Sacrificio y Antropofagia PDF

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Pablo Escalante Gonzalbo / Rodrigo Martínez Baracs

Cartas cruzadas

Sacrif icio y antropofagia


El debate sobre los sacrificios humanos en la cultura mesoamericana, particular-
mente entre los mexicas, es impostergable. Aquí Escalante Gonzalbo, experto
en el orbe prehispánico, y Martínez Baracs, especialista en el mundo indígena
tras la Conquista, intercambian cartas para sentar las bases de esa discusión.
Querido Pablo: Paz en 1986 en sus muy informadas y lucidísimas “Reflexiones
Horst Kurnitzky ha mostrado que el Estado mexicano de un intruso” (reseña de The Blood of Kings de Linda Schele y
surgido de la Revolución de Independencia, primero, y Mary Ellen Miller; Obras completas, t. vii, pp. 132-145), vinculando
de la Revolución mexicana, después, fundamentó parte de la cuestión del “encuentro de dos mundos”, del tardío pobla-
su legitimidad en una “mexicanidad” proveniente de un miento de América, hace algunas pocas decenas de miles años, y
supuesto México prehispánico, lo cual ha impedido estudiar del subsiguiente aislamiento de la población del Nuevo Mundo
de manera consecuente el mundo prehispánico e indígena. respecto a la del Viejo, hasta 1492. Durante este aislamiento se
Los indios se volvieron un sitio “impensable” de la realidad produjo un desfase tecnológico y bacteriológico que resultó
mexicana, de la memoria mexicana, inaccesible a la racio- determinante en la conquista española. Tal vez esta peculiari-
nalidad. Uno de los temas así oscurecidos ha sido el de los dad del desarrollo americano sea el ámbito en el que se pueda
sacrificios humanos y la antropofagia, que se niegan, olvi- entender la práctica sistemática del sacrificio humano.
dan o minimizan, se exaltan o normalizan acudiendo a las Debe reconocerse que aún no tenemos respuestas probadas
buenas razones y a los sistemas religiosos que se dieron o aceptables y que debemos ensayar varias posibles causas que
las sociedades que los practicaban, o se relativizan remitien- pudieron coincidir de manera diferencial. En primer lugar,
do a otras sociedades que practicaban sacrificios. debe recordarse que el tardío poblamiento humano de América
Habría que reconocer, en primer lugar, que la práctica de los por el estrecho de Bering explica que la agricultura haya comen-
sacrificios humanos, muchas veces asociada a la antropofagia, zado en el Nuevo Mundo miles de años después que en el Viejo
estuvo presente no sólo entre los mexicas, o en Mesoamérica, y que también las grandes civilizaciones (Mesoamérica y los
incluyendo los mayas, sino que existió en casi todos los pueblos Andes) comenzaran aquí miles de años después. Esto permite
americanos, desde los esquimales en el norte hasta los arauca- entender por qué los sacrificios humanos seguían existiendo en
nos en el sur. Sabemos también que la práctica existió desde América en una época en la que ya habían sido abandonados
la época de los cazadores recolectores, y puede suponerse que en el Viejo Mundo, aunque sustituidos por la ferocidad polí-
se intensificó con la agricultura y la preocupación por la fertili- tica y judicial de las formaciones estatales y por la presencia
dad de la tierra, y aún más con la aparición de las formaciones omnipresente de las guerras.
estatales, con las ciudades, con la civilización, y aún más con Pero todavía falta explicar por qué fue tan sistemática la
su creciente militarización, hasta llegar a la extrañamente fácil práctica de los sacrificios en toda la historia americana. Una
conquista española. clave puede ser no tanto la inferioridad tecnológica del Nuevo
Si bien se registran los sacrificios humanos y la antropo- Mundo como la peculiaridad cualitativa de su desarrollo tec-
fagia en muchas sociedades del Viejo Mundo (Europa, Asia nológico, que privilegiaba el trabajo colectivo, las grandes
y África), su práctica más sistemática parece haber sucedido obras públicas, hidráulicas y arquitectónicas, y que exigía la
durante la época de las primeras civilizaciones, después de subordinación del individuo a la colectividad, la disposición
lo cual declinó y ha tendido a aislarse y a verse como algo de los individuos a sacrificarse por el grupo. Varios autores han
reprobable y castigable. Pero en América los sacrificios conti- señalado el bajo sentido de individualidad de los indios, que
nuaron hasta que llegaron los conquistadores españoles, que vino a trastocar la conquista con el cristianismo y las relaciones
se horrorizaron. mercantiles. Para explicar esta subordinación del individuo
Si la práctica sistemática de los sacrificios ha sido particu- al grupo se ha apelado a una organización socioeconómica
larmente intensa y generalizada en el tiempo y el espacio en comunitaria, a un fuerte sentimiento religioso, a una peculiar
América, la cuestión se puede formular, como lo hizo Octavio constitución mental o aun cerebral, pero ninguna explicación

