Jurisprudencia Funcionarios Públicos
Jurisprudencia Funcionarios Públicos
El Derecho laboral administrativo (esto es, el relativo a los funcionarios que prestan
servicios personales al interior de los órganos de la Administración) ha sido objeto de
novedosas interpretaciones jurisprudenciales, las que han versado principalmente sobre
los siguientes cuatro aspectos críticos de las relaciones “laborales” de quienes prestan
servicios personales al interior de los órganos de la Administración: (i) la tutela laboral de
los funcionarios de la Administración; (ii) la cuestionada figura de la subcontratación y su
aplicación en los servicios públicos; (iii) los derechos y expectativas de los funcionarios a
contrata; y (iv) la precariedad de las relaciones laborales bajo contratos de honorarios en
que se encuentra un gran porcentaje de trabajadores de la Administración.
La ley contempla una regla especial/excepcional para las contrataciones a honorarios [en
los arts. 11 Ley N° 18.834, de 1989, sobre Estatuto Administrativo (EA) y 4° Ley N° 18.883,
de 1989, que aprueba Estatuto Administrativo para funcionarios municipales (EAFM)], en
la que sólo autoriza tales contratos para el caso de profesionales, técnicos o expertos que
realicen labores accidentales o cometidos específicos y no habituales de la institución en
que se desempeñan. Agrega además la ley que “las personas contratadas a honorarios se
regirán por las reglas que establezca el respectivo contrato y no les serán aplicables las
disposiciones de este Estatuto”.
La cuestión es: ¿a qué régimen jurídico se encuentran sujetos quienes prestan esos
servicios personales así descritos? Cabe descartar la aplicación de los estatutos (EA o
EAFM), por expreso texto de la ley (arts. 11 inc.final EA y 4 inc.final EAFM). ¿Se aplica
supletoriamente el Código Civil o el Código del Trabajo? Al respecto, ha habido una
evolución jurisprudencial.
ii) Pero, a partir de abril de 2015, una nueva y coherente línea jurisprudencial en materia
de funcionarios a honorarios ha venido a mejorar el estándar de tal relación (**).
En estas sentencias (en especial en la última: González Vera, que es firmada por los cinco
ministros señalados, titulares e integrantes de la Sala Laboral) se ofrecen tres sólidos
argumentos para el cambio jurisprudencial. Primero, realiza la CS una acertada
interpretación del art.1° del Código del Trabajo, declarando que tal código siempre debe
aplicarse para aquellos casos en donde exista una vinculación laboral entre una persona
natural y la Administración, reafirmando así la calidad de estatuto laboral común y
supletorio de ese código; ello a través de una perspicaz lectura de la regla/excepción/y
contra-excepción contenidas, respectivamente, en los incisos 1°/2°/y 3° de esa disposición
legal. Segundo, funda además la CS su decisión en el principio/base/rector de las
relaciones laborales de la primacía de la realidad recogido en los arts. 7 y 8 inc.1° del
Código del Trabajo. Tercero, señala además la CS que la Administración no puede invocar
el principio/base de legalidad de los arts. 6 y 7 de la Constitución, para justificar esta
artificial contratación laboral, pues eso significaría aceptar, al mismo tiempo, la precariedad
e informalidad laboral al interior de la Administración. Concluye así la CS que los
funcionarios contratados a honorarios al no estar regidos ni por el EA, ni por ningún otro
régimen especial, se encuentran amparados por el régimen común y supletorio para todos
los trabajadores, contenido en el Código del Trabajo.
Cabe destacar entonces esta correcta línea jurisprudencial. No sólo demuestra soltura
teórica al aplicar dos técnicas relevantes en la interpretación de la regulación vigente:
primero, la supletoriedad como técnica de integración normativa, y, segundo, el
principio/base de primacía de la realidad, haciendo primar las verdaderas relaciones y
actividades que realiza cada día a día el funcionario/trabajador “a honorarios” al interior del
órgano de la Administración, por sobre lo literal de lo pactado (un contrato a honorarios).
También estas sentencias constituyen un mensaje a la Administración, pues lo que ha
venido a realizar la CS, de un modo delicado pero igualmente claro, es a recordar que no
es aceptable el verdadero fraude a la ley de intentar incorporar a la fuerza estas relaciones
habituales y dependientes en las hipótesis de los arts. 11 del EA y 4 del EAFM.
Es posible agregar, aunque no lo dice así la CS, que todo lo anterior está, además, en
conexión íntima con el principio constitucional de la igualdad de garantías jurídicas de
todos los trabajadores del país; pues no es aceptable que existan relaciones laborales
precarias precisamente al interior de los órganos de la Administración, todos los cuales
están sujetos al principio/base de la juridicidad. La línea jurisprudencial anterior a 2015 se
había traducido en un verdadero desamparo jurídico a quienes se encontraban vinculados
con la Administración, quedando así en una condición de empleo precario, con
desigualdad respecto de los demás trabajadores. La jurisprudencia anterior, en verdad,
había cerrado los ojos ante el artificio usual de contratar personas bajo la modalidad “a
honorarios” pero para realizar labores permanentes, en circunstancias que la ley sólo
autoriza este tipo de contratación para labores específicas y transitorias. Era y es un
verdadero fraude a la ley.
iii) Pero, existe un tropiezo, una sentencia contradictoria con la nueva línea jurisprudencial
(***).
Llama la atención que en medio de esta línea jurisprudencial la misma Cuarta Sala de la
CS haya emitido una sentencia contradictoria con las anteriores, en el caso Pradines y
otros con Municipalidad de San Juan de la Costa (2015); es el resultado de la
conformación de la Sala con dos abogados integrantes y el Ministro Aránguiz. Cabe
señalar, no obstante, que esta es una sentencia de mayoría, pues los Ministros Chevesich
y Blanco reafirmaron en voto disidente la línea jurisprudencial actual de la CS en la
materia. Esta sentencia vuelve a la antigua línea de la CS señalando que los funcionarios
no pueden entenderse como trabajadores debido a que se encontraban contratados a
honorarios, añadiendo como argumento que las municipalidades y otros órganos de la
Administración del Estado no tienen la facultad para contratar funcionarios de acuerdo a la
normativa del Código del Trabajo, salvo norma expresa (olvidando los firmantes de esa
sentencia, por cierto, que de ese modo lo que resulta es la convalidación de una
degradada o precaria contratación de personal).
