Recomendaciones 26
Recomendaciones 26
Recomendaciones 26
Recomendaciones 26
(para redactar monografías, reseñas, estados de la cuestión,
proyectos de investigación, artículos y tesis)
Prefacio
Estas recomendaciones tienen por objeto ayudar a los autores de monografías, reseñas,
estados de la cuestión, proyectos de investigación, artículos y tesis a llevar a cabo su
tarea dentro de los límites que la tradición impone al trabajo intelectual. Nada de lo que
se dice aquí tiene el carácter de ley, pero todo contribuye a que nuestro trabajo llegue a
los lectores de modo que puedan comprenderlo fácilmente. Casi todas las
recomendaciones son formales, porque al eliminar la forma como problema permitimos
al lector un acceso más directo al contenido del trabajo.
Para mejor identificación de la edición he puesto su número como parte del
título: “Recomendaciones 26”. Para su mejor uso, es conveniente que quien no esté
familiarizado con el lenguaje técnico editorial consulte previamente el Glosario.
En esta edición hay cambios de formato en varias secciones. Además, en los
apartados 5.2.18, 5.3.10 y 5.3.11 he incluido información sobre el modo de citar los
libros en pdf, Epub, Kindle y otro material tomado de internet; y he agregado el apartado
3.2.8 sobre presentaciones orales y el uso de Powerpoint.
El prefacio, debe notarse, no forma parte de la obra (por eso puede usarse la
primera persona). Su objetivo es hacer alguna aclaración previa a la lectura de ella
(como en este caso) y dar una breve información sobre su tema central y su contenido.
El prefacio es, también, el lugar para que el autor agradezca la colaboración
recibida en el transcurso de la elaboración de su libro o tesis. Para mantener el Prefacio
y el Contenido en la primera página, sin embargo, he puesto los Agradecimientos al final,
junto con un Descargo de responsabilidad que he agregado a esta edición. En futuras
ediciones agradeceré a quienes me señalen los errores de cualquier naturaleza que pueda
contener esta.
Contenido
Introducción 2 5. Referencias 13
1. Honestidad intelectual 2 5.1 Información que debe
2. Lenguaje 2 incluir la referencia 13
2.1 La oración 3 5.2 Entradas en la bibliografía 15
2.2 Composición y estilo 3 5.3 Entradas en las notas 22
3. Estructura 5 6. Dudas 26
3.1 Características comunes 5 6.1 Acerca del idioma 26
3.2 Características específicas 7 6.2 Acerca de las entradas
4. Formato 9 en la bibliografía 26
4.1 Usos y costumbres 9 7. Glosario 26
4.2 Transcripciones 12 Conclusión 27
4.3 Notas 12 Bibliografía 28
Agradecimientos 28
Descargo de responsabilidad 28
Recomendaciones 26
Introducción
Estas recomendaciones son solo recomendaciones, pero sirven para escribir con mayor
claridad, elegancia y eficacia. En cuanto al lenguaje, se ajustan a las efectuadas por
autores que se han ocupado del uso instrumental del lenguaje con fines académicos. En
cuanto a la estructura, a las de los principales textos que tratan acerca del trabajo
intelectual. En cuanto a las referencias, a las convenciones usadas por la Library of
Congress (Biblioteca del Congreso) de Estados Unidos y por el Chicago manual of style.
Estas recomendaciones han sido preparadas para los estudiantes de historia, según los
usos de la especialidad, pero mucho de cuanto contienen puede ser útil a usuarios de
otros campos del conocimiento.
1. Honestidad intelectual
Todo trabajo (reseña, estado de la cuestión, monografía, tesis, capítulo, libro) debe ser
fruto del esfuerzo propio. Cuanto se tome de otros debe serle acreditado a sus autores
usando comillas (si la transcripción es literal) o mencionando sus nombres (si no lo es),
dando en ambos casos la referencia en las notas y en la bibliografía.
La transcripción literal o la paráfrasis de un texto escrito por otra persona o la
apropiación de una idea ajena sin acreditar su origen es plagio. El plagio está penado por
por la ley y los usos académicos.
Bajar material de cualquier sitio de internet, completa o parcialmente, y
hacerlo pasar como propio es plagio. Cuanto se halla en internet ha sido escrito por
alguien, esté su autor identificado o no, por lo que debe acreditarse al sitio
correspondiente lo que se haya tomado de él (véase infra 5.2.16 y 5.2.17).
La honestidad intelectual es un requisito ineludible del trabajo académico.
Ninguna excusa es válida para incumplir esta regla.
2. Lenguaje
Aun a riesgo de caer en un lugar común, no es impropio subrayar que el lenguaje es la
herramienta fundamental para desarrollar nuestros pensamientos y comunicar cuanto
tenemos que decir a nuestros lectores. El uso correcto del lenguaje, por lo tanto, es clave
para poder hacerlo de una manera precisa. Para ello es necesario dudar de lo que
creemos conocer y tener siempre a mano un diccionario y un manual de estilo para
despejar las dudas. La Real Academia Española tiene un diccionario en línea
(dle.rae.es), pero el diccionario de María Moliner es irreemplazable para quienes
quieran ampliar su capacidad de utilización de nuestra lengua. Un manual de estilo
reciente es el de María Marta García Negroni (la referencia completa está en la
Bibliografía). Las recomendaciones que siguen son solamente las básicas. Aunque
correspondería usar el imperativo, se han redactado en infinitivo para que no parezcan
órdenes.
