Unidad I Griego I

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UNIDAD I GRIEGO I

 Vasiliadis “Origen de la lengua helenica”

La lengua helénica pertenece a la gran familia de las lenguas indoeuropeas. Las lenguas
indoeuropeas son hijas, nietas o bisnietas de la lengua madre indoeuropea, del indoeuropeo
común, que conforme a estimaciones lingüísticas, debe haber sido hablado antes del segundo
milenio a.C. La región en la que se hablaba se podría delimitar entre el mar Báltico y el mar
Caspio. La diferenciación dialectológica de la lengua indoeuropea, debida a emigraciones,
inmigraciones, invasiones y todo tipo de expansión del o de los pueblos que la hablaban,
ocasionó con el tiempo el nacimiento de las lenguas indoeuropeas, (la mayoría subsisten hoy
en día).

No existen documentos escritos de la lengua indoeuropea madre pero se puede llegar hasta
ella siguiendo los resultados de la lingüística comparada. Es incuestionable para la ciencia
lingüística el hecho de que el indoeuropeo, siendo una lengua hipotética, existió, porque se la
ha restituido hasta el punto de permitir a los lingüistas redactar textos en indoeuropeo.

Basándonos sobre elementos lingüísticos que fueron comunes a muchas lenguas hermanas
antes de la separación, hemos aprendido que los indoeuropeos conocían el sistema decimal, el
cultivo de la tierra, sabían trabajar el telar y construir viviendas; habían domesticado y criado
diversos animales, podían distinguir los grados de parentesco, etc.

Principios y prehistoria de la lengua helénica.

Podríamos ubicar su separación del indoeuropeo, aproximadamente antes del comienzo del
segundo milenio a.C., cuando se inicia la migración hacia Grecia, que se encontraba al sur, de
los que más tarde se llamaron “helenos”. En aquel entonces, existía un pueblo mediterráneo,
prehelénico, de lenguaje probablemente no indoeuropeo y de civilización avanzada, con sede
en la isla de Creta. De la mezcla que tuvo lugar entre el elemento autóctono y los inmigrantes
indoeuropeos nació el helenismo. La influencia del elemento autóctono sobre la lengua se
verifica básicamente en el vocabulario, donde se naturaliza una multitud de palabras
prehelénicas ajenas, como: Corinto, Parnaso.

Se puede extraer considerable información “trabajando en un campo anterior al de los


dialectos clásicos, y, en especial, de los que se han encontrado en inscripciones anteriores al
siglo IV a.C.; de los documentos micénicos escritos en escritura linear B, los cuales pueden ser
ahora interpretados como griego; y compara el griego con las lenguas congéneres cuyas
huellas nos conducen a un origen común, hipotético, conocido como indoeuropeo”. Con el
estudio de dichas fuentes, podemos lograr una formulación a grosso modo de las
características básicas de la lengua prehistórica común.

Sin embargo, el comienzo del período histórico de la lengua helénica debe ubicarse en el siglo
VIII a.C., al reconocerse como histórica la lengua de las epopeyas de Homero.

División de la historia de la lengua helénica.

La evolución de la lengua es un flujo continuo, sin detenciones repentinas, se divide en


periodos por razones metodológicas no por significar cambios bruscos de un día a otro en la
realidad. Esa división designa simplemente que en cada uno de esos períodos se produjeron
cambios considerables.
a) Período prehistórico. Desde la separación de la lengua helénica del indoeuropeo hasta el
siglo VIII a.C.;

b) Período antiguo. Se extiende hasta Aristóteles (384-322 a.C.);

c) Período helenístico. Incluye la evolución de la lengua helénica durante las épocas alejandrina
y romana (323 a.C. – 330 d.C.);

d) Período medieval. Hasta la caída de Constantinopla en manos de los turcos, en 1453;

e) Período moderno. Desde la conquista de Constantinopla (1453) hasta nuestros días.