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parece suficiente. Tal vez más bien habría que destacar el papel sapiens sapiens con la desaparecida subespecie Neanderthalensis.
de las formaciones estatales teocráticas y militaristas en la crea- Se han discutido varias hipótesis sobre la desaparición de los
ción de esta integración del individuo a la colectividad, a través neandertales y parece predominar la razón de que no se pudie-
del control del calendario, de la escritura, de la educación, de ron adaptar a los cambios climáticos, pero no se han podido
la propaganda y de las ceremonias. Los sacrificios humanos, desechar las posibilidades de un mestizaje y de un genocidio,
ligados a la antropofagia y la tortura, pueden ser considerados con antropofagia masiva, practicados por nuestros antepasa-
como una forma de terrorismo estatal. Y de manera más pecu- dos. No sabemos de qué manera el primer poblamiento de
liar, las grandes ceremonias en las grandes plazas frente a las América incidió sobre este proceso, y si desde entonces nació,
pirámides, en las que se practicaba el ayuno, el autosacrificio y de diferentes maneras en ambos mundos, la afición humana
el consumo de drogas (o de “enteógenos”, como decía Gordon por la antropofagia. Aclaro que no es que yo crea en esta posible
Wasson), en las que se bailaba y cantaba durante horas, y se causa de la intensa práctica de la antropofagia en América, pero
presenciaban sacrificios sangrientos y representaciones ritua- por el solo hecho de poder ser formulada, los historiadores nos
les-teatrales, con los sacerdotes ataviados como dioses (tal tenemos que hacer cargo de investigar esta posibilidad, para
como eran representados en múltiples imágenes), ciertamente aceptarla, rechazarla o completarla.
estas ceremonias fueron alterando las mentes de la gente. Un – Rodrigo Martínez Baracs
resultado fue que los dioses, sus historias y sus exigencias fueron
interiorizados por la mente. Pero esta interiorización de los
mandatos de los dioses y de los sacerdotes no parece suficiente Querido Rodrigo:
para explicar el que una madre esté dispuesta a entregar a un Coincido contigo en que existe una disposición muy arrai-
hijo o una hija para ser sacrificada en los cerros a los dioses de gada en nosotros a vetar los intentos de racionalizar a los
la lluvia, ¿o sí? indios como sujetos históricos. Podemos estudiar las “culturas”,
Otras posibles causas deben ser consideradas. Una de ellas redondear algunos datos sobre los “imperios”; es aceptable
es que la agricultura se desarrolló en el Nuevo Mundo sin incluso especular sobre los lazos entre las “etnias” de hoy y
ganadería, lo cual habría generado una escasez de proteínas que las culturas arqueológicas de ayer, pero la historia de la etapa
favoreció el sacrificio y la antropofagia. Michael Harner calculó indígena rara vez se mira como historia. O más exactamente,
un promedio de 250,000 seres humanos sacrificados cada año rara vez los hombres y mujeres del pasado prehispánico y de
en el México central. Si aceptamos, por comodidad, la cifra las sociedades indias supervivientes son vistos como hombres
de la población de 25 millones que dieron Sherburne F. Cook y mujeres similares a los de otras etapas históricas. Los indios
y Woodrow Borah para 1519, en términos muy aproximados deben ser, según el prejuicio de distancia con que se les abor-
tendríamos que una de cada cien personas era sacrificada al da, diferentes al resto de los seres humanos de la historia de
año. La proporción varía si se considera que la mayor parte México: más místicos, o más conscientes del medio ambiente,
de los sacrificados pertenecía al estrato superior, noble, de más valientes, más bárbaros. Pero lo cierto es que sus prácticas
la sociedad. Son muchos los sacrificados, pero no suficientes se explican en relación con la identidad preconcebida que
como para darle una importancia muy grande a la explicación les atribuimos. La historia indígena necesita ser justificada;
proteínica de la antropofagia ritual. y el apremio por hacerlo nos quita objetividad y detalle. Sin
Otra causa puede ser la mencionada diferencia epidemio- duda esto afecta, específicamente, a la explicación del sacrificio
lógica del Nuevo Mundo, que provocó en el siglo que siguió humano, también de la antropofagia.
a la conquista española una mortandad indígena de cerca del Un primer punto en el que estoy de acuerdo contigo, y con
95%, debido a la ausencia de anticuerpos contra las enfermeda- otros autores invitados para este número de Letras Libres, es en el
des infecciosas traídas por los conquistadores. La ausencia de de la importancia de reconocer el sacrificio humano como una
grandes epidemias en la época prehispánica ciertamente debió práctica universal, que aparece en diferentes momentos de la
aumentar la importancia de los sacrificios y de las guerras como historia humana. Parece ser un rasgo propio de sociedades en
medio de control cuantitativo de la población. Pero, otra vez, las cuales el valor del individuo frente a la comunidad es muy
la cuestión está en cómo hacerse una idea de la importancia pequeño; y las exigencias de la comunidad son, literalmente,
relativa de esta posible explicación. voraces. Pero inmediatamente, como lo haces tú mismo, parece
Me doy cuenta de que la mayoría de las posibles causas inevitable abordar el caso específico de América: la eviden-
concomitantes que he mencionado puede vincularse a los cia disponible –testimonios materiales y escritos– indica que
siglos anteriores a la conquista española. Puesto a buscar causas en América la práctica de los sacrificios humanos fue más
remotas, hay una que me parece que debe ser considerada, frecuente, más variada, más importante para la cultura. Hay
y aquí me permito citar, Pablo, tu ensayo sobre “El México cierto alarde del sacrificio, lo mismo entre los mochicas de los
antiguo” de la Nueva historia mínima de México, de 2004. Allí Andes que entre los tupíes del Paraná. En Mesoamérica el
escribes que durante el primer poblamiento de América toda- sacrificio está presente en muy importantes espacios públicos,
vía no concluía la coexistencia de nuestros antepasados Homo pero además se lo representa con frecuencia, y algunos de

