Introducción Al Pensamiento Científico

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Introducción al pensamiento científico –

primer parcial

Lección 1: ARGUMENTACION
Reconocimiento de argumentos:
La práctica argumentativa es una parte central del lenguaje. El lenguaje contiene
muchas funciones, como puede ser hacer una pregunta, dar una orden, expresar un
sentimiento, o una opinión, etc. A la ciencia le interesan solamente las oraciones
que afirman, (la practica argumentativa). Ella consiste en dar una o muchas razones,
que llamaremos premisas, para inferir otra afirmación que llamaremos conclusión.
Tanto las premisas como la conclusión, brindan información y por ello puede
determinarse su verdad o falsedad.

Al conjunto de premisas, mas conclusión, lo llamaremos argumento.

-Premisas: una o varias.

-Conclusión: única, por más extensa o compleja. Puede estar ubicada en cualquier
parte del argumento.

Oraciones y proposiciones:
En lógica, se puede distinguir entre ambas. Llamaremos oraciones al soporte
material, estructura que puede contener una proposición (afirmación), pregunta,
orden, expresión.

Una proposición es una afirmación de la cual puede establecerse su verdad o


falsedad.

Una oración puede contener una o más preposiciones.

Ejemplo:

Juan fue a la verdulería, y tito al quiosco.

P q
Dos oraciones pueden contener la misma preposición.

Ejemplo:

Cristóbal colon descubrió américa.

América fue descubierta por Cristóbal colon.

En todo argumento necesitamos una oración que actúe como premisa, y otra como
conclusión.

Hay algunos argumentos en los que debemos darnos cuenta cuales son las
afirmaciones que actúan de premisas, y cuáles de conclusión. En cambio, en otros
argumentos hay palabras que nos indican o anticipan cuando estamos frente a
premisas o conclusiones:

-Anticipadores de premisas: en primer lugar, en segundo lugar, además, porque,


pues, dado que, etc.

-Anticipadores de conclusión: por lo tanto, luego, por consiguiente, podemos


inferir, queda demostrado, etc.

Uso y mención:
Al lenguaje se lo puede usar o mencionar.

Decimos que una expresión es usada cuando se refiere a una entidad


extralingüística (tiene que ver con el sentido, y no con el concepto o frase en
cuestión).

En cambio, la mención hace referencia a entidades lingüísticas, es decir, reflexiona


sobre conceptos o frases.

Ejemplo:

Tres es un número impar. (Uso)

“Tres” palabra de cuatro letras. (Mención).


Lección 2: TIPOS DE ORACIONES
Oraciones simples y complejas:
-Simples: son aquellas que contienen una sola proposición.

Ejemplo:

Han aumentado los salarios.

-Complejas: son aquellas oraciones que unen a través de diferentes conectores,


dos o más preposiciones.

Las oraciones complejas, que unen sus preposiciones por medio de una y, se
denominan conjunciones. A cada preposición de una oración compleja por
conjunción, se la denomina conyunto. Para que una conjunción sea verdadera,
ambos conyuntos deben ser verdaderos.

Ejemplo:

Pedro fue al cine, y Juan al teatro.

P q

P q p^q

Verdadero Verdadero Verdadero

Verdadero Falso Falso

Falso Verdadero Falso

Falso Falso Falso

Las oraciones complejas que unen sus preposiciones por medio de la o, se la


denomina disyunción. A cada preposición se la llama disyunto.

Una disyunción es inclusiva cuando ambos disyuntos tienen la misma posibilidad


de ser verdaderos, es decir, no se excluyen mutuamente, y generalmente su
conectivo es la o, y se simboliza con la v.
Ejemplo:

Tomo té o mate.

P v q

P q pvq

Verdadero Verdadero Verdadero

Verdadero Falso Verdadero

Falso Verdadero Verdadero

Falso Falso Falso

Una disyunción es exclusiva cuando ambos disyuntos se excluyen mutuamente.


Muchas veces se menciona el “o bien”. Se simboliza con la w.

Ejemplo:

Estoy embarazada o no estoy embarazada.

P w q

P q pwq

Verdadero Verdadero Falso

Verdadero Falso Verdadero

Falso Verdadero Verdadero

Falso Falso Falso

Una oración compleja es condicional cuando la proposición que le sigue al “si”, es


una condición suficiente o necesaria.

Y la que le sigue a la “,” o al “entonces” es el consecuente.


-Condición suficiente: esta condición debe estar presente para que suceda el
consecuente, aunque el consecuente puede suceder por otra condición. Los
conectivos son “si , ”, o “si…entonces”. Se simboliza con→.

Ejemplo:

Si llueve, se inunda la ciudad.

P → q

P q p →q

Verdadero Verdadero Verdadero

Verdadero Falso Falso

Falso Verdadero Verdadero

Falso Verdadero Verdadero

-Condición necesaria:

Es aquella, la única que puede hacer que ocurra el consecuente. Se utiliza en


expresiones como, “solo si”, “es necesario”, “únicamente”, y se simboliza con→.

Ejemplo:

“Es necesario jugar al loto, para ganarlo.”

Antecedente Consecuente Oración

Verdadero Verdadero Verdadera

Verdadero Falso Verdadera

Falso Verdadero Falsa

Falsa Falsa Verdadera

Las oraciones complejas, que combinan las preposiciones en doble sentido, se


denominan bi condicionales. Suelen expresarse expresiones como: “siempre y
cuando”, “es necesario/suficiente”, “si solo sí”. Se simboliza con →
P q p →q

Verdadero Verdadero Verdadero

Verdadero Falso Falso

Falso Verdadero Falso

Falso Falso Verdadero

Las oraciones complejas que niegan en lugar de afirmar, se denominan negaciones.


Se utilizan expresiones como “no”, “no es cierto”, “ni” y los prefijos “in” o “des”. Su
valor de verdad es contrario al valor de verdad de la preposición afirmada.

Ejemplo:

Marte esta deshabitado.

El movimiento fue involuntario.

Oraciones clasificadas por alcance


-Singulares: son aquellas oraciones que nombran un hecho, objeto, individuo. Su
verdad o falsedad se establece analizando el caso en cuestión.

Ejemplo: Esta lapicera es azul.

-Universales: son aquellas oraciones que nombran a todos los miembros de una
clase. Para determinar su valor de verdad, es más sencillo encontrar su
contraejemplo, es decir, el caso que no cumpla con lo generalizado en la oración.

Ejemplo: Todos los meses del año tienen 30 días.

Contraejemplo: Febrero (la oración es falsa).

-Existenciales: son oraciones que nombran una parte o grupo de una población
total. Para determinar su valor de verdad, es más sencillo encontrar un caso que
cumpla con lo mencionado en la oración.

Ejemplo: Existen animales que son mamíferos.


-Probabilísticas o estadísticas: son enunciados que asignan una probabilidad o
porcentaje a que los miembros de ese conjunto tengan cierta propiedad o
característica.

Es difícil determinar su verdad o falsedad.

Oraciones clasificadas por lenguaje y por la ciencia que la utiliza


-Tautologías: Son oraciones propias de las ciencias formales, ya que su verdad no
se determina en relación al ambiente empírico. Son oraciones verdaderas por
estructura lógica, es decir, son verdaderas porque respetan las siguientes leyes:

Ley de identidad: indica que toda proposición es igual a sí misma.

Ejemplo:

Si soy médico, entonces soy médico.

P → p

Ley de no contradicción: no es posible afirmar y negar a la vez la misma


preposición.

Ejemplo:

No es cierto que sea médico, y no lo sea.

- (p ^ -p)

Ley del tercer excluido: Indica que dada una proposición, puedo establecer como
alternativa la misma proposición negada, siempre y cuando utilice como conectivo,
la o.

Ejemplo:

Soy médico, o no soy médico.

P v -p

-Contradicciones: son oraciones falsas por estructura lógica, es decir, oraciones


que violan o no respetan alguna de las leyes tautológicas.

Ejemplo:

Soy médico, y no soy médico.


Las ciencias descartan este tipo de oraciones.

-Contingencias: son oraciones propias de las ciencias fácticas. Su verdad o


falsedad no la determina respetar o violar alguna ley tautológica, sino que la
determina el medio empírico.

Ejemplo:

Si llueve, entonces me mojo.

P → q

Lección 3: LOS ARGUMENTOS DEDUCTIVOS Y SU


EVALUACION
-Evaluación de argumentos: Evaluar un argumento en términos generales es
determinar qué tan bueno o fuerte es, o que tan malo o débil.

Para evaluar argumentos válidos o deductivos, contamos con tres posibilidades. Es


la lógica la disciplina que nos provee de claras estrategias para evaluar
argumentos, ya que nos permite establecer si la conclusión se desprende
necesariamente de las premisas, o solamente se apoya en ellas. También ella nos
brinda una serie de reglas lógicas, para su evaluación.