Dialectos antiguos

Las inscripciones más antiguas que poseemos en lengua están divididas en dialectos. Entre los
individuos que hablaban los distintos dialectos griegos existía siempre posibilidad de
comunicación y entendimiento, esa característica se ha conservado en el idioma griego hasta
hoy: comunicación completa entre todos los helenos, independientemente de su comarca de
origen

Los factores que contribuyeron al desarrollo de esa variedad de dialectos son muchos. Al
principio fueron tanto la forma como el tiempo que duró el descenso de las varias tribus
indoeuropeas hasta la Hélade, los grupos étnicos que después formaron el pueblo helénico. El
descenso no se realizó de una sola vez, sino que esporádica y periódicamente y con una
duración de más de un milenio. Los que bajaban sucesivamente hacia el sur se establecían,
después de haber luchado duramente, se mezclaban con los ya radicados, y, con ellos,
constituían unidades lingüísticas, las cuales al desarrollarse se transformaban en dialectos.
Estos diferían de la lengua de los que descendían más tarde, a veces después de siglos. Los más
recientes desplazaban a los que se les habían adelantado pero mezclándose con ellos, de
modo que se iban constituyendo nuevos grupos dialectales. Podemos catalogar esa variedad
de dialectos griegos antiguos en tres grandes grupos:

A) El oriental o jónico, que comprende:

1) el jónico, hablado principalmente en Jonia de Asia Menor, en las islas cercanas y en las
colonias de esos países, ubicadas en Helesponto, Propóntide y Ponto Euxino;

2) el dialecto de las islas Cícladas (excepto Tera, Melos y Anafe) y de Taso, colonia de Paros;

3) el dialecto de Eubea y sus colonias en Calcídica, Italia, Sicilia;

4) el dialecto de Oropo y Grea, ciudad marina entre Oropo y Tanagra

5) el dialecto ático.

B) El acayo, que abarca:

1) el acayo nórdico, más bien conocido como “eólico”, que se hablaba en Eolia de Asia Menor y
en las islas de Lesbos y Ténedos, en Tesalónica y Beocia;

2) el acayo sureño, o acayo principal, que se usaba en Arcadia, Trifilia y Pisatis en Peloponeso,
colonia de los arcadios.

C) El noreste o dórico, que comprende


1) el dórico por excelencia, que se divide a su vez en: a) el dialecto lacónico, junto al de las
colonias de Melos, Taras y Heraclea; b) el mesenio; c) el argivo (de Argólida) y el de la isla
Egina; d) el corintio, junto al de las colonias de Corinto, Corfú, Léucade, Ambracia, Anactorion,
Apolonia, Epidamno, Siracusa; e) el dialecto de Mégara y sus colonias Potidea, Bizancio,
Calcedonia, Selinunte, etc.; f) el dialecto de Creta; g) el tereo, con su colonia Cirene; h) el
dialecto de Rodas y sus colonias Gela y Aciagas (Agrigento); i) el de Cálimnos, Cos, Astipalea,
Telo y la Cnido asiática; j) el gran número de dialectos de las colonias del Peloponeso y Sicilia;

2) el dialecto principal del noroeste difundido en Epiro, Etolia, Acarnania, Lócrida, Fócida,
como también en Acaya de Peloponeso y Élide;

3) en los dialectos mezclados como: a) el macedónico, semejante al del noroeste y al eólico; y


b) el dialecto de Panfilia de Asia Menor, que fue una mezcla de elementos dóricos y del de
Acaya.

El ático común

El ático común es el que se hablaba en Ática, dicho dialecto nos fue entregada la mayor parte
de la literatura clásica helénica. Al principio la influencia política, y más tarde el influjo literario
de Atenas, contribuyeron a la conversión de la lengua ática en la lengua común de los aliados y
de los demás griegos, como también de la corte macedónica, alrededor de los siglos V y IV a.C.
El ático es el dialecto más estudiado y sigue siendo siempre el dialecto que principalmente se
conoce por el estudioso griego y extranjero.

La koiné alejandrina

Con Alejandro Magno (356-323 a.C.) el helenismo sale de sus límites geográficos y se expande
hasta la India. Mezclas profundas y reagrupaciones entre los helenos como también entre ellos
y los pueblos conquistados conducen al nacimiento de un instrumento lingüístico común.

