El documento habla sobre el psicoanálisis con niños. Explica que el niño no puede ser abordado de la misma manera que un adulto, por lo que se utilizan técnicas como el juego, el dibujo y la escritura. También habla sobre el rol de los padres y el concepto de transferencia. Explica que el juego cumple una función importante en la infancia ya que permite satisfacer pulsiones de una manera simbólica.
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El documento habla sobre el psicoanálisis con niños. Explica que el niño no puede ser abordado de la misma manera que un adulto, por lo que se utilizan técnicas como el juego, el dibujo y la escritura. También habla sobre el rol de los padres y el concepto de transferencia. Explica que el juego cumple una función importante en la infancia ya que permite satisfacer pulsiones de una manera simbólica.
El documento habla sobre el psicoanálisis con niños. Explica que el niño no puede ser abordado de la misma manera que un adulto, por lo que se utilizan técnicas como el juego, el dibujo y la escritura. También habla sobre el rol de los padres y el concepto de transferencia. Explica que el juego cumple una función importante en la infancia ya que permite satisfacer pulsiones de una manera simbólica.
El documento habla sobre el psicoanálisis con niños. Explica que el niño no puede ser abordado de la misma manera que un adulto, por lo que se utilizan técnicas como el juego, el dibujo y la escritura. También habla sobre el rol de los padres y el concepto de transferencia. Explica que el juego cumple una función importante en la infancia ya que permite satisfacer pulsiones de una manera simbólica.
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Alicia Roitstein: Psicoanálisis con niños:
Atendemos al niño pero siempre apuntamos al SUJETO. El niño no puede ser
abordado del mismo modo que el adulto, por eso vamos a hablar de una especificidad. Hablaremos del juego, el dibujo, la escritura, los padres y la transferencia. Es por medio de la ilusión de los padres correspondiente a su deseo que un hijo tiene un lugar en la familia antes de nacer. Del lado de la madre, el deseo de tener un hijo se enlaza como plantea Freud a la temática fálica, desde el prometedor anhelo de tenerlo y la ilusión de obtenerlo; esto llevará a desplegar las funciones maternas de los cuidados al infante que están signados por un interés particular y marcados por sus propias carencias. ANTICIPACIÓN: representación de bebe antes de que realmente exista: imaginar su cuerpo, anticipar sus ropajes, hablarle aunque no nos conteste. Esto anticipará para él un lugar anudado, preexistente y necesario. Impulsará al recubrimiento narcisístico del cuerpo del bebe y la búsqueda de su nombre. Es el tiempo de ser o no ser el falo. Es aquella que libidinizando al pequeño humano le da los ropajes necesarios para establecer los bordes, delineando un cuerpo del cual gozará en el comienzo de la constitución: tiempo de CONSTRUCCIÓN SUBJETIVA donde la madre sostiene el cuerpo del niño en el narcisismo: un tiempo fundamental como plantea Freud de otro que debe asistir a los cuidados y necesidades: debe OFERTARSE AMOROSAMENTE para crear el circuito de la demanda. En términos de Winnicott el recién nacido depende totalmente del medio ambiente facilitador, es el tiempo de la dependencia absoluta donde aún no hay diferencia YO-NO YO. Una madre suficientemente buena cederá su pecho para que el niño experimente el SER, para lo cual sabrá hacerlo jugar, para que desde este hacer alcance el SER. SI TODO VA BIEN, otro tiempo advendrá y lo maternal puede introducir la pérdida, eso nos remite a las funciones simbólicas en la madre: FORT DA: porque hubo un primer tiempo de afirmación, alojamiento algo puede restarse, sustraerse o ausentarse: PUEDE JUGARSE A LA PRESENCIA-AUSENCIA; comienza el esbozo del orden simbólico junto con el despliegue de lo lúdico. Del padre esperamos las funciones que él encara de la ley en el deseo, es el que realiza las operaciones de nominación “TÚ ERES MI HIJO”, introduce a éste en la filiación, instala la prohibición del incesto. La nominación limita el goce. Tanto las funciones maternas de anticipación, formación como las paternas de nominación son operaciones que deben reiterarse una y otra vez los primeros años de vida y son necesarias para la constitución del sujeto. Su tejido es complicado e incluye vicisitudes, errores, tiempos y contratiempos. Freud: en 3 ensayos habla de la ganancia al terminar la adolescencia: el DESHACIMIENTO DE LA AUTORIDAD PARENTAL que se produce por el cambio de posición del sujeto, pero es un punto de llegada, y para lograrlo hay que ubicar que antes tuvo que haber un tiempo primero donde hubo consistencia del otro, la de los padres. Es necesario situar los tiempos de sujeto para pensar la modalidad de intervención. -El juego es nuestro soporte en los primeros tiempos de la infancia, instala el principio del placer, funciona como bisagra entre el placer y el goce. Cumple una función homeostática. El análisis con niños tiene un amplio abanico en lo lúdico: juego, dibujo, escritura, relato: cada uno con un matiz singular. -El JUEGO: es una creación, el niño inventa otro mundo donde se asienta su sentido simbólico. La satisfacción lúdica se produce porque la ficción da levedad de sentido a lo real; el niño -aliviana con el juego lo intramitable o traumático. El juego también ejerce al decir de Freud un dominio de la situación. Se domina lo displacentero al establecer la ligadura. Esto no solo se refiere a la cuestión simbólica –lo que ha quedado fuera del enlace con la palabra- sino con la imagen. Hay una buena asociación entre juego y placer. Con el principio de placer no solo se sostiene el circuito pulsional que en su repetición se satisface y gasta algo del goce, sino que también produce un estado de alegría. El niño ESCRIBE CON EL JUEGO, recorre algún circuito apoyado en el “como sí”, transmuta las experiencias en imágenes, constituye la represión primaria y el inconsciente como sistema. Hay un buen anudamiento entre pulsión y ficción. El juego transforma el displacer. El niño escribe y tramita con el juego lo que está perturbado en su ser. Cuando el niño no juega y el displacer se ha transformado en su fin detectamos una falla de anudamiento entre Eros y Thanatos y la función como analistas será restaurar la homeostasis y reinsertar lo lúdico. -EL DIBUJO: comienza como una escritura de la imagen. Su trazado conlleva una operación de velamiento. El dibujo revelador se muestra en la transferencia al analista. -En chicos más grandes contamos con la ESCRITURA: producto de un decir inconsciente que se expresa. La escritura que el inconsciente revela NO SE CONFUNDE con lo escrito, la primera es la que espera ser leída por un analista. La primera forma de escribir es un trazo, que luego serán trazos que salen de la represión primaria. El surgimiento de la lectura y la escritura son procesos que requieren de las operaciones de sustitución y desplazamiento, son fruto de las operaciones de la sexualidad infantil, de la castración y de la represión primaria. El escribir inicial de un niño perteneciente a la primera vuelta de la sexualidad es una escritura que aún no es propia, no novela, todavía está en una dependencia con el otro. En la segunda vuelta de la sexualidad, con el predominio de la vertiente simbólica se produce un viraje de la posición del sujeto, hay un giro en la escritura, un anudamiento a la fantasía, hay neurosis. PADRES: muchos interrogantes. Freud en conferencia 34 nos revela algo de esto: las resistencias internas que combatimos en el adulto están sustituidas en el niño muchas veces por dificultades externas. Cuando los padres se erigen en portadores de la resistencia a menudo peligra la meta del análisis o este mismo; por eso suele ser necesario aunar al análisis del niño algún influjo analítico sobre sus progenitores. Se tratará de establecer un diálogo abierto entre padres y analista, para poder intervenir en determinados lugares donde la trama familiar ha quedado detenida. Los padres pueden consultar de diversas maneras: -llegan haciéndose preguntas a partir del padecimiento del niño o síntoma y tienen la inquietud por desentrañar lo enigmático. -porque el niño ha herido el narcisismo de ellos, quieren que el niño se adecúe a las demandas que recaen sobre él. -llegan por otra instancia: colegio, hospital, juzgado. Los terceros detectan un padecimiento que no causa molestia a los padres. El primer planteo es el que mejor permite trabajar, dado que le supone un saber al analista que bajo la transferencia le permite intervenir. AUNAR AL ANÁLISIS DEL NIÑO EL INFLUJO ANALÍTICO es extender la transferencia hacia la presencia real de los padres, y de esa manera poder intervenir en los lugares estancos del enlace entre padres e hijos, también intervenir en los lugares fallidos, en las fallas en la constitución, absteniéndose de inferir en los lugares conquistados de la dinámica y dialéctica entre padres e hijos. -Cuando nos encontramos con padres portadores de un costado más estanco, inmóvil, resistencial y el sujeto no cuenta aún con disponibilidad simbólica, y hay dependencia real hacia los padres, citarlos da la posibilidad de destrabar algún atrapamiento permitiendo recuperar al sujeto en cuestión. TRANSFERENCIA: por medio del juego se crea el artificio de la transferencia. El niño le atribuye al analista un saber jugar si se encuentran el juego del niño y la actitud lúdica del analista. Cómo se constituye; la clave la tenemos con Hans, quien se dirige al padre pero su mensaje está destinado a Freud. En el diálogo referido al deseo de eliminar a su hermana y las negativas del padre el niño plantea: “y si se lo hacemos saber al Dr. Freud”. El punto de ruptura de la transferencia en uno de los padres, donde ya no hay un buen entendedor, que pueda escuchar la subjetividad en el mensaje, ahí se ubica el analista como buen entendedor. -Se producen transferencias parciales, limitadas y múltiples: con el niño, madre, padre, tutor. Winnicott: la observación de niños en una situación fija. Describe que en el marco de su observación se le hizo familiar: “la situación fija” en que penetra cada uno de los niños llevados a consulta. Divide tres fases: la primera donde describe la sala de espera grande, que la salida de una mamá y un nene es el signo de que la siguiente entre y que en el recorrido hasta llegar a él posiblemente ya hace contacto. En nenes chiquitos los hace ubicar sobre la falda de la madre. Presta atención al seguimiento de consignas. Y el se ubica bajalengua enfrente. Primera fase: pone la mano encima del bajalengua, y mira, puede esconderse en la blusa de la madre que si nada hace por tranquilizarlo, vuelve a recobrar su interés en el bajalengua. Segunda fase: período de hesitación, su paso es muy evidente, cambia el interior de la boca, se vuelve fláccido, con la lengua de aspecto grueso y la saliva que fluye. Al cabo de un rato el niño se mete el bajalengua en la boca y lo mastica con las encías: confianza en sí, hay soltura. Siente que el bajalengua está en su poder, golpea con él sobre la mesa, lo acerca a su boca y la de la madre y se alegra si fingen que los alimenta. Deseo de juego, se enfada si meten el bajalengua en la boca (el juego deja de ser tal). Tercera fase: el niño deja caer el bajalengua accidentalmente, si le es devuelto se alegra, vuelve a jugar con él, y lo deja caer ya menos accidentalmente. Y así disfruta una enormidad librándose de él agresivamente y oyéndolo tintinear cuando cae al suelo. El fin de esta fase se da o bien si el niño quiere reunirse con el bajalengua en el suelo, o se lo mete en la boca y vuelve a jugar con él o se aburre y quiere coger cualquier otro a su alcance. Esto es válido para bebés entre 5 y 13 meses. Va a decir que en la situación fija es posible llevar a cabo una labor terapéutica. Desviaciones de la normalidad: la hesitación inicial exagerada o ausente. Casi con seguridad hay una relación entre esas desviaciones y la relación del niño con los alimentos y las personas. ANGUSTIA: es acerca de algo, son dos cosas a discutir: 1) la que sucede en el cuerpo y en la mente en estado de angustia 2) ese algo que suscita la angustia. El algo que da origen a la angustia reviste una importancia tremenda para el niño. Niño de 2 años: las fantasías orales primarias, sus correspondientes angustias y defensas son claramente discernibles al lado de una serie de procesos mentales secundarios y muy elaborados. Para comprender qué está pasando cuando se constatan los síntomas es preciso saber algo acerca de los sentimientos del niño, sus fantasías, el grado de excitación y rabia que se mezclan entre sí, así como de las defensas contra ambas. Diarrea: no siempre es cuestión fisiológica. La experiencia analítica con niños y adultos demuestra que a menudo se trata de un proceso que acompaña a un temor inconsciente a cosas definidas, cosas que hay dentro y que perjudicarán al individuo si se mantienen allí. El individuo teme inconscientemente a una serie de cosas específicas y malas que en alguna parte existen para él. Decir alguna parte, es a su interior o a su exterior, normalmente en ambos sitios. En la hesitación normal del niño que quiere coger el bajalengua es en la mente del pequeño donde existe el peligro que solo puede explicarse partiendo del supuesto de que tiene fantasías o algo equivalente. Qué representa el bajalengua: es una respuesta compleja: representa diversas cosas: -puede representar un pecho; -el pene: muy raramente tiene conocimiento real y basado en la experiencia de cómo es el pene de un adulto. En la inmensa mayoría de casos el pene tiene que ser la fantasía infantil de cómo debe ser el pene del adulto. Al hablar ahí de pene enuncia la posibilidad de que el pequeño tenga una fantasía en la que aparezca algo semejante a un pecho y al mismo tiempo diferente, ya que se trata de algo más propio de su padre que de su madre. Sirve también para representar –gente. Paso en el desarrollo del niño: llegar a ser capaz de una relación con dos personas que para él revisten importancia (fundamentalmente quiere decir con ambos padres) y de sostener dicha relación simultáneamente. Es un paso importante que en tanto no pueda darlo, no puede ocupar satisfactoriamente su lugar en la familia o grupo social. Paso que para él según sus observaciones se da por primera vez en el primer año de vida. El niño puede concebir la idea que si desea demasiado el pecho de su madre priva a su padre y a los demás pequeños del mismo mientras que, a la inversa, si desea con exceso una parte del cuerpo del padre, parte equivalente al pecho de su madre, priva a ésta y demás pequeños de la misma. En la medida en que el pequeño sea normal uno de los principales problemas que se le plantean es el de controlar dos personas a la vez. En la tercera fase el niño practica su capacidad para librarse del instrumento. Relación con el juego descripto por Freud donde el niño llegó a dominar sus sentimientos acerca de la partida de su madre. El significado más profundo de esta fase, radica en que el niño se tranquiliza sobre la suerte de su madre interna así como sobre su actitud. El estado depresivo que acompaña la angustia en torno a la madre interna se ve aliviado, con lo que se recupera la felicidad. WINNICOTT: REALIDAD Y JUEGO. Diferencia game/play y play/playing. Solo a partir de la no existencia puede comenzar la existencia. OBJETOS Y FENÓMENOS TRANSICIONALES: primera hipótesis: los recién nacidos tienden a usar el puño, los dedos, pulgares para estimular la zona erógena oral para satisfacer los instintos en esa zona y para una tranquila unión. También al cabo de unos meses, los bebes encuentran placer en jugar con muñecas y la mayoría de las madres les ofrecen algún objeto especial y esperan que se aficionen a ellos. EXISTE una relación entre estos dos grupos de fenómenos separados por un intervalo de tiempo. Y el estudio del paso del primero al segundo puede resultar de mucho provecho. Observa una amplia variación en la secuencia de hechos que empieza con las primeras actividades de introducción del puño en la boca por el recién nacido, y que a la larga lleva al apego a un osito, muñeca, juguete, blando o duro: hay algo importante ahí además de la excitación y satisfacción oral aunque éstas puedan ser la base de todo lo demás: podemos estudiar otras cosas de mucha importancia: -naturaleza del objeto; -capacidad para reconocer el objeto como un no yo; - ubicación del objeto: afuera, adentro, en el límite; -capacidad para crear, idear, imaginar, producir, originar un objeto; -iniciación de un tipo afectuoso de relación de objeto. Los términos objetos y fenómenos transicionales son introducidos para designar la zona intermedia de experiencia entre pulgar y osito, entre erotismo oral y la verdadera relación de objeto, entre la actividad creadora primaria y la proyección de lo que ya se ha introyectado. El parloteo del bebe, la manera en que un niño mayor repite un repertorio de canciones y melodías mientras se prepara para dormir se ubican en la zona intermedia, como fenómenos transicionales, junto con el uso que se hace de objetos que no forman parte del cuerpo del niño aunque todavía no los reconozca del todo como pertenecientes a la realidad exterior. SU ENFOQUE tiene que ver con la primera posesión y con la zona intermedia entre lo subjetivo y lo que se percibe en forma objetiva. En la bibliografía psicoanálica existen muchas referencias al avance desde la etapa de las manos a la boca, hasta la de la mano a los genitales, pero en menor medida a los posteriores progresos en materia de manipulación de verdaderos objetos NO YO. La pauta de los fenómenos transicionales empieza a aparecer desde los 4 a 6 meses hasta los 8 a 12 meses. Las pautas establecidas en la infancia, pueden persistir en la niñez de modo que el primer objeto blando siga siendo una necesidad absoluta a la hora de acostarse, en momentos de soledad, o cuando existe el peligro de un estado de ánimo deprimido. Relación objeto transicional con el simbolismo: un trozo de frazada simboliza un objeto parcial, como el pecho materno. Pero lo que importa no es tanto el valor simbólico como su realidad. El que no sea el pecho (o la madre) tiene tanta importancia como la circunstancia de representar al pecho (o a la madre). Cuando se emplea el simbolismo el niño ya distingue con claridad la fantasía de los hechos, los objetos internos y los externos, la creatividad primaria y la percepción. En la consulta con un padre resulta valioso obtener información sobre las primeras técnicas y posesiones de todos los niños de la familia. En casi todas las historias de casos es posible encontrar algo interesante en los fenómenos transicionales, o en la falta de ellos. COMENTARIOS BASADOS EN LA TEORÍA PSICOANALÍTICA ACEPTADA: -el objeto transicional representa el pecho materno o el objeto de la primera relación. -es anterior a la prueba de la realidad establecida. -en relación con el objeto transicional el bebe pasa del dominio omnipotente (mágico) al dominio por manipulación (que implica el erotismo muscular y el placer de la coordinación). -a la larga el objeto transcisional puede convertirse en un objeto fetiche y por tanto persistir como una característica de la vida sexual adulta. -a consecuencia de la organización erótica anal, el objeto transicional puede representar las heces (pero no se debe a ello que llegue a tener mal olor o no ser lavado). Relación con el objeto interno de Klein: el objeto transicional no es un objeto interno (que constituye un concepto mental): es una posesión. Pero (para el bebé) tampoco es un objeto exterior. El bebe puede emplear un objeto transicional cuando el objeto interno está vivo, es real y lo bastante bueno (no demasiado persecutorio). Pero ese objeto interno depende, en lo referente a sus cualidades, de la existencia, vivacidad y conducta del objeto exterior. El fracaso de éste último en el cumplimiento de alguna función esencial lleva en forma indirecta al carácter inerte, o a una cualidad persecutoria del objeto interno. Cuando subsiste la característica de insuficiencia del objeto exterior, el interno deja de tener significado para el bebe y solo entonces el transicional también se vuelve carente de sentido. Ilusión-Desilusión: la madre bastante buena comienza con una adaptación casi total a las necesidades de su hijo, y a la medida que pasa el tiempo se adapta poco a poco, en forma cada vez menos completa, en consonancia con la creciente capacidad de su hijo para encarar ese retroceso. Entre los medios con que cuenta ese bebé para enfrentar ese retiro materno encontramos: 1) su experiencia, repetida a menudo de que la frustración tiene un límite de tiempo, que al comienzo debe ser breve; 2) una eficiente percepción del proceso; 3) el comienzo de la actividad mental; 4) la utilización de satisfacciones autoeróticas; 5) el recuerdo, el revivir experiencias, fantasías, sueños, la integración de pasado, presente y futuro. Si todo va bien, el bebe puede sacar provecho de la experiencia de frustración puesto que la adaptación incompleta a la necesidad hace que los objetos sean reales: tanto amados como odiados. Al principio igual tiene que ser casi exacta la adaptación (como la magia), de lo contrario al bebe no le será posible empezar a desarrollar la capacidad para experimentar una relación con la realidad exterior o por lo menos formarse una concepción de ella. La ilusión y su valor: gracias a una adaptación del 100 % la madre ofrece al bebe la oportunidad de crearse la ilusión de que su pecho es parte de él, parece encontrarse bajo su dominio mágico. La omnipotencia es casi un hecho de la experiencia. La tarea posterior consiste en desilusionar gradualmente pero no lo logrará si al principio no le ofreció suficientes oportunidades de ilusión. No hay salud para el ser humano que no fue iniciado lo bastante bien por la madre. La desilusión es previa a la tarea del destete y sigue siendo una de las obligaciones de los padres y educadores. Si las cosas salen bien en ese proceso de desilusión gradual queda preparado el escenario para las frustraciones que reunimos bajo la denominación de destete; pero cuando hablamos de los fenómenos que rodean al destete, damos por supuesto el proceso subyacente gracias al cual se ofrece una oportunidad para la ilusión y desilusión gradual. Si la ilusión-desilusión toman un camino equivocado, el bebe no puede recibir algo tan normal como el destete ni una reacción a este. La simple terminación de la alimentación