Universidad Católica de Santa Maria Facultad de Ciencias E Ingenierias Fisicas Y Formales
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INGENIERIA ELECTRONICA
PRESENTADO POR:
AREQUIPA
2019
Capítulo 9
Revolución
Antes de 1687, Newton no era ni mucho menos un hombre desconocido en los círculos filosóficos.
El alcance que sus trabajos en física y matemáticas tuvieron en la década de 1680 hizo imposible
que pudiera recuperar el aislamiento necesario a sus propios intereses. Sin embargo, nada había
preparado al mundo de la filosofía natural para los Principia. La creciente perplejidad de Edmond
Halley al leer sucesivas versiones del trabajo, se repitió innumerables veces con cada nueva entrega.
Casi desde el momento de su publicación, incluso aquellos que rechazaron su idea central de acción
a distancia reconocieron los Principia como libro que marcaba una época. Un momento crucial para
Newton, quien, después de veinte años de investigaciones solitarias, había desarrollado y llevado a
término los Principia, y un momento crucial también para la filosofía natural. Era imposible que la
vida de Newton volviera a su cauce anterior.
Los rumores sobre la inminente aparición de una obra maestra habían recorrido Gran Bretaña
durante la primera mitad de 1687. Para aquellos que no lo habían oído, una larga reseña, aparecida
en las Philosophical Transactions, anunciaba la próxima publicación de los Principia. Aunque la
reseña no estaba firmada, sabemos que fue Halley quien la escribió. A excepción del mismo
Newton, nadie conocía el contenido del trabajo mejor que él. Halley insistía en la trascendencia del
trabajo.
Después de presentar un resumen de los Principia, Halley concluía la reseña con un nuevo elogio:
«Puede decirse con justicia que nunca hasta ahora la capacidad y la laboriosidad de un hombre
habían descubierto y demostrado de forma irrefutable, tantas y tan valiosas Verdades Filosóficas.»
La fama y la influencia de los Principia se extendió rápidamente entre los círculos matemáticos,
como el formado en torno a David Gregory en Escocia. Al otro lado del canal, un refugio político,
el mismo John Locke se dispuso a estudiar el libro. Al no ser un matemático, las demostraciones le
resultaban impenetrables. Firme en el empeño, se dirigió a Christiaan Huygens para preguntarle si
se podía fiar de las proposiciones matemáticas. Cuando Huygens le aseguró que podía hacerlo, se
aplicó a la prosa y digirió la física sin las matemáticas. Locke se dio cuenta de que Newton era uno
de los gigantes intelectuales de la época, se propuso conocerle a su regreso a Inglaterra, e incluyó
una referencia admirativa hacia él en el prólogo a su Ensayo sobre el entendimiento humano (1690).
En Londres, el joven Abraham DeMoivre se topó con los Principia por casualidad, al encontrarse
en la casa del duque de Devonshire cuando Newton fue a presentarle una copia (probablemente en
1688). DeMoivre vivía de la enseñanza de las matemáticas. A sus veintiún años, se creyó más que
capaz de comprender el trabajo.
Igual que Gregory, DeMoivre consiguió finalmente convertirse en discípulo del nuevo maestro.
El libro de Newton obtuvo tanta repercusión y reconocimiento en el continente como en Gran
Bretaña. Durante la primavera y el verano de 1688, tres de los periódicos continentales de opinión
más importantes publicaban reseñas sobre éste: la Bibliothéque Universelle de los Países Bajos,
el Journal des Sgavans de Francia, y el Acta Eruditorum de Alemania. La reseña de la Bibliothéque
Universelle, casi con toda seguridad escrita por John Locke, se limitaba a resumir el trabajo y a
situarlo dentro de la tradición de la mecánica matemática. El Journal des Sgavans aseguraba que
éste contenía «la mecánica más perfecta que nadie pueda imaginar», aunque continuaba haciendo
enérgicas objeciones a la hipótesis física que planteaba, es decir, al concepto de la atracción. Sin
ninguna duda, la más larga de las reseñas fue la aparecida en el Acta Eruditorum, un resumen de
los Principia de ocho páginas, escritas en un tono de cálida admiración. Halley se había cuidado
también de presentar copias a los filósofos más importantes de Europa. No era fácil que
los Principia pasara inadvertidos.
