Ppaa 04
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(PAX)
Los tóxicos son las sustancias que a ciertas concentraciones producen efectos dañinos
en los seres vivos.
Tipo de tóxico:
Cantidad absorbida.
Las intoxicaciones por productos del hogar afectan fundamentalmente a niños y niñas.
En este apartado veremos los tipos de agentes químicos, las vías a través de las que se
puede producir una intoxicación, los factores de los que depende su gravedad y la
actuación general a seguir en los principales casos.
Los agentes químicos que pueden causar intoxicaciones son muy variados.
Son muchas las clasificaciones que se han realizado sobre los contaminantes químicos
en función del efecto que provocan sobre el organismo:
En función de su peligrosidad.
Minerales.
Microbiológicos.
Vegetales.
Animales.
Sintéticos.
Según sus efectos sobre la salud, los agentes químicos y medicamentos pueden estar
etiquetados con alguno de los siguientes pictogramas:
Efecto
sobre el Descripción Pictograma
organismo
Procedencia.
Procedencia.
Procedencia.
Las formas de ingreso de los tóxicos en el organismo son uno de los factores de los que
depende la gravedad de una intoxicación.
Digestiva.
Respiratoria.
Cutánea.
Transcutánea.
La mayoría de las intoxicaciones son leves, siendo el 80% de las que llegan a urgencias
de este tipo. Aproximadamente un 5% de las mismas pueden originar fallos
multiorgánicos y la muerte del paciente. ¿Qué intoxicación piensas que aparece más
frecuentemente en las salas de urgencias? Aunque pueda parecer curioso cualquier
médico de urgencias te informará de que las intoxicaciones más habituales son por
ingesta de bebidas alcohólicas.
En algunos casos, como el que hemos comentado, es relativamente fácil averiguar que
la persona está intoxicada. En otras situaciones no resulta tan sencillo, siendo el primer
paso para poder actuar, averiguar si existe una intoxicación, con qué producto y la
cantidad del mismo absorbida.
Los síntomas que presenta un intoxicado están en función de tres factores básicos:
el tipo de tóxico,
la dosis absorbida
y la presencia de complicaciones (enfermedades de la víctima, tiempo
transcurrido, interacciones con otros medicamentos o productos).
Debido a esta complejidad las manifestaciones de una intoxicación aguda pueden ser
muy diferentes. En la mayoría de los casos la persona intoxicada está consciente y es
capaz de indicar la naturaleza del tóxico. En caso de que la persona afectada esté
inconsciente, confusa o no desee avisar de la intoxicación, podemos tener una
orientación si observamos algunos de estos síntomas:
Las indicaciones que nos pueden llevar a sospechar que se ha producido una
intoxicación pueden ser externas a la víctima, como por ejemplo por:
Medicamentos abiertos.
Productos químicos.
Tipo de tóxico.
Cantidad absorbida.
Vía de administración.
Tiempo de exposición
Edad y estado físico de la víctima.
Otros factores como la interacción con otros productos (por ejemplo alcohol y
antidepresivos).
Ante un intoxicado hay que tener ciertas precauciones como son las de controlar si la
fuente de la intoxicación puede afectarte también. Piensa en una persona intoxicada en
una habitación con monóxido de carbono debido a la mala combustión de una estufa. En
estas circunstancias debes empezar por protegerte a ti mismo. En caso de intoxicarte no
sólo no podrás ayudar a la víctima sino que puedes correr serio peligro.
La actuación dependerá de la vía de entrada del tóxico y del tipo de tóxico. A nivel
general:
Intoxicación por vía digestiva. Son producidas por ejemplo por el consumo de
alimentos en mal estado, por ingestión de medicamentos o productos químicos.
Las intoxicaciones por vía respiratoria suponen una actuación por parte del
socorrista que empieza por su propia protección.
Determinados insectos y animales tienen una enorme capacidad potencial de dañar a los
seres humanos. Es conocida la peligrosidad de ciertas especies de serpientes, insectos y
arácnidos que a lo largo de la historia han provocado enfermedades e incluso la muerte.
Aunque menos frecuente, el contacto con determinadas plantas puede originar lesiones
en la piel que en general tienen un carácter leve. Por esta razón en este apartado
estudiaremos básicamente las lesiones originadas por animales.
Los seres vivos que frecuentemente pueden originar una lesión son fundamentalmente
los animales. Podemos diferenciar dos tipos de agresiones: Las mordeduras y las
picaduras. Las dos hacen referencia a las lesiones causadas por animales pero en el caso
de las picaduras suelen referirse a la inoculación de una sustancia tóxica a través de la
piel como es en el caso de ciertos insectos, arácnidos y serpientes.