Un argumento es válido o deductivo, según:

Estructura: la conclusión se desprende con necesidad de las premisas (la


conclusión contiene toda la información disponible en las premisas). Por esta
razón, la conclusión de todo argumento válido es concluyente, segura, certera,
pero jamás probable.

Los argumentos deductivos admiten las siguientes combinaciones de verdad y


falsedad entre premisas y conclusión.

V f f v Contraejemplo:

V f v f vuelve invalido al argumento.

También evaluamos los argumentos válidos por si respetan o conservan siguientes


formas o reglas lógicas:
Modus Ponendo Ponens (MP): Dice que, dado un antecedente y un consecuente, si
se afirma el consecuente, debo afirmar el antecedente.

A→B Si truena, llueve

A Truena

B Llueve

Modus Tollendo Tollens (MT): dice que, dado un antecedente y un consecuente, si


se niega el consecuente, debo negar el antecedente.

A→B Si truena, llueve

-B No llueve

-A No truena

Silogismo Hipotético (SH): Dice que, dado A, entonces B, y dado B entonces C,


puedo inferir o concluir A entonces C.

A→B Si hay relámpagos, truena

B→C Si truena, llueve

A→C Si hay relámpagos, llueve

Simplificación (S): refiere a que una conjunción que esté formada por dos
proposiciones, puedo inferirle cualquiera de ambas proposiciones.

AyB o AyB truena y llueve o truena y llueve

A B truena llueve

Adición: permite introducir conjunciones, es decir, unir dos preposiciones en la


conclusión mediante la letra y.

A Truena

B Llueve

AyB Truena y llueve

Silogismo disyuntivo (SD): rescata el sentido de las disyunciones. Debo negar alguna
de ambas alternativas para afirmar la otra alternativa en la conclusión.

AoB AoB Truena o llueve Truena o llueve

-B o -A no truena no llueve
A B llueve truena

Instanciación del universal (IU): Parte de asumir que todos los individuos, objetos,
acontecimientos tienen una propiedad, y que un individuo, hecho o
acontecimiento x, cumple cierta propiedad. Por lo tanto, podemos concluir que x
va a cumplir con la propiedad generalizada.

Todos los R son P.

X=R (hecho, individuo, objeto)

X=P

Todas las estrellas tienen luz propia

El sol es una estrella

El sol tiene luz propia.

Los argumentos válidos o deductivos que contienen premisas verdaderas se


consideran sólidos. Un argumento sólido y valido, va a tener premisas y conclusión
verdaderas, ya que estas preservan o garantizan la verdad de premisas a
conclusión. Puede haber argumentos válidos y no sólidos, como son los siguientes
casos.

F o f

F v

De un argumento se determina su valides o invalides, nunca su verdad o falsedad.

En cambio, de las premisas y conclusión se determina la verdad o falsedad, y nunca


su valides o invalides.

PRUEBAS DIRECTAS
Cuando un argumento tiene más de dos premisas y debo evaluar de él su valides, o
invalides, hay que combinar distintas reglas lógicas, para arribar a la conclusión
dada.

Ejemplo:

1- Si María se pone ojotas, ira a la playa o a la pileta. (premisas)


2- María se puso ojotas y malla. (premisa)
3- María no ira a la pileta. (premisa)
4- María se puso ojotas (simplificación de 2)
5- María ira a la playa o a la pileta. (MP entre 1 y 4)
6- María ira a la playa. (SD entre 5 y 3)

Pruebas indirectas:
Estas pruebas suelen llamarse método del absurdo; son pruebas demostrativas, ya
que permiten determinar la valides o invalides de un argumento. Se las conoce
como absurdo, ya que suponen que la conclusión dada no es el caso, es decir, es
incorrecto. Por ese motivo, luego de las premisas, en el siguiente paso se niega la
conclusión (se la contradice). En los pasos siguientes, se utilizan las reglas lógicas.

-Es válido si se arriba a una contradicción, ya que indica que la conclusión


inventada no es la correcta, y si lo es la conclusión original.

-Es inválido si no arribo a ninguna contradicción, lo que estaría indicando que la


conclusión inventada podría ser la correcta, y no serlo la original.

Ejemplo:

No es cierto que lloverá y no me bajará la presión.

1- S llueve, habrá humedad (premisa)


2- Si hay humedad, me bajara la presión (premisa)
3- Lloverá y no me bajara la presión (conclusión contraria)
4- Lloverá (simplificación en el paso 3)
5- No me bajara la presión (simplificación en el paso 3)
6- Habrá humedad (MP entre 1 y 4)
7- Me bajara la presión (MP entre 2 y 6)
8- Me bajara la presión y no me bajara la presión (adición entre 5 y 7) encontré
la contradicción. Argumento válido.
9- Puedo poner la conclusión correcta. “no es cierto que lloverá, y no me bajara
la presión”.
Lección 4: ARGUMENTOS INDUCTIVOS Y SU
EVALUACION
Los argumentos inductivos
Estos argumentos no ofrecen un apoyo absoluto o la conclusión, (es decir, la
conclusión no se desprende necesariamente de las premisas) sino que aportan solo
algún tupo de apoyo (la conclusión puede tener información de mas, de menos, o
no tener relación con las premisas), por eso son invalidas.

Este concepto tiene que ver con el de estructura, es decir, como se evalúan los
argumentos inductivos. Existen argumentos buenos o fuertes, como también
puede decirse malos o débiles, solo es una cuestión de grados.

Estos argumentos admiten todas las combinaciones posibles de verdad y falsedad


entre premisas y conclusión.

V F F V

V F V F

También, al igual que los argumentos válidos, algunos de estos, tienen forma de
reglas lógicas que llamaremos falacias:

-Falacia de negación del antecedente (FNA): es un argumento inválido, ya que viola


o no respeta la regla lógica Modus Ponens (MP) y su forma es la siguiente:

A→B

-A

-B

-Falacia de afirmación del consecuente (FAC): Es un argumento inválido debido a


que viola la regla lógica Modus Tollens (MT). Su forma es la siguiente:

A→B

Todo argumento inválido siempre admite contraejemplo.

Los argumentos inductivos, los podemos clasificar en:


-Por enumeración incompleta: ellos enumeran casos, individuos, objetos, etc. para
generalizar luego en la conclusión.

Para volverlos más fuertes, son necesarias dos condiciones:

Mayor cantidad de casos enumerados, más probable la conclusión.

Cumplir con la noción de muestra representativa con respecto a la cantidad y


variedad de casos. La variedad hace referencia a que todos los casos enumerados
estén representando a la población total. La cantidad se refiere a que los casos
enumerados deben ser suficientes (alcancen) para tal representación. Cuando
alguno de estos criterios no se respeta, se dice que la muestra es sesgada.

Ejemplo:

Veo un cuervo en Italia y es negro.

Veo un cuervo en España y es negro.

Veo un cuervo en Alemania y es negro.

Veo un cuervo en estados unidos y es negro.

Todos los cuervos del mundo son negros.

-Por analogía: se basa en la comparación de individuos, objetos, hechos, sobre sus


cualidades o propiedades. En la conclusión se supone que uno de esos individuos,
objetos o hechos comparados comparten una cualidad especificada en las
premisas, pero no así del caso en cuestión.

Estos argumentos son más fuertes cuando:

Aumenta la cantidad de casos comparados.

Aumenta el número de cualidades comparadas.

La conclusión es relevante de acuerdo a las premisas (la cualidad que se supone en


la conclusión debe estar mencionada en las premisas, pero no en el caso supuesto).

Ejemplo:

Macarena es linda, inteligente y sexy.

Agustina es linda, inteligente y sexy.

Ana es linda, inteligente y sexy.

Malena es linda e inteligente.


-Silogismo inductivo: estos argumentos poseen como premisa un enunciado
probabilístico o estadístico; otra de sus premisas menciona a un caso o ejemplo
que cumple con la generalización, para concluir luego, que ese ejemplo cumple
con la propiedad también especificada en el enunciado probabilístico.

Estos argumentos se vuelven más fuertes o correctos, cuando el porcentaje o


probabilidad asignada es alto.

La probabilidad es un valor estadístico que oscila entre 0 y 1. Una probabilidad


baja, será por ejemplo 0,3; una media 0,5; y una alta 0,9; por ejemplo:

El 90% de las estudiantes de la UBA consiguen empleo rápidamente.

Jimena es egresada de la UBA.

Jimena conseguirá trabajo rápidamente.

Lección 5: SISTEMAS AXIOMATICOS


Origen de los primeros conocimientos geométricos:
Los primeros conocimientos matemáticos no se originaron en Grecia, hay
documentos de pueblos mesopotámicos (sumerios, babilonios), y de los egipcios,
que reflejan conocimientos en geometría y aritmética. Sin ellos, no habrían podido
construir edificios de arquitectura tan compleja como las pirámides de Egipto, o
demarcado anualmente parcelas tras las crecidas del Nilo.

