Capitulo 2 Contribuciones Posaristotelicas

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CAPITULO 2

CONTRIBUCIONES POSARISTOTELICAS

2.0. En el presente capítulo nos proponemos realizar solamente algunos


comentarios acerca de los aportes realizados por la lógica de los megáricos y
estoicos respecto de la noción de consecuencia lógica. A diferencia del
capítulo anterior, en el cual se indagó directamente en los textos
aristotélicos, el presente capítulo ha sido elaborado en base a comentaristas.
Indagar en los textos de la gran variedad de lógicos comprendidos en este
período histórico, nos hubiera alejado definitivamente del objeto central de
nuestro estudio. Sin embargo, tampoco hemos decidido ignorarlo porque creemos
que en él se realizan importantísimos aportes para la construcción de la
noción de consecuencia de la lógica actual. De todas formas, a partir de la
bibliografía consultada, nos hemos aventurado a realizar algunas conjeturas
propias. En #2.1. expondremos las distintas clases de proposiciones
condicionales que concibieron los megáricos y estoicos y la relación que
establecieron con la implicación lógica. El #2.2. estará dedicado a mostrar el
significado que se otorgó a las conectivas proposicionales finalmente en
#2.3.se tratará de explicar el análisis de las inferencias y la relación entre
las nociones de implicación y validez, con el objeto de mostrar cómo la lógica
estoica elaboró el primer cálculo lógico con sólo reglas de inferencias.

