Comunicacion Medico Paciente-2
Comunicacion Medico Paciente-2
Comunicacion Medico Paciente-2
2
La Comunicación
MÉDICO-PACIENTE
en la Consulta Médica
1era. Edición
2008
Inge Debrouwere
Médico Familiar
Magister en Salud Pública
ISP-PUCE
3
Una publicación de:
LA COMUNICACIÓN MÉDICO-PACIENTE
EN LA CONSULTA MÉDICA
UN MODELO DE CONSULTA Y ALGUNAS TÉCNICAS
PARA UNA BUENA ENTREVISTA.
Autora:
Inge Debrouwere
Colaboradoras:
Larisa Montesdeoca
Erika Tinoco
Revisión:
Galo Sánchez
Disponible en:
www.saluddealtura.com
Se autoriza la reproducción parcial, para fines no comerciales, citando la fuente. En caso
de reproducción total o adaptaciones, se requiere la autorización escrita de la Cooperación
Técnica Belga (CTB).
4
PRESENTACIÓN
Sin embargo, muchas veces pasamos por alto que el motivo de consulta no
siempre es claro, que los exámenes complementarios solicitados no son factibles
en el contexto dado, que el diagnóstico es presuntivo y puede variar en el tiempo,
que el tratamiento puede ser difícil de cumplir por parte del paciente.
El presente manual trata de todos estos temas. En una primera parte, presenta
los elementos de este modelo ampliado de consulta médica, que contiene muchos
elementos de la consulta clásica, como la anamnesis, el examen clínico, el diagnóstico
y el tratamiento. Al mismo tiempo, le añade varios elementos nuevos y matiza a
otros. Introduce ‘la entrada’ y ‘la orientación’ como elementos de base para definir
de qué temas o problemas se tratará en esta consulta particular. En este momento,
quien tiene la palabra es el paciente, y el rol del médico es escuchar lo que el
paciente le quiere decir. Otro elemento nuevo es el plan terapéutico, donde no es
solamente la palabra del médico que cuenta, quien puede proponer el tratamiento
y seguimiento óptimo desde su perspectiva, sino que permite contrastarlo con
las posibilidades del paciente, sus criterios y valores. El resultado óptimo de este
diálogo y negociación es un plan concertado, donde se trata de hacer coincidir
ambas perspectivas. Finalmente, el momento de ‘cierre’ sirve para verificar si la
consulta cumplió con las expectativas de ambos.
La última parte refiere a algunos temas específicos, como las malas noticias y
algunos elementos del entorno organizacional, que pueden apoyar o dificultar
una buena comunicación.
Este manual debería formar parte del currículo de formación del pre-grado en
medicina, ya que una buena comunicación es un pilar para la excelencia. No es
suficiente contar con buenos clínicos, sino con profesionales que saben escuchar,
y hacerse escuchar.
Johan Herteleer
Médico Familiar y Co-director Proyecto Salud de Altura
Quito, 30 de octubre de 2008
6
TABLA DE CONTENIDO
INTRODUCCIÓN ............................................................................. 8
7
LA COMUNICACION MÉDICO-PACIENTE
EN LA CONSULTA MÉDICA
Un modelo de consulta y algunas técnicas
para una buena entrevista semi-estructurada
Introducción 1
“Entre, mijita.
¿Ya sé por qué viene?...
ha de ser de nuevo las amígdalas
… Déjame ver…
Ya ve… De nuevo necesitas antibióticos.
Te voy a inyectar.
Veras que mañana estarás muy bien…”
1
Elaborado en base al artículo: Pascual P & Indurain S (2001) ¿Cómo mejorar nuestras entrevistas clínicas? Anales Sis San Navarra;
24 (Supl. 2), 15 – 22.
2
Aunque en las demás publicaciones de la serie ‘Herramientas de calidad’ del Proyecto Salud de Altura’, se utiliza el término
8 “usuario”, este manual utiliza el término “paciente”, que de forma más específica expresa la relación de asimetría de poder que
existe en la consulta.
b. Las habilidades propedéuticas (content skills)
Este curso enseña al médico como realizar una consulta de manera dirigida y
sistemática, mientras es el paciente quien se mantiene en el centro de toda la
atención. Esto implica que el médico demuestre respeto y empatía hacia el
paciente y que a su vez sepa combinar estos valores de manera adecuada con su
propia responsabilidad y competencia.
Para lograr aquello debería cambiar la actitud del médico durante la consulta:
desde una apertura total a “lo que cuenta el paciente”, pasando por una actitud
que dirige y estructura dentro de su propio marco de referencia como médico,
hacia una negociación que lleva a un consenso.
3
Con la palabra “consulta médica” no nos referimos únicamente a “la pregunta” que el paciente quiere hacer al médico, sino
a todo el encuentro entre los dos durante el cual el paciente “consulta” al médico sobre un tema o problema relacionado a su
salud. Sin embargo, también se utiliza las palabras “encuentro” o “encuentro medico” cuando nos referimos al “contacto” entre el
médico y el paciente al hablar de “la razón del encuentro”, o sea la razón de la consulta médica (“the reason for encounter”).
4
Simpson M, Buckman R, Stewart M, Maguire P, Lipkin M, Novack D et al. Comunicación médico-paciente: el informe del consenso
de Toronto. British Medical Journal (Ed. Esp.) 1993; 8: 40 – 44. 9
Cada día son más los casos de demandas médicas, en las cuales se ha observado
que se deben más a una mala comunicación que a una mala práctica. Los
pacientes no tienen necesidad ni obligación de saber los aspectos técnicos de la
atención en salud, pero sí comprenden lo que puede ser su único nexo entre lo
anterior y su vida cotidiana, que es el trato humano, la educación, la sonrisa, etc.
Ellos consideran que un buen profesional es aquella persona sensible, bondadosa
y honesta, en tanto que para los médicos, es un técnico que hace diagnósticos
correctos.
Es allí donde la consulta médica hace uso de sus fortalezas siendo una herramienta
de vital importancia en el diagnóstico llegando a tener un 75% de efectividad,
además de las actividades preventivas y de educación para la salud que realiza.
Los pacientes se encuentran satisfechos en un 90% cuando consideran que el
médico es un buen comunicador y solo el 25% se sienten cómodos cuando opinan
en forma contraria.
10
EL MODELO DE CONSULTA MÉDICA: TERMINOLOGÍA
TÉCNICAS Y HERRAMIENTAS DE COMUNICACIÓN
APLICADAS AL MODELO DE CONSULTA
SEMIESTRUCTURADA
Ideas para mejorar
• Aprender a escuchar, que no es lo mismo que oír.
Todo esto nos puede dejar una duda: “muy probablemente estamos haciendo
bien las cosas, pero quizás también hay cosas que podemos hacerlas mejor”. Por
eso ponemos en consideración una propuesta respecto a la estructura y algunas
técnicas de comunicación para la consulta médica. La introducción del siguiente
modelo de consulta en nuestra práctica, con técnicas que fomentan una buena
comunicación, permitirá abarcar de forma consciente los aspectos tradicionales
de la consulta, pero además permitir una entrada, orientación y cierre de la
misma con énfasis en los aspectos comunicacionales que se utilizan durante todo
el encuentro.
13
CAPÍTULO UNO
El modelo sirve para que la consulta sea más efectiva y eficiente. Sin embargo, no
es necesaria que cada etapa sea tratada con el mismo ímpetu. A veces hay partes
omitidas,… pero nunca serán etapas enteras.
Este modelo de consulta surgió desde una necesidad didáctica para dar estructura
a los estudiantes quienes ahora deben integrar su conocimiento teórico, destrezas
y habilidades en una sola consulta. Cada persona en particular debe analizar hasta
que punto todo aquello sirve para mejorar la consulta en la práctica diaria de un
médico con experiencia. En todo caso, este modelo constituye una invitación para
la discusión sobre uno de los “instrumentos” más importantes del médico: “la
consulta”.
Antes de empezar, no como parte del modelo pero sí de gran importancia, se debe
considerar la lectura de los datos pre-entrevista. Esta es la información que se ha
obtenido en consultas anteriores, obviamente cuando es un paciente ya conocido
en el consultorio médico. Puede ser información “informal”, no anotada en la
historia, o información que consta en la historia clínica del paciente: el resumen
14
clínico, notas de evolución, hoja de problemas, epicrisis, etc. Nos da una idea del
contexto de salud del paciente y sirve para darnos una guía durante la introducción
de la consulta (entrada y orientación). Sin embargo, no puede convertirse en una
camisa de fuerza que nos obligue a circunscribirnos en los temas pasados, sino en
aquellos que le preocupan al paciente actualmente, tengan o no relación con los
anteriores.
LA INTRODUCCIÓN
a. Saludo cordial
Tiene como objetivo principal que el paciente se sienta acogido y no como alguien
que molesta. Implica entrar en contacto con el paciente con gestos amables que
disminuyen el miedo, la desconfianza o el grado de agresividad que podría existir.
También es el momento de la presentación, cuando aun no se conocen el médico
y el paciente. A través del uso del paralenguaje, como la inflexión del tono de voz,
se genera un ambiente de confianza.
Significa clarificar el o los motivos de consulta, inicialmente, a través del uso de
una pregunta abierta como “¿qué le trae por aquí? o ¿en qué le puedo ayudar
hoy?”
5
El motivo de consulta es parte de la razón para el encuentro que viene del inglés “reason for the encounter” utilizada en los 15
textos en inglés.
• ¿Con qué “entra” o se presenta el paciente? A veces comenta
primero algo que en realidad no es la razón para el encuentro.
• ¿Cuáles son sus quejas? Sin embargo, la solicitud de una receta
o la entrega de unos exámenes técnicos solicitados no son una
“queja”.
• ¿Cuáles son los problemas? Sin embargo, las quejas no siempre
son problemas.