a pecho no es un destete. La tarea de aceptación de la realidad nunca queda terminada, el alivio de esta tensión lo proporciona una zona intermedia de experiencia que no es objeto de ataques (artes, religión). Dicha zona es una continuación directa de la zona de juego del niño pequeño que “se pierde” en sus juegos. En la infancia esa zona intermedia es necesaria para la iniciación de una relación del niño y el mundo y la posibilita una crianza lo bastante buena en la primera fase crítica. Para eso es esencial la continuidad en el tiempo del ambiente emocional exterior y de determinados elementos del medio físico, tales como el o los objetos transicionales. LO TRANSICIONAL NO ES EL OBJETO: este representa la transición del bebe de un estado en que se encuentra fusionado a la madre a uno de relación con ella como algo exterior y separado. EL JUEGO: Milner vincula el juego de los niños con la concentración de los adultos. Él marca una diferencia entre: el juego y el jugar. El jugar tiene un lugar y un tiempo. Jugar es hacer. El jugar en el tiempo y en el espacio: lo universal es el juego y corresponde a salud: facilita al crecimiento, conduce a relaciones de grupo. Juego: vinculado con la relación de confianza que pueda desarrollarse entre el bebé y la madre. El juego es por sí mismo una terapia al decir de Winnicott, En él tanto el niño como el adulto están en libertad de ser creadores: -relajamiento en condiciones de confianza basada en la experiencia; -actividad creadora, física y mental, manifestada en el juego; -suma de estas experiencias para formar la base de un sentimiento de la persona: PERMITIR QUE EL PACIENTE EXHIBA LA CAPACIDAD DE JUGAR, de mostrarse creador en el trabajo analítico. Teoría: creencia de que vivir en forma creadora es un estado saludable, y que el acatamiento es una base enfermiza para la vida. PROBLEMA: por el grado de objetividad con que contamos cuando hablamos de realidad exterior que es variable en términos de un individuo. Objetividad es un vocablo relativo pues por definición lo que se percibe de modo objetivo es concebido en cierta proporción en forma subjetiva. Creatividad corresponde a la condición de estar vivo. La creatividad que estudiamos se refiere al enfoque de la realidad exterior por el individuo. Klein: tema de la creatividad: reconocimiento de impulsos agresivos y de la fantasía destructiva que datan de los primeros momentos de vida del recién nacido: ubicación central del sentimiento de culpa. Se puede ver la salud en términos de fusión (impulsos eróticos y destructivos). Advierte: a) o bien los individuos viven en forma creadora y sienten que la vida es digna de ser vivida o b) no pueden hacerlo y dudan del valor de vivir. Esa variable de los seres humanos tiene relación directa con la calidad y cantidad de la formación de un ambiente al comienzo o en las primeras etapas de la experiencia vital de cada bebe. Idea de que los hombres y mujeres tienen “predisposición a la bisexualidad”. Diferencia entre relación de objeto (el sujeto permite que se produzcan ciertas alteraciones en la persona. El objeto se ha vuelto significativo, han actuado mecanismos de proyección e identificación, el sujeto se ve vaciado en la medida en que parte de él se encuentra en el objeto, aunque enriquecida por el sentimiento. Junto con esos cambios hay cierto grado de participación física – por leve que fuera- para la excitación, en dirección de la culminación funcional de un orgasmo y uso del objeto (donde se da por sentada la relación de objeto, y se agregan rasgos en relación a la naturaleza y conducta del objeto: es forzoso que el objeto sea real, con el uso se debe tener en cuenta la naturaleza del objeto no como proyección sino como cosa en sí misma). Para usar un objeto es preciso que el sujeto haya desarrollado una capacidad que le permita usarlo: proceso de maduración que depende de un ambiente facilitador. En la secuencia se puede decir que primero viene la relación de objeto y después su uso pero la parte intermedia es la más difícil del desarrollo humano. El paso de la relación al uso, significa que el sujeto destruye el objeto. Ahí comienza la fantasía (mientras te amo te destruyo constantemente en mi fantasía): entonces el sujeto puede utilizar el objeto que ha sobrevivido. Gracias a la supervivencia del objeto, el sujeto puede vivir una vida en el mundo de los objetos, cosa que le ofrece innumerables beneficios pero es necesario pagar el precio: la aceptación de la creciente destrucción en la fantasía inconsciente vinculada con la relación de objeto. Para su tesis la destrucción desempeña un papel en la formación de la realidad, pues ubica el objeto fuera de la persona. EN ANÁLISIS LO FUNDAMENTAL ES LA SUPERVIVENCIA DEL ANALISTA Y QUE LA TÉCNICA SE MANTENGA INTACTA. El término destrucción corresponde al fracaso del objeto en lo referente a sobrevivir. El objeto siempre es destruido y esa destrucción se convierte en el telón de fondo inconsciente para el amor a un objeto real, un objeto que se encuentra fuera de la zona de control omnipotente del sujeto. Dónde está el juego?: cuando presenciamos el empleo por un niño de un objeto transicional, la primera posesión no-yo, vemos al mismo tiempo la primera utilización de un símbolo por aquel y la primera experiencia de juego: nunca preguntarle si creó ese objeto. El objeto es un símbolo de la unión del bebe y la madre (o parte de ésta). Puede ser localizado, se encuentra en el lugar del espacio y del tiempo en que la madre se halla en la transición de estar (en la mente del bebe) fusionada al niño y ser experimentada como un objeto que debe ser percibido antes que concebido. La separación que no es tal sino una forma de unión. Para el bebe si la madre ofrece las condiciones correctas cada uno de los detalles de su vida es un ejemplo de vivir creador. Cada objeto es un objeto hallado. Si se le ofrece la posibilidad, el bebe empieza a vivir de manera creadora y a usar objetos reales para mostrarse creativo en y con ellos. Si no se le da esa posibilidad no existe zona alguna en la que pueda jugar o tener experiencias culturales. El niño privado es inquieto e incapaz de jugar y posee una capacidad empobrecida para la experiencia en el terreno cultural. Establecimiento de la confianza basada en la experiencia: en el momento de máxima dependencia, antes del goce, y el empleo de la separación e independencia. Tercera zona: la de la experiencia cultural que es un derivado del juego (las otras dos zonas son la realidad psíquica personal o interna, y el mundo real, con el individuo que vive en él). Tercera manera de vivir muy variable de un individuo a otro: esta tercera zona es el producto de las experiencias de la persona (bebe, niño, adolescente, adulto) en el ambiente que predomina. La extensión de esta zona puede ser mínima o máxima según la suma de experiencias concretas. POSICIÓN. Lacan: uso del espejo en el desarrollo del yo de cada individuo pero Winnicott lo piensa en términos del rostro de la madre. FUNCIÓN AMBIENTAL: aferrar, manipular, presentar el objeto. En términos del papel de la madre es devolver al bebe su persona. El individuo nunca es independiente del medio. La inmadurez es un elemento esencial de la salud en la adolescencia y no hay más cura para ella que el paso del tiempo y la maduración que éste puede traer. Otra característica es el hecho de no ser responsables. EL JUEGO DEL GARABATO: -lugar especial en la primera entrevista. -proporcionar una relación humana y flexible dentro del encuadre profesional (no habla solo de inteligencia); -principal labor: integración posibilitada por la confianza; -reducir al mínimo u omitir el comentario interpretativo; -usar con provecho el limitado tiempo disponible y tener listas las técnicas por flexibles que ellas sean; -la base es el jugar. El juego del garabato: método para establecer contacto cuando el paciente es un niño. Es un juego sin reglas, pueden jugar dos personas pero en general en la vida social pierde pronto su sentido. Es fácil de aprender y facilita la toma de notas. Lo diferencia del TAT que es un test. En una hora se ven unos 20 o 30 dibujos hechos por ambos cuya significación fue haciéndose más y más profunda y el niño la siente como parte de una comunicación importante. Conexión con la etapa muy temprana de dependencia en la cual el self del bebé no está aún formado, su yo es muy débil, a menos que reciba auxilio del yo de la madre como suele suceder. El bebe empieza viviendo con el yo de la madre, que ella le presta merced a su adaptación sensible a las necesidades del bebe. SIEMPRE EXTRAER LAS CLAVES DE LOS PROPIOS NIÑOS (no de los padres). TOMAR LAS HOJAS Y ROMPERLAS: no es azaroso, tomarlo como algo que no tiene importancia, para que el niño no se sienta evaluado y quede librado a lo más espontáneo. Lo sugiere en primeras sesiones, para que no se sistematice, armado en conjunto. Trastornos narcisistas no psicóticos: Rondulfo: Categoría del trastorno: diagnóstico y tratamiento que requieren tanto del clínico como del psicopedagogo, maestro especial incluso medicación destinada al sistema nervioso de niños y adolescentes. Consideración pormenorizada de los diversos fenómenos. Se trata de abrir una problemática gobernada por la compulsión de que ante la consulta por un niño se fuerza a si no es neurótico es psicótico. Tilda del origen de este mal: en una operación teórica (Melanie Klein) en cuyos textos se verifica la desaparición, sepultamiento de la categoría del narcisismo. Cuando ella o sus discípulos se refieren a él hablan bajo el título de relaciones objetales. Pero la operación de fondo es otra y de ella responde la ecuación narcisismo=psicosis. Lo temprano, arcaico, primitivo es asimilado más crudamente con psicosis. Agrupación de autismo y psicosis. Trastornos narcisistas no psicóticas, vistos desde una doble dimensión clínica y teórica. La prioridad es esclarecer los casos más sencillos que habitualmente llegan derivados de la escuela por problemas de aprendizaje. Hay que repensar las categorías de la psicopatología. Niños de difícil diagnóstico: doble sentido de apuntar a las complejidades de la clínica de ese niño y la dificultad de hacer un diagnóstico si se pretende ceñir a la rigidez de las estructuras clásicas. En el territorio de los trastornos narcisistas no psicóticos encontramos un campo que abarca desde trastornos de consideración y gravedad; problemáticas con base orgánica, hasta otras que no la tienen; desde trastornos que se presentan solos a otros que se hallan asociados a problemáticas neuróticas o depresivas, o trastornos psicosomáticos en el mismo paciente. Abarca por otra parte trastornos de tipo espacial, de las distancias del propio cuerpo y referidos a otros, de la coordinación fina, categorías como arriba/abajo, lejos/cerca, derecha/izquierda hasta trastornos en la abstracción, la lecto-escritura, a nivel de cálculo, etc. Freud: cuando existe heterogeneidad y diversidad mejor empezar por lo más sencillo. “Memoria como laguna”: el maestro habitualmente se queja de que lo que se le enseña lo aprende pero lo olvida enseguida y hay que volver a empezar. “Individuo torpe”: dimensión de globalidad. Nuevo problema para el psicoanálisis: originariamente no se inventó para este tipo de pacientes. -Trastorno en la problemática del juego del fort da: en estos niños aparece una adquisición precaria, no satisfactoria, poco desarrollada, del jugar con la presencia ausencia que se despliega normalmente en juegos como allá/aquí; acercamiento/alejamiento; esconderse/reaparecer. En estos niños esto no está constituido y es tan notorio que pronto llama la atención. -Niños que requieren mucho de la presencia concreta de otra persona, auxilio ajeno, lo visual, múltiples pedidos de ayuda (si los padres lo ayudan con la tarea la letra es mejor si lo dejan solo un desastre). Se trata de que el otro lo ordene, sin eso cae fácilmente en la desorganización: descontrol motor que toma apariencias hiperquinéticas. -Ausencia global de marco de referencia: modos diversos de operarse la discriminación. –Simplificación de lo esquemático, pobre, tosco en las producciones. -Trastorno en la secuencia del jugar: jugar que se diluye a poco de empezado. Tocar todos los chiches sin jugar realmente con ninguno. Armado de escenas pobre, con pérdida de consistencia narrativa diluyéndose en motricidad porque sí. –No son niños enigmáticos. –Los caminos del pensamiento son muy lábiles, trayectos que se hacen y deshacen: escrito en el agua. –Recurren a estereotipias, acciones estereotipadas para organizarse que llevan el sello de la obsesividad pero que nada tienen que ver con un síntoma obsesivo. ACTIVIDAD como intento de liga motriz ritualizado. El paciente no ve a su alrededor pero esa fijeza no es la del trayecto fóbico: ir siempre por los mismos lugares, dar los mismos pasos. ESCUCHAR EL relato: un paciente con trastorno dirá que sabe ir al lugar pero no sabe reconstruir el camino en abstracción ni sabrá cómo se llama el lugar. Tiene poca, escasa o nula función anticipadora de lo imaginario. Torpeza motriz y de lo imaginario. DIFERENCIACIÓN SEXUAL: no toma relieve, lo importante es que haya ALGUIEN presente. Se da con alguna habitualidad un medio que estimula poco al niño y sobre todo poco a lo imaginario en lo que tiene que ver con juego, transferencia, afecto, soñar. No hubo oscilación entre lo prematuro y el retrasamiento por una parte se lo trata como más pequeño de lo que es y por otra se exige un esfuerzo prematuro para él. Fantasma de ser tonto, animal. Identificación con lo monstruoso, más los niños que padecen retraso. El trabajo con estos pacientes nos une a los psicopedagogos. Tienen muy escasamente desarrollada la categoría de “extraño”: se ligan con los otros muy fácilmente lo que es positivo a nivel terapéutico. Pero la alteridad está escasamente presente. SAMI ALI: represión global: que abarca una función entera: el paciente nunca recordará sus sueños, no habrá desarrollo de ciertos lugares, ciertas fantasías, o será crónicamente torpe. Se revela como REPRESIÓN GLOBAL de la función imaginaria. FUNCIÓN DEL YO: lo imaginario del otro se utilizará restitutivamente. Importancia para el diagnóstico diferencial del vacío: el paciente declara no pensar en nada, o sentirse vacío: vacío en el nivel mismo de las condiciones de la representación. Distinguir categoría de vacío de categoría de agujero (supone la existencia de depresión psicótica). Es una condición compatible con cierta reversibilidad ausente en formaciones que dependen de la depresión psicótica. Ir y venir que recupera con limitaciones. En los casos que responden a una depresión psicótica lo lesionado es siempre una SUPERFICIE. El vacío pone en juego problemas de entubamiento. DOS NIVELES EN QUE SE PUEDE UBICAR LA PATOLOGÍA DEL TUBO: formación del tubo en el niño en el momento de la subjetivación implica sobre todo dos categorías: vacío/lleno; duro/blando. Fallas en inscribir ese elemento suficientemente duro en su corporeidad que literal y metafóricamente sirve para vertebrarse. -Debilidad en la función de la mano. –El espacio tiende a lo bidimensional. – No son niños verdaderamente agresivos: sino que piden, demandan, se adhieren a otros sobre todo en lo que tenga que ver con el trazo. Torpeza literal: motriz; torpeza metafórica: del pensamiento. PUNTOS CLAVES: 1) disyunción entre trazo y cuerpo: se plantea todo en el terreno de la caricia y el rasgo y nada o poco en el trazo (escasa posibilidad de abstracción); 2) Disyunción simétrica entre el plano de la caricia como escritura y el plano de la hoja; 3) hipertrofia de lo especular. A un niño con este trastorno no le interesa el cuerpo del otro como fuente de sensaciones sino como factor de dureza estructurante en un plano especular y no pictogramático. AUTISMO: MARIANA VÁZQUEZ: avance de la patologización y posterior medicación de la infancia. A qué corresponde el incremento del diagnóstico de autismo en el S XXI. Otorgar diagnósticos que se ubiquen y operen como identificaciones que responden al ser es iatrogénico tanto en adultos como en niños. Más en un niño que está en vías de formación. Trocan el siendo del niño por el “es”. -Ubican al niño en un lugar de sometimiento frente a un adulto, ubicado en relación a sus logros, cumplimiento de lo esperado: NO en cuanto a psicología evolutiva sino a lograr sostener el narcisismo de los padres. Los niños tocan el narcisismo de los padres, se ubican como falo, completan pero también deben caer de ese lugar: deben ser dejados caer. Se plantea que sino los hijos quedan atrapados al servicio del sostén de los adultos y eso trae aparejado un aumento de problemáticas de la infancia que no necesariamente responden a autismos. El diagnóstico es necesario para marcar la dirección de la cura, permite estrategias adecuadas y singulares y otorga al niño la posibilidad de instaurar o fundar aquello que no se encuentra presente o está fallido. Ahí se abre una dimensión clínica original cuando el aparato está en constitución. Sin embargo cuando los diagnósticos buscan homologar niños a máquinas, se borra la historia, se agrupan manifestaciones en apariencia similares, nos perdemos en el camino que va del sufrimiento a la elaboración/reelaboración. MANUALES DE CLASIFICACIÓN DE ENFERMEDADES MENTALES: pierden de vista al sujeto como tal, hacen oídos sordos al padecimiento, y logran fragmentar aún más lo que estaba fragmentado. DSM IV: diferenció autismo precoz infantil y síndrome de asperger de esquizofrenia infantil por la ausencia de alucinaciones aunque los niños autistas también tienen alucinaciones. DSM V: autismo denominado TEA: trastorno del espectro autista con su graduación leve, moderado y severo. Desaparecen así los subtipos de autismo (síndrome de rett, asperger, trastorno desintegrativo de la infancia y trastorno generalizado del desarrollo no especificado). En esta nueva clasificación las características fundamentales del autismo son el: -anormal o deficitario desarrollo de la interacción social y comunicación; -repertorio muy restringido de actividades e intereses. Autismo infantil se trata de un funcionamiento subjetivo singular cuyas manifestaciones y conductas no son resultado del retorno de lo reprimido, no hablamos de enfermedad. REPENSAR LA PSICOPATOLOGÍA INFANTIL: el psiquismo infantil es una estructura que se produce por relación a otra –estructura de la relación parental, estructura del deseo parental, estructura del Edipo, en relación a otro humano-. Bettelheim vivió experiencia en los campos de concentración: “MADRE NEVERA”. Su teoría se basa en la creencia de que la madre del niño con autismo, rechaza la existencia de su hijo. A ello se puede añadir la presencia de padres fríos, ausentes o de carácter débil. Sostenía que los primeros días del bebé eran fundamentales para su desarrollo. Importancia en cómo la madre sostiene al bebé en el momento de lactancia, sus miradas, palabras. Desde Freud esto lo podemos pensar a partir del concepto de narcisismo considerado como estructuración libidinal que encuentra su origen en tanto estructuración residual del narcisismo parental. Lacan enseña el pasaje que va de la mirada de la madre a la constitución del narcisismo del niño. Sólo la madre atravesada por la castración es capaz de narcisizar a su hijo viendo en él a un significante privilegiado capaz de unificarla y completarla. Esa castración materna como condición de narcisización del bebé es definitoria del lugar que éste ocupará respecto a una mirada que lo constituya pero NO ES CONDICIÓN SUFICIENTE de estructuración psíquica. Es la actitud de la madre al dar el pecho, tocar su cabecita, hablarle, sostenerlo, ofrecerle un holding lo que posibilita ese procesamiento de cantidades que permite que la identificación no caiga como cáscara vacía a envolver al yo. PODRÍA PENSARSE DE FORMA MÁS COMPLEJA en este circuito y para estos casos que ni la madre se refleja en el bebé ni en el bebé logra reflejarse en la madre quedando allí un espacio, un vacío narcisista. Un encuentro fallido entre la madre y el funcionamiento del cachorro humano que denuncia que allí donde debería haber un plus de significación y fantasía hay vacío. En el autismo la dimensión del llamado o no se constituye o lo hace deficientemente. El llamado es anterior a la constitución del lenguaje y del Otro, su concepto implica 3 consecuencias: -permite la constitución del Otro y del sujeto; -produce el pasaje del lenguaje a la palabra y –construye el anudamiento entre lo simbólico y lo imaginario, que localiza lo real. El llamado supone al Otro a diferencia del grito que prescinde de él, más orgánico: para que el grito se convierta en llamado se necesita del reconocimiento del Otro. En el autismo se puede disponer del lenguaje pero no del llamado ni la palabra, esa es la clave del mutismo, la pobreza verbal, el tono desafectivizado (robotizado). CLÍNICA: -el aparato psíquico no está constituido de entrada. El modo de inscribir va a estar determinado por una multiplicidad de factores: características de la pulsión, defensas predominantes, identificaciones, formación del yo. El trabajo con los padres es fundamental por la incidencia que ellos tienen en la constitución subjetiva del niño. El tratamiento suele ser extenso e intenso. El analista debe tolerar el sufrimiento del niño, sostener el dolor y sufrimiento de los padres y el sufrimiento del niño que él mismo fue. MIRARLO COMO SUJETO y no como objeto educable. La apuesta es que surja y se despliegue algo en nombre propio. El trabajo clínico estará centrado en intervenciones de tipo estructurantes. Conectarse con ellos, establecer un vínculo será una tarea lenta, hay que abstenerse de tocarlos. NO BUSCAMOS un resultado conductual sino un armado subjetivo. LENGUAJE: retraso en la adquisición del lenguaje. JUEGO seguramente no exista como símbolo ni como posibilidad elaborativa. Hay que crearlo, introducirlo y para ello es fundamental la creatividad y hasta el cuerpo. El juego simbólico crea las condiciones necesarias para el lenguaje. Para que un niño hable tiene que estar instalado el como sí, debe estar inscripta la ausencia. INTERVENCIÓN ESTRUCTURANTE: transformar una conducta caótica, impulsiva en un armado simbólico; registrar las conductas/acciones del niño y ponerles palabra, significado. El movimiento que va de la presencia a la ausencia es la base de la simbolización. HISTORIA DEL SÍNDROME DE ASPERGER. Roistein. 