2.1. La lógica megárico-estoica: enunciados condicionales e


implicación lógica.
Es sabido que a los lógicos megáricos y estoicos se les debe la
ampliación de la lógica aristotélica, es decir de la lógica de "términos" a la
lógica de proposiciones, o como la llaman W.y M. Kneale lógica primaria. La
importancia de los logros de la lógica estoica es sintetizada por Benson Mates
en el contrafáctico (posiblemente) verdadero: El período de vigencia de la
lógica aristotélica habría sido más corto si ciertos textos de esta lógica se
hubieran estudiado con más cuidado [1985]. En efecto, fueron Peirce y
Lukasiewicz quienes, alrededor de 1927, comenzaron a estudiar la versión de
implicación material dada por los estoicos. Se coincide en que éstos, a partir
del análisis de los enunciados condicionales establecieron, entre otros, los
siguientes aportes fundamentales a la lógica:(6)
1) el significado de las proposiciones condicionales y de otras
conectivas proposicionales, y
2) la presentación de la lógica proposicional bajo la forma de un
sistema deductivo y mediante el concepto de esquema de inferencia. Mas aún,
para Lukasiewicz, contribuyeron a la diferenciación entre condicionales e
inferencias, entre sentido y denotación, intesnión y extensión y,
fundamentalmente lograron la construcción de un cálculo de inferencias
proposicionales.
Se admite que Zenón fue el fundador de la escuela estoica y recibió de
los megáricos la lógica. Esta escuela fue fundada por Euclides, contemporáneo
de Platón, y entre sus discípulos se encontraba Eubúlides, a quién se le
atribuye la conocida antinomia del mentiroso. Este, junto con Apolonio Crono,
Diodoro Crono y Filón, constituyen la rama lógica de la escuela y son los
(6)
Como es sabido, las obras de los filósofos megáricos y estoicos se han perdido y sus doctrinas se han conservado
gracias a las obras de comentaristas posteriores. Las más importantes son De clarorum philosophorum vitis,
dogmatibus et apophtegmatibus de Diógenes Laercio (s.III A.C.) y Adversus mathematicos, libro 8 de la Opera de
Sexto Empírico (s.II A.C.) Para una mayor información sobre fuentes de estos temas es posible recurrir a Benson
Mates [1985]
responsables de la caracterización estoica de los enunciados condicionales por
sus valores de verdad. A la línea megárica, debe agregarse Crisipo (205 a.C.),
el tercer jefe de la escuela estoica, de quien se dice que fue casi con
seguridad, el lógico más importante de la época, ya que escribió sobre casi
todos los aspectos de la lógica proposicional y dió la formulación final de la
lógica estoica como cálculo inferencial. A esta altura de nuestro trabajo,
dado el tema que nos ocupa, consideramos relevante tratar primeramente, aunque
lamentablemente en forma no exhasutiva, el significado del condicional en la
obra de Diodoro y de Filón, siguiendo en esto fundamentalmente las
exposiciones de Kneale&Kneale [1972],B.Mates [1985] y Bochenski [1956 y 1957].
De Diodoro sólo se conocen a ciencia cierta dos definiciones,
conjuntamente con los ejemplos que las ilustran, a saber
1) Una proposición es posible si y sólo si es verdadera o será
verdadera; y 2) una proposición condicional es verdadera siy sólo si ni es ni
fue posible que el antecedente (ni fuera) verdadero y el consecuente sea (ni
fuera) falso, incorporando de esta forma una forma de necesidad en la
definición del condicional. Sólo a manera de anécdota, recordamos que el
debate sobre el significado de los enunciados condicionales fué tan apasionado
entre los megáricos y estoicis que se cuenta que la muerte de Diodoro fue
causada por la "desesperación", que le produjo la imposibilidad de resolver
un acertijo lógico [B.Mates,1085, pág.78].
También por testimonio de Sexto Empírico, Diodoro definió como
condicional verdadero a aquel que no es capaz
de tener un antecedente verdadero y un consecuente falso. Pero además, Diodoro
parece haber sostenido cinco tesis más [Kneale & Kneale,1972], que describen
el uso que éste daba a las modalidades y que se reflejan en su concepción
sobre el condicional. En particular, afirma que los condicionales "correctos"
no pueden cambiar de modalidad como lo hacen los enunciados comunes (simples),
sino que deben haber sido verdaderos en todo instante. En otras palabras, si
no hay un instante en el que el antecedente sea verdadero y el consecuente
falso, entonces el condicional verdadero es necesario en todo instante. Esta
definición sugiere [Kneale & Kneale,1972] que evidentemente Sexto Empírico
tenía intención de presentar los enunciados condicionales de Diodoro como
expresando una conexión necesaria (en términos temporales) entre el
antecedente y el consecuente y en este sentido equipararlos a una implicación.
También dice Sexto Empírico que para Filón un enunciado condicional es
verdadero si y sólo si no comienza con una verdad y termina con una falsedad
(o sea que no tiene antecedente verdadero y consecuente falso). Más aún, el
mismo Filón se encarga luego de dar los tres casos en que un condicional
resulta verdadero y el único caso en que es falso, completando así la tabla de
verdad y estableciendo la definición extensional o veritativo funcional del
condicional material de la lógica actual. Para Kneale & Kneale [1972] los
extraños ejemplos que Sexto atribuye a Filón hacen pensar que la intención de
éste era insistir en la propiedad esencial de los enunciados condicionales
según la cual el enunciado condicional en conjunción con el antecedente
implican el consecuente, dando de esta forma tal vez la primera formulación
del Modus Ponens, en íntima conexión con la defincición de enunciado
condicional pero, según los comentaritas, implicitamente diferenciando un
enunciado condicional de aquel que, como el Modus Ponens, justifica la validez
de una inferencia. Es de hacer notar que, a través de los ejemplos dados por
Filón, éste no sólo dió las condiciones de verdad del condicional material,
sino que enumeró las combinaciones de valores de verdad de forma tal ((VV),
(FF),(FV),(VF)), que se tornó convencional para la época.
A fin de distinguir el condicional de Diodoro y el de Filón,
consideremos brevemente los ejemplos que cita B.Mates [1985], según contados
por Sexto, a saber:
(i) Si es de día, entonces estoy conversando.
(ii) Si es de noche, entonces estoy conversando.
(iii) Si es de noche, entonces es de día.
Según Filón, bajo la suposición de que es de día y estoy conversando,
(i) es un condicional verdadero. Sin embargo, Diodoro no estaría de acuerdo de
que, bajo la misma suposición, (i) sea verdadero, ya que es posible que el
antecedente sea verdadero y el consecuente falso, puesto que no valdría en
todos los tiempos. Del mismo modo, respecto de los ejemplos (ii) y (iii),
Filón consideraría que se trata de enunciados concicionales verdaderos,
mientras que para Diodoro serían falsos, por las mismas razones que para el
caso (i). Es evidente que las diferencias apuntadas radican en la noción de
necesidad que Diodoro introdujo en su definición del condicional. Para ser más
rigurosos en la diferenciación habría que acudir al uso de la noción temporal
que Diodoro involucra en su definición, y afirmar que un condicional es
verdadero em el sentido de Diodoro, si y sólo si, es verdadero en todos los
tiempos en el sentido de Filón, y expresar el condicional de Diodoro de la
siguiente manera, tal como lo hace B.Mates: (F-> G (t)(F(t) -> G(t)). Podría
también preguntarse si la definición de condicional de Diodoro es el
condicional estricto de C.I.Lewis. El hecho de que Diodoro introdujera la
variable temporal, torna dificultosa la respuesta a esta pregunta y no existe
aún un trabajo completo de la lógica proposicional diodórica que avale tal
afirmación, aunque sí existen autores que afirman que la implicación diodórica
es la réplica antigua del condicional estricto [B.Mates,1985,pág.89]. Sin
embargo, si para Diodoro, lo que es verdadero para todo tiempo, es
necesariamente verdadero, entonces los requisitos que Diodoro impondría a un
condicional para ser verdadero, satisfacería también los requisitos para ser
necesariamente verdadero, análogamente al condicional estricto. Nosotros
podríamos agregar que, si se toma en cuenta, una lógica modal temporal al
menos equivalente a T, según la cual la expresión p es verdadera siempre en
pasado y siempre en el futuro, a la manera de V.Wright, significa lo mismo que
p es necesaria, no parecería en primera instancia haber problemas en
considerar el condicional de Diodoro como un condicional estricto temporal.

