El Corazón A Gas PDF

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'# o

n coiudo a
PERSONAJES

OREJA

Cuello está en la parte rita del escenario. Nariz, enfrente


y encima del público. Los demás personajes entran y salen ad
libitum. El corazón calentado a gas pnlpita Icntarrente, intensa
circulación, es el único y mayor timo del siglo en tres actos,
sólo traerá suerte a los imbéciles industrializados que creen en
la existencia de los-g€nios. Se ruega a los interpretes que pres-
Título original: Le cocur a gaz ten a esta obra la atención que exige una obra maestra del vi-
.El Corazón a gas se representó por vez primera en l:i Galería Mouírugne gor de Macbeth y de Chantecler, que traten ni autor, que no
(Studio das Champs-Elysées, en París), el 10 de junio de 1921, coi: es un genio, con poco respeto y adviertan la f;;lta de seriedad
Philippe Soupault (Oreja), Georges Ribernont-D:ssaigncs (Boca), Thoo-
dore Fracnkel (Nariz), Louis Aragón (Ojo), Bcnjcmin Puret (Crello), del textil que no aporta ninguna novedad a la técnica teatral.
Tristón Tztura (Ceja).
La segundo representación, tuvo lugar durante la velada del Coenr á bar-
be en el X/ióáíre Michel, el 6 de julio de 1923, con: Jacqueline Chiui-
mont, del Odcon (Boca), Marcel Hcrrand (Ceja), Saint-Jcan, del Odcun
(Oreja), Jacqucs Barón (Cuello), Rene Crevel (Ojo), Fierre de MnsxH
(Nariz). Dirección escénica: Siderski. Vestuario: Sonit. Dclaunay-Terk. y
BcrlBe. Decorados de Cranovsky. Poema zaum de: Iliazle bailado por
fe Lizica Codrcano.
Escrita en 1921.

229
,1

• ACTO PRIMERO

Ojc
Esíatuás joyas parrilladas
estatuas joyas parrilladas
estatuas joyas parrilladas
estatuas joyas parrilladas
estatuas joyas parrilladas
y el víeníí abiii':, 3 las alusiones matemáticas

puro boten rari?;


puro botón nariz
puro botón nariz
puro botón nariz
puro botón-nariz
puro botón "nariz
e,suba ernamcrado de una taquígrafa
• -,-y1
'* en vez de ojos inmóviles ombligos
el señor buendiós es una gran periodista
rígido y acuático flotaba en el aire un buendía muerto
qué triste temporada.

í »••< BOCA — La conversación se pone pesada, ¿-verdad?


