Informe de Macroeconomía

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UNIVERSIDAD PANAMERICANA DEL PUERTO

FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES


ESCUELA DE CONTADURÍA PÚBLICA
ECONOMÍA II

DOCENTE: INTEGRANTE(S):
Es un enfoque y rama de la economía que se encarga del estudio de los sistemas
económicos globales, o bien, de una región o país en su conjunto; especializada en el análisis
de variables agregadas, como la producción nacional total, la renta, el desempleo, la balanza
de pagos y la tasa de inflación, es decir, la que estudia el funcionamiento de ésta en su
conjunto; permitiendo entender los fenómenos complejos de estabilidad económica y
financiera que intervienen en la región.

La macroeconomía, por lo tanto, estudia el monto total de bienes y servicios producidos


en un determinado territorio. Suele ser utilizada como una herramienta para la gestión
política, ya que permite descubrir cómo asignar los recursos (escasos) para potenciar el
crecimiento económico y mejorar el bienestar de la población. Para ello, el enfoque
macroeconómico emplea mediciones, estadísticas, y macromagnitudes que ofrecen una
aproximación general a diversos segmentos económicos, como puede ser el Producto Interno
Bruto (PIB), la Tasa de Interés o la Tasa de Desempleo.

Por lo general, los estudios macroeconómicos se realizan a nivel nacional (es decir,
estudian los fenómenos económicos que acontecen dentro de un país a partir de las relaciones
que mantienen los actores internos entre sí y con el exterior).

El concepto opuesto a la macroeconomía sería la microeconomía; en este caso, la


disciplina se encarga del estudio del comportamiento económico de los agentes individuales
(consumidores, trabajadores, empresas, etc.).

El objetivo principal de la macroeconomía es la construcción de un modelo económico


que puede explicar el funcionamiento del sistema económico. Un modelo macroeconómico
es un modelo formal, abstracto y simplificado, capaz de representar la economía en un
momento histórico determinado, con el fin de ayudar a los políticos a adoptar la política
económica y eficaz para el logro de los objetivos del gobierno más adecuada.
Dicha evaluación del funcionamiento de una economía está basada en el cumplimiento
de una serie de objetivos, entre los cuales los más importantes y relevantes son:

1. Un elevado nivel y rápido crecimiento de la producción: contar con una mayor


cantidad de bienes y servicios es algo que cualquier país pudiera desear, puesto que el
crecimiento de la producción de bienes de un país es clave para la economía. Si hay más
producción, podemos satisfacer más necesidades y mejorar el nivel de vida de los
ciudadanos. Se contratan más trabajadores y se recaudan más impuestos que permiten al
Estado gastar más dinero. El indicador que mide el valor de la producción es el PIB. Un
crecimiento sostenido a largo plazo del PIB real y una mejoría de los niveles de vida se
conoce como crecimiento económico. El crecimiento del PIB es por tanto una obsesión
para los gobiernos de las naciones.

2. Una baja tasa de desempleo y creación de nuevas fuentes de trabajo: sin duda es el
objetivo que más nos afecta a todos los ciudadanos. No se trata de que todas las personas
tengan un trabajo, sino que existan las condiciones y oportunidades para que se exprese
al máximo nivel la fuerza laboral de esa economía. Todos los individuos desean encontrar
un empleo, caracterizado con un buen salario, buenas condiciones de trabajo, seguridad
en el puesto de trabajo y atractivas compensaciones. Con estas condiciones la economía
tendría un elevado nivel de empleo. No obstante, cuando las personas no encuentran
trabajo, se quedan sin su principal fuente de ingresos y la calidad de vida disminuye. El
indicador que nos muestra la situación de empleo en el país es la tasa de desempleo, que
indica el porcentaje de personas que buscan trabajo y no lo encuentran. Cuando la tasa
de desempleo aumenta, se encienden las alarmas del país. Conseguir una baja tasa de
desempleo es prioritario.

