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Bases biológicas de la conducta

El encéfalo es el centro maestro de control de todo lo que decimos y hacemos.

En primer lugar, el encéfalo humano (producto de millones de años de evolución) es un


órgano extremadamente complejo. Nuestro encéfalo contiene miles de millones de células
arregladas en innumerables trayectorias y redes, con muchos sistemas de respaldo, un
“equipo mental” mucho mayor del que necesitamos.

Además, los dos hemisferios del encéfalo son similares, aunque no idénticos, como la mano
derecha y la izquierda. Normalmente, ambos trabajan juntos. Pero si el hemisferio
izquierdo es extirpado, el hemisferio derecho asume la mayoría de sus funciones.

Segundo, el encéfalo humano posee una extraordinaria plasticidad, es decir, la capacidad de


adaptarse a nuevas condiciones ambientales. Aunque el encéfalo es el centro de mando de
nuestro cuerpo, también responde a la retroalimentación de los sentidos y el ambiente
circundante, y cambia como resultado.
Psicobiología: El área de la psicología que se concentra en las bases biológicas de la
conducta y los procesos mentales.

Neurociencia: El estudio del encéfalo y el sistema nervioso. psicobiología, la rama de la


psicología que estudia las bases biológicas de la conducta y los procesos mentales. La
psicobiología se traslapa con un campo interdisciplinario de estudio mucho mayor
denominado neurociencia, el cual se concentra específicamente en el estudio del encéfalo y
el sistema nervioso.

Muchos psicobiólogos que estudian la influencia del encéfalo sobre la conducta se


denominan a sí mismos neuropsicólogos.

Neuronas: los mensajeros

El encéfalo de un ser humano promedio contiene hasta 100,000 millones de células


nerviosas o neuronas. Miles de millones más se encuentran en otras partes del sistema
nervioso.
Las neuronas varían considerablemente en forma y tamaño, pero todas están especializadas
en recibir y transmitir información. El cuerpo celular de la neurona está compuesto por un
núcleo, que contiene un conjunto completo de cromosomas y genes; citoplasma, que
mantiene viva a la célula; y una membrana celular que encierra a la célula entera.

Lo que distingue a una neurona de otras células son las diminutas fibras que se extienden
fuera del cuerpo celular, permitiendo a la neurona realizar su trabajo especial: recibir y
transmitir mensajes.
Las fibras cortas que se ramifican alrededor del cuerpo celular son las dendritas (del
término griego que significa “árbol”). Su papel es recoger los mensajes provenientes de
otras neuronas y transmitirlos al cuerpo celular. La fibra larga que se extiende del cuerpo
celular es un axón (del término griego que significa “eje”). La función del axón es
transmitir mensajes de salida a las neuronas vecinas o a un músculo o glándula.

Los axones varían en longitud de 1 o 2 milímetros a tres pies (unos 90 centímetros, como
por ejemplo, los axones que van del encéfalo a la base de la médula espinal o de la médula
espinal a la punta del pulgar en los adultos). Aunque una neurona sólo tiene un axón, cerca
de su extremo el axón se divide en muchas ramas terminales. Cuando hablamos acerca de
un nervio (o tracto), nos referimos a un grupo de axones unidos como alambres en un cable
eléctrico.
Neuronas: Células individuales que so n las unidades más pequeñas del sistema nervioso.
Dendritas: Fibras cortas que se ramifican a partir del cuerpo celular y recogen los mensajes
del exterior.
Axón: Fibra larga que se extiende a partir del cuerpo celular; transmite mensajes al exterior.
Nervio (o tracto): Grupo de axones que forman haces el axón está rodeado por una cubierta
blanca grasosa llamada vaina de mielina. La vaina de mielina está “pellizcada” a intervalos,
lo que hace que el axón parezca una cuerda de salchichas microscópicas.

