Psicologia
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Tras más de 200 años de historia, el concepto de "psicopatía" ha venido experimentando una
auténtica y distinta metamorfosis terminológica.
Exceptuando aquellos períodos del Medioevo en
los que se creía que la psicopatía y cualquier
otra conducta y personalidad "anormales" eran:
de origen demoníaco, de corte estrictamente
hereditario, biológico, fisionómico y
antropométrico, el resto de investigaciones y
controversias sobre el término, permiten haber
llegado a un consenso generalizado entre los
estudiosos de la psicopatía desde el punto de vista clínico forense y criminológico.
En este orden de ideas, la (manía/locura sin delirio), fue, el concepto más aproximado para
caracterizar a los psicópatas de su época. Con el término locura sin delirio, es decir,
personas que tienen todas las características de la manía pero que carecen del delirio, donde
la manía se le atribuye a los estados de furor persistentes y psicosis fluida, muy distinto del
concepto actual de manía que se maneja en Psicopatología. La manía se caracteriza por
accesos o paroxismos periódicos. No se advierte ninguna alteración en:
a) Las funciones del entendimiento.
“No me sorprendió en absoluto
b) La percepción
encontrar a muchos locos que no
c) El juicio evidenciaban ninguna lesión de la
d) La imaginación capacidad de comprensión, pero
que estaban bajo el dominio de
e) La memoria
una furia abstracta e instintiva,
Sin embargo, se advierte cierta perversión en las como si únicamente las facultades
funciones afectivas, un ciego impulso a cometer actos de del afecto hubiesen sufrido daño”.
Locura Moral
Con relación a la locura moral Prichard (1835) acepta la idea de la locura sin delirio, sin
embargo disentía de la actitud moralmente neutra de Pinel hacia estos trastornos, y se
convirtió en el principal exponente de la idea de que estos comportamientos significaban
un defecto del carácter que había que reprender y merecía condena social, también amplió la
perspectiva del síndrome original, incluyendo bajo la calificación de locura moral una gran
variedad de trastornos mentales y emocionales. Todos estos pacientes compartían un
defecto común, el de la capacidad para guiarse a sí mismos según los "sentimientos
naturales", es decir, un sentido intrínseco y espontáneo de rectitud, bondad y
responsabilidad. Las personas con este trastorno estaban como poseídas, a pesar de que
eran capaces de entender, desde el punto de vista intelectual, las diferentes elecciones
posibles, pero otorgaban un mayor poder a los "afectos" que les impulsaban a llevar a cabo
comportamientos socialmente reprobables.
En este orden de ideas Prichard 1835 describe la locura moral como: una forma de trastorno
mental en el que las funciones intelectuales parecen estar intactas, mientras que el trastorno
se manifiesta básica o únicamente por el estado de los sentimientos, temperamento o
hábitos. En los casos de este tipo, los principios morales o activos de la mente están
pervertidos o depravados; el poder de autodominio se ha perdido o está muy alterado, y el
individuo es incapaz no sólo de hablar o razonar sobre los temas que se le proponen, sino de
conducirse con decencia y propiedad en los asuntos de la vida.
Tal como se plantea anteriormente, estas investigaciones dejaron huella, una huella que
afectó negativamente al concepto de psicopatía, ya que se comenzó a llamar a estos sujetos
con epítetos tan peyorativos como: imbéciles morales, idiotas morales, degenerados
constitucionales, insanos morales, entre otros. En definitiva, al psicópata se le ha venido
llamando de todo menos por su nombre.
