Dones Es
Dones Es
Dones Es
INTRODUCCIÓN
En estos versículos el apóstol Pablo sigue profundizando en uno de los temas fundamentales de la fe
cristiana, los dones del Espíritu Santo. No olvidemos que este tema surgió como respuestas a las preguntas
que los corintios le habían hecho a Pablo a través de una carta, y posiblemente allí no solo expresaban sus
dudas, sino más que todo el problema que tenía al ejercerlos sin control durante la realización de sus cultos,
dicho uso será regulado en el capítulo 14. El tema predominante en esta sección será la diversidad de dones
que opera en la perfecta unidad del cuerpo de Cristo. Nosotros siendo muchos tenemos diferentes dones y
habilidades, pero con la ayuda del Espíritu Santo nos complementamos en una perfecta unidad dentro del
cuerpo de Cristo.
Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el
Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el
mismo. Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho”.
1. Intervención Trinitaria
2. Diversidades de dones
3. Diversidad de ministerio
4. Diversidades de operaciones
Los dones del Espíritu Santo son capacidades extraordinarias que el Espíritu de Dios otorga al creyente por
gracia para edificación de la iglesia.
El don del espíritu no es una habilidad. una habilidad es una capacidad que también Dios nos ha otorgado,
pero no requiere una acción sobrenatural del Espíritu Santo para que opere, tal y como la habilidad de
cantar, de tocar algún instrumento musical,
Un don espiritual es aquel que sólo puede ser ejecutado por una intervención sobrenatural de Dios.
PASAJE . “CADA UNO SEGÚN EL DON QUE HA RECIBIDO, MINÍSTRELO A LOS OTROS, COMO
BUENOS ADMINISTRADORES DE LA MULTIFORME GRACIA DE DIOS”, (1 PEDRO 4:10) ojo
3. Diversidad de ministerio
Estos se manifiestan en cincos oficios que son el de apóstol, profeta, evangelista, pastor y maestro: “Y él
mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros,
a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,
hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la
medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema
de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error,”, (Efesios 4:11-15).
Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la
multiforme gracia de Dios”, (1 Pedro 4:10).
Propósito de Estos ministerios es perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación en
la fe de los mismos y para instruirlos en doctrina a tal punto que no sean engañados por falsos maestros y se
desvíen de la verdadera fe
5. Diversidades de operaciones
Se refiere a todas aquellas funciones o actividades que los cristianos pueden realizar dentro del trabajo de
su obra, y estas son dadas por nuestro Padre celestial: “Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada
cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de
sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno… De manera que, teniendo
diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; o si
de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con
liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría”, (Romanos 12:3, 6-8).
Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto
concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios
repartió a cada uno… De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de
profecía, úsese conforme a la medida de la fe; o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; el
que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace
misericordia, con alegría”, (Romanos 12:3, 6-8).
Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo
Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el hacer
milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro,
interpretación de lenguas”
Nota
Los dones no se adquieren cuando un creyente se Bautiza o tiene algunas función en la iglesia, esto se
adquieren cuando creen en Cristo Jesús.
Ningún creyente puede decir que no existe un área dentro de la iglesia donde pueda servir,
Los dones del Espíritu Santo se dividen en tres grupos de tres: Los dones de Revelación, los dones de Palabra
y los dones de Poder. El primer grupo de tres son los dones de revelación, los cuales son palabra de ciencia,
palabra de sabiduría y don de discernimiento de espíritus: “Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de
sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu… a otro, discernimiento de espíritus...”, (1
Corintios 12:8,10)
. A este grupo de dones se le han llamado los ojos de Dios en la iglesia ya que su operación sobrenatural le
permite a la iglesia conocer eventos futuros o situaciones que están ocultas a los ojos del ser humano.
El Segundo grupo de tres son los dones de palabra, los cuales son don de profecía, diversidad de géneros de
lenguas e interpretación de lenguas: “… a otro, profecía… a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro,
interpretación de lenguas…”, (1 Corintios 12:10).
A este grupo de dones se le han llamado la boca de Dios en la iglesia, porque a través de la intervención
sobrenatural del Espíritu Santo el Señor emite su voz con un mensaje directo hacia sus santos con el fin de
exhortar, consolar o edificar.
El tercer grupo de tres son los dones de poder, los cuales son dones de sanidades, operaciones de milagros y
don de fe: “… a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el
hacer milagros”, (1 Corintios 12:9-10). A este grupo de dones se le han llamado las manos de Dios en la
iglesia, ya que a través de la acción sobrenatural del Espíritu Santo el Señor se realiza señales y portentos
dentro de su iglesia. Veamos en detalle cada uno de estos dones y algunos ejemplos de su forma de operar
en la Biblia.
Palabra de Sabiduría. “… A unos Dios les da por el Espíritu palabra de sabiduría…”1
Corintos 12:8
Palabra de Sabiduría es aquel don por el cual el Espíritu Santo comunica sobrenaturalmente a la
persona que lo posee el conocimiento de hechos que se verificarán en el futuro. La palabra de Sabiduría es
una revelación y manifestación espiritual que está a disposición de algunos cristianos a quienes les es
otorgado dicho don, la cual opera cuando se presenta una necesidad especial y concreta dentro el Cuerpo de
Cristo.
EJEM Hechos 11:27-30- 21:10-11
Ejemplo 1:
“Un hombre llamado Ananías también vendió una propiedad y, en complicidad con su esposa Safira, se
quedó con parte del dinero y puso el resto a disposición de los apóstoles. –Ananías- le reclamó Pedro-,
¿cómo es posible que Satanás haya llenado tu corazón para que le mintieras al Espíritu Santo y te quedaras
con parte del dinero que recibisteis por el terreno? ¿Acaso no era tuyo antes de venderlo? Y una vez vendido,
¿no estaba el dinero en tu poder? ¿Cómo se te ocurrió hacer esto? ¡No has mentido a hombres sino a
Dios!”.
Hecho 5:1-3
Discernimiento de Espíritus. “…a otro, discernimiento de espíritus…”
1 Corintios 12:10
Ejemplo 1:
“Aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu de
adivinación, la cual daba gran ganancia a sus amos, adivinando. Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba
voces diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación. Y
esto lo hacía por muchos días; mas desagradando a Pablo, éste se volvió y dijo: Te mando en el nombre de
Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora”.
Hechos 16:16-18
Interpretación de Lenguas.
“Por esta razón, el que habla en lenguas pida en oración el don de interpretar lo que diga”.
1 Corintios 14:13
El don de Profecía.
1. Edificación, del griego oikodomé (οἰκοδομή), palabra que denota el acto de construir una casa (oikos,
hogar, y domeo, construir). Se usa metafóricamente en el sentido de promover el crecimiento espiritual y el
desarrollo del carácter del creyente por medio de la profecía.
2. Exhortación o animar, el cual se traduce del griego paráklesis (παράκλησις) y se usa en el sentido de
amonestar, animar o apremiar a alguien para que siga un curso de conducta.
3. Consolación, del griego paramusía (παραμυθία) que literalmente significa llamar al lado de uno. Es la
cualidad donada por Dios a algunos creyentes con el propósito de persuadir, despertar y estimular.
Existe una diferencia entre la profecía de las Escrituras y el don de profecía. La profecía de las
Sagradas Escrituras es infalible: “Entonces Jesús tomó aparte a los doce y les dijo: Ahora vamos rumbo a
Jerusalén, donde se cumplirá todo lo que escribieron los profetas acerca del Hijo del Hombre”, (Lucas
18:31); mientras que el don de profecía se somete a prueba para decidir si realmente viene de Dios o
no: “Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen”, (1 Corintios 14:29). Así mismo se limita
únicamente a exhortar, consolar y edificar: “...El que profetiza habla a los hombres para edificación,
exhortación y consolación”, (1 Corintios 14:3).
