Guia Paso A Paso de Elaboracion de Cerveza Artesanal
Guia Paso A Paso de Elaboracion de Cerveza Artesanal
Guia Paso A Paso de Elaboracion de Cerveza Artesanal
Conservar insumos:
De todas formas, te recomendamos que no conserves los insumos por más de una
semana ya que las maltas están molidas y no van a tardar mucho en empezar a perder
algunas de sus propiedades, fundamentales para el éxito de tu receta.
1) Olla de aluminio reforzado con capacidad para 30 litros, con llave de paso y espiga
para conexión de manguera 1/2.
7) Termómetro varilla escala 0° a 110°C (limpiar con algodón y alcohol al 70% cada vez
que se va a insertar).
- Timer/ Cronómetro.
1) Limpieza previa:
Si estás utilizando el equipo por primera vez basta con enjuagar los elementos con
agua caliente de la canilla y dejarlos secar sobre una toalla o superficie limpia.
- Para reutilizar los equipos, primero hay que lavarlos y luego sanitizarlos. Para el
lavado se recomienda el uso de detergentes neutros, aunque también se puede utilizar
el detergente común de cocina. Hacé el lavado con una esponja o trapo suave para no
rayar ni dañar los elementos.
- Ciertos elementos deben ser sanitizados / desinfectados. Para sanitizarlos, hacé una
solución de 30% agua y 70% de alcohol etílico en el fermentador y colocar los
elementos en remojo. Dejar reposar unos 5 minutos y luego vaciar el fermentador
dejando secar sin enjuagar. Asegurate de que toda la superficie de los elementos que
vayan a estar en contacto con la cerveza entre en contacto con la solución. Todos los
elementos que deben estar sanitizados son aquellos que van a estar en contacto con el
mosto después del hervido (ver hervido). Recomendamos la utilización de alcohol para
sanitizar los elementos ya que no deja olores ni sabores indeseados, además de ser
uno de los componentes naturales de la cerveza.
- Otra opción es sanitizar utilizando lavandina. Para esto hacé una solución de 1
mililitro de lavandina por litro de agua. Esto es una cucharada sopera de lavandina en 4
litros de agua. Hacé esta mezcla en el fermentador y coloca el resto de los elementos
en remojo dentro del mismo durante 20 minutos. Si bien para esta concentración de
lavandina no es necesario enjuagar los elementos posteriormente, podés hacerlo con
agua hirviendo para asegurarte de eliminar cualquier rastro de olor.
2) Maceración:
Los granos de malta molidos se mezclan con agua a ciertas temperaturas. El objetivo
principal de la maceración es transformar los almidones de la malta en azúcares
simples fermentecibles para la levadura, continuando las reacciones que se
interrumpieron durante el secado del grano en la maltería. Durante el macerado se
activan las enzimas de la malta, las cuales van a cortar las cadenas de almidón para
transformarlas en azúcares simples que luego va a consumir la levadura en el proceso
de fermentación. Las diferentes temperaturas de macerado activan diferentes enzimas
dentro de la malta, las cuales cumplen con diferentes tareas y objetivos.
- Una vez disuelta la malta, hacé un control de temperatura. Durante los siguientes 60
minutos, la mezcla debe estar a temperatura estable entre 64° y 69°. Tapá la olla para
conservar mejor el calor, y realizá chequeos de temperatura cada 5 o 10 minutos. Si la
temperatura de macerado se encuentra por debajo de los 64°, utiliza el fuego de la
hornalla para aumentar la temperatura los grados que sea necesario. Si la temperatura
supera los 69°, destapa la olla y revolve suavemente hasta que la misma descienda. Es
importante mantener la temperatura lo más estable posible dentro del rango 64°-69°
durante los 60 minutos del proceso.
- Durante esta etapa es mejor apuntar la temperatura para el límite superior (cerca de
los 69°) ya que es más fácil ir moviendo el empaste con la olla destapada para bajar la
temperatura que utilizar la hornalla para subir la misma algunos grados de forma
homogénea, y que el calor no se concentre en el fondo de la olla.
- Si tuviste problemas para mantener la temperatura dentro del rango, continuá con el
proceso durante 15 o 20 minutos más, para asegurarte de que las enzimas hayan
transformado las cadenas de almidones en azúcares simples fermentecibles.
