2005 Profeta Del Evangelio en Tierra Ex

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Profeta del Evangelio en tierra extraña.

Madeleine Delbrêl

IGNACIO HUSILLOS TAMARIT


Desierto de Las Palmas (Benicasim, Castellón)

La presente investigación puede resultar algo atípica para muchos


de sus lectores; quizá tan atípica como se manifestó la persona que
vamos a tratar. La estructura de este artículo es bien simple: comen-
zamos conociendo brevemente a Madeleine Delbrêl: la mujer france-
sa, joven, culta, poeta, atea, conversa, cristiana, asistenta social, pen-
sadora, profeta, escritora, pedagoga, misionera... que centra nuestra
reflexión; y también a Jacques Loew, quien la dio a conocer a todos
los públicos. Después nos adentramos en la conversión de Madeleine
como tema, como lugar teológico, como carga profunda del sentido
que otorgó a toda su existencia, propiciándole así una relectura a la
luz del Evangelio de su vida entregada para bien de sus hermanos y
de toda la humanidad: su testimonio. Y finalizamos con un ensayo
bibliográfico a partir del material recopilado sobre ella.

I. PERFIL BIOGRÁFICO SINTÉTICO

«Diversos informes y voces autorizadas prevén un colapso


de la vida humana sobre el planeta en torno al año 2100, al
menos si se mantienen los actuales niveles de crecimiento. La
próxima centuria [el siglo XXI] será, pues, la más crucial de la
historia de la humanidad. Esto acarreará —y ya ha comenzado
REVISTA DE ESPIRITUALIDAD 64 (2005), 423-462
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a hacerlo— gravísimos interrogantes interculturales, políti-


cos, económicos, ecológicos, alimenticios, armamentísticos
y de otra índole, como nunca ha acontecido hasta el presen-
te. Ante esta realidad, el pensamiento humano, que ha diri-
gido el equívoco desarrollo del hombre hasta hoy, deberá
proponer temáticamente soluciones hasta ahora inéditas o im-
practicadas, como respuesta a los acuciantes problemas que se
nos avecinan. Y serán respuestas no sólo económicas, políti-
cas o sociales, sino también culturales, éticas y de pensamien-
to, pues la vida cotidiana se nutre y enraíza en las ideas que
las mueven» 1.

Desde la orilla del pensamiento —llevado por supuesto a la


acción 2—, Madeleine Delbrêl ha propuesto al hombre del siglo XX,
y también al hombre del XXI, una gran cantidad de soluciones hasta
el momento inéditas. La actualidad de Madeleine Delbrêl (1904-
1964) se sitúa en un mensaje espiritual de encarnación, centrado en
lo cotidiano y en la vida de la gente común. Ella propuso fórmulas
nuevas para los tiempos nuevos (y cambiantes) en que vivió; la
misma experiencia —del amor, de la pobreza, de la entrega, de la
misión, del seguimiento, de la justicia— pero con moldes diferentes,
acoplados a los signos proféticos, que piden saberse leer e interpre-
tar, y a los que se ha de responder con valentía y coherencia, para
construir el mañana no colapsado sino abierto a la esperanza 3, como
ella hizo. Desde la esperanza fue «la descripción que una amiga
polaca hacía de Madeleine: “Con una pala de niño cava hoyos en la
arena seca del gran desierto de la miseria humana y hace brotar
manantiales de esperanza que no se agotan”» 4.

1
M. MORENO (dir.), Diccionario de pensamiento contemporáneo, Madrid,
San Pablo, 1997, p. 6.
2
Cf. MAURICE BLONDEL, La acción (1893). Ensayo de una crítica de la vida
y de una ciencia de la práctica, ed. de Juan María Isasi y César Izquierdo,
Madrid, BAC, 1996 (=BAC Normal, 557).
3
Cf. LUIS JORGE GONZÁLEZ, OCD, Esperanza para un futuro mejor, Roma,
Teresianum, 1998.
4
JACQUES LOEW, OP, Vivir el Evangelio con Madeleine Delbrêl, Santander,
Sal Terrae, 1997, p. 13.
MADELEINE DELBRÊL, PROFETA DEL EVANGELIO... 425

1. Biografía 5

Síntesis biográficas en castellano se pueden hallar en algunas


revistas accesibles 6. Aquí proponemos una cronología básica para
entender el testimonio de M. Delbrêl.
El 24-10-1904 nace Anne-Marie Madeleine Delbrêl en Mussi-
dan (Dordogne, Francia) 7, hija única de Jules y Lucile. Su padre,
ferroviario, es destinado a París en 1916 y allí comienza propiamen-
te su vida. «A los quince años [1919] yo era estrictamente atea y
cada día hallaba más absurdo el mundo». Se compromete con Jean
Maydieu, quien poco después ingresa en los dominicos. Su padre,
Jules, se queda ciego y su carácter se sensibiliza. Todo ello produce
una profunda crisis en Madeleine. El 29-3-1924 ella misma recuerda
que decidió orar: «Desde la primera vez recé de rodillas, por temor
al idealismo. Lo hice aquel día y muchos más, y sin mirar nunca el
reloj (...). A los veinte años una conversión violenta siguió a una
búsqueda razonable (...). Era una convertida reciente, pero bastante
solitaria, cuando en 1933 llegué con dos compañeras a Ivry para
vivir libremente el Evangelio. A lo más, había cursado estudios de
asistente social» 8.
Desde 1926, Madeleine discierne su propio camino de la mano
de don Lorenzo, vicario de la parroquia de Santo Domingo en París
y su director espiritual. Se plantea hacerse carmelita descalza, pero
lo desestima. Descubre la hondura del Evangelio; ello da pie a crear
el grupo «La caridad de Jesús», palabra que la acompañó siempre.
En 1932 inicia sus estudios de Asistencia Social, profesión que la
centrará durante la segunda guerra mundial.
5
La biografía referencial de Madeleine está publicada en francés, italiano
y alemán. La escribió una de las compañeras que la conoció: CHRISTINE DE
BOISMARMIN, Madeleine Delbrêl, 1904-1964. Rues des villes, chemins de Dieu,
présentation de Jacques Loew, Paris, Nouvelle Cité, 20042.
6
JOSEP M.ª RAMBLA, SJ, «Madeleine Delbrêl. La utopía del evangelio a pie
de calle», en Sal Terrae, 88 (1998) 747-752; AUGUSTO GUERRA, OCD, «Vida de
fe en ambientes descristianizados. Madeleine Delbrêl (1904-1964)», en Revista
de Espiritualidad, 37 (1978), 435-437.
7
El «Año Madeleine Delbrêl» ha sido instituido al cumplirse cien años de
esa fecha.
8
Todas las citas, de M. DELBRÊL, Nosotros, gentes de la calle, Barcelona,
Estela, 1971, p. 271.
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El 15-10-1933, día de Santa Teresa de Jesús, se funda una co-


munidad laical en un local de la parroquia de Ivry-sur-Seine (el
Once de la calle Raspail), a las afueras de París, fundándose en las
bienaventuranzas (Mt 5,1-12) 9. La alegría que nacía de llevar esa
vida era la alegría del Evangelio, la misma que se experimenta al
creer en «el Señor Jesús» 10. La componen tres chicas: «las dos pri-
meras que tuvieron la iniciativa, Suzanne Lacloche, una bretona
sólida como el granito, Hélène Manuel, más frágil, pero muy capa-
citada en el aspecto pedagógico, y, finalmente, Madeleine» 11. En
1938 publica su ideal de vida: «Nosotros, gentes de la calle» 12. Y
en septiembre de 1939, la guerra mundial, durante la cual Madeleine
se gana al alcalde marxista, que le confirma como responsable de
los asuntos sociales en el Ayuntamiento. La injusticia social, el
encuentro con el comunismo y el ateísmo impactan a M. Delbrêl,
que comienza a reflexionar sobre su misión en el mundo y en la
Iglesia. Acontecimientos como la fundación del seminario de la
Misión de París en Lisieux (1943-44) y la posterior Misión de Fran-
cia (1945) —por el cardenal Suhard (1874-1949) con una comisión
episcopal francesa, para formar sacerdotes para la misión con los
ateos 13— orientarán las decisiones de Madeleine, quien será llamada
9
Un mes antes, el 8-9-1933, en la basílica parisina del Sagrado Corazón
(Montmartre), el P. René Voillaume había dado inicio, junto a otros hermanos,
a la familia de los «Hermanitos de Jesús».
10
Cf. M. DELBRÊL, «Joies venues de la montagne», en Études Carmélitai-
nes, 26/I (1947), 185-192. De ahí, su libro póstumo: La joie de croire [La
alegría de creer], Paris, Seuil, 1968 (=Livre de vie).
11
J. LOEW, Vivir el Evangelio con Madeleine Delbrêl, Santander, Sal Te-
rrae, 1997 (=El Pozo de Siquem, 87), p. 33. (Original: Vivre l’Évangile avec
Madeleine Delbrêl, Paris, Éds. du Centurion, 1994.)
12
M. D., «Nous autres gens de rues», en Études Carmélitaines, 23/I (1938)
32-35. La autora firma con sus iniciales; su testimonio forma parte de un
artículo mayor que recoge otros dos testimonios de vida laical: VV.AA., «Trois
témoinages présents», en ib., pp. 32-41. La redacción de la revista contextua-
liza su testimonio: «Estas notas nos provienen de un grupo de laicos de los
alrededores [de París]: almas decididas a vivir el Evangelio sin restricciones.
Esas almas huyen el irrealismo: su apostolado es el de la vida. Su fórmula no
es trabajar por Cristo sino revivir a Cristo en medio de un mundo descristia-
nizado. De ese modo, los que componen esta agrupación intentan ser “hacen-
dosos” y no “activos”» (ib., p. 35, nota 1).
13
Cf. E. SUHARD, Dios, Iglesia, Sacerdocio, Rialp, Madrid, 19654; v. en
DS, 14 (1990), 1296-1299.
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por el director del Seminario, don Louis Augros, para hablar de su


experiencia en Ivry. En estas circunstancias conoce al P. Jacques
Loew (1943), sacerdote obrero desde 1941. Y así, para interceder
por la causa de los sacerdotes obreros y por la Misión, llega a viajar
a Roma en mayo de 1952. Aunque desde el Vaticano se pone fin a
la experiencia de los curas obreros 14, ella comprende desde lo más
hondo el sentido de la Iglesia, la comunión con Pedro y la entrega
de sí misma por la justicia 15. Un fruto maduro de su pensamiento en
torno al marxismo y a la misión de los cristianos en la Iglesia es su
libro, único publicado en vida: Ciudad marxista, tierra de misión
(1957). Finalmente, a punto de cumplir los sesenta años, y durante
el transcurso de la última etapa del Vaticano II, el 13-10-1964,
Madeleine moría repentinamente en su mesa de trabajo.
Desde 1966 hasta 1991, sus amigos publican Nous autres, gens
de rues (=NA) (1966); La joie de croire (=JC) (1968); Communau-
tés selon l’Évangile (=CE) (1973); Alcide, guide simple pour sim-
ples chrétiens (=ALC) (1980); Indivisible amour (=IA) (1991). In-
tercaladas van surgiendo las traducciones de sus obras en las lenguas
europeas.