Finalmente, la Biblia regula el ejercicio de los dones de revelación dentro de la iglesia y esto se
hace en el capítulo 14 de 1 Corintios el cual estudiaremos después.
“¿Qué concluimos, hermanos? Que cuando se reúnan, cada uno puede tener un himno, una enseñanza, una
revelación, un mensaje en lenguas, o una interpretación. Todo debe hacerse para la edificación de la iglesia.
Si se habla en lenguas, que hablen dos –o cuanto mucho tres–, cada uno por turno; y que alguien interprete.
Si no hay interprete, que guarden silencio en la iglesia y que cada uno hable para sí mismo y para Dios. En
cuanto a los profetas, que hablen dos o tres, y que los demás examinen con cuidado lo dicho. Si alguien que
está sentado recibe una revelación, el que esté hablando ceda la palabra. Así todos pueden profetizar por
turno, para que todos reciban instrucción y aliento. El don de profecía está bajo el control de los profetas,
porque Dios no es un Dios de desorden sino de paz”.
1 Corintios 14:26-33
En cuanto al don de profecía, que hablen dos o tres, y por turno, y los mismos profetas deben
examinar con cuidado lo que el otro dice, para decidir si es válido el mensaje: En cuanto a los profetas, que
hablen dos o tres, y que los demás examinen con cuidado lo dicho. La Biblia nos enseña que ni el don de
profecía ni el don de lenguas se produce en medio de un éxtasis emocional incontrolable. Pablo insiste que en
que estos dones están bajo el control de los mismos que los usan.
Dones de Sanidades.
Los dones de Sanidades, del griego iama (ἴαμα), son aquellos por los cuales Dios cura un cuerpo
enfermo de manera sobrenatural, y sin la intervención de ningún medio. Se cree que se habla en plural como
dones de sanidades, ya que existe un don para sanar cada enfermedad y no un don para todas las
enfermedades. La operación de estos dones de sanidades son diferentes a la promesa de poner manos sobre
los enfermos y estos sanaran: “pondrán sus manos sobre los enfermos, y éstos recobrarán la salud”, (Marcos
16:18), ya que también puede ocurrir una sanidad por la oración de los creyentes o la combinación de la
oración con los medicamentos “¿Está enfermo algunos de ustedes? Haga llamar a los ancianos de la iglesia
para que oren por él y lo unjan con aceite (una de las medicinas más conocidas en la antigüedad) en el
nombre del Señor. La oración de fe sanará al enfermo... oren los unos por otros, para que sean sanados...”,
(Santiago 5:14-15, 16). Veamos algún ejemplo de estos dones en la Biblia:
Don de Milagros
La palabra milagro viene del griego dúnamis (δύναμις) que significa poder. Este es aquel don por el
cual Dios altera una ley natural para realizar a través del creyente que lo posee una señal o prodigio. Es
importante diferenciar entre un milagro que Dios operara a un don de milagros. En el caso de un milagro la
señal o portento es realizada sin la intervención de un hombre, como por ejemplo cuando Dios libero a Pedro
de la cárcel con la ayuda de un ángel. Un don de milagro opera a través de un hombre que es usado como
instrumento por medio del cual fluye el poder del Espíritu Santo para que se realice el milagro. Veamos
algunos ejemplos de esto en la Biblia.
Ejemplo 1:
Don de Fe.
La palabra fe viene del griego pístis (πίστις) y es una operación sobrenatural que sostiene una
confianza en Dios en situaciones que al parecer humano son imposibles de sobrellevar. Existe una diferencia
entre el don de fe y la fe común del cristiano. Cuando nos convertimos al Señor se nos otorga una fe
suficiente para creer y ser salvos, la cual también nos ayuda a depender de su divina providencia aun en
medio de las más difíciles dificultades: “Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo
que no se ve”, (Hebreos 11:1). Sin embargo, cuando hablamos del don de la fe, esta es una fe extraordinaria
que ayuda a sobreponerse a situaciones realmente imposibles de vencer por los medios humanos:
Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios. Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este
monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que
diga le será hecho”, (Marcos 11:22-23).
En conclusión, uno puede ver como nuestro Dios trino ha repartido diferentes dones espirituales,
ministerios y operaciones de servicio para el bien común de todo el cuerpo de Cristo, y en el caso de los dones
espirituales han sido repartidos de manera soberana como al Espíritu Santo le ha parecido mejor: Pero todas
estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere .
Comprendiendo esto cada uno de nosotros debe buscar la forma de descubrir cuales son aquellos dones y
habilidades que Dios nos ha otorgado con el fin de ponerlos al servicio de todos los santos.
Aquí hay una breve revisión de los dones espirituales del Dr. Larry Gilbert (modificado de
"¿Cuántos dones espirituales hay?"):
1. Dones de milagros
• Apostolado (1 Corintios 12:28; Efesios 4:11)
• Lenguas (1 Corintios 12:10, 28, 30)
• Interpretación (1 Corintios 12:10, 30)
• Milagros (1 Corintios 12:10, 28)
• Sanidad (1 Corintios 12:9, 28)
2. Dones de capacitación
• Fe (1 Corintios 12:9)
• Discernimiento (1 Corintios 12:10)
• Sabiduría (1 Corintios 12:8)
• Conocimiento (1 Corintios 12:8)
1. Dones relacionados con el "hablar". Los que tienen el don de hablar son los
Evangelistas, Profetas, Maestros, Exhortadores y Pastores.
2. Dones relacionados con "ministrar", o dones de apoyo. Las personas con estos dones
emulan a Cristo en que Él no vino a ser servido, sino a servir (Marcos 10:45). Han sido
bendecidos con el auto olvido mientras se centran en las necesidades de los demás.
Entre los dones de ministerio se incluyen: los pastores, servidores, dadores y
administradores.
La Biblia dice que se nos otorgan dones espirituales con un propósito. En Romanos 12:8
se nos dice que usemos los diversos dones según el carácter de Dios y Su voluntad
revelada "con liberalidad... con solicitud... con alegría". En 1 Corintios 12:24-25 se nos
dice que "Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba, para que
no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos
por los otros". En 1 Pedro 4:11 el propósito de los dones es "para que en todo sea Dios
glorificado por Jesucristo".
El cuerpo humano, aunque está formado por muchos miembros, es un solo cuerpo.
Por ejemplo, si tenemos pasión por estudiar la Palabra de Dios y compartir lo que
hemos aprendido, es posible que tengamos el don de la enseñanza. Si nos gusta
ayudar a los demás o demostrar compasión, eso puede indicar que tenemos el don
de servicio o de misericordia.
4 principio
. Pablo dijo en 1 Corintios 12:1: “porque no quiero hermanos que ignoréis acerca de los
dones espirituales.
Principio seis, cuando los dones son utilizados de manera apropiada en el Espíritu
TIPO DE DONES
El primero es el don de profecía. Ahora, en 1 Corintios capítulo 12, versículo 10 dice: “A otro,” ahí
en la mitad del versículo, “profecía.” Ése fue uno de los dones espirituales. En Romanos, capítulo
12 versículo 6 dice: “teniendo entonces dones diferentes de acuerdo con la gracia que nos es
dada sea profecía, úsese en profecía.” Uno de los dones y el primero en la lista, el primer don
permanente fue el don de profecía. Eso significa predicar. No significa predecir el futuro. No
significa leer la bola de cristal. Es el 6 don de predicación. Quiere decir proclamar. Eso es
exactamente lo que significa, proclamar, declarar. Es el don de predicación.
