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Jurisprudencia Funcionarios Públicos

La Corte Suprema ha establecido recientemente una línea jurisprudencial que califica los servicios personales habituales prestados bajo contratos de honorarios en la administración pública como relaciones laborales, aplicando el Código del Trabajo. Esto corrige su criterio anterior y brinda mayor protección a los funcionarios contratados de forma precaria como honorarios para labores permanentes. Sin embargo, existe una sentencia contradictoria que vuelve a la línea anterior.
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Jurisprudencia Funcionarios Públicos

La Corte Suprema ha establecido recientemente una línea jurisprudencial que califica los servicios personales habituales prestados bajo contratos de honorarios en la administración pública como relaciones laborales, aplicando el Código del Trabajo. Esto corrige su criterio anterior y brinda mayor protección a los funcionarios contratados de forma precaria como honorarios para labores permanentes. Sin embargo, existe una sentencia contradictoria que vuelve a la línea anterior.
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Alejandro Vergara

Dos recientes sentencias de la Cuarta Sala (Laboral) de la Corte Suprema (CS), de 19 de


abril, en los casos Ríos Salazar con Serviu (2016) y González Vera y otros con
Municipalidad de Talca (2016), reafirman una correcta línea jurisprudencial, nacida hace
tan sólo un año, que califica como de naturaleza laboral los servicios personales habituales
prestados bajo la artificial modalidad de un contrato a honorarios en órganos de la
Administración. El primer caso de esta nueva línea (que ya cuenta con cinco precedentes y
un curioso tropiezo intermedio) fue Vial Paillán con Municipalidad de Santiago (2015), de
1° de abril de 2015. De ello comento y doy noticia.

El Derecho laboral administrativo (esto es, el relativo a los funcionarios que prestan
servicios personales al interior de los órganos de la Administración) ha sido objeto de
novedosas interpretaciones jurisprudenciales, las que han versado principalmente sobre
los siguientes cuatro aspectos críticos de las relaciones “laborales” de quienes prestan
servicios personales al interior de los órganos de la Administración: (i) la tutela laboral de
los funcionarios de la Administración; (ii) la cuestionada figura de la subcontratación y su
aplicación en los servicios públicos; (iii) los derechos y expectativas de los funcionarios a
contrata; y (iv) la precariedad de las relaciones laborales bajo contratos de honorarios en
que se encuentra un gran porcentaje de trabajadores de la Administración.

El personal al servicio de la Administración se denomina funcionario público; son


considerados como tales los funcionarios de planta y a contrata; estos funcionarios ocupan
un cargo público y desarrollan una actividad o función propia de la institución, órgano o
servicio en el que se desempeñan. A los funcionarios de planta (también llamados de
carrera) se les aplica el régimen jurídico de carrera funcionaria: es un sistema integral de
regulación del empleo público, fundado en los principios de jerarquía, profesionales,
técnicos, dignidad de la función pública, estabilidad, y otros. Es un cargo permanente y
cada funcionario puede ser nombrado como titular, suplente o subrogante. Por su parte,
los funcionarios de empleo a contrata desempeñan una función de carácter transitorio y
sólo acceden a ciertos beneficios de la carrera funcionaria. Se excluye de esta categoría
(esto es, no son funcionarios públicos) el personal contratado a honorarios. La línea
jurisprudencial que comento se refiere a este último caso.

La ley contempla una regla especial/excepcional para las contrataciones a honorarios [en
los arts. 11 Ley N° 18.834, de 1989, sobre Estatuto Administrativo (EA) y 4° Ley N° 18.883,
de 1989, que aprueba Estatuto Administrativo para funcionarios municipales (EAFM)], en
la que sólo autoriza tales contratos para el caso de profesionales, técnicos o expertos que
realicen labores accidentales o cometidos específicos y no habituales de la institución en
que se desempeñan. Agrega además la ley que “las personas contratadas a honorarios se
regirán por las reglas que establezca el respectivo contrato y no les serán aplicables las
disposiciones de este Estatuto”.

El problema surge en los casos en que la Administración contrata a personas bajo la


modalidad “a honorarios” (esto es, supuestamente para labores accidentales), pero de un
modo artificial pues en realidad tales personas deben desarrollar labores habituales del
órgano administrativo, a través de servicios permanentes y sujetos a horario;
conformándose en los hechos un vínculo de subordinación y dependencia entre el
funcionario “a honorarios” y el órgano administrativo que lo ha contratado.

La cuestión es: ¿a qué régimen jurídico se encuentran sujetos quienes prestan esos
servicios personales así descritos? Cabe descartar la aplicación de los estatutos (EA o
EAFM), por expreso texto de la ley (arts. 11 inc.final EA y 4 inc.final EAFM). ¿Se aplica
supletoriamente el Código Civil o el Código del Trabajo? Al respecto, ha habido una
evolución jurisprudencial.

i) hasta 2014 la CS consideró que los funcionarios a honorarios estaban únicamente


regulados por el propio contrato (y supletoriamente por el Código Civil); no aceptaba la
aplicación supletoria del Código del Trabajo (*).

La CS rechazó sistemáticamente las demandas de funcionarios contratados a honorarios,


interpuestas en contra de órganos administrativos (diversos servicios públicos y
municipalidades) ya sea por despido injustificado o nulidad de despido u otros casos,
fundándose en que tales contrataciones a honorarios se regulaban únicamente por la
norma especial contenida en los respectivos estatutos de los funcionarios (EA
[Administrativo] o EAFM [Municipal]), lo que significó declarar inaplicables las normas del
Código del Trabajo.

ii) Pero, a partir de abril de 2015, una nueva y coherente línea jurisprudencial en materia
de funcionarios a honorarios ha venido a mejorar el estándar de tal relación (**).

Es en el caso Vial Paillán con Municipalidad de Santiago (2015) que la CS conociendo de


un recurso de unificación de jurisprudencia, cambia completamente su criterio anterior,
declarando aplicable el Código del Trabajo a los funcionarios contratados a honorarios por
la Administración dado que la naturaleza de la relación de las partes resulta ser, en la
realidad, de índole laboral. La CS ha mantenido su criterio en sentencias sucesivas de los
casos Medina Jorquera con Municipalidad de San Antonio (2015), Guzmán Tapia con
Serviu (2015), Ríos Salazar con Serviu (2016) y González Vera y otros con Municipalidad
de Talca (2016), ello con los votos de los ministros titulares de la Cuarta Sala: Chevesich,
Blanco, Muñoz (Andrea), Muñoz (Sergio) y Cerda.

En estas sentencias (en especial en la última: González Vera, que es firmada por los cinco
ministros señalados, titulares e integrantes de la Sala Laboral) se ofrecen tres sólidos
argumentos para el cambio jurisprudencial. Primero, realiza la CS una acertada
interpretación del art.1° del Código del Trabajo, declarando que tal código siempre debe
aplicarse para aquellos casos en donde exista una vinculación laboral entre una persona
natural y la Administración, reafirmando así la calidad de estatuto laboral común y
supletorio de ese código; ello a través de una perspicaz lectura de la regla/excepción/y
contra-excepción contenidas, respectivamente, en los incisos 1°/2°/y 3° de esa disposición
legal. Segundo, funda además la CS su decisión en el principio/base/rector de las
relaciones laborales de la primacía de la realidad recogido en los arts. 7 y 8 inc.1° del
Código del Trabajo. Tercero, señala además la CS que la Administración no puede invocar
el principio/base de legalidad de los arts. 6 y 7 de la Constitución, para justificar esta
artificial contratación laboral, pues eso significaría aceptar, al mismo tiempo, la precariedad
e informalidad laboral al interior de la Administración. Concluye así la CS que los
funcionarios contratados a honorarios al no estar regidos ni por el EA, ni por ningún otro
régimen especial, se encuentran amparados por el régimen común y supletorio para todos
los trabajadores, contenido en el Código del Trabajo.

Cabe destacar entonces esta correcta línea jurisprudencial. No sólo demuestra soltura
teórica al aplicar dos técnicas relevantes en la interpretación de la regulación vigente:
primero, la supletoriedad como técnica de integración normativa, y, segundo, el
principio/base de primacía de la realidad, haciendo primar las verdaderas relaciones y
actividades que realiza cada día a día el funcionario/trabajador “a honorarios” al interior del
órgano de la Administración, por sobre lo literal de lo pactado (un contrato a honorarios).
También estas sentencias constituyen un mensaje a la Administración, pues lo que ha
venido a realizar la CS, de un modo delicado pero igualmente claro, es a recordar que no
es aceptable el verdadero fraude a la ley de intentar incorporar a la fuerza estas relaciones
habituales y dependientes en las hipótesis de los arts. 11 del EA y 4 del EAFM.

Es posible agregar, aunque no lo dice así la CS, que todo lo anterior está, además, en
conexión íntima con el principio constitucional de la igualdad de garantías jurídicas de
todos los trabajadores del país; pues no es aceptable que existan relaciones laborales
precarias precisamente al interior de los órganos de la Administración, todos los cuales
están sujetos al principio/base de la juridicidad. La línea jurisprudencial anterior a 2015 se
había traducido en un verdadero desamparo jurídico a quienes se encontraban vinculados
con la Administración, quedando así en una condición de empleo precario, con
desigualdad respecto de los demás trabajadores. La jurisprudencia anterior, en verdad,
había cerrado los ojos ante el artificio usual de contratar personas bajo la modalidad “a
honorarios” pero para realizar labores permanentes, en circunstancias que la ley sólo
autoriza este tipo de contratación para labores específicas y transitorias. Era y es un
verdadero fraude a la ley.

iii) Pero, existe un tropiezo, una sentencia contradictoria con la nueva línea jurisprudencial
(***).

Llama la atención que en medio de esta línea jurisprudencial la misma Cuarta Sala de la
CS haya emitido una sentencia contradictoria con las anteriores, en el caso Pradines y
otros con Municipalidad de San Juan de la Costa (2015); es el resultado de la
conformación de la Sala con dos abogados integrantes y el Ministro Aránguiz. Cabe
señalar, no obstante, que esta es una sentencia de mayoría, pues los Ministros Chevesich
y Blanco reafirmaron en voto disidente la línea jurisprudencial actual de la CS en la
materia. Esta sentencia vuelve a la antigua línea de la CS señalando que los funcionarios
no pueden entenderse como trabajadores debido a que se encontraban contratados a
honorarios, añadiendo como argumento que las municipalidades y otros órganos de la
Administración del Estado no tienen la facultad para contratar funcionarios de acuerdo a la
normativa del Código del Trabajo, salvo norma expresa (olvidando los firmantes de esa
sentencia, por cierto, que de ese modo lo que resulta es la convalidación de una
degradada o precaria contratación de personal).

iv) ¿Y la fiscalización de estos nuevos estándares? Dado entonces que la más Alta


Magistratura judicial, renovando su jurisprudencia, ha declarado la antijuridicidad de la
contratación de servicios personales habituales bajo la modalidad de honorarios, cabe
preguntarse, ¿no se debiera originar una fiscalización para el cumplimiento de estos
nuevos estándares? Tal tarea le corresponde:

1°) a la Dirección del Trabajo, quien (en virtud del art. 1° letra a) del DFL 2, de 1967, que
dispone la reestructuración y fija las funciones de la Dirección del Trabajo) tiene la
potestad/deber de “fiscalización de la aplicación de la legislación laboral”, y

2°) a la Contraloría General de la República, quien tiene el control de legalidad de los actos
administrativos y la fiscalización de los órganos de la Administración (en virtud de los arts.
98 y 99 de la Constitución, y 1°, 16 y 17, entre otros, de la Ley N° 10.336, de 1952, de
organización y atribuciones de la Contraloría General de la República).

