Recomendaciones 26

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SAMUEL AMARAL

Recomendaciones 26
(para redactar monografías, reseñas, estados de la cuestión,
proyectos de investigación, artículos y tesis)

26ª ed., 17 de diciembre de 2020

Prefacio
Estas recomendaciones tienen por objeto ayudar a los autores de monografías, reseñas,
estados de la cuestión, proyectos de investigación, artículos y tesis a llevar a cabo su
tarea dentro de los límites que la tradición impone al trabajo intelectual. Nada de lo que
se dice aquí tiene el carácter de ley, pero todo contribuye a que nuestro trabajo llegue a
los lectores de modo que puedan comprenderlo fácilmente. Casi todas las
recomendaciones son formales, porque al eliminar la forma como problema permitimos
al lector un acceso más directo al contenido del trabajo.
Para mejor identificación de la edición he puesto su número como parte del
título: “Recomendaciones 26”. Para su mejor uso, es conveniente que quien no esté
familiarizado con el lenguaje técnico editorial consulte previamente el Glosario.
En esta edición hay cambios de formato en varias secciones. Además, en los
apartados 5.2.18, 5.3.10 y 5.3.11 he incluido información sobre el modo de citar los
libros en pdf, Epub, Kindle y otro material tomado de internet; y he agregado el apartado
3.2.8 sobre presentaciones orales y el uso de Powerpoint.
El prefacio, debe notarse, no forma parte de la obra (por eso puede usarse la
primera persona). Su objetivo es hacer alguna aclaración previa a la lectura de ella
(como en este caso) y dar una breve información sobre su tema central y su contenido.
El prefacio es, también, el lugar para que el autor agradezca la colaboración
recibida en el transcurso de la elaboración de su libro o tesis. Para mantener el Prefacio
y el Contenido en la primera página, sin embargo, he puesto los Agradecimientos al final,
junto con un Descargo de responsabilidad que he agregado a esta edición. En futuras
ediciones agradeceré a quienes me señalen los errores de cualquier naturaleza que pueda
contener esta.

Contenido
Introducción 2 5. Referencias 13
1. Honestidad intelectual 2 5.1 Información que debe
2. Lenguaje 2 incluir la referencia 13
2.1 La oración 3 5.2 Entradas en la bibliografía 15
2.2 Composición y estilo 3 5.3 Entradas en las notas 22
3. Estructura 5 6. Dudas 26
3.1 Características comunes 5 6.1 Acerca del idioma 26
3.2 Características específicas 7 6.2 Acerca de las entradas
4. Formato 9 en la bibliografía 26
4.1 Usos y costumbres 9 7. Glosario 26
4.2 Transcripciones 12 Conclusión 27
4.3 Notas 12 Bibliografía 28
Agradecimientos 28
Descargo de responsabilidad 28
Recomendaciones 26

Introducción
Estas recomendaciones son solo recomendaciones, pero sirven para escribir con mayor
claridad, elegancia y eficacia. En cuanto al lenguaje, se ajustan a las efectuadas por
autores que se han ocupado del uso instrumental del lenguaje con fines académicos. En
cuanto a la estructura, a las de los principales textos que tratan acerca del trabajo
intelectual. En cuanto a las referencias, a las convenciones usadas por la Library of
Congress (Biblioteca del Congreso) de Estados Unidos y por el Chicago manual of style.
Estas recomendaciones han sido preparadas para los estudiantes de historia, según los
usos de la especialidad, pero mucho de cuanto contienen puede ser útil a usuarios de
otros campos del conocimiento.

1. Honestidad intelectual
Todo trabajo (reseña, estado de la cuestión, monografía, tesis, capítulo, libro) debe ser
fruto del esfuerzo propio. Cuanto se tome de otros debe serle acreditado a sus autores
usando comillas (si la transcripción es literal) o mencionando sus nombres (si no lo es),
dando en ambos casos la referencia en las notas y en la bibliografía.
La transcripción literal o la paráfrasis de un texto escrito por otra persona o la
apropiación de una idea ajena sin acreditar su origen es plagio. El plagio está penado por
por la ley y los usos académicos.
Bajar material de cualquier sitio de internet, completa o parcialmente, y
hacerlo pasar como propio es plagio. Cuanto se halla en internet ha sido escrito por
alguien, esté su autor identificado o no, por lo que debe acreditarse al sitio
correspondiente lo que se haya tomado de él (véase infra 5.2.16 y 5.2.17).
La honestidad intelectual es un requisito ineludible del trabajo académico.
Ninguna excusa es válida para incumplir esta regla.

2. Lenguaje
Aun a riesgo de caer en un lugar común, no es impropio subrayar que el lenguaje es la
herramienta fundamental para desarrollar nuestros pensamientos y comunicar cuanto
tenemos que decir a nuestros lectores. El uso correcto del lenguaje, por lo tanto, es clave
para poder hacerlo de una manera precisa. Para ello es necesario dudar de lo que
creemos conocer y tener siempre a mano un diccionario y un manual de estilo para
despejar las dudas. La Real Academia Española tiene un diccionario en línea
(dle.rae.es), pero el diccionario de María Moliner es irreemplazable para quienes
quieran ampliar su capacidad de utilización de nuestra lengua. Un manual de estilo
reciente es el de María Marta García Negroni (la referencia completa está en la
Bibliografía). Las recomendaciones que siguen son solamente las básicas. Aunque
correspondería usar el imperativo, se han redactado en infinitivo para que no parezcan
órdenes.
Los trabajos de carácter académico deben redactarse en un lenguaje
comprensible para quienes leen el idioma castellano hoy y lo hagan en el futuro. Por eso
es conveniente respetar las reglas establecidas acerca del uso del género gramatical
femenino y masculino que es producto de convenciones (en alemán, sol es femenino y
luna masculino) y es diferente del género de las personas. Otras formas, aún no
reguladas ni usadas en las publicaciones académicas (por ejemplo, el uso de la x para
reemplazar las letras que indican el género), no son recomendables porque podrían
limitar la comprensión de quienes no están habituados a ellas en el presente (por
ejemplo, lectores de otros países hispanohablantes o con conocimientos limitados del
castellano) y dar lugar a confusiones en el futuro (si se consolida la adopción de formas
distintas de las no reguladas actualmente en uso).

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2.1 La oración
a) Comprobar que cada oración tenga sujeto, verbo y predicado. Las oraciones
unimembres existen, pero no hay que abusar de ellas.
c) Evitar las oraciones demasiado largas.
d) La oración debe tener sentido por sí misma.
e) Evitar la deriva del sentido que suele producirse por la acumulación de subordinadas.
f) El número del sujeto determina el número del verbo.
g) Comprobar la coordinación de los tiempos verbales.
h) No separar una oración en dos partes con punto.
i) No usar la coma para separar oraciones completas sino el punto o el punto y coma.
j) Evitar la interrupción de la oración con aclaraciones entre comas, guiones o
paréntesis. Estas aclaraciones pueden usarse, pero espaciada y prudentemente.
k) No separar el sujeto y el predicado con coma. Lucio V. Mansilla lo hizo en Una
excursión a los indios ranqueles pero no hay que imitarlo.
l) Evitar una sucesión de oraciones sueltas. Cada oración debe servir para el desarrollo
del argumento.
m) Mantener juntas las palabras relacionadas entre sí. El adjetivo debe estar junto al
sustantivo que califica y el adverbio junto al verbo o adjetivo que modifica.
n) Las declaraciones deben estar en forma positiva. Evítese la forma: “No solamente...
sino...”
ñ) Expresar las ideas coordinadas en forma similar. Su enumeración debe ser
homogénea, tanto en los términos como en los signos de puntuación que los separan.
o) Evitar las enumeraciones con guiones o equivalentes.

2.2 Composición y estilo


2.2.1 Voz
Propia. Asegurarse de que el lector sepa de quién es la voz, quién le está hablando. No
usar la primera persona del singular ni del plural, ya que facilitan la argumentación.
(Aunque, por este preciso motivo, la uso ocasionalmente en estas “Recomendaciones
26”).
Ajena. Las comillas se usan para darle la palabra en un texto a otra persona distinta de
su autor (otro autor, un testigo, un dicho popular, un eslogan). Tienen otros usos, pero
este es el principal.
Activa. Usar preferentemente la voz activa. El uso de la voz pasiva no siempre es
incorrecto, pero puede ocultar la voz del autor.
Reflexivos. No usar el reflexivo (se) más que para los verbos que lo requieren (caerse,
dormirse). Al revisar el trabajo hay detenerse en cada reflexivo para comprobar que sea
necesario, no un artificio que oculte la voz del autor o de un sujeto implícito no definido
(se sabe, se comentó).

2.2.2 Tiempos verbales


Pasado. Usar los tiempos pasados del modo indicativo, no el presente, ni el futuro, ni el
potencial, ni tiempos del modo subjuntivo (salvo que lo requiera la coordinación de los
tiempos verbales) para todo cuanto concierne al pasado. Cuando sea necesario usar el
modo subjuntivo no hay que usar el presente si la acción transcurre en el pasado. El
subjuntivo tiene varias formas para el pasado.

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Presente. Usar el presente para referirse a lo que dicen los libros o los autores en sus
libros, que por estar frente a nosotros, aún dicen lo que dicen:
“Cervantes, que luchó en Lepanto, dice en el Quijote...”

2.2.3 Palabras
Innecesarias. Omitir las palabras innecesarias. Becker (2011) recomienda detenerse en
cada una y eliminar las que no son imprescindibles para el sentido de la frase.
Significado. Es frecuente que usemos algunas palabras sin reparar en su significado
preciso. Es necesario consultar en el diccionario, especialmente el de María Moliner,
aun las palabras que creemos conocer bien para evitar cualquier posible
malinterpretación.
Metáforas. No abusar de las metáforas de corte literario (“las perlas de sus dientes”).
Otras, con frecuencia referidas a partes del cuerpo e insertas en el lenguaje cotidiano,
son correctas (“al pie de la montaña”, “frente a la plaza”). Para aclarar esto en pocos
minutos, recomiendo los videos de Alberto Bustos (a quien pertenecen los ejemplos),
“La metáfora: cómo nos sirve para hablar y para entender el mundo” y “Metáforas en
la gramática”, que están en Youtube.
Adjetivos calificativos. Evitar los adjetivos calificativos. Igualmente, hay que evitar las
palabras “importante”, “necesario” o similares. Si algo es importante o necesario hay
que mostrarlo sin usarlas.
Modismos y coloquialismos. Evitar las palabras de moda y las expresiones coloquiales.
Ellas cambian pronto y pueden tornar incomprensible una frase en poco tiempo.
El prefijo ex y otros prefijos. Evitar confusiones cuando se usa el prefijo “ex” para indicar
(como dice la segunda acepción del diccionario de la RAE) alguien “que fue y ha dejado
de serlo”. Puede ir pegado a la palabra si está claro el sentido, como en “expresidente”;
pero conviene usarlo separado si no lo está, como en “ex preso”, para indicar que alguien
pasó por la prisión, ya que “expreso” es una palabra con sentido propio. Antes que la
uniformidad del uso es preferible la claridad. Otros prefijos, siempre que no haya
posibilidad de confusión deben ir pegados a la palabra que modifican.
Ortografía. Todas las palabras sobre cuya ortografía no se esté seguro deben buscarse
en el diccionario.
Tildes. No omitir la tilde de las palabras que en castellano la llevan. Omitirla en aquellas
que según la RAE ya no lo requieren (esta, este, aquella, aquel, cuando son pronombres
personales; solo, cuando es adverbio). Revisar aquellas palabras en que la tilde cambia el
significado (aún, en el sentido de todavía; aun, en el sentido de incluso).