• ¿Cuáles son las preguntas y los motivos de entrada? Sin
embargo, el paciente a veces no dice al inicio sus motivos reales,
o no siempre se trata de “preguntas”.
Dificultades:
La gran dificultad en esta etapa es ceder a la tentación de iniciar ya la exploración
con mayor profundidad de ciertos temas, sobre todo aspectos que pertenecen
a la anamnesis. Aquí se trata solamente de un “inventario”. Se corre el riesgo
de perder de vista “otros temas a tratar” y/o dar tiempo para la “orientación”.
Regresar desde la “anamnesis” hacia esta primera etapa y/o hacia la “orientación”
16 resulta cada vez más difícil cuando se comienza a profundizar enseguida.
Por otro lado, es muy difícil liberar este inventario de “interpretaciones”, quizás
precoces y debidas a factores “externos” a la consulta en sí: conocimiento previo
del médico, priorizaciones de problemas por el médico y otras.
Los errores más frecuentes en esta etapa:
2. Orientación
Es muy importante diferenciar la “orientación” de la “anamnesis”: durante la
“orientación” quiero entender al paciente, sentir y saber lo que él siente respecto
a los problemas y quejas enunciados. Durante la “anamnesis” debo sopesar la
importancia de cada información en relación con la(s) hipótesis y el diagnóstico
diferencial respecto a la problemática.
Se puede resumir en una sola frase: averiguar ¿por qué el paciente viene hoy, aquí
y ahora con su problema? ¿Qué ha pasado para que en este momento preciso
venga por este problema?
Esto significa indagar las ideas, los problemas y las expectativas (las “IPE”) que
tiene el paciente en la consulta, respecto a sus demandas. Para ello se puede
utilizar varias frases y técnicas:
¿Es necesario profundizar y buscar hasta el último detalle respecto al significado
y la connotación de los problemas mencionados al inicio de la consulta? En este
tema no se puede dar criterios únicos y claros. Lo que sí se puede decir es que esta
fase es de tipo “funcional”: ¿De qué se tratará hoy en esta consulta? no es igual
a una anamnesis psicosocial a profundidad, se trata de crear un ambiente abierto
respecto a la vivencia y las expectativas del paciente.
Luego de esta orientación, el médico puede realizar una “primera síntesis mental”:
Se trata de un tipo de conclusión intermedia en la consulta,
la cual visualiza el objetivo de estas primeras etapas.
Sobre todo en consultas difíciles puede ser muy útil preguntarse
si en este momento se tiene claro
cual es el verdadero problema que le trajo al paciente a esta consulta.
No es necesario, aunque si se puede, explicitar esta síntesis.
INFORMACIÓN DIRIGIDA
3. Anamnesis
Esta última forma para llegar a un diagnóstico provisional implica mayor riesgo
de trabajar sobre una base más limitada.
Durante la anamnesis, el médico busca interpretar las quejas y los problemas del
paciente como parte de un modo de pensar basado en un marco de referencia
médico (técnico-científico). En la orientación, el médico busca “entender” las
ideas, sentimientos, dificultades y expectativas de los problemas;; las preguntas
esclarecedoras no deben enmarcarse en el diagnóstico diferencial. Se trata en este
caso de la “vivencia” del paciente en un marco “humano”.
Al finalizar la anamnesis es muy útil realizar una “segunda síntesis mental”,
cuya pregunta fundamental de nuevo es:
¿Dónde estamos ahora?
Esta síntesis es la base para el examen clínico “dirigido”.
Es posible que la conclusión de esta síntesis sea bastante específica
o a su vez bastante amplia y/o indeterminada.
4. Examen Clínico
El examen clínico dirigido, basado en la segunda síntesis mental, debe permitir
finalizar la construcción de hipótesis.
Al final de esta etapa vale la pena hacer una “tercera síntesis mental”:
¿Cómo médico, cómo veo ahora el problema?
Es indispensable que se separe este momento del “informe”,
primera fase de la siguiente etapa, llamado “plan terapéutico”,
aunque se opine que el paciente tiene el derecho a toda la información.
22
EL CONSENSO
5. Plan Terapéutico
Consta de dos partes esenciales: el informe y el tratamiento. Las preguntas
esenciales, cuya respuesta se prepara durante la tercera síntesis mental al final de
la etapa anterior, aquí son:
Por lo tanto, aquí no se trata tan solo de informar el “tratamiento”. Este último es
tan solo una parte de esta etapa de la consulta.
a. El informe
Esta etapa tiene como objetivo responder a las expectativas del paciente que desea
ser informado sobre su salud y mejorar la comprensión del paciente respecto a
su enfermedad. También estimula la adhesión al tratamiento y facilita cambios,
aunque no los garantiza.
6
Esta es la mayor razón por la cual no se puede dar un buen informe durante el examen clínico, cuando el médico aun no llega a 23
un diagnostico final.
Uno de los aportes más importantes en este “modelo de consulta” es la noción
de “cerrar ciclos”, en este caso con los datos de la orientación. Cuando el médico
cuenta al paciente que sus molestias en realidad en gran parte son ocasionadas
por las razones que él mismo había pensado, estimula al buen cumplimiento del
tratamiento propuesto. También puede servir para disminuir o quitar miedos
expresados al inicio de la consulta.
Aquí cabe el mismo comentario del párrafo anterior: existen varias “estrategias
diagnósticas” para complementar el proceso diagnóstico emprendido y también
aquí debe existir espacio para la negociación. En todo caso, este paso debe ser
precedido por un cuestionamiento explícito por parte del médico: ¿Qué es lo
que quiero saber por medio de este o estos exámenes? Si no nos hacemos esta
pregunta, encarecemos de manera no justificable la salud personal del paciente
y la salud pública de la sociedad en la cual vivimos, y queda la duda respecto al
cumplimiento de ciertos principios éticos anhelados.
d. El transcurso esperado
6. Cierre
Aunque no exista un patrón específico para este momento, es un momento esencial
ya que es la base para asegurar la continuidad, tan importante en la medicina.
Aclaramos cuando debe volver el paciente, dejando la puerta abierta para
regresar con frases como “regrese siempre que tenga alguna duda, complicación
y/o preocupación” o “vuelva siempre que las cosas no vayan como deberían ir o
que vayan peor”.
Observación:
25
CAPÍTULO DOS
1. La Comunicación No-verbal
a. La conexión con el paciente (el contacto)
El “lograr contacto” es un proceso sutil durante el cual dos personas sienten que
se entienden y se abren el uno para el otro. Es un proceso que posiblemente
tiene un curso progresivo o que a su vez se da de un momento a otro. Varios
factores influyen en este proceso: el grado de “estar libre” por parte del médico,
la posición-percepción del médico respecto al paciente (p.ej. pacientes molestosos
o a su vez muy necesitados,…) la forma de iniciar este contacto (p.ej. la forma de
llamar al paciente, el saludo, la invitación para sentarse,...).
También durante la entrevista el médico puede sentirse muy cerca del paciente
26
(p.ej. al reconocer una situación vivida, al percibir al paciente como muy
simpático,…). En este caso puede ser un aliado para el médico el “tiempo limitado”
para la consulta, lo cual evitaría un contacto “demasiado empático”.
Para cada médico es una tarea compleja el “lograr contacto” y a su vez “mantenerse
como observador lo más objetivo posible”.
Estos factores tienen aun más peso cuando el uso de las palabras no es muy
especifico y cuando lo que se dice es mas subjetivo (p.ej. lo relacionado con los
sentimientos y los sentidos).
Todos estos factores “filtran” el mensaje del paciente (filtro de salida) y lo filtran
de nuevo cuando el médico “escucha” este mensaje (filtro de entrada). Cuando
este último formula una réplica, de nuevo pasa el mensaje por un filtro de salida
(en el médico) y un filtro de entrada (en el paciente).
De esta manera llegamos a una forma de escuchar que llamamos la escucha activa:
no se trata simplemente de oír no más. Escuchar es un proceso más profundo ya
que se trata de comprender los sentimientos y pensamientos de lo que oímos.
7
Las personas podemos hablar entre 100 a 175 palabras por minuto (Kellie Fowler), pero estamos en capacidad de entender de
forma inteligente hasta 600 a 800 palabras por minuto, por lo tanto nuestra mente puede perderse con facilidad en la inmensidad
de nuestros pensamientos. Para evitar esto se debe hacer lo que llamamos “escuchar con un propósito”, por ejemplo para obtener 27
información, entender a otros, resolver problemas, compartir intereses o propuestas, entender como sienten los demás, dar apoyo,
etc.
Si queremos que la conversación avanza debemos hacer sentir y demostrar al otro
que escuchamos y que hemos escuchado. Solo esto le dará confianza al paciente
para continuar y dar más información. Solamente de esta manera aumentamos la
posibilidad de que poco a poco el médico y el paciente se entiendan bien. De esta
manera debemos como médicos “estar a completa disposición y libre” para poder
escuchar de manera activa al paciente y captar todos los mensajes que este nos
emite.
Una fuerte carga emocional también puede impedir que el médico este
completamente con el paciente. En este caso “no entra bien” lo que dice el
paciente y no se escucha activamente. Es importante estar consciente al respecto
y reflexionar sobre posibles estrategias para enfrentar este problema.
Es importante que el paciente perciba que el médico esta “plenamente” ahí para
él con su problema”, lo cual significa que el médico debe “estar completamente
libre”.
Por lo tanto, mientras estamos escuchando, hay que evitar las ganas de: aconsejar,
moralizar, dirigir, exhortar, amenazar, imponer, criticar, mandar, juzgar,
amonestar, culpar, avergonzar, rotular, sermonear, ridiculizar, dictar cátedra,
advertir, ordenar, bostezar, mirar el reloj…
Si queremos cumplir nuestras expectativas y las de los demás, evitar conflictos
y malos entendidos y además ser exitosos, debemos considerar algunas claves
para mejorar nuestras habilidades de comunicación que nos asegurarán ser
escuchadores activos:
29
Elementos a evitar en la escucha activa:
c. La observación9
• ¿Cómo está sentado el paciente: sin ganas ni fuerzas, listo para correrse,
con las manos muy inquietas, tranquilo,…?
