Guia Atragantamiento

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El autor de esta guía

Fernando Azor Lafarga es psicólogo clínico y director


de azor & asociados. Su trabajo diario en la consulta
le ha ayudado a especializarse en el tratamiento de infinidad de problemas y de trastornos
emocionales y psicológicos en general.

En PsicologodeCabecera.com se resume parte del trabajo que realiza con sus pacientes
para el tratamiento diferentes problemas.

En esta guía podrás encontrar conceptos e ideas que explican porqué a veces no somos
capaces de tragar y un procedimiento que podrá aplicar paso a paso para hacer frente a
este problema. La fagofobia puede ser muy invalidante si no sabes cómo tratarla.

Muchas personas son capaces de aplicar estos consejos y experimentan una gran mejoría
según avanzan en la práctica. En cualquier caso esta guía no pretende ser un sustituto de
un tratamiento. Si usted o alguien cercano padece este problema y ve que se queda
estancado en su tratamiento, no dude en acudir a un profesional cualificado para solicitar
su ayuda.

azor & asociados puede ofrecerte opciones terapéuticas tanto presenciales como por
videoconferencia. No dejes que este problema limite su vida.

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En esta guía

El bloqueo a la hora de tragar dificulta la vida a muchas personas. Aquí puedes encontrar
explicaciones y soluciones a la fagofobia y al espasmo de la glotis.

Cerebro Vs Cerebelo
El miedo al atragantamiento y el espasmo de la glotis se produce cuando la persona
quiere ser consciente de cada parte implicada en el acto de tragar. No deja que sea un
acto automático.

Profecía autocumplida
Podemos decir que las dificultades para tragar aumentan cuanto más nos obligamos a que
no sea un problema el poder tragar.

Precipitantes de los miedos a tragar


Los alimentos "granulosos" o "tendinosos" unidos a la presencia de algún observador,
normalmente con poca confianza o cercanía personal.

Causas principales
Experiencias traumáticas de atragantamiento, heridas o catarros que aumenten las
sensaciones en la garganta, niveles de ansiedad muy altos durante bastante tiempo,
sugestionabilidad y predisposición a la náusea, características de personalidad y necesidad
de control.

Las soluciones
Conocer los aspectos psicológicos implicados, identificar y conocer mecanismo de la glotis,
reducción del nivel de alarma y preocupación por el atragantamiento, automatización del
acto de tragar.

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Dificultad para tragar, introducción al problema
Los psicólogos clínicos proponen soluciones eficaces para hacer frente al espasmo de la
glotis y el miedo a poder atragantarse. En GabinetedePsicologia.com trabajamos a diario
con estos problemas.

Los problemas para tragar o disfagia es frecuente en algunas personas cuando sus niveles de ansiedad
están disparados. La manera en la que puede manifestar la ansiedad en el cuerpo en muy variada.
Podemos romper un sudar de manera constante, tener taquicardias, dolores de cabeza, mareos ... En
esta ocasión voy a centrar mi atención a la dificultad para tragar y el espasmo de la glotis.

En función del color, el olor o la mera sugestión, podemos generar más


rechazo a ciertos alimentos

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Tener la sensación de que los alimentos se pueden quedar atascados en la garganta al tragar se vuelve
bastante insoportable y amenazante para algunas personas. La sensación es la de la garganta no deja
paso a la comida como normalmente viene ocurriendo. La ansiedad se manifiesta con frecuencia con
un aumento de la tensión muscular en hombros, espalda y mandíbula. En el caso de la dificultad para
tragar, la tensión se focaliza especialmente en la garganta, y específicamente aumentan la potencia en la
atención en este área. Es frecuente que se produzca también, asociados a la disfagia, episodios de
afonía debido al exceso de tensión en las cuerdas vocales.