No todos los axones tienen está cubierta, pero los axones mielinizados se encuentran en
todas partes del cuerpo.(Por esta cubierta blanca, los tejidos compuestos principalmente por
axones mielinizados se conocen como “materia blanca”, mientras que los tejidos
compuestos principalmente por axones no mielinizados se conocen como “materia gris”.)
La vaina de mielina tiene dos funciones: la primera consiste en proporcionar aislamiento,
por lo que las señales de las neuronas adyacentes no se interfieren entre sí; la segunda
consiste en incrementar la velocidad con que se transmiten las señales. Vaina de mielina
Cubierta blanca grasosa que se encuentra en algunos axones.
Las neuronas que recogen mensajes de los órganos sensoriales y los transmiten a la médula
espinal o el encéfalo se denominan neuronas sensoriales (o aferentes). Las neuronas que
llevan mensajes de la médula espinal o el encéfalo a los músculos y glándulas se llaman
neuronas motoras (o eferentes). Y las neuronas que transmiten mensajes de una neurona a
otra se conocen como interneuronas (o neuronas asociativas).
El sistema nervioso también contiene un gran número de células gliales o glía del término
griego que significa “pegamento”). Las células gliales mantienen a las neuronas en su
lugar, les proporcionan alimento y eliminan los productos de desecho, impiden que las
sustancias nocivas pasen del torrente sanguíneo al encéfalo y forman la vaina de mielina
que aísla y protege a las neuronas. La evidencia reciente sugiere que las células gliales
desempeñan un papel importante en el aprendizaje y la memoria, y que por ende afectan la
respuesta del encéfalo a las nuevas experiencias (Featherstone, Fleming e Ivy, 2000;
Roitbak, 1993).

El impulso nervioso
Neuronas sensoriales (o aferentes): Neuronas que transmiten mensajes de los
órganos sensoriales a la médula espinal o el encéfalo.
Neuronas motoras (o aferentes): Neuronas que llaevn mensajes de la médula espinal
o el encéfalo a los músculos y glándulas.
Interneuronas (o neuronas asociativas): Neuronas que transmiten mensajes de una
neurona a otra.
Células gliales (o glía): Células que forman la vaina de mielina; aíslan y dan soporte
a las neuronas manteniéndolas unidas, eliminando los productos de desecho e
impidiendo que las sustancias nocivas pasen del torrente sanguíneo al encéfalo.
Iones: Partículas con carga eléctrica que se encuentran dentro y fuera de la neurona.
Potencial de reposo: Carga eléctrica a través de la membrana de una neurona que se
debe a un exceso de iones positivos concentrados en el exterior y un exceso de iones
negativos en el interior.
Polarización: La condición de una neurona cuando el interior tiene una carga
negativa en relación con el exterior; por ejemplo, cuando la neurona está en reposo.
Impulso nervioso (o potencial de acción): La descarga de una célula nerviosa.
Potencial graduado: Un cambio en la carga eléctrica en una pequeña área de la
neurona.
Umbral de excitación: El nivel que debe rebasar un impulso para lograr que una
neurona descargue.
Ley de todo o nada: Principio el cual no varía la fuerza del potencial de acción de
una neurona; la neurona descarga con toda su fuerza o no descarga en absoluto.

Una sola neurona tiene muchos cientos de dendritas, y su axón se ramifica en numerosas
direcciones, de modo que está en contacto con cientos o miles de células tanto en el
extremo de entrada (dendritas) como en el extremo de salida (axón). En cualquier momento
dado, una neurona puede estar recibiendo mensajes de otras neuronas, algunos de los cuales
son principalmente excitatorios y otros principalmente inhibitorios. La interacción
constante de excitación e inhibición determina si es probable que la neurona descargue o
no.

La sinapsis

Periodo refractario absoluto: Periodo después de la descarga cuando una neurona


no descargará de nuevo sin importar qué tan fuertes sean los mensajes entrantes.
Periodo refractario relativo: Periodo después de la descarga cuando una neurona
está regresando a su estado polarizado normal y descargará de nuevo sólo si el
mensaje entrante es mucho más fuerte de lo usual.
Espacio sináptico (o hendidura sináptica): Pequeño espacio entre el axón
terminal de una neurona y las dendritas o cuerpo celular de la siguiente neurona.
Las neuronas no están directamente conectadas como eslabones de una cadena. Más bien
están separadas por un pequeño hueco, llamado espacio sináptico o hendidura sináptica,
donde el axón terminal de una neurona casi toca las dendritas o el cuerpo celular de otras
neuronas. Cuando una neurona descarga, un impulso se desplaza hacia abajo del axón, a
través de las ramas terminales, hacia un pequeño abultamiento llamado botón terminal o
botón sináptico. Se llama sinapsis al área entera compuesta por los axones terminales de
una neurona, el espacio sináptico y las dendritas y cuerpo celular de la siguiente neurona
(vea la figura 2-4).