2.2.4 Puntuación
El correcto uso de la puntuación es necesario para expresar cuanto queremos expresar.
Los signos de puntuación utilizados en castellano son cuatro simples y seis dobles. Los
cuatro simples son el punto, la coma, el punto y coma y los dos puntos. Los seis dobles
son los paréntesis, los corchetes, las comillas, las rayas, y los de interrogación y
exclamación. A diferencia de otros idiomas, los tres últimos nunca son simples: siempre
se abren y se cierran.
Los signos simples van siempre después del cierre de los dobles. Por lo tanto, la
coma, el punto o punto y coma van después del cierre, por ejemplo, del paréntesis o de
las comillas; y la coma o el punto y coma, después de los signos de exclamación e
interrogación (no se usa el punto después de ellos porque ambos lo incluyen).
En otras secciones y apartados de estas “Recomendaciones 26” hay indicaciones
acerca del uso de los signos de puntuación, pero sobre el uso de cada uno es conveniente

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consultar el manual de estilo de García Negroni, el Blog de Lengua o simplemente


buscar, por ejemplo, “uso de la coma” en Google.

2.2.5 Párrafo
Es la unidad de composición. El comienzo de cada párrafo debe servir para indicar la
línea argumental, por ello es conveniente que contenga las palabras clave de su
contenido. No es conveniente que comience con el nombre de un autor, con una cláusula
modificadora del contenido (sin embargo, no obstante), ni con referencias al párrafo
anterior (a su vez, por otra parte). Los párrafos no deben tener una extensión menor de
cinco líneas ni más de treinta líneas, pero la extensión depende del contenido.

2.2.6 Revisión
El texto debe ser revisado varias veces para eliminar las repeticiones y cuidar la
ortografía. Hay que pensar qué conoce el lector al que el trabajo está destinado para
evitar aclararle lo que es obvio o dar por supuesto que ya conoce una persona o episodio
(aunque ahora está Google para encontrar lo que ignoramos). Evitar los atajos a
expensas de la claridad. Hay que recordar que el lector sabe menos del tema que quien
escribe.

3. Estructura
3.1 Características comunes
Una estructura apropiada es tan importante como el buen uso del lenguaje. Es
conveniente escribir todo cuanto pasa por nuestra mente, en el orden en que ella lo
produzca, pero luego hay que cortar, reubicar, pulir y balancear el escrito hasta que
cumpla con los requisitos de de formato y extensión. La estructura depende del tipo de
trabajo. Hay cuatro tipos principales: la reseña de libros; la monografía que suele
exigirse al final de un curso; el artículo o capítulo de libro; y el libro. Al comenzar el
trabajo es necesario tener presente cuál será su extensión: la reseña puede tener
alrededor de mil palabras; la monografía, entre tres mil y cinco mil palabras; un artículo
o capítulo, entre ocho mil y diez mil palabras; un libro, unas cien mil palabras. Cuanto
sigue, dentro de sus límites particulares, sirve para todos ellos.

3.1.1 Título
El título es clave para comunicar el contenido de un trabajo. Todo trabajo (monografía,
artículo, capítulo de libro, libro) debe tener uno que describa el contenido de la manera
más expresiva y más corta posible. Los trabajos de historia deben contener, usualmente
en el subtítulo, una indicación (solo una) de lugar y tiempo, siempre que el título no la
contenga. El título y el subtítulo se separan con dos puntos. Estas son indicaciones
generales, pero el título de cada tipo de trabajo tiene su particularidad.
De reseñas. Usualmente no tienen título. Las revistas académicas que las publican las
ordenan temáticamente y por el título del libro reseñado. Otras revistas, sin embargo,
prefieren que lleven un título, que en general es más amplio que el del libro reseñado.
De monografías. Pueden referirse a aspectos abstractos o generales cubiertos por el
trabajo, pero el subtítulo debe situar el tema en el espacio y en el tiempo.
Artículos de revista académica. Conviene que no sean demasiado largos. Pueden incluir
una o dos referencias (pero no tres) a temas más generales, pero deben precisar en el
subtítulo el lugar y tiempo. “Las finanzas arcaicas: la Real Caja de Buenos Aires, 1789-
1811” indica el tema más general (las finanzas) cuyo estudio se llevó a cabo mediante
el análisis de los libros de una institución (la Real Caja), de un lugar preciso (Buenos

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Aires), en ciertos años (entre 1789 y 1811). La indicación temporal debe ir separada de
la de lugar por una coma, no entre paréntesis.
De capítulos de libro. Deben ser más cortos que el título de un artículo porque son parte
de un conjunto, el libro, que ya tiene un título cuya información que no debe repetirse.
Los capítulos de un libro deben tener cierta similitud tanto en su extensión como en la
expresión de su contenido.
De libros. El mejor título es uno breve, que pueda ser recordado fácilmente y que resuma
fielmente el contenido del libro. Ejemplo de esto son La pampa gringa, de Ezequiel
Gallo, que trata acerca de la inmigración italiana en Santa Fe; Evita capitana, de
Carolina Barry, sobre la acción política de Eva Perón. Hay que evitar los títulos
ambiguos como El rojo y el blanco, que puede tratar tanto de vinos como de la guerra
civil en Rusia; o Ni blanco ni negro, que es el título de un libro sobre el mestizaje en
Brasil, pero cuyo contenido no se entiende sin el subtítulo.

3.1.2 Partes
Todo trabajo debe tener una introducción, un desarrollo (aunque no con este título) en
dos o más partes, y una conclusión. En la introducción se dice lo que se va a decir, en el
desarrollo se lo dice y en la conclusión se dice lo que se dijo, según la concisa fórmula
de Jean Guitton. Todo trabajo debe dividirse en partes: una monografía o capítulo, en
secciones; un libro, en capítulos. Esto es así tanto para organizar la exposición cuanto
para no cansar o desorientar al lector.

3.1.3 Introducción
En la introducción se define el marco conceptual, lo más amplio posible, dentro del que
se quiere que los lectores lean el trabajo. El autor determina allí con quién dialoga. Se
debe plantear una pregunta (con o sin signos de interrogación), que se desarrolla en el
cuerpo del trabajo y se contesta en la conclusión. Hay que tener una pregunta antes de
comenzar a escribir, pero al terminar trabajo es necesario ajustar la pregunta al
contenido real del mismo y a la respuesta que da la conclusión.

3.1.4 Extensión
Todo trabajo tiene una extensión predeterminada, fijada por los requisitos establecidos
para presentar una monografía en un curso, una ponencia en un congreso, un artículo a
una publicación periódica o un libro a una editorial. Hay que tener presente al comenzar
el trabajo cuántas páginas habrá que escribir y cuánto de todo lo que queremos decir
entrará dentro del formato predeterminado. Se debe cuidar el equilibrio del trabajo y de
sus diferentes partes (secciones o capítulos): cada parte tiene que tener una longitud
similar a la de sus equivalentes. La introducción y la conclusión deben tener una
longitud similar, pero juntas no deben tener menos del 10% ni más del 20% de la
extensión total del trabajo.

3.1.5 Conclusión
Todo trabajo debe tener una conclusión acorde con su extensión: una o dos frases en
una reseña; uno o dos párrafos en un proyecto de investigación; entre un 7% y un 10%
de la extensión de una monografía o de un artículo; aproximadamente la de un capítulo
en una tesis o en un libro. En todos los casos, debe centrarse en la respuesta que el
desarrollo del trabajo da a la pregunta formulada en la introducción. Hay que evitar la
inclusión de nueva información o de notas al pie.

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3.2 Características específicas


3.2.1 Reseña
El objeto de la reseña es dar cuenta del tema, fuentes, métodos y tesis de un libro, como
asimismo de la originalidad de su contribución a lo ya conocido sobre el tema. Las
publicaciones académicas prefieren reseñas de mil palabras. Las reglas de la crítica del
poeta y crítico Robert Pinsky, según Manuel Rodríguez Rivero (crítico de “Babelia”, el
suplemento literario de El País, de Madrid), son tres: (1) la crítica debe decir de qué
trata el libro; (2) la crítica debe decir lo que el autor del libro dice acerca de lo que trata
el libro; y (3) la crítica debe decir lo que el crítico piensa sobre lo que el autor dice
acerca de lo que trata el libro.

3.2.2 Estado de la cuestión


El objeto del estado de la cuestión es dar cuenta, de manera organizada y sistemática,
de lo que se ha escrito sobre un tema. En este caso el tema, no los libros, está en primer
lugar. Libros, artículos y otras contribuciones se mencionan solo en relación con el tema
y subtema tratados. Pueden señalarse aspectos que el material comentado no trata. Su
extensión depende del destino que se le dé.

3.2.3 Proyecto de investigación


El proyecto de investigación debe contener: 1) el contexto del cual surge la pregunta
que la investigación contestará; 2) un resumen del estado de la cuestión que muestre,
sin decirlo, que la pregunta no ha sido contestada; 3) un análisis de las fuentes y de la
metodología que permitirán contestar la pregunta; y 4) los resultados esperados de la
investigación. La clave para iniciar una investigación, como se ve, es hacerse una
pregunta. Las preguntas surgen de una lectura crítica de cuanto se ha escrito sobre un
tema (es decir, del estado de la cuestión). Se debe elegir una de ellas: aquella para cuya
contestación encontremos fuentes y dispongamos de los métodos adecuados para
tratarlas. El proyecto de investigación debe mostrar que conocemos las fuentes y los
métodos. Finalmente, el proyecto de investigación debe decir qué esperamos agregar al
conocimiento cuando la investigación concluya y hayamos podido responder a la
pregunta que nos planteamos.

3.2.4 Monografía
a) Comenzar a escribir por donde uno tiene más material o más ganas.
b) Concentrarse en la línea argumental: hay que incluir todo lo que se necesita para
desarrollarla y excluir todo lo que no sea necesario para ella.
c) Completar el borrador antes de comenzar el pulido y engarce de las partes.
d) Para la estructura, véase supra, sección 3.1 Equilibrio

3.2.5 Artículo de revista


Vale todo lo dicho para una monografía, pero además es conveniente mirar la revista a
la que se enviará el trabajo. Cada revista tiene requisitos explícitos para la presentación
de trabajos, que se pueden obtener de la redacción de la revista o, a menudo, en algún
ejemplar de la misma, pero también requisitos implícitos. Por eso, antes de enviar un
artículo a una revista, conviene observar qué tipo de artículos publica esa revista y cuál
es la estructura y la temática de esos artículos. La extensión usual de un artículo
publicado en las revistas académicas de la especialidad es de ocho mil a diez mil
palabras.

