Antonio Piñero: Los Judíos Tuvieron Poco Que Ver Con La Muerte de Jesús

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Antonio Piñero: «Los judíos tuvieron

poco que ver con la muerte de


Jesús»
En ABC Historia recuperamos una entrevista
realizada a este catedrático, en plena Semana Santa,
donde respondió a cuestiones fundamentales para
comprender quién fue Jesús de Nazaret
César Cervera 07/04/2020 16:31h

Expulsión de los judíos del Templo, por Carl Heinrich Bloch

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Antonio Piñero (Chipiona, 1941) es uno de los mayores expertos en la


figura de Jesús de Nazaret y el Nuevo Testamento a nivel mundial en
su aspecto estrictamente histórico. En ABC Historia recuperamos una
entrevista realizada a este catedrático emérito de filología griega de la
Universidad Complutense de Madrid, capaz de recitar sin pestañear
pasajes enteros del Nuevo Testamento, donde responde a cuestiones
fundamentales para comprender quién fue Jesús de Nazaret.

¿Cómo se puede definir a Jesús de Nazaret y su vida desde un punto


de vista estrictamente histórico?

Jesús es un artesano de la clase media-baja de Galilea, maestro de la ley,


exorcista, sanador, proclamador de la venida del Reino de Dios, profeta y,
al final de su vida, probablemente él mismo se proclamó Mesías. Fue un
maestro de la ley fracasado porque no consiguió convencer de su
mensaje a sus contemporáneos, ni en Galilea ni en Jerusalén.

¿En qué se desvió de las doctrinas judías de la época?

No quería romper con el Judaísmo. Se desvía como lo hicieron los


antiguos profetas de la sociedad de la época, porque Jesús era un
elemento supercrítico con su sociedad. Pero no se desvía ni en lo
religioso ni siquiera en lo político del pueblo judío, que aspiraba a que los
romanos fueran derrotados por las legiones de ángeles encabezadas por
Dios. Ellos sabían que estaban en inferioridad militar, pero esperaban
que, si alguien iniciaba la lucha contra los romanos, Dios les apoyaría.

¿Era un nuevo Moisés?

Hasta cierto punto sí, pero algo más pequeño. La idea de Jesús como un
nuevo Moisés es algo que luego predican los evangelistas. Y, puestos a
hablar del Antiguo Testamento, yo trazaría un paralelismo con la figura
del juez bíblico Gedeón, el cual significa «Guerrero poderoso», que
encabezó una lucha armada contra amalecitas y madianitas con la ayuda
de Dios. El Reino de Dios que debe traer el Mesías es el final de la
opresión romana. Jesús estaba convencido de que este Reino de Dios no
iba a venir por manos humanas, sino por la intervención divina.
Cuadro que recoge el episodio de Jesús en casa de Anás, sumo sacerdote judío junto con Caifás - Museo del
Prado

También hay quien ha querido ver la importancia de la influencia


clásica en la doctrina de Jesucristo. ¿Conocía el griego o estuvo
expuesto a la cultura helenística?

Los propios judíos llamaban Galilea de los gentiles porque estaba llena de
griegos. Él no era inmune a esta influencia, aunque su formación era
profundamente judía. Como artesano de la madera que era, capaz de
construir casas y no solamente muebles, es muy probable que
aprendiera griego para expandir su negocio. En el Evangelio de San Juan,
se insinúa dos ocasiones que Jesús sabía griego. Lo cual no significa que
estuviera influenciado en su concepto religioso por la mentalidad
helenística. Su religión era completamente judía, sin influencias externas.

De la infancia y de la juventud de Jesús no tenemos apenas datos


históricos. De su salto a predicar, el Evangelio de Marcos afirma que
su familia pensaba que Jesús estaba «fuera de sí», que estaba
enajenado.