• ¿Cómo mira el paciente: evita mirar a los ojos del médico, mirada fija,
mirada triste, mirada asustada,…?
El médico también utiliza varios signos no-verbales que son observados por el
paciente durante la consulta. P.ej. se mantiene un buen contacto o se mejora
el contacto mediante inclinaciones afirmativas con la cabeza. De esta manera
el paciente se sentirá estimulado para continuar con su relato. Sobre todo en
pacientes con presbiacusia o pacientes sordos el médico deberá utilizar todas sus
técnicas no-verbales para lograr una comunicación satisfactoria.
• La dificultad para distinguir los datos en sí de las interpretaciones. De
esta manera llegamos a “interpretar”, antes de “describir”.
d. El silencio funcional
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a. Parafrasear
No se debe utilizar el parafraseo en temas con fuerte peso emocional, ya que son
técnicas que desaniman la emocionalidad y afirman una posición neutra. Tampoco
se utiliza el parafrasear para cerrar un tema o decisión.
Hacia el paciente, el parafraseo sirve para dar la seguridad que este está siendo
escuchado y darle la oportunidad para corregir o motivarle para completar la
información. De esta manera también se ayuda al paciente a que ordene sus ideas
y pensamientos.
Para el médico es útil esta técnica para moderar emociones fuertes que impiden
continuar con la conversación, solamente en este caso, cuando un acercamiento
empático desestructuraría aun mas. En este caso la técnica del parafraseo ayuda
a retomar camino. El parafrasear obliga al médico “escuchar activamente” y
controlar su “entendimiento” del paciente. Ayudará a obtener más información
e información más especifica sin tener que hacer demasiado pronto preguntas
dirigidas que delimitan enseguida el terreno. También es una técnica útil para
“delimitar” en cierto modo la información en contactos con pacientes prolijos. En
este caso solamente se parafrasea la información relevante. Y por último ayudará
a estructurar también las ideas del médico (síntesis mentales) (p.ej. ¿Entonces, le
entendí bien si hace algún tiempo usted sintió ardor en el estómago, luego de la
operación sintió un vacío y ahora desde hace 14 días siente dolor?)
Mucho del efecto de esta técnica depende “del momento en que se la aplica”, en
relación a la cantidad de información dada por el paciente y a qué velocidad se da
esta información. Definir el momento en que parafrasear solo se aprende “en la
práctica”, aceptando los errores al inicio.
Por lo tanto es importante encontrar “un equilibrio natural”: p.ej. cuando hay
un corte espontáneo en el hablar del paciente o cuando termina de hablar algún
(sub)tema.
• La falta de concentración
34
b. “E-in”-preguntas
Una pregunta “E-in” se refiere a una exploración al interior del marco de referencia
del paciente mediante preguntas respecto a las últimas expresiones del paciente
o al pedir una aclaración o mayor información respecto a hechos, opiniones o
sentimientos que el paciente ha mencionado.
Una pregunta “E-ex” se refiere a una exploración fuera del marco de referencia del
paciente mediante una pregunta o un enunciado que no se relaciona directamente
con lo que paciente acaba de mencionar o con su marco de referencia.
Ejemplo:
c. Eco
Ejemplo:
Médico: ¿Cansado...?
d. Interjección
Estas pueden ser no-verbales (asentir con la cabeza) como también verbales (p.ej.
“hmmm”). Sin embargo, las interjecciones verbales solamente son estimulantes
cuando tienen un tono “ascendente”. Caso contrario indican una “conclusión” y
más bien frenan al paciente.
e. Confrontación
Son intervenciones delicadas por lo cual se debe respetar ciertas reglas para
utilizarlas:
• Debe existir una relación de confianza para poder aplicar esta técnica.
• Hay que estar seguro que el enunciado no tenga una carga agresiva o que
implique algún “juicio”.
• Es importante observar muy bien las reacciones del paciente para ver si
él está en la capacidad de “confrontarse con esta realidad”.
3. La Empatía
Existe un “escala de empatía” para describir el grado de empatía del médico hacia
el paciente:
2: El médico oye “el problema real” pero sus reacciones son nulas o superficiales
al respecto.
3: El médico deja ver que se ha dado cuenta del “problema real” pero que no
entiende porque esto es un problema para el paciente.
4: El médico deja ver que se ha dado cuenta del “problema real”, y también que
entiende que este es un problema para el paciente, pero sin entender que es lo que
eso significa para el paciente.
5: El médico deja ver que ha entendido bien el “problema real” del paciente y
también que entiende bien que es lo que significa este problema para él.
La importancia de utilizar esta técnica se basa en el hecho que los seres humanos
generalmente recibimos fuertes influencias desde nuestras emociones y que no
funcionamos “tan racionalmente” como parece o como quisiéramos funcionar.
Por esta razón es muy importante “verbalizar” este “mundo emocional interior” y
“ponerle al paciente delante de un espejo”. De esta manera él se da cuenta que es
lo que realmente le preocupa y por ende define su actuar.
• Al ayudar a asimilar una noticia mala (desde algo no muy grave hasta la
noticia más grave).
• O en caso de preguntas “existenciales” las cuales por definición solamente
pueden ser resueltos por el paciente.
• Hay que ser exacto, sin pintar ni tergiversar los hechos. Eso no significa
que no se puede no estar de acuerdo con el paciente. Aquí lo único es tratar
de reflejar de la manera más exacta posible la vivencia del paciente.
Las dificultades con esta técnica se ubican en el campo de “estar centrado en el
38 paciente” y en la “capacidad para escuchar”.
Respecto al “estar centrado en el paciente”, ya se mencionó algunos aspectos. Aquí
este punto es más difícil de cumplir ya que se trata de contenidos emocionales
que apelan aun más a la “objetividad” del médico. De esta manera existe mayor
peligro de tergiversar el mensaje en función de sus propios sentimientos (simpatía
o antipatía por el paciente, miedo propio,...). Un peligro mayor es que el médico
puede ser absorbido por la emocionalidad del paciente y que de esta manera
pierde su propio rumbo; se interioriza totalmente en el paciente, lo cual no es
constructivo, ni para el paciente ni para el médico. Por otro lado existe, en defensa
de lo expuesto anteriormente, el peligro de un “distanciamiento emocional”
demasiado grande, lo cual puede exteriorizarse mediante la producción mecánica
de reacciones empáticas, o de confundir reacciones empáticas con interpretaciones,
abstracciones, consejos o intervenciones con carácter de juicio. Objetivamente
estas últimas reacciones pueden estar correctas. Sin embargo, mientras que el
paciente aun no está en la capacidad de integrar emocionalmente estos elementos,
no tienen sentido alguno.
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CAPÍTULO TRES
1. Preguntas Abiertas
Con estas preguntas el médico solamente indica “el ámbito relativo al contenido”
con el cual se relaciona la pregunta, el paciente tiene la plena libertad de formular
su respuesta. Pueden ser preguntas muy generales, como p.ej. ¿Qué está pasando?
o ¿En qué le puedo ayudar?, hasta preguntas muy especificas, como p.ej. ¿Luego
de la comida, que es lo que usted siente en la barriga? El punto es que con
preguntas abiertas puede haber tantas respuestas como pacientes.
40 Para estas preguntas se genera un espacio, tanto el espacio para la respuesta
objetiva como también el espacio psicológico para el paciente. El mismo se da
cuenta que hay tiempo para contar y conversar lo que le preocupa y lo que le
importa. Este tipo de preguntas además ayuda al paciente a ordenar y explorar
sus pensamientos y sentimientos. Por lo tanto pero sin ser excluyente, este
tipo de preguntas es muy útil en las primeras etapas de la consulta (entrada y
orientación). Respecto a la funcionalidad de estas preguntas para el médico,
ofrecen la posibilidad que él sea orientado por el paciente en su problemática: en
la medida que el paciente da más información, el médico dispone de más material
para formular su(s) hipótesis.
Indicaciones:
Contraindicaciones:
2. Preguntas Cerradas
Todo aquello sugiere que el uso de este tipo de preguntas puede tener algunas
desventajas, sobre todo cuando el médico las utiliza de manera exclusiva:
Existe el riesgo de “perder” o “desfigurar” información”, cuando p.ej. no se ha
mencionado todas las respuestas posibles. Hay quienes dicen que las preguntas
cerradas son sugestivas ya que la forma de preguntar ya dilata como el médico ve
42
el problema, más aun cuando la pregunta se pinta con ciertos gestos o entonación
o se ofrece el listado de posibles respuestas en un orden lógico estricto. También
es posible que el paciente responda según lo que se espera de él y no según lo que
el realmente piensa, p.ej. para complacer al médico o para evitar que se tope algún
tema o que se hable de la situación real.
Otra desventaja es que este tipo de preguntas promueve una relación jerárquica
de autoridad. A veces estas preguntas pueden ser muy relevantes y claras
desde el marco conceptual del médico pero difíciles de interpretar y entender
para el paciente. De esta manera se obliga al paciente quedarse en una posición
pasiva y dependiente del médico, sin el permiso de ser responsable de su propia
historia. Lo más seguro es que se quedará en este rol durante todo el proceso de
convalecencia.
Por lo tanto se puede considerar como indicaciones para el uso de este tipo de
preguntas los siguientes objetivos o situaciones:
Aquí se trata de preguntas en las cuales ya está inmersa la respuesta: p.ej. ¿Usted
duerme bien? Más que una solicitud de información, es la expresión de la opinión
del médico. Lo “sugestivo” de la pregunta puede estar en la formulación verbal
de esta o en la entonación o los gestos no verbales que acompañan a la pregunta
(p.ej. mover de manera afirmativa la cabeza).
