Castor

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Los 

castores (Castor) son un género de roedores semiacuáticos nativos de América del


Norte y Eurasia que se caracterizan por sus amplias y escamosas colas. Este género, de
todos los que pertenecen a la familia Castoridae, es el único no extinto en su totalidad, y
engloba tres especies: el castor americano (Castor canadensis), el castor europeo (Castor
fiber) y el castor de Kellog (Castor californicus), este último extinguido desde
el Pleistoceno. Todas ellas habitan exclusivamente en el hemisferio norte, excepto algunos
castores americanos que llegaron a la región argentina de Tierra del Fuego al ser allí
introducidos. También se introdujeron ejemplares de esta especie en ciertas regiones
de Europa. Con estas excepciones, Castor canadensis habita únicamente en
Norteamérica, y Castor fiber en regiones de Europa y Asia. Castor californicus se extendía
por lo que hoy en día es el oeste de los Estados Unidos. Aunque son muy similares entre
sí, las investigaciones genéticas han demostrado que las poblaciones europeas y
norteamericanas de castores son de especies distintas; la principal diferencia radica en
que tienen diferente número de cromosomas.
Estos animales son conocidos por su habilidad natural para
construir diques en ríos y arroyos, y sus hogares —llamados castoreras— en
los estanques que se crean a causa del bloqueo del dique en la corriente de agua. Para la
edificación de estas estructuras, utilizan principalmente los troncos de los árboles que
derriban con sus poderosos incisivos. A pesar de la gran cantidad de árboles que talan, los
castores no suelen perjudicar el ecosistema en el que viven; por el contrario, lo mantienen
saludable, pues sus diques proveen una gran cantidad de beneficios. Entre otras cosas,
estas barreras propician la creación de humedales, ayudan a controlar inundaciones y
eliminan contaminantes de la corriente. No obstante, en ecosistemas extraños para ellos,
estas modificaciones al ambiente pueden ser perjudiciales, como ha sucedido, por
ejemplo, con los castores introducidos en la isla de Tierra del Fuego en Argentina y Chile.
Desde hace cientos de años, los castores forman parte de la cultura popular y en algunos
casos han tenido una gran influencia en el desarrollo de las sociedades humanas. Un
ejemplo de esto es su importancia en la colonización europea de América, pues la
búsqueda de sus pieles fue uno de los factores que impulsaron la exploración y el posterior
desarrollo económico de Norteamérica. Esto fue debido al valor comercial de sus pieles y
de otros productos obtenidos de ellos, como el castóreo. También es un elemento muy
representativo de la cultura de Canadá, a tal grado que es el animal nacional de aquel
país. Por tanto, la influencia de los castores no se limita al sector económico y comercial;
también abarca campos tan variados como la literatura, la religión y el deporte.

Índice

 1Morfología
 2Clasificación
o 2.1Especies
 2.1.1Castor fiber
 2.1.2Castor canadensis
 2.1.3Castor californicus
o 2.2Diferencias entre especies
 3Comportamiento
o 3.1Defensa territorial
o 3.2Alimentación
o 3.3Reproducción
o 3.4Señal de alerta
 4Distribución geográfica
o 4.1Introducciones
 4.1.1Tierra del Fuego
 4.1.2El castor en España
o 4.2Conservación en cautiverio
 5Hábitat
o 5.1Diques
 5.1.1Control de inundaciones
 5.1.2Creación de humedales
 5.1.3Creación de vegas
 5.1.4Bosque ribereño
 5.1.5Eliminación de nutrientes
 5.1.6Eliminación de pesticidas y herbicidas
 5.1.7Desnitrificación
o 5.2Madrigueras
o 5.3Canales
 6Utilidad comercial
 7Influencia cultural
 8Véase también
 9Referencias
 10Bibliografía
 11Enlaces externos

Morfología[editar]

Dibujo del cráneo de Castor fiber.

La cola negra y aplanada de los castores permite identificarlos con facilidad.

