Asperger. Una Mente Diferente
Asperger. Una Mente Diferente
Asperger. Una Mente Diferente
Resumen
Este trabajo presenta, primero en forma de relato de una madre o maestra hablando de lo que siente un niño
con síndrome de Asperger, la sintomatología primordial de este síndrome: falta de respuesta ante los demás,
deterioro importante de las habilidades de comunicación y respuestas raras o extrañas a diferentes aspectos
del medio ambiente. A pesar de que fue descubierto en 1938 por Hans Asperger y que no fue hasta los
noventas que fue incluído en el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, es un síndrome poco
conocido, y se le confunde con el trastorno de la personalidad autista. Por está razón, el objetivo de este
artículo es dar información a padres, maestros y terapeutas para que puedan hacer distinciones más claras
entree ambos y así poder ayudar a niños que tienen una buena inteligencia y uso del lenguaje a que tengan una
vida profesional y relacional óptima.
Palabras clave: síndrome de Asperger, comunicación, respuestas extrañas, relación con los demás, autismo
Abstract
This article describes, by way of a mother’s or a teacher’s narrative of what a child with Asperger’s Syndrome
feels, the characxteristics of people with this Syndrome: lack of response to others, deficient communication
abilities, and strange or odd responses to different aspects of the environment. In spite of the fact that this
syndrome was discovered in 1938 by Hans Asperger, it was not until the nineties that it was included in the
Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, and it is still little known and often confused with the
Autistic Personality Disorder. For this reason, this article tries to give information so that parents, teachers
and therapists get to know more about it, in order to make a better distinction between them. Thhis
hopefully will contribute in the help given to these children, so that they can live the best possible way in their
professional and relational lives.
Key words: Asperger’s Syndrome, communication, strange responses, relation to others, autism
Trata de imaginar que por un momento todos tus sentidos perciben con mucha intensidad.
No puedes discriminar ninguno de los sonidos que escuchas, así que todos los que tu oído
alcanza a escuchar tienen la misma importancia para tu oído. De la misma manera percibes
los olores, las luces te lastiman y no puedes encontrar las cosas que buscas porque todo
parece ser igual de importante para tus ojos, así que ves todos y cada uno de los detalles. La
ropa te pica o te aprieta, las etiquetas te molestan, al igual que las costuras de los calcetines.
Te cuesta darte cuenta en dónde estás parado, cómo está tu postura, te mareas fácilmente.
Los sabores y las texturas de los alimentos también las percibes con mucha intensidad.
Ahora, con todo eso, trata de imaginar lo que sentirías en un salón de clases con 30
compañeros, con un espacio limitado, todos hablando y moviéndose al mismo tiempo.
Afuera del salón hay otros sonidos y muchas cosas están pasando. Para mantener el orden
la maestra tiene que alzar la voz, así que su grito te lastima, de hecho, te duele. Te piden
que pongas atención a alguna explicación, que no te muevas y mires a la maestra a los ojos.
Te cuesta mucho trabajo mantenerte sentado sin moverte de tu lugar. Necesitas moverte
para sentirte bien, pero si te paras o te mueves demasiado la maestra te llama la atención
porque interrumpes la clase. Si la miras a los ojos no te puedes concentrar en lo que dice.
Sus ojos te distraen, te incomodan, quieres ponerle atención a lo que dice pero verla a los
ojos al mismo tiempo… es demasiado. Necesitas ir creando en tu mente las imágenes de lo
que te dice, pones atención a cada uno de los detalles y los guardas en tu memoria, para
eso necesitas no verla a los ojos. Pero la maestra no entiende. Piensa que eres grosero, que
no le pones atención o que no te interesa.
* Asperger México, A.C. Lic. Verónica Treviño y Psicóloga Paola Canalizo. Tel. 55 84 88
78 50.
Luego te piden que realices algún trabajo, y no sabes como empezar. Te paralizas.