(*) Sentencias de la antigua línea jurisprudencial de la CS que hacían primar la literalidad del
contrato a honorarios por sobre la real naturaleza de la relación laboral.
i) Aravena, Germán y otro con Municipalidad de Maipú (2007): CS 27 septiembre 2007 (Rol
N°4908-2006). Cuarta Sala. Ministros: Libedinsky; Marín; Álvarez; Pérez Paredes; Valdés.
[Casación]
ii) Morales, Mario con Municipalidad de Maipú/i> (2007): CS 27 septiembre 2007 (Rol N°5914-
2006). Cuarta Sala. Ministros: Marín; Álvarez; Valdés; Libedinsky; Pérez Paredes [Casación]
iii) Gallardo, Jorge y otro con Municipalidad de La Florida  (2007): CS 16 octubre 2007 (Rol
N°6542-2006). Cuarta Sala. Ministros: Marín (redactor); Libedinsky; Valdés; Pérez Paredes;
Álvarez [Casación]
iv) Ormeño, Nelson con Municipalidad de Maipú  (2008): CS 24 diciembre 2008 (Rol N°7138-
2008). Cuarta Sala. Ministros: Torres; Valdés; Pérez Paredes (redactora); abogado integrante:
Mauriz y Cárcamo [Casación];
v) Adasme, Jessica con Municipalidad de La Florida (2010): CS 16 marzo 2010 (Rol N°240-
2010). Cuarta Sala: Ministros: Silva Gundelach; Marí (redactor); Egnem: abogado integrante:
Jacob y Figueroa [Casación].
vi) Zapata, Paula con Municipalidad de Maipú (2010): CS 21 de abril 2010 (Rol N°319-2010).
Cuarta Sala: Ministros: Valdés; Pérez Paredes; Maggi (redactora); Egnem; abogado integrante:
Figueroa [Casación]
vii) Municipalidad de Maipú con Carlos Naranjo y otros  (2010): CS 18 de mayo 2010 (Rol
N°893-2010). Cuarta Sala: Ministros: Valdés; Pérez Paredes; Marín (redactor); Egnem;
abogado integrante: Bates [Casación]
viii) Municipalidad de Maipú con Elizabeth Mujica (2012): CS 3 de enero 2012 (Rol N°4785-
2011). Cuarta Sala: Ministros: Fuentes; Pérez Paredes (redactora); Egnem; Pfeiffer; Valdés.
[Casación]

(**) Sentencias de la nueva línea jurisprudencial de la CS que aplican el principio/base de la


primacía de la realidad.
i) Vial Paillán, Juan con Municipalidad de Santiago  (2015): CS 1 abril 2015 (Rol N°11.584-
2014). Cuarta Sala. Ministros: Blanco (redactor); Chevesich; Muñóz S.; abogado integrante:
Lagos y Prieto [Unificación de Jurisprudencia].
ii) Medina Jorquera, Margarita con Municipalidad de San Antonio (2015): CS 9 julio 2015 (Rol
N°24.388-2014). Cuarta Sala. Ministros: Blanco; Chevesich (redactora); Muñoz S.; Cerda:
abogado integrante: Etcheberry. [Unificación de Jurisprudencia]
iii) Guzmán Tapia, Jorge con Servicio de Vivienda y Urbanismo  (2015): CS 6 agosto 2015 (Rol
N°23.647-2014). Cuarta Sala. Ministros: Chevesich; Muñoz S.; Cerda: abogado integrante:
Lagos y Prado (redactor). [Unificación de Jurisprudencia].
iv) Ríos Salazar, Boris con Servicio de Vivienda y Urbanismo de Los Ríos  (2016): CS 19 abril
2016 (Rol N°8.002-2015). Cuarta Sala. Ministros: Muñoz S. (redactora y voto disidente);
Blanco; Chevesich; Muñoz G. (prevención): abogado integrante: Pizarro. [Unificación de
jurisprudencia]
v) González Vera, Verónica y otros con Municipalidad de Talca  (2016): CS 19 abril 2016 (Rol
N°5.699-2015). Cuarta Sala. Ministros: Muñoz G; Blanco (redactor); Chevesich; Muñoz S. y
Cerda [Unificación de jurisprudencia].

(***) Única sentencia de la CS contradictoria con la nueva línea jurisprudencial, que aplica la
literalidad del contrato de honorarios
i) Pradines Pradines, Claudia y otros con Municipalidad de San Juan de la Costa (2015): CS 5
agosto 2015 (Rol N°24904-2014). Cuarta Sala. Ministros: Blanco (voto disidente), Chevesich
(voto disidente), Aránguiz; abogados integrantes: Correa y Prado (redactor). [Unificación de
jurisprudencia]

Alejandro Vergara
La Tercera Sala de la Corte Suprema (CS) ha venido a renovar su arcaica línea
jurisprudencial en materia de empleo a contrata, dejando de lado una larga tradición de
deferencia a la arbitrariedad de la Administración y al maltrato laboral en esta materia. ¿Es
el fin de la abusiva cláusula “mientras sean necesarios los servicios” en el empleo a
contrata?

En estos casos laborales la arbitrariedad de la Administración no tiene el tono de los casos


clásicos de la disciplina, en que los actos se dirigen en contra de algún ciudadano en su
faz de administrado (de ahí que estos problemas no pertenecen, en rigor, al Derecho
Administrativo), sino que tal arbitrariedad está dirigida hacia sus propios funcionarios, o
trabajadores en sentido genérico (esto es, hacia toda esa masa de empleados que
componen su fuerza laboral; de ahí que estos problemas pertenecen al Derecho Laboral
administrativo). Es a ese personal al que, ante despidos injustos, la CS ha venido ahora,
inusitadamente, a proteger.

¿Qué ha pasado? En el reciente caso Peña Olate con Instituto de Previsión Social (3


octubre 2016), de la Tercera Sala de la CS, después de varios zigzagueos y un evidente
desorden en el voto de sus ministros, observamos un giro jurisprudencial, el que cabe
celebrar, pues han venido a proteger la estabilidad del empleo a contrata, evitando la
tradicional precariedad a que es sometido.

A estos temas de derecho laboral administrativo, relativo al personal de los órganos de la


Administración (no de los “altos directivos públicos”, sino de sus trabajadores y
profesionales), ya dediqué, en materia de contratos a honorarios, un comentario anterior,
sobre la actual línea jurisprudencial de la Cuarta Sala CS, la que incorporó estándares y
garantías provenientes del Código del Trabajo, aplicando la técnica de la supletoriedad
normativa y principios jurídicos; todo ello con plena legitimidad democrática y con una
argumentación impecable.
En estos casos de empleo a contrata que ahora comento los conflictos los ha suscitado el
término anticipado de las contratas.

Lo transitorio de las contratas no significa precariedad

El empleo a contrata, dice la ley, “es de carácter transitorio” (art.3 letra c) del Estatuto
Administrativo = Ley N° 19.834, de 1989 = EA); agrega su art. 10 que tales empleos
“durarán, como máximo, hasta el 31 de diciembre de cada año”. La misma disposición se
encuentra en el art.5 letra f), de la Ley N°18.883 (Estatuto Administrativo para funcionarios
Municipales), que define el empleo a contrata como “de carácter transitorio”.

¿Qué significa que un empleo sea transitorio? ¿Es ello sinónimo de inestabilidad o
precariedad? ¿O es sinónimo de plazo fijo? Lo transitorio lo opone la ley al carácter
permanente del empleo de planta (art. 3 b) EA), pero tal carácter transitorio no cabe
entenderlo como inestable o precario, como se ha venido entendiendo en la práctica por la
Administración, y como hasta ahora ha sido aceptado, con deferencia, por la
jurisprudencia; pues la CS había aceptado por décadas la validez de una abusiva cláusula
según la cual tales servicios quedan sujetos “a las necesidades del servicio” o “hasta que
los servicios sean necesarios”, que se incluye en los actos/contratos de nombramiento o
designación de empleos a contrata. De ese modo, el jerarca o directivo de turno, tiene la
posibilidad de poner término intempestivamente a todas las contratas, sin fundamento
alguno, y sin respetar el plazo contenido, en otra cláusula, del mismo acto.

Así, los funcionarios a contrata en la práctica no quedan sujetos, injustamente, como lo


dice la ley, a un plazo determinado o limitado al 31 de diciembre de cada año (que es lo
propio de lo transitorio), sino que a partir de una errónea interpretación se había asentado
la validez de tal cláusula, permitiendo que por el mero capricho o arbitrariedad del jefe de
servicio se pueda expulsar en cualquier instante al funcionario a contrata, a pesar de que
en su designación conste un plazo determinado.

Entonces, cabe reinterpretar las reglas vigentes, a la luz de principios jurídicos atinentes a
la estabilidad de la relación laboral y al cumplimiento de los plazos consignados en los
actos de designación de las contratas; pues del texto de la ley sólo se puede desprender
que las contratas son temporales (transitorio), pero no que sean precarias y que queden al
arbitrio del jerarca de turno.

No pareciera válido, entonces, que a pesar de señalarse un plazo determinado en la


designación a contrata, al mismo tiempo la Administración incorpore otra cláusula paralela
en que se reserva el privilegio de incumplir ese plazo y prescindir en cualquier momento
del funcionario, “por necesidades del servicio”. Eso rompe cualquier derecho a la
estabilidad y el principio de la confianza legítima.

El lento y desordenado cambio jurisprudencial de la Corte Suprema en cuanto al


término anticipado de empleos a contrata (sin respetar plazo)

El giro en la jurisprudencia de la Tercera Sala de la CS ha sido pausado y hay que


distinguir dos etapas.

¡) Línea jurisprudencial de la CS que acepta precariedad de empleo a contrata (*)

La ya antigua doctrina de la CS aceptaba la precariedad de la relación a contrata y la


validez de la cláusula que permitía la arbitrariedad de la Administración, pudiendo ésta
poner término anticipado a las contratas en cualquier momento, sin ningún respeto por el
plazo consignado en el acto de designación ni exigiendo motivación al acto de la
Administración.