De esta manera ya queda claro que casi no hay indicaciones para el uso de este tipo
de preguntas, salvo en relación a temas tabú, p.ej. en relación a suicidio: ¿Estoy
bien cuando te digo que al escuchar todo esto, me puedo imaginar claramente que
usted a veces se pregunta si la vida aun tiene sentido? Esta es a la vez una pregunta
cerrada que permite obtener información muy clara y especifica al respecto.
Da una sensación ilusoria de seguridad y eficiencia. Al parecer se gana tiempo…
Sin embargo, se gana poca información por lo cual en muchas ocasiones luego
se necesita retomar muchos puntos. El “entrevistador” toma el rol de “inspector”
lo cual no favorece la relación. Y por último se genera un listado enorme de
preguntas cuando en primera instancia no se ha dado la oportunidad al paciente
de hablar libremente.
44
En el paciente crece la intención de dar respuestas “por la respuesta” y esperar
pasivamente hasta que llegue la siguiente pregunta. Se conforma con el control
del médico y en muchas ocasiones es obligado de pensar en cosas que le desvían
de lo que para él es relevante.
De esta manera queda claro, que es mejor, que el médico formule pregunta por
pregunta y espere hasta que el paciente termine con su respuesta, también cuando
este tarda en contestar o cuando el médico piense en varias explicaciones posibles
a la vez. Cuando se hace dos o más preguntas seguidas, el paciente por lo general
solamente contestará una… lo más probable la última… Esto da la impresión al
médico que todo este contestado y no vuelve a formular las preguntas aun no
contestadas… por lo cual se pierde información.
No se debe utilizar este tipo de preguntas cuando el paciente por primera vez
formula su opinión sobre un tema o cuando está organizando sus ideas. Tampoco
se utiliza estas preguntas cuando se trata de alguna información que el paciente
posiblemente ya olvidó y obviamente tampoco cuando no hay razón para dudar
de las respuestas del paciente.
• El “cambio de tema”
La consulta médica está compuesta por varios temas y el médico puede definir el
tema de conversación mediante el contenido de sus preguntas. Desde su punto
de vista las diferentes preguntas son coherentes y tienen una secuencia lógica, lo
cual en muchas ocasiones no esta tan claro para el paciente. El cambio de tema le
puede a su vez confundir y puede generar suposiciones no correctas que pueden
interferir con el diagnóstico y el plan terapéutico.
Se puede usar esta técnica de “cambio de tema” cuando el paciente habla mucho
(demasiado) sobre un solo tema, aunque en este caso el médico debe estar
pendiente si no existe algún problema emocional relacionado.
Cuando el paciente, por sí solo, trae “varios temas” de los cuales el médico quiere
explorar uno solo inmediatamente, debe informar al paciente que luego se tratará
los otros temas.
Se trata del uso de una “lista de chequeo” con puntos fijos a ser tratados. Son
útiles en un examen o chequeo general (control de niño sano, examen preventivo
en adultos,…), cuando no se ha tratado (aun) síntomas o molestias específicos.
También se utiliza cuando hay molestias o síntomas poco específicos y ya bien
explorados, lo cual hace sospechar algún problema serio. Se utiliza también una
lista de chequeo cuando se busca hipótesis alternativas o cuando tempranamente
en la anamnesis se llegó a hipótesis específicas.
No se debe utilizar una lista de chequeo cuando el tema es muy personal o tiene
una carga emocional muy fuerte, tampoco cuando el patrón de las quejas no está
claro o aun no conocido. No es útil cuando se sospecha que exista una queja o
molestia aun no verbalizada, en problemas sencillos o benignos, en problemas
agudos y peligrosos o al inicio de (un primer contacto) con un paciente.
LA COMUNICACIÓN DURANTE
EL EXAMEN CLÍNICO
El médico puede p.ej. decir: “Creo que por ahora me ha contado lo suficiente. Si
está de acuerdo, quisiera ahora examinar su corazón y tomar su presión”.
“Bueno, ahora le voy a recetar las pastillas para tres meses, luego de un
examen médico general. Cuando usted regrese, un poco antes que se
acaban las pastillas, quisiera realizar un examen ginecológico y tomar
la muestra para un papanicolaou. Estos en realidad son exámenes
preventivos que me permiten evaluar bien el útero y los ovarios. El
examen clínico debemos hacer una vez por año y el papanicolaou se
realiza cada tres años.”
• Dígale claramente que es lo que debe sacar: “Por favor descubra ahora
todo el pecho y la espalda” o “Por favor sáquese el pantalón. Puede
quedarse puesto la ropa interior”.
Cuando durante el examen clínico se dice ¿Cuando aplasto aquí, puedo provocar
el dolor que me describiste hace un momento?, se correlaciona la información de
la orientación y la anamnesis con lo observado durante el examen clínico. Además
es una oportunidad para el paciente para controlar, corregir o complementar.
El examen clínico es muchas veces el mejor momento para explicar algún auto-
examen, p.ej. el auto-examen de los senos. Se puede indicar como se lo realiza, dar
explicaciones y pedir al paciente que haga el auto-examen para poder corregirla
en caso de no hacerlo bien.
“Tocar al paciente” durante el examen clínico no solo tiene una función diagnóstica,
54
sino también habla de una relación muy estrecha que existe entre el médico y el
paciente.
• Una zona pública, a más de 3,6 metros: una distancia “segura” cuando
nos dirigimos a un grupo de muchas personas.
• Una zona social, entre 1,22 y 3,6 metros: una distancia segura en relación
a personas desconocidas.
• Una zona personal, entre 0,46 y 1,22 metros: una distancia segura en una
reunión de amigos.
• Una zona íntima, entre 0,15 y 0,46 metros: solamente las personas que
emocionalmente están muy cerca de nosotros pueden entrar en esta zona
(amantes, familiares cercanos, muy buenos amigos). La zona de menos
de 0,15 metros es la zona más íntima en la cual solamente se puede entrar
mediante contacto físico.
Por lo tanto, no es tan evidente y por otro lado muy único que el médico, quien
por lo general no pertenece a las personas más cercanas al paciente, pueda
entrar en esta zona. Los otros significados de este contacto físico pueden ser los
siguientes:
* Puede ser que este contacto físico durante el examen clínico para
pacientes mayores o solitarios sea único en relación al contacto
físico y humano con otras personas. 55
De esta manera nos podemos preguntar si hoy en día la medicina actual aun
respeta y reconoce la importancia de este examen clínico y de la importancia
del contacto físico en relación a la comunicación médico-paciente. Los exámenes
técnicos cada vez ganan más importancia. Y en los hospitales son los estudiantes
o residentes quienes realizan los exámenes clínicos mientras que el propio médico
tratante generalmente solamente supervisa. Son sobre todo los médicos de familia
quienes pueden revalorar este aspecto en la comunicación médico-paciente.
56
CAPÍTULO CINCO
1. Introducción
Durante la consulta hay varios temas sobre los cuales el médico puede informar:
el origen de una molestia o enfermedad, los exámenes y/o sus resultados, un
tratamiento, posibles reacciones adversas de algún medicamento,… Aunque el dar
información coincide más con el plan terapéutico del modelo de la consulta aquí
presentado, no se limita estrictamente a esta etapa. Por ejemplo, se informa antes
del examen clínico sobre los exámenes que se va a realizar y el por qué de estos
exámenes. Durante el examen clínico se puede comunicar ciertos aspectos de los
resultados, sobre todo cuando aquello disminuye la tensión en el paciente10.
10
57
Se puede leer más respecto a este tema en el capítulo “la comunicación durante el examen clínico”
su enfermedad. Por esta razón, antes de dar instrucciones respecto a “como
informar”, entramos primero un momento en el tema de “la importancia de dar y
recibir información”.
Como médicos en muchas ocasiones no nos imaginamos que este sea un tema
clave, también cuando se trata de información “no agradable”. Los pacientes por lo
general desean recibir más información detallada de lo que su médico generalmente
ofrece. Los médicos subestiman esta necesidad. En ciertas ocasiones, la necesidad
de recibir información es más grande que la necesidad de recibir medicamentos.
Muchos estudios han demostrado que la recepción de esta información no influye
de manera negativo en la generación de miedo o depresión11.
11
Cassileth et al., 1980, Information and participation preferences among cáncer patients. Annals of Internal Medicine, 92, 832-836;
Ley, 1982, Improving patients’ understanding, recall, satisfaction and compliance. In: Broome, A.K. (Ed.); Health psychology: processes
and applications. London, Chapman and Hall, 74-102. Fallowfield et al., 1990, Psychological outcomes of different treatment policies
in women with early breast cáncer outside a clinical trial. British Medical Journal, 301. 575-580.
58
12
Egbert et al., 1964, Reduction of postoperative pain by encouragement and instruction of patients. New England Journal of
Medicine, 270, 825-827.
Sin embargo, existen algunos obstáculos y el más importante es la presión del
tiempo. Al recortar la consulta la parte más afectada es en dar información.
En este caso se debe en primer lugar escuchar antes que dar más información.
También se puede generar malentendidos cuando la información del médico no
coincide con las opiniones del paciente respecto a su enfermedad, sus causas y su
posible curso.
En el caso que un médico pudiese reconocer a los pacientes que necesitan más
información que otros, pudiese responder de manera adecuada a esta necesidad.
De esta manera se podría suponer que las personas quienes hacen más preguntas,
son las personas con mayor necesidad de información. Por lo general, las mujeres
hacen más preguntas y reciben más información. También son las personas
con mayor nivel de estudios o de una clase social más alta quienes reciben
más información. Sin embargo, esto no significa que los hombres, las personas
con menor nivel de estudios o de una clase social más baja necesitan menos
información.
