Accion Reivindicatoria
Accion Reivindicatoria
Accion Reivindicatoria
LA ACCIÓN REIVINDICATORIA
CONCEPTO
La acción reivindicatoria es aquélla en la cual el actor alega que es propietario de una cosa
que el demandado posee o detenta sin derecho para ello y, consecuencialmente, pide que se
le condene a la devolución de dicha cosa.
La acción en ciertos casos permite obtener también la restitución o el valor de frutos y gastos;
pero ello no es de la esencia de la reivindicación. El fundamento de la acción es el derecho de
propiedad y en particular el derecho de persecución característico del mismo. Su fuente legal
es el artículo 1434 del Código Civil, que expresa: “La acción de reivindicación nace del
dominio que cada uno tiene de cosas particulares, y en virtud de ella, el propietario que ha
perdido la posesión, la reclama y la reivindica, contra aquel que se encuentre en posesión de
ellas”.
La reivindicatoria debe dirigirse contra la persona que tenga la posesión de una cosa sin
ostentar ningún derecho que le faculte para la posesión, o bien un derecho de menor entidad
que el del reivindicante. Asimismo, la posesión del demandado debe ser actual e indebida.
Por otro lado, ha de darse perfecta identidad entre el bien que se pretende adquirir por
prescripción y el que sea objeto del título.
ILUSTRACIÓN LEGAL
Arto. 1434.- La acción de reivindicación nace del dominio que cada uno tiene de cosas
particulares, y en virtud de ella, el propietario que ha perdido la posesión, la reclama y la
reivindica, contra aquel que se encuentre en posesión de ellas.
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Arto. 1447.- La acción reivindicatoria puede ser ejercida contra el poseedor de la cosa, por
todos los que tengan sobre ésta un derecho real perfecto o imperfecto como el del mero
tenedor y otros semejantes.
Arto. 1451.- Si la cosa fuere inmueble compete la acción contra el actual poseedor que la
hubo por despojo contra el reivindicante.
Arto. 1452.- Compete también contra el actual poseedor de buena fe que por cualquier título
la hubiere obtenido de un enajenante de mala fe, o de un sucesor obligado a restituirla al
reivindicante, come el Comodatario.
Arto. 1457.- La reivindicación puede dirigirse contra el que posee a nombre de otro. Este no
está obligado a responder a la acción, si declara el nombre y la residencia de la persona a
cuyo nombre la tiene. Desde que así lo haga, la acción debe dirigirse contra el verdadero
poseedor de la cosa.
Arto. 1463.- El que ejerce la acción reivindicatoria, durante el juicio, impedir que el poseedor
haga deterioros en la cosa que se reivindica.
Arto. 1464.- Si el título del reivindicante que probare su derecho a poseer la cosa, fuere
posterior a la posesión que tiene el demandado, aunque éste no presente título ninguno, no es
suficiente para fundar la demanda.
Arto. 1749.- Tanto el poseedor de buena fe como el de mala fe tienen derecho a ser
indemnizados de los gastos que hubieren hecho pasa la conservación de la cosa, pero
únicamente el poseedor de buena fe goza del derecho de retención mientras no se le pague.
Tomando en cuenta las prescripciones legales anteriores, para que proceda la acción
reivindicatoria, es necesario asegurarse la concurrencia indispensable de las siguientes
situaciones que caracterizan a esta acción:
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2. que la acción reivindicatoria es una acción petitoria, de modo que el actor tiene la carga de
alegar y probar su carácter de titular del derecho real invocado (en concreto, de la
propiedad).
3. que es una acción imprescriptible, lo que se debe al carácter perpetuo del derecho de
propiedad. En nada contradice lo expuesto el hecho de que la acción reivindicatoria no
proceda contra el tercero que haya usucapido la cosa, ya que entonces no es que haya
operado la prescripción extintiva de la acción reivindicatoria sino que el actor ya no es
propietario de la cosa en virtud de la prescripción adquisitiva operada en favor del
demandado.
4. que es una acción restitutoria en el sentido de que tiene por objeto obtener una sentencia
que condene al reo a devolver una cosa, razón por la cual presupone que el demandado
tenga la cosa en su poder. En este aspecto la reivindicación se diferencia netamente de la
acción de declaración de certeza de la propiedad que sólo persigue la declaración dicha sin
condena de restitución, y que, por lo tanto, puede ser intentada por el propietario que tenga
en ello interés legítimo aun cuando el demandado no tenga la cosa en su poder.
Sin embargo, en un caso excepcional la acción reivindicatoria declarada con lugar puede no
conducir a la restitución de la cosa sino al pago de su valor.
CONDICIONES
Si la cosa pertenece a varios dueños, cada comunero puede reivindicar en nombre propio
la cuota que le corresponde.
Las entidades públicas también pueden reivindicar los bienes de su dominio privado.