La CS, en múltiples sentencias, dieciocho en total, desde fines de 2014, en el caso Suazo


Reyes, Alejandro con Ministerio de Salud y otro (2014), y hasta inicios de 2016, en el
caso Benavente Miranda, Nicolás con Policía de Investigaciones (2016), había venido a
apoyar a la Administración en el cese anticipado de las contratas, basada en cláusula de
“necesidad del servicio…”, declarando la CS en todas esas sentencias (lo que era
transcrito textual, una y otra vez), que el empleo a contrata dice relación con “servicios
cuya principal característica es la precariedad de su duración”, argumentando que ello
fluye de manera implícita de la expresión “carácter transitorio” , que utiliza el art.3 letra c)
de la Ley N° 19.834, de 1989 (= EA). Apoyaron esta doctrina en los votos de mayoría los
siguientes ministros de (o en) la Tercera Sala: Silva, Pierry.1 (en 16 ocasiones);
Valderrama; Carreño; Valdés; Egnem; Sandoval.1 (en 16 ocasiones); y Aranguiz.1.

El Ministro Pierry fue mudando de doctrina poco a poco; incluso durante un tiempo fallaba
paralelamente por una tesis o por otra, en casos aparentemente idénticos; hasta que se
asentó su cambio definitivo, lo que señalo como Pierry.2. En el caso del Ministro Aránguiz
ocurre algo similar.

ii) Giro jurisprudencial de la CS que rechaza precariedad de empleo a contrata (**)

Pero en muchos casos en que la mayoría aceptaba la precariedad, desde 2014, se


registran importantes votos disidentes de los ministros Cerda y Chevesich, sin ser estables
en la Tercera Sala, en los casos Suazo Reyes (2014), Turra Corrales (2015) y Riquelme
Fuenzalida (2015).
Luego, a fines de 2015, se produce un período de transición, pues los ministros Pierry y
Aránguiz en algunos casos fallaron con la mayoría (manteniendo la doctrina antigua), pero
poco a poco, y a veces paralelamente, fueron emitieron votos disidentes, variando su
opinión; ello en los casos Morales Ureta (2015), Concha Mora (2015) y Mora
Ortega (2015).

La jurisprudencia fue inestable durante el año 2016; pero ya en el caso Loyola Sepúlveda,


Sofía con INDAP (2015), parece iniciarse el giro jurisprudencial, el que se asentaría, con
algún zigzagueo, en Peña Olate con Instituto de Previsión Social (2016). ¿Qué explica
este giro jurisprudencial si se han mantenido casi los mismos ministros en la Tercera Sala?
Ello se explica por el evidente cambio de opinión de tres ministros: Pierry.2, Aránguiz.2 y
Sandoval.2; el voto ocasional del ministro Cisternas; el cambio de opinión de un abogado
integrante: Prado.2; y lo que es muy relevante, la llegada del Ministro Muñoz a la Tercera
Sala, quien no sólo concurre a la nueva doctrina, que ahora es mayoría, en Peña
Olate (2016), sino que agrega mayores fundamentos. Se puede decir que se retoma la
doctrina de los ministros Cerda y Chevesich, incluso algunos de sus fundamentos.

Los únicos votos en contra de la nueva línea jurisprudencial corresponden a los ministros
Egnem, Carreño y Valderrama (quienes han mantenido sus antiguos votos, en que eran
mayoría; ahora son minoría). En un caso, Montoya Perrejinonosky (2016), curiosamente
reaparece un voto de la ministra Sandoval.1, por la antigua doctrina.

Pareciera que la principal razón por la que los ministros han cambiado de opinión, y han
declarado ahora arbitraria la decisión de la Administración de poner término anticipado a
las contratas, rechazando el uso de la cláusula y frase genérica “por necesidades del
servicio” (lo que antes aceptaban), es por el prolongado tiempo que en muchos casos se
ha mantenido el empleo a contrata (en los casos fallados contra la Administración se
trataba de trabajadores que llevaban 7, 7, 7, 22 y 20 años de servicio, con igual número de
renovaciones de esas contratas), y no tanto por la falta de fundamentos del acto de la
Administración.

El rechazo que la CS manifiesta ahora al término anticipado de la contrata es porque lo


considera un quebranto de la garantía de la igualdad ante la ley o a las reglas del
procedimiento administrativo; pero curiosamente, no ha explorado en una vía más usual:
interpretar bien el art.3 letra c) del EA, según señalo más arriba.

(*) Línea jurisprudencial de la CS que acepta precariedad del empleo a contrata: apoya
cláusula de “mientras sean necesarios los servicios…”, y así Administración puede poner
término anticipado a empleos a contrata (sin respetar plazo)
i)  Suazo Reyes, Alejandro con Ministerio de Salud y otro (2014): CS 31 diciembre 2014 (Rol
N°30.017 -2014). Tercera Sala. Ministros: Pierry.; Egnem (redactora); Cerda (disidente) y
Carreño [Protección].
ii) Díaz Palominos, Ricardo con Subsecretaría de Salud Pública (2015): CS 6 enero 2015 (Rol
N°30.172 -2014). Tercera Sala. Ministros: Pierry (redactor); Egnem; Sandoval; abogado
integrante: Prieto [Protección].
iii) Martínez Castro, Elizabeth con Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (2015): CS 12
enero 2015 (Rol N°32.061 - 2014). Tercera Sala. Ministros: Pierry; Egnem; Sandoval y Carreño
(redactor): abogado integrante: Prieto [Protección].
iv)  Manríquez Castillo, Yenny con Ministerio de Salud (2015): CS 14 enero 2015 (Rol N°30.770
-2014). Tercera Sala. Ministros: Pierry; Egnem (redactora); Sandoval y Carreño: abogado
integrante: Baraona y Lagos [Protección].
v)  Turra Corrales, Alfrodin con Subsecretaría de Salud Pública (2015): CS 14 enero 2015 (Rol
N°29.530 - 2014). Tercera Sala. Ministros: Pierry; Egnem; Sandoval; Chevesich (disidente) y
Carreño (redactor) [Protección].
vi)  Anasco Luna, Carlos con Gobernación Provincial de Parinacota (2015): CS 22 enero 2015
(Rol N°31.395 - 2014). Tercera Sala. Ministros: Pierry; Sandoval y Carreño abogado integrante:
Bates y Gorziglia (redactor) [Protección].
vii) Bazán Montaña, Andrés con CONADI  (2015): CS 29 enero 2015 (Rol N°417- 2015).
Tercera Sala. Ministros: Pierry; Sandoval y Carreño (redactor) abogado integrante: Prado y
Piedrabuena [Protección].
viii) Valdebenito Troncos, Patricio con Ministerio de Educación  (2015): CS 23 febrero 2015 (Rol
N°419- 2015). Tercera Sala. Ministros: Pierry; Sandoval (redactora); Egnem; Aránguiz y
Carreño [Protección].
ix)  Riquelme Fuenzalida, Blanca con SEREMI de Energía Maule  (2015): CS 17 junio 2015 (Rol
N°7.261- 2015). Tercera Sala. Ministros: Pierry; Sandoval (redactora) y Chevesich (disidente):
abogado integrante: Prado y Lagos [Protección].
x)  Hernández Arias, Pablo con Servicio de Salud Metropolitano (2015): CS 12 marzo 2015 (Rol
N°568- 2015). Tercera Sala. Ministros: Pierry; Sandoval; Egnem; Aránguiz y Carreño (redactor)
[Protección].
xi)  Pinto Arriagada, Manuel con Fondo de Solidaridad e Inversión Social  (2015): CS 31 marzo
2015 (Rol N°2.814- 2015). Tercera Sala. Ministros: Pierry (redactor); Sandoval; Egnem;
Aránguiz y Carreño [Protección].
xii) Díaz Pizarro, Andrea con JUNAEB  (2015): CS 10 agosto 2015 (Rol N°7.711- 2015).
Tercera Sala. Ministros: Pierry; Sandoval y Egnem: abogado integrante: Gómez y Matus
(redactor) [Protección].
xiv)  Mora Ortega, Claudio con Servicio de Salud Metropolitano (2015): CS 26 noviembre 2015
(Rol N°17.697- 2015). Tercera Sala. Ministros: Pierry (disidente); Aránguiz (redactor y
disidente); Sandoval; Egnem y Pfeiffer [Protección].
xiii) Morales Ureta, Marcos con Municipalidad de Puchuncaví (2015): CS 24 diciembre 2015
(Rol N°36.512- 2015). Tercera Sala. Ministros: Pierry (disidente); Aránguiz (disidente);
Sandoval; y Valderrama: abogado integrante: Prado [no indica redactor] [Protección].
xiv)  Concha Mora, Andrea con INE  (2015): CS 31 diciembre 2015 (Rol N°25.475- 2015).
Tercera Sala. Ministros: Pierry (redactor y disidente); Aránguiz (disidente); Sandoval; Egnem y
Valderrama [Protección].
xv)  Segura Donoso, Viviana con Gendarmería (2016): CS 25 enero 2016 (Rol N°30.222-2015).
Tercera Sala. Ministros: Pierry; Aránguiz; Sandoval; Egnem y Valderrama (redactor)
[Protección].
xvi)  Ancelovici Valle, Solá con SENDA (2016): CS 22 marzo 2016 (Rol N°4.227 - 2016).
Tercera Sala. Ministros: Pierry; Valdés; Silva; Egnem (redactora) y Carreño [Protección].
xvii) Brunet Bruce, Marcelo con Gendarmería (2016): CS 22 marzo 2016 (Rol N°4.234 - 2016).
Tercera Sala. Ministros: Pierry (redactor); Valdés; Silva; Egnem y Carreño [Protección].
xviii) Benavente Miranda, Nicolás con Policía de Investigaciones  (2016): CS 11 abril 2016 (Rol
N°15.031 - 2016). Tercera Sala. Ministros: Pierry (redactor); Aránguiz; Sandoval; Egnem:
abogado integrante: Rodríguez [Protección].

(**) Línea jurisprudencial que no acepta precariedad de empleo a contrata:

i)  Loyola Sepúlveda, Sofía con INDAP (2015): CS 17 marzo 2015 (Rol N°32.289 - 2014).
Tercera Sala. Ministros: Pierry (redactor); Aránguiz; Sandoval; Egnem (disidente) y Carreño
(disidente) [Protección].
ii) Montoya Perrejinoski, Fernanda con IPS  (2015): CS 9 junio 2015 (Rol N°5.684 - 2015).
Tercera Sala. Ministros: Pierry; Sandoval (disidente); Egnem (redactora y disidente): abogados
integrantes: Lagos y Prado [Protección].
iii) Olivares Romero, José con JUNAEB  (2015): CS 3 noviembre 2015 (Rol N°10.346-2015).
Tercera Sala. Ministros: Pierry (redactor); Sandoval (disidente); Egnem (disidente); Cisternas:
abogado integrante: Quintanilla [Protección].
iv)  Cerda Gómez, Sergio con Dirección de Vialidad (2016): CS 3 marzo 2016 (Rol N°37.984-
2015). Tercera Sala. Ministros: Pierry; Sandoval; Aránguiz (redactor); Valderrama (disidente):
abogado integrante: Pizarro [Protección].
v)  Peña Olate, Gustavo con Instituto de Previsión Social  (2016): CS, 3 octubre 2016 (Rol
N°35.196-2016). Tercera Sala. Ministros: Sandoval; Aránguiz; Muñoz (agrega fundamentos);
Egnem (redactor y disidente); abogado integrante: Pfeffer (disidente) [Protección].