- Cumplido el tiempo, la mezcla se vuelve a calentar hasta los 78°. Este proceso
llamado “Mash Out” frena la actividad enzimática de la malta y ayuda a soltar los
azúcares de los granos, necesarios para una buena fermentación. Hay que tener
cuidado en esta etapa de no pasarse de la temperatura marcada, ya que de lo
contrario podemos extraer taninos indeseados de la malta, que se traducen en sabores
indeseados en el producto final.
3) Filtrado, lavado y recirculado del mosto.
Agua de lavado: Agua calentada a 77° en una olla aparte para realizar el lavado de los
granos y extraer los azúcares residuales que quedaron entre los mismos. También sirve
para agregar líquido al mosto, ya que durante el hervido un porcentaje del mismo se
perderá por evaporación. Vas a necesitar 10 litros de agua de lavado.
2) Para filtrar y recircular el mosto, abrí la llave de paso y, utilizando una jarra,
recolectá el mosto saliente y volvé a verter el líquido por la parte superior de la olla. Es
útil contar con dos jarras o recipientes donde se pueda recolectar el mosto para
mantener el flujo constante. Es decir, mientras con una jarra volves a verter el líquido
en la superficie, la otra continua recolectando mosto, y así sucesivamente.
3) Cuando incorporás el mosto por la parte superior de la olla, hacelo de manera suave
para evitar romper la cama de granos, que es nuestro primer filtro natural. Con esto se
logra un primer filtrado y se homogeneiza la densidad del mosto favoreciendo la
extracción de azúcares fermentecibles.
4) Realizá este proceso durante algunos minutos hasta que la totalidad del mosto haya
circulado por la cama de granos al menos dos veces. Sin embargo, es importante no
demorarse demasiado durante este proceso ya que a medida que la temperatura del
mosto desciende, este se vuelve más viscoso y el filtrado no es tan efectivo. El mismo
no debería bajar de los 58°.
7) Este proceso nos permite extraer azúcares residuales que quedaron atrapados entre
los granos y aumentar la cantidad de mosto a hervir, ya que durante el hervido, un
porcentaje del mismo va a ser evaporado.
8) Una vez que tenés la totalidad del mosto en el balde sacá la bolsa de macerado de la
olla y descartá los restos de malta dentro de la misma. Rápidamente enjuagá la olla
para poder utilizarla en el hervido.
4 ) Hervido:
- Una vez que terminaste con el lavado de las heces de malta y tenés la totalidad del
mosto en el balde, volcá el contenido en la olla limpia y colocá la misma sobre la
hornalla a fuego fuerte para llevar el mismo a un hervido bullicioso. No coloques la
tapa de la olla en ningún momento del hervido.
- Es importante estar atento al “Hot Break” ya que a medida que el mosto se calienta y
su temperatura se acerca a la del hervido, una espuma densa, de color cremoso se va a
formar en la superficie del líquido. Utilizando una espumadera, retirá suavemente la
espuma formada, ya que esta contiene mayormente impurezas.
- Podés utilizar una espumadera para limpiar el mosto, en caso de que aparezca un
resto de cáscara de malta en la superficie del líquido. Esto sirve para continuar
purificando la cerveza y obtener una cerveza más clara y limpia.
5) Enfriado:
Una vez que terminó el hervido, es momento de enfriar el mosto. Esto es necesario
para poder agregar la levadura, ya que la misma sólo puede funcionar correctamente a
ciertas temperaturas. Principalmente, existen dos tipos de levaduras utilizadas en la
elaboración de cerveza: Lager y Ale. Cada una posee una temperatura de fermentación
diferente. Para las Lager, la temperatura de fermentación es entre 8° y 12°, mientras
que para las Ale, la temperatura es entre 18° y 25°. Por lo tanto debemos bajar la
temperatura del mosto al rango necesario, dependiendo de la levadura que vayamos a
usar. NO agregues la levadura antes de enfriar el mosto, ya que la misma no podrá
sobrevivir en las altas temperaturas post hervido. Es importante que una vez que
empieces a enfriar el mosto, lo hagas lo más rápido posible, ya que a medida que
desciende la temperatura del mismo y a partir de los 40° el riesgo de contaminación de
la cerveza es más alto.