Estos documentos tenían conocimientos aislados, no articulados entre sí. Están


resueltos problemas de índole práctica, pero sin prueba o método de resolución, se
resumen los resultados. Era una solución para un problema particular. En textos
matemáticos egipcios, por ejemplo, no aparece explicitado el cálculo abstracto
(25+15=40), ni tampoco aparecen figuras geométricas abstractas (círculo,
rectángulo).

La geometría prehelénica constituye una técnica cuyo fin fundamental era la


práctica. Y aunque sus conocimientos no eran un sistema, ni estaban relacionados
u organizaos, fueron importante, porque gracias a ellos se organizaron en su
época.
Geometría griega:
Hacia el siglo VII a.c, empieza a desarrollarse una nueva forma de pensamiento
para tratar de explicar los fenómenos de la naturaleza. Surge en ciudades griegas
de la costa egea del Asia Menor, ciudades influenciadas por los fenicios, egipcios y
cretenses, por vía marítima, y de pueblos de Asia menor por vía terrestre.

La posición geografía fue un factor importante, pero no única en el surgimiento del


genio griego. Hay razones de índole política y social que permiten explicar el
desarrollo intelectual de los griegos, que se basaba en el intento de ofrecer
explicaciones de los fenómenos naturales sin apelar a elementos míticos o
sobrenaturales.

Surgieron pensadores, como tales de Mileto, Anaximandro y Anaxímenes, que


inauguraron una forma de especulación racional sobre la naturaleza que constituye
el origen historio de lo que llamamos ciencia.

Ellos reconocieron la importancia de la teoría como organizadora de la práctica, es


decir, que los conocimientos prácticos, basados en la experiencia, tenían que poder
explicarse a partir de nociones teóricas.

Tales de Mileto fue uno de los primeros matemáticos y astrónomos griegos, y uno
de los primeros en utilizar métodos deductivos en la geometría.

Euclides y la geometría:
La tarea de sistematización de los conocimientos matemáticos alcanza un hito
fundamental con el trabajo de Euclides, un matemático que enseñaba geometría
en Alejandría, y que logro sistematizar, por primera vez, una serie de conocimientos
geométricos cuya finalidad inmediata no era la resolución de problemas concretos,
sino que pudo hacer enunciados articulados, organizados, estructurados, que se
van infiriendo o deduciendo, unos de otros.

Entre las obras que se conservaron, la más destacada es Elementos. Donde se


perfeccionan y demuestran de forma rigurosa todos los conocimientos
geométricos anteriores. Para sistematizarlo, siguió lineamientos aristotélicos para
cumplir una ciencia demostrativa.

Esta ciencia era concebida como un conjunto de afirmaciones sobre un


determinado objeto, y dichas afirmaciones debían ser generales, y necesariamente
verdaderas, articuladas de modo orgánico, mediante la aplicación de un
razonamiento lógico, que permitiera apoyar ciertas afirmaciones en otras que se
tomaban como punto de partida o como principios, y respecto de las cuales no se
exigía demostración, porque eran verdades evidentes.

En elementos, Euclides quiere sistematizar la geometría y toda la matemática


conocida. El texto se desarrolla en trece libres, los cuatro primeros de geometría
plana, en el primero, establece una serie de enunciados, que son suposiciones
aceptadas sin demostración y que constituyen los principios a partir de los cuales
se va a poder demostrar el resto de los enunciados del sistema. Euclides distingue
distintos tipos de principios y los llama postulados, nociones comunes y
definiciones.

Euclides no se preocupa por las limitaciones prácticas.

Euclides no utiliza los puntos de partida, como los típicos lineamientos aristotélicos,
pero pretendía definir todos los términos con los que trabaja, por ejemplo, punto o
recta. Su intención fue dar descripciones someras para evitar errores causados por
la vaguedad de los términos usados. Actualmente, representaciones axiomáticas
son afines a recomendaciones aristotélicas.

A partir de postulados y nociones comunes, Euclides obtiene deductivamente una


serie de enunciados llamados proposiciones, o contemporáneamente, teoremas.
Como los postulados y nociones se consideran verdaderos, las proposiciones,
como se obtienen deductivamente de ellos, son también verdaderos, y
frecuentemente, universales.

Euclides construye demostraciones de las proposiciones o teoremas, similares a las


deducciones, pero no explicita las reglas de inferencia según las cuales procede en
cada paso de la demostración, solo parte de principios y va obteniendo sucesivas
consecuencias.

Un requisito de los axiomas, era que su verdad fuera evidente. Y el quinto


postulado, era mucho menos evidente que los otros cuatro. El propio Euclides tuvo
duda de él, y evito utilizarlo en demostraciones de los teoremas.

Esta falta de evidencia hizo que geómetras posteriores sospecharan que el


postulado era en realidad un teorema (que podía ser demostrado a partir de ellos).
El axioma no era independiente de los otros cuatro.

A lo largo de los siglos, se sucedieron los intentos de demostración.


Una de esas versiones se debe a John Playfair (matemático escocés), es la que se
utiliza generalmente en la actualidad:

Por un punto exterior a una recta, puede trazarse una única paralela a dicha recta.

El trabajo de Saccheri:
En el año 1733 fue publicado un trabajo de Giovanni Saccheri, con un enfoque
metodológico diferente, mediante una demostración indirecta o por absurdo (en
vez de tratar de demostrar dicho postulado a partir de los cuatro primeros, intenta
probarlo por vía indirecta, partiendo de los postulado 1 a 4 y de la negación del
quinto como supuesto provisional), suponía que iba a entornar una contradicción
que lo levaría a rechazar ese supuesto provisional. Y le permitiría concluir la
afirmación del quinto postulado. Eso valdría como una demostración indirecta y
probaría que no era independiente. Si no era independiente, y se introducía su
negación, la contradicción habría de surgir eventualmente.

Saccheri avanzo en la deducción de enunciados que resultaban de negar el


postulado quinto, y las contradicciones esperadas surgieron en el primer caso, pero
no en el segundo. Al suponer los cuatro más la negación del quinto, en el segundo
caso, no llego a ninguna contradicción.

Esto abrió las puertas para el desarrollo futuro de nuevas geometrías, a principios
del siglo XIX.

A fines del siglo XVIII, todos estaban de acuerdo con D’Alambert, quien decía “la
definición de las paralelas es el escándalo de la geometría”.

Geometrías no Euclidianas:
El matemático Gauss fue el primero que vio con claridad la independencia del
quinto postulado, y que podría ser reemplazado por otro y, manteniendo los
demás, se podría desarrollar una nueva geometría a partir de ese nuevo grupo de
postulados.

Gauss reemplazo el quinto por el siguiente:

“Por un punto exterior a una recta, pueden trazarse infinitas paralelas a dicha
recta”.
Gauss trabajo con la versión sin contradicción del segundo caso de Saccheri, y con
los otros cuatro axiomas de Euclides. Así demostró propiedades y teoremas que no
lo llevaban a ninguna contradicción.

En esta nueva geometría, con infinitas paralelas, se demuestran teoremas distintos


a los de la geometría euclídea. (Por ejemplo, con los cinco postulados Euclideanos,
la suma de los ángulos interiores de un triángulo es igual a dos rectos, 180°, y con
Gauss, la suma de los ángulos interiores de un triángulo, es menos a 180°).

En 1826, Nikolai Lobachevski, desarrollo un sistema geométrico que tomaba los


cuatro primeros axiomas de Euclides y un quinto que afirmaba la existencia de
infinitas paralelas.

En esta geometría hiperbólica, hay teoremas comunes con los euclideanos (que se
deducen de los cuatro primeros axiomas) y otros que no (se demuestran usando el
quinto postulado).

La geometría hiperbólica resulta de tomar una de las hipótesis de Sacheri, de


infinitas paralelas. Y faltaba estudiar la existencia de ninguna paralela, y cuando
Saccheri desarrollo esta hipótesis, creyó encontrar una clara contradicción.

En 1854, Berhnhard Riemman presento su tesis, que exploraba las consecuencias


que surgían al negar el quinto postulado suponiendo la no existencia de rectas
paralelas.

Esta es la geometría elíptica y supone algunas otras modificaciones además de la


del quinto postulado. Tampoco se cumple el segundo. Así Riemman evitaba las
contradicciones halladas por Saccheri.

Tipo de geometría N° de paralelas Suma de los ángulos de un △ Recta

Euclides una 180° Infinita

Lobachevski Infinitas menor que 180° Infinita

(Hiperbólica)

Riemman Ninguna Mayor que 180° Cerrada

(Elíptica)
Progresivamente, los sistemas axiomáticos fueron concebidos como estructuras
formales, que partiendo de ciertos enunciados no referían a entidad alguna. Así al
hablar de punto o recta no se hacía referida a algo en particular, a ninguna entidad
específica, sino que eran términos cuyo comportamiento quedaba establecido a
partir de los axiomas.