El libro de Newton revolucionó Gran Bretaña. Casi inmediatamente, se convirtió en la ortodoxia
predominante entre los filósofos naturales. Aunque nunca ignorado, su triunfo en el continente fue
más lento. Su impacto puede medirse por la respuesta que obtuvo de dos figuras imponentes,
Christiaan Huygens y Gottfried Wilhelm Leibniz, quienes recibieron copias enviadas por Newton y
quienes, también, rechazaron su idea central. Huygens encontró el principio de atracción «absurdo».
Por su parte, Leibniz se preguntaba, perplejo, por qué Newton no había procedido a encontrar la
causa de la ley de la gravedad, que para él era debida a un vórtice etéreo que reduciría la atracción a
una causa mecánica. A pesar de la mordacidad de sus críticas, ninguno de los dos podía ocultar la
impresión que el trabajo les había causado. Huygens le dijo a su hermano que admiraba mucho «los
bellos descubrimientos que había encontrado en el trabajo que le había enviado», y se propuso
conocer a Newton cuando viajara a Inglaterra en 1689. Ambos acosaron a Fatio, amigo de ambos,
con preguntas sobre Newton y su trabajo. Los temas suscitados por los Principia —atracciones,
vórtices, la forma de la Tierra, el movimiento absoluto, la óptica, las matemáticas— salpicaron su
correspondencia hasta la muerte de Huygens, en 1695. Titanes como Huygens y Leibniz no se
convirtieron en discípulos de Newton. Sin embargo, al dominar su correspondencia, Newton
demostró que los Principia le habían situado entre los líderes de la filosofía natural
Capítulo 10
La Casa de la Moneda
ACTIVIDAD PARLAMENTARIA
La actividad parlamentaria de Newton empezó en el año 1687, cuando él junto con otros profesores
lucharon contra el régimen del Rey Jacobo II de Gran Bretaña, quien intentó catolizar a la
Universidad de Cambridge. Luego de que lograron su objetivo nombraron a Newton como
representante de Cambridge en el parlamento inglés en 1689.
Durante su tiempo como parlamentario no participó mucho en los debates parlamentarios, se sabe
que la única intervención que realizó Newton como parlamentario fue una en la que solicitó que se
cerrara una ventana pues hacía mucho frío, él prefirió seguir con sus trabajos e investigaciones
científicas. También sostuvo una estrecha relación con Charles Montague, nombrado más tarde
Lord Halifax, quien fue un poeta y estadista inglés a quien conoció cuando era alumno en
Cambridge.
Su actividad parlamentaria terminó en febrero de 1690. Luego en abril de 1694 Charles Montague,
su amigo, es nombrado Canciller de la Hacienda Real en abril de 1694 y dos años después con su
ayuda Newton fue nombrado Director de la Casa de la Moneda.
ANTECEDENTES
Antes de que Newton obtuviera el puesto de Director de la Casa de la Moneda, esta se encontraba
en una grave crisis debido al gran derroche de fondos que ocasionaba la guerra con Francia. A todo
eso se sumó el deterioro de la acuñación de la plata que consistió en que la plata comenzó a perder
su valor.
Charles Montague, buen amigo de Newton, consideró que el único medio eficaz para superar la
crisis era con una reacuñación. Es por eso que en 1695 el gobierno consultó a un grupo de
intelectuales destacados y financieros de Londres, entre los cuales se encontraba Newton.
Newton y la mayoría de los que fueron consultados, concluyeron que era necesario realizar una
reacuñación. Es por eso que el 21 de enero de 1696, el parlamento aprobó la ley de reacuñación y al
día siguiente se fundieron las primeras monedas viejas.
REACUÑACIÓN
Newton decidió supervisar personalmente la reacuñación, a pesar de que esta no era una obligación
del director. Cuando Newton llegó, debido a la supervisión de Thomas Neale, el intendente, la
reacuñación no progresaba, lo cual junto al derroche de la guerra estaba llevando al gobierno al
borde de la quiebra. Este era el momento en donde era necesario un hombre inteligente como lo fue
Newton.
Newton dio todo de sí para realizar una reacuñación eficaz y rápida. Esto lo consiguió debido a su
habilidad para los números lo que le permitió comprender el sistema de contabilidad de la Casa de
la Moneda rápidamente.
"En la Casa de la Moneda operaban nueve grandes prensas y mediante grandes esfuerzos la
producción de monedas se elevó hasta las 100.000 libras por semana durante el verano de 1696. A
fine de aquel año se acuñaron 2.500.000 libras, para ese entonces lo peor de la crisis había pasado."