2. El padre Jacques Loew, OP

Hablar de Madeleine Delbrêl pasa irreductiblemente por hablar


del padre Jacques Loew. Este sacerdote dominico nació el 31-8-
1908 en Clermont-Ferrand. Hizo sus estudios en el instituto de en-
señanza media de Niza, en la Facultad de derecho de París y en la
Escuela de ciencias políticas, siendo miembro del Colegio de abo-
gados de Niza. Jacques perdió la fe durante su infancia: «En mi
infancia, yo había leído y aprendido el evangelio. Pero perdí la fe,
y del evangelio no me quedó nada. Pasaron diez años» 16. Recuperó
14
Cf. ÉMILE POULAT, Les prêtres-ouvriers. Naissance et fin, Paris, Caster-
man, 1999.
15
De esa labor constante de lucha evangélica por la justicia nacieron los
Equipos «Madeleine Delbrêl», que trabajan en las «fronteras» de la Iglesia ca-
tólica. Cf. JEAN GIRARD, Cinquante ans aux frontières de l’Église. De la Mis-
sion de France aux équipes d’Ivry, L’Harmattan, 1994.
16
ID., He buscado en la noche, Madrid, Atenas, 19723, p. 53.
428 IGNACIO HUSILLOS TAMARIT

su fe, descubrió a Dios y se reincorporó a la Iglesia católica a los


veinticuatro años. Ingresó en la Orden de Predicadores (dominicos)
y fue ordenado sacerdote en 1939.
En 1941 colaboró con el P. Louis-Joseph Lebret en Economía y
Humanismo. De 1941 a 1954 trabajó como cargador en los muelles
de Marsella 17, convirtiéndose en un sacerdote obrero. Fruto de aque-
lla experiencia es su librito En misión proletaria 18, en el que llama-
ba a la evangelización de los ambientes obreros. A partir de 1947
asumió la parroquia de La Cabucelle. La cuestión de los curas obre-
ros explotó entre 1953 y 1954. En 1957 fue nombrado párroco de
Port-le-Bouc. Después de la suspensión de la experiencia de los
sacerdotes obreros, el padre Loew fundó la «Misión Obrera de San
Pedro y San Pablo», grupo apostólico dedicado al mundo obrero y
técnico, cuyos equipos, formados por sacerdotes y laicos, tenían
como finalidad anunciar el mensaje cristiano mediante una vida
pobre y fraternal, fundada en la contemplación y en el trabajo ma-
nual 19. Así, pues, vivió en Marsella un compromiso con el mundo
obrero muy similar al que Madeleine experimentó en Ivry. De he-
cho, a raíz de la situación vivida por el P. Jacques, éste halló en
M. Delbrêl una persona con quien confrontar su vida, de modo que
a partir del primer encuentro en Ivry a finales de 1943, nació entre
ambos una amistad profunda que les unió de por vida. Manifestó
esa amistad divulgando y promoviendo sus escritos, así como tam-
bién estudiando y sintetizando su pensamiento.
A finales de los sesenta daba charlas en la televisión francesa, que
después se recogieron en un librito 20. En enero de 1970 fue designa-
do para dirigir los ejercicios espirituales en el Vaticano ante el papa
Pablo VI y toda la Curia, lo cual se desarrolló durante el mes de fe-
17
Cf. DOLLÉANS, Les dockers de Marseille, Paris, Economie et Humanisme,
1944.
18
J. LOEW, En mission prolétarienne, Paris, Éditions Ouvrières, 1946.
19
Todo este proceso innovador y sacrificado, en ID., Diario de una misión
obrera, Salamanca, Sígueme, 1962, 19672 (=Hinenní, 20). Orig.: Journal d’une
mission ouvrière, Paris, Cerf, 1959. Cita a M. Delbrêl dos veces (pp. 284-285:
Ville marxiste, terre de mission; pp. 317-319: síntesis de su vida).
20
ID., Si conocieras el don de Dios, Estella, Verbo Divino, 1971. Original:
Si vous saviez le don de Dieu, Paris, Cerf, 1968, 1973. Italiano (publicado antes
del original): Se tu conoscessi il dono di Dio, Roma, AVE, 1967 (=Alla ricerca
di Dio, 3); Se conosceste il dono di Dio, Roma, Città Nuova, 1975.
MADELEINE DELBRÊL, PROFETA DEL EVANGELIO... 429

brero 21, según el método empleado en la «Escuela de la Fe», fundada


y dirigida por él en 1969 (Friburgo, Suiza), basada en la escucha asi-
dua de la Palabra de Dios. Ese año fue también galardonado con el
«Gran Premio Católico de Literatura». Como hombre de diálogo 22,
supo ser un apóstol de Cristo 23 y trabajar con sus hermanos 24.
Escritor prolífico de libros 25, aumentó su fama, sus obras fueron
traducidas y comenzaron a escribir sobre él 26. Jacques Loew es
quien, desde una conciencia militante, más ha impulsado la figura
de M. Delbrêl. Incluso en el retiro que dio a la Curia vaticana en
21
ID., Ese Jesús al que se llama Cristo (Mt 1,16). Retiro en el Vaticano
(1970), Madrid, Euramérica, 19711, 19733. Francés: Ce Jésus qu’on appelle
Christ, Paris, Arthéme Fayard, 19701, 19712, 19723; Fayard-Mame 19774; Cerf
19965 (=Foi vivante). Italiano: Gesù chiamato il Cristo (Mt 1,16), Brescia,
Morcelliana, 1971. Alemán: Christus metitationen. Exerzitien im Vatikan mit
Paul VI, Freiburg-Basel-Wien, Herder, 1972. Polaco: Jezus szwany Chrystusen,
przelozyla A. B., Warszawa, Inst. Wyd Pax, 1977.
22
ID., «Hommes de dialogue», en L’Anneau d’Or, n. 132 (Paris, 1966)
424-443.
23
ID., Perfil del apóstol de hoy. Como si viera al Invisible (Heb 11,27),
Estella, Verbo Divino, 1967, 19693, 19704 (=Diakonía, 12). Francés: Comme
s’il voyait l’invisible. Un portrait de l’apôtre d’aujourd’hui, Paris, Cerf, 1966?,
1979 (=Foi vivante). Inglés: As if he had seen the invisible: a portrait of the
apostle today, Notre Dame (Ind.), Fides, 1967. Portugués: Como se visse o
invisível, Lisboa, Ed. Sampedro, 1967.
24
Cf. J. LOEW, «Équipe et ministère», en Prête et Pasteur, 82 (Montréal
1979) 289-304.
25
Otras nueve obras tiene en su haber, de las cuales sólo se ofrece aquí su
versión castellana en caso de haberla: 1. En la escuela de los grandes orantes,
Madrid, Narcea, 1976, 19792; francés, italiano, alemán, inglés (dos traduccio-
nes) y portugués. 2. Seréis mis discípulos, Madrid, Narcea, 1978; francés (dos
ediciones), alemán, italiano. 3. Con JACQUES FAIZANT, Chispazos desde la fe.
(Cuentecillos y leyendas), Burgos, Monte Carmelo, 1995 (=La otra mirada, 6);
francés (dos ediciones) y alemán. 4. Con MICHEL MESLIN (eds.), Histoire de
l’Église par elle-même, Paris, Fayard, 1978. 5. Con P. GRELOT, Parole de Dieu,
langage humaine et communautés chrétiennes, Chambray-les-Tourss, C.L.D.,
1980 (=Sentiers de lumière, 2). 6. Mon Dieu dont je suis sûr, Paris, Fayard-
Mame, 1983; traducido al alemán. 7. Dio incontro all’uomo, Milano, Jaca Book,
1985 (=Già e non ancora, 120). 8. La vida a la escucha de los grandes orantes,
Madrid, Narcea, 1989; francés e italiano. 9. Le bonheur d’être homme. Entre-
tiens avec Dominique Xardel, Paris, Éditions du Centurion, 1988 (=Les inter-
views).
26
M. P. PRÈAT, Jacques Loew ou le défi évangélique, pref. du Card. Roy,
témoinage de G. Hourdin, Paris, Fayard-Mame, 1974 (=École de la foi) y Paris,
Mame, 1989; ROBERT MASSON, Jacques Loew, Ce qui s’appelle la foi, Paris, Pa-
role et Silence Éditions, 2000.
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1970, en presencia del papa Pablo VI, habla de ella, la menciona


en las meditaciones que da y cita sus obras ya editadas 27. El P. Jac-
ques osa dirigirse así a sus interlocutores: «Ayer os hablaba de
Madeleine Delbrêl, esa mujer tan extraordinaria, cuyos libros habéis
leído: Nous autres gens des rues y La joie de croire, que es un
inagotable modelo, a mi parecer, de alguien de hoy en pleno am-
biente de ateísmo» 28. Incluye a Madeleine entre «los grandes oran-
tes», junto a Pablo VI, y se siente discípulo de la escuela por ella
creada 29. En 1981 se retira a la Trapa de Cîteaux y muere el 14-2-
1998 a los noventa años.

II. EL TEMA DE LA CONVERSIÓN

Desde la adolescencia emancipada, el paso por un ateísmo radi-


cal («Dios ha muerto. ¡Viva la muerte!»), la conversión al catolicis-
mo —cuando M. Delbrêl decide ir a vivir a Ivry, en la periferia de
París—, el contacto estrecho con los militantes comunistas locales,
allí, con un profundo sentido de la acción humanitaria asociada a un
espíritu contemplativo, Madeleine vive el amor de Dios en las ca-
lles, en los cafés, en los metros y entre la multitud parisina. En todo
el arco de su vida, ¿dónde reside el quid del cambio? Algunos au-
tores han destacado cierta expresión de Madeleine referida a su
propia conversión: fue «deslumbrada» por Dios. Y ese término hace
honor a su personalidad:
«Madeleine, hablando de su conversión, solía decir que
había sido “deslumbrada” por Dios: término este que expresa
realmente toda su vida de contemplativa en el mundo y por el
mundo. Tal contemplación, enraizada en la Palabra de Dios,
27
J. LOEW, Ese Jesús al que se llama Cristo (Mt 1,16). Retiro en el Vati-
cano (1970), Madrid, Euramérica, 19733, p. 22 (cita el libro de Madeleine
titulado Ville marxiste, terre de mission), p. 45 (Nous autres gens des rues y
La joie de croire), pp. 83 y 96 (Nous autres gens des rues).
28
Ibíd., p. 45.
29
J. LOEW, En la escuela de los grandes orantes, Madrid, Narcea, 19792,
pp. 250-251, 253. ID., La vie à l’écoute des grands priants, Paris, Fayard-Mame,
1986; en la traducción italiana: Preghiera e vita. Grandi modelli, Brescia,
Morcelliana, 1989, pp. 113-159: «La strana danza della nostra obbedienza».
MADELEINE DELBRÊL, PROFETA DEL EVANGELIO... 431

conduce a la imitación de Jesús, la cual se nos pide cada día,


en cada estación del año; esa recuerda lo que es: el absoluto
del amor de Dios, el absoluto del amor del prójimo. “Si hoy
no se puede orar ya como hace tiempo, a menos de estar en
un monasterio o en ciertas situaciones particulares de la vida,
no se sigue de ello que no se deba ya orar: se sigue, sin
embargo, que hay que orar de otro modo y es este otro modo
el que hay que descubrir” (cf. Primer grupo de notas sobre la
oración). Éste permanece como su mensaje más actual» 30.

¿Cómo se produjo ese deslumbramiento? ¿Por qué le sucedió?


¿Fue un hecho concreto y aislado o resultó algo reiterativo y presen-
te en toda su vida? Acercarnos a lo que entrañan estas cuestiones e
intentarlas responder es el objetivo de las siguientes líneas.
Es un hecho constatable en la historia contemporánea de la Igle-
sia y de la humanidad que «en las primeras décadas del novecientos
se registra el boom de las conversiones, frecuentemente por obra de
laicos católicos» 31. Tal afirmación da qué pensar; y el resultado
primero de ese pensar ha sido la inclusión (al tratar de la espiritua-
lidad) de ciertos conversos laicos, religiosos y sacerdotes. Y, sin
embargo, el concepto de conversión puede permanecer aún vago en
su explicación, a causa de la múltiple aplicación (literal, metafórica,
simbólica). Según Mohr, la conversión «es una profunda cesura en
la vida, de la que sale un “hombre nuevo”» 32, y entre las formas de
conversión que distingue no hallamos ninguna adecuada para Made-
leine Delbrêl, ya que sería la aceptación de una religión desde la
increencia o, también, la recuperación de la propia religión (o con-
fesión, según el caso), al haber apostatado de ella o haberla abando-
nado. Ese proceso sería la descristianización ya aludida y el proceso
30
M. TIRABOSCHI, «Delbrêl Madeleine», en Dizionario di Mistica, Città del
Vaticano 1998, p. 396. Cf. M. L. COPPADORO, Abbagliata da Dio. La preghiera
in Madeleine Delbrêl, Milano, Àncora, 1994.
31
ANDREA M. ERBA, «Storia del laico», Dizionario di spiritualità dei lai-
ci, 1, Milano 1981, p. 387.
32
RUDOLF MOHR, «Conversión», en PETER DINZELBACHER (dir.), Diccionario
de la Mística, Burgos, Monte Carmelo, 2000, pp. 256-257 (original alemán:
Wörterbuch der Mystik, Stuttgart, A. Kröner, 1989. Traducción francesa: Dic-
tionnaire de la mystique, Turnholti, Brepols, 1993).
432 IGNACIO HUSILLOS TAMARIT

inverso se podría denomimar conversión. En tal sentido, Madeleine


es una conversa.
La conversión es, por tanto, un proceso in crescendo, en el que
algo se deja y se niega para afirmar radicalmente otra cosa, pues la
negación de algo es afirmación de algo distinto. En ese devenir se
dan fases, las cuales propician al converso una actividad distinta que
le ayuda a establecer el nuevo estado o modo de vida. Y se siente
impelido a comunicar todo el cambio a sus semejantes, comenzando
por los más próximos. Quien ha redescubierto a Dios en su vida,
como en el caso de Madeleine, no puede callárselo: «Nadie —es la
experiencia la que nos lo dice— puede vivir un descubrimiento
semejante sin sentir urgir la necesidad de decir a los demás que,
ofrecida a todos, la esperanza existe. Y es una esperanza que tiene
un Nombre y un Rostro. No es una ideología, es una Persona» 33. Esa
esperanza nace en el corazón de Madeleine porque en su vida expe-
rimenta la vida, la esperanza y los sentimientos de Cristo:
«Cuando lloramos con aquellos que lloran porque ha
muerto un niño que podría no haber muerto; porque un hom-
bre mutilado hubiera podido no serlo; porque un hombre ha
pasado veinte años en la cárcel y hubiera podido no pasarlos,
entonces, acaso, podremos esperar tener un corazón que se
parezca, por la esperanza, al corazón mismo de Jesucristo» 34.

