La Luz en La Mirada Ii
La Luz en La Mirada Ii
La Luz en La Mirada Ii
Después de visitar las librerías ubicadas en el centro de la ciudad, nos dirigimos hacia el
sector del Estadio. Son ya pasadas las 2:30 p.m. El tráfico fluye, ha sido fácil llegar; el paisaje ha
cambiado, el verde de los antejardines y la disposición arquitectónica del sector permite librerías
más amplias: a mayor metraje, mayor posibilidad de exhibición. Son tres las librerías que han
anunciado nuestra llegada, quisimos hacerlo con total espontaneidad: saludar y agradecer la
disposición de los libreros durante este tiempo de pandemia a las propuestas ofrecidas por los
Para quien ama los libros no hay mejor espectáculo que las estanterías colmadas, pero
aquí no son solo las estanterías sino los corredores, las mesas, las sillas, por doquier
encontramos libros arrumados. Sí, se acaba de llevar a cabo el inventario general, las colecciones
del Fondo de Cultura Económica se apilan en aparente desorden, o mejor en el orden lógico
establecido por los libreros Valeria y Camilo, quienes hicieron esta labor.
centenario de Octavio Paz, libro escrito en el París de posguerra, cuando el autor ejercía su labor
diplomática, aquella que le permitió, además de integrarse y vivir muy de cerca los movimientos
de vanguardia, existir dignamente y poder dedicar buena parte del tiempo a pensar y a producir
literatura, esos cuentos macabros pletóricos de poesía como aquel titulado El ramito azul: “Es
un capricho de mi novia. Quiere un ramito de ojos azules…”. De otra parte, Diana y Valentina
disfrutan hojeando los libros del salón infantil, esos cuentos de los que Ana María Matute, la
escritora barcelonesa, dice que son una forma de la escritura muy “importante y además difícil,
como escribir sencillo, que la gente cree que es fácil, pero es dificilísimo.” Sebastián viaja por los
estantes de humanidades y ciencias humanas, uno de los temas fuertes de esta librería.
literario por las librerías de la ciudad (suena bien, vale la pena ir madurando la idea, para
avanzar en este sentido, el sector del libro debe en algún momento unirse, asociarse, para
proyectar y apuntar a un mayor reconocimiento en la ciudad, algo en lo que hay que seguir
trabajando.)
Enfrente encontramos la librería Grámmata, un café Librería que nos ofrece uno de los
más amplios fondos en la ciudad, atendida siempre por Wilson Mendoza quien ha ido
conformando un equipo de libreros para poder cumplir con una demanda en alza, es esta una de
las librerías que de mejor manera se ha acomodado a la crisis, el esfuerzo por mejorar el trabajo
en redes sociales ha comenzado a dar sus frutos, la apuesta en el orden cultural, otro de sus
fuertes, contó para el presente año con el apoyo a través de una convocatoria del Ministerio de
Cultura (otro aspecto fundamental a tener en cuenta para el fortalecimiento de las librerías,
culturalmente a la ciudad, y también a otras regiones gracias a las posibilidades que ofrece la
web)
maestro Elkin Obregón y tomarnos un refrescante café helado, pensamos en nuestro último
Pensábamos sorprender a Luis Alberto Arango y fue él quien nos sorprendió. apareció
con una de las tradicionales bolsas donde Palinuro empaqueta sus libros –la de la barca– se
dirigía a la transportadora para enviar un libro que ha vendido por internet, “No demoro” nos
leídos” para referirse a los libros viejos, usados, descatalogados, es uno de los mejores
tertuliaderos que la ciudad posee; la amabilidad, experiencia y sapiencia de Luis Alberto son
únicas en nuestro medio. De otra parte, la disposición física del lugar invita a la conversación
que, les garantizo, se torna siempre amena, gracias al anfitrión. Acomodados en este lugar,
conversamos de varios temas y de nuevo aparecen los libros, esta vez una edición hermosamente
ilustrada de la poesía de Jaime Alberto Vélez: “un autor que hay que rescatar y ofrecerle el
Curiosamente, los libros del poeta Jaime Alberto Vélez manejan una magia muy especial
pues son muy apreciados por cierto tipo de lector (ese lector indefinible) que aparece de pronto,
no sabemos de dónde, y hace que los libros de ciertos autores no duren mucho en los estantes de
las librerías.
Llegan unos jóvenes a visitar el lugar, hablan del olor de los libros viejos y comienzan a
revisar los estantes en busca de esas joyitas que se resguardan entre anaqueles esperando ser
descubiertas. Cae la tarde, son ya las 5:00 p.m. Permanece en nosotros la luz en la mirada, esa
que provocan los buenos encuentros. Logro guardarla para el recuerdo en una fotografía. Así
termina esta primera visita a las librerías, proyectamos un futuro recorrido para vivir de cerca el
encuentro con otros libreros y así continuar la experiencia de conocer todas las librerías de
nuestra ciudad.
Los libros