Sabes que lo debes hacer, quieres cumplir pero, el tema no te interesa para nada y
además… ¿por donde empezar? El ruido sigue, las luces siguen, los olores siguen… La
maestra te llama la atención “¿qué no piensas trabajar?” Por fin se acaba la clase, es hora
del recreo. Tus papás te dieron dinero para ir a la cafetería y comprarte algo, pero tienes
que hacer cola. Como te cuesta trabajo percibir tu lugar en el espacio no te das cuenta que
estás dejando mucho espacio entre tú y el de adelante, así que muchos aprovechan, otros
malinterpretan y se te mete medio mundo en la fila. Para cuando llegas a pedir tu comida
faltan 10 minutos para que termine el recreo. Te comes el lunch y buscas a alguien con
quien jugar. Eso de por sí ya te cuesta trabajo, pues pasa una Catarina o cualquier cosa y
atrae tu atención. Por fin encuentras a alguien, quieres jugar, pero no sabes cómo. No
entiendes las reglas de sus juegos, no sabes cómo acercarte. Lo mas seguro es que no te
hagan caso. Te sientes solo. Te quedas solo, queriendo estar con ellos, pero no puedes. Por
ahí anda un Bully y, como él se siente rechazado o tiene sus problemas, te molesta. Y tú no
sabes defenderte. Te enojas y el Bully se regocija.
Después de un día así ¿No te darían ganas de gritar, llorar, golpear? Y si lo hicieras,
las maestras y tus compañeros ¿Te entenderían? ¡Claro que no! Serías el raro del salón,
tendrías malas calificaciones, no serías popular. ¿Y si todos los días de tu vida fueran así?
¿Cómo crecerías? ¿Qué pasaría con tu autoestima? ¿Te gustaría vivir en este planeta?
Esto es lo que vive muchos días Gonzalo. Él tiene Síndrome de Asperger (SA).
Gonzalo es el tercer hijo de una pareja joven. Es un niño de 8 años, guapo, tierno, brillante,
con mucho sentido del humor. Le gusta mucho estar en su casa, quiere mucho a sus
hermanos mayores, a sus papás, abuelos, tíos y a su perro.
A Gonzalo le gusta vivir en paz y que haya armonía a su alrededor. No le gustan los
conflictos ni las peleas. Capta con facilidad los estados de ánimo de las personas y le
afectan fácilmente los sentimientos de los demás. Es un amigo noble y fiel. Tiene una
memoria extraordinaria. Él es nuestra “base de datos” se acuerda de nombres, lugares,
sucesos, personas, etc. que a la mayoría se nos olvidan. Sabe mucho acerca de futbol; se
sabe el nombre de todos los equipos, sus jugadores, uniformes, cuántos goles metió cada
equipo, en fin todo a cerca del futbol. Por primera vez está entrenando en un equipo, le
cuesta mucho trabajo jugar, pero le gusta y, sobre todo, dice que lo hace porque quiere
tener amigos. Habla un inglés precioso; como tiene muy buen oído pronuncia a la
perfección. Tiene un vocabulario muy amplio y excelente ortografía. Le gusta mucho leer
en inglés. También toca la guitarra eléctrica, con una gran habilidad para aprenderse las
canciones de memoria. Le fascina la música, sobre todo el rock.
Desde muy pequeño solía fijarse en los sonidos de las cosas y, en ocasiones, con
botecitos y palitos hacía música. A los cuatro años comenzó a sacar canciones de oído en
el piano. Le conseguimos un profesor de piano que consideraba que tenía un gran talento
para la música. Hasta ahora ha tenido dos profesores de guitarra y ambos coinciden que
Gonzalo es su mejor alumno. Cuando Gonzalo se interesa por algo, se vuelve experto.
Piensa en eso todos los días, a todas horas, averigua y lee todo lo que puede sobre el tema.
También es posible que sólo quiera hablar de eso. Cuando eso sucede, sabemos que es
posible que se sienta ansioso. La ansiedad es algo que siente con frecuencia, tal vez el
esfuerzo que hace constantemente por adaptarse a un mundo que no está hecho para él le
ocasione ansiedad.
¡Cuántas veces los padres de un niño con SA quisieran cambiar al mundo! ¿Qué no
se podría comprender mejor lo que siente? ¿Cómo hacer para que todos – familia,
amistades, maestros – tuvieran más información sobre el SA? Y luego, ¿cómo coordinarse?
Sería lo óptimo para ayudar a niños como Gonzalo. Sabrían mejor qué pasos a seguir en los
trabajos que realiza; cómo defenderse, cómo jugar con los demás…
Las escuelas tienen un papel muy importante en este proceso de aprendizaje. Pero es
difícil encontrar escuelas que ofrezcan el apoyo adecuado. Aún se sabe poco de este
síndrome. Su éxito o fracaso dependen demasiado de que la maestra lo entienda; a veces la
maestra está muy bien preparada y es buena con la mayoría de los niños, pero si no
entiende a Gonzalo, de poco sirven sus conocimientos, títulos y experiencia para ayudarlo.