1°) a la Dirección del Trabajo, quien (en virtud del art. 1° letra a) del DFL 2, de 1967, que
dispone la reestructuración y fija las funciones de la Dirección del Trabajo) tiene la
potestad/deber de “fiscalización de la aplicación de la legislación laboral”, y
2°) a la Contraloría General de la República, quien tiene el control de legalidad de los actos
administrativos y la fiscalización de los órganos de la Administración (en virtud de los arts.
98 y 99 de la Constitución, y 1°, 16 y 17, entre otros, de la Ley N° 10.336, de 1952, de
organización y atribuciones de la Contraloría General de la República).
(*) Sentencias de la antigua línea jurisprudencial de la CS que hacían primar la literalidad del
contrato a honorarios por sobre la real naturaleza de la relación laboral.
i) Aravena, Germán y otro con Municipalidad de Maipú (2007): CS 27 septiembre 2007 (Rol
N°4908-2006). Cuarta Sala. Ministros: Libedinsky; Marín; Álvarez; Pérez Paredes; Valdés.
[Casación]
ii) Morales, Mario con Municipalidad de Maipú/i> (2007): CS 27 septiembre 2007 (Rol N°5914-
2006). Cuarta Sala. Ministros: Marín; Álvarez; Valdés; Libedinsky; Pérez Paredes [Casación]
iii) Gallardo, Jorge y otro con Municipalidad de La Florida (2007): CS 16 octubre 2007 (Rol
N°6542-2006). Cuarta Sala. Ministros: Marín (redactor); Libedinsky; Valdés; Pérez Paredes;
Álvarez [Casación]
iv) Ormeño, Nelson con Municipalidad de Maipú (2008): CS 24 diciembre 2008 (Rol N°7138-
2008). Cuarta Sala. Ministros: Torres; Valdés; Pérez Paredes (redactora); abogado integrante:
Mauriz y Cárcamo [Casación];
v) Adasme, Jessica con Municipalidad de La Florida (2010): CS 16 marzo 2010 (Rol N°240-
2010). Cuarta Sala: Ministros: Silva Gundelach; Marí (redactor); Egnem: abogado integrante:
Jacob y Figueroa [Casación].
vi) Zapata, Paula con Municipalidad de Maipú (2010): CS 21 de abril 2010 (Rol N°319-2010).
Cuarta Sala: Ministros: Valdés; Pérez Paredes; Maggi (redactora); Egnem; abogado integrante:
Figueroa [Casación]
vii) Municipalidad de Maipú con Carlos Naranjo y otros (2010): CS 18 de mayo 2010 (Rol
N°893-2010). Cuarta Sala: Ministros: Valdés; Pérez Paredes; Marín (redactor); Egnem;
abogado integrante: Bates [Casación]
viii) Municipalidad de Maipú con Elizabeth Mujica (2012): CS 3 de enero 2012 (Rol N°4785-
2011). Cuarta Sala: Ministros: Fuentes; Pérez Paredes (redactora); Egnem; Pfeiffer; Valdés.
[Casación]
(***) Única sentencia de la CS contradictoria con la nueva línea jurisprudencial, que aplica la
literalidad del contrato de honorarios
i) Pradines Pradines, Claudia y otros con Municipalidad de San Juan de la Costa (2015): CS 5
agosto 2015 (Rol N°24904-2014). Cuarta Sala. Ministros: Blanco (voto disidente), Chevesich
(voto disidente), Aránguiz; abogados integrantes: Correa y Prado (redactor). [Unificación de
jurisprudencia]
Alejandro Vergara
La Tercera Sala de la Corte Suprema (CS) ha venido a renovar su arcaica línea
jurisprudencial en materia de empleo a contrata, dejando de lado una larga tradición de
deferencia a la arbitrariedad de la Administración y al maltrato laboral en esta materia. ¿Es
el fin de la abusiva cláusula “mientras sean necesarios los servicios” en el empleo a
contrata?
El empleo a contrata, dice la ley, “es de carácter transitorio” (art.3 letra c) del Estatuto
Administrativo = Ley N° 19.834, de 1989 = EA); agrega su art. 10 que tales empleos
“durarán, como máximo, hasta el 31 de diciembre de cada año”. La misma disposición se
encuentra en el art.5 letra f), de la Ley N°18.883 (Estatuto Administrativo para funcionarios
Municipales), que define el empleo a contrata como “de carácter transitorio”.
¿Qué significa que un empleo sea transitorio? ¿Es ello sinónimo de inestabilidad o
precariedad? ¿O es sinónimo de plazo fijo? Lo transitorio lo opone la ley al carácter
permanente del empleo de planta (art. 3 b) EA), pero tal carácter transitorio no cabe
entenderlo como inestable o precario, como se ha venido entendiendo en la práctica por la
Administración, y como hasta ahora ha sido aceptado, con deferencia, por la
jurisprudencia; pues la CS había aceptado por décadas la validez de una abusiva cláusula
según la cual tales servicios quedan sujetos “a las necesidades del servicio” o “hasta que
los servicios sean necesarios”, que se incluye en los actos/contratos de nombramiento o
designación de empleos a contrata. De ese modo, el jerarca o directivo de turno, tiene la
posibilidad de poner término intempestivamente a todas las contratas, sin fundamento
alguno, y sin respetar el plazo contenido, en otra cláusula, del mismo acto.
Entonces, cabe reinterpretar las reglas vigentes, a la luz de principios jurídicos atinentes a
la estabilidad de la relación laboral y al cumplimiento de los plazos consignados en los
actos de designación de las contratas; pues del texto de la ley sólo se puede desprender
que las contratas son temporales (transitorio), pero no que sean precarias y que queden al
arbitrio del jerarca de turno.
El Ministro Pierry fue mudando de doctrina poco a poco; incluso durante un tiempo fallaba
paralelamente por una tesis o por otra, en casos aparentemente idénticos; hasta que se
asentó su cambio definitivo, lo que señalo como Pierry.2. En el caso del Ministro Aránguiz
ocurre algo similar.