Sugestión y miedo ante la posibilidad de atragantarse

Hay personas más sensibles que otras a la hora de generar rechazo a los alimentos en función del
color, el olor o la mera sugestión. De manera natural puede resultar más difícil tragar algunos
alimentos. Según el nivel de miedo y alerta se pueden producir náuseas o vómitos. Cuando creemos
que un alimento puede generar algún problema sobre nuestra salud, el rechazo es automático y nos
ayuda a protegernos de una posible intoxicación. Evolutivamente este rechazo protege de
envenenamientos y enfermedades, lo malo es que cuando el bloqueo de la sangre se produce por
mera sugestión puede producir problemas, dejando de ser un mecanismo útil.

Si analizamos evolutivamente al ser humano, su supervivencia está condicionada a aspectos como


elegir qué alimentos se pueden consumir y cuales no, es una ventaja competitiva. Aspectos como la
textura, el color, el sonido ... han formado parte de la elección de los alimentos que podemos
consumir. La industria alimentaria, al ser consciente de estos condicionantes, nos ofrece alimentos
envasados en paquetes que imitan a las texturas o aspectos que nos parecen
específicos. Normalmente hacen ruido y tienen un punto de rigidez. Imitan las características que
tienen un alimento natural. Por tanto el miedo a atragantarse y el espasmo de la glotis se genera por
razones completamente normales. Cuando este miedo llega a ser difícil el día a día es cuando la
persona ha dejado de utilizar su ventaja evolutiva para convertirlo en un problema que dificulta la
calidad de vida.

Descripción del miedo a atragantarse


El miedo a la garganta tiene dos vías principales para que se conviertan y se convierta en un problema
que genere bloqueo e incluso problemas alimenticios. El primero es la persona que está expuesta a

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grandes cantidades de ansiedad debido a su entorno y / o la manera en que se enfrenta a sus
situaciones cotidianas. El segundo es que ante la aparición de sensaciones incómodas en la garganta,
como notar que cuesta tragar, la persona se enfoca en ese área y comienza un metro más de tensión
muscular y dificulta el flujo normal de alimentos.

La anticipación de situaciones en las que se va a venir con otras personas, en las que uno puede ver
bloqueado ante los alimentos que tienen en el plato, pueden precipitar los primeros síntomas de
tensión muscular en la garganta. Cuanto más importante sea estar bien y que no se note, más tensión
estará y por tanto más bloqueada estará la entrada del alimento. Si la persona no es capaz de reducir
su macho, buscará en la esquina siempre. De igual forma, el miedo a que sea un signo de una
enfermedad grave como cáncer o Parkinson, entre otras, también puede ser un factor que aumente la
tensión muscular y por tanto también los problemas para tragar.

Una medida que habitualmente adopta las personas que tienen dificultad para tragar y temen el poder
atragantarse, es la eliminación ir de su dieta todos aquellos alimentos que piensan que son más ásperos
o granulosos y que van a ser más difíciles tragarlos. Es una medida bastante lógica, pero con frecuencia
se acaba convirtiendo en un problema mayor. Cuanto más
se evitan estos alimentos más atenta puede estar la
persona a si puede ser tragar o no. Alcanzando en
ocasiones el grado de obsesión. Cada vez que come, está
presente el temor al atragantamiento, precipitando una
mayor tensión muscular en la garganta y haciendo que
cada vez sea más difícil tragar alimentos que antes eran
inocuos. En los casos más graves, la persona solo se
permite ingerir alimentos líquidos o muy triturados, con
todo lo que conlleva en cuanto a limitaciones en la relación
social,

La dificultad para tragar y por tanto el espasmo de la glotis,


es un síntoma de ansiedad que frecuentemente aparece
junto a otro como taquicardias o mareos. Desconcierta
que no tenga aparentemente nada que ver con los otros
síntomas, ya menudo se percibe como bloqueante: «¡y
ahora esto! ¡Qué me está pasando! »« ¿Puede ser posible que yo mismo me provoque el que me
pueda atragantar? »

Tratamiento para los problemas para tragar

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De forma clásica la literatura psicológica hizo referencia a este fenómeno como glottis hystericus, o
glotis histérica. En la actualidad es un término que está en desuso pero que se refiere a lo que se
aborda en este artículo.