Para que el impulso nervioso avance a la siguiente neurona, de alguna forma debe cruzar el
espacio sináptico. Resulta tentador imaginar que el impulso nervioso simplemente salta a
través del hueco como una chispa eléctrica, pero en realidad son sustancias químicas las
que realizan la transferencia. Lo que de hecho sucede es lo siguiente: la mayoría de los
axones terminales contienen una serie de minúsculos sacos ovales llamados vesículas
sinápticas (vea la figura 2-4). Cuando el impulso nervioso alcanza el extremo de las
terminales, ocasiona que esas vesículas liberen varias cantidades de sustancias químicas
llamadas neurotransmisores en el espacio sináptico. Cada neurotransmisor tiene un sitio
receptor específico en el otro lado del espacio sináptico. Los neurotransmisores encajan en
sus sitios receptores correspondientes tal como lo hace una llave en la cerradura. Este
sistema de llave y cerradura asegura que los neurotransmisores no estimulen al azar a otras
neuronas, sino que sigan trayectorias ordenadas.

Una vez que su trabajo está completo, los neurotransmisores se separan del sitio receptor.
En la mayoría de los casos, son reabsorbidos en los axones terminales para reutilizarse
posteriormente, desintegrados y reciclados para producir nuevos neurotransmisores, o
desechados por el cuerpo como desperdicio. La sinapsis es despejada y regresada a su
estado normal.

Neurotransmisores
La acetilcolina (AC): actúa en los lugares en que las neuronas encuentran los músculos
esqueléticos. También parece desempeñar un papel crucial en la activación, atención,
memoria y motivación (Panksepp, 1986; Roger, 2009).

La dopamina por lo regular afecta a las neuronas asociadas con el movimiento voluntario,
el aprendizaje, la memoria y las emociones. Los síntomas de la enfermedad de Parkinson
(temblores, espasmos musculares y rigidez muscular creciente) se atribuyen a la pérdida de
células encefálicas que producen dopamina

Botón terminal (o botón sináptico): Estructura en el extremo de la rama terminal de


un axón.
Sinapsis: Área formada por el axón terminal de una neurona, el espacio sináptico y
la dendrita o cuerpo celular de la siguiente neurona.
Vesículas sinápticas: Pequeños sacos en un botón terminal que liberan sustancias
químicas en la sinapsis.
Neurotransmisores: Sustancias químicas liberadas por las vesículas sinápticas que
viajan a través del espacio sináptico y afectan a las neuronas adyacentes.
Sitio receptor: Lugar en una neurona receptora en el cual un neurotransmisor
específico encaja como lo hace una llave en la cerradura.

Algunos neurotransmisores transportan información o instrucciones de sinapsis específicas


a regiones particulares del encéfalo o el cuerpo (por ejemplo, “ingreso del sonido” o decir a
los músculos que se “contraigan” o se “relajen”). La serotonina, conocida popularmente
como la “molécula del estado de ánimo”. La serotonina es como una llave maestra que abre
muchas cerraduras, es decir, se adhiere hasta a una docena de sitios receptores. La
serotonina establece el tono emocional.

Otro grupo de sustancias químicas encefálicas regula la sensibilidad de un gran número de


sinapsis, “aumentando” o “disminuyendo” en efecto el nivel de actividad de porciones
enteras del sistema nervioso. Por ejemplo, las endorfinas, cadenas de aminoácidos, parecen
reducir el dolor inhibiendo, o “desactivando”, a las neuronas que transmiten mensajes de
dolor al encéfalo.

