La Sublimación, Otro Destino Posible Versión Final (Ebook)
La Sublimación, Otro Destino Posible Versión Final (Ebook)
La Sublimación, Otro Destino Posible Versión Final (Ebook)
Myriam Soae
(Responsable)
Introducción
Presentamos aquí las cuatro clases del curso breve que dictamos en
Noviembre del 2018 en el Centro Descartes.
En ese entonces quisimos dar a conocer los resultados de una
investigación vigente, con el entusiasmo de transmitir el
psicoanálisis y el gusto por la conversación entre colegas.
El empuje de Germán García, sabio más uno, propulsó en
nosotros un movimiento, que no es otro que el del deseo de
continuar más allá de las coyunturas: su muerte y las disoluciones.
En el momento de la edición de estas clases nos encontramos en
confinamiento durante este incierto tiempo de pandemia. Otra
coyuntura que conmueve una vez más la experiencia de soledad con
otros.
Porque aún seguimos reuniéndonos, semana a semana, con el afán
de desembrollar el difícil concepto de sublimación, destino
pulsional que promueve la creación de objetos culturales dando
curso, en sus desvíos, al lazo social. Es así que, en nuestro caso,
permitió enlazarnos en la producción de un saber colectivo,
inventando o recreando otras lógicas posibles donde la autoridad
epistémica no la encarna un sujeto en particular sino el libro mismo, y
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Buenas noches, con esta clase empezamos este curso breve que lleva
el nombre del equipo temático que conformamos en el año 2016
para investigar la sublimación y sus resonancias en el campo del
psicoanálisis. Esta clase la titulamos Lo sublime freudiano, como verán
el foco está puesto en las vueltas sobre el concepto en los inicios del
corpus freudiano y sus derivas años posteriores pero también
haremos hincapié en la idea de Lo sublime ya que me interesa tomar
una frase de Harold Bloom que afirma que Freud es el último de los
poetas de lo sublime, entonces voy a comenzar con la conexión
entre estos dos conceptos: sublime y sublimación.
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estilo en el discurso, una estilística del bien decir poético. Cito: “Las
cosas sublimes, en efecto, no llevan al oyente a la persuasión sino al
éxtasis”; “cuando lo sublime se manifiesta oportunamente en alguna
parte, dispersa todas las cosas a la manera de un rayo y pone a la
vista de forma inmediata la fuerza del orador en toda su plenitud”.
Me interesa subrayar el efecto de éxtasis en el oyente.
Con esta amplitud que mencionaba, se produce el contrapunto
con lo bello, con la idea de la belleza, que es una percepción
armoniosa de un determinado objeto o un determinado fenómeno.
Esa armonía condice con cierta representación que uno ya tiene
incorporada sobre la idea de belleza. En cambio, lo sublime es
disruptivo. No sigue esta línea de lo bello. Al contrario, tiene que
ver más con la sorpresa, con el temor, con el terror, con lo ominoso.
Se va distorsionando ese registro y no se contradicen ni se superan
sino que coexisten.
Entonces lo sublime entra en tensión con la estética de las formas
bellas y agradables. Precisamente, esta ampliación también tiene que
ver con el registro de lo infinito, de la desmesura. Permite que se
extiendan los límites de lo estético. Y van a ver que también empieza
a tener un cierto registro ético que es interesante.
O sea que la categoría de lo sublime abre la dimensión estético-
sensible de lo bello a una categoría espiritual y moral del sujeto
moderno. El foco va a estar puesto en la sensación, en el
sentimiento que despierta en el sujeto, ya no en las formas del
objeto, sino en los sentimientos que despierta en el sujeto. Se
invierte. Sigo en esta línea las consideraciones que realiza Daniel
Scheck, un investigador del tema de Lo sublime en la filosofía.
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4. La transformación
Bueno, entonces, voy a poner el acento en Sarah Kofman, en este
libro El nacimiento del arte: una interpretación de la estética freudiana,
donde la autora sostiene lo siguiente: lo que hay que
verdaderamente sobresaltar es el desvío, ¿sí?, la posibilidad de
desvío. Cuando Freud dice que la sublimación deriva del impulso
sexual no hay que entender este término en un sentido genético,
sino en un sentido de desviación. Desvío o de desviación. Ella ubica
el término alemán que es Ablenkung. La sublimación es un desvío de
la sexualidad en otras direcciones. No quiere decir que alguien que
satisface su pulsión sublimando no tenga sexualidad. Al revés,
después Freud dice lo contrario: que la sexualidad no queda
subsumida al proceso sublimatorio, sino que son dos caminos
distintos para la satisfacción de la libido sexual. Entonces, Kofman -
este libro lo vamos a usar durante todo el curso porque es, la verdad,
precioso- subraya que, precisamente, este término Ableitung se
utiliza para indicar una desviación del camino. El cambio de
objetivo, que no es, por lo tanto, más que un cambio de camino,
implica -aunque no todos los textos de Freud lo digan
explícitamente- un cambio de objeto. El desvío solo es posible
mediante la transformación de la libido sexual en la libido narcisista
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5. La letra freudiana
Bueno, con estas ideas de lo sublime y de la sublimación vamos a ir a
los textos freudianos. Nosotros hicimos en el equipo de
investigación una lectura exhaustiva de los textos freudianos y
fuimos extrayendo los puntos donde Freud trabaja el tema de la
sublimación. Siempre hay una especie de enredo que Freud trata, a
lo largo de los textos, de desenmarañar. Me parece que hay una idea
de despojamiento de la herencia romántica, por supuesto. Por una
cuestión de darle otra... hoy hablábamos de la legitimidad y la
legalidad, creo que tiene que ver con eso el psicoanálisis, se trata de
despojar el lenguaje romántico de los textos. Pero, se filtra. Es
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inevitable y hay textos que están más embebidos del espíritu sublime
que otros, es inevitable encontrarlo. A partir de la lectura de estos
autores sublimes uno lo encuentra más fácil. Como les dije, la
primera aparición de la idea es en la carta 61. Voy a tomar hasta el
año 1915. Lo más probable es que me queden referencias en el
camino pero, ya sabemos, algo siempre se pierde.