Alejandro Vergara
Al tema del empleo público dediqué en 2016 tres comentarios jurisprudenciales: el
primero, a los contratos a honorarios; el segundo, a la precariedad de las contratas; y, el
tercero, a las contratas en la jurisprudencia de la Contraloría. En todos ellos destaco la
nueva jurisprudencia que comenzó a surgir en la Corte Suprema (CS) y en la Contraloría,
en defensa de la estabilidad laboral. Pero, como se pudo constatar en el Estudio de las
vacilaciones de la jurisprudencia de la CS (marzo de 2019), tanto la Tercera Sala (en
materia de contratas) como la Cuarta Sala (en materia de honorarios) ofrecen una
jurisprudencia altamente vacilante hasta diciembre de 2018. Veamos qué ha pasado en el
primer semestre de 2019.

Tema este que está conectado con el clamor social de la actualidad de exigir mayor
igualdad y ausencia de discriminación, el que también está dirigido a los jueces.

Muestro el panorama de la jurisprudencia de tales salas de la CS de enero a junio de


2019, con una muestra de casi 90 casos, con el objetivo de hacer un diagnóstico, tanto de
la respuesta de la CS institucionalmente como de la conducta de sus ministros en el tema.
Utilizo la expresión discriminación, siguiendo una sentencia de la propia CS, que cito más
adelante, que así califica los efectos de los cambios jurisprudenciales.

En cuanto a las contratas: sigue el zigzag

Esta jurisprudencia emana de la Tercera Sala de la CS, una vez revisado el total de 46
casos habidos desde enero a junio de 2019, surgen dos temas recurrentes en contratas: el
término intempestivo y la renovación.

a) en cuanto al término intempestivo e ilegal de las contratas: La jurisprudencia se


encuentra dividida en dos posturas:

1° Línea que acepta la precariedad del empleo a contrata: según esta tendencia (en base
al art. 3c) Ley N° 19.834, que define el empleo a contrata como “aquel de carácter
transitorio”), este sería además precario, expresión este última que utilizan los
sostenedores de esta tesis (no la ley). Esto es como decir que existen empleos precarios,
al punto que la permanencia queda entregada al empleador, el que intempestivamente
(incluso antes del plazo acordado, normalmente el 31 de diciembre de cada año) puede
expulsar del servicio al funcionario a contrata. Esta iniquidad se sostiene, según los
ministros que sostienen esta tendencia, en la cláusula (supuestamente legítima) “mientras
sean necesarios sus servicios”, contenida en los actos de nombramiento, y que facultaría a
la autoridad administrativa a cesar los servicios a contrata de manera anticipada, sin
necesidad de motivar dicho acto dado que la principal característica de estos empleos
sería “la precariedad en su duración”.

2° Línea jurisprudencial que rechaza la precariedad. Esta tendencia declara inadmisible la


mera expresión de la cláusula "por necesidades del servicio", para poner término al
empleo a contrata y sostiene que el acto administrativo que ponga fin al empleo a contrata
ha de expresar los motivos que sustentan dicho término. De lo contrario, existiría
ilegalidad, por vulneración del art. 11 de la LBPA, y arbitrariedad, por cuanto la
desvinculación carece de razonabilidad. Lo curioso de esta línea jurisprudencial que si bien
tiene un objetivo correcto (no dejar entregado a la voluntad del empleador el término
intempestivo de la contrata e incumplir así el plazo consignado en el contrato respectivo),
en lugar de resolver el conflicto con categorías de derecho laboral (derecho laboral
administrativo, en este caso), incorpora categorías del derecho administrativo general, y
aplica la LBPA, que es inaplicable en la especie, pues esta no es una relación entre la
Administración y un administrado, sino con un trabajador. Existe un problema
epistemológico, entonces, el que se origina en la confusión de la relación jurídica de base,
pues aquí lo que hay es una infracción al contrato por la inclusión de una cláusula
antijurídica que cabe tener por no escrita, por abusiva. Pero, no obstante, acierta esta línea
en declarar ilegal esa actuación.

b) en cuanto a la no renovación de las contratas. La jurisprudencia se encuentra dividida


en dos posturas.

1°) Línea que acepta la precariedad de las contratas que hayan sido renovadas al menos
por dos veces antes. Esta tendencia señala, en base al art.10 Ley N° 19.834, en relación
con la permanencia de esta última clase de cargos, que los empleos a contrata durarán,
como máximo, sólo hasta el 31 de diciembre de cada año y quienes los sirvan expirarán en
sus funciones en esa fecha por el solo ministerio de la ley; a su juicio, sería implícita la
facultad de la autoridad para poner término a las funciones del empleado a contrata
aunque el funcionario haya estado varios años trabajando en esas condiciones.

2°) Línea que no acepta la precariedad de las contratas que hayan sido renovadas varias
veces antes. Ello, pues califica como verdadero axioma, la aplicación del principio de la
confianza legítima una vez que el funcionario haya sido contratado dos años seguidos a
contrata. Si bien se suelen agregar algunas otras especificaciones.

En cuanto a honorarios: también sigue el zigzag.

Los trabajadores vinculados a la Administración por medio de un contrato a honorarios han


seguido acudiendo a los Tribunales superiores de justicia para resolver sus conflictos con
la Administración, mediante recursos de unificación de jurisprudencia (recursos que,
paradójicamente, no unifican sino que producen zigzag permanentes). Esta jurisprudencia
emana de la Cuarta Sala de la CS, y una vez revisado el total de 44 casos habidos desde
enero a junio de 2019, hay dos tendencias.
1°) Una tendencia postula que a las relaciones emanadas de un contrato a honorarios que
vincula a una persona natural con un órgano de la Administración del Estado, no se les
deben aplicar las normas del Código del Trabajo, dado que la aplicación de esas normas,
como la que establece la nulidad del despido, conlleva la “desnaturalización de la sanción”;
además, según esta tesis, estas relaciones se encuentran regidas por su propio estatuto,
por ende, son esas las normas que deben aplicarse.

2°) La otra tendencia supone un análisis de los elementos de la relación laboral existente
entre las personas naturales y la Administración del Estado, y luego, la verificación de la
existencia de aquellos elementos típicos que configuran una relación laboral (según lo
establecido en el art. 7 del Código del Trabajo). En tal caso, existiendo tales elementos en
esta relación, se dice, estas deben ser calificadas como laborales, aunque se hayan
iniciado amparadas por las normas de contratación a honorarios contenidas tanto en el
Estatuto Administrativo como en el Estatuto Municipal. Y, por ende, como relaciones
laborales, según lo dispuesto por el art. 7 del Código del Trabajo, les son aplicables las
normas del Código del Trabajo.

Conducta institucional de la CS y de sus ministros

De las sentencias de este año, tanto en contratas como en honorarios, es posible apreciar
que la CS sigue zigzagueando, y trata de diferente modo a trabajadores de órganos
administrativos que recurren a ella en causas idénticas y a algunos se les presta
protección y a otros no. De ahí que siguiendo una jurisprudencia paralela de la propia CS,
el resultado es una especie de discriminación institucional de la CS a trabajadores que
están en una misma situación.

En cuanto a la conducta de los jueces

a) En el caso de la Tercera Sala, hay ministros que sostienen de manera consistente, o


casi, una sola línea, como es el caso del ministro Sergio Muñoz, rechazando la
precariedad, y de la ministra María Eugenia Sandoval, aceptando la precariedad; ambos
se mantienen firmes en sus posturas, ya sea repitiendo sus argumentos o
acondicionándolos a los casos concretos. Pero hay otros ministros que zigzaguean una y
otra vez, como es el caso de los ministros Prado, Aránguiz, y Vivanco. Cabe hacer notar
una conducta del actual abogado integrante (con largo historial de vacilaciones en la
materia, antes, como ministro; y antes aún, como abogado integrante) Pedro Pierry, quien
al inicio del semestre mantiene una postura, y luego la cambia a partir del caso Arcos con
Junta Nacional (2019), rechazando ahora la precariedad; su anterior postura era la de
justificar la precariedad, como en Fernández con Subsecretaria de Evaluación
Social (2019). Sería una buena noticia para los trabajadores, salvo que sea un zigzag.

b) En el caso de la Cuarta Sala, la ministra Chevesich, como en todos los años anteriores,
mantiene una postura consistente y fundada, de una sola línea. Pero, los ministros Blanco
y Andrea Muñoz suelen zigzaguear al respecto.

¿Las vacilaciones constituyen una discriminación jurisprudencial?

Utilizo la expresión discriminación, siguiendo una reciente sentencia de la propia Corte


Suprema, en el caso Corporación de Asistencia Judicial con Contraloría (2019) [de 22 de
julio, rol 2784-2019], que es bien expresiva sobre la materia.

Esta sentencia declara ilegal un dictamen de la Contraloría (¡léase bien lo que sigue, es de
antología!) “por no haber sido consistente con sus dictámenes anteriores”, y haber
cambiado de parecer, “lo que convierte a la decisión en arbitraria” por no expresar razones
o motivos; agrega la CS que debe ser calificado de “ilegal” el dictamen “por haber
contradicho sus propios pronunciamientos anteriores, vulnerando el derecho de la igualdad
ante la ley de la recurrente”, de lo que se deriva “un trato discriminatorio”, “al existir un
pronunciamiento anterior en situación similar”. La CS decide, entonces, dejar sin efecto tal
dictamen, en base a esos y otros fundamentos. Aparece como redactor el ministro
Aránguiz y como firmantes de ese voto los ministros Sandoval, Prado y Vivanco y abogado
integrante Pallavicini; es disidente el ministro Sergio Muñoz. Casi todos esos ministros,
como queda en evidencia en este análisis jurisprudencial y en el Estudio de vacilaciones
de marzo de 2019, incurren usualmente en esa misma conducta calificada por ellos como
“ilegal”, “arbitraria” y “discriminatoria”.

¿Qué decir al respecto? ¿Una suprema inconsistencia de exigir al resto de los órganos y
agentes del Estado lo que no se exigen a sí mismos tales ministros? ¿O es el inicio de una
nueva doctrina que se comenzará a aplicar a partir de ahora en la CS y serán eliminadas
las vacilaciones, por merecer tan grave calificación?