Se ha demostrado en ciertos estudios que este último grupo desea tanta información
como las personas de la clase social alta13.
Por otro lado se podría suponer que las personas quienes no desean
responsabilizarse por su propia salud y quienes de manera expresa han indicado
que el médico es el responsable de su salud, no necesitan tanta información.
Sin embargo, la necesidad de información y la autonomía del paciente son dos
dimensiones diferentes. Pacientes quienes no desean tomar sus propias decisiones
respecto a su salud, a su vez, sí demuestran una gran necesidad de recibir toda la
información posible.
Por lo tanto, el médico debe ser cuidadoso con las suposiciones respecto a la
necesidad de información en base a lo que el paciente por sí solo pregunta.
13
Waitzkin H., 1985, Information living in medical care. Journal of Health and Social Behavior, 26, 81-101.
59
Es más seguro pensar que probablemente el paciente quiere más información de
lo que pide de manera expresa. Siempre se puede preguntar al paciente si quiere
saber algo más.
Informar bien por lo tanto no es sencillo al estar en juego estos tres objetivos.
De manera sistemática se puede considerar tres etapas en el plan terapéutico: en
primera instancia debemos “sintonizar” para verificar que es lo que el paciente
piensa y siente respecto al diagnóstico, para luego dar “la noticia en sí” y finalmente
“controlar” si realmente entendió todo y resumir. Es una oportunidad única para
verificar si el plan propuesto va en contra de los pensamientos, sentimientos,
valores y actitudes del paciente y si está dispuesto a seguir el consejo o no.
a. La sintonización
Para poder informar bien, se debe poder escuchar bien. Estar dispuesto a escuchar
es una condición básica para informar bien ya que se debe escuchar “la pregunta
concreta” detrás de la pregunta general formulada por el paciente. El paciente
p.ej. puede pedir una explicación respecto a una enfermedad en general mientras
que en realidad quiere saber si se trata de una enfermedad hereditaria y si por lo
tanto el también la pueda adquirir. Una orientación óptima al inicio de la consulta
facilita esta sintonización ya que en este momento el médico ya sondeó respecto a
las expectativas, el conocimiento previo y las preocupaciones del paciente respecto
a su problema. En la primera fase de proporcionar información relacionada al
plan terapéutico, se sintoniza la noticia en si con la vida real del paciente y por
ende con sus expectativas, conocimiento previo y sentimientos.
60
Sintonización con las expectativas
b. La noticia en sí
62 14
Ley et al., 1976, Increasing patients’ satisfaction with comunications. British Journal of Social and Clinicial Psychology, 15, 403-
413.
A continuación se presenta a modo de ejemplo una tabla con diferentes categorías
y elementos de información del plan terapéutico:
Categoría “instrucciones”
Desde la psicología sabemos que una persona recuerda mejor lo que se ha dicho
primero (“primacy effect”). Hay quienes dicen que una persona recuerda también
mejor lo que se ha dicho al último (“recency effect”), aunque otros contradicen
este enunciado. Por lo tanto es mejor iniciar en cada categoría con los elementos
más importantes, los que para nada pueden ser olvidados.
Esta técnica implica el uso de palabras y frases cortas y sencillas. Es más fácil
entender varias frases simples que una sola frase compleja. No se debe utilizar
demasiadas abreviaciones como RX, ECG, MRI o TAC para indicar ciertos
exámenes complementarios. Cuando se las utiliza es necesario describir el
concepto o indicar de manera concisa la función y el procedimiento del examen.
No está prohibido utilizar palabras especificas del ámbito médico, pero deben
estar adaptados al conocimiento previo del paciente. Cuando este no esta
familiarizado con estos términos, es mejor utilizar una descripción, evitando a su
vez indeterminación o descripciones abstractas. También hay que evitar el uso de
frases como “es posible que…” o “ciertos pacientes…” o “por lo general…”.
Este punto se relaciona con el punto anterior: utilice frases específicas, más que
frases generales. Las frases específicas son consideradas como más importantes y
las frases consideradas como importantes son mejor recordadas por el paciente.
El punto de partida para el médico debe ser la situación de aquí y de ahora,
basada especialmente en la molestia concreta del paciente. P.ej. para indicar a una
señora que debe bajar de peso es mejor decir “usted debe baja 25 libras de peso”
antes que “usted debe bajar de peso”.
También sabemos que una persona recuerda mejor un mensaje que haya sido
repetido. Por lo tanto no hay que temer “caer en la repetición”. El médico puede
volver a mencionar los puntos principales al cerrar cierta categoría de la “noticia
en sí” o puede solicitar al paciente a que lo haga.
c. El control
Esta fase cumple con tres funciones: en primer lugar es el momento de resumir
toda la información. En segundo lugar se da la oportunidad al paciente para
hacer preguntas y completar y/o aclarar la información. Por último se controla
64
si el paciente ha entendido y recordado todo de manera correcta. Se cumple
con la primera y última función al pedir al paciente un resumen como forma de
autocontrol:
Así evitamos que el paciente se sienta culpable o mal cuando ha olvidado muchos
aspectos, ya que el médico se está responsabilizando por aquello. Se puede
anticipar esta pregunta con una constatación propia:
3. La Forma de Informar
a. El estilo de hablar
Una información, un dato, una noticia se hace más o menos atractiva según
la forma en la cual es presentada: una persona que titubea y habla de manera
artificial, mantiene con mucha mas dificultad la atención que una persona que
habla de manera fluida, viva y natural.
Existe una relación cercana entre el estilo de hablar y el uso de la voz. Las palabras
ganan color mediante su articulación y el tono, el volumen, la entonación y el
ritmo de la voz. Una articulación clara es indispensable. Alzar la voz de manera 65
sistemática solamente es necesario en pacientes con una disminución de su
capacidad auditiva, como p.ej. en personas adultos mayores. Mediante el tono y
la entonación se puede poner énfasis en ciertos aspectos.
c. La expresión no verbal
d. El material visual
Para el paciente resulta más fácil recordar la información cuando el médico utiliza
material visual a más de las palabras. Se puede tener a mano los diferentes métodos
anticonceptivos a modo de ejemplo u otro material según el caso (un glucómetro,
un colector de orina para lactantes,…). Cuando no se dispone de una maqueta,
todavía es posible dibujar sobre papel o indicar sobre el propio cuerpo, o el del
paciente, los diferentes órganos y su funcionamiento. Luego de la información
se puede facilitar aun el entendimiento o recuerdo de la información al regalar al
paciente un folleto explicativo sobre el tema.
66
CAPÍTULO SEIS
La señora Cevallos era una de aquellas damas amables y bondadosas, viuda desde hace
muchos años y muy preocupada por su salud. Recibía un tratamiento para la hipertensión
arterial y problemas en la circulación sanguínea a nivel cerebral. A menudo me consultaba
por el menor cambio percibido en su estado de salud. Durante varios años yo era su médico
de familia de confianza y teníamos una relación muy amena y agradable.
Un día falleció repentinamente. Cuando luego de algunos días visite a su cuñado, quien
vivía en la casa al lado, me llevó con una sonrisa misteriosa a la habitación de la señora
Cevallos. Abrió la puerta de un armario y ahí se encontraban todas las cajas con los
medicamentos que yo desde hace tiempos había recetado. Estaban cerradas y… con todas las
pastillas ahí. Las había comprado tal como yo había indicado… pero las había guardado y
nunca tomó pastilla alguna.
La pregunta que me quedaba rondando en la cabeza era: ¿Por qué acudía a menudo donde
mi… si nunca se tomó pastilla alguna de todo lo que había recetado?
67
1. La Adherencia al Plan Terapéutico Negociado
a. ¿Qué es la “adherencia”?
La palabra “compliance” se podría traducir como “el cumplimiento fiel del plan
terapéutico propuesto por el médico” lo cual refleja una relación médico-paciente
jerárquica y autoritaria. Esto no concuerda con el modelo de consulta aquí
presentado. Algunos psicólogos “conductuales” se preguntan si el “cumplimiento
fiel del tratamiento” no aumenta a costo de la confianza en sí mismo y de la
autoafirmación de los pacientes. La palabra “adherence”, o “adherencia al plan”,
implica una participación activa y voluntaria por parte del paciente involucrado
en el establecimiento de un plan terapéutico no impuesto sino negociado entre
el médico y el paciente. Refleja una relación médico-paciente horizontal y no
jerárquica, la cual es coherente con el modelo de consulta aquí propuesto. Por
lo tanto utilizaremos a continuación la palabra “adherencia” y no la palabra
“cumplimiento fiel”.
Sin embargo, también pueden surgir obstáculos luego del supuesto acuerdo al
interior del consultorio médico. El paciente puede aun desistir del acuerdo en
base a influencias de otras personas o al revisar una vez más sus propias ideas.
Ante esta “falta de certeza plena” es mejor como médicos basarnos en ambas
maneras de evaluar la adherencia: tanto en el resultado del tratamiento en sí como
también en la respuesta a la pregunta al paciente al respecto.
15
Haynes et al., 1979, Compliance in health care. Baltimore, The Johns Hopkins University Press; Steele et al., 1990, Have you been 69
taking your pills? The adherence-monitoring sequence in the medical interview. The Journal of family Practice, 30, 294-299.
En el último caso es importante formular preguntas claras y no complicadas.
Una pregunta complicada, o compuesta, es: ¿Ha tomado sus pastillas según el
esquema que le dí? Esta pregunta incluye en realidad dos preguntas: ¿Ha tomado
sus pastillas? y ¿Las ha tomado según el esquema que le dí? Es mejor formular
preguntas simples como:
a. Motivar es difícil
Por lo general es más difícil aplicar los consejos relacionados con los hábitos de la
vida que los consejos en relación al uso de ciertos medicamentos.