Plasticidad nerviosa: La capacidad del encéfalo para cambiar en respuesta a la experiencia


Plasticidad nerviosa y neurogénesis

En una serie de experimentos clásicos, M. R. Rosenzweig (1984) demostró en el laboratorio


la importancia de la experiencia para el desarrollo nervioso. Rosenzweig dividió a sus ratas
en varios grupos. Las integrantes de un grupo fueron aisladas en jaulas vacías (un ambiente
empobrecido); las integrantes de un segundo grupo fueron criadas junto con otras ratas en
jaulas equipadas con una variedad de juguetes, es decir, tenían oportunidades de
exploración, manipulación e interacción social (un ambiente enriquecido). El investigador
encontró que las ratas criadas en los ambientes enriquecidos tenían neuronas más grandes
con más conexiones sinápticas que las que fueron criadas en ambientes empobrecidos (vea
la figura 2-5). En experimentos más recientes, Rosenzweig (1996) demostró que cambios
similares ocurren en ratas de cualquier edad.

El sistema nervioso central

La organización del sistema nervioso


El sistema nervioso central incluye el encéfalo y la médula espinal, los cuales contienen, en
conjunto, más de 90 por ciento de las neuronas del cuerpo. El sistema nervioso periférico
consta de nervios que conectan el encéfalo y la médula espinal con todas las demás partes
del cuerpo, llevando y trayendo mensajes entre el sistema nervioso central y los órganos de
los sentidos, los músculos y las glándulas. El sistema nervioso periférico se subdivide en el
sistema nervioso somático, que transmite información acerca de los movimientos del
cuerpo y el ambiente externo, y el sistema nervioso autónomo, que transmite información
hacia y desde los órganos y glándulas internos.

El encéfalo

Encéfalo humano, nuestra “gloria suprema”, es el producto de millones de años de


evolución. A medida que se agregaron nuevas estructuras más complejas, se conservaron
las antiguas estructuras. Una forma de entender el encéfalo es mirar las tres capas que
evolucionaron en diferentes etapas del proceso evolutivo: 1) el núcleo central primitivo; 2)
el sistema límbico, que evolucionó más tarde, y 3) los hemisferios cerebrales, que están a
cargo de los procesos mentales superiores (vea la figura 2-7). Usaremos esas tres divisiones
básicas para describir las partes del encéfalo, lo que hacen y cómo interactúan para influir
en nuestra conducta

El núcleo central: En el punto en que la médula espinal entra al cráneo se convierte


en el metencéfalo.
Sistema nervioso central: División del sistema nervioso que consta del encéfalo y la
médula espinal.
Sistema nervioso periférico División del sistema nervioso que conecta al sistema
nervioso central con el resto del cuerpo.
Metencéfalo: Área que contiene la médula, el puente y el cerebelo.

La parte del metencéfalo más cercana a la médula espinal es la médula, una estructura
estrecha de cerca de 3.8 centímetros (1.5 pulgadas) de largo. La médula controla funciones
corporales como la respiración, el ritmo cardiaco y la presión sanguínea. La médula
también es el punto donde se cruzan muchos de los nervios que provienen de los centros
encefálicos superiores o que se dirigen a ellos; los nervios de la parte izquierda del cuerpo
cruzan al lado derecho del encéfalo y viceversa

Cerca de la médula se encuentra el puente, el cual produce las sustancias químicas que nos
ayudan a mantener el ciclo de sueño-vigilia. Tanto la médula como el puente transmiten
mensajes a las áreas superiores del encéfalo.

Cerebelo: Estructura en el metencéfalo que controla ciertos reflejos y coordina los


movimientos del cuerpo.
Mesencéfalo (o encéfalo medio): Región entre el metencéfalo y el cerebro anterior;
es importante para la audición y la visión, y es uno de los varios lugares del cerebro
en donde se registra el dolor.
Tálamo: Región del encéfalo anterior que transmite y traduce los mensajes
provenientes de los receptores sensoriales, excepto los del olfato.
Hipotálamo: Región del encéfalo anterior que rige la motivación y las respuestas
emocionales

En la parte superior y trasera del tallo cerebral se encuentra una estructura contorneada
llamada cerebelo (o “pequeño encéfalo”), que es responsable de nuestro sentido del
equilibrio y de la coordinación de las acciones del cuerpo para asegurar que los
movimientos se produzcan en secuencias eficientes. El daño al cerebelo ocasiona grave
problemas en el movimiento, como movimientos espasmódicos y tropezones.

