Ideario Temático de La Modernidad

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CENTRO DE ACTUALIZACION DEL MAGISTERIO EN

MONTERREY

LICENCIATURA EN EDUCACION PRIMARIA


Séptimo Semestre
Grupo: B
Materia: FORMACIÓN CIUDADANA
TEMA: Estado ciudadanía y educación las fuerzas de la
democracia

Maestro:
Alumno: BS

MONTERREY, NUEVO LEÓN A 02 NOVIEMBRE DE 2020


Ideario temático de la modernidad

Ideario: Conjunto de ideas que caracterizan a una persona, escuela, colectividad, movimiento
cultural, religioso, entre otros.

A partir del Renacimiento y de la Reforma, de la propia génesis de la filosofía política moderna,


podemos encontrar una significativa variedad de posicionamientos y concepciones respecto del
mundo y de la naturaleza humana; del Estado y de la sociedad; del individuo y la ciudadanía; de la
educación y del bienestar, cuando no de la prosperidad y, más tarde, del progreso y de la
democracia.

Todorov, perfila algunos pocos caracteres del proceso que conduce al establecimiento del mundo
moderno:

a) El paso de un mundo cuya estructura y leyes son algo dado e inmutable, a otro cuya
naturaleza puede descubrirse y en el cual el Estado social puede establecerse.

b) El paulatino tránsito de posiciones y proyectos de vida ya dados y prescritos a posiciones y


proyectos deseados, susceptibles de lograrse; e) el giro desde las acciones asentadas y
orientadas conforme a la naturaleza y la voluntad divinas hacia las que descansan en el
hombre mismo: en su voluntad, o en su razón, o en sus sentimientos, o en sus deseos.

Todorov, menciona que la modernidad no es homogénea en sí misma, pues en ella se revelan


varias tendencias de pensamiento social. La diversidad de legados de la modernidad lo único que
tienen en común son los “parecidos de familia”.

La modernidad los únicos temas que abordan son los de preocupación, nuevos desafíos y
problemáticas. El bienestar en este mundo conlleva que las propuestas pedagógicas vinculen más
a la educación con la vida temporal, con el trabajo y actividades prácticas. (Necesidad de vincular
al individuo con el entorno).

Centralidad del individuo, afianzamiento de sus intereses mundanos y criterio axiológico de la


utilidad
Principales vertientes teórico-prácticas para las relaciones entre Estado, ciudadanía y educación
Criterio axiológico de la utilidad
• Distingue las actividades económicas burguesas
• Ínsito en las categorías de libertad, de seguridad, de propiedad privada y de trabajo del
liberalismo económico y político
• Irrumpe en los escritos pedagógicos de la modernidad

Procesos de configuración del Estado moderno y de los Estados nacionales generan una
mayor preocupación por la educación del ciudadano, y consecuentemente por la moral
cívica.

• Resurge la función ético-política de la educación, cuyo énfasis se recrudece en la "era de


la igualdad", Alexis de Tocqueville.
• Disputas sobre cuál sería el actor más apropiado para la tarea de educar: el Estado o la
Iglesia.

La condición de ciudadano sería restringida hasta bien avanzado el siglo XIX


• Requería de atributos tales como pertenecer al género masculino
• Acreditar la propiedad de bienes y dedicarse a una actividad profesional
• Contar con un trabajo estable.
• Condujeron a una estrecha relación entre ciudadanía y educación.

El conocimiento como emancipación es otro de las características de la modernidad


• Historiadores de la filosofía moderna inicia con Descartes, quien, partiendo de la duda,
encuentra en la razón las bases para un conocimiento verdadero.
• En la educación- Concebir a la razón, articulada con la experimentación y las prácticas.
• En el siglo XIX, especialmente en su segunda mitad, la educación adoptó ese espíritu.
• Constituirlos como ciudadanos aptos para el ejercicio de las libertades civiles.
• La racionalidad transitaría así por dos ejes sustantivos: el económico y el político.

La conformación de los sistemas educativos nacionales.

• La obligatoriedad y expansión de la educación primaria basada en la consigna de educar al


soberano repercute en las relaciones entre Estado, ciudadanía y educación
• Emilio Durkheim, quien concibe al Estado ético-educador y al propio maestro como los
mandatarios de dicha moral y quien además postula la necesidad de una "educación
homogénea" para todos los futuros ciudadanos.
• Emerge la necesidad de estandarizar los planes y programas de estudio para que
garanticen una educación sistemática y homogénea.

Estado, ciudadanía y educación: legados diversos


Ciertas dilemáticas recorren las texturas narrativas sobre la educación del individuo y el ciudadano,
gestadas en la modernidad, y que nos interpelan en nuestras democracias actuales.

La constitución del Estado moderno condujo a la necesaria formación del ciudadano requerido por
el nuevo Estado social.

"Un fondo común de verdades"

Este fondo común de verdades, lo "sacro laico", apuntaba sin duda a una cierta identidad cívica.

Homogeneidad

Surge un dilema:

¿Cómo educar al individuo para que desarrolle actitudes y capacidades para la reflexión, la crítica,

el juicio propio y que le permitan un ejercicio pleno de la libertad y la autonomía, así como

condiciones que lo habiliten para la consecución de sus intereses particulares?

Prioriza el valor de la libertad individual

¿Cómo proveer al mismo tiempo una educación para que se adapte a un determinado orden social,
político y cultural constituido, que favorezca en él una identidad cívica y que lo remita
necesariamente a una "educación homogénea"?