Por ejemplo:

A.B 2X3

Las geometrías no euclidianas no resultaron ser simples fórmulas de lógica, son


ellas las que permiten interpretar el universo en el que vivimos.

Sistemas axiomáticos desde una perspectiva contemporánea:


Aborda los sistemas axiomáticos con un enfoque formal. Existen grandes
similitudes con los planteos de Euclides y Aristóteles, hay diferencias en algunos
aspectos.

Siguiendo la sistematicidad y organización deductiva de los enunciados, hay dos


tipos o categorías: axiomas y teoremas.

Los axiomas son los enunciados que se aceptan sin demostración y constituyen los
puntos de partida de las demostraciones (postulados por Euclides), ya no se exige
que sean verdades evidentes, solo se los toma como puntos de partida, por el
nuevo enfoque formal. Si los axiomas no se refieren a entidades específicas, si son
solo constructos formales, no cabe predicar verdad o falsedad, ni exigirla.

Los teoremas son enunciados que se demuestran, se obtienen deductivamente, a


partir de otros enunciados mediante reglas de inferencia.

Los sistemas axiomáticos deben incluir explícitamente las reglas de inferencia que
se usan para demostrar teoremas. Las reglas lógicas garantizan que si se parte de
enunciados verdaderos, las conclusiones también lo sean. Es decir, si los axiomas
son verdaderos, los teoremas también lo son.

Los axiomas de una demostración son como las premisas de una deducción, y los
teoremas, una conclusión. Una demostración es una secuencia finita de pasos
donde cada uno se deriva de un enunciado anterior que es un axioma o un
teorema ya demostrado.
Todos estos enunciados están compuestos por términos.

Términos lógicos: con expresiones como todos, son, pasan por, si…entonces, y, o,
etc.

Términos no lógicos: por ejemplo en el caso de la geometría, se refieren a entes


geométricos, como recta, punto, triangulo, circulo, ángulo etc.

En estos, encontramos:

Términos primitivos: se aceptan y emplean sin definición.

Términos definidos: se definen a partir de los primitivos.

Euclides no realiza la distinción, y pretende definir hasta términos primitivos.

A diferencia de las reglas de inferencia, las reglas de formación nos indican como
construir sintácticamente los enunciados que cumplirán o no el rol de axiomas o
teoremas.

La selección de los axiomas:


Los axiomas se toman como puntos de partida, y se los acepta como enunciados
verdaderos sin demostración.

Se los toma como puntos de partida, porque por ejemplo, si solo tomamos el
enunciado A, necesitamos otro enunciado, B. Pero también tenemos que justificar
B, necesitamos C. pero también tenemos que justificar c. Sin un punto de partida,
seguiríamos con ese proceso indefinidamente y caeríamos en la regresión al
infinito.

…C B A

Si C se dedujera de A, se evitaría la regresión al infinito, no se necesitaría otro


enunciado para probarlo, pero caeríamos en un círculo vicioso.

C → B

Es necesario aceptar algunos enunciados sin demostración.


Los enunciados que se tomaran como axiomas en la época de Euclides, debían ser
verdades evidentes. Pero tiene sus dificultades, ya que lo evidente para na persona
podría no serlo para la otra. Es un criterio subjetivo, no confiable.

En los sistemas axiomáticos modernos no se pretende que sean verdades


evidentes, sino puntos de partida que se eligen de manera convencional, y lo que
es un axioma en un sistema podría ser un teorema en un sistema diferente.

Propiedades de los sistemas axiomáticos:


-Independencia: un enunciado es independiente cuando no puede demostrarse a
partir de los demás enunciados del sistema. Para que sea independiente, todos los
axiomas deben serlo. Si uno de los axiomas pudiera deducirse de los otros, pasaría
a ser un teorema.

-Consistencia: Supone que un enunciado y su negación no pueden ser probados


simultáneamente dentro del sistema, es decir, no acepta contradicciones. Por
ejemplo, si dentro del sistema se puede probar el enunciado A, y su negación –A, el
sistema será inconsistente. Este requisito es necesario, ya que existe la pretensión
de que el sistema no incluya falsedades

-Completitud: un sistema axiomático es completo cuando permite demostrar todo


lo que se pretende demostrar a la hora de construir el sistema, es decir, cuando hay
garantía de que ninguna verdad quedará fuera del sistema.

Lección 6: LA REVOLUCION COPERNICANA


Se trata del cambio operado desde una concepción geocéntrica del universo hacia
una heliocéntrica, conocido como revolución copernicana. La publicación en 1543,
Sobre las revoluciones de los orbes celestes, escrita por Nicolás Copérnico,
desempeño un papel crucial en el proceso de transformación, con gran impacto en
astronomía, ciencia en general, y en la física, y creencias arraigadas respecto del
universo y nuestro lugar en el. Copérnico propone un sistema astronómico, con
una tierra en movimiento, sacándola del lugar central donde se la había ocupado.

El cambio operado en la astronomía, esta revolución, no fue únicamente labor de


Copérnico, se requirió de aportes de muchos pensadores, y de su trabajo colectivo.
La obra de Copérnico funciona como disparadora. Lo expuesto en su obra tiene
claros antecedentes, y no resulta del todo claro que Copérnico haya sido un
auténtico revolucionario, porque en muchos aspectos su obra conserva una
marcada continuidad con cierta cosmovisión imperante.

La cosmología aristotélica:
En física y astronomía, Aristóteles fue una figura decisiva, delineo una cosmología,
que se mantuvo en pie por más de dos mil años. Y esta cosmología alcanzo para
comprender el cambio de una Tierra en movimiento.

De acuerdo con Aristóteles, la tierra y todo lo que se encontraba, estaba


compuesta de cuatro elementos: tierra, aire, fuego y agua. De acuerdo con la
proporción de los elementos que los constituían, los cuerpos podían ser pesados y
ligeros (o leves). La tierra era naturalmente pesada, el fuego, naturalmente leve, y el
agua y el aire, intermedios. El movimiento de los cuerpos quedaba determinado
según el tipo.

Aristóteles entendía dos clases de movimientos: natural y forzado. El movimiento


natural de los cuerpos terrestres es rectilíneo, la dirección del movimiento varía de
acuerdo a si es un cuerpo pesado o leve. Los cuerpos pesados se moverían hacia
abajo, los leves (compuestos de fuego o aire), se moverían hacia arriba. Por
ejemplo, una piedra, si se la dejara caer, su movimiento seria rectilíneo y hacia
abajo, mientras que el humo tendría un movimiento natural rectilíneo y hacia
arriba. Los movimientos eran rectilíneos, y ascendentes o descendientes, que
provenía el centro de la tierra inmóvil. Podemos tirar una piedra hacia arriba, y ella
podría tener una curva en su recorrido, pero ese movimiento seria forzado, llegado
un punto, la piedra recuperara su movimiento natural y caerá en línea recta. Los
movimientos forzados son aquellos donde un agente externo actúa sobre el
objeto. En este caso, la mano que lanza la piedra.

El tiempo que los cuerpos empleaban en caer era inversamente proporcional a su


peso. Así, si se dejaban caer en el mismo medo dos objetos, uno con el doble de
peso que otro, el más pesado llegaría al suelo en la mitad de tiempo que el menos
pesado.

El universo no se reducía a la tierra inmóvil, e, estaba constituido por una región


terrestre conformada por la tierra y sus vecindades, denominada región sublunar, y
por una región celeste o supra lunar, donde habitaban el sol, la luna, el resto de los
planetas, y las estrellas. Estas últimas, estaban en una esfera que las contenía y
ponía un límite al universo. Más allá de ellas, no había nada, ni espacio, ni matera,
ni vacío. El universo era único, finito y pleno, es decir, todo estaba ocupado con
materia.

En la región celeste, todos los cuerpos tenían forma esférica, una forma perfecta
según los griegos, y estaban compuestos de un elemento único, el éter. Era una
sustancia cristalina apropiada para la forma perfecta, que era entendida como
incorruptible. En la cosmología aristotélica hay una diferencia enorme que separa la
tierra de los cielos: en la tierra vemos nacimiento, corrupción, muerte,
transformación, cambio, distintos tipos de movimientos; mientras que en la región
supra lunar, no hay generación ni corrupción, sino solo un movimiento
correspondido a las esferas perfectas de los astros: solo están sujetos a un
movimiento natural eterno, circular y uniforme. Así, Aristóteles adopta ideales de
Platón: los movimientos de los cuerpos celestes deberían resultar de la
composición de movimientos circulares y uniformes. Bastaba con ubicar la tierra en
el centro y hacerla girar, y en algún orden, el sol, la luna y demás planetas, junto
con las estrellas, podrían dar cuenta de sus posiciones a lo largo del tiempo. Pero,
resulto ser más complejo, porque las observaciones de los antiguos astrónomos no
se ajustaban a ese esquema.