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Recomendaciones 26

3.2.6 Tesis de licenciatura, de maestría o de doctorado


Las tesis están compuestas de varias secciones o capítulos, según la extensión requerida
por las instituciones en las que se presenten. Nunca debe perderse de vista el hecho de
que las partes, es decir las secciones o capítulos, forman parte de un todo, que es la tesis.
Las tesis, por ese motivo, deben tener una introducción y una conclusión, que sean de
la misma extensión aproximada que una sección o un capítulo. La introducción debe
plantear una pregunta y la conclusión debe responderla. Las secciones o los capítulos
que estén entre ellas deben servir para sostener cuanto se afirme en la conclusión.
Cada sección o capítulo debe tener una introducción que lo ligue con el tema
central de la tesis y explique al lector la función que cumple en el desarrollo del mismo.
También debe de tener una conclusión que señale el aporte principal del capítulo al
desarrollo del tema central. La conclusión de cada capítulo debe servir para construir la
conclusión de la tesis.
Las tesis de doctorado deben ser la base de un libro y las tesis de licenciatura y
maestría pueden pensarse como partes de una tesis de doctorado, aun cuando esta no
esté en los planes inmediatos del autor.

3.2.7 Libro
La tesis de doctorado tiene pocos lectores, muy especializados, que frecuentemente
ponen más atención en el contenido que en la forma. El libro, en general, tiene lectores
menos especializados y el autor debe apuntar a que sean muchos. Para eso es necesario
contar la historia (antes los historiadores contaban historias y muchos siguen
haciéndolo) de una manera que, sin sacrificar el contenido, sea atrayente. Más que
eliminar el aparato erudito o quitar la sobrecarga de fuentes que suele acompañar a las
tesis, es necesario pulir las introducciones y conclusiones de los capítulos, quitar las
repeticiones, eliminar los vicios de lenguaje y dejar de lado todo aquello que no sea
estrictamente necesario para el desarrollo del argumento. Debe resistirse la tentación de
ir más allá del período tratado en la tesis, porque es posible que lo que se agregue no
tenga el mismo respaldo documental que lo que ya estaba pero, en sentido contrario,
debe agregarse cuanto sea necesario para que la historia que se cuenta se cierre en un
punto significativo.
Hay libros que no provienen de una tesis de doctorado. Como es posible que sus
autores ya hayan adquirido las herramientas que la confección de una tesis provee, no
cabe darles recomendaciones sobre lo que ya conocen.

3.2.8 Presentaciones orales y Powerpoints


Estas “Recomendaciones 26”, como las ediciones anteriores, tratan acerca de trabajos
escritos, pero en los medios académicos se utilizan las presentaciones orales para
anticipar el contenido de un trabajo y someterlo a la crítica de especialistas o de un
público general. Los estilos de las presentaciones son muy variados, pero una
recomendación general es que comiencen con una pregunta (y el contexto del cual surge),
que el desarrollo provea la información para contestarla, y que se cierre con la respuesta
basada en la información dada. Es conveniente redactar lo que se va a decir y leer en voz
alta ese escrito para estimar lo que llevará exponerlo y no excederse del tiempo asignado.
Las presentaciones con frecuencia requieren un Powerpoint (PP). Si fuese posible,
es mejor no usarlo porque “nada supera a un discurso inteligente, bien estructurado y
cuajado de contenido”. Si no lo fuese, conviene recordar lo siguiente: (1) que el PP es
para ayudar al público a entender, para captar su atención y convencerlo, no para

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Recomendaciones 26

ayudarnos a exponer; (2) que las diapositivas deben servir como ilustración y refuerzo de
la exposición, no para introducir nueva información ni como adorno; (3) que las
diapositivas deben ser pocas, la menor cantidad posible; (4) que cada diapositiva debe
contener poca información; (5) que al presentar el PP debemos mirar al público, no a la
pantalla en que se proyecta; (6) y que debemos seguir la proyección en una computadora
propia o provista y, por las dudas de que no funcione, hay que tener impreso el texto del
PP. Estas son las recomendaciones que hace Alberto Bustos (a quien pertenece la cita al
comienzo de este párrafo) en su Blog de Lengua, en un video titulado “Cómo usar el
PowerPoint para que tus presentaciones sean efectivas”. Tiene menos de diez minutos y
se encuentra en Youtube.

4. Formato
El formato de un trabajo parece un tema menor, pero no lo es. Las revistas o las editoriales
piden un formato determinado para los manuscritos que se les presentan, de modo que
en algún momento es necesario ajustar el trabajo a sus requisitos. Cuanto sigue no
reemplaza esos requisitos, pero puede ayudar a complementarlos y a facilitar el trabajo
posterior.

4.1 Usos y costumbres


4.1.1 Sangría, interlineado, comillas
a) Dejar sangría de cinco espacios al comienzo de cada párrafo. Este requisito puede
obviarse por razones estéticas en el primer párrafo de un capítulo o sección. Cualquier
opción que se prefiera, debe mantenerse igual dentro de un mismo trabajo. Después de
una transcripción en caja menor solo va sangría si se quiere indicar un punto y aparte.
b) Utilizar doble interlineado (En Word: Inicio/Párrafo/Interlineado). Aquí se ha usado
el interlineado sencillo para bajar el costo de fotocopiado o impresión de estas
“Recomendaciones 26”, pero el doble interlineado es necesario para facilitar las tareas
de corrección del original.
c) Usar las comillas (“ ”) solamente en los siguientes casos: (1) para transcripciones
textuales; (2) para palabras que se toman de otro contexto, a las que se supone
transcripción aunque no se indique la fuente (por ejemplo, dichos populares, refranes,
lugares comunes); y (3) para palabras o frases con cuyo uso no acuerda el autor (otros
lo dicen así, no él). Las comillas siempre indican que quien expresa lo que está entre
ellas es alguien distinto del autor (véase 2.2.1)

4.1.2 Estilo de las fuentes


a) Usar en el texto solamente la redonda (que es este tipo de letra), no la bastardilla
(también llamada cursiva o itálica), ni la negrita, la MAYÚSCULA o la VERSALITA,
excepto que estas sean requeridas por la editorial o revista para los casos que
especificarán.
b) Usar la bastardilla para títulos de libros (pero no la Biblia ni los libros que la
componen) y nombres de diarios y revistas, ya sea que se mencionen en el texto, en las
notas o en la bibliografía. También van en bastardilla los títulos de películas; las obras
de teatro; las composiciones musicales; las obras de arte; los programas de
computación; los programas de radio y televisión; los nombres de barcos, de servicios
de trenes, ómnibus o vuelos especiales (pero no el nombre de la empresa de transporte),
de satélites y de naves espaciales; y las palabras extranjeras, a menos que sean de uso
común y se hayan castellanizado.

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Recomendaciones 26

c) Los títulos de artículos y folletos van en redonda, entre comillas (por ejemplo,
“Recomendaciones 26”). Solo lleva mayúscula la primera letra del título o los nombres
propios que la requieran.
d) Los nombres de publicaciones periódicas, académicas o no, van en bastardilla y todas
las palabras llevan mayúscula: La Nación, Journal of Latin American Studies, Primera
Plana.
e) Los signos de puntuación que van al final del título de un libro o del nombre de una
publicación periódica o título de libro van en redonda, no en bastardilla, porque no
pertenecen al nombre o título.
f) No utilizar la bastardilla para enfatizar una palabra. Solo excepcionalmente puede
utilizarse de ese modo, si de otro se prestase a confusión.

4.1.3 Números y unidades de medida


Números. De uno a diecinueve (uno, dos, once, dieciocho) y los números terminados en
cero (veinte, treinta, cien, mil, millón) van con palabras; para otras cifras se usan los
números arábigos (21; 85; 167; 1.235; 5.678.901). Los millares se separan con punto y
los decimales con coma, aunque en las publicaciones en inglés la práctica es la inversa.
La Conferencia Internacional de Pesos y Medidas admite ambas variantes en cuanto a
los decimales. Sobre los millares, sin embargo, establece que se separan con un espacio,
no con un punto ni con una coma (5 678 901, por ejemplo). Cualquier tipo de separación
que se adopte debe usarse en todo el trabajo y ajustarse a las normas editoriales de la
revista o editorial que lo publique.
Fechas. Deben expresarse completas: 27 de noviembre de 2003, no 27-11-03 o
cualquier otra forma de abreviatura.
Años. Deben darse completos, sin punto de separación entre millares y centenas: 1945,
no 45, ni ’45. Los períodos de varios años se deben indicar con los años completos
unidos por un guión corto, sin espacios: 1895-1896, no 1895-96, ni 1895/96 (excepto
en el caso de las cosechas de verano en el hemisferio sur, para las que sí se suele usar
esta última forma, para indicar que se trata de una cosecha que comienza a fin de un año
y termina a principios del siguiente y no de las cosechas de dos años distintos).
Décadas. Pueden mencionarse de las siguientes maneras: la década de 1920; la década
del treinta; los años sesenta (en este caso, siempre en singular, a menos que como Oscar
Terán, que publicó un libro titulado Nuestros años sesentas, quiera transmitirse la idea
de que hubo muchos años sesenta, según la experiencia de cada cual). Si el trabajo trata
acerca de los siglos XX y XXI, para evitar confusiones es conveniente la primera
manera: la década de 1920; la década de 2010.
Siglos. Se indican usualmente con números romanos en mayúscula: siglo XIX; siglos
XVII y XVIII. Según el contexto, también puede usarse la palabra: siglo veinte, siglo
veintiuno.
Leyes y decretos. En el número de las leyes y decretos, el punto debe usarse (ley 13.010).
Los decretos se numeran por año y por presidente en el caso de que haya más de uno en
un mismo año, por lo que es necesario indicar la fecha completa: decreto 18.409, del 31
de diciembre de 1943. Las palabras “ley” y “decreto” van con minúscula.
Unidades de medida. Se abrevian según los usos internacionales establecidos por la
Conferencia Internacional de Pesos y Medidas, adoptados para la Argentina por la ley
19.511. Los más usuales son m para indicar metro; m2, metro cuadrado; km, kilómetro;
km2, kilómetro cuadrado; ha, hectárea. Debe notarse que la abreviatura no lleva punto.

10
Recomendaciones 26

Puede encontrarse más información buscando en internet en “Sistema internacional de


unidades”.