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Pablo Escalante Gonzalbo / Rodrigo Martínez Baracs

los aditamentos y despojos relacionados con el sacrificio se del goteo sagrado con funciones de fertilización, noción que
exhiben en lugares muy visibles: el guerrero cuelga en su casa daría sustento al rociamiento de sangre que se produce tras
los fémures de quienes han sido sus víctimas en la guerra, así varios tipos de sacrificio. Esta expresión, la sangre que se rocía
como la ciudad exhibe las cabezas de esos mismos prisioneros o llueve, es muy importante en la pintura de Teotihuacán, y
en la plaza central. Las partes del cuerpo cercenadas, la sangre aparentemente en Cacaxtla.
que fluye de las heridas y los corazones... toda esta violencia Me llama la atención que menciones la ausencia del ganado.
es tratada con cierta belleza en bajorrelieves, murales, vasijas. Creo que es un asunto que se debe tener muy presente cuando
Los ritos de sangre tienen un lugar importante en la plástica se ponderan las diferencias entre los desarrollos continentales.
mesoamericana. Influye muchísimo en el medio ambiente, en la salud, en la
Sin duda, uno de los desafíos más grandes para la ima- propagación de epidemias, en la tecnología; así que no es sólo
ginación histórica es la explicación de las diferencias que se la curiosidad de si había o no había vacas: estamos hablando
producen entre desarrollos que podrían ser similares. Si la de sistemas totalmente distintos. Pero me llama la atención
historia está transcurriendo, por así decirlo, simultáneamente que lo menciones porque la ausencia del ganado es una de las
en el continente euroasiático-africano y en América, por qué cosas que había yo meditado, a propósito del sacrificio, sólo que
produce resultados tan distintos en ambas áreas; por qué, por pensándolo de otra forma. En muchas sociedades, por lo menos
ejemplo, el sacrificio humano se vuelve más importante de de Asia y Europa, se practicó el sacrificio ritual del ganado: se
este lado del Atlántico. Coincido contigo en la importancia sacrificaron corderos, cabras, toros, bueyes... Es interesante que
que pueden haber tenido algunos factores tecnológicos. Ante en los Andes, única región de América en la que había una
la ausencia de norias y bombas, de poleas y carretas, de hie- modalidad de ganadería, los sacrificios de llamas fueron fre-
rro, de arados, de bestias que proporcionaran fuerza motriz y cuentes, y probablemente más importantes que los sacrificios
abono, la agricultura mesoamericana cifró su productividad humanos mismos en la etapa incaica. Posiblemente, si hubiera
en la aplicación de grandes cantidades de fuerza de trabajo habido ganados en Mesoamérica, se habrían sacrificado cabras
organizada en cuadrillas: era el trabajo colectivo, provisto por o bueyes, y un menor número de hombres.
los barrios, el que aseguraba la productividad. Además, los No veo sustento suficiente a la hipótesis de la deficiencia
reinos mesoamericanos nunca llegaron a disolver los lazos proteínica porque parece que los gusanos y las culebras, los
gentilicios de las parcialidades o clanes que los constituían. conejos, las algas, muchos pescados y otros productos vege-
Todo ello reforzó un orden fuertemente colectivista. tales y animales que los indios recolectaban y consumían los
Los estados mesoamericanos no podían proveer de nove- alimentaban adecuadamente, complementaban bien su dieta
dades tecnológicas a la población porque tales novedades no agrícola. Pero el hecho de que no pueda explicarse el frenesí
existían. E incluso el comercio funcionaba con cierta auto- en la práctica sacrificial de algunos periodos por una necesidad
nomía, gracias a las tribus de mercaderes como los acxotecas, urgente de proteínas, no obsta para reconocer que el sacrifi-
los pochtecas y otros. A lo sumo, la urbanización del espacio cio derivó en un asunto culinario. Comer carne humana en
auspiciada por el poder político mejoraba las condiciones México-Tenochtitlán debe haber sido bastante común, bas-
de producción artesanal y de comercio. Pero lo mejor que tante frecuente para muchas familias. Cuando los guerreros
los estados mesoamericanos podían ofrecer a la población, del ejército mexica intercambiaban gritos con sus adversarios
a través de sus reyes, era la mediación en la relación con lo durante la batalla, les decían: “Nuestras mujeres los cocinarán
sobrenatural. Administraban la vida religiosa. Los monarcas con chile.” Advertían a sus enemigos que se los iban a comer,
mesoamericanos y sus sacerdotes eran capaces de convertir y además con chile, guisados sabrosamente. Allí está una vez
el esfuerzo colectivo en templos tan extraordinarios como la más el alarde del sacrificio. Nada más lejos de una práctica
pirámide del Sol en Teotihuacán,* y en festejos que permitían vergonzante.
a los hombres actuar con reciprocidad hacia los dioses. – Pablo Escalante Gonzalbo
Cabe pensar en otros factores que quizá matizaban y refor-
zaban la persistencia del sacrificio. La práctica de la agricultura
de roza –que implica cortar y quemar la vegetación seca cuando Querido Pablo:
se prepara el terreno para una nueva siembra– parece haber Sí, es cierto que los indios han tendido a ser vistos como “dife-
motivado el desarrollo de mitos y ritos en los cuales ocurre el rentes al resto de los seres humanos”, como escribes. Esta
arrastramiento de cuerpos o de partes del cuerpo, previo a la separación está presente aun en el medio universitario y se ha
aparición de nuevos brotes. El principio religioso de la muerte expresado, entre otras formas, en la división entre “historia” y
que genera vida estaba muy arraigado. Por otro lado, la fuerte “etnohistoria”, como si la historia de los indios fuera intrínseca-
dependencia de las lluvias para lograr las cosechas, especial- mente diferente a la de los españoles, franceses o chinos. Ahora,
mente en la altiplanicie central, debe haber instalado la noción si se considera que la etnohistoria es una historia con una
* Sobre el criterio de acentuación de los topónimos Teotihuacán y Tenochtitlán, véase la
perspectiva antropológica, no debe olvidarse que Heródoto, el
página 114 de este número. primer gran historiador europeo, hacía historia de los griegos