1944, Asperger que era un pediatra austríaco publicó un artículo donde describía a un grupo de niños con características muy peculiares que antes no había visto. Es un trastorno del desarrollo. Al inicio lo había llamado psicopatía autista infantil. Los chicos eran: -socialmente extraños; -tenían buena gramática y vocabulario extenso, discurso fluido, literal, pedante, usado en monólogos, sin intercambios comunicacionales. -pobre comunicación no verbal, entonación verbal monótona o peculiar. -con intereses circunscriptos a temas específicos. -inteligencia promedio o superior, con dificultades en aprender tareas educativas convencionales, habilidades relacionadas a sus intereses personales. -coordinación motriz y organización del movimiento torpe, aunque pueden destacarse en algún área de especial interés. -les falta sentido común. DISCUSIÓN TEÓRICA ACTUAL: es si debe considerarse como un trastorno diferente al autista. No existe marcador biológico que permita detectar cuadros de S.A por eso su diagnóstico sigue siendo clínico, basado en el comportamiento observado, en la historia del desarrollo y en el aspecto psicológico. CRISTERIOS DIAGNÓSTICOS DE A. RIVIERE: -trastorno cualitativo de la relación: incapacidad de relacionarse con iguales, falta de sensibilidad a señales sociales, falta de reciprocidad emocional, limitaciones en la capacidad de adoptar las conductas sociales a los contextos de relación, dificultad para comprender interacciones ajenas y dobles intenciones. -inflexibilidad mental y comportamental: interés absorbente y excesivo por ciertos contenidos. Rituales, actitudes perfeccionistas extremas que dan lugar a gran lentitud al ejecutar una tarea, preocupación por partes de objetos, acciones, situaciones o tareas con dificultad para detectar las totalidades coherentes. -problema del habla, retraso en la adquisición del lenguaje, que puede ser pedante, excesivamente formal, inexpresivo, con tonos, ritmo y modulación extraños. -alteraciones de expresión emocional, motora, limitación en el uso de gestos, torpeza motora. LA CLAVE para limitar S.A. del autismo de alto funcionamiento estaría en el lenguaje. Porque en personas con S.A. -es común el error en el uso del lenguaje en situaciones sociales; -tienen consciencia de diferencia. La infancia, suele ser una etapa buena para los niños con S.A. Esto hace que los primeros años de vida pasen desapercibidos o mirados con benevolencia (excesos de sinceridad, incompetencia para dilucidar reglas de interacción social, intereses reducidos, inflexibilidad mental y comportamental, ausencia de recursos para socializar). Pero, es importante el diagnóstico temprano para la comprensión de sí mismo y su entorno. Tienen como aspectos positivos en la etapa primaria: -el intenso afán de conocimiento que versa sobre sus intereses, -excelente memoria para recordar lo que les interesa, -sobresaliente destreza o conocimiento en alguna parcela concreta. Aunque algunas familias son conscientes de que algo ocurre, generalmente son las escuelas las que detectan una problemática. El S.A. es una alteración que se hace más evidente sobre los 4 o 5 años. LOS AVATARES DE LA ESTRUCTURACIÓN DEL APARATO PSÍQUICO Y SUS CONSECUENCIAS: TOMÁS. 8 años. Segundo grado de escuela primaria. Papá: encargado de edificio, 43 y mamá: 48, empleada doméstica. Al comienzo del tratamiento vive con ambos y la hermana. Después se muda con la madre y la hermana. La mamá dice que todas las mañanas lo lleva a la portería y a la tardecita lo va a buscar. Hubo una primer consulta en 2009 por parte del padre solo donde describió que Tomás: juega solo, está aislado, realiza juegos paralelos. Dijo que estaba molesto, o poco feliz sin poder explicar más. Dice tener buen vínculo y que por su trabajo en la portería puede pasar más tiempo con su hijo. Habla poco, no tiene amigos. Fue derivado por una psicopedagoga del colegio. A la segunda entrevista del 2011 concurren ambos padres. El padre dice que sigue la distracción y la agresividad cuando la maestra lo quiere ayudar, y con sus compañeros. Sigue con juegos y dibujos paralelos (siempre hace dos elementos iguales). Juega a veces con Santi en el patio de la escuela. Le preocupa que no termina de copiar lo que se escribió en el pizarrón, el cuaderno está lleno de incompletos. Se opaca, no quiere hablar y se enoja. MADRE: el niño se da cuenta que el clima familiar no está bien, cuando se enojan o discuten él dice “otra vez”. En un tiempo nos fuimos por dos meses Tomás y yo. Así él funcionaba bien. A él lo buscamos para unir más a la pareja. Es el segundo matrimonio de ambos y cada uno tuvo otros tres hijos con otras personas. La mamá dice que durante el embarazo le daba vergüenza que la vieran porque ya era abuela. Temática de los juegos en tratamiento: destrucción y muerte. Lenguaje: dificultad con la letra “R” y a veces le cuesta expresarse. Excedido en 6 kilos conforme el pediatra. Primera entrevista: -se sienta y comienza a hablar tan rápido que no es fácil comprender qué dice. Rapidez en “expulsar” cada palabra, como si se desbordaran y no puede pararlas (verborragia). -nombra varios amigos del cole, Santi, después el relato es confuso cuando habla de Gisela Carrala, con dificultad dice que es su hermana por parte de la madre. Cuando la analista busca detenerlo para entender lo que dice, se enoja, golpea el escritorio. TUSTIN: CAPÍTULO IX: AUTISMO Y PSICOSIS INFANTIL: un método de clasificación por tipos de autismo evita que se agrupen juntos los casos más heterogéneos de psicosis infantil y a la vez deja abierta la puerta revelando nuestra confusión y perplejidad. Marca dos síndromes en niños psicóticos a distinguir con precisión, aunque dice que quedan muchos niños psicóticos que no entran en esas categorías: -autismo infantil precoz: autismo secundario encapsulado (ASE). Kenner lo describió por primera vez en 1943 para diferenciarlo de la subnormalidad mental. Es más frecuente, y se diagnostica erróneamente a menudo como ciego, sordo o débil mental. En general provienen de familias inteligentes y educadas. Si bien su nacimiento se produjo en momentos de discordia o separación de los padres caracterizado por la depresión de la madre. Al tratarse de niños sensitivos, de disposición afectuosa y buenos lactantes, a menudo el trastorno se advierte después del destete y, en especial, al producirse un deterioro en la evolución del lenguaje. Sus extrañas características suelen acentuarse con el nacimiento de un hermanito o la separación materna, se trata de niños intensamente celosos y posesivos. -esquizofrenia infantil: autismo secundario regresivo (ASR). Meltzer en 1963 lo describe como un síndrome clínico muy infrecuente que se da a menudo en los niños de familias afectadas de esquizofrenia y por lo general su desencadenamiento coincide con el destete, nacimiento de un hermano, separación materna o trauma. El cuadro clínico es fundamentalmente hebefrénico, son niños ineducables, pueden parecer débiles mentales. Combinación de síntomas propios del autismo infantil: -el potencial de inteligencia bueno o elevado resulta importante en función del pronóstico, es un factor que facilita la psicoterapia -por lo general no existe una historia de separación materna, el retraimiento data de una experiencia temprana de su existencia, y no parece guardar relación con un hecho específico, sí suele intensificarse con el nacimiento de un hermanito. En general hay una historia temprana de gritos y pataletas, a diferencia de la historia del bebe inusitadamente bueno característico del niño esquizofrénico. -si desarrollan un lenguaje, a menudo se caracteriza por la ecolalia, se limitan a repetidos, falta el pronombre yo. Sus cuerpos con frecuencia permanecen rígidos y faltos de respuesta al tacto y desvían los ojos, evitando mirar a la gente. Suelen mostrarse fascinados por los objetos mecánicos, no juegan con juguetes suaves a los que puedan abrazar o hacer objeto de mimos. Sus rostros son sensibles e inteligentes, pero sus ojos carecen por completo de expresión. O bien asoma en ellos una mirada infinitamente triste. Los movimientos de su cuerpo son ágiles, insisten en mantener su uniformidad. El psicoanálisis y la pareja. LOSSO: Freud en psicología de las masas y análisis del yo decía que en la vida anímica individual aparece invariablemente integrado el otro como modelo, objeto, auxiliar, u oponente. De ese modo, la psicología individual, es al mismo tiempo social. La pareja es una de las situaciones prototípicas donde se da la presencia real, concreta del otro como modelo, objeto, auxiliar u oponente: alguna de esas cosas, o todas a la vez. Existen muchos tipos de pareja: empezando por la pareja: madre-hijo, pareja heterosexual constituida por dos personas adultas que conviven de un modo más o menos permanente que proyectan compartir la mayor parte de sus vidas y tienen (o consideran que deberían tener) relaciones sexuales entre sí. Porqué los individuos buscan unirse en pareja: 1) para no estar solos (el individuo se siente incompleto cuando está solo). 2) como intento de resolver la situación edípica, pasar de la endogamia a la exogamia, de la sexualidad infantil a la adulta. 3) como realización de la fantasía infantil de tomar el lugar de los padres. Ahora soy yo padre (o madre) y tengo relaciones sexuales como mamá (o papá) y tengo hijos como ellos. 4) como confirmación de la propia existencia, del propio valor, identidad, en especial la sexual. Me reconozco en el otro, como varón o mujer en la medida en que el otro me reconoce como tal. 5) para llenar necesidades de amor y protección (gratificación afectiva). 6) como búsqueda de gratificación sexual adecuada y relativamente estable. 7) como modo de aliviar la culpa edípica (en la medida que otro del sexo opuesto me acepta de algún modo soy merecedor del cariño del otro y por tanto no tan culpable de mis fantasías incestuosas y/o agresivas). 8) como búsqueda de un lugar donde, en ciertas dosis pueda expresar la agresión en una situación de seguridad en que sé que voy a ser tolerado. 9) como búsqueda de independencia relativa de la familia de origen. 10) como búsqueda de dependencia, contar con otro que me permita pequeñas regresiones, con quien se pueda abandonar temporariamente la máscara social, y gracias a eso rescatar aspectos propios olvidados, lúdicos, creativos. 11) búsqueda de alianzas para enfrentar dificultades frente a la familia de origen o frente al mundo. 12) para llenar necesidades de posesión, de transcendencia; 13) para crear una cultura familiar propia; 14) como intento de curación de heridas familiares (seremos mejores que nuestros padres); 15) posibilidad de un proyecto común. Implica una especie de recreación de la díada inicial madre/hijo o hija. No hay en la vida una situación donde se cree tanta intimidad, cercanía y tenga tanto parecido con aquélla. Es frecuente en las parejas el uso de lenguaje infantil, expresiones de la primera infancia. Se busca así compensar en la pareja situaciones deficitarias infantiles, esperando del partenaire cosas que no han sido dadas en la infancia. Se realiza la fantasía de completud y fusión (mito media naranja). Estas motivaciones son en parte conscientes pero en su mayoría inconscientes y se transmiten transgeneracionalmente. Al mismo tiempo que la pareja significa una salida de la conflictiva edípica, es también una reentrada en el Edipo. Es imposible no teñir al partenaire (objeto) de características relacionadas con los objetos infantiles. -Las identificaciones en la elección de pareja: la elección del partenaire resulta una solución de compromiso entre deseos adultos e infantiles. El sujeto lleva al matrimonio ideales propios e ideales parentales (incluso de generaciones anteriores). Freud describió dos modos de elección de objeto: a) madre anaclítica (o de apoyo): madre nutricia o padre protector. b) narcisista: se elige lo que uno es, uno ha sido, lo que uno quisiera ser o la persona que ha sido parte del propio sí mismo. Anzieu: yo-piel: decía que a partir de la piel frágil se trata de construir una nueva piel de la pareja: envoltura narcisística, puede ser satisfactorio pero también peligroso y vivido como amenaza a la identidad del yo, esa piel contiene pero ahoga. Parábola de los puercoespines (Schopenhauer): tenían frío y para lograr calor se acercaron pero cuando lo hicieron empezaron a dañarse: debieron separarse hasta lograr una posición que les permitiera estar lo suficientemente cerca para darse calor pero suficientemente lejos para no lastimarse. SOLUCIÓN: distancia intermedia. TODA PAREJA SE ORGANIZA Y MANTIENE: -alrededor de elementos positivos: investiduras recíprocas, cierto grado de admiración mutua, comunes identificaciones, ideales, creencias, modalidades de funcionamiento donde los deseos pueden realizarse de un modo más o menos satisfactorio, donde puede obtenerse un grado aceptable de confirmación y reafirmación del propio narcisismo, donde se pueda expresar controladamente un cierto nivel de agresividad. -pero también negativamente: sobre un conjunto de renuncias, un pacto degenerativo inconsciente por el cual ciertos aspectos del vínculo permanecen reprimidos, desmentidos, renegados o enquistados (y escindidos) en el espacio mental de ambos. Ese acuerdo tiene DOS FUNCIONES: -es organizador del vínculo y –tiene una función defensiva. La disolución de pareja hace surgir a menudo lo que formaba parte del pacto y quedaba silencioso. Por eso muchas veces, el vínculo adquiere características de gran violencia. Partes psicóticas de cada uno (Bion). Además de las identificaciones que provienen del procesamiento de la conflictiva edípica, hay que tener en cuenta los modelos identificatorios provenientes del CONTEXTO SOCIAL. Cada individuo aporta sus propias situaciones dramáticas internas, de familia o de su grupo interno, que se van a intrincar íntimamente con el grupo interno o familia interna del otro para constituir una nueva CONSTELACIÓN GRUPAL: el grupo interno de la pareja o dramática inconsciente: se crea un sistema INTERSUBJETIVO donde las acciones de uno producen efectos en el otro y viceversa. Los personajes de las familias inconscientes de ambos miembros interjuegan y crean así nuevos dramas, collage en permanente gestación que resulta del interjuego de escenas infantiles de ambos miembros de la pareja. El mecanismo por el que se produce este intrincarse de escenas infantiles es el de la TRANSFERENCIA inconsciente como toda transferencia. El individuo transferirá en mayor o menor grado sus propios modelos vinculares infantiles a la relación de pareja, compulsión a la repetición mediante. La transferencia como sabemos no es solo de figuras: sino de vínculos, que tienen que ver con modos de relación con personajes de la situación edípica (facetas diversas de papá y mamá o desplazamientos a otros personajes: hermanos, tíos, maestros, etc). Pero también aspectos que tienen que ver con la primitiva relación dual con el objeto primario y otros del mismo individuo, aspectos narcicísticos. EL MODO EN QUE SE EXPRESA ESTE PARTICULAR VÍNCULO TRANFERENCIAL Freud lo analizó en el fenómeno del enamoramiento, donde transferencia mediante el individuo proyecta en el otro aspectos de su ideal del yo, el otro es la gran maravilla y el sujeto no es nada. Ese enamoramiento debe dar paso al amor objetal, la persistencia de cierto enamoramiento favorece la consolidación de la relación en cuanto proyección del ideal del yo en el otro, permite un aumento de autoestima, una reafirmación narcisista. El otro, que es mi ideal, me ama. El amor correspondido es un importante factor de aumento de autoestima, el vínculo narcisista y el objetal se funden. Transmisión transgeneracional: los mensajes de los orígenes implican la transmisión de mandatos, legados de las otras generaciones. La transmisión de lo positivo (continuidad narcisista, ideales, valores, identificaciones) como la transmisión estructurante. Cuando esos mensajes de orígenes de cada uno se sumen, complementen como encuentro enriquecedor de dos culturas con aspectos de ambas, creando nuevos productos inéditos, como en un collage se puede constituir la pareja suficientemente buena parafraseando a Winnicott. Pero cuando predomina la transmisión de aspectos negativos quedan ligados a lealtades invisibles. Las colusiones: ilusión/engaño compartido. SEXUALIDAD: es psicosexualidad, es un modo de decir algo, un lenguaje con significados. Y está vinculada con las más primarias formas de contacto físico y de sostén en la infancia. Es además terreno privilegiado para una comunicación emocional y corporal. Puede expresar: amor, odio, rivalidad, envidia. La palabra sexo proviene de sexión (dividir, separar) como alusión a la experiencia primaria de separación. El sujeto sexuado es también incompleto, sexuación es buscar al otro sexo, identificarse, completarse con éste. Se busca en la pareja recrear la experiencia mítica de unión con el objeto primario (período de ilusión de Winnicott). Cuando se constituye una pareja, habrá una sexualidad que porta cada uno de los miembros en relación con las respectivas historias familiares y personales y una que se desarrollará a partir de eso y el vínculo. La riqueza de la vida sexual es fuente de bienestar en la pareja. Coito significa andar juntos. El coito y en especial el orgasmo, es un momento mágico y permite la realización fantaseada del incesto, recrear la fusión con el objeto primario, confirmar que no se está solo. Experiencia de fusión y con-fusión, un como sí, juego con sensación de pérdida de límites, de la propia piel, ambos realizan sus fantasías de completud, lo que implica un seguro contra la castración. Implica capacidad de identificaciones recíprocas, el varón puede penetrar en un medio que no siente extraño, y la mujer recibir un pene que siente como no agresivo y en cierto modo, propio. Tienen un espacio legítimo para desarrollar aspectos regresivos. Después de una relación sexual satisfactoria aumentan los sentimientos tiernos y el agradecimiento al compañero por el placer y el darse. Una sexualidad suficientemente buena, parece ser condición necesaria para una pareja suficientemente buena. Esta relación une a los sujetos pero contribuye después de la unión a establecer y renovar las fronteras entre ellos. La psicosexualidad resulta dominada en muchos casos por las fantasías parentales: se juegan las imágenes parentales primarias que pueden ser benignas, permisivas pero también terroríficas (madre fálica), o edípicas (padres celosos) o poseídas por mandatos transgeneracionales. Detrás de las más diversas dificultades sexuales encontramos angustias y temores varios (desconfianza recíproca, miedos al abandono, a confiar, al sometimiento, a la traición, a la fusión). Que pueden expresar gran inseguridad con respecto a los objetos primarios por falta de objetos internos “buenos” y por otro la necesidad de mantener la fidelidad a la familia de origen. El miedo lleva a celos, agresión, venganza. Cuando en la organización colusiva las alianzas inconscientes se establecen a predominio del uso de defensas drásticas como denegación o repudio, si bien las mismas contribuyen a la persistencia de la pareja lo hacen a costa de un serio empobrecimiento del vínculo que muchas veces se manifiesta como dificultades en la esfera sexual. CLÍNICA: problemas que encontramos: a) el deseo y al mismo tiempo el temor a la fusión indiscriminada y el miedo a la pérdida de los límites del propio self (de la propia piel) llevan a dificultades sexuales sobre todo orgásmicas. b) las imágenes parentales terroríficas o edípicas que no permiten la satisfacción a los hijos y pueden llevar a patologías: frigidez, impotencia. c) ciertas dificultades sexuales forman parte de un juego sadomasoquista destructivo donde el objeto debe ser mantenido para ser atacado, objeto de reproches, venganzas. d) en personas que sufrieron falta de contacto afectivo primario y/o situaciones traumáticas precoces no se desarrolla una buena erotización de la piel y mucosas que puede llevar a sexualidad pobre y escaso interés por el erotismo. e) el revivir aspectos del ideal del yo edípico puede llevar a la necesidad de escindir erotismo de ternura, llegando hasta la extinción del deseo algunas de estas parejas se autodefinen como “hermanitos” o “buenos amigos”. f) la sexualidad puede estar al servicio de un juego de poder: coitos sádicos, frigideces, impotencias agresivas. El coito como posesión sirve además a la fantasía de reafirmación narcisista. g) en las parejas con compulsión a las relaciones sexuales, éstas funcionan como defensa frente a angustias de castración y/o fusión e indiscriminación, y sirven para reparar fallas de la identidad. Puede haber elementos perversos y fijos: falta una sexualidad creativa. h) el engaño incluso la promiscuidad pueden funcionar como defensa frente a la intimidad emocional, la excesiva dependencia, miedo a la fusión indiscriminada, a la pérdida de la propia identidad. i) las parejas de ilusión de dos de Anzieu o almas gemelas, frecuentemente comienzan en la adolescencia, comparten ideas, lecturas, gustos, realizando una pareja de mellizos imaginarios, envueltos en una envoltura narcisística idealizada, con fantasías de tener cuerpo y piel únicos, con borramiento de diferencias sexuales. La sexualidad puede limitarse a contactos epidérmicos sin penetración que los obligaría a reconocer la diferencia. j) algunas parejas declaran estar juntos solamente por sexo, si tienen litigios con nivel agresivo: todo se arregla en la cama. Algunos eligen la intimidad sexual para no comunicarse afectivamente, prefieren el coito al beso. k) las parejas vírgenes muchas veces permanecen con tal fidelidad a las familias de origen que no pueden consumar el matrimonio. Pueden lograr un cierto equilibrio y a veces solo consultan porque desean tener hijos. Otras veces la imagen interna compartida de un coito sádico y/o antecedentes de experiencias traumáticas sexuales infantiles (abuso sexual) impiden la sexualidad. En cada caso se debe trabajar sobre estos problemas y no la dificultad sexual per se. La pareja y el narcisismo: cada pareja se constituye sobre elementos objetales (básicamente el deseo) como sobre otros narcicisísticos. Pero muchas veces se produce una verdadera colusión narcisista en ese modelo en que se trata de concretar el ideal de la fusión, completud. Es una relación en la que uno de ellos encarna el IDEAL, centrado en general en la belleza física, poder, riqueza o fama, como atributos a admirar y el otro lo admira incondicionalmente, obteniendo una satisfacción narcisista a través de los éxitos del partenaire. Pero ése debe realizar a su vez las expectativas del ideal narcisista del