La falta de adherencia al plan acordado puede ser la expresión del deseo del
paciente de mantener cierto control sobre la situación y/o de sentirse más
importante o seguro. Por lo tanto es bueno tomar en cuenta estos aspectos, sobre
todo en aquellos “pacientes difíciles”.
Los médicos pueden reaccionar de diferentes formas, en las cuales puede estar
el paciente en el centro, o el médico, o alguna tercera persona. Las tres primeras
técnicas son las más coherentes con el modelo de consulta aquí presentado.
En todo caso, sin que importe la técnica que se utilice, la decisión para aplicar el
plan y/o cambiar algún hábito surge desde la motivación intrínseca del paciente.
71
El proceso de los cambios actitudinales
1. La Etapa “Pre-contemplativa”
El paciente está reflexionando sobre si le haría bien bajar de peso o no. Sin
embargo, aun no tiene planes concretos al respecto. Existe un conflicto entre las
razones para cambiar y las razones para no cambiar. Los argumentos a favor y
los argumentos en contra están en la balanza pero el peso mayor aun lo tiene el
“no bajar de peso”.
72 16
Prochaska J & DiClemente C (1984) The transtheoretical approach: crossing traditional boundaries of therapy. Homewood, Ill.,
Dow-Jones-Irwin.
3. La Fase Preparatoria
4. La Acción
El paciente inició hace menos de 6 meses su dieta. En esta etapa comienza a sentir
que tiene en sus manos su propia vida. Esta etapa a veces puede ser muy difícil y
por ello es muy importante poder contar con personas cercanas quienes apoyan
la decisión y motivan al paciente mantener la dieta y el programa de ejercicios. En
esta etapa el médico puede enviar mensajes de apoyo al paciente o llamarlo por
teléfono para mantener un contacto estimulante y continuo.
5. La Persistencia
El paciente ya mantiene durante más de seis meses su dieta. Sin embargo, aun
no está en una etapa pasiva en la cual ya se asegura el éxito definitivo. Se debe
aun consolidar este cambio actitudinal, lo cual se puede hacer mediante pruebas
en situaciones en las cuales la actitud anterior era importante, p.ej. al crear
situaciones estresantes en las cuales el paciente antes comía demasiado o al dejar
mucha comida al alcance. Crece el sentimiento de confianza en sí mismo cuando el
sentimiento de tentación disminuye. Solamente en el momento en que el paciente
ya no siente tentación a comer demasiado, se ha logrado un resultado definitivo.
Mantener contactos periódicos con el paciente en los cuales se conversan sobre
las dificultades enfrentadas y se refresca las estrategias son indispensables en esta
etapa.
A veces es necesario pasar varias veces por todo este ciclo de “cambio actitudinal”
hasta lograr un cambio definitivo.
a. La etapa de la aclaración
El objetivo de este momento es dejar hablar al paciente lo más posible sobre la(s)
razón(es) por las cuales el cree que debería cambiar su actitud. El médico puede
ayudar al paciente a que formule lo más claro posible su propia preocupación.
Estos elementos se convertirán a futuro en sus propios argumentos para cambiar.
Al formularlas de manera explicita, el paciente se realiza de manera consciente
lo que desde antes de manera implícita ya creía. Lo ideal sería que “el paciente le
convence al médico que es necesario que él (el paciente) cambie su actitud y que
el médico le ayude en aquel proceso”.
• Utilizar preguntas abiertas que buscan aclarar los enunciados del paciente
respecto a su preocupación. P.ej. ¿Qué piensa respecto al número de
cigarrillos que usted fuma cada día? o ¿Qué piensa sobre su hábito de
tomar?
• Reflejar (hacer espejo) o parafrasear los enunciados del paciente respecto
a su preocupación. De esta manera el paciente siente que sus enunciados
son importantes y merecen ser escuchados.
• Sintetizar para verificar si se ha entendido bien al paciente.
• Etiquetar de manera positiva un enunciado negativo del paciente. Una
réplica positiva aumenta la autoestima del paciente, lo cual es muy
importante para atreverse a iniciar un cambio. P.ej.: Paciente: “Dudo
si en algún momento podré dejar de fumar. Ya lo intente tantas veces
y siempre he vuelto a fumar”. Médico: “Ya lo has pensado mucho y
también ya te has esforzado bastante, solo que hasta el momento aun no
lo has logrado”.
• Utilizar un enunciado paradójico con el cual el médico enuncia las
razones por las cuales sería mejor no intentar el cambio, lo cual puede
ser el motivo para reafirmar su deseo de cambiar. En este caso el médico
se convierte en abogado del diablo, por lo tanto se necesita un poco
de experiencia y cuidado al aplicar esta técnica ya que se puede caer
fácilmente en cinismo. P.ej. Médico: “Pienso que tienes razón.
74 17
Priest V & Speller V (1991) Risk factor management manual. Oxford, Radcliffe Medical Press.
Hasta ahora todos estos intentos tan solo han sido fracasos. Quizás es
porque en el fondo no deseas cambiar”.
El objetivo de esta etapa es ayudar al paciente a que reúna argumentos que ponen
más peso en su balanza hacia el cambio. Debe ser información “relevante” para el
paciente. Para reunir esta información se puede pedir al paciente a que mantenga
un diario sobre la actitud que se busca cambiar, en el cual anote su actitud y
conducta. Se puede hacer un balance “pro y contra” de su actitud actual: ¿Cuáles
son las ventajas y desventajas de su actitud actual en relación a su salud física y
psíquica, en relación al dinero, y en relación al ámbito social y relacional?
c. La etapa de la negociación
Luego se puede aclarar el (los) objetivo(s) del cambio de la actitud: ¿Cuál sería
un objetivo aceptable para ti? ¿Hasta dónde quieres llegar con tu cambio?
Después se necesita definir los recursos para implementar el cambio: ¿Cómo les
vas a convencer a tus amigos que tú no quieres tomar? ¿Qué deporte quieres
ejercer y dónde y cuándo lo vas hacer?
Finalmente se debe definir el momento crucial del inicio del cambio: ¿En qué
momento vas a iniciar con esto?
75
CAPÍTULO SIETE
Comunicar una mala noticia siempre es difícil. Sin embargo, no se dedica mucho
tiempo a este aspecto de la atención durante el proceso de enseñanza en Medicina
u otras profesiones del sector salud. Esto lo hace aun más difícil y estresa mucho
a los médicos. Puede generar mucha frustración, tanto a nivel personal como a
nivel profesional, cuando el médico no logra comunicar de manera adecuada o con
buen tino la mala noticia. Las víctimas de esta mala comunicación, los pacientes
y/o sus familiares, a su vez viven procesos de incorporación y aceptación mucho
más dificultosos y/o largos que las personas a quienes se logró comunicar de
manera adecuada una noticia similar.
1. Casos Concretos
Es miércoles en la tarde. Un médico de familia recibe una llamada telefónica de
la fábrica donde uno de sus pacientes trabaja. El paciente, Lucas, es ingeniero
civil, trabaja en la planta química de la fábrica, tiene 30 años y es padre de tres
niños pequeños de los cuales el menor tiene apenas 4 semanas de edad. Ocurrió
una explosión en la fábrica por la cual falleció Lucas. Se pide al médico de familia
avisar a su familia lo ocurrido.
La señora Anita Rodríguez, 45 años de edad y madre de cuatro hijos, fue llevada
por emergencia al hospital ayer en la tarde debido a un dolor de cabeza intenso
y continuo. Al realizar los exámenes se diagnostica un aneurisma en el cerebro.
Unas horas después de su llegada al hospital sufre una hemorragia intracerebral y
poco a poco pierde la conciencia. El médico tratante debe comunicar a su esposo
e hijos lo que está sucediendo. El pronóstico es muy malo.
El señor Pedro Jurado, 73 años de edad, viene a la consulta ya que hace poco
tiempo esta estreñido. Después de la anamnesis y el examen clínico, el médico
propone pedir una interconsulta con el cirujano. El señor Jurado pregunta
si se trata de algo preocupante. El médico dice que en este momento no vale
preocuparse ya que primero hay que investigar porque esta estreñido… El señor
Jurado se somete a los exámenes en el hospital donde se le comunica que es
necesario realizar una operación para extirpar un “tumor” en el intestino grueso.
Si se interviene a tiempo, se podría sacar todo el tumor y luego no tendría ninguna
molestia mas… El señor Jurado se somete a dos operaciones seguidas en pocas
semanas y todo sale muy bien. Para él, ahora todo está bien… Sin embargo, el
médico de familia recibe una carta con la contrarreferencia del cirujano en la cual
se menciona que existen varias metástasis en el hígado. Aun no se ha informado
ni al paciente ni a sus familiares al respecto… Por coincidencia, el señor Jurado
se acerca este día de nuevo donde el médico de familia para realizar un control
postoperatorio y para ver si todo sigue bien…
Un niño muere de manera súbita a los dos días de haber nacido. El día
anterior se había dicho a la mamá que no se preocupara demasiado… que
la situación estaba bajo control. El ginecólogo debe dar la mala noticia a la 79
madre: “Señora, ayer hemos conversado respecto a la situación de su hijo
y sobre todas las posibilidades de cuidado de los cuales dispone el servicio
de neonatología de este hospital. Los pediatras se han preocupado mucho
de su hijo y en el servicio disponemos las 24 horas de un neonatólogo. Sin
embargo, debemos tomar en cuenta que siempre pueden ocurrir cosas
imprevistas. Repentinamente su bebé se puso mal. Hicimos todo lo que
pudimos… pero él no resistió”.
Después de algún tiempo llega el momento en que la persona que recibió la noticia
dirá algo en el sentido de: “¿Qué tengo que hacer ahora?”. Cuando se ha dado
suficiente tiempo para el desahogo, llega ahora el momento del “y ahora que”, lo
cual no significa que debemos llegar con una serie de soluciones y sugerencias.