En Psicopatología de la vida cotidiana, toma el ejemplo de una mujer
que en una carta relata el olvido del nombre de la única persona que
contradecía una teoría que ella sostenía. Precisamente, él califica a
ese olvido como una palabra sublimada para destacar la finura, la
fineza del olvido. En el caso Dora, que es de 1901 y fue publicado en
1905, ahí empieza a pensar el mecanismo de la sublimación dentro de
un caso clínico. Cuando interpreta el síntoma de la tos de Dora
como una figuración de una fantasía sexual, entre su padre, la
fantasía de la situación de satisfacción entre el padre y la señora K,
hay una larga argumentación respecto a las objeciones morales a su
teoría. Una de estas argumentaciones conduce a la sublimación.
Dice así: “Cada uno de nosotros, en su vida sexual, ora en esto, ora
en esto otro, transgrede un poco los estrechos límites de lo que se
considera normal” Aparece la noción de transgresión, lo que se
considera normal, “Las perversiones no son bestialidades ni
degeneraciones en el sentido patético de la palabra. Son desarrollos
de gérmenes contenidos todos ellos en la disposición sexual
indiferenciada del niño, cuya sofocación o cuya vuelta hacia metas
más elevadas asexuales, su sublimación, están destinadas a
proporcionar la fuerza motriz de un buen número de nuestros
logros culturales”. Acá remarca la idea de vuelta, viraje, cambio
hacia metas más elevadas. Por eso utiliza la idea de sublimación.
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En Tres ensayos sobre una teoría sexual, que es de 1905, está esto
mucho más... La verdad es un texto que vale la pena volver a leerlo
porque, en esta época donde la sexualidad infantil está tan olvidada,
volver a leer estos textos con la clave de los trastornos actuales de la
infancia es realmente muy rico. Habla de la curiosidad infantil. Esta
curiosidad puede ser desviada, sublimada en el ámbito del arte, si
uno puede apartar su interés de los genitales para dirigirlo a la
forma del cuerpo como un todo. Dice, en una nota al pie, que le
resulta indudable que el concepto de lo bello, cuya raíz es tanto
estímulo como encanto, tiene su raíz en el campo de la excitación
sexual y que, originariamente, la palabra significó “lo que estimula
sexualmente”. Y dice esto. Me interesa destacar el lenguaje de
Freud. Cuando habla de las consideraciones generales sobre las
perversiones, “La contribución es que el resultado del trabajo
psíquico, pese a ser horrible, tiene el valor de una idealización de la
pulsión. En ninguna otra parte muestra con más fuerza la
omnipotencia del amor, donde lo más sublime y lo más nefasto están
en la íntima dependencia”. Y acá, es donde cita Fausto, que yo les
decía, respecto de los autores... de Goethe, digamos, como un autor
romántico. Y pone esta cita: “Desde el cielo, pasando por el mundo,
hasta el infierno”.
Después, también pone a la sublimación como uno de los destinos
de la sexualidad en la infancia, sumado al asco, la moral y a la
formación reactiva. Se prestan a cierta confusión las nociones de
formación reactiva y la de idealización. Van a ver que también hay
cierta equivocidad con la religión. Pero esos conceptos caen bajo el
telón de la represión. O sea que, la única que se salva de la censura
represiva es la sublimación. Ahí, la represión no cuenta. En cambio,
las formaciones reactivas, que después van a pasar a ser rasgos de
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Intervención: No, ya sé, pero está bien, digo esto porque todos
parten del fantasma. Tanto el neurótico como el artista ¿Sí? Incluso
aunque el artista sea psicótico, también parte del fantasma. Eso para
mí ha sido algo que realmente he podido trabajar últimamente y me
parece que es interesantísimo. Y esto lo trabaja en los últimos
seminarios también Lacan.