Por encima del cerebelo, el tallo cerebral se amplía para formar el mesencéfalo (o encéfalo
medio), que es especialmente importante para la audición y la visión.

También es uno de diversos lugares del encéfalo donde se registra el dolor.


Más o menos directamente por encima del tallo cerebral se encuentran dos estructuras con
forma de huevo que componen el tálamo. A menudo se describe al tálamo como una
estación de relevo: casi toda la información sensorial de las partes inferiores del sistema
nervioso central pasa a través del tálamo en camino a los niveles superiores del encéfalo. El
tálamo integra y da forma a las señales entrantes. Directamente por debajo del tálamo se
encuentra el hipotálamo, que es más pequeño y ejerce una influencia enorme en muchos
tipos de motivación. Partes del hipotálamo rigen el hambre, la sed, la pulsión sexual y la
temperatura corporal (Winn, 1995; Waxman, 2010) y están directamente relacionadas con
conductas emocionales como la ira, el terror y el placer.

La formación reticular (FR): es un sistema de neuronas similar a una red que serpentea a
través de todas esas estructuras. Su principal tarea parece ser enviar señales de “¡Alerta!” a
las partes superiores del encéfalo en respuesta a los mensajes entrantes. Sin embargo, la FR
puede apagarse. Durante el sueño, la FR es desactivada; los anestésicos funcionan
principalmente desconectando en forma temporal el sistema, y el daño permanente en la FR
puede inducir un estado de coma.

Formación reticular (FR): Red de neuronas en el metencéfalo, el mesencéfalo y


parte del encéfalo anterior cuya función principal es alertar y activar a las partes
superiores del encéfalo.
El sistema límbico: El sistema límbico es un anillo de estructuras holgadamente
conectadas que se localizan entre el núcleo central y los hemisferios cerebrales. El
sistema límbico parece desempeñar un papel central en momentos de estrés,
coordinando e integrando la actividad del sistema nervioso. Una parte del sistema
límbico, el hipocampo, también juega un papel esencial en la formación de nuevos
recuerdos.

Las personas con daño severo en esta área son capaces de recordar nombres, rostros y
acontecimientos que grabaron en la memoria antes de que el área fuera lesionada, pero no
pueden recordar nada nuevo. La amígdala y el hipocampo también están implicados en el
gobierno y regulación de emociones

Sistema límbico: Anillo de estructuras que participan en el aprendizaje y la conducta


emocional.
Corteza cerebral: La superficie externa de los dos hemisferios cerebrales que regula la
mayor parte de la conducta compleja.

La corteza cerebral: Montado por encima y alrededor del núcleo central y el sistema
límbico, ocultándolos prácticamente, se encuentra el cerebro. El cerebro se divide en dos
hemisferios y está cubierto por una delgada capa de materia gris (células no mielinizadas)
llamada la corteza cerebral. Esto es en lo primero que piensa la mayoría de la gente cuando
habla del “encéfalo”; es la parte del encéfalo que procesa el pensamiento, la visión, el
lenguaje, la memoria y las emociones. La corteza cerebral ocupa la mayor parte del espacio
dentro del cráneo, pues da cuenta de cerca de 80 por ciento del peso del encéfalo humano y
contiene aproximadamente 70 por ciento de las neuronas del sistema nervioso central.

La corteza cerebral es la parte del sistema nervioso de evolución más reciente y está más
altamente desarrollada en los seres humanos que en cualquier otro animal.

Áreas de asociación Áreas de la corteza cerebral donde los mensajes provenientes de los
sentidos separados se combinan en impresiones significativas y donde se integran los
mensajes al exterior provenientes de las áreas motoras.

Una serie de marcas sobre la corteza nos permiten identificar las áreas funcionales.