1. Las conversiones de Madeleine

Se ha planteado al inicio una serie de cuestiones importantes:


—¿Cómo se produjo la conversión en Madeleine? —De repente y
progresivamente. —¿Fue un hecho concreto y aislado o resultó algo
reiterativo y presente en toda su vida? —Reiterativo; se podría ha-
blar de la conversión constante o permanente de Madeleine. Quien
mejor ha respondido a estas preguntas es J. Loew, habiendo leído y
releído a M. Delbrêl. Dice así:

33
LEONARDO MONDADORI - VITTORIO MESSORI, La conversión. Una historia
personal, Barcelona, Grijalbo, 2004, p. 140.
34
M. DELBRÊL, Nous autres, gens des rues, Paris, Seuil, 1966, p. 274.
MADELEINE DELBRÊL, PROFETA DEL EVANGELIO... 433

«¿De dónde le viene a Madeleine Delbrêl su irradiación?


(...). A la pregunta hay una sola respuesta: la irradiación de
Madeleine Delbrêl es fruto directo, único y puro de su pensa-
miento, tal y como ha sido divulgado de 1966 a 1973 en sus
tres libros póstumos: Nous autres, gens de rue, La joie de
croire y Communauté selon l’Évangile. (...)
Y se replantea de nuevo la pregunta inicial: ¿De dónde
proviene la fuerza de atracción que ejerce Madeleine? (...) He
releído a Madeleine. No pretendo dar la respuesta, sino una
respuesta. Su vida está marcada por tres conversiones, tres
“momentos decisivos”, por utilizar sus propias palabras:
— La primera y muy evidente, “cuando una conversión
violenta siguió a una búsqueda razonable”. Madeleine
tenía entonces veinte años.
— La segunda fue “la explosión del Evangelio, el libri-
to... hecho, no para ser leído, sino para ser recibido en
nosotros”. Madeleine tenía entonces veinticinco años.
— La tercera conversión: “El ateísmo: medio favorable
para nuestra propia conversión”. Este “momento deci-
sivo” se prolongará treinta años, desde 1933 hasta la
muerte de Madeleine.

La primera conversión estuvo marcada por el deslumbra-


miento de Dios. La segunda, por el encuentro con el “Verbo
de vida hecho carne en nosotros”, “el Señor”. La tercera, la de
Ivry, por el choque con un mundo “que prescinde sin proble-
mas de Dios, y donde nada ni nadie parece echarle en falta”,
y consistió en la toma de conciencia del “carácter desmesura-
do de la fe”: “la fe es un estado violento normal”. Pues bien,
estas tres conversiones son justa y obligatoriamente necesarias
para acoger al mundo tal como se presenta ante nosotros en su
tercer milenio después de Jesucristo» 35.

35
J. LOEW, «Vivir el Evangelio con Madeleine Delbrêl», op. cit. (1997),
pp. 9-11.
434 IGNACIO HUSILLOS TAMARIT

J. Loew dedica en un tercio de su estudio a las conversiones de


Madeleine 36. Así, pues, distingue principalmente tres conversiones:
la primera, cuando decide orar; la segunda, cuando le «estalla» el
Evangelio; y la tercera, al encontrarse con el ateísmo rampante en
Ivry 37. Una le llevará a otra y así sucesivamente. Todo le hace
profundizar en la experiencia primigenia y juvenil de Dios, que va
madurando al cabo de tres décadas en Ivry:
«La conversión es un momento decisivo que nos aparta de
lo que sabemos de nuestra vida para que, cara a cara con Dios,
él nos diga lo que piensa de ella y lo que quiere hacer con ella.
En ese momento, Dios nos resulta sumamente importante,
más que cualquier cosa, más que cualquier vida, incluso y
sobre todo la nuestra.
Sin esta primacía extrema y deslumbradora de un Dios
vivo, de un Dios que nos interpela, que propone su voluntad
a nuestro corazón libre de responder “sí” o “no”, no hay fe
viva. Pero si este encuentro es el deslumbramiento de todo
nuestro ser por Dios, tal deslumbramiento, para ser totalmente
verdadero, debe ser totalmente oscuro.
Tener una fe viva es ser cegado por ella, a fin de ser condu-
cido por ella. Pero aceptar esta “luz negra” nos resulta difícil.
En la escuela de Ivry (la del ateísmo) se aprende que la
conversión y su violencia duran toda la vida.
De la vida nueva, del mundo nuevo, en los que la “luz
negra” nos guía, tendemos siempre a hacer nuestra antigua
vida y un mundo hecho por una mano de hombre: una vida en
la que la fe no trastorna nada, un mundo al que la fe se aferra
sin dificultad» 38.

La tercera conversión lleva a Madeleine a expresar el nuevo


modo de «vivir libremente el Evangelio» de maneras muy distintas;
36
Cf. ibíd., pp. 15-58: «Primera parte: Conversiones y entorno humano»;
en especial, pp. 25-44.
37
«Primera conversión: “Decidí orar”» (ibíd., pp. 25-29); «Segunda con-
versión: “¡Cuando el Evangelio estalla!”» (ibíd., pp. 30-34); «Tercera conver-
sión: el encuentro con el ateísmo» (ibíd., pp. 35-44).
38
M. DELBRÊL, Nous autres, gens de rues, Paris, Seuil, 1966, p. 314.
MADELEINE DELBRÊL, PROFETA DEL EVANGELIO... 435

pero, eso sí, no siendo neutral ante la injusticia, poniendo todas sus
fuerzas al servicio de la verdad, obviamente desde la caridad, que
para ella no fue mero asistencialismo sino amor evangélico al otro:
«No hay caridad auténtica de Dios sin caridad fraterna, no hay ca-
ridad fraterna sin bondad» 39.
Derivados del tema de la conversión, surgen otros «temas», es
decir, otras preocupaciones que rondan la cabeza y el corazón de
Madeleine Delbrêl: cómo vivir el Evangelio. Y comienza a vivirlo,
poco a poco, y a compartir su vivencia por diversos medios:
«A partir de este momento, las relaciones eclesiales de
Madeleine se ensanchan. También su influencia, siempre si-
lenciosa y discreta, pero honda, se extiende. Sus artículos
Nosotros, gente de la calle (1938) y Nuestro pan de cada día
(1941) adquieren gran difusión. La vemos dando charlas,
participando en reuniones pastorales de la misión de Francia,
interviniendo en el diálogo y el debate que propiciaron ciertos
acontecimientos eclesiales, como la supresión de los sacerdo-
tes obreros, etc.
En el campo más estrictamente social, una vez terminada
la guerra, sigue participando codo a codo con los comunistas,
poniendo al servicio de la ciudad su entrega y su competencia
de asistente social. Su compromiso llega a acciones públicas
de defensa y apoyo de las víctimas de injusticias de todo tipo
(gestiones, firma de cartas, creación de grupos de resistencia
o de lucha...). (...) En el ayuntamiento de Ivry, Madeleine es
cada día más apreciada como colaboradora y amiga. En este
contexto es inevitable que una persona de la lucidez de Ma-
deleine se interese a fondo por el marxismo. La cercanía de
las personas y la comunión en las opciones sociales le facilita
el acceso al diálogo franco y profundo» 40.

Entre los temas predilectos de Madeleine podemos hallar en sus


reflexiones los siguientes: el Evangelio, la obediencia, la pobreza, la
soledad, la pureza, el amor, el silencio, la oración, la humildad, la
39
Ibíd., p. 165.
40
J. M.ª RAMBLA, art. cit. (1998), pp. 751-752.
436 IGNACIO HUSILLOS TAMARIT

espiritualidad laical, la contemplación 41. Y es que la conversión


produce frutos de vida, que profundizan en el ser del converso y en
la realidad que lo rodea. Así le ocurrió a Madeleine Delbrêl y de ahí
viene su irradiación mundial. Analizar cada tema supondría sendos
artículos de investigación 42, lo cual supera con mucho la intención
del presente estudio, que pretende poner un poco de luz en la com-
prensión de una figura cristiana, espiritual, y muy corriente, de la
«gente de la calle».

III. CONTRASTES EN SU VIDA, VARIEDAD EN SU TESTIMONIO

Otra faceta de la obra de Madeleine Delbrêl es el continuo con-


traste con que se encuentra el investigador o el simple lector. De
hecho, hay algunos autores interesantes que aplican las palabras
reflexionadas de Madeleine, laica, a la vida sacerdotal en una diná-
mica propia de la Iglesia ministerial (no piramidal), en la que unos
y otros ministerios intentan responder con siempre mayor fidelidad
y radicalidad a la llamada universal y personalizada a la santidad;
dinámica de una Iglesia en donde el testimonio del otro me conmue-
ve hacia la acción fundada desde el Evangelio (eclesiología de co-
munión). De ahí que Madeleine Delbrêl forme parte del nutrido
grupo de «testimonios» que la Iglesia recientemente ha acumulado.
En el ámbito del testimonio es donde podemos encontrar la mayor
densidad de contrastes en torno a esta mujer del siglo XX.

41
Una selección de textos ordenados temáticamente se halla en J. LOEW,
op. cit. (1997), pp. 95-134: «Tercera parte. Algunos temas de Madeleine Del-
brêl». También en el artículo de J.-P. HOUDRET, OCD, «Un témoin de l’Évangile
en notre temps: Madeleine Delbrêl», en Carmel, n. 99 (1999), 58-71.
42
Un estudio interesante podría ser: cuál fue la verdadera misión de Ma-
deleine y qué alcance tuvo. Pues del encuentro con Dios sucedido en la con-
versión surge, antes o después, una misión determinada. Cf. BERNARD PITAUD,
PSS, «Au coeur de la vie apostolique», en Spiritus, 39 (1998), 379-389.
MADELEINE DELBRÊL, PROFETA DEL EVANGELIO... 437

1. Testimonio laical para la vida sacerdotal y religiosa 43

«Madeleine Delbrêl es probablemente una de las mujeres que


más ha contribuido al desarrollo de la espiritualidad laical en la
Iglesia. Y ello, tanto por su actividad incansable, por sus contactos
con Jerarcas y hombres de Iglesia en general, con políticos de una
amplia gama, por sus conferencias a sacerdotes, equipos apostólicos,
etc., como por sus escritos» 44. Nos interesa resaltar aquí el trata-
miento que su figura recibe con aplicaciones desde el punto de vista
sacerdotal. Uno de los ejemplos es el cardenal Carlo María Martini,
propagador del pensamiento y de la dinámica cristiana de Madeleine
Delbrêl, desde su cátedra de ejercitador, en el marco de los Ejerci-
cios Espirituales impartidos a un grupo de sacerdotes italianos en la
década de los ochenta 45 y al clero de Venezuela en Caracas en
1993 46. En ambos encuentros ponía el cardenal su atención sobre las
agudas reflexiones de Madeleine acerca de la soledad que sufre el