Si tiene dificultad para tragar, o conoce a alguien que tenga, sepa que no es grave, y que exista un
tratamiento psicológico eficaz. Es especialmente recomendable la terapia cognitivo-conductual.
Normalmente el tratamiento para los problemas para los alimentos alimentarios se centra en reducir el
nivel de ansiedad cotidiano, en potenciar las sensaciones de relajación (especialmente en la zona de la
garganta), y en afrontar gradualmente la ingesta de alimentos según su grado de macho. Lo normal es
que el terapeuta busque con su paciente una jerarquía de alimentos para enfrentar poco a poco, al
tiempo que se van identificando las estrategias que usa la persona para alejarse de cualquier sensación
negativa en la zona de la garganta. Una vez se avanza en estas tareas, el paciente va a ver cómo se
puede volver a normalizar sus rutinas y relaciones sociales.

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Causas del miedo a atragantarse
Hagamos un repaso a las causas psicológicas que generan el espasmo de la glotis. Vamos
a analizar previamente las bases neurológicas y después apuntaremos hacia las principales
fuentes de bloqueo asociadas a nuestro pensamiento y a nuestras emociones.

Factores neurológicos implicados en el miedo a


atragantarse
En función del grado de conciencia que necesita una habilidad motora concreta, se
ejecuta por medio del cerebro o del cerebelo. El primero es el necesario para procesos
como relacionar conceptos, interpretar datos, analizar ideas, identificar cómo ha de
hacerse un movimiento, y dar la base para poder comenzar a practicarlo. El cerebelo se
encarga de integrar y coordinar la respuesta de varios grupos musculares. No es necesario
pensar lo que se quiere hacer, el cerebelo se encarga. El miedo al atragantamiento y el
espasmo de la glotis se producen cuando una vez se ha obtenido el control al cerebelo, la
persona quiere volver a hacer consciente cada parte implicada en el acto de tragar. En ese

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momento comienza el problema ... uno se vuelve torpe como si no hubiera tragado
nunca antes. Cuanto más control se desea tener más complicado es relajarse y más
intensas son las sensaciones en la zona de la garganta. Es más fácil carraspear para suavizar
las sensaciones, y por tanto más sensaciones incómodas se tienen.

Cerebelo Vs cerebro
El psicólogo Bob Rotella plantea algunos ejemplos interesantes cuando habla de lo que
pasa cuando el cerebro usa sus funciones al cerebro: Si planteamos una tarea de habilidad
como sería el caso de caminar sobre una lista apoyada en el suelo (15 metros de largo,
por 15 centímetros de ancho), es muy posible que hagamos del tirón. Abriremos los
brazos buscando el equilibrio y coordinaríamos nuestro cuerpo sin darnos muchas
instrucciones para que superemos la prueba. Otra cosa sería si ese mismo listón estaría
suspendido en el aire a unos cinco metros de altura. En este caso, la percepción del
peligro lleva a nuestro cerebro a querer tomar el control. El problema es que como ya
contagió el cerebro es mucho peor en estas tareas que el cerebelo, el resultado es que el
movimiento se vuelve mucho más lento, quizás más seguro pero claramente menos fluido
y bien coordinado como podría ser el caso del primer supuesto.

En el caso del miedo a atragantarse y el espasmo de la glotis, a mi me gusta el ejemplo de


botar una pelota a la vez que se camina. Si se hace de forma automática tendemos a

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coordinar con bastante facilidad la mano, el paso, la fuerza con la que botamos ... No
ocurre lo mismo si todo lo que hacemos lo que queremos pensar y ser lo que son de
cada movimiento ... Lo normal es que acabemos botando mal la pelota y se nos escapa.

