Monografía Trauma Craneo Encefálico
Monografía Trauma Craneo Encefálico
Monografía Trauma Craneo Encefálico
1. Definición
2. Epidemiología
Las cifras reales son difíciles de conocer, pero oscilan alrededor de 2.000
urgencias atendidas por 100.000 habitantes y año. De éstas, 300 pacientes van a
precisar ingresos hospitalarios y alrededor de 10 personas/100.000 habitantes/año
fallecen a consecuencia de un TCE.
Los TCE llegan a ocasionar el 1% de todas las muertes. Son la causa del 25% de
las muertes por traumatismos y del 50% de las muertes ocasionadas por
accidentes de tráfico.
De los pacientes que han sufrido graves traumatismos y mueren antes de llegar al
hospital, 2/3 es a causa de las lesiones múltiples recibidas y hasta un 10% por las
lesiones a nivel cervical.
Una vez que llegan al hospital, los TCE graves mueren en un 35% debido a
lesiones primarias cerebrales, un 50% o más debido a lesiones expansivas
secundarias y un 8% a causa de complicaciones extracraneales.
3. Clasificación
Lesiones de cuero cabelludo. Traumatismos cerrados. Traumatismos
abiertos
Lesiones de cráneo. Fracturas. Lineales, deprimidas, de la base
Lesiones de meninges. Fístulas de LCR. Hernias cerebrales
Lesiones de encéfalo
o a. Lesiones primarias focales
Contusión
Laceración
o b. Lesiones primarias difusas
Conmoción cerebral
Lesión axonal difusa
Hemorragia subaracnoidea
o c. Lesiones secundarias
Lesión isquémica
o d. Hematomas intracraneanos
Hematomas extradurales
Hematomas subdurales
Agudos
Crónicos
Hematomas intracerebrales
a. Arteriales
Oclusiones
Pseudoaneurismas
b. Venosas
c. Mixtas
• Fístulas A-V
La dilatación de las pupilas con pérdida de la reacción hacia la luz suele indicar
herniación. Algunos pacientes que tienen un hematoma epidural pierden la
consciencia, luego tienen un intervalo transitorio de lucidez y después un
deterioro neurológico gradual.
Las respiraciones suelen ser lentas e irregulares. La lesión cerebral difusa grave
o un aumento notable de la presión intracraneal pueden causar una postura de
decorticación o de descerebración. Ambos son signos de mal pronóstico.
Amnesia
Cambios en el comportamiento (p. ej., agitación, impulsividad,
desinhibición, falta de motivación)
Labilidad emocional
Trastornos del sueño
Función intelectual disminuida
8. Manejo farmacológico.
• Las maniobras de drenaje bronquial deben respetar los ciclos impuestos por el
ventilador para evitar que un aumento de la presión intratorácica repercuta sobre
la
PIC.
• Las aspiraciones traqueales pueden aumentar la PIC. Deben precederse de una
preoxigenación y ser limitadas en cuanto a duración y repetición.
Rehabilitación funcional
FASE DE DESPERTAR
Regulación sensorial
Musicoterapia
Se trata de uno de los síntomas más frecuentes de las personas con TCE y de sus
familias. Están presentes en alrededor del 50% de los casos después del
traumatismo. Las estrategias de rehabilitación de los trastornos de la memoria
intentan en la actualidad aportar al paciente una ayuda mucho más concreta en
las diversas actividades de su vida diaria. Las estrategias de facilitación consisten
en enseñar al paciente a utilizar mejor sus habilidades mnésicas residuales.