4.1.4 Nombres
Los nombres deben darse completos, sin iniciales, a menos que el autor firmase con
ellas. Por ejemplo:
Juan Perón, como firmaba, es preferible a Juan Domingo Perón, pero la manera
de nombrarlo depende del contexto.
T.E. Lawrence, ya que firmaba así, es preferible a Thomas Edward Lawrence,
como se llamaba.
Enrique M. Barba, como firmaba, es preferible a Enrique Barba o Enrique
Mariano Barba.
El nombre de un autor o de un personaje debe darse completo la primera vez que se lo
menciona en un trabajo y luego puede darse solamente su apellido. Según el tema del
trabajo puede omitirse el nombre completo de un personaje. Si es la Revolución
Francesa, no es necesario dar el apellido de Napoleón; si es la historia argentina de
mediados del siglo XX, no es necesario dar el nombre completo de Perón.
Debe notarse que hay nombres que cambian con el tiempo, independientemente
de la voluntad de sus poseedores. Es el caso de Hipólito Irigoyen, cuyo apellido, casi
tres lustros después de su muerte, fue cambiado por Yrigoyen por un sector del
radicalismo, que a la larga triunfó en la lucha interna e impuso esa grafía, hasta hoy,
más allá de los límites partidarios. Otros nombres cambian según el idioma y el tiempo:
Caius Iulius Caesar es Giulio Cesare en italiano contemporáneo y Julio César en los
países hispanohablantes. Los nombres, por lo tanto, deben darse según el contexto de
cada trabajo de modo que sean comprensibles para sus lectores.

4.1.5 Abreviaturas y siglas


Hay palabras que se utilizan usualmente en forma abreviada, como etc. por etcétera. En
estos casos el punto es parte de la palabra no un signo de puntuación. Por eso la palabra
siguiente va en minúscula. Las siglas no se separan con punto: CGT, por Confederación
General del Trabajo; FMI, por Fondo Monetario Internacional: o UCR, por Unión
Cívica Radical. Es conveniente incluir una lista de siglas y abreviaturas no usuales al
final de una monografía, capítulo, tesis o libro, antes de la bibliografía.

4.1.6 Antes de imprimir


a) Numerar las páginas. Word lo hace automáticamente en Insertar/Número de
página/Final de página.
b) Revisar muy especialmente que no haya errores de tipeo en los nombres de personas
y títulos de libros.
c) Eliminar los espacios dobles. En Word esto se hace en Inicio/Reemplazar, tipeando
dos veces la barra espaciadora en “Buscar”, solo una en “Reemplazar con”, y luego
cliqueando en “Reemplazar todos” tantas veces como sea necesario para que aparezca
el mensaje: “Se han realizado 0 reemplazos”.
d) Controlar la configuración de la página. El tamaño del papel se controla en Word en
Disposición/Márgenes/Tamaño, donde puede optarse por el tamaño a usar (A4, por
ejemplo). Los márgenes se controlan en Disposición/Márgenes, donde conviene optar
por Normal. Para que ese margen se aplique a todo el documento debe tipearse antes

11
Recomendaciones 26

Control E. En el caso de que el documento incluya transcripciones literales de textos


ajenos de cinco renglones o más no debe usarse Control E.

4.1.7 Impresión
Utilizar un solo lado de la hoja (preferentemente tamaño A4), con márgenes mínimos
de 3 cm a izquierda y derecha y de 2,5 cm arriba y abajo. En Word:
Disposición/Márgenes/Normal. (Para ahorrar papel he tratado de imprimir de los dos
lados de la hoja, pero como es más engorroso no siempre he logrado ahorrarlo).

4.2 Transcripciones
a) Evitar las transcripciones textuales. Un trabajo sobrecargado de transcripciones invita
al lector a saltearlas.
b) Dejar solo las transcripciones que no puedan parafrasearse sin perder algo de su
sentido.
c) Las transcripciones van entre comillas (“ ”). La transcripción dentro de una
transcripción va entre comillas simples (‘ ’). Los comentarios propios dentro de una
transcripción van entre corchetes [ ]. En las publicaciones en otros idiomas las comillas
se usan de manera diferente: en inglés, las comillas simples para las citas y las dobles
para las citas dentro de citas; en francés, las comillas angulares (« ») para las citas
(también para los títulos de artículos y de capítulos) y las comillas dobles para la citas
dentro de citas.
d) Si el texto transcripto tiene cinco o más renglones debe ir separado del texto propio
en caja menor (es decir, con márgenes mayores), letra de cuerpo menor (optativo) y sin
comillas. Si tiene menos de cinco renglones, va dentro del texto propio, entre comillas.
No se debe usar las bastardilla para las transcripciones.
e) Asegurarse de que todas las citas textuales o paráfrasis que se hagan de textos o ideas
de otros autores estén acreditadas en nota, cuya llamada debe estar al final del párrafo
donde se encuentre la cita textual o la paráfrasis. Esta acreditación debe hacerse tanto
por razones de honestidad intelectual (véase supra, sección 1) cuanto para que los
lectores conozcan las fuentes que han alimentado nuestro razonamiento. Nuevamente:
no acreditar a su autor una idea o una cita es plagio, que está penado por la ley y por las
regulaciones y costumbres académicas.

4.3 Notas
a) Las notas deben ir al pie de página o al final del trabajo, pero no dentro del texto. En
algunas disciplinas (economía, antropología) se suele usar las notas dentro del texto,
pero no en historia. La llamada (el número que va volado en el texto, como este 1 al final
de la palabra llamada, y se repite en la nota) indica la existencia de una nota y distrae
menos al lector.
b) Las llamadas de las notas deben ir al final de la frase para no obligar al lector a
interrumpir la lectura en la mitad de ella. La llamada va después del signo de puntuación.
En el caso de una llamada al final de una transcripción, el orden de los signos debe ser
cierre de las comillas, punto, llamada, como están al final de la frase siguiente:
“Los asignados, emitidos en 1790, tenían supuestamente un valor real”.1
c) Deben evitarse las notas demasiado largas. Las notas deben usarse solo para dar las
referencias de las fuentes documentales, manuscritas o bibliográficas, y para hacer
aclaraciones imprescindibles, siempre de la manera más breve que sea posible.

12
Recomendaciones 26

d) Si al redactar una nota se advierte que es demasiado larga (más de dos o tres líneas),
hay que tratar de incluir su contenido en el texto. Si no se pudiese hacerlo, hay que
considerar la posibilidad de eliminarla.
e) Las notas no deben contener cuadros, ni deben cortarse en párrafos.
5. Referencias
Las referencias de las fuentes bibliográficas y documentales utilizadas en un trabajo
deben darse con el mayor de los cuidados porque ellas permiten a los lectores seguir el
rastro de lo que ha servido para construir la argumentación de una obra. Hay,
ciertamente, distintas maneras de escribir historia. Algunos historiadores son avaros con
la mención de las fuentes en homenaje a la fluidez argumental. Esto no es condenable,
naturalmente, pero en los trabajos que deban presentarse en medios académicos por
motivos académicos es mejor pecar por exuberancia. El tiempo y la experiencia
permitirán llegar a un uso más equilibrado, pero en la duda siempre es mejor dar la
referencia que omitirla. La referencia completa de una obra incluye el nombre y apellido
del autor y el título del artículo o libro. Si es un libro, también el lugar de publicación,
la editorial y el año de publicación. Si es un artículo en una revista, también el nombre
de la revista, año de publicación, volumen, número y páginas (primera y última del
artículo).
En el caso de un libro, los datos deben tomarse de la portada (no de la tapa). Si
el lugar, la editorial o el año no están mencionados en la portada, pueden buscarse en
otras partes del libro (en el colofón o en el reverso de portada). Más abajo se indica qué
debe hacerse en el caso de que falte esta información.
En el caso de un artículo, los datos deben tomarse de la información que
encabeza el artículo (no del índice de la revista). La cantidad de volúmenes de un libro
va, si es necesario indicarla, después del año. La serie o colección solo se indica si es
importante para que el lector conozca las características de la obra, en cuyo caso va entre
paréntesis, después del año o de la cantidad de volúmenes.

5.1 Información que debe incluir la referencia


5.1.1 Nombres
a) En las notas al pie o al final
En las notas se entra nombre y apellido:
Juan Perón
María Fernanda Arias
Mario Hernández Sánchez Barba
b) En la bibliografía
En la bibliografía se entra apellido y nombre para posibilitar su ordenamiento alfabético:
Arias, María Fernanda
Hernández Sánchez Barba, Mario
Perón, Juan
c) Autores con más de un apellido
Para la alfabetización de apellidos en la bibliografía debe seguirse la regla de cada
idioma. Los apellidos de autores de lengua castellana se alfabetizan por el primero:
García Sebastiani, Marcela
Hernández Sánchez Barba, Mario
Tau Anzoátegui, Víctor
Los apellidos de autores de origen inglés y portugués se alfabetizan por el último:
Abreu, Claudio de Paiva
Kennedy, John Fitzgerald

13
Recomendaciones 26

Los apellidos compuestos de autores ingleses (o de otras nacionalidades) que están


unidos por un guión corto se deben alfabetizar por el primero:
Kröller-Müller, Helene Emma Laura Juliane
Burne-Jones, Edward Coley
d) Autores clásicos
Los nombres de los autores clásicos se dan como se usan en nuestro idioma:
César, Cayo Julio, en lugar del original Caesar, Gaius Iulius
Maquiavelo, Niccolò (o Nicolás), en lugar del original Machiavelli, Niccolò
e) Información adicional
La información adicional que identifica a un autor, cualquier sea ella, va después del
nombre y se debe dar tal como la usa el autor.
En las notas al pie;
James A. Baker III
Martin Luther King, Jr.
Carlos Páez de la Torre (h.)
En la bibliografía :
Baker, James A., III
King, Martin Luther, Jr.
Páez de la Torre, Carlos (h.)

5.1.2 Títulos
Los títulos de libros y nombres de revistas van en bastardilla. Los títulos de artículos,
capítulos de libros y folletos van entre comillas. Solo deben usarse las mayúsculas
necesarias (la primera letra del título, los nombres propios). Los títulos de libros y
artículos en inglés suelen darse en las publicaciones en ese idioma con mayúsculas en
todas las palabras, pero no es obligatorio respetar esa costumbre. La Library of
Congress, por ejemplo, no usa más que las mayúsculas necesarias en las entradas de los
libros en inglés que están en su catálogo.

5.1.3 Otra información


Entre el título y el resto de la referencia debe ubicarse la información concerniente a:
(1) nombre del traductor; (2) nombre del autor del prólogo; (3) nombre del autor de las
notas; y (4) número de edición (si es la primera no se indica). En el ejemplo siguiente
el número de edición corresponde a la que lleva un estudio preliminar, notas y apéndices
de Luis Arocena, no al número de edición de El príncipe, que es imposible de conocer:
Maquiavelo, El príncipe, estudio preliminar, notas y apéndices de Luis A.
Arocena, 3ª ed., Barcelona, Editorial Universitaria, Universidad de Puerto Rico,
1975.

5.1.4 Lugar de publicación


El lugar de publicación no debe abreviarse: Buenos Aires, no Bs. As.; Córdoba, no Cba.
Cuando puede dar lugar a confusión debe agregarse otra información útil para la
identificación del lugar: por ejemplo: Stanford, California; Santiago (Chile). Si no hay
mención de lugar de publicación, debe mencionarse s.l. (sin lugar). Los nombres de
lugares deben darse tal como están en el libro, no en su forma castellana: New York,
London, Milano, no Nueva York, Londres, Milán.

