Historia Natural de Massachusetts

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Henry D.

Thoreau

HISTORIA NATURAL DE MASSACHUSETTS

Traducido por Diego Clares

http://thoreauencastellano.com 2 de mayo de 2020


INTRODUCCIÓN

“Natural History of Massachusetts” fue publicado por primera vez en julio de


1842, en la revista transcendentalista The Dial. En abril de 1842 (como señala L. Hyde)
Ralph Waldo Emerson encontró en Boston varios informes sobre la flora y la fauna de
Massachusetts, algunos con más de cuatrocientas páginas, y pidió a Henry Thoreau que
hiciera una reseña. Solamente unos meses antes había muerto su hermano, John, y
Henry encontró en este ensayo una forma de salir de la depresión y la inactividad que
parecía dominar este periodo de su vida (aunque casi todos los relatos en torno a las
depresiones de Thoreau que han proporcionado sus críticos son muy vagos y confusos,
situándose muchas veces en sus momentos de menor actividad literaria, por ejemplo,
tras la publicación de Walden).
No obstante, en este ensayo no encontramos una reseña al uso, sino una narración
de la historia natural tal y como la observaba nuestro autor en ese momento. Su estilo
refleja los primeros intentos de Thoreau por componer uno tipo de ensayo poético
complejo, con prosa tanto como con verso, y con una temática teórica general que se ve
intercalada con ejemplos, experiencias propias, fábulas, citas y referencias muy
diversas. Thoreau utiliza un esquema muy sencillo que estará presente en gran parte de
sus ensayos breves: introduce y propone una idea inicial, o la reflexión más profunda
que le suscita el tema escogido; después, desarrolla este tema aplicando su idea, pero
también conjugándola con muchas otras observaciones y reflexiones relacionadas;
finalmente, concluye remitiéndose a aquella idea inicial y exponiendo, a partir de ella,
una coda o pensamiento conclusivo.
Henry Thoreau fue un naturalista apasionado. Desde antes de terminar sus
estudios ya hacía exploraciones junto a su hermano, y después de vivir en los bosques
de Walden comenzó a tener especial contacto con los estudios de Alexander von
Humboldt y a interesarse por hacer sus propias investigaciones. Hacia finales de la
década de 1850, comenzó a preparar varios ensayos y conferencias sobre los frutos
silvestres y los cambios estacionales. En 1860 fue invitado por la Sociedad de
Agricultores de Middlesex para hacer una conferencia, que se publicó con el título “The
Succession of Forest Trees”. En ella, explicaba los métodos por los que se dispersan las
semillas y por qué unas especies vegetales suceden a otras en los bosques. Esta

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4 Diego Clares

investigación, además, era fundamental para explicar algunos elementos de la teoría de


la evolución de Charles Darwin.
“Natural History of Massachusetts” es habitualmente considerado como uno de
sus primeros ensayos naturalistas. Pero, aunque este texto se aproxima mucho a lo que
consideraríamos un ensayo naturalista o de historia natural, no puede considerarse del
mismo tipo que los ensayos naturalistas que Thoreau escribió durante sus últimos años
de vida. Aquellos adoptaron un estilo sutil muy característico que los distinguía
especialmente.
En primer lugar, en este ensayo, el autor está comentando los estudios de otros
investigadores, haciendo muy escasas y ocasionales referencias a su propia experiencia,
y empleando muchas veces expresiones del tipo “ha sido visto”. Esto resulta muy
impreciso en comparación con el estilo de sus propias investigaciones. En otras
ocasiones es muy preciso, como cuando describe a la rata almizclera o al zorro, pero
mayormente intenta ser objetivo, haciendo descripciones casi divulgativas, lo que hace
que sus observaciones carezcan del tono personal e intersubjetivo que caracterizarán a
sus posteriores estudios, especialmente “Wild Apples” y “Autumnal Tints” (1862).
En segundo lugar, pese a las numerosas descripciones de especies, entre las que
destaca por ejemplo la rata almizclera, en la mayoría de ellas no encontramos un hilo
conductor propio que caracterice el tema central del ensayo. Gran parte son ejemplos y
curiosidades, que se enmarcan en la intención general de dar una visión de la historia
natural del Estado, pero destaca su contraste con las reflexiones epistemológicas de
Thoreau y la gran escisión entre ambos propósitos, que pocas veces confluyen en el
texto.
No obstante, este ensayo nos proporciona una interesante perspectiva sobre la
importancia que adoptarán los estudios sobre la naturaleza para el desarrollo de la
filosofía thoreauviana, tanto en sus primeras obras, donde está presente también de este
modo descriptivo, como en las últimas, donde el autor profundizará en su análisis y
estudio.
En esta edición se incluye la nota preliminar que apareció junto al artículo en The
Dial, firmada por su editora, Margaret Fuller, y que no apareció en la edición de las
obras completas. En ella se propone con que este ensayo es un modo de “celebrar” la
publicación de los informes sobre la historia natural de Massachusetts. Se verá pronto
que la intención de Thoreau no sólo va más allá de aplaudir o celebrarlo, sino que
incluso realiza algunas críticas sobre el modo en que se ha realizado. Hacia el final del
Introducción: Historia natural de Massachusetts 5

ensayo, el autor destaca el interés puramente político de los estudios encargados a estos
investigadores y su escaso entusiasmo o compromiso. Esto nos remite a una distinción
con la que Thoreau comienza el ensayo: entre los espacios naturales y los espacios
considerados social y políticamente. En varias ocasiones a lo largo del texto, Thoreau
remite preferentemente a las distinciones de los elementos naturales sobre las divisiones
políticas, de modo que no habla tanto de Concord, Sudbury, o Barnstable (condado al
que pertenece Cape Cod), sino de los nombres de los accidentes geográficos, de los ríos
y lagos, y de las especies que los habitan. Además, sus descripciones están plagadas de
comparaciones con otros lugares externos al Estado de Massachusetts, como Canadá e
incluso los paisajes del sur y el centro de Asia, a los que también alude en otros escritos
y que conocía a través de pinturas e ilustraciones de libros.

EL MÉTODO CIENTÍFICO

El tema fundamental que parece atravesar todo el texto es el método científico, o


el modo en que podemos adquirir conocimiento sobre el mundo. Thoreau hace una
férrea defensa del conocimiento empírico, hasta niveles que entraban en conflicto con el
transcendentalismo emersoniano. Sin duda, en 1842 Thoreau aún no había desarrollado
una concepción transcendentalista propia, como la que podemos encontrar en Walden o
en sus últimos ensayos, y que estaba ligada a la practicidad de la filosofía y a la
suficiencia de la materia y la naturaleza para dar cuenta de la verdad del mundo.
Encontramos algunas observaciones respecto a la división entre la forma y la materia, o
entre la ley y los objetos que la cumplen, mientras que en Walden nuestro autor se
refiere a una ley que está en las mismas cosas, que está inmersa en la realidad material,
adoptando una especie de hilemorfismo.
Pero no conviene que nos adentremos ahora por estos senderos, sino que nos
adaptemos a las nociones que ocupaban la mente de Thoreau en 1842. “Natural History
of Massachusetts” es una buena muestra de sus primeras aproximaciones hacia una
teoría que integre la ciencia empírica y moral. Este tema volverá a aparecer, desde otra
perspectiva, en su reseña “Paradise (to be) Regained” (1843).
Para Thoreau, el método científico no puede estar limitado a una serie de nociones
sobre cómo observar y tomar nota de lo que sucede fuera de nosotros. En esto podemos
definirlo como un heredero de la filosofía kantiana, aunque no siempre coincidiera con
el pensamiento del filósofo prusiano. Si Francis Bacon había realizado una crítica contra
6 Diego Clares

la teoría clásica o más tradicional de la ciencia (la defensa de un método deductivo),


Thoreau encuentra en el baconiano (que intentaba conciliar la inducción, la deducción y,
tal como indica al final de este ensayo, diversas aplicaciones de las matemáticas) un
método igualmente insuficiente para adquirir una auténtica sabiduría, o un conocimiento
integral del mundo.
Aunque no tenemos muchas noticias sobre las lecturas y las ideas de Thoreau
respecto a las obras de Bacon, sí sabemos que leyó varias de sus obras, especialmente
hasta la década de 1840, y es posible que se familiarizara con su método (expuesto en su
Novum organum scientiarum, 1620) cuando estudiaba en Harvard. Sobre esta relación,
y a colación de la mención que hace Thoreau al final de este ensayo, se han hecho
comentarios diversos. Lewis Hyde destaca una cita de The New Atlantis (1627), en la
que Bacon afirma que “todo depende de mantener el ojo continuamente fijo en los
hechos de la naturaleza, y así recibir sus imágenes simplemente como son” (The Essays
of Henry D. Thoreau, p. 319). Hyde considera que la ciencia natural de Thoreau
coincide con esta idea, aunque difiere en el trato que hace Bacon de la imaginación; no
obstante, creo que en esta idea ya hay una clara exclusión del aspecto imaginativo y de
la subjetividad que incorporó Thoreau a sus investigaciones.
Por otro lado, Jeffrey Cramer cita sus “Aphorisms Concerning the Interpretation
of Nature and the Kingdom of Man” (primer libro del Novum organum), donde Bacon
explica que sólo hay dos formas de acceder a la verdad: por deducción (ir de axiomas
generales a lo particular, o bien a otros axiomas generales) y por inducción (ir desde las
observaciones particulares a los axiomas generales). Y, respecto a la inducción, comenta
que “ésta es la forma verdadera, pero no probada aún” (Essays: A Full Annoted Edition,
p. 26). Además, hace referencia a un pasaje de The Great Instauration (1620) que
coincide, en su parte final, con la cita de Hyde.
Pero Thoreau ya citó a Bacon en sus diarios, con un comentario que puede
resultar bastante esclarecedor:

“La verdad”, dice Lord Bacon, “tal vez pueda llegar al precio de
las perlas, que se muestra mejor por el día; pero no llegará al precio de un
diamante o rubí, que se muestran mejor con luces varias.” Como la perla,
la verdad brilla con una luz firme pero pálida que nos invita a la
introspección; es intrínsecamente brillante, no accidental como el
diamante. Parece que observamos siempre su parte posterior, como si no
nos alcanzara más que retirándose desde nosotros. Su luz no se refleja de
Introducción: Historia natural de Massachusetts 7

este modo, sino que vemos la sombra y el lado contrario a sus rayos.
Como el polvo en los rayos solares nos hace saber que brilla.1

La cita pertenece a una edición de los ensayos de Bacon (aunque no he podido


encontrar la edición exacta), y particularmente a su escrito “On truth” (1601). El
comentario de Thoreau revela una importante discrepancia respecto a Bacon, ya que, al
referirse a la luz del día, el filósofo británico piensa en la claridad y la concisión,
mientras que la mezcla de luces propia de las otras piedras preciosas no correspondería
más que a una fantasía que, aunque sea valiosa para la mente humana, no nos permite
conocer la verdad. Pero para Thoreau la verdad no se obtiene simplemente mirando la
luz, o una luz clara y precisa, de tono invariable, sino investigando sus límites,
rondando alrededor de ella y comprendiéndola por sus contrastes. No en vano, Thoreau
fue muy criticado (entre otros por Emerson) por su predilección por los términos
contrarios y los contrastes extremadamente marcados, que revelan algún matiz
diferente.

SOBRE ESTA EDICIÓN

La traducción se ha hecho a partir de la edición del texto y los comentarios de


Lewis Hyde, además de la versión original publicada en The Dial (especialmente para la
adición de la nota de la editora y la revisión de algunas erratas).
Es importante destacar que, además de los comentarios aclaratorios, hay dos notas
a pie de página del propio Thoreau, que he señalado distintivamente con asteriscos.
El ensayo está plagado de referencias a múltiples especies animales y vegetales.
Por ello he evitado las anotaciones sobre especies muy comunes repartidas por la mayor
parte del mundo y, sobre todo, aquellas menciones poco específicas que pueden
relacionarse con demasiadas especies, y otras tan específicas que no dejan lugar a
confusión. Por lo general, se verá que la intención de las anotaciones es proporcionar
aclaraciones cuando éstas puedan aportar alguna información relevante, evitándolas
cuando la referencia es muy clara por sí misma o demasiado general.