Aspectos psicológicos del miedo a atragantarse


Podemos decir que las dificultades para tragar aumentan cuanto más nos obligamos a no
mar un problema el poder tragar. Es la propia persona la que al ser consciente de la
dificultad para pasar los alimentos más se presionapara hacerlo. Obligado a no pensar
hace que sea muy complicado no tener esa idea en la mente, y por tanto lo normal es
que interfiera en el momento de tragar. No permite que sea un acto fluido y potencia el
agarrotamiento. Cuando hablé en otro artículo de qué es una idea obsesiva , describa con
más detalles este tipo de pensamientos. Le recomiendo que pinche en el enlace y
profundice sobre esto.

El atragantamiento es una profecía autocumplida

Una persona con miedo a tragar esta centrada en lo que no quiere hacer , y no
en lo que sí . Ve la dificultad y se dice que no ha de tenerla. No se da instrucciones para
conseguirlo, posiblemente se queda perpleja viendo la dificultad para conseguirlo

Decirse "no pienses" lo complica todo

Cuando alguien nos dice: “Te pasa algo, estás mal”, sin que en realidad
estemos sintiendo ningún macho, puede incomodar. Si respondemos "no me pasa
nada, estoy bien", el otro insiste: "lo ves, te estás enfadando ..." Poco importa que el
enfado sea por la insistencia del otro, la realidad es que al considerar el macho, el otro
puede interpretar que venía de antes. Para uno mismo es irritante, es como si te obligarán
a creerte algo que no sientes. Con la idea de no querer pensar en la garganta mientras se

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está comiendo, ocurre algo parecido, solo en esta ocasión, no es otro sino uno mismo
que puede potenciar el problema.

El miedo a tragar se alimenta de pensamientos anticipatorios relacionados con maletas


pasados, con recuerdos de vergüenza al haber llamado la atención, unidos a rabia con uno
mismo por no poder controlarlo. Visualizarse en una situación de atragantamiento hace
que todo se complique más. La persona se percata de que puede ser juzgada como
alguien débil mentalmente, o simplemente como alguien que llama la atención por algo
incómodo.

Aparición del bloqueo al tragar


Normalmente la aparición del bloqueo es consecuencia de un episodio inesperado en el
que la persona no pudo tragar con normalidad o en donde se atragantó y posteriormente
perdió la conciencia del peligro asociado a ese episodio. En ocasiones su aparición es
progresiva. Comienza con incomodidades menores que se van generalizando a muchas
otras situaciones de la vida.

Tipos de bloqueo al tragar


Los más frecuentes son los espasmos de la glotis al comer alimentos "granulosos" o
"tendinosos" con presencia de algún observador, normalmente con el que no se siente
confianza o cercanía personal. Suele ser cuando más se quiere pasar inadvertido ante la
posibilidad de atragantarse cuando más agobio se produce.

Casi siempre las mañanas son mejores que las tardes . A medida que van
pasando las horas la persona suele tener más problemas para tragar. Este patrón se puede
producir a lo largo de una comida. Se empieza a comer mejor de lo que se acaba.

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Causas y consecuencias del atragantamiento
Tanto los factores previos a la aparición del espasmo de la glotis como las consecuencias
que producen, precipitan el problema que se mantienen en el tiempo. Rara vez una sola
causa es la que produce este problema, casi siempre es la suma de varios de los factores
siguientes:

Las causas principales para la aparición del espasmo de la glotis son:

1. Experiencia traumática de atragantamiento: haber vivido una experiencia en


la que la persona tiene sentido estar cerca de ahogarse en donde ha pasado mucha
vergüenza al haber sido el blanco de todas las miradas, puede ser el precipitante
adecuado para este problema se desate. A veces haberlo visto en otra persona es
suficiente para que uno mismo esté sensibilizado ante esta posibilidad.
2. Experiencia de atragantamiento menor. Una experiencia que haga a la persona
vulnerable ante la posibilidad de atragantarse puede ser como una semilla que está
esperando un germinar con las condiciones adecuadas.
3. Heridas, catarros y sensaciones en la garganta: las formas de tragar que
evitan el dolor, o que impidan el tragar de forma natural, pueden potenciar y
precipitar sensaciones negativas y el espasmo de la glotis
4. Niveles de ansiedad muy altos durante bastante tiempo. En estos casos, la
tensión muscular de la garganta y la sensación de alerta en general suele estar
disparada en muchas personas. Potencia la posibilidad del espasmo de la glotis