Así nace la koiné alejandrina, conocida simplemente como koiné, lo que aseguró la
comunicación lingüística entre los griegos de diferente origen y entre gente de idiomas ajenos
que aprendían la lengua del conquistador Alejandro Magno y de sus sucesores. Las antiguas
ciudades empiezan a perder su autonomía y a decaer. Nacen nuevos centros de civilización,
como Pérgamo, Antioquía, Alejandría, cuyos horizontes civilizadores y culturales se extienden
por sobre todos los Estados y contribuyen a que finalmente el idioma griego llegue a estatuirse
como su idioma oficial, internacional, a ser la lengua común (κοινή) hablada por toda la gente
culta.

La lengua común de koiné originó la decadencia y desaparición de los dialectos antiguos. Más
resistente resulta el dialecto dórico, del cual se conserva un epígrafe en el siglo II d.C. El
documento más importante que queda de la lengua común es el Nuevo Testamento.

El aticismo

Durante el período de la evolución de la lengua alejandrina común, surge el aticismo, al


iniciarse el siglo I d.C. El aticismo marca una tendencia de retroceso hacia el antiguo idioma
ático, de donde deriva su nombre. El aticismo quiere desconocer la realidad del proceso
lingüístico y se empeña con afán por frenar la evolución de la lengua. Con una serie de
prohibiciones y de reglas gramaticales que no corresponden al idioma de aquel entonces, y a
menudo con serviles imitaciones de las normas literarias antiguas, el aticismo contribuye en
considerable medida al nacimiento de un bilingüismo artificial. Como es de suponer, el
aticismo no logró impedir la evolución natural de la lengua, pero se impuso bastante en el
lenguaje escrito. Consecuentemente, él fue la causa creadora de una mentalidad que el mundo
helénico tuvo que pagar caro en el futuro. Esa mentalidad consistió en un despreciar la lengua
materna hablada, por considerarla vulgar e inferior a una lengua ideal antigua que sólo se da
en la mente de los aticistas.

El griego bizantino y el griego moderno

Después de la división del Imperio romano en 395 d.C., Bizancio, con Constantinopla como
capital, bajo el nombre de “Nueva Roma” sigue usando el latín en cuanto idioma oficial,
conforme a la tradición romana. Pero, poco a poco, la lengua helénica se impone por su fuerza
colaborando decididamente en la helenización del Imperio bizantino, hasta que finalmente
Justiniano (527-565), quien aún considera el latín como su lengua materna, se siente obligado
a redactar las leyes estatales en griego, dándole así al griego carácter oficial, aproximadamente
dos siglos después de la fundación del Imperio.En pocos siglos más se completa la helenización
del Estado Oriental.

Sin embargo, la nueva lengua oficial común no fue la popular, sino la aticizante. Mientras
tanto, la lengua viva seguía su tradición oral, como se puede comprobar por los pocos textos
escritos en ella que se salvaron: cantos populares, etc. Después de la conquista de
Constantinopla por los otomanos en 1453, la lengua helénica ya no es el idioma oficial, pero
Constantinopla no deja de ser la piedra angular del edificio de la lengua helénica.

Durante los cuatro siglos de esclavitud y hasta que la Hélade, en 1830, readquiera su
independencia, el idioma helénico nunca cesó de hablarse por los griegos subyugados,
dándoles la seguridad de su unidad nacional.

El problema lingüístico se resume en una antítesis entre, por una parte, la lengua pura,
katharévusa, que es una lengua erudita, “hecha”, una lengua que brota desde la misma raíz
teórica del aticismo y que nunca se habló por el pueblo helénico, y, por otra parte, la lengua
demotiké, que es la lengua viva hablada y continuadora de la inacabable tradición oral. Esta
querella entre katharévusa y demotiké refleja no sólo las oposiciones lingüísticas, sino también
sociales y políticas.

 Brandenstein, Los orígenes de la lengua griega.

El griego es un miembro de una gran familia lingüística cuyas ramas se hallan extendidas por la
India, Asia Menor y casi toda Europa. A las lenguas que integran esta familia se las
indoeuropeas.