cónyuge: esa tarea imposible va llenando de odio y desilusión a ambos, desarrollando un juego sadomasoquista destructivo en que predominan las defensas transpersonales, desplegándose ataques, reproches, venganzas. En muchas parejas se puede observar como la revelación o disgregación de las alianzas siempre trae consigo efectos violentos para cada uno de los sujetos, pues sienten amenazada en mayor o menor grado su integridad psíquica, a partir de lo cual, el vínculo puede adquirir un carácter marcadamente violento. El campo y el psicoanálisis de la pareja: toda terapia analítica sea individual, de pareja o de familia, se desarrolla en un campo. La coterapia: ¿uno o dos terapeutas?. Propone el trabajo con una pareja terapéutica: hombre-mujer. Si bien piensan que es posible que solo haya un terapeuta, por múltiples razones prefieren la coterapia heterosexual simétrica, es decir, una pareja de analistas, de sexo diferente y con igualdad jerárquica. Siguiendo a Pichon: cuando una pareja de terapeutas trata a una pareja de pacientes se establece una relación tetracorporal y multipersonal (con presencia constante en el campo terapéutico de otros personajes pertenecientes al grupo interno tanto del paciente como del terapeuta). VENTAJAS DE LA PAREJA TERAPÉUTICA: -favorece la depositación de roles, ansiedades y fantasías de la pareja por una parte, y de cada uno de los miembros de la pareja por otra, en la pareja de coterapeutas y en cada uno de sus integrantes (proyección de imagos parentales). Facilita el despliegue de los procesos transferenciales y el establecimiento de vínculos transferenciales diferentes con cada uno de los miembros de la pareja terapéutica y con la pareja como unidad. -facilita la posibilidad de comprensión de cada uno de los miembros de la pareja por parte de cada uno de los terapeutas desde su propia identidad sexual en una relación empática. -favorece la posibilidad de afrontar y luego elaborar las escisiones en relación con la sexualidad, y por tanto la integración de la bisexualidad psíquica. -modelo de comunicación donde prima de haber disenso uno dialéctico que permite que las posturas de ambos terapeutas puedan integrarse como complementariedad. -puede funcionar mediante transferencia, la creación de condiciones que le permitan vivir a la pareja en el aquí y el ahora del campo experiencias inéditas que les posibiliten la adquisición de nuevos recursos yoicos. -favorece la posibilidad de mantener viva la función meta-preconsciente en el campo. El trabajo en coterapia no es sencillo y deben cumplirse ciertos requisitos para ejercerse adecuadamente la función: -necesidad de conocimiento recíproco de ambos miembros suficientemente profundo como para que no actúen como dos extraños; -igualdad jerárquica, pareja simétrica, no puede haber un terapeuta principal y otro accesorio; -la complementariedad en torno a confrontar y complementar interpretaciones o juicios diferentes; -nivel de competencia y rivalidad no muy grande como para impedir el acuerdo; -necesidad de análisis periódico del campo contratransferencial. Ventaja: la disociación instrumental se puede dividir, de modo que uno asuma un mayor compromiso emocional en el campo mientras el otro está más distante como observador. Ese último puede, a través de una segunda mirada, entrever el baluarte cuya existencia implica que se ha producido una colusión. PRIMERA ENTREVISTA: en parte libre, en parte dirigida. Tiene como finalidad recoger información y redefinir el motivo de consulta. Recibimos a la pareja y solicitamos el motivo (manifiesto) de consulta. Se jerarquiza la búsqueda del motivo latente de consulta. En los ítems que investigamos entonces están: -fantasías de enfermedad y curación: ideas que cada uno tiene acerca de cuáles son las causas de su malestar o sufrimiento y qué creen que se debería hacer para solucionarlo; -indagamos acerca de la historia de la pareja, comenzando por el momento en que se conocieron, y los motivos (conscientes) que los llevaron a elegirse recíprocamente. Al final pedimos que cada uno confeccione un árbol genealógico de las respectivas familias de origen y un plano de la casa en la que viven. Además, investigamos también: -el clima de la entrevista; -la imagen que cada uno tiene del otro; -la imagen que cada uno y ambos tienen de la pareja; -las expectativas de cada uno y ambos respecto de la pareja; -las distancias de los miembros de la pareja entre sí y de la pareja con el mundo; -los roles adjudicados y asumidos por cada uno; -las identificaciones con padres, hijos, abuelos; -la transferencia entre ellos y con los terapeutas, así como las transgeneracionales; -las contratransferencias de cada terapeuta; -alianzas de uno u ambos con un terapeuta o con terceros, -relaciones de poder en la pareja; -tipos de elección objetal: a quién eligió realmente; -mitología de la pareja; -duelos y hechos traumáticos; -secretos y mentiras; -relaciones con las familias de origen; -dinámica de generaciones anteriores; -mandatos transgeneracionales y lealtades invisibles; -inclusión de los hijos dentro de la dramática; -los terceros en la pareja: hijos, padres, hermanos, amigos, amantes; -enfermedades corporales en la pareja. TRANSFERENCIA Y CONTRATRANSFERENCIA: fenómenos del campo. Pensando incluso la contratansferencia con un valor teórico y técnico quizás superior al de la transferencia. Con los terapeutas nos encontramos en el campo con transferencias sobre la pareja (de terapeutas) y transferencias sobre cada uno de ellos. Y también de transferencias de la pareja de pacientes. La pareja de terapeutas es vivida a menudo como pareja parental, y pueden surgir situaciones transferenciales-contratransferenciales relacionadas con esa vivencia. Entonces la pareja terapéutica puede ser vivida como pareja de padres unidos en permanente coito, o como pareja en permanente litigio. O en asimétrica en la que uno predomina o domina al otro. Pero también se piensa que existe una contratransferencia de pareja, vivencias contratransferenciales de la pareja terapéutica en relación con la pareja de pacientes. Por eso la importancia de que uno asuma un mayor compromiso emocional en el campo. Entre las reacciones contratransferenciales que se activan en el campo, puede producirse una colusión entre mitos, la pareja trae un relato mítico, producto a la vez de alguna condensación o integración de los mitos de las respectivas familias de origen: existe el riesgo de colusión contratransferencial de los mitos de la familia o de la pareja y los de uno o ambos terapeutas, en cuyo caso se instalará el baluarte, redefinido como: la consecuencia de la colusión de dos mitos. Tarea del o los analistas: poder usar su contratransferencia en la selección e interpretación del punto de urgencia (Pichon): momento en el cual se puede llegar a la comprensión de las fantasías que predominan en el aquí y ahora del campo. Contraindicación cuando hay un deseo no ambivalente de uno de los compañeros de interrumpir definitivamente la relación. También ciertos casos de delirios celotípicos de paranoicos, y melancólicos graves. En casos de violencia física se recomienda no juntar víctimas con victimarios si éstos no reconocen su responsabilidad. De lo contrario, las sesiones podrían aumentar la culpa de la víctima. FINALIDAD DE LA TERAPIA PSICOANALÍTICA DE PAREJA: -tender a develar las escenas patógenas y colusivas y a separar a ambos miembros de la pareja en el sentido de ayudar a cada uno a desligarse de las ataduras colusivas y de los pactos denegativos inconscientes que los tienen unidos al otro. Si la terea es exitosa cada uno podrá recuperar su propia individualidad, o soledad, si puede liberarse de los mandatos y fantasmas transgeneracionales. Pero esa soledad será compartida. Al decir de Winnicott solo podemos estar acompañados si podemos estar solos en compañía de otros. Se pasará del predominio de los vínculos narcisistas a los objetales, se trata del tortuoso camino de la des-ilusión, soportar las dolorosas heridas narcisistas que representan la aceptación de la diferencia de los sexos, de la alteridad y de la diferencia generacional y, por tanto, de la finitud. A través de ese lento y doloroso proceso, el individuo llega aunque nunca completamente a ver al otro como diferente. Y solo en aquél momento, podrá eventualmente manifestarse algo del AMOR. PARA SER MÁS O MENOS FUNCIONAL LA PAREJA DEBERÁ CUMPLIR las siguientes condiciones: 1) estar basada en el amor; 2) funcionar con un mínimo de elementos colusivos –de escenas infantiles entrecruzadas e inconscientes; 3) reconocer la alteridad, grado adecuado de des-ilusión objetal; 4) reconocer y aceptar: -la necesidad de dependencia, autonomía, manifestar una cierta medida de agresión, 5) tolerar los aspectos infantiles, 6) mantener un equilibrio adecuado entre la intimidad y conexión social, 7) tener un grado adecuado de respeto y admiración recíproca, 8) tener una sexualidad satisfactoria, 9) tener roles distribuidos pero intercambiables en gran parte; 10) igualdad jerárquica; 11) tener confianza de poder recibir el sostén suficiente que permita cierta regresión temporaria y necesaria; 12) compartir un espacio transicional de juego, desarrollo de la vida imaginativa, humor e intercambio creativo. MITOS Y SECRETOS EN LA FAMILIA: Losso. El mito ha sido considerado como una explicación simbólica de algo que no puede ser razonado o demostrado. Freud en 1908 describió los mitos como sueños legendarios de la humanidad (o de la familia). Para Abadi son creaciones anónimas, colectivas, populares, infinitamente cambiadas o deformadas, enriquecidas o empobrecidas, en el tiempo de su elaboración, tiempo contado por generaciones. El mito, para su creador, es la realidad misma en una de sus formas originales y primarias. La estructura mítica para Abadi es a-histórica, es una estructura que inconscientemente nos tiene capturados, se nos impone, nos vive y ordena nuestras vidas. El pasado se construye a imagen y semejanza de algo presente: la estructura mítica, dentro de todo comportamiento humano hay un mito y a él es a lo que apunta el proceso de develamiento psicoanalítico. Los mitos intentan explicar los grandes temas de los seres humanos: el origen y fin de los individuos, los nacimientos, la sexualidad, la diferencia sexual, la lucha generacional, el conflicto edípico, la estructura del sí mismo, el amor, la agresividad, la muerte, el poder, el éxito y CONDICIONAN la interpretación de la realidad. Existen así: a) mitos privados como producciones psíquicas individuales, que dan un sentido a su propia existencia; b) mitos públicos: creaciones pertenecientes al dominio de la cultura como artes, ciencias, letras; c) mitos familiares: están entre los dos. BION considera el mito como un objeto de indagación del análisis en cuanto forma parte del aparato primitivo, de los instrumentos de aprendizaje de los que dispone el individuo. Abadi iguala mito/fantasía inconsciente. El proceso de formación del mito es similar al del sueño. Hay una identidad entre mitos, sueños, delirios y toda otra expresión del proceso primario o pensamiento mágico, los tres se relacionan con destino. Una de las tareas centrales en el trabajo psicoanalítico con familias y parejas es explorar, develar e interpretar el mito que portan. Toda familia construye un mito, un relato que muestra y a la vez encubre vicisitudes de su historia. Cada familia trae su mito, que será a su vez integración más o menos lograda de los respectivos mitos de las familias de origen, como en un collage. Ferreira define mito familiar como conjunto de creencias bien sistematizadas y compartidas por todos los miembros de la familia acerca de sus roles recíprocos y naturaleza de sus relaciones, que contienen muchas de las reglas secretas de la relación. El mito familiar es estructurante del funcionamiento de la familia y del destino de sus integrantes y, al igual que los sueños posee aspectos manifiestos y latentes. Trata de explicar aspectos conflictivos de la historia del grupo que hacen a la identidad familiar. El mito emplea a su servicio todos los mecanismos de defensa en especial la negación, racionalización, escisión, idealización, proyección, desmentida. Es una creación, procesada en el curso de varias generaciones y sus versiones van cambiando más o menos a lo largo del tiempo. Se relaciona con la transmisión de los contenidos psíquicos. Existen también versiones individuales del mito en cada miembro de la familia. Hay mitos que funcionan como nutricios: son estructurantes, relacionados con el mensaje simbólico de los orígenes. Predominan ahí los aspectos positivos. Los secretos familiares son parte importante del mito. Se distinguen en libidinales (se ocupan del sexo, erotismo, placer que se guardan desde la infancia, sobre los que se fantasea y se comparten en secreto, se ocupan de los orígenes, la escena primaria, la concepción, nacimiento, el amor. Son reservorios de fantasías y alimentan el contenido de los sueños) y antilibidinales (se despliegan en el campo del narcisismo y tienen una función de atadura, refieren a sucesos de la historia familiar que implican transgresiones a leyes civiles o la moral de la cultura prevalente: suicidios, nacimientos ilegítimos, adulterios). Los secretos antilibidinales producen un efecto de ruptura en el psiquismo de los sujetos impidiendo el pensar y juzgar. Prevalece en ellos el mecanismo de la desmentida, llevan a la no discriminación y a establecer relaciones tendientes a la inmovilización mutua. Otra característica que tienen es la fragmentación, Es importante respetarlos hasta que la familia pueda afrontarlos sin riesgo de desintegración. El mito es también MECANISMO DE PROTECCIÓN, que mantiene alejados a los intrusos. Mito de armonía: estamos todos bien; Mito de perdón y expiación: una o más personas son responsables de lo que le sucede a los miembros de la familia; Mito del salvador: que puede ser un miembro o de afuera de la familia que realice los fines que el padre o el abuelo no ha podido alcanzar; Mito del héroe: el padre-hijo es potente y altruista. Historia Picasso. El mito condiciona a los hechos, un mito rígido actúa como destino, pudiendo determinar el curso de la vida. Hay mitos más desarrollados y cercanos al sueño y mitos más “delirantes”. Hay mitos sueños y mitos delirios, mitos que ocupan todo el psiquismo del sujeto y mitos que permiten que se conserve una zona de autonomía, desde la que se puede cuestionar el mito. Mito del paraíso, mito de la familia maravillosa. El campo del psicoanálisis familiar. Proceso y cambio. Losso. Capítulo 9: Baranger habla de la situación analítica como un campo dinámico donde los fenómenos que ocurren están en función de dicho campo. El campo en estos casos particulares, quedará constituido en el encuentro de la familia o pareja con el/los terapeutas. En tal campo se desarrollará un proceso que transcurre en una relación asimétrica aunque a veces puede aparecer como cuasi simétrica (en casos de colusión en el campo). En este campo surgen las transferencias (del analizado cuanto del analista contratransferencias). -Importancia del lenguaje corporal, tanto de paciente como de analista. -cuando una familia llega por lo general, siente que su funcionamiento se ha visto perturbado por la aparición de una enfermedad, atribuida a un portavoz. Y demandan el restablecimiento del statu quo anterior, demanda que no podemos satisfacer. Algo se ha roto (cambio de primer orden). Pero el trabajo estará dirigido a un cambio de segundo orden, que mediante la realimentación positiva, aumenta la desviación y pone en crisis el equilibrio precedente. En una familia los miembros del grupo están unidos por vínculos indisolubles, originados en relaciones de parentesco, entrelazados sincrónica y diacrónicamente a través de las generaciones. LA HISTORIA FAMILIAR aparece como un elemento de primer orden en la estructuración de los fenómenos clínicos. En muchas familias, sus miembros muestran incapacidad de mantener juntos diversos aspectos de sus personalidades, pudiendo encontrar fenómenos de escisión y en relación con ello trastornos en los límites del self. Anzieu ha descripto el yo-piel y el término envolturas psíquicas. Va a decir que la envoltura individual está necesariamente incluida en una familiar a su vez incorporada a una envoltura grupal más amplia. Se define la envoltura familiar como: una estructura grupal común a todos los miembros de una familia, que permite la sucesión y diferenciación de generaciones, la complementariedad de los roles paterno y materno, garantiza la constitución de la identidad básica y sexual y contiene a todos los miembros en una filiación única y a compartir un único y mismo sentido de pertenencia. YO PIEL: a través de las pieles psíquicas, se trata de constituir una nueva piel de la pareja, una envoltura psíquica imaginaria. En las familias se describe una piel psíquica grupal cuyas funciones son de mantenimiento de los miembros en torno a un eje vector de pensamiento, acción, contención, significado, individuación, sexualización. Muchas veces se encuentran en las familias diversos grados de falla en estas funciones. El campo ejerce así en estas familias en los primeros tiempos una importante función de contención, sostén, configurando una envoltura ampliada que es un fenómeno del campo: proceso de elaboración compartida entre la pareja/familia y los terapeutas que va ayudando a construir la propia envoltura o piel psíquica grupal. En el campo a veces se puede configurar una estructura más simétrica: en cuanto la familia tiende a englobar a los terapeutas en su particular mito familiar, dentro de su específico modo de funcionamiento. Los terapeutas corren ese riesgo de quedar prisioneros de la familia e inducidos a avalar el mito. El equipo queda comprometido con los mecanismos proyectivos de la familia, los mismos que la perturban y llevan a la falta de la función introyectiva. ESAS FAMILIAS necesitan de la ENVOLTURA AMPLIADA como primera condición para elaborar en forma compartida. EL CAMPO Y LO PRECONSCIENTE: en familias con esas características encontramos fallas en la función del preconsciente. La posibilidad de la intersubjetividad requiere del establecimiento del preconsciente y viceversa. En el campo, los miembros del equipo terapéutico “prestan” su propio preconsciente para que puedan hacer pensables los contenidos psíquicos que los perturban, y que muchas veces son actuados en el mundo externo, en el propio cuerpo o en la propia mente como elementos escindidos o encriptados. Se hace necesario acá el análisis del campo contratransferencial. PROCESO TERAPÉUTICO: en el campo, la familia tenderá a transferir sobre los terapeutas las imagos correspondientes a los personajes de la mitología familiar y mecanismos subyacentes al proceso que ha generado “el enfermo” en su interior, tratando de englobarla en el mito familiar. Eso puede ser vivido por los terapeutas a nivel contratransferencial como parálisis, confusión, impotencia, pueden sentir que tienen ideas locas. Experimentan emociones y angustias que la familia teme y evita. A ellos, o a uno, se atribuye el rol de portavoz; a veces el terapeuta es el salvador encarnando personajes idealizados del mito. Puede ser el juez, encarnando el super yo grupal, otras es el abuelo idealizado o denigrado. Ahí es cuando nuestras sensaciones contratransferenciales adquieren gran valor. Cobra interés lo de la segunda mirada y el baluarte entendido como colusión entre las resistencias de la familia y las del analista. ENFERMEDAD: como expresión de incapacidad de elaboración del sufrimiento familiar cuyo aspecto sintomático se manifiesta en uno de los miembros, su portavoz (Pichon). A partir de ahí se trabaja con los procesos intrafamiliares: delegaciones abusivas transgeneracionales, identificaciones patógenas/triviales, vínculos alienantes, explotación de las necesidades de unos sobre otros, acciones violentas ejercidas más o menos sobre uno o más miembros, identificaciones proyectivas masivas, escisiones intrafamiliares (buenos/malos, sanos/enfermos). EL TRABAJO TENDERÁ a develar poco a poco los mitos familiares, o a construirlos, junto con la familia y hacer descubrir que estos mitos implican una particular lectura de la realidad. De ese modo, los miembros podrán darse cuenta que fueron prisioneros de esos mitos y las construcciones permiten comprender lo que la familia hasta ese momento no podía pensar. RESISTENCIA: la familia defiende a capa y espada su modo de funcionamiento que es el único que conoce y teme un cambio que significa para ella desestructuración, amenaza de caos y destrucción. La familia no sabe que puede funcionar de otra manera. Se pueden observar entonces: -fenómenos de des identificación (operación de rescate del verdadero self). Ese complejo proceso de des identificación distingue 3 modalidades: a) el objeto enloquecedor: internalización de un vínculo en el cual sujeto y objeto no se diferencian, y funcionan simultáneamente como perseguidor/perseguido, víctima/victimario (identificaciones patológicas) con intentos secundarios de resolución a través de la elaboración paranoide y la ubicación más o menos estable de vínculos en las diferentes áreas de conducta. b) el des-duelo: proceso de re-objetualización de lo que la persona considera propio. Se reviven sentimientos de tristeza y pena unidos al duelo y sentimientos de extrañeza con respecto a las personas, a veces con la sensación de no obtener nada a cambio (riesgoso para el proceso). c) autonomía narcisista: pérdida de idealizaciones patológicas, a nivel del ideal del yo, con fuertes sentimientos de des-ilusión, sensaciones frecuentes de pérdida de identidad, amenaza de ruina, miedo al derrumbe (Winnicott). Todos esos procesos implican sensaciones riesgosas: los sujetos pueden sentirse sin valor, vergonzosos, desprotegidos con miedo a la desintegración o a enlo quecer. MOMENTO DELICADO DEL PROCESO que demanda la ASISTENCIA Y FUNCION DE CONTENCIÓN FAMILIAR. PROVISIÓN DE LA ENVOLTURA AMPLIADA. Y recién ahí se podrá comenzar el trabajo de elaboración. -La familia debe transformar los mitos más rígidos, con predominio de defensas primitivas como las identificaciones proyectivas masivas, repudio, desmentida, escisión en otros mitos más acordes con las exigencias actuales, más plásticos, con predominio de defensas más neuróticas. Mitos que puedan incluir la dimensión temporal, que la familia reescriba su historia mítica, lo que le permite abrirse al futuro. Esto lleva a que los sujetos también puedan ir adquiriendo recursos