Caracteres de la igualdad de sujeción a ciertos mandatos, que le imprimen sentido a una


ciudadanía y a una moral cívica demandadas por el Estado-nación y/o por la propia sociedad.
John Locke:

• Alerta sobre las manifestaciones tempranas del niño para someter a los demás a sus
deseos, sobre su amor al dominio, sobre" su deseo de tener cosas que le pertenezcan;
aman la propiedad y la posesión, recreándose en el poder que parece darles” Es por ello
que convocaría a los padres para la moderación de sus deseos, distinguiendo entre
necesidades de la naturaleza y necesidades de la fantasía.

• Sostendría que la mejor inversión de un padre para con su hijo es proporcionarle una
"buena educación", pues ella le garantizaría una futura solvencia económica.

• Desestima el papel del Estado en la tarea de educar al “gentilhombre” éste estará bajo el
cuidado de su padre, que deberá proporcionarle una buena y promisora educación.

Wilhelm Von Humboldt y John Stuart Mil.

• Destacan el valor del individuo, sus intereses y su libertad. No conceden al Estado un


papel preponderante para impartir educación. Reconocen así el privilegio del ámbito
familiar, del derecho y de los deberes paternos en la educación de sus hijos.
• La ciudadanía sólo puede asentarse en los pilares de la individualidad y la libertad.
• El individuo es un conjunto de energías originales y su fin es lograr la formación y
expresión más elevadas de dichas fuerzas como un todo, para lo cual es una condición
inexcusable disponer de libertad.
• Para Humboldt, una "educación homogénea" no es aconsejable para la formación del
individuo, dado que una excesiva actuación del Estado conduce a la mediocridad individual
y cívica.
Thomas Hobbes:

• Asigna al poder soberano el deber de educar al pueblo, de designar maestros, y de


examinar qué doctrinas están de acuerdo y cuáles son contrarias a la defensa, a la paz y al
bien del pueblo.
• Va contra su deber dejar al pueblo en la ignorancia o mal informado acerca de los
fundamentos o razones de sus derechos esenciales ya que, de este modo, los hombres
resultan fáciles de seducir y son inducidos a resistir al Soberano, cuando el Estado
requiera el uso y ejercicio de tales derechos, por consiguiente, es su deber inducirlos a
recibir esa instrucción; y no sólo su deber sino también su seguridad y provecho para evitar
el peligro que de la rebelión puede derivar al Soberano, en su persona natural"

El positivismo de Comte constituye uno de los legados con mayor incidencia en no pocos
Estados nacionales latinoamericanos en la segunda mitad del siglo XIX.

a) Su propuesta para una moral cívica clara y distinta, una nueva religiosidad para el
ciudadano, que descansa en su concepción acerca del Gran Ser (que no el Ser Supremo).
Un ideario axiológico, referente de la moral cívica, nutrido por quienes en su vida temporal
han dado testimonios de altruismo, abnegación y sacrificios en pro del bienestar general.

b) Su propuesta, para evitar que las especializaciones del conocimiento no conduzcan a una
fragmentación artificial de la realidad, de instituir una filosofía de la ciencia que tienda a
establecer relaciones y engarces entre dichos conocimientos específicos.

c) Su propuesta para el establecimiento de un vínculo armónico entre la ciencia, el capital y el


trabajo, condición según su óptica para el progreso y la consecución de la prosperidad
para todos sus respectivos agentes.
Desamparos e incertidumbres: una convocatoria a las fuerzas de la democracia

Las generaciones adultas y las más jóvenes siguen angustiadas por la seguridad y el trabajo, pero
debemos concebir a las primeras con un sentido más comprensivo, que incluya en ellas las
condiciones necesarias para una vida plena y digna.

En la introducción apuntamos algunas de las principales condiciones que connotan este sentido
comprensivo que proponemos para la seguridad de vida de todos y cada uno de los ciudadanos:
alimentación, salud, abrigo, educación, disposición de los bienes culturales y del conocimiento; un
trabajo estable para los individuos, acorde con sus aptitudes e intereses respectivos, que no se
reducen sólo a los requerimientos de un consumo material.

Durkheim, igualdad debía garantizar una democracia: la igualdad en las condiciones exteriores al
propio sujeto. De no ser así, podemos concluir que más que igualdad existe la desigualdad de
sujeción.

La seguridad de vida no alude sólo al peligro de la muerte violenta y la pérdida de bienes por
acciones de otros. En estos tiempos en que la exclusión, la marginación y la segregación campean
por el mundo, ella debe incluir aquellos derechos y condiciones sociales que dan sustento a los
proyectos de vida, o sea, a la proyección cierta de la vida de cada individuo y ciudadano. Son esas,
y no otras, las fuerzas de seguridad para resguardar y afianzar nuestras democracias. Si aquéllas
se restringen, éstas se debilitan.

Ahora son los tiempos para que el Estado y la propia sociedad civil asuman que el resguardo de la
convivencia social no puede descansar ya en las fuerzas de seguridad, según su denominación
clásica, sino en la disposición de las condiciones para una vida plena por parte de toda la
población. De no ser así recrudecerán los desamparos y las incertidumbres, confirmándose aquel
aforismo Nietzsheano que dice: "vivir, en general, quiere decir estar en peligro".

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