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y de los “bárbaros” por igual, escribía una historia narrativa y al Estado mismo, le dejas el papel de mediador en la relación
costumbrista, una historia consciente de las limitaciones de de los hombres con “lo sobrenatural”, de administrador de la
las fuentes y de los argumentos. La especificidad de la historia “vida religiosa”, como si esta se pudiera aislar del conjunto de
india de América no es esencial sino histórica, exige la bús- la sociedad. Me parece, más bien, que habría que aceptar el papel
queda de explicaciones históricas. del Estado (de los reinos, ciudades-Estado, señoríos o altépetl, en
En cuanto al esfuerzo por dar cuenta de los sacrificios lengua náhuatl) en la organización toda de la reproducción de
humanos y la antropofagia en México y América, coincidimos la sociedad, y que la organización de la vida religiosa juega un
en la aceptación de la excepcional intensidad de los sacrificios papel esencial en la organización productiva de la sociedad, en
en América y, por lo tanto, en la necesidad de buscar una expli- su reproducción toda. Piensa en el control estatal del complejo
cación, o conjunto de posibles explicaciones, que involucre a y esotérico sistema calendárico (en el que el calendario solar de
todo el continente americano. Coincidimos en la importancia 365 días se combinaba con el adivinatorio de 260, para dar lugar a
que atribuimos al periodo de miles de años de separación de los “siglos” repetitivos de 52 años), con sus fiestas y sus sacrificios,
América con respecto al resto del mundo, durante el cual se todo íntimamente ligado a los ciclos agrícolas y otras actividades
productivas, que regulaba el ritmo todo de las vidas.
De cualquier manera, coincidimos en que el resultado es un
“Estado voraz” que exige el sacrificio de lo individual a lo colec-
tivo, y que este sacrificio se expresa de manera privilegiada en el
sacrificio humano y la antropofagia. Yo destaco el papel de las
grandes ceremonias rituales que organiza el Estado teocrático
y militarista en la aceptación de la subordinación de los indivi-
duos a los gobernantes, disfrazados de dioses, que se meten en
las cabezas de la gente. Probablemente estás de acuerdo en el
hecho de que las formaciones estatales intensificaron la práctica
del sacrificio. Pero veo en los ejemplos que das que buscas expli-
car la presencia de los sacrificios humanos desde sus orígenes
propiamente agrícolas, con la importancia que atribuyes a la
agricultura de roza y a la dependencia de las lluvias (aunque se
acepte que hubo sacrificios en América antes de la agricultura).
En estas condiciones agrícolas reconoces el “principio religioso
de la muerte que genera vida”. Es posible, pero debe recono-
cerse que las formaciones estatales retomaron e intensificaron
la aplicación de este principio: la muerte que genera vida, la
muerte del individuo en aras de la vida del Estado teocrático
militarista. Esta ideología religiosa, asociada a los sacrificios,
nos debe hacer reflexionar sobre nuestras propias ideologías,
Ilustración: LETRAS LIBRES / Gabriel Gutiérrez