MS: Sí. Quería señalar esto: me parece que es interesante, porque
el texto de Leonardo está plagado de cosas muy ricas, pero me parece
que hay un tema que retorna y que vuelve a tomar Kofman, que
tiene que ver con la siguiente pregunta: ¿De qué naturaleza es este
don del artista? La capacidad de sublimación o también de una
habilidad, por supuesto. Entonces, quiero leerles cómo finaliza el
texto freudiano sobre Leonardo: “Naturalmente, nos irrita que
durante nuestra temprana infancia, tan impotente y necesitada de
auxilio, no seamos protegidos por un dios de justicia o un
bondadoso poder previsor contra tales influencias. Pero, al pensar
así, olvidamos que realmente todo es casual en nuestra vida. Desde
nuestra génesis por el encuentro del espermatozoide y del óvulo.
Casualidad que, por esta misma razón participa, sin embargo, en la
normatividad y necesidad de la naturaleza, faltándole únicamente
una relación con nuestros deseos e ilusiones. La distribución de la
determinación de nuestra vida entre las necesidades de nuestra
constitución y los accidentes de nuestra infancia no se halla, quizás,
fijamente establecida todavía; pero no podemos dudar de la
importancia de nuestros primeros años infantiles. En general,
mostramos aún poco respeto a la naturaleza, que, según las oscuras
palabras de Leonardo, análogas a otras del Hamlet shakesperiano,
cada una de las criaturas humanas corresponde a uno de los infinitos
experimentos, en los que estas ragioni intentan pasar a la
experiencia”. Bueno...
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MS: Exactamente. Bueno, por eso digo, hay que seguir el texto de
Bloom...
Intervención: Esa mezcla entre lo familiar y lo extraño...
MS: Bloom arma una especie de catálogo de textos freudianos, en
donde él encuentra lo sublime, Lo siniestro, La negación. Después en,
como les dije antes, Análisis terminable e interminable, la teoría de la
angustia, Inhibición, síntoma y angustia. Precisamente, él dice que la
teoría de la angustia es una teoría de lo sublime porque, esa
catástrofe puede servir para crear algo. Es decir, hay una especie de
empuje a la creación a partir del recuerdo o de la repetición, hay una
posibilidad de creación.
Intervención: Que seguramente algo de esa retórica de Freud se
puede apreciar más en la traducción de Ballesteros.
MS: Totalmente, por eso traje la traducción de Ballesteros. Es
divina. Bueno, no sé si alguien más quiere hacer algún comentario...
Intervención: Sí. A mí me encantó la clase. Bueno, me pareció muy
importante el acento que vos ponés, siguiendo a Bloom en la
retórica de Freud, porque yo pienso tomar ese rasgo en el amor
cortés. Lacan pone el acento en la retórica poética. El amor cortés
inventa un objeto, que sería el objeto dama, partir de una retórica.
MS: Sí, Andrea; va a ser muy interesante seguir ese hilo.
Intervención: Me quedé pensando, con respecto al valor del objeto
en lo sublime, lo de la valoración cultural... creo que en el seminario
siete, Lacan dice dos cosas sobre eso: primero, que hay que tener en
cuenta el registro cultural. Porque determinada cosa tiene
valoración cultural en un determinado momento. Y otra cosa,
tomando lo que decía Maximiliano, que el valor económico de ese
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producto, lo que él dice que está en juego ahí es el modo en que está
velada la cosa. Como esa valoración está puesta en el modo
imaginario en que queda mirada la cosa.
Intervención: Bueno, ahí hace una distinción entre la valoración del
yo, que está más ligado al plano del ideal. Digamos, hace la
diferencia entre idealización y sublimación porque la valoración del
yo estaría ligada a ese ideal con el cual el yo se compara. Siempre
queda en menos. Y hace esta distinción entre las valoraciones del yo
y la teoría del valor...
MS: En el texto de Germán García.
Intervención: Está en juego esto del valor social de lo humano. Y
para eso yo recomiendo un texto de Maximiliano, que lo mandó el
fin de semana.
MS: Sobre Marx, ¿no?
Intervención: Claro, donde toma la cuestión del valor de uso y del
valor de cambio. Se llama Elogio de la insignificancia.
MS: Bien, continuamos entonces el próximo lunes.
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Bibliografía:
- Bloom, H., «Freud y lo sublime: una teoría catástrofe de la
creatividad», en: revista Descartes nº 24/25, Otium ediciones,
Buenos Aires, 2015.
- Freud, S., Obras completas, Amorrortu editores, Buenos Aires,
1996 / Obras completas, Biblioteca Nueva, Madrid.
-- / -- «Los orígenes del psicoanálisis», Carta 61,
correspondencia con Fliess, 2/5/97.
-- / -- «Psicopatología de la vida cotidiana» (1901)
-- / -- «Tres ensayos para una teoría sexual» (1905)
-- / -- «Fragmento de análisis de un caso de histeria. (Caso
Dora)» (1905)
-- / -- «Las fantasías histéricas y su relación con la
bisexualidad» (1908)
-- / -- «El carácter y el erotismo anal» (1908)
-- / -- «Notas sobre la moral sexual cultural y la
nerviosidad moderna» (1908)
-- / -- «Un recuerdo infantil de Leonardo Da Vinci» (1910)
-- / -- «Las pulsiones y sus destinos» (1915).