Los castores están emparentados con las ardillas (familia Sciuridae), ya que cuentan con
ciertas características estructurales semejantes en el cráneo y en la mandíbula inferior.
También están estrechamente relacionados con un roedor sudamericano llamado coipo.
Los castores son los segundos roedores más grandes del mundo después del capibara, y
los más grandes del hemisferio norte.12
Estos animales continúan creciendo durante toda su vida. El peso medio de los adultos es
de 16 kg, y aunque los especímenes de más de 25 kg no son comunes se han encontrado
ejemplares que han alcanzado los 40 kg.3 Las hembras llegan a ser tan grandes o incluso
más que los machos de su misma edad, lo que es inusual entre los mamíferos.
Generalmente miden unos 30 cm de alto por 75 cm de largo, sin contar la cola, que mide
unos 25 cm de longitud por 15 cm de ancho;234 todos estos valores, no obstante, varían
según diversos factores, incluyendo la edad y especie del individuo.
La cola es de forma ovalada y aplanada, y se encuentra conformada por
pequeñas escamas de forma hexagonal y de color negro.2 Las mismas se
encuentran yuxtapuestas y no imbricadas, es decir, no se superponen unas sobre otras.2
Su cuerpo está cubierto con un espeso pelaje al que le deben su enorme valor comercial;
este se divide en dos tipos: uno sedoso y de color grisáceo, y otro mucho más áspero y
largo, y de un tono marrón. Además de ser impermeable, la capa de pelo actúa como
abrigo.1
Cuentan con cuatro incisivos muy fuertes y afilados5 —los cuales son de
color naranja debido a que tienen un esmalte que los endurece—25 y que les sirven para
roer la madera con la que se alimentan y construyen sus estructuras. Un castor adulto
puede cortar un trozo de madera de 30 cm de grosor en unos 15 minutos con su poderosa
dentadura.6 Ya que estos dientes nunca dejan de crecer, es de vital importancia que los
utilicen constantemente, o de otra forma los incisivos de la parte superior les atravesarían
la mandíbula inferior.5
Los castores tienen las patas traseras palmeadas, mientras que las delanteras, cubiertas
de un pelo más negro, son semejantes a manos, cada una con cinco dedos bien
desarrollados.12 Los dedos de sus extremidades traseras, en cambio, se encuentran
unidos por una membrana.27 Los castores no tienen buena vista, aunque pueden ver bajo
el agua gracias a una membrana nictitante, un tercer párpado, lateral y transparente, que
cubre sus pequeños ojos. Además cuentan con buenos sentidos del oído, olfato y tacto.
Mientras están sumergidos se cierran sus orificios nasales y sus pabellones auditivos para
impedir la entrada de agua. Gracias a su sistema respiratorio, un castor puede permanecer
bajo el agua hasta quince minutos sin tener que salir a tomar aire.1
Los castores son lisencefálicos, es decir, tienen el cerebro liso. No obstante, cuentan con
una corteza cerebral que los hace especiales entre los roedores. Esta espesa corteza
cerebral es lo que ha hecho que se sitúe a los castores por encima de todos los demás
roedores en cuanto a inteligencia se refiere.1

Clasificación[editar]
El género Castor es uno de los más de treinta géneros clasificados dentro de la
familia Castoridae. Dado que hay más de 2.200 especies de roedores, las especies de
este género representan aproximadamente el 0,13% del total de especies que conforman
el orden Rodentia. Los castores se encuentran clasificados dentro del reino de
los animales debido a que son organismos eucariotas, pluricelulares y heterótrofos,
con desarrollo embrionario y capacidad de locomoción; en el filo de los cordados, ya que
cuentan con una notocorda, que es el principal sostén de su cuerpo, y en su caso se trata
de la columna vertebral; dentro de la clase de los mamíferos, pues son
seres vertebrados, amniotas, de sangre caliente, con glándulas mamarias y pelo; en el
orden de los roedores, el más numeroso de los mamíferos, ya que cuentan con
dos incisivos en sus mandíbulas superior e inferior, que se encuentran en constante
crecimiento; y dentro de la familia de los castóridos, la cual incluye a los castores
modernos y sus parientes primitivos, todos ellos caracterizados por ser semiacuáticos,
tener patas traseras palmeadas y grandes colas aplanadas y escamosas.