O'jo — Sí, ¿verdad? •
BOCA — Muy pesíula, ¿verdad?
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Ojo — SI, ¿verdad? Ojo — La corteza de los árboles apoteosis cobija a les gusa-
BOCA — Naturalmente, ¿verdad? nos pero la lluvia empuja el reloj de la poesía organizada.
Ojo •— Evidentemente, ¿verdad? I,os bancos llenos de algodón Hidrófilo. Hombre de cuer-
BOCA — Pesada, ¿verdad? das sostenido por las bombillas como usted y como los
Ojo — Sí, ¿verdad? ciernas. Con la flor de porcelana tócanos la castidad al vio-
BOCA — Evidentemente, ¿verdad? lín, cerezo, la muerte es breve y hierve con betún y trom-
Ojo T—Sí, ¿verdad? bón capital.
BOCA — Muy pesada, ¿verdad? NARIZ — Oiga, ese, ese...
Ojo — Sí, ¿verdad? OREJA — Oiga oiga oiga oiga oiga oiga oiga.
BOCA — Naturalmente, ¿verdad? CUELLO
Ojo — Evidentemente, ¿verdad? Mandarina y blanco de España
. BOCA — Pesada, ¿verdad? Me mato, Magdalena, Magdalena.
Ojo — Sí, ¿verdad? (JREJA — El ojo le dice a la boca: abre la boca para el cara-
BOCA — Evidentemente, ¿verdad!' melo del ojo.
Ojo — Sí, ¿verdad? CUELLO
NARIZ — Oiga, ese, el hombre de las cicatrices de cstre"¿s, Mandarina y blanco de España
¿adonde va? ne mato, Magdalena, Magdalena.
OREJA Ojc — En la oreja la vacuna de perla grave aplastada como
Yo corro al buendía mimosa.
Me consume la luz del día OREJA — ¿No le parece que hace muchísimo calor?
me atraganto con pedrerías ' . BOCA (que acaba de entrar) — Hace mucho calor en verano.
canto por las mirillas Ojc — La belleza de tu cara es un cronómetro de precisión.
el amor no tiene curso ni cuerno en las pesquerías CUELLO
corazones como tortillas. Mandarina y blanco de España < ...
me mato, Magdalena, Magdalena.
Boca sale. OREJA'.^yf La aguja señala la oreja izquierda el ojo derecho la
NARIZ — Oiga, ese, el hombre con grito de perla grasa, ¿qué frente la ceja la frente la ceja el ojo izquierdo la oreja iz-
está comiendo? quierda los labios la barbilla el cuello.
OREJA — Más de dos años han transcurrido ya desde que Ojo — Clitemnestra, esposa de un ministro, miraba por la
emprendí esta caza. Pero, ya ven, se acostumbra une al ventana. Pasaban los violoncelistas en una carroza de té
cansancio, y así como al muerto puede tentarle la vida, lo chino, mordiendo el ?ire y .as caricias a corazón descu-
cual queda demostrado con la muerte del magnífico empe- bierto. Es usted hcrmosn, C l i i c m n e s t r n , el cristal de su cu-
rador, va disminuyendo la importancia de lar cosar, —cada tis despierta la curiosidad de nuestros soxos. Es usted tier-
día— un poco... na y apacible como 2 metros de seda blanca. Clitemnestra,
NARIS: — Oiga, ese, el hombre de las llagas moluscos lanas me tiemblan lus dientes. Está usted casada. Tengo frío,
canas, el hombre de las múltiples penas y de las bolsas lle- tengo miedo. Tengo verde tengo flor tengo gasómetro ten-
náis, el hombre tortel de la geografía, ¿de dónde es usted? ,;o miedo. Está usted ca? ,d¡i. Me ucmblar, les dientes.

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¿Cuándo íeacxrá al gusto de :rJrar h inacdíbula kferioí ¿e