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5. Sugestionabilidad y predisposición a la náusea como consecuencia de olores
intensos o sabores fuertes. Las personas con esta tendencia experimentan respuestas
físicas y espasmos en la glotis de forma natural, lo que les predispone a desarrollar
este problema.
6. Características de personalidad. autoexigencia y necesitada de control. Estas
características facilitan el querer controlar sensaciones y posibles causas de un
atragantamiento. Focalizan con facilidad su atención en la garganta y potencian más
aún la posibilidad del espasmo de la glotis

Las consecuencias principales de haber experimentado un episodio de


atragantamiento, y que tuvieron el problema son:

1. Contexto: volver a estar en un entorno en el que se ha producido un espasmo y


por tanto la persona siente que pudo haber ahogado, haber llamado la atención en
exceso de otras personas ... Es fácil evitar esos entornos, y alejarse de esas
sensaciones que producir con la meta de que con el tiempo el problema desaparezca.
2. Autochequeo: El deseo intenso de las sensaciones no aparezcan, unido al
autochequeo constante para las sensaciones no vuelvan a aparecer. Este chequeo
hace que el problema se intensifique.
3. Anticipación, vergüenza, o rabia: La percepción de estar siendo alguien débil, o
incapaz de controlar las sensaciones agravan el malestar.
4. Exceso de control de cada etapa del masticado e ingestión de un alimento. Se
eliminan todas las distracciones posibles para que el
cerebro no tenga distracciones durante la ingestión de alimentos.
5. Conductas de evitación de las sensaciones. Escupir el alimento al notar
sensaciones desagradables, beber siempre líquido junto con los nutrientes para
favorecer el tragado.

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Soluciones para el miedo a atragantarse

Una vez entendido por qué razón nos bloqueamos a la hora de tragar, tenemos que ver
los principales consejos para hacer frente al espasmo de la glotis. Aquí están recogidos
unos cuantos buenos consejos, en cualquier caso es posible que no baste solo con
ponerlos en práctica y que sea necesaria la intervención de un psicólogo con formación
para hacer frente a este problema.

Cuando se producen dificultades para tragar, lo normal es buscar consejo médico y


descartar otras patologías que puedan estar asociadas: problemas neurológicos como
demencias, tumores... Se suele hacer mucho hincapié en las causas orgánicas, y se
proponen muchas veces tratamientos farmacológicos intensos con el fin de reducir el
bloqueo de la persona. El beneficio es ambiguo. Hay personas que temporalmente evitan
los espasmos de la glotis, pero normalmente no los resuelven. Al tiempo vuelven y se ven

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atrapados en el mismo bucle. Los tratamientos farmacológicos suelen aliviar los espasmos
pero si la causa es psicológica volverán con el tiempo.

No pensar es imposible, cuando una persona se centra en no hacerlo, existen muchas


probabilidades de que el espasmo se potencie aunque se crea estar haciendo lo correcto.
Leía en un foro los comentarios de ayuda para una persona con espasmos en la glotis: la
clave es no pensar. Cualquier cosa para mantenerse desconectado ayuda. Haz mucho
ejercicio, haz bromas, queda con los amigos. Cualquier cosa que distraiga o desactive las
partes conscientes del cerebro, deja que sea la memoria muscular la que mastique por ti".
La verdad es que es un consejo que apunta en la dirección correcta, pero aun así el
efecto que producen estos consejos es focalizar más aún a la persona en su espasmo.
Nada útil.