Jesús se lanza a predicar de una forma autónoma después de la muerte


de El Bautista. De alguna manera recibió la antorcha de su mentor (o
maestro) Juan Bautista, solo hay que observar que el marco mental de
sus discursos es el mismo. No obstante, la familia de Jesús pensó
originalmente que estaba enajenado, el Evangelio de San Marcos en
concreto lo describe como «fuera de sí» (de la misma raíz que da en
castellano «éxtasis»). Los familiares no creían en Jesús, pero era algo
natural porque probablemente tuvo que abandonar un negocio que era
próspero. Su madre debió quedar muy sorprendida. ¿Y cómo una mujer,
María, a la que el Arcángel Gabriel le ha contado un embarazo
maravilloso luego va a decir que su hijo estaba fuera de sí? Es evidente
que hay historias teológicas que se han pegado posteriormente, sobre
todo en relación a la infancia de Jesús, y que el estudio detallado de los
Evangelios desprende datos de esta biografía oculta.

A Juan Bautista usted lo ha definido en sus trabajos como el mentor


de Jesucristo. ¿Cree que él reconocía a Jesús como el Mesías?

Aunque el Evangelio de Lucas lo indica claramente, no podemos


demostrar que Juan Bautista fuera familiar de Jesús desde un punto de
vista histórico, posiblemente es un añadido teológico. Él pudo pensar
que era hijo de Dios en un sentido judío, como un profeta intensamente
relacionado con Dios. Por eso hay que matizar que, si un personaje de la
época de Jesús llama a alguien hijo de Dios, no lo hace cómo lo puedan
pensar los griegos, de una forma física. Un hijo de Dios en Israel es
alguien que tiene un especial contacto con la divinidad. Por ejemplo, un
profeta, un sumo sacerdote o un rey. En el tiempo de Jesús ya no había
rey, así que el Mesías era una mezcla de todos estos.

«Como historiador no puede asegurar cuál era su condición civil, pero puedo exponer que en
su vida pública nunca fue acompañado de una fémina»

Es un tema del que escribió largo y tendido en «Jesús y las mujeres»


(Editorial Trotta, 2014): ¿Por qué no tiene ninguna base histórica que
hubiera alguna relación entre Jesús y María Magdalena?

Toda la información que ha llegado a nuestros días sobre Jesús y María


Magdalena antes de la Crucifixión son dos breves versículos del capítulo
ocho del Evangelio de Lucas que dice: «Había muchas mujeres que
desde Galilea seguía a Jesús y le ayudaban con sus dineros. Entre ellas
estaba María Magdalena, de la que Jesús había expulsado siete
demonios…» ¿Qué puede sacar un historiador de ahí? Era una de un
montón de mujeres, que, además, estaba gravemente enferma. Una
enfermedad corriente está causada por un demonio; una de muchos
demonios debía ser una epilepsia por lo menos.

Quizás lo que mantenga vivo el asunto sea lo extraño a ojos actuales


de que Jesús, a diferencia de alguno de sus apóstoles, no se casara
ni tuviera descendientes. ¿Era algo habitual?

¿Qué les hubiera importado a los evangelistas, que hablan con toda
tranquilidad de los hermanos de Jesús y las esposas de algunos
apóstoles, mencionar el asunto si fuera cierto? Hubiera sido más fácil
para el relato decir que, como Pedro que había dejado todo por el Reino
de Dios, Jesús había dejado su familia para predicar. Como historiador no
puede asegurar cuál era su condición civil, pero puedo exponer que en
su vida pública nunca fue acompañado de una fémina. El profeta
Jeremías, el ídolo de los reformistas, era soltero, y los esenios, tenidos
por hombres muy piadosos, la mayoría eran solteros. Es algo que se dice
por total desconocimiento del Israel del siglo I.

Portada del libro «Aproximación al Jesús histórico»

¿Caló en la sociedad judía la reforma de Jesús?

Tuvo cierta relevancia. Pongamos que captó al 10 o 15% de la población,


pero desde luego en Jerusalén no era un personaje popular. En las
expulsión de los mercaderes del Templo de Jerusalén es fácil entender
que no cosechara muchas simpatías en algunos sectores. Jesús alcanzó
su mayor índice de violencia en ese episodio y fue una acción que le
pudo costar la vida. Desplegó un tipo de violencia profética, donde
anunció la purificación del templo: la destrucción y reconstrucción de la
edificación a manos de Dios. Los artesanos, mercaderes y comerciantes
que vivían en torno al templo no tenían ninguna disposición a un cambio
de estatus como el profetizado.