Por tanto, si la dificultad del paciente consiste en recuperar una información que
se supone que está en su memoria, se trata de encontrar índices de recuperación
ficaces. Para ayudar al paciente a recuperar el nombre de una persona familiar, se
aplican estrategias destinadas a mejorar la recuperación de los nombres de las
personas que conoce (recuperar el máximo de informaciones sobre la persona,
explorar lo que se conoce a partir del nombre, por ejemplo, pasando revista el
alfabeto para encontrar la primera letra del nombre). Para aprender una
información nueva, se debe mejorar la calidad de la codificación. Si el material que
se tiene que
memorizar es lógico, coherente y significativo, el objetivo consiste en desarrollar la
comprensión del material organizándolo, relacionando este material con los
conocimientos preexistentes. El método Preview, Question, Read, Sate, Test
(PQRST) se utiliza para el aprendizaje de un texto, por ejemplo. En cambio, si las
informaciones que se tienen que codificar no son coherentes o relacionadas (la
asociación entre un nombre y una cara), se trata de añadir la significación, la
organización y las relaciones, es decir, los índices que pueden utilizarse en la
etapa de la recuperación. Este papel pueden desempeñarlo los procedimientos
mnemotécnicos verbales o basados en imágenes mentales. Entre los
procedimientos de imágenes más conocidos, se pueden citar el método de cara-
nombre, el método de la palabra-clave, el método de la tabla de recuerdo y el de
las localizaciones. Sin embargo, estos distintos procedimientos son difíciles de
aplicar en las situaciones de la vida diaria. Además, en los pacientes que tienen
una amnesia grave son ineficaces. En tal caso, las capacidades mnésicas
conservadas se aprovechan para aprender los conocimientos específicos de un
ámbito con el fin de hacerlo más autónomo en la vida diaria (trayectos,
manipulación de aparato complejo). Por tanto, se pueden proponer tres técnicas:
la de recuperación espaciada, la de difuminado y el método de aprendizaje sin
error. Muchos estudios han demostrado la eficacia de estas técnicas de
aprendizaje de nuevas informaciones en los pacientes que presentan trastornos
graves de la memoria episódica, al permitirles recuperar un papel en el seno de la
célula familiar o social (voluntariado). Un último objetivo consiste en mejorar
algunos parámetros del entorno de un paciente, o incluso en utilizar recordatorios
externos con el fin de reducir las consecuencias del funcionamiento mnésico del
paciente. El uso de un recordatorio debe aplicarse precozmente y como
complemento de las otras estrategias. Existen recordatorios del entorno (paneles
indicativos, etiquetas en armarios, calendarios, tarjetas de identificación, líneas en
el suelo) y recordatorios personales (carnet de memoria, agenda electrónica,
teléfono móvil, pastillero para medicinas).
Una de las prótesis mnésicas más utilizadas en rehabilitación es el carnet de
memoria. Se requiere un proceso largo de aprendizaje, que se desarrolla en varias
etapas: anticipación, elaboración y utilización. La elección de los epígrafes es
primordial y se crean en función de las necesidades del paciente. Se utilizan o se
elaboran otras ayudas de forma específica para los pacientes (planificación,
organización de las compras en un supermercado).
Trastornos conductuales
Anosognosia
Voz
Después de un TCE, se pueden observar distintos trastornos. Una afectación de la
laringe suele estar relacionada con una intubación prolongada o una traqueotomía.
La disfonía (voz grave, ralentizada y temblorosa) puede deberse a afectaciones
bulbares o periféricas, pero también a afectaciones frontales. La asociación de
rinolalia abierta por hipotonía velar y/o faríngea, de trastornos de la deglución y de
articulación es muy frecuente. La rehabilitación de estos trastornos de la voz se
efectúa simultáneamente a la de la disartria.
Habla
Lenguaje
Comunicación
• La hipertonía de los miembros puede ser muy marcada, incluso mixta, lo que
provoca actitudes viciosas que enmascaran una motricidad útil; debe tratarse con
rapidez para no comprometer las capacidades funcionales del paciente.