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La clave está en conseguir que la amenaza del atragantamiento no determine la forma de
masticar y tragar cada bocado

La solución para los espasmos de la glotis no suele ser farmacológica, la clave está en
conseguir que la amenaza del atragantamiento no determine cada bocado. Para ello hay
dos caminos: cambiar la percepción de peligro y amenaza que se ha asociado al hecho de
tragar y volver a automatizar el masticado y tragado. Los fármacos que se suelen
prescribir para este problema pretenden bajar los niveles de ansiedad basal por medio de
ansiolíticos y por medio de antidepresivos con efecto antiobsesivo. Suelen producir una
reducción de la alerta general emocional y física, haciendo que la persona sea menos
circular en sus pensamientos y reduzca la tensión muscular. Al bajar el nivel de alerta,

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mejora la capacidad para hacer frente la amenaza del atragantamiento. En cualquier caso,
la persona no suele resolver su temor ya que no genera una habilidad nueva para hacer
frente a su miedo y al posible espasmo de la glotis.

Siempre que se aprende un procedimiento o una habilidad, se producen variaciones en su


adquisición. No se consigue una evolución lineal. El aprendizaje a veces es lento y
requiere mucha práctica para interiorizarlo. En este caso aprender a combatir el espasmo
involuntario de la glotis, requiere paciencia, práctica y mucho ensayo/error.

Para reducir el espasmo de la glotis, y eliminar el miedo a atragantarse es necesario:

FASE 1

1. Entender el problema.

2. Aprender qué aspectos psicológicos están implicados.

FASE 2

3. identificar las fases y sensaciones dentro del acto de tragar. Conocer el


funcionamiento de la glotis.

FASE 3

4. Aceptación del espasmo: aplicación práctica de soluciones, consejos y tareas.

FASE 4

5. Dar el control de nuevo al cerebelo. Automatización e interiorización: repetición y


paciencia.

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Empecemos el trabajo práctico para resolver los
problemas al tragar.

Fase 1
Esta primera fase se explica en el capítulo anterior, en él se comprenden los dos primeros
puntos: entender el problema, y aprender qué aspectos psicológicos están implicados.

Fase 2
Identificación de sensaciones y conocer mecanismo de la glotis.

En esta fase hay que identificar las sensaciones que producen los alimentos.

El primer ejercicio es identificar cómo la glotis interviene en el proceso de tragado. Hay


que ver cómo permitimos que la glotis deje paso a los alimentos y la saliva. Para ello es
necesario practicar el siguiente ejercicio: Quiero que usando tu propia saliva o con un
poco de agua dejes que la nuez suba manteniéndola elevada unos instantes.

Normalmente el reflejo ante una amenaza es defenderse y mantener solo unos instantes
la garganta abierta para el paso de los alimentos. El efecto que produce es el
atragantamiento, la irritación y el aumento de sensaciones que complican cada vez más el
problema. Por todo esto, conseguir dejar la nuez arriba unos segundos es el primer paso
para identificar sensaciones y para conseguir que baje la actitud defensiva ante la
posibilidad de atragantarse ante cualquier alimento.

Hay que repetir este experimento todos los días, al menos tres veces durante una
semana.

Fase 3
Aceptación del espasmo de la glotis.

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Es importante que no todo gire alrededor de una negación: "no quiero atragantarme".
Hay que conseguir centrarse en lo que sí quiero hacer. Hay que salirse del bucle de
buscar siempre las mejores condiciones para garantizar que el alimento pasará sin
problemas. No hay que esperar a que las condiciones sean perfectas para permitirse
masticar y tragar

el alimento. Por esa razón voy a proponerle unos cuantos ejercicios centrados en esa
meta. No hay que hacer todos al mismo tiempo pero todos ellos si se hacen poco a
poco van a aportar su granito de arena a la hora de alcanzar el bienestar:

1. Toca familiarizarse con texturas, mezclas de sabores y olores diversos.

Hay que crear una lista de alimentos que generan incomodidad a la hora de tragar.
Deben jerarquizarse, es decir ordenarlos de menor a mayor incomodidad para que
después se puedan plantear experimentos adecuados a cada persona.