2.2. El significado de las constantes lógicas.


Además del condicional material definido por Filón, según Diógenes
Laercio y Sexto Empírico, los estoicos definieron también los enunciados
conjuntivos y disyuntivos. Respecto de los primeros, sostuvieron que un
enunciado conjuntivo era verdadero cuando sus componentes también lo son.
Respecto de las proposiciones disyuntivas, también diferenciaron entre la
disyunción exclusiva e inclusiva, tal como en la lógica actual, aún cuando
Galeno cita un caso en el que las proposiciones disyuntivas son entendidas
como el functor de Sheffer actual. Sin embargo, los estoicos no consideraron a
la negación un functor o conectiva en el sentido de la lógica actual y
establecieron algunas equivalencias entre proposiciones complejas,
fundamentalmente la atribuida a Crisipo respecto de la interdefinición entre
condicional y conjunción con negación. Creemos que lo expuesto es suficiente
para mostrar que la lógica estoica dió la primera semántica para definir el
significado extensional de las constantes lógicas proposicionales mediante el
establecimiento de sus condiciones de verdad.
Es posible también considerar a la presentación estoica de la lógica
como un cálculo de inferencias como el antecedente más antiguo de los cálculos
de deducción natural, al estilo-Gentzen, y que por lo tanto, las reglas de
dicho cálculo caracterizaban de alguna manera a las conectivas que las
contenían. Obviamente esto es nada más que una conjetura: no hay textos
estoicos que lo confirmen, pero tampoco hay nada en ellos que la tornen
inatingente.

2.3.. Análisis de las inferencias. Implicación y validez.


A la manera de Aristóteles, para la lógica estoica un razonamiento está
compuesto por premisas y conclusión. El término que usaban para razonamiento
era logos y, como a veces también era usado para proposición o enunciado, hay
autores que sostienen que dichos términos eran confundidos por los lógicos
estoicos. Según B.Mates y otros estudiosos de la lógica estoica, como el mismo
Lukasiewicz, nada hay en los textos de la lógica estoica que haga suponer que
ellos confundian razonamiento con enunciado condicional. Hay acuerdo en
afirmar que para los estoicos, tanto las premisas como la conclusión son
proposiciones, y que a cada razonamiento le corresponde una proposición
condicional que tiene por antecedente la conjunción de las premisas y como
consecuente la conclusión del razonamiento.
A su vez, los razonamientos eran válidos e inválidos, y caracterizaban al
razonamiento válido como aquel en el cual la proposición condicional asociada
era diodóricamente verdadera. Parece que también comprendieron que dicha
caracterización no constituía una definición de validez, sino simplemente, al
decir de Diógenes, un criterio para distinguir los razonamientos válidos de
los inválidos. Según el mismo Diógenes, un razonamiento es válido cuando la
negación de la conclusión es incompatible con la afirmación de las premisas,
acorde más bien con la definición filónica del condicional que con la
diodórica. Siguiendo a Aristóteles, en un razonamiento válido, si las premisas
son verdaderas, la conclusión también lo será; en otras palabras, entre las
propiedades de los argumentos válidos estaba contemplada la transmisión de la
verdad de las premisas a la conclusión.
A los fines de nuestro trabajo, no interesa entrar en las diferencias
que establecieron los estoicos entre razonamientos válidos, verdaderos y
demostrativos, y sólo nos detendremos en la distinción entre razonamientos o
argumentos demostrados e indemostrados. Si bien, estos últimos son utilizados
ambiguamente porque hacen referencia a veces a argumentos que no han sido
demostrados y otras a los que no necesitan demostración, a nuestro propósito
interesan en este último sentido, ya que, al decir de Sexto Empírico, son
aquellos cuya validez es clara de modo inmediato [Mates,1985,pág.117). Estos
argumentos o inferencias indemostrables son presentadas por Crisipo, mediante
ejemplos como los siguientes:

Si es de día, entonces hay luz (el condicional)


Es de día (su antecedente)
Luego, hay luz. (su consecuente)

Sin embargo, de inmedito son formalizados como esquemas de inferencia


primitivas, generando cinco tipos de ellas, a saber:

1. Si lo primero, entonces lo segundo; pero lo primero; luego lo


segundo.

2. Si lo primero, entonces lo segundo; pero no lo segundo; luego no lo


primero.

3. No a la vez lo primero y lo segundo; pero lo primero; luego no lo


segundo.