43
Cf. KATJA BOEHME, «Die Kirche als lebendiger Organismus. Zur geistli-
chen Berufung des Priesters und des Laien nach Madeleine Delbrêl», en Geist
und Leben, 71 (1998), 179-193.
44
En Actualidad bibliográfica, 34 (1997), 246. Uno de los movimientos
laicales que más ha tomado en cuenta el testimonio de M. Delbrêl es «Punto
Corazón». Fundado en 1990 por el P. Thierry de Roucy (de la congregación de
los Servidores de Jesús y de María), «Punto Corazón» es una Obra católica
de compasión y de consolación en favor de los niños y de los hombres más
rehusados del mundo. En abril de 2000 fue reconocida como Asociación pri-
vada de laicos por monseñor Karlic, arzobispo de Paraná (Argentina); está
presente en 21 países. Un «Punto Corazón» se fundó en Francia bajo la «ad-
vocación» o con el titular de la Delbrêl: «Point-Cœur Madeleine-Delbrêl» (ca-
lle Léon Moussinac, 7. 94800-Villejuif). También la Acción Católica italiana
recoge en sus publicaciones el testimonio de Madeleine y promueve su figu-
ra entre los más jóvenes, como en Grafitti, revista juvenil de Acción Católica
(cf. el texto de Roberta Russo en el n. 2 del año 2000); o como en el movimien-
to presente en la diócesis de Anagni-Alatri (Italia), que ha reflexionado sobre
la identidad del laico a partir de M. Delbrêl.
45
C. M. MARTINI, SJ, Il predicatore allo specchio, o bien Camminare sulla
seta (Milano, Àncora, 1986 y 1991). El presbítero como comunicador, Madrid,
PPC, 19961, 19982 (=Sauce, 57), pp. 117-122.
46
I D., Una voce profetica nella città. Meditazioni sul profeta Gere-
mia, Casale Monferrato (AL), Edizioni Piemme, 1994. Trad. al español: Una
voz profética en la ciudad. Meditaciones sobre el profeta Jeremías, Madrid,
PPC, 1995 (=Sauce, 21), pp. 127-135: «La soledad apostólica de Madeleine
Delbrêl».
438 IGNACIO HUSILLOS TAMARIT

apóstol de Cristo —cualquier apóstol—, circunscribiendo las refe-


rencias al ambiente propio de los sacerdotes diocesanos a quienes se
dirigía. El tema de la soledad propuesto por M. Delbrêl, entre las
notas que ella tomaba mientras daba las charlas y conferencias, ha
atraído a otros lectores conquistados por esta mujer laica, humilde
y sencilla 47. Además, la opinión meditada y discernida de Madeleine
en los asuntos candentes de la vida sacerdotal en su tiempo es lo que
destaca Hans Urs von Balthasar (1905-88) en su Teodramática, al
hablar de las personas o personajes (en el más puro sentido cristiano
de la palabra) 48 del «teodrama», o sea, del advenimiento de Cristo
en la historia de la humanidad: «En un país no cristiano una madre
Teresa puede colocar para la Iglesia un signo visible en el mundo
entero; en una ciudad descristianizada y dominada por los comunis-
tas, una Magdalena Delbrêl puede, con verdadera infalibilidad,
mostrar a los sacerdotes desorientados el camino cristiano a se-
guir» 49. Lo mostró y algunos sacerdotes le siguieron.
Su testimonio para la vida religiosa es mixto: una comunidad
laical 50 de «activas» muy contemplativas. En efecto, Madeleine es-
tuvo enraizada en los místicos carmelitas Teresa de Jesús, Juan de
la Cruz y Teresa del Niño Jesús 51, además de haber leído a otros
místicos medievales como Catalina de Siena, Suso o Herp y otros
contemporáneos. En varios institutos de vida consagrada se habla de
Madeleine y se citan sus obras 52.
47
M. DELBRÊL, «Die apostolische Einsamkeit», en Frei für Gott, Einsiede-
ln, Johannes Verlag, 19912 (=Der Neue Weg, 4), pp. 73-79. Cf. OTTO GEORGENS,
«Die Einsamkeit im Leben und in der Spiritualität von Madeleine Delbrêl», en
Geist und Leben, 77 (2004), 361-368.
48
Cf. MARIANO MORENO VILLA, El hombre como persona, Madrid, Capa-
rrós, 1995 (=Esprit, 16); ID., «Persona», en Diccionario de pensamiento con-
temporáneo, Madrid, San Pablo, 1997, pp. 895-906.
49
H. U. VON BALTHASAR, Teodramática. Vol. 3. Las personas del drama: el
hombre en Cristo, Madrid, Encuentro, 1993, pp. 414-415 (edición original ale-
mana: Einsiedeln, Johannes, 1978).
50
Cf. GEORGES MICHONNEAU, FC, No hay vida cristiana sin comunidad,
Barcelona, Estela, 19704.
51
Cf. J. LOEW, «Vivir el Evangelio con Madeleine Delbrêl», op. cit. (1997),
pp. 28, 34.
52
Las Fraternidades Marianistas de la Provincia de Madrid prepararon un
documento de trabajo presentado en el Curso de formación para asesores de
Fraternidades, en el cual Enrique Aguilera Llovet, en su reflexión «Una espi-
MADELEINE DELBRÊL, PROFETA DEL EVANGELIO... 439

2. Testimonio misionero en países evangelizadores

Se suele citar un libro cuyo título debía sonar impertinente a los


franceses: Francia, ¿país de misión? 53 Esa pregunta indiscreta su-
ponía que Francia ya no era un país cristiano, sino más bien descris-
tianizado, falto por tanto de una nueva cristianización o evangeliza-
ción, como en la actual Europa occidental y central. El itinerario de
Madeleine se entiende como testimonio misionero y evangelizador 54,
no sólo en la Francia que conoció 55, sino también en la actual 56, así
como en los países europeos y en otros que comparten en lo social,
eclesial y humano situaciones parejas. «Magdalena vivió en un
ambiente no sólo descristianizado, sino ateo y marxista; y, queramos
o no, este va siendo, y lo será cada día más, el suelo de nuestras
pisadas» 57. En efecto, su experiencia espiritual es aplicable a otros
lugares y a otros tiempos, en función de los temas tratados:

ritualidad del amor y la dignidad humana. Leyes de la vida espiritual encarna-


da» meditaba ciertos textos de M. Delbrêl (cf. Betania Artículos, n. 3, en la
web oficial de los marianistas). Reflexiones de Madeleine sobre textos bíblicos
se hallan en la página web de las Pías Discípulas del Divino Maestro (Madrid).
Y en el Boletín de la Fraternidad Sacerdotal de los Misioneros de San Carlos
Borromeo, que dirige Giovanni Musazzi (Parroquia de San Juan Bautista, Fuen-
labrada, Madrid), también rastreamos la presencia de M. Delbrêl sobre la «luz
negra» (la fe en los momentos en que mantenerla se hace difícil); cf. MASSIMO
CAMISASCA, «La luz en la noche», en Fraternidad y Misión, n. 2 (2004), p. 2.
53
HENRI GODIN-YVAN DANIEL, La France, pays de mission?, Lyon, Les
Éditions de l’Abeille, 19431, 19482 (=Rencontres).
54
El fascículo n. 153 de Spiritus: «Témoignages missionaires» [Testimo-
nios misioneros] en donde se hace confluir a personas tan diferentes (conocidas
y desconocidas) como: Teresa de Lisieux, Óscar Romero, Magdalena de Jesús,
Baba Simón, Henri Le Saux, M. Delbrêl, Nicolás Krick y Augusto Bourry, sor
Bibiana (Denise Leclerc) y sor M.ª Ángeles (Juana Littlejohn), hermanas de
Nuestra Señora de los Apóstoles.
55
Aquella iglesia estuvo marcada por la figura de Henri Godin y el Semi-
nario de Francia. Cf. É. POULAT, Naissance des prêtres ouvriers, Paris, 1965,
pp. 36-114; DS, 6 (Paris, 1967), 564-565; L. AUGROS, De l’Église d’hier à
l’Église d’aujourd-hui. L’aventure de la Mission de France, Paris, Cerf, 1980.
56
Sobre la iglesia actual, la Carta de los obispos a los católicos de Francia
(1999): en su relación sobre la fe católica en Francia, se refieren a Madeleine
Delbrêl junto a Teresa de Lisieux; cf. CLAUDE DAGENS, «La mission chrétienne
dans le sillage de Charles de Foucauld», en La Vie Spirituelle, 84 (2004), 33.
57
A. GUERRA, «Vida de fe en ambientes descristianizados», art. cit. (1978),
p. 435.
440 IGNACIO HUSILLOS TAMARIT

«El cristiano misionero es, pues, aquél que debe caminar


sobre lo inquebrantable y lo inmodificable y siguiendo un
rastro imprevisible, hecho de circunstancias particulares, de
acontecimientos inmediatos, de encuentros y de influjos» 58.

3. Testimonio profético en medio de los desiertos urbanos

La vocación de la ciudad, el espacio urbano por antonomasia,


parece haber perdido los valores por los cuales se fundó59 y el lugar
que estuvo en su centro: el ara y el altar en la antigüedad 60, la capilla
o iglesia en el Medioevo 61. Las palabras de Madeleine Delbrêl vienen
a ser una profecía en los nuevos tiempos del pensamiento débil,
el cual motiva el olvido del consejo petrino: estar «siempre dispues-
tos a dar respuesta a todo el que os pida razón de vuestra esperanza»
(1Pe 3,15). Entre sus causas hallamos la deshumanización y desper-
sonalización ocasionada en el seno de los «desiertos humanos» que
son las ciudades, los desiertos urbanos 62. Pues bien, Madeleine se
dirige a todos los damnificados de esos desiertos para consolarles,
renovar sus fuerzas y reanudar el empeño de afrontar la vida: desde el
Evangelio y las armas que allí se ofrecen (cf. Ef 6,11.14-18) 63.
58
M. DELBRÊL, Nous autres, gens de rue, Paris, Seuil, 1966, p. 183.
59
«La lógica de los valores» humanos y cristianos, según la expresión de
JOÃO BATISTA LIBANIO, SJ, As lógicas da cidade. O impacto sobre a fé e sob o
impacto da fé, São Paulo, Edições Loyola, 2001 (=Theologica, 2), pp. 177-197:
«As lógicas dos valores».
60
Cf. JOSEPH RYKWERT, La idea de ciudad. Antropología de la forma ur-
bana en Roma, Italia y el mundo antiguo, Salamanca, Sígueme, 2002 (=El
peso de los días, 30), pp. 39-54: «Ciudad y rito: Roma y Rómulo», 89-117:
«El cuadrado y la cruz», 209-215: «La ciudad como un mal curable. Ritual e
histeria».
61
Cf. KEN FOLLETT, Los pilares de la tierra, Barcelona, 20013 (=Histórica,
98/8).
62
En la introducción del I Seminario del Desierto de Las Palmas, dedicado
a la «Espiritualidad del desierto», ya tuve ocasión de describir los tipos de de-
sierto que se suelen dar en nuestras sociedades: los desiertos naturales (el Sa-
hara, por ejemplo), los desiertos humanos y los desiertos espirituales.
63
MICHÈLE NAUDIN, «Madeleine Delbrêl: de l’Incarnation à la Croix, mysti-
que et engagement dans le désert des villes», en La Vie Spirituelle, 85 (2005),
215-223. Cf. J. LOEW, En la escuela de los grandes orantes, Madrid, Narcea,
1976, pp. 250-251; en el capítulo «Andar en la presencia de Dios» (pp. 237-253).
MADELEINE DELBRÊL, PROFETA DEL EVANGELIO... 441

4. Testimonio incomprendido desde la comprensión


4. de la Comunidad

Testimonio incomprendido por propios y ajenos, por cristianos y


por ateos. En un medio extraño, la ciudad marxista. Éste fue el foco
de atención de la obra que llegó a publicar: Ciudad marxista, tierra
de misión. Provocación del marxismo a una vocación por Dios
(1957). En medio de un mundo abandonado a sí mismo, brillaba una
llama por propia voluntad, bajo la fuerza del Evangelio y con la per-
severancia de la oración, la llama de la caridad, de Madeleine, que
experimentaba un contraste entre sus hermanos cristianos y sus ami-
gos marxistas. En el pesebre de la comprensión de los suyos expe-
rimentó la necesidad primordial de la Comunidad, lugar donde se
toman las fuerzas necesarias para poder ir ante el mundo y dar testi-
monio de «lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros pro-
pios ojos, lo que hemos contemplado» (1 Jn 1,1), «para que creáis
que Jesús es el Mesías, el hijo de Dios, y para que creyendo tengáis
vida en su nombre» (Jn 20,31). Y su testimonio es doble, denuncian-
do el absurdo del marxismo y, a su vez, la incoherencia de los cristia-
nos que no viven el Evangelio: «Búsquedas, luchas y rezos a Dios me
han enseñado: que con su implacable determinismo los marxistas son
los más alucinados de todos los hombres, que en sus heroicas sinceri-
dades, no son sino los testimonios de una contraverdad absoluta y
esencial a sus sistemas; que su combate contra la Iglesia es de un tipo
tal que, solamente quienes lleven su realismo sobrenatural hasta las
últimas consecuencias, serán capaces de dar a la Iglesia un frente
adaptado para este combate; que si la gloria de Dios es, en definitiva,
un motivo supremo de toda voluntad misionera, nos veremos aguijo-
neados por la cuestión marxista, por ser el marxismo la afirmación
más universal y solemne de que Dios no existe» 64. Y curiosamente
Madeleine fue una interlocutora muy apreciada por ellos que, aún sin
entender su fe, observaban la caridad coherente que ella manifestaba
(de lo cual surgió una profunda amistad). Así nació Ciudad marxista,
tierra de misión: «Nada más bello y más oportuno que lo que ha es-
crito Madeleine Delbrêl, que ha sabido unir con el mismo entusiasmo
64
M. DELBRÊL, Ville marxiste, terre de mission, Paris, Cerf, 1957, p. 19 (la
cursiva es mía).
442 IGNACIO HUSILLOS TAMARIT

la firmeza de la fe, exigencia de lo único necesario, y el amor a sus


hermanos marxistas» 65.