1
Thoreau, Henry D., The Writings of Henry David Thoreau. Journal, vol. I, Boston: Houghton
Mifflin & co., 1906, p. 117.
8 Diego Clares

TABLA DE MEDIDAS

1 pulgada 2,54 centímetros


1 pie 30,48 centímetros
1 braza 1,82 metros
1 rod 5,02 metros
1 milla 1,6 kilómetros
1 libra 0,45 kilogramos

BIBLIOGRAFÍA GENERAL

Bacon, Francis, The Works of Francis Bacon, vol. II, London: C. & J. Rivington et al.,
1826.
Cramer, Jeffrey S. (ed) y Thoreau, Henry D., Essays: A Fully Annnotated Edition, New
Haven: Yale University Press, 2013.
Hyde, Lewis (ed), The Essays of Henry David Thoreau, New York: North Point Press,
2002.
Richardson, Robert Jr., Henry Thoreau: A Life of the Mind, Berkeley: University of
California Press, 1986.
Sumner, Judith, American Household Botany: A History of Useful Plants 1620-1900,
Portland: Timber Press, 2004.
Thoreau, Henry D., “Autumnal Tints”, en The Writings of Henry David Thoreau, vol.
V, Boston: Houghton Mifflin & co., 1906, pp. 249-289.
Thoreau, Henry D., Manzanas silvestres, Amazon Digital Services, 2018.
Thoreau, Henry D., “Natural History of Massachusetts”, The Dial, vol. 3 (1), 1842, pp.
19-40.
Thoreau, Henry D., “La sucesión de los árboles forestales” [archivo digital], en
https://thoreauencastellano.files.wordpress.com/2020/01/la-sucesion-de-los-
arboles-forestales-1.pdf
Thoreau, Henry D., The Writings of Henry David Thoreau. Volume 1: Walden, Boston:
Houghton Mifflin & co., 1906.
Thoreau, Henry D., The Writings of Henry David Thoreau. Journal, 14 vol. Boston:
Houghton Mifflin & co., 1906.
Walls, Laura Dassow, Seeing New Worlds: Henry David Thoreau and Nineteenth-
Century Natural Science, Madison: University of Wisconsin Press, 1995.
HISTORIA NATURAL DE MASSACHUSETTS

Informes —sobre los Peces, Reptiles y Aves; las Plantas Herbáceas y Cuadrúpedos; los Insectos
Perjudiciales para la Vegetación; y los Animales Invertebrados— de Massachusetts1. Publicados de
acuerdo a una Orden Legislativa, por los Comisionados de Estudios Zoológicos y Botánicos del Estado.

NOTA PRELIMINAR

Estábamos pensando cómo podríamos celebrar del mejor modo el buen acto
que el Estado de Massachusetts ha realizado, facilitando la Inspección Científica de
la Commonwealth, cuyos resultados están recogidos en esos volúmenes, cuando
encontramos a un vecino cercano y amigo nuestro, apreciado también por las
Musas, un habitante nativo de la ciudad de Concord, que inmediatamente se
comprometió a proporcionarnos los comentarios que había hecho sobre estos libros
y, mejor aún, notas sobre su propia conversación con la naturaleza en las arboledas
y aguas de esta ciudad. Con toda nuestra gratitud pedimos a nuestros amigos que
depongan los remos y el sedal, que ninguno puede emplear mejor, y adopten el
lápiz, ya que Isaak Walton y White de Selborne2 no podrían buscar un sucesor, ni
las hermosas praderas, para quien también hemos tenido un hogar y la felicidad de
muchos años, su poeta.
EDITORA DEL DIAL
Concord, Massachusetts [julio de 1842]

1
Storer, David Humphreys, Reports on the Fishes, Reptiles, and Birds of Massachusetts, Boston:
Dutton and WentWorth, 1839.
Dewey, Chester, Report on the Herbaceous Flowering Plants of Massachusetts, and on the
Quadrupeds of Massachusetts, Cambridge: Folsom, Wells, and Thurson, 1840.
Harris, Thaddeus William, A Report on the Insects of Massachusetts, Injurious to Vegetation,
Cambridge: Folsom, Wells, and Thurson, 1841.
Gould, Augustus A., Report on the Invertebrata of Massachusetts, Comprising the Mollusca,
Crustacea, Annelida, and Radiata, Cambridge: Folsom, Wells, and Thurson, 1841.
2
Izaak Walton (1593-1683) y Gilbert White (1720-1793) fueron dos escritores británicos. Walton
escribió relatos ambientados en descripciones de la naturaleza. Su obra The Compleat Angler (1653), que
leyó Thoreau, simulaba ser un manual de pesca. White, nacido en Selborne, fue ornitólogo y se considera
todavía una referencia importante en botánica. No está claro que Thoreau conociera sus obras en esta
fecha. Tiempo después consultó una edición de su Natural history of Selborne, de 1851.

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10 Henry D. Thoreau

Los libros de historia natural constituyen las más alegres lecturas invernales. Leo
en Audubon3 con un estremecimiento de placer, cuando la nieve cubre el suelo, sobre la
magnolia y los Cayos de Florida4 y sus cálidas brisas marinas; sobre los cercados y el
árbol del algodón y las migraciones del charlatán5; sobre el fin del invierno en
Labrador6, y la fundición de la nieve en las bifurcaciones del Missouri7; y le debo un
aumento de mi salud a estas reminiscencias de la naturaleza exuberante.

En el recorrido de esta ardua vida,


Se adentran momentos de tintes azulados,
Con la inmaculada bondad de la violeta
O la anémona, cuando la primavera las esparce
Por algún riachuelo serpenteante, que desmiente
La mejor filosofía que sólo pretenda
Consolar al hombre por sus agravios.
He recordado, al entrar el invierno,
Arriba en mi habitación durante las noches frías,
Cuando, bajo la luz lunar tenue y alegre,
Sobre toda rama y cerco y caño sobresaliente,
Las lanzas de hielo se adhieren a su cuerpo
Contra las flechas del sol naciente,
Cómo en el mediodía resplandeciente del pasado verano
Algún rayo ignorado brilló atravesando
Los elevados pastos donde crecía la hierba de San Juan;
O se escuchaba, entre el verdor de mi mente,
El zumbido largo y ahogado de la abeja, sobre el lirio azul8
Merodeando por el prado; o el concurrido arroyo,
Que ahora durante todo su curso se mantiene quieto y silencioso,

3
John James Audubon (1785-1851), ornitólogo y artista estadounidense. Thoreau consultó los cinco
volúmenes de su Ornithological biography, publicados entre 1831 y 1849, y también A Synopsis of the
birds of North America, de 1839.
4
Archipiélago al sur de Miami.
5
Thoreau lo llama “rice-bird”. Hay varias especies que son llamadas con este nombre o similar, pero
sólo el charlatán (Dolichonyx oryzivorus) habita Norteamérica, donde pudo observarlo Audubon.
6
Región del norte de Canadá.
7
Rio Missouri o Misuri, el más largo de Norteamérica. Atraviesa siete Estados.
8
En el texto original: blue flag. Este nombre puede referirse a diversos tipos de lirios, como el Iris
versicolor o el Iris prismática, de colores azulados, que habitan Norteamérica.
Historia natural de Massachusetts 11

Su propio monumento, —ribeteando en su movimiento


A lo largo de las laderas y a través de los prados contiguos,
Hasta que su juvenil sonido al fin enmudecía
En la tranquila corriente de la cuenca baja;
O se veía el brillo en los surcos más tarde derrumbados,
Y donde el zorzal real9 continuaba agazapado,
Cuando todos los campos alrededor yacen tapados y escarchados
Debajo de un nevado manto grueso.
Enriquecido así por la modesta economía divina
Para que tras mis trabajos del invierno regrese de nuevo.

Me siento especialmente refrescado en invierno cuando escucho acerca de los


guillomos10, la fitolaca11, el enebro12. ¿No ha preparado el cielo esas modestas13 glorias
veraniegas? Hay una salud especial en esas palabras, Labrador y el East Main14, que
ningún credo desdichado reconoce. ¡Cuánto más que federales son esos Estados!15 Si no
hubiera más vicisitudes que las estaciones, nuestro interés nunca se agotaría. Nos
alborota mucho más lo que sabemos sobre el Congreso16. ¿Qué periódico preserva el

9
En el texto original: fieldfare. Podría referirse a otra especie, pero no he encontrado otras que reciban
habitualmente este nombre además del Turdus pilaris, que es raro en Norteamérica pero puede
encontrarse en zonas boscosas en verano. En estos versos, Thoreau parece estar contrastando
continuamente la escena invernal y estival.
10
Los llamados guillomos o serviceberry (Amelanchier) pertenecen a las rosáceas. Su fruto es
comestible y madura en verano.
11
También llamada hierba carmín o pokeweed (Phytolacca americana). Es originaria de
Norteamérica. Judith Sumner comenta que algunas partes de esta planta son tóxicas, aunque ha tenido
diversos usos medicinales. Florece y da fruto a lo largo de verano y otoño.
12
Algunas especies de enebro o junipero (Juniperus) dan un fruto comestible, azul o morado, de
pequeño tamaño, que madura hacia finales de verano o comienzos de otoño. Es muy consumido en
algunas zonas de Estados Unidos, como Massachusetts.
13
Con esto se refiere tanto a que son frutos pequeños como a que tienen un sabor muy suave, incluso
algunos de estos frutos pueden llegar a ser insípidos.
14
Ciudad de Quebec, Canadá.
15
Los Estados federales, o Federaciones, son gobiernos con cierta independencia dentro de un país.
Este sistema rige en Estados Unidos desde su fundación. Cuando Thoreau dice que los Estados son más
que federales, parece referirse a que tienen más libertad e independencia que la otorgada políticamente, o
a que esta condición no los define por completo.
16
Thoreau construye esta oración de forma muy inusual, con un uso antiguo del término “wot”, que
merece tenerse en cuenta: Much more is adoing that Congress wots of.
12 Henry D. Thoreau

caqui y el castaño de Ohio17, y el gavilán americano18? ¿Qué está sucediendo desde el


verano hasta el invierno en las Carolinas y en el Gran Bosque de Pinos19 y en el Valle
del Mohawk20? El aspecto puramente político de la tierra nunca es muy alentador; se
degrada a los hombres cuando se los considera como miembros de una organización
política. Desde este lado todas las tierras sólo muestran síntomas de decadencia. No veo
más que Bunker Hill y Sing-Sing, el Distrito de Columbia y Sullivan’s Island21, con
unas pocas avenidas que las conectan. Pero todo esto es insignificante al lado de una
ráfaga de viento del este o del sur que sopla sobre ellos.
No encontraréis salud en la sociedad, sino en la naturaleza. A no ser que, al
menos, nuestros pies estén en medio de la naturaleza, estaremos por completo pálidos y
lívidos. La sociedad está siempre enferma y la mejor es la que más. No hay en ella un
aroma tan saludable como el de los pinos ni una fragancia tan penetrante y reparadora
como la hierba eterna22 en los pastos elevados. Podría mantener siempre a mi lado algún
libro de historia natural23 como un tipo de elixir, la lectura con la que reparar la
tonalidad del sistema. Para el enfermo, de hecho, la naturaleza está enferma, pero para
el sano es una fuente de salud. Para quien contempla los rasgos de la belleza natural,

17
Castaño de indias, falso castaño de Ohio, o buckeye (Aesculus glabra). Especie nativa de
Norteamérica.
18
Sharp-shinned hawk, también llamado halcón de sierra (Accipiter striatus).
19
Es difícil decir si se refiere a un lugar específico. Hay varias zonas que reciben actualmente este
nombre, y podría referirse a varios lugares del norte o noroeste de Norteamérica. Tal vez esté pensando en
un bosque de Northampton, Pensilvania, al que se refiere Audubon en The Birds of North America.
20
Valle del rio Mohawk, en el Estado de Nueva York.
21
Todos estos lugares tienen una importante significación política en Estados Unidos. En Bunker Hill
y en Sullivan’s Island tuvieron lugar batallas durante la guerra de independencia. Sing-Sing es una prisión
neoyorkina, y el Distrito de Columbia (actualmente Washington D.C.) es la capital de Estados Unidos.
22
En el texto original: life-everlasting. No se debe confundir con las siemprevivas (Sempervivum). He
inventado la traducción ante la falta de concreción de la especie y la ausencia de nombres en nuestro
idioma. Todo indica que se refiere a una especie de la familia de las asteráceas, también llamadas
compuestas (Asteraceae o Compositae), pero no queda claro de qué género y menos aún de qué especie.
Podría ser una especie del género Helichrysum, llamadas “helicrisos” y también “perpetuas”. Hyde indica
que se trata del género Gnaphalium, aunque hay otros muy relacionados y cuyas especies antes estaban
incluidas en éste, como el Antennaria (también llamado “pie de gato”, por la forma en la que crecen sus
flores), con el que se asocia a veces el nombre “life-everlasting”. También, a varias especies de
Asteraceae se las denomina “everlasting”, según indica Sumner. Sin duda, Thoreau hace referencia a
estas especies para vincular a la naturaleza la idea religiosa de una vida eterna.
23
En el texto original: I would keep some book of natural history always by me. La expresión es un
poco ambigua, y se presta a dos interpretaciones: la primera, tener algún libro de historia natural; la
segunda, escribir o ir tomando notas haciendo uno mismo ese libro.
Historia natural de Massachusetts 13

ningún perjuicio ni desilusión puede surgir. Las doctrinas de la desesperanza, de la


tiranía o la servidumbre espiritual o política, nunca se adquirieron compartiendo así la
serenidad de la naturaleza. Seguramente el buen ánimo no decaerá aquí, en la costa
atlántica, mientras estemos flanqueados por los países de las pieles24. Esa salud25 es
suficiente para alegrar a uno bajo cualquier circunstancia. La pícea, el abeto y el pino no
permitirán la desesperanza. Pienso que algunos credos en las parroquias e iglesias han
olvidado al cazador envuelto en pieles del Gran Lago de los Esclavos26, y que los
trineos de los esquimales están tirados por perros, y en el crepúsculo de la noche
septentrional el cazador no deja de perseguir a la foca y a la morsa por el hielo. Tienen
una imaginación enferma y dolida todos aquellos que anunciarían tan pronto la
defunción del mundo. ¿No pueden hacer estas sectas sedentarias algo mejor que
preparar los sudarios y escribir los epitafios de aquellos otros diligentes hombres vivos?
La fe práctica de todo hombre oculta el consuelo del predicador. ¿Qué supone para mí
cualquier discurso humano, si no soy consciente de algo en él tan constante y alegre
como el chirrido de los grillos? Con él las arboledas pueden aliviarse ante el cielo. Los
hombres me hastían cuando no estoy constantemente acogido y refrescado por el flujo
de destellantes arroyos. Ciertamente el gozo es la condición de la vida. ¡Pensad en los
pequeños alevines que saltan en los lagos, las miríadas de insectos que se abren paso en
una tarde de verano, la incesante nota que la rana27 entona en la arboleda durante
primavera, la indiferencia de la mariposa transportando accidente y cambio pintados en
cientos de colores sobre sus alas28, o el pececillo del arroyo frenando tenazmente la
corriente, y el lustre de sus escamas, de brillo desgastado por la fricción, reflejado sobre
la orilla!