Los trabajos de carácter académico deben redactarse en un lenguaje
comprensible para quienes leen el idioma castellano hoy y lo hagan en el futuro. Por eso
es conveniente respetar las reglas establecidas acerca del uso del género gramatical
femenino y masculino que es producto de convenciones (en alemán, sol es femenino y
luna masculino) y es diferente del género de las personas. Otras formas, aún no
reguladas ni usadas en las publicaciones académicas (por ejemplo, el uso de la x para
reemplazar las letras que indican el género), no son recomendables porque podrían
limitar la comprensión de quienes no están habituados a ellas en el presente (por
ejemplo, lectores de otros países hispanohablantes o con conocimientos limitados del
castellano) y dar lugar a confusiones en el futuro (si se consolida la adopción de formas
distintas de las no reguladas actualmente en uso).
2
Recomendaciones 26
2.1 La oración
a) Comprobar que cada oración tenga sujeto, verbo y predicado. Las oraciones
unimembres existen, pero no hay que abusar de ellas.
c) Evitar las oraciones demasiado largas.
d) La oración debe tener sentido por sí misma.
e) Evitar la deriva del sentido que suele producirse por la acumulación de subordinadas.
f) El número del sujeto determina el número del verbo.
g) Comprobar la coordinación de los tiempos verbales.
h) No separar una oración en dos partes con punto.
i) No usar la coma para separar oraciones completas sino el punto o el punto y coma.
j) Evitar la interrupción de la oración con aclaraciones entre comas, guiones o
paréntesis. Estas aclaraciones pueden usarse, pero espaciada y prudentemente.
k) No separar el sujeto y el predicado con coma. Lucio V. Mansilla lo hizo en Una
excursión a los indios ranqueles pero no hay que imitarlo.
l) Evitar una sucesión de oraciones sueltas. Cada oración debe servir para el desarrollo
del argumento.
m) Mantener juntas las palabras relacionadas entre sí. El adjetivo debe estar junto al
sustantivo que califica y el adverbio junto al verbo o adjetivo que modifica.
n) Las declaraciones deben estar en forma positiva. Evítese la forma: “No solamente...
sino...”
ñ) Expresar las ideas coordinadas en forma similar. Su enumeración debe ser
homogénea, tanto en los términos como en los signos de puntuación que los separan.
o) Evitar las enumeraciones con guiones o equivalentes.
3
Recomendaciones 26
Presente. Usar el presente para referirse a lo que dicen los libros o los autores en sus
libros, que por estar frente a nosotros, aún dicen lo que dicen:
“Cervantes, que luchó en Lepanto, dice en el Quijote...”
2.2.3 Palabras
Innecesarias. Omitir las palabras innecesarias. Becker (2011) recomienda detenerse en
cada una y eliminar las que no son imprescindibles para el sentido de la frase.
Significado. Es frecuente que usemos algunas palabras sin reparar en su significado
preciso. Es necesario consultar en el diccionario, especialmente el de María Moliner,
aun las palabras que creemos conocer bien para evitar cualquier posible
malinterpretación.
Metáforas. No abusar de las metáforas de corte literario (“las perlas de sus dientes”).
Otras, con frecuencia referidas a partes del cuerpo e insertas en el lenguaje cotidiano,
son correctas (“al pie de la montaña”, “frente a la plaza”). Para aclarar esto en pocos
minutos, recomiendo los videos de Alberto Bustos (a quien pertenecen los ejemplos),
“La metáfora: cómo nos sirve para hablar y para entender el mundo” y “Metáforas en
la gramática”, que están en Youtube.
Adjetivos calificativos. Evitar los adjetivos calificativos. Igualmente, hay que evitar las
palabras “importante”, “necesario” o similares. Si algo es importante o necesario hay
que mostrarlo sin usarlas.
Modismos y coloquialismos. Evitar las palabras de moda y las expresiones coloquiales.
Ellas cambian pronto y pueden tornar incomprensible una frase en poco tiempo.
El prefijo ex y otros prefijos. Evitar confusiones cuando se usa el prefijo “ex” para indicar
(como dice la segunda acepción del diccionario de la RAE) alguien “que fue y ha dejado
de serlo”. Puede ir pegado a la palabra si está claro el sentido, como en “expresidente”;
pero conviene usarlo separado si no lo está, como en “ex preso”, para indicar que alguien
pasó por la prisión, ya que “expreso” es una palabra con sentido propio. Antes que la
uniformidad del uso es preferible la claridad. Otros prefijos, siempre que no haya
posibilidad de confusión deben ir pegados a la palabra que modifican.