Estos considerandos podrían inspirar alguna próxima sesión del Pleno de la CS para la
creación de una nueva política jurisprudencial más acorde con los valores de la
democracia…

Nota final: el listado sumario de casos es el siguiente [el listado detallado de las sentencias
respectivas se ofrecerá en la continuación del Estudio sobre vacilaciones, citado]:

A) CASOS DE FUNCIONARIOS A CONTRATA EN LA ADMINISTRACIÓN


1) Fabián Barahona León con Instituto de Desarrollo Agropecuario (2019)
2) Rondón Humeres, Álvaro con Fondo de Solidaridad e Inversión Social (2019)
3) Rojas Valdivia, Ariel Manuel con Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (2019)
4) Poblete Ferrer, Fernando con Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (2019)
5) Arcos García, Paula con Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (2019)
6) De la Fuente Alvarez, Ana María Isabel con Instituto Nacional de Desarrollo
Agropecuario (2019)
7) Instituto Nacional de Desarrollo Agropecuario con Cancino Cáceres, Eduardo Alberto (2019)
8) Bernardo René Barría Angulo con Instituto Nacional de la Juventud  (2019)
9) Medel Retamal, Blanca con Servicio Nacional del Adulto Mayor (2019)
10) Ganga Urbina, Gloria con Ministerio de Obras Públicas (2019)
11) Ascencio Vidal, Miguel con Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (2019)
12) Vargas Arriagada, María con Servicio de Vivienda y Urbanismo de la Región de la
Araucanía (2019)
13) Pinilla Altamirano, Luis con Fondo de Solidaridad e Inversión Social (2019)
14) Cuevas Cuevas, Andrés con Junta Nacional de Jardines Infantiles (2019)
15) Escobar Acosta, Ángel con Servicio de Vivienda y Urbanismo Región Arica y
Parinacota (2019)
16) Espinoza Mercado, Marco con Gobierno Regional de Arica y Parinacota (2019)
17) Sepúlveda Sandoval, Marlies con Ministerio de Salud (2019)
18) Silva Arancibia, Michael con Servicio Nacional de Turismo (2019)
19) Díaz Núñez, Yasmín con Ministerio de Desarrollo Social (2019)
20) Carrasco González, Fabiola con Servicio de Vivienda y Urbanismo de la Región de la
Araucanía (2019)
21) Sepúlveda Cortés, Galo con Gendarmería de Chile (2019)
22)  Servicio de Vivienda y Urbanismo con Torres Pastene Dayana (2019)
23) Quiero Aguirre, Francisco con Fondo de Solidaridad e Inversión Social  (2019)
24) Pojomovsky De la Carrera, Valentina con Instituto Nacional de la Juventud (2019)
25) Ríos López, Cristián con Fiscalía Nacional del Ministerio de Obras Públicas (2019)
26)  Muñoz González, Jaime con Serviu Región del Maule  (2019)
27) Servicio Nacional del Adulto Mayor con Villagra Rojas Flabio (2019)
28) Segura Domínguez, Renato con Dirección General de Relaciones Económicas
Internacionales (2019)
29) Fernández con Subsecretaria de Evaluación Social (2019)
30)  Roa Cerda, Cristhian con Dirección de Obras Hidráulicas (2019)
31)  Hohmann Toledo, Enrique con Secretaria Regional Ministerial de Educación Los
Lagos  (2019)
32) Mora con Instituto de Desarrollo Agropecuario (2019)
33) Arrepol Barra, Marcelo con Subsecretaría del Interior  (2019)
34) Durán Bravo, Maribel con Servicio de Registro Civil e Identificación (2019)
35) Meléndez con Agencia Nacional De Inteligencia (2019)
36) Oscar Orellana Trincado con Dirección General de Crédito Prendario (2019)
37) López Palma, Felipe con Carolina Zúñiga Brito (2019)
38) Astorga Santoro, Maiten con Ministerio de Obras Públicas (2019)
39) Céspedes Silva, Deysy con Subsecretaría de Transportes (2019)
40) German Mundaca, Edmundo con Subsecretaria del Interior (2019)
41) Colihuil Binimelis, José con Ministerio del Interior y Seguridad Pública (2019)
42) Cea Mora, Roberto con Subsecretaría del Ministerio del Interior (2019)
43) Muñoz Lira, Felipe con Ministerio de Obras Públicas (2019)
44)  Escobar Villagra, María con Servicio de Vivienda y Urbanización (2019)
45) Elgueta Lineros con Subsecretaría Ministerio del Interior (2019)
46)  Aedo con Gobernación Provincial de San Antonio (2019)

B) CASOS DE CONTRATOS A HONORARIOS EN LA ADMINISTRACIÓN

1) Salinas Astudillo, Karen con Servicio Electoral (2019)


2) Del Solar Mattehensohn, Luis con Municipalidad de Maipú (2019)
3) Zúñiga Soto, Sergio con Municipalidad de Maipú (2019)
4) Carrasco Moreno, Minda con Municipalidad de Melipilla  (2019)
5) Domínguez Ramírez, Fabián con Municipalidad de Hualpén (2019)
6) Soto Santibáñez, Carlos con Municipalidad de Rengo (2019)
7) Cerón Acevedo, Carolina con Instituto Nacional de Estadísticas (2019)
8) Toncio Morales, Karen con Municipalidad de Rengo (2019)
9) Montecino Venegas, Cristhoper con Municipalidad de Florida (2019)
10) Elso Sandoval, Jorge con Municipalidad de Talcahuano (2019)
11) Morales Onell, Melany Andrea con Gobierno Regional de Arica y Parinacota (2019)
12) Medina Pérez, Mariela Paulina con Agencia de Calidad de la Educación (2019)
13) Ramos Miranda, Ximena con Municipalidad de Coquimbo (2019)
14) Zorricueta Miranda, Angélica María con Municipalidad de La Reina (2019)
15)  Sandoval Garrido, Aldo y otro con Municipalidad de Pinto (2019)
16) Acevedo Parra, Carol con Instituto Nacional de Estadísticas  (2019)
17) Quinchel Díaz, Luis con Municipalidad de Maipú (2019)
18) Barrera Valdés, Felipe con Municipalidad de Maipú (2019)
19)  Soto Charme, Paulina y otra con Municipalidad de La Pintana  (2019)
20) Báez Simpertigue, Alejandra con Municipalidad de Talcahuano  (2019)
21) Cáceres Cáceres, Jocelyn con Municipalidad de Buin (2019)
22) Cortés Cerda, Rodrigo con Municipalidad de Las Condes (2019)
23) Mora Rivas, Rocío con Municipalidad de Cobquecura (2019)
24) Gómez Monroy, Ricardo con Municipalidad de Maipú (2019)
25) Urrutia Martínez, Paola Carolina con Municipalidad de Valparaíso (2019)
26) Alvarado Bustos, Natalia con Municipalidad de Melipilla (2019)
27) Trujillo Osorio, Rafael con Municipalidad de Melipilla (2019)
28) Pando Monarde, Ángel con Municipalidad de Quilicura (2019)
29) Tobar Aedo, Andrés con Municipalidad de Huechuraba  (2019)
30) Montecinos Acaricia, Israel con Municipalidad de Vilcún  (2019)
31) Roa Sanhueza, Marcelo con Municipalidad de Huechuraba (2019)
32) Requena Donoso, Fernando con Municipalidad de Cerrillos  (2019)
33) Martínez González, Diego con Municipalidad de Maipú  (2019)
34) Román Gutiérrez, Lía con Municipalidad de Maipú (2019)
35) Risco Saldivia, Sandra con Municipalidad de Valparaíso (2019)
36) Lin Muñoz, Tai I con Secretaría Regional Ministerial de la Vivienda y Urbanismo (2019)
37) Delgado Pino, Daniel con Municipalidad de La Cisterna (2019)
38) Rojas Ramírez, Miguel con Municipalidad de Valparaíso  (2019)
39) Muñoz Veliz, Karina con Municipalidad de Coquimbo (2019)
40) Garcés Fernández, Luis con Municipalidad de San Miguel (2019)
41) Rodríguez Quenlo, Valeria con Municipalidad de Molina (2019)
42) Arenas Farías, Ignacio con Municipalidad de Molina (2019)
43) Zúñiga Meza, María con Municipalidad de Hualpén  (2019)
44) Sandoval Vergara, Paula con Municipalidad de Tomé (2019)
He dedicado tres comentarios anteriores a la jurisprudencia sobre empleo público: uno, a
los contratos a honorarios; otro, a la precariedad de las contratas; otro, a las contratas en
la jurisprudencia de la Contraloría y, en fin, uno en que ofrezco un recuento de la
zigzagueante jurisprudencia de ambos temas durante 2019. Reviso ahora la jurisprudencia
sobre la tutela laboral de los derechos fundamentales de los funcionarios públicos, tema
que tiene la singularidad de ser el origen de una sonada controversia suscitada a principios
de octubre de 2019 entre la Corte Suprema (CS) y el Tribunal Constitucional (TC), la que
quedó algo olvidada en las siguientes semanas por las manifestaciones sociales que han
trastornado al país.

Tres actos y trastienda de la comedia

El asunto tiene su intríngulis y pareciera conveniente recorrerlo en sus detalles y


recovecos para comprenderlo y así observar las conductas de los diversos jueces que han
participado en él:

i) primer acto: todo surge en 2014, en el seno de la Cuarta Sala (Laboral) de la CS, que en
un giro jurisprudencial comienza a acoger tutelas laborales de funcionarios públicos;

ii) segundo acto: luego, en diciembre de 2018, el TC comienza a acoger recursos de


inaplicabilidad por inconstitucionalidad, cuyo efecto será impedir a la CS acoger las tutelas
laborales;

iii) tercer acto: una reciente intromisión de la Tercera Sala (Constitucional [Administrativa,
más bien]) de la CS desató el vendaval, apaciguado luego por una especie de armisticio
entre los presidentes de las cortes en pugna, y,
iv) una trastienda: la CS pareciera haber ido dejando “en cartera”, “demorados” o
“pendientes” de fallo todos los casos en que se ha pronunciado el TC.

Mi intento es ofrecer una crónica de la conducta de las cortes y de los jueces. En cuanto a
sus argumentos de fondo, los reproduzco, caso a caso, con algunas anotaciones críticas
sobre la materia, estrictamente necesarias, para marcar mi posición en cuanto al fondo.

En esta primera parte ofrezco el recorrido del primer acto (ante la Cuarta Sala de la CS);
en la segunda parte haré el recorrido de los otros dos actos (ante el TC y Tercera Sala de
la CS) y de la trastienda.

Primer acto: el nacimiento de una nueva línea jurisprudencial


Lugar: Cuarta Sala de la CS
Protagonistas: sus ministros, la mayoría con votos uniformes y solo algunos zigzagueantes
Escena primera: criterio inicial, en los cinco primeros casos

Pareciera que solo desde 2011 se presentaron conflictos de tutela laboral por funcionarios
públicos; ello, seguramente por tratarse de una institución nueva, nacida en 2006, a raíz de
una reforma al Código del Trabajo (CT).