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Quiero que usted entienda esto, que me siga por un minuto. El don de la profecía no debe ser
confundido con el oficio o la responsabilidad de un profeta. Y le voy a explicar lo que quiero decir.
Primera de Corintios 12:28 nos enseña la diferencia. En el versículo 10 del capítulo 12 nos dice que
la profecía es un don. En el versículo 28 dice: “y Dios puso a algunos en la Iglesia.” ¿Algunos qué?
¿Algunos apóstoles? “Algunos profetas, algunos maestros.” Ahora ése no es un don, ése es un
hombre. ¿Se da cuenta? En el versículo 10, usted tiene el don de profecía o predicación, en el
versículo 28 y usted tiene el oficio o responsabilidad de un profeta; y son diferentes. Y a menos de
que usted entienda esto, usted no va a entender la naturaleza de este don espiritual en particular.
Observe ahora en el versículo 28 de 1 Corintios 12, nos dice ahí que a unos puso Dios. No es que
Dios dio un don de gracia, lo cual, aquí cuando dice puso Dios, ethatah, significa Dios estableció.
Dice Dios estableció, Dios puso. Y después, ahí no se refiere a dones, se refiere a hombres. Ahora,
ahí a la mitad del versículo 28 dice, y esto es muy importante, después de los maestros, dice
“luego los que hacen milagros, después, los que sanan, los que ayudan.” En otras palabras, aquí se
hace una diferenciación de los dones mediante la pequeña frase ‘luego’ o después. Dios estableció
a ciertos hombres en la Iglesia y encima de eso, Dios dio ser ciertos dones. ¿Ve lo que estoy
diciendo? El don de profecía es distinto del oficio o responsabilidad de un profeta. Y no estoy
hablando de un profeta del Antiguo Testamento. Estoy hablando de un profeta en la Iglesia, un
profeta en la primera Iglesia. 7 Ahora, quiero mostrarle otro versículo, Efesios 4:11, muy
importante. Y aquí, usted tiene lo mismo. Estos no son dones en Efesios 4:11, estos son hombres.
Podría expresarlo de esta manera. No son dones, son hombres dotados. Versículo 11, “y Él mismo
constituyó a algunos,” note, no dones, no, “a algunos hombres apóstoles, a algunos hombres
profetas, a algunos hombres, evangelistas, a algunos, más pastores y maestros.” Ahora, esos no
son dones espirituales, son hombres dotados dados a la Iglesia. Versículo 12: “A fin de
perfeccionar a los santos, ¿se da cuenta? Nosotros necesitamos liderazgo en la Iglesia, ¿no es
cierto? Y entonces, Dios no ha dado sólo a todo miembro del cuerpo de Cristo ciertos dones, sino
que Él le ha dado a la Iglesia en total a ciertos hombres dotados. Y un profeta y el don de profecía,
entonces, son distintos. Ahora, permítame añadir esto, que un profeta, los profetas del Nuevo
Testamento, los primeros profetas pertenecían a un llamado especial, escuche esto, para una
época especial en la historia. Ellos pertenecen a la Iglesia del primer siglo, a la época apostólica.
No hay profetas en la actualidad, así como lo hay apóstoles en la actualidad. No existe ninguno de
ellos en la actualidad. Sin duda alguna, tuvieron como uno de sus dones, el don de profecía,
¿verdad? Si eran profetas, sin duda alguna tenían este don. Pero eran un grupo especial para los
primeros años de la Iglesia y ya cesaron de existir. Aunque los profetas han cesado, le voy a
mostrar a usted en un momento por qué el don de profecía o predicación todavía continúa, ¿no es
cierto? Espero que sí. El don, todavía existe. El oficio o función de profeta ha cesado. Y la palabra
griega como dije, para profecía, simplemente significa proclamar o un predicador. Y esa es la razón
por la que en 1 Corintios 14:1 dice “seguid el don y procurad los dones espirituales,” de nuevo la
expresión de su servicio, plural, “pero sobretodo que profeticéis o que prediquéis.” Cada vez que
usted ve esa palabra, usted puede pronunciarla predicar. Versículo 3: “Pero el que predica habla a
los hombres para edificación, exhortación y consolación.” Aquí la compara con lenguas en el
versículo 4. “El que habla en lengua extraña, 8 a sí mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a
la iglesia.” En otras palabras, la predicación era algo dominante.
ENSEÑANZA
Don número dos: el don de enseñanza. Romanos capítulo 12, versículo 7, no lo busque.
Simplemente les leo estos versículos iniciales. “El que enseña en la enseñanza.” Otro don del
Espíritu es el don de la enseñanza. Nuevamente, este don es distinto del maestro. Hay un don de
enseñanza y también hay un maestro. Regrese a 1 Corintios 12:28 nuevamente. “Y a unos puso
Dios en la Iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas y lo tercero, “maestros.” Efesios
capítulo 4, versículo 11 dice de nuevo lo mismo, apóstoles, profetas, evangelistas, pastor maestro.
De nuevo amigos míos, ahí hay una distinción entre el don de enseñanza y el oficio o posición de
ser un maestro. Usted dice ‘bueno, espera un momento. ¿El oficio de enseñanza terminó?’ No, no
terminó. La posición de enseñanza todavía existe. Todavía continúa. Las únicas dos funciones, Dios
ha establecido maestros, ¿no es cierto? Y ha 11 establecido maestros pastores y estableció
evangelistas. Los únicos dos que ya no tiene y que terminaron con la era apostólica son los
apóstoles y los profetas.
Usted pregunta: ‘bueno, MacArthur ¿quién le da la libertad de hacer eso? ¿Cómo sabes que estas
dos ya no existen?’ Muy simple, está en Efesios capítulo 2 y capítulo 3. Efesios 2:20, ahora él está
hablando de la Iglesia, cómo fue edificada. ¿Está listo? Efesios 2:20 y él está hablando de todos los
judíos y gentiles volviéndose uno en la Iglesia. Y dice en el versículo 20, “todo esto está edificado
sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas.” Ahora, pase al capítulo 3, versículo 5: “lo
cual en otras épocas no había sido dado a conocer a los hijos de los hombres como ahora es
revelado a nosotros por Sus santos apóstoles y profetas.” Ahora, los apóstoles y los profetas
fueron el fundamento de la Iglesia. El doctor a Ironside dijo, y cito: “por favor, amigos, no
coloquen el fundamento en el siglo XX.” El fundamento pertenece al principio. Y la Iglesia comenzó
sobre un cimiento de apóstoles y profetas. Y después, pasó de ahí y continúa ministrando; y los
ministerios que continúan pertenecen a maestros, pastores y evangelistas. Esos son los tres
ministerios que existen que siguieron a los ministerios de fundación de apóstoles y profetas. Y
entonces, de nuevo vemos la misma dicotomía. Una cosa es tener el don de enseñanza y otra cosa
es ser un maestro establecido. Los maestros fueron establecidos en la primera Iglesia y se les dio
una posición específica para enseñar. Y eso es verdad todavía. Conforme Dios estableció a algunos
hombres para ser maestros, obviamente han sido elevados sobre otros. Algunos de los grandes
profesores en un seminario evangélico, algunos de los grandes maestros bíblicos que viajan por el
mundo, algunos maestros que obviamente han sido colocados por Dios para enseñarles la palabra
a las personas. Todos estos son maestros divinamente establecidos dados a la Iglesia. Y encima de
eso, ellos tienen el don de enseñanza, pero como creyente, puede usted tener el don de
enseñanza y no traer designado en una función de enseñanza en términos de ministerio total a la
iglesia ¿ve la diferencia? Y debido a que la enseñanza no es un ministerio de fundación, no está
incluido en Efesios 2:20 o 3:5. Debido a que no es un ministerio de fundación, de cimiento, todavía
se lleva a cabo y Dios todavía tiene Sus maestros, ¿no es 12 cierto? Todavía los está designando
como maestros que en cierta manera tienen un ministerio de pastoreo sobre el rebaño. Dios
todavía da el don de enseñanza y todavía concede a ciertos hombres el ser maestros del cuerpo.