Uno los problemas de la reacuñación que aun persistía era la construcción de cinco casas de la
moneda regionales provisionales que acelerasen la difusión de la nueva moneda, las cuales llevaban
un gran retraso. Newton emprendió esta nueva tarea junto con otras personas de manera que en solo
tres meses las casas de la moneda provisionales comenzaron a trabajar.
El puesto de director que tenía Newton exigía que él arrestara y enjuiciara a los falsificadores. A
Newton no le agradaba mucho eso, así que pidió que se contratara a alguien más para realizar esa
labor, sin embargo no lo consiguió. Es por eso que Newton comenzó con esa ardua labor pues para
acusar a un falsificador era necesario tener testigos, y Newton era muy eficaz a la hora de
encontrarlos.
Newton se esforzó mucho al perseguir y atrapar a los falsificadores, pues los informes dicen que
proceso exitosamente a veintiocho falsificadores. También existen otros documentos en donde hay
pruebas de que Newton persiguió a un centenar de acuñadores, aunque él no realizó todas las
persecuciones personalmente.
Uno de los falsificadores más ingenioso fue William Chaloner, quien en 1690 comenzó falsificando
monedas extranjeras que circulaban en Londres. También intentó estafar al Parlamento diciendo
que estaba investigando los abusos de la Casa de la Moneda y que podía mejorar la acuñación sin
ningún aumento del coste. Propuso que se le nombrara como supervisor de la Casa de la moneda.
Newton vio que Chaloner no podía seguir libre así que reunió pruebas e hizo que volviera a ser
encarcelado. Cuando Holloway, el testigo principal, regresó a Londres Newton lo puso bajo
custodia, y entre 1698 y 1699 tomó declaraciones a más de treinta personas. A pesar de sus
numerosos abogados Chaloner fue condenado por alta traición el 3 de marzo en 1699 y murió en la
horca el 16 de marzo de 1699.
Newton aceptó el puesto de director pensando que poseía la máxima autoridad. Pero en Junio de
1696 descubrió que Neale, el intendente, tenía un sueldo mayor que él y eso disminuía su autoridad
como director, es por eso que hizo una petición al Tesoro, que era un entidad supervisora de la Casa
de la Moneda, para que incrementaran su sueldo que era menor que el del intendente. Luego redactó
otro documento en donde decía que el intendente no debería tener un sueldo mayor al del director.
Capítulo 11
La Royal Society
La Royal Society es una prestigiosa academia científica inglesa que fue fundada en 1660 por un
grupo de hombres que se dedicaban a la ciencia y a la cultura. Su principal objetivo fue el de
promocionar y difundir la investigación científica. Hasta el día de hoy existe y desarrolla el papel de
academia de ciencias del Reino Unido.
Antes de que Newton fuera escogido presidente de la Royal Society, renunció en el año 1701 a la
cátedra lucasiana, curso de matemática que dictaba en Cambridge, pues para ese momento tenía una
buena fortuna y no tenía mucho tiempo debido a que seguía siendo Intendente de la Casa de la
Moneda.
PRESIDENTE DE LA ROYAL SOCIETY
Robert Hooke era miembro de la Royal Society y principal opositor de la obra de Newton, es
posible que su enemistad con Newton fuera la causante de que Newton casi no asistiera a las
reuniones semanales de la Royal Society. La muerte de Hooke en marzo de 1703 abrió el camino
para que Newton comenzara a asistir a las reuniones y que pudiera ser elegido presidente de la
Royal Society.
Newton en la Royal Society pasaba la mayor parte del tiempo descansando y olvidando la época en
que realizaba investigaciones arduas e incansables. Lo que lo sacó de ese sueño intelectual fue su
elección como presidente de la Royal Society, ya que a partir de ese momento comenzó a publicar
algunos trabajos que había terminado hace mucho tiempo.
El 30 de noviembre se celebró la reunión anual de la Royal Society. Ese día Newton fue incluido en
el consejo de la Royal Society, ser miembro del consejo era necesario para poder ser elegido
presidente. También recibió los votos necesarios para ser nombrado presidente de la Royal Society
y fue así como llegó a ser presidente de la Royal Society.