LA PSICOPATIA EN LA ACTUALIDAD
Fue el psiquiatra alemán Kraepelin (1903), quien le dio un poco de sentido al concepto de
psicopatía, al hablar de los estados psicopáticos y, sobre todo, de las personalidades
psicopáticas. Ya en esta época, él fue quien primero advirtió que los psicópatas ni se
encontraban recluidos dentro de los sanatorios mentales los llamados por aquel entonces
manicomios, ni tampoco sólo se circunscribían al submundo delincuencial. Veinte años
después, el doctor Schneider, otro psiquiatra alemán y pupilo de Kraepelin, tomó el testigo de
éste y lo plasmó en su obra ("Las Personalidades Psicopáticas"), sin duda la obra más
influyente en los postulados teóricos y nosológicos de las posteriores clasificaciones
psiquiátricas internacionales, tanto la de la American Psychiatric Association (APA) como la
de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Psicópatas hipertímicos
Este grupo de psicópatas está caracterizado por tener
un ánimo fundamentalmente alegre, además
son personas activas y muy optimistas. Carecen de
firmeza y de profundidad, son imprudentes, fáciles de
influenciar e infieles. Incurren fácilmente en delitos.
Psicópatas deprimidos
Este grupo está caracterizado por tener una
predisposición depresiva y reservada, predominan los
auto reproches y dudas, son tranquilos. El autor
subdivide a los psicópatas depresivos en:
Melancólicos.
Malhumorados.
Con rasgos paranoides.
Psicópatas fanáticos
Se caracterizan por una personalidad activa y expansiva. No dudarán en delinquir y cometer
actos contrarios al orden social. Schneider distingue varias clases de fanáticos, dependiendo
de cuales sean sus propósitos:
Personales (luchan por su derecho, real o supuesto).
Idealistas (realizan manifestaciones a favor de su
programa).
Silenciosos.
Excéntricos.
Fantaseadores.
Psicópatas explosivos
Este tipo de psicópatas tienen una personalidad excitable
e irritable, se enfadan y entran en cólera con gran
facilidad.
Psicópatas desalmados
Sujetos con embotamiento afectivo, es decir que carecen
de determinados sentimientos básicos como compasión,
vergüenza, conciencia o sentido del honor, un rasgo
especial de los desalmados es la incorregibilidad.
Psicópatas abúlicos
Este tipo de psicópatas se caracterizan por la falta de
voluntad y la incapacidad de resistencia. Son
sugestionables.
Psicópatas asténicos
Nerviosos, caracterizados por su cobardía y por su preocupación por ellos mismos y no por
lo que pueda ocurrir a su alrededor. El autor pone de manifiesto que los psicópatas asténicos
se encuentran en ambos sexos e incluso en niños. Los considera psíquicamente
insuficientes: escasa capacidad de rendimiento, incapacidad de concentración y disminución
de la memoria. Además, fracasan en lo somático: no prestan atención a los malestares o a
pequeñas dificultades
Otra de las novedades que hizo notar Schneider fue advertir que los psicópatas se
encontraban también fuera de los contextos penitenciarios. En general, se definían las
personalidades psicopáticas con una frase que ha quedado para la posteridad:
Psicópatas primarios
Los psicópatas de esta categoría son impulsivos, agresivos, hostiles, extravertidos, confiados
en sí mismos, con bajo promedio de ansiedad. En este grupo se encuentran
predominantemente los narcisistas, histriónicos, y antisociales.
Psicópatas secundarios
Los psicópatas secundarios se caracterizan por
ser hostiles, impulsivos, agresivos, socialmente ansiosos,
aislados socialmente, malhumorados, con baja autoestima.
Dentro de esta tipología se encuentran antisociales,
evitativos, esquizoides, dependientes y paranoides.
Psicópatas controlados
Los psicópatas de este tipo suelen mostrarse defensivos,
controlados, sociables y no ansiosos. Este grupo presenta
menores puntajes de trastornos de personalidad.
Psicópatas inhibidos
En este grupo de psicópatas encontramos a los tímidos,
aislados, controlados, moderadamente ansiosos, con baja
autoestima. Aquí hay esquizoides, esquizotÍpicos y pasivo
agresivos, pero muestran bajos puntajes en antisocialidad.