que si bien no aceptan ya los sacrificios humanos como tales, sí


promueven el mismo principio de la muerte para mantener la
vida, de la muerte y el sufrimiento de los individuos en vida en
aras de una verdadera vida después de la muerte.
Me parece muy importante que enfatices que en América
se hacía “alarde” del sacrificio y que se representaba “con cierta
belleza”, y que además la carne humana se cocinaba sabroso.
El sacrificio, por lo mismo, era tanto un valor ético como esté-
tico y aun culinario. Aceptemos que esta ética y estética de la
produjo un desfase tecnológico y, más aún, una especificidad muerte tienen antecedentes propiamente agrarios, pero que se
cualitativa de la tecnología americana, cuya productividad intensificaron con el desarrollo de las sociedades teocráticas y
depende de “la aplicación de grandes cantidades de fuerza de militaristas. Esto nos debe llevar a cuestionar nuestra propia
trabajo organizada en cuadrillas”. ética y estética de la muerte, valores y sensaciones íntimas que
Sobre este punto quisiera introducir un matiz: haces depen- no sabemos ver en nosotros mismos y que nos llevan a otras
der ese trabajo colectivo de los barrios, parcialidades y clanes que formas de sacrificio de nuestras vidas, como el “amor cortés”,
las formaciones estatales no han disuelto. También aceptas que la que se paga con la muerte de los amantes, y el “ser para la
urbanización misma, auspiciada por el Estado, pudo aumentar muerte” heideggeriano.
la productividad de los artesanos y comerciantes. Pero en cuanto Me parecen de muy grande interés tus reflexiones sobre

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la ausencia de ganado mayor y menor en América (salvo las la vida económica de las comunidades. La sola convocatoria a
llamas en los Andes). Es cierto que la falta de proteínas no se construir pirámides es un acto de una trascendencia económica
puede aceptar como explicación única o central de la antro- indudable. Lo que me gustaría subrayar, sin embargo, es que
pofagia ritual en América, pero tengo la impresión de que el prestigio religioso de los reyes era, seguramente, uno de
de cualquier manera debe intentarse valorar su incidencia, sus mejores argumentos para gobernar. La obediencia a los
sobre todo si se tiene en cuenta que la gran mayoría de los reyes, de Teotihuacán, Cholula o Tikal, era, seguramente, una
consumidores de carne humana pertenecían a la clase alta o obediencia sagrada.
noble de la sociedad, que era también la clase militar y víctima Es cierto, encuentro en la agricultura de roza, en la
privilegiada de los sacrificios. (Los nobles no vivían de comerse dependencia del régimen de lluvias y en la ausencia de
a los macehuales...) ganado y pastoreo posibles explicaciones para la intensidad
Pero me parece muy importante la relevancia que le conce- con que se practicó el sacrificio humano en algunas partes de
des a la ausencia de ganado en la conformación cualitativa del América y en especial en México. Ahora bien, la práctica del
sistema tecnológico y social todo del mundo americano pre- sacrificio y la antropofagia, ¿creció o disminuyó conforme
hispánico, y particularmente en lo tocante al sacrificio humano se transitaba del orden tribal al orden político? Hay casos,
mismo, pues encuentras que tanto en el Viejo Mundo como en como el de los pueblos tupíes de Sudamérica, en los que
el Nuevo, donde había ganado, había más sacrificio de ganado sociedades tribales practicaron el sacrificio y el canibalismo
y menos sacrificio de seres humanos. de manera sistemática hasta la época de la conquista euro-
Habría que agregar que varios autores han formulado la pea. En Mesoamérica el despliegue de la civilización, o el
hipótesis de que la ausencia de ganado pueda estar vinculada progreso de las ciudades y de los órdenes políticos, lejos de