Aunque es bastante más frecuente el miedo a las lesiones originadas por picaduras, las
estadísticas demuestran que los servicios de urgencias atienden en una proporción
mucho mayor las lesiones originadas por mordeduras, básicamente de animales
domésticos.
Mordeduras.
Las mordeduras de perros son las más habituales y en general afectan a la cabeza y
cuello si la víctima es un niño o una niña, y a las extremidades superiores en caso de
personas adultas. Las mordeduras humanas son escasas y en general superficiales.
Suelen producirse en entornos infantiles.
Las heridas punzantes, las lesiones en cabeza o cuello, las mordeduras en las
manos y todas aquellas en las que se pueda sospechar una infección deben
atenderse en los servicios médicos.
Cuando existe riesgo de rabia la rápida limpieza con agua y jabón, e intenso
riego con povidona yodada (betadine) consiguen evitar la aparición de la
enfermedad hasta en el 90% de los casos.
Picaduras.
La mayoría de las picaduras son de carácter leve (mosquitos, avispas, medusas), sin
embargo en ocasiones pueden suponer un mayor riesgo llegando en raros casos a poner
en peligro la vida del herido.
Las picaduras de insectos como las avispas, abejas, abejorros, mosquitos, se tratan con
limpieza de la piel y extracción del aguijón si lo hay. La irrigación de la zona con
amoniaco reduce el dolor y la inflamación. En caso de las orugas podemos retirar los
filamentos mediante una tira de esparadrapo antes de seguir las recomendaciones
generales.
Las picaduras de serpientes se tratan con reposo y aplicación de frío local. Elevamos la
extremidad afectada para reducir el edema. En estos casos nunca se realizarán
incisiones ni succión de la zona afectada pues aumentamos el riesgo de infección. El
tratamiento médico no debe demorarse, pues los síntomas pueden aparecer varias horas
después.
Aunque pueda sorprender entre 15 y 20 personas mueren cada año en nuestro país por
picaduras de avispas y abejas. A pesar de que las picaduras de estos insectos son muy
frecuentes, existen casos extremos en los que la picadura causa la muerte por lo que se
llama choque anafiláctico (shock anafiláctico).
Síntomas.
Tratamiento
Algunas personas alérgicas llevan siempre este tipo de medicación para el caso de que
sufran alguna reacción alérgica de gravedad.
Actuación
El alumbramiento de la placenta.
El inicio del trabajo de parto varía entre una mujer y otra, siendo los signos más
frecuentes, la expulsión del tapón mucoso cervical, la aparición de espasmos uterinos a
intervalos menores de uno cada diez minutos y la ruptura de las membranas que
envuelven al líquido amniótico (romper aguas).
Dilatación.
El primer período del trabajo de parto tiene como finalidad dilatar el cuello
uterino. Se produce cuando las contracciones uterinas empiezan a aparecer con
mayor frecuencia, aproximadamente cada 3 - 15 minutos, con una duración de
30 segundos o más cada una y de una intensidad creciente. Las contracciones
son cada vez más frecuentes y más intensas, hasta una cada dos minutos y
producen el borramiento o adelgazamiento y la dilatación del cuello del útero, lo
que permite denominar a este período como período de dilatación. La etapa
termina con la dilatación completa (10 centímetros) y borramiento del cuello
uterino.
Expulsión.
Alumbramiento.
La actuación ante un parto de urgencia empieza por alertar al 112 y seguir sus
instrucciones mientras llegan los servicios de emergencias. Es conveniente tener a mano
ropa limpia o toallas por si el nacimiento se produce antes de la llegada de los servicios
de urgencias.
Contracciones.
o Acostada de espaldas.
o Muslos separados.
Ya tenemos al bebé coronando el canal del parto. En este momento tu actuación debe
estar encaminada a ayudar al bebé en su salida. Sin embargo no debes intentar tirar de él
con brusquedad. Con la salida de la cabeza, ¿piensas que el resto del cuerpo saldrá con
facilidad?
Comprobaremos que no hay ninguna vuelta del cordón alrededor del cuello del
bebé. En caso de que sea así intentaremos liberarla.
Para ayudar a la expulsión del bebé, colocaremos ambas manos en los lados de
la cabeza haciendo una ligera flexión hacía abajo con el fin de liberar el hombro
superior. Pediremos a la madre que empuje para ayudar en la salida del bebé.