Pero quiero añadir rápidamente que hay muchos miembros en el cuerpo no han sido llamados a
una posición digamos de rango como maestros, pero que sin embargo tienen el don de enseñanza.
Ahora, usted pregunta cuál es la diferencia entre predicar y enseñar. Bueno, una es la
proclamación y la otra es de estudiar o de investigación o comunicación o diálogo. Enseñar es la
capacidad, dice Pentecost en su libro. Tomar a un bebé nuevo en Cristo y enseñarle al bebé las
verdades de la Palabra de Dios. Una cosa es comenzar a declarar y proclamar y otra cosa es
sentarse con un bebé recién nacido y ponerle el brazo, instruirlo en las cosas de Dios. Este es el
don de enseñanza. Digo, podría ser en su escuela dominical, podría ser en una casa, podría ser en
una situación de consejería. Podría ser con cualquier edad o enseñarle a cualquier número de
personas. Pero algunos tienen el don de proclamar y algunos tienen simplemente el don de
ayudarle a ese bebé e instruirlo en las cosas elementales. Y entonces, algunos tienen ambos
dones. Predicarle a una asamblea o a una congregación es una cosa y sentarse para instruir
personalmente a un bebé en Cristo es algo diferente y eso era la enseñanza. Los maestros en la
primera Iglesia debían tomar a los nuevos convertidos y alimentarlos. Ese es el don de enseñanza.
Ahora, aquí de nuevo, la enseñanza es un don especial. Todo cristiano no tiene el don de
enseñanza, pero todo cristiano, en un sentido, debe ser un maestro, ¿no es cierto? Todos somos
responsables por esto en un sentido. Permítame mostrarle por qué digo esto. Obsérvelo ahí.
Gálatas 6:6 dice esto, se lo voy a leer. “El que es instruido en la palabra,” ¿está escuchando eso?
“El que es instruido en la palabra comparta con el que lo enseña en toda cosa buena.” En otras
palabras, para todo creyente debe haber interacción de la verdad espiritual. 13 Y tiene lo mismo
en 2 Timoteo capítulo 2, versículo 2. “Lo que has oído de mi entre muchos testigos, esto enseña a
hombres fieles que puedan también enseñar a otros.” Versículo 14 del mismo capítulo,
“recuérdales de estas cosas, mandándoles delante del Señor que no contiendan acerca de
palabras que para nada aprovechan, sino para afectar a los oyentes, sino que procura con
diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa
bien la palabra de verdad.” La responsabilidad de todo creyente es enseñar a cierto nivel.
Versículo 24: “y el siervo del Señor, no debe estar contencioso, cualquier creyente que sirve, no
debe ser contencioso sino amable para con todos, apto para enseñar.” Entonces, como puede ver,
en un sentido todos debemos ser maestros, ¿no es cierto? Sin embargo, a pesar de que todos
nosotros somos maestros, algunos de nosotros tenemos el don de enseñanza y algunos sobresalen
cuando tienen la posición o la función de maestro. Y quiero que observe que la enseñanza de la
predicación es un ministerio equilibrado. Es un tipo de evangelismo y edificación. Es la predicación,
la predicación es la motivación y la enseñanza es la instrucción, como puede ver. Van de la mano.
Tercer don, el don de la fe. Este es un don interesante. Primera de Corintios 12:9: “A otro fe por el
mismo Espíritu,” fe es uno de los dones dados por el Espíritu. No hay duda al respecto. Versículo 2
del capítulo 13, “aunque tenga el don de predicación y entienda todos los misterios y todo
conocimiento y aunque tenga toda la fe,” y ahora ahí, usted tiene bajo el término toda la fe el
mismo concepto del don de fe. Ahora, algunas personas tienen el don de fe. Todo creyente tiene
fe como fruto del Espíritu, ¿verdad? Uno de los frutos del Espíritu es fe. Todos lo tenemos. Y como
dije y como lo estoy diciendo, con todo don, todos debemos ejercerlo hasta cierto punto
simplemente porque somos creyentes; pero algunos tienen el don de fe y ellos sobresalen por
encima del cuerpo de Cristo para ejercer ese don a los otros miembros. Todos necesitamos tener
fe, pero algunos tienen el don de fe. Ese es un don de gracia. Todos nosotros. 14 Digo, inclusive en
Romanos 12, ¿no dice conforme a la medida de la fe? En otras palabras, sea cual sea el don que
tenemos, tenemos la fe para operarlo y entonces, todos tenemos fe. Pero algunos, tienen el don
de fe. Ahora, en lo personal, yo creo esto y creo que hay mucha corroboración escritural para esto;
creo que esto también podría ser llamado el don de la oración. No es sólo fe en algo sin razón
alguna. Cualquiera que pida, recibirá. ¿No es cierto? La fe es lo que mueve la mano de Dios. Esto
bien podría ser el don de oración. Usted sabe, algunos cristianos simplemente tienen cierta
manera de aferrarse a Dios en fe y activar al Espíritu, ¿no es cierto? Les conté acerca de alguien,
fue tan fantástico. Un hombre que tenía el don de la fe, el don de la oración. Les conté que una vez
él oró pidiéndole a Dios que necesitaba algo para su misión. Él oró: ‘Dios, dame un automóvil.’ Y él
recibió tres o cuatro de ellos en dos semanas. Ese hombre podía aferrarse del trono de Dios en
oración. Él creyó en Dios y Dios fue activado por su fue. Algunos tienen el don de fe. Algunos de
ustedes tienen el don; y tienen que ejercer ese don, porque el resto de nosotros necesitamos
desesperadamente que usted lo haga, que lo ejerza. El don de la sabiduría. Muy bien, el cuarto
don, el cuarto don es sabiduría. Y eso está en 1 Corintios 12:1: “porque a uno es dado por el
Espíritu palabra de sabiduría.” Sabiduría es un don espiritual. Ahora, hay un hombre que yo
conozco que tiene este don y es Pablo. Ahí atrás acabamos de leer 1 Corintios 2. Ustedes saben, él
seguía diciendo una y otra vez. Él dijo ‘hablamos sabiduría, no la sabiduría de esta época,
hablamos la sabiduría de Dios.’ Escuchen, ese hombre tenía sabiduría. Él tenía el don de sabiduría.
Usted pregunta ¿cuál es el don de sabiduría? Es la capacidad de entender profundamente los
misterios de Dios. Es el tipo de entendimiento que ve lo que el ojo natural no puede ver, que oye
lo que el oído natural no puede oír y lo que el corazón natural no puede imaginar. Es la capacidad
de tomar una frase simple de las Escrituras o una verdad simple de Dios y entrar a profundidad y
extraer de ahí toda la verdad espiritual y el misterio que está ahí. Pablo tenía ese don. Y también el
don de sabiduría es la capacidad de tomar eso y aplicarlo a la vida, ¿se da cuenta? Eso es sabiduría.