5.1.5 Editorial
Al mencionar la editorial, las palabras editorial, ediciones, libros, publicaciones o
similares pueden omitirse, siempre que su omisión no dé lugar a confusiones. Es mejor

14
Recomendaciones 26

entrar Ediciones B, que solamente B; o Editorial de la Campana, que solamente de la


Campana. Los nombres de las editoriales no deben abreviarse. Solo se entran siglas, si
el nombre de la editorial lo es. Por ejemplo: Eudeba, pero no FCE por Fondo de Cultura
Económica. Si no hay mención de editorial, debe mencionarse s.e. (sin editorial).

5.1.6 Año de publicación


Debe consignarse el año de publicación que figura en la portada. Si no figura allí, suele
estar en el reverso de la portada (con la indicación del copyright, o derechos de autor) o
en el colofón (al final del libro). El año debe darse completo y en números arábigos:
1999, por ejemplo, aunque en la portada se dé en números romanos: MCMXCIX. Si no
hay mención de año, debe indicarse s.f. (sin fecha).

5.1.7 Colección, otras ediciones


La información acerca de la colección a la que pertenece un libro, si es importante para
su identificación, va entre paréntesis después del año de publicación.
Torre, Juan Carlos, comp., Los años peronistas (1943-1955), Buenos Aires,
Sudamericana, 2002 (Nueva Historia Argentina, vol. 8).
En ese lugar va también, igualmente entre paréntesis, entre corchetes, o de la manera
que la editorial indique, la información sobre ediciones en otro idioma o sobre la primera
edición, si fuese necesario mencionarla.
Potash, Robert A., El ejército y la política en la Argentina, 1928-1945: de
Yrigoyen a Perón, trad. Aníbal Leal, 15ª ed., Buenos Aires, Sudamericana, 1994
(1ª ed. en inglés, 1969; 1ª ed. en castellano, 1971).

5.2 Entradas en la bibliografía


La bibliografía (la sección también puede titularse Referencias bibliográficas o,
simplemente, Referencias) sirve para poner juntas las referencias de todas las obras
utilizadas para redactar un trabajo. Solo debe incluir las obras citadas en las notas.
Muchas obras pueden haber sido útiles para el autor, pero si no se mencionan en las
notas no deben ir en la bibliografía.
La bibliografía debe listar artículos y libros por orden alfabético, sin distinguirlos
por su carácter, tema o período. De esa manera se facilita al lector el acceso a la
referencia completa de una obra, especialmente cuando en las notas al pie o al final se
dan referencias abreviadas. Si la bibliografía está separada en partes (por tema, período
o cualquier otro criterio), se obliga al lector a buscar la referencia en cada una de las
partes.
Los ejemplos que se dan aquí siguen las normas de la Library of Congress (cuya
autoridad sobre esta materia es similar a la de la Real Academia Española sobre el uso
de nuestra lengua), excepto en cuanto a la puntuación que separa los componentes de la
referencia. Para esto he adoptado el uso de la Editorial de la Universidad Nacional de
Tres de Febrero, Eduntref, que separa todos los componentes de una entrada con coma:
autor, título, lugar de edición, editorial, año.
El formato adoptado en lo que sigue, sin embargo, debe tomarse solo como un
ejemplo posible. Hay otros formatos (APA, Chicago, MLA, etc.) pero lo más importante
es usar siempre el mismo dentro de un mismo trabajo (monografía, artículo o libro). Las
editoriales y revistas académicas suelen ajustarse a un formato determinado que han
seguido tradicionalmente, en cuyo caso, para publicar en ellas, es necesario adecuar el
trabajo a tales requisitos.
La sangría que tienen las entradas de los libros en lo que sigue (también en 5.1.1,
5.1.3 y 5.1.7) se ha puesto solamente para destacar los ejemplos. No es necesario que

15
Recomendaciones 26

las bibliografías tengan ese formato, como tampoco que haya signo alguno delante de
la entrada de cada obra.

5.2.1 Libros de un autor


La información que debe incluir la referencia, como se ha visto en 5.1, es el nombre del
autor, el título del libro, el lugar de publicación, el nombre de la editorial y el año de
publicación, en ese orden. Adviértase que en todos los casos el signo de puntuación que
va a continuación de cuanto está en bastardilla (el título del libro o el nombre de una
publicación periódica) debe estar en redonda.
Anzorena, Oscar, JP: historia de la Juventud Peronista, 1955-1988, Buenos
Aires, Cordón, 1989.
Cuando hay más de un libro del mismo autor en la bibliografía es conveniente repetir el
nombre en cada entrada

5.2.2 Libros de dos autores


En el caso del primer autor se da apellido y nombre para poder ordenar alfabéticamente
la entrada, pero del segundo autor se da nombre y apellido porque no se utiliza para el
ordenamiento alfabético:
Anguita, Eduardo, y Martín Caparrós, La voluntad: una historia de la militancia
revolucionaria en la Argentina, 1966-1973, Buenos Aires, Norma, 1997.
.
5.2.3 Libros de tres o más autores
En el caso del tercer autor se sigue el mismo orden que en el del segundo:
Dussel, Inés, Silvia Finocchio y Silvia Gojman, Haciendo memoria en el país de
nunca más, Buenos Aires, Eudeba, 1997.

5.2.4 Libros en varios volúmenes


La cantidad de volúmenes se indica al final de la entrada (primer ejemplo), a menos que
sea una obra cuyos volúmenes tienen diferente título (segundo ejemplo):
Pontoriero, Gustavo, Sacerdotes para el Tercer Mundo: “el fermento en la
masa” (1967-1976), Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1991, 2
vol.
Potash, Robert A., El ejército y la política en la Argentina, 1962-1973, 2. De la
caída de Frondizi a la restauración peronista, segunda parte, 1966-1973, trad.
Elvio Gandolfo, Buenos Aires, Sudamericana, 1994.

5.2.5 Libros que tienen más de una edición


Se debe citar la edición que se utilizó. El número de la edición va entre el título y el
lugar de publicación:
Mattini, Luis, Hombres y mujeres del PRT-ERP, 2ª ed., La Plata, Editorial de la
Campana, 1995.
Si se quiere indicar que el libro tuvo una edición anterior a la utilizada, al final de la
entrada, entre paréntesis o entre corchetes, se da la referencia a esa otra edición. Esta
debe incluir el lugar de publicación y el nombre de la editorial solo si fuesen distintos
de los de la edición utilizada:
Mattini, Luis, Hombres y mujeres del PRT-ERP, 2ª ed., La Plata, Editorial de la
Campana, 1995 [1ª ed., Buenos Aires Contrapunto, 1990].

16
Recomendaciones 26

Si se utilizan dos ediciones diferentes, cada una debe tener su propia entrada en la
bibliografía.

5.2.6 Libros traducidos


El nombre del traductor y de los revisores va entre el título de la obra y el número de
edición o reimpresión:
Gillespie, Richard, Soldados de Perón: los Montoneros, trad. Antoni Pigrau, rev.
Marta y Enrique Torn, 4ª imp., Buenos Aires, Grijalbo, 1997.

5.2.7 Libros en otro idioma


En muchas revistas y libros de lengua inglesa se usan las mayúsculas en todas las
palabras del título. La Library of Congress, sin embargo, no sigue esa práctica y solo las
usa en las palabras de esa lengua (o de otras) que lo requieren. Tal es el caso del adjetivo
gentilicio “Argentine” en el título del libro del ejemplo, que en inglés va con mayúscula.
No se debe traducir el título ni los demás componentes de la referencia, pero si el título
está en caracteres griegos, cirílicos u otros no latinos, la traducción del título se da entre
corchetes, a continuación del título original.
Tamarin, David, The Argentine labour movement, 1930-1945, Albuquerque,
University of New Mexico Press, 1985.

5.2.8 Libros compilados


Son libros que incluyen artículos publicados o inéditos de varios autores y, en general,
contienen una introducción, una conclusión o ambas en las que los compiladores
explican el motivo por el cual ha reunido esos artículos:
Amaral, Samuel, y Mariano Ben Plotkin, comp., Perón: del exilio al poder, 2ª
ed., Caseros, Editorial de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, 2004.
En otros idiomas se usan otras palabras para indicar los compiladores: “editor” en inglés,
“a cura di” en italiano; “sous la direction de” en francés. En estos casos es preferible
utilizar las abreviaturas ed. o comp.:
Francioni, Gianni, y Francesco Giasi, comp., Un nuovo Gramsci: biografia,
temi, interpretazioni, Roma, Viella, 2020.
Si los compiladores no están identificados debe darse el nombre de los autores tal como
aparecen en la portada del libro, no en la tapa:
Carrière, Charles, Marcel Courdurié, Michel Gutsatz y René Squarzoni, Banque
et capitalisme commercial : la lettre de change au XVIIIe siècle, pref. Jacques
Rueff, Marseille, Institut Historique de Provence, 1976.

5.2.9 Capítulos en libros compilados con una o más entradas en la bibliografía


Si es el capítulo de un libro compilado mencionado solo una vez en la bibliografía debe
darse la referencia completa del libro:
Arias, María Fernanda, y Raúl García Heras, “Carisma disperso y rebelión: los
partidos neoperonistas”, en Samuel Amaral y Mariano Ben Plotkin, comp.,
Perón: del exilio al poder, 2ª ed., Caseros, Editorial de la Universidad Nacional
de Tres de Febrero, 2004, pp. 89-121.
Si la bibliografía incluye otros capítulos del mismo libro, en la entrada del capítulo se
da la referencia abreviada de ese libro, que tendrá su entrada propia en la bibliografía:
Arias, María Fernanda, y Raúl García Heras, “Carisma disperso y rebelión: los
partidos neoperonistas”, en Amaral y Plotkin (2004), pp. 89-121.

17
Recomendaciones 26

5.2.10 Libros anónimos


Para ubicar un libro anónimo en la bibliografía no se considera el artículo. Si por algún
motivo el artículo definido o indefinido es tomado en cuenta para ordenar
alfabéticamente las entradas, se debe incluir una advertencia (en nota al pie, por
ejemplo) al comienzo de la bibliografía.
El regreso de Perón, Buenos Aires, Síntesis, 1958.

5.2.11 Libros institucionales y publicaciones oficiales


Los libros institucionales y las publicaciones oficiales se entran en la bibliografía por la
institución principal:
Argentina, Congreso de la Nación, Cámara de Diputados, Diario de sesiones de
la Cámara de Diputados, vol. 51, Buenos Aires, Imprenta del Congreso, 1985.
La entrada de la referencia de este tipo de obras en la bibliografía depende del tema de
la monografía o libro. La referencia abreviada de esa obra en las notas es Argentina
(1985), por lo que en el caso de que hubiese muchas entradas de publicaciones oficiales
argentinas es conveniente omitir “Argentina” a fin de evitar confusiones al dar las
referencias abreviadas. En ese caso la entrada tendría que darse de la siguiente manera:
Congreso de la Nación, Cámara de Diputados, Diario de sesiones de la Cámara
de Diputados, vol. 51, Buenos Aires, Imprenta del Congreso, 1985.
En este caso la referencia abreviada en las notas debe ser Congreso de la Nación (1985).
Pero si en la monografía o libro hubiese muchas publicaciones del Congreso de la
Nación debería omitirse esa institución y entrar la referencia por Cámara de Diputados.