- García, G., «La sublimación, los textos de Freud», En:
Psicoanálisis. Una política del síntoma, Alcrudo Editor, Zaragoza,
1980.
- Kofman, S., El nacimiento del arte. Una interpretación de la estética
freudiana, Siglo veintiuno editores, Buenos Aires, 1973.
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respecto de que sea una salida duradera, válida; de hecho dice que es
una salida precaria, y se puede comprobar cómo estos lazos que se
establecen entre el maestro y el alumno, entre el sacerdote y el
creyente, etc., fácilmente pueden retrotraerse a la meta sexual
directa, con lo cual es frágil.
Otro punto que hay en estos textos que comentaba, es la
sublimación y el múltiple interés del psicoanálisis. Freud atribuye a
esa “valiosa propiedad” (así la llama) de algunas mociones
pulsionales de ser desviadas y aplicarse a fines más elevados,
múltiples logros culturales. Entonces en uno de estos textos de
divulgación, él plantea que junto al papel de los símbolos y al
problema de la ambivalencia, son grandes contribuciones que la
doctrina psicoanalítica podría aportar y hacer de ese modo de
eslabón entre la psiquiatría y las llamadas ciencias del espíritu, que
serían la historia de la cultura, de la religión, el arte, la literatura, la
crítica literaria. Por ejemplo, hace referencia a los trabajos de Otto
Rank y Hanns Sachs de 1913, donde ellos trabajan justamente la
aplicación del método psicoanalítico a las creaciones humanas.
Pero también ahí, una vez más, advierte sobre el límite del
psicoanálisis respecto a esta cosmovisión posible de lo humano, y
digamos, limita su alcance a las influencias que el ello puede ejercer
sobre el yo. Es decir que siempre hay en Freud una suerte de tensión
entre esta cuestión singular, del detalle clínico, de la clínica más
específicamente psicoanalítica, y estas consideraciones universales,
de estas teorías más antropológicas, freudianas. Me acordé ahí que
fue algo que trabajamos en alguna de las reuniones del módulo, esta
cuestión por ejemplo de la religión como el sentimiento oceánico, o
esta particularidad de la sublimación de lo religioso que está
planteada en El hombre de los lobos; ya lo vamos a ver después. O
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KM: Exacto, no alcanza con eso para escapar a este gobierno del
demonio en el mundo. Bueno, todo eso lleva a que va a decir que lo
único que puede librar de eso es la fe, digamos, no hay nada que
pueda librar, que ocurra en este mundo que pueda librar de este
gobierno del demonio. La razón misma, derivada de Aristóteles,
dice, es la desposada y ramera del demonio. La consciencia,
ciudadela de la humanidad moderna, tampoco escapa al demonio.
Por lo tanto la satisfacción del ideal cristiano... es interesante, si
llegamos a ver algo de ese texto, para marcar las diferencias con la
iglesia católica.
MS: Claro, el librito este del Misterio del mal, de Agamben.
KM: La satisfacción del ideal cristiano, dice, es imposible, la
condena es inevitable. Todo el reino de la realidad visible, el mundo
y la carne, pertenecen al demonio, Dios se ha retirado a lo invisible.
Bueno, Brown por supuesto interpreta que esta es la ilustración más
clara del instinto de muerte freudiano, ya que para Lutero, dice, el
infierno no es un lugar sino la experiencia misma de la muerte en la
vida. Este demonio de Lutero, dice que es la muerte misma
personificada. Si en las épocas precedentes, a nivel de la concepción
religiosa, había como una mezcla de Eros y Tánatos, en la era
protestante la vida es una pura manifestación del instinto de muerte,
es la muerte en vida.
Brown dice que el satanismo, que sería esta idea, y la escatología,
son dos caras de la misma moneda en esa teología luterana -la
escatología en el discurso religioso sería la doctrina de las cosas
finales, del fin de los tiempos, que está ligada a esta idea del segundo
retorno de la gracia, y del mesías.
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esa sublimación del mal que pone algo en el plano de lo más abyecto
sino que -como dice-, no hay nada, no se trata del supremo bien ni
del supremo mal, lo que ve en Eichmann, ella lo dice, ahí habría
como una desnudez de la desnudez.
MS: Por eso es interesante ver estas creaciones religiosas, las
creencias, que son creaciones humanas, en torno a estos tópicos. El
tema de Lutero, de algún modo esta idea, en este librito, en el libro
de Agamben, El misterio del mal, que empieza a plantearse cuál es la
ontología del mal para la iglesia y pone dos contrapuntos, bueno, es
como la reconstrucción de… en verdad el libro es muy gracioso,
digamos, es gracioso e interesante, desde dónde parte, porque es
desde la renuncia de Benedicto, toma la renuncia de Benedicto, y va
reconstruyendo como una postura eclesiástica.
KM: Como una acto de coraje.
MS: Como un acto de coraje pero porque hay un antecesor que
Benedicto toma, que quiere rescatar una figura de la iglesia, un
padre de la iglesia.