En EUA, apenas se empezó a diagnosticar este síndrome a partir de 1994. Como en todo,
nadie tiene todas las respuestas; y cada persona es diferente, también con los que tienen el
SA.i
En ese tiempo, Leo Kanner,iv un médico austríaco residente en EUA, sin tener
contacto con el Dr. Asperger, describe también facetas de lo que entonces era conocido
como el trastorno autista de la personalidad. Pero no fue hasta la muerte del Dr. Asperger,
en 1980, que se empezó a conocer como SA. Lorna Wing (1981), psiquiatra inglesa, fue de
las primeras en presentar un artículo sobre 34 casos de niños y adultos con este síndrome. v
Finalmente, en 1993, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo incorpora a su edición
International Classification of Diseases (ICD-10), y en 1994, la American Psychiatric
Association a su DSM-IV.
Así aparecen los cuestionarios y las escalas del SA, al igual que las evaluaciones
que hasta el 2000 incluyen lo siguiente: el SA no es una enfermedad mental. Cierto, los
niños con el SA tienen una condición neurológica, con una diferencia en la integración
sensorial. Eso quiere decir que las personas con AS nacen con cerebros y sistemas
nerviosos que tienden a procesar, integrar e interpretar los estímulos sensoriales diferente
que la mayoría de las personas. Por lo tanto, las personas con SA son consideradas de “alto
funcionamiento”, lo que quiere decir que por lo menos tienen una inteligencia promedio.
Muchos niños con SA tienen un coeficiente intelectual muy alto. Generalmente, aprenden
a hablar más o menos a la misma edad que los demás niños. Muchos desarrollan una
excelente memoria para los hechos (aunque algunos no sean capaces de recordar caras).
Algunos tienen talentos cognitivos, técnicos o artísticos (artes visuales, música o literatura).
Es posible que personajes importantes de la historia, como el científico Albert Einstein, el
músico Glenn Gould, el artista Miguel Angel y muchos otros pudieron haber tenido SA.
El SA es considerado un trastorno generalizado del desarrollo, lo que significa que
el niño con SA será más lento que el promedio para desarrollarse en algunas áreas. Es
posible que sea menos maduro en el aspecto social y emocional. También puede tener
dificultades en integración sensorial: sensibilidad extrema a algunas luces, sonidos, sabores,
texturas u olores – o en algunos casos falta de sensibilidad en una o más de estas áreas –,
dando como resultado una dificultad para manejar lo que perciben sus sentidos.
La mayoría también tiene dificultades con las funciones ejecutivas (la habilidad para
organizarse, planear, iniciar, y llevar a cabo una tarea completa). Pueden ser lentos para
desarrollar las habilidades motoras gruesas (caminar, brincar, andar en bicicleta, jugar
algún deporte), o las habilidades motoras finas (letra, por ejemplo). Muchas personas con
SA son muy ansiosas. Tienden a ser rígidas, concretas y literales. Frecuentemente tienen
intereses especiales muy intensos. Les gusta la rutina porque necesitan orden y estabilidad
en un mundo que para ellos es confuso y abrumador.
El área en donde se presenta la mayor diferencia es en el desarrollo social y de
comunicación, especialmente en la habilidad para usar el lenguaje receptivo y expresivo en
un contexto (lenguaje pragmático). Los niños con SA generalmente están mas a gusto con
hechos que con sentimientos. Aunque les gusta respetar las reglas, generalmente fracasan,
porque no intuyen las reglas sociales no escritas; necesitan que se las enseñen
explícitamente. No entienden cómo llevar conversaciones casuales o cómo hacer amigos.
Pueden tener dificultades para comenzar, participar o terminar una conversación,
especialmente en un grupo. Pueden pararse demasiado cerca de otros o hablar muy fuerte o
en un tono de voz monótono, hablar demasiado, o utilizar un vocabulario demasiado
sofisticado, interrumpir o hablar sólo de sus temas favoritos aunque los demás estén
aburridos, porque tienden a malinterpretar el lenguaje no verbal de los otros. No se percatan
de las barreras sociales, autoridad o jerarquías. Pueden ofender a las personas sin querer.
Muchos niños con SA quieren desesperadamente tener amigos, pero no saben cómo
hacerlos o mantenerlos. Después de muchos fracasos pueden perder la esperanza y
ensimismarse. Otros son más introvertidos y autosuficientes, y encuentran satisfacción en
sus propias actividades e intereses.