Los únicos votos en contra de la nueva línea jurisprudencial corresponden a los ministros
Egnem, Carreño y Valderrama (quienes han mantenido sus antiguos votos, en que eran
mayoría; ahora son minoría). En un caso, Montoya Perrejinonosky (2016), curiosamente
reaparece un voto de la ministra Sandoval.1, por la antigua doctrina.
Pareciera que la principal razón por la que los ministros han cambiado de opinión, y han
declarado ahora arbitraria la decisión de la Administración de poner término anticipado a
las contratas, rechazando el uso de la cláusula y frase genérica “por necesidades del
servicio” (lo que antes aceptaban), es por el prolongado tiempo que en muchos casos se
ha mantenido el empleo a contrata (en los casos fallados contra la Administración se
trataba de trabajadores que llevaban 7, 7, 7, 22 y 20 años de servicio, con igual número de
renovaciones de esas contratas), y no tanto por la falta de fundamentos del acto de la
Administración.
(*) Línea jurisprudencial de la CS que acepta precariedad del empleo a contrata: apoya
cláusula de “mientras sean necesarios los servicios…”, y así Administración puede poner
término anticipado a empleos a contrata (sin respetar plazo)
i) Suazo Reyes, Alejandro con Ministerio de Salud y otro (2014): CS 31 diciembre 2014 (Rol
N°30.017 -2014). Tercera Sala. Ministros: Pierry.; Egnem (redactora); Cerda (disidente) y
Carreño [Protección].
ii) Díaz Palominos, Ricardo con Subsecretaría de Salud Pública (2015): CS 6 enero 2015 (Rol
N°30.172 -2014). Tercera Sala. Ministros: Pierry (redactor); Egnem; Sandoval; abogado
integrante: Prieto [Protección].
iii) Martínez Castro, Elizabeth con Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (2015): CS 12
enero 2015 (Rol N°32.061 - 2014). Tercera Sala. Ministros: Pierry; Egnem; Sandoval y Carreño
(redactor): abogado integrante: Prieto [Protección].
iv) Manríquez Castillo, Yenny con Ministerio de Salud (2015): CS 14 enero 2015 (Rol N°30.770
-2014). Tercera Sala. Ministros: Pierry; Egnem (redactora); Sandoval y Carreño: abogado
integrante: Baraona y Lagos [Protección].
v) Turra Corrales, Alfrodin con Subsecretaría de Salud Pública (2015): CS 14 enero 2015 (Rol
N°29.530 - 2014). Tercera Sala. Ministros: Pierry; Egnem; Sandoval; Chevesich (disidente) y
Carreño (redactor) [Protección].
vi) Anasco Luna, Carlos con Gobernación Provincial de Parinacota (2015): CS 22 enero 2015
(Rol N°31.395 - 2014). Tercera Sala. Ministros: Pierry; Sandoval y Carreño abogado integrante:
Bates y Gorziglia (redactor) [Protección].
vii) Bazán Montaña, Andrés con CONADI (2015): CS 29 enero 2015 (Rol N°417- 2015).
Tercera Sala. Ministros: Pierry; Sandoval y Carreño (redactor) abogado integrante: Prado y
Piedrabuena [Protección].
viii) Valdebenito Troncos, Patricio con Ministerio de Educación (2015): CS 23 febrero 2015 (Rol
N°419- 2015). Tercera Sala. Ministros: Pierry; Sandoval (redactora); Egnem; Aránguiz y
Carreño [Protección].
ix) Riquelme Fuenzalida, Blanca con SEREMI de Energía Maule (2015): CS 17 junio 2015 (Rol
N°7.261- 2015). Tercera Sala. Ministros: Pierry; Sandoval (redactora) y Chevesich (disidente):
abogado integrante: Prado y Lagos [Protección].
x) Hernández Arias, Pablo con Servicio de Salud Metropolitano (2015): CS 12 marzo 2015 (Rol
N°568- 2015). Tercera Sala. Ministros: Pierry; Sandoval; Egnem; Aránguiz y Carreño (redactor)
[Protección].
xi) Pinto Arriagada, Manuel con Fondo de Solidaridad e Inversión Social (2015): CS 31 marzo
2015 (Rol N°2.814- 2015). Tercera Sala. Ministros: Pierry (redactor); Sandoval; Egnem;
Aránguiz y Carreño [Protección].
xii) Díaz Pizarro, Andrea con JUNAEB (2015): CS 10 agosto 2015 (Rol N°7.711- 2015).
Tercera Sala. Ministros: Pierry; Sandoval y Egnem: abogado integrante: Gómez y Matus
(redactor) [Protección].
xiv) Mora Ortega, Claudio con Servicio de Salud Metropolitano (2015): CS 26 noviembre 2015
(Rol N°17.697- 2015). Tercera Sala. Ministros: Pierry (disidente); Aránguiz (redactor y
disidente); Sandoval; Egnem y Pfeiffer [Protección].
xiii) Morales Ureta, Marcos con Municipalidad de Puchuncaví (2015): CS 24 diciembre 2015
(Rol N°36.512- 2015). Tercera Sala. Ministros: Pierry (disidente); Aránguiz (disidente);
Sandoval; y Valderrama: abogado integrante: Prado [no indica redactor] [Protección].
xiv) Concha Mora, Andrea con INE (2015): CS 31 diciembre 2015 (Rol N°25.475- 2015).
Tercera Sala. Ministros: Pierry (redactor y disidente); Aránguiz (disidente); Sandoval; Egnem y
Valderrama [Protección].
xv) Segura Donoso, Viviana con Gendarmería (2016): CS 25 enero 2016 (Rol N°30.222-2015).
Tercera Sala. Ministros: Pierry; Aránguiz; Sandoval; Egnem y Valderrama (redactor)
[Protección].
xvi) Ancelovici Valle, Solá con SENDA (2016): CS 22 marzo 2016 (Rol N°4.227 - 2016).
Tercera Sala. Ministros: Pierry; Valdés; Silva; Egnem (redactora) y Carreño [Protección].
xvii) Brunet Bruce, Marcelo con Gendarmería (2016): CS 22 marzo 2016 (Rol N°4.234 - 2016).