Los distintos grupos lingüísticos que la conforman son: el indoiranio, que incluye al indio, las
lenguas cafir en el noroeste de la india, y el iranio; el hetita, en Asia Menor, extinguido; el
armenio; el frigio, Asia Menor, extinguido; el tracio, emparentado con el anterior, también
extinguido; el macedonio, lengua mixta, extinguida; el griego; al menos una lengua pregriega;
el albanés; el ilírico, en los Balcanes e Italia, extinguido, junto con el véneto, también
extinguido; el itálico, que incluya al latino falisco y osco-umbro; el celta con sus ramas
continental, como el galo, extinguido, e insular, que se subdivide en gaélico (irlandés) y
británico (cámbrico y bretón); el germánico, que se divide en occidental (alemán),
septentrional (islandés) y el oriental, (gótico, extinguido); el balto-eslavo, que rápidamente se
escindió en báltico ( lituano, letón, prusiano antiguo, éste extinguido hace 200 años) y eslavo
(meridional, como el búlgaro).
Las lenguas indoeuropeas poseen multitud de semejanzas regulares en su gramática, en la
formación de palabras y en la sintaxis, por lo que se supone una lengua básica de la cual deben
de haber salido. Esa lengua madre es denominada indoeuropeo primitivo. No siempre es
posible la reconstrucción, en parte debido a que los estadios más antiguos de las lenguas han
sido transmitidos deficientemente y además, porque ya en la lengua básica, debe de haber
habido diferencias dialectales que no se conservaron.

Se suele dividir a las lenguas indoeuropeas en lenguas centum y satem, según conserven la
pronunciación de los sonidos de k con el valor palatal, como el latín centum (se pronuncia
kentum) o se cambie el sonido por uno fricativo, como la s, como en el avéstico, satem, “cien”.
Además las lenguas centum han conservado las labiovelares primitivas o al menos han salvado
la marca labial; en cambio las lenguas satem han perdido la marca labial.

El griego, debido a la conservación de la marca labial y el palatal de k, pertenece a las lenguas


centum. El micénico conserva todavía las labiovelares. No se sabe con certeza dónde y cómo se
separó el griego de la lengua primitiva indoeuropea, pero es seguro que los griegos vinieron de
un país situado más al norte, en el interior del continente, ya que las palabras que designan al
mar o lo relacionado con él son casi en su totalidad pregriegas (θάλασσα: mar; κυβερνᾶν:
gobernar, pilotar). Esas tribus griegas llegaron en oleadas, con intervalos de siglos; los últimos
en llegar fueron los dorios.

La división del griego en sus dialectos

De acuerdo a cómo se produjeron las inmigraciones griegas, suele contraponerse el dialecto


dórico, llegado en último lugar, a los dialectos predóricos. Estos se dividen en tres grupos: el
jónico-ático; el griego central, hablado por las tribus que acamparon ante Troya; y el micénico,
que utiliza una escritura propia. Los límites dialectales no pueden trazarse con exactitud; las
fronteras políticas fueron fuertes condicionantes de los dialectos. El comercio y el tráfico
traspasan las fronteras dialectales, lo que produce cierto intercambio lingüístico, sobre todo en
el vocabulario.

La inmigración, a su vez, puede producir una verdadera mezcla dialectal. Las estirpes griegas
que limitaban con pueblos no griegos estuvieron expuestas al influjo de lenguas extranjeras.

La koiné

La koiné es la base de los actuales dialectos del griego moderno. El elemento predominante es
el ático; eso se debe principalmente al hecho de que Filipo de Macedonia adoptó el ático, por
su importancia literaria, como lengua de la corte. Los avances de Alejandro y del helenismo
difundieron esa lengua oficial por un amplio territorio.

 Pieraccioni, Grammatica greca

La civilización más antigua en el continente está representada por la civilización creto-


micénica: desde su surgimiento hasta su decadencia abarca un vasto período de tiempo que
va, aproximadamente, del 2700 al 1200 a. C. Según el grado actual de los conocimientos
históricos, no sabemos claramente quiénes fueron en realidad los representantes de esta
civilización: no puede decirse con certeza si pertenecían a una familia semítica o bien a la gran
familia de los pueblos “indoeuropeos” que proporcionó a toda la región aquella lengua que, a
través de las distintas modificaciones sufridas en el curso del tiempo, todavía hoy se habla.
Estos pueblos indoeuropeos de las regiones habitadas en común se dirigieron sucesivamente
en el tercer milenio a.C. a través de numerosas corrientes migratorias, a casi toda Europa y
buena parte de Asia, dando origen a aquellas lenguas indoeuropeas de las que descienden las
lenguas habladas modernas: el germánico, el céltico, el itálico, el griego por un lado; por otro,
el báltico, el eslavo, el albanés, el armenio, el indo-iranio.