Si usted quiere una definición simple de la sabiduría, es esta. La 15 aplicación de la verdad
espiritual. La capacidad de tomar la verdad espiritual y aplicarla a la vida. Escarbarla, extraerla y
aplicarla, ponerla en práctica. Ese es uno de los requisitos de los diáconos, usted sabe. Ellos tenían
que ser capaces de hacer esto, no sólo de entender los misterios de Dios y las grandes verdades
espirituales sino tener la capacidad de aplicarla. Ahora, algunas personas tienen el don de la
sabiduría. Algunos, ustedes saben, usted se pregunta acerca de algunas personas. Usted sabe,
ellas pueden tomar un versículo y lo ven y simplemente dicen ‘bueno, ¿no es ese un buen
versículo?’ Y usted sabe, alguien viene y escribe 49 volúmenes acerca de ese versículo. Y la gente
se pregunta ¿cómo obtuviste eso de ese versículo? Como pueden ver, algunas personas lo hacen,
no es nada humano y no es nada que usted haya hecho y no es nada por lo cual usted es
responsable. Es un don dado por el Espíritu que le permite a un hombre entrar y escarbar a los
misterios de Dios y aplicarlos prácticamente a la vida. Ahora nuevamente, todos los creyentes
deben tener sabiduría hasta cierto punto, ¿no es cierto? Así como todos debemos tener fe y todos
debemos enseñar y todos debemos predicar, todos debemos tener sabiduría. Colosenses 1:9,
ahora no busque estos, se los voy a leer. Colosenses 1:9 dice: “por esta causa desde el día que lo
oímos no cesamos de orar por vosotros, por los Colosenses, escuche, “para que seáis llenos del
conocimiento de su voluntad en toda sabiduría.” Pablo dijo ustedes creyentes, todos deben tener
sabiduría. Santiago dijo en Santiago 1:5: “si alguno tiene falta de sabiduría, pídala a Dios.” En un
sentido, todos debemos tener sabiduría pero algunos tienen el don de sabiduría. Ellos sobresalen
para ministrarle al cuerpo de una manera única. Entonces, éste es el don de sabiduría. Quinto, el
don de conocimiento. Eso está en el capítulo 12, versículo 8 de 1 Corintios. La palabra de
conocimiento. De ciencia. Ahora, si la sabiduría es la aplicación de la verdad, el conocimiento es
simplemente los hechos y nada más. Ciencia o conocimiento es entender los hechos. Eso es todo,
erudición en un sentido humano. 16 Ahora, usted sabe que hay mucha gente así, son eruditos que
profundizan en las Escrituras y simplemente, pueden trabajar en investigación. Y algunas personas
pasan su vida entera estudiando manuscritos antiguos y arqueología y todo tipo de problemas de
erudición y se meten a toda la historia y todo tipo de otras cosas. Y pasan toda su vida… y oí de un
hombre en una ocasión que dio una larga serie de conferencias acerca de la doctrina de ¿??. Y
comenzó el lunes; y finalmente, el jueves ya entendimos de que estaba hablando. Y él continuaba,
y continuaba y continuaba y nadie ni siquiera sabía lo que estaba sucediendo. Y hay gente que por
la capacidad del Espíritu de Dios puede pasar su vida escudriñando las cosas de Dios en términos
de conocimiento de hechos y hombre, si usted quiere saber algo acerca de la obra de estos
hombres, edificamos nuestra fe con su trabajo, ¿no es cierto? La Biblia no sólo se cayó del cielo así
amigos. Fue a largo de años y años y años y horas y vidas de trabajo de determinar qué
manuscritos estaban bien y los principios y la investigación de eruditos. Y si usted quiere saber
algo, escuche, algunas veces los que tienen más conocimiento tienen menos sabiduría. Le
llamamos el profesor chiflado. Todos los hechos y es distraído y se pega con las paredes y pierde
sus papeles y no puede aplicar nada de esto a su vida. Como puede ver, el conocimiento es el lado
académico y algunos hombres tienen el don del conocimiento de la ciencia. La sabiduría es el lado
de la aplicación. El conocimiento es académico, la sabiduría es aplicación. Ahora, algunas personas
tienen ambos y gracias a Dios por eso. Pero algunos no tienen ninguno de los dos. Y algunos tienen
uno. Ahora, acuérdese de que ninguno de estos opera en base a la capacidad humana. Sólo
porque un hombre tiene un coeficiente intelectual de 165 no quiere decir que tiene el don de
ciencia o tiene el don de sabiduría. Algunas de las personas más sabias que he conocido ni siquiera
tenían un coeficiente intelectual como ese. Pero ellas obviamente tenían el don dado por el
Espíritu de sabiduría. Puedo pensar en una ilustración como una ilustración vívida, perfecta de un
individuo así. Éstos son dones del Espíritu, no son intelectuales. No vienen mediante la educación,
bien por un acto soberano del Espíritu. Y quizás no vienen a alguien que particularmente
intelectual. Simplemente porque un hombre entienda las Escrituras no dice nada acerca de su
coeficiente intelectual. 17 Ahora, permítame añadir a este pensamiento nuevamente. Aunque hay
un don de ciencia, de conocimiento, ¿acaso no somos todos responsables de tener conocimiento?
¿Acaso no somos responsables de estudiar para presentarnos aprobados delante de Dios? ¿Acaso
Pablo no le dijo a los colosenses ‘quiero que sean enriquecidos en todo conocimiento?’ En 1
Corintios 1:5, 1en todo habéis sido enriquecidos por Él en todo conocimiento. En el versículo 30 de
1 Corintios 1, él dice lo mismo. “Pero de Él, por Él estáis vosotros en Cristo Jesús que nos ha hecho
por Dios sabiduría, justicia, santificación y redención.” En otras palabras, tanto la sabiduría, como
el conocimiento deben pertenecer a todo creyente. Y sin embargo, aunque todos debemos tener
estos, hay cierto sentido en el cual algunos sobresalen, porque han sido dotados de manera
especial para ministrar al cuerpo como es el caso de cualquier otro don. Sexto, el discernimiento
de espíritus. Primera de Corintios 12:10 enlista este don. Algunos tienen el discernimiento de
espíritus. Ahora, Dios quería proteger a la Iglesia de la falsa doctrina. Dios quería proteger al
cuerpo de Cristo de que llegaran personas enseñando cosas equivocadas, y por ello, les dio a
ciertos miembros del cuerpo la habilidad capacidad de determinar quiénes estaban equivocados y
quiénes no lo estaban. Algunas personas tienen la capacidad de discernir espíritus. Esto es saber si
es de Dios o de Satanás. Ahora, debido a que el cuerpo enfrenta oposición continua por parte de
una multitud de demonios y seres espirituales malignos, debido a que esto siempre se está
llevando a cabo y estos demonios siempre se presentan como mensajeros de luz, tratando de
falsificar los dones del Espíritu y quitar la energía de la Iglesia, debido a esto, Dios dio ciertos
dones para que los hombres pudieran discernir qué era de Dios y qué era de Satanás; y el
entendimiento natural no lo puede determinar. Y quiero decir algo más, ningún consejo o comité
en la tierra puede determinarlo a menos de que haya alguien ahí que tenga el don de discernir
espíritus. Ahora, Pedro tenía el don del discernimiento de espíritus. Viéndolo de manera invertida.
