La Vida Chiara Corbella Petrillo
La Vida Chiara Corbella Petrillo
La Vida Chiara Corbella Petrillo
En el verano del 2002 Chiara se va de vacaciones en Croacia con algunas amigas de escuela. Su
hermana estaba en Medjugorje (en Bosnia y Herzegovina), así que decidió alcanzarla aprovechando
de la cercanía. Aquí el 2 de agosto se encuentra con Enrico Petrillo, un chico de veintitrés años, de
peregrinaje con su comunidad de renovación carismática. Chiara, que entonces tenía dieciocho años
y nunca había tenido novio, intuye de estar delante de su futuro marido.
Volviendo en Roma, los dos salen juntos, se conocen y se comprometen. Es una relación, en algunos
aspectos, ordinaria, con peleas, rupturas y pacificaciones. Durante los seis años de noviazgo, el
Señor pone a dura prueba la fe de Chiara y los valores en los cuales ella piensa de creer. Tanto que
hablará de este momento como el periodo más difícil que tuvo que afrontar, más duro de la
enfermedad.
“Después de 4 años, nuestro noviazgo empezó a tambalear hasta que rompimos – ha escrito Chiara
en sus apuntes – En aquellos momentos de sufrimiento y de rebelión hacia al Señor, porque pensaba
que Él no escuchase mis oraciones, participé a un Curso Vocacional en Asís y allí encontré otra vez la
fuerza de creer en Él, probé a salir de nuevo con Enrico y empezamos a ser guiados por un Padre
Espiritual, pero el noviazgo no funcionó hasta cuando no he entendido que el Señor no me estaba
quitando nada sino donando todo y que sólo Él sabía con quién tenía que compartir mi vida y que,
quizás, ¡yo no había entendido nada todavía!”
Superados los miedos, Chiara y Enrico se casan en Asís el 21 de Septiembre del 2008. Padre Vito es
quien celebra la boda, fraile menor y guía espiritual de los dos. Cuando regresan de la luna de miel,
Chiara descubre de estar embarazada. Pero las ecografías muestran una grave malformación. A la
niña, que se llamará con el nombre de Maria Grazia Letizia, le diagnostican una anencefalia. Chiara
y Enrico deciden de seguir adelante con el embarazo y la pequeña, que nace el 10 de Junio de 2009,
muere una media hora después. El entierro, unos días después, se vive en la misma paz que ha
acompañado los meses de espera y que contagia también muchos de los presentes, quienes reciben
la gracias de vivir un
Unos meses después Chiara está de nuevo embarazada. A este niño, que se llamará con el nombre
de Davide Giovanni, le diagnostican una grave malformación visceral en la pelvis, con ausencia de
los miembros inferiores. También él irá a morir poco después de nacer, el 24 de Junio de 2010. Y
también su funeral será vivido como una fiesta.
“En el matrimonio – escribe Chiara en sus apuntes – el Señor ha querido darnos unos hijos especiales:
Maria Grazia Letizia y Davide Giovanni, pero nos ha pedido de acompañarlos sólo hasta sus
nacimientos, nos ha permitido de abrazarlos, bautizarlos y ponerlos en las manos del Padre con una
serenidad y gozo sorprendente”.
Entre las patologías de los dos niños no hay ninguna conexión. A demostración de esto, hay unos
resultados de los test genéticos, a los cuales Chiara y Enrico se someten cediendo a las presiones de
amigos y parientes; pero sobre todo hay el hecho que el tercero hijo de la pareja, Francesco, es
completamente sano. El embarazo llega poco después del nacimiento al Cielo de Davide Giovanni.
Una semana después de haber descubierto de estar embarazada, Chiara se da cuenta de una lesión
sobre la lengua. Con la fundada sospecha de que se trate de un tumor, el 16 de Marzo de 2011
Chiara enfrenta, durante el embarazo, la primera de las dos fases de una intervención para extirpar
la masa en la lengua.
Para la segunda fase, se necesitará atender el nacimiento de Francesco. Acertado que se trata de
un cáncer en la lengua, que llamará el dragón, Chiara decide de posponer las curas para no hacer
daño al niño que lleva en su regazo. Al contrario, elige los médicos que la seguirán en base al tiempo
que le conceden antes de inducir el parto. Espera hasta cuando le esté permitido atender, y también
más allá.
“Por la mayoría de los médicos – escribe Chiara – Francesco era solo un feto de siete meses. Y la,
que tenía ser salvada era yo. Pero yo no tenía ninguna intención de poner en riesgo la vida de
Francesco en base a unas estadísticas por nada seguras que querían demostrarme que tenía que
hacer nacer mi hijo prematuro para poderme operar.”
El nacimiento al Cielo
La foto de Chiara sonriente con el vendaje es extraordinaria si se considera que fue tomada en Abril
de 2012: desde más o menos diez días Chiara había descubierto de ser una enferma terminal. En las
semanas siguientes, pasadas juntas a su marido y lejos de la ciudad, en la casa de familia cerca del
mar, Chiara se prepara al encuentro con Su Esposo. Sostenida por los sacramentos suministrados
cada día por Padre Vito, que comparte con ellos este tiempo intenso, Chiara y Enrico son más que
nunca fuertes de la fidelidad de Dios que siempre los ha acompañados en una misteriosa felicidad.
Chiara muere al mediodía del 13 de Junio de 2012, después haber saludado a todos, parientes y
amigos, uno por uno. Después haber dicho a cada uno: “Te quiero”.
Su funeral fue celebrado en Roma el 16 de junio de 2012 en la iglesia Santa Francesca Romana en el
Ardeatino. Las personas que llegaron eran muchísimas. El Cardenal Agostino Vallini, presente a la
celebración, dice: “lo que Dios ha preparado atreves de ella, es algo que no podemos perder”. Como
los funerales de sus hijos, también esta celebración cristiana llega a ser testimonio cristiano del inicio
de una vida nueva.