KM: Otro papa, que renuncia.
MS: Pero hay otro, no me acuerdo como se llama, porque para mí
son todos nombres novedosos, un teólogo, Ticonio.
KM: Claro, rescata un texto de Ticonio, que desarrolla esto que
vos decís.
MS: Sí, que en verdad el mal y el bien están fusionados, no hay
una división entre el mal y el bien sino que hay fusión, en el mismo
corpus eclesiástico.
Intervención: Hay un libro de Paul Ricoeur, que se llama El mal.
Desafío a la filosofía y a la teología, que plantea una posición medio
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Bibliografía:
- Arendt, H., La promesa de la política, ed. Paidós, Buenos Aires,
2015.
- Arendt, H., Una revisión de la historia judía y otros ensayos, Paidós,
Buenos Aires, 2005.
- Brown, N., Eros y tánatos. El sentido psicoanalítico de la historia, ed.
Joaquín Mortis, México D.F., 1967.
- Dalí, S., El mito trágico del «Angelus» de Millet, ed. Tusquets,
Barcelona, 2006.
- Freud, S., Obras completas, Amorrortu editores, Buenos Aires,
1996 / Obras completas, Biblioteca Nueva, Madrid.
-- / -- «Análisis de un caso de neurosis obsesiva» (El
Hombre de las Ratas) (1909)
-- / -- «Psicología de las masas y análisis del yo» (1921)
-- / -- «Dos artículos de enciclopedia» (1922)
-- / -- «Breve informe sobre el psicoanálisis» (1923)
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infranqueable, por fuera del campo del significante, y por eso digo
que hay distintos tratamientos de la sublimación: porque no es lo
mismo el goce en este momento de la enseñanza de Lacan, donde
hay que atravesarlo de un modo transgresor -y el ejemplo de esa
transgresión es Antígona-, que en el Seminario 16, donde el
significante es vehículo del goce, o que en el Seminario 23, donde el
significante es de hecho goce. Son entonces distintos momentos del
tratamiento de la sublimación, y de ahí que si seguimos esta lógica
que plantea Lacan, veamos que en este punto de constitución del
sujeto del psicoanálisis es donde se plantea un concepto de orden
ético.
Voy a leer algo introductorio para después darle la palabra a
Maximiliano, que en la investigación que hemos venido realizando,
se encargó de leer los textos de Heidegger -y en particular la
conferencia La cosa-, porque en aquel momento nos habíamos
propuesto tratar de entender desde Heidegger qué quiere decir das
Ding y cuál es la operación que Heidegger propone en la
articulación de la Cosa con el lenguaje, o con la creación -con el
término de «vacío»-, y por qué Lacan -en definitiva- lo vuelve a
tomar.
Digamos entonces que hay dos vertientes de la cosa en Lacan, más
bien en este Seminario: una es la versión freudiana de la Cosa, y otra
es la versión heideggeriana, y él en estas clases las va a hacer
coexistir. Entonces voy a leer de la página 74 ( J. Lacan, 2007), en el
apartado que se llama «Introducción de la cosa», la segunda clase
dedicada a das Ding: “Das Ding -en el punto inicial, lógica y a la vez
cronológicamente de la organización del mundo en el psiquismo- se
presenta y se aísla como el término extranjero en tomo al cual gira
todo el movimiento de la Vorstellung, que Freud nos muestra
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similar a la que hace en este otro con la Cosa, pero en aquel caso se
trata de la obra de arte. Toma como ejemplo precisamente un
cuadro de Van Gogh sobre dos botas de campesino y dice: ahí está la
obra de arte; y son dos botas de campesino... Hay varios cuadros
donde Van Gogh pinta zapatos, pero no son zapatos nuevos; son
siempre de poca monta.
En fin, eso es un poco lo que estuve tratando de pensar y articular
en torno a estos asuntos... Cuando leía aquella frase con la cual
Lacan interrogaba, en su seminario, a los hablantes de alemán -“el
asunto es la palabra de la Cosa"-, yo pensaba en cómo quizás podría
decírsela en castellano, o cómo podríamos darle una cierta
traducción; y si bien la frase ya está ahí en castellano, es en realidad
una traducción del francés -y que encima viene del alemán-.
Entonces yo pensaba que en última instancia, dada esta clase, una
traducción posible podría ser esta:
“la Cosa es la verdad de la milanesa".