3. Una estabilidad de precios: cuando los precios de un país aumentan de manera constante
se llama inflación, la cual refleja el crecimiento o descenso del nivel de precios de un año
con relación a otro. Elevados niveles de precios distorsionan las decisiones económicas
de las empresas e individuos, por lo tanto, impiden una asignación eficiente de los
recursos. Dicho de otro modo, el aumento de los precios (que se inflan), hace que los
individuos pierdan poder adquisitivo, es decir, que puedan comprar menos bienes con sus
salarios. Tal y como se ve, la inflación perjudica mucho a los que menos tienen. El
indicador que mide si los precios aumentan o disminuyen es el IPC, que toma como
referencia al costo de una cesta fija de bienes adquiridos por el consumidor medio.
Controlar los precios para que no suban (ni bajen) mucho es otro objetivo clave de toda
economía.

4. Equilibrio presupuestario del estado: si el Estado gasta más dinero del que ingresa con
los impuestos necesitará pedir prestado, y decimos que hay un desequilibrio en el
presupuesto del Estado. El indicador que nos muestra este desajuste es lo que se conoce
como déficit público. Como veremos, el déficit público tiene muchos efectos negativos
en la economía, ya que pedir prestado implica pagar unos intereses que nos impiden
gastar en otras cosas necesarias (como sanidad o educación, por ejemplo). Esto, por su
parte, empobrece las fuentes disponibles de trabajo y la disponibilidad de bienes de
consumo para la población. Conseguir que haya un equilibrio entre gastos e ingresos es
otra cuestión muy importante para toda economía.

5. Un equilibrio exterior: cuando un país compra más al exterior (importaciones) de lo que


les vende (exportaciones), se produce un desequilibrio exterior. El indicador que nos
mide si compramos o vendemos más al exterior es la balanza de pagos. Un déficit en el
saldo de la balanza por cuenta corriente implica que el país está consumiendo más
recursos de lo que produce. Este desequilibrio también tiene efectos negativos, ya que
supone que tenemos que estar pidiendo prestado al exterior. Conseguir un equilibrio con
el exterior, es por supuesto otro factor importante a tener en cuenta.

6. Estabilizar la tasa de cambio: es llevar el control de los precios en unidades monetarias


nacionales de una unidad de una moneda extranjera. Básicamente, conocer y controlar
cuanto vale una moneda extranjera (generalmente dólar) en territorio nacional. Lograr la
estabilidad en el tipo de cambio es indispensable para las relaciones internacionales de
un país y para mantener un bajo nivel de inflación. Sucede que cuando se presenta un
desequilibrio, el Estado interviene en la compra y venta de divisas para evitar la fuga de
capital, situación que promueve el retroceso económico.

Por la naturaleza de sus objetivos es acertado decir que esta teoría tiene una enorme
incidencia en el futuro económico y social de los países. La creación de una política
macroeconómica puede crear la diferencia para el desarrollo y la productividad de toda una
nación o región. De ahí que los gobiernos la empleen de sustento a sus políticas económicas.

El PIB es el valor monetario de todos los bienes y servicios finales producidos en una
nación durante un período determinado, generalmente un año o trimestrales. Por bienes nos
referimos a todos los productos acabados que llegan a manos del consumidor (alimentos,
tecnología, vestido, etc.). Por servicios nos referimos a las actividades que contratamos (taxis,
restauración, actividades educativas o artísticas, etc.). Así, el PIB será la suma del costo del
total de bienes y servicios adquiridos por los habitantes de un territorio en un período
específico.

Entonces, todo cuanto se produce en un lugar geográfico determinado, más allá que
pertenezca a capitales propios o foráneos, y proviene de lo que se conoce como llevar a cabo
una actividad económica formal, es decir, no de acciones ilicititas, ni de trueques, entre otros,
deberá ser considerado en el PIB y sumar en el valor final de esta variable.