Tercera Sala. Ministros: Pierry (redactor); Valdés; Silva; Egnem y Carreño [Protección].
xviii) Benavente Miranda, Nicolás con Policía de Investigaciones (2016): CS 11 abril 2016 (Rol
N°15.031 - 2016). Tercera Sala. Ministros: Pierry (redactor); Aránguiz; Sandoval; Egnem:
abogado integrante: Rodríguez [Protección].
i) Loyola Sepúlveda, Sofía con INDAP (2015): CS 17 marzo 2015 (Rol N°32.289 - 2014).
Tercera Sala. Ministros: Pierry (redactor); Aránguiz; Sandoval; Egnem (disidente) y Carreño
(disidente) [Protección].
ii) Montoya Perrejinoski, Fernanda con IPS (2015): CS 9 junio 2015 (Rol N°5.684 - 2015).
Tercera Sala. Ministros: Pierry; Sandoval (disidente); Egnem (redactora y disidente): abogados
integrantes: Lagos y Prado [Protección].
iii) Olivares Romero, José con JUNAEB (2015): CS 3 noviembre 2015 (Rol N°10.346-2015).
Tercera Sala. Ministros: Pierry (redactor); Sandoval (disidente); Egnem (disidente); Cisternas:
abogado integrante: Quintanilla [Protección].
iv) Cerda Gómez, Sergio con Dirección de Vialidad (2016): CS 3 marzo 2016 (Rol N°37.984-
2015). Tercera Sala. Ministros: Pierry; Sandoval; Aránguiz (redactor); Valderrama (disidente):
abogado integrante: Pizarro [Protección].
v) Peña Olate, Gustavo con Instituto de Previsión Social (2016): CS, 3 octubre 2016 (Rol
N°35.196-2016). Tercera Sala. Ministros: Sandoval; Aránguiz; Muñoz (agrega fundamentos);
Egnem (redactor y disidente); abogado integrante: Pfeffer (disidente) [Protección].
Alejandro Vergara
Al tema del empleo público dediqué en 2016 tres comentarios jurisprudenciales: el
primero, a los contratos a honorarios; el segundo, a la precariedad de las contratas; y, el
tercero, a las contratas en la jurisprudencia de la Contraloría. En todos ellos destaco la
nueva jurisprudencia que comenzó a surgir en la Corte Suprema (CS) y en la Contraloría,
en defensa de la estabilidad laboral. Pero, como se pudo constatar en el Estudio de las
vacilaciones de la jurisprudencia de la CS (marzo de 2019), tanto la Tercera Sala (en
materia de contratas) como la Cuarta Sala (en materia de honorarios) ofrecen una
jurisprudencia altamente vacilante hasta diciembre de 2018. Veamos qué ha pasado en el
primer semestre de 2019.
Tema este que está conectado con el clamor social de la actualidad de exigir mayor
igualdad y ausencia de discriminación, el que también está dirigido a los jueces.
Esta jurisprudencia emana de la Tercera Sala de la CS, una vez revisado el total de 46
casos habidos desde enero a junio de 2019, surgen dos temas recurrentes en contratas: el
término intempestivo y la renovación.
1° Línea que acepta la precariedad del empleo a contrata: según esta tendencia (en base
al art. 3c) Ley N° 19.834, que define el empleo a contrata como “aquel de carácter
transitorio”), este sería además precario, expresión este última que utilizan los
sostenedores de esta tesis (no la ley). Esto es como decir que existen empleos precarios,
al punto que la permanencia queda entregada al empleador, el que intempestivamente
(incluso antes del plazo acordado, normalmente el 31 de diciembre de cada año) puede
expulsar del servicio al funcionario a contrata. Esta iniquidad se sostiene, según los
ministros que sostienen esta tendencia, en la cláusula (supuestamente legítima) “mientras
sean necesarios sus servicios”, contenida en los actos de nombramiento, y que facultaría a
la autoridad administrativa a cesar los servicios a contrata de manera anticipada, sin
necesidad de motivar dicho acto dado que la principal característica de estos empleos
sería “la precariedad en su duración”.
1°) Línea que acepta la precariedad de las contratas que hayan sido renovadas al menos
por dos veces antes. Esta tendencia señala, en base al art.10 Ley N° 19.834, en relación
con la permanencia de esta última clase de cargos, que los empleos a contrata durarán,
como máximo, sólo hasta el 31 de diciembre de cada año y quienes los sirvan expirarán en
sus funciones en esa fecha por el solo ministerio de la ley; a su juicio, sería implícita la
facultad de la autoridad para poner término a las funciones del empleado a contrata
aunque el funcionario haya estado varios años trabajando en esas condiciones.
2°) Línea que no acepta la precariedad de las contratas que hayan sido renovadas varias
veces antes. Ello, pues califica como verdadero axioma, la aplicación del principio de la
confianza legítima una vez que el funcionario haya sido contratado dos años seguidos a
contrata. Si bien se suelen agregar algunas otras especificaciones.
2°) La otra tendencia supone un análisis de los elementos de la relación laboral existente
entre las personas naturales y la Administración del Estado, y luego, la verificación de la
existencia de aquellos elementos típicos que configuran una relación laboral (según lo
establecido en el art. 7 del Código del Trabajo). En tal caso, existiendo tales elementos en
esta relación, se dice, estas deben ser calificadas como laborales, aunque se hayan
iniciado amparadas por las normas de contratación a honorarios contenidas tanto en el
Estatuto Administrativo como en el Estatuto Municipal. Y, por ende, como relaciones
laborales, según lo dispuesto por el art. 7 del Código del Trabajo, les son aplicables las
normas del Código del Trabajo.
De las sentencias de este año, tanto en contratas como en honorarios, es posible apreciar
que la CS sigue zigzagueando, y trata de diferente modo a trabajadores de órganos
administrativos que recurren a ella en causas idénticas y a algunos se les presta
protección y a otros no. De ahí que siguiendo una jurisprudencia paralela de la propia CS,
el resultado es una especie de discriminación institucional de la CS a trabajadores que
están en una misma situación.
b) En el caso de la Cuarta Sala, la ministra Chevesich, como en todos los años anteriores,
mantiene una postura consistente y fundada, de una sola línea. Pero, los ministros Blanco
y Andrea Muñoz suelen zigzaguear al respecto.