Psicópata solapado
Comportamiento caracterizado por un barniz de sociabilidad y
amistad. Tras la apariencia se oculta falta de confiabilidad,
tendencias impulsivas y profundo mal humor y resentimiento
hacia los miembros de su familia y personas cercanas.,
también buscan atención expresada a menudo por
comportamientos seductores., siendo las relaciones
superficiales.
Psicópata tomador de riesgos
Este tipo de psicópatas necesitan sentirse vivos y se
involucran con facilidad en situaciones de riesgo. Responden
a los comportamientos de forma impulsiva e irreflexiva.
Temerarios e insensibles, incapaces de ser autónomos,
carentes de autodisciplina.
Psicópata codicioso
Persiguen su engrandecimiento. Sienten que la vida les ha privado
de amor, de apoyo, de gratificaciones materiales, motivados por un
deseo de retribución a partir de los actos criminales que cometen
para llenar su vida. Ellos creen que con sus actos restauran el
equilibrio.
Psicópata débil
Psicópata explosivo
En este caso habría muchos componentes del trastorno
explosivo intermitente. La característica principal es la súbita
y repentina acción de extrema hostilidad. Su conducta
“explota”, de manera que no da lugar a tiempo de contención.
Psicópata áspero
Este subtipo de psicopatía muestra su rechazo a los demás
de forma pasiva e indirecta. Suelen tener discordias de
manera incesante con los demás, magnificando hasta la
acción más pequeña para estar enredados en amargas
y constantes disputas con las personas que le rodean.
Psicópata malévolo
Asesinos en serie o/y comunes encajan en este perfil de
psicópata. Hostiles y vengativos, sus impulsos buscan un fin
destructivo y maligno. Fríos y crueles, buscan venganza por
ataques sufridos supuestamente, buscan el castigo.
Psicópata tiránico
Es de los más peligrosos y crueles. Intimidatorio, abrumador y
destructivo. Estimulado por la resistencia o la debilidad, las cuales
incrementan el ataque en vez de suavizarlo o detenerlo.
o Psicópata primario
o Psicópata desestabilizado
o Psicópata secundario
PSICÓPATAS
personas, pero no son capaces de experimentar las emociones por sí mismos. Y sí, es
probable que conozcas al menos uno: las tasas de prevalencia se encuentran entre el 0.2% y
el 3.3% de la población.
CAUSAS
Las causas de la psicopatía no están bien definidas, aunque se cree que puede haber un
factor genético que puede influir. También parece importante el comportamiento de los
padres y del entorno del enfermo durante la infancia y la adolescencia. Muchos psicópatas
han crecido en un ambiente de poca atención y poco cariño hacia ellos. De hecho, en
muchos casos ya se ve un comportamiento psicópata durante la infancia, con continuos
episodios de violencia hacia otros compañeros de
escuela. Ahora bien, describir a un psicópata como una
persona que no tiene sentimientos puede no ser del todo
acertado, y además carece de muchos otros rasgos que
podrían caracterizarlos. También manifiestan algunos
psicólogos que este trastorno de la personalidad en
ocasiones tiene su origen en daños cerebrales en el
lóbulo frontal.
PAUTAS QUE PERMITEN IDENTIFICAR A LOS PSICÓPATAS
Los psicópatas suelen seguir una serie de pautas que permiten su identificación, son fríos y
calculadores y cometen todo tipo de delitos y crímenes sin presentar ningún síntoma de
remordimiento. Hay algunos síntomas que son comunes en este tipo de enfermedad:
- Se muestran distantes y ajenos a los sentimientos del prójimo.
- Tienen una personalidad manipuladora.
- No les importa cruzar la línea de lo correcto y no siguen las reglas de convivencia normales.
- Les atrae el riesgo, su vida es aparentemente normal.
- Suelen tener conductas adictivas, Son crueles.
- No tienen remordimientos después de cometer todo tipo de delitos graves.
-.Distinguen perfectamente entre lo que está bien y lo que está mal.
- No suelen tener relaciones personales estables.
- Su vida está regida por el pragmatismo y los sentimientos no importan.