5. Testimonio oculto para ser publicado

«Hace años se abrió el proceso de beatificación de Made-


leine Delbrêl, que no fundó ninguna congregación religiosa ni
ejerció ningún tipo de acción espectacular de carácter carita-
tivo o místico, y sólo fue conocida por un reducido grupo de
amigos. Sin embargo, gracias a la publicación póstuma de
algunas de sus obras, su irradiación no ha dejado de crecer en
Francia y en todo el mundo, y son incontables los artículos y
libros acerca de su vida y pensamiento» 66.

Teólogos de gran valor como Fessard, Congar, De Lubac 67,


Bouyer 68, Journet 69, Von Balthasar 70, Cottier, Guerra 71, Neufeld 72,
65
GEORGES M. M. COTTIER, OP, «V. Discusión», en G. GIRARDI (dir.), El
ateísmo contemporáneo. II: El ateísmo en la filosofía contemporánea: corrien-
tes y pensadores, Madrid, Cristiandad, 1971, p. 249. En el vol. 1 de esta obra
ya se había citado a la Delbrêl: SABINO SAMELE ACQUAVIVA, «Análisis socio-
lógico del fenómeno del ateísmo», en ibíd., I: El ateísmo en la vida y en la
cultura contemporánea, Madrid, 1971, p. 124, nota 39. El original italiano se
publicó por la Società Editrice Internazionale (Turín, 1967).
66
En Actualidad bibliográfica, 35 (1998), 215 (el autor copió la contrapor-
tada de J. LOEW, op. cit.).
67
HENRI DE LUBAC, SJ, El eterno femenino, Salamanca, Sígueme, 1969 (Hin-
není, 91), pp. 207-208.
68
Cf. la introducción del n. 4 de Communio, 31 (2004): alegría testimonia-
da por Delbrêl y Bouyer.
69
CHARLES JOURNET, «Un message pour l’après-concile, le livre postume de
Madeleine Delbrêl», en Nova et Vetera, 42 (1967), 1-5.
70
Cf. HANS URS VON BALTHASAR, El complejo antirromano. Intregración del
papado en la Iglesia universal, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1981
(=BAC normal, 420), pp. 21, 313 [original: Der antirömische affekt. Wie lässt
sich das Papsttum in der Gesamtkirche integrieren, Freiburg im Breisgau, 1974.
Ver §. IV.a. También ver §. III.1 (allí se hallan además referencias a Cottier y
a Martini)].
71
Ver §. IV.b.4. Colaboración en VV.AA., «Mujeres del siglo XX», en Revis-
ta de Espiritualidad, 37 (1978), 339-533. A. Guerra quedó marcado por la lectu-
ra profundizada de los escritos de M. Delbrêl y en su siguiente colaboración
(«Cantar hoy en tierra extraña», en ibíd., pp. 661-684) cita bastante sus obras.
72
Ver §. IV.b.5 y §. IV.b.8.
MADELEINE DELBRÊL, PROFETA DEL EVANGELIO... 443

Moioli 73, Tillard 74, Martini, Etchegaray 75, Schönborn 76, Sicari 77,
Sequeri 78, Poupard 79 han recordado la riqueza y la originalidad de
su pensamiento. Se le han dedicado tesis doctorales y estudios cien-
tíficos en Francia, Alemania e Italia. Desde enero de 1995 su pro-
ceso de beatificación está en marcha en la Congregación para las
causas de los santos. Y en España son bastantes los que han oído
hablar de Madeleine. Aún así existe un gran desconocimiento sobre
ella. Pensamos que ya es hora de conocer el testimonio de una mujer
evolucionada, francesa, atea, cristiana, asistente social y escritora,
profeta del Evangelio y apóstol de una rara caridad, aguda discerni-
dora y un espíritu fino para captar las necesidades, los signos de los
tiempos y llegar a las respuestas ansiadas por el hombre que anda
siempre en busca del sentido 80.

IV. ENSAYO BIBLIOGRÁFICO SOBRE ESPIRITUALIDAD

«Madeleine Delbrêl es probablemente una de las mujeres que


más ha contribuido al desarrollo de la espiritualidad laical en la
Iglesia» 81. Hablar de Madeleine Delbrêl en el ámbito de la espiritua-
73
GIOVANNI MOIOLI, «Cristocentrismo», en STEFANO DE FIORES, SMM-TUL-
LO GOFFI (a cura di), Nuovo Dizionario di Spiritualità, Roma, Paoline, 1979,
pp. 363-364, bajo el §. «3. L’esigenza cristocentrica nella spiritualità contem-
poranea: dalla spiritualità del “corpo mistico” al periodo postconciliare. c) Un
esempio postconciliare», el ejemplo precisamente es Madeleine Delbrêl; el ar-
tículo completo: pp. 354-366.
74
JEAN-MARIE ROGER TILLARD, OP, «Pauvreté chrétienne. IV. Vingtième
siècle», en DS, 12 (Paris, 1984), 669. La referencia a Delbrêl se halla en §. «La
pauvreté “contemplative”» (ibíd., cols. 669-670).
75
En la presentación del Jubileo del mundo del espectáculo (12-12-2000).
Ver, además, §. IV.b.7.
76
CHRISTOPH SCHÖNBORN, OP, «Una amistad extraordinaria», en Huellas,
n. 1 (enero de 2003).
77
Ver §. IV.b.7. Cf. ANTONIO MARIA SICARI, OCD, Gli ha chiamati amici.
Laici e consigli evangelici, Milano, Jaca Book, 2001 (=Già e non ancora, 372),
pp. 118-120, 137-139, 151-155.
78
Ver §. IV.c.1.
79
PAUL POUPARD, «Pedro y las piedras de la Ciudad eterna», en 30 Días,
XXIII (enero de 2005), n. 3.
80
Cf. VIKTOR E. FRANKL, El hombre en busca del sentido, Barcelona, Her-
der, 19845.
81
En Actualidad bibliográfica, 34 (1997), 246.
444 IGNACIO HUSILLOS TAMARIT

lidad se ha hecho ya una loable costumbre 82. En gran cantidad de


subsidios para el estudio de la espiritualidad la hallamos como po-
demos encontrar las figuras clásicas de la teología mística cristiana
y de la historia de la espiritualidad. Tanta es la frecuencia inusita-
da con la que aparece esta mujer francesa que vivió durante la pri-
mera mitad del siglo XX, cuyas obras han sido divulgadas a partir de
la segunda mitad de esa misma centuria y es conocida a comienzos
del XXI. Cuánto más, cuando, por un lado, en el trigésimo aniversa-
rio de su muerte (1994) fue promovida su causa de beatificación por
el obispo de Créteil (Francia) y, por otro lado, se acaban de cumplir
cien años de su nacimiento (1904-2004), celebrados por la Asocia-
ción de los Amigos de M. Delbrêl 83. En consecuencia, unos y otros
se han dispuesto a celebrar estos acontecimientos con libros y nue-
vas ediciones 84; y el I centenario, concretamente, organizando semi-
narios, coloquios o congresos, publicando estudios varios sobre esta
peculiar mujer:
«No ha habido ningún despliegue mediático, ningún mo-
vimiento católico o laico, que haya atraído la atención sobre
ella, ni cuando vivía ni después de su muerte. No ha habido
ninguna controversia, ningún milagro, ningún fenómeno de
masas... Sus enfermedades, así como sus adversidades fami-
liares, no destacan respecto de la norma común de los “pro-
blemas corrientes de la gente corriente”, que todos sabemos lo
importantes que pueden ser.
En octubre de 1964, en el momento de su muerte, Made-
leine sólo era conocida por un pequeño y heterogéneo círculo
de habitantes de Ivry, al que se habían añadido algunos ami-
gos de otros lugares [entre ellos, Jacques Loew, que escribe
82
El programa de la casa de ejercicios del Priorato de San Pedro (Valle de
Aosta, Italia) también la cita; así como el cartel anunciador de un encuentro
de oración organizado por la Delegación de Pastoral Juvenil de la Diócesis de
Vittorio Veneto (Italia).
83
La llega a citar el papa Juan Pablo II, al menos, en dos ocasiones: 1. En
el Mensaje dirigido a los participantes de la LXXIV edición de las Semanas
Sociales de Francia, en París (26-11-1999); 2. En el Mensaje al Presidente de
la Conferencia Episcopal de Francia (n. 5), el 11-2-2005, meses antes de morir.
84
Hay que entender, en este sentido, las reediciones de 1995 por las edi-
toriales Seuil y DDB.
MADELEINE DELBRÊL, PROFETA DEL EVANGELIO... 445

esto en 1994]. La causa de beatificación, promovida actual-


mente por el obispo de Créteil, no es más que una de las
consecuencias, no el origen, de la fama de Madeleine (...).
En menos de quince años, sigilosamente, por contagio,
como un incendio forestal que se extiende quemando la ma-
leza, se han ido propagando sus escritos. Al mismo tiempo,
más de veinte traducciones a distintos idiomas dan a conocer
su pensamiento en diversos países. Desde máximas de calen-
dario hasta tesis universitarias o americanas, desde recensio-
nes de revistas hasta diccionarios de espiritualidad, todo el
mundo cita y comenta a Madeleine Delbrêl. Sólo con la enu-
meración de los autores y títulos de las recensiones se llena-
rían cerca de cien páginas...
Éste es el hecho. Bastante insólito en sí mismo y merece-
dor de ser subrayado» 85.

Para subrayar ese hecho, hacemos constar todas las referencias


que han ido apareciendo en una primera investigación bibliográfica
en torno a la figura de Madeleine Delbrêl.

a) Las obras principales de Madeleine Delbrêl 86

• Ville marxiste, terre de mission. Provocation du marxisme à une


vocation pour Dieu. Rédigé à Ivry de 1933 à 1957, préface
d’Étienne Fouilloux, Paris, Cerf, 1957, 220 p.; Paris, Seuil, 1970
(=Foi Vivante, 129); Paris, Desclée de Brouwer, 1995, 280 p.
85
J. LOEW, OP, «Vivir el evangelio con Madeleine Delbrêl», op. cit. (1997),
pp. 9-10.
86
Otras obras y artículos suyos: MISCELÁNEA: 1. La femme et la maison,
Paris, Temps présent, 1941; La mujer y la casa, Barcelona, Atlántida, 1944
(=Alfa y Omega, 6). 2. Frei für Gott, Einsiedeln, Johannes, 1976, 19912 (=Der
Neue Weg, 4), 154 p. 3. Der kleine Mönch: e. geistlicher Notizbüchlein, Leip-
zig, St.-Benno, 19862, 106 p.; Il piccolo monaco. Un taccuino spirituale, To-
rino, Gribaudi, 1990. 4. L’Évangile court la banlieure. Extrait du Livre des
merveilles, Paris, Mame-Plon, 1999. 5. È stato il mondo a farci così timidi?
Uno scritto inedito, Piacenza, Berti, 1999. 6. ANNETTE SCHLEINZER (ed.), Ma-
deleine Delbrêl. Gott einen Ort sichern. Texte - Gedichte - Gebete, Ostfildern,
Schwabenverlag, 2002 (=Literaturangaben), 160 p. ARTÍCULOS: «Joies venues
446 IGNACIO HUSILLOS TAMARIT

— ITALIANO: Città marxista terra di missione. Provocazione mar-


xista ad una vocazione per Dio, Brescia, Morcelliana, 1961;
Milano, Jaca Book, 1975.
— ALEMÁN: Christ in einer marxistischen Stadt (trad. y pról. de
Victor Conzemius), Frankfurt am Main, Knecht, 1974, 184 p.;
Auftrag des Christen in einer Welt ohne Gott (trad. por Her-
mann Josef Bormann y Ruth Disse; pról. Katja Boehme) Ein-
siedeln, Johannes Verlag, 2000 (=Theologia Romanica, 23),
204 p.