con la ausencia en América de muchas de las enfermedades mitigar, fortaleció –o al menos oficializó– la práctica del
infecciosas del Viejo Mundo, que se desarrollaron allí debido sacrificio, tal como tú lo sugieres. Pensemos, por ejemplo,
a la convivencia de los hombres con los animales. Esta ausencia en el valle de Oaxaca de los últimos quinientos años antes
de enfermedades infecciosas en América, y de los anticuerpos de nuestra era: la consolidación de un poder político cen-
contra ellas, fue el factor decisivo de la catástrofe demográfica tralizado vino acompañada de guerras, cuyos sacrificios,
americana de los siglos xvi y xvii, pero también fue uno de los evisceraciones y decapitaciones quedaron registrados en las
factores que incidieron en la reproducción social americana piedras de San José Mogote, de Dainzú y Macuilxóchitl, y
prehispánica, donde tal vez la ausencia de epidemias le dio del propio Monte Albán. También la etapa fundacional de
mayor importancia a las guerras y los sacrificios en la regulación Teotihuacán se acompañó de numerosos sacrificios; hace
demográfica de las sociedades. mucho que se conocen los de la pirámide del Sol, y hace algo
Finalmente, para regresar al tema del peculiar sistema menos que se han estudiado los de la pirámide de la Luna
tecnológico social que se desarrolló en América, quisiera men- y el templo de Quetzalcóatl.
cionar la ausencia aquí de una escritura propiamente fonética Pero además, cuando pasa la etapa teotihuacana, las gue-
capaz de transmitir todos los matices de la palabra hablada. rras se agudizan y la práctica del sacrificio también. Más
Su ausencia reforzó el saber transmitido por la oralidad, cuyo decapitaciones, más representaciones de huesos e individuos
énfasis está en la conservación, en el mantenimiento de los descarnados; más y más detalladas escenas sacrificiales, ya en
saberes y las memorias que se van acumulando con el paso Cacaxtla, ya en Tajín (ambos con un apogeo entre el 600 y
de las generaciones. La escritura fonética permite conservar el 900). Entre los rasgos sobresalientes de Tula (900-1200)
estos saberes y al mismo tiempo enriquecerlos, cuestionarlos, se encuentran la escultura del chacmool –que representa a
desarrollarlos, crear saberes nuevos a partir de los antiguos. La un sacerdote sacrificador con un plato de ofrendas en su
escritura ideográfica y la oralidad obligan a enfatizar el mante- pecho– y el tzompantli, un altar de cráneos ensartados. Sobre
nimiento, la repetición del saber antiguo. Esta es una clave del la plataforma más alta de la ciudad, están las esculturas de los
carácter cíclico de la historia americana, enfatizado por Octavio guerreros, gigantescos, ayudando a Quetzalcóatl a sujetar el
Paz en la prevalencia del Dos repetitivo, y de la importancia techo del templo, y en la base de dicha plataforma desfilan
atribuida al sacrificio en el mantenimiento de la vida. jaguares, coyotes y águilas; estas últimas mastican corazones:
– Rodrigo Martínez Baracs son representaciones del sol alimentado por los sacrificios
rituales.
Querido Rodrigo: En resumen, el sacrificio se vuelve más frecuente en el
Me parece correcta tu precisión sobre cómo el control de las Posclásico de lo que había sido antes; aparece ahora clara-
actividades religiosas es necesariamente parte de la interven- mente ligado al militarismo desbocado y también a alegorías
ción estatal en otros aspectos de la vida de los pueblos y barrios reiterativas de la confrontación de las fuerzas opuestas por
sujetos a su poder. En efecto, el manejo del calendario, la orga- medio de pares dialécticos como el águila y el jaguar. Pero
nización de las fiestas “mensuales” y la búsqueda de cautivos hay algo más que no hemos comentado y que rara vez se mira
para el sacrificio son prácticas que inciden profundamente en como un problema que debe ser explicado: entre estados