- No tienen miedo a ser castigados por sus crímenes.
1. Falta de empatía
Un psicópata no puede sentir lo que sienten los demás. Un individuo con personalidad
psicópata entiende sus sentimientos, pero no los siente. Así, si te ven llorando a causa de la
muerte de un ser querido, mostrará cierta compasión, pero no porque sienta una empatía
emocional real, sino solo por complacerte o por pura cortesía.
2. Poder de manipulación
Según The Sociopathic Style, el psicópata es
capaz de reconocer de qué cuerda debe tirar
o qué botón es el que debe pulsar para
engañar a otras personas, manipularlas
y hacerles creer lo que sea necesario, para
obtener un beneficio personal sin
preocuparse del impacto que esto pueda
tener en los demás o en sus sentimientos.
3. Irresponsabilidad
El comportamiento impulsivo y la irresponsabilidad forman parte de su estilo de vida. Un
psicópata nunca admitiría sus errores y son capaces de volverse iracundos con cualquiera
que les acuse de algo. El objetivo de este comportamiento es conseguir que el que acusa
reflexione sobre ello y acabe sintiéndose culpable por haberse quejado o por haberle hecho
responsable de algo.
4. Narcisismo
El narcisismo es una cualidad con mucho peso. Los psicópatas generalmente se ven a sí
mismos como más inteligentes, más poderosos y más valiosos que cualquier otra persona
sobre la faz de la tierra. Suelen tener una extravagante percepción sobre sí mismos,
pensando que el mundo gira en torno a ellos mismos.
5. Mentirosos patológicos
La mentira es su arma del día a día. Los psicópatas tienden a mentir continuamente. Sus
vidas conforman una interminable tela de araña de mentiras. Las mentiras pueden
encuadrarse en muchos niveles: de niveles moderados hasta niveles exagerados de
mentiras.
6. Encanto superficial
Los psicópatas suelen ser encantadores y tener cierto atractivo puesto que su carácter es
extrovertido, decidido y valiente. En ningún caso son tímidos ni temerosos de hacer o decir lo
que quieran, lo que puede ser malinterpretado como una alta autoestima. Sus miradas
siempre son inquisitivas.
7. Falta de remordimientos
Los psicópatas no se sienten culpables por el sufrimiento y el dolor que infligen a otros, o por
cualquiera de sus acciones en general. La desazón o la pesadumbre no están en su
vocabulario.
9. Acoso o Bullying
Los psicópatas suelen hostigar a
aquellos que no les aportan algún
beneficio, lo que implica que
subordinados, ancianos, niños o, en la
mayoría de los casos, animales, se
conviertan en víctimas. Disfrutan
ejerciendo su poder sobre los más
frágiles. Intimidar o escupir palabras es
lo suyo.
En pocas palabras, esta distinción se basaría en lo siguiente: saben lo que hacen, pero no
les importan en absoluto las cicatrices psicológicas y emocionales que causan con sus actos.
Entonces, ¿podemos decir que falla algo dentro de la conciencia del psicópata? En caso de
que fallare algo, ¿de qué se trataría? ¿Se tratará de un déficit cognitivo? ¿Se tratará de esa
especie de demencia o afasia semántica? ¿Es posible que los psicópatas no piensen en voz
alta? ¿Y en voz baja?.
Esta última es la verdadera conciencia, esa que todos conocemos y describimos
generalmente como "una vocecilla interior que nos dice lo que está bien y lo que está mal",
algo así como "el diablillo bueno y el malo", en suma: el centinela de nuestra conciencia.
Parece evidente que, en los psicópatas, la lógica del razonar sensatamente y de la
conversación interior en voz baja permanecen ausentes. Incluso las conversaciones
exteriores, dirigidas a los demás, de estos individuos encierran una gran multitud de
incongruencias y de saltos de un tema a otro, como si parecieran, sin serlo, como los
esquizofrénicos, los cuales presentan un descarrilamiento del lenguaje muy ostensible. Pero
los psicópatas, insistimos, ni deliran, ni viven en otro mundo, ni han perdido el juicio.
