Accion Reivindicatoria

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UNIVERSIDAD MARTÍN LUTERO

ASIGNATURA: DERECHO PROCESAL CIVIL DOCENTE: EFRAIN OSEJO MORALES

LA ACCIÓN REIVINDICATORIA

CONCEPTO

La acción reivindicatoria es aquélla en la cual el actor alega que es propietario de una cosa
que el demandado posee o detenta sin derecho para ello y, consecuencialmente, pide que se
le condene a la devolución de dicha cosa.

La acción en ciertos casos permite obtener también la restitución o el valor de frutos y gastos;
pero ello no es de la esencia de la reivindicación. El fundamento de la acción es el derecho de
propiedad y en particular el derecho de persecución característico del mismo. Su fuente legal
es el artículo 1434 del Código Civil, que expresa: “La acción de reivindicación nace del
dominio que cada uno tiene de cosas particulares, y en virtud de ella, el propietario que ha
perdido la posesión, la reclama y la reivindica, contra aquel que se encuentre en posesión de
ellas”.

La acción reivindicatoria representa un instrumento de protección frente a terceros que se


encuentran en posesión del bien contra la voluntad del titular del dominio y tiene un doble
objetivo: por un lado, la declaración del dominio y, por el otro, la recuperación de la posesión.

La reivindicatoria debe dirigirse contra la persona que tenga la posesión de una cosa sin
ostentar ningún derecho que le faculte para la posesión, o bien un derecho de menor entidad
que el del reivindicante. Asimismo, la posesión del demandado debe ser actual e indebida.

Por otro lado, ha de darse perfecta identidad entre el bien que se pretende adquirir por
prescripción y el que sea objeto del título.

ILUSTRACIÓN LEGAL

La naturaleza jurídica de la acción reivindicatoria la podemos ilustrar con las siguientes


disposiciones civiles:

Arto. 1434.- La acción de reivindicación nace del dominio que cada uno tiene de cosas
particulares, y en virtud de ella, el propietario que ha perdido la posesión, la reclama y la
reivindica, contra aquel que se encuentre en posesión de ellas.

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Arto. 1447.- La acción reivindicatoria puede ser ejercida contra el poseedor de la cosa, por
todos los que tengan sobre ésta un derecho real perfecto o imperfecto como el del mero
tenedor y otros semejantes.

Arto. 1451.- Si la cosa fuere inmueble compete la acción contra el actual poseedor que la
hubo por despojo contra el reivindicante.

Arto. 1452.- Compete también contra el actual poseedor de buena fe que por cualquier título
la hubiere obtenido de un enajenante de mala fe, o de un sucesor obligado a restituirla al
reivindicante, come el Comodatario.

Arto. 1457.- La reivindicación puede dirigirse contra el que posee a nombre de otro. Este no
está obligado a responder a la acción, si declara el nombre y la residencia de la persona a
cuyo nombre la tiene. Desde que así lo haga, la acción debe dirigirse contra el verdadero
poseedor de la cosa.

Arto. 1463.- El que ejerce la acción reivindicatoria, durante el juicio, impedir que el poseedor
haga deterioros en la cosa que se reivindica.
Arto. 1464.- Si el título del reivindicante que probare su derecho a poseer la cosa, fuere
posterior a la posesión que tiene el demandado, aunque éste no presente título ninguno, no es
suficiente para fundar la demanda.

Si presentare títulos de propiedad anteriores a la posesión y el demandado no presentare


título alguno, se presume que el autor del título es el poseedor y propietario de la heredad que
se reivindica.

Arto. 1465.- Cuando el reivindicante y el poseedor contra quien se da la acción, presentaren


cada uno títulos de propiedad dados por la misma persona, el primero que tenga la posesión
inscrita de la heredad que se reivindica, se reputa ser el propietario.
Si se trata de cosas muebles, será preferido aquel que esté en posesión de la cosa.

Arto. 1466.- Cuando el demandante y el demandado presenten cada uno títulos de


adquisición que ellos hubieren hecho de diferentes personas, sin que se pueda establecer
cuál de ellos era el verdadero propietario, se presume serlo el que tiene la posesión.

Arto. 1749.- Tanto el poseedor de buena fe como el de mala fe tienen derecho a ser
indemnizados de los gastos que hubieren hecho pasa la conservación de la cosa, pero
únicamente el poseedor de buena fe goza del derecho de retención mientras no se le pague.

CARACTERÍSTICAS Y/O REQUISITOS

Tomando en cuenta las prescripciones legales anteriores, para que proceda la acción
reivindicatoria, es necesario asegurarse la concurrencia indispensable de las siguientes
situaciones que caracterizan a esta acción:

1. Que la acción reivindicatoria es una acción real.

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2. que la acción reivindicatoria es una acción petitoria, de modo que el actor tiene la carga de
alegar y probar su carácter de titular del derecho real invocado (en concreto, de la
propiedad).