Hoy tenemos acceso a una segura documentación de un dialecto paleogriego o “micénico” por
lo menos seis siglos más antiguo con respecto a la lengua griega conocida por los poemas
homéricos y las primeras inscripciones.

En la Grecia antigua, cada ciudad empleaba su propio dialecto como lengua oficial y, a medida
que se fueron desarrollando los distintos géneros literarios, el dialecto en que fue escrita por
primera vez la obra más ilustre se volvió con el tiempo el único medio de expresión para ese
género. Teniendo en cuenta las características fundamentales de los distintos dialectos,
podemos distinguir cinco grupos:

1) dialectos jónico-áticos (Jonia del Asia, Eubea, Ática)

2) dialectos eólicos meridionales (el “micénico”, el arcadio-chipriota y el panfilio)

3) dialectos eólicos septentrionales (dialectos de la Eólide del Asia, de Lesbos; el tesalio, el


beocio)

4) dialectos dóricos occidentales (Epiro, Acarnania, Etolia, Acaya Ptiótide, Fócide, Lócride,
Élide)

5) dialectos dóricos meridionales (Peloponeso, Cícladas Meridionales, Dóride de Asia, Creta,


Cirene).

Esta distribución geográfica de los dialectos griegos debe completarse teniendo presente que,
fuera del continente, cada colonia fundada por colonos griegos conservaba el dialecto de la
ciudad originaria.

No todos los dialectos enumerados aquí llegaron a tener importancia literaria a través de los
siglos. Los dialectos literarios son:

a) el jónico, cuya forma más antigua se conservó en Homero, en Hesíodo y en los líricos
elegíacos: un lenguaje puramente literario nunca realmente hablado en parte alguna, sino sólo
una lengua poética y de carácter artificial; una forma más reciente y que se aproxima más a la
lengua común es la de la prosa más antigua (la de Hecateo, Heródoto, etc.)

b) el ático, muy cercano al jónico por su estructura gramatical pero con un desarrollo
independiente: adquirió, por múltiples razones, una importancia tal que entendemos por
“lengua griega” el dialecto ático: es la lengua de los trágicos, de los cómicos, de los filósofos,
de los prosistas, de los oradores de los siglos V y IV;

c) el dórico, empleado especialmente por Píndaro; algunas formas dóricas se encuentran en las
partes líricas de la tragedia ática, continuación de la lírica dórica; d) el eólico, empleado por
Alceo y Safo.

La batalla de Queronea en el año 338 a.C., ganada por Filipo, puso a Grecia bajo la hegemonía
macedónica. Después de la conquista de Alejandro Magno, que se extendió a las regiones
costeras del Mediterráneo y luego a Persia, se formó una lengua griega común, la κοινὴ
διάλεκτος, o simplemente κοινή, más o menos cercana a los modelos áticos. Con el tránsito de
lengua de una ciudad a lengua de un gran grupo de pueblos con el mismo tipo de civilización,
llegó a ser una lengua de mayor desarrollo, con influencias también de otros dialectos
desaparecidos, especialmente del jónico. Es la lengua de los historiadores como Polibio y
Diodoro, de los escritores del Nuevo Testamento y de la versión del Antiguo Testamento
llamada de los Setenta, de los documentos públicos y privados, que Egipto ha proporcionado
en gran cantidad desde la mitad del siglo XIX hasta nuestros días. Sólo la poesía, también en
este momento, continuó con las antiguas tradiciones: la lengua homérica fue el modelo de la
épica, como la lengua de los elegíacos fue el modelo de la elegía, y así sucesivamente. Para
nosotros, estudiar la lengua griega significa aprender el lenguaje de la prosa ática, que fue la
que prevaleció en el uso común de la koiné.