6. Discusión
MS: Para seguir, ya que estamos en este sentido de la Cosa, es
interesante ver en estas clases cómo de algún modo ubica a la madre
como representante de das Ding. La vez pasada Karen sostenía que la
madre era la representante, el superyó materno era el representante
del mal y del bien, y acá, en estas clases, aparece la figura de la
madre en relación al complejo del semejante y a esas primeras
inscripciones. Eso que queda por fuera de la articulación
significante, la madre como representante de das Ding, y en este
sentido hay una clase que da Miller y que está retomada por Laurent
en este libro, El reverso de la biopolítica, donde ubica precisamente
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darle vueltas con el tema de la jarra... y así va. Por algo el texto se
publica -en esta edición del Serbal- con una carta que Heidegger le
envía en respuesta a un alumno, un estudiante -o por lo menos él la
titula así: «Carta a un joven estudiante»-, que se ve que le había
escrito a su vez una carta para hacerle una pregunta luego de la
conferencia. Y la pregunta que le hace -digamos así, rápidamente-
es de dónde sale, después de todo, todo este delirio que vos estás
inventando... Cuál es la base de toda tu reflexión. Y entonces
Heidegger le responde, pero fíjense de qué forma: “Usted pregunta
-le dice ahí-: ¿de dónde el pensar del ser recibe (para decirlo de un
modo abreviado) la indicación?" Lo cual suena muy diplomático,
pero después de darle toda la respuesta, donde le habla del ser, del
pensar, y todo el asunto, le dice: “No le puedo proporcionar a usted
-cosa que usted tampoco pide- ninguna tarjeta de identidad con
ayuda de la cual lo que he dicho podría ser legitimado cómodamente
en todo momento como algo que «concuerda con la realidad»". Y ya
ahí, si ustedes quieren, se trata de toda una respuesta a la pregunta...
Pero permítanme leerles el último párrafo: “Aquí todo es camino
del corresponder que oye a modo de prueba. El camino está siempre
en peligro de convertirse en un camino errado. Andar estos caminos
requiere práctica en la marcha. La práctica requiere oficio.
Permanezca usted en camino en la auténtica penuria y, sin-salir-
del-camino, pero en la errancia, aprenda usted el oficio del pensar."
Pensar, para Heidegger, es tender a esa Cosa que nunca se alcanza.
MS: Bueno, por eso Lacan titula a esa clase «El problema de la
sublimación». Es siempre un contorno de la Cosa.
Intervención: Algo en relación a ese modelo vital que diseñó Maxi,
bueno, Lacan habla de algo similar en relación al movimiento y la
lógica de la cura analítica, pero no en relación a un círculo sino en
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Bibliografía:
- Fernández, M., «Poema al astro de luz memorial». En: Papeles
de Recienvenido. Poemas. Relatos, Cuentos, Miscelánea, ed. Centro
Editor de América Latina, Bs. As., 1967.
- García, G., «La sublimación, los textos de Freud», En:
Psicoanálisis. Una política del síntoma, Alcrudo Editor, Zaragoza,
1980.
- Heidegger, M., «La Cosa», En: Conferencias y artículos, ed. del
Serbal, Barcelona, 1994.
- Lacan, J., Seminario 7: La ética del psicoanálisis, Paidós, Buenos
Aires, 2000.
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Su función clave en el análisis
I
¿Por qué el Amor Cortés es considerado por Jacques Lacan un
paradigma de la sublimación? Ese será el hilo conductor de la clase.
Primero, un planteo general en base a las consideraciones
desarrolladas por Jacques Lacan: El Amor Cortés es un ejemplo de
sublimación caracterizado por un desvío de la meta sexual sin
represión, que mediante determinados artilugios significantes o
función poética, ligados a un arte y práctica del amor, inventa un
objeto, La Dama, sostenido por un consenso social, del cual se
desprenden modificaciones históricas y estructurales en el Eros, las
cuales perduran hasta nuestros días, vía huella significante. Veremos
que Lacan lo compara con el invento freudiano.
II
Si bien no es una clase sobre el Amor Cortés, sino sobre su
singularidad respecto de la sublimación, es necesario definirlo y
situar mínimamente. Tomé dos libros: Trovadores y Troveros de René
Nelli, recomendación de Sebastián Aguilera, Nelli es un autor
citado por Lacan; y Amor y Occidente de Denis Rougemont, también
citado por Lacan. La primera edición de Amor y Occidente es de 1938;
la segunda es de 1956 y fue editada nada más ni nada menos que por
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La sublimación, otro destino posible
T.S. Eliot. Con respecto al Seminario VII, una de las fuentes de los
desarrollos sobre la sublimación, fue dictado entre 1959-1960.
La hipótesis de Rougemont establece una vinculación profunda
entre la cortesía y la atmósfera religiosa del catarismo. Los
trovadores “cantaban, para un público favorable en su mayoría a la
herejía, una forma de amor que correspondía ...a la situación moral
muy difícil que resultaba a la vez de la condena de los Perfectos y de
la sublevación natural contra la concepción ortodoxa del
matrimonio, recientemente reafirmada por la reforma gregoriana.
Debían guardarse a la vez de la severidad de los Perfectos y de la de
los católicos”. Ambos, cortesía y catarismo, coinciden en tiempo y
espacio: los “hombres buenos” o cátaros, ascetas que condenan el
matrimonio, fundan una “Iglesia del Amor” opuesta a la Iglesia de
Roma, e invaden Francia hasta España, para llegar desde ahí a toda
Europa. La oposición central es contra el matrimonio cristiano y el
sistema feudal que lo representa. Según Rougemont: “El amor
pasión glorificado por el mito fue realmente en el siglo XII, fecha
de su aparición, una religión en toda la plenitud del término y
especialmente una herejía cristiana históricamente determinada.”