Ortografía. Todas las palabras sobre cuya ortografía no se esté seguro deben buscarse
en el diccionario.
Tildes. No omitir la tilde de las palabras que en castellano la llevan. Omitirla en aquellas
que según la RAE ya no lo requieren (esta, este, aquella, aquel, cuando son pronombres
personales; solo, cuando es adverbio). Revisar aquellas palabras en que la tilde cambia el
significado (aún, en el sentido de todavía; aun, en el sentido de incluso).
2.2.4 Puntuación
El correcto uso de la puntuación es necesario para expresar cuanto queremos expresar.
Los signos de puntuación utilizados en castellano son cuatro simples y seis dobles. Los
cuatro simples son el punto, la coma, el punto y coma y los dos puntos. Los seis dobles
son los paréntesis, los corchetes, las comillas, las rayas, y los de interrogación y
exclamación. A diferencia de otros idiomas, los tres últimos nunca son simples: siempre
se abren y se cierran.
Los signos simples van siempre después del cierre de los dobles. Por lo tanto, la
coma, el punto o punto y coma van después del cierre, por ejemplo, del paréntesis o de
las comillas; y la coma o el punto y coma, después de los signos de exclamación e
interrogación (no se usa el punto después de ellos porque ambos lo incluyen).
En otras secciones y apartados de estas “Recomendaciones 26” hay indicaciones
acerca del uso de los signos de puntuación, pero sobre el uso de cada uno es conveniente
4
Recomendaciones 26
2.2.5 Párrafo
Es la unidad de composición. El comienzo de cada párrafo debe servir para indicar la
línea argumental, por ello es conveniente que contenga las palabras clave de su
contenido. No es conveniente que comience con el nombre de un autor, con una cláusula
modificadora del contenido (sin embargo, no obstante), ni con referencias al párrafo
anterior (a su vez, por otra parte). Los párrafos no deben tener una extensión menor de
cinco líneas ni más de treinta líneas, pero la extensión depende del contenido.
2.2.6 Revisión
El texto debe ser revisado varias veces para eliminar las repeticiones y cuidar la
ortografía. Hay que pensar qué conoce el lector al que el trabajo está destinado para
evitar aclararle lo que es obvio o dar por supuesto que ya conoce una persona o episodio
(aunque ahora está Google para encontrar lo que ignoramos). Evitar los atajos a
expensas de la claridad. Hay que recordar que el lector sabe menos del tema que quien
escribe.
3. Estructura
3.1 Características comunes
Una estructura apropiada es tan importante como el buen uso del lenguaje. Es
conveniente escribir todo cuanto pasa por nuestra mente, en el orden en que ella lo
produzca, pero luego hay que cortar, reubicar, pulir y balancear el escrito hasta que
cumpla con los requisitos de de formato y extensión. La estructura depende del tipo de
trabajo. Hay cuatro tipos principales: la reseña de libros; la monografía que suele
exigirse al final de un curso; el artículo o capítulo de libro; y el libro. Al comenzar el
trabajo es necesario tener presente cuál será su extensión: la reseña puede tener
alrededor de mil palabras; la monografía, entre tres mil y cinco mil palabras; un artículo
o capítulo, entre ocho mil y diez mil palabras; un libro, unas cien mil palabras. Cuanto
sigue, dentro de sus límites particulares, sirve para todos ellos.
3.1.1 Título
El título es clave para comunicar el contenido de un trabajo. Todo trabajo (monografía,
artículo, capítulo de libro, libro) debe tener uno que describa el contenido de la manera
más expresiva y más corta posible. Los trabajos de historia deben contener, usualmente
en el subtítulo, una indicación (solo una) de lugar y tiempo, siempre que el título no la
contenga. El título y el subtítulo se separan con dos puntos. Estas son indicaciones
generales, pero el título de cada tipo de trabajo tiene su particularidad.
De reseñas. Usualmente no tienen título. Las revistas académicas que las publican las
ordenan temáticamente y por el título del libro reseñado. Otras revistas, sin embargo,
prefieren que lleven un título, que en general es más amplio que el del libro reseñado.
De monografías. Pueden referirse a aspectos abstractos o generales cubiertos por el
trabajo, pero el subtítulo debe situar el tema en el espacio y en el tiempo.
Artículos de revista académica. Conviene que no sean demasiado largos. Pueden incluir
una o dos referencias (pero no tres) a temas más generales, pero deben precisar en el
subtítulo el lugar y tiempo. “Las finanzas arcaicas: la Real Caja de Buenos Aires, 1789-
1811” indica el tema más general (las finanzas) cuyo estudio se llevó a cabo mediante
el análisis de los libros de una institución (la Real Caja), de un lugar preciso (Buenos
5
Recomendaciones 26
Aires), en ciertos años (entre 1789 y 1811). La indicación temporal debe ir separada de
la de lugar por una coma, no entre paréntesis.
De capítulos de libro. Deben ser más cortos que el título de un artículo porque son parte
de un conjunto, el libro, que ya tiene un título cuya información que no debe repetirse.