La CS rechazó la acción en los primeros cinco casos que conoció, estimando que los
juzgados laborales eran incompetentes para conocer la acción de tutela laboral de
funcionarios públicos, absolutamente, en virtud del factor materia. Así, en los
casos: Castillo con Intendencia Regional Araucanía (2011), Hidalgo con
Corfo (2012), Vallejos con Consejo de Defensa (2012), Ross con Servicio Salud Hospital
El Pino (2013) y Andrade con Ministerio Público (2014). Los tres primeros fueron
rechazados con votación unánime, pero los dos últimos, con votos disidentes que serán
relevantes en esta historia.

Escena segunda: dos disidencias en la génesis de la tendencia

Es la disidencia del ministro Cisternas en el caso Ross (2013), la que marca la génesis del


giro. Considera, en un elaborado voto, que los tribunales laborales sí son competentes
para conocer de las demandas de tutela laboral, fundado en la constitucionalización del
derecho (!), en la igual protección de los derechos fundamentales. Recalca que en verdad
es una relación “laboral” la existente entre los funcionarios y los órganos administrativos,
los cuales serían en verdad “trabajadores”, ello a través de una razonada interpretación de
la técnica de la supletoriedad contenida en el art. 1°inc. 3° CT. Curiosamente, el ministro
Cisterna, quien encendió el fuego, ya no integrará más la Sala Laboral ni fallará caso
alguno sobre el tema.

Pero es la segunda disidencia, de los ministros Chevesich y Blanco, la que al parecer será
decisiva, que se da en el siguiente caso que conoce la Sala Laboral, Andrade (2014).
Emiten un desarrollado y razonado voto que, de manera consistente y uniforme, lo
mantendrán hasta hoy, y será entonces decisivo (junto al de otros ministros que luego se
plegarán) en la mantención uniforme de esta tendencia. Señalan, y luego lo retoma la
Sala, que el Juzgado de Letras del Trabajo es competente para conocer de la demanda de
tutela laboral, toda vez que el art. 420, letra a) CT lo habilita para conocer las “cuestiones
suscitadas entre empleadores y trabajadores, por aplicación de las normas laborales” y la
acción de tutela laboral, ejercitada por un funcionario público que denuncia una conducta
de su empleador que, a su juicio, afecta sus derechos fundamentales es, precisamente y a
la luz de lo preceptuado en el artículo 485 del Código del Trabajo, una de aquellas
“cuestiones suscitadas en la relación laboral por aplicación de las normas laborales”.
Además, señalan (desde el consid. 10° del voto disidente) que el art. 1° inc. 3° CT es de
“capital importancia” en la resolución de este caso.

Escena tercera: giro y leve zigzag

En el caso siguiente que conoce la Sala, Bussenius con Cenabast (2014), cambia la


jurisprudencia y la tendencia, que antes solo se había manifestado en las disidencias
señaladas. Ahora se vuelve casi uniforme (salvo algunos zigzags que se ha reportado).
Esta nueva línea se mantiene en cinco casos de 2014 y 2015: Poblete con Ministerio
Público (2014), Cortés con Municipalidad de Curicó (2015), Román con Seremi Salud
Maule (2015) y Jara con Mineduc (2015).

Pero, cabe reportar dos de zigzag en 2015, en que cambia la jurisprudencia (retrocediendo
al antiguo criterio) debido a una curiosa composición de la Cuarta Sala, en los
casos Villalobos con Fisco (2015) y Gómez con Municipalidad de Recoleta (2015). En
ambos se sostiene el antiguo criterio, según el cual los juzgados laborales no son
competentes para conocer de las demandas de tutela laboral que son incoadas por
funcionarios públicos.

Escena cuarta: línea jurisprudencial consistente de la Cuarta Sala a partir de 2015

A partir del caso Bordachar (2015) ya no habrá zigzag alguno hasta Jara (2019); esto es,


en los 14 casos siguientes [hasta junio de 2019] la Cuarta Sala ha sido uniforme en acoger
la tutela laboral a funcionarios públicos: Bordachar con Sernapesca (2015), Ramírez con
Subsecretaría de Prevención del Delito (2015), Ramos con Fisco (2016), Villaman con
Fisco (2016), Vásquez con Municipalidad de Huechuraba (2016), Reyes con Subsecretaría
de Prevención del Delito (2016), Carrasco con Fisco (2016), Torres con
Junji (2016), Vásquez con PDI (2016), Chandia con Fisco (2016), Torres con
Municipalidad de Monte Patria (2017), Zárate con Seremi Desarrollo Social
Antofagasta (2017), Delgado con Municipalidad de Valparaíso (2019) y Jara con
Fisco (2019). En todos estos casos se aplican los arts. 1° inc. 3° y 485 CT, en que se
regula, respectivamente, la aplicación supletoria del CT respectos de los estatutos
administrativos y la tutela laboral.

En suma, sobre la tutela laboral a funcionarios públicos, la Cuarta Sala (Laboral) de la


Corte Suprema ha ofrecido una línea jurisprudencial consistente a partir de 2014 en una
veintena de casos, con solo dos zigzags en 2015 [ véase (*)].

Como reviso más adelante [en la segunda parte], desde 2018 el Tribunal Constitucional ha
intentado bloquear esa jurisprudencia y, luego, en 2019, la CS desbloquearla. Si perjuicio
de que el actual estado, como se verá, es el aparente armisticio.

Conducta de los jueces de la Cuarta Sala

Los ministros Juica y Dolmestch concurren a la nueva jurisprudencia en el


caso Villalobos (2015), de una persona contratada a honorarios por una municipalidad;
pero son disidentes en Gómez (2015). En segundo lugar, hay tres zigzags del entonces
abogado integrante (y ahora ministro) Prado, ante seis casos idénticos; en
tres, Vallejos (2012), Villalobos (2015) y Gómez (2015), falla por una tendencia, pero en
otros tres, Poblete (2014), Bordachar (2015) y Ramírez (2015), falla por la tendencia
contraria.
Conductas estas que contrastan con las de los ministros Chevesich, Blanco, Cerda y
Andrea Muñoz, quienes han sido consistentes y uniformes en sus votos desde 2014.
Igualmente el ministro Sergio Muñoz en cuatro casos de 2016, en su paso por esa Sala, y
los abogados integrantes Pizarro y Etcheverry.

Cabe destacar por sobre el resto el caso de la ministra Chevesich, quien no solo ha tenido
una conducta completa y enteramente uniforme en esta materia, sino en todas las que ha
abarcado el estudio de la jurisprudencia que cubre una década (2008 a 2018). Ni una sola
variación, ni un solo zigzag, ha podido reportarse en su caso.

El criterio de fondo que acoge la Cuarta Sala es correcto

La tutela laboral para funcionarios públicos en su condición de trabajadores no solo cabe


aplicarla por la igualdad ante la ley que merecen todos los trabajadores del país, sino por
existir leyes expresas que así permiten concluirlo, las que aplica correctamente la
jurisprudencia ahora uniforme de la Cuarta Sala.

En efecto, según lo dispuesto en el Código del Trabajo (CT), reformado en 2006, los
trabajadores que vean vulneradas sus garantías fundamentales en el contexto de una
relación laboral pueden deducir ante los juzgados de letras del trabajo (jueces
competentes en esta materia) una demanda de tutela laboral, establecida en el art. 485 y
ss. CT. ¿Qué ocurre en el caso de que un funcionario público (es decir, aquellas personas
naturales que son trabajadores de órganos de la Administración y que se rigen
por estatutos especiales) ven vulneradas sus garantías fundamentales? ¿Son
competentes los juzgados laborales para conocer de una demanda de tutela laboral de ese
funcionario público?

Como los estatutos Administrativo y Municipal no cuentan con una regulación de la acción


de este nuevo instituto, nacido en 2006, de tutela laboral, para el caso de los funcionarios
respectivos (esto es, se produce una laguna legal), la jurisprudencia ha tenido que
pronunciarse sobre la competencia de los juzgados laborales para conocer esas acciones
de tutela laboral de funcionarios públicos.

Pareciera decisivo el art. 1°inc. 3° CT (que está en el centro del argumento de la Cuarta
Sala de la CS) que establece que: “Los trabajadores de las entidades señaladas en el
inciso precedente [sc. de las empresas o instituciones del Estado] se sujetarán a las
normas de este Código en los aspectos o materias no regulados en sus respectivos
estatutos, siempre que ellas no fueren contrarias a estos últimos”. Esta es, entonces, una
norma especial dirigida a funcionarios públicos (solo que está contenida en el CT), que
regula supletoriedad del CT, respecto de esos funcionarios públicos [véase (**)]. Nótese
igualmente el uso de la expresión “trabajadores” por el legislador, para referirse a los
funcionarios públicos, dato hermenéutico bien relevante.

En los votos disidentes de los ministros Cisterna, Chevesich y Blanco, y en la seguidilla de


sentencias consistentes en que agregan sus votos los ministros Andrea Muñoz, Cerda y
Sergio Muñoz, se aplica correctamente el art. 1° inc. 3° CT, el que contiene una contra-
excepción a las reglas de supletoriedad y la excepción, contenidas en sus incisos
anteriores; pues el propio CT que, en un inicio exceptúa del CT a los funcionarios públicos,
luego, con el objetivo de evitar lagunas legales, los incorpora. Es el propio legislador
laboral el que incorpora en su designio a los funcionarios públicos. Fallar en sentido
contrario, entonces, sería contra legem.
(*) Sentencias de la Cuarta Sala de la CS sobre tutela laboral de funcionarios públicos [hasta
junio de 2019] [Citación abreviada de un listado que forma parte de la continuación del Estudio
de vacilaciones de la jurisprudencia]. 