Sin embargo, el problema es que el psicópata puede enmascarar fácilmente esas
disonancias o incongruencias lingüísticas mediante sus espectaculares dotes de manipulador
y por su gran encanto superficial. Ahora, eso sí: en cierto modo podemos "detectar" algunas
de esas incongruencias si seguimos y estamos atentos a un principio básico, esencial, con el
que podemos desenmascararlo en buena medida: se trata, simple y llanamente, de comparar
lo que dice con lo que hace.
Hay que tener en cuenta que los psicópatas presentan una enorme discrepancia entre
su discurso verbal y sus actos. Esto es precisamente lo que llevó al doctor Cleckley a
formular su conocida y difundida hipótesis de que el psicópata pudiera sufrir una especie
de demencia o afasia semántica, postulando la existencia de "una anormalidad o defecto en
un nivel profundo que perturba la integración y la apreciación normal de la experiencia". Tras
formular su hipótesis, no tardaron los científicos de laboratorio en tratar de probar la
verosimilitud de la misma a través de una pluralidad de técnicas y estudios de investigación
biomédicos y psicológicos, pero siempre con muestras de psicópatas encarcelados (y, más
en concreto, con delincuentes comunes, de ahí muchos de los resultados contradictorios en
la investigación actual).
Sin embargo, muchos psicópatas nunca ingresan en la cárcel ni en ningún otro centro.
Parece que funcionan razonablemente bien son abogados, médicos, psiquiatras,
mercenarios, oficiales de policía, líderes religiosos, militares, hombres de negocios,
escritores, artistas y demás, sin contravenir la ley o al menos, sin que les cojan. En realidad,
son tan egocéntricos, insensibles y manipuladores como el resto de psicópatas; pese a, su
inteligencia, su familia, sus habilidades sociales y sus circunstancias les permiten construir
una fachada de normalidad y obtener lo que desean con relativa impunidad.
Algunos estudiosos los llaman "psicópatas con éxito". Otros opinan que individuos de esa
clase benefician a la sociedad. Según este argumento, debido a que son capaces de ignorar
las normas sociales, los psicópatas inteligentes pueden trascender los límites del
pensamiento convencional, aportando una chispa de creatividad a las artes, el teatro, el
diseño y demás. Desde otro punto de vista, por mucho que aporten, lo importante son los
corazones rotos, las carreras que destrozan y la gente utilizada que dejan en el camino, y
todo en nombre de su necesidad de "expresar su verdadero yo".
Antes que llamarlos psicópatas con éxito después de todo, su éxito es frecuentemente
ilusorio y siempre a expensas de otros, prefiero darles el apelativo de
psicópatas predelincuentes subcriminales. Su conducta, aunque técnicamente no ilegal,
violan los criterios éticos que tenemos la mayoría y se coloca en esa zona gris de la ley. Los
psicópatas predelincuentes exhiben la misma conducta y actitud en todas las áreas de su
vida, a diferencia de la gente que conscientemente adopta una actitud egoísta y sin
escrúpulos en sus negocios, pero que son razonablemente honestos en otras áreas de su
vida. Si mienten y engañan en su trabajo y salen bien parados de ello e incluso los admiran,
mentirán y engañarán en otras áreas de su vida.
Como decimos, a estos mismos sujetos, otros autores los han denominado psicópatas "con
éxito" o psicópatas "integrados". Así, independientemente del calificativo que emplees para
denominarlos, este tipo de sujetos tienen siempre el mismo perfil de personalidad: todos
aquellos psicópatas adultos que hasta el momento de su detención o hasta que los
desenmascararon pasaban por ciudadanos ejemplares, en realidad, no aparecieron ni
aparecen de la nada: "eran las mismas personas antes y después de su detención y/o
desenmascaramiento. Son psicópatas ahora y eran psicópatas antes.