Especies[editar]
El género Castor incluye tres especies: Castor fiber, Castor canadensis y Castor
californicus.
Castor fiber[editar]
Castor europeo.

Castor americano.

El castor europeo (Castor fiber) habita en las regiones frías de Eurasia, principalmente


en Rusia. Es un poco más pequeño que su pariente americano.8 Desde la antigüedad
fueron cazados, comprometiendo su supervivencia. En algunos países donde antes vivían,
como España y el Reino Unido, fueron erradicados debido a esta cacería desmedida, y
aunque en la era moderna la especie se encuentra ligeramente amenazada,9 cada vez son
más los esfuerzos realizados para restablecer sus poblaciones en todo el continente, por lo
que la población de esta especie va en aumento.9 Se calcula que su número ronda los
600.000 individuos.10 Para colaborar en este proyecto de repoblación, algunos organismos,
como la Unión Europea (UE), y acuerdos internacionales, como el Convenio sobre el
Comercio Internacional de Especies de Fauna y Flora Salvaje Amenazadas (CITES),
administrado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA),
se encargan de proteger a este roedor.11
Castor canadensis[editar]
El castor americano (Castor canadensis), también llamado simplemente "castor" en
Norteamérica, es el mayor roedor del Hemisferio Norte y cuenta con 25 subespecies.
Habita en las regiones predominantemente frías y boscosas de Canadá, Estados Unidos y,
en menor medida, México. No obstante, también se ha introducido la especie en otras
regiones, destacándose Tierra del Fuego y la península escandinava. En Finlandia han
convivido directamente con castores europeos, e incluso se llegaron a cruzar algunos
ejemplares de ambas especies.1
Este animal con frecuencia es cazado por su piel. A principios del siglo XIX, la caza acabó
con ellos en una buena parte de su área de distribución original. Los pobladores nativos y
primeros colonos además comían su carne. Gran parte de la exploración inicial de América
del Norte fue impulsada precisamente por la búsqueda de la piel del castor americano.
Esta especie es más abundante que la europea y su población se estima entre los 10 y 15
millones de ejemplares, aunque originalmente pudo haber habido diez veces esa cantidad
de castores en Norteamérica, antes de los días del comercio de pieles. A pesar de este
declive, no se considera a la especie en peligro de extinción.12
Castor californicus[editar]
El castor de Kellogg (Castor californicus, también llamado Castor accessor) vivió entre
el Mioceno y el Pleistoceno en el oeste de América del Norte.13 Era muy similar al castor
americano, pues también era semiacuático, aunque de mayor tamaño. Se han encontrado
fósiles de esta especie en Estados Unidos, principalmente en el estado de California, y
en México.

Diferencias entre especies[editar]

La nariz del castor americano es diferente a la del castor europeo.

A pesar de que el castor europeo y el americano son muy parecidos entre sí —tanto que
algunos los han considerado variedades de una misma especie—,4 las dos especies se
diferencian en algunos aspectos. Algunas de estas características son morfológicas,
mientras que otras están relacionadas con su comportamiento. La principal diferencia
morfológica entre ellas se encuentra en sus huesos nasales.4 Otra característica que
marca la diferencia es el diferente número de cromosomas de cada especie.14 Este hecho
impide que miembros de diferentes especies de castores puedan cruzarse entre sí.14 En la
siguiente tabla se comparan los rasgos distintivos más sobresalientes:

Característica Castor fiber Castor canadensis

Tamaño del cráneo Menor Mayor

Hoyo nasal en el cráneo Triangular Cuadrado

Dimensiones de la cola Más estrecha Más amplia

Ligeramente más
Tamaño corporal Ligeramente más grandes
pequeños

Tamaño promedio de la
2-3 crías 3-4 crías
camada

Construcción de diques Menos desarrollada Más sofisticada

Posición de la madriguera Cerca de las orillas Lejos de las orillas

Marcas de olor Más pequeñas Más grandes


Competitividad Menos competitivo Más competitivo

Cromosomas 2n = 48 2n = 40

Fuente: Biology @ Davidson15

Comportamiento[editar]

Ilustración de Herman Moll donde se describe detalladamente el proceso que siguen los castores
para construir sus diques.