Los capítulos de un libro deben tener cierta similitud tanto en su extensión como en la
expresión de su contenido.
De libros. El mejor título es uno breve, que pueda ser recordado fácilmente y que resuma
fielmente el contenido del libro. Ejemplo de esto son La pampa gringa, de Ezequiel
Gallo, que trata acerca de la inmigración italiana en Santa Fe; Evita capitana, de
Carolina Barry, sobre la acción política de Eva Perón. Hay que evitar los títulos
ambiguos como El rojo y el blanco, que puede tratar tanto de vinos como de la guerra
civil en Rusia; o Ni blanco ni negro, que es el título de un libro sobre el mestizaje en
Brasil, pero cuyo contenido no se entiende sin el subtítulo.
3.1.2 Partes
Todo trabajo debe tener una introducción, un desarrollo (aunque no con este título) en
dos o más partes, y una conclusión. En la introducción se dice lo que se va a decir, en el
desarrollo se lo dice y en la conclusión se dice lo que se dijo, según la concisa fórmula
de Jean Guitton. Todo trabajo debe dividirse en partes: una monografía o capítulo, en
secciones; un libro, en capítulos. Esto es así tanto para organizar la exposición cuanto
para no cansar o desorientar al lector.
3.1.3 Introducción
En la introducción se define el marco conceptual, lo más amplio posible, dentro del que
se quiere que los lectores lean el trabajo. El autor determina allí con quién dialoga. Se
debe plantear una pregunta (con o sin signos de interrogación), que se desarrolla en el
cuerpo del trabajo y se contesta en la conclusión. Hay que tener una pregunta antes de
comenzar a escribir, pero al terminar trabajo es necesario ajustar la pregunta al
contenido real del mismo y a la respuesta que da la conclusión.
3.1.4 Extensión
Todo trabajo tiene una extensión predeterminada, fijada por los requisitos establecidos
para presentar una monografía en un curso, una ponencia en un congreso, un artículo a
una publicación periódica o un libro a una editorial. Hay que tener presente al comenzar
el trabajo cuántas páginas habrá que escribir y cuánto de todo lo que queremos decir
entrará dentro del formato predeterminado. Se debe cuidar el equilibrio del trabajo y de
sus diferentes partes (secciones o capítulos): cada parte tiene que tener una longitud
similar a la de sus equivalentes. La introducción y la conclusión deben tener una
longitud similar, pero juntas no deben tener menos del 10% ni más del 20% de la
extensión total del trabajo.
3.1.5 Conclusión
Todo trabajo debe tener una conclusión acorde con su extensión: una o dos frases en
una reseña; uno o dos párrafos en un proyecto de investigación; entre un 7% y un 10%
de la extensión de una monografía o de un artículo; aproximadamente la de un capítulo
en una tesis o en un libro. En todos los casos, debe centrarse en la respuesta que el
desarrollo del trabajo da a la pregunta formulada en la introducción. Hay que evitar la
inclusión de nueva información o de notas al pie.
6
Recomendaciones 26
3.2.4 Monografía
a) Comenzar a escribir por donde uno tiene más material o más ganas.
b) Concentrarse en la línea argumental: hay que incluir todo lo que se necesita para
desarrollarla y excluir todo lo que no sea necesario para ella.
c) Completar el borrador antes de comenzar el pulido y engarce de las partes.
d) Para la estructura, véase supra, sección 3.1 Equilibrio
7
Recomendaciones 26
3.2.7 Libro
La tesis de doctorado tiene pocos lectores, muy especializados, que frecuentemente
ponen más atención en el contenido que en la forma. El libro, en general, tiene lectores
menos especializados y el autor debe apuntar a que sean muchos. Para eso es necesario
contar la historia (antes los historiadores contaban historias y muchos siguen
haciéndolo) de una manera que, sin sacrificar el contenido, sea atrayente. Más que
eliminar el aparato erudito o quitar la sobrecarga de fuentes que suele acompañar a las
tesis, es necesario pulir las introducciones y conclusiones de los capítulos, quitar las
repeticiones, eliminar los vicios de lenguaje y dejar de lado todo aquello que no sea
estrictamente necesario para el desarrollo del argumento. Debe resistirse la tentación de
ir más allá del período tratado en la tesis, porque es posible que lo que se agregue no
tenga el mismo respaldo documental que lo que ya estaba pero, en sentido contrario,
debe agregarse cuanto sea necesario para que la historia que se cuenta se cierre en un
punto significativo.
Hay libros que no provienen de una tesis de doctorado. Como es posible que sus
autores ya hayan adquirido las herramientas que la confección de una tesis provee, no
cabe darles recomendaciones sobre lo que ya conocen.