Esta sentencia declara ilegal un dictamen de la Contraloría (¡léase bien lo que sigue, es de
antología!) “por no haber sido consistente con sus dictámenes anteriores”, y haber
cambiado de parecer, “lo que convierte a la decisión en arbitraria” por no expresar razones
o motivos; agrega la CS que debe ser calificado de “ilegal” el dictamen “por haber
contradicho sus propios pronunciamientos anteriores, vulnerando el derecho de la igualdad
ante la ley de la recurrente”, de lo que se deriva “un trato discriminatorio”, “al existir un
pronunciamiento anterior en situación similar”. La CS decide, entonces, dejar sin efecto tal
dictamen, en base a esos y otros fundamentos. Aparece como redactor el ministro
Aránguiz y como firmantes de ese voto los ministros Sandoval, Prado y Vivanco y abogado
integrante Pallavicini; es disidente el ministro Sergio Muñoz. Casi todos esos ministros,
como queda en evidencia en este análisis jurisprudencial y en el Estudio de vacilaciones
de marzo de 2019, incurren usualmente en esa misma conducta calificada por ellos como
“ilegal”, “arbitraria” y “discriminatoria”.
¿Qué decir al respecto? ¿Una suprema inconsistencia de exigir al resto de los órganos y
agentes del Estado lo que no se exigen a sí mismos tales ministros? ¿O es el inicio de una
nueva doctrina que se comenzará a aplicar a partir de ahora en la CS y serán eliminadas
las vacilaciones, por merecer tan grave calificación?
Estos considerandos podrían inspirar alguna próxima sesión del Pleno de la CS para la
creación de una nueva política jurisprudencial más acorde con los valores de la
democracia…
Nota final: el listado sumario de casos es el siguiente [el listado detallado de las sentencias
respectivas se ofrecerá en la continuación del Estudio sobre vacilaciones, citado]:
i) primer acto: todo surge en 2014, en el seno de la Cuarta Sala (Laboral) de la CS, que en
un giro jurisprudencial comienza a acoger tutelas laborales de funcionarios públicos;
iii) tercer acto: una reciente intromisión de la Tercera Sala (Constitucional [Administrativa,
más bien]) de la CS desató el vendaval, apaciguado luego por una especie de armisticio
entre los presidentes de las cortes en pugna, y,
iv) una trastienda: la CS pareciera haber ido dejando “en cartera”, “demorados” o
“pendientes” de fallo todos los casos en que se ha pronunciado el TC.
Mi intento es ofrecer una crónica de la conducta de las cortes y de los jueces. En cuanto a
sus argumentos de fondo, los reproduzco, caso a caso, con algunas anotaciones críticas
sobre la materia, estrictamente necesarias, para marcar mi posición en cuanto al fondo.
En esta primera parte ofrezco el recorrido del primer acto (ante la Cuarta Sala de la CS);
en la segunda parte haré el recorrido de los otros dos actos (ante el TC y Tercera Sala de
la CS) y de la trastienda.
Pareciera que solo desde 2011 se presentaron conflictos de tutela laboral por funcionarios
públicos; ello, seguramente por tratarse de una institución nueva, nacida en 2006, a raíz de
una reforma al Código del Trabajo (CT).
La CS rechazó la acción en los primeros cinco casos que conoció, estimando que los
juzgados laborales eran incompetentes para conocer la acción de tutela laboral de
funcionarios públicos, absolutamente, en virtud del factor materia. Así, en los
casos: Castillo con Intendencia Regional Araucanía (2011), Hidalgo con
Corfo (2012), Vallejos con Consejo de Defensa (2012), Ross con Servicio Salud Hospital
El Pino (2013) y Andrade con Ministerio Público (2014). Los tres primeros fueron
rechazados con votación unánime, pero los dos últimos, con votos disidentes que serán
relevantes en esta historia.
Pero es la segunda disidencia, de los ministros Chevesich y Blanco, la que al parecer será
decisiva, que se da en el siguiente caso que conoce la Sala Laboral, Andrade (2014).
Emiten un desarrollado y razonado voto que, de manera consistente y uniforme, lo
mantendrán hasta hoy, y será entonces decisivo (junto al de otros ministros que luego se
plegarán) en la mantención uniforme de esta tendencia. Señalan, y luego lo retoma la
Sala, que el Juzgado de Letras del Trabajo es competente para conocer de la demanda de
tutela laboral, toda vez que el art. 420, letra a) CT lo habilita para conocer las “cuestiones
suscitadas entre empleadores y trabajadores, por aplicación de las normas laborales” y la
acción de tutela laboral, ejercitada por un funcionario público que denuncia una conducta
de su empleador que, a su juicio, afecta sus derechos fundamentales es, precisamente y a
la luz de lo preceptuado en el artículo 485 del Código del Trabajo, una de aquellas
“cuestiones suscitadas en la relación laboral por aplicación de las normas laborales”.
Además, señalan (desde el consid. 10° del voto disidente) que el art. 1° inc. 3° CT es de
“capital importancia” en la resolución de este caso.
Pero, cabe reportar dos de zigzag en 2015, en que cambia la jurisprudencia (retrocediendo
al antiguo criterio) debido a una curiosa composición de la Cuarta Sala, en los
casos Villalobos con Fisco (2015) y Gómez con Municipalidad de Recoleta (2015). En
ambos se sostiene el antiguo criterio, según el cual los juzgados laborales no son
competentes para conocer de las demandas de tutela laboral que son incoadas por
funcionarios públicos.
Como reviso más adelante [en la segunda parte], desde 2018 el Tribunal Constitucional ha
intentado bloquear esa jurisprudencia y, luego, en 2019, la CS desbloquearla. Si perjuicio
de que el actual estado, como se verá, es el aparente armisticio.
Cabe destacar por sobre el resto el caso de la ministra Chevesich, quien no solo ha tenido
una conducta completa y enteramente uniforme en esta materia, sino en todas las que ha
abarcado el estudio de la jurisprudencia que cubre una década (2008 a 2018). Ni una sola
variación, ni un solo zigzag, ha podido reportarse en su caso.