Los castores pasan la mayor parte del tiempo en el agua.

Los castores son esencialmente acuáticos en sus actividades, y nunca viajan por tierra a
menos que sea necesario. Son animales sociables, llegando a formar grupos o colonias de
hasta doce individuos, compuestas por una pareja y sus crías.16 Las familias pequeñas
pueden vivir en una sola madriguera, pero las más grandes pueden necesitar refugios
adicionales.16 Cuanto mayores sean el aislamiento del lugar donde viven y la abundancia
de alimentos, más grande será la población de castores.4
Viven en corrientes donde, a fin de conseguir agua con suficiente profundidad, construyen
diques con fango y con los troncos y ramas de los árboles que derriban con sus poderosos
incisivos. Generalmente eligen corrientes cuya profundidad sea de más de un metro para
iniciar sus labores. En el estanque creado construyen sus madrigueras. Durante la
construcción, el lodo o fango es colocado con las patas delanteras y no, como se suele
creer, con la cola, la cual es empleada únicamente como timón cuando nadan y para
mantenerse en pie cuando se apoyan en sus patas traseras.4 Para la construcción de los
diques, que casi siempre hacen por la noche, los castores transportan el lodo y las piedras
con sus extremidades delanteras y la madera entre sus dientes. Al nadar, se impulsan con
sus extremidades posteriores, que siempre permanecen sumergidas, asomando fuera del
agua únicamente su cabeza, para poder respirar y ver el entorno.17 A pesar de que son
mucho más hábiles nadando que desplazándose por tierra, no suelen alcanzar grandes
velocidades; por lo general no superan los 10 km/h.17
Para la construcción, estos animales transportan el lodo y las piedras con sus
extremidades delanteras y la madera entre sus dientes. Casi siempre trabajan durante la
noche. Durante la primavera y el verano se encargan de reunir las reservas de madera que
les servirán para alimentarse durante su reposo invernal. Continúan recolectando
alimentos hasta el final del otoño. Durante este lapso también se encargan de reparar los
daños que puedan tener la madriguera o los diques, aunque por lo general no comienzan a
hacer esto hasta que inician las heladas. Es también durante esta época cuando se
reproducen; se aparean en los meses primaverales, o un poco antes, y las crías nacen
durante el verano. Además, al final de cada otoño cubren sus cabañas con lodo fresco, el
cual se congela cuando disminuye la temperatura en el invierno y se vuelve tan duro como
la piedra, de tal forma que los depredadores no pueden perturbar su reposo. Con la
llegada del invierno, se refugian en su madriguera y subsisten de la reserva que se
encargaron de reunir durante todo el año. Cuando el hielo se rompe en primavera, dejan
sus guaridas y comienzan el ciclo de nuevo.

Defensa territorial[editar]
Ya que el territorio en el que habitan es sumamente importante para los castores, en
especial por todo el tiempo que invierten construyendo en él, suelen defenderlo ante las
amenazas externas. Si un desconocido entra en el territorio de una colonia de castores, lo
más seguro es que terminen luchando contra él, en ocasiones hasta la muerte. La forma
en que detectan la presencia de extraños es a través del olfato; si perciben un olor que no
les es familiar, buscar la fuente del mismo se vuelve prioritario, incluso más importante que
reunir alimentos, y no descansan hasta haberla hallado.18 No obstante, se sabe que los
castores pueden reconocer los olores específicos de otras familias con las que están
emparentados, en cuyo caso los toleran dentro de su territorio y no les hacen daño; lo
mismo sucede con otras especies que no los perjudican y cuyos olores, con el paso del
tiempo, se vuelven familiares para ellos.18
Para advertir a los posibles invasores, principalmente a otros castores, marcan su territorio
con unas señales de olor —hechas con una mezcla de lodo y castóreo— para así delimitar
sus tierras y tratar de prevenir enfrentamientos.18 Colocan las marcas de olor en los límites
de su territorio, y mientras más de ellas coloquen, menos probable será que este sea
invadido, ya que más marcas equivalen a una colonia más poderosa.18 La cantidad de
marcas que colocan depende en parte de la época y de la densidad de población del lugar.
Durante los meses de cría, que son enero y febrero, y durante la época en que los
castores jóvenes abandonan sus grupos y se dispersan, que es por agosto, el marcado de
territorio se incrementa.18 De la misma forma, en una zona donde hay varias colonias de
castores, es común que el número de marcas sea elevado.18 El marcado de territorio, así
como la defensa del mismo y la reparación de diques y madrigueras, es realizada por
machos y hembras por igual.19