3. que es una acción imprescriptible, lo que se debe al carácter perpetuo del derecho de
propiedad. En nada contradice lo expuesto el hecho de que la acción reivindicatoria no
proceda contra el tercero que haya usucapido la cosa, ya que entonces no es que haya
operado la prescripción extintiva de la acción reivindicatoria sino que el actor ya no es
propietario de la cosa en virtud de la prescripción adquisitiva operada en favor del
demandado.

4. que es una acción restitutoria en el sentido de que tiene por objeto obtener una sentencia
que condene al reo a devolver una cosa, razón por la cual presupone que el demandado
tenga la cosa en su poder. En este aspecto la reivindicación se diferencia netamente de la
acción de declaración de certeza de la propiedad que sólo persigue la declaración dicha sin
condena de restitución, y que, por lo tanto, puede ser intentada por el propietario que tenga
en ello interés legítimo aun cuando el demandado no tenga la cosa en su poder.

Sin embargo, en un caso excepcional la acción reivindicatoria declarada con lugar puede no
conducir a la restitución de la cosa sino al pago de su valor.

CONDICIONES

Tradicionalmente se afirma que para la procedencia de la reivindicación se requiere que


concurran tres grupos de condiciones o requisitos, unos relativos al actor, otros al demandado
y otros a la cosa.

1. Condiciones relativas al actor (legitimación activa). Desde el Derecho Romano se ha


establecido que la acción reivindicatoria sólo puede ser ejercida por el propietario.
Naturalmente no es necesario demostrar la propiedad antes de intentar la acción; pero es
necesario invocar el carácter de propietario en la demanda y luego demostrarlo en el curso
del proceso.

Si la cosa pertenece a varios dueños, cada comunero puede reivindicar en nombre propio
la cuota que le corresponde.

Las entidades públicas también pueden reivindicar los bienes de su dominio privado.

En cambio, no puede reivindicar quien sólo invoque la condición de poseedor o de acreedor


de una obligación personal de restitución.

2. Condiciones relativas al demandado (legitimación pasiva). La reivindicación sólo puede


intentarse contra el poseedor o detentador actual de la cosa, lo que no es sino
consecuencia lógica de que la acción tiene carácter restitutorio y de que mal podría restituir
quien no tiene la cosa en su poder a título de poseedor o detentador.

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Sin embargo, debe tenerse en cuenta que si el poseedor o detentador después de la
demanda ha dejado de poseer la cosa por hecho propio (por ej.: haberla enajenado), está
obligado a recobrarla a su costa por cuenta del demandante; pero que si así no lo hiciere,
deberá pagar su valor, sin perjuicio de la opción que tiene el demandante de intentar su
acción contra el nuevo poseedor o detentador. Como se observa en el caso de que el
demandado satisfaga el valor de la cosa, por excepción, la reivindicación se transforma en
una acción de resarcimiento.

3. Indicciones relativas a la cosa. En esta materia cabe señalar que:


- Se requiere la identidad entre la cosa cuya propiedad invoca el actor y la que posee o
detenta el demandado.
- No pueden reivindicarse las cosas genéricas, lo cual no es sino la simple consecuencia,
de que no existe propiedad de cosas genéricas de modo que el demandante carecería
de legitimación activa.
- Las cosas particulares de que se tiene dominio, sean muebles o raíces, pueden ser
objeto de la acción de reivindicación y lo mismo las cosas que por su carácter
representativo se consideran como muebles o inmuebles.

PRUEBAS A CARGO DEL ACTOR

El actor tiene la carga de probar que es el propietario de la cosa que reivindica, que el
demandado la posee o detenta y la “identidad de la cosa”..

1. En puridad de rigor, el demandante debe demostrar que es el propietario de la cosa.


- A tal efecto su situación varía según que haya adquirido de modo originario o
derivativo, porque en el primer caso sólo tiene que probar el hecho generador de la
adquisición (por ej.: la usucapión), mientras que en la segunda hipótesis, además de
probar su propia adquisición, tiene que justificar los derechos de su causante y en su
caso de toda la cadena de causantes anteriores porque nadie puede transmitir más
derechos de los que tiene. Por su dificultad esta prueba ha sido calificada de probatio
diabólica. En la práctica, cuando es posible, se obvia la dificultad invocando a todo
evento la usucapión. La doctrina en Francia e Italia llega a sostener que al actor le
basta probar que tiene un derecho mejor y más probable que el derecho del
demandado. Este criterio ha sido acogido por nuestra jurisprudencia.
- En todo caso, el actor puede hacer libremente la prueba de su propiedad, No está
limitado a la prueba escrita sino que puede recurrir a cualquier prueba legal incluso a
las presunciones hominis.
- A propósito de la prueba de que tratamos pueden presentarse las siguientes
situaciones:
a. Que ninguna de las partes presente títulos de propiedad (hechos o documentos
que demuestren la propiedad), caso en el cual la demanda debe ser declarada sin
lugar tanto por no haber hecho el actor la prueba que le exige la ley como por
aplicación del principio de que en igualdad de condiciones es mejor la situación de
quien posee.