En 1705 Newton fue nombrado caballero por la reina Ana de Inglaterra, en recompensa por sus
descubrimientos, los cuales significaron un gran avance en la ciencia de Inglaterra y del mundo.
REEMPLAZOS DE HOOKE
Newton se dio cuenta de que las reuniones de la Royal Society carecían de gran contenido
intelectual, es por eso que creo el Plan de Consolidación de la Royal Society. Este plan consistía en
que hombres que tuvieran gran reputación científica realizaran experimentos, para darle solidez a
las reuniones semanales de la sociedad.
Estos experimentos eran realizados por el fallecido Robert Hooke, es por eso que Newton se dedicó
a encontrarle uno o dos reemplazos. Primero encontró a Francis Hauksbee, un científico inglés,
aunque no se sabe dónde o como lo conoció, se sabe que a partir del 15 de diciembre de 1703
Hauksbee comenzó a asistir a las reuniones de la sociedad en donde realizaba experimentos con su
bomba de aire.
La bomba de aire era un compresor que cambiaba la densidad de un fluido al cambiar la densidad
de este. Posteriormente realizó experimentos con la electricidad y la acción de la capilaridad, que es
el ascenso del agua por los vasos leñosos de las plantas. Luego encontró al doctor James Douglas
quien sería un apoyo para los experimentos de Hauksbee. Douglas también realizaba en ocasiones
disecciones enfrente de los miembros de la sociedad, el Consejo de la Royal Society aprobó el pago
de 10 libras por el servicio prestado sin embargo nunca más recibió otra compensación por sus
servicios.
Los anteriores presidentes de la Royal Society asistían a las reuniones máximo tres veces por año,
es por eso que cuando Newton comenzó a asistir a tres de cada cuatro reuniones que habían, los
miembros notaron un gran cambio.
Las aportaciones de Newton a la Royal Society eran más administrativas que intelectuales, es por
eso que no fue coincidencia que la fortuna de la sociedad ascendiera en el momento en el que él fue
nombrado presidente de la Royal Society. El aportó a la Royal Society el mismo talento
administrativo y empeño que había ejercido como intendente de la Casa de la Moneda.
Capítulo 12
Antes que nada fue la segunda edición de los Principia. Newton había hablado de ella casi desde el
mismo día en que se publicó la primera, con Fatio primero y después con Gregory. Con el traslado a
Londres, los planes activos para la segunda edición languidecieron durante un tiempo, pero no
llegaron a descartarse del todo, y finalmente, el 25 de marzo de 1708, no sin cierta excitación,
Gregory daba cuenta de que la nueva edición se hallaba por fin lista en la imprenta de Cambridge.
Ciertamente hubo sólidas razones para no retrasar por más tiempo la segunda edición. Empezaba a
ser difícil encontrar ejemplares de la primera, que en consecuencia se habían encarecido. Lo que
prevaleció en el ánimo de Newton, no obstante, no fueron tanto estas consideraciones, sino las
manipulaciones de Richard Bentley, un emprendedor académico, hábil para los negocios, que se
había instalado en el puesto de director del Trinity College. Hacía mucho tiempo que Bentley había
tomado la decisión de cultivar el trato con Newton, y en ese momento decidió maniobrar para
conseguir su aquiescencia de cara a una edición que el propio Bentley publicó por medio de la
imprenta universitaria.
Bentley encargó a un joven catedrático del Trinity que supervisara la edición. Roger Cotes, que
tenía veintisiete años en 1709, era uno de los seguidores de Bentley en su empeño por inyectar
nueva savia en el Trinity, un college lastrado por la excesiva veteranía del claustro. Gracias a la
tutela de su tío, el reverendo John Smith (padre de Robert Smith, el cual sucedió a Cotes en
Cambridge y llegó a forjarse una modesta reputación de científico), Cotes realizó grandes progresos
en el campo de las matemáticas antes de ser admitido en el Trinity en 1699. Bentley lo había
descubierto hacía tiempo, y lo presentó en 1705 a la cátedra plumiana de astronomía, de reciente
creación, antes de que Cotes hubiese incluso obtenido el título de Magister en Artes. No será
preciso decir que Cotes dio todo su apoyo a los intentos de reforma del college que emprendió
Bentley. En 1709 Bentley estaba en condiciones de dar órdenes a Cotes sin tener que pedirle
favores, por lo cual le puso al frente de la edición. Llegó el mes de octubre antes de que Cotes
recibiera el manuscrito correspondiente más o menos a la primera mitad del libro, junto con una
contestación a la carta que él mismo envió en agosto, en la cual indicaba que se había dedicado a
comprobar algunas de las demostraciones experimentales. Cotes tenía sus propias ideas sobre todas
las consecuencias que entrañaba su tarea y, antes de terminar, obligó a Newton a reconsiderar con
gran detalle muchos aspectos de la obra, yendo mucho más allá de lo que Newton había previsto.