CUELLO
revólver cerrándose en mi puíradr. de ¿21: Sic. esperara
y sin familia. 1i NARI.I — Por supuesto por supuesto pot supuesto per su-
puesto por supuesto...
ORE * —- Ei ladrón distraído se convirtió en maleta, el físico
podrá decir, pues, que la maleta robó al ladrón. 1)1 vals
Mandarina y Manco de España
a&daba siempre — quien no andaba era siempre — bidía-
me mato, Magdalena, Magdalena.
ba — y íoí enamorados le arrancaban trocí tos de piso —
BOCA — Demasiado sensible a las sanciones de su gusto he
en k vie¡s tapia ya no valen los anuncios.
decidido cerrar el grifo. El agua caliente y e! agua fría
NARLÍ — Por supuesto por supuesto por supuesto por su-
de mi encanto no podrán divertir ya a los suaves resulta-
puesto por supuesto...
dos de su sudor, el amor del corazón o el amor a secar. Ojo — Pescábamos catarro;; para el tictac. Para el tictac de
(Sale.)
nuestra vida un poquito de muerte. La llamamos corr^nuí-
OREJA (entra) — Tiene el cuello estrecho pero el pie ancho.
«dad.
Fácilmente puede tamborilear con los dedos de los pies N/VRIZ — Poi supuesto por supuesto por supuesto pui su-
en su vientre oval que ya ha servido de balón en algunas
puesto por supuesto...
competiciones de rugby. No es un ser puesto que se com- Ojo — Ningún pescador hizo tantas sombras asesinadas oajo
pone de pedazos. Los hombres sencillos se manifiestan con los puentes de París. Pero de golpe dieron las doce;, bajo el
una casa, los importantes con un monumento.
cello He! guiño se embrollaban las lágrimas con telegramas
NAPIZ — Por supuesto por supuesto por supuesto pe: su-
puesto por supuesto... airados y oscuros.
CEJA — Se aplastó como una mancha de papel de plata y
CEJA — «Dónde», «cuándo» y «por eme» son monumentos.
u¡:as gotes unos recuerdos unas hojas daban fe de la cru :1-
Por ejemplo la Justicia. Qué funcionamiento tan admirable
dad cíe una fauna ferviente y real. Vien:o cortina del vacío
y regular, casi como un tic nervioso o una religión.
flt;ita — :;u vientre está lleno de tanta moneda extranjera.
NARIZ (decreciendo) — Por supuesto por supuesto por su-
puesto por supuesio por supuesto... Ei vacío se bebe al vacío: eí aire llegó con ojos azules, por
eso está tomando siempre comprimidos de aspirina. Una
CEJA — En el lago mojado dos vece: en el cielo —en el cielo
vi. z almeja abortamos nuestras oscuridades.
barbudo— se encontró una linda mañana. El nailazgo se
Ojo —-'Nos queda tiempo, por desgracia nos sobra tiempo.
escabullía por Jas ventanas de la nariz. Sabor acidulado de
Ei tiempo lleva bigotes, como todo el mundo, hasta las
corriente de escaso voltaje, ese sabor que' al entrar en las
mujeres y los americanos que ¿e afeitan. El tiempo apre-
minas de sal se abre al cinc, a la goma, a la tela — sin peso
mia —su mirada es torva— sin ser aún la bolsa arrugada
y disimulado. Una noche —escarbando en la noche— se
descubrió en lo más hondo una noche diminuta. Se llamaba del avaro.
buenasnoches. - BOCA — ; 'Verdad?
Ojo - — La conversación se pone pesada, ¿verdad?
NARIZ — Por supuesto por supuesto po: supuesto por su-
puesto por supuesto... *• BOCA — Sí, ¿verdad?
Ojo — Muy pesada, ¿verdad?
Ojo — ¡Cuidado! gritó el héroe, el humo de las casas ene-
BOCA — Sí, ¿verdad?
migas eran dos sendas que anudaban una corbata — y
Ojo — Naturalmente, ¿verdad?
aquello subía hacia el ombligo de lo lumínico.
BOCA — Evidentemente, ¿verdad?

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"Ojo .— .Pesada, .¿verdad?
BOCA T- Si, ¿verdad?
Ojo — Evidenterncnte,- ¿verdad?
BOCA — Sí, ¿verdad?
—•• Muy pesada/ ¿verdad?
— Sí, ¿verdad?
Ojo — Nataralmente, ¿verdad?
BOCA — Pesada, ¿verdad?
• Evidentemente, ¡demonio!
ACTO SEGUNDO
•: =< TELÓN

CEJA — Hoy vamos a las carreras.


BOCA — No olvidamos el aparato.
Ojo — Pues buenos días.
OREJA — El batallón mecánico de los apretones de manos
crispabas.
Boca sale.
NARIZ (grifa) — ¡Clitemnestia es ganador!
ORE;.A -- ¡Cómo: ¿No sabía que Clitemnertra es un caballo
de carreras?
GJO — Los empujones amorosos Levan a todo. Pero la es-
tfu 'ón es propicia. Cuidado, amigos, la estación es satis-
factoria. Muerde las palabras. Alarga los silencios como.
acordeones. Las serpientes se perfilan en sus propios geme-
los. Y qué huméis con las campanas de los ojos, preguntó el
intermediario.
ORETA •—• «.Buscadores y curiosos», contestó Oreja. Concluye
' Jdf nervios rienos en la caracola i:1 anca de porcelana. Se
* hincha.
NAÍUZ
Abanico :le madera crispada
cuerpo leve en risa mayor.
CEJA — Las correas de los molinos de sueiíos rozan la man-
díbula inferior de nuestras plantas carnívoras.
OREJA — Ya sé, los sueños de los cabellos.
O¡o — Sueños de ángel.