• Nous autres, gens des rues. Textes missionaires présentés par


Jacques Loew, Paris, Éditions du Seuil, 1966, 1971, 1995 (=Livre
de vie), 336 p. 87.
— ITALIANO: Noi delle strade, Torino, Gribaudi Editore, 1969,
1988; Noialtri delle strade, Milano, 1998 88.
— ESPAÑOL: Nosotros, gentes de la calle (trad. por Francisco
José Alcántara), Barcelona, Estela, 1971 (=Cristianismo y
Tiempo, 50), 292 p. [Edición agotada].
— ALEMÁN: Wir Nachbarn der Kommunisten. Diagnosen, pre-
sentación de J. Loew (trad. por H. Urs von Balthasar), Ein-
siedeln, Johannes-Verlag, 1975 (=Theologia Romanica, 7),
276 p.
— INGLÉS: We, the Ordinary People of the Streets (trad. por David
Louis Schindler y Charles F. Mann), Grand Rapids (Michi-
gan), William B. Eerdmans Publishing Company, 2000 (=Res-
sourcement: Retrieval & Renewal in Catholic Thought,
RRRCT).

de la montagne», en Études Carmélitaines, 26/I (1947), 185-192; «Ivry, ville


marxiste et présence de l’Église», en Parole et Mission, 10 (1958), 367-382;
«Wij mensen van de straat», en Innerlijk Leven, 22 (Gent 1968), 182-187;
«Zendelingen zonder boten», ibíd., pp. 293-298; «Long Live Freedom», en
Communio, 18 (1991), 292; «Church and Mission», ib., pp. 603-615; «Lithur-
gy Without Office», ib., pp. 616-619; «Missionary Love», en Communio, 24
(1997), 626-629.
87
La 1.ª edición (1966) se tituló simplemente Textes missionaires. El Post-
face, por Louis Augros.
88
Cf. GIANFRANCO RAVASI, «Danza della vita», en Avvenire (26-2-2003),
p. 1.
MADELEINE DELBRÊL, PROFETA DEL EVANGELIO... 447

• La joie de croire, préface de Jean Guéguen, avant-propos de Guy


Lafon, Paris, Éditions du Seuil, 1968, 1995 (=Livre de vie),
275 p. (la ed. de 1995 incluye Alcide).
— ITALIANO: Che gioia credere (trad. por Lucia Testa), intro-
duzione di Jean Guéguen, prefazio di Guy Lafon, Torino,
Gribaudi, 1970, 300 p.; La gioia di credere, Torino, Gribaudi,
1988, 1994 (=Strumenti di approfondimento spirituale).
— PORTUGUÉS: A Alegria de Crer, Rio do Janieiro, Agir, 1970,
302 p.
— ALEMÁN: Gebet in einem weltlichen Leben (trad. y pról. de H.
U. von Balthasar y Cornelia Capol), Freiburg im Breisgau-
Einsiedeln, Johannes, 11974, 51993 (=Beten heute, 4). 128 p.
— INGLÉS: The Joy of Believing, Montréal?, Editions Pauline,
1993.
— ESPAÑOL: La alegría de creer (trad. por Milagros Amado Mier
y Denise Garnier), Santander, Sal Terrae, 1-21997 (=El Pozo
de Siquem, 80), 246 p. 89

• Communautés selon l’Évangile, Paris, Éditions du Seuil, 1973,


189 p.
— ITALIANO: Comunità secondo il vangelo, Brescia, Morcelliana,
1
1976, 21979; Torino, Gribaudi, 41996 (=Strumenti di appro-
fondimento spirituale).
— ESPAÑOL: Las comunidades según el Evangelio (trad. por José
Manuel López Vidal), Madrid, PPC, 1998 (=Sauce, 80), 200
p. [edición agotada en 2004].

• Alcide. Guide simple pour simples chrétiens, Paris, Éditions du


Seuil, 1980 (=Foi Vivante, 133). Paris, Seuil, 1995 (=Livre de
vie); cf. La joie de croire (1995), 126 p.

• Indivisible Amour. Pensées détachées inédites, préface de Jacques


Sommet, Paris, Éditions du Centurion, 1991, 140 p. 90
89
Recensión en Comunidades, 24 (1997), n. 90, p. 73, por Jesús-Lucas
Rodríguez García.
90
Recensión en Christus, 39 (París, 1992), n. 153, p. 99.
448 IGNACIO HUSILLOS TAMARIT

— ALEMÁN: Leben gegen den Strom. Denkanstöße einer konse-


quenten Christin (trad. y pról. de Katja Boehme), Freiburg im
Breisgau, Herder, 1992; Die Liebe ist unteilbar (trad. y pról.
de K. Boehme), Einsiedeln-Freiburg, Johannes, 22000 (=Theo-
logia Romanica, 25), 118 p.
— ITALIANO: Indivisibile Amore. Pensieri di una vita cristiana
controcorrente, Casale Monferrato (AL), Piemme, 1-21994.

• Missionaires sans bateau. Les racines de la mission. Lettres aux


Pères Perrot et Augros, préface par Claude Dagens, Paris, Parole
et Silence Éditions, 2000, 119 p.
— ITALIANO: Missionari senza battello. Le radici della missione,
Padova, Messagero di S. Antonio Editrice, 2004 (=I Mini-
Grandi, 10), 112 p.

b) Presencia de Madeleine Delbrêl en bibliografías, diccionarios,


b) libros y artículos

b.1. Bibliografías 91

A finales de los sesenta dejó de frecuentarse la cita de J. Delbrel


para empezar a emplearse, aún con gran timidez, la de M. Delbrêl 92.
En 1968 ya se comentaba la primera edición de la obra que más
fama le daría a Madeleine: Nous autres, gens de rues 93. La versión
castellana (1971) motivó estas palabras: «El interés del presente
libro (...) en el mundo secularizado de hoy es grande, por presentar
la biografía de una mujer excepcional» 94.

91
Cf. La Bibliographia Internationalis Spiritualitatis [=BIS] de los años
1966-2001.
92
Joseph Delbrel SJ (1856-1927) fundó la revista Le recrutement sacerdo-
tale y publicó una amplia bibliografía sobre el sacerdocio; cf. PAUL BAILLY, SJ,
«Delbrel, Joseph», en DS, 3 (1957), 123-124.
93
En Selecciones de Libros S. Francisco de Borja, 5 (1968), 226.
94
Actualidad bibliográfica, 9 (1972), 251. El libro se comenta dentro de la
sección de Teología pastoral, al igual que se había hecho con su original fran-
cés en 1968.
MADELEINE DELBRÊL, PROFETA DEL EVANGELIO... 449

b.2. Diccionarios de mística y de espiritualidad 95

— Diccionario de mística (italiano y español) 96:


! MARISA TIRABOSCHI, «Delbrêl Madeleine», en LUIGI BORRIE-
LLO, OCD - EDMONDO CARUANA, OCarm - MARIA ROSARIA
DEL GENIO - N. SUFFI (a cura di), Dizionario di Mistica, Città
del Vaticano, Libreria Editrice Vaticana, 1998, pp. 395-396.

— Diccionario de espiritualidad (italiano y español) 97:


! SANDRO SPINSANTI, «Modeli spirituali», en Nuovo Diziona-
rio di Spiritualità, Milano, Paoline, 1979, pp. 1015-1019:
«2. Madeleine Delbrêl: santità per la gente delle strade» 98.

b.3. Obras realizadas en colaboración

! MARIANNE HEIMBACH-STEINS, «Beweglich glauben: Madelei-


ne Delbrêl», en BENEDIKTA HINTERSBERGER - STEFANIE AURE-
LIA SPENDEL (Hrsg.), Gott im Sinn. Mit großen Frauen auf
dem Weg des Glaubens, München 1999, pp. 150-156.
! ANTON ROTZETTER, «Marcel Legaut - Madeleine Delbrêl -
Simone Weil. Oder: Die neuen Wege des Geistes», en ID.
95
En el Dictionnaire de Spiritualité no se asignó una entrada propia a
M. Delbrêl, ya que el tercer volumen (letra D) se editó en 1957, año en que
publicó Ville marxiste, terre de mission y apenas era conocida. Escribe J. Loew:
«Es verdad que Ville marxiste, terre de mission fue publicado por la propia
Madeleine en 1957, y algunos pensadores más perspicaces se habían fijado en
él; sin embargo, “sólo llegó a un número limitado de lectores”, como precisa
la reedición de 1970» (J. LOEW, op. cit. [1997], p. 9).
96
Traducción: Diccionario de mística, Madrid, San Pablo, 2002.
97
Traducción: Nuevo Diccionario de Espiritualidad, Madrid, San Pablo,
20005.
98
En el mismo diccionario, dentro del «Índice analítico», bajo la voz «San-
to», se halla la entrada «“Santos” de hoy no canonizados», y entre ellos figura
M. Delbrêl. «Aparte de los santos canonizados, de todos aquellos de la fiesta
de Todos Santos, están los santos de hoy, “los elegidos de Dios”: una Made-
leine Delbrêl que, treinta años antes del Concilio, ha vivido en la ciudad mar-
xista de Ivry lo que más tarde ha propuesto el Concilio» (J. LOEW, Ese Jesús
al que se llama Cristo, Madrid, Euramérica, 1973, p. 22).
450 IGNACIO HUSILLOS TAMARIT

(Hrsg.), Geist und Geistesgaben. Die Erscheinungsformen


des geistlichen Lebens in ihrer Einheit und Vielfalt, Zürich-
Einsiedeln-Köln, Benziger, 1980 (=Seminar Spiritualität, 2),
pp. 247-271.
! WERNER LÖSER, SJ, «Madeleine Delbrêl - Dimensionen ihrer
Dialogue», en JOSEPH SAUER (Hrsg.), Geistliche Profile unse-
rer Zeit, Karlsruhe, Veröffentlichuungen der Kath. Akade-
mie der Erzdiözese Freiburg, 1979, pp. 89-107.
! VICTOR CONZEMIUS, «Madeleine Delbrêl - Porträt des Chris-
ten der Zukunft», en ID., Propheten und Vorläufer. Wegbe-
reiter des neuzeitlichen Katholizismus, Zürich-Einsiedeln-
Köln, Benzinger, 1972, pp. 304-316 99.

b.4. Revistas de estudios científicos

! PIERRE AUFFRET, «“Quand il l’a une seule fois rencontré”.


Étude structurelle d’un texte de Madeleine Delbrêl sur la
solitude», en Theoforum, 31 (2000) 181-201.
! JEAN-PHILIPPE HOUDRET, OCD, «Un témoin de l’Évangile en
notre temps: Madeleine Delbrêl», en VV.AA., «Mystiques
laïques du XXe siècle», en Carmel, n. 93 (1999) 51-71.
! PHILIPPE GAGNON, «Le chemin de la prière chez Madeleine
Delbrêl», en Église et Théologie, 28 (1997) 343-368.
! VV.AA., «Madeleine Delbrêl et l’incroyance», en Le Su-
pplément. Revue d’Éthique et de Théologie Morale, n. 198
(1996) 5-150.
! VV.AA., «Dossier. Les Communistes et les Chrétiens, allian-
ce ou dialogue? Madeleine Delbrêl (1904-1933-1964)», en
Le Supplément. Revue d’Éthique et de Théologie Morale,
n. 173 (1990) 3-199.
! AUGUSTO GUERRA, OCD, «Vida de fe en ambientes descris-
tianizados. Magdalena Delbrêl (1904-1964)», en Revista de
Espiritualidad, 37 (1978) 435-455.VICTOR CONZEMIUS, «Ma-

99
Abarca 323 páginas; la bibliografía, en pp. 317-322. Así, el estudio sobre
M. Delbrêl cierra la obra.
MADELEINE DELBRÊL, PROFETA DEL EVANGELIO... 451

deleine Delbrêl, chrétienne en milieu marxiste», en Vie con-


sacrée, 49 (1977) 133-151.
! MARIA L. CRAVETTO, «Madeleine Delbrêl (1904-1964). Una
vita missionaria», en Humanitas, 27 (1972) 15-41, 142-161.

b.5. Revistas de estudios divulgativos

! GEORGES COTTIER, OP, «Une contemplative au coeur du


monde: Madeleine Delbrêl (1904-1964)», en Annali di Scien-
ze Religiose, 4 (1999) 117-127.
! KATJA BOEHME, «Die Kirche als lebendiger Organismus. Zur
geistlichen Berufung des Priesters und des Laien nach Ma-
deleine Delbrêl», en Geist und Leben, 71 (1998) 179-193.
! BERNARD PITAUD, PSS, «Au cœur de la vie apostolique, Ma-
deleine Delbrel (sic)», en Spiritus, 39 (1998) 379-389.
! JOSEP MARIA RAMBLA, SJ, «Madeleine Delbrêl. La utopía del
evangelio a pie de calle», en Sal Terrae, 86/9 (1998) 747-
757.
! BERNARD PITAUD, PSS, «Madeleine Delbrêl», en Spiritus, 37
(1996) 87-99.
! MARIANNE HEIMBACH-STEINS, «“Ein normaler Gewaltzustand”
- Politische Konflikte als Herausforderung christlichen Han-
delns. Das Beispiel Madeleine Delbrêl», en Geist und Leben,
68 (1995) 367-378.
! CLAUDIO STERCAL, «La preghiera in Madeleine Delbrêl», en
Vita Consecrata, 30 (1994) 493-499 100.
! WERNER LÖSER, SJ, «Madeleine Delbrêl - ihr Leben und ihr
Wirken», en Dienender Glaube. Zeitschrift für Ordens
frauen, 66 (1990) 194-196.
! B. PAPASOGLI, «Madeleine Delbrêl: l’inquietudine della fron-
tiera», en Letture, 33 (1978) 757-770.
! JEAN GUÉGUEN, «Madalena Delbrêl», en Brotéria, n. 98
(1974) 146-153.
100
Cf. ID., «“L’action vraiment amoureuse”. La preghiera in Madeleine
Delbrêl», en M. L. COPPADORO, Abbagliata da Dio. La preghiera in Madelei-
ne Delbrêl, Milano, Àncora, 1994, 19992, pp. 11-20.
452 IGNACIO HUSILLOS TAMARIT