A partir de esta etapa, la limpieza y sanitización de todos los elementos que estén en
contacto con la cerveza es aún más importante que antes. Lavá y sanitizá todos los
elementos con anticipación, para que al momento de enfriar puedas concentrarte pura
y exclusivamente en el proceso.
- Chequea que las conexiones sean lo suficientemente seguras como para evitar
derrames de agua dentro del mosto, y comenzá a circular agua a través del enfriador
para empezar a bajar la temperatura
- Para acelerar el proceso, podés llenar la pileta con agua fría. De este modo, la olla
también estará en contacto con agua, ayudando a bajar la temperatura de la misma.
No olvides renovar el agua de la pileta cada 3 o 4 minutos, para mantener la misma lo
más fría posible.
- También ayuda rodear la manguera de entrada de agua con abundante hielo, para
que el agua este lo más fría posible mientras corre por la serpentina de aluminio.
6) Fermentación:
- Una vez trasvasado el mosto, utilizá la canilla del fermentador para tomar una
muestra de cerveza dentro de la probeta y realizá una medición de densidad.
- Para esto, colocá el densímetro dentro de la probeta con el mosto y dejalo flotar.
Hacelo girar, como si fuese un trompo, para asegurarte de que el mismo no esté en
contacto con las paredes de la probeta.
- Cuando el densímetro este quieto, el número que se lee en el límite del líquido es la
Densidad Inicial o Densidad Original. Cada receta tiene un parámetro específico de
densidad inicial y final, pero no te preocupes si tu medición está un poco desviada de
lo estipulado en la receta. Utilizando esta medición y la medición de densidad final
(previo a embotellado), podremos calcular el porcentaje de alcohol en la cerveza. Para
realizar una buena medición el mosto deberá estar a la temperatura en que esté
calibrado el densímetro. Si la temperatura del mosto es mayor o menor, podés corregir
la medición utilizando una tabla de corrección por temperatura.
- Ahora sí, agregá la levadura al mosto, esparciéndola por la superficie del mismo.
- Colocá la tapa del fermentador. Durante 3-5 minutos, batí el fermentador para
mezclar la levadura con el mosto y agregar a la mezcla el oxígeno necesario para una
buena fermentación.
- No olvides dar media vuelta de rosca abriendo la tapa, para permitir la salida de CO2
durante todo el proceso.
- La fermentación primaria tiene una duración de 7 días. Durante los primeros 4 días
sucede la fermentación activa, y los próximos 3 días son de madurado en caliente.
7) Maduración:
- Antes de comenzar a embotellar la cerveza, todo lo que vaya a estar en contacto con
la misma debe estar sanitizado.
- Enjuagá las botellas con una solución de 30% agua y 70% alcohol, y luego dejalas
secar antes de llenarlas.
- Una vez que tengas las botellas limpias y sanitizadas, agregá 6 gramos de azúcar
dentro de cada una. Esta medida es estándar cuando embotellas en envases de 1 litro.
Si va a embotellar en porrones de 340, tené en cuenta que solamente vas a necesitar 2
gramos de azúcar por botella. Un sobre de azúcar estándar (de bar, cafetería) contiene
6,25 gramos. Podes utilizar esto para facilitar el fraccionamiento.
- Antes de llenar las botellas, tomá una muestra de cerveza en la probeta y realizá una
medición de densidad. El número que se observe en la línea del líquido, será la
Densidad Final de la cerveza. Utilizando la siguiente formula, vas a poder hacer un
cálculo aproximado del porcentaje de alcohol en volumen: % ABV = (Densidad Original
- Densidad Final) * 131.
- Si bien esta fórmula no es del todo precisa, nos puede dar una buena aproximación
del porcentaje de alcohol en la cerveza. Finalmente debemos considerar también que
luego de la carbonatación en botella, se agrega entre 0,25 y 0,35 % de ABV.
- Utilizando la canilla del fermentador, llená las botellas hasta la línea donde comienza
el “cuello”. Colocá las botellas a 45° en contacto con la canilla, para llenar las botellas
de forma suave y evitando que se genere espuma. No es bueno llenar la cerveza de
oxígeno durante el embotellado.
- Utilizando las chapitas sanitizadas y el tapador, tapá las botellas.