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OREJA — Sueüos de tila, relojes de v:.:n!o. Tus oíos son dos guijarros que sólo ven k lluvia
Ojo — Los sueños mayúsculos con solemnidades ¿¿ inaugu- y el frío. Cíitc.r.r;estrí,. ¿Has sentido los horrores se la
ración. gueua? ¿Podrías deslizarte por la dulzura de mi lenguaje?
OREJA — Los ángeles helicópteros. ¿Nú respiras el mismo aire que yo? ¿No hablamos la mis-
NARIZ — Ya sé. ma lengua? ¿En qué metal incalculable has incrustado tus
Ojo — Los ángeles de conversación. dedo1: de dolor? ¿Qué música filtrada por un misterioso cen-
CUELLO — Ya sé. dal impide que mis palabras penetren en la cera de tu ce-
OREJA — Los ángeles almohadas. rebro? Ya ;é que te roe la piedra y que los huesos te dan
NARIZ — Ya sé. golpes en los músculos, pero el lenguaje repartido en bo-
Ojo — Los ángeles de hielo. letos de la suerte nunca conseguirá que brote en ti el arro-
CUEL..O — Ya sé. yo de los cauces claros.
- OREJA — Los ángeles del hampa. Sale Boca.
NARIZ — Ya sé. >: ;/ OREJA — ¿Conocéis los calendarios de los pájaros?
-OREJA — Está'roto el hielo, decían nuestros padres a nues- Ojo ¿Cómo?
tras madres en la primera primavera de su existencia que OREJA — 365 pájaros — cada día vuela un pájaro — cada
era honesta y graciosa. hora cae una pluma — cada don horas se escribe un poe-
Ojo — Así entiende la hora a la hora y el almirante su ar- ma — y se recorta con las tijeras.
mada de palabras. NARIZ — Ya he visto eso en Nueva York.
Entra Boca. Ojo — Qué filósofo. Qué poeta. No me gusta la poesía.
BOCA — He ganado mucho dinero. OREJA — ¿Le gustan entonces las bebidas frescas? ¿O los
NARIZ — Muy bien, ¿y usted? • paisajes ondulados como la cabellera de las bailarinas?
BOCA — Nado en el estanque con collares de peces ¡rojos ¿O las ciudades antiguas? ¿O las ciencias ocultas?
CUELLO — Muy bien, ¿y usted? Ojo — Conozco todo eso.
BOCA — Voy peinada a lo americano. NARIZ — Un. poco más de vida, ahí, en el escenario.
NARIZ — Muy bien, ¿y usted? CEJA — Tambor gris para la flor de tu pulmón.
Ojo — Ya he visto eso en Nueva York. OiiEjA. — Mi pulmen es de pulmón, no de cartón, si quiere
CUELLO — Muy bien, ¿y usted? saberlo. ".'•'
BOCA — No entiendo los rumores de una próxim? guerra, Ojo •— Pero, señorita.
CUELLO — Muy bien, ¿y usted? , OREJA.^*- Haga el favor, caballero.
BOCA — Y voy adelgazando cada día. Oj-» — Pascua vertebrada en jaulas militares la pintura no