Capítulo 13
AÑOS DE DECLIVE
La disputa sobre la prioridad se arrastró con menor intensidad durante otros seis años, tiempo
durante el cual aún ocupó un lugar preferente en la conciencia de Newton. Nunca había sido capaz
de dar por terminado un proyecto cualquiera con facilidad. Alerta, como estaba, y sabedor de que su
honor estaba en juego, no pudo dejar la disputa a un lado simplemente porque su principal
antagonista había muerto. Llegó el año de 1723, cuando su último y débil eco fue la negativa de
Newton a contestar una carta de Bernoulli.
Entre los demás efectos que tuvo, la controversia sirvió para recordar a Newton que estaba obligado
a conceder atención a su legado intelectual. A resultas de ello, dedicó una considerable atención ya
en su vejez a las nuevas ediciones de sus obras. En 1717, se publicó una nueva edición de la Óptica.
No tocó el grueso del tratado, en el que seguía planteando las conclusiones establecidas cuarenta y
cinco años antes, pero sí compuso un conjunto de ocho nuevas cuestiones, que fueron insertadas
Con los números 17 a 24 entre el conjunto original de las dieciséis correspondientes a la primera
edición y las siete que se añadieron a la edición latina. En línea con la retirada de las posturas
radicales que había defendido en sus años de juventud, postuló la existencia de un éter cósmico que
explicaba la gravedad.
Poco antes de morir Newton hizo un repaso de su vida y lo resumió de esta manera: "No sé qué
podré parecerle yo al mundo, pero tengo para mí que no he sido sino un muchacho que juega a la
orilla del mar, que se distrae de cuando en cuando al encontrar un guijarro más liso o una concha
más bella que las habituales, mientras el gran océano de la verdad se extendía ante mí aún por
descubrir."
El 4 de marzo de 1727 Newton comenzó a sentirse mal, es por eso que Conduitt llamó a los médico
Mead y a Cheselden. Ellos lo diagnosticaron con un cálculo de vejiga y no dieron esperanzas de que
fuera a reponerse. Newton sufrió de dolores muy intensos, pero el 15 de marzo dio señales de
mejoría y los que lo atendían comenzaron a tener esperanzas de que se mejorara.
A pesar de su mejoría el domingo del 19 de marzo estuvo inconsciente y finalmente murió el 20 de
marzo de 1727 a los 84 años en Kensington sin sufrir más dolores. Fue enterrado en la abadía de
Westminster junto a los grandes hombres de Inglaterra.
Se sabe que cuando Voltaire asistió al funeral de Newton, al quien nunca había conocido, dijo que
había visto a un profesor de matemática enterrado como a un rey sólo porque era bueno en lo que
hacía. Este suceso hizo que Voltaire quisiera difundir la ciencia de Newton por Francia y fue
ayudado por Emilie de Breteuil, matemática y física francesa, quien tradujo el libro Principia de
Newton al francés.
Capítulo 14
HERENCIA
La herencia de Newton ascendía a unas 32.000 libras, la cual no significaba una suma
excesivamente grande. Todo fue repartido entre 8 sobrinos y sobrinas, los cuales heredaron 3.500
libras cada uno. De las 3.500 libras se descontó a todos 500 libras para la construcción de una
estatua para Newton.
COLECCIÓN PORTSMOUTH
Son un conjunto de manuscritos que consistían en miles de folios que fueron encontrados en la casa
del Duque de Portsmouth. Estos manuscritos definían a Newton como un hombre interesado en
alquimia, teología y textos proféticos.
En sus escritos sobre teología se encontró que realizó estudios sobre las dimensiones y las
proporciones del Templo de Salomón, pues según él conocer las dimensiones del Templo de
Salomón le ayudarían a conocer la cronología de la historia hebrea.
Newton también estudio la biblia y mostro interés en interpretar el libro del apocalipsis. Pues él
creía que era parte de las personas que gobernarían junto a Dios en el cielo.