 Début, Capítulo IV: “El indoeuropeo y el griego”

Los dialectos griegos

El griego, junto con el sánscrito, es la segunda lengua indoeuropea atestiguada en el tiempo.


Después de separarse de su familia indoeuropea, fundó una nueva familia constituida por
diferentes dialectos.

Se distinguen: 1) los dialectos meridionales, de los cuales el estado antiguo está representado
por el misenio; eran hablados por los primitivos invasores helénicos y está representado así: a)
jónico-ático, que se subdivide en ático hablado en Ática y jonio hablado en Eubea, en una parte
de las Cícladas, en la parte sudoeste de la costa de Asia Menor (Mileto, Efeso), en Samos y
quíos, en la Gran Grecia; b) arcadio-chipriota, hablado en Arcadia, en Chipre y en Panfilia por
tribus instaladas en Grecia antes de la invasión de los dorios.

2) los dialectos septentrionales: a) eolio, hablado por una vanguardia de poblaciones dorias y
empleado en Lesbos y en la parte septentrional de la banda costera anatolia, en Tesalia, en
Beocia y al noroeste de Asia Menor; b) griego occidental, hablado en Epiro, Fócida, Locres,
Etolia, Elea. c) dorio, hablado en Laconia, Mesenia, Argos, Creta, Rodas, las Cícladas
meridionales, Corinto y sus colonias: Corcyra, Siracusa, Megara y sus colonias.

Estos dialectos representan el habla del último grupo de invasores. El ático, que ha adquirido
un gran prestigio, se ha vuelto el más importante de todos los dialectos. A partir del siglo IV, ha
sido adoptado por todos los prosistas griegos, pero se ha simplificado y transformado; lleva el
nombre de “koiné”.

Las lenguas literarias se caracterizan por su arcaísmo, su dialectismo, su vocabulario. Esto se


explica parcialmente porque la civilización griega se ha desarrollado en las colonias y es de
éstas que han venido las obras literarias. Así, la poesía lírica apareció en Lesbos. Pero las
antiguas lenguas literarias que se dirigen a Grecia entera y no a una región determinada,
tienen un carácter dialectal menos pronunciado.

1) La lengua homérica conlleva:

a) arcaísmos que aparecen como supervivencias pertenecientes a un bagaje que los aedos se
transmitían de generación en generación (rareza de contracciones, tratamiento de digamma);

b) una mezcla de dialectos: - base jónica, que se explica por la región en donde las epopeyas
fueron compuestas; - eolismos; - supervivencias del griego común.

Es verosímil que se trate de una lengua en gran parte artificial, creada por los aedos por
necesidad literaria y formada por una combinación más o menos arbitraria de dialectos, en
función de exigencias métricas.
2) Las lenguas líricas son todas artificiales:

a) la elegía está escrita en una lengua próxima a la lengua épica, sobre base jónica;

b) la poesía yámbico-trocaica jonia está escrita en el jonio de la gente culta (Arquíloco de


Paros);

c) la lírica eolia (Safo y Alceo). Los poetas jonios y eolios que, desde el siglo VII al siglo IV, han
compuesto poesías líricas, han escrito en el jonio, el lésbico y el beocio de las personas cultas
de su tiempo;

d) la lírica coral (Píndaro) nació de las ceremonias religiosas y se ha desarrollado sobre todo
entre los dorios, en donde la vida pública tenía un lugar preponderante. Está escrita en una
lengua compuesta no-jónica y posee eolismos, dorismos, romerismos.

3) La lengua de la tragedia ática. La base es puramente ática con jonismos: los modelos
poéticos son, en efecto, provenientes de Jonia. Los autores emplean sistemáticamente
procedimientos destinados a dar al vocabulario un giro noble y extraño. En las partes líricas,
dado que la tragedia griega es el resultado de la lírica popular jonia y de la lírica religiosa doria,
se notan numerosos préstamos de la lengua doria.

4) La lengua de la comedia: a) la comedia siciliana, que usa el habla siracusana, sólo es


conocida por fragmentos (Epicarmo, Sofrón, autor de mimos)

b) la comedia ática está escrita en el ático corriente pero Aristófanes hace hablar en sus
dialectos respectivos a los laconios, megarios y beocios que pone en escena.

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