4. O lo primero o lo segundo; pero lo primero; luego


no lo segundo.

5. O lo primero o lo segundo, pero no lo segundo; luego lo primero.

Se hace casi innecesario destacar que el esquema 1, es el Modus Ponens,


el 2, al Modus Tollens y el 4 y 5 constituyen inferencias basadas en la
definición de la disyunción exclusiva; por último, el esquema 3 sale de la
definición de la conjunción: si una proposición conjuntiva es falsa y uno de
sus conyuntos es verdadero, luego el otro conyunto es falso.
Según Cicerón, los estoicos generaban, a partir de estos esquemas
básicos, "innumerables" inferencias que constituían casi la dialéctica entera
[B.Mates,1985, pág.117]. En otras palabras, estos esquemas inferenciales
básicos eran tomados como axiomas, a partir de los cuales se generaban todas
las restantes inferencias válidas, al estilo de lo que hoy se entiende por
Deducción Natural. Pero, a los efectos de demostrar las demás reglas como
teoremas (themata), que son en realidad esquemas inferenciales derivados,
Crisipo utilizó 4 esquemas generales más para la deducción de los restantes
esquemas, que parecen operar como reglas de un segundo nivel y que
caracterizan su noción de deducción tomando el uso filónico del condicional.
De ellos se conservan solo dos, el primero y el tercero. El primero coincide
con uno de los pasos no silogísticos que utilizó Aristóteles en la prueba por
el absurdo, tratado ya en 1.2.2., y dice:

Si dos proposiciones implican una tercera, entonces una cualquiera de


ellas junto con la negación de la tercera, implica la negación de la restante.

El tercero afirma:

Cuando dos proposiciones implican una tercera y una de ellas se obtiene


a partir de otro conjunto de premisas, entonces la segunda de las
proposiciones originales junto con las nuevas, implican la conclusión
originaria.
Si se nos permite usar el lenguaje de la Lógica de Secuentes de Gentzen,
se ve claramente la naturaleza de estos esquemas. El primero se formularía de
la siguiente manera:
(A&B) -> C
(A&¬C) -> ¬B

que no es otra cosa que una forma posible de expresar el esquema de prueba por
el absurdo.
El tercero se formalizaría de la siguiente forma:
(A&B) -> C Ô ´ A
(Ô&B) ->C

donde ´ debe entenderse como el "involution" de Gentzen.


Pero el hecho fundamental respecto de la idea de deducción que poseían los
estoicos radica en que los estoicos estaban también familiarizados con la
regla actual llamada Condicionalización, según testimonio de Sexto Empírico
[B.Mates,1949,cifr.Bochenski,1957]. Esta regla tiene una estructura similar a
la inmediata anterior en el sentido de que tiene una especie de deducción en
la premisa y se la formularía de la siguiente manera:
A1,A2,...,An ³- B
A1,A2,...,An -> B
Es sabido que esta regla se define en referencia a aplicaciones de otras
reglas del sistema e incluso a aplicaciones anteriores de ella misma
involucradas en la deducción que figura en la premisa, similarmente al signo ´
que nosotros utilizamos en el caso anterior. Sin embargo, es sorprendente que
los estoicos no hayan unsado la Condicionalización como una regla sino como un
principio en el cual, la implicación es siempre entendida diodóricamente, como
intentando dar un criterio de validez para los argumentos
[B.Mates,1985,pág.128]. De lo dicho, se desprende que los estoicos, si bien no
vieron en la Condicionalización una regla, estuvieron familiarizados con ella
al extremo de considerarla un principio definitorio de la deducibilidad
clásica, tal como lo es para los sistemas axiomáticos actuales el Metateorema
de la Deducción o, para los sistemas de Deducción Natural, la regla de
Introducción del Condicional. Tal es la importancia de la lógica estoica
respecto de estos aspectos que, ni aún la teoría de las consequentiae
elaborada en el siglo XIV por lógicos como Kilwardby, Pseudo Scoto y Ockham,
lograron equipararse al sistema de reglas básicas y derivadas de Crisipo
[Kneale & Kneale,1972, pág.274].
No creemos necesario enfatizar sobre los logros de la lógica megárica y
estoica respecto de la lógica aristotélica en lo que concierne a la lógica
proposicional, en particular a la definición de las constantes lógicas
proposicionales mediante condiciones de verdad, a la distinción entre
condicional material y condicional "estricto", a la caracterización de
razonamiento válido por medio de la implicación diodórica, al descubrimiento
de reglas básicas para la deducción y al enriquecimiento, via Principio de
Condicionalización, del concepto mismo de deducción. Sin embargo, todos estos
resultados no alcanzan para completar las características de la noción de
consecuencia lógica de la lógica clásica actual, tarea a la que nos
dedicaremos en el capítulo siguiente.

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