EL SOCIOPATÍA
Según Stout (autora del libro The Sociopath Door), una de cada
25 personas es sociópata. En este orden de ideas la sociopatía
es un trastorno de la personalidad anti social definido como:
una afección mental en la cual una persona tiene un patrón
prolongado de manipulación, explotación o violación de los
derechos de orden de otros, comienza en la infancia o
adolescencia temprana, continúa en la edad adulta. De igual
forma, se considera como una enfermedad crónica, de modo que carece de cura, sin
embargo, la psicoterapia y los medicamentos pueden ayudar a controlarla.
Es de hacer notar que el trastorno de personalidad antisocial (TPA) es una patología
psiquiátrica. Las personas que la padecen no pueden adaptarse a las normas sociales, como
son las leyes y los derechos individuales. Si bien puede ser detectada a partir de los 15 años
de edad, se estima que los síntomas y características se desarrollan desde la adolescencia.
Por esta razón antes de los 15 años debe detectarse una sintomatología similar pero no tan
acentuada, se trata del trastorno disocial de la personalidad.
Siguiendo estas líneas, las personas que padecen este trastorno sufren un mal de índole
psiquiátrica, un grave cuadro de personalidad antisocial que les hace rehuir las normas
preestablecidas; no saben y no pueden moldearse a ellas. A pesar de que saben que están
haciendo un mal, actúan por impulso, cometiendo incluso delitos graves. Es común que se
confunda este trastorno con otros conceptos parecidos, como podrían ser la conducta
criminal, el comportamiento antisocial, pero son trastornos, aunque relacionados, de
diferentes características, con otros tratamientos y consecuencias.
CAUSAS
Se estima que este trastorno es causado por una variedad de factores, muchos son de
índole genética, pero también tiene mucha importancia el entorno de la persona,
especialmente el de los familiares directos, en su posterior desarrollo. Los investigadores
también consideran que existen factores biológicos que pueden contribuir en su progreso. La
manifestación de procesos químicos anormales en el sistema nervioso y posibles daños en
las partes del cerebro que atañen a la toma de decisiones puede llegar a despertar un
comportamiento impulsivo y agresivo. Otra de las causas de TPA puede ser el abuso
de estupefacientes.
Se destaca el hecho de que este tipo de trastorno puede ir acompañado con ataques de
pánico o con esquizofrenia. Dentro de los síntomas comunes que pueden prevalecer en la
conducta antisocial, se encuentra el síndrome de aislamiento. Este síndrome es también
nombrado como huida o evitación, está caracterizado por su peculiaridad de aislamiento,
pero se manifiesta como una tendencia a evadir o evitar relaciones y/o contacto con las
exigencias sociales; esta conducta consta de lo reservado y lo introvertido que puede ser un
individuo dentro de la misma sociedad y quienes lo rodean.
Ahora bien, estos individuos sufren la crítica, el rechazo, o desprecio de la sociedad, por
tanto por medio de esa incomodidad utilizan un método de defensa para evitar esas
dificultades, precisamente enfrentan problemas para las relaciones interpersonales. Asi
mismo, enfrentan una lucha constante para salir de sí mismos y expandirse a las relaciones
sociales. Esta conducta no solamente se caracteriza de una negación total a las relaciones
interpersonales de los individuos, sino que por su constante lucha de salir de sí mismos, ellos
realmente tienen un deseo de poder lograr dichas relaciones, estas relaciones solo se dan
con personas con las que ellos sientan empatía. Esta lucha entre el deseo y el temor
ocasionan en estos individuos una frustración hasta sentirse fracasados, por tanto, esta
frustración puede traer consigo el refugio en la fantasía como la introversión.
Según Quintana, (1996) para la identificación de los diferentes tipos de evitación en la
conducta parte de la premisa de que hay dos clases principales de evitación, ellas son: la
evitación social activa y la evitación social pasiva:
a) La evitación social activa se
define por el temor de ser rechazado y
será alto el índice de evitación, esto es
por la desconfianza en sí mismo, o sea
un aislamiento forzado por
inseguridad.
b) La evitación pasiva es descrita
por incapacidades emocionales; por
tanto, el mecanismo de defensa de
estos individuos es aferrarse a un mundo de fantasías y a su propia fantasía
interpersonal.