En efecto, según lo dispuesto en el Código del Trabajo (CT), reformado en 2006, los
trabajadores que vean vulneradas sus garantías fundamentales en el contexto de una
relación laboral pueden deducir ante los juzgados de letras del trabajo (jueces
competentes en esta materia) una demanda de tutela laboral, establecida en el art. 485 y
ss. CT. ¿Qué ocurre en el caso de que un funcionario público (es decir, aquellas personas
naturales que son trabajadores de órganos de la Administración y que se rigen
por estatutos especiales) ven vulneradas sus garantías fundamentales? ¿Son
competentes los juzgados laborales para conocer de una demanda de tutela laboral de ese
funcionario público?
Pareciera decisivo el art. 1°inc. 3° CT (que está en el centro del argumento de la Cuarta
Sala de la CS) que establece que: “Los trabajadores de las entidades señaladas en el
inciso precedente [sc. de las empresas o instituciones del Estado] se sujetarán a las
normas de este Código en los aspectos o materias no regulados en sus respectivos
estatutos, siempre que ellas no fueren contrarias a estos últimos”. Esta es, entonces, una
norma especial dirigida a funcionarios públicos (solo que está contenida en el CT), que
regula supletoriedad del CT, respecto de esos funcionarios públicos [véase (**)]. Nótese
igualmente el uso de la expresión “trabajadores” por el legislador, para referirse a los
funcionarios públicos, dato hermenéutico bien relevante.
1) Jara Rojas, Hernán con Fisco de Chile (2019): Corte Suprema, 13 junio 2019.
2) Delgado Gambotto, Karen con Municipalidad de Valparaíso (2019): Corte Suprema, 29 mayo
2019.
3) Zárate González, Santiago con Secretaría Regional Ministerial de Desarrollo Social de
Antofagasta (2017): Corte Suprema, 5 abril 2017.
4) Torres Alcayaga, Priscilla con Municipalidad de Monte Patria (2017): Corte Suprema, 12
enero 2017.
5) Chandia Arriagada, Marcela con Fisco de Chile (2016): Corte Suprema, 30 noviembre 2016.
6) Vásquez Ortega, Germán con Policía de Investigaciones de Chile (2016): Corte Suprema, 17
noviembre 2016.
7) Torres Machuca, María con Junta Nacional de Jardines Infantiles (2016): Corte Suprema, 12
octubre 2016.
8) Carrasco Valencia, Oliver David con Fisco de Chile (2016): Corte Suprema, 31 mayo 2016.
9) Reyes Álvarez, Arturo con Subsecretaría de Prevención del Delito (2016): Corte Suprema,
20 abril 2016.
10) Vásquez Cunich, Pablo con Municipalidad de Huechuraba (2016): Corte Suprema, 18 abril
2016.
11) Villaman Fernández, Carol Valeska con Fisco de Chile (2016): Corte Suprema, 24 marzo
2016.
12) Ramos Martínez, Leonardo con Fisco de Chile (2016): Corte Suprema, 24 marzo 2016.
13) Ramírez Rodríguez, Luis con Subsecretaría de Prevención del Delito (2015): Corte
Suprema, 1diciembre 2015.
14) Bordachar Moraga, Cristián con Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (2015) Corte
Suprema, 1 diciembre 2015.
15) Gómez Faust, Yisley con Municipalidad de Recoleta (2015): Corte Suprema, 30 noviembre
2015.
16) Villalobos Pino, Claudia con Fisco de Chile (2015): Corte Suprema, 30 noviembre 2015.
17) Jara Vera, Manuel con Ministerio de Educación (2015): Corte Suprema, 25 noviembre
2015.
18) Román Cordero, Marco con Secretaría Regional Ministerial de Salud de la Región del
Maule (2015): Corte Suprema, 19 noviembre 2015.
19) Cortés Fuenzalida, Irene con Municipalidad de Curicó (2015): Corte Suprema, 20 mayo
2015.
20) Poblete Salazar, Pablo con Ministerio Público (2014): Corte Suprema, 21 octubre 2014.
21) Bussenius Cornejo, Pablo con Central de Abastecimientos del Sistema Nacional de
Servicios de Salud (2014): Corte Suprema, 30 abril 2014.
22) Andrade Vera, Lugarda Andrea con Ministerio Público (2014): Corte Suprema, 5 marzo
2014.
23) Ross Monsalve, Yulieth del Carmen con Servicio de Salud Sanatorio Hospital El Pino
(2013): Corte Suprema, 6 mayo 2013.
24) Vallejos Bustamante, Jerry con Consejo de Defensa del Estado (2012): Corte Suprema, 8
agosto 2012.
25) Hidalgo Cambiaso, Marcelo Alejandro con Corporación de Fomento de la Producción
(2012): Corte Suprema, 27 junio 2012.
26) Castillo Olave, Cristián Eduardo con Intendencia Regional de la Araucanía (2011): Corte
Suprema, 7 marzo 2011.
(**) Un desarrollo conteste sobre la técnica de la supletoriedad y sobre el caso del CT puede
verse en mi texto de (2010): El derecho administrativo como sistema autónomo. El mito del
código civil como «derecho común». Santiago: LexisNexis, p. 31.
Alejandro Vergara
En mis tres comentarios anteriores de esta comedia jurisprudencial me referí al primer acto
(ante la Cuarta Sala de la CS), luego al segundo acto (ante el TC) y, en seguida, ofrecí un análisis
crítico de la línea mayoritaria del TC. Cierro esta serie de columnas con el tercer acto y la
trastienda.
Resumen de los actos anteriores: primero, la Cuarta Sala de la Corte Suprema (CS) emite,
desde 2015, una seguidilla uniforme de sentencias favorables a la aceptación de la tutela
laboral para funcionario públicos; luego, el Tribunal Constitucional (TC), desde diciembre de
2018 (esto es, desde hace un año atrás) emite una serie de decisiones contrarias al criterio
jurisprudencial de la CS, aduciendo una supuesta inconstitucionalidad de las normas legales
que permiten la tutela laboral.