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b. Que sólo presente títulos el reivindicante, caso en el cual la decisión debe
favorecerle a condición de que sus títulos prueben su propiedad, o, al menos, que
tiene un derecho mejor y más probable que el demandado.
c. Que ambas partes presenten títulos. Cuando éstos son derivativos deben
distinguirse a su vez dos situaciones en materia de inmuebles:
- Si los títulos proceden del mismo causante, priva el que fue registrado primero
si se trata de un acto entre vivos y el último válido si se trata de testamentos.
- Si los títulos provienen de distintos causantes, la situación debe favorecer al
actor si sus títulos prueban su derecho de propiedad o, al menos, que tiene un
derecho mejor y más probable que el reo; caso contrario, la sentencia debe
favorecer al demandado.

2. Al actor incumbe probar también que el demandado es el poseedor o detentador de la cosa


que reivindica para lo cual también puede hacer uso de cualquiera de los medios de prueba
previstos porla Ley.

Sin embargo, en su caso, puede probar que el reo dejó de poseer o detentar la cosa por
hecho propio después de la demanda judicial porque en tal hipótesis el demandado está
obligado a adquirir la cosa por cuenta del demandante o a abonarle su valor. Naturalmente
en orden a esta última eventualidad el actor en ese caso tiene la carga de la prueba del
valor de la cosa.

3. Aun cuando está implícita en las pruebas anteriores la doctrina destaca que el demandante
debe probar la identidad de la cosa en el sentido de que la cosa cuya propiedad alega es la
misma que posee o detenta el reo.

EXCEPCIONES QUE PUEDE OPONER EL DEMANDADO

1. El demandado puede desde luego oponer las excepciones de rito: contradecir la propiedad
que invoca el actor, probar que él no es poseedor o detentador de la cosa o que ésta no es
la misma que pertenece al demandante.

2. Además, el reo puede, en su caso, oponer excepciones de mérito tales como:

a. Que tiene frente al actor un derecho a poseer o detentar la cosa.

b. Que el actor está obligado a garantizarle la posesión pacífica de la cosa. Esta sería la
excepción procedente si, por ejemplo, una persona ha vendido a otra una cosa que en
ese momento no le pertenecía, luego la adquiriese y posteriormente pretendiera
reivindicarla de aquella persona a quien se la había vendido.

c. Que la acción reivindicatoria ha prescrito si se trata de los casos en que


excepcionalmente prescribe la acción.

d. Según algunos autores, que en el caso de reivindicación de muebles, es un tercero


poseedor de buena fe, lo que en realidad es una excepción de rito.

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EFECTOS DE LA ACCIÓN REIVINDICATORIA

Si la acción es declarada con lugar, la consecuencia fundamental de la reivindicación es que


el demandado queda condenado a restituir la cosa con todos sus accesorios.

Puede ocurrir además que la sentencia establezca obligaciones de restituir frutos o productos,
de reembolsar gastos necesarios o de indemnizar mejoras, todo conforme a las reglas
estudiadas con motivo de la posesión.

SOBRE LA PRESCRIPTIBILIDAD DE LA ACCIÓN REIVINDICATORIA

Como resultado de ciertos aspectos técnicos del Derecho procesal romano y la propia
evolución histórica del derecho de prescripción en el Derecho romano, los juristas romanos
consideraron la prescripción extintiva como una forma especial de prescripción adquisitiva.
Esta confusión todavía está presente en el Derecho privado europeo, especialmente en el
Derecho alemán.

En el Derecho alemán, la acción reivindicatoria prescribe a los 30 años, de acuerdo con el §


197 BGB (que en este punto no ha sido modificado por la última reforma del Derecho de
obligaciones). Cuando la acción reivindicatoria ha prescrito por el transcurso de los 30 años, el
poseedor de mala fe adquiere una excepción (Einrede) que es considerada como un derecho,
que se transmite a los herederos del poseedor, pero no a un tercero que, por ejemplo, le ha
robado el bien. Este dominium sine re ha sido considerado en la literatura alemana como una
curiosidad o una desviación simpática del sistema o como una situación insostenible.