1) Jara Rojas, Hernán con Fisco de Chile (2019): Corte Suprema, 13 junio 2019.
2) Delgado Gambotto, Karen con Municipalidad de Valparaíso (2019): Corte Suprema, 29 mayo
2019.
3) Zárate González, Santiago con Secretaría Regional Ministerial de Desarrollo Social de
Antofagasta (2017): Corte Suprema, 5 abril 2017.
4) Torres Alcayaga, Priscilla con Municipalidad de Monte Patria (2017): Corte Suprema, 12
enero 2017.
5) Chandia Arriagada, Marcela con Fisco de Chile (2016): Corte Suprema, 30 noviembre 2016.
6) Vásquez Ortega, Germán con Policía de Investigaciones de Chile (2016): Corte Suprema, 17
noviembre 2016.
7) Torres Machuca, María con Junta Nacional de Jardines Infantiles (2016): Corte Suprema, 12
octubre 2016.
8) Carrasco Valencia, Oliver David con Fisco de Chile (2016): Corte Suprema, 31 mayo 2016.
9) Reyes Álvarez, Arturo con Subsecretaría de Prevención del Delito (2016): Corte Suprema,
20 abril 2016.
10) Vásquez Cunich, Pablo con Municipalidad de Huechuraba (2016): Corte Suprema, 18 abril
2016.
11) Villaman Fernández, Carol Valeska con Fisco de Chile (2016): Corte Suprema, 24 marzo
2016.
12) Ramos Martínez, Leonardo con Fisco de Chile (2016): Corte Suprema, 24 marzo 2016.
13) Ramírez Rodríguez, Luis con Subsecretaría de Prevención del Delito (2015): Corte
Suprema, 1diciembre 2015.
14) Bordachar Moraga, Cristián con Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (2015) Corte
Suprema, 1 diciembre 2015.
15) Gómez Faust, Yisley con Municipalidad de Recoleta (2015): Corte Suprema, 30 noviembre
2015.
16) Villalobos Pino, Claudia con Fisco de Chile (2015): Corte Suprema, 30 noviembre 2015.
17) Jara Vera, Manuel con Ministerio de Educación (2015): Corte Suprema, 25 noviembre
2015.
18) Román Cordero, Marco con Secretaría Regional Ministerial de Salud de la Región del
Maule (2015): Corte Suprema, 19 noviembre 2015.
19) Cortés Fuenzalida, Irene con Municipalidad de Curicó (2015): Corte Suprema, 20 mayo
2015.
20) Poblete Salazar, Pablo con Ministerio Público (2014): Corte Suprema, 21 octubre 2014.
21) Bussenius Cornejo, Pablo con Central de Abastecimientos del Sistema Nacional de
Servicios de Salud (2014): Corte Suprema, 30 abril 2014.
22) Andrade Vera, Lugarda Andrea con Ministerio Público (2014): Corte Suprema, 5 marzo
2014.
23) Ross Monsalve, Yulieth del Carmen con Servicio de Salud Sanatorio Hospital El Pino
(2013): Corte Suprema, 6 mayo 2013.
24) Vallejos Bustamante, Jerry con Consejo de Defensa del Estado (2012): Corte Suprema, 8
agosto 2012.
25) Hidalgo Cambiaso, Marcelo Alejandro con Corporación de Fomento de la Producción
(2012): Corte Suprema, 27 junio 2012.
26) Castillo Olave, Cristián Eduardo con Intendencia Regional de la Araucanía (2011): Corte
Suprema, 7 marzo 2011.

(**) Un desarrollo conteste sobre la técnica de la supletoriedad y sobre el caso del CT puede
verse en mi texto de (2010): El derecho administrativo como sistema autónomo. El mito del
código civil como «derecho común». Santiago: LexisNexis, p. 31.
Alejandro Vergara

En mis tres comentarios anteriores de esta comedia jurisprudencial me referí al primer acto
(ante la Cuarta Sala de la CS), luego al segundo acto (ante el TC) y, en seguida, ofrecí un análisis
crítico de la línea mayoritaria del TC. Cierro esta serie de columnas con el tercer acto y la
trastienda.

Resumen de los actos anteriores: primero, la Cuarta Sala de la Corte Suprema (CS) emite,
desde 2015, una seguidilla uniforme de sentencias favorables a la aceptación de la tutela
laboral para funcionario públicos; luego, el Tribunal Constitucional (TC), desde diciembre de
2018 (esto es, desde hace un año atrás) emite una serie de decisiones contrarias al criterio
jurisprudencial de la CS, aduciendo una supuesta inconstitucionalidad de las normas legales
que permiten la tutela laboral.

Lo que se esconde detrás de estas sentencias del TC (avant la lettre), como queda en evidencia,
no es una verdadera y auténtica cuestión de inconstitucionalidad, sino una diferente
interpretación que el voto de mayoría tiene de la legislación vigente, a la que ha descendido el
TC.

Es la doctrina del TC (o de su voto de mayoría) la que ha desencadenado la comedia y la


resistencia de la CS. Todos esperamos que no devenga en tragedia jurisprudencial.

Tercer acto: recursos de protección contra sentencias dictadas por el Tribunal Constitucional.
Variaciones jurisprudenciales de la Tercera Sala.

Las sentencias del TC, que fallaron asuntos relativos a la competencia de los juzgados laborales
para conocer demandas de tutela laboral deducidas por funcionarios públicos, tienen como
efecto práctico impedir a la CS continuar con su interpretación de la legislación laboral en esa
materia. De manera inédita, en tres casos, hasta ahora, los funcionarios “afectados” por esas
sentencias del TC han deducido acciones de protección contra el Tribunal Constitucional por el
hecho de dictar esas sentencias, invocando el quebranto a garantías constitucionales,
solicitando a las cortes “el restablecimiento del Derecho”. Los tres casos los ha conocido la
Tercera Sala

Primera escena: voto de mayoría de la Tercera Sala que traspasa los límites democráticos en
un obiter dictum

En el primero de estos casos, Confederación con Tribunal Constitucional (2019), la Corte de


Apelaciones de Santiago rechaza el recurso y emite una razonable sentencia, señalando que
ante la claridad del art. 94 CPR (“no procederá recurso alguno”) no puede prosperar un
recurso de protección contra una sentencia del TC. Agrega que el art. 1° de la Ley 17.997
señala que el TC es un órgano autónomo y que, en caso de acogerse, obligaría a la CS a
pronunciarse en segunda instancia respecto del TC, el que no está sujeto a su
superintendencia por mandato del art. 82 CPR. ¡Correcta aplicación de normas y
razonamiento!

La Tercera Sala de la Corte Suprema, por unanimidad, mantuvo la decisión de rechazar el


recurso de protección, confirmando la sentencia en alzada, aunque se divide en cuanto a los
fundamentos de esa confirmación: por una parte, la ministra Sandoval fue voto de minoría en
cuanto a confirmar pura y simplemente la razonada sentencia en alzada, pero existe un voto
de mayoría (ministros Muñoz, Aránguiz, Vivanco y abogado integrante Quintanilla) y una
prevención del ministro Muñoz, los que reviso en seguida.

El voto de mayoría de la Tercera Sala de la CS, inusitada e innecesariamente, parte


descalificando la sentencia de la Corte de Apelaciones (como a la ministra Sandoval, que
adhiere a esos fundamentos), señalando que están “equivocados”, que “subyace en ellos una
errada concepción respecto de la naturaleza de la presente acción” y, asimismo, “una
incomprensión de aquello planteado en el recurso” (consid. 4°).

Señala enseguida la siguiente enormidad: ¡que la CS puede revisar las sentencias del Tribunal
Constitucional! Aduce que aunque “no existe ninguna duda respecto de la autonomía e
independencia del TC”, empero, ello “no significa que (…) sus actuaciones queden al margen
de la revisión que pueda hacer la jurisdicción (…)”. Señala que la autonomía del TC se vincula
solamente con las facultades que le han sido expresamente conferidas; pero, agrega que “las
actuaciones del órgano, llevadas a cabo al margen de (sus) atribuciones, pueden ser
controladas por la vía jurisdiccional mediante esta acción constitucional” (consid. 5).

Además, olvidando los límites democráticos entre órganos autónomos, quebranta la


autonomía de otro órgano, incorpora pautas para el TC, olvidando el canon del art. 94 CPR,
según el cual “contra las resoluciones del Tribunal Constitucional no procederá recurso
alguno”. La CS estima necesario “recordarle (al TC) que en el ejercicio de (sus facultades) debe
respetar la Constitución y la ley” (consid. 7° in fine) y al juez que debe resolver la cuestión
pendiente le señala que “debe verificar qué parte del pronunciamiento del TC es vinculante y
obligatorio” (como instigándolo a incumplir la sentencia del TC mediante el artificio de
fraccionamiento que inventa) (consid. 7° ab initio).

En efecto, la CS intenta un método de fraccionamientos de la sentencia del TC. El primer


fraccionamiento: la propia CS se atribuye la competencia de distinguir la parte de la sentencia
del TC que está dentro de la competencia de ese TC y lo que está fuera (olvidando el art. 76
inc. final del CPR citado). Segundo fraccionamiento: la CS se atribuye la competencia de
distinguir, en la sentencia del TC, por una parte, la declaración de inconstitucionalidad de una
norma legal, y, por otra, la declaración de inconstitucionalidad de la interpretación de esas
normas.

El voto de mayoría, así, traspasa los límites de su competencia e invade la competencia de otro
órgano, olvidando el texto expreso de normas constitucionales (que cito más arriba). La
ausencia de razonabilidad jurídica de las sentencias del TC (como lo sostengo en mi
comentario anterior) no habilita a la CS para sostener este verdadero resquicio para invadir la
esfera de competencias del TC instando a otros tribunales inferiores o a otras salas de la Corte
a hacerlo.

Esta sentencia del caso Confederación (2019) dio origen a múltiples notas de prensa,
editoriales y comentarios críticos de jueces, abogados y académicos. Nadie emitió opinión
alguna a su favor, ni siquiera los partidarios de la tutela para funcionarios públicos, ni los
críticos de la tesis del TC. (*) No podía ser de otra manera, pues lo desajustado de la sentencia
al orden jurídico produjo, además, una profundización del conflicto entre ambas cortes. Es
difícil encontrar razonabilidad jurídica en esta sentencia de la CS y la sospecha es que podría
tratarse simplemente de una respuesta o un arma arrojadiza dirigida a las anteriores
sentencias del TC, pues todas las disquisiciones eran absolutamente innecesarias, y aún
contradictorias, para los efectos de lo decisivo, que fue rechazar el recurso. Pero los
sentenciadores no quisieron perder la oportunidad para decirle algo al TC.
Una apostilla a la prevención del ministro Sergio Muñoz, en que intenta sintetizar y aplicar al
caso las ideas y el debate de Hart y Dworkin, enforzándose por describir el caso “en términos
dworkinianos” (consid. 3°). Pero, primero, pareciera innecesaria la referencia a la famosa
teoría de los principios jurídicos a un caso como este, en que para resolverlo no se observan la
necesidad de la comparecencia de tales principios, en que pareciera que solo cabe interpretar
normas (ya constitucionales, ya legales). Además, no cabe concluir de un modo tan apurado,
como lo hace el voto, “que el planteamiento (las ideas de Hart y Dworkin), refleja con toda
claridad que la resolución de la materia sometida al Tribunal Constitucional excede su
competencia” (consid. 4°), pues el fundamento para ello no está en los escritos de esos
autores, sino en la CPR.

Segunda escena: ante una causa idéntica, la Tercera Sala declara su inadmisibilidad y omite
obiter dictum

Existe otro recurso de protección idéntico al anterior, es el caso Farfán con Tribunal
Constitucional (2019), en que la Corte de Apelaciones de Santiago había declarado inadmisible
un recurso de protección contra una sentencia del TC ,y por ende, no lo acogió a tramitación.
La Tercera Sala de la CS, por su parte (en contradicción con su criterio anterior), confirmó la
sentencia en alzada, sin agregar fundamento alguno.