5.2.12 Libros que son parte de una serie


a) El mismo compilador o director
La referencia de la obra entera debe tener los años de publicación del primero y del último
volumen e indicar la cantidad de volúmenes:
Tau Anzoátegui, Víctor, dir., Nueva historia de la Nación Argentina, Buenos
Aires, Planeta, 1999-2003, 10 vols.
Cualquier volumen de esa obra a que se haga referencia debe tener la misma entrada,
precisando el número de volumen y el año de publicación:
Tau Anzoátegui, Víctor, dir., Nueva historia de la Nación Argentina, Buenos
Aires, Planeta, 1999, vol. 1.
b) Distinto compilador o director
Hay dos criterios para entrar estas obras: uno que enfatiza su unidad; otro que enfatiza la
sigularidad de cada volumen. El primer criterio es el de la Library of Congress, que da
prioridad al título general, sin mencionar al director general ni al compilador de cada
volumen:
Nueva historia argentina, Buenos Aires, Sudamericana, 1998-2005, 12 vols.
El segundo criterio permite relacionar ese volumen con el resto de la obra del
compilador. Si se la adopta, el título general de la obra queda como el título de la
colección y va entre paréntesis al final de la referencia (con todas las palabras con su
primera letra en mayúscula porque se trata del nombre de la colección):
Torre, Juan Carlos, comp., Los años peronistas (1943-1955), Buenos Aires,
Sudamericana, 2002 (Nueva Historia Argentina, vol. 8).
c) El mismo autor, varios volúmenes

18
Recomendaciones 26

La obra de un solo autor dividida en varios tomos, publicados juntos o a lo largo


de los años, cada uno de los cuales tiene un subtítulo diferente debe entrarse en la
bibliografía como una obra entera:
Luna, Félix, Perón y su tiempo, Buenos Aires, Sudamericana, 1984-1986, 3 vols.
También puede entrarse por volumen, según la utilización que se haga de cada obra y
de cada volumen:
Luna, Félix, Perón y su tiempo, 1. La Argentina era una fiesta, 1946-1949,
Buenos Aires, Sudamericana, 1984.
5.2.13 Artículos
Las referencias de los artículos deben contener el nombre del autor, el título (que va
entre comillas y solo con las mayúsculas necesarias), el nombre de la publicación
periódica (en bastardilla y con la primera letra de todas las palabras en mayúscula), el
año, el volumen, el número y las páginas:
Amaral, Samuel, “El empréstito de Londres de 1824”, Desarrollo Económico,
1984, vol. 23, Nº 92, pp. 559-588.
Las publicaciones académicas en idioma inglés utilizan mayúsculas para todas las
palabras del título de un artículo, pero como la Library of Congress no las usa para los
títulos de libros no hay motivo para utizarlas en los de artículos:
Gillespie, Richard, “A critique of the urban guerrilla: Argentina, Uruguay,
Brazil”, Conflict Quarterly, 1980, vol. 1, Nº 2, pp. 39-53.

5.2.14 Entrevistas
La siguiente modalidad de citar las entrevistas sigue las prácticas usuales entre quienes
hacen historia oral. Cada autor, sin embargo, debe adecuar la modalidad a su propia
necesidad. Puede, por ejemplo, dar una referencia abreviada en las notas y la referencia
completa al final del trabajo en una sección que incluya tanto las referencias a las fuentes
orales como a las bibliográficas (como se sugiere en el punto 5.2)
a) Transcripción realizada por el mismo entrevistador
Debe entrarse el nombre del entrevistado, la fecha y lugar de la entrevista y el nombre
del entrevistador:
Ostrovsky, Julián, entrevista realizada el 11 de diciembre de 1996 en la ciudad
de Buenos Aires; entrevistador: Adriana Kornblihtt.
b) Cuando hay más de un entrevistado:
Espósito, Antonio, y Raúl Gómez. Entrevista realizada el...
c) Transcripción no realizada por el entrevistador
Debe agregarse al final de la entrada el nombre de quien la transcribió:
Pijuán, Oscar, entrevista realizada el 24 de setiembre de 1996 en Lanús
(provincia de Buenos Aires); entrevistador: Laura Benadiba; transcriptor: Jorge
Martinez.
d) Entrevista que está en un archivo oral
Debe agregarse el nombre de ese archivo y la referencia de la entrevista:
Lais, Alberto, entrevista realizada el 11 de diciembre de 1996 en Villa Maipú
(provincia de Buenos Aires); entrevistador: Daniel Plotinsky; Archivo Oral del
Archivo Histórico del Cooperativismo de Crédito, entrevista Nº 30.
f) Información adicional
En todos los casos, puede agregarse algún dato del entrevistado que ayude a
contextualizar su testimonio:
Gobbi, Danilo, dirigente de Caja de Crédito Bahiense Cooperativa de Crédito
Ltda. (Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires), entrevista realizada el 15 de

19
Recomendaciones 26

diciembre de 1996, en Bahía Blanca; entrevistador: Daniel Plotinsky; Archivo


Oral del Archivo Histórico del Cooperativismo de Crédito, entrevista Nº 31.
g) Entrevistados no identificados
En caso de que el entrevistado no autorice a publicar su nombre, se lo registrará con
alguna referencia que lo identifique en el contexto del trabajo:
J.C., entrevista realizada el 15 de...
Entrevistado 1, entrevista realizada el... Docente, 57 años, Entrevista realizada
el...
h) Referencia abreviada en las notas
En caso de que se dé la referencia abreviada en las notas al pie debe darse la referencia
completa en la bibliografía. La referencia abreviada debe contener el nombre del
entrevistado y la fecha completa de la entrevista, si hubiere más de una, o el año si fuese
solo una:
Gobbi, 15 de diciembre de 1996.
Gobbi (1996).

5.2.15 Material inédito


Solo se debe utilizar material inédito cuando resulta imprescindible. En caso de que
deba citarse por razones de honestidad intelectual se debe indicar entre paréntesis (ms.),
es decir, manuscrito:
Perón, Juan Domingo, “Mis memorias” (ms.), Madrid, 1968.
No se debe usar la palabra “mimeo” para manuscritos o para trabajos de circulación
restringida sino solamente para impresos a mimeógrafo (que hace mucho que no existen,
pero que eran habituales hasta los años sesenta para las ponencias de congresos,
panfletos y otro material efímero).

5.2.16 Libros, artículos y documentos que se encuentran en internet


Aunque durante cierto tiempo las reglas acerca de cómo citar este material fueron
inciertas, se ha establecido un formato que, además de todos los otros elementos de la
referencia de un artículo, capítulo o libro, incluye el nombre del sitio, la dirección que
tiene en internet y la fecha de acceso. Subsisten algunas diferencias entre las
recomendaciones de las autoridades, como la Library of Congress y el Chicago manual
of style, por lo que aquí se sigue a este último. A continuación se dan algunos ejemplos.
a) Libros publicados en papel y luego escaneados
Hay sitios que contienen libros que han sido escaneados completos de ediciones
previamente publicadas en papel, como archive.org, oll.libertyfund.org, gallica.bnf.fr,
o los bajados completos de sitios piratas (que omito mencionar pero que seguramente
pocos desconocen). La referencia de estos libros debe darse tal como si hubiesen sido
consultados en su versión en papel:
Freud, Sigmund, Civilization and its discontents, newly translated from the
German and edited by James Strachey, New York, W.W. Norton, 1962 [1ª ed.,
1930].
b) Libros publicados únicamente en forma electrónica
Hay libros que han sido publicados solamente en versión electrónica. En estos casos
debe darse la referencia en la bibliografía del mismo modo que la de un libro en papel,
pero en reemplazo del lugar y el año de publicación debe incluirse el nombre del sitio,
el URL y la fecha de acceso. Si se trata de un libro publicado anteriormente en papel, a
continuación puede darse entre corchetes la fecha de la primera edición:

20
Recomendaciones 26

Chateaubriand, François-René, vicomte de, Mémoires d’outre-tombe, Project


Gutenberg, www.gutenberg.org/etext/18864 (acceso 4 de junio de 2010) [1ª ed.,
1849].
c) Artículos publicados en papel y luego escaneados
Hay sitios que contienen el texto completo de revistas escaneadas, como www.jstor.org
(el acceso es por suscripción, pero las bibliotecas de las universidades nacionales de la
Argentina están suscriptas), en cuyo caso debe darse la referencia como si se hubiese
consultado la revista en papel.
d) Artículos publicados únicamente en forma electrónica
Hay otras revistas que solamente se publican en formato eléctrónico. Algunas de ellas
mantienen el formato de año y número, pero otras no lo hacen. La referencia debe darse
del mismo modo que en el caso de un artículo incluido en una revista publicada en papel,
pero con el agregado al final del URL y la fecha de acceso:
Aboy, Rosa, “Ciudad, espacio doméstico y prácticas de habitar en Buenos Aires
en la década de 1950: una mirada a los departamentos para las clases medias”,
Mundos Nuevos, Nuevos Mundos, 2010, Nº [si la publicación lo tiene],
http://nuevomundo.revues.org/59215 (acceso 4 de junio de 2010).

5.2.17 Otro material encontrado en internet


En el caso de documentos u otro material publicado en internet debe darse el autor
(persona u organización), el título del documento, el nombre del sitio, el URL y la fecha
de acceso:
Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros, “Documento N° 1” (1967),
www.chasque.net/mlnweb/documentos/documento1.htm (acceso 4 de junio de
2010).
Algunos sitios expresan la forma como debe ser citado el material que contienen:
Dr. Lauren Kilroy-Ewbank, "Expanding the Renaissance: a new Smarthistory
initiative," in Smarthistory, May 18, 2019, accessed November 20, 2020,
https://smarthistory.org/expanding-the-renaissance/.
Conviene, sin embargo, adaptar la referencia al formato propio.
Kilroy-Ewbank, Lauren, “Expanding the Renaissance: a new Smarthistory
initiative”, en Smarthistory, 18 de mayo de 2019, acceso 20 de noviembre de
2020, smarthistory.org/expanding-the-renaissance/.
En este último ejemplo los cambios son los siguientes: (1) se ha eliminado el título
académico de la autora (Dr.) porque no se da en ningún otro caso en la bibliografía; (2)
se ha quitado el prefijo del URL (https://) porque es innecesario para acceder al sitio;
(3) se da la fecha en castellano en el formato usual; (4) se cambió el tipo de comillas
usadas para enmarcar el título; y (5) se reordenó la posición de las comillas de cierre y
del signo de puntuación. Adviértase que en este ejemplo el nombre del sitio de internet,
Smarthistory, va en bastardilla.

5.2.18 Ebooks
Los libros que están en formato pdf se deben entrar sin aclaración alguna si se trata de
escaneos de versiones en papel. Si no lo son o si están en formato otros formatos (epub,
Kindle, etc.), se debe entrar la referencia de la misma manera que cualquier otro libro
pero al final, entre paréntesis, se debe mencionar el formato de la versión utilizada:
Pugliese, Stanislao G., Bitter spring: a life of Ignazio Silone, New York, Farrar,
Straus and Giroux, 2009 (Kindle).