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contemporáneos, hay algunos más dedicados que otros al Querido Pablo:


sacrificio humano. Así, por ejemplo, en el Posclásico, los Es tremenda y escalofriante la secuencia de casos de socie-
señoríos mixtecos no parecen haber dado al sacrificio ritual dades americanas sacrificiales y antropófagas que recons-
un papel tan importante. Precisamente una de las diferencias truyes, desde los pueblos seminómadas y agrícolas hasta la
entre las cerámicas policromas y los códices de los mixtecos y sistematización y legitimación religiosa de la práctica que se
de los nahuas es el énfasis que estos últimos ponen en temas dio con la aparición del Estado, de la “civilización”, siglos
sacrificiales, mientras los mixtecos prefieren narrar alianzas antes de Cristo, y su intensificación durante el dominio del
políticas y rituales cortesanos. Ambos grupos de obras, cer- “sol azteca”. Y es un alivio encontrar un aparente relaja-
canos en el estilo, difieren en ese sesgo iconográfico. No está miento de la práctica entre los mixtecas tardíos.
ausente el sacrificio en la Mixteca, pero no se lo representa Es particularmente esclarecedora tu referencia a la cre-
tan frecuentemente. ciente participación de los estratos no nobles, de los mace-
En el repertorio nahua, en Tlaxcala, en Tenochtitlán, en huales, en las guerras, uno de cuyos principales objetos era
Cholula, se pinta con gran frecuencia el esqueleto, o bien la captura de guerreros para ser sacrificados y comidos. Me
algunas de sus partes, tibias y cráneos, por ejemplo; y se los parece notable la expresión que usas de “comunión” entre
representa con una convención pictográfica bastante realista, nobles y plebeyos que se daba en las batallas y en las subsi-
que nos permite ver los trozos de carne aún adheridos al hueso. guientes ceremonias seguidas por festines de carne humana
Son frecuentes las representaciones de manos cortadas, junto en los barrios de la ciudad de México y otros señoríos.
a corazones, aunque la práctica de amputar las manos no está Como se ve, muchos, tal vez la mayor parte, de los seres
bien documentada en los textos. Y luego están las imágenes humanos sacrificados a lo largo de la secuencia americana
de grandes ollas de barro por cuyo borde asoman brazos y son enemigos, personas de otras etnias o señoríos capturadas
piernas: se trata de los pozoles de carne humana, esos sí bien en guerras verdaderas o “floridas”. Como lo destaca Inga
descritos en las fuentes. Clendinnen, eran considerados diferentes, distinguibles
Estos pozoles se hacían en grandes banquetes que no pare- aun por marcas físicas y culturales. La gente se debió ir
cen haber sido exclusivos de la nobleza. Es cierto que entre acostumbrando a presenciar sus torturas, sus sacrificios y
los mayas del clásico las víctimas sacrificiales más destacadas a comérselos porque eran otros. Tal vez sentían nuestra
parecen ser los nobles; ellos capturaban o caían prisioneros. misma indiferencia cuando vamos al mercado y vemos los
También los nahuas exaltaban la valentía de los jóvenes nobles pollos desplumados y los grandes trozos de carne de res y de
capaces de tomar prisioneros en la batalla, pero igualmente puerco –aunque, como se ha dicho muchas veces, podemos
podían realizar capturas los plebeyos. De hecho, hay una inte- comernos la carne, pero no somos capaces de asistir a los
resante “comunión” entre nobles y plebeyos en el episodio de sacrificios de los animales en los rastros, salvo en su forma
la antropofagia tal como la practicaban los mexicas. Cuando se ritualizada en las plazas de toros.
arrojaba escaleras abajo el cuerpo del guerrero cuyo corazón Esta indiferencia frente a la muerte de los “otros” es
se había extraído en lo alto de la pirámide, esperaba abajo el notable en las guerras y matanzas de hoy. Recuerdo una
guerrero responsable de la captura. Se arrancaba una pierna película sobre el drama yugoslavo en la que un hombre mata
al cuerpo, ya descoyuntado tras la caída, y esta se reservaba con total indiferencia y abyección a un grupo de mujeres,
para ser guisada en las grandes ollas de palacio; el resto del hombres, niños y ancianos, y momentos después acaricia
cuerpo era entregado al captor, que lo llevaba a su barrio para con naturalidad un gatito. Y la película Apocalypto sobre
ofrecer un gran banquete. Así se consumaba en la realidad los mayas, de Mel Gibson, puede tener todos los defectos e
lo que parecía una bravuconada de los guerreros mexicas, imprecisiones que uno quiera, pero se salva por la verdad
“nuestras mujeres los cocinarán con chile”. Es interesante que transmite de la mirada cruelmente indiferente, ruti-
observar que, mientras en el barrio los parientes y vecinos naria, de los sacerdotes sacrificadores al realizar su tarea
comían ese pozole, lo mismo hacían, con la pierna, los nobles en lo alto de las pirámides que hoy visitamos con alegre
que eran alimentados en palacio. Si, después de una jornada admiración y mística new age.
sacrificial, había, digamos, doscientas casas en las cuales las Pero en la América antigua también se sacrificaba a
familias de los jóvenes valientes celebraban un banquete con personas de la propia comunidad: delincuentes y transgre-
sus allegados, en el palacio había otro gran banquete con sores, niños escogidos recién nacidos por los sacerdotes por
doscientas piernas. las fechas de su nacimiento según el calendario ritual o por
En fin, es por esta razón que cada fémur colgado en la casa los remolinos de su pelo; mujeres y sirvientes que debían
de un hombre que había participado en la guerra equivalía a “acompañar” a sus maridos y señores al más allá; voluntarios
un prisionero, pues el otro fémur pertenecía a palacio, donde espontáneos en los trances de las fiestas, entre otros.
podía ser usado para hacer un güiro, una flauta u otra artesanía Respecto a los delincuentes, debe recordarse que sus
u ofrenda. ejecuciones eran muy abundantes en Europa y fueron un
– Pablo Escalante Gonzalbo espectáculo público muy apreciado por chicos y grandes

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Pablo Escalante Gonzalbo / Rodrigo Martínez Baracs