Con una flexión hacía arriba y el empuje de la madre se liberará el hombro
inferior. El bebé sale sin dificultad al liberarse los dos hombros.
o Esperamos a que salga la placenta sin tirar del cordón. Puede tardar unos
30 minutos después del nacimiento del bebé.
o Hay que valorar las constantes vitales del bebé y de la madre. Valorar
especialmente el sangrado y posibilidad de choque hipovolémico en la
madre.
4. Movilización de heridos.
En un accidente de este tipo controlaremos las constantes vitales. Salvo que se trate de
una urgencia vital, evitaremos mover a la víctima hasta que lleguen los equipos de
emergencias. Incluso si la persona recupera la consciencia, lo más adecuado es pedirle
que no se mueva ni salga del vehículo.
Desde situaciones graves en las que tenemos que proceder a una movilización de
urgencia, como puede ser un caso de persona que no respira, hasta casos menos
peligrosos en los que alguien se ha hecho daño en un tobillo, la movilización de la
víctima se realizará intentando inmovilizar lo mejor posible las zonas afectadas.
Reducir el dolor.
Durante una excursión junto a un arroyo un amigo tropieza y cae. Se ha hecho bastante
daño en el tobillo y sospechas que pueda tener una fractura. ¿Será mejor llamar a
urgencias o llevarlo hasta el vehículo? La subida del agua del arroyo te convence de que
como poco tienes que trasladar a tu amigo hasta un lugar seguro.
Son tres los aspectos a considerar de cara a la evaluación del traslado de las víctimas:
Identificación de riesgos.
De los tres aspectos a considerar para evaluar la necesidad de traslado que acabamos de
mencionar en el apartado anterior, el primero, la posibilidad de asistencia médica con
rapidez tiene poco más que considerar, ya que no es algo que dependa de nosotros ni
que requiera de ninguna actuación por nuestra parte. Son los otros dos aspectos,
identificación de riesgos y valoración de indicaciones y contraindicaciones del traslado,
los que vamos a considerar en este apartado.
Identificación de riesgos.
Los pacientes que han sufrido un traumatismo importante, por ejemplo una caída
de más de dos metros, un accidente de tráfico, etc. Se consideran pacientes con
posibles lesiones de columna. En estos casos es prioritario proteger la columna a
fin de evitar consecuencias mayores que pueden desencadenar lesiones
medulares irreparables. Evitaremos movilizarlos salvo que sea una urgencia
vital.
o Sujetaremos con las dos manos el cuello de la víctima (si hay varios
socorristas).
A lo largo de las unidades hemos visto cómo en función de las lesiones, existen
posiciones de espera más adecuadas para los heridos. En general, un herido inconsciente
que respira, se coloca en posición lateral de seguridad. Sin embargo existen algunas
excepciones.
Arrastre por los pies. Es una de las formas de arrastre más cómodas. Tiene la
limitación de que sólo permite el arrastre por superficies horizontales y sin
demasiados obstáculos. No se puede emplear en caso de traumatismos severos
en las extremidades inferiores.
Arrastre por las axilas. En esta técnica, el socorrista se coloca por la cabeza del
herido y lo coge desde atrás pasando sus brazos bajo las axilas de la víctima.
Otro caso especial de rescate es el que podemos encontrar en los accidentes de tráfico
en los que aparezca una circunstancia que obligue a extraer a la víctima. Por ejemplo
si se produce un incendio o cuando el accidentado no tiene signos de respiración. En
esta última situación ha de iniciarse la reanimación cardiopulmonar. Es imprescindible
sacarlo del vehículo a fin de aplicarle maniobras efectivas.
4. Pasar un brazo por detrás del accidentado, entre él y el asiento y deslizarlo por
debajo de la axila hasta sujetar a la víctima por la muñeca opuesta.
5. Deslizar la mano aún libre por debajo de la axila más próxima hasta sujetar el
mentón y proceder a sacar el cuerpo arrastrándolo hacia fuera con suavidad.
6. Apoyar nuestra mejilla para sujetar la cabeza del herido e impedir cualquier
movimiento del cuello.
Es en este momento cuando, podemos colocar al herido sobre una manta o un abrigo
que pueda servir para trasladarlo fácilmente a otro lugar fuera del peligro.
Seguramente eres consciente de que las anteriores técnicas requieren un gran esfuerzo
físico y las técnicas de arrastre provocan daños fácilmente en la zona de la lesión. Sin
embargo existen otras posibilidades de movilización contando con la colaboración del
herido.
Hay que tener especial cuidado con los heridos que han sufrido algún tipo de fractura,
pues una incorrecta manipulación puede originar que una fractura cerrada pase a
convertirse en abierta, o que los fragmentos de hueso originen un mayor daño nervioso
o vascular.
