera.
- Aislamiento social.
- Fuentes de estrés en la vida del agresor.
- Salud mental general.
- Salud física.
La predicción del grado de peligrosidad es muy difícil: el mejor predictor es la violencia
ocurrida en el pasado.
Factores de riesgo de homicidio:
- Mayor frecuencia de episodios violentos y mayor gravedad de las lesiones.
- Amenazas de muerte por parte del hombre.
- Amenazas de suicidio por parte de la mujer.
- Abuso de alcohol o drogas.
- Amenaza de agresión sexual o agresión sexual real.

La esquizofrenia o paranoia aumenta la probabilidad de violencia.


Evaluación de la motivación.
No asisten voluntariamente a la terapia, lo cual hace que el motor terapéutico sea nulo.
Uno de los objetivos principales es aumentar el grado de motivación para eliminar la
conducta violenta. Indicadores de motivación:
- Reconoce tener un problema.
- Asiste a la terapia.
- Disposición a hablar del tema.
- Soluciones pasadas.
- Minimiza niega o racionaliza el problema.
- Arrepentimiento.
- Cree en el beneficio de una terapia.
- Cooperación.
Plan de tratamiento.

1- Formato individual o grupal: es preferible el grupal. Ventajas:


a. Superación de mecanismos de defensa.
b. Progresos de compañeros sirven como modelo de conducta.
2- Tratamiento paralelo del alcoholismo o abuso de drogas.
3- Posibilidad de una terapia de pareja una vez finalizada la terapia.
4- Duración aproximada de la terapia: no menos de tres meses y hasta un año.
5- Frecuencia de las sesiones (una semanal).

Objetivos del tratamiento


1- Terminar con la violencia física, sexual y con la destrucción de la propiedad. La
violencia psicológica es la más difícil de erradicar.
2- Que el hombre asuma la responsabilidad de sus actos y no sólo los violentos:
dejar de culpar a la mujer.
3- Fomentar el autocontrol.
4- Desarrollo de habilidades de comunicación y de conducta asertiva.
5- Toma de conciencia entre la relación existente entre la violencia a las mujeres y
la educación recibida.
Técnicas de tratamiento.
La escenificación de la violencia:
Es una técnica de confrontación (también llamado la “moviola”). Consiste en repetir, de
forma ralentizada y escenificándolo, el último episodio de violencia y el peor. En
terapia individual el terapeuta es la mujer, en el grupal lo es otro paciente. Se tiende a
representar una versión censurada del episodio.

Autoobservación y registro de las reacciones de ira.


Muchos hombres piensan que enfado y violencia son sinónimos. El enfado es sano, si se
va expresando de forma directa y no intimidatoria, no se da ese efecto de “olla de
presión” que acaba en una descarga de violencia.
El primer paso para que el paciente comprenda por qué se expresa a través de la
violencia es echar la vista atrás y analizar los mensajes que recibió durante su infancia y
adolescencia. Se le pide que describa conductas de comportamiento con su madre, con
su padre, los mensajes que recibió de ellos.
Se debe llevar un “diario de enfados”, registrando las situaciones de ira que
experimenta, teniendo en cuenta sus síntomas físicos (respiración entrecortada, tensión
muscular, etc).

La suspensión temporal.
Es una técnica que previene las situaciones de perdida del control. Se tiene que usar
cuando el hombre sienta que su nivel de enfado se desborda. Significa abandonar la
escena del conflicto, pensar que ha sucedido y los sentimientos que se están
experimentando y volver donde la pareja una vez que se haya tranquilizado.
Seis pasos a seguir:
- Establecer un acuerdo previo: se planea cómo y cuando emplear el ejercicio.
- Emplear una clave prefijada: una palabra o frase.
- Tomarse la suspensión temporal: dar un paseo, ejecicio, etc.
- Volver a casa y retomar la discusión si esto es posible.
- Compartir sentimientos y pensamientos sobre por qué se ha hecho necesario
empelar la suspensión.
- Planear el paso siguiente.

Reestructuración de actitudes.
Es una técnica que se incluye directamente después de la fase de evaluación-
confrontación. Su objetivo es la modificación de las actitudes respecto al uso de la
violencia contra la pareja y en general. Se pretende que el agresor tome conciencia de lo
inaceptable de sus conductas y de la relación que existe entre la violencia contra la
mujer y la educación recibida. Se le informa de los tipos de violencia, cómo funciona,
su ciclo y sus principales causas.

Otras técnicas.
Relajación muscular, entrenamiento de la asertividad y habilidades sociales,
autoinstrucciones encubiertas.

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CARACTERISTICAS PSICOLÓGICAS DE LOS AGRESORES FISICOS
INFANTILES INTRAFAMILIARES.

Revisión de los factores de riesgo.


- Una de las variables principales es la existencia de maltrato físico en la infancia de la
madre o padre. Hay una transmisión intergeneracional: las experiencias infantiles de
maltrato constituirían una predisposición a que la relación con los propios hijos se
establezca sobre la base de la relación con la imagen de sí mismo como niño.
Esto en lo últimos años comienza a ser cuestionado, pero se tiene que tomar como una
variable importante (aunque no generalizable).,
- Otro factor es una red de apoyo social deficitaria.
- Familias monoparentales.
- Existencia de alteraciones psicológicas: alcoholismo, toxicomanías.
- Relación entre la infelicidad, el sentimiento de inadecuación y la baja autoestima con
la presencia de riesgo de maltrato físico.

Aspectos situaciones del maltrato infantil.