Alimentación[editar]
La dieta de los castores es estrictamente herbívora. Se alimentan de la corteza, ramillas y
hojas de los árboles que talan y de las raíces de plantas acuáticas.20 Aunque pueden
ingerir casi cualquier vegetal comestible que encuentren en la orilla de un río o lago,
prefieren ciertos alimentos sobre otros. Se ha observado que los castores europeos
prefieren la corteza y hojas de árboles como sauces, abedules y avellanos, mientras que
los castores americanos se inclinan por árboles como sauces,
abedules, álamos, cerezos, arces y alisos, entre otros.21 A pesar de sus preferencias, la
dieta de un castor suele basarse en la disponibilidad de alimentos, por lo que no rechazan
un alimento aunque no sea de sus favoritos.
Para subsistir en el invierno reúnen una reserva de comida, la cual mantienen sumergida
en el fondo del estanque donde viven, muy cerca de una de las entradas a la madriguera.
Acostumbran colocar las ramas más grandes en la parte superior y las más pequeñas en
la parte inferior de la pila para impedir que estas últimas sean arrastradas por la
corriente.21 Mientras más frío sea el clima en el que vivan, más importante se vuelve la
recolección de esta reserva de comida, pues suelen pasar prácticamente todo el invierno
dentro de sus madrigueras. Además de servirles como fuente de alimento, esta reserva de
madera tiene otra función. Ya que la superficie del estanque se congela durante el
invierno, los castores permiten que algunas ramas floten en el agua, impidiendo que ésta
se solidifique en esa zona.22 De esta forma pueden salir al exterior en caso de alguna
emergencia por ejemplo, si se agota la reserva de comida.

Reproducción[editar]
Los castores son capaces de aparearse en casi cualquier etapa de su vida, y
son monógamos423 —aunque si su pareja muere, pueden conseguir otra—.19 Su
monogamia se debe principalmente a que, para el correcto cuidado de las crías, es
necesario que ambos padres colaboren, ya que uno solo no sería capaz de cuidarlas. Por
lo tanto, deben permanecer unidos todo el tiempo para que la reproducción tenga éxito.

Castor adulto con un ejemplar joven.

La época de apareamiento comienza cuando se derrite el hielo invernal, lo que sucede


aproximadamente por febrero.1 Cada pareja tiene solamente una camada por año.
El apareamiento suele realizarse bajo el agua, aunque también puede llevarse a cabo en
la orilla del río o estanque donde viva la pareja.1 Después del periodo de gestación, que
dura aproximadamente unos tres meses y medio (100 días),17 la hembra da a luz de 2 a 4
crías24 (aunque en casos extremos pueden ser hasta 9),17 las cuales nacen ya con los ojos
abiertos y cubiertas de pelo. Estas son amamantadas durante las primeras semanas de
vida, en las cuales permanecen dentro de la madriguera junto con la madre y las crías de
la temporada anterior, que tienen alrededor de un año de edad. Los castores de dos años,
si siguen viviendo con la familia, ayudan a la madre a alimentar y proteger a los recién
nacidos.16 El padre mientras tanto sale y permanece en las cercanías, cuidando el
territorio.19 En cuanto dejan de ser amamantadas, la madre empieza a alimentar a sus
crías con hojas tiernas.1 Cuando son muy pequeñas, las crías se comunican
constantemente y hacen mucho ruido, y mientras van creciendo se vuelven menos
ruidosas, al comenzar a comunicarse con olores o ciertas actitudes específicas.1 Un
tiempo después, por lo general al mes de edad, los jóvenes empiezan a moverse por el
exterior de la madriguera, aunque siguen siendo bastante dependientes de sus padres, ya
que son ellos quienes les siguen administrando alimento y protección por cerca de un
año.19 Durante este periodo, aprenden algunas valiosas habilidades al copiar el
comportamiento de los castores adultos, aunque aún no toman parte en las labores de
construcción y otras actividades.19 Cuando los jóvenes alcanzan la madurez sexual, lo que
suele acontecer a partir de los dos años de edad, pueden separarse de la colonia y formar
la suya propia.25 No obstante, si es una época de escasez de alimentos, sequía o hay una
alta densidad de población, pueden posponer su partida, ya que estos factores reducen
sus posibilidades de establecer exitosamente una colonia.16 Cuando finalmente deciden
separarse, no suelen establecerse en un punto muy lejano a su lugar de nacimiento.16