21
Recomendaciones 26

Si es una versión especial, distinta de la versión en papel, debe darse toda la información
posible para identificarla:
Barral, Carlos, Memorias, s.l, epublibre, s.f. (Epub).
Esta obra fue publicada en papel como Memorias, Barcelona, Lumen, 2015, pero esa
versión tiene 944 páginas y la de epublibre tiene 795, por lo que no es un escaneo de
aquella. Sobre cómo referir una cita o mención de estos libros en las notas, véase 5.3.10.

5.2.19 Ponencias presentadas en congresos


a) Publicadas en un libro:
Zorraquín Becú, Ricardo, “La intervención del cabildo de Buenos Aires en la
vida política nacional (1810-1821)”, en VI Congreso Internacional de Historia
de América, Buenos Aires, Academia Nacional de la Historia, 1982, tomo V, pp.
345-383.
En esta entrada debe notarse lo siguiente: 1) el libro no tiene autor, por lo tanto se entra
solamente el título; 2) la Academia Nacional de la Historia es la editorial, no la autora;
y 3) se menciona el año de publicación del tomo (1982), no el de realización del
congreso (1980). La palabra “tomo” y la abreviatura “pp.” pueden omitirse si ello no
produce confusión.
b) Publicadas en actas de congreso, en hojas sueltas o en CD
La regla general, no obstante, es que estos materiales no deben ser utilizados, ya sea que
el autor lo pida expresamente o no. Estas publicaciones no son definitivas, por lo que es
posible los autores las modifiquen al publicarlas en revistas académicas o en libros. Si
por algún motivo resulta imprescindible citarlo, se lo debe hacer del primer modo si las
actas están publicadas en papel y del segundo si lo están en hojas sueltas.
Amaral, Samuel, “La financiación del gasto público en la hacienda colonial: un
análisis de las cuentas de la Caja Real de Buenos Aires, 1789-1791”, Anales de
la Asociación Argentina de Economía Política, 1982, vol. 17, t. 1, pp. 15-34.
Amaral, Samuel, “El Banco Nacional y las finanzas de Buenos Aires: el crédito
oficial, la regulación de la emisión y la restricción del crédito comercial”, III
Jornadas de Historia Económica Argentina, Neuquén, Universidad del
Comahue, 1981.
En el caso de que estén publicadas en un sitio de internet, véase 5.2.17.

5.2.20 Estas “Recomendaciones 26”


No es necesario citar estas recomendaciones, pero en el caso de que por algún motivo
lo fuese debe hacerse de la siguiente manera:
Amaral, Samuel, “Recomendaciones 26”, 2020 (pdf).

5.3 Entradas en las notas


Las notas sirven para que los lectores puedan conocer las fuentes que sirvieron a un
autor para construir sus argumentos. En ellas puede darse una referencia abreviada de
los libros, artículos, documentos, material de internet o cualquier otra fuente que se haya
utilizado, siempre que esté la referencia completa en la bibliografía tal como se indica
en 5.2. A continuación se dan ejemplos del modo de mencionar distintos materiales en
las notas.

5.3.1 Libros, capítulos de libros o artículos


a) Cuando en la bibliografía hay un solo título por autor y año
Anzorena (1989), 35.

22
Recomendaciones 26

Gillespie (1980), 41-43.


Manna (1993), 129, 131-133, 145.
El número entre paréntesis es el del año de edición del libro o de la revista. El número
que no está entre paréntesis corresponde a la página o páginas a las que se hace
referencia en el texto. Entre el autor y el año (entre paréntesis) no va coma, pero sí entre
el año y la página. Las páginas puede indicarse solo con el número o antediendo al
número con la abreviatura p., si es una página, o pp., si son varias. Los números de las
páginas deben darse completos: 153-154, no 153-54, ni 153-4.
Esta forma de remitir a la obra de un autor es mejor que la que incluye el apellido
y la frase “obra citada”, o abreviaturas como “ob. cit.” u “op. cit.”, porque en estos casos
se hace necesario buscar hacia atrás en las notas cuál es la obra citada, pero en el aquí
recomendado basta con ir a la bibliografía para encontrarla.
b) Cuando en la bibliografía hay más de un título por año de un autor
Debe agregarse a, b, c, etc. a cada uno de los distintos artículos o libros, a continuación
del año, y esas letras deben coincidir con la asignada a ese título en la bibliografía,
también a continuación del año:
Arias y García Heras (1993b), 99.
c) Cuando los autores son dos
Debe darse el apellido de los dos autores:
Arias y García Heras (1993), 99 y 101-103.
d) Cuando los autores son más de dos
Debe darse el apellido del primer autor y y agregar a continuación “y otros” o “et al.”:
Dussel et al. (1997), 35.

5.3.2 Diarios y revistas no académicas


En el caso de un diario debe darse el nombre en cursiva, la fecha y, si es posible, el
número de la página; en el de una revista, entre la fecha y el número de la página va el
número de la revista:
La Nación, 29 de mayo de 1967, 15.
Primera Plana, 21 de diciembre de 1965, Nº 115, 35.

5.3.3 Entrevista inédita cuya referencia completa está en la bibliografía (véase 5.3.17)
Gobbi (1996).

5.3.4 Material inédito cuya referencia completa está en la bibliografía


Perón (1968).

5.3.5 Cuando se cita el mismo libro, artículo, capítulo, etc, de la nota anterior, siempre
que en esta haya una única obra
a) Cuando es la misma página o páginas citada en la nota anterior:
Idem.
Este es un adverbio latino, cuyo significado es “lo mismo”. La Editorial de la
Universidad Nacional de Tres de Febrero lo usa en redonda. El Chicago manual of style
reserva el uso de idem (o la abreviatura id.) para no repetir el nombre de un autor cuando
en una nota se citan varias obras suyas.
b) Cuando es otra página o páginas del mismo libro, artículo, etc. mencionado en la nota
anterior:
Ibid., 55 [el número de la página].

23
Recomendaciones 26

Ibidem (usualmente se utiliza la abreviatura ibid.) es otro adverbio latino que significa
“en el mismo lugar”. Está incluido en el diccionario de la Real Academia Española en
bastardilla, pero en el de María Moliner está en redonda. Se debe elegir la manera de
darlo y utilizarla en todo el trabajo.
El Chicago manual of style recomienda el uso de ibidem o ibid. cuando se cita
la misma obra de la nota anterior, tanto si es la misma página (en cuyo caso no se da el
número de página) u otra distinta (en cuyo caso sí se da).
c) Cuando la nota anterior menciona más de una obra, en la nota siguiente no debe usarse
ibid., ni idem, porque no quedaría claro a cuál de las obras mencionadas en la nota
anterior se refiere la siguiente.

5.3.6 Cuando es una cita de una cita


Se debe dar la referencia de la cita original, según corresponda, y decir de dónde ha sido
tomada. Por ejemplo:
Perón (1974), 55, en Amaral (1993), 45.
Si el libro donde está la cita original se cita por única vez en el trabajo, puede darse la
referencia completa en la misma nota. Por ejemplo:
Juan Perón, La fuerza es el derecho de las bestias, Santiago (Chile), s.e., 1956,
55, en Amaral (1993), 45.

5.3.7 Cartas
En la cita de una carta se da primero el remitente (tal como firma), luego el destinatario,
el lugar en que fue escrita, la fecha, y el libro donde se encuentra, cuya referencia
completa debe estar en la bibliografía:
Juan Perón a María de la Cruz, Panamá, 23 de abril de 1956, en Perón (1993),
110-111.
Si la carta es inédita debe darse el nombre del repositorio completo la primera vez que
se menciona en el trabajo y luego por la sigla que en esa primera mención se consigna
entre paréntesis; y se indica la signatura tal como se da en el repositorio donde se
encuentra. La sigla del archivo debe estar en la lista de abreviaturas que va antes de la
bibliografía.
Marcelo Ignes a Juan Pedro Aguirre, San Nicolás, 7 de octubre de 1826, Archivo
Histórico del Banco de la Provincia de Buenos Aires (ABP), 031-5-3-15.

5.3.8 Documentos
a) Documentos publicados
En la cita de un documento publicado debe señalarse el nombre del autor (si lo hubiere),
el título del documento (entre comillas, si tiene un título identificable), y el libro donde
se encuentra:
Comando Superior Peronista, “Instrucciones generales para los dirigentes”, en
Perón-Cooke (1972), vol. 2, 389-398.
b) Documentos inéditos con autor
En el caso de un documento que está en un archivo, en lugar del libro se indica el nombre
del archivo y la signatura:
Frederico Augusto do Amaral Sarmento Mena, “Itinerario da marcha da 1ª
Brigada de Infanteria ao mando do Coronel F. F. da P. Pereira Pinto que marchou
da Colonia do Sacramento a 14 de dezembro de 1851, para ir fazer parte do
Exercito do General Urquiza”, Arquivo Historico do Rio Grande do Sul,
arquivos particulares, lata 42, maço 7.

24
Recomendaciones 26

c) Documentos inéditos sin autor


En el caso de información tomada de documentación sin autor se indica el título, el
archivo y la signatura:
“Price current of produce in Buenos Ayres in the years 1821, 1822, 1823”, PRO,
Foreign Office, 354/8, ff. 34v-35.
d) Documentos inéditos sin autor ni título
En este caso solo hay que dar el repositorio y la signatura:
AGN, Sucesiones, leg. 6726.
PRO, Foreign Office, 354/8, ff. 34v-35.
En las notas puede darse el nombre del archivo en forma abreviada (PRO, por Public
Record Office; AGN, por Archivo General de la Nación), pero debe darse el nombre
completo y su ubicación en una sección de abreviaturas al final del trabajo, antes de las
referencias bibliográficas.

5.3.9 Artículos de diarios o revistas


En la cita de un artículo de diario o revista va el nombre del autor, el título entre comillas,
el nombre del diario o revista, la fecha, el número de la publicación (en el caso de una
revista, no de un diario) y las páginas en que se encuentra el artículo. En los siguientes
ejemplos se dan casos con esa información completa
Eduardo Vaquer y Ariel J. García, “La reconversión ganadera”, La Nación, 26
de noviembre de 1994, sec. 4, p. 1.
Toda la información de los diarios y revistas tiene un título, pero solo hay que darlo si
es de alguna importancia para el argumento desarrollado en el texto:
“El viraje del XIV Congreso”, Primera Plana, 30 de agosto de 1973, Nº 505, p.
8.
Después de la fecha y antes del número de página conviene poner p. o pp. para indicar
página o páginas a fin de que los números siguientes no se confundan con el número del
diario o revista. Si fuese necesario para evitar confusiones (pero no es imprescindible),
puede identificarse la sección (a) o columna (c) del diario en que se encuentra la
información:
La Vanguardia, 18 de octubre de 1945, p. 5, c. 2.
Un artículo de diario o revista que se cita varias veces en una monografía, tesis o libro
puede incluirse en la bibliografía, en la que entra por el nombre de su autor o, si no lo
tuviere, por su título. Si no tiene autor ni título no debe ir en la bibliografía.