Los cuerpos celestes y los movimientos observados:


¿Qué veían los griegos al elevar sus ojos al cielo? Un cuelo poblado de estrellas,
que no difiere mucho de aquel que observaban nuestros ancestros.

Hay otro viaje, aún más lejos, ya que aquello que observamos en el cielo depende
de la latitud en que nos ubiquemos. El cielo de sata, no es el cielo de Grecia. Si nos
ubicamos en esta última, e un lugar con buena visibilidad, durante el día veremos
el sol en movimiento, durante la noche, muchas luces, brillando con distinta
intensidad. Y veremos movimiento. Los griegos observaban algunos astros que se
movían más o menos regularmente, alguno de sus movimientos no eran
perceptibles en un mismo día, pero s se repetían las observaciones en días
sucesivos y se registraban, si podía apreciarse el cambio de lugar.

La astronomía anterior a Copérnico tenia de su lado el sentido común, y aun hoy


resulta difícil compatibilizar lo que aprendemos, con lo que vemos en el cielo. Por
ejemplo, todavía decimos el sol salió, o se ha puesto el sol, aunque sabemos que es
u efecto del movimiento terrestre. Por eso se habla de movimientos aparentes.
Las estrellas:
Para un observador terrestre, las estrellas se mueven diariamente de modo regular.
A diferencia de lo que ocurre con los planetas, se mueven manteniendo sus
posiciones relativas. Desde épocas muy tempranas, las civilizaciones reunieron a
estas estrellas en grupos, llamados constelaciones (esto es posible porque las
estrellas se mueven al unísono). De modo que las constelaciones no son más que
agrupamientos de estrellas que desde milenios atrás las distintas civilizaciones
unieron entre si proyectando líneas imaginarias entre unas y otras, como los
juegos infantiles, donde se unen puntos para formar una figura. Las distintas
civilizaciones las reunieron de modo diferente, asignándoles nombres en relación
con imágenes familiares, para quienes las agrupaban. En el caso de los griegos:
Orión, la Osa Mayor, La osa Menor, Sirio, etc.

Así, las estrellas están en perpetuo movimiento peros siempre manteniendo su


posición relativa unas con otras, de modo que las constelaciones parecen
desplazarse manteniendo su forma y a la misma distancia de las demás
constelaciones. Esto las volvía útiles para la orientación. También es posible
determinar sus localizaciones sobre un mapa de los cielos o estelar. Las cartas
celestes servían, para establecerlas posiciones de los cometas y otros cuerpos
celestes, como los planetas. Todas las estrellas se mueven diariamente en dirección
oeste, pero se observan diferencias. Hay una de ellas, la estrella polar, que parece
inmóvil, y da la impresión de que todas las estrellas se mueven alrededor de ella.

Desde la antigüedad se admitió que las estrellas se desplazan de día y de noche,


pero por el resplandor del sol es imposible verlas durante el día.

Cabe la advertencia de que no todas las estrellas pueden ser vistas


simultáneamente, porque no todas se encuentran sobre el horizonte al mismo
tiempo. Cuales sean las estrellas visibles depende de la fecha, la hora y la
latitud.

Los planetas:
La palabra planeta quiere decir errante. Los astrónomos de la antigüedad
observaron que mientras las estrellas mantenían fijas sus posiciones relativas, los
planetas erraban o vagabundeaban entre ellas. Para el siglo V antes de cristo, y por
mucho tiempo después, los planetas eran siete: Luna, Sol, Mercurio, Venus, Marte,
Júpiter y Saturno.

Los planetas no se comportan como las estrellas, además de un movimiento diario


semejante hacia el oeste, exhiben otro movimiento más lento en dirección este. En
cierto sentido el sol se comporta como una estrella más, desplazándose
diariamente desde el este al oeste. Si bien cada día el sol se parece a una estrella,
no se parece a la misma estrella todos los días. Si se registran diariamente sus
movimientos, el sol parece salir por el este y ponerse por el oeste, pero no siempre
se pone en el mismo lugar. Tiene un leve desplazamiento hacia el este, que
comprende una curva eclíptica.

La eclíptica es el camino que vemos recorrer al sol a lo largo de un año. El sol se


desplaza diariamente hacia el este a lo largo de la eclíptica y tarda un año en
recorrerla y volver a aparecer en el mismo lugar del mapa estelar. Por lo tanto, el
sol sale y se pone diariamente como una estrella que se encontrara sobre un
determinado punto de la eclíptica, a la vez que se desplaza por la eclíptica. El
movimiento aparente del sol es una combinación del movimiento diario hacia el
oeste acompañando a las estrellas y en simultaneo un lento movimiento hacia el
este a lo largo de la eclíptica a través de las estrellas.

Además, el sol presenta una nueva particularidad, que ya había sido detectada por
los egipcios y babilonios. Si bien el sol siempre sale en algún punto del oeste y se
pone en algún punto del este, el punto exacto y la duración de las horas de luz del
día varían dependiendo las estaciones.

Por ejemplo, en verano los días duran más, y el sol parece estar “más alto”.

El resto de los planetas, como el Sol, se desplazan diariamente hacia el oeste


acompañando las estrellas, mientras se desplazan lentamente al este a través de
ellas. Cada planeta demora un tiempo diferente en completar el recorrido a lo largo
de la eclíptica.

Un último punto decisivo en la historia de la astronomía, fueron que cinco planetas


no se mueven siempre en dirección este ni con la misma velocidad, sino que tras
avanzar hacia el este parecen detenerse, retroceder lentamente hacia el oeste, para
nuevamente detenerse hasta que finalmente retoman su rumbo. Al movimiento
hacia el este se lo denomina movimiento directo, y al de retroceso con dirección
oeste se llama movimiento retrogrado. Cuando los planetas retrógrada, aumentan
su brillo y el tamaño de su disco.
Entre las opciones de Aristóteles, estaba la teoría de las esferas homocéntricas,
atribuida a Eudoxo, y modificada por Calipo, y Aristoteles. Eudoxo propuso un
modelo matemático que permitía describir el movimiento de los cuerpos celestes a
partir de esferas concéntricas u homocéntricas que giraban cada una sobre un eje
diferente empleando un determinado tiempo en completar una revolución. Cada
planeta se ubicaba así en una esfera interconectada con otras, cuya rotación en
torno a diferentes ejes producía el movimiento observado. El modelo de Eudoxo
contaba con un total de 20 esferas.

Imaginando que el universo es una cebolla, la más externa de todas las capas tiene
estrellas incrustadas en su interior, los planetas están fijos en capas intermedias y la
tierra esta inmóvil en el centro de todas estas esferas concéntricas. Cada planeta
esta fijo en el ecuador de una esfera que gira sobre su eje. Cada una de las esferas
está conectada con la siguiente a través de los extremos de su eje de rotación. Esa
esfera a la que está conectada también gira, pero con un eje diferente y un periodo
diferente. La más externa arrastra así a la más interna, y así sucesivamente.

El movimiento diario de la esfera de las estrellas sobre su eje permite dar cuenta de
las observaciones que mencionábamos a propósito de las estrellas. Si las estrellas
están fijas en la superficie interna de una esfera que completa una revolución
diariamente y la tierra está situada en el centro de la esfera, observaremos moverse
a las estrellas, pero estas conservaran sus posiciones relativas.

En cuanto a los planetas, bastaba con una esfera por cada planeta para explicar el
movimiento diario de cada uno. Si un planeta estaba inserto en una esfera y esta
era arrastrada por el movimiento diario de las estrellas, entonces era de esperar
que se observaran los planetas moviéndose por la noche como una estrella más, y
al sol moviéndose durante el día. Otras esferas resultarían necesarias para dar
cuenta del movimiento de los planetas a lo largo de la eclíptica.

En cuanto a las variaciones a lo largo de las estaciones, era suficiente suponer que
el eje de rotación de la esfera que arrastraba al sol estaba levemente inclinado.

Si el eje de la esfera que contiene al sol está inclinado, un observador terrestre lo


vera recorrer distintas posiciones contra la esfera de las estrellas fijas.

Por su parte, las retrogradaciones de los planetas se explicaban a partir de esta


sucesión de esferas unas encastradas en otras, las cuales al girar con distintos ejes
y empleando distinto tiempo en completar una vuelta, generaban una especia de
bucle en las orbitas. Así se podía explicar que los planetas suspendieran su avance
hacia el este, cambiaran su dirección, para finalmente retomar su movimiento
directo.

Este sistema astronómico permitía explicar de forma muy sencilla muchos de los
fenómenos observaos. Sin embargo, se enfrentaba a varios problemas que no
podía resolver. En primer lugar, dejaba algunas cuestiones sin explicar, como
aquella relativa a la proximidad de ciertos planetas en relación con el sol, y no
determinaba cual era la ordenación precisa de los planetas, pues dos de ellos
empleaban el mismo tiempo en completar una revolución, y como dijimos antes,
ese tiempo era utilizado precisamente para determinar el orden en que se
ubicaban los planetas.