hasta el siglo xviii y aun después. Pero los sacrificios mexicas esas cabezas... o que ven al valiente guerrero caminar hacia
de niños son más difíciles de asimilar. Eran escogidos recién su barrio cargando el cuerpo decapitado y cojo de su cauti-
nacidos pero eran sacrificados años después, y no queda vo para llevarlo a su mujer que tiene el caldero preparado.
claro quién (sus familias o el Estado) se hacía cargo de ellos Todos ellos.
durante ese tiempo. De cualquier manera, su ejecución Entre otros fantasmas y apariciones, los nahuas creían
generaba grandes llantos, supuestamente buenos para fer- en una criatura que deambulaba por los caminos atemori-
tilizar con lágrimas la tierra y traer lluvias. Es imaginable, zando a la gente, a la cual llamaban “hacha nocturna”. La
o inimaginable, el estado de angustia en que vivían las criatura tenía figura humana, pero carecía de cabeza y tenía
mujeres, para no hablar de las esposas y concubinas de los una abertura en el pecho. Esta creencia nos indica que la
reyes y señores. imagen de los sacrificados (la mayoría por una incisión en
Pese a la indiferencia frente a lo muchas veces repetido, el pecho y buena parte de ellos decapitados) había tenido
los estados teocráticos ciertamente buscaban generar un un impacto profundo en la imaginación colectiva. Era como
efecto, impresionar en las ceremonias a los individuos, tras- si los espectros de las víctimas del sacrificio deambularan
tornarlos, como cuando salían con fuerza y abundancia los por Tenochtitlán y sus alrededores, espantando en plena
chorros de sangre de los pechos de los sacrificados al romper noche.
el afilado y pesado pedernal la aorta y la vena cava. En el ciclo anual de las fiestas religiosas se intercalaban
Y aunque podamos buscar entender las condiciones de episodios chuscos, pequeñas comedias: actores disfraza-
los sacrificios en tiempos pasados, debemos preguntarnos dos de abejorros o escarabajos que se dejaban caer de lo
sobre las condiciones de su resurgimiento en nuestros tiem- alto de las cornisas; comparsas de cómicos que se fingían
pos convulsos y enfermos. Basta recordar la ritualización de enfermos y caminaban tosiendo. Había juegos como aquel
la violación, tortura y asesinato de mujeres en ciudad Juárez, en que los jovencitos correteaban a las muchachas para
o los autosacrificios musulmanes hechos para matar judíos, zumbarles con unos costalillos que iban sacudiendo por
cristianos y musulmanes y obtener un rápido paso al Paraíso. las calles. Parece que en la organización de las fiestas
Hay muchos más casos, y en todos interviene la religión y el públicas estaba contemplado también el alivio, la catarsis
ritual. No sé si nuestra reflexión sobre el pasado pueda servir de risa y tontería para aliviar la tensión de los días más
para entender y remediar en algo nuestro presente. sanguinarios del ciclo.
– Rodrigo Martínez Baracs El temor a los fantasmas y la necesidad, a intervalos, de
la risa dirían que no había tal indiferencia, que los gallardos
guerreros comedores de hombres y los sombríos sacerdotes
Querido Rodrigo: con el pelo pringado de sangre impresionaban a la gente.
Al referirte, en tu último correo, a la aparición del Estado Que la sangre salpicada producía zozobra, quizás histeria.
y de la civilización en Mesoamérica, entrecomillas la pala- Nos quedamos con muchas dudas sobre el sentido, el
bra “civilización”; la palabra Estado, no. ¿Tenemos dudas impacto, el dolor, la necesidad de los antiguos sacrificios
sobre el uso del concepto de civilización para caracterizar la humanos. Pero tomamos un respiro: han pasado cientos de
suma de los procesos históricos de Mesoamérica y los tipos años. Ya no nos comemos los unos a los otros, ya no ponemos
de sociedad que dichos procesos generaron? Nos faltaría en picas las cabezas de los enemigos, ya no asesinamos para
espacio ahora para discutirlo pero... ¿Podemos hablar de satisfacer un procedimiento ritual, y tampoco hacemos del
la civilización mesoamericana en el mismo sentido en que asesinato un espectáculo...
hablamos de la civilización occidental? ¿Hay civilización La verdad, sin embargo, es otra. Es impresionante la
sin los conceptos de persona y de ciudadanía, sin pensa- cantidad de casos denunciados de canibalismo en los últi-
miento especulativo y sin el género de la tragedia? Lo que mos veinte años en el mundo, incluidos algunos en México,
nos importaría ahora, en todo caso, es si esto tiene algo que como el de aquel hombre que fue sorprendido por la policía
ver con el tema del sacrificio humano. La tiranía del Estado mientras asaba en un comal los genitales de su amigo, para
sobre los individuos, la subordinación de los destinos de la comerlos, por cierto, con chile. Las decapitaciones son
gente a la decisión de las curias sacerdotales, ¿son compa- tan frecuentes hoy como en el Posclásico. Si se piensa en
tibles con la idea de la civilización? No lo sé. los últimos veinte años, se encontrarán bastantes casos de
Te haces una pregunta que es inevitable cuando se linchamiento en el país: asesinatos consumados en la plaza
piensa unos minutos en el tema del sacrificio: ¿se habría pública, a la vista de todos, siguiendo, tengo la impresión,
acostumbrado la gente a mirar con indiferencia los cuerpos algunos de los pasos aprendidos en las representaciones de
mutilados, la carne expuesta de los sacrificados? El sacer- la pasión de Cristo. Ha desaparecido la compleja estructu-
dote que mecánicamente da un tajo y saca veinte o treinta ra religiosa que les daba una función y una consecuencia
corazones en un día, o más. El que corta las cabezas, el que sagradas a todos aquellos hechos. ~
las ensarta en el tzompantli. Los miles de mexicas que ven – Pablo Escalante Gonzalbo

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