El Código Civil italiano de 1942, en su art. 948.3, declara la imprescriptibilidad de la acción


reivindicatoria, a salvo de los efectos de la usucapión de otro.

El Código Civil holandés establece que la persona que esté en posesión de la propiedad en
el momento de la prescripción de la acción cuando complete el plazo adquirirá la propiedad,
aunque no sea de buena fe. Este plazo viene fijado en el art. 3:306 en 20 años.

En el Derecho francés, la reivindicatio no prescribe si no se ha consumado la adquisición a


favor de un tercero, ya que el derecho de propiedad es un derecho perpetuo, no existe el
derecho de propiedad sin posibilidad de reivindicar. Es posible la prescripción adquisitiva de
bienes inmuebles, pero para ello se requiere la posesión pública y pacífica.

El Derecho inglés no admite la prescripción adquisitiva, ni respecto de los muebles ni de los


inmuebles. Ello es debido a que el Derecho inglés no protege el derecho absoluto de
propiedad tanto como el mejor derecho a poseer. En este Derecho, cuando el dueño pierde su
acción mediante la prescripción extintiva (12 años para los bienes inmuebles, de acuerdo con
la Land Registration Act 2002), el poseedor (adverse possessor) tiene un mejor derecho (el
adverse possessor es una figura similar al poseedor en concepto de dueño). No se trata de
prescripción adquisitiva, pero el resultado es similar.

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En la doctrina española es polémica la cuestión acerca de si la acción reivindicatoria es o no
imprescriptible autónomamente. Algunos autores (ALBALADEJO, YZQUIERDO TOLSADA)
sostienen que es posible que se extinga la acción reivindicatoria sin que haya sido consumada
usucapión alguna por parte del opositor. Mientras que, contrariamente, otra posición doctrinal
(DÍEZ-PICAZO, MONTÉS PENADÉS, DE PABLO CONTRERAS) aboga por la correlación y
simultaneidad entre usucapión extraordinaria y prescripción (extintiva) de la acción.

Ambas tesis coinciden, no obstante, en que la acción reivindicatoria prescribe, tomando como
base la redacción del art. 1963 CC en el sentido de que todas las acciones reales prescriben.
Al menos así lo defiende DE PABLO CONTRERAS que, en lo que disiente de la tesis de
prescripción autónoma de la acción reivindicatoria, no es que ésta no deba prescribir, sino que
para ello es preciso que al mismo tiempo se haya consumado la usucapión. Nicaragua sigue
la misma tesis de la prescripción adquisitiva por el lapso de treinta años.

JURISPRUDENCIA NACIONAL

La jurisprudencia nacional mantiene invariablemente que es indispensable que el actor


justifique su dominio y la identidad de la cosa a que esta se contrae; así mismo sostiene
nuestra Excelentísima Corte Suprema de Justicia que:

NO HA LUGAR a la reivindicación si el actor no prueba la identidad (B.J. 5243);

NO HA LUGAR a la reivindicación si no se prueba la ubicación del terreno, ni su extensión, ni


la circunstancia de estar comprendido dentro del título del actor (B.J. 12917).

NO HA LUGAR a la reivindicación si el título del actor no comprende el terreno reivindicado


(B.J. 15005). La Corte Suprema de Justicia ha sostenido que la identidad debe demostrarse
mediante la prueba de inspección pericial (B.J. 16041)

HA LUGAR a la reivindicación si la posesión del demandado es posterior a la adquisición del


dominio por el demandante (S. 11.am. 17de Noviembre de 1914. B.J. 597. Cons II).

NO HA LUGAR a la reivindicación si el actor solo presentó un título con menos de diez años
de inscrito y el reo demostró una posesión anterior (S. 11.am. 19 de octubre de 1915. B.J.
789).

La prueba por excelencia de la actio reivindicatio es la prueba diabólica, prueba mediante la


cual el que pretende reivindicar, debe comprobar no solo que es dueño, sino además que sus
antecesores tenían el dominio y el derecho de transmitirlo (B.J.1925, Pag5271, Cons. II y B.J.
1950, Pag 15005, Cons. I

CONCLUSIÓN
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De acuerdo con nuestra legislación civil sustantiva, la jurisprudencia nacional y el derecho
comparado, a cinco se resumen los requisitos y/o condiciones comunes que se requieren
para que proceda la acción reivindicatoria:

1. Que el reivindicante posea título de dominio sobre el bien que pretende reivindicar (bajo
prueba diabólica).

2. Que haya estado en la posesión.

3. Que haya sido despojado de la posesión.

4. Que el demandado sea el actual poseedor.

5. Que pruebe la identidad de la cosa.

6. Que su título de dominio sea anterior a la posesión del demandado.

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