La función del PIB es medir el nivel de riqueza de un país en un lapso definido. Es decir,
el PIB sirve para diagnosticar si la economía nacional está en crecimiento o si, por el
contrario, enfrenta una caída, lo que influirá en las políticas económicas por implementar. El
citado PIB tampoco puede concluirse que determina fielmente la riqueza de un país ya que
no tiene en cuenta lo que es la acción de voluntariado, que es un servicio que se lleva a cabo
sin recibir ningún tipo de retribución económica por ello, ni siquiera lo que son los activos y
pasivos, ya sean públicos o privados.

Pese a la importancia del cálculo del PIB, existen muchas variables económicas que no
forman parte de su composición. Las cifras de la economía informal o en negro, el impacto
ambiental (con sus consecuencias económicas) y la producción para consumo propio (con
productos que no llegan al mercado), entre otras cuestiones, no se incluyen en la estimación
del PIB, pero tienen relevancia en la vida económica de una nación.
El Producto Interno Bruto (también denotado como Y) puede ser desagregado en cuatro
grandes componentes que clasifican la naturaleza del gasto. Estos componentes son el
consumo (C), la inversión (I), el gasto público (G) y las exportaciones netas (X-M). Así
podemos escribir:

𝒀 = 𝑪 + 𝑰 + 𝑮 + (𝑿 − 𝑴)

Veamos una descripción de cada componente del PIB:

▪ C (consumo): es normalmente el mayor componente del PIB. Consiste en el consumo


privado (gasto de los hogares, gasto personal o del consumidor) en la economía. Estos
gastos personales caen bajo una de las siguientes categorías: bienes duraderos, bienes no
duraderos (perecederos) y servicios. Como ejemplo se podría dar comida, alquiler,
joyería, gasolina, gastos médicos, etc., pero no incluye la compra de vivienda nueva.

▪ I (inversión): incorpora todas las compras en bienes que en el futuro producirán más
bienes y servicios. Incluyendo aquí diversos gastos como el gasto de las empresas en
diversos campos, por ejemplo, la construcción de una nueva mina, la compra de software
o la compra de maquinaria y equipos para una fábrica. El gasto de los hogares (no
gubernamentales) en nuevas viviendas también se incluye en la inversión. En contraste
con su significado coloquial de «inversión» en el PIB no significa la compra de productos
financieros. La compra de productos financieros se clasifica como «ahorro», en
contraposición a la inversión. Esto evita la doble contabilidad: si uno compra acciones de
una sociedad, y la empresa utiliza el dinero recibido para comprar las instalaciones,
equipos, etc, el monto será contabilizado en términos del PIB cuando la compañía gaste
el dinero en dicha compra. Si se cuenta también cuando uno le da el dinero a la empresa
sería contar dos veces una cantidad que corresponde sólo a un grupo de productos. La
compra de bonos o acciones es un intercambio, la transferencia de derechos sobre la
producción futura, no directamente un gasto en productos.

▪ G (gasto público): es la suma de los gastos gubernamentales en bienes y servicios finales.


Incluye los sueldos de los funcionarios públicos, la compra de armas para los militares,
así como los gastos de inversión. No incluye ninguna transferencia de pagos, tales como
la seguridad social o las prestaciones por desempleo.

▪ X (exportaciones): representa las exportaciones brutas. PIB refleja la cantidad que


produce un país, incluyendo bienes y servicios producidos para el consumo en otras
naciones, por lo tanto, las exportaciones se suman y son tenidas en cuenta en el PIB
nacional.

▪ M (importaciones): representa las importaciones brutas. Las importaciones se restan ya


que luego serán contabilizadas en el consumo, la inversión o el gasto de gobierno. Como
estos bienes y servicios no fueron producidos dentro del país no los queremos contar
dentro del PIB, por lo que se restan para que el efecto sea cero.

▪ (X-M) (exportaciones netas): representa la diferencia del gasto de los extranjeros en


bienes producidos en nuestro país (Exportaciones) menos el gasto de los residentes de
nuestro país en bienes extranjeros (Importaciones).