Además de las técnicas vistas en el apartado anterior, se pueden utilizar estas otras,
valorando en cada caso la técnica más adecuada en función de las lesiones del herido y
de la necesidad de rescatarlo o ayudarle en el traslado.
"En muleta". Con esta técnica podemos ayudar a un lesionado que pueda
caminar por sí mismo. Nos colocamos de modo que el herido pueda apoyarse en
nuestro hombro y lo podemos sujetar por la cintura para darle un segundo punto
de apoyo. Si hay dos socorristas pueden colocarse a ambos lados.
Método del bombero. Esta técnica permite mover a una persona inconsciente
siempre que el socorrista sea al menos tan corpulento como la víctima. Permite
además dejar al socorrista una mano libre que le permita sujetar algún objeto
necesario (linterna, máscara de oxígeno), o bien sujetarse agarrándose a una
barandilla. Como inconveniente, necesita de una importante fortaleza física y
conocimiento de la técnica. No hay que olvidar que una víctima inconsciente no
debe ser movilizada salvo que se trate de un rescate.
¿En alguna circunstancia decidirías realizar este traslado más allá de unos pocos
metros?
En general no se producen casos así salvo que sepamos con seguridad que no va a llegar
ayuda y que la vida del herido corre serio peligro sin un traslado.
Podemos improvisar una camilla utilizando los materiales disponibles. En todos los
casos necesitamos dos largueros sobre los que montar la camilla.
Con dos largueros resistentes de una longitud suficiente (que den cabida a una
persona tumbada), colocando entre ambos una manta de manera que sirva como
soporte de la camilla; para ello hay que proceder de la siguiente manera:
Utilizaremos para ello dos camisas de manga larga y dos largueros de longitud
adecuada.
Son inconscientes.
La comunicación no sólo se basa en los aspectos lingüísticos (lo que decimos) sino
también en otros elementos no verbales como son nuestra postura, entonación al hablar,
volumen y timbre de la voz, dirección de la mirada,... Todos estos aspectos pueden
suponer un flujo de comunicación mayor incluso que la información lingüística.
Elementos de la comunicación.
Tipos de comunicación.
Dificultades de la comunicación.
Elementos de la comunicación
Tipos de comunicación
Dificultades de la comunicación.
En el caso práctico la actitud de Alba puede parecer "extraña" sin embargo es una
reacción bastante normal ante una situación de ansiedad. Quizás hayas visto en alguna
ocasión emocionalmente muy intensa una reacción que no has entendido. En este punto
vamos a ver algunas de las más habituales.
En los primeros momentos tras una situación de emergencias podemos encontrarnos que
se proporcionan correctamente las lesiones físicas de las víctimas y sin embargo se
dejan desatendidas las lesiones psicológicas de las víctimas, familiares y amigos.
Los primeros auxilios psicológicos son la atención que se da a una persona que ha
vivido una situación de emergencia y que muestra algún tipo de alteración psicológica.
Las técnicas de ayuda psicológica que podemos prestar se centran en tres puntos:
Como hemos estudiado a lo largo de este apartado, la atención a las lesiones físicas no
es lo único que podemos hacer por una persona que haya sufrido un fuerte impacto
emocional. Para reducir el grado de sufrimiento emocional es importante "conectar" con
la persona. El establecimiento de una comunicación eficaz es la clave para poder ayudar
en estas situaciones.
Ante una situación que supone una vulneración a alguno de nuestros derechos,
podemos adoptar tres conductas:
Escucha activa.
Empatía
¿Reaccionan por igual todas las personas ante una situación de emergencia? ¿Hay
circunstancias que pueden aumentar el nivel de ansiedad general?
Ante una situación de emergencia nuestra reacción no siempre es igual como hemos
visto en el apartado de "Valoración del primer interviniente". Las características
personales del individuo, su formación o las vivencias previas pueden actuar a favor o
en contra en una situación de emergencia. El estrés provocado por la propia situación
genera un alto nivel de ansiedad.
Ante una situación de gran estrés, puede producirse un trastorno conocido como
Trastorno de estrés post traumático (TEPT). Se caracteriza por producirse después de
una situación traumática para la persona.
Determinados aspectos predisponen a que ese nivel de ansiedad sea especialmente alto.
Una vez pasado el suceso traumático las personas afectadas necesitan sentirse
protegidas y un apoyo emocional importante que inicialmente puede prestarles cualquier
persona. En caso de ser posible este apoyo es dado por familiares y amigos. Si las
reacciones ansiosas son especialmente fuertes se procurará el traslado a un centro
sanitario.