Revisión - Tratamiento Del TLP
Revisión - Tratamiento Del TLP
Revisión - Tratamiento Del TLP
PERSONALIDAD
06 de junio 2011
Cuatro son los tratamientos que evidencian mayor efectividad para el trastorno límite de
la personalidad, estos son:
La terapia conductual dialéctica fue desarrollada por la Dra. Marsha Linehan e incluye
intervenciones individuales así como también terapia grupal. Incluye el aprendizaje de
herramientas orientadas a la autopercepción y el seguimiento del estado de ánimo y el
manejo del estrés. El terapeuta actúa como un entrenador de habilidades con amplia
disponibilidad para instruir al paciente en la forma de regular las emociones y
sentimientos así como también las conductas que constituyan un problema para el
paciente.
La terapia basada en la mentalización es una terapia cognitiva que incluye
intervenciones individuales, así como grupales. El terapeuta busca que el paciente
mentalice sus propias experiencias y las de los demás, haciendo énfasis en la actividad
mental lo cual es un proceso fundamental para lograr regular las emociones y para el
aprendizaje en el paciente del uso de sus funciones ejecutivas en relación al
autocontrol.
Independientemente de la terapia que se elige para tratar al paciente con TLP, debe
haber un clínico encargado de la gestión general del tratamiento quien será el que
comunicara el diagnóstico al paciente, evaluara el progreso, vigilara la seguridad y
mantendrá comunicación con los psicoterapeutas y con los miembros de la familia.
Por lo tanto es esencial que exista una estructura terapéutica para establecer y
mantener objetivos terapéuticos, funciones y el establecimiento un plan para abordar el
futuro del paciente y también para coordinar mecanismos de emergencia por si existen
crisis, impulsos suicidas u otras emergencias como por ejemplo la automutilación.
También de vital importancia para cualquier tratamiento del TLP respetar la necesidad
de participación del paciente en el proceso terapéutico, así como tener en cuenta su
opinión en las decisiones a tomar. Ambos deben reconocer que el progreso depende de
los activos esfuerzos del paciente para asumir el control de sus emociones, sentimientos
y conducta.
El clínico debe desempeñar un papel activo, esto incluye centrarse en las situaciones
inmediatas, como por ejemplo las respuestas de enojo o desdeñosa y ayudar al
paciente a conectar sus sentimientos de rechazo, pérdida de relaciones de apoyo o
situaciones y otros sucesos pasados. El clínico debe reconocer en el pacientemente las
posibles amenazas de suicidio o de otras conductas de auto-daño y debe responder con
prudencia. No siempre es necesario recomendar la hospitalización en estos casos pero
puede que sea necesario.
Por último, el tratamiento tiene que considerar la característica propia del limítrofe de
alternar entre la idealización y la devaluación. En consecuencia, el clínico debe ser
consciente de su contratransferencia o la inclinación predecible a rescatar o castigar al
paciente y debe lograr ser lo más objetivo posible.
Una vez establecido el diagnóstico, los médicos deben educar a los pacientes sobre los
posibles aspectos genéticos y ambientales en la etiología y sobre los beneficios y
respuesta favorable a la psicoterapia. Si el paciente solo cree en que su tratamiento es
solo a base de medicamentos debe hacerse referencia e incapie en la necesidad y
búsqueda de un terapeuta que tenga experiencia en el TLP.
PSICOTERAPIA EN EL TLP
Algo muy importante para el paciente es pedir ayuda antes de perder el control o entrar
en una crisis, la forma de lograr beneficios en este aspecto es capacitando al paciente
en su autoconocimiento y en la detección de los indicadores personales de ingreso en
un estado de crisis, la experiencia clínica indica que este tipo de intervenciones
proactivas puede dar resultados sorprendentes. También la experiencia clínica sugiere
que la participación de miembros de la familia en el tratamiento aumenta la comprensión
y el apoyo diario para los pacientes y facilita la comunicación entre los pacientes y sus
familias, así como la disminución de aspectos emocionales relacionados al ámbito de
las relaciones interpersonales familiares.