Lacan se diferencia de esa postura. Estamos en el Seminario VII:
“Se han hecho muchos esfuerzos por mostrar el parentesco de este
aparato, de la organización del amor cortés, con no se sabe muy
bien qué intuición de fuente religiosa, mística por ejemplo, que se
situaría en algún lado en ese centro que es la mira, en esa Cosa que
es exaltada allí en el sentido del amor cortés. Todos esos esfuerzos,
como lo prueba la experiencia, estaban condenados al fracaso”. Sí,
repara en el parentesco entre el Amor Cortés y ciertas místicas
extranjeras, hindú, tibetana, punto desarrollado por Rougemont en
el capítulo «Concepciones orientales del amor». Pero más que en la
erótica hindú, tibetana, “un ascetismo de disciplina del placer”, para
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Su función clave en el análisis
III
Karen Monsalve desarrolló su clase sobre el vínculo entre erotismo
anal y sublimación, arribando a conclusiones que ubican a la
sublimación más cerca del registro escatológico como fundamento
(Das ding), que de “lo sublime” como categoría estética. Sabemos
sobre la deriva de la pulsión anal, por ejemplo, como formación
reactiva, lo opuesto a la sublimación, en tanto interviene el
mecanismo de la represión. Otro aspecto interesante de la doctrina
cátara, vinculada como vimos al Amor Cortés, es el llamado
“problema del mal”, también desarrollado por Karen Monsalve: “El
origen permanente y siempre trágicamente actual de la actitud
cátara (...) continúa siendo el problema del mal, tal como el hombre
espiritual lo experimenta en este mundo... Los cátaros rechazan el
dogma de la Encarnación, y (...) lo sustituyen por una cena fraternal
que simboliza acontecimientos totalmente espirituales”.
Finalmente: “la consumación de un desprendimiento supremo de
toda ley material.” Lacan define el catarismo como un movimiento
religioso y místico de una pureza excepcional, que identifica el mal
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La sublimación, otro destino posible
IV
A Rougemont le llevó toda su vida escribir el libro, se refiere al
hecho de haberlo pensado durante años. Maximiliano Fabi dice que
Rougemont, ¡lo escribió para no divorciarse! Es que su obsesión es
la crisis actual del matrimonio, aclaremos, actual es 1938-56. Su
hipótesis es: “1. Que la pasión, vulgarizada en nuestros días por las
novelas y las películas, no es sino el reflujo y la invasión anárquica en
nuestras vidas de una herejía espiritualista cuya clave hemos perdido.
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Su función clave en el análisis
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La sublimación, otro destino posible
V
Ahora sí, vamos a adentrarnos en el fenómeno singular que
representa el Amor Cortés, sin olvidar el mencionado “problema del
mal” ligado al cuerpo, a la materia, lo espiritual por sobre los
sentidos, postulado por los cátaros y replicado en el Amor Cortés.
Leemos en Rougemont: “Hacer el amor sin amar según la cortesía
(aquí Minne), ceder a la sensualidad puramente física, ese es el
pecado supremo, original, en una visión cátara del mundo. Amar
con pasión pura, incluso sin contacto físico (la espada entre los
cuerpos y las separaciones), esa es la suprema virtud y la verdadera
vía divinizante.” Se refiere a la “famosa” espada entre los cuerpos en
Tristán e Isolda.
La característica de ese entramado que representa el Amor Cortés
tiene tres “personajes”: una mujer casada, La Dama; el marido (que
consiente); y el trovador o Vasallo. No se trata de un triángulo
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Su función clave en el análisis
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Su función clave en el análisis
VI
En el Seminario VII, Lacan introduce el AC reparando en una nota
al pie de página en Tres ensayos, donde Freud se detiene en la
diferencia entre los antiguos y nosotros, entre la tendencia y el
objeto. Los antiguos enfatizan la tendencia y a través de la
tendencia, embellecen el objeto. En cambio, para nosotros se trata
de los atributos del objeto. Freud escribe primero La degradación de
la vida amorosa y después El malestar en la cultura: “ya no hay lugar, en
nuestra vida civilizada de hoy, para el amor simple y natural, para el
eco pastoral, de dos seres humanos”
Voy a ver si puedo retomar algo de lo que se viene trabajando en
las clases en función del Amor Cortés. Lacan usa esa especie de
operador que es el Das ding, para nombrar la relación del sujeto con
algo del orden de “lo primordial”. Ubica la sublimación en el
campo de las pulsiones: algo se satisface con la pulsión, distinto del
síntoma como satisfacción sustitutiva vía represión. Elevar el objeto
a la dignidad de la cosa, se trata en el caso del Amor Cortés de la
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Su función clave en el análisis
VII
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La sublimación, otro destino posible
VIII
Hay que destacar la importancia del uso del lenguaje en el Amor
Cortés. Una lengua propia, Languedoc, para introducir un discurso
sobre el amor, que en función poética, inventa un objeto. La poesía
lírica suma la música de un instrumento. Entonces, en el Amor
Cortés, el lenguaje incluye su dimensión de resonancia y ritmo... el
ritmo es el ritmo de la pulsión, insiste Germán García en sus clases.