yoicos que les permitan enfrentar sus conflictos de un modo más eficaz, mayor libertad del yo frente a los tres amor. Ese recorrido llevará a que cada uno viva en una SOLEDAD COMPARTIDA (Winnicott). CAMPO AMPLIADO: además de la coterapia se plantea en el caso de estas familias la elaboración de la contratransferencia con el equipo de trabajo. Se agrega el empleo de técnicas de dramatización. El equipo funciona como resonancia de afectos que a veces pueden haber quedado mudos en los terapeutas y aparecen cuando se DRAMATIZA LA SESIÓN. Proceso de DIFRACCIÓN de los grupos internos de los terapeutas y aspectos de los mismos. PROCESO DIAGNÓSTICO: puede comprender un role-playing de una sesión de la familia estudiada, en la que algunos miembros del equipo toman el rol de pacientes, otros de analistas y el restante observa la sesión detrás de un espejo. Puede enriquecer las posibilidades diagnósticas. ETAPAS PROCESO DIAGNÓSTICO: -entrevista telefónica. El entrevistador telefónico será quien reciba a la pareja/familia en el momento de la primera entrevista. Ficha telefónica. Y presentará la pareja entrevistadora. El equipo discute los datos obtenidos telefónicamente y formula las primeras hipótesis de trabajo que serán confirmadas o rectificadas posteriormente. Se eligen dos miembros del equipo en general pareja heterosexual. Finalidad de la dramatización: detectar los elementos latentes, no dichos. ADOLESCENCIA: Más allá de la forma de la pubertad. Pisoni. Paciente demasiado grande para ser considerado un niño y demasiado joven para considerarlo adulto. No tuvo ningún tipo de cultura analítica, tratamientos previos ni referentes en cuanto a un psicoanálisis. Desde el comienzo se despliega la demanda en todo su esplendor: yo no creo en nada de esto, vengo aquí porque no puedo más, creo que voy a enloquecer. Trabajo terapéutico de 6 años, que permitió reflexionar las características del análisis de un adolescente y sus diferencias con el de un adulto. Este joven, de 17 años. Situar la adolescencia es pensar en definir su campo. Puede ser abordada desde la medicina, la psicología, lo social. En el campo social, su lugar aparece como de improducción y consumismo, así como de preparación, formación para ocupar un rol de responsabilidad adulta llegado su tiempo. Ante la ley ya hay un requerimiento: lo que hasta ayer podía ser una travesura infantil, tan solo por tener 16 es un delito aunque no punible y a los 18 un delito punible. El lugar en la sociedad es de indefinición: la esperanza del mañana, herederos del tiempo. En psicología la adolescencia es pensada como una de las crisis vitales del organismo viviente. Toda una terminología descriptiva de lo fenomenológico apunta a caracterizar al adolescente en búsqueda de una personalidad, identidad, de su sí mismo. En medicina, se deja de lado este momento de la vida humana, convirtiéndola en tierra de nadie. Aparece ignorada. Hay ritmos biológicos: menarca para la niña, eyaculación para el niño que son la marca de la diferencia para llamarlos mujer y hombre. La anatomía es el destino de la sexualidad, lugar de soporte que sella pero no define, pues la sexualidad humana es un proceso de alteridad radical que se organiza en la dialéctica falo-castración. La clínica es el campo privilegiado para dar cuenta de la relación del sujeto con el falo, relación independiente de la diferencia anatómica de los sexos. Premisa: el cuerpo del púber, más allá de los caracteres secundarios de la sexualidad anatómica, no es lo que incide en la inscripción que tiene al sexo. Presentación: Federico, 17 años, vida transcurrida en forma normal hasta enfermar. Síntoma: encuadrado en una serie de padecimientos físicos. De una angina quedó como resto una febrícula que no desaparece pese a los sucesivos tratamientos médicos. Perdió muchos kilos y tuvo que abandonar su último año en la secundaria. Se le sumó a eso una serie de “imágenes sexuales” con sus padres, con uno y otro indistintamente. Temía tragarse objetos cortantes o que le sucediera algo a la gente. Todo eso lo sumió en un estado de postración. Estuvo aislado durante semanas de compañeros, amigos y su familia. Eso fue el relato del padre, persona seria, educado, respetuoso, cargado de pena y dispuesto a todo hasta hipotecar la casa que era su único bien. Federico llegó acompañado de su papá quien luego de agradecimientos dice que es mejor que su hijo se quede solo para hablar sin tapujos, abiertamente y pide retirarse. Al consultar a Federico: describe en forma verborrágica y temblorosa distintos acontecimientos. Repetición de fechas de nacimientos, casamientos, muertes, cumpleaños, todas impares. El analista las repite en orden: 3, 5, 7, 9, 11, 13. Le pregunta si significaban algo para él. Así: 9 eran las oraciones que rezaba antes de dormir en series de 3 con intervalos de 1 minuto. 5 y 11 fueron dos momentos de su infancia, a los 7 se había operado. Agrupación de unos prendedores que guarda en el cajón de su escritorio, con llave en 13 hileras de 5 prendedores. Describiendo quién le había regalado cada uno o dónde los había comprado. También guardaba las plumas que había usado en primer año: en 3 series de 5 cuidando bien cada vez que salía que cuando volviera no faltara ninguna. PREOCUPACIÓN: establecer el diagnóstico diferencial. La clínica con adolescentes le había enseñado que cuando había sospecha de pre psicótico se debía actuar con cautela. Acá había escenas de toqueteos sexuales con los padres, escenas sangrientas donde estaban ellos o algún conocido. O neurosis con determinadas zonas no muy bien delineadas. La presencia era prolija, atuendo a la moda, combinación de colores, daba muestras de compartir las convenciones sociales. Pero mantuvo la reserva. Análisis: comunión, Federico CONFIABA. Le habló de hombres en los que había confiado que lo salvaran: su padre, el médico, el amigo de su padre. -Habló de una vez que había convenido con su amigo y dos compañeras ir a un albergue transitorio: primera vez que hablaba de sexualidad sin ningún tipo de velo. A consulta del analista Federico relató que hacía unos meses, que se juntaban en los recreos y contaban cosas. Decía que él contaba cosas, que sabía pero nunca hizo y se sentía el guacho pistola haciéndoles creer que en cuestiones de sexo se las sabía todas. Para el momento que tenía que hacer frente a la situación: aparecieron las anginas que retiraron a Federico de escena. INVENTO de una imagen a la que había quedado alienado: “en cuestiones de sexo y mujeres me las sé todas”, el síntoma que daba cuenta de su ignorancia se hacía presente: no es que no supiera de sexo, no sabía acerca de su propia sexualidad. Operación de garganta: se fue a despedir: sin dudas no saldré vivo de la operación. Pero se fue restableciendo de a poco, con mucho ímpetu. Física y anímicamente: inició quinto año, los deportes en los que se destacó, iba puntualmente a sesión. Los objetos cortantes que se incrustaban en su garganta se habían integrado en una serie de fantasías: pasaron al orden de la palabra, a cada sesión llevaba al menos dos sueños que ayudaron a reacomodar distintas representaciones raras pudiendo asociarlas con distintos hechos de la vida actual y pasada. De estas fantasías las que cobraron mayor importancia eran las homosexuales. DOS ESCENAS QUE RELATA: -una infantil donde tenía un intercambio sexual con un chiquito de su mismo sexo y edad (5 años) que perduró como temor homosexual hasta los 11 que se lo contó a su mamá y otra –el jueves anterior cuando salió de sesión, le paró un auto y un hombre ofreció llevarlo hasta Plaza Flores, subió y le habló de ir a bailar, como acomodarse el pene para excitar a las mujeres, lo empezó a tocar mientras le explicaba y le pareció que le gustó que lo tocara. Le contó a la madre que estaba espantada y luego al padre que no dijo nada agregó: que nunca le dijo nada sobre la sexualidad. El padre decide con el amigo hacer debutar a Federico con una prostituta, en el consultorio del médico amigo de la familia. A partir de ahí comenzaron con mayor rigor las fantasías homosexuales. Federico se apartaba de los hombres por temor a que surgieran estas “ideas”. Adolescencia. Teoría y Clínica. Marta Liberman: se trata de un período doliente, donde quedarían reprimidos o escindidos aspectos cuestionadores y de rebeldía inherentes a esta etapa de la vida. El tema de la adolescencia era tratado por Freud y el eje que se perfilaba en el comienzo era el que se desprendía de comentarios freudianos respecto de la práctica con niños. Sabemos de célebres casos clínicos de las dos adolescentes de 18 años de edad, atendidas por él: Dora y la joven homosexual. Freud habla estrictamente de la pubertad, “cambio de forma” que afecta a la imagen del cuerpo, tanto morfológica como fisiológica, son cambios que se anudan a la subjetividad y tienen un lugar lógico en el 2º tiempo del “arranque de la sexualidad”. Conlleva incremento pulsional que deberá ser procesado psíquicamente, en tanto trabajos de ligadura del Yo, promoviendo nuevos desarrollos de afectos y representaciones. Un cuerpo recubierto de identificaciones es una posibilidad de defensa frente al trauma de ese cuerpo fragmentado. Los varones también sienten aversión y miedo tanto frente al cuerpo de las mujeres como al propio. Algunos usan los caracteres sexuales secundarios para incrementar “sus encantos” a través de la potencia muscular (hacer pesas, atletismo, deportes). Otros, a la manera pasivo-femenina, buscan constituir un cuadro estético y ser admirados por las jóvenes por su belleza. Durante esta etapa, la lógica de lo visible como real implica jerarquizar la vestimenta, los adornos, cortes de cabello: “encantos” como contrainvestidura de lo “horroroso”. En la adolescencia se contraponen múltiples juegos de fuerzas dentro de un campo dinámico: movimientos paradójicos del narcisismo en las dimensiones intrasubjetiva e intersubjetiva, relaciones entre padres e hijos y entre hermanos. Se dan configuraciones fantasmáticas de inmortalidad, omnipotencia e idealización. En los padres recuperar a través de sus vástagos las parcelas incompletas de su territorio narcisista, en los hijos se juegan las vicisitudes del desplazamiento de su narcisismo perdido y que esperan recuperar. La muerte del infans reanima sentimientos de desvalimiento y ominosidad por la pérdida de la fantasía que reasegura la ilusión de alcanzar a través de la fusión, el amor eterno e inmutable. La conmoción identificatoria del infans pone a prueba la estabilidad de los sistemas narcisistas en los planos intra e intersubjetivo. La desidentificación interviene en el complejo proceso de reestructuración de todas las instancias psíquicas de ambos sistemas narcisistas en pugna y entre ellos. Desgarramiento de la persona que fue una parte del sí mismo propio para el hijo, perder el sostén que mantiene la estructura narcisista en ambos padres. El complejo fraterno no representa una mera consecuencia del complejo de Edipo, ni tampoco un simple desplazamiento de las figuras parentales sobre los hermanos, sino que presenta su propia especificidad, envergadura estructural y puede o no articularse con el complejo nodular de las neurosis y aún con la dinámica narcisista. Freud advirtió: “La posición de un niño dentro de la serie de los hijos es un factor relevante para la conformación de su vida ulterior y siempre es preciso tomarlo en cuenta en la descripción de una vida”. Lo que caracteriza esta etapa, es el encuentro del objeto genital exogámico (narcisista y/o de apuntalamiento) y sus peculiaridades, ya que se pueden encontrar todas las mezclas imaginables entre estos dos tipos de elección de objeto, resultando múltiples combinaciones. Para conquistarlo, el aparato psíquico necesita sufrir transformaciones especiales. Algunas son comunes a ambos sexos y otras, particulares para cada uno de ellos a través del recambio de identificaciones. Esto implica un trabajo de elaboración importante para asumirse no bisexual, poseyendo un solo sexo. La adolescencia reinstala la asunción de la problemática de la castración de la bisexualidad y de la castración simbólica: soportar la incompletud y por ende la diferencia, tanto en el sistema narcisista intrasubjetivo del adolescente como en el sistema intersubjetivo de y con los padres. En este camino las vicisitudes a veces implican distorsiones como el borrado de la diferencia sexual, supresión de la sexualidad (amores ideales, crisis de asco) y su sustitución por adicciones, trastornos de la alimentación, etc. Es una etapa de recomposición de los vínculos sociales, económicos y aún jurídicos y de elección vocacional más allá de los mandatos parentales. En relación a la clínica, es necesario no confundir el denominado “síndrome normal de la adolescencia” (donde toda ella es un retorno de lo reprimido, ya que pone sobre el tapete la sexualidad infantil) con la sintomatización en la adolescencia de problemáticas particulares en cada adolescente, para lo que es necesario detectar riesgos individuales y su gravedad sin arriesgar diagnósticos que estigmaticen. Si bien no se trata de patologías nuevas, no podemos desatender cuestiones preocupantes como el avance del H.I.V., la búsqueda de nuevas sensaciones a través de las drogas o marcas en el cuerpo (tatuajes, cortes, etc), embarazos de púberes. Es cierto que hay más conciencia, la demanda de tratamiento ha aumentado debido a la velocidad en la propagación de los acontecimientos, todo se “ve”, todo se “sabe”; y se han extendido las posibilidades de abordaje clínico de determinadas patologías (adicciones, trastornos de la alimentación). Otra característica de la sociedad actual es la velocidad y profundidad del cambio social, que hace parecer que nada está ligado a sus ataduras, provocando que los vínculos tengan una frágil permanencia. La aceleración temporal de los acontecimientos, el avance tecnológico y las actuales formas de regulación del trabajo han tenido el efecto de un nuevo fenómeno que es el de la exclusión social, que afecta a los jóvenes porque condiciona sus expectativas. Hace unos años, uno de los motivos de consulta era la indefinición vocacional. Hoy hay crisis de vocación, luego de comenzada o finalizada la carrera y en edad más avanzada, no saben qué hacer con ella, por falta de oportunidades o competencia. En la actualidad parecen bordear la extinción de la esperanza que no está desgajada de profundas crisis sociales, la crisis de la familia (complejidad de la institución familiar que como familia conyugal se disuelve cada vez más). El medio social va dejando una impronta y ejerce una presión que actúa como estímulo coercitivo y desencadenante, favoreciendo la emergencia de lo disposicional (series complementarias) y que se traduce en el campo subjetivo, en depresiones, crisis de angustia o síntomas sociales: delincuencia, drogadicción, alcoholismo, patotas, barras bravas, que han sucedido siempre pero muchas veces un comportamiento antisocial, es la forma de expresar la etapa de margen de una etapa a otra. La historia se ha encargado de crear instancias que han tratado de dar inclusión simbólica a este punto, y los ritos de iniciación han tenido ahí su función. Los ritos de iniciación son una variante de los ritos de paso, siempre se los ha asociado a la iniciación sexual o al ingreso a sociedades secretas o religiosas. Cada cultura propone para la adolescencia ciertos “ritos” con un momento de inicio que se apoya en el hecho biológico del despertar pulsional y un momento de fin que es altamente variable. Momento de formalización y contención que pone nombre al pasaje que se produce desde la pérdida de lo infantil, la familia protectora y nutricia, la endogamia, la madre, los vínculos de intimidad, el pasado hacia la cultura cuyo significado es el pasaje a la adultez, el padre, los vínculos formales, la exogamia, el futuro. Todo esto va de un desconocimiento a un conocimiento, un “saber” enlazado a la sexualidad y el trabajo, que para el mundo infantil constituyen un misterio. Durante el rito, el pasante queda en suspenso como sujeto social, pasa a la categoría de objeto. No tiene las prerrogativas de la infancia pero tampoco los beneficios y responsabilidades de los adultos. Cuando una sociedad no provee u ofrece ritos de iniciación, de pasaje, de transición a la adultez, los púberes los crean, construyen sus propios ritos con el grupo de pares, denunciando con su accionar que ciertos actos se deben realizar para que queden inscriptas subjetivamente las mutaciones producidas en ese período (Ej. participación en actos vandálicos compulsivos y transgresores que además marcan la pertenencia al grupo de pares). Metapsicológicamente este período representa la etapa de resignificación retroactiva por excelencia de las inscripciones y los traumas que en un tiempo anterior (1er. Tiempo de la sexualidad) permanecieron acallados y adquieren, recién en este período, significación y efectos patógenos, es decir, aquellas experiencias, impresiones y huellas mnémicas de la infancia que han permanecido en el psiquismo sin haber constituído en sí un trauma, en el sentido de que no han producido efectos patógenos y que se resignifican recién en esta etapa de recomienzo del desarrollo sexual por la presencia de la maduración orgánica, el incremento pulsional, la reestructuración de las instancias del aparato anímico y de las nuevas demandas del mundo social. Se desata un recambio estructural en todas las instancias del aparato anímico: el reordenamiento identificatorio en el Yo, en el Super-yo, en el Ideal del Yo y en el Yo Ideal y la elaboración de intensas angustias que necesariamente deberá tramitar el adolescente y sus padres y hermanos, para posibilitar el despliegue de un proceso fundamental para acceder a la plasmación de la identidad: la confrontación generacional y fraterna. Esta requiere como precondición, la admisión de la alteridad, la mismidad y la semejanza en las relaciones paterno-filiales y entre los hermanos. Para ello, cada uno de estos integrantes necesita atravesar por variados duelos en las dimensiones narcisista, edípica y fraterna. Momento de conmoción identificatoria, referida tanto a la imagen del cuerpo como a los fenómenos de masa que se desprenden de las identificaciones (identificación a marcas, cantantes, grupos musicales, escritores, etc.); el sujeto está habitado por identificaciones, abroqueladas yoicamente por cambiantes vestimentas narcisistas, que imprimen cambios de forma que afectan al cuerpo y a sus hábitos. La adolescencia genera “cultura juvenil” que se revela en la escritura (diarios íntimos, producción literaria). Se definen formas de vestir, hablar, la música es un lenguaje privilegiado, el grupo que se prefiere define quien se es. La importancia de los vínculos amorosos que ponen un tope a la retracción narcisista (“los amigos del alma”) que aunque se caracterizan por la adhesividad y se generan por la importancia de las identificaciones miméticas en las que se prescinde completamente de la relación de objeto con la persona en cuestión, genera confianza por la confidencia que conlleva el alivio de poder distribuir el peso de las intimidades que no quieren ser compartidas con los padres ni hermanos (ensayo de exogamia). Premisas a tener en cuenta son: 1.- no evaluar al adolescente desde la patología adulta 2.- producir su implicación en lo que le sucede, dado que en general son los padres los que demandan y otras los colegios o la justicia. Demandas por el incremento de la conducta impulsiva, que suelen ser intentos abruptos en la búsqueda de la constitución subjetiva, donde la angustia está ausente y sobre todo, la implicancia del sujeto en su conducta. Lo crucial en cuanto al diagnóstico, es poder reconocer cuando un momento de desarrollo se fijará como patológico o bien será una conducta transitoria. En la etapa de la pubertad-adolescencia la frontera entre lo normal y lo patológico es todavía más difusa que en el resto de la psicopatología, hay cambios referidos a lo “evolutivo” y otros que entran en el terreno de lo patológico. Un sujeto mal sostenido psíquicamente, tiene la necesidad de un reforzamiento real de sus soportes imaginarios. Si bien, el problema que atravesamos es el del análisis por “encargo”, la diferencia con el niño, es que posee más autonomía o bien es lo que está tratando de conseguir. El lugar del adolescente: la decisión de tener un hijo depende, ante todo, de la decisión de asumir el deseo y la responsabilidad para ejercer la paternidad. Esta requiere un trabajo de elaboración psíquica constante para garantizar una flexibilidad adecuada a las necesidades y deseos cambiantes del hijo que crece y se desarrolla, para lo cual los padres necesitan efectuar un trabajo psíquico ineludible, a fin de que el hijo adquiera un lugar y un tiempo discriminados y disponibles en la economía psíquica parental. Existe un orden imaginario y simbólico que precede al nacimiento cronológico. Este orden es el lugar que ocupa el hijo en la fantasmática individual de cada uno de los progenitores y de la pareja, y es a partir de ese momento lógico cuando el hijo comienza a ser identificado en tal rol y en determinado lugar, punto de partida de su identidad y de su identidad sexual que no debe ser entendido como determinismo mecánico o un producto sellado, dado que muchas veces se podrá alcanzar un inédito reordenamiento de lo heredado, con un proyecto desiderativo propio tanto sexual como vocacional. La decisión de tener un hijo implica mantener activa la memoria, en los padres, de no ejercer un abuso de poder sobre sus vástagos, para que éstos no operen como un objeto antiangustia que garantice la trascendencia, inmortalidad y protección parental. Para esto, los progenitores deberían posibilitar el ejercicio de la diferencia y del cotejo intergeneracional en las distintas etapas de la vida de sus hijos. Confrontación generacional y fraterna Uno de los puntos nodales en la plasmación de la identidad, es la cuestión de la confrontación generacional: paterno-filial y fraterna. Los padres y el hijo, y los hermanos entre sí, implicados en el acto de confrontación, no pueden ser descriptos ni entendidos como personas aisladas sino como un total estructurado, cuya dinámica resulta de la interacción de cada integrante sobre el otro y de la situación sobre ambos en una causación recíproca dentro de un mismo proceso dinámico (Ej. alianzas: entre la madre y uno de los hijos, el padre y otro de los hijos). Fenómenos progresivos y regresivos que se presentan en los entrecruzamientos generacionales y la dinámica que se origina entre la intrasubjetividad, la intersubjetividad y sus incidencias en la estructuración-desestructuración de las instancias psíquicas en cada uno de los participantes. Recordando el caso de la joven homosexual (1920), la adolescente “se hacía a un lado” de la madre y el hermano y “daba la espalda” a su padre. En lugar de confrontarlos, procuró a través de una venganza –masoquismo mediante- provocar al padre y huir de una madre “distraída” que narcisísticamente competía con la hija (las dos se “hacían a un lado”). Freud señala al pie de página la función esencial que ejerce la confrontación generacional y fraterna en la plasmación de la identidad de la adolescente. Subraya que en este “hacerse a un lado” en lugar de confrontarse con los padres por un lado, y además con los hermanos descubre condiciones psíquicas muy complejas que no sólo intervienen en la elección amorosa, sino que además se extienden en el ámbito de la elección vocacional pudiendo influir en la determinación de la misma: “no ser como”, oponiéndose reactivamente en lugar de buscar activamente un proyecto desiderativo propio. Los efectos patógenos del complejo fraterno suelen desplazarse en los vínculos de padres e hijos (padre que permanece en una organización horizontal en posición de un hermano resentido por heridas no superadas con su propio hermano, que opera obstaculizando la función estructurante del Complejo de Edipo. Cae Edipo y se erige Narciso, sustituyendo la rivalidad padre-hijo por una lucha fraterna). Se da una disimetría radical entre la función parental y filial, pero tanto los padres como el hijo requieren atravesar por distintas elaboraciones psíquicas y variados duelos: 1.