24
En el texto original: Fur Countries. Se denominaban así a las zonas del norte de Canadá, tal como
se muestra en la novela de Julio Verne, El país de las pieles (1873).
25
Thoreau dice “sound”, pero este término puede tener muchas connotaciones, entre otras ‘sensato’,
‘bueno’ o ‘sano’.
26
Situado en la región noroeste de Canadá. Su nombre deriva de una tribu nativa a la que se
denominaba “Slavey”, esclavos o extranjeros.
27
En el texto original: hyla. Las Hylas son especies de ranas de pequeño tamaño. Hyde indica que, en
este caso, se refiere a la Hyla crucifer, también conocida como Pseudacris crucifer.
28
Esta referencia a la mariposa puede tener muchas interpretaciones. La primera, es el propio cambio
que se da en la transformación de las mariposas. Además, sabemos que Thoreau leyó mucha literatura
oriental y no sería extraño que encontrara algún dicho o proverbio chino relacionado con los movimientos
de las mariposas. Uno de ellos fue empleado en el siglo XX como enunciación de la teoría del caos. Pero
no he encontrado evidencia de esto.
14 Henry D. Thoreau

Imaginamos que este estrépito de religión, literatura y filosofía29, que se escucha


en los púlpitos, liceos y salones, vibra a través del universo, y es un sonido tan católico
como el chirrido del eje de la tierra; pero si un hombre duerme profundamente30, lo
olvidará todo entre el ocaso y el alba. Es el balanceo de 3 pulgadas que hace un
péndulo en una despensa31, con el gran pulso de la naturaleza que vibra y atraviesa cada
instante. Cuando elevamos nuestros párpados y abrimos nuestros oídos, desaparece con
humo y traqueteo como los vagones sobre unos raíles. Cuando detecto belleza en alguno
de los recovecos de la naturaleza, me recuerda, por el sereno y retirado espíritu que
requiere para contemplarse, a la inexpresable privacidad de una vida, — cuán silenciosa
y carente de ambición. La belleza que hay en los musgos debe considerarse desde los
rincones más sagrados y tranquilos. ¡Qué entrenamiento tan admirable es la ciencia para
las guerras de la vida! De hecho, la gallardía incuestionable que implican esos estudios
es mucho más impresionante que el valor trompeteado del soldado. Me complace saber
que Tales32 se levantaba por las noches con no poca frecuencia y lo prueban sus
descubrimientos astronómicos. Linnaeus33, partiendo hacia Laponia34, examina su
“peine” y su “camisa de repuesto”, su “pantalón de cuero” y su “cubierta de malla para
mantenerse alejado de los mosquitos”, con tanta autocomplacencia como Bonaparte
[examina] un parque de artillería para la campaña rusa35. La gallardía silenciosa del

29
Se refiere al transcendentalismo. La revista transcendentalista The Dial, donde publicó este ensayo,
tenía como subtítulo “A Magazine for Literature, Philosophy and Religion”. Además, sus miembros
solían participar en conferencias y debates.
30
En el texto original: soundly. Con este término, Thoreau se remite al “sonido” anterior. Sería como
decir que duerme tan sonoramente que todos los demás sonidos quedan apagados.
31
Debido a la fecha, no es posible que Thoreau conociera el experimento del péndulo de Foucault,
pero no resulta extraño que se refiera a la experiencia de ver un péndulo (una cuerda colgando con
cualquier peso) moverse por sí mismo en ciertas condiciones.
32
Tales de Mileto (c. 624-546 a.C.), filósofo helénico de la época presocrática. Pertenece a los
filósofos que Aristóteles denominaba “físicos”, es decir, que investigaban sobre la naturaleza. Es
conocido por sus estudios meteorológicos y astrológicos, y se dice que predijo un eclipse.
33
Carolus Linnaeus, o Carl von Linné (1707-1778), naturalista, botánico y zoólogo sueco. Es el
creador del tipo de nomenclatura científica actual, que emplea dos términos latinos indicando género y
especie. Thoreau leyó varias de sus obras en latín y en inglés, y tomó muchas notas en sus diarios, aunque
en sus ensayos naturalistas no llegó a hacer más que algunas referencias generales a este autor.
34
En el texto original: Lapland. Aunque este término se utiliza hoy para referirse específicamente a la
parte finesa de Laponia, Linnaeus hizo una expedición por toda Laponia, y principalmente por la zona
sueca, en 1732. Esta expedición fue una de las más importantes de su carrera científica.
35
La comparación no es inocente. Emerson admiraba a Napoleón I Bonaparte, e incluso le dedicó un
capítulo de sus Representative Men (1850), donde lo denominaba “el hombre del mundo”. Thoreau
Historia natural de Massachusetts 15

hombre es admirable. Su ojo tiene que captar al pez, a la flor y al ave, al cuadrúpedo y
al bípedo. La ciencia es siempre audaz; para saber hay que saber bien; la duda y el
peligro se acobardan ante su ojo. Lo que el cobarde atisba al apurarse, ella lo escudriña
tranquilamente, marcando el rumbo como un pionero de la diversidad de artes que van
tras ella. Pero la cobardía es anti-científica; pues no puede haber una ciencia de la
ignorancia36. Puede haber una ciencia de la gallardía, para que avance; pero una retirada
raramente está bien hecha; si lo está, entonces es un avance ordenado que afronta las
circunstancias37.
Pero acerquémonos un poco más a los temas prometidos. La entomología38
extiende los límites del ser en una nueva dirección, y así paseo en la naturaleza con la
sensación de un mayor espacio y libertad. Sugiere, además, que el universo no ha sido
cortado toscamente, sino que es perfecto en sus detalles. La naturaleza soportará la más
íntima inspección; nos invita a poner nuestra vista al nivel de la hoja más pequeña y a
adoptar la perspectiva de un insecto sobre su superficie39. No tiene intersticios; todas
sus partes están repletas de vida. Exploro, también con placer, las causas de miríadas de
sonidos que llenan el mediodía veraniego y que parecen del mismo material40 del que

destaca que ambos tipos de campaña, la científica y la militar, requieren preparativos costosos y
previsiones minuciosas, y también similar valentía. Napoleón derrotó al ejército ruso en varias batallas, en
1805, 1806 y 1812. Aunque tras su retirada de Moscú, en el invierno de 1812 perdió a una gran parte de
su ejército, debido a las duras condiciones climáticas y la falta de alimento.
36
Esta afirmación, en contraste con la epistemología que desarrolló Thoreau en algunos ensayos
posteriores (como “Night and Moonlight” o “Walking”), indica un posible cambio en su perspectiva
respecto a la ciencia, o al menos una reflexión posterior sobre la importancia de la ignorancia. No
obstante, el sentido riguroso de esta consideración podría mantenerse: pues ninguna ciencia puede basarse
en aceptar la ignorancia, sino en intentar superarla. En este sentido, la posterior revisión de la ignorancia
por parte de Thoreau añade la observación de que ser consciente de la ignorancia es tan importante como
serlo del conocimiento, y que ambos (ignorancia y conocimiento) están siempre presentes como dos caras
de la misma moneda.
37
El lenguaje militar es evidente especialmente en esta última oración, donde se compara el proceso
científico con la estrategia en el campo de batalla.
38
El estudio de los insectos, que proviene del griego “éntomos” (insecto). Se considera que el
fundador de esta ciencia fue William Kirby, de quien Thoreau leyó su obra Introduction to Entomology
(1815-1826).
39
En el texto original: plain. También puede entenderse como una llanura o planicie, entendiendo que
para el insecto la hoja se convierte en una gran extensión.
40
En el texto original: grain and stuff. Literalmente, se podría traducir por “grano y sustancia”,
aunque esta expresión parece un poco extraña en castellano, donde se entiende mucho mejor “material” o
incluso solamente “sustancia”.
16 Henry D. Thoreau

está hecha la eternidad. ¿Quién no recuerda la penetrante llamada41 de la cigarra42?


Había oídos para estos sonidos en Grecia hace mucho, como manifiesta la oda de
Anacreonte43.

“Declaramos tu felicidad, Cigarra,


Pues sobre las copas de los árboles,
Bebiendo una pizca de rocío,
Cantas como un rey,
Pues todo te pertenece,
Cuanto atisbes en las praderas,
Y cuanto tengan las arboledas.
Tienes la amistad de los campesinos,
En ningún sentido les haces daño;
Y eres honorada entre ellos,
Dulce profeta del verano.
Las Musas te aman,
Y el mismísimo Febo44 te ama,
Y te ha otorgado un canto penetrante;
La edad no te arruina,
Habilidosa, hija de la tierra, amante del canto,
Impasible, no tienes sangre;
Eres casi igual a los dioses.”45

En los días otoñales, el chirrido de los grillos se escucha al mediodía sobre toda la
tierra, y como en verano se escuchan principalmente por la noche, así con su incesante

41
En el texto original: roll-call. Thoreau continúa utilizando los términos militares, esta vez
comparando el sonido producido por las cigarras con pasar lista o hacer recuento de asistencia, lo que en
el ejército también se llama pasar revista.
42
Hyde señala que esta especie es la Cicada tibicen, pero el género Cicada se utiliza con especies
principalmente euroasiáticas. La especie norteamericana se denomina Neotibicen tibicen. No obstante,
conviene tener en cuenta ambas ya que Thoreau va a referirse, a continuación, a la experiencia de las
cigarras en Europa.
43
Thoreau tradujo éste y otros poemas de Anacreonte, y los publicó en The Dial en abril de 1843. Más
adelante en este ensayo citará otro de estos poemas. He traducido ambos a partir de la versión de Thoreau,
por lo que puede haber diferencias respecto a otras traducciones españolas.
44
Epíteto del dios griego Apollo. Febo o Phoebus significa “brillante”, ya que estaba considerado
como el dios del sol o de la luz.
45
Anacreonte (c. 570-485 a.C.), “Oda a la cigarra”. Thoreau leyó varios fragmentos de Anacreonte a
través de una recopilación de Píndaro y otros autores.
Historia natural de Massachusetts 17

canto acompañan el atardecer del año46. Todas las vanidades que irritan al mundo no
pueden cambiar ni en un ápice la proporción que la noche ha escogido. Toda pulsación
sigue exactamente el ritmo del coro del grillo y al escarabajo del reloj de la muerte47 en
la pared. Altérnalos si puedes.
En total hay cerca de doscientos ochenta aves que residen permanentemente en el
Estado o pasan sólo el verano o nos hacen una visita pasajera. Aquellos que pasan el
invierno con nosotros han obtenido nuestra simpatía más cálida. El trepador48 y el
carbonero49 volando en compañía cruzan los pequeños valles de las arboledas, uno
regañando duramente al intruso, otro tentándolo con un canto suave y vacilante50; el
arrendajo51 chillando en el huerto; el cuervo52 graznando al unísono con la tormenta; el
grévol53, como un eslabón rojizo extendido desde el otoño hasta la primavera,
conservando intacta la cadena de los veranos; el zorzal robín*54 y el turpial oriental55 a

46
Es muy habitual encontrar estas comparaciones entre los ciclos del día y del año en las obras de
Thoreau. En Walden y en “Walking” también compara estos ciclos con la adquisición de conocimiento.
47
En el texto original: the tickings of the death-watch. El “death-watch” (Xestobium rufovillosum) es
un tipo de escarabajo llamado “del reloj de la muerte” por el característico sonido que emite.
48
Seguramente, el trepador pechiblanco (Sitta carolinensis), que habita gran parte de Norteamérica
durante todo el año. Es reconocida por su canto ruidoso y molesto.
49
Hay varias especies de carbonero en la zona, pero el carbonero cabecinegro (Poecile atricapillus) es
el ave oficial de Massachusetts.
50
En el texto original: lisping. Es un sentido inusual del término, pero su traducción habitual (ceceo o
ceceante) resulta incoherente en este contexto.
51
Posiblemente el arrendajo azul o blue jay, del que existen varias especies y subespecies en
Norteamérica. Pero también podría referirse a otras especies, traducidas como urracas en español.
52
El cuervo grande o común (Corvus corax) es el mismo que conocemos en Europa y Asia.
53
En el texto original: partridge. En Norteamérica no había perdices, pero dieron este nombre a lo que
hoy conocemos como grévoles engolados.
*
[Nota de Thoreau] Un zorzal blanco y una perdiz blanca han sido vistos alguna vez. Audubon
menciona como algo destacable que el nido de un zorzal robín tiene que encontrarse en el suelo; pero
este pájaro parece ser menos excepcional que muchos otros en la elección de un lugar para construirlo.
He visto su nido situado bajo un techo de paja de un granero abandonado, y en una ocasión, donde la
región adyacente estaba casi desprovista de árboles, junto a dos de mosqueros, sobre el borde de un
tablón en el desván de un aserradero, pero a pocos pies de la sierra, que vibraba varias pulgadas con el
movimiento de la maquinaria.
54
Turdus migratorius, también llamado mirlo americano. La perdiz blanca (Lagopus muta) suele
pertenecer a zonas más frías. Respecto al zorzal blanco, desconozco de qué especie puede tratarse.
Respecto al mosquero, también mencionado en la nota de Thoreau, es un ave originaria de Norteamérica,
también llamada “mosquero fibí” o “papamoscas fibí” (Sayornis phoebe).
18 Henry D. Thoreau

la espera de la cálida primavera en la arboleda; el conocido junco56 seleccionando unas


pocas semillas en el jardín o unas pocas migas en el patio; y ocasionalmente el
alcaudón57, con una melodía despreocupada y deshelada que trae de vuelta el verano:

Sus velas firmes en todo momento,


Nunca las pliega.
Y posándose ahora en los rizos del Invierno,
Le silba en la oreja.