Señal de alerta[editar]
Dado que pasan la mayor parte del tiempo en el agua o en la seguridad de
sus madrigueras, los castores tienen pocos depredadores. Sus principales enemigos son
los lobos y los seres humanos, seguidos por los osos y linces.26 Para protegerse de ellos,
los castores dependen de sus sofisticados sentidos del oído y olfato, así como del aviso de
sus compañeros. De esta forma, cuando un castor que se encuentra en el agua se asusta,
este se sumerge rápidamente al impulsarse enérgicamente con su cola.4 Esto produce una
sonora palmada, audible sobre y debajo del agua, la cual es tan fuerte que puede ser
percibida por un humano en un radio de 100 metros.26 Esta señal sirve como advertencia
para los demás castores en el área.5 Una vez que un castor ha efectuado esta señal de
alerta, todos los castores en las cercanías se sumergen y no vuelven a salir por un rato.
También pueden efectuar esta señal ante la presencia de ruidos u olores desconocidos.26
Es más probable que un castor responda ante las señales efectuadas por castores
mayores que a las efectuadas por castores jóvenes, debido a que estos últimos aún no
han aprendido cuándo deben efectuar la señal y cuándo no, además de que producen un
sonido algo diferente al tener colas más pequeñas.26

Distribución geográfica[editar]

La mayoría de los castores del mundo habitan en América del Norte.

Cada especie de castor habita en el continente al que hace referencia su nombre. El castor
europeo (Castor fiber), como su nombre lo indica, vive en Europa, aunque también se le
puede encontrar en algunas regiones de Asia. Entre los países con mayores poblaciones
de esta especie destacan Rusia, Polonia, Ucrania, Bielorrusia, Kazajistán y los
países escandinavos, aunque se extienden hasta naciones tan distantes
como Francia y Mongolia. En el pasado llegaron a habitar en casi toda Eurasia, abarcando
todo el territorio entre las Islas Británicas y Rusia.11 Desde la era prehistórica y hasta por lo
menos el siglo VI, a esta especie se le podía encontrar en los ríos del norte de la península
ibérica, principalmente el Duero y el Ebro.27 Sin embargo, ya que sus pieles y el castóreo
eran artículos muy codiciados, fue cazado en todo el continente, poniendo en serio riesgo
su supervivencia; en Gran Bretaña, por ejemplo, estos animales se extinguieron en el siglo
XVI. Más adelante, en el siglo XIX, ya solo se les podía encontrar en algunas regiones
pantanosas de Alemania, Bielorrusia, Noruega, Rusia y Mongolia.11 No obstante,
actualmente está siendo reintroducido en muchas partes del continente.
Por su parte, el castor americano (Castor canadensis) habita en prácticamente
toda Norteamérica, desde Alaska hasta el norte de México. En Canadá se les puede
encontrar en todas las provincias y territorios, no obstante, no habitan en las regiones
más septentrionales, cercanas al Océano Ártico. También están presentes en
prácticamente todo el territorio de los Estados Unidos, excepto en las regiones desérticas
del sudoeste y en la península de la Florida. En el territorio mexicano, por otro lado, son
escasos, ya que solo viven en las zonas cercanas a los ríos Bravo (en los estados
de Chihuahua, Coahuila y Tamaulipas) y Colorado (en Sonora).7
Del castor de Kellog (Castor californicus) se han encontrado fósiles en los estados
estadounidense de Washington, Oregón, Idaho, Nebraska, Kansas y California, y en el
estado mexicano de Sonora.28

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