La primera es una fisura profunda, que corre de la parte delantera a la trasera, y divide al
encéfalo en hemisferios derecho e izquierdo. Como se aprecia en la figura2-9, cada uno de
esos hemisferios se divide en cuatro lóbulos (descritos más adelante), los cuales están
separados entre sí por grietas. Una fisura central, que corre de costado, aproximadamente
de oído a oído, separa la corteza somatosensorial primaria que recibe mensajes sensoriales
de todo el cuerpo, de la corteza motora primaria, que envía mensajes del encéfalo a varios
músculos y glándulas del cuerpo. Además, hay grandes áreas en la corteza de los cuatro
lóbulos llamadas áreas de asociación. Los científicos por lo general creen que la
información de diversas partes de la corteza es integrada en las áreas de asociación y que
esas áreas son las sedes de procesos mentales como el aprendizaje, el pensamiento, el
recuerdo, la comprensión y la utilización del lenguaje.

Lóbulo occipital: Parte del hemisferio cerebral que recibe e interpreta la


información visual.
Lóbulo temporal: Parte del hemisferio cerebral que ayuda a regular la audición, el
balance y el equilibrio y ciertas emociones y motivaciones.

Lóbulo parietal: Parte de la corteza cerebral que recibe información sensorial de


todo el cuerpo.

Corteza somatosensorial primaria: Área del lóbulo parietal donde se registran los
mensajes de los receptores sensoriales.
Lóbulo frontal: Parte de la corteza cerebral que es responsable del movimiento
voluntario; también es importante para la atención, la conducta dirigida a metas y
las experiencias emocionales apropiadas.

Corteza motora primaria: La sección


del lóbulo frontal responsable del
movimiento voluntario.

Los diferentes lóbulos de los hemisferios cerebrales se especializan en funciones diferentes.


El lóbulo occipital, situado en la parte posterior de los hemisferios cerebrales, recibe y
procesa la información visual. El daño al lóbulo occipital puede producir ceguera o
alucinaciones visuales (Beniczky et al., 2002; Werth, 2008).
El lóbulo temporal, localizado delante del lóbulo occipital, aproximadamente detrás
de la sien, juega un papel importante en las tareas visuales complejas como el
reconocimiento de rostros. El lóbulo temporal también recibe y procesa información
de los oídos, contribuye al balance y el equilibrio, y regula emociones y
motivaciones como la ansiedad, el placer y la ira. Además, se cree que la capacidad
para entender y comprender el lenguaje se concentra principalmente en la parte
posterior de los lóbulos temporales, aunque parte de la comprensión del lenguaje
también tiene lugar en los lóbulos parietal y frontal (Ojemann, Ojemann, Lettich y
Berger, 1989; D’Ausilio, Craighero y Fadiga, 2011).
El lóbulo parietal está alojado en la parte superior de los lóbulos temporal y
occipital y ocupa la parte superior posterior de cada hemisferio. Este lóbulo recibe
información sensorial de todo el cuerpo: de los receptores sensoriales en la piel, los
músculos, articulaciones, órganos internos y papilas gustativas. Los mensajes de
esos receptores sensoriales son registrados en la corteza somatosensorial primaria.
El lóbulo parietal también parece supervisar las habilidades espaciales, como la
habilidad de seguir un mapa o decirle a alguien cómo ir de un lugar a otro (A.
Cohen y Raffal, 1991).

El lóbulo frontal, situado justo detrás de la frente, representa aproximadamente la


mitad del volumen del encéfalo humano, pero sigue siendo la parte más misteriosa
del encéfalo. El lóbulo frontal recibe y coordina mensajes de los otros tres lóbulos
de la corteza y parece seguir la huella de los movimientos previos y futuros del
cuerpo. Esta habilidad para monitorear e integrar las tareas complejas que se están
realizando en el resto del encéfalo ha llevado a algunos investigadores a conjeturar
que el lóbulo frontalm funge como “centro ejecutivo de control” para el encéfalo
(Kimberg, D’Esposito y Farah, 1997; Waltz et al., 1999; Horton y Wedding, 2008).