82
Las reacciones adecuadas en esta etapa son: escuchar las ideas de las personas
involucradas, sintetizar de manera estimulante, hacer preguntas abiertas respecto
a cómo esta persona ahora lo piensa, lo siente y quiere que se haga algo. Por último
se puede ofrecer ciertas sugerencias, aceptando que estas pueden ser rechazadas
y permitiendo siempre que de nuevo surjan sentimientos que necesitan tiempo
para ser desahogados. En este caso también es necesario estar pendiente de no
defender demasiado estas sugerencias. Siempre hay que dar la oportunidad a la
persona que recibió el mensaje de aceptar o rechazar, aunque de manera temporal,
toda sugerencia, por bien intencionado que sea.
No es eficiente iniciar muy pronto con esta etapa. Cuando alguien todavía está
lleno de emociones, no ha llegado aun el momento para buscar soluciones. A
veces tan solo se puede llegar a esta etapa en una conversación posterior, luego
de algunas horas o días.
Reacciones a la noticia
A veces ocurre que por circunstancias se debe llamar por teléfono a la persona
para dar la mala noticia. A medida de lo posible hay que evitar esta situación ya
que la persona puede desmayarse o perder toda forma de autocontrol, lo cual es
peligroso sobre todo cuando esta persona está sola en casa. Sin embargo, a su
vez es mejor dar toda la noticia antes que dejar a la persona en duda. Esta duda
genera demasiado miedo y tensión, lo cual puede ser peligroso p.ej. cuando la
persona maneje el carro. Es mejor perder la conciencia y el autocontrol al teléfono
que en pleno tráfico. Cuando una persona no logra concentrarse o cuando sube
toda la agresión, el carro se convierte fácilmente en un arma peligrosa.
También siempre es muy importante primero saber con seguridad con quién se
está hablando. Es importante hablar de manera clara y lenta, sobre todo cuando el
médico no conoce bien a la persona a quien se da la noticia. También es importante
presentarse y decir cómo se relaciona con el paciente con quien sucedió el hecho
trágico y/o la persona a quién se está llamando.
84
4. La Verdad en la Comunicación de un
Pronóstico Malo
a. La actitud base
Sin embargo, mucha pena tanto del enfermo como de la familia surge desde el
bloqueo de la comunicación, lo cual es mucho más que tan solo hablar. También
implica la comunicación no verbal, el contacto visual o hasta el contacto en
general. La verdad no se expresa solamente mediante palabras. La mayoría de la
información respecto al estado emocional se transmite mediante la comunicación
no verbal, en especial mediante la expresión de la cara y el tono de la voz. La
persona recibe todas estas señales y la naturalidad o acto forzoso con la cual son
transmitidas. Por lo general, los pacientes están muy atentos para las señales no
verbales del médico.
La comunicación con personas que ya no pueden curarse debe ser más amplia que
la comunicación de un simple diagnóstico. Se trata de mucho más que palabras.
Se trata de la comunicación del “cuidar” (“Estaremos aquí para cuidarle”), del
entender, del respeto y apoyo, de la comunicación de una disponibilidad continua
y de un involucramiento, tanto con el paciente como con la familia. Esto a su vez
significa que es necesario organizarse y ponerse de acuerdo en caso que el médico
85
no esté disponible todo el tiempo.
Sin embargo, es muy importante estar consciente que, aunque se haya preparado
bien esta conversación, no se puede suavizar la noticia en sí. Una mala noticia
sigue siendo una mala noticia, sin importar que tan bien haya sido comunicada.
No obstante podemos “tomarnos el tiempo” para que el paciente haga de manera
gradual el traspaso desde una persona sana hacia una persona que sufre una
enfermedad terminal. Por lo tanto, en vez de decir “Pienso que usted sufre de
una enfermedad terminal”, se puede avisar al paciente que hay que comunicarle
una noticia grave, y continuar con una frase abierta como “Temo que se trata de
algo mucho más grave que una ulcera en el estomago”. Luego se puede esperar la
reacción del paciente y continuar la conversación según esta reacción.
En muchas ocasiones los pacientes mismos sienten lo que está pasando, sin que
sea necesario informarles de manera explícita al respecto. En este caso se trata de
fijarnos en sus propias expresiones respecto a lo que está pasando: afirmar y no
negar;; verificar como sobrellevar esta realidad y que significa esta realidad para
él; asegurar que estamos ahí para ayudarle en todo lo que le pasa; hacerle sentir
que no le vamos a dejar solo. Es muy importante “nunca mentir” y no evitar las
oportunidades que el propio paciente nos da para hablar respecto a su situación
sino aprovecharlas. A menudo desaprovechamos sus preguntas y palabras como
se ilustra con el siguiente ejemplo: Un señor mayor contesta la pregunta del
médico respecto a ¿Cómo se siente hoy? de la siguiente manera:
“Poco a poco voy para atrás, cada día un poco más para atrás. Siento que ya no
86 tengo fuerzas. Ya no puedo hacer nada. Ha sido suficiente”. El médico contesta:
“La medicina hoy en día puede mucho. Se puede curar muchas enfermedades. Ya
verás que todo estará bien”. El paciente dice: “Siento que no voy para adelante.
Yo sé lo que significa eso”. El médico dice: “Mientras hay vida, hay esperanza”.
Finalmente el paciente tan solo repite esta frase con un suspiro y cambia el tema
de la conversación hacia cosas irrelevantes.
Una reacción adecuada por parte del médico hubiese sido: “Dígame como quisiera
usted que ahora le ayudemos. ¿Qué es lo que alegraría su día hoy?”.
Cuando hablamos de la familia del enfermo debemos tomar en cuenta que esta
familia ya no existe como tal. En una familia hay diferentes personas quienes cada
uno se ha relacionado de su manera con el paciente: la situación es muy diferente
para un esposo quien pierde su esposa luego de cuarenta años de matrimonio que
para los hijos ya casados quienes cada uno ya construyeron su propia vida.
La hija que nunca se casó y vivió todo el tiempo con su madre vivirá de manera
muy diferente está pérdida que sus hermanos casados. Escuchar esta mala noticia
a veces es mucho más difícil para el uno que para el otro, dependiendo de su
relación con el enfermo, de la magnitud de la perdida, de las experiencias vividas
juntas y de los conflictos que puedan existir.
18
“Ya que quien ama, también absorbe la pena que se anido en la vida, la vida tan amada, del otro, como una sombra al lado de 89
la luz del sol… como un solo tejido…” (Bertus Aafjes, poeta flamenco)
Por lo tanto debemos brindar atención individual a cada persona, sin que esto
signifique que debemos, como profesionales de la salud, cargarnos de todo el
5. Consejos Prácticos
También vemos que esta actitud de negación en cada momento regresa en los
familiares. A veces van a consultar a otros especialistas, en nombre del paciente.
Algunos padres quitan su hijo de todo tratamiento que aun pueda servir, aunque
sea de manera paliativa.
En una ocasión un padre decía de su hijo de 10 meses de edad: “El médico nos ha dicho
que nuestro hijo ya no puede curarse, que se va a morir, que nosotros debemos dejarlo ir”.
Cuando el niño se murió luego de dos meses, el padre dice sobre el mismo médico: “Porque el
nunca nos dijo que mi hijo estaba tan grave, que no se iba a curar. Nos ha mentido siempre
y se comportaba como que nada estaba pasando”
También ocurre la negación en los profesionales de salud. Puede ser una primera
reacción a un diagnóstico: “No puede ser. ¿No nos habríamos equivocado?”
Esta negación a veces ayuda a los profesionales y los protege de la decepción
y del desánimo. A veces se muestra esta negación mediante la solicitud de más
exámenes y mediante el continuar tratamientos que ya no tienen ningún sentido.
Otros profesionales se sienten, de manera inconsciente, omnipotentes y piensan
que lo pueden curar todo. Consideran que la muerte de un paciente es una forma
inaceptable de terminar su trabajo. Cuando finalmente ya no pueden negar la 91
situación, pueden llegar a negar o rechazar al paciente, p.ej. al ya no visitarlo. De
esta manera se exteriorizan los sentimientos que el médico siente para sobrellevar
la realidad de la muerte. Mediante supervisión o intervisión se puede trabajar de
manera positiva el propio miedo de la muerte del médico.
d. Tratar la negación
Un paciente terminal dice: “Tengo miedo”. Nadie le pregunta “de que tiene miedo” sino “por
qué” tiene miedo. Cuando hacemos la pregunta “por qué” buscamos a menudo una razón
racional mientras que “tener miedo” generalmente no tiene razones racionales. Cuando
le preguntaríamos al paciente “de qué” tiene miedo, tememos que la respuesta sea: “De la
muerte”.
Cuando se trata de una negación real por parte del paciente, debemos tomar en
cuenta que nuestra información a veces no llega totalmente. A veces pensamos
que hemos dicho todo al paciente o a su familia. Sin embargo, esto no siempre
significa que ellos también han escuchado todo. Es mejor asegurar al paciente o a
la familia que siempre estamos a las órdenes para contestar todas sus preguntas.
Cuando el paciente o su familia llegan al momento de querer salir de esta negación,
se acordarán de esta apertura y posibilidad y comenzarán hacer preguntas.