Trastornos motores
Ataxias
Trastornos neuroortopédicos
Trabajo funcional
Se deben observar las estrategias motrices utilizadas por el paciente para guiarle
y escoger las posibles ayudas. El aprendizaje de tipo «ensayo-error» permite
elegir la estrategia más eficaz (coste energético, coste atencional). Debido a las
dificultades de aprendizaje, es necesario secuenciar las etapas de la transferencia
y, en ocasiones, ependiendo de los trastornos mnésicos, efectuar un aprendizaje
sin error (cf P6). La repetición de los ejercicios es esencial cuando el objetivo es
automatizar una actividad (p. ej., transferencia, marcha). Se deben cuantificar los
resultados de una sesión (tiempo para realizar una transferencia, número de
transferencias), proponer objetivos progresivos al paciente e informarle de su
evolución y sus progresos. Hacia el apoyo monopodal y la marcha: la utilización de
un arnés de suspensión permite una seguridad y una situación en ocasiones útil
para el paciente. Se puede asociar a una cinta de andar, que obliga al paciente a
una cierta cadencia y a una repetición del esquema de marcha. Cuando el
paciente comienza a caminar, se debe comenzar el aprendizaje de levantarse del
suelo. El trabajo en el suelo (secuencia de enderezamiento, trabajo en posición
cuadrúpeda) permite solicitar las reacciones de equilibración disminuyendo el
miedo. El trabajo en las escaleras se inicia enseguida, sobre todo si se ha
autorizado al paciente a irse de alta con un permiso terapéutico y la accesibilidad
de su domicilio lo requiere.
La marcha no es un objetivo en sí misma, sino la acción que permite un
desplazamiento. Por lo tanto, se deben trabajar los distintos parámetros
(resistencia, variaciones de los terrenos, velocidad) y poner al paciente en
condiciones reales para lograr un objetivo (la oficina de correos situada a 500 m).
El trabajo de doble tarea permite garantizar la seguridad del paciente, en última
instancia, por la disminución del coste atencional de la marcha. Es importante
lograr una marcha segura, adaptando las posibles ayudas técnicas y/o el
acompañamiento de otra persona. En un paciente desorientado y confuso, la
reanudación de la deambulación puede favorecer un riesgo de fuga y justificar el
uso de sistemas de alerta compatibles con la vigilancia de los pacientes.
Se deben evaluar la carrera, los saltos, la coordinación, etc. (subir una escalera) y
entrenarse en función de las necesidades del paciente. Se pueden desarrollar las
capacidades de organización, de planificación y de retrocontrol del paciente si se
le solicita que cree su recorrido de obstáculos. Hay diversos métodos que pueden
ayudar a mejorar los gestos (lentitud, flexibilidad motriz), la organización espacial y
la coordinación, como la mímica o la biorretroalimentación y los cambios de ritmo
a través de actividades lúdicas o deportivas (Wii, bádminton, salto a la comba,
tenis de mesa). La prensión debe trabajarse mediante actividades como la comida,
el aseo, el acicalamiento o la utilización de un ordenador. En ocasiones, se
requieren ayudas técnicas. Hay que desarrollar las habilidades motrices, pero
también las estrategias de organización. La preparación de la comida permite una
evaluación de las capacidades del paciente (prensión, equilibrio, organización,
anticipación, iniciativa, retrocontrol, etc.) y una situación de aprendizaje. La
realidad virtual también permite la simulación de actividades (supermercado
virtual). Las actividades escogidas por el paciente (maqueta, realizaciones
artísticas) permiten repetir y perfeccionar los gestos, con un objetivo preciso para
el terapeuta. La balneoterapia permite un trabajo individual o colectivo, al limitar
los esfuerzos y el dolor, y también aporta bienestar, aunque en ocasiones puede
ser difícil de llevar a cabo, debido a las contraindicaciones y los métodos
necesarios para esta actividad.
La relajación y el trabajo sobre la imagen corporal contrastan con los esfuerzos
solicitados durante la rehabilitación.
El trabajo en grupo puede organizarse en torno a una actividad colectiva realizada
por todos los miembros del grupo en un mismo momento o bien mediante un taller
en el que cada miembro del grupo realiza una actividad diferente que luego va
cambiando en el conjunto de los talleres.
En el contexto de la actividad colectiva, el objetivo definido por los terapeutas es la
adquisición motriz y un trabajo específico, como el trabajo de equilibrio en posición
sentada, el trabajo sobre el esquema corporal o sobre la conducta. Las actividades
colectivas (voleibol, bolos, baile) proporcionan sentido a la acción y permiten una
auténtica competencia en el seno del grupo.