En efecto, la misma Tercera Sala, con una integración similar (ministros Sergio Muñoz,
Sandoval, Vivanco y Juan Manuel Muñoz, y abogado integrante Pallavicini), ante una causa
idéntica a la anterior ahora la declara inadmisible, esto es, ni siquiera la admite a tramitación y
omite todo fundamento. ¿Cuál es la razón para variar el criterio anterior? ¿La polémica
generada? ¿Una veleidad? ¿Una señal de arrepentimiento? ¿Una señal de acercamiento al TC?
La sentencia se emite sin dar razón alguna de este inusitado cambio de criterio. Puro arbitrio y
suprema discreción.

Tercera escena: ante otras causas idénticas, la Tercera Sala cambia de criterio

Ante una integración distinta de la sala, recientemente, el 26 de diciembre, se emite una


sentencia contradictoria con las dos anteriores en los casos González con TC (2019) y Orellana
con TC (2019). En efecto, con el voto de mayoría de la ministra Sandoval y de los abogados
integrantes Lagos y Pierry (redactor) ahora se afirma que la CS, por la vía de una acción de
protección, no puedo revisar las sentencias del TC, pues ello significa quebrantar el art. 94 CPR.

Pero dos ministros de la misma sala, Dahm y Vivanco, emiten un voto de minoría, en que
incurren en la misma enormidad que la sentencia de Confederación (2019), la cual incluso
citan.

Trastienda: las sentencias “en cartera” en la Corte Suprema y la dictación de la primera de ellas

Existe una evidencia que cabe mostrar. De las 23 causas falladas por el Tribunal Constitucional
y analizadas, hasta el 18 de diciembre pasado, seis de ellas se encontraban siendo conocidas
por la Corte Suprema cuando se dedujo el respectivo recurso de inaplicabilidad; pero, a pesar
de haber sido falladas hace bastante tiempo por el TC, esas causas aún no habían sido
resueltas por la Corte, encontrándose todas en estado de acuerdo. Pero, el 19 de diciembre la
Cuarta Sala de la CS emitió la sentencia de unificación del caso Navarrete con I. Municipalidad
de San Miguel (2019), en que encontró un argumento para no cumplir la respectiva sentencia
del TC. Esta causa está relacionada con el primer caso fallado por el TC y con la causa
Confederación (2019) y contiene una doctrina relacionada con la imposibilidad que los
sentenciadores creen ver en el procedimiento de unificación para pronunciarse sobre la
materia, la que requiere un comentario separado, por su interesante desarrollo, y su conexión
con la teoría de los precedentes, pero que logra el mismo efecto de las tres anteriores de la
Tercera Sala: esquivar el cumplimiento de la respectiva sentencia del TC.

Esta es una trastienda que cabe tener presente en los pasos tácticos que están dando
paralelamente los funcionarios recurrentes de tutela laboral y para lo cual esta demora de la
CS es bien funcional. ¿Es un intento dirigido a evitar tener que adjudicar el derecho en base al
criterio del TC? ¿Es un hecho irregular o corresponde a un atraso normal? ¿Es una demora de
los recurrentes o de la CS institucionalmente?

Comentarios finales: ¿necesidad de acuerdo inter-cortes?

Cabe esperar de las cortes respectivas no solamente esta especie de armisticio actual, sino una
salida airosa, en tiempos en que los acuerdos se favorecen en nuestra democracia; eso sí, sin
quebrantar las bases de la judicatura como institución democrática (como ostensiblemente
incurren tanto el TC en su serie de sentencias, como la Tercera Sala de la CS en Confederación).

En la línea de los acuerdos que hoy se levantan en el país, lo que quitaría el encono actual que
se ha generado entre ambas cortes, por una parte, cabría quizás una revisión por parte de
todos y cada uno de los ministros del TC de la tendencia actual sobre las tutelas laborales de
los funcionarios públicos, que más bien está dirigida a bloquear la competencia de los
tribunales laborales (cuestión institucional que corresponde a otras instancias, como el
conflicto de competencia). La solidez jurídica de esas sentencias no es evidente, sino al
contrario (lo que pareciera sentir el propio voto de mayoría del TC, pues queda en evidencia al
observar su intento de ir rellenando y rearmando de nuevos fundamentos las últimas
sentencias de la serie). Por su parte, la Tercera Sala de la CS ya dio un paso en Farfán con
Tribunal Constitucional (2019), en que parece arrepentida de su criterio anterior de
Confederación (2019), que tanta polvareda levantó, y en los casos González con TC (2019) y
Orellana con TC (2019). Esperamos que estos últimos no sean superados por un nuevo zigzag
de esa sala.

(*) Véanse, respecto de Confederación (2019) columnas de Carlos Peña, Hernán Corral,
Joaquín García-Huidobro, Jorge Correa Sutil, Domingo Lovera, José Ignacio Martínez, José
Miguel Valdivia, Tomás Blake, Pablo Soto, Marianne González, entre otros; editoriales de El
Mercurio y La Tercera.

(**) Listado de sentencias de recursos de protección contra sentencias del Tribunal


Constitucional

1) Confederación Nacional de Funcionarios Municipales de Chile con Tribunal Constitucional


(2019): Corte Suprema, 7 octubre 2019 (Rol Nº 21027-2019), Tercera Sala. Ministros: S. Muñoz
(prevención) (redactor), Sandoval (prevención), Aránguiz, Vivanco); abogado integrante:
Quintanilla [apelación de protección]. Corte de Apelaciones de Santiago, 10 julio 2019 (Rol Nº
566-2019), Tercera Sala. Ministros: Gajardo (redactor), Robinovich; abogado integrante:
Guerrero [protección].

2) Farfán Valenzuela, Solange Anamaría con Tribunal Constitucional (2019): Corte Suprema, 22
octubre 2019 (Rol Nº 29256-2019), Tercera Sala. Ministros: S. Muñoz, Sandoval, Vivanco, J.
Muñoz; abogado integrante: Pallavicini [apelación de protección] Corte de Apelaciones de
Santiago, 17 septiembre 2019 (Rol Nº 83436-2019), Primera Sala. Ministros: Lusic, Llanos;
abogada integrante: Coppo (sin redactor) [protección].

3) González con TC (2019): Corte Suprema, 26 diciembre 2019 (rol N° 33.785-2019). Tercera
Sala. Ministros Sandoval, Dahm (disidente) y Vivanco (disidente). Abogados integrantes: Lagos
y Pierry (redactor)

3) Orrellana con TC (2019): Corte Suprema, 26 diciembre 2019 (rol N° 33.786-2019). Tercera
Sala. Ministros Sandoval, Dahm (disidente) y Vivanco (disidente). Abogados integrantes: Lagos
y Pierry (redactor)

(***) Única causa resuelta por la CS: Navarrete con Municipalidad de San Miguel (2019): CS, 19
diciembre 2019 (rol N° 37.905-17). Cuarta Sala: Ministros Blanco (prevención) Andrea Muñoz,
Mauricio Silva (prevención). Abogados integrantes: Etcheverry (redactora?) y De la Maza.

(****) Causas resueltas por el Tribunal Constitucional y que algún tribunal (Juzgado, Corte de
Apelaciones o Corte Suprema) está conociendo actualmente (hasta ahora se ha fallado solo un
caso).

(Nº / Fecha / Rol TC / Año / Carátula / Tribunal)

1 2017.07.25 2926 15 Solís con Municipalidad de La Calera Corte Suprema.

2 2018.12.06 3853 17 Navarrete con I. Municipalidad de San Miguel Corte Suprema [única
fallada por CS].

3 2019.03.06 4744 18 Guzmán con USACH 1 Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.

4 2019.05.02 3892 17 Toro con Hospital Santiago Oriente Dr. Luis Tisné Brousse 2 Juzgado de
Letras del Trabajo de Santiago.

5 2019.05.28 4033 17 Báez con I. Municipalidad de San Miguel Corte Suprema.

6 2019.05.28 4046 17 Olivares con I. Municipalidad de Molina Juzgado de Letras y Familia de


Molina.

7 2019.06.20 6089 19 Espinoza con Fisco de Chile 1 Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.

8 2019.07.11 4995 18 Osse con I. Municipalidad de Lo Espejo ICA San Miguel.

9 2019.07.11 5324 18 Alvarado con I. Municipalidad de Alto del Carmen 2 Juzgado de Letras
del Trabajo de Vallenar.

10 2019.07.11 5030 18 Suazo con Municipalidad de Coronel 1 Juzgado de Letras de Coronel.

11 2019.07.11 5128 18 Cruces con Municipalidad de Coronel 2 Juzgado de Letras de Coronel.

12 2019.08.06 5810 18 Astudillo con Fisco de Chile 2 Juzgado de Letras del Trabajo de
Santiago.

13 2019.08.06 5894 19 Brito con Subsecretaría de Prevención del Delito 2 Juzgado de Letras
del Trabajo de Santiago.

14 2019.08.06 5809 18 Ortega con Fisco de Chile 2 Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.

15 2019.08.06 5808 18 Rayo con Fisco de Chile 2 Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.
16 2019.08.13 5853 18 Simpson con SENAME 1 Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.

17 2019.08.13 5854 18 Cariaga con Fisco de Chile 1 Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.

18 2019.08.13 5057 18 Asociación Funcionarios N° 2 de Salud Municipalidad de Nogales con I.


Municipalidad de Nogales ICA Valparaíso.

19 2019.08.27 5890 19 Sepúlveda con GORE Los LagosCorte Suprema.

20 2019.08.27 5710 18 Contreras con I. Municipalidad de San Miguel Corte Suprema.

21 2019.08.27 5860 19 Silva con Fisco de Chile 1 Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.

22 2019.08.27 5971 19 Burgos con Fisco de Chile 1 Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.

23 2019.08.27 5914 19 Vicencio con Fisco de Chile 1 Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.

24 2019.08.27 6046 19 Rives con Fisco de Chile 1 Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.

25 2019.09.24 5920 19 Muñoz con Municipalidad de Pitrufquén Juzgado de Letras y Familia de


Pitrufquén.

26 2019.09.24 5921 19 Gutiérrez con Municipalidad de Pitrufquén ICA Temuco.

27 2019.10.08 6162 19 Arriagada con Universidad de Chile 1 Juzgado de Letras del Trabajo de
Santiago.

28 2019.10.08 5539 19 Zúñiga con Municipalidad de Peumo Juzgado de Letras y Garantía de


Peumo.

29 2019.10.08 6069 19 Inostroza con I. Municipalidad de Maipú Corte Suprema.

30 2019.10.08 6134 19 Fuentes con I. Municipalidad de Ránquil ICA Chillán.

31 2019.10.10 5903 19 Olivares con Municipalidad de San Felipe Corte Suprema.

32 2019.10.10 6027 19 Cleveland con I. Municipalidad de Quilicura ICA Santiago.

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