A medida que avanza la primavera y el hielo se derrite en el río, nuestros primeros


visitantes y los rezagados hacen su aparición. De nuevo, el antiguo poeta teiano canta
tanto para Nueva Inglaterra como para Grecia, en el
RETORNO DE LA PRIMAVERA58

“Mirad cómo, llegando la Primavera,


Las Gracias arrojan rosas;
Mirad cómo en el mar las olas
Desaparecen en calma;
Mirad cómo el pato se zambulle;
Mirad cómo viaja la grulla;
Y el Titán59 brilla con incesante lustre.
Se están moviendo las sombras de las nubes;
Los trabajos del hombre relucen;
Los frutos de la tierra brotan;
Brota la fruta del olivo.
La copa de Baco está coronada60,
A través de las hojas y las ramas,

55
En el texto original: lark. Entiendo que Thoreau se refiere a la especie americana denominada
“eastern meadow lark” (Sturnella magna), que en español tiene varios nombres. La especie se extiende
por el norte y el sur de América.
56
El junco pizarroso (Junco hyemalis), según lo indica Hyde.
57
Dentro del género Lanius, hay dos especies de alcaudón que habitan la zona de Massachusetts:
Lanius ludovicianus y Lanius excubitor.
58
Poema de Anacreonte, el poeta teitano o nacido en Teos. Esta oda se encuentra a veces con el
sencillo título de “La primavera”. Al igual que en el anterior poema de Anacreonte, realizo la traducción a
partir de la versión de Thoreau.
59
Hyde indica que se refiere al sol. En otras traducciones puede leerse “sol” en lugar de “Titán”.
60
Baco es el dios romano del vino (su equivalente griego es Dionisos). Su corona, con la que a
menudo se le representa, es una rama de parra, con hojas y algunos racimos de uva.
Historia natural de Massachusetts 19

El fruto, inclinándolas, prospera61.”

Los patos62 se posan durante esta estación en las aguas calmadas, en compañía de
las gaviotas, que no desaprovechan el viento del este para visitar nuestras praderas y
nadar en grupos de dos y de tres, limpiándose las plumas y zambulléndose para picotear
la raíz del nenúfar, y los arándanos rojos que el hielo no ha soltado. La primera bandada
de gansos se observa volando hacia el norte, en largas diagonales63 e hileras ondulantes;
el tintineo del gorrión cantor nos saluda desde los matorrales y cercados; y el azulejo64,
como un rayo cerúleo, echa un vistazo sobrevolándonos a su paso. El águila pescadora,
también, se ve ocasionalmente durante esta estación navegando65 majestuosamente
sobre el agua y quien alguna vez la ha observado no olvidará pronto la grandeza de su
vuelo. Vuela en el aire como un navío de línea66, digno de luchar contra los elementos,
retirándose de vez en cuando como un barco virando sobre sus costados, y manteniendo
sus garras como si preparara las flechas, en la actitud del ave nacional67. Es una gran
presencia, como el dueño del río y el bosque. Su ojo no temblará ante el propietario del
terreno, sino que lo hará sentirse como un intruso en sus dominios. Y después su
retirada, zarpando con firmeza, es una forma de avanzar. Tengo un halieto68 de una
pareja que pescaba durante varios años por esta zona, al que dispararon en un lago

61
En el texto original: flourishes. Este verbo suele entenderse como “florecer”, pero puede referirse a
cualquier forma de desarrollo, prosperidad o perfeccionamiento personal.
62
Aunque este nombre es muy poco conciso, la especie de pato más común en la zona de Nueva
Inglaterra, especialmente durante el siglo XIX, era el pato arcoíris (Aix sponsa).
63
En el texto original: harrows. Podría entenderse como agrupación o aglomeración, pero prefiero
mantener la interpretación de Hyde, que señala este término como sinónimo de “diagonal”.
64
Particularmente, el azulejo índigo (Passerina cyanea), que habita en varias zonas por el centro y el
este de Norteamérica.
65
En el texto original: sailing. Podría entenderse que está planeando, aunque tal vez la metáfora
náutica se comprenda bien.
66
Buques de vela de gran tamaño. Se les llamaba así porque se colocaban en formación de combate
uno detrás de otro.
67
Desde 1782, el águila calva era el símbolo de Estados Unidos. En sus representaciones, aparece con
las garras extendidas, y en una de ellas sostiene un haz de flechas.
68
En el texto original: osprey. Thoreau aquí no utiliza “fish hawk”, pero no queda claro si se refiere a
un ave distinta. Parece que el cambio de término se debe a evitar la repetición del verbo “pescar”
empleado más adelante. En una entrada de su diario, del 24 de marzo de 1842, describía el vuelo de dos
“águilas pequeñas” (posiblemente, las que aparecen en esta historia, aunque no narra este suceso) y de
otra más grande, “probablemente un águila (eagle)”, pero que no llegaba a identificar. Podría tratarse, tal
como parece indicar este fragmento, de un águila pescadora adulta, y las otras dos especímenes más
jóvenes.
20 Henry D. Thoreau

cercano, que mide no más de dos pies de longitud y seis con las alas extendidas.
Nuttall69 menciona que “los antiguos, particularmente Aristóteles, suponían que los
halietos enseñaban a los jóvenes a mirar fijamente al sol y aquellos que no podían
hacerlo eran sacrificados70. Linnaeus incluso creyó, sobre la autoridad antigua, que una
de las patas de este pájaro tenía todos los dedos divididos, mientras la otra los tenía
parcialmente palmeados, así que podía nadar con una pata y agarrar un pez con la
otra”71. Pero ese ojo educado ahora está apagado y esas garras no tienen fuerza. El
estridente chillido aún parece resistir en su garganta y el bramido del mar en sus alas. La
tiranía de Júpiter72 está en sus zarpas y su rabia en las erectas plumas de su cabeza y su
cuello. Me recuerda a la expedición de los Argonautas73, y podría inspirar hasta al más
aburrido para alzar el vuelo sobre Parnaso74.
El estruendo del avetoro75, descrito por Goldsmith76 y Nuttall, se escucha
frecuentemente en nuestros pantanos, por la mañana y la tarde, suena como una
bomba77 o los hachazos contra un árbol en una mañana helada a cierta distancia de la
granja. No he encontrado una descripción del modo en que se produce este sonido. En

69
Thomas Nuttall (1786-1859) fue un botánico y ornitólogo estadounidense, director de Jardín
Botánico de Harvard. Thoreau consultó su obra A manual of the ornithology of the United States and of
Canada (1832-1834), en 4 volúmenes, además de otras obras posteriores sobre botánica.
70
En Historia animalium, Aristóteles afirma que el motivo de que el águila pescadora (en griego
haliáetos) tenga una vista penetrante reside en que “obliga a sus pequeños, cuando aún están implumes, a
mirar al sol de cara, y al que no quiere lo golpea y lo gira hacia el astro; y al primero que le lloran los ojos
lo mata, pero al otro lo cría” (Aristóteles, Historia animalium, IX, 33, 620a 2-6). También cuenta que los
griegos consideraban al águila un ave divina, porque volaba más cerca del sol que el resto (Arist., HA, IX,
32, 619b 8).
71
Nuttall, Thomas. A Manual of the Ornithology of the United States and of Canada, vol. I,
Cambridge: Hilliard and Brown, 1832, p. 82.
72
Uno de los símbolos de Júpiter y Zeus, además del rayo y el cetro, es el águila.
73
Los primeros piratas (del griego peiratés) o exploradores marinos del barco llamado Argo, por el
nombre de su constructor. Su expedición fue anterior a la Guerra de Troya. Según la historia, partieron de
Págasas en busca del Vellocino de Oro, la lana de un carnero alado (Crisómalo).
74
Traslado la interpretación de Hyde, con la que coincido: Thoreau se refiere a crear una obra poética,
ya que el monte Parnaso es, en la mitología griega, el lugar sagrado donde vivían las musas.
75
Téngase en cuenta que no es el avetoro común, sino el americano (Botaurus lentiginosus).
76
Oliver Goldsmith (1728-1774), poeta, novelista y médico irlandés. Según indica Hyde, describió al
avetoro (con toda seguridad el avetoro euroasiático o común, y no el americano) en A History of Earth
and Animated Nature (1774). Esta obra no aparece en el catálogo de Sattlemeyer, pero podría estar
incluida en alguna de las misceláneas sobre este autor que consultó Thoreau.
77
En el texto original: pump. Puede referirse a un artefacto explosivo, pero también al empleado para
empujar algún material, introducirlo o extraerlo, como una bomba de aire o de agua.
Historia natural de Massachusetts 21

una ocasión, uno de mis vecinos a visto cómo el ave introducía su pico en el agua y
succionaba tanto como podía, entonces, elevando la cabeza, la bombeó de nuevo hacia
fuera con cuatro o cinco espasmos de su cuello, lanzándola a dos o tres pies y haciendo
ese sonido cada vez.
Con el tiempo la eternidad veraniega se abre paso con la carcajada del pájaro
carpintero entre los robles en la ladera y una dinastía nueva con una apacible seguridad.
En mayo y junio el coro del bosque está en completa sintonía y, dados los
inmensos espacios de aire vacío, y este curioso oído humano, uno no ve la manera de
llenar mejor el vacío.

Cada sonido de verano


Es un verano regresando.

A medida que avanza la estación y se van estas aves que sólo nos hacen una visita
pasajera, las arboledas se vuelven silenciosas de nuevo, y sólo unas pocas plumas
agitan78 el somnoliento aire. Pero el excursionista solitario aún puede encontrar una
respuesta y una expresión para todo su ánimo en las profundidades de la arboleda.

A veces escucho el clarín del zorzal rojizo*79,


O la trompeta insolente del impaciente arrendajo,
Y el carbonero en las arboledas aisladas
Reparte sus pocas notas, que cantan una alabanza
A los héroes, y describen eternamente
La hermosura de la virtud.

78
En el texto original: ruffle. El verbo tiene dos acepciones, dependiendo de si refiere, por ejemplo, a
una superficie de agua o a las plumas de un ave. En el primer sentido se refiere a ondular o agitar, y en el
segundo a erizarse. Thoreau juega con ambos sentidos al poner las plumas como sujeto activo de la
acción y al aire como pasivo, cuando en general es el aire el que hace que las plumas se ericen.
*
[Nota de Thoreau] El ave, que está tan bien descrita por Nuttall, pero es aparentemente
desconocida por el autor del Informe, es una de las más comunes en las arboledas de esta zona, y en
Cambridge he oído el tañido del jardín de la facultad con este trino. Los chicos lo llaman “yorrick”, por
el sonido de su tono quejumbroso e increpante, cuando revolotea cerca de quien transita el sotobosque.
El huevo del tordo cabecicafé se encuentra ocasionalmente en su nido, como menciona Audubon.
79
El zorzal rojizo o zorzalito rojizo (Catharus fuscescens) tiene un canto muy parecido al de un
instrumento de viento, como por ejemplo el clarín. En la nota al pie, Thoreau se refiere a que algunos lo
llaman “yorrick”. Parece que este nombre puede provenir del personaje de Yorrick (o Yorick) de Hamlet,
el bufón de la corte, con cuyo cráneo en la mano pronuncia el protagonista de la obra su famoso dilema:
“Ser o no ser”.
22 Henry D. Thoreau

El mosquero aún canta en armonía con el clima sofocante por la orilla de la


laguna, las horas inconstantes del mediodía en medio de la ciudad no llegan sin su
juglar.

Sobre los brotes del olmo en lo alto


El víreo80 canta los cambios con gracia,
Durante los días pueriles del verano,
Intentando alzar los pensamientos más allá de la calzada.