- Duelos en las dimensiones narcisistas y edípicas 2.- Duelos por la irreversibilidad temporal que incluye en un mismo movimiento la caída progresiva de la inmortalidad y omnipotencia de los padres que envejecen y la admisión del poder en ascenso de la nueva generación que cuestiona las certezas anteriores y la relaciones de dominio en la familia, las instituciones y la sociedad. 3.- Desidealización gradual de la imagen de los padres maravillosos para el hijo y del hijo maravilloso que no alcanza a satisfacer el cumplimiento de los ideales parentales. 4.- Procesos de reordenamiento identificatorio y de resignificación, tanto en el hijo como en los progenitores. El yo del adolescente: Freud: el yo es ante todo un yo corporal (1923). En virtud de las modificaciones corporales características de esta etapa (físicas, hormonales, pulsionales) algunos autores han designado este proceso como duelo por la pérdida del cuerpo infantil que produce un fenómeno de despersonalización por la contradicción entre el cuerpo que se va haciendo adulto y una mente que se halla aún en la infancia. Las angustias son consecuencia de pérdida de lo conocido y acechante ante lo desconocido que surgen desde estos cambios corporales, mientras que una lectura del a posteriori otorga un sentido diferente a estas angustias. Las nuevas imágenes provenientes de los cambios del cuerpo del adolescente conmueven el patrimonio de las autoimágenes anteriores que en esta nueva etapa adquieren nuevas significaciones. Autoimágenes narcisistas que son soportes figurativos y representan el “sentimiento de sí”. Estas son: desconocidas porque están constituidas por multiplicidad de procesos inc., fundamentales por ser estructurantes del aparato psíquico y singulares porque son particulares de cada sujeto. Operan como puntos de partida desde los cuales el adolescente se relaciona consigo mismo, el otro y la realidad exterior, por la identificación de él a tales imágenes. Surge, entonces, un choque entre sentidos, por la imposibilidad de relacionar las nuevas demandas referidas a su identidad e identidad sexual en el interior de otro sentido, en cuyo orden el adolescente ya había sido inscrito desde los deseos ajenos y que al mismo tiempo en que es resignificado resulta incompatible de articulación. La colisión entre estos sentidos le impide ordenar un deseo propio, organizado, discriminado y ante dicho fracaso surgen las angustias confusionales y de despersonalización, que no provienen sólo de la pérdida del cuerpo infantil, sino y fundamentalmente, del choque ante la incompatibilidad de las nuevas imágenes provenientes de los cambios del cuerpo y el arsenal de las imágenes resignificadas de la historia del sujeto. El superyó y el ideal del yo : como consecuencia del incremento pulsional, se reactualizan los deseos preedípicos y edípicos, y se impone una modificación en el superyó del adolescente que - a diferencia del superyó del latente, que funcionaba prohibiendo y castigando la actividad sexual en general- debe en este período retractarse y auspiciar el ejercicio genital. Ahora el superyó presenta una doble función: imponer nuevamente el tabú del incesto y, al mismo tiempo, no diferir la pulsión instintiva. En esta etapa, el adolescente debe lograr la independencia respecto de los padres y hermanos, en función de una mayor individuación. Su superyó necesita desprenderse de las primeras relaciones de objeto, suavizando las imagos parentales prohibidoras y reconciliándolas con otras de padres más reales, sexualmente activos, permisivos, que lo confirmen en su identidad sexual. El alejamiento o renuncia a los viejos lazos incestuosos es un proceso doloroso que equivale parcialmente a la pérdida de un objeto de amor. Más aún, debe renunciar también a las normas éticas e ideales, correspondientes al ideal del yo, las que, aunque internalizadas, están todavía muy ligadas al objeto incestuoso. Yo ideal: aparece la necesidad de dejar de ser “a través de” los padres y los hermanos, para llegar a ser él mismo, requiere el abandono de la imagen tan idealizada y arcaica parental, para encontrar ideales nuevos en otras figuras. Esto reactiva en los padres los duelos del paso del tiempo, ante la pérdida del “nene que crece” y al mismo tiempo resignifica en ellos en forma retroactiva la asunción de sus propias incompletudes que a través del hijo obturador siempre presente, evitaban asumir. El narcisismo todo está en juego, tanto en el hijo como en los padres. De aquí que la reestructuración en el yo ideal adquiera una conmoción por el choque de sentidos, pues reabre a posteriori las heridas narcisistas no superadas en ambas partes especulares. Lo económico: incremento pulsional, sobre todo por exacerbación de las pulsiones parciales las que paulatinamente deberán articularse con la genitalidad y que en el mejor de los casos “si todo va bien”, formarán parte del placer preliminar del coito, lo que no garantiza la ausencia de manifestaciones sintomáticas como adicciones, accesos de asco, repugnancia, furia, o tramitaciones que tienen como destino el cuerpo, a costa de dañarlo (intentos de suicidio, enfermedades somáticas graves, cortes en el cuerpo). Subrayamos que este momento de transición conlleva actos impulsivos en pos de lograr una satisfacción pulsional que carece de dique como son los actings o pasajes al acto. De todos modos es necesario recalcar que no toda acción motriz en este período puede ser considerada un acting, dado que la motilidad es un mecanismo privilegiado de esta etapa y para ello debemos entender cómo es el psiquismo en este momento y de qué situaciones se defiende el joven. La capacidad de simbolización continúa adquiriéndose o sea la posibilidad de establecer un clivaje entre el acto y su significado. El pensamiento todavía tiene mucho de concreto y muchas veces acción significa pensamiento, dado que el preconsciente se va reordenando lentamente, las representaciones se van ligando en forma paulatina y muchas veces la acción no puede ser aún mediatizada por la palabra. La acción es a veces, en el adolescente, una forma de ser y de pensar. Estudiar la motricidad de esta época es fundamental, ya que se va ajustando a distintos criterios sociales y no sólo a pautas familiares (consolidación del Superyo, mayor control de las funciones yoicas, dominio del Yo sobre los impulsos del Ello). En la práctica analítica con jóvenes es un acuciante obstáculo si se presenta antes de establecida la transferencia, dado que el lugar del analista no está constituido como tal, sino que es testigo de esos intentos abruptos y necesarios de la búsqueda de constitución subjetiva. Si se tratara de un acting, sabemos que es algo que se muestra, hay una exacerbación de una escena, conducta dirigida a otro que se ha vuelto “sordo”, en tanto el pasaje al acto se opone al trabajo de ligadura, de reelaboración, dado que lo que se rechaza pasa al acto, la pulsión sufre un cortocircuito psíquico y se produce la descarga motriz. Hay una salida brusca, fuera de la escena, de la cual el sujeto se siente excluido, rechazado. Ejemplo de lo dicho lo encontramos en el caso de la “homosexual femenina” tratada por Freud, cuya tentativa de suicidio es un pasaje al acto, pero toda la aventura con la dama de dudosa reputación es un acting. Si recordamos el historial de la paciente, ninguna prohibición ni vigilancia alguna lograban impedirle aprovechar la menor ocasión favorable para correr al lado de su amada, seguir sus pasos, esperarla horas enteras, enviarle flores, medio seguro para disgustar y vengarse del padre. Para que su padre supiera de su relación se procuró un encuentro con él, mostrándose públicamente con su amiga por las calles cercanas a sus oficinas (no acto inintencionado dice Freud), claro ejemplo de un acting que va llevar, luego de la mirada colérica de éste a que se arroje al pozo por donde circulaba el tranvía en un intento de suicidio, claro pasaje al acto motivado por un estado de desorganización yoica. Fantasías y defensas. Las fantasías en esta fase son formas de procesar psíquicamente el surgimiento de la tensión genital, funcionando muchas de ellas como contrainvestidura contra los deseos incestuosos y la necesidad de desasirse de los padres idealizados de la infancia, que al quedar cuestionados le permitirán insertarse en comunidades más amplias, con otros tipos de líderes que le permitan pensar nuevos orígenes, nuevos padres espirituales: políticos, religiosos, económicos, de clase, etc. A fin de resolver el conflicto ante lo pulsional o bien ante la realidad las defensas más implementadas son la desmentida, la represión secundaria, sublimación y formación reactiva que imponen formaciones sustitutivas. La falta de escándalos, desencadenados por el recambio pulsional opera como un indicador elocuente de la psicopatología de la adolescencia; porque está ausente devela la presencia del accionar de severas contrainvestiduras y desmentida que inhiben y paralizan el inexorable acto de la confrontación generacional y fraterna. Más tarde, el cambio en las defensas dará paso a la elaboración psíquica de los duelos que permitirán realizar al Yo esfuerzos de ligadura de la libido con nuevas representaciones. Duelos referidos especialmente a la desinvestidura de las representaciones parentales. El campo analítico con adolescentes. La particularidad en análisis con adolescentes se da en el ámbito de la configuración de la situación analítica entre el analizado y el analista, por la intervención en ésta de los padres, inherente a la condición de la dependencia emocional, económica y social que se establece entre el hijo y los progenitores. Se debe considerar la necesidad de crear algún “influjo analítico” sobre los progenitores, porque la resistencia en ellos hace peligrar el desarrollo del proceso analítico, dado que habría un nexo estructural en el campo intersubjetivo entre las resistencias de los padres y las resistencias del hijo en análisis. A tal fin y según la singularidad de cada caso, se pueden realizar entrevistas con ambos padres, con alguno de ellos por separado, con o sin participación del hijo que apuntan a: 1.- Descifrar inhibiciones, síntomas y angustias en el ejercicio de la maternidad y la paternidad. 2.- Otorgar un lugar a la enfermedad del hijo dentro del espacio mental de cada uno de los progenitores, con el fin de poder albergarla y no expulsarla. 3.- Recortar y articular la problemática del hijo, dentro de la dinámica narcisista y edípica de cada uno de los progenitores, la pareja y la familia. El campo analítico se complejiza por los efectos que surgen del trípode constituido por los padres, el analizando y el analista que requiere por lo tanto una lectura más abarcativa que en el proceso analítico de adultos porque deberá incluir los efectos que ejercen las fantasías inconscientes de los padres en la determinación y la creación de la fantasía inc. básica del campo. Los obstáculos suelen además estar determinados por la contribución activa de ciertas transferencias de los padres sobre la relación bipersonal, pudiendo llegar al extremo de poner en peligro la continuidad del tratamiento. En Dora cuyo tratamiento fue impuesto por el padre, éste le dice a Freud “espero que Ud. consiga llevarla ahora a un mejor camino”, interviniendo a favor de la cura mientras supuso que Freud iba a convencer a Dora de que entre él y la Sra. K no existía más que amistad, pero como eso no entraba en los cálculos de Freud se desinteresó por completo del tratamiento. A su vez, el analista de adolescentes se halla más expuesto que el analista de adultos a perder las fronteras de su asimetría funcional como analista para diluirse en un plano de maternaje, paternaje o pedagógica actuación, condicionado además por las fantasías de depositación de funciones parentales y de pigmalionización que ciertos padres proyectan en forma manifiesta o latente sobre el analista. Por ej. “Dr. le deposito mi hijo en sus manos, espero que lo encamine en el estudio” o “Dr. pensé en Ud. porque en mi casa hay una falta de límites, mi hijo necesita un buen padre”. Como enfoca cada analista la situación analítica en la adolescencia y los roles del analizante, de sus padres y del analista en ella y el interjuego que se establece entre las realidades externas y psíquicas y dentro de ésta última, cómo entiende la dialéctica entre lo intrasubjetivo y la intersubjetividad, depende de sus esquemas referenciales teóricos. Algunos privilegian la dimensión intersubjetiva, mientras que otros enfatizan en exceso las influencias de la realidad externa. Lo apropiado es considerar que clínica y metapsicología son interdependientes y la adolescencia nos invita a la búsqueda y la reformulación de la metapsicología. Los cuatro ejes metapsicológicos más salientes que nos orientan en la detección de la existencia de un proceso o de un no proceso apuntan a revisar si han sido suficientemente elaborados los siguientes temas: a.- las autoimágenes narcisitas; b.- los complejos materno, paterno y fraterno; c.- el reordenamiento de las identificaciones; d.- la confrontación generacional Se puede pensar al analista como un aliado “transitorio” del adolescente. “Transitorio” alude a la función temporal y mediadora que ejerce el analista durante el proceso analítico como un aliado provisional y perecedero. A la vez, se refiere a su función de tránsito, como aquel otro significativo que propicia en el analizante la circulación, movimiento, trayecto y cambio en la relación dinámica entre las realidades intrapsíquica e intersubjetiva, mediando el tránsito del yo con la libido del ello, la realidad externa y la severidad del super-yo del analizante. Aliado transitorio tanto del adolescente como de sus padres, para que en el eje parento-filial de la vida anímica se acceda a un acto ineludible en todas las etapas de la vida: la confrontación generacional y fraterna, aunque lo es fundamentalmente durante esta etapa. En la adolescencia se requiere librar inexorablemente “la gran batalla” para desasirse del poder de las identificaciones y las creencias parentales y reordenar un proyecto desiderativo propio, condición necesaria para acceder a la plasmación y mantenimiento del interminable proceso de la identidad. En relación al final de análisis, el proceso como cambio estructural es en sí mismo interminable, dado la permanente reestructuración a la que se ve enfrentado el analizante en todas sus instancias psíquicas, en interrelación permanente con la realidad material y social. Lo que caracteriza al proceso analítico es el movimiento conjunto de profundización dentro del pasado y construcción del porvenir; para ello es necesario entender que las series complementarias no constituyen un determinismo mecánico. Así el adolescente podrá alcanzar un inédito reordenamiento de lo heredado para poder dar a luz un proyecto desiderativo propio tanto sexual como vocacional que si es logrado, estructurará y orientará su identidad. El a posteriori da cuenta de un tiempo lógico como operación necesaria para que el nuevo acontecimiento se transforme en hecho histórico. No se trata de la concepción de la historia signada por un destino irrevocable, por ej. del sujeto marcado por los primeros objetos y los primeros años de vida, lo que significaría ubicarlo como un producto sellado en el presente y un futuro sin salida. El a posteriori implica un sujeto agente activo que organiza y otorga significado a los hechos, configurando él su propia historia, retrospectivamente. La desidentificación con el objeto cultural endogámico y su pasaje y unión a objetos culturales pertenecientes a un exogrupo que no comparte los mismos antecesores míticos, son equiparados –en la fantasmática del adolescente y de sus padres- a la destrucción de esa cultura, lo que equivale a consumar el parricidio, y determina intensos sentimientos de culpa y necesidad de castigo que complican la tarea de desidentificación, se impone el trabajo de reelaboración, que puede ser promovido por intervenciones lúdicas. Nunca la rigidez y el silencio son un buen camino. Si de lo lúdico se trata, y haciendo referencia al concepto de creatividad primaria de Winnicott donde el verdadero self se impondrá con su propia realidad en oposición a lo “convencional” que implica sometimiento y falsedad, decimos que la auténtica creatividad para mantenerse requiere una auténtica confrontación (vertical con los padres y horizontal con los hermanos reales e imaginarios y desplazada luego a los pares y superiores), que Eros mediante, facilita la ruptura generacional con lo concebido hasta ese momento. No existe creación ni confrontación sin riesgos. El adolescente igual que el creador, tiene derecho a la divergencia, a la posibilidad de estar junto a otros y de pensar diferente, al crecimiento personal a costa de nadie; a defender su marginalidad, su atipicidad, su independencia, sus juegos de imaginación para poder fundar una nueva visión, un nuevo orden que den testimonio de su verdad. LA ADOLESCENCIA Y SU SILENCIO: PISONI. Capítulo 3: La sexualidad el silencio imposible: lo enigmático del silencio, la propuesta es poder darle un lugar al silencio en el contexto de la psicología del adolescente temprano. Adolescente: es sinónimo de cambios biológicos y psíquicos, no puede quedar de lado acá la sexualidad que como tal comparte con el silencio ese carácter enigmático y también aquello por lo cual sabemos que es una de las principales formas de negarla u omitirla. Aunque se busque omitir las palabras, aparecen otras manifestaciones que hacen “hablar” a los cuerpos, al encuentro entre las personas, a la afectividad puesta en juego en todo momento. Esas consecuencias se deben tomar en cuenta para el propósito de investigar los distintos tipos de silencios y diferenciar aquéllos perjudiciales para el desarrollo infantojuvenil. Desde hace tiempo la sexualidad infantil y adolescente ha sido reconocida como parte integrante de la constitución del sujeto humano y se la considera como la energía vital que permite a alguien crecer, desarrollarse, ir construyendo su cuerpo, su psiquismo. Marca como error la creencia de que el instinto sexual está ausente en la infancia y aparece por primera vez en la pubertad. En 1905 Freud abría las puertas a la revolucionaria concepción de la infancia y el ser humano. La distinción de la SEXUALIDAD HUMANA que se da en dos tiempos: el primero de la sexualidad infantil y el segundo tiempo, de la pubertad. En el tiempo de la primera infancia se producen movimientos constituyentes de lo psíquico, ubicamos las operatorias lógicas del Complejo de Edipo y de castración, cuyas marcas dejan sus efectos y posibilitan luego la entrada a la latencia. Pero más tarde, con las transformaciones en el cuerpo, se presenta un desafío ante el púber: un nuevo trabajo psíquico. Es la irrupción, el surgimiento de algo radicalmente nuevo donde el montaje hormonal se pone en funcionamiento y con él la necesidad de búsqueda de un nuevo objeto que no es el infantil. SE REEDITA Y RESIGNIFICA lo pasado por un lado como pérdida y a la vez se precipita el viraje subjetivo que interpela al joven en cuanto a su deseo. Es un proceso discontinuo, lo nuevo aparece mezclado con lo de antaño. Niño obligado a la postergación, formulación que le efectúan los adultos: cuando seas grandes vas a poder, saber, entender. Ausencia de un saber en cuanto a ¿qué es lo que hay que hacer en cuanto al sexo?. En lugar de esa ausencia el sujeto deberá elaborar algo que funcione como respuesta posible. En otras especies, cuando macho y hembra se encuentran el instinto les permite saber qué hacer frente al otro sexo: eso les hace posible a los animales no tener problemas en el momento del apareamiento, ninguno se confunde excepto aquéllos domesticados. En cambio, la sexualidad humana pasa por la palabra y a partir de ahí se hace posible como tal, requiere la construcción de un saber asentado sobre lo sensorio-afectivo. Una de las características por las que la sexualidad es enigmática es precisamente porque NO ES UNIFORME, se gesta en el proceso de subjetivación del individuo que no se agota en lo genital, se caracteriza como pulsional, concepto límite que tiene su origen en una excitación corporal que crea un estado de tensión que tiende a suprimir gracias a un objeto por el cual puede alcanzar su fin. Lo sexual es psicosomático: está integrado al sujeto, es imposible hacerlo callar, se manifiesta a través del cuerpo, el pensamiento o en el peor de los casos en el síntoma, de esta manera podemos pensar que la sexualidad es un silencio imposible. La sexualidad libidinal. La sexualidad nace con el ser humano, es el impulso vital que permite a un sujeto vivir. Es en sí misma el proceso que hace que un cuerpo se construya como tal. Está presente en la alimentación del bebé, los juegos de los niños, en la base del deseo de conocer. Sexualidad: sinónimo