¿Qué es lo que no debemos perder de vista? La Dama es una
creación del lenguaje. Lacan cita a Picasso, “No busco, encuentro”,
y hace un juego de palabras entre Trouver (encontrar) y Trovar
(componer versos). Es decir, como ya sabemos, el objeto (falta), es
reencontrado en tanto perdido, en las vías del significante. En su
clase, Maximiliano Fabi dio el ejemplo del alfarero: la vasija, es el
primer significante modelado por la mano del hombre. ¿Qué
modela? Modela un vacío. La vasija es un invento significante como
La Dama en el Amor Cortés. El trovador encuentra su par en el
alfarero que modela con sus manos el significante vasija, pero en su
caso, “modela” el “cofre freudiano” (otra vez, el vacío), o el
significante Dama: “un agujero con algo alrededor”, “la
introducción en lo real de una hiancia”, “formas creadas por el
hombre de representar La cosa.”
IX
Voy a articular el Seminario VII con el XVI mediante un rasgo
como nexo. Luego Myriam Soae va a hacer el cierre del curso,
incluyendo parte de lo desarrollado. El rasgo es la función de rodeo
como técnica del Amor Cortés, articulado con la lectura que hace
Lacan respecto a que no hay nada del orden de lo masculino y lo
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Su función clave en el análisis
X
La sublimación. Los textos freudianos, de Germán García fue referencia
ineludible para quienes formamos parte del Equipo Temático. El
texto hace un rastreo del concepto sublimación en Freud. Es
riguroso en las referencias y brillante en su lectura singular.
Germán García se detiene en la distinción que hace Freud entre el
S-YO masculino y el femenino. Freud le atribuye a las mujeres una
escasa medida del “don” de la sublimación. Sobre lo que para
algunos es una “sentencia freudiana”, hay que incluir los desarrollos
posteriores sobre la etapa pre-edípica y la sexualidad femenina.
Germán, lo lee así: se trata del enigma de la femineidad o el enigma
del deseo. Sobre ese particular, les recomiendo, Encanto de erizo.
Feminidad en la hystoria, de Graciela Musachi. El texto de Germán,
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Anexo: La literatura
Jacques Lacan desprende del Amor Cortés, modificaciones
históricas y estructurales en el Eros, las cuales perduran hasta
nuestros días, vía huella significante. Se refiere, en particular, a la
literatura, donde ubica el dominio de la ética a partir de la
articulación de tres términos: sublimación, estética y ética. El Amor
Cortés tiene huellas en la actualidad, en nuestro modo de
relacionarnos con el objeto, la relación entre hombre y mujer, la
idea de pareja, sale de ahí. Lacan lo llama “restituciones” del Amor
Cortés a lo largo de la historia. En el XVI, hace la siguiente
enumeración:.
- La narrativa de Ovidio como precursora (43 A.C): “Algunos
de los textos más ascéticos y paradójicos utilizados en el
registro del amor cortés están tomados de El arte de amar de
Ovidio(...=se encuentran fórmulas tales como Arte regendus
Amor, el amor debe ser regido por el arte. Y resulta que, al
cabo de una decena de siglos, con la ayuda de esas mágicas
palabras, un grupo de poetas se dedica a convertir esto, a la
letra, en una verdadera operación de encantamiento
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Bibliografía
- Rougemont, D., El Amor y Occidente, Kairos, Barcelona, 2010.
- Nelli, R., Trovadores y Troveros, Medievalia, Barcelona, 2000.
- Lacan, J., La ética del psicoanálisis, Paidos, Buenos Aires, 2015.
- Lacan, J., De un Otro al otro, Seminario XVI, Paidos, Buenos
Aires.
- Bloom, H., Anatomía de la influencia. La literatura como modo de
vida, Taurus, Buenos Aires 2011.
- Freud, S., «El motivo de la elección del cofre», Tomo XII,
Amorrortu, Buenos Aires, 1990.
- García, G., D'Escolar, Atuel-Anáfora, Buenos Aires, 2000.
- García, G., «La sublimación, los textos de Freud», En:
Psicoanálisis. Una política del síntoma, Alcrudo Editor, Zaragoza,
1980.
- García, G., Para otra cosa, Otium Ediciones, Buenos Aires, 2019.
- García, G., La escritura en objeto, Siglo veintiuno editores,
Buenos Aires, 1975.
- Musachi, G., Encanto de erizo. Feminidad en la hystoria, Katz,
Buenos Aires, 2017.
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Índice
• Introducción............................................................... .............. p. 1
Clase 1: Lo sublime freudiano - Myriam Soae p. 3
Clase 2: El problema del mal - Karen Monsalve p. 31
Clase 3: En torno a das Ding - Maximiliano Fabi p. 64
Clase 4: Sublimación y Amor cortés - Andrea Buscaldi p. 90
° Índice..................................................................................................... p. 113