Creo que esto es simpático. Y eso le muestra cómo a Dios, de manera particular, no le importa 18
cuáles son sus problemas o cuáles son sus aptitudes físicas. Él le da el don de Su propia voluntad, a
través del Espíritu. Hechos 5:3, escuche esto: “Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu
corazón para que mintieses al Espíritu Santo?” Ahora, usted pregunta cómo Pedro supo eso. Y
estoy seguro que eso es exactamente lo que Ananías dijo. ¿Cómo sabes que le mentí al Espíritu
Santo? Le voy a decir cómo sabemos. Él sabe que tiene el don de discernimiento. Él sabía que
Satanás había llenado el corazón de Ananías. Él pudo identificarlo en la energía del Espíritu. ¿Y
quiere saber algo? Escuche, Pedro ni siquiera era muy hábil en esa área. Si usted regresa en su
Biblia un poco a Marcos capítulo 8, usted oye que Jesús le dice a él: “quítate de delante de mí,
Satanás.” Ahora, quizás eso ayudo un poco a Pedro a entender el problema. Y es el mismo Pedro a
quien Satanás usó quien fue dotado por el Espíritu Santo para discernir cuándo un hombre había
sido lleno por Satanás o uno de sus demonios. Entonces, no tiene nada ver con su trasfondo o sus
aptitudes naturales. Pero Pedro tenía este don. ¡Qué cambio! Sin embargo, ¿no es verdad que
todo cristiano en un sentido debe discernir? Bueno, ciertamente es así. Si usted lee la Biblia con
atención, usted leerá estas palabras. En 1 Juan 4:1, escuche: “amados, no creáis a todo Espíritu,
sino probad los espíritus si son de Dios porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.”
Todo creyente debe hacer eso. Todo creyente debe ser sensible a los espíritus para saber si son de
Dios o de Satanás. Entonces, como puede ver todo debemos hacer eso. Y sin embargo, algunos de
nosotros somos dotados y discernimos para la salud del cuerpo. ¿Ve cómo funciona esto? Y usted
va a ver aún más cuando concluya. Don número siete, y con el don número siete llegamos a los
dones de amor. Ahora, todos los dones deben operar en amor, ése es el significado del capítulo
13. No importa qué don usted tenga, sino opera en amor, es carnal. Todos deben operar en amor.
Tienen que operar así. Observe ahí en el capítulo 13, 1 al 3, no importa lo que usted hace, sino es
en amor, no es nada. Es inútil. Si su don no está operando en amor, no significa nada. ¿Por qué?
Porque lo que Cristo quiere en el cuerpo es ¿qué? Amor. Amor es lo que Él quiere. 19 Entonces,
todos los dones deben ser ministrados en amor. Ahora, él muestra tres dones de amor. Ahora,
aunque todos los dones deben ser ministrados en amor y el amor es el fruto del Espíritu y todos
debemos amar, hay sin embargo tres dones distintivos de amor que sobresalen para ministrarle al
cuerpo. El primero es el don de mostrar misericordia. El don de mostrar misericordia y eso está en
Romanos 12:8. Ahora, realmente si usted quiere una traducción simple, significa ser bondadoso.
Mostrar amabilidad. Significa los actos de amor. Ahora, algunas personas no pueden predicar un
sermón, realmente no pueden expresarse, pero pueden hacer pequeñas obras o actos de bondad
amorosa. El don del Espíritu que sólo se manifiesta a sí mismo en amabilidad compasiva. No a un
nivel humano. Sino que es el amor de Cristo manifestado por el Espíritu Santo a través del
creyente al cuerpo. No es sólo empatía. No es ejercido motivado por un deber. Es un tipo de amor
del Espíritu Santo y algunas personas, simplemente tienen ese don de amor compasivo que hace
que ellos muestren, que lleven a cabo actos de bondad hacia las personas. ¿Sabe usted que el
testimonio más grande en el mundo es dado sin hablar una palabra?, ¿Sabía usted eso? Y el amor
es expresado sin decir una palabra. Usted dice ‘bueno, ¿entonces eso significa que si ciertas
personas tienen el don de mostrar amor el resto de nosotros no tenemos que mostrarlo?’ No, no.
Obviamente, todos debemos mostrarlo. Usted lo ve en Santiago 2:15. Y dice: “si un hermano o
hermana está desnudo y privado de su sustento diario y uno de ustedes dice id de por allá, id en
paz y sean calentados y saciados, sin embargo no les dan las cosas que necesitar para el cuerpo,
¿de qué sirve?” ¿No es eso bueno? Oh, tú estás desnudo, no tienes nada para comer. Bueno, vete
en paz y espero que encuentres algo. Es muy bueno. En otras palabras, la implicación es obvia.
Usted tiene la obligación de ser misericordioso. Si usted le ofrece un vaso de agua fría en Su
nombre, es como si lo hubiera hecho a Él. Pablo, escribiéndole a los Gálatas, en cierta manera
amarró esto, se enfocó en este mismo concepto básico en el capítulo 6, versículo 2: “sobrellevad
los unos las cargas de los otros y cumplid así la ley de Cristo.” Eso es para todo cristiano, ¿no es
cierto? 20 Piensa en otro, ¿verdad? Primera de Corintios 12:25, aquí está: “para que no haya
división en el cuerpo, para que todos los miembros tengan la misma preocupación unos por
otros.” Entonces, todos debemos estar mostrando bondad, amabilidad; y sin embargo, algunos
tienen el don de amabilidad, de bondad, para ministrarle al cuerpo entero. Usted dice ‘bueno, no
entiendo todas las distinciones.’ Bueno, yo tampoco, pero el Espíritu de Dios sí; y Él sabe lo que Él
está haciendo. Muy bien, el siguiente don de amor en la exhortación, número ocho. Y eso está en
Romanos 12:8 también. Ahora, este don es muy importante y usted puede tener la impresión
equivocada al leer la palabra exhortación. Permítame decirle lo que significa. La palabra griega es
paraklesis o paraklesis. Veamos, no puedo acordarme en dónde está el acento. Pero bueno, es
paraklesis. Y paraklesis es el acto hecho por el parakletos. Espero que eso lo corrija. ¡Gracias al
Señor! Muy bien, parakletos significa alguien que viene a ayudar. Y él para paraklesis es la obra
hecha por el que viene a ayudar. La exhortación no ponerse de pie en el púlpito y estar pegándole
a la gente. No es ni siquiera un don público. El don de exhortación es la capacidad de venir al lado
de alguien y confortarlos con amor. Eso es exhortación. El don de paraklesis es uno de los dones
más maravillosos y preciados de todos los dones de gracia. En la palabra de la cual obtenemos la
palabra parakleto, la cual se refiere al Espíritu Santo, ¿no es cierto? Es el título del Espíritu Santo.