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Sin embargo, debe tenerse en cuenta que si el poseedor o detentador después de la
demanda ha dejado de poseer la cosa por hecho propio (por ej.: haberla enajenado), está
obligado a recobrarla a su costa por cuenta del demandante; pero que si así no lo hiciere,
deberá pagar su valor, sin perjuicio de la opción que tiene el demandante de intentar su
acción contra el nuevo poseedor o detentador. Como se observa en el caso de que el
demandado satisfaga el valor de la cosa, por excepción, la reivindicación se transforma en
una acción de resarcimiento.
El actor tiene la carga de probar que es el propietario de la cosa que reivindica, que el
demandado la posee o detenta y la “identidad de la cosa”..
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b. Que sólo presente títulos el reivindicante, caso en el cual la decisión debe
favorecerle a condición de que sus títulos prueben su propiedad, o, al menos, que
tiene un derecho mejor y más probable que el demandado.
c. Que ambas partes presenten títulos. Cuando éstos son derivativos deben
distinguirse a su vez dos situaciones en materia de inmuebles:
- Si los títulos proceden del mismo causante, priva el que fue registrado primero
si se trata de un acto entre vivos y el último válido si se trata de testamentos.
- Si los títulos provienen de distintos causantes, la situación debe favorecer al
actor si sus títulos prueban su derecho de propiedad o, al menos, que tiene un
derecho mejor y más probable que el reo; caso contrario, la sentencia debe
favorecer al demandado.
Sin embargo, en su caso, puede probar que el reo dejó de poseer o detentar la cosa por
hecho propio después de la demanda judicial porque en tal hipótesis el demandado está
obligado a adquirir la cosa por cuenta del demandante o a abonarle su valor. Naturalmente
en orden a esta última eventualidad el actor en ese caso tiene la carga de la prueba del
valor de la cosa.
3. Aun cuando está implícita en las pruebas anteriores la doctrina destaca que el demandante
debe probar la identidad de la cosa en el sentido de que la cosa cuya propiedad alega es la
misma que posee o detenta el reo.
1. El demandado puede desde luego oponer las excepciones de rito: contradecir la propiedad
que invoca el actor, probar que él no es poseedor o detentador de la cosa o que ésta no es
la misma que pertenece al demandante.
b. Que el actor está obligado a garantizarle la posesión pacífica de la cosa. Esta sería la
excepción procedente si, por ejemplo, una persona ha vendido a otra una cosa que en
ese momento no le pertenecía, luego la adquiriese y posteriormente pretendiera
reivindicarla de aquella persona a quien se la había vendido.
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EFECTOS DE LA ACCIÓN REIVINDICATORIA
Puede ocurrir además que la sentencia establezca obligaciones de restituir frutos o productos,
de reembolsar gastos necesarios o de indemnizar mejoras, todo conforme a las reglas
estudiadas con motivo de la posesión.
Como resultado de ciertos aspectos técnicos del Derecho procesal romano y la propia
evolución histórica del derecho de prescripción en el Derecho romano, los juristas romanos
consideraron la prescripción extintiva como una forma especial de prescripción adquisitiva.
Esta confusión todavía está presente en el Derecho privado europeo, especialmente en el
Derecho alemán.
El Código Civil holandés establece que la persona que esté en posesión de la propiedad en
el momento de la prescripción de la acción cuando complete el plazo adquirirá la propiedad,
aunque no sea de buena fe. Este plazo viene fijado en el art. 3:306 en 20 años.
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En la doctrina española es polémica la cuestión acerca de si la acción reivindicatoria es o no
imprescriptible autónomamente. Algunos autores (ALBALADEJO, YZQUIERDO TOLSADA)
sostienen que es posible que se extinga la acción reivindicatoria sin que haya sido consumada
usucapión alguna por parte del opositor. Mientras que, contrariamente, otra posición doctrinal
(DÍEZ-PICAZO, MONTÉS PENADÉS, DE PABLO CONTRERAS) aboga por la correlación y
simultaneidad entre usucapión extraordinaria y prescripción (extintiva) de la acción.
Ambas tesis coinciden, no obstante, en que la acción reivindicatoria prescribe, tomando como
base la redacción del art. 1963 CC en el sentido de que todas las acciones reales prescriben.
Al menos así lo defiende DE PABLO CONTRERAS que, en lo que disiente de la tesis de
prescripción autónoma de la acción reivindicatoria, no es que ésta no deba prescribir, sino que
para ello es preciso que al mismo tiempo se haya consumado la usucapión. Nicaragua sigue
la misma tesis de la prescripción adquisitiva por el lapso de treinta años.
JURISPRUDENCIA NACIONAL
NO HA LUGAR a la reivindicación si el actor solo presentó un título con menos de diez años
de inscrito y el reo demostró una posesión anterior (S. 11.am. 19 de octubre de 1915. B.J.
789).
CONCLUSIÓN
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De acuerdo con nuestra legislación civil sustantiva, la jurisprudencia nacional y el derecho
comparado, a cinco se resumen los requisitos y/o condiciones comunes que se requieren
para que proceda la acción reivindicatoria:
1. Que el reivindicante posea título de dominio sobre el bien que pretende reivindicar (bajo
prueba diabólica).