de libido. Hablar de libido implica incluir el concepto de investidura. La investidura es siempre libidinal y posee diferentes estados: determinando la distinción entre proceso primario y secundario que rigen el funcionamiento anímico y mental gobernado por el sistema inconsciente y preconsciente; consciente respectivamente. Desde el punto de vista cualitativo: la libido es energía sexual no reducible a una energía mental inespecífica; desde el punto de vista cuantitativo: refiere a la cantidad de excitación pasible de aumento, disminución, desplazamiento y distribución. La investidura libidinal se halla enlazada a una representación, grupo de representaciones, situaciones, objetos, partes del cuerpo. La energía libidinal o psíquica se reparte en los diferentes sistemas adquiriendo una cualidad diferencial. Toda investidura libidinal tiene su origen en las pulsiones y al mismo tiempo hay una investidura específica de cada sistema conforme al proceso de estructuración y constitución del psiquismo. ASÍ: la cualidad propia del sistema inconsciente es fluir libremente sobre las representaciones a través de la condensación y el desplazamiento en la búsqueda de su descarga del modo más rápido y directo posible. Esta energía libre es propia del proceso primario regido por el principio de placer y responsable de lo más arcaico del psiquismo que funciona como motor de todo el sistema. En el proceso secundario inherente al sistema preconsciente consciente la energía se encuentra ligada en la medida en que su movimiento hacia la descarga se haya retardado, la representación cosa queda anudada a la representación palabra y por esto postergada la satisfacción por el principio de realidad (se incluyen acá funciones psíquicas como pensamiento vigil, atención, juicio, razonamiento). El púber se halla entre la sexualidad infantil y la adulta. FASES DEL DESARROLLO LIBIDINAL: dos puntos de vista: a) lo oral, anal, fálico y genital. b) autoerotismo y narcisismo. La distinción se impone por razones teóricas y clínicas, atendiendo sobre todo a la perspectiva psicopatológica. Freud introduce el narcisismo como ampliación de la teoría de la libido (no como teoría del yo). La evolución del yo es algo distinto. Aunque no se descarta que el campo de la libido es influido por el del yo. El retardo de la evolución libidinal frente a la evolución yoica se encuentra entre una de las condiciones básicas de la neurosis: la evolución del yo se superpone a la evolución libidinal, se adelanta, se da una anticipación en la síntesis yoica, dado que adviene cuando aún no se alcanzó la síntesis en el plano genital. Conocemos en menor medida el desarrollo del yo que el de la libido, establecer fases de desarrollo indica una progresión de épocas distintas o edades de la vida (infancia, pubertad, menopausia). Cada una se caracteriza por una organización heterogénea, con relación al progreso de diferenciación del aparato psíquico respecto de su procesamiento o tramitaciones. El SUJETO HUMANO: nace en situación de desamparo originario, indefensión: no se puede valer por sí mismo para satisfacer sus necesidades más primarias, necesita auxilio ajeno: función de la madre o sustituto. Pero la acción no se trata solo de nutrición: lo esperable y deseable es que en ese mismo acto, la madre vaya invistiendo, decodificando, significando los llamados del niño. La vida sexual, recorre una serie de fases sucesivas, no exentas de actividad ni de objeto, y no está libre de sufrir perturbaciones. El paso de una a otra conlleva la inclusión de la anterior, NO SUPERACIÓN. La SEXUALIDAD INFANTIL de pulsiones parciales, no persigue ningún fin salvo la satisfacción de la zona específica (oral, anal, fálica) y NO DEJA DE TENER INFLUENCIA sobre la sexualidad adulta. El silencio pulsional: se pueden formular distintos tipos de silencios, verificables por la observación clínica en la práctica con adultos en su faz regresiva a la sexualidad infantil donde lo somático era su modo de comunicación. El concepto de fijación de las zonas erógenas que el sujeto reproduce libidinalmente, es un modo determinado de satisfacción, organizado según su estructura característica en alguna de las fases evolutivas, esto nos posiciona para esclarecer los cambios que se producen en la pubertad y serán parte de las coordenadas necesarias para su comprensión. La pubertad es el período en el que se transforman cuerpos, voces, maneras de relacionarse con las personas. La sexualidad humana no es algo que pueda considerarse natural. Se nace con determinados órganos sexuales pero la identidad sexual se construye a lo largo de una historia, a partir de las primeras identificaciones, en el seno de un determinado grupo familiar. Sexualidad y juego: ambas son imprescindibles para la evolución normal, sana; la estructuración psíquica, la forma particular en que un organismo se inscribe en un universo simbólico. La palabra incide: en cuanto a la asunción del propio cuerpo como independiente del de la madre (función materna mediante) como aquello que prepara, sustenta y organiza lo psíquico. En esa conjunción se incluye la sexualidad: puntos de encuentro (capitoneé). La sexualidad y el juego: el jugar de la niñez reubica lo traumático de la sexualidad infantil que desemboca en la fantasía o en la creación. Freud ubica al juego pulsional del niño como antecedente lógico de la producción poética o literaria. A partir de la latencia se abre un camino a transitar vía sublimación. Aquello que comenzó a inscribirse jugando, llegada la pubertad deja disponibles varias posibilidades y una es la sustitución del juego por la creación literaria, musical, artística. En la pubertad el jugar tampoco escapa al segundo despertar sexual que irrumpe en la realidad. El jugar aquí puede tornarse peligroso, en tanto aquello que antes se hacía jugando sin consecuencias ahora puede tenerlas. La responsabilidad se hace presente, lo que era fantasía inocente, que no producía efectos en lo real, a partir de determinado momento pasa a ser un hecho punible. La clínica: la sexualidad no puede asimilarse a una función biológicamente predeterminada, con un objeto y una finalidad inamovible. Desde esta perspectiva la sexualidad incluye la genitalidad y la reproducción pero no se agota en ellas. Es mucho más, es un tema relacionado con la vida. La sexualidad y la educación: allí donde hagamos circular las palabras habrá menos lugar para el conflicto, el desconcierto, la angustia, el desencuentro de cada sujeto consigo mismo y con su grupo de pares. NO se trata de brindar información sobre la “verdadera” sexualidad sino pensar con los jóvenes las situaciones que viven cotidianamente, sus propias vivencias, el encuentro con su cuerpo cambiante, las relaciones con los pares del mismo sexo y del otro, los vínculos familiares, los mensajes de los medios de comunicación, la publicidad, el erotismo, la pornografía, el arte de la cultura: es decir de lo que significa crecer, elegir, construirse a sí mismo, convivir con otros. Alboroto hormonal: aparece el oscuro deseo de aproximación y posesión sexual, no siempre vinculado a la presencia individual del sexo opuesto. La falta concreta de un objeto libidinoso ocasiona la difusión del anhelo a todos los ámbitos de la consciencia produciendo en ella una impregnación tal que todo su contenido, intelectual, afectivo o práxico, puede llegar a adquirir sexo: las palabras, objetos, gestos, valores se tiñen de masculinidad o femineidad. Todo cuanto es percibido o sucede, evoca por vías más o menos indirectas una actitud de repulsión o atracción en el sujeto, de acuerdo con el signo sexual que le es adscrito. La sexualidad detenida: abuso sexual infantil. Lugar en cuanto a la detención del procesamiento psíquico y al silencio. El desciframiento del silencio de la sexualidad. Tres tipos diferentes de silencios que se pueden producir en el tratamiento psicoterapéutico. Características: -manera en la que sobreviene el comienzo de la pausa en el discurso. -el grado y tipo de oposición por el silencio al habla y a la comunicación del pensamiento. -comportamiento durante el período de silencio. -reacción del paciente frente a la exhortación del analista de retomar la verbalización. Silencio erótico uretral: silencio más normal, el paciente no parece preso de conflicto alguno ni al comienzo ni al final del período de silencio: se sumerge en él, parece absorto en sus pensamientos, sin tensión aparente. Da la impresión de haber olvidado seguir con la regla de la libre asociación. Cómo retoma la palabra lo confirmará: a la indicación dígame qué le pasa por la mente: responderá enseguida oh, me puse a pensar y ofrecerá el contenido de un pensamiento. El aparato del lenguaje funciona según el modelo del esfínter uretral en el momento de su cierre: manifiesta la actividad cuasi voluntaria y débilmente peristáltica de ese esfínter. Silencio erótico anal: el aparato del lenguaje funciona según el modelo del esfínter anal en el momento de su cierre. Este tipo de silencio a diferencia del anterior no parece normal, tiene el aspecto de provenir de una inhibición. Se manifiesta de manera incongruente dentro de la estructura gramatical, interrumpe la sintaxis al hablante: el sujeto no consigue proseguir cuando el analista lo invita a ello, ni comunicar el pensamiento omitido. Mientras dura el silencio el paciente presenta un estado de tensión y conflicto, la expresión del rostro, postura, evocan las de un sujeto preso de un dolor físico, se asemeja a un estado subcomatoso. Se puede acompañar de gesticulación (se toma la cabeza, se la frota). Al final, suele revelar una parte del pensamiento, no todo. Es más regresivo que el uretral. Silencio erótico oral: el aparato del lenguaje escapa del control de la erogeneidad oral. Este tipo de silencio a diferencia de los otros no suspende ni interrumpe el discurso, más bien reemplaza una verbalización por un silencio. Se produce sin motivo aparente, se parece al mutismo, da la impresión de ausencia física. No hay manifestación de signo alguno de lucha o conflicto. El silencio parece interminable y rara vez le pone fin una exhortación del analista, por lo general se resuelve de manera espontánea. El paciente tan pronto como puede hacerlo evoca su comportamiento, explica y puede ser creíble cuan real fue su incapacidad de hablar, cuán auténtica e insuperable. El silencio se induce, sostiene y acompaña con una falta completa de afecto, motivación. Es el silencio más agresivo, si el sujeto ha perdido el habla es porque ha devenido infans, no ingresado aún en el lenguaje. La ocurrencia de este silencio en la verbalización señala la intrusión de una transferencia arcaica en la situación analítica. Silencio: detención de la palabra: -el silencio como inhibición, sobre todo al comienzo del tratamiento; -como síntoma, o formación de un síntoma en el curso del tratamiento. -en fin de análisis, como interrogación del tiempo, momento de suspensión de la cura: mudanza: el silencio ya no sería interrogado simplemente como resistencia, sino como momento de simbolización. DIFERENCIAS ENTRE LOS SILENCIOS DEL PROCESAMIENTO NEURÓTICO y los de PROCESAMIENTO PSICÓTICO donde se pone en juego el rechazo representacional, el sujeto se separa de la realidad consensuada, se suma al mundo delirante, cuyo contenido solo adquiere significación exclusivamente propia. El silencio de la represión implica algo existente, que ha sido reprimido; el del rechazo expresa la abolición de lo que debía advenir pero no se ha presentado. Silencio: autismo como paradoja: dos índoles de silencios: -comunicativo y –mudo. Mutismo: silencio producido por la ausencia de un interlocutor válido interiorizado o no pero que antes les había permitido descubrir esa parte de ellos mismos representada por el aliento sonoro. Hasta qué punto el mutismo no es el silencio. En el mutismo se quiere hablar y no puede (ejemplo de los dos hermanitos con los papás presos). El silencio es una elección voluntaria, cargado de significación. CAPÍTULO IV: ADOLESCENCIA GENERALIDADES: Adolescencia como período de la vida por el cual todos atravesamos, no hay una edad precisa de inicio de esta fase del desarrollo se puede situar alrededor de los 8 o 9 años, donde existen momentos de influencia que empujan al niño a zonas de turbulencias que cada uno vivirá de acuerdo a su precocidad, o retrasos, o al capricho de su ritmo y culmina alrededor de veinte años después. Es un proceso universal de cambio, de desprendimiento. Etimológicamente proviene del latín: consagra desde su origen el dolor, adolecer, como dolencia habitual que acompaña al crecimiento. La estabilización de la personalidad no se logra sin pasar por cierto grado de conducta “patológica” que debe considerarse inherente a la evolución normal de esta etapa de la vida. Cuando el adolescente concluye cronológicamente esta etapa tanto en el orden biológico como en aspectos de la realidad psíquica, nada ha concluido sino que se ha TRANSFORMADO de tal manera que ha dejado huellas, marcas que en el adulto serán definitivas. Estar viviendo una etapa evolutiva de transición, en permanente movimiento y cambio deja de lado la consistencia del SER. Dolto llegó a decir: el adolescente no existe. El adolescente está paradójicamente: -Stand by: detenido. -Standard: lo que se adapta a un tipo, patrón único, objetos de fabricación en serie. EN APARIENCIA: el adolescente NO produce (críticas: no quiere estudiar, trabajar). Incluso puede decirse que es subversivo: alteran el orden establecido: en el hogar, lo social, en las palabras (crean neologismos), imponen un código de expresión propio. RIVALIDAD A LA AUTORIDAD DE LOS ADULTOS: desafían, hacen lo contrario de lo que se les dice o se les ha enseñado. Esa conducta coincide con el deseo de independencia de los padres que se pretende alcanzar a través del NO a casi todo lo enseñado. REFORMULACIÓN DE CONCEPTOS que tiene sobre sí mismo, que lo llevan a abandonar su autoimagen infantil y proyectarse en el futuro de su adultez. La adolescencia está principalmente caracterizada por: -CAMBIOS FÍSICOS que se reflejan en todas las facetas de la conducta. -SEGUNDA EDICIÓN DE LA INFANCIA donde un ello relativamente fuerte confronta a un yo relativamente débil. Lo pulsional irrumpe sobre un sujeto que está en vías de constitución en cuanto a la organización psíquica. -EL AVANCE GRADUAL DURANTE LA ADOLESCENCIA HACIA LA POSICIÓN GENITAL y la orientación heterosexual es sólo la continuación de un desarrollo que se estancó temporalmente al declinar de la fase edípica, consignada entre los 3 y 5 años en la primera consagración del desarrollo yoico, estancamiento que acentúa el desarrollo sexual bifásico en el hombre. -SEGUNDA INSTANCIA EN EL PROCESO DE SUBJETIVIDAD: que lleva en su etapa final a un sentido de identidad, para esto debe pasar por etapas de autoconsciencia y de existencia fragmentada (esfuerzos resistentes, rebeldes, opuestos, etapas de experimentación, excesos). -PASAJE DESDE LA ENDOGAMIA (códigos de la intimidad familiar) a la EXOGAMIA (códigos de la cultura): madurez sexual, asimilación psíquica de los cambios morfológicos y fisiológicos del cuerpo que incluyen la madurez sexual genital, estar apto para la conservación de la especie, el encuentro intrapsíquico exterior con el objeto heterosexual, desenlace eficaz del narcisismo positivo derivado de las investiduras de objeto homosexual que permitan transformaciones psíquicas desplazadas: hacia la realización laboral y los intereses sociales. FASES DE LA ADOLESCENCIA: criterio formal, partiendo del punto de vista cronológico: a) adolescencia temprana: desde los 8 y 9 hasta los 15 comprende: -prepubertad (8 a 10); -pubertad (10 a 15 según los sexos); -adolescencia temprana propiamente dicha (13 a 15). Influencia recíproca entre lo psíquico, biológico y social. Por lo que causas de ese orden pueden alterar el ritmo cronológico, inhibiendo o apresurando procesos fisiológicos. b) adolescencia media: comienza entre los 15-16 hasta los 18, coincidiendo con el egreso del colegio secundario. El tercer año oficia de bisagra. En cuanto a comportamiento escolar, este período muestra al adolescente con una conducta más ordenada en cuanto a cumplimiento de normas escolares. Se caracteriza por terminar de estabilizar el proceso de crecimiento y esa estabilidad le permite salir en busca del otro, mediante un proceso de desplazamiento de investiduras libidinales desde el propio cuerpo hacia el objeto (homosexual o heterosexual, en el que se busca un vínculo de intimidad). c) adolescencia tardía. CAPÍTULO V: Adolescencia temprana: PUBERTAD. Distinguir un modo de procesamiento en el marco de la instancia de lo puberal como constitutivo y el tránsito adolescente como el camino hacia la autonomía del proceso de subjetivación o los modos patológicos de conducta, aislamiento o marginación social. ENORME SIGNIFICACIÓN de las dimensiones físicas y psicológicas de la pubertad. PUBERTAD: FENOMÉNICAMENTE: -Suceso biológico: cambio radical que produce un nuevo impulso y una nueva organización en el YO. Cambios internos y externos con alteraciones morfológicas de la corporalidad. Estos cambios pronunciados se producen en un lapso de entre 2 y 3 años a partir de los cuales el adolescente temprano aparece tanto para sí como para los otros, como un desconocido. Las transformaciones incluyen cuatro factores principales: 1) aumento del tamaño corporal –peso y estatura-; 2) cambios en las proporciones del cuerpo exterior e interior (como rápido crecimiento de nariz, ensanchamiento de frente, hombros en el hombre, caderas en la mujer); 3) desarrollo de características sexuales primarias (se agrandan paulatinamente los testículos y el pene, aparece el vello pubiano y las primeras poluciones nocturnas; los ovarios y el útero crecen con rapidez hasta alcanzar el tamaño y funcionamiento maduros para que se produzca la menarca); 4) desarrollo de las características sexuales secundarias (otorgan al cuerpo de ambos sexos las características del cuerpo femenino –desarrollo de busto, vello púbico, axilar y facial, cambio de voz, textura y color de piel- y masculino igual más ensanchamiento de hombros, etc). Puede haber disfunciones: si la hormona de crecimiento es deficiente se puede producir el enanismo. CONTEMPLACIÓN EN EXCESO EN EL ESPEJO. Distinta en la psicosis disociativa donde el enfermo se contempla repetidamente en el espejo para tratar de comprobar si sigue siendo el mismo dado el sentimiento de extrañeza y mutación que experimenta. En el púber este signo parte de una transformación real y fáctica. -Temor a una deformación exagerada de su armonía corporal que los haga parecer ridículos o repulsivos ante los demás; -Otro elemento de inquietud es la desadecuación de la vestimenta o atuendo, incapaces de ajustarse que al cabo de uno o dos meses ya no le sienta bien pero sigue llevándola. La pubertad que frecuentemente se acompaña de síntomas físicos hacen al afligido adolescente muy consciente de su cuerpo en vías de transformación: acné, dismenorrea, obesidad. Profundos cambios en todo el organismo y en el sistema nervioso central: VERDADERA CRISIS VITAL Y EXISTENCIAL, de duración variable. CAMBIO PUBERAL / ESTADO DE MADURACIÓN SEXUAL: niñas una vez sucedida la menarca: respuestas que indican intereses heterosexuales, en el adorno, su persona, poco interés en la participación en juegos y actividades que requieran esfuerzo físico, interés en actividades más imaginativas, soñar despiertas. WINNICOTT: realidad interna/realidad externa: objeto transicional, indica la creciente separación de su madre y la disminución de la dependencia del niño. Esa diferenciación toma un paso más decisivo a los 2 iniciando el proceso de constitución yoica (narcisista) que alcanza un grado de estabilidad alrededor de los 3. La movilidad, el lenguaje, experiencias sociales amplían el espacio vital del niño y le hacen darse cuenta de su deseo de ser como otros, principalmente sus padres o hermanos. El niño de 4 o 5 años desea ocupar el papel de su padre o de su madre: cree que apoderarse del papel del padre del mismo sexo le permitirá obtener los atributos deseados del padre desplazado, atributos que admira y envidia. Sin embargo la realidad le hace ver que obtener esos deseos es inútil y acepta un poco de mala gana la promesa de que el futuro le traerá la satisfacción que por el momento debe abandonar. Preserva sus aspiraciones y derrotas haciendo al padre parte de sí: super yo como heredero del complejo de Edipo. PERÍODO DE LATENCIA entre el temprano florecimiento de la sexualidad infantil y la sexualidad puberal genital: termina la dependencia completa de los padres y la identificación empieza a tomar el lugar del objeto amoroso. La atención del niño normal se centra en el aprendizaje formal y la vida de grupo. La consciencia social lleva al niño más allá de los límites de la familia mientras el núcleo familiar continúa ejerciendo influencia. No surgen nuevas metas sexuales entre los 5 y los 10 (fin de la niñez comienzo de pubertad). En este período el niño adquiere fuerza y competencia para manejar la realidad y los instintos (sublimación) con el apoyo de las influencias educativas. Sin haber pasado por el período de latencia el niño sería derrotado por la pubertad. FASE PUBERAL: desequilibrio del que surgen los siguientes hechos: a) pensamiento: nueva concepción del mundo y creación de valores: inaugura el entretejido del pensamiento formal que es la posibilidad de organizar lo que no está allí presente. Se puede liberar de lo concreto y elevarse al plano de las reflexiones y teorías abstractas. Capacidad de expresión a través de símbolos, se adquiere la capacidad de hipotetizar, egocentrismo intelectual. Al ser el joven capaz de separarse de lo inmediato y lo concreto, puede empezar a pensar sobre su carrera, futuro, trabajo, etc. Ya no se limita a imaginar el mundo sino que quiere conocerlo de verdad, acude a todas las fuentes de información, desplaza su interés del presente al futuro, descubre que el mundo no se halla en su hogar y que su vida no va a desarrollarse como hasta ahí entre la familia y la escuela sino entre desconocidos, sin protección ni ayuda directa. Propensión a identificarse en todo y por todo a una persona ajena al estrecho círculo familiar: compañero, profesor, héroe o personaje cool. MODELO INSPIRADOR que viene a sustituir no sólo a sus progenitores sino a sus subrogados en los que se quiso hallar la verdad y solo se encontraron sus velos. Es difícil que ese statu quo se mantenga por mucho tiempo: CAMBIO BRUSCO EN SUS