8
Recomendaciones 26
ayudarnos a exponer; (2) que las diapositivas deben servir como ilustración y refuerzo de
la exposición, no para introducir nueva información ni como adorno; (3) que las
diapositivas deben ser pocas, la menor cantidad posible; (4) que cada diapositiva debe
contener poca información; (5) que al presentar el PP debemos mirar al público, no a la
pantalla en que se proyecta; (6) y que debemos seguir la proyección en una computadora
propia o provista y, por las dudas de que no funcione, hay que tener impreso el texto del
PP. Estas son las recomendaciones que hace Alberto Bustos (a quien pertenece la cita al
comienzo de este párrafo) en su Blog de Lengua, en un video titulado “Cómo usar el
PowerPoint para que tus presentaciones sean efectivas”. Tiene menos de diez minutos y
se encuentra en Youtube.
4. Formato
El formato de un trabajo parece un tema menor, pero no lo es. Las revistas o las editoriales
piden un formato determinado para los manuscritos que se les presentan, de modo que
en algún momento es necesario ajustar el trabajo a sus requisitos. Cuanto sigue no
reemplaza esos requisitos, pero puede ayudar a complementarlos y a facilitar el trabajo
posterior.
9
Recomendaciones 26
c) Los títulos de artículos y folletos van en redonda, entre comillas (por ejemplo,
“Recomendaciones 26”). Solo lleva mayúscula la primera letra del título o los nombres
propios que la requieran.
d) Los nombres de publicaciones periódicas, académicas o no, van en bastardilla y todas
las palabras llevan mayúscula: La Nación, Journal of Latin American Studies, Primera
Plana.
e) Los signos de puntuación que van al final del título de un libro o del nombre de una
publicación periódica o título de libro van en redonda, no en bastardilla, porque no
pertenecen al nombre o título.
f) No utilizar la bastardilla para enfatizar una palabra. Solo excepcionalmente puede
utilizarse de ese modo, si de otro se prestase a confusión.
10
Recomendaciones 26
4.1.4 Nombres
Los nombres deben darse completos, sin iniciales, a menos que el autor firmase con
ellas. Por ejemplo:
Juan Perón, como firmaba, es preferible a Juan Domingo Perón, pero la manera
de nombrarlo depende del contexto.
T.E. Lawrence, ya que firmaba así, es preferible a Thomas Edward Lawrence,
como se llamaba.
Enrique M. Barba, como firmaba, es preferible a Enrique Barba o Enrique
Mariano Barba.
El nombre de un autor o de un personaje debe darse completo la primera vez que se lo
menciona en un trabajo y luego puede darse solamente su apellido. Según el tema del
trabajo puede omitirse el nombre completo de un personaje. Si es la Revolución
Francesa, no es necesario dar el apellido de Napoleón; si es la historia argentina de
mediados del siglo XX, no es necesario dar el nombre completo de Perón.
Debe notarse que hay nombres que cambian con el tiempo, independientemente
de la voluntad de sus poseedores. Es el caso de Hipólito Irigoyen, cuyo apellido, casi
tres lustros después de su muerte, fue cambiado por Yrigoyen por un sector del
radicalismo, que a la larga triunfó en la lucha interna e impuso esa grafía, hasta hoy,
más allá de los límites partidarios. Otros nombres cambian según el idioma y el tiempo:
Caius Iulius Caesar es Giulio Cesare en italiano contemporáneo y Julio César en los
países hispanohablantes. Los nombres, por lo tanto, deben darse según el contexto de
cada trabajo de modo que sean comprensibles para sus lectores.
11
Recomendaciones 26
4.1.7 Impresión
Utilizar un solo lado de la hoja (preferentemente tamaño A4), con márgenes mínimos
de 3 cm a izquierda y derecha y de 2,5 cm arriba y abajo. En Word:
Disposición/Márgenes/Normal. (Para ahorrar papel he tratado de imprimir de los dos
lados de la hoja, pero como es más engorroso no siempre he logrado ahorrarlo).
4.2 Transcripciones
a) Evitar las transcripciones textuales. Un trabajo sobrecargado de transcripciones invita
al lector a saltearlas.
b) Dejar solo las transcripciones que no puedan parafrasearse sin perder algo de su
sentido.
c) Las transcripciones van entre comillas (“ ”). La transcripción dentro de una
transcripción va entre comillas simples (‘ ’). Los comentarios propios dentro de una
transcripción van entre corchetes [ ]. En las publicaciones en otros idiomas las comillas
se usan de manera diferente: en inglés, las comillas simples para las citas y las dobles
para las citas dentro de citas; en francés, las comillas angulares (« ») para las citas
(también para los títulos de artículos y de capítulos) y las comillas dobles para la citas
dentro de citas.
d) Si el texto transcripto tiene cinco o más renglones debe ir separado del texto propio
en caja menor (es decir, con márgenes mayores), letra de cuerpo menor (optativo) y sin
comillas. Si tiene menos de cinco renglones, va dentro del texto propio, entre comillas.
No se debe usar las bastardilla para las transcripciones.
e) Asegurarse de que todas las citas textuales o paráfrasis que se hagan de textos o ideas
de otros autores estén acreditadas en nota, cuya llamada debe estar al final del párrafo
donde se encuentre la cita textual o la paráfrasis. Esta acreditación debe hacerse tanto
por razones de honestidad intelectual (véase supra, sección 1) cuanto para que los
lectores conozcan las fuentes que han alimentado nuestro razonamiento. Nuevamente:
no acreditar a su autor una idea o una cita es plagio, que está penado por la ley y por las
regulaciones y costumbres académicas.