5.3.10 Libros electrónicos


Sobre la manera de citarlos en la bibliografía, véase 5.2.16 y 5.2.18. Algunos de esos
libros no tienen paginación o no es la misma que la de las versiones en papel. Eso no
sucede con los que están en formato pdf pero sí con los que están en formato epub o
kindle. Los libros en formato epub, si se abren con Adobe Digital Editions, tienen abajo
el número de página: por ejemplo, 513/795 es el número de la página 513 de un total de
795. Por lo tanto, la entrada abreviada es la siguiente:
Barral (s.f.), 513/795.
En este caso, en la entrada del libro en la bibliografía se debe indicar que se trata de la
versión epub (véase 5.2.18) y en la nota se debe dar el número de la página en que está
el tema o la cita y, separado por una barra, el total de páginas para evitar confundirla
con alguna otra versión en el mismo formato.
En el caso de los libros en Kindle, en nota debe darse la posición del fragmento
citado o referido:

25
Recomendaciones 26

Pugliese (2009), pos. 35.

5.3.11 Otro material de internet


En 5.2.17 está la manera de entrar el material tomado de algún sitio de internet en la
bibliografía. Ese material puede citarse en nota de la manera abreviada utilizada:
Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros (1967).
Kilroy-Ebank (2019).
6. Dudas
6.1 Acerca del uso del idioma
Es conveniente tener siempre a mano un diccionario como el de María Moliner y un
manual de estilo como del de García Negroni (las referencias de estas obras están en la
Bibliografía de estas “Recomendaciones 26”). También es conveniente recurrir a los
canales de Youtube con videos producidos por expertos en el uso del castellano que
pueden contribuir a mejorar nuestra redacción pero, sobre todo, a disipar dudas acerca
de puntos específicos. Los más útiles son los que están dirigidos a los hablantes nativos,
no a quienes intentan aprender el idioma. Entre ellos, los que he encontrado más
apropiados para los fines de quienes utilizan estas “Recomendaciones 26” son (1) Blog
de Lengua, un canal con 165 mil suscriptores, que tiene videos cortos y claros acerca de
problemas gramaticales y acerca del buen uso del idioma para una comunicación
efectiva; y (2) unProfesor, un canal con más de un millón de suscriptores, pero no trata
solo acerca del idioma castellano y sus videos son más técnicos. Seguramente hay otros
canales y aparecerán más en el futuro, por lo que agradeceré me escriban al respecto a la
dirección de email que está al final de esta sección.

6.2 Acerca de las entradas en la bibliografía y en las notas


Las dudas acerca de cómo se debe entrar un libro en una bibliografía pueden despejarse
mediante la consulta de: (1) la bibliografía mencionada al final de estas
recomendaciones; (2) los catálogos de las bibliotecas disponibles en internet (es
conveniente consultar más de un catálogo, ya que ninguno está libre de errores); o el
referencista de alguna biblioteca (en los catálogos en línea suele haber un link para
contactarlo). Las principales bibliotecas cuyos catálogos están en línea son (ordenadas
según la frecuencia con que los he consultado recientemente):
a) Library of Congress: catalog.loc.gov
b) Worldcat, worldcat.org, es un catálogo que incluye muchas bibliotecas de todo el
mundo (pero no todas), que además tiene la ventaja de informar qué biblioteca tiene el
libro. Muy pocas bibliotecas argentinas, sin embargo, están adheridas.
c) Harvard University: hollis.harvard.edu
d) Biblioteca Nacional de la República Argentina, bn.gov.ar
e) Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia, biblioteca.anh.org.ar
f) Bibliothèque Nationale de France: bnf.fr
g) British Library: bl.uk
h) Biblioteca Nacional de España : bne.es
i) Stanford University: searchworks.stanford.edu
j) University of Illinois at Urbana-Champaign: library.illinois.edu
k) Yale University: web.library.yale.edu
Si todo falla, puede enviarme su pregunta a [email protected].

7. Glosario
Bastardilla: también llamada cursiva o itálica. Es el estilo de fuente usado para los
títulos de libros y los nombres de publicaciones periódicas y películas. Puede usarse,

26
Recomendaciones 26

ocasionalmente, para destacar una palabra en un texto. En Word está en Inicio/Fuente,


en la segunda sección de la barra superior, indicado con la letra K.
Caja: es lo que está dentro de los márgenes.
Caja menor: cuando una o varias líneas de un texto van con márgenes menores que los
del texto. Suele usarse para las transcripciones textuales de cinco renglones o más.
Comillas: pueden ser dobles (“ ”) o simples (‘ ’). Las dobles se usan para los títulos de
folletos, artículos de publicaciones periódicas y de capítulos de libros. También se usan
para transcripciones y para indicar que cuanto está entre las comillas es de otro autor.
Las simples, solo citas dentro de citas. Véase 2.2.1, 4.1.1, 4.2, 5.1.2, 5.3.8 y 5.3.9.
Cuerpo: es el tamaño de la letra. El texto de estas “Recomendaciones 26” está en cuerpo
12; los títulos de las secciones, en cuerpo 14; y los de las subsecciones, en cuerpo 12.
Fuente: es el tipo de letra. Estas “Recomendaciones 26”, por ejemplo, están en Times
New Roman.
Ibidem, idem: se usa en las notas al pie. Véase 5.3.5.
Infra: indica algo que está después en el texto. Va en bastardilla por ser una palabra en
otro idioma (latín en este caso).
Llamada: el número volado 1 que remite a una nota al pie o al final que lleva el mismo
número, también volado. Véase 4.3.
Manuscrito: ya nadie redacta monografías o libros a mano, pero la palabra continúa
usándose para designar a una obra terminada que se envía a publicación. También se la
llama original.
Márgenes: son los límites derecho e izquierdo, superior e inferior del texto escrito en
una página. Los márgenes determinan la caja. En Word se pueden cambiar para todo el
texto cliqueando Control C y yendo a Disposición/Márgenes. Allí hay varias opciones
pero conviene usar la Normal.
MAYÚSCULA: en el texto no debe utilizarse más que para la primera letra de los
nombres propios o de instituciones; en la bibliografía es usada por Eduntref para el
apellido de los autores en cada entrada. En Word está en Inicio/Fuente/Efectos.
Negrita: es el estilo de fuente usado frecuentemente en los títulos de capítulos y
secciones de capítulos y artículos. No debe usarse para destacar palabras en un texto.
En Word está en Inicio/Fuente, en la segunda sección de la barra superior, indicado con
N o en Inicio/Fuente/Estilo de fuente. En estas “Recomendaciones 26” se usa en el título
de las siete secciones en cuerpo 14 y en el de las subsecciones en cuerpo 12.
Original: es la obra terminada que se envía a publicación. También se usa manuscrito
para designarla.
Redonda: es el estilo de fuente llamado Normal en Word/Inicio/Fuente/Estilo de fuente.
Es el usado en el texto de estas “Recomendaciones 26”.
Supra: indica algo que está antes en el texto. Va en bastardilla por ser una palabra en
otro idioma (latín, también).
VERSALITAS: no es un efecto usado con frecuencia. Si lo requieren las normas de una
editorial o publicación periódica, indicarán cómo hacerlo. En Word está en
Inicio/Fuente/Efectos.

Conclusión
Todo trabajo debe tener una conclusión y también este. Como no tiene un desarrollo
argumental, sin embargo, sino que es apenas una agregación de recomendaciones, más
generales o más puntuales pero solo recomendaciones, no es posible exponer aquí los

27
Recomendaciones 26

resultados ni enfatizar su significado dentro del contexto que la introducción –en el caso
de una monografía, artículo, capítulo o libro– debe presentar. Así, esta conclusión no es
más que un cierre provisorio, en espera de comentarios que, como en el pasado, me
permitan mejorar y expandir el contenido de este trabajo.
Si tuviera que decir algo en favor de la utilización de estas “Recomendaciones
26”, además del testimonio de muchos usuarios debería incluir el mío (con lo que me
veo obligado a recaer en la primera persona que había confinado al prefacio). Desde que
puse en circulación la primera edición, hace más de quince años, me vi obligado a
seguirlas en mis propios trabajos. Esto me permitió eliminar las inconsistencias en que
antes incurría y mejorar tanto la presentación como la argumentación de cuanto escribo.
Espero que resulten igualmente útiles a sus usuarios (ya que no han sido pensadas para
lectores que las lean del principio al final).

Bibliografía
La bibliografía sobre todos estos temas es muy abundante y debe consultarse para
resolver los problemas no tratados en estas páginas. Las recomendaciones que
anteceden han sido tomadas, entre otras fuentes, de los siguientes libros:
Becker, Howard S., Trucos del oficio: cómo conducir su investigación en ciencias
sociales, Buenos Aires, Siglo Veintiuno, 2009.
Becker, Howard S., Manual de escritura para científicos sociales: cómo empezar y
termina una tesis, un libro o un artículo, trad. Teresa Arijón, Buenos Aires, Siglo
Veintiuno, 2011.
Chicago manual of style, 17ª ed., Chicago, University of Chicago Press, 2017.
Eco, Umberto, Cómo se hace una tesis, Barcelona, Gedisa, 1982.
García Negroni, María Marta, El arte de escribir bien en español: manual de corrección
de estilo, Buenos Aires, Santiago Arcos, 2010.
Guitton, Jean, El trabajo intelectual, Buenos Aires, Criterio, 1955.
Moliner, María, Diccionario de uso del español, 20ª reimp., Madrid, Gredos, 1997, 2
vols. [Hay una edición actualizada de 2016].
Rodríguez Rivero, Manuel, “Huele a torta de salvado de avena”, El País, 27 de agosto
de 2011.
Serafini, María Teresa, Cómo se escribe, Barcelona, Paidós, 1996.
Strunk, William, y E. B. White, The elements of style, 3ª ed., New York, Macmillan,
1979.
Turabian, Kate L., A manual for writers of research papers, theses, and dissertations,
rev. Wayne C. Booth otros, 9ª ed., Chicago, University of Chicago Press, 2018.
Zubizarreta, Armando F., La aventura del trabajo intelectual: cómo estudiar e
investigar, México, Addison Wesley Longman, 1998.

Agradecimientos
Agradezco a Daniel Plotinsky por su contribución respecto de la forma de entrar las
entrevistas (5.2.14); a Marianne González Alemán por la suya respecto de las entradas
de internet (5.2.16); a María Obligado por la lectura de las ediciones 20ª y 21ª; a Marta
Poggi, por leer las últimas ediciones; y a todos los usuarios de las ediciones anteriores
porque sus preguntas me han obligado a extenderlas más allá de las cinco páginas
iniciales.

Descargo de responsabilidad
En estas “Recomendaciones 26”, como en las versiones anteriores, menciono libros,
artículos periodísticos, canales de Youtube y sitios de internet en los que he encontrado

28
Recomendaciones 26

información útil, pero no tengo vínculo alguno con sus autores. Por lo tanto, no soy
responsable por el contenido de sus opiniones o manifestaciones orales o visuales
pasadas o futuras, ni comparto las opiniones que puedan tener fuera de los contenidos
técnicos por los que los recomiendo.

29

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