! DOMENICO MONDRONE, SJ, «Impegno e autenticità cristiana


negli scritti di Madeleine Delbrêl», en La Civiltà Cattolica,
123 (1972) I, 541-544.
! HÉLÈNE JUNG, «L’Évangile et Madeleine Delbrêl», en La Vie
Spirituelle, 53 (1971) 739-748.
! KARL HEINZ NEUFELD, «Atheismus und Spiritualität - Zum
Zeugnis von Madeleine Delbrêl», en Geist und Leben, 44
(1971) 296-305.
! L. DELANNOY, «Madeleine Delbrêl dopo “Nous autres, gens
de rue. La gioia di credere”», en Studi Cattolici, 19 (1969)
347-351.
! N. CARRERAS-PATXOT, «Madeleine Delbrêl: eroismo di una
vita banale», en Studi Cattolici, 11 (1967) 267-271.
! JEAN DE MENASCE, OP, «La vie et la réflexion de Madeleine
Delbrêl», en La Vie Spirituelle, 49 (1967) 325-329 101.

b.6. Diferentes libros de espiritualidad

" BERNARD PITAUD, PSS, Il Cristo della porta accanto. Medi-


tiamo con Madeleine Delbrêl, Milano, Edizioni Paoline,
2000 (=Meditiamo con i santi).
" MARIA LUISA COPPADORO, Madeleine Delbrêl: maestra di
preghiera, Milano, Àncora, 21999 (=Testimoni del nostro
tempo), 232 p.
" BERNARD PITAUD, PSS, Prier 15 jours avec Madeleine Del-
brêl, Montrouge, Nouvelle Cité, 1998 (=Prier 15 jours,
29) 102, 128 p.
" JEAN GUÉGUEN, Madeleine Delbrêl. Una mistica nel mondo,
Milano, Massimo, 1997.
101
Sobre el dominico Jean de Menasce (1902-1973), primero sionista y
después convertido desde el ateísmo al catolicismo, cf. RAYMOND DARRICAU,
«Menasce», en DS, 10 (París, 1980), 1008-1009.
102
Esta colección está siendo traducida al castellano por la editorial Ciu-
dad Nueva: «15 días con» (dirigida por J. Damián Gaitán, OCD), además de
añadir otras obras en castellano. Es posible, pues, que veamos próximamente
esta obrita en las librerías españolas al alcance del público lector hispanoha-
blante.
MADELEINE DELBRÊL, PROFETA DEL EVANGELIO... 453

" JACQUES LOEW, OP, Vivir el Evangelio con Madeleine Del-


brêl, Santander, Sal Terrae, 1997 (=El Pozo de Siquem, 87),
136 p. (ed. original francesa: cf. infra 1994).
" DIEGO ZORZI, Madeleine Delbrêl. Una «Donna teologale»
nella città marxista, Piacenza, Edizioni Berti, 1998 (=Paro-
le per pensare), 64 p.
" JACQUES LOEW, OP, Madeleine Delbrêl. Dall’ateismo alla
mistica, con un ritratto di J. Loew a cura di Francesco Stra-
zzari, Bologna, Ediz. Dehoniane, 1998 (=Itinerari), 128 p.
" MARIA LUISA COPPADORO, Abbagliata da Dio. La preghiera
in Madeleine Delbrêl, Milano, Àncora, 1994.
" JACQUES LOEW, OP, Vivre l’Évangile avec Madeleine Delbrêl,
Paris, Éditions du Centurion, 1994 (=Spiritualité), 132 p.
" MARK GIBBARD, Hommes et femmes de prière au XXe siècle,
Paris, Éditions du Cerf, 1976 (=Évangile au XXe siècle):
una de las mujeres de las que se habla es M. Delbrêl.

b.7. Libros de tipo biográfico

" ANTONIO M. SICARI, OCD, Il sesto libro dei Santi. Ambrogio


di Milano, Benedetto da Norcia, Brigida di Svezia, A. M. de
Ligouri, Francesco e Giacinta Marto, F. Kowalska, M. Del-
brêl, P. Pio da Pietrelcina. Milano, Jaca Book, 2000 (=Già
e non ancora), 176 p.
" CHARLES F. MANN, Madeleine Delbrêl: A Life Beyond Boun-
daries, San Francisco, New World Press, 1996, 1998, 205 p.
Francés: Madeleine Delbrêl, une vie sans frontières, préface
du cardinal Rotger Etchegaray, Paris, DDB, 2002 (=Témo-
ins), 320 p. Italiano 103: Madeleine Delbrêl. Una vita senza
frontiere, Milano, Gribaudi, 2004, 252 p.
" JEAN GUÉGUEN, Petite vie de Madeleine Delbrêl, Paris, Des-
clée de Brouwer, 1995 (=Petites vies), 140 p. 104.
103
Cf. ENZO BIANCHI, «Le strade della carità nella Parigi rossa», en La
Stampa (15-1-2005), p. 5.
104
El autor es el Postulador de la Causa de beatificación de M. Delbrêl
(introducida en 1995).
454 IGNACIO HUSILLOS TAMARIT

" CHRISTINE DE BOISMARMIN, Madeleine Delbrêl, 1904-1964.


Rues des villes, chemins de Dieu, Paris, Nouvelle Cité, 1985
(207 p.), 2004 (286 p.). Alemán: Madeleine Delbrêl: e.
Leben unter Menschen, d. Christus nicht kennen, München-
Zürich-Wien, Neue Stadt, 1986 (=Zeugen unserer Zeit). Ita-
liano: Madeleine Delbrêl (1904-1964). Strade di città, sen-
tieri di Dio, Roma, Città Nuova, 1988. Alemán: Madeleine
Delbrêl: Mystikerin der Straße, München-Zürich-Wien,
Neue Stadt, 19962 (=Zeugen unserer Zeit), 209 p.
" WERNER LÖSER, SJ, «Madeleine Delbrêl (1904-1964)», en
Ludwig BERTSCH - Otto SEMMELROTH (Hrsg.), Sie lebten den
Glauben. Madeleine Delbrêl, Rupert Mayer, Alfred Delp,
Ida F. Görres, Maximilian Kolbe. Mainz, Grünewald, 1976
(79 p.), pp. 17-28.

b.8. Tesinas, tesis y libros de estudios científicos

" SANTO BATTAGLIA, L’impegno sociale del cristiano nella ri-


flessione di Madeleine Delbrêl, Roma, Pontificia Universi-
tas Lateranensis. Academia Alphonsiana. Institutum Supe-
rioris Theologiae Moralis, 2001, 213 p. [extracto de la tesis].
" WALTER REPGES, Therese von Lisieux die luthernahe Heili-
ge: sowie Simone Weil, Raïsa Maritain und Madeleine
Delbrêl, Aachen, Shaker, 2001 (=Theologische Studien),
115 p.
" KATJA BOEHME, Gott aussäen. Zur Theologie der weltoffenen
Spiritualität bei Madeleine Delbrêl, Würzburg, Echter, 1997,
2
1999 (=Studien zur systematischen und spirituellen Theolo-
gie, 19), x-311 p. (Diss. theol. Freiburg im Breisgau).
" GOTTHARD FUCHS (Hrgs.), «...in ihren Armen das Gewicht
der Welt»: Mystik und Verantwortung: Das Beispiel Made-
leine Delbrêl, Frankfurt am Main, Verlag Joseph Knecht,
1995, 174 p. 105

105
Escriben: K. Boehme, Karl Gabriel, M. Heimbach-Steins, Karl Heinz
Neufeld y A. Schleinzer.
MADELEINE DELBRÊL, PROFETA DEL EVANGELIO... 455

" MARIANNE HEIMBACH-STEINS, Unterscheidung der Geister -


Strukturmoment christlicher Sozialethik. Dargestellt am
Werk Madeleine Delbrêls, Münster-Hamburg, Lit, 1994
(=ICS - Schriften, 31). xiii-303 p.; 2005 (Habilitationss-
chrift [cátedra universitaria]).
" ANNETTE SCHLEINZER, Die Liebe ist unsere einzige Aufgabe.
Das Lebenszeugnis von Madeleine Delbrêl, Ostfildern,
Schwabenverlag, 1994, 361 p. (Diss. theol. Bamberg).

b.9. Madeleine Dêlbrel en Internet (selección)

• http://www.madeleine-delbrel.net/ 106
• http://lesmadeleines.free.fr/religion/delbrel.htm 107
• http://www.chasque.net/umbrales/rev154/30-32.htm 108
• http://puntocuore.it/delbrel.htm 109
• http://www.dimensionesperanza.it/ 110
• http://www.santamelania.it/approf/areopago/delbrel.htm 111

106
Portal de la «Asociación de Amigos de Madeleine Delbrêl». En el Año
Madeleine Delbrêl, este portal se ha puesto sus mejores galas y explica (en
francés) todo lo relativo a ella. Desde aquí se puede pedir el boletín Les Amis
de Madeleine Delbrêl (en varias lenguas).
107
Página muy completa sobre Madeleine Delbrêl: biografía, personali-
dad, eventos, movimientos, textos, obras, bibliografía, citas y fotografías. En
francés.
108
Buena introducción en castellano: PRIMO CORBELLI, «Madeleine Delbrêl:
El Evangelio en los barrios obreros de París», en Umbrales, n. 154 (Montevi-
deo, 2004). Ver además: http://abandono.com.
109
Página de los «Santos y amigos de la Obra» laical católica Punto Co-
razón. En italiano.
110
Los marianistas de Roma ofrecen diversos textos de M. Delbrêl y varias
reflexiones a modo de artículos sobre su figura y su pensamiento para el hom-
bre de hoy. En italiano.
111
Interesante introducción sobre la figura de M. Delbrêl (22 folios en
formato PDF). En italiano.
456 IGNACIO HUSILLOS TAMARIT

c) I Centenario del nacimiento de Madeleine Delbrêl (1904-2004)

c.1. Algunas obras y artículos escritos en la estela del centenario

2003

" OTTO GEORGENS, Das Evangelium leben mit Madeleine Del-


brêl, Ramstein, Paqué-Verlag, 22003 (=Missionarisch Kirche
sein), 224 p.
" ID. (Hrsg.), Auf den Strassen der Welt verbirgt sich Gott.
Hundert Worte von Madeleine Delbrêl, München-Zürich-
Wien, Neue Stadt Verlag, 2003, 100 p.

2004

• OBRAS COMPLETAS DE M. DELBRÊL: I. Éblouie par Dieu. Correspon-


dance. Volume 1: 1910-1941, textes présentés par G. François. C.
Moncortié et B. Pitaud, Montrouge, Nouvelle Cité, 2004, 350 p.
II. S’unir au Christ en plein monde. Correspondance. Volume 2:
1942-1952, Montrouge, Nouvelle Cité, 2004 (=Spiritualité), 350
p. Traducción de otras obras: Der kleine Mönch, Freiburg, Herder,
3
2004, 46 p.; «Spiritual Will and Testament», en Communio, 31
(2004) 689-691.
" K. BOEHME, Madeleine Delbrêl. Die andere Heilige, Freiburg,
Herder, 22004, 128 p.
" GILLES FRANÇOIS - BERNARD PITAUD - AGNÈS SPYCKET, Madelei-
ne Delbrêl, connue et inconnue, le livre du centenaire, Mon-
trouge, Nouvelle Cité, 2004 (=Spiritualité), 318 p.
" OTTO GEORGENS (Hrsg.), Auf den Straßen der Welt verbirgt
sich Gott. Hundert Worte von Madeleine Delbrêl, München-
Zürich-Wien, Neue Stadt Verlag, 22004 (1.ª ed.: 2003).
! ID., «Die Einsamkeit im Leben und in der Spiritualität von
Madeleine Delbrêl», en Geist und Leben, 77 (2004) 361-368.
" JEAN GUÉGUEN, Madeleine Delbrêl. Una mistica nel mondo,
Milano, Massimo, 22004.
" MARIANNE HEIMBACH-STEINS, «“Keine Kopie, sondern ein Ori-
ginal”. Madeleine Delbrêl und ihre Spiritualität des Alltags»,
MADELEINE DELBRÊL, PROFETA DEL EVANGELIO... 457

en VV.AA., Spiritualität entdecken, München, Katholische


Akademie in Bayern, 2004, pp. 141-156.
" LUCIANO LUPPI, «Madeleine Delbrêl poetessa, assitente socia-
le, mistica (1904-1964)», en Rivista di Teologia dell’Evan-
gelizzazione, 8 (2004), n. 16, pp. 446-450.
" PIERANGELO SEQUERI, «Forza del Vangelo e missione in Made-
leine Delbrêl a cento anni dalla sua nascita», en ibíd., 8
(2004), n. 16, pp. 437-445.

2005

• OBRAS COMPLETAS DE M. DELBRÊL: III. Humour dans l’amour.