4.3 Notas
a) Las notas deben ir al pie de página o al final del trabajo, pero no dentro del texto. En
algunas disciplinas (economía, antropología) se suele usar las notas dentro del texto,
pero no en historia. La llamada (el número que va volado en el texto, como este 1 al final
de la palabra llamada, y se repite en la nota) indica la existencia de una nota y distrae
menos al lector.
b) Las llamadas de las notas deben ir al final de la frase para no obligar al lector a
interrumpir la lectura en la mitad de ella. La llamada va después del signo de puntuación.
En el caso de una llamada al final de una transcripción, el orden de los signos debe ser
cierre de las comillas, punto, llamada, como están al final de la frase siguiente:
“Los asignados, emitidos en 1790, tenían supuestamente un valor real”.1
c) Deben evitarse las notas demasiado largas. Las notas deben usarse solo para dar las
referencias de las fuentes documentales, manuscritas o bibliográficas, y para hacer
aclaraciones imprescindibles, siempre de la manera más breve que sea posible.
12
Recomendaciones 26
d) Si al redactar una nota se advierte que es demasiado larga (más de dos o tres líneas),
hay que tratar de incluir su contenido en el texto. Si no se pudiese hacerlo, hay que
considerar la posibilidad de eliminarla.
e) Las notas no deben contener cuadros, ni deben cortarse en párrafos.
5. Referencias
Las referencias de las fuentes bibliográficas y documentales utilizadas en un trabajo
deben darse con el mayor de los cuidados porque ellas permiten a los lectores seguir el
rastro de lo que ha servido para construir la argumentación de una obra. Hay,
ciertamente, distintas maneras de escribir historia. Algunos historiadores son avaros con
la mención de las fuentes en homenaje a la fluidez argumental. Esto no es condenable,
naturalmente, pero en los trabajos que deban presentarse en medios académicos por
motivos académicos es mejor pecar por exuberancia. El tiempo y la experiencia
permitirán llegar a un uso más equilibrado, pero en la duda siempre es mejor dar la
referencia que omitirla. La referencia completa de una obra incluye el nombre y apellido
del autor y el título del artículo o libro. Si es un libro, también el lugar de publicación,
la editorial y el año de publicación. Si es un artículo en una revista, también el nombre
de la revista, año de publicación, volumen, número y páginas (primera y última del
artículo).
En el caso de un libro, los datos deben tomarse de la portada (no de la tapa). Si
el lugar, la editorial o el año no están mencionados en la portada, pueden buscarse en
otras partes del libro (en el colofón o en el reverso de portada). Más abajo se indica qué
debe hacerse en el caso de que falte esta información.
En el caso de un artículo, los datos deben tomarse de la información que
encabeza el artículo (no del índice de la revista). La cantidad de volúmenes de un libro
va, si es necesario indicarla, después del año. La serie o colección solo se indica si es
importante para que el lector conozca las características de la obra, en cuyo caso va entre
paréntesis, después del año o de la cantidad de volúmenes.
13
Recomendaciones 26
5.1.2 Títulos
Los títulos de libros y nombres de revistas van en bastardilla. Los títulos de artículos,
capítulos de libros y folletos van entre comillas. Solo deben usarse las mayúsculas
necesarias (la primera letra del título, los nombres propios). Los títulos de libros y
artículos en inglés suelen darse en las publicaciones en ese idioma con mayúsculas en
todas las palabras, pero no es obligatorio respetar esa costumbre. La Library of
Congress, por ejemplo, no usa más que las mayúsculas necesarias en las entradas de los
libros en inglés que están en su catálogo.
5.1.5 Editorial
Al mencionar la editorial, las palabras editorial, ediciones, libros, publicaciones o
similares pueden omitirse, siempre que su omisión no dé lugar a confusiones. Es mejor
14
Recomendaciones 26
15
Recomendaciones 26
las bibliografías tengan ese formato, como tampoco que haya signo alguno delante de
la entrada de cada obra.
16
Recomendaciones 26
Si se utilizan dos ediciones diferentes, cada una debe tener su propia entrada en la
bibliografía.