NARIZ — Muy bien, ¿y usted? me interesa mucho.
BOCA — Un joven me ha seguido por la calle en bicicleta. Me gustan los paisajes-sordos y amplios galopes.
CUELLO — Muy bien," ¿y usted? NARIZ — Su obra es graciosa pero no se entiende nada.
BOCA — Me embarco el lunes próximo. CEJA — No hay nad?. que entender todo es fácil de hacer y
NARIZ — Muy biexi, ¿y usted? ríe coger. Cogollo de ideas que engendrará el meollo. El
Ojo — Clitemnestra, el viento sopla. El viento sopla. Por los meollo será un miosotis. El miosotis un tintero vivo. Y el
muelles cargados de cascabeles. Vuelve la espalda, corta el tintero vestirá a 'a muñeca.
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CUELLO — Yo digo que acné 20 metros.
OREJA — Es encantadora su hija.
NAIIIZ — Yo digo que tiene 21 metros.
Ojo — Y usted muy amable.
CUELLO — Yo digo que tiene 22 metros.
OREJA — ¿Le interesan los depones?
Ojo — Sí, ese medio de comunicación es bastante práctico. INiAKiz — Yo digo que tiene 23 metros.
CUELLO — Yo digo que tier-e 24 metros.
OREJA — ¿Sabe? Tengo un garaje.
NARIZ — Yo digo que tieae 25 metros.
Ojo —- Gracias. CUELLO — Yo digo que tiene 26 metros.
OREJA — Y la primavera, la primavera... .
¿NLtsiz — Yo digo que tiene 27 metros.
NARIZ — Digo que tiene 2 metros. CUELLO —• Yo digo que tiene 28 metros.
CUELLO — Yo digo que tiene 3 metros.
NARIZ — Yo digo que tiene 29 metros.
NARIZ — Yo digo que tiene 4 metros.
GRETA — Usted tiene una hermosa cabeza.
ÍS CUELLO — Yo digo que tiene 5 metros.
debería mandar esculpirla
NARIZ — Yo digo que tiene 6 metros.
debería d«r una gran fiesta
CUELLO — Yo digo que tiene 7 metros.
para amar a naturaleza y sentirla
NARIZ — Yo digo que tiene 8 metros.
y clavar en la escultura tenedores
CUELLO — Yo digo que tiene 9 metros.
alegran los buenos d'as las hierbas de los ventiladores.
NARIZ — Yo digo que tiene 10 metros.
oP.jA — ¡Fuego! ¡F>;e£)! Me parece que Clitemnestra se está
CUELLO — Yo digo que tiene 11 metros.
quemando.
NARIZ — Yo d'go que tiene 12 metros.
CUELLO — Yo digo que tiene 13 metros.
NARIZ — Yo digo que tiene 14 metros. TELÓN
CUELLO — Yo digo que tiene 15 metros. >
NARIZ — Yo digo que tiene 16 metros.
OREJA •— Gracias gracias muy bien.
Ojo
Amor — deporte o requisitorio
índice de los ANUARIOS de amor — amor
acumulado por los siglos de pesos y medidas
con sus senos'de cuero y cristal \s es un tic nervioso de las dunas inexactas