Uno de los títulos. Jesús dijo: “si Yo me voy,” Juan 14, “les enviaré a otro Consolador,” otro
parakleto “uno que vendrá a su lado a ayudarles.” Jesús inclusive en 1 Juan 2:1 es así: “tenemos
abogado para con el Padre a Jesucristo el justo.” La palabra abogado es parakleto. Uno que está al
lado que viene a ayudar. El parakleto En el poder del verdadero del parakleto, el Espíritu Santo, es
usado por el Espíritu para venir al lado de los miembros del cuerpo para ministrar, confortar,
consolar, alentar, aconsejar, exhortar. Él no es un individuo que se pone de pie en el púlpito y le
habla la gente de manera áspera. Él es energizado por el Espíritu para venir al lado de un creyente
que necesita consuelo, cuidado, o ministerio, o consejo, amor; y simplemente, le ministra de esa
manera. Eso es lo exhortación. 21 Así como al mostrar misericordia también podemos añadir esto,
así como el don de mostrar misericordia son los actos de amor, el don de parakleto son las
palabras de amor. Son las palabras de concejo. Son las palabras de consuelo. Son las palabras de
exhortación. Y de nuevo, aunque hay algunos de ustedes que tienen este don y algunos de ustedes
tienen la capacidad dada por el Espíritu y su energía simplemente para confortar a la gente, tienen
este amor. Y este deseo simplemente para mostrar empatía y compartir palabras de consuelo y
palabras de consuelo. Algunos de ustedes que son consejeros, que son del grupo de consejeros,
obviamente están respondiendo a este don y éste es el don que más los califica a usted que
cualquier otro para ejercer el ministerio de consejería en el cuerpo de Cristo. Pero en el sentido de
que algunos de nosotros lo tenemos, también es verdad que todos debemos ser un parakleto, ¿no
es cierto? Todos tenemos que abrazarnos unos a otros y ayudarnos; eso es lo que el escritor de
Hebreos estaba tratando de decir en Hebreos 3:13. Escuche esto, veamos, sí, Hebreos 3:13. “Sino
exhortaos,” y es la misma palabra, “paraklesis, “vayan al lado el uno del otro diariamente.” Esto es
para todo creyente, como puede ver. Debemos colocar nuestro brazo el uno sobre el otro
diariamente y confortarnos y aconsejarnos y compartir. Y aunque esto debe ser el caso en todos
nosotros, hay algunos que sobresalen y tienen el don de parakleto o paraklesis. Pablo lo tenía.
Realmente lo tenía. Él tenía todos estos dones. Pero claro, él era estratégico en la primera Iglesia,
pero hombre, Pablo tenía esto porque usted lo ve en 1 Tesalonicenses, ¿y usted recuerda lo que le
dijo a los Tesalonicenses? Él dijo: “yo no vine ustedes así, o así o así. Éramos como una nodriza
cuidando a sus hijos. Éramos,” y me encanta esto, “fuimos gentiles entre ustedes.” Pablo tuvo ese
don simplemente para expresarse en consejo gentil. Después, el don número nueve, el don de dar.
Ese es un don de amor. El don de dar, y me atrevo a decir que si la semana pasada que yo les
hubiera pedido a todos encerraran en un círculo qué don les gustaría tener, hubieran pasado por
alto este, esperando y orando que no lo tuvieran. Pero número nueve es el don de dar. 22 Ahora,
este es un don de amor, amigos míos. Y este don tiene una referencia directa al ministerio
material, comida, ropa, dinero, casa, lo que sea que usted desee dar. Este es un don dado por el
Espíritu. Está relacionado con la supervisión del Espíritu Santo de todo lo que usted posee. Y no se
relaciona con cuánto usted tenga. ¿Sabe usted que algunas de las personas que tienen el don de
dar son las personas más pobres a su alrededor? Y estoy seguro de que hay algunas personas que
tienen el don de dar, pero no lo ejercen. No, el don de dar no tiene nada que ver con su billetera.
Sólo tiene que ver con la soberanía del Espíritu de Dios, quien le dio a usted el don de dar. Y esto
quiere decir que usted viene para ayudar a aquellos que tienen necesidad. Ahora, me parece obvio
que junto con la idea del don de dar, para algunas personas puede haber un ingreso adicional
también para que puedan dar aún más. Eso también puede ser el caso. Pero el don de dar está ahí
para proveer para las necesidades de otros que no pueden suplir sus propias necesidades. Usted
sabe, si nuestra Iglesia y la Iglesia de Jesucristo fuera una, debería ser que ni siquiera tuviéramos
que estar ahí dependiendo de la seguridad social. Deberíamos estar cuidando de los nuestros. El
Nuevo Testamento dice que debo cuidar de las viudas y de los huérfanos. Y debemos suplir las
necesidades unos de otros. No hay razón por la que nosotros tengamos que estar dependiendo de
agencias gubernamentales fuera de que nos hemos olvidado a lo largo de los años, de tal manera
nos hemos enredado y ya no podemos desenredarnos. Pero idealmente, y apuntando hacia esa
meta, debemos estar supliendo las necesidades unos de otros; y si aquellos que tuvieran el don de
dar se liberaran a sí mismos y ejercieran este don en la energía del Espíritu, eso podría suceder.
Don número diez, y ahora quiero añadir nuevamente que todo cristiano debe dar, ¿no es cierto?
Obviamente, 2 Corintios 9 dice eso. Permítanme mostrarle ese versículo rápidamente. Segunda de
Corintios 9:7 y 8; y no deja que ninguno de nosotros perdamos el gozo de dar. “Cada uno,” cada
uno, ¿lo oye? “Cada uno de como propuso en su corazón, no con tristeza ni por necesidad, porque
Dios ama al dador alegre.” Este es el punto, cada hombre. Cada creyente. 23 Muy bien, 10; en el
10 tenemos dos dones que son los mismos, gobierno o guiar. Gobierno es el término en 1
Corintios y guiar es el término en Romanos 12. Estos son los dones de administración. Ellos
pertenecen a aquellos que están en lugares de autoridad espiritual. Por ejemplo, aquellos
pastores, maestros o evangelistas que ejercen este don en particular. En el lugar de autoridad,
éste sería un don que es necesario y el Espíritu Santo lo da. Y 1 Tesalonicenses capítulo 5, versículo
12 “os rogamos hermanos que reconozcáis a los que trabajan entre vosotros y os presiden en el
Señor Dios y os amonestan.” Algunas personas, simplemente están en el lugar de estar por encima
de otros para cuidar de ellos, no para enseñorearse de ellos o para amartillarlos o sujetarlos, sino
para enseñarles e instruirles. Y en el versículo 13: “y que los tengáis en mucha estima y amor por
causa de su obra.” Entonces, más vale que amen a su pastor. En Primera de Timoteo capítulo 5,
nos da otro, versículo 17. “Los ancianos que gobiernan bien sean tenidos por dignos de doble
honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar.” Y todo lo que soy en esta Iglesia en
términos del Nuevo Testamento es ser un anciano. Yo no soy diferente de usted. Yo no soy el
reverendo, sólo soy yo y soy un anciano y fue establecido por Dios para enseñar y enseñar la
palabra y doctrina. Y como consecuencia, con eso, hay una gran responsabilidad; pero también
con ello, por la gracia de Dios, hay honra. Después, en Hebreos, capítulo 13, usted tiene lo mismo
desde otro ángulo. Versículo 7: “Acordaos de los que os hablaron la palabra del Señor que están
sobre vosotros, considerad cual haya sido el resultado de su conducta e imitad su fe.” Versículo
17: “obedeced a los que están sobre vosotros y someteos a ellos porque ellos cuidan de vuestras
almas como los que han de dar cuenta.” Como puede ver, ése es el gancho. Podemos tener el
honor por la gracia de Dios, pero también somos responsables ante Dios por el tipo de liderazgo. Y
ellos van a rendir cuentas para que lo hagan con gozo y no con tristeza, porque esto no os es
provechoso. Versículo 24: “saludad a todos los que están sobre vosotros y a todos los santos.”
Nunca salgan de la puerta sin estrecharle la mano al pastor. 24 Oh, ¿vieron que eso no lo dice en
ese versículo? Bueno, obviamente eso es estirarlo. Pero el pastor o el anciano o el presbítero o sea
quien sea, y todo eso se refiere a un pastor, a quien se le da la responsabilidad de supervisar al
rebaño, tiene el don de gobernar o de guiar. Y hay muchos otros ministerios en el mundo.