Méditations et fantaisies, Montrouge, Nouvelle Cité, 2005 (=Spi-
ritualité), 280 p. Traducción de otras obras: The Little Monk:
Wisdom from a Little Friend of Big Faith, New York (NY), Cros-
sroad General Interest, 2005, 120 p.; Der kleine Mönch im Alltag,
Freiburg, Herder, 2005, 48 p.
! M. HEIMBACH-STEINS, «Provoziert von Gott und der Welt. Die
Aktualität Madeleine Delbrêls in nachchristlichen Gesells-
chaft», en Herder Korrespondenz, 59 (2005) 191-195.
! MICHÈLE NAUDIN, «Madeleine Delbrêl: de l’Incarnation à la
Croix, mystique et engagement dans le désert des villes», en
La Vie Spirituelle, 85 (2005) 215-223.
" ROBERT MASSON, Madeleine Delbrêl: Il suffirait de croire,
Paris, Parole et Silence Éditions, 2005, 154 p.
! VV.AA., «Dossier: Una donna di vangelo: Madeleine Del-
brêl», en Evangelizzare, n. 10 (2005) 598-620.

c.2. Seminarios o congresos en su año-centenario;


c.2. destacamos los siguientes 112:
# Seminario sobre Madeleine Delbrêl celebrado el 19-10-2004
(el 17-10 se había inaugurado el año-centenario en Mussidan,
112
El 27 y 29-10-1994 hubo un coloquio en el Instituto Católico de París
a los treinta años de su muerte, colaborando la Asociación de Amigos de Ma-
deleine Delbrêl; cf. Carmel, n. 99 (1999), 52. Su título: «Madeleine Delbrêl et
l’incroyance» y se publicó en Le Supplément, n. 198 (1996), 5-150.
458 IGNACIO HUSILLOS TAMARIT

pueblo natal de Madeleine) 113, dentro del ciclo «Historia &


Espiritualidad», organizado por el Centro de estudios de Le
Saulchoir y el Instituto Católico de París: conferencias y mesa
redonda. Participaron el profesor Claude Langlois, historia-
dor de la École pratique des hautes études, el P. Bernard
Pitaud, Provincial PPS, y Gilles François. Ese ciclo compren-
día un total de siete seminarios 114 acerca de otros tantos per-
sonajes: Dietrich Bonhoeffer, Serge Bulgakov, Edith Stein
OCD, Nicolai Berdiaev, Marie-Joseph Le Guillou OP, Made-
leine Delbrêl y María de la Trinidad OP.
# Jornada de estudio sobre Madeleine Delbrêl el 19-10-2004
(en el marco de las «mattinate seminariali»), promovida por
la Facultad de Teología de Emilia-Romaña en Bolonia (Ita-
lia), dentro del Seminario «Santidad, cotidianidad y belleza».
El tema: «“La Parole connue nous fait appartenir à ceux qui
l’attendent”; fuerza del Evangelio y misión en Madeleine
Delbrêl a los cien años de su nacimiento», de monseñor Pie-
rangelo Sequeri; se publicó en la Rivista di Teologia dell’
Evangelizzazione (cf. supra).
# Congreso bilingüe franco-alemán organizado por la Acade-
mia Católica de la Archidiócesis de Friburgo en Brisgau (Ale-
mania), del viernes 12 al domingo 14 de noviembre de 2004,
bajo el título «Proponer la fe en la sociedad actual», con ocho
ponentes, entre los cuales se encontraban dos obispos (Claude
113
En la conmemoración del centenario se han dado grandes celebraciones
en Francia (Créteil, Ivry-sur-Seine y Rungis, todas ellas en Val de Marne; Mus-
sidan [Dordogne] y París), en Italia (Bolonia), en Alemania (Spire) y Suiza
(Friburgo a.M.). Destacamos: El 22-10-2004, el P. Bernard Pitaud, PSS, animó
un retiro en la catedral de Créteil, donde presentó la exposición itinerante «Ma-
deleine Delbrêl connue et inconnue». Cf. B. PITAUD, Madeleine Delbrêl, connue
et inconnue, Docs. Épiscopat, n. 13 (noviembre de 2004), 12 p. El 24-10-2004,
aniversario del nacimiento de M. Delbrêl, se celebraron dos multitudinarias
eucaristías; presidió una en la catedral de Spire, monseñor Otto Georgens, y
otra el cardenal monseñor Jean Honoré, en la catedral de Créteil (Francia), en
presencia del P. Daniel Labille, obispo de Créteil; la homilía estuvo a cargo de
monseñor Gérard Dancourt, obispo de Nanterre. Todo ello dentro del «Año
Madeleine Delbrêl».
114
La información de los seminarios se puede ver en La Vie Spirituelle, 84
(2004), 95, 191, 287.
MADELEINE DELBRÊL, PROFETA DEL EVANGELIO... 459

Dagens, de Angoulême, Francia, y Joachim Wanke, de Er-


furt, Alemania), el arzobispo de Friburgo, Paul Wehrle, y el
P. Gilles François, presidente de la Asociación de Amigos de
Madeleine Delbrêl (creada en 1966) 115.
# Curso público del 4 de enero al 8 de febrero de 2005 en la
«École Cathédrale» de París, por A.-M. Viry, titulado «Ma-
deleine Delbrêl, mística, profeta y guía espiritual».
# Conferencia titulada «Madeleine Delbrêl (1904-1964)», de
D. Luciano Luppi, padre espiritual del Seminario Arzobispal
de Bolonia (Italia), tenida en el Centro Cultural de la Parro-
quia de Santa Melania el 16-3-2005. Los textos de M. Delbrêl
fueron leídos en el encuentro por la actriz Angiola Baggi. Se
halla en internet toda la conferencia (cf. supra).
# El IV Seminario sobre cuestiones de la Espiritualidad y la
Mística, titulado «Mística en el siglo XX», dirigido por el
jesuita Christian M. Rutishauer y celebrado del 5 al 29 de
abril 2005 en el Centro de Espiritualidad Lassalle-Haus Bad
Schönbrunn, Edlibach (Suiza) 116. La teóloga Annette Schlein-
zer impartió una ponencia sobre M. Delbrêl. Las otras seis
ponencias versaron sobre Silja Walter, Henri le Saux (1910-
73), Simone Weil (1903-43) 117, Dag Hammarskjöld (1905-
61), Friedrich Weinreb y Thomas Merton (1915-68).
# La XXIII Semana de Pensamiento Cristiano y Diálogo en el
Colegio Mayor Santa María de Roncesvalles (Pamplona), del
6 al 10 de mayo de 2005, bajo el tema «Mujeres de nuestra
época»: mujeres desde una óptica cristiana (M. Delbrêl, E.
115
El cartel publicitario, en Geist und Leben, 77 (2004), 400bis (guarda de
contraportada).
116
El cartel publicitario se halla en la contracubierta de Geist und Leben,
78 (2005), n. 2, marzo-abril.
117
M. Delbrêl aparece acompañada por S. Weil (1903-43) como también se
le nombra junto a Ch. de Foucauld o a Teresa de Lisieux: «Por otro lado, re-
flexionando más atentamente sobre el testimonio de Madeleine Delbrêl, creo
que no está muy lejos del testimonio y de la prueba de santa Teresa de Lisieux»
(C. M.ª card. MARTINI, SJ, El presbítero como comunicador, Madrid, PPC,
19982, p. 119). Dentro del Año Madeleine Delbrêl, se dio una conferencia el 7-
5-2005 en el Santuario de Lisieux sobre su figura.
460 IGNACIO HUSILLOS TAMARIT

Stein, M. Zambrano y María de Nazaret). Felisa Elizondo


habló de «Madeleine Delbrêl: la difícil fidelidad» 118.

e) Conclusiones de la visión bibliográfica

1. La definición de Madeleine Delbrêl, principalmente, como


inclasificable es del todo apropiada y certera. Expresa la inabarca-
bilidad de los temas que ella, desde su sencillez y radicalidad, llega
a tratar y abraza en su vida (importa su biografía para poder enten-
der el por qué de la pluralidad de elementos que configuran su
espiritualidad) 119 y que expresa en sus obras, las que publica en vida
y, sobre todo, las póstumas. Así, pues, es comentario unánime acer-
ca de Madeleine el asombro por la cantidad de temas que aborda y
de los que tratan su pensamiento y su enseñanza oral:
«Ciertamente Magdalena era completamente independien-
te de nuestro grupo. Sin embargo, desde siempre era la amiga
que compartía las inquietudes y preocupaciones de la misión.
Esta gascona, música, poeta, humorista, no se dejaba encerrar
en ninguna categoría, pues el absoluto de Dios con que estaba
amasada escapa a toda clasificación humana» 120. «Dentro de la
experiencia de Dios que ella comunica, se entrelazan incansa-
blemente el recurso obstinado al Evangelio, el instinto de la
Iglesia, la necesidad de la oración. Su lenguaje es tan claro
como su pensamiento, su fe tan robusta como su esperanza» 121.

2. Así como llaman poderosamente la atención las apariciones


de M. Delbrêl y las citas de sus obras en tan diversos y llamativos
lugares, así también son de notar los silenciamientos que esta figura
118
Cf. La verdad digital. Semanario Diocesano de Navarra, Arzobispado
de Pamplona y Tudela.
119
«Su vida y su fe están inseparablemente unidas, como también lo está
su vida a los acontecimientos y las mutaciones del siglo XX» (J. LOEW, op. cit.
[1997], p. 12).
120
J. LOEW, Diario de una misión obrera, Salamanca, Sígueme, 19672,
pp. 317-318.
121
HÉLÈNE POLLISSARD, «[Recensión]: M. DELBRÊL, Indivisible amour», en
Christus, 39 (1992), 99.
MADELEINE DELBRÊL, PROFETA DEL EVANGELIO... 461

ha padecido 122 y que aún padece hoy en ciertos países, como Espa-
ña, en los que todavía su conocimiento se desarrolla paulatinamente.
Por el contrario, en Alemania se ha producido un fenómeno curioso
en lo que respecta al estudio del pensamiento de la Delbrêl, ya que
desde los años setenta se tradujeron sus obras, se publicaron libros
sobre su persona y se han defendido tesis en varias universidades.
Para acabar con el desconocimiento de Madeleine en el ámbito his-
panohablante, se debe promover el estudio científico y divulgativo,
así como las traducciones por parte de las editoriales, sean de sus
obras o bien de los estudios que se publican sobre ella.
3. La espiritualidad que destilan los escritos de Madeleine y el
olor de Cristo que ha dejado su persona en las que la conocieron,
aunque muy contrastada por unos autores y otros, es inequívoca: la
fidelidad a la desmesura del Evangelio que la lleva a luchar por
la justicia hasta las últimas consecuencias (dentro y fuera de la Igle-
sia), la profundidad de la fe que llega a conmover corazones, la
coherencia entre palabra y vida que hacen que su comunión con
la Iglesia sea veraz y creíble, en absoluto criticable o menosprecia-
ble. Madeleine fue una gran colaboradora y, a la vez, una fuerte
contrincante tanto de los ateos comunistas como de los cristianos
aburguesados: su vida dejaba al descubierto las incoherencias san-
grantes de las vidas ajenas. Por eso recibió al principio pedradas de
los comunistas y críticas de los cristianos acomodados, que se con-
virtieron en amistad y colaboración con los unos y en el hecho de
promover su beatificación con los otros.
4. Su lenguaje es ágil, lleno de grafismos, directo y sugestivo,
comprensible para el hombre del siglo XXI; resulta necesario para
esta generación que ha pervertido el lenguaje 123. Las sencillas re-

122
Cf. E. ANCILLI, OCD (dir.), Dizionario di spiritualità dei laici, Milano,
Ed. O.R., 1981, 2 vols. En algunas voces, tales como ascesi y storia del laico
(en donde se citan los casos de los beatos C. Ferrini y G. Moscati, entre otros
laicos conocidos), povertà (en que se nombra al P. de Foucauld) o marxismo,
se podría haber aducido el caso de M. Delbrêl o citado sus obras para ilustrar
o explicar mejor el concepto.
123
Cf. ALFONSO LÓPEZ QUINTÁS, O de M, El secuestro del lenguaje. Tác-
ticas de manipulación del hombre, Madrid, PPC, 19912; ID., «Palabra», en
M. MORENO VILLA (dir.), Diccionario de pensamiento contemporáneo, Madrid,
San Pablo, 1997, pp. 877-882.
462 IGNACIO HUSILLOS TAMARIT

flexiones de Madeleine impactan a sus lectores por la verdad que


reside en ellas y por lo que transmiten: hondura, paz, necesidad de
respuesta, confirmación o denuncia de la propia vida... Madeleine
no fue una sabia, pero sí un testigo del Resucitado y, como tal, lo
transmite en el lenguaje «de la calle», del hombre de hoy.

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