Astronomías pre copernicanas II: El sistema ptolemaico:


Hacia el siglo II a.c, se gestó en Alejandría un sistema alternativo al de las esferas
homocéntricas de Eudoxo y de Aristóteles. Apolonio de Perga e Hiparco parecen
haber sido los precursores de este nuevo sistema, pero fue Claudio Ptolomeo quien
en el siglo II se encargó de compilar estos saberes en su obra titulada
posteriormente Almagesto. En lugar de cuerpos celestes girando sobre círculos
concéntricos, el sistema de Ptolomeo presenta los astros girando también en
círculos, pero ya no necesariamente concéntricos. Sin embargo, en muchos
aspectos el sistema ptolemaico se mantenía dentro de los lineamientos de la
cosmología aristotélica.

Un modelo de estas características mantiene siempre los planetas girando en la


misma dirección, a velocidad constante y con la misma distancia desde la tierra
hasta el planeta. Si bien la combinación de diferentes esferas girando sobre ejes
diferentes lograba dar cuenta de un mayor número de observaciones, subsistían
ciertas dificultades. La respuesta de Ptolomeo consistió en la postulación de
círculos que no comparten el mismo centro.

En lugar de que el planeta, cualquiera este sea, gire directamente alrededor de la


tierra, ubiquémoslo en un círculo menos centrado en un punto q, llamo epiciclo, y
situemos este círculo menos sobre ese círculo más grande centrado en la tierra,
llamado deferente.
El resultado será que el planeta está sujeto a dos movimientos, y esta composición
de movimientos a través del epiciclo y del deferente tiene la increíble virtud de
permitir dar cuenta de las observaciones mencionadas. Por un lado, es posible
explicar las retrogradaciones. Para eso, si mientras el punto q completa una
revolución a la vez que el planeta completa cinco revoluciones alrededor de ese
punto imaginario q, la composición de ambos movimientos da por resultado:

Así, mediante la combinación de ambos movimientos circulares uniformes, surgen


bucles en la trayectoria del planeta, y es posible explicar la aparente velocidad
variable con la que se mueve, así como los cambios de dirección a lo largo de su
trayectoria. A su vez, también permite explicar los cambios en la intensidad del
brillo, ya que, efectivamente se acercó con este modelo los planetas pueden
entenderse como si se alejasen y se acercasen a la tierra.

La retrogradación de los planetas sucede cuando el planeta circula por la parte del
epiciclo que se sitúa dentro del deferente, que coincide precisamente con el
momento de mayor brillo. Si ambos, epiciclo y deferente, giran en la misma
dirección, cuando el planeta circule por la parte del epiciclo que queda dentro del
deferente, le dará la idea al observador de que el planeta retrocede en su recorrido.
En resumen, este sistema permite explicar el movimiento diario de las estrellas y los
planetas, porque conserva la esfera fija de las estrellas en movimiento, y además,
os epiciclos y deferentes están situados en la eclíptica, por lo que el movimiento de
la esfera que contiene a todas las estrellas arrastra el deferente junto con el resto
de las estrellas. Cada planeta necesita un sistema propio de epiciclo-deferente,
excepto la luna y el sol, que solo necesitan deferentes, ya que no retrogradan.

Más allá de los méritos de este sistema, subsistían aun ciertos desfasajes entre sus
indicaciones y las observaciones, y ciertos fenómenos quedaban sin explicar. Por
ejemplo: quedaba pendiente la cuestión de la determinación del orden de los
planetas. También, cuando se compara el movimiento de un planeta, este no tiene
siempre el mismo lugar en la eclíptica, según las previstas por el modelo.

El sistema epiciclo-deferente, hace que deba completarse un número exacto de


revoluciones del epiciclo por cada revolución del deferente para devolver al planeta
su posición original. Por último, si bien el sol no retrograda, su desplazamiento es
un poco más rápido en invierno que en verano, y parece moverse a velocidad
variable a lo largo de la eclíptica.

Para solucionar estos problemas, Ptolomeo y los astrónomos que siguieron sus
pasos introdujeron una serie de recursos adicionales: los epiciclos menores, las
excéntricas y el ecuante.

El ecuante era un mecanismo que permitía “uniformizar” los movimientos.

La astronomía copernicana:
El año 1543 fue el año de publicación de Sobre las revoluciones de los orbes
celestes, escrita por Copérnico, un clérigo polaco. Ahí se proponía un sistema
astronómico que, rompiendo con la tradición anterior, abandonaba la idea de una
tierra en reposo para darle movimiento, y al desplazarla de su lugar de privilegio
que ahora habría de ocupar el sol.

No resulta del todo claro qué factores motivaron a Copérnico para el abandono de
la astronomía ptolemaica y el desarrollo de una nueva. Al parecer, el empleo de
ecuantes le resultaba inaceptable.

Resulta muy importante notar, como el mismo Copérnico parece haber advertido,
que la idea de una tierra en movimiento chocaba fuertemente no solo con las
convicciones cosmológicas aristotélicas aun imperantes, sino también con la física
enseñada por Aristóteles.

La tensión radicaba en que la cosmología de Aristóteles planteaba una escisión o


división tajante entre la esfera terrestre y la celeste, y eso era incompatible con la
idea de la tierra concebida como un planeta más. Además, la física aristotélica era
la física de una tierra inmóvil situada en el centro e un universo finito. Como vimos,
la explicación del movimiento requería un arriba y un abajo, en caso de objetos
terrestres, y un centro alrededor del cual orbitaran los cuerpos celes, y la tierra
proveía ese punto de referencia necesario.

Si la tierra debía completar una revolución en tan solo un día, debería moverse a
gran velocidad, así, al soltar la piedra desde la torre los pocos segundos que esta
tardara en caer serían suficientes para que la tierra avanzara llevándose consigo la
torre y dejando caer la piedra mucho más atrás de aquella, pero sucede que la
piedra cae al pie de la torre. Vemos así como el sentido común coincidía con la
física aristotélica en dar una respuesta negativa al movimiento terrestre. Y la
situación se agravaba si se considera que la tierra, además, se desplazaba
anualmente a través de las estrellas.

A pesar de estas tensiones, la publicación de Sobre las revoluciones… en 1543,


inaugura un profundo cambio en el pensamiento astronómico y cosmológico, ya
que varias razones parecen conjugarse. En primer lugar, como advierte Kuhn
(1957), hacia el siglo XV, no existía un único sistema ptolemaico, sino que
muchísimos sistemas convivían entre sí.

Otro elemento parece haber resultado crucial en la suerte del sistema copernicano.
Sobre las revoluciones… consistía en una serie de cálculos en un lenguaje
matemático sumamente complejo, echo que dificulto la recepción de la obra.

Los sistemas astronómicos podían verse como artificios matemáticos útiles. Si este
era el caso, el movimiento terrestre propuesto por Copérnico podía ser entendido,
de modo análogo, como una ficción útil para llevar adelante cálculos matemáticos,
nuevamente sin comprometerse con la realidad física de tal movimiento.

Asimismo, los historiadores de la ciencia se muestran bastante escépticos respecto


del carácter revolucionario de la obra copernicana y señalan varios aspectos en los
que Copérnico se mantiene dentro de la tradición anterior. En efecto, se aferra a las
convicciones de una esfera celeste que todo lo contiene, de que las orbitas son
circulares y de que el movimiento es uniforme. Al parecer, esto fue precisamente lo
que lo obligo a utilizar varios de los recursos que utilizaban los astrónomos de la
época, como epiciclos menores y excéntricas (aunque se rehusó a usar el ecuante).
Así Kuhn afirma: “considerando globalmente, De Revolutionibus se sitúa casi por
completo en la tradición astronómica y cosmológica de la antigüedad”.

La explicación de los movimientos celestes:


Para dar cuenta de los movimientos observados, Copérnico atribuye a la tierra tres
tipos de movimientos circulares que se dan en simultáneo: uno diario sobre su eje,
otro anual alrededor del sol, y uno cónico de su eje de rotación.

Rotación diaria: la tierra gira diariamente hacia el este sobre su eje, tarda 23 horas
y 56 minutos en completar el giro. Ese movimiento explica los círculos aparentes
que describen diariamente las estrellas, el sol, la luna y los planetas en sentido
contrario, es decir, el observador tendrá la sensación de que los objetos en el cielo
se mueven hacia el oeste.

Movimiento orbital anual: mientras rota sobre su eje la tierra se desplaza


anualmente hacia el este a lo largo de su órbita y completa su revolución en un
año. La eclíptica es la intersección de la esfera celeste con el plano en que se
desplaza la tierra. Este movimiento orbital de la tierra permite dar cuenta del
movimiento aparente del sol a lo largo de la eclíptica. Sucede algo similar que con
el movimiento de rotación de la tierra sobre su eje, también se invierte el orden:
ahora es el observador el que está en movimiento y es el sol el que permanece
quieto, pero eso no conlleva diferencia en las observaciones.