5.1. RENTA NACIONAL:

La idea de Renta Nacional se refiere a los ingresos que generan los factores de
producción de un país en un determinado periodo, sin contar aquellos servicios o bienes
intermedios que se emplean en el marco del proceso productivo. Es decir, consiste en el total
de lo producido por un país.

El método más habitual para realizar el cálculo de la renta nacional consiste en sumar la
totalidad de los bienes y de los servicios finales en un año. Se evita contar los bienes
intermedios ya que, de lo contrario, se contabilizarían dos veces.

Al realizar el cálculo todos los años, es posible estimar si la economía del país en cuestión
crece o, por el contrario, se contrae. Además, se puede saber cómo se realiza la distribución
de los ingresos y cuál es el aporte de cada sector productivo a la economía nacional.
Se trata de una magnitud económica útil para evaluar los resultados de algún proceso
económico, específicamente realizando la medición de la cuantía de bienes y servicios de los
cuales se ha servido un país a lo largo de un año. Semejante en ese sentido al Producto Interno
Bruto (PIB) y al Producto Nacional Bruto (PNB).

Cuando se calcula la renta nacional, por lo general se incluyen los gastos del Estado en
bienes y en servicios, pero no los fondos que se destinan a ciudadanos particulares (como las
pensiones o jubilaciones). Por otra parte, suelen tenerse en cuenta las exportaciones netas
(derivadas del total de exportaciones menos el total de importaciones).

La renta nacional puede destinarse al consumo, a la inversión o al ahorro. La mayor


parte de la renta nacional va dirigida al consumo de productos y servicios: es decir, se gasta.
El resto se invierte para generar ingresos futuros o se ahorra sin que se destine a ningún fin
productivo.

5.2. RENTA DISPONIBLE:

La renta disponible, también conocida como Ingreso Personal Disponible (DPI), es la


cantidad de dinero que los hogares tienen disponible para gastar y ahorrar tras haber hecho
frente a las obligaciones tributarias. Por tanto, la renta disponible es el dinero que queda, tras
restar a los ingresos de un hogar los impuestos y los cargos a la seguridad social. En el caso
de las empresas, habría que restar, además de las obligaciones tributarias, las amortizaciones.
Este tipo de renta está considerada el motor de la demanda y el consumo privado, ya que hace
referencia al dinero del que disponemos para ahorrar o consumir bienes y servicios.

Teniendo en cuenta que la renta disponible es la parte de la renta nacional de la que


disponen las familias para ahorrar y consumir productos, podremos calcularla restando de la
renta personal los impuestos pagados directamente por los individuos (como pueden ser los
impuestos sobre la renta de las personas físicas o el Impuesto de Sociedades), los beneficios
no distribuidos por las empresas y las cotizaciones sociales.

Asimismo, para hallar la renta disponible también tendremos que sumar aquellos
elementos que incrementen la capacidad adquisitiva de las familias, como pueden ser las
pensiones o las prestaciones por desempleo de carácter contributivo y no contributivo. De
esta manera sabremos cuál es la cantidad exacta de dinero de la que disponemos para nuestro
gasto particular.

Muchas medidas estadísticas útiles e indicadores económicos se derivan de la renta


disponible. Por ejemplo, los economistas usan el ingreso disponible como punto de partida
para calcular indicadores como el ingreso discrecional, las tasas de ahorro personal, la
propensión marginal al consumo y la propensión marginal a ahorrar.

La renta disponible, menos todos los pagos por necesidades, como hipoteca, seguro de
salud, alimentos y transporte, equivale a ingresos discrecionales. Esta porción del ingreso
disponible se puede gastar en lo que la persona decida, o alternativamente, se puede ahorrar.
La tasa de ahorro personal es el porcentaje del ingreso disponible que se destina a los ahorros
para la jubilación o el uso en una fecha posterior. La propensión marginal al consumo
representa el porcentaje de cada dólar adicional de ingreso disponible que se gasta, mientras
que la propensión marginal a ahorrar denota el porcentaje que se ahorra.

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