Organizaciones misioneras, posiciones ejecutivas con todo tipo de cosas en donde también tienen
este don. Ahora, obviamente, no todos podemos tener el don de gobernar. De guiar. Si todos lo
tuviéramos, habría muchos jefes y a nadie a quien guiar. Entonces, no todos podemos tener eso.
Pero en el mismo sentido, ¿acaso la Biblia no enseña que todo creyente debe gobernar su propia
casa, gobernar su propio espíritu y sujetar su propio cuerpo? Entonces, en un sentido, debemos
cuidar esta área, ¿no es cierto? Todos. Muy bien, el onceavo. Ministerio de ayuda o ministerio o
servicio. Ahora, ambos, estos dos se refieren a servicios. Éstos son dones de asistencia. Y los
primeros diáconos tuvieron este don. La palabra diácono viene de diaconía, diaconía significa
servicio. Eso es todo lo que significa. Significa literalmente siervo. Diáconos significan siervos. Ellos
tenían el don de ministerio o de ayuda. De servicio. Eran ayudantes, trabajadores, gente que
labora tras bambalinas, quizás usted no tenga el don de enseñanza, quizás usted trabaja en alguna
capacidad por aquí o por allá y descubre que el Espíritu de Dios está capacitándolo y hace que
cosas maravillosas sucedan y el amor está ahí y la unidad está allí, ésa es la energía del Espíritu
operando a través del don de ayuda o el don de ministerio. Ahora, también quisiera añadir que
este don como el resto es común en todos los cristianos, pero en un sentido menor. Todos
debemos servir, ¿no es cierto? Ninguno de nosotros puede decir ‘bueno, yo no tengo donde
servicio. Como consecuencia, yo no tengo que servir en nada.’ Bueno, todos nos servimos unos a
otros. En Gálatas, capítulo 5, versículo 13 dice: “hermanos, porque a libertad habéis sido llamados.
Sólo que no uséis la libertad para ocasión de la carne sino para serviros unos a otros en amor.”
Todos somos llamados a servir, pero algunos han sido dotados de manera específica por gracia
para el servicio del cuerpo. Ahora, esos son los dones permanentes de edificación. Once. Ahora,
quiero que vea la clave de todo de lo que he dicho. Aquí viene, y con esto 25 vamos a detenernos
y vamos a continuar con los siguientes dones la semana próxima. Ésta es la clave de todo. No la
pierda. Todo don, escuche esto, todo don que hemos mencionado fue característico de Jesucristo.
¿Escuchó eso? Todo don fue característico de Jesucristo. Él tuvo todos estos en su plenitud. ¿Muy
bien? Él tuvo todos ellos, sin excepción. Él fue predicador. Él fue maestro. Él fue fiel. Fue la
sabiduría personificada. Él fue el conocimiento en la carne. Él fue el que discernió espíritus, ¿no es
cierto? Él fue quien mostró misericordia. Él fue el verdadero parakleto. Él fue el dador. Él dio más
que cualquier otra persona jamás dio. Él fue el gobernador, esto es el guía, el líder, Él fue siervo y
ministro. Cada uno de estos dones fue una característica de Jesucristo. Y yo creo que si usted une
estos once dones, usted tiene un retrato de Jesucristo. Él fue todas estas cosas. Ahora escuche
esto, Cristo en la carne fue todo eso. Ahora, aquí está la clave, cuando Cristo dejó este mundo, Él
formó nuevo cuerpo, ¿verdad? ¿Y cuál es ese cuerpo? La Iglesia. Pero ese cuerpo, la Iglesia, debe
hacer exactamente lo que Su cuerpo en la carne hizo, ¿no es cierto? ¿Manifestar Su naturaleza,
verdad? Entonces, de manera natural, si todas esas cosas fueron parte de Su cuerpo carnal, todas
estas también van a ser parte de Su cuerpo espiritual, la Iglesia. ¿Cuáles son esos dones? Amigos
míos, son la reproducción de los atributos de Cristo en Su cuerpo, la Iglesia. Eso es lo que son.
Todas estas ahora están en el nuevo cuerpo de Cristo, la Iglesia. Son dones de gracia danos a la
Iglesia por el Espíritu Santo para que la Iglesia pueda ser la vida continua de Cristo. Para que en el
mundo podamos radiar Su persona y Sus atributos; y amigos, esa es la razón por la que sino
operamos estos dones, nosotros no radiamos a Cristo. Debemos ejercer el don si vamos a reflejar
verdaderamente a Cristo. Todos estos dones son dados al cuerpo para que el cuerpo pueda
reflejar a Cristo. Ahora, voy a dar un paso más hacia adelante. Voy a aplicarlo a usted. ¿Acaso no
dije también que todo don a lo largo de este estudio en un sentido menor que el don espiritual,
cada uno de estos principios debe ser comunes a todos los cristianos? ¿No dije eso? Cada uno de
nosotros, cristianos, debe tener cada uno de estos a un grado menor que el don. Usted pregunta
por 26 qué. Debido a esto, amigos míos, ¿sabe para qué usted ha sido llamado como cristiano?
Fue llamado a ser ¿como quién? Jesucristo. Entonces, de manera natural, todo lo que lo
caracterizó a Él, también debe ser verdad en usted. Y si su testimonio va a ser totalmente eficaz, el
mundo va a tener que ver en usted el reflejo mismo de Jesucristo. Ahora, ¿ve usted lo que
podríamos hacer en este mundo si esto sucediera? Si usted y yo fuéramos ejemplos vivos de Cristo
y si como cuerpo total reflejáramos la naturaleza total de Jesucristo, ¿puede imaginarse lo
abrumador y contundente que sería nuestro testimonio? Sería un testimonio doble, el testimonio
de todo miembro individual y el testimonio del cuerpo en total, ¿verdad? ¿Recuerda usted nuestro
sermón del testimonio del cuerpo? Esas son exactamente las dos cosas que dijimos que debemos
hacer. Ser testigos individuales como miembros en semejanza a Cristo, y ser testigos como cuerpo
en semejanza a Cristo; y Cristo nos ha dado a todos todo ingrediente para que esto suceda. Lo que
tenemos que hacer es estar dispuestos a hacerlo. Usted ni siquiera debe vivir su vida. Pablo dijo
“con Cristo estoy juntamente crucificado, pero no vivo yo, sino Cristo vive en mí.” Debemos
reflejar a Cristo como miembros individuales. Debemos reflejar a Cristo en el ejercicio de los dones
al siguiente nivel hacia arriba para que podamos ser como Él. Y como Pablo dijo, “Él nos ha
llamado para ser conformados a la imagen de Su Hijo.” ¿Ve usted realmente lo importante que es
que nosotros conozcamos cuál es nuestro don espiritual y lo operemos? Para que nuestro
testimonio como cuerpo sea eficaz y para que cada uno de nosotros a un grado menor que el don
ejerza todos estos atributos para que podamos ser como Cristo. Amigos, es algo emocionante
pensar en esto. Usted, individualmente, usted es el ministerio continuo de la vida de Jesucristo.
¿Escuchó un eso? Eso es algo serio. Usted es el ministerio continuo de Jesucristo. ¿Y quiere saber
algo más? Juntos, también de manera colectiva como cuerpo somos el ministerio continuo de
Jesucristo y cuando somos aquello para lo que se nos redimió, entonces el cuerpo será aquello
para lo que fue dotado y el mundo verá un testimonio claro.
JON MACARTU