nervioso y ágil hojea los países y los bolsillos


de los espectadore.3.
el peinado del muerto arrqjado al mayal
nuevo por fuera
amistad equivocadamente yuxtapuesta a la delicadeza.
NARIZ — Le digo que el|imor tiene 17 metros. .
CUELLO — Yo digo que tiene 18 metros.
NARIZ — Yo digo que tiene 19 metros.

240 •:-••" —- 241


Tcalro D- Ja,
ras, los floreros y los prados. Me gusta el heno. Me gusta
e» ;i/(;er, qae r,¡e hacr i ¿'Jara dones tan tiernas y cuyo ce-
: Hbro se resqu¿ braja ai coi.

DAN2A
(del señcr que cae del embudo del techo sobre la mesa.)

ACTO TERCERO
Y
«es
CUELLO Y
El cielo está cubierto
mi dedo está abierto
r Y r
máquina de coser las miradas
el río está abierto A
el cerebro cubierto
máquina de coser las miradas.
BOCA — Haremos una buena tela para el vestido de cristal.
F
NARIZ — Quiere usted decir «la desesperación 1« da expli-
caciones sobre sus cotizaciones».
BOCA — No quiero decir nada. Hace tiempo que encerré en
la sombrerera lo que tenía que decir.
CUELLO — Te conoce todo el mundo instalación di felicidad
conyugal.
NARIZ — Te conoce todo el mundo, tapete de lan ideas per-
didas, cristalización.
CUELLO — Te conoce todo el mundo, fórmula de canción,
estribo de álgebra, número de insomnio, mecánica de tri-
BOCA — Los sueños refrescan el crepúsculo de cuero tenso.
ple piel. (Sale.)
BOCA — No me conoce todo el mundo. Estoy sola en mi ar-
mario y el espejo está vacío cuando me miro. También me Ojo — - Figúrese usted, amigo mío, ya no la quiero.
gustan los pájaros en la punta de los cigarrillos encendidos. OREJA — • P>:rc ¿cíe quién esta hablando?
Los gatos, todos lc$ animales y todos los vegetales. Me Ojo •— Hablo de la que quise tanto.
gustan los gatos, los pájaros, los animales y los vegetales OREJA — Yo también he perdido una ilusión. El caballo fa-
que son proyección de Clitemnestra en el p.uio, tas saba- vorito de rrj's cuadras se ha quedado sin fuerza.

242 243
Ojo — Pues bien, amigo, habrá que renovar su vida, GUILLO — Flexible.
OREJA — Es usted amargo. (Sais.) NARIZ — - Profundo,
CUELLO — Pérfic:-).
Entra Boca. ' ', , -< i -
Ojo — Clitemnestra, eres hermosa. Te quiero con claridad de fvABtz —• Feo.
buzo — sus algas. Me tiembla la sangre. Tus jjos sen azu- CUELLO — Pt-sado.
les. ClUeronestra, ¿por qué no oyes la risa tranquila de mis ri<U'..i2 -- - Bajo.
células que te esperan, la violencia de mi aliento y .as dul- CHULLO —- Negro.
ces posibilidades infantiles que nos reserva la suerte? Tal NARIZ — Superficial.
vez esperas otras revelaciones sensacionales sobie mi tem- CUELLO —• Inod, vo.
NARIZ — Armonioso.
peramento.
CUELLO -— Liso.
tioca sale.
NARIZ — Rígido.
Ojo se cae.
NARIZ — Grande. CHULLO
Mandarína y blanco d; España
CUELLO — Fijo.
me mato, Magdalena, Magdalena.
NARIZ — Cruel.
O¡;i:jA (entra con l>oca que anda a gatas. Grita) — Clitern-
CUELLO — Ancho.
ncstca, caballo do Barreras:
NARIZ — Pequeño.
;3.000 franees!
CUELLO — Corto.
¡A ¡a una!
NARIZ — Agudo.
¡A las dos!
CUELLO — Flojo. ,
NARIZ — Magnífico. r-s?» ¡'A las tees! 'Adjudicado!
CUELLO — Largo.
NARIZ — Estrecho. Ojo se pone a. gafas al lado de Boca.
CUELLO — Fuerte. OKEJA — Eso acabará con una buena boda.
NARIZ — Sensible. Ojo — Eso acabará con una buena boda.
CUELLO — Graso. CEJA — Eso acábjjfiá con una buena boda.
NARIZ — Alto. l(
BOCA — Eso acabará con una buena boda.
CUELLO — Delgado'. CUELL-Ó .— Eso acabará con una buena boda.
NARIZ — Tembloroso. ' \O — Fino. NARIZ-^- Eso acabará con una buena boda.
OR'EJA — Id a la cama.
NARIZ — Claro. Ojo — Id a la cama.
CUELLO — Valeroso. CEJA — Id a la cara;.
NARIZ — Flaco. BOCA — Id i la cainr.
CUELLO — Oscuro. CUELLO •— Id a la rama.
NARIZ — Tímido! NARIZ — Id a la ero.-,;..
CUELLO — Bonito.
NARIZ — Blanco. FIN

el amor.
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