Con el otoño comienza en cierta medida una nueva primavera. Se escucha al


chorlo81 silbando fuerte en el aire sobre los pastos secos, los pinzones82 revolotean de
árbol en árbol, los charlatanes y los pájaros carpinteros vuelan en bandadas, y el
jilguero83 cabalga sobre las primeras tempestades, como una ranita alada84 piando entre
crujido de las hojas. Los cuervos, también, comienzan ahora a reunirse; puedes
detenerte y contarlos cuando vuelan bajo y dispersándose por el paisaje, solos o en
parejas o tríos, en intervalos de media milla, hasta llegar a una centena.
He visto insinuar en algunos sitios que el cuervo ha venido a este país a través del
hombre blanco; pero antes creería que el hombre blanco ha plantado esos pinos y
abetos85. No es un spaniel86 que siga nuestros pasos; sino que más bien vuela por los
claros como el espíritu oscuro del indio87, recordándome más a menudo a Philip y
Powhatan que a Winthrop y Smith88. Es una reliquia de épocas oscuras. Pues sólo una

80
Género de aves. Todas sus especies son nativas de América. Las más comunes en Massachusetts
durante el verano son el víreo anteojillo (Vireo solitarius), el de ojos rojos (Vireo olivaceus) y el
gorgeador (Vireo gilvus).
81
Posiblemente, el chordo tildío (Charadrius vociferous), aunque el término es poco específico.
82
Hay dos especies de pinzón que habitan la zona de Massachusetts durante todo el año: el pinzón
colorado (Haemorhous purpureus) y el pinzón mexicano (Haemorhous mexicanus).
83
No queda claro si se refiere al jilguero pinero (Spinus pinus) o al denominado “norteamericano”
(Spinus tristis).
84
En el texto original: winged hyla. Desconozco la especie o especies a las que se refiere Thoreau con
este término. Las hyla son ranas de pequeño tamaño, y en el este de Norteamérica habitan varias especies.
Algunos de sus sonidos se parecen al piar de los pájaros. Obviamente, con “alada” no se refiere a la rana,
sino al jilguero.
85
En el texto original: hemlocks. Los hemlocks o Tsuga se suelen denominar como “falsos abetos”.
86
Cocker spaniel. Raza de perro de origen británico, exportado a Estados Unidos.
87
Es decir, del nativo americano.
88
El Rey Philip, llamado Metacomet (c. 1636-1676), fue el líder de la tribu indígena Wampanoag,
asentados en la zona este de Norteamérica. Dio nombre a una de las guerras contra los colonos después de
que éstos invadieran sus tierras, en 1675. El jefe Powhatan, o Wahunsenacawh (c. 1550-1618) fue el líder
Historia natural de Massachusetts 23

presencia tan leve, sólo una tan perdurable, hace que la superstición subsista en el
mundo por siempre; es el grajo en Inglaterra y el cuervo en Nueva Inglaterra.

Oh, espíritu oscuro de la arboleda,


Ave de una antigua cría,
Aleteando por tu solitaria senda,
Un meteoro en el veraniego día,
De árbol en árbol, de pico en pico,
Por bajo en bosques, campos y ríos,
¿Qué podrías decirnos?
¿Por qué tienes que aparecerte en el día?
¿Qué hace que flote tu melancolía?
¿Qué valentía motiva a tu garganta
Y te impulsa por encima de las nubes,
Sobre las infelices muchedumbres humanas,
Que mucho más abajo
Ignoran tu presencia?

El último paseante o navegante, en los atardeceres de octubre, puede escuchar el


murmullo de la agachona común, dando vueltas sobre las praderas, el sonido más
espiritual en la naturaleza; y aún más tarde en otoño, cuando las heladas han tintado las
hojas, un colimbo89 solitario ofrece su presencia en nuestras lagunas aletargadas, donde
puede merodear sin molestias hasta que termine la estación de la muda, haciendo que
las arboledas resuenen con su risa silvestre. Este pájaro, el Gran Buzo del Norte, bien
merece su nombre; pues cuando es perseguido con un bote, se zambulle, tan rápido
como se puede remar en un bote, y su perseguidor, si quisiera descubrir de nuevo a su
presa, tendría que poner su oído sobre la superficie para escuchar por dónde emerge.
Cuando llega a la superficie, sacude el agua con un golpe de sus alas y tranquilamente
nada hasta que de nuevo lo molesten.

de los powhatan y de los pueblos algonquinos. Por otro lado, John Winthrop (1588-1649) y John Smith
(c. 1579-1631) fueron dos colonos británicos. Winthrop fue el primer gobernador del Puerto Colonial de
Massachusetts, y Smith (siguiendo a Hyde) estableció el primer asentamiento británico permanente en
América, en la ciudad de Jamestown, Virginia. Pero Thoreau podría estar refiriéndose a otro John Smith
(c. 1600-1664), también uno de los primeros colonos y gobernador de Rhode Island.
89
En el texto original: loon. Algunas veces se ha traducido erróneamente como “somormujo”, aunque
los somormujos no habitan Norteamérica. El colimbo común (Gavia immer) es el protagonista de un
conocido relato en Walden, en el que Thoreau lo persigue por la laguna con su bote.
24 Henry D. Thoreau

Éstos son las visiones y los sonidos que alcanzan nuestros sentidos más a menudo
durante el año. Pero a veces uno escucha una nota completamente nueva, que tiene un
ambiente de otras Carlonias y Méxicos que describen los libros, y aprende que su
ornitología no le había servido.
Aparece en el Informe que hay cerca de cuarenta cuadrúpedos que pertenecen al
Estado, y entre ellos uno se alegra de encontrar a unos pocos osos, lobos, linces y gatos
monteses.
Cuando nuestro río se desborda en primavera90, el viento de las praderas está
cargado con un fuerte aroma a musgo y por su frescura me advierte de un ímpetu91
inexplorado. En ese momento, los lugares remotos no están tan lejos. Me conmuevo al
ver las cabañas de la rata almizclera, hechas con barro y hierba, y alzadas a tres o cuatro
pies a lo largo del río, como cuando leo acerca de los túmulos de Asia92. La rata
almizclera es el castor de los Estados constituidos93. Su número incluso ha aumentado
en unos pocos años por esta zona. Entre los ríos que desembocan en el Merrimack, el
Concord es conocido por el barquero como un arroyo muerto. Se dice que los indios lo
llamaron Musketaquid, o Río Llano94. Siendo su corriente mucho más lenta y su agua
más turbia que el resto, tiene más abundancia de peces y presas de cualquier tipo. De
acuerdo a la Historia de la ciudad, “El comercio de pieles fue una vez importante aquí.
Ya en 1641, había una compañía formada en la colonia, cuyo superintendente era el
Alcalde Willard de Concord, y tenía el derecho exclusivo del comercio de pieles y otros
artículos con los indios; y por este derecho estaban obligados a depositar en el tesoro

90
En las orillas de los ríos Sudbury y Assabet y en su confluencia, a la altura de Concord, hay varios
pastos bajos que se inundan habitualmente cuando hay crecidas.
91
En el texto original: wildness. Hay varias formas de entender este término, pero no sería correcto
traducirlo simplemente como una cualidad de lo salvaje, ya que aunque “wild” comparte muchos sentidos
con nuestro “salvaje”, en realidad se refiere a un impulso interno semejante a una voluntad (will) que nos
empuja a actuar por deseo o por instinto. Hay varios términos en español que pueden expresar tal
cualidad: ímpetu, entusiasmo, ferocidad, etc.
92
Posiblemente, los llamados “kurgán”, montículos artificiales de tierra usados como tumbas.
Thoreau los mencionaba, junto a las pirámides egipcias, en una entrada de su diario del 22 de febrero de
1840, en un fragmento casi idéntico.
93
En el texto original: settled States. Se refiere a las primeras zonas colonizadas e independizadas en
Nueva Inglaterra.
94
En el texto original: Prairie River. Otra traducción de su nombre es “río de hierba” o “río
herbáceo”. Thoreau mencionará esto en su obra A Week on the Concord and Merrimack Rivers (1849).
Sin embargo, aquí le interesa destacar su carácter llano, como el de un prado.
Historia natural de Massachusetts 25

público la vigésima parte de todas las pieles obtenidas”95. Aún hay tramperos entre
nosotros, tanto como en los arroyos del lejano Oeste, que por la noche y la mañana
inspeccionan sus trampas, sin miedo a los indios. Uno de ellos consigue cerca de ciento
cincuenta a doscientas ratas almizcleras en un año, y hasta treinta y seis reciben el
disparo de un hombre en un día. Su piel, que no está tan codiciada como antaño, sólo se
mantiene en buenas condiciones durante el invierno y la primavera; y sobre el hielo
derritiéndose, cuando son expulsados de sus agujeros por el agua, disparan a un mayor
número desde los botes, ya estén nadando o descansando sobre su estiércol, o los
livianos montículos de hierba y juncos, en el margen del arroyo. Aunque muestran un
considerable ingenio en otros momentos, caen fácilmente en una trampa, que
simplemente ha sido colocada en sus agujeros, o cualquier lugar que frecuenten, sin usar
cebo, aunque algunas veces la restriegan con su almizcle. En invierno el cazador hace
agujeros en el hielo y les dispara cuando salen a la superficie. Sus madrigueras están
habitualmente en lo alto de las orillas del río, con la entrada bajo el agua y levantándose
desde dentro hacia fuera del nivel del agua. A veces sus escondrijos, compuestos de
hierba seca y lirios96, pueden encontrarse donde la orilla es baja y mullida, donde la
tierra blanda cede bajo los pies. Hay de tres a siete u ocho crías en primavera.
Con frecuencia, por la mañana o la tarde, una onda alargada se ve sobre el agua en
calma, por donde una rata almizclera está cruzando el arroyo, sólo con su nariz sobre la
superficie, y algunas veces una rama verde en su boca para construir con ella su casa.
Cuando se sienta observado, se zambullirá y nadará cinco o seis rods bajo el agua, y al
final se ocultará en su agujero, o en la hierba. Permanecerá bajo el agua durante diez
minutos seguidos, y en una ocasión se la ha visto, cuando nadie la molestaba, formar
una burbuja de aire bajo el hielo, que se contraía y aumentaba a medida que respiraba
con libertad. Cuando intuya algún peligro en la ribera, se pondrá erguida como una
ardilla e inspeccionará sus alrededores durante varios minutos, sin moverse.
Al llegar el otoño, si hay un prado entre sus madrigueras y el arroyo, levantan
cabañas de barro y hierba, con tres o cuatro pies de altura, cerca de su orilla. No son sus
lugares de cría, aunque las crías se encuentran a veces allí en las últimas riadas, pero
prefieren sus cabañas de caza, a las que acuden en invierno con su alimento y buscando

95
Shattuck, Lemuel, A History of the Town of Concord; Middlesex Country, Massachusetts, from its
earliest settlement to 1832, Boston: Russell, Odiorne & co., 1835, p. 203.
96
Tal vez el Iris versicolor, nativo de Norteamérica. Aunque Thoreau utiliza un término genérico, con
el que puede referirse a cualquier iris o lirio.
26 Henry D. Thoreau

cobijo. Su alimento consiste principalmente en lirios y mejillones de agua dulce97, las


valvas de los últimos se amontonan en grandes cantidades alrededor de sus cabañas en
primavera.
Los indios penobscot98 se visten con toda la piel de una rata almizclera, con las
patas y el rabo colgando y la cabeza sujeta bajo su cinturón, como un morral, en el que
guardan sus aparejos de pesca y esencias para aromatizar sus trampas.
El oso, el lobo, el lince, el gato montés, el ciervo99, el castor y la marta100 han
desaparecido; la nutria101 raramente está si acaso se ve por aquí actualmente; y el visón
es todavía menos común.
Quizás entre todos nuestros cuadrúpedos no domesticados, el zorro ha obtenido la
reputación más extendida y familiar, desde los tiempos de Pilpay y Esopo102 hasta la
actualidad. Sus rastros recientes otorgan diversidad al paseo aún en invierno. Voy
pisando las huellas del zorro que ha pasado antes que yo, hace algunas horas, o al que
tal vez he sobresaltado, con una expectación tan cuidadosa como si estuviera sobre la
pista del mismísimo Espíritu que reside en el árbol y en breve esperara atraparlo en su
guarida. Tengo curiosidad por saber qué ha condicionado sus gráciles curvas y cómo
seguramente coincidían con las fluctuaciones de alguna mente103. Sé de qué modo se
mueve una mente, qué horizonte encara, según el ambiente de esos rastros, y si se