En este movimiento, la tierra se desplaza junto con los demás planetas, cada uno
de los cuales completa una revolución en un determinado tiempo. Cuanto más
alejados se encuentran del sol los planetas, mayores serán los periodos empleados
en completar la revolución alrededor de él. Copérnico pudo calcular la distancia de
los planetas al sol y determinar con precisión el tiempo que insume cada planeta
en completar una revolución, y pudo, así, conferirles finalmente un orden.

Este movimiento de la tierra permite dar cuenta de las diferencias estacionales. Al


girar la tierra alrededor del sol, ira variando el Angulo en que incide el sol.

Finalmente, este movimiento también permite explicar de modo sencillo el


movimiento retrogrado de los planetas. Se ve que las retrogradaciones coinciden
precisamente con aquellos puntos en los que el planeta se encuentra más cerca de
la tierra, lo que permite explicar los cambios en la intensidad de su brillo y en el
tamaño de su disco.

Bastaba en principio con siete círculos para explicar los movimientos planetarios:
uno para el sol, y otros seis para los planetas conocidos. Sin embargo, y a pesar de
ser más económico en este sentido que el sistema de Ptolomeo, el modelo
copernicano no permitía predecir los movimientos planetarios de forma exacta.

La consolidación del heliocentrismo:


Las dificultades técnicas estaba asociadas al compromiso de Copérnico con la
creencia de que las orbitas planetarias eran circulares. Como suele sugerirse,
Copérnico fue víctima de la maldición del círculo, aquella figura que desde los
griegos ostentaba perfección y a cuya perfección debía corresponder el
comportamiento de los cielos. Seria Kepler quien liberaría a los astrónomos de
estas cadenas: en 1609 publico su libro astronomía nova, donde establecía que las
órbitas planetarias son elípticas y que el sol se ubicaba en uno de sus focos.

El mismo año de la publicación de la obra de Kepler, Galileo Galilei utiliza un


telescopio para realizar observaciones astronómicas sistemáticas. Los resultados
fueron sorprendentes y fueron plasmados en su obra El mensajero sideral.

De esta forma, el sistema copernicano podía dejar de ser un mero modelo


matemático destinado a calcular las posiciones planetarias y podía reclamar para sí
relevancia física y cosmológica. En la concreción de este proceso, la contribución
de Galileo habría de ser decisiva. Su aporte no se reduce a las observaciones
astronómicas que realizo, el sería también el encargado de poner en cuestión
algunas leyes aristotélicas, como aquella que indicaba que el tiempo que demora
en caer un cuerpo es inversamente proporcional a su peso. Pero por sobre todo,
fue galileo quien logro sentar las bases de una nueva física acorde con una tierra
ahora en movimiento, labor que sería completada en manos de Isaac Newton.

La descentralización de la tierra implica un cambio sustancial en la forma de


concebir el lugar del ser humano en el universo. El ser humano es desplazado del
centro y la tierra deja de ser un objeto especial rodeado de astros: ella pasa a ser
un astro más. Y si la tierra es un planeta más, entonces los otros planetas también
podrían ser portadores de vida.
Lección 7: REVOLUCION DARWINIANA
A menudo, para explicar el comportamiento de cierto artefacto apelamos al
propósito u objetivo con el que este fue diseñado. Considérese, el caso de un
sensor de movimiento cuya función es detectar actividad y accionar una alarma.
¿Por qué esos aparatos tienen esta conducta? Una explicación posible es: porque
esa es la finalidad o el propósito con los que fueron diseñados por su creador.
Estas explicaciones, que dan cuenta de eventos, estados o procesos actuales en
virtud de un propósito, finalidad o meta futura, son denominadas explicaciones
teleológicas. Desde la Grecia antigua, el mundo natural fue concebido como el
ámbito privilegiado de las explicaciones teleológicas. La respuesta solía formularse
en términos de propósitos, fines, objetivos o funciones.

Aristóteles consideraba que las explicaciones teleológicas se aplicaban tanto al


ámbito de las entidades artificiales como al dominio de los procesos naturales,
aunque existe una diferencia entre amos casos. La meta de las entidades o
creaciones artificiales es extrínseca, y se identifica con el propósito de su creador o
diseñador.

Para Aristóteles el universo no fue creado sino que es eterno, de modo que la
finalidad que explica los procesos naturales no puede más que ser una finalidad
intrínseca a las propias entidades. Pero esta finalidad no está dada por un creador
o diseñador externo, sino que es parte de la esencia misma de esas cosas. Esta idea
se vio desplazada en la cosmovisión cristiana del mundo natural.

Esta postura, defendida aun hoy en día en numerosas comunidades cristianas


alrededor del mundo y constituye la principal oposición religiosa a la teoría de la
selección natural propuesta por Darwin, se denomina creacionismo.

Así, antes de la aparición del origen de las especies, de Darwin, en el siglo XIX, las
explicaciones biologías eran predominantemente teleológicas.

Las explicaciones teleológicas así entendidas, sin embargo, representaban un


problema desde una perspectiva científica. En aquel momento, el modelo
paradigmático de teoría científica era el modelo de la física desarrollado por
Newton. En física, la explicación de un hecho identifica sus causas antecedentes y
las conecta con sus efectos de una manera regular.
Por último, las explicaciones teleológicas del mundo natural, en la cosmovisión
cristiana, apelaban en última instancia a un plan divino.

Lyell se opuso a las teorías geológicas catastrofistas, que sostenían que el estado
geológico actual de la tierra se debía a una sucesión de catástrofes naturales
ocurridas en un periodo muy corto de tiempo. El líder teóricos de la posición
catastrofista que el naturalista francés George Cuvier, quien propuso la teoría como
una manera de explicar los grandes saltos que se observaban en el aun
rudimentario registro fósil disponible, y que apuntaban hacia la existencia de
fenómenos de extinción abrupta de una gran cantidad de especies.

Otra teoría que influyo significativamente en la obra de Darwin fue la de Thomas


Malthus, que en sus trabajos en torno al crecimiento demográfico, observo que
mientras la población tiene a crecer exponencialmente, la producción de alimentos
crece solo linealmente. Esto es, la población crece más rápido que la capacidad de
producción de alimentos. En virtud de este desfasaje, estipulo que en algún
momento se produciría inevitablemente una lucha por la supervivencia relacionada
con la escasez de recursos. Así, Darwin propuso que estas condiciones (interacción
entre el medio ambiente, con recursos limitados, y el crecimiento exponencial de
las poblaciones) siempre producen una lucha por la supervivencia.

Finalmente, la noción misma de evolución era familiar antes de la aparición de la


teoría darwiniana. La idea de evolución había surgido en oposición al fijismo
sostenido por los creacionistas, contra la idea de un conjunto de especies dadas de
una vez y para siempre, el evolucionismo admite la posibilidad de cambio y de que
unas especies den lugar a otras por medio de un proceso de evolución. Uno de los
defensores más notables de las ideas evolucionistas fue el naturalista Jean Lamarck.

La teoría de la selección natural:


Esquemáticamente, las poblaciones de organismos aumentan exponencialmente.
Sin embargo, la capacidad de cierto medio ambiente para sustentar una población
creciente es eventualmente insuficiente. Por lo tanto, para un medio ambiente
dado, siempre existirá lucha por la supervivencia y la reproducción entre
poblaciones de organismos en competencia. Por otra parte, la descendencia se
parece a sus progenitores, en términos más precisos, existe reproducción con
herencia de rasgos en la siguiente generación. A pesar de esto, también es cierto
que en cada generación, entre los rasgos heredados existe cierta variación (es
decir, la descendencia se parece, pero no es exactamente igual a sus progenitores).
La variación de rasgos produce una diferencia en términos de eficacia en cuanto a
la adaptación del organismo a las condiciones del medio ambiente. En la lucha ´por
la supervivencia y la reproducción, las variantes más eficaces tendrán más
probabilidad de sobrevivir y/o reproducirse, dejando descendencia que heredara
los rasgos eficaces. Así, los organismos evolucionan gradualmente.

Aparecen varios conceptos. El primero es el de variación. En sus investigaciones


Darwin pudo observar que en sucesivas generaciones los organismos presentan a
menudo rasgos novedosos, rasgos que no estaban presentes en sus progenitores.
Esta variación en la aparición de rasgos es, para Darwin, inagotable y aleatoria. Es
decir, que la variación sea aleatoria no significa que no exista un mecanismo que
explique la aparición de tal o cual rasgo novedoso, sino que la variación de rasgos
no se rige por la finalidad de cubrir tal o cual necesidad adaptativa del organismo
impuesta por el medio ambiente.

El segundo de los conceptos fundamentales que es necesario entender para


comprender la teoría de la selección natural es el de herencia. Así como Darwin
mantiene que a menudo aparecen en la descendencia rasgos novedosos, sostiene
asimismo que la mayoría de los rasgos presentantes en los progenitores se
heredan en su descendencia.