Jesús de Nazaret terminó siendo condenado a la cruz por sedición


contra Roma, pero previamente es juzgado por los sacerdotes
hebreos. ¿Qué le hizo tan peligroso respecto a otros profetas y
predicadores?

Hay una discusión histórica a propósito de eso. Es muy probable que los
judíos tuvieran poco que ver con la muerte de Jesús. Un proceso judío
como el narrado en los Evangelios no sigue para nada las normas legales
habituales en un juicio de este tipo. Así y todo, los evangelistas nunca
inventan nada porque sí. El Evangelio de Juan, poco después de la
resurrección de Lázaro, narra una reunión en casa de Caifás con todo el
Sanedrín. Caifás alerta en este relato de la cantidad de gente que
concentra Jesús y de la posibilidad de que su movimiento derive en una
revolución contra los romanos que acabaría costando miles de muertos a
las filas judías. «Es bueno que uno muera por el pueblo, y no que mueran
tantos de la nación», afirma en la frase más recordada del Sumo
Sacerdote judío. Si hubo un juicio contra Jesús es más posible que
respondiera a las características de este relato y no a un proceso legal en
firme.

Para quienes no conocen ese contexto, la pregunta más habitual


suele ser: ¿Por qué mataron a un personaje que predicaba el amor?

Jesús no es un personaje blandito. Es un personaje duro, que se juega la


vida, que tiene que huir continuamente de la «policía», que tiene que
alimentar a un pequeño grupo de seguidores, los cuales viven de la
caridad pública, y que se juega el pellejo. Luego los Evangelios, sobre
todo los de Mateo y Lucas, pintan a un Jesús manso de corazón, pero
eso es una reinterpretación posterior.

¿Y en qué momento llama la atención de los romanos?

La gente no sabe que, aunque en Judea eran más de manga ancha, en


Roma « la Lex Julia de collegiis» impedía que más de diez personas se
juntaran sin permiso de las autoridades. Imagínate cuando Jesús
empieza a concentrar a grandes grupos de gente. La preocupación de
los romanos demuestra que el movimiento estaba teniendo cierta
repercusión.

Judas es uno de los malos de esta historia y, sin embargo, su


traición a Jesús parece más teatral que efectiva. Se dice que era el
tesorero del grupo y que había robado anteriormente dinero, pero no
se conocen muchos más datos previos a la traición.

Judas es posiblemente una figura mítica. Hubo algún traidor en el grupo,


pero la figura pudo ser pintada con trazos más gruesos. La prueba está
en que la muerte de Judas está representada de forma contradictoria en
los Evangelios: Mateo dice que fue por ahorcamiento y San Lucas escribe
que se arrojó a un acantilado. Estudiando el Antiguo Testamento, el relato
de San Mateo está casi copiado de la historia del consejero real Ajitófel,
que traicionó al Rey David y luego se ahorcó. Por su parte, San Lucas,
que es posiblemente un griego convertido al Judaísmo, narra en Judas la
muerte de Antíoco IV de Epífanes, el gran perseguidor de los hebreos
que quiso eliminar la religión judía en el siglo II antes de Cristo. De todas
formas, tampoco hay suficientes argumentos para negar su historicidad.

«Jesús no es un personaje blandito. Es un personaje duro, que se juega la vida, que tiene que
huir continuamente de la "policía"»

El suicidio de Judas Iscariote es hoy en día interpretado como un


acto de cobardía, pero ha recordado usted alguna vez en sus
trabajos que en la Antigüedad el suicidio era considerado como una
forma de purificación. ¿Debe considerarse un personaje redimido
dentro del relato bíblico?

Es lo que se llama la muerte noble en la cultura clásica, pero ahí se nota


que los autores de los Evangelios son judíos. Ellos no aceptan esa
doctrina helenística: se suicida y se condena, mientras que para los
griegos era aceptar su error y pagarlo con la vida para liberarse. En la
Antigüedad, hay 127 casos de suicidios mencionados en la literatura
grecorromana, y prácticamente todos son muertes nobles.