97
De la familia de los Unionidae, de la que numerosas especies habitan Norteamérica.
98
Tribu algonquina de Maine, asentada en el río Penobscot. Algunos de ellos viajaban y acampaban
en el río Concord. Fueron los guías de Thoreau durante sus excursiones a los bosques de Main.
99
Podría ser el ciervo cola blanca o de Virginia (Odocoileus virginianus), o el ciervo canadiense
(Cervus canadensis).
100
Pertenece a la familia de las comadrejas (mustélidos). Podría ser la marta americana (Martes
americana) o la marta pescadora (Pekania pennanti). Ambas habitan actualmente las zonas más
septentrionales de Norteamérica.
101
Posiblemente se refiera a las nutrias del género Lontra, nutrias de río que habitan el continente
americano, y particularmente la Lontra canadiensis.
102
Ambos autores están relacionados con el Panchatantra, una serie de relatos indios también
llamados Fábulas de Bidpai, publicadas por Jean de La Fontaine en 1679, y atribuidas al sabio indio
Pilpay. Aunque la existencia de Pilpay se ha puesto en duda ya que su nombre no aparece en el texto
indio. Algunos relatos del Pachatantra coinciden con las Fábulas de Esopo. A Esopo (c. siglo VI a.C.) se
le considera autor de todas las fábulas. Las fábulas de Esopo tienen como protagonistas a muchos
animales, entre ellos el zorro. Una de las más famosas es “La zorra y las uvas”.
103
Las referencias a la mente del zorro podrían ser un comentario crítico, o una pequeña duda,
respecto a la una de las tesis principales del transcendentalismo expuesto por Emerson: que en la
naturaleza no hay espíritu ni mente, ni una presencia que los humanos puedan asemejar a su cultura, tal
como expresó al comienzo de su ensayo Nature (1836).
Historia natural de Massachusetts 27

movió lenta o rápidamente según sus mayores o menores intervalos y sus


peculiaridades; pues los pasos más rápidos dejan marcas aún más perdurables. Algunas
veces veréis las pistas de muchos juntos, y dónde han brincado durante un centenar de
vueltas104, que atestigua una desgana y un recreo singulares en la naturaleza.
Cuando veo la carrera de un zorro cruzando la laguna sobre la nieve, con la
despreocupación de la libertad, o las marcas a intervalos de su transcurso bajo el sol a lo
largo de la cresta de una colina, le cedo el sol y la tierra como a su verdadero
propietario. No se expone bajo el sol, pero parece perseguirlo y hay una visible simpatía
entre ellos. Algunas veces, cuando la nieve cae liviana y sólo con cinco o seis pulgadas
de profundidad, puedes perseguir y encontrar a alguno a pie. En tal caso, manifestará
una notable claridad mental, eligiendo sólo la dirección más segura, aunque por ello
pueda retrasarse. A pesar del miedo, no dará un solo paso que no sea hermoso. Su ritmo
es parecido al galope del leopardo, como si no estuviera en sentido alguno dificultado
por la nieve, sino que estuviera administrando su fuerza durante todo el tiempo. Cuando
el suelo está desnivelado, el trayecto tiene una serie de gráciles curvas que se adaptan a
la forma de la superficie. Corre como si no tuviera huesos en la espalda105.
Ocasionalmente avanza bajando su hocico hasta el suelo durante un rod o dos, y
entonces sacude su cabeza hacia arriba, cuando está satisfecho con su recorrido. Cuando
llegue a un declive, colocará sus patas delanteras juntas y se deslizará rápidamente por
él, empujando la nieve ante él. Pisa tan suavemente que difícilmente podrías escucharlo
por los alrededores, e incluso con gestos que no resultarían poco audibles a cualquier
distancia.
Respecto a los peces, se describen setenta y cinco géneros y ciento setenta
especies en el Informe. El pescador se sobresaltará al saber que hay cerca de una docena
en las lagunas y arroyos de cualquier ciudad del interior; y sus habitantes casi no los
conocen. Sólo sus nombres y residencia hacen que uno ame a los peces. Podría saber
incluso el número de rayas en sus aletas y cuántas escamas componen su línea lateral.
Soy el más sabio respecto a todos los conocimientos y el mejor cualificado para todos

104
En el texto original: evolutions. Este término, fuera de su definición biológica actual, se relaciona
con las acciones de emitir o expulsar algo, y también con desplegar (unfold). Interpreto por lo tanto que
Thoreau se refiere a las salidas o expediciones de los zorros, pero más particularmente al hecho de dar
vueltas, rondar por algún sitio o volver a él con mucha frecuencia.
105
Contorneándose con mucha flexibilidad, como si no tuviera columna.
28 Henry D. Thoreau

los destinos, por saber que hay un piscardo en el riachuelo. Pienso que necesito incluso
su simpatía y ser su compañero en algún sentido.
He experimentado un deleite tan sencillo en actividades menores de pesca y caza,
en tiempos pasados, como si estuvieran inspiradas por la musa de Homero o de
Shakespeare; y ahora, cuando giro las páginas y reflexiono sobre las ilustraciones del
Recuerdo del Pescador106, me alegra exclamar:

“¿Pueden suceder tales cosas


Y sobrepasarnos como una nube de verano?”107

Junto a la naturaleza, parece que las acciones del hombre fueran las más naturales,
concuerdan dulcemente con ella. Las pequeñas redes de lino cruzando las zonas
sombrías y transparentes de nuestro río no se entrometen más que la telaraña bajo el sol.
Detengo mi bote entre la corriente y miro abajo al agua soleada para ver los civilizados
encajes de las redes, y me pregunto cómo los fanfarrones de la ciudad podrían haber
hecho este trabajo élfico108. El cordel parece una nueva hierba del río y está en el río
como un bello recuerdo de la presencia del hombre en la naturaleza, descubierto tan
silenciosa y delicadamente como la huella de un pie en la nieve.
Cuando el hielo está cubierto con nieve, no me imagino la riqueza que hay bajo
mis pies; que debajo de mí habría prácticamente una mina allí donde buscara. ¡Cuántos
lucios109 están suspendidos sobre sus cómodas aletas a varias brazas por debajo de la
carreta llena! La revolución de las estaciones debe ser un curioso fenómeno para ellos.
Con el tiempo, el sol y el viento echan a un lado su telón y ven de nuevo los cielos.
A comienzos de primavera, después de que el hielo se derrita, es el momento para
arponear peces. Repentinamente el viento cambia desde el noreste y el este hacia el
oeste y el sur, y todo témpano, que tintineara sobre la hierba de los prados durante tanto

106
The Angler’s Souvenir (1835), obra de William Andrew Chatto (1799-1864) que publicó con el
pseudónimo “P. Fisher”. Incluía ilustraciones de peces, lagos y otras escenas de pesca.
107
William Shakespeare, Macbeth, III.iv. Thoreau omite el tercer verso, con el que termina la
pregunta “sin asombrarnos especialmente”. Emerson cita la referencia completa en Nature.
108
En la mitología nórdica, los elfos eran criaturas de aspecto joven y rasgos delicados, además de
muy longevos o inmortales. Por lo tanto, sus trabajos también adquirían tales características, como
productos de seres casi perfectos.
109
Podría ser el lucio americano (Esox americanus), que cuenta con dos subespecies, pero también
habita esta zona el lucio negro (Esox niger).
Historia natural de Massachusetts 29

tiempo, se filtra por los tallos, y busca sin errores su explanada con un millón de
camaradas. El arroyo se enrosca por todos los tejados y cercas110.

Veo al sol civilizado secar las lágrimas de la tierra,


Sus lágrimas de gozo, que sólo fluyen más veloces.

En los riachuelos escucho el sonido leve y chirriante de los pequeños bloques de


hielo, flotando con velocidades diversas, llenos de felicidad y esperanza, y donde el
agua borbotea, bajo un puente natural, podéis oír esas rápidas balsas manteniendo una
conversación en voz baja. Todo arroyo es un canal para los jugos de la pradera. En las
lagunas el hielo se resquebraja con un estruendo alegre e inspirador, y bajando por las
grandes corrientes da vueltas chirriando con voz ronca y chocando a lo largo de su
camino, que era hasta hace muy poco una carretera para los grupos de leñadores y los
zorros, algunas veces con los rastros de los zapateros aún recientes y los agujeros para
pescar lucios. Los comités ciudadanos inspeccionan ansiosamente los puentes y
calzadas, como si fueran a mediar con el hielo mediante alguna fuerza ocular y a salvar
el erario.

El río crecía más a cada momento,


Como una dulce influencia, con disimulo
Sobre la paciente ciudad; y por un tiempo
Cada matorral formaba un islote diminuto,
Donde, sobre algún Ararat111 amigable,
Descanse la fatigada rata almizclera112.

En el Musketaquid no se observa oleaje,


Por su corriente incluso ruegan,
Como las hondas almas descansan por completo
Cuando los pensamientos aumentan en el pecho,
Y ésta, que en la estiaje veraniego

110
El estilo de este párrafo es un poco rebuscado, teniendo en cuenta la sencillez de la idea que intenta
transmitir Thoreau: todo el hielo acumulado se derrite y forma una especie de arroyos o riachuelos, que se
unen unos a otros y lo recorren todo hasta la superficie de la tierra.
111
Montañas de Ararat, donde, según el relato bíblico, quedó encallada el arca de Noé antes de que las
aguas del diluvio descendieran.
112
En el texto original: water-rat. Se refiere a una especie muy parecida a la rata almizclera, llamada
rata almizclera de Florida (Neofiber alleni). Pese a su nombre, no habita tanto el agua como la rata
almizclera.
30 Henry D. Thoreau

Duerme desde Nahshawtuck hasta el Peñasco113,


Sin perturbarse ante un único esquife.
Pero a miles de colinas a lo lejos
El ruidoso clamor de miles de riachuelos,
Y más de un manantial que ahora está mudo,
Y más de una corriente de apagado murmullo,
Su fuente es más briosas y sus movimientos veloces,
Aunque su lecho está enterrado bajo la corriente.

Nuestra ciudad parece una Venecia de campo,


Sus amplias albuferas allá donde está el pantano;
Tan adorable como el golfo de Nápoles114
Aquella plácida cala entre los arces;
Y entre los maizales de mi vecindario
Reconozco el Cuerno Dorado115.

Aquí la Naturaleza enseñaba año tras año,


Cuando sólo los pieles rojas venían a escuchar,
Me parece que estuvo en esa escuela de arte
Donde Venecia y Nápoles aprendieron su parte;
Pero siendo aún su maestra, a mi juicio,
Ha sido olvidada por sus jóvenes discípulos.

El pescador ahora repara y echa su bote al agua. Esta estación es el mejor


momento para arponear peces, antes de que la hierba haya vuelto a crecer y mientras los
peces descansan en las aguas superficiales, pues en verano prefieren las profundidades
frías y en otoño todavía están cubiertos, más o menos, por la hierba. El primer requisito
es alimento para tu jaula; y a menudo se emplean para tal propósito las raíces de pino
bronco, que se encuentran bajo los tocones podridos, donde se han cortado los árboles
hace ocho o diez años.

113
La colina de Nahshawtuck, o Nawshawtuck, se encuentra en la confluencia de los ríos Assabet y
Sudbury, en la que se forma en río Concord. Los Peñascos (Cliffs) pueden referirse a varios lugares, pero
seguramente sean las zonas barrancosas cerca de la bahía de Fairheaven, en el río Sudbury.
114
En el mar Tirreno, al suroeste de Italia. Junto a este golfo estaba la ciudad de Pompeya.
115
El Cuerno de Oro es un estuario natural que divide la ciudad de Estambul, donde el estrecho de
Bósforo se une con el mar de Mármara. Ha tenido una gran importancia histórica, especialmente durante
el auge del Imperio Otomano.
Historia natural de Massachusetts 31

Con una jaula o una cesta hecha con aros de hierro, para contener tus disparos, y
unida a la proa de tu bote a casi tres pies desde el agua, un arpón con siete puntas y
catorce pies de largo, un cesto grande o una carreta para cargar tu cebo y traer tu
pescado, y un abrigo grueso, ya estas equipado para la cacería. Debe ser en una tarde
cálida y tranquila; y entonces, con un lanzamiento alegremente crepitante en la proa,
puedes entrar de lleno como un cocuyo116 en la noche. El alma más aburrida no puede
aspirar a tal expedición sin algún espíritu aventurero; como si hubiera robado la barca
de Caronte y descendiera el Estigia en una expedición de medianoche hacia los reinos
de Plutón117. Y muchas especulaciones ponen a esta estrella errante118 al alcance del
paseante nocturno119 meditativo, engatusándolo y dirigiéndolo, como una lámpara de
calabaza120, sobre las praderas; o, si es más sabio, se divierte imaginando la vida
humana que, alejada en la noche silente, está revoloteando como una polilla alrededor
de su candil. El navegante silencioso empuja su navío cuidadosamente sobre el agua,
con orgullo contenido y una sensación de beneficio, como si fuera el fósforo, o el
portador de la luz121, para esos reinos oscuros, o alguna luna hermana, bendiciendo los
espacios con su luz. Las aguas, hasta uno o dos rods por cada lado y muchos pies de

116
Cocuyo, cucuyo o cucullo, son variaciones de uno de los nombres de las luciérnagas.
117
Caronte, en la mitología griega, era el barquero que llevaba a los muertos, a través del río Estigia,
hasta los dominios de Hades (latinizado como Plutón), el inframundo.
118
En la astronomía griega, a los planetas y otros cuerpos sin una órbita clara, los llamaban errantes
(en griego, planētēs). Pero esta referencia es muy confusa. Los tres nombres anteriormente mencionados
(Plutón, Caronte y Estigia) corresponden también a cuerpos celestes: el planeta Plutón y dos de sus
satélites, Caronte y Estigia. Pero ninguno de ellos se descubrió hasta el siglo XX. Plutón se observó por
primera vez en 1930, y sus satélites no han sido descubiertos hasta mucho tiempo después, el último
(Estigia) en 2012. El planeta, cuya existencia no se sospechaba hasta principios del siglo XX, tampoco
tenía nombre antes de su descubrimiento. Podría tratarse de una conjetura de Thoreau o de una licencia,
una referencia imprecisa que él mismo se concedió, ya que los planetas adoptan nombres de dioses
griegos y romanos.
119
En el texto original: night-walker. Puede tener diversos sentidos, desde la investigación nocturna
hasta trasnochar o estar sonámbulo. Aunque al añadir la meditación, Thoreau delimita un poco su
interpretación.
120
En el texto original: jack-o’-lantern. No estoy convencido de que, cuando escribió Thoreau, este
término estuviera extendido en el sentido actual. Al menos, no existía dentro de la tradición actual de
Halloween. Pero en el folklore irlandés existía la costumbre de tallar vegetales e iluminarlos, simulando el
fenómeno del fuego fatuo. Esta expresión podría entenderse, simplemente, como “fuego fatuo”, aunque
ya empezaba a emplearse para denominar a los faroles hechos con vegetales. Entre estos vegetales, en
América empezó a destacar el uso de calabazas, nativas de este continente.
121
A partir de la astrología griega y en la romana, el lucero o portador de la luz era Lucifer,
identificado posteriormente con el lucero vespertino (el planeta Venus) y, en el cristianismo, con un ángel
caído (Satanás), descrito como una criatura hermosa e inteligente.
32 Henry D. Thoreau