Pongamos el caso de que el alimento elegido para el ejercicio es un bizcocho. Mi


propuesta es comer un pedacito muy pequeño (muy), masticarlo sin prisa hasta ir
permitiendo que una parte vaya entrando. Al principio es posible ayudarse de algún
líquido para que poco a poco, con la misma cantidad y unas repeticiones después la alerta
disminuya para esta situación. Este ejercicio no resuelve todo el problema, sólo lo hace
hasta este ítem, o situación. HAY QUE SER PACIENTE.

Dependiendo del nivel de bloqueo que vive cada persona la jerarquía de situaciones se va
adaptando. La ayuda de un psicólogo familiarizado con el tratamiento de las disfagia es
siempre útil para poder recibir mensajes y guía constante sobre los siguientes pasos a
afrontar.

Un ejemplo de las notas tomadas por un psicólogo durante en un proceso en el que la


persona se expone a las sensaciones de un alimento en consulta podría ser este:

2. Permítase distracciones. Mientras come un alimento puede oír un programa de radio,


ver la televisión o charlar con un amigo.

Algo que uso con frecuencia y que ayuda mucho es hacer una cuenta regresiva desde
1000, de siete en siete. Hace que la persona no pueda prestar facilmente atención a sus
sensaciones al tiempo que hace los cálculos. Si pone en práctica este ejercicio es
importante que sea porque usted lo decide, no porque no le queda más remedio. Quiero

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decir que puede hacerlo pero puede ser poco útil si no es usted quien desea convivir con
esas sensaciones. Si es algo impuesto, podríamos decir que hace que sea valiente pero no
llegará a sentir calma y tranquilidad tras el experimento.

De nuevo este experimento hay que repetirlo por lo menos una vez al día durante 7/14
días.

3. Masticar chicle. comer chicle puede ser muy agradable, o todo lo contrario cuando no
se quiere tener ninguna sensación incómoda al tragar saliva. Decidir tener un chicle o un
caramelo es una buena forma de dejar que de manera automática la glotis deje paso a la
saliva.

4 . Coma de pie o tumbado. La posición en muchas ocasiones influye en la percepción de


malestar. El afán por garantizarse que no se va a atragantar hace que busque siempre la
mejor opción posible para conseguirlo. Este proceso hace que sea muy difícil relajarse y
que cualquier pequeño cambio se viva como amenazante. Estar de pie o tumbado
mientras se come es un buen ejercicio para desactivar las amenazas y potenciar la calma.

5. Este ejercicio es duro pero muy útil: muestre ante otras personas que se atraganta.
Puede forzar una tos algo explosiva en donde puede escupir la comida. Este ejercicio es
duro ya que obliga a afrontar algo que se está evitando: que los demás miren y atiendan a
algo llamativo e incómodo para uno mismo. Es usted quien lo decide, no es el azar o la
falta de control quien lo decide por usted. Este ejercicio debería repetirse un mínimo de
una vez por semana, durante un mes. Está claro que sólo se puede realizar cuando esté
en la fase final de este problema.

6. Quede con los amigos y decida comer despacio. No intente camuflarlo. Ha de hacerlo
con la meta de que le hagan un comentario. Responda con normalidad: "sí tengo poca
hambre y no me pasa la comida" no se esconda, eso solo hace que agravar el problema.

Cada uno de estos ejercicios debe repetirse un número de sesiones que irá entre 15 y 60
en función de lo enquistado que esté el problema. El avance se puede medir en función
del bloqueo que aún genere el exponerse a este tipo de ejercicios y cómo dificulta el
tragado normal del alimento. Cuanto menos bloqueo, más cerca estamos de la solución.

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Fase 4
Una vez ya conoce estos ejercicios es fundamental la repetición. Cuanto más se
normalicen las sensaciones al masticar, más fácil será avanzar y dejar de bloquearse en el
momento de tragar.

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