El Cristiano y Las Mentiras
El Cristiano y Las Mentiras
El Cristiano y Las Mentiras
Como debe ser nuestra actitud hacia las mentiras. Debe ser de igual
forma como Dios la ve, como Dios actúa hacia ella y de igual forma
como Dios dice al respecto.
Mat 5:33 Además habéis oído que fue dicho a los antiguos:
No perjurarás, sino cumplirás al Señor tus juramentos.
Mat 5:34 Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni
por el cielo, porque es el trono de Dios;
Mat 5:35 ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni
por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey.
Mat 5:36 Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer
blanco o negro un solo cabello.
Mat 5:37 Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo
que es más de esto, de mal procede.
Los votos y los juramentos eran comunes, pero Jesús dijo a sus
seguidores que no debían jurar, que su palabra debía bastar. ¿Se le
conoce a usted como una persona de palabra? La veracidad parece ser
algo tan raro que sentimos que debemos finalizar nuestra declaración
con un "lo juro". Si decimos siempre la verdad, no tendremos necesidad
de respaldar nuestras palabras con una promesa o juramento.
Satanás fue quien presento una imagen falsa de Dios a Eva empujando
a la primera pareja a la muerte.
Gén 3:1 Pero la serpiente era astuta, más que todos los
animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual
dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de
todo árbol del huerto?
Gén 3:2 Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los
árboles del huerto podemos comer;
Gén 3:3 pero del fruto del árbol que está en medio del huerto
dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no
muráis.
Gén 3:4 Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis;
Gén 3:5 sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán
abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el
bien y el mal.
Gén 3:6 Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y
que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para
alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio
también a su marido, el cual comió así como ella.
Luc 8:17 Porque nada hay oculto, que no haya de ser manifestado; ni
escondido, que no haya de ser conocido, y de salir a luz.
Hay siete pecados que Dios aborrece y su alma abomina.
CONCLUSION