17
Recomendaciones 26
18
Recomendaciones 26
5.2.14 Entrevistas
La siguiente modalidad de citar las entrevistas sigue las prácticas usuales entre quienes
hacen historia oral. Cada autor, sin embargo, debe adecuar la modalidad a su propia
necesidad. Puede, por ejemplo, dar una referencia abreviada en las notas y la referencia
completa al final del trabajo en una sección que incluya tanto las referencias a las fuentes
orales como a las bibliográficas (como se sugiere en el punto 5.2)
a) Transcripción realizada por el mismo entrevistador
Debe entrarse el nombre del entrevistado, la fecha y lugar de la entrevista y el nombre
del entrevistador:
Ostrovsky, Julián, entrevista realizada el 11 de diciembre de 1996 en la ciudad
de Buenos Aires; entrevistador: Adriana Kornblihtt.
b) Cuando hay más de un entrevistado:
Espósito, Antonio, y Raúl Gómez. Entrevista realizada el...
c) Transcripción no realizada por el entrevistador
Debe agregarse al final de la entrada el nombre de quien la transcribió:
Pijuán, Oscar, entrevista realizada el 24 de setiembre de 1996 en Lanús
(provincia de Buenos Aires); entrevistador: Laura Benadiba; transcriptor: Jorge
Martinez.
d) Entrevista que está en un archivo oral
Debe agregarse el nombre de ese archivo y la referencia de la entrevista:
Lais, Alberto, entrevista realizada el 11 de diciembre de 1996 en Villa Maipú
(provincia de Buenos Aires); entrevistador: Daniel Plotinsky; Archivo Oral del
Archivo Histórico del Cooperativismo de Crédito, entrevista Nº 30.
f) Información adicional
En todos los casos, puede agregarse algún dato del entrevistado que ayude a
contextualizar su testimonio:
Gobbi, Danilo, dirigente de Caja de Crédito Bahiense Cooperativa de Crédito
Ltda. (Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires), entrevista realizada el 15 de
19
Recomendaciones 26
20
Recomendaciones 26
5.2.18 Ebooks
Los libros que están en formato pdf se deben entrar sin aclaración alguna si se trata de
escaneos de versiones en papel. Si no lo son o si están en formato otros formatos (epub,
Kindle, etc.), se debe entrar la referencia de la misma manera que cualquier otro libro
pero al final, entre paréntesis, se debe mencionar el formato de la versión utilizada:
Pugliese, Stanislao G., Bitter spring: a life of Ignazio Silone, New York, Farrar,
Straus and Giroux, 2009 (Kindle).
21
Recomendaciones 26
Si es una versión especial, distinta de la versión en papel, debe darse toda la información
posible para identificarla:
Barral, Carlos, Memorias, s.l, epublibre, s.f. (Epub).
Esta obra fue publicada en papel como Memorias, Barcelona, Lumen, 2015, pero esa
versión tiene 944 páginas y la de epublibre tiene 795, por lo que no es un escaneo de
aquella. Sobre cómo referir una cita o mención de estos libros en las notas, véase 5.3.10.
22
Recomendaciones 26
5.3.3 Entrevista inédita cuya referencia completa está en la bibliografía (véase 5.3.17)
Gobbi (1996).
5.3.5 Cuando se cita el mismo libro, artículo, capítulo, etc, de la nota anterior, siempre
que en esta haya una única obra
a) Cuando es la misma página o páginas citada en la nota anterior:
Idem.
Este es un adverbio latino, cuyo significado es “lo mismo”. La Editorial de la
Universidad Nacional de Tres de Febrero lo usa en redonda. El Chicago manual of style
reserva el uso de idem (o la abreviatura id.) para no repetir el nombre de un autor cuando
en una nota se citan varias obras suyas.
b) Cuando es otra página o páginas del mismo libro, artículo, etc. mencionado en la nota
anterior:
Ibid., 55 [el número de la página].
23
Recomendaciones 26
Ibidem (usualmente se utiliza la abreviatura ibid.) es otro adverbio latino que significa
“en el mismo lugar”. Está incluido en el diccionario de la Real Academia Española en
bastardilla, pero en el de María Moliner está en redonda. Se debe elegir la manera de
darlo y utilizarla en todo el trabajo.
El Chicago manual of style recomienda el uso de ibidem o ibid. cuando se cita
la misma obra de la nota anterior, tanto si es la misma página (en cuyo caso no se da el
número de página) u otra distinta (en cuyo caso sí se da).
c) Cuando la nota anterior menciona más de una obra, en la nota siguiente no debe usarse
ibid., ni idem, porque no quedaría claro a cuál de las obras mencionadas en la nota
anterior se refiere la siguiente.
5.3.7 Cartas
En la cita de una carta se da primero el remitente (tal como firma), luego el destinatario,
el lugar en que fue escrita, la fecha, y el libro donde se encuentra, cuya referencia
completa debe estar en la bibliografía:
Juan Perón a María de la Cruz, Panamá, 23 de abril de 1956, en Perón (1993),
110-111.
Si la carta es inédita debe darse el nombre del repositorio completo la primera vez que
se menciona en el trabajo y luego por la sigla que en esa primera mención se consigna
entre paréntesis; y se indica la signatura tal como se da en el repositorio donde se
encuentra. La sigla del archivo debe estar en la lista de abreviaturas que va antes de la
bibliografía.
Marcelo Ignes a Juan Pedro Aguirre, San Nicolás, 7 de octubre de 1826, Archivo
Histórico del Banco de la Provincia de Buenos Aires (ABP), 031-5-3-15.