Predisposiciones:
- Persona con potencial para maltratar.
- Niño percibido como inapropiado.
- Situaciones de tensión que precipitan la conducta agresiva.
Muchas veces las acciones de los niños suelen ser percibidas como provocativas o
mucho más inaceptables o estresantes que lo normal.
Hay expectativas superiores con respecto a las capacidades y rendimiento evolutivo del
niño.
Sesgo perceptivo de los padres.
Las madres maltratadoras perciben a sus hijos como inferiores.

Modelos cognitivo-conductuales. Maltrato físico infantil y procesamiento de la


información.
Bauer postula que el maltrato físico se produciría tras una secuencia de cuatro fases:
1- Expectativas inadecuadas con respecto a secuencias de interacción del niño.
2- Incoherencia entre conducta del niño y las expectativas.
3- Interpretaciones extrañas de la conducta del niño basada en la intencionalidad.
4- Respuesta inapropiada y agresiva hacia el niño.

Milner mantiene tres fases: percepción de la conducta social, las interpretaciones,


evaluaciones y expectativas que dan significado a la conducta social, la integración de la
información y selección de la respuesta. La cuarta fase es de tipo cognitivo conductual e
incluye el proceso de implementación y monitorización de la respuesta. Sesgos:
- Esquemas cognitivos preexistentes: se tiene en cuenta dentro de esto el valor del
castigo físico, las altas expectativas no realistas del niño, creencias sobre características
de los hijos. Son resultados de previas identificaciones y situaciones vividas.
- Fase primera: percepción: dificultades perceptivas de la madre o los padres
maltratadores. Menor habilidad para reconocer el estado afectivo del niño y para
identificar sus expresiones emocionales.
- Fase Segunda: Expectativas, interpretaciones y evaluaciones de las conductas de los
hijos: las expectativas parecen modificarse según las medidas de disciplina utilizadas
ante diferentes tipos de transgresiones.
- Fase Tercera: Interacción de la información y selección de Respuestas: los padres son
incapaces de modificar su conducta y utilizar técnicas alternativas de manejo de la
situación.

Todo esto se puede relacionar con alteraciones neuropsicológicas, psicofísica,


modificaciones del estado de animo (depresión y ansiedad), trastornos de autoimagen,
alcoholismo o dificultad de soporte social del sujeto.

Se relaciona también con factores estresores externos: el maltrato físico es una


expresión de la disminución en la habilidad para enfrentarse al estrés.

Reactividad psicofisiológica y aspectos neuropsicológicos.


Los pares maltratadores tiene mayor activación emocional y fisiológico ante el llanto
del niño, hay un aumento de reactividad fisiológica.

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VIOLENCIA Y FAMILIA: UN PROGRAMA DE TRATAMIENTO PARA
FAMILIAS CON PROBLEMAS DE MALTRATO Y/O ABANDONO INFANTIL.

Algunos autores mantienen que la familia es el grupo o institución con mayores niveles
de violencia física que un ciudadano normal es probable que encuentre.
Violencia padre-hijo: se puede entender como cualquier acción ejercida por los padres,
desde su posición de poder, que dañe o lesione física o psicológicamente al niño o le
coloque en grave riesgo de padecerlo. La violencia se define por sus consecuencias.
Los programas de tratamiento para familias con problemas de maltrato/abandono
infantil.

Contexto general de la intervención rehabilitadora.


Hay ciertas características de la intervención con estas familias que condicionan el
contexto general de las mismas:
- hay una intervención de la justicia para proteger al niño: salida del niño del
domicilio, salida del maltratador del domicilio, retirad definitiva o provisional
de la patria potestad o derechos de tutela, designación de pena a los padres, etc.
- La demanda no parte de los padres. Los profesionales son definidos por ellos
como ayuda y control, lo cual se presenta como dificultad para el desarrollo de
una actividad terapéutica.
- Al principio del tratamiento, la mayoría de estos padres no muestra conciencia
del problema ni motivación interna de cambio.

Diferentes modelos de tratamiento y resultados.

Se exige una intervención multifactorial, no centrándose exclusivamente en dar


por terminada la conducta maltratante, sino en posibilitar un funcionamiento adaptativo
de la familia en su conjunto.
Programas basados en el modelo cognitivo-conductual.
En un primer momento éste se basaba en el modelo del aprendizaje social. Se mantiene
que la agresión física proviene del fracaso de los padres para manejar la conducta del
niño de manera apropiada.
Se toman los factores cognitivos como variables mediadores fundamentales a la hora de
explicar la conducta maltratante. Se tiene como objetivo enseñar a los padres
habilidades de coping, habilidades sociales y de comunicación, nociones de desarrollo
infantil y autocontrol.
Son intervenciones de corta duración, activas y directivas.
Incluye a toda la familia.
Programas eco-conductuales.
Coloca al problema del maltrato en un contexto multifactorial más amplio que la
relación padre hijo o que el análisis de los consecuentes y antescedentes de la conducta.
Tiene mucho e cuenta el entorno. También a corto plazo.
Programas basados en la figura del educador familiar.
Se basa en la hipótesis de que los padres que maltratan no han tenido modelos positivos
de relación y no han desarrollado una imagen positiva de sí mismos. L figura del
educador familiar cumple dos funciones:
- Ejercer como figura de apoyo emocional hacia los padres.
- Ejercer funciones de modelado y enseñanza.
Es un trabajo eco-conductual con una función de apoyo social.
Programas basados en la provisión de apoyo social.
Se debe tener una red de apoyo para su rehabilitación y mantener los objetivos
alcanzados. Serían los grupos de autoayuda.
Terapia familiar.
Modificación de los patrones de interacción familiar.

Ninguno de todos estos modelos tiene resultados alentadores. Se deben mejorar los
tratamientos reconociendo a las familias que son intratables y lograr el conocimiento
suficiente para precisar qué tipo de programas, con qué tipo de familias y problemas y
en qué condiciones, producen determinado tipo de efectos.

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