El tercer concepto importante es el de eficacia. La teoría de la selección natural de


Darwin mantiene que la eficacia de cierto rasgo en relación con cierto medio
ambiente consiste en la manera en que ese rasgo influye en la probabilidad del
organismo de llegar a la vida adulta (viabilidad) y/o de reproducirse y dejar
descendencia (fertilidad). Cabe destacar además que la eficacia es una noción
comparativa.

A través de estos conceptos, la teoría de la selección natural explica el origen, la


diversidad y la adaptación de las diferentes especies de organismos en virtud de la
aparición aleatoria de variaciones heredables con diferencias en eficacia en relación
con el medio ambiente en el que habitan.

Por ejemplo: ¿Por qué las jirafas poseen cuellos largos? Una explicación teleológica
simple diría: para poder alcanzar las hojas más altas de los árboles. La explicación
de la selección natural, explicaría que como las jirafas adquirieron ese rasgo que les
permite comer de las ramas altas de los árboles, eso permite explicar por qué
tienen ese rasgo adaptativo. En virtud de un proceso de variación aleatoria de
rasos, en algún momento ciertas jirafas nacieron con el cuello un poco más largo
que sus progenitores. Estas jirafas poseían una diferencia en eficacia respecto de
las jirafas con cuello más corto. En particular, podían alcanzar las hojas más altas de
los árboles, teniendo así acceso a una fuente de alimento adicional en un medo
ambiente donde la escasez de recursos presionaba a los individuos de la especie
en una lucha por la supervivencia. La consecuencia es que las jirafas con cuello más
largo poseían mayor probabilidad de alcanzar la vida adulta y, en consecuencia, de
reproducirse y dejar descendencia. Dado el carácter heredable de este rasgo, la
descendencia también tenía predominantemente cuello largo y, por ende, también
poseía una ventaja en eficacia, en la competencia por el alimento, respecto de las
jirafas con cuello corto. Así, las de cuello largo tenían mayor probabilidad de llegar
a la vida adulta, reproducirse y dejar descendencia. Así, gradualmente las jirafas
con cuello corto dejaron de existir y el rasgo cuello largo se tornó predominante.

Evidencias:
Las consecuencias que estas ideas tuvieron:

-Selección artificial: parte de la evidencia recolectada por Darwin en favor de la


evolución provino de su estudio de la selección artificial. Estas prácticas aportan
evidencia a la idea de que los rasgos de los organismos son heredables. Además,
Darwin observo que muchas veces los criadores obtienen resultados inesperados,
esto es, lo animales ostentan rasgos que no estaban en sus progenitores. Esto
proporciona evidencia para la idea de variación de rasgos.

En la actualidad, sin embargo, a través de la selección arterial, los biólogos han


observado directamente, e incluso pueden causar a voluntad, acontecimientos de
especiación.

-Selección natural: también contamos con innumerables casos de observación


directa de los mecanismos de selección natural. La población de polillas en el sur
de Inglaterra solía ser, antes del siglo XIX, mayoritariamente blancas. A fines del
siglo, el gran desarrollo industrial que tuvo lugar en la zona hizo que la polución
producida por las fabricas volviera los troncos de los arboles más oscuros. En el
nuevo amiente, las polillas blancas eran presa fácil. Sin embargo, debido a cierta
variación aleatoria de rasgos, algunas polillas poseían alas negras, y de ese modo,
ostentaban una ventaja en eficacia: el color de sus alas les permitía camuflarse en
los troncos ennegrecidos por el hollín y así escapar exitosamente de los
depredadores. Luego de muchas generaciones, población de polillas de los
bosques del sur de Inglaterra pasó de tener alas blancas a tener alas negras.

-Paleontología: La teoría de la selección natural también recibe apoyo del registro


fósil. Este tipo de evidencia indica la existencia de especies intermedias entre
ambos grupos, sugiriendo que las aves descienden de los reptiles, esto es, que
evolucionaron gradualmente a partir de ellos.

-Biogeografía: la biogeografía estudia la distribución de organismos alrededor del


planeta. Encuentra evidencia en que el ambiente no provoca la variación de rasgos,
ya que ambientes muy diferentes albergan especies muy parecidas, como el
leopardo en áfrica, y el jaguar en américa, o por el contrario, ambientes muy
parecidos albergan especies totalmente diferentes.

-Homología: otra de las fuentes de evidencia en favor de la evolución proviene de


lo que se ha denominado “homología entre diferentes especies”. La homología
estructural proporciona evidencia de la existencia de un ancestro común a partir
del cual, a través de la acumulación de rasgos diferentes, se fueron ramificando
diferentes especies.

-Embriología: Darwin observo que numerosas especies, muy diferentes cuando


adultos presentan características muy parecidas cuando se encuentran en estado
embrionario.

Selección natural y genética:


Para obtener una teoría que combine la selección natural con una explicación
apropiada de los mecanismos de variación y herencia fue necesario esperar hasta la
integración entre la teoría de la evolución y la teoría genética en la teoría sintética
de la evolución.

Los inicios de la genética se remontan al trabajo del monje austriaco Gregor


Mendel. La gran contribución de Mendel fue demostrar que las características
heredadas son llevadas en unidades discretas que se reparten por separado, se
redistribuyen en cada generación. Estas unidades discretas son las que hoy
conocemos como genes. De acuerdo con la genética contemporánea, los genes se
encuentran en los cromosomas y estos, a su vez, constituyen las moléculas de ADN
(ácido desoxirribonucleico) presentes en el núcleo de las células. La constitución
genética de un organismo se denomina genotipo. Las características externas
observables en un órgano, en cambio, se conocen como fenotipo.

La herencia: Las moléculas de ADN presente en el núcleo de cada célula contienen


la información genética completa del individuo. Ahora bien, estas moléculas tienen
la capacidad de replicarse, es decir, de hacer copias fieles de sí mismas y
traspasarlas a otras células. Cada individuo replica su propia información genética y
pasa parte de ella a unas células denominadas gametos (óvulos y espermatozoides)
que contienen un solo juego de cromosomas (haploides). Al reproducirse, los
gametos de dos organismos se unen para constituir nuevamente una célula
diploide, cuyo material genético estará compuesto en partes iguales por la
información genética de cada uno de los progenitores.

Una de las características de las moléculas de ADN es su capacidad para hacer


copias fieles de sí mismas y pasarlas a su descendencia. Sin embargo, a menudo la
copia no es perfecta, sino que difiere levemente del original (mutaciones). Estas
variaciones, que pueden ocurrir durante el proceso de replicación del ADN, pueden
originarse por diferentes motivos (puede ser por una simple falla en el proceso de
copiado o debido a cualquier actores externos como la radiación o la exposición a
ciertos químicos, entre otros). En cualquier caso, las variaciones producen cambios
genéticos visibles en la conformación del ADN, que luego son heredados por la
descendencia, produciendo así en muchos casos la aparición de rasgos novedosos
que pueden ser ventajosos o desventajosos en la competencia (con otras especies
e individuos de la misma especie) por la supervivencia en el medio ambiente que
habita el organismo. .

Consecuencias:
La teoría de Darwin fue disruptiva respecto la cosmovisión preponderante en el
momento en que vio la luz, promediando el siglo XIX. Para empezar, la tesis
darwinianas son incompatibles con la doctrina cristiana del creacionismo, de
acuerdo con la cual dios creo todas las especies a la vez, tal y como son en la
actualidad, y en locaciones geográficas específicas. La propuesta evolucionista de
Darwin atenta contra esta concepción dé dos formas. En primer lugar, es
incompatible con la idea de que las especies fueron creadas tal y como son
actualmente (fijismo), pues mantiene que estas evolucionaron gradualmente a
través de millones de años. Es decir, Darwin rechaza la idea, sostenida por Lamarck
y otros, de un diseño o plan divino como guía para la evolución. Contra la
cosmovisión cristiana, de acuerdo con la teoría de la evolución el mundo de la vida
alcanza a ciegas, sin un sentido predeterminado. En lugar de un plan divino, lo que
ocurre es la aparición aleatoria de rasgos que de manera azarosa resultan
ventajosos, neutros o desventajosos en relación con un medio y con otros
organismos de la misma y otras especies. Así, la selección produjo paulatinamente
la fijación de los rasgos más eficaces en términos de supervivencia y reproducción,
pero sin que exista un plan o un principio que guie el proceso.

Si bien es cierto que la palabra ‘evolución’, tal como es vulgarmente utilizada,


sugiere a menudo la idea de un cambio hacia lo mejor, de lo más simple a lo más
complejo, de lo menos completo o acabado a lo más desarrollado, la idea
darwiniana de evolución no implica nada de esto. Al renunciar a las explicaciones
teleológicas, Darwin abandona la idea de que exista un fin último que regula los
procesos naturales, sea este impuesto por dios o parte de una ley inmanente que
orienta la historia hacia el progreso en general.

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