Lo que se esconde detrás de estas sentencias del TC (avant la lettre), como queda en evidencia,
no es una verdadera y auténtica cuestión de inconstitucionalidad, sino una diferente
interpretación que el voto de mayoría tiene de la legislación vigente, a la que ha descendido el
TC.
Tercer acto: recursos de protección contra sentencias dictadas por el Tribunal Constitucional.
Variaciones jurisprudenciales de la Tercera Sala.
Las sentencias del TC, que fallaron asuntos relativos a la competencia de los juzgados laborales
para conocer demandas de tutela laboral deducidas por funcionarios públicos, tienen como
efecto práctico impedir a la CS continuar con su interpretación de la legislación laboral en esa
materia. De manera inédita, en tres casos, hasta ahora, los funcionarios “afectados” por esas
sentencias del TC han deducido acciones de protección contra el Tribunal Constitucional por el
hecho de dictar esas sentencias, invocando el quebranto a garantías constitucionales,
solicitando a las cortes “el restablecimiento del Derecho”. Los tres casos los ha conocido la
Tercera Sala
Primera escena: voto de mayoría de la Tercera Sala que traspasa los límites democráticos en
un obiter dictum
Señala enseguida la siguiente enormidad: ¡que la CS puede revisar las sentencias del Tribunal
Constitucional! Aduce que aunque “no existe ninguna duda respecto de la autonomía e
independencia del TC”, empero, ello “no significa que (…) sus actuaciones queden al margen
de la revisión que pueda hacer la jurisdicción (…)”. Señala que la autonomía del TC se vincula
solamente con las facultades que le han sido expresamente conferidas; pero, agrega que “las
actuaciones del órgano, llevadas a cabo al margen de (sus) atribuciones, pueden ser
controladas por la vía jurisdiccional mediante esta acción constitucional” (consid. 5).
El voto de mayoría, así, traspasa los límites de su competencia e invade la competencia de otro
órgano, olvidando el texto expreso de normas constitucionales (que cito más arriba). La
ausencia de razonabilidad jurídica de las sentencias del TC (como lo sostengo en mi
comentario anterior) no habilita a la CS para sostener este verdadero resquicio para invadir la
esfera de competencias del TC instando a otros tribunales inferiores o a otras salas de la Corte
a hacerlo.
Esta sentencia del caso Confederación (2019) dio origen a múltiples notas de prensa,
editoriales y comentarios críticos de jueces, abogados y académicos. Nadie emitió opinión
alguna a su favor, ni siquiera los partidarios de la tutela para funcionarios públicos, ni los
críticos de la tesis del TC. (*) No podía ser de otra manera, pues lo desajustado de la sentencia
al orden jurídico produjo, además, una profundización del conflicto entre ambas cortes. Es
difícil encontrar razonabilidad jurídica en esta sentencia de la CS y la sospecha es que podría
tratarse simplemente de una respuesta o un arma arrojadiza dirigida a las anteriores
sentencias del TC, pues todas las disquisiciones eran absolutamente innecesarias, y aún
contradictorias, para los efectos de lo decisivo, que fue rechazar el recurso. Pero los
sentenciadores no quisieron perder la oportunidad para decirle algo al TC.
Una apostilla a la prevención del ministro Sergio Muñoz, en que intenta sintetizar y aplicar al
caso las ideas y el debate de Hart y Dworkin, enforzándose por describir el caso “en términos
dworkinianos” (consid. 3°). Pero, primero, pareciera innecesaria la referencia a la famosa
teoría de los principios jurídicos a un caso como este, en que para resolverlo no se observan la
necesidad de la comparecencia de tales principios, en que pareciera que solo cabe interpretar
normas (ya constitucionales, ya legales). Además, no cabe concluir de un modo tan apurado,
como lo hace el voto, “que el planteamiento (las ideas de Hart y Dworkin), refleja con toda
claridad que la resolución de la materia sometida al Tribunal Constitucional excede su
competencia” (consid. 4°), pues el fundamento para ello no está en los escritos de esos
autores, sino en la CPR.
Segunda escena: ante una causa idéntica, la Tercera Sala declara su inadmisibilidad y omite
obiter dictum
Existe otro recurso de protección idéntico al anterior, es el caso Farfán con Tribunal
Constitucional (2019), en que la Corte de Apelaciones de Santiago había declarado inadmisible
un recurso de protección contra una sentencia del TC ,y por ende, no lo acogió a tramitación.
La Tercera Sala de la CS, por su parte (en contradicción con su criterio anterior), confirmó la
sentencia en alzada, sin agregar fundamento alguno.
En efecto, la misma Tercera Sala, con una integración similar (ministros Sergio Muñoz,
Sandoval, Vivanco y Juan Manuel Muñoz, y abogado integrante Pallavicini), ante una causa
idéntica a la anterior ahora la declara inadmisible, esto es, ni siquiera la admite a tramitación y
omite todo fundamento. ¿Cuál es la razón para variar el criterio anterior? ¿La polémica
generada? ¿Una veleidad? ¿Una señal de arrepentimiento? ¿Una señal de acercamiento al TC?
La sentencia se emite sin dar razón alguna de este inusitado cambio de criterio. Puro arbitrio y
suprema discreción.
Tercera escena: ante otras causas idénticas, la Tercera Sala cambia de criterio
Pero dos ministros de la misma sala, Dahm y Vivanco, emiten un voto de minoría, en que
incurren en la misma enormidad que la sentencia de Confederación (2019), la cual incluso
citan.
Trastienda: las sentencias “en cartera” en la Corte Suprema y la dictación de la primera de ellas
Existe una evidencia que cabe mostrar. De las 23 causas falladas por el Tribunal Constitucional
y analizadas, hasta el 18 de diciembre pasado, seis de ellas se encontraban siendo conocidas
por la Corte Suprema cuando se dedujo el respectivo recurso de inaplicabilidad; pero, a pesar
de haber sido falladas hace bastante tiempo por el TC, esas causas aún no habían sido
resueltas por la Corte, encontrándose todas en estado de acuerdo. Pero, el 19 de diciembre la
Cuarta Sala de la CS emitió la sentencia de unificación del caso Navarrete con I. Municipalidad
de San Miguel (2019), en que encontró un argumento para no cumplir la respectiva sentencia
del TC. Esta causa está relacionada con el primer caso fallado por el TC y con la causa
Confederación (2019) y contiene una doctrina relacionada con la imposibilidad que los
sentenciadores creen ver en el procedimiento de unificación para pronunciarse sobre la
materia, la que requiere un comentario separado, por su interesante desarrollo, y su conexión
con la teoría de los precedentes, pero que logra el mismo efecto de las tres anteriores de la
Tercera Sala: esquivar el cumplimiento de la respectiva sentencia del TC.