La investigación reciente también indica que la corteza prefrontal lateral (aproximadamente


por encima del borde exterior de las cejas) es la parte del encéfalo con mayor participación
en una amplia gama de tareas de solución de problemas, incluyendo la respuesta a
preguntas verbales y espaciales en las pruebas de CI (Duncan et al., 2000). La sección del
lóbulo frontal, conocida como corteza motora primaria, desempeña un papel central en la
acción voluntaria. El lóbulo frontal también parece desempeñar un papel clave en las
conductas que asociamos con la personalidad, incluyendo la motivación, la persistencia, el
afecto (respuestas emocionales), el carácter e incluso la toma de decisiones morales
(Greene y Haidt, 2002; Eslinger et al., 2009).

Especialización hemisférica
El hemisferio izquierdo: controla la escritura y el movimiento del lado derecho del
cuerpo. El hemisferio izquierdo por lo regular es dominante en el lenguaje y en
tareas que implican el razonamiento simbólico.
El hemisferio derecho: controla el tacto y el movimiento del lado izquierdo del
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lo general domina en tareas no verbales, visuales y espaciales.

Cuerpo calloso: Banda gruesa de fibras nerviosas que conectan la corteza cerebral
izquierda con la derecha.

Lenguaje
La idea de que el lenguaje humano es controlado principalmente por el hemisferio cerebral
izquierdo.
El área de Wernicke se encuentra hacia la parte posterior del lóbulo temporal. Esta área es
crucial en el procesamiento y comprensión de lo que los otros dicen. En contraste, área de
Broca, ubicada en el lóbulo frontal, se considera esencial para nuestra capacidad de hablar.
Simplificando un poco, el área de Wernicke es importante para escuchar y el área de Broca
resulta importante para hablar.

Herramientas para el estudio del encéfalo


Técnicas con microelectrodos: Las técnicas de registro mediante microelectrodos
se utilizan para estudiar las funciones de neuronas individuales. Las técnicas con
microelectrodos se han utilizado para entender la dinámica de los potenciales de
acción, los efectos de las drogas o toxinas en las neuronas e incluso los procesos que
ocurren en la membrana nerviosa.
Técnicas por macroelectrodos: se utilizan para obtener una imagen global de la
actividad en regiones particulares del encéfalo que contienen millones de neuronas.

Imagenología estructural: Cuando los investigadores quieren hacer un mapa de las


estructuras en un cerebro humano vivo, recurren a dos nuevas técnicas.

La tomografía axial computarizada (CAT o CT, del inglés computerized axial


tomography) permite a los científicos crear imágenes tridimensionales de un
encéfalo humano sin realizar cirugía.
Imagenología funcional: desean observar la actividad del encéfalo y sus reacciones
a la estimulación sensorial como el dolor, los tonos y las palabras.

La médula espinal

Se compone de haces de axones largos suaves, como gelatina, envueltos en mielina aislante
(materia blanca) y está rodeada y protegida por los huesos de las vértebras. En la médula
espinal hay dos trayectorias nerviosas principales.
Una consta de neuronas motoras, que descienden del encéfalo, controlan los órganos y
músculos internos y ayudan a modular al sistema nervioso autónomo (descrito más
adelante). La otra consta de n euronas sensoriales ascendentes que llevan información de
las extremidades y los órganos internos al encéfalo.

El sistema nervioso periférico


El sistema nervioso somático
El sistema nervioso somático está compuesto por todas las neuronas aferentes, o
sensoriales, que llevan información al sistema nervioso central y por todas las neuronas
eferentes, o motoras, que llevan mensajes del sistema nervioso central a los músculos
esqueléticos del cuerpo.
El sistema nervioso autónomo
El sistema nervioso autónomo comprende todas las neuronas que transmiten mensajes entre
el sistema nervioso central y los órganos internos del cuerpo (las glándulas y los músculos
lisos como el corazón y el sistema digestivo).