Un personaje del Nuevo Testamento que llama poderosamente la


atención por su aire enigmático, pese a su breve aparición, es el de
Barrabás, al que el pueblo prefiere antes que a Jesús cuando los
romanos preguntan a qué preso quieren libre. ¿Quién era este
personaje que contaba con la simpatía del pueblo y que Pilatos
accedió a liberar?

Su nombre significa «el hijo del padre» en arameo, puede ser desde un
personaje de algún grupo precursor de los zelotes de 30 años más tarde
o de los sicarios que iban liquidando romanos en secreto. Se ha
especulado incluso que fuera uno de los discípulos de Jesús. Es muy
difícil de probar su existencia histórica.

Menciona usted a los zelotes y a los sicarios. Ellos sí se inclinaron


por una solución armada contra Roma décadas después de la
muerte de Jesús.

Los zelotes fueron unos fanáticos como ahora es el Estado Islámico.


Cuando alguien está seguro de su contacto con la divinidad y piensa que
su opinión teológica es verdadera, el asesinato es una vía aceptada.
Jesús no tenía nada que ver con los zelotes. Aunque es cierto que no hay
ninguna frase en los Evangelios donde Jesús condene la violencia. Todo
lo contrario. Es una persona que dice «el que no tiene espada, venda su
capa y compre una». No se puede probar que fuera un pacifista estricto
con una lectura sencilla, no sesgada, como tampoco se puede probar
que fuera el primer feminista.

¿No le cabe duda de que murió en la cruz y no años después en


Cachemira como han sostenido algunas teorías pseudohistóricas?

Totalmente, esas teorías son absurdas. Los romanos sabían matar muy
bien y no iban a dejarle escapar. La cruz fue el primer problema teológico
grave del grupo de seguidores de Jesús: fundamentar por qué el Mesías
había muerto en la cruz. Nadie lanza una piedra contra su propio tejado.
La respuesta de los apóstoles es que es un designio de Dios, que, dado
que la situación de pecado de la humanidad era terrible y cómo no había
más remedio, permitió la muerte de su hijo.En el mundo Antiguo, y ahí
Pablo de Tarso demuestra tener una mentalidad muy griega, ningún
problema se arregla si no es con sangre y sacrificio.

Junto a Jesús murieron dos ladrones


crucificados, que usted ha cuestionado que
fueran delincuentes comunes.

Los llamados ladrones que acompañaron a


Jesús en la Cruz probablemente eran miembros
de su grupo. San Lucas cambia la palabra
bandoleros, la manera despectiva con la que los
romanos llamaban a los secuaces de los Fotografía del profesor Dr. Antonio
movimientos antirromanos de la época, y la Piñero

sustituye por malhechores, que tiene un


significado vinculado a delincuentes comunes. Hay que pensar en la
persecución inmediata que sufrió el grupo tras el apresamiento de Jesús.
Los apóstoles en torno a la cruz es una visión simbólica de San Juan, un
mito. Para San Marcos todos estaban a distancia salvo las mujeres. En
una sociedad semítica, las mujeres no representaban una amenaza y no
tenían nada que temer.

¿Se puede considerar a Jesús como uno de los fundadores del


Cristianismo desde un punto de vista histórico?

Si un individuo proclama de una forma directa o indirecta por su vida y


por el conjunto de información que de él se conserva que nunca quiere
fundar una religión, como en el caso de Jesús, que buscaba entender
profundamente y reformar el Judaísmo, o el de Pablo de Tarso, que
quería vivir el Judaísmo según el Mesías, no se le puede considerar un
fundador del Cristianismo, a no ser que digas que es un fundador
inconsciente. El Cristianismo tarda en consolidarse como mínimo 400
años después de la muerte de Jesús y tiene muchos fundadores. De
Pablo de Tarso se puede decir que fue el primero que reinterpreta a
Jesús y pone los máximos fundamentos, pero los fundadores empiezan a
su muerte a través de sus discípulos. Uno de ellos probablemente fue el
evangelista Marcos, que es muy paulino.

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