5.3.8 Documentos
a) Documentos publicados
En la cita de un documento publicado debe señalarse el nombre del autor (si lo hubiere),
el título del documento (entre comillas, si tiene un título identificable), y el libro donde
se encuentra:
Comando Superior Peronista, “Instrucciones generales para los dirigentes”, en
Perón-Cooke (1972), vol. 2, 389-398.
b) Documentos inéditos con autor
En el caso de un documento que está en un archivo, en lugar del libro se indica el nombre
del archivo y la signatura:
Frederico Augusto do Amaral Sarmento Mena, “Itinerario da marcha da 1ª
Brigada de Infanteria ao mando do Coronel F. F. da P. Pereira Pinto que marchou
da Colonia do Sacramento a 14 de dezembro de 1851, para ir fazer parte do
Exercito do General Urquiza”, Arquivo Historico do Rio Grande do Sul,
arquivos particulares, lata 42, maço 7.
24
Recomendaciones 26
25
Recomendaciones 26
7. Glosario
Bastardilla: también llamada cursiva o itálica. Es el estilo de fuente usado para los
títulos de libros y los nombres de publicaciones periódicas y películas. Puede usarse,
26
Recomendaciones 26
Conclusión
Todo trabajo debe tener una conclusión y también este. Como no tiene un desarrollo
argumental, sin embargo, sino que es apenas una agregación de recomendaciones, más
generales o más puntuales pero solo recomendaciones, no es posible exponer aquí los
27
Recomendaciones 26
resultados ni enfatizar su significado dentro del contexto que la introducción –en el caso
de una monografía, artículo, capítulo o libro– debe presentar. Así, esta conclusión no es
más que un cierre provisorio, en espera de comentarios que, como en el pasado, me
permitan mejorar y expandir el contenido de este trabajo.
Si tuviera que decir algo en favor de la utilización de estas “Recomendaciones
26”, además del testimonio de muchos usuarios debería incluir el mío (con lo que me
veo obligado a recaer en la primera persona que había confinado al prefacio). Desde que
puse en circulación la primera edición, hace más de quince años, me vi obligado a
seguirlas en mis propios trabajos. Esto me permitió eliminar las inconsistencias en que
antes incurría y mejorar tanto la presentación como la argumentación de cuanto escribo.
Espero que resulten igualmente útiles a sus usuarios (ya que no han sido pensadas para
lectores que las lean del principio al final).
Bibliografía
La bibliografía sobre todos estos temas es muy abundante y debe consultarse para
resolver los problemas no tratados en estas páginas. Las recomendaciones que
anteceden han sido tomadas, entre otras fuentes, de los siguientes libros:
Becker, Howard S., Trucos del oficio: cómo conducir su investigación en ciencias
sociales, Buenos Aires, Siglo Veintiuno, 2009.
Becker, Howard S., Manual de escritura para científicos sociales: cómo empezar y
termina una tesis, un libro o un artículo, trad. Teresa Arijón, Buenos Aires, Siglo
Veintiuno, 2011.
Chicago manual of style, 17ª ed., Chicago, University of Chicago Press, 2017.
Eco, Umberto, Cómo se hace una tesis, Barcelona, Gedisa, 1982.
García Negroni, María Marta, El arte de escribir bien en español: manual de corrección
de estilo, Buenos Aires, Santiago Arcos, 2010.
Guitton, Jean, El trabajo intelectual, Buenos Aires, Criterio, 1955.
Moliner, María, Diccionario de uso del español, 20ª reimp., Madrid, Gredos, 1997, 2
vols. [Hay una edición actualizada de 2016].
Rodríguez Rivero, Manuel, “Huele a torta de salvado de avena”, El País, 27 de agosto
de 2011.
Serafini, María Teresa, Cómo se escribe, Barcelona, Paidós, 1996.
Strunk, William, y E. B. White, The elements of style, 3ª ed., New York, Macmillan,
1979.
Turabian, Kate L., A manual for writers of research papers, theses, and dissertations,
rev. Wayne C. Booth otros, 9ª ed., Chicago, University of Chicago Press, 2018.
Zubizarreta, Armando F., La aventura del trabajo intelectual: cómo estudiar e
investigar, México, Addison Wesley Longman, 1998.
Agradecimientos
Agradezco a Daniel Plotinsky por su contribución respecto de la forma de entrar las
entrevistas (5.2.14); a Marianne González Alemán por la suya respecto de las entradas
de internet (5.2.16); a María Obligado por la lectura de las ediciones 20ª y 21ª; a Marta
Poggi, por leer las últimas ediciones; y a todos los usuarios de las ediciones anteriores
porque sus preguntas me han obligado a extenderlas más allá de las cinco páginas
iniciales.
Descargo de responsabilidad
En estas “Recomendaciones 26”, como en las versiones anteriores, menciono libros,
artículos periodísticos, canales de Youtube y sitios de internet en los que he encontrado
28
Recomendaciones 26
información útil, pero no tengo vínculo alguno con sus autores. Por lo tanto, no soy
responsable por el contenido de sus opiniones o manifestaciones orales o visuales
pasadas o futuras, ni comparto las opiniones que puedan tener fuera de los contenidos
técnicos por los que los recomiendo.
29