INTERESES, reestructuración de criterios de valor (puede romper libros, recuerdos). TENDENCIA AL DOGMATISMO ABSOLUTO, juicios de valor tajantes que conducen a absolutismos de conductas: se sienten perdidos en su propia mismidad; b) vida psíquica puberal: rasgo más distintivo la PROYECCIÓN. Con el comienzo de la futura independencia del medio familiar vuelve a sentirse tan solo y desamparado: aparecen los miedos y angustia: habrá de afrontar lo desconocido, el misterio de la vida, y de la muerte por sí solo. CASO MÁS GENERAL DE CONFLICTO: el de vocación, disparidad vocación/aptitud, vocación e imposibilidad de realización (económica). Se lleva adjetivos calificativos como torpe, holgazán. c) necesidad imperiosa de afirmar la propia personalidad: casi toda la vida psíquica del púber transcurre discurre entre los polos de la ambición (ideal deseado) y la angustia (realidad actual). Cuando el equilibrio entre ambos se rompe en favor de la angustia, se puede observar secundariamente una intensa tendencia al retorno de los modos de existencia infantiles, la regresión. EL SILENCIO NO SE NOS HACE TAN EXTRAÑO con todo esto: el silencio los aparta del circuito de comunicación con sus mayores, los convoca a transgredir, la llegada del pensamiento formal abstracto, los lleva a vivir en la edad de las ilusiones, en un mundo de sueños, la fantasía se presenta: ENMARCARÁ SU MODO DE PROCESAMIENTO PSÍQUICO esta vez con la ambición del ideal y la angustia de la realidad actual. CAPÍTULO VI: mitología y pubertad. No se puede abordar al púber sin poner de manifiesto el mito que subyace desde la óptica parental o de los más allegados (narcisismo de los padres), mandatos parentales. Mito: relato popular, fabuloso que intenta explicar el origen del mundo representando las fuerzas de la naturaleza bajo la forma de seres vivientes. EL MITO: incide en lo no verbalizado o lo que queda silenciado y juega un rol predominante en los anhelos del sujeto y en la formación de síntomas del neurótico. MITO: usado para designar fantasías mediante las que el sujeto modifica imaginariamente los lazos con sus progenitores. ESTRUCTURA DEL MITO: partimos de la premisa de la fantasía entendida como aquellas escenas infantiles contadas por los jóvenes o adultos en su mayor parte falsas por los efectos de la represión y en algunos casos contrarias a la verdad histórica pero no por ello menos reales. SON EFICACES: producen determinación psíquica (por ejemplo en los sueños). MITOS: sucesos imaginarios con los que se encubre a sí mismo la historia de su infancia de la misma manera que los pueblos encubren con leyendas la historia de su pretérito olvidado. La historia pretérita nos viene dada por la memoria del círculo de los más allegados: padres, hermanos, tíos, abuelos, construida de acuerdo a circunstancias, variable con los años. En la misma línea que el mito se ubica la novela familiar del neurótico creada involuntariamente por el púber según sus fantasías. MITO EN JÓVENES CON DELIRIOS PARANOICOS: patológico, no se presenta integrado a la fantasía: se vive con certeza incuestionable. LACAN: el mito es una expresión de verdad, una suerte de verdad no objetiva, pero que sin embargo se expresa en el devenir del discurso parental MITO DE EDIPO: una de las modalidades fundamentales de la repetición, del encuentro fallido con lo real, en el que aparece la afasia fundamental del sujeto, la parte que de sí pierde al entrar en el orden simbólico. Algo de sí que jamás recuperará, el sujeto por sí no podrá decir del mito sino que se circunscribe a otro orden, que no es de la consciencia, su mito individual solo podrá ser reformulado SIN SABERLO. FREUD: lo que funciona como ley, como organizadora del procesamiento psíquico ES LA PROHIBICIÓN DEL INCESTO fundamentada en Tótem y Tabú con el mito de la horda primitiva y la culpa retrospectiva. Fraternidad que permite la salida a la exogamia. En los mitos individuales hay varias verdades en juego que solo pueden aclararse en la clínica en el discurrir y las asociaciones del paciente. Lacan: la verdad solo puede ser dicha de manera figurativa, a medias, no objetiva y a partir del mito. Solo a partir de construir con el púber esa mitología, plagada de leyendas familiares se puede levantar el silencio sacro de lo infantil. CAPÍTULO VII: ritos de iniciación. La iniciación puede plantearse desde tres sentidos: a) iniciación a la vida adulta; b) a cofradías más o menos secretas e c) iniciación en sentido más abarcativo, distintas culturas. Luego de una iniciación el sujeto vuelve cambiado, cambia el nombre, o hay algo que se pierde, o una marca en el cuerpo. Los ritos de iniciación tienen incidencia directa sobre el habla y el silencio. -MOMENTO EN QUE SE LO SEPARA DE LA MADRE, se lo aísla, un lugar, una transmisión en que, él que hasta ese momento era un infante y considerado como tal en el conjunto de la tribu, se transforma a partir del acto iniciático en un ser con derechos y prohibiciones, participante de la cultura comunitaria. El iniciado vuelve después del rito como un ser diferente, con una marca de distinción y con una transformación acerca de la función que cumple desde ese momento en lo social, puede poseer una mujer, procrear, tener una tarea o trabajo. -Situación de peligro que atraviesa el iniciado. DOS GRANDES CLASES: ritos de iniciación peligrosos para la vida y no peligrosos: circuncisiones. Ahora, momentos de pasaje, con la marca, transitarán como estigma en la travesía adolescente en cuanto a las distintas conductas de adaptación o desadaptación: entrada al colegio secundario, egreso, formar pareja, de desadaptación (inhibiciones, fracaso escolar, conductas delictivas). CAPÍTULO VIII. Metamorfosis de la pubertad. Transformación, mudanza de un estado a otro. Momento crucial: túnel realizado por dos lados: de un lado el niño y del otro el adulto. El bello príncipe de la latencia se transforma en un feo sapo, en una cosa que lo único que hace es crecer. Irrumpen nuevos fluidos, olores, cambian las formas y proporciones conocidas, aparece la torpeza, el cuerpo infantil pierde su gracia y armonía. El yo que es ante todo un yo corporal, y se desorganiza. La pubertad un momento de confluencia y apertura de caminos hacia la sexuación: posicionamiento respecto de lo masculino y lo femenino, la elección de objeto, se redoblan los esfuerzos en el proceso de desasimiento de las figuras parentales que conduce a la búsqueda y hallazgo de un objeto exogámico. Operación psíquica que permitirá al adolescente pelear, desilusionarse y renunciar a sus primeros objetos de amor. Los padres dejan de ser los reyes magos para los hijos, con el costo inevitable de dejar de ser para siempre su majestad, el bebé. La adolescencia está signada por el desalojo de un lugar y una identidad de niño y por el exilio hacia un incierto lugar de adulto. El joven puede resolver este pasaje por medio de un trabajo de DUELO que le permita reencontrarse consigo mismo a la salida, cambiado pero aún así él mismo O POR EL CONTRARIO, que se hagan evidentes las fisuras propias de situaciones infantiles no resueltas y se produzca entonces la caída en lo patológico. La pérdida de los padres idealizados como soporte externo del Ideal del Yo amenaza los cimientos narcisistas. PUBERTAD: tiempo de represión, resignificación de la sexualidad infantil, repetición del Complejo de Edipo, imponiéndose la tarea de repulsa y vencimiento del objeto incestuoso. TEORÍAS SEXUALES y NOVELA FAMILIAR: son suplencias al no saber sobre el enigma del origen, sobre la castración. CAPÍTULO IX: LOS DUELOS EN LA ADOLESCENCIA. Anna Freud: -desprendimiento afectivo de sus padres, -orientación hacia nuevos objetos, -júbilo de sentirse independiente del progenitor interiorizado. ABERASTURY: el adolescente realiza tres duelos fundamentales: a) por el cuerpo infantil perdido, base biológica de la adolescencia; b) por el rol e identidad infantil que lo obliga a una renuncia de la dependencia y una aceptación de responsabilidad que muchas veces desconoce; c) por los padres de la infancia y la bisexualidad infantil también perdida. Durante la pubertad, el duelo se centra en el cuerpo físico, tangible y también del esquema corporal. En los 15 se centra el duelo en el yo psicológico, las identificaciones, la función imaginativa, pensante. La última etapa adolescente, se caracteriza por el desplazamiento hacia nuevos objetos, y supone el logro de una identidad básica que posibilita el poder estar solo (períodos: de protesta, desesperación, desapego, búsqueda de nuevos objetos). EL ADOLESCENTE NO PIERDE: cambia, se transforma. Si bien le cuesta dejar lo conocido, infantil, desea fervientemente lo nuevo más que lo que se apena por alejarse de su pasado. LA PALABRA NO ES PÉRDIDA: sino dejar, abandonar una cosa, cesar, resignar (actividad del sujeto). REACTUALIZACIÓN EDÍPICA: lugar en tanto aceptación de la castración. AMBIVALENCIA AFECTIVA. -Proceso de desidealización del self como del objeto. Proceso de desilusión gradual, los padres no son los que él creía, caen de ese lugar de semidioses, los humaniza, resignificación NO DUELO. El encuentro con otros, cotejo con la realidad, perfila una representación más realista de uno mismo dejando de lado las representaciones omnipotentes infantiles y las fantasías megalómanas. ESTE PROCESO DE DESIDEALIZACIÓN: está ligado a las vicisitudes de la reactivación narcisista, continuación y consolidación del pasaje del yo ideal al ideal del yo: posibilita gradualmente al joven descubrir lo propio, lo individual que lo va distinguiendo de su familia. EL JOVEN en sus oscilaciones regresivo-progresivas, reactualiza y reinscribe su pasado a partir de las resignificaciones y la remodelación de sus estructuras psíquicas, historizando su vida y otorgándole un sentido de continuidad yoica. CLÍNICA DE LA VEJEZ: DORIN: DIFERENCIAR: Gerontología: disciplina que abarca el estudio de todas las ramas científicas que se ocupan de la vejez. Geriatría: rama médica que se ocupa de la vejez. Psicogeriatría: disciplina que estudia la psicología de la vejez. El envejecimiento es una preocupación de la humanidad desde tiempos remotos. MIRADA PARADOJAL: -Platón la consideraba ligada a la virtud, espiritualidad, pensaba que los ancianos eran quienes debían gobernar; -Aristóteles la consideraba signo de debilidad, desesperanza, asociada a la falta de deseo y otros prejuicios negativos. VEJEZ: -desde el modelo BIOLÓGICO: supone cierto cambio irreversible y desfavorable; una declinación de las funciones vitales que conforman un proceso ligado al paso del tiempo y que concluye inexorablemente con la muerte. -desde el materialismo ANTROPOLÓGICO: el envejecimiento comporta un proceso progresivo, intrínseco y universal atravesado por variables biológicas, psicológicas, sociales, históricas y culturales. Desde lo psicológico, haber vivido y llegar a viejos, concede acumulación de experiencias, pero también encontrarnos con conflictos y traumas añosos. Aunque es cierto que se ha logrado sobrevivir a ellos. Asociada a la limitación y a la pasividad, a la dependencia y deprivación, la identificación de la ancianidad con la muerte es una representación lo suficientemente poderosa como para adjudicarle la responsabilidad de la actitud negativa hacia el adulto mayor. En ese imaginario no solo quedan atrapados niños, jóvenes, adultos sino muchos de los viejos que interpretan fehacientemente el rol que la cultura de la humanidad se ha encargado de otorgarles: así, las disciplinas que se ocupan de la vejez están también atravesadas por prejuicios que asocian al anciano con enfermedad, discapacidad y deterioro.vCuando enfrentamos temas sobre vejez, el primer inconveniente que se presenta es la GENERALIZACIÓN y UNIVERSALIZACIÓN de los problemas. MEDIANA EDAD: período de transición de la adultez a la vejez: se sitúa entre los 45 a los 65 años, acorde a la expectativa actual de la vida. Se caracteriza por que: -la mayoría alcanza la subsistencia propia y de su familia; -término de la crianza; -época de mayor producción intelectual o de ocupación de cargos jerárquicos; -para muchos, tiempo de autorealización; -etapa que inexorablemente da paso a la vejez. Si se alcanza un cierto bienestar socioeconómico y buena salud, suele identificarse como época de florecimiento. SE DISTINGUE POR DOS CUESTIONES PECULIARES: -consciencia del paso del tiempo y del envejecimiento personal; -crecimiento de los hijos y muerte de los padres que produce el sentimiento de transformarse en techo generacional. INTRAPSÍQUICAMENTE ESAS CUESTIONES SE EXPRESAN EN: -incremento de la interioridad; -cambios en la percepción del tiempo, consciencia de su finitud: se centran más en lo que falta por vivir que en lo que se vivió; -personalización de la muerte: la muerte de pares es una posibilidad real para uno mismo. La muerte se convierte ya en un problema personal, no general. FREUD: 1915 Sobre la guerra y la muerte: la muerte propia no se puede concebir. En el inconsciente cada uno de nosotros está convencido de su inmortalidad. FACTORES BIOLÓGICOS DEL ENVEJECIMIENTO: -disminución del peso cerebral; -atrofia y muerte cerebral; -desórdenes en la oxidación de proteínas, que hace que disminuya el flujo sanguíneo y el consumo de glucosa y se alteren los mecanismos neurotransmisores, -aumento de grasas en regiones locales, -pérdida de elasticidad en la piel, -encanecimiento y calvicie, -alteraciones en los sentidos, especialmente en la vista y la audición, -fatigabilidad muscular, -cambios en la velocidad de respuesta. FACTORES SOCIALES DEL ENVEJECIMIENTO: 3 ÁMBITOS DONDE LOS CAMBIOS EN LA ESTRUCTURA SOCIAL SE PONEN DE MANIFIESTO: -familia. La familia primaria se ve alterada por el alejamiento de los hijos del hogar, signo en el mejor de los casos, de la autonomía de los más jóvenes, pero que conlleva sentimientos de pérdida en los mayores (síndrome del nido vacío). El rol del abuelazgo experimentó grandes cambios, comienza a ser resignificado, siendo la figura del SXXI la de una persona con vida propia, intereses y deseos tan variados como en cualquier otra etapa vital. La viudez, muerte de los hermanos son factores de profundos cambios en la estructura familiar a los que se le suman otras significativas como las mudanzas. -trabajo. Son quizás los más afectados por la estructura del trabajo moderno. La creciente tecnología, la ocupación de los puestos de trabajo por jóvenes y adultos, escasez de oportunidades del sistema, hacen de la jubilación un fenómeno prematuro (acorde a las posibilidades vitales aún en vigencia) que llevan a los mayores a un ROL SIN ROL, no asignación de responsabilidad y pérdida del estatus y prestigio social. La jubilación implica disminución de recursos económicos pero también de contactos sociales, cambios en la organización del tiempo y TIEMPO LIBRE. -relaciones interpersonales: por un lado, nueva incorporación de relaciones familiares como nuera, yerno y sus familias, integración a nuevos grupos sociocreativos pero por otro PÉRDIDAS: muerte de pares, amigos, cónyuges, traslados y mudanzas. Todo esto requiere del adulto mayor un profundo proceso de adaptación. EN LOS AÑOS 60: LA DISCUSIÓN ACADÉMICA SOBRE LA PARTICIPACIÓN SOCIAL DEL ANCIANO RONDABA ALREDEDOR DE DOS TEORÍAS: 1) teoría de la actividad: parte de la hipótesis de que solo se es feliz y está satisfecha la persona que es activa, producen rendimiento, es útil a otras personas, de lo contrario se muestra desgraciada, descontenta. 2) teoría de la desvinculación: supone en el anciano el deseo por ciertas formas de aislamiento social, reducción de contactos sociales, que al lograrlo se siente satisfecho y feliz. Para esta teoría, la sociedad debe liberar a los ancianos de sus obligaciones y ellos resignar su actividad social. POSICIÓN DE DORIN: descatectización recíproca: referida al proceso de desinvestimiento de los objetos (externos o sociales) por parte del anciano promovido por una fuerza de semejante magnitud que va del contexto social a la persona mayor. El distanciamiento social del anciano es una consecuencia del desapego individual conectado con la falta de oportunidades e interés que la sociedad les brinda. SOCIEDAD MODERNA: caracterizada por relaciones en abstracto y vínculos virtuales. Hoy las investigaciones psicosociales demuestran que los vínculos sociales favorecen al envejecimiento saludable. FACTORES PSICOLÓGICOS DEL ENVEJECIMIENTO: Erikson primer psicoanalista que se ocupa de la vejez. Describe fases del desarrollo de la personalidad y propone ocho ciclos vitales en cada cual hay tareas evolutivas que el sujeto debe resolver y su acierto o no determina su destino. En este ciclo el conflicto es GENERATIVIDAD (supone la transmisión, expansión del yo, en la producción y en la creatividad) versus ESTANCAMIENTO (representa una regresión y replegamiento que llevan al aburrimiento y empobrecimiento personal). La resolución, satisfactoria o no dará lugar al último estadio cuyo conflicto es INTEGRIDAD (implica triunfos y desengaños de ser) versus DESESPERACIÓN (porque ya no hay tiempo). Este planteo es generalizador y no permite abordar aportes singulares del envejecimiento: NARCISISMO: fue planteado desde la gerontología para estudiar la estima propia y la relación con el ideal: los sujetos con personalidad narcisista cuando envejecen y confrontan la visión de sí mismos con el ideal, al comprobar que no lo han podido cumplir, o ya no lo podrán alcanzar, pueden caer en un COLAPSO NARCISISTA que genera angustia y promueve conductas defensivas para evitarlo (conductas de defensa extrema de opiniones que buscan la compensación para restituirse imaginariamente). A través de acciones sobrecompensadas tratan de demostrarse a sí y otros su vigencia en distintos aspectos de su vida (laborales, sexuales, deportivos). También estas defensas pueden adquirir características fantásticas, refugiarse en la fantasía y esa introversión libidinal llevarlo al aislamiento. LEVIN: el cese de actividades, malestares físicos, pérdidas de relaciones objetales de pares, amigos, parejas, disminución de sentido tienen sus efectos en la vida de relación: alteran la distribución y equilibrio de la libido. VEJEZ Y DUELOS: los cambios suponen pérdidas e incorporaciones. Frente a las primeras los sujetos experimentan un proceso intrapsíquico que se conoce con la expresión clásica de “trabajo del duelo”. Concepto introducido por Freud en 1915 en Duelo y Melancolía. El trabajo consiste en desasir las investiduras libidinales ligadas al objeto perdido (tomado como personas, cosas, situaciones, relaciones, amputaciones, disminuciones de funciones) y dar un nuevo destino a estas cargas resignadas, enlazándolas con nuevos objetos del mundo. El proceso de duelo sume a la persona en un estado psicológico caracterizado por el desinterés por todo aquello que no esté vinculado con esa pérdida, y este proceso dependerá de múltiples factores que podemos sintetizar en las series complementarias: factores hereditarios combinados con experiencias infantiles y factores actuales desencadenantes. Ampliando la mirada a lo psicosocial, inciden por ejemplo costumbres étnicas: comunidades que habilitan más que otras expresiones de dolor, tristeza, ritos, religión que favorecen la despedida y otras que los obstaculizan y resisten los cambios. El apoyo social favorece el proceso para superar las pérdidas y volver a sentir interés por el mundo. DUELOS PATOLÓGICOS: represiones reactivas, más se dan en jóvenes. Sin embargo debido a las distintas pérdidas, esta patología es el mayor trastorno en mayores de 55 años. Para que pueda darse el proceso de duelo normal es necesario que el individuo haya incorporado experiencias integradoras y soporte una adecuada dosis de tolerancia a la frustración. El trabajo de duelo no se trata, se acompaña. SEXUALIDAD: hay coincidencia en que la sexualidad de los viejos es reprimida, inexplorada y poblada de prejuicios. Pensemos que los mayores de hoy arrastran fuertemente la influencia puritana de la época victoriana. La sociedad sobre esto despliega aspectos moralistas. Sin embargo sabemos que la sexualidad nos acompaña toda la vida y que lo sexual no es sinónimo de lo genital sino un concepto más abarcativo que consiste en obtener placer en cualquier zona corporal capaz de transformarse en zona erógena. No existe causa para que un sujeto que haya gozado de buena salud, en la vejez no pueda continuar experimentando deseos sexuales y ejercitar su función genital. Que eso ocurra o no, está en relación directa con la actitud que el sujeto tuvo en relación a la sexualidad a lo largo de su vida. EL DESEO NO TRANSCURRE POR CARRILES BIOLÓGICOS. La intensidad pulsional es permanente y poderosa, toda renegación de la sexualidad en la vejez, no es otra cosa que la reedición de la represión sexual, y las neurosis, la depresión y la angustia son precios caros que se pagan por ello. La capacidad sexual no desaparece con la edad. CLÍNICA Y VEJEZ: transferencia y contratransferencia: Freud señalaba la dificultad, pero otros no acuerdan con eso. Lo importante es tomarla como una etapa evolutiva más, con sus particularidades. Si admitimos la transferencia y resistencia, podremos ubicarlo en el psicoanálisis: el analista podrá entender en qué lugar lo ubica el paciente: padre, madre, abuelo, hijo. Acorde a esto comprender en que tiempo se ubica el paciente en su historia. Se interpreta la transferencia solo si obstaculiza al tratamiento. Las contratransferencias en el analista convocan a los propios fantasmas en relación al envejecimiento (si es adulto) o al envejecimiento de sus padres (si es joven). A eso se suma, la culpa inconsciente, el desvalimiento, la enfermedad que puedan generar sentimientos hostiles, rechazo, o formas reactivas de excesiva comprensión que terminan en fracaso del tratamiento. ENCUADRE: es similar que para cualquier otro paciente, son cumplidores a veces hasta la rigidez. El analista debe tener en cuenta la disponibilidad horaria por si es necesario verlos en la casa. La inclusión o no de los hijos es acordada con el paciente previamente. RESISTENCIAS: -viscosidad de la libido, inercia psíquica; -fuerza de costumbre, rigidez; -consciencia de culpa, necesidad de castigo. El trabajo de esas resistencias es lo más difícil en el tratamiento. El analista con su presencia terapéutica podrá rescatar la libido de la simbiosis con los objetos primarios y traerlos al aquí y ahora de la transferencia analítica. MOTIVOS DE CONSULTA: depresión, angustias graves, duelos, relaciones vinculares disfuncionales, enfermedades orgánicas, miedo a la soledad e invalidez.