Tales factores principales son: el contexto familiar, las condiciones ambientales y medios
tecnológicos como factores que pueden ser de influencia en un alto índice en la conducta
antisocial.
a) El contexto familiar en los niños, la
conducta antisocial está relacionada
con el comportamiento de los padres.
Este comportamiento puede estar
sujeto a alguna conducta delictiva y
alcoholismo del padre o la madre como
también la infidelidad y/o conflictos
personales entre la relación.
b) Las condiciones ambientales o contexto en el hogar de ese niño son papel de riesgo
para una conducta antisocial mayor en el trastorno, esto se le incluirá las relaciones
que tienen ellos con sus padres.
Los sociópatas se pueden reconocer gracias a que varios de sus comportamientos son
fácilmente identificables. Los actos de crueldad, el cinismo y uso de adjetivos
despectivos para describir a los demás es parte fundamental de su proceso
comunicativo. Egocéntricos, no dependen de la valoración del grupo social para su
autovaloración. Muy seguros de sí mismos, tienen una actitud individualista y poca
dependencia en los demás. Son explotadores naturales y muestran una irresponsabilidad
absoluta ante sus relaciones emocionales o sexuales. Es muy común que tengan muchas
relaciones personales al mismo tiempo o que no se les conozca pareja estable monogámica.
De tener hijos, suelen observarse niveles de desatención y hasta malnutrición en los infantes
a su cargo. Pueden ser expulsados de sistemas convencionales como el ejército o un
empleo, han estado recluidos en penitenciarías o incluso, pueden llegar a perderlo todo y
quedarse en la indigencia.
Es importante mencionar que el cinismo, el egocentrismo y la elevada autovaloración han
sido características que se consideran para el diagnóstico del comportamiento
psicopático. La personalidad sociópata puede estar acompañada de otros trastornos
mentales como la poca tolerancia al estrés, tendencia muy marcada al aburrimiento
constante, trastornos depresivos, abuso de sustancias psicotrópicas, adicción al juego e
incapacidad para controlar la impulsividad.
El trastorno de la personalidad se cataliza mediante eventos que han sucedido en la niñez
que maximizan la conducta desviada durante la vida adulta. Disciplina agresiva, sufrir abusos
durante la niñez o incluso la propia
negligencia paterna podrían
incrementar la probabilidad del
desarrollo del trastorno de la
personalidad psicopática. Más allá
de todo esto, lo más importante es
que aprendamos a reconocer las
señales y saber reconocer cuándo
estamos frente a un sociópata .
A medida que los nuevos conceptos y teorías del psicoanálisis se fueron consolidando
durante la década de los años veinte, las nociones preliminares y más extendidas en relación
con el carácter de los psicópatas fueron el objeto/tópico principal de las publicaciones de los
clínicos, cada uno de los cuales partía de su escuela de pensamiento. La mayoría se vieron
enfrascados en esta tarea gracias a un texto de Freud (Froid) titulado "Algunos tipos de
carácter observados con el trabajo psicoanalítico". En este texto, Freud describió "actos
peculiares" que no parecían ser propios del carácter del individuo. Al exponer la dinámica
subyacente a un subgrupo de estos casos, refiriéndose a la "criminalidad a partir de un
sentido de culpa" (los denominados delincuentes por sentimientos de culpa), Freud escribió
lo siguiente: El trabajo analítico lleva a la sorprendente conclusión de que tales acciones se
producen precisamente porque están prohibidas y, al llevarlas a cabo, la persona disfruta de
una sensación de alivio mental. Sufren una sensación aprensiva de culpa, de la que no
conocen el origen y, una vez que han cometido la acción prohibida, la opresión se mitiga.
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