El sistema endocrino
Sistema endocrino que liberan hormonas en el torrente sanguíneo.
Hormonas: Sustancias químicas liberadas por las glándulas endocrinas; ayudan a
regular las actividades del cuerpo.
Glándula tiroides: Glándula endocrina localizada debajo de la laringe; produce la
hormona tiroxina.
Paratiroides: Cuatro glándulas diminutas alojadas en la tiroides; secretan la
parathormona.
Glándula pineal: Glándula localizada aproximadamente en el centro del encéfalo
que parece regular los niveles de actividad en el curso del día.
Páncreas: Órgano situado entre el estómago y el intestino delgado; secreta insulina
y glucagón para regular los niveles de azúcar en la sangre.
Hipófisis: Glándula localizada por debajo del encéfalo; produce la mayor cantidad
de hormonas del cuerpo.
Gónadas: Las glándulas reproductivas: testículos en los varones y ovarios en las
mujeres.
Glándulas suprarrenales: Dos glándulas endocrinas localizadas justo por encima
de los riñones.

Genes, evolución y conducta


Genética conductual: Estudio de la relación entre la herencia y la conducta.
Psicología evolutiva: Subcampo de la psicología interesado en los orígenes de las
conductas y los procesos mentales, su valor adaptativo y los propósitos que siguen
cumpliendo.
Genética: Estudio de cómo se transmiten los rasgos de una generación a la
siguiente.
Genes: Elementos que controlan la transmisión de rasgos; se encuentran en los
cromosomas.
Cromosomas: Pares de cuerpos filiformes dentro del núcleo de la célula que
contienen los genes.

Genética
La genética: es el estudio de cómo los seres vivos transmiten los rasgos de una
generación a la siguiente. Los descendientes no son copias al carbón o “clones” de
sus padres, pero algunos rasgos reaparecen de generación en generación en patrones
predecibles.
Los genes: son transportados por los cromosomas, cuerpos filiformes diminutos que
se encuentran en el núcleo de todas las células. Los cromosomas varían en tamaño y
forma, y por lo regular vienen en pares.
Los seres humanos poseen 23 pares de cromosomas en cada célula normal. Las excepciones
son las células sexuales, que sólo tienen la mitad de un conjunto de cromosomas. En la
fertilización, los cromosomas del espermatozoide del padre se unen a los cromosomas del
óvulo de la madre, creando una nueva célula llamada cigoto.
Ácido desoxirribonucleico (ADN): Molécula compleja en una configuración de
doble hélice que es el ingrediente principal de los cromosomas y los genes y
contiene el código de toda la información genética.
Genoma humano: El complemento total de genes dentro de la célula humana.
Gen dominante: Miembro de un par de genes que controla la aparición de cierto
rasgo.
Gen recesivo: Miembro de un par de genes que puede controlar la aparición de
cierto rasgo sólo si se presenta junto con otro gen recesivo.
Herencia poligénica: Proceso por el cual varios genes interactúan para producir
cierto rasgo; responsable de la mayoría de los rasgos importantes.

Genética conductual
Genética conductual animal
Estudios de cepas: Estudios de la heredabilidad de rasgos conductuales con
animales que han sido cruzados para producir cepas que son genéticamente
similares entre sí.
Estudios de selección: Estudios que estiman la heredabilidad de un rasgo cruzando
animales con otros que tienen el mismo rasgo.

Genética conductual humana


Estudios de familias: Estudios de heredabilidad en humanos basados en la
suposición de que si los genes influyen en cierto rasgo, los familiares cercanos
deberían ser más similares en ese rasgo que los familiares distantes.
Estudios de gemelos: Estudios de gemelos idénticos y fraternos para determinar la
influencia relativa de la herencia y el ambiente en la conducta humana.
Gemelos idénticos: Gemelos desarrollados de un único huevo fertilizado y, por
ende, idénticos en su estructura genética al momento de la concepción.
Gemelos fraternos: Gemelos desarrollados de dos huevos fertilizados separados y,
por ende, diferentes en su estructura genética.
Estudios de adopción: Investigación realizada con hijos adoptados al nacer por
padres no relacionados con ellos, para determinar la influencia relativa de la
herencia y el ambiente en la conducta humana.

Psicología evolutiva
Selección natural: El mecanismo propuesto por Darwin en su teoría de la
evolución, la cual plantea que los organismos mejor adaptados a su ambiente
tienden a sobrevivir, transmitiendo sus características genéticas a las generaciones
siguientes, mientras que los organismos con características menos adaptativas
tienden a desaparecer del planeta.

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