92
Un chofer de transporte pesado de 55 años con un linfosarcoma en estado avanzado,
hablaba sobre cómo se sentía cuando durante la noche manejaba su camión por algún
camino interprovincial. Describía con detalle la oscuridad y el miedo porque la gasolina
ya se acababa, y de que tan solo se sentía cuando parecía que no iba a llegar a la siguiente
gasolinera. Hablaba de la soledad, de la falta de contacto humano y de su miedo por la
situación insegura. El médico entró en el simbolismo del chofer… y habló durante media
hora en “idioma de chóferes y camiones” cuando en algún momento el paciente le miraba
directo a los ojos: “Espero que usted se ha dado cuenta que no he hablado sobre los camiones
y el camino”. El médico le dejo ver que había entendido de qué se trataba y le agradecía al
paciente que le haya compartido todos sus pensares y sentimientos…
Sin embargo, puede ocurrir al revés cuando el médico siguió demasiado al paciente
en su negación, la cual puede tornarse dañina como p.ej. cuando no se realiza un
tratamiento necesario o cuando no se sigue una dieta prescrita.
e. El lenguaje de la comunicación
93
LA COMUNICACIÓN DE UNA MALA NOTICIA
Puntos de atención en la práctica diaria
f. La importancia de la comunicación no-verbal
95
Esquema Dos:
Puntos de Atención para la Comunicación
de un Pronóstico Malo
1. Preparar la conversación lo mejor posible al revisar todos los resultados
y toda la información posible de antemano.
2. Planificar la conversación en un lugar adecuado y ubicando las sillas de
antemano.
3. Reflexionar un momento respecto a sus propios sentimientos antes de
recibir al paciente y/o sus familiares.
4. Proveer suficiente tiempo y evitar interrupciones.
5. Tomar en cuenta que lo que para uno todavía puede significar
esperanza, para el paciente puede ser mala noticia y al revés, según las
circunstancias.
6. No suponer que otra persona ya haya comunicado información
importante.
7. No dar falsa esperanza pero tampoco quitarla del todo. Poner énfasis en
la disponibilidad y el apoyo práctico y positivo, para que el paciente se
sienta menos solo.
8. Dejar suficiente tiempo para que el paciente asimile la información.
9. Verificar lo que el paciente ha entendido de la información antes de cerrar
la conversación.
10. Repetir la información dada en otro momento ya que mucha información
no llega al paciente en momentos muy emotivos.
11. Evitar que los padres de un niño se informen el uno al otro: Es
indispensable informar a ambos padres juntos. De esta manera se evita
malos entendidos y más aun agresiones dirigidos hacia la pareja que da la
mala noticia. Estimular que ambos padres exterioricen y comparten sus
emociones.
12. No hacer predicciones respecto al “tiempo que queda”. La pregunta
referente al “tiempo que queda” a menudo más bien significa “que pueda
aun suceder”.
13. Hacer enseguida una cita para una siguiente conversación, preferiblemente
a corto plazo. Dar un teléfono donde las personas se pueden comunicar
con usted o dar las direcciones de los servicios donde el paciente y su
familia pueden acudir en caso de crisis o emergencia.
14. Asegurarse que la persona que recibe la mala noticia se encuentre en
capacidad de llegar a su casa. Eventualmente se puede buscar otra
persona que la lleve.
96
CAPÍTULO OCHO
Una señora necesitaba hacerse un examen cardiológico preventivo para su seguro médico.
La enfermera la prepara en un cuarto con temperatura baja y la hace tomar asiento
semidesnuda en una bicicleta. Sin saber que está esperando, entra luego de 15 minutos un
médico vestido con mandil blanco para hacer la anamnesis…
“Doctor, me senté un rato en su sala de espera. La música que ahí escucho me tranquiliza
bastante”
“Doctor, esta es la cuarta vez que usted contesta el teléfono durante esta consulta. Mejor
haré una cita en un momento más tranquilo”
Una señora cambia de médico de familia con el siguiente argumento: En la sala de espera
del médico anterior había un rótulo que decía: “La consulta dura máximo 10 minutos”
“Doctor, no pude hablar con el especialista donde usted me mandó. Su escritorio es tan
grande que la distancia se hace inmensa”
Una señora conversa con su amiga sobre su última visita al médico: “El no estaba ocupado
conmigo, sino con su computadora”
Una señora de 80 años aconseja a un médico joven: “Ponga revistas nuevas y lindas en su 97
consultorio, ya que donde mi médico de familia anterior, pude adivinar su edad en base al
año en el cual fueron editados las revistas de su sala de espera”
Cuando queremos sorprender a nuestra pareja con una salida, buscamos un lugar
agradable en función del ambiente que queremos crear. Cuando los políticos
llevan discusiones importantes, buscan lugares alejados del ruido y de la gente.
Para ciertas psicoterapias basadas en la comunicación, el entorno concreto y
directo es de suma importancia.
Estos ejemplos ilustran como detalles grandes y pequeños pueden influenciar de
manera positiva o negativa en la comunicación. Y eso no es diferente respecto al
entorno en el cual los médicos reciben a sus pacientes. Muchas veces se trata de
elementos de los cuales no estamos conscientes o que no tomamos en cuenta al
organizar nuestra práctica diaria. La esencia de este capítulo es que el entorno
organizacional de la consulta médica da muestras de un respeto profundo por
el paciente y fomenta la tranquilidad y el bien-estar del paciente lo cual facilita
la comunicación y por ende una atención de calidad. Los elementos que pueden
influenciar en esta comunicación, a más de las destrezas comunicacionales del
médico, se clasifican en dos grupos: Los elementos materiales de la practica
medica (infraestructura, organización espacial,…) y los elementos no-materiales
(contacto telefónico, sistema de citas,…)
La música
La temperatura
Los médicos “recibimos” a las personas, por cual debemos ofrecerles un ambiente
con una temperatura adaptado a sus necesidades. Sin embargo, la percepción al
respecto puede ser muy diferente entre uno y otro paciente.
Las sillas
99
El rincón para los niños
Un rincón para los niños indica que los niños están bienvenidos en este servicio.
Su ventaja principal es que tranquiliza a los niños, y por ende también a sus
padres y a las otras personas que están esperando. Una madre quien durante
una hora tuvo que tranquilizar a su hijo para que no moleste a las otras personas,
generalmente estará muy nerviosa en el consultorio médico, lo cual dificultará la
comunicación entre ella y el médico.
b. El consultorio médico
100
La separación entre el espacio para conversar y el espacio para examinar
a. El contacto telefónico
b. El sistema de citas
c. La visita domiciliaria
De hecho esta forma de contacto tiene muchas ventajas para el paciente: De esta
manera es posible reducir rápidamente el nivel de preocupación o miedo. Se evita
largos tiempos de espera. No se debe pedir permiso en el trabajo y no hay la
necesidad de trasladarse. La consulta es gratis, etc.
102 19
Allen D, Leavy F & Marks B (1988) Survey of Patients’ satisfaction with access to general practitioners. Journal of the Royal
Collage of General Practitioners, 38, 163-165.
Los médicos a su vez mantienen una posición ambivalente frente al contacto
telefónico. Ventajas posibles son menos visitas domiciliarias y la posibilidad de
reaccionar más rápido en casos urgentes. Sin embargo, para los médicos también
hay muchas desventajas: Existen interrupciones, a menudo durante las consultas
médicas y muchas veces por cosas no importantes.
El médico debe dar algún consejo sin poder realizar el examen clínico.
Generalmente no se registra este tipo de contacto en la historia clínica, etc.
• Los médicos y los pacientes tienen una diferente opinión sobre el contacto
telefónico y el paciente generalmente no está consciente de aquello por lo
cual se transforma en una fuente de malos entendidos: El médico quiere
estar disponible, pero a su vez no quiere ser interrumpido a cada rato por
cosas no importantes.
Los contactos iniciados por el médico son cuando se pide al paciente que le
llame para conocer el resultado de algún examen o para conocer la evolución
intermedia de alguna enfermedad. También puede ser para solicitar una cita o
para que el médico le de al paciente alguna información por la cual el mismo
primero tenía que consultar un libro o una persona. A su vez existen los contactos
iniciados por el paciente y pueden ser desde totalmente justificados, como p.ej. en
el caso de una emergencia, como también totalmente injustificados, como cuando
el paciente solicita un certificado médico para justificar una falta en el trabajo sin
ni siquiera haber asistido a la consulta médica.
A su vez también pueden ser sus propios familiares o amigos que llamen al
médico durante el horario de atención médica. Es obvio que para ellos también
deberían existir las mismas condiciones o limites para interrumpirle en su trabajo
y es necesario de antemano ponerse de acuerdo al respecto o indicar durante la
llamada que usted está atendiendo a un paciente y que por lo tanto no dispone de
(mucho) tiempo para conversar por teléfono.
103
Algunas Indicaciones al Respecto:
104
Mantén seguro el contacto telefónico
A menudo este contacto telefónico también deja dudas, y por ende un sentimiento
de inseguridad, en el médico, lo cual puede impedirle estar “plenamente” presente
en las siguientes consultas con los otros pacientes.
• ¿Quién está al otro lado de la línea?, aunque esto no nos asegura todo.
Generalmente es más difícil valorar en este sentido a pacientes nuevos que
a pacientes ya conocidos. Sin embargo, no se puede confiar demasiado
p.ej. en la descripción del nivel de algún dolor, lo cual nos puede llevar a
decisiones fatales o a la vez llevar a acciones no necesarias.
Está claro que es mejor no tratar ciertas situaciones vía telefónica, como p.ej.
el dar una mala noticia. Para ello es mejor visitar a la persona en su casa o
invitarle, sin dejar entrever que se trata de una mala noticia, al paciente a 105
que acuda al consultorio y prever el tiempo suficiente para esta conversación.
También es difícil dar un diagnostico complicado o de alguna enfermedad
crónica vía telefónica. En este caso es mejor formular un enunciado corto y
muy concreto y luego invitar al paciente a que se acerque al consultorio para
una conversación más amplia y detallada.
• Elabore un folleto y/o rótulo en el cual usted haga conocer que las
citas médicas se haga de preferencia antes de las 9.00 de la mañana
para de esta manera poder planificar bien el trabajo.
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