profundidad, se iluminan con más distinción que a mediodía, y disfruta de la


oportunidad que tanto ha deseado, por los tejados elevados de una ciudad, y examina la
economía nocturna de los peces. Allí descansan en todo tipo de posición; algunos sobre
sus espaldas, con sus vientres blancos hacia arriba, algunos suspendidos en medio del
agua, algunos remando suavemente con un movimiento soñoliento de las aletas, y otros
muy activos y completamente despiertos, —no es una escena diferente a lo que una
ciudad humana puede mostrar. En algunas ocasiones encontrará a una tortuga
seleccionando los mejores bocados, o una rata almizclera descansando sobre un
matorral. Puede ejercitar su destreza, si lo ve conveniente, con los peces más distantes y
activos, o cargando al más cercano hasta su bote122, como sacando patatas de una
cazuela, o incluso agarrar con sus manos a los que están profundamente dormidos. Pero
pronto aprenderá a dejar de lado esos últimos logros, distinguiendo los objetivos reales
de su ocupación, y se verá compensado por la belleza y la interminable novedad de su
posición. Los pinos extendiéndose por la orilla del agua se le mostrarán ahora como en
el foco de una contienda; y cuando flote bajo los sauces con su luz, el gorrión cantor se
despertará en su rama y entonará a medianoche ese acorde que ha meditado durante la
mañana. Y cuando termine de pescar, tan vez tenga que dirigirse a casa a través de la
oscuridad siguiendo la estrella polar, y se percibirá a sí mismo en muchos sentidos, más
cercano por haber perdido su camino en la tierra.
Los peces atrapados de este modo son habitualmente lucios jóvenes, matalotes123,
percas amarillas, anguilas, bagres124, mojarras125 y carpitas126 —de treinta a sesenta
libras en una noche. Algunos son difíciles de reconocer bajo luz artificial, especialmente
la perca amarilla, que, al exagerarse sus rayas negras, adquiere un aspecto atroz. El

122
Es decir, usando el arpón como un tenedor o una cuchara, cargando al pez sin clavarle sus puntas y
llevándolo dentro de la barca.
123
Sólo he podido encontrar este término en nuestro idioma para nombrar a especies del género
Catostomus. Entre las especies que habitan los ríos de Massachusetts destaca el Catostomus commersonii.
124
Bagre cabeza de toro, o brown bullhead (Aimeiurus nebulosus). Thoreau los llama “pouts”, y
algunas veces reciben el nombre de “mud pout”, “horned pout”, o similares. Están relacionados con los
peces gato.
125
En el texto original: breams. Es difícil precisar de qué especie se trata. Incluso esta traducción es
un poco imprecisa. Varias especies llamadas comúnmente “mojarras”, y que en inglés adoptan diversos
nombres, fueron registradas por Louis Agassiz, naturalista y profesor de Harvard.
126
En la zona de Massachusetts, incluye los géneros Notropis, Notemigonus, y tal vez Luxilus.
Historia natural de Massachusetts 33

número de esas rayas transversales, que el Informe establece en siete, es sin embargo
muy variable, pues en algunos lagos tienen nueve e incluso diez.
Parece que tenemos ocho especies de tortugas, doce de serpientes —sólo una de
ellas venenosa—, nueve de ranas y sapos, nueve de salamandras y una lagartija, por
nuestro vecindario.
Me atraen especialmente los movimientos de la familia de las serpientes. Hacen
que nuestras manos y pies, las alas del pájaro y las aletas del pez parezcan muy
superfluos, como si la Naturaleza sólo hubiera satisfecho sus caprichos al crearlos. La
culebra corredora127 correrá hacia un arbusto cuando sea perseguida y se enroscará
alrededor con un movimiento fácil y grácil, entre las finas ramas sin hojas, a cinco o seis
pies del suelo, como un ave que revolotea de rama en rama, o se cuelga como un adorno
entre las horcaduras. La elasticidad y flexibilidad en las formas más sencillas de vida
animal son equivalentes a un sistema complejo de extremidades en las más
desarrolladas; y sólo tenemos que ser tan sabios y astutos como la serpiente para realizar
logros tan difíciles sin la ayuda ordinaria de las manos y los pies.
En mayo, la tortuga lagarto (Emysaurus serpentina)128 frecuentemente va por las
praderas y en el río. El pescador, posando la vista sobre la superficie en calma, descubre
su hocico proyectándose encima del agua, a muchos rods de distancia, y fácilmente se
asegura su presa evitando agitar el agua al nadar precipitadamente, pues, estirando
gradualmente hacia abajo su cabeza, permanece descansando sobre alguna rama o un
montón de hierba. Sus huevos, enterrados a cierta distancia del agua, en algún lugar
mullido, como el nido de la paloma, frecuentemente son devorados por la mofeta.
Atrapará peces por el día, como un sapo atrapa moscas, y se dice que emite un fluido
transparente desde su boca para atraerlos129.
La Naturaleza ha tenido mayor cuidado que los progenitores más cariñosos para
educar y refinar a sus hijos. Considerad la influencia silenciosa que ejercen las flores, no
menos sobre el gañán en el prado que sobre la dama en el tocador. Cuando paseo entre
los árboles, recuerdo que una sabia proveedora ha venido antes que yo; mi experiencia

127
En el texto original: black snake. De las especies que suelen recibir este nombre, la más habitual en
Massachusetts parece ser la culebra corredora constrictor (Coluber constrictor), una serpiente no
venenosa. Aunque también se han avistado culebras ratoneras (Pantherophis alleghaniensis).
128
La tortuga lagarto norteño ya no tiene este nombre científico, sino Chelydra serpentina (Linnaeus
también la clasificó como Testudo serpentina).
129
Este último comentario parece referirse a la tortuga lagarto.
34 Henry D. Thoreau

más delicada está representada ahí. Me impactan las placenteras amistades y


unanimidades de la naturaleza, como cuando el liquen sobre los árboles adopta la forma
de sus hojas. En las escenas más formidables veréis rasgos delicados y frágiles, como
suaves espirales de vapor, líneas de condensación, ligero rocío, que sugieren un gran
refinamiento, una sangre noble y cultivada, por decirlo así. No es difícil explicar a los
duendes y las hadas; representan esta gracia liviana, esta gentileza etérea. Traed espuma
desde la arboleda, o cristal desde el arroyo, y colocadla sobre vuestra chimenea, y
vuestros adornos domésticos parecerán plebeyos junto a este estilo y porte más nobles.
Ondeará por encima, como si estuviera acostumbrado a un entorno más refinado y
pulcro. Tiene un saludo y una respuesta para todo vuestro entusiasmo y heroísmo.
En invierno, me detengo en el sendero para admirar cómo crecen los árboles con
temeridad, a pesar del tiempo y las circunstancias. No esperan como el hombre, sino
que ahora es la edad dorada para los retoños. La tierra, el aire, el sol y la lluvia son los
acontecimientos suficientes; no serían mejores durante siglos de primavera. El “invierno
de su descontento”130 nunca llega. Presenciad a los brotes del álamo nativo131
sobresaliendo joviales en la escarcha a los lados de sus esquejes sin hojas. Expresan una
confianza desnuda. Con alegría en el corazón, uno podría ser un residente de la selva132,
si estuviera seguro de encontrar allí los amentos133 de los sauces y los alisos. Cuando
leo sobre ellos en las narraciones de las expediciones en el norte, en la bahía de Baffin o
en el río Mackenzie134, veo cómo, incluso allí, también podría vivir. Son nuestros pocos
redentores vegetales. Creo que nuestra virtud resistirá hasta que lleguen de nuevo. Son

130
Thoreau modifica la primera línea de Richard III, de Shakespeare: “ahora estamos en el invierno de
nuestro descontento”.
131
No se corresponde con el nombre de alguna especie. Podría tratarse de varias especies del género
Populus, como el chopo americano (Populus deltoides) o el álamo temblón (Populus tremuloides).
132
En el texto original: a sojourner in the wilderness. Thoreau utiliza la misma expresión que cuando,
al comienzo de Walden, se describe como un residente en la vida civilizada.
133
Flores dispuestas en ramos colgantes, como espigas, que muchas veces aparecen antes que las
hojas. En lagunas especies, como los alisos, tienen forma de cono. Los frutos de la morera son también de
este tipo.
134
La bahía de Baffin, es un mar entre los océanos Ártico y Atlántico, que se adentra en territorios de
Canadá y Groenlandia. El río Mackenzie es el segundo más largo de Norteamérica; cruza el norte de
Canadá y desemboca en el océano Ártico.
Historia natural de Massachusetts 35

dignos de haber tenido a un creador mayor que Minerva o Ceres135. ¿Quién fue la
benéfica diosa que los otorgó a la humanidad?
La Naturaleza siempre es mítica y mística, y trabaja con la licencia y la
extravagancia del genio. Tiene su estilo lujoso y florido similar al arte. Si tiene que
hacer la copa de un peregrino, lo proporciona todo —pie, cuenco, asa, y boca136— de
forma fantástica, como si fuera a servir de transporte para alguna fabulosa deidad
marina, un Nereo o un Tritón137.
En invierno, el botánico no necesita confinarse en sus libros y su herbario, ni dejar
de lado sus actividades al aire libre, sino que entonces puede estudiar un nuevo
departamento de fisiología vegetal, que podría llamarse botánica cristalina. El invierno
de 1837 fue inusualmente favorable para esto. En diciembre de ese año, el Genio de la
vegetación parecía merodear por la noche sobre sus moradas veraniegas con una
persistencia inusual. La helada blanca138, que es muy poco común aquí o en cualquier
lugar, y cuyos efectos completos nunca pueden presenciarse después del amanecer, se
dio muchas veces. Cuando salía temprano durante la mañana calmada y helada, los
árboles parecían criaturas livianas de la oscuridad atrapadas cuando dormitaban; a este
lado, todos juntos, con sus cabellos grises derramados, en un valle recóndito donde el
sol no ha penetrado; entre tanto, mientras se iban rápido en fila india por alguna
corriente de agua, los arbustos y hierbas, como elfos y hadas en la noche, deseaban
esconder sus diminutas cabezas en la nieve. El río, visto desde lo alto de la ribera,
parecía de color amarillo verdoso, aunque todo el paisaje era blanco. Cada árbol,
arbusto y brizna de hierba, que podía elevar su cabeza sobre la nieve, estaba cubierta de
un denso follaje helado, respondiendo, por decirlo así, hoja por hoja a su atuendo

135
Diosas romanas de la sabiduría, las artes y la guerra, y de la agricultura y la fecundidad,
respectivamente. Sus equivalentes griegos eran Atenea y Deméter.
136
En el texto original: nose. Me gusta el sentido tan gráfico de “nariz”, pero entiendo que Thoreau se
refiere a una curvatura en la boca de la copa.
137
Dioses marinos griegos. Nereo era el dios de las olas; Tritón, hijo de Poseidón, el mensajero de los
mares.
138
En el texto original: hoar-frost. Es un tipo de escarcha (frost) formada a partir del rocío. La
escarcha habitualmente puede deberse a la sublimación en hielo de diversos vapores. El fenómeno que
describe Thoreau necesita de cierta acción del sol, en una oposición puntual al frío del invierno, que él
describe como una reminiscencia del verano. Un fenómeno parecido, aunque con la nieve en lugar del
rocío, se da en las zonas más frías, cuando el sol derrite la superficie de la nieve y durante la noche ésta se
vuelve a congelar, formando una fina capa de hielo (lo que en Finlandia llaman “hanki”, según me
informaba un amigo).
36 Henry D. Thoreau

veraniego. Incluso en las cercas habían crecido hojas por la noche. El centro,
separándose, y muchas ínfimas fibras se distinguían perfectamente, y los bordes
quedaban regularmente dentados. Esas hojas estaban en el lado contrario al sol de las
ramas o los rastrojos, juntándose casi siempre en ángulo recto, y había otras que
sobresalían en todos los ángulos posibles sobre aquellas o por encima de otras, sin
ramas o rastrojos que las mantuvieran. Cuando los primeros rayos del sol se inclinaron
sobre la escena, la hierba pareció adornarse con innumerables joyas, que tintineaban
alegremente al peinarlas el pie del viajero, cuando éste se movía de un lado a otro, y
reflejaban todos los tonos del arcoíris. Me impactó que esas hojas fantasmales y las
verdes cuyas formas adoptaban fueran criaturas sometidas a una única ley; que en
obediencia a la misma ley la vida vegetal crezca gradualmente formando la hoja
perfecta, por un lado, y las partículas cristalinas marchen hacia su estandarte en el
mismo orden, por el otro. Como si el material fuera indiferente, pero la ley una e
invariable, y toda planta en la primavera sólo desarrollara y llenara un molde
permanente y eterno que, siempre en verano y en invierno, espera a ser rellenado139.
La estructura foliada140 es habitual en el coral y en las plumas de las aves, y para
muchísimas partes de la naturaleza animada e inanimada. La misma independencia de la
ley respecto a la materia se observa en muchos otros ejemplos, como en las
consonancias141 naturales, cuando la forma, el color o el olor de algún animal tiene su
equivalente en algún vegetal. Porque, de hecho, todas las consonancias implican una
melodía eterna, independiente de cualquier sentido particular142.