Esta es una trastienda que cabe tener presente en los pasos tácticos que están dando
paralelamente los funcionarios recurrentes de tutela laboral y para lo cual esta demora de la
CS es bien funcional. ¿Es un intento dirigido a evitar tener que adjudicar el derecho en base al
criterio del TC? ¿Es un hecho irregular o corresponde a un atraso normal? ¿Es una demora de
los recurrentes o de la CS institucionalmente?
Cabe esperar de las cortes respectivas no solamente esta especie de armisticio actual, sino una
salida airosa, en tiempos en que los acuerdos se favorecen en nuestra democracia; eso sí, sin
quebrantar las bases de la judicatura como institución democrática (como ostensiblemente
incurren tanto el TC en su serie de sentencias, como la Tercera Sala de la CS en Confederación).
En la línea de los acuerdos que hoy se levantan en el país, lo que quitaría el encono actual que
se ha generado entre ambas cortes, por una parte, cabría quizás una revisión por parte de
todos y cada uno de los ministros del TC de la tendencia actual sobre las tutelas laborales de
los funcionarios públicos, que más bien está dirigida a bloquear la competencia de los
tribunales laborales (cuestión institucional que corresponde a otras instancias, como el
conflicto de competencia). La solidez jurídica de esas sentencias no es evidente, sino al
contrario (lo que pareciera sentir el propio voto de mayoría del TC, pues queda en evidencia al
observar su intento de ir rellenando y rearmando de nuevos fundamentos las últimas
sentencias de la serie). Por su parte, la Tercera Sala de la CS ya dio un paso en Farfán con
Tribunal Constitucional (2019), en que parece arrepentida de su criterio anterior de
Confederación (2019), que tanta polvareda levantó, y en los casos González con TC (2019) y
Orellana con TC (2019). Esperamos que estos últimos no sean superados por un nuevo zigzag
de esa sala.
(*) Véanse, respecto de Confederación (2019) columnas de Carlos Peña, Hernán Corral,
Joaquín García-Huidobro, Jorge Correa Sutil, Domingo Lovera, José Ignacio Martínez, José
Miguel Valdivia, Tomás Blake, Pablo Soto, Marianne González, entre otros; editoriales de El
Mercurio y La Tercera.
2) Farfán Valenzuela, Solange Anamaría con Tribunal Constitucional (2019): Corte Suprema, 22
octubre 2019 (Rol Nº 29256-2019), Tercera Sala. Ministros: S. Muñoz, Sandoval, Vivanco, J.
Muñoz; abogado integrante: Pallavicini [apelación de protección] Corte de Apelaciones de
Santiago, 17 septiembre 2019 (Rol Nº 83436-2019), Primera Sala. Ministros: Lusic, Llanos;
abogada integrante: Coppo (sin redactor) [protección].
3) González con TC (2019): Corte Suprema, 26 diciembre 2019 (rol N° 33.785-2019). Tercera
Sala. Ministros Sandoval, Dahm (disidente) y Vivanco (disidente). Abogados integrantes: Lagos
y Pierry (redactor)
3) Orrellana con TC (2019): Corte Suprema, 26 diciembre 2019 (rol N° 33.786-2019). Tercera
Sala. Ministros Sandoval, Dahm (disidente) y Vivanco (disidente). Abogados integrantes: Lagos
y Pierry (redactor)
(***) Única causa resuelta por la CS: Navarrete con Municipalidad de San Miguel (2019): CS, 19
diciembre 2019 (rol N° 37.905-17). Cuarta Sala: Ministros Blanco (prevención) Andrea Muñoz,
Mauricio Silva (prevención). Abogados integrantes: Etcheverry (redactora?) y De la Maza.
(****) Causas resueltas por el Tribunal Constitucional y que algún tribunal (Juzgado, Corte de
Apelaciones o Corte Suprema) está conociendo actualmente (hasta ahora se ha fallado solo un
caso).
2 2018.12.06 3853 17 Navarrete con I. Municipalidad de San Miguel Corte Suprema [única
fallada por CS].
3 2019.03.06 4744 18 Guzmán con USACH 1 Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.
4 2019.05.02 3892 17 Toro con Hospital Santiago Oriente Dr. Luis Tisné Brousse 2 Juzgado de
Letras del Trabajo de Santiago.
7 2019.06.20 6089 19 Espinoza con Fisco de Chile 1 Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.
9 2019.07.11 5324 18 Alvarado con I. Municipalidad de Alto del Carmen 2 Juzgado de Letras
del Trabajo de Vallenar.
12 2019.08.06 5810 18 Astudillo con Fisco de Chile 2 Juzgado de Letras del Trabajo de
Santiago.
13 2019.08.06 5894 19 Brito con Subsecretaría de Prevención del Delito 2 Juzgado de Letras
del Trabajo de Santiago.
14 2019.08.06 5809 18 Ortega con Fisco de Chile 2 Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.
15 2019.08.06 5808 18 Rayo con Fisco de Chile 2 Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.
16 2019.08.13 5853 18 Simpson con SENAME 1 Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.
17 2019.08.13 5854 18 Cariaga con Fisco de Chile 1 Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.
21 2019.08.27 5860 19 Silva con Fisco de Chile 1 Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.
22 2019.08.27 5971 19 Burgos con Fisco de Chile 1 Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.
23 2019.08.27 5914 19 Vicencio con Fisco de Chile 1 Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.
24 2019.08.27 6046 19 Rives con Fisco de Chile 1 Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.
27 2019.10.08 6162 19 Arriagada con Universidad de Chile 1 Juzgado de Letras del Trabajo de
Santiago.