139
Esta descripción de la semejanza en de las formas vegetales con las de otros elementos es similar a
la que Thoreau realiza en Walden, comparando la forma de las fibras vegetales con las adoptadas por la
arena de las laderas en el deshielo primaveral. Allí afirmaría que toda la ley natural está en los átomos, en
las partes más pequeñas de la materia que lo integran todo, y que “la tierra está preñada de ley”. Robert
Richardson comenta que, en 1837, Thoreau estuvo especialmente interesado por un pasaje de los Italian
Journey en el que Goethe afirmaba que la forma de una hoja contiene el modelo de toda la vida vegetal
(Thoreau: A Life of the Mind, pp. 29-30). Esta idea aparece tanto aquí como en Walden, extendida al hielo
y a la arena. No obstante, Laura Walls ha destacado una diferencia importante en la perspectiva de
Thoreau: mientras Goethe “desea ver precisamente lo que no puede observar: el todo”, el autor de Walden
quiere contactar con “las cosas mismas” (Seeing New Worlds, p. 35).
140
En el texto original: foliate. En inglés hay un doble sentido de este término: uno referido a la forma
de la hoja vegetal, y otro a laminar o a hacer folios. En español, “foliar” puede ser un verbo (numerar o
diferenciar hojas) o un adjetivo (referido a las características de las hojas de la vegetación).
141
Literalmente, las rimas.
142
Esta teoría, enfocada en la distinción entre la naturaleza material y la ley inmaterial, se asemeja
especialmente a la propuesta del transcendentalismo de Emerson. No obstante, su formulación en Walden,
Historia natural de Massachusetts 37

Como confirmación del hecho de que la vegetación es sólo un tipo de


cristalización, cualquiera puede observar cómo, sobre el borde del hielo fundiéndose
sobre la ventana, las partículas con forma de aguja se juntan en haces asemejándose a
los campos donde ondea el grano, o los mechones que se elevan aquí y allá en los
rastrojos; en un lado la vegetación de zonas cálidas, las palmeras elevadísimas y los
banianos143 diseminados, como se ven en las ilustraciones de paisajes orientales; en el
otro, los pinos árticos congelados, con las ramas abatidas.
La vegetación se ha convertido en el modelo de todo crecimiento; pero como en
los cristales es más obvia la ley, su material es más simple y en general es más
transitoria y fugaz, ¿no sería tan filosófico como conveniente considerar que todo
crecimiento, toda henchidura en los límites de la naturaleza, es alguna cristalización más
o menos rápida?144
En esta ocasión, en el lado de la orilla alta del río, ya fuera el agua u otra causa lo
que había formado una cavidad, su boca y su borde exterior, como la entrada de una
ciudadela, estaban erizados con una reluciente armadura de hielo. En un lugar podíais
ver ínfimas plumas de avestruz, que parecían los penachos ondeantes de los guerreros
desfilando en la fortaleza; en otro, los oblicuos estandartes con forma de abanico del
anfitrión liliputiense145; y en otro, las partículas con forma de aguja recogidas en
manojos, parecidas a las hojas del pino, podían hacerse pasar por una legión de
lanceros. Desde el lado inferior del hielo en los riachuelos, donde debajo hay un hielo
más grueso, caía una masa cristalizada, de cuatro o cinco pulgadas de profundidad, en
forma de prismas, con sus puntas bajas abiertas, que, al146 descender el hielo sobre su
parte más fina, parecían los tejados y torres de una ciudad gótica, o los buques de un

a partir de la descripción de la sintonía entre la hoja y la arena, y otros ejemplos, como los lóbulos,
reflejan un mayor interés en la descripción material de la ley, es decir, en cómo la propia materia tiene o
ha asimilado la ley y la ejercita por sí misma, aparentemente más influido por el estilo de los estudios de
Alexander von Humboldt.
143
Higueras de Bengala. Thoreau también hace referencia a ellas en “Wild Apples”.
144
Es posible que Thoreau abandonara esta teoría al considerar el mismo asunto desde la perspectiva
de la arena helada descongelándose, extendiéndose siguiendo la misma forma que el crecimiento vegetal
mediante el proceso opuesto a la cristalización.
145
Los liliputienses eran un pueblo de personas diminutas, habitantes de Liliput, el primer destino al
que llega el protagonista de la novela de Jonathan Swift, Guilliver’s Travels (1726).
146
En el texto original: when. En el contexto se entiende mejor “donde”, pero Thoreau utiliza un
término temporal, reflejando el movimiento del agua congelándose, que poco a poco adopta esa forma.
38 Henry D. Thoreau

puerto abarrotado bajo la presión de una lona147. Todo el barro del camino, donde el
hielo se ha derretido, está cristalizado con profundas fisuras rectilíneas y las masas
cristalinas a los lados de los surcos parecen exactas al asbesto por la disposición de sus
agujas. En torno a las raíces de los rastrojos y los tallos de las flores, la escarcha estaba
agrupada en forma de costras cónicas irregulares, o anillos de hadas148. En algunos
lugares los cristales de hielo se extienden bajo rocas de granito, directamente encima de
los cristales de cuarzo, la congelación de una noche más larga, cristales de un periodo
más extenso, pero, para un ojo desprovisto de los prejuicios del corto plazo de la vida
humana, se derrite tan rápido como el primero.
En el Informe sobre los Animales Invertebrados, se recuerda este hecho singular,
que nos enseña a otorgar un nuevo valor al tiempo y el espacio: “La distribución de las
valvas marinas es muy digna de mención como un hecho geológico. Cape Cod149, el
brazo derecho de la Commonwealth, se extiende en el océano unas cincuenta o sesenta
millas. Por ninguna parte tiene muchas millas de anchura; pero esta punta estrecha de
tierra ha levantado hasta la fecha una barrera para la migración de muchas especies de
Mollusca. Muchos géneros y numerosas especies, están separados sólo por la
intervención de unas pocas millas de tierra, el cabo evita eficazmente que se relacionen,
y no pasan de un lado a otro150. . . De las ciento noventa y siete especies marinas,
ochenta y tres no pasan de la orilla sur, y cincuenta no se pueden hallar en el norte del
cabo151.”
El mejillón común, el Unio complanatus, o más propiamente fluviatilis, que dejó
en primavera la rata almizclera sobre las rocas y tocones, parece haber sido un

147
En el texto original: canvas. También puede referirse a las velas de las embarcaciones.
148
En el texto original: fairy rings. También se llaman “corros de brujas”. Se refiere a los círculos
formados sobre todo por ciertas especies de hongos. No tengo claro si Thoreau intenta hacer una
comparación con este fenómeno o solamente lo emplea de forma poética para describir otro tipo de
marcas.
149
Un gran cabo en la costa de Massachusetts, que sale al mar como un brazo de tierra alargado y
torcido en cuyo interior se forma una bahía. Thoreau lo visitó en varias ocasiones, la primera vez por el
naufragio del barco en que viajaba Margaret Fuller y su familia, en 1850. Sus escritos sobre estas
excursiones, Cape Cod, fueron publicados póstumamente en 1865.
150
Además de no cruzar el cabo de tierra, las menores corrientes en la bahía hacen que los moluscos
se desplacen muy poco.
151
Actualmente, el cabo está dividido en cuatro zonas: superior, media, inferior y externa. La zona
superior y la media se sitúan al sur, y la externa al norte, quedando la media en el centro. En su informe,
Augustus Gould continúa indicando que, de esas 197 especies, las 64 restantes habitan la zona central.
Historia natural de Massachusetts 39

importante elemento alimenticio para los indios. En un lugar, donde dicen que hubo un
festín, se han encontrado en grandes cantidades, a una elevación de cincuenta pies sobre
el río, llenando el suelo hasta un pie de profundidad, y mezcladas con cenizas y restos
indios152.
Las obras que hemos situado en la cabecera de nuestro capítulo, con tanta licencia
como el predicador que selecciona sus textos, conllevan más trabajo que entusiasmo. El
Estado quería completar los catálogos sobre sus riquezas naturales, con datos
extraordinarios sólo en cuanto fueran directamente útiles.
Los informes sobre Peces, Reptiles, Insectos y Animales Invertebrados, sin
embargo, indican trabajo e investigación y tienen un valor independiente del objetivo de
la legislación.
Aquellos sobre Plantas Herbáceas y Aves no pueden tener mucho valor mientras
que Bigelow153 y Nuttal sean accesibles. Sólo sirven para indicar, con mayor o menor
exactitud, qué especies se han encontrado en el Estado. Nosotros mismos hemos
detectado algunos errores y un ojo más experimentado sin duda podría aumentar la lista.
Los Cuadrúpedos merecían un informe más definitivo e instructivo que el que han
obtenido.
Estos volúmenes incluyen muchas mediciones y descripciones detalladas, sin
interés para el lector general154, a excepción de una afirmación colorida aquí y allá que
le seduzca, como esas plantas que crecen en bosques oscuros, que sólo tienen hojas y no
florecen. Pero el fondo estaba en comparación intacto155, y no nos quejaremos del
pionero si no recoge flores con su primera cosecha. No subestimemos el valor de un
hecho; algún día florecerá en una verdad. Es increíble cuán pocos hechos de
importancia se incorporan en un siglo a la historia natural de cualquier animal. La
historia natural del hombre está permanentemente siendo escrita. Los hombres ya saben
lo suficiente a su manera. Todo campesino y lechero sabe que la piel del cuarto

152
En el texto original: Indian remains. Es una expresión formal y un poco ambigua. Podría referirse a
objetos diversos o incluso restos mortales.
153
Jacob Bigelow (c. 1786-1879), médico y botánico estadounidense, nacido en Sudbury,
Massachusetts. Thoreau leyó sus obras American Medical Botany (1817-1821) y Florura Bostoniensis: A
collection of plants of Boston and its vicinity (1824), además de sus Elements of Technology (1829).
154
Esta observación contrasta con la muy posterior petición de Thoreau a su audiencia, en la feria
ganadera, de que atendieran a “un tema puramente científico”, en “The Succession of Forest Trees”
(1860).
155
En el texto original: unbroken. En algunos sentidos puede entenderse también como “indómito”.
40 Henry D. Thoreau

estómago del ternero cuajará la leche156 y qué hongos en particular son un alimento
seguro y nutritivo. No podéis entrar en cualquier campo o arboleda sin que parezca que
todas las piedras han sido movidas y la corteza de cada tronco arrancada. Pero, después
de todo, es mucho más fácil descubrir que ver cuando la tapa está quitada157. Se ha
dicho acertadamente que “la actividad de inspeccionar va hacia abajo”158. La sabiduría
no inspecciona, sino que contempla. Debemos mirar mucho tiempo antes de poder ver.
Lentos son los comienzos de la filosofía. Tiene algo demoníaco159, que puede discernir
una ley o un par de hechos. Podemos imaginar un momento en el que “El agua corre
bajando la colina” pueda haberse aprendido en las escuelas. El verdadero hombre de
ciencia conocerá la naturaleza mejor por su organización más sutil; olerá, saboreará,
verá, escuchará, sentirá, mejor que otros hombres. La suya será una experiencia más
profunda y sutil. No aprendemos por inferencia y deducción y por la aplicación de
matemáticas a la filosofía, sino por una relación y simpatía directas. Con ciencia tanto
como con ética, — no podemos conocer la verdad por inventiva y método; el
baconiano160 es tan falso como cualquier otro, y con todas las ayudas de la maquinaria y
las artes, el mayor científico seguirá siendo el hombre más sano y amistoso, y poseerá
una sabiduría india161 más perfecta.

156
Hay relatos muy antiguos sobre ello; los estómagos se empleaban para transportar leche, pero si no
se limpian adecuadamente pueden provocar que cuaje y, después, fermente convirtiéndose en queso.
157
El contraste entre “discover” y “see” es aquí muy sugerente, aunque requiere algunas aclaraciones.
Al igual que en español, “discover” se entiende como hacer algo visible o simplemente hallarlo; por otro
lado, “see” puede interpretarse como “entender”, como también sucede a veces en español (por ejemplo,
cuando tras recibir una explicación sobre algo que no comprendíamos decimos “ya lo veo”). También en
la filosofía antigua se consideraba que el ojo era el órgano que mejor discernía y comprendía la realidad,
y el que estaba más relacionado con el intelecto. En tal sentido, el acto de quitar la tapa sería ejercer
alguna facultad de discernimiento o visión; mientras que encontrarse la tapa quitada permitiría que
alguien se limite a descubrir o hallar lo que había bajo ella.
158
Teofrasto, The Characters of Theophrastus ... with notes, and hints of the individual varieties of
human nature by Francis Howell, London: Josiah Taylor, 1824, p. 167.
La cita proviene de las notas de Francis Howell, sobre una referencia de Teofrasto a la observación
“tanto de las buenas como de las malas costumbres”. Howell va más allá, exponiendo que hay cierta
similitud entre inspeccionar el mundo e inspeccionar la moral: “a menudo no observamos con exactitud
cualquier objeto que se alce mucho sobre el nivel del ojo; lo mismo es cierto para la visión moral”.
159
Relacionado con el griego daimon: espíritu, ánimo o genio, también el artífice del destino personal.
160
Sir Francis Bacon (1561-1626), filósofo empirista. Véase el apartado dedicado al método
científico, en la introducción de esta edición.
161
Thoreau en ocasiones se refiere a la sabiduría de los nativos americanos como un saber práctico y
vital de la naturaleza, en conexión con las fuerzas cósmicas, con los animales y los vegetales, y capaz de
hallar en su observación importantes conocimientos.

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