CATECISMO MAYOR San Pio X Ed Editada PDF
CATECISMO MAYOR San Pio X Ed Editada PDF
CATECISMO MAYOR San Pio X Ed Editada PDF
Catecismo Mayor
Contiene
la Fe,
la Moral,
los Sacramentos,
la Liturgia,
resumen de la Biblia
y de la Historia de la Iglesia
2015
3
CATECISMO
MAYOR
El Papa BENEDICTO XVI dijo que el Catecismo
Mayor del Papa San Pío X “fue para muchos una
guía segura en el aprendizaje de las verdades de la
fe por su lenguaje sencillo, claro y preciso, y por su
eficacia expositiva”
(http://www.zenit.org/article-36263?)
COLECCIÓN: CARIDAD DE LA VERDAD
1. FTD y Padre Michel Boniface
Breve Catecismo Católico, Bíblico y Apologético
16ª. edición, Guatemala-Nicaragua-México: 85,000 ejemplares
2. San Alfonso María de Ligorio
Para confesarse bien, y tener la paz en el alma y en la familia
3ª. edición, Guatemala-México: 12,000 ejemplares
3. Padre Pablo Lejeune, La lengua, sus pecados y remedios
Primera edición, Guatemala: 4,000 ejemplares, Nov. 2013
4. Padre Ciriaco Santinelli, SDB
El Catequista Instruido, método para enseñar bien el Catecismo.
Obra útil para los señores sacerdotes, maestros, catequistas,
padres y madres de familia. Con la aprobación de MONS. MATA
Primera edición, Guatemala: 5,000 ejemplares, Enero 2015
5. Padres José Sarto y Francisco Putti
El Movimiento Carismático. Las infiltraciones Protestantes
en la Iglesia Católica.
Segunda edición, diciembre 2018. 10, 000 ejemplares
6. R. Padre Martín de Cochem, O.F.M. Cap.
Explicación de la Santa Misa
Primera edición, Guatemala, 3,000 ejemplares, Abril 2015
7. San Antonio María Claret, Avisos a un Sacerdote, para tener un
apostolado fructuoso y santificarse.
Con la aprobación de MONS. MATA
Segunda edición, Guatemala-Nicaragua, 7,000 ejemplares, 2018
8 Doctor Raúl O. Leguizamón, La Ciencia Contra la Fe darwinista,
Reflexiones sobre la relación entre la verdadera ciencia y la fe
evolucionista. Con la aprobación de MONS. MATA
Tercera edición, Guatemala, 3,000 ejemplares, diciembre 2018
9 Padre Luis de la Palma, S.J., La Pasión del Señor
Primera edición, Guatemala-Nicaragua, 6,000 ejem., abril 2018
10 Padre Vicente de PAUL BAILLY,
Catecismo Católico Ilustrado y Bíblico,
2a. edición, Guatemala-Nicaragua-México, 20,000 ejemplares, 2019
11 San Alfonso María de Ligorio, La Monja Santa.
Primera edición 2018, 2,000 ejemplares
12 San Antonio María Claret, Los ejercicios espirituales de San Ignacio de
Loyola explicados. Primera edición diciembre 2018
13 San Alfonso María de Ligorio, Los Mandamientos de Dios, Primera
edición 2019, 5,000 ejemplares
14 San Pío X, Catecismo Mayor, Primera edición 2019, 5,000 ejemplares
Se puede pedir una copia electrónica de estos libros a email:
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Impresión
Editorial y Librería Kyrios
24 av. 24-18 Zona 5, La Palmita. Guatemala, Guatemala. C.A.
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I
PAPA SAN PÍO X
ACERBO NIMIS
Sobre la enseñanza del Catecismo
15 de abril de 1905
I. DOLOROSAS COMPROBACIONES
2. Ignorancia de la religión
¡Cuán comunes y fundados son, por desgracia, estos lamen-
tos de que existe hoy un crecido número de personas, en el
II
pueblo cristiano, que viven en suma ignorancia de las cosas
que se han de conocer para conseguir la salvación eterna!
Al decir “pueblo cristiano”, no Nos referimos solamente a
la plebe, esto es, a aquellos hombres de las clases inferiores a
quienes excusa con frecuencia el hecho de hallarse sometidos a
dueños exigentes, y que apenas si pueden ocuparse de sí mismos
y de su descanso; sino que también y, principalmente, hablamos
de aquellos a quienes no falta entendimiento ni cultura y hasta se
hallan adornados de una gran erudición profana, pero que, en lo
tocante a la religión, viven temeraria e imprudentemente.
2 Pontif. Rom.
VII
Por lo cual, el sacrosanto Concilio de Trento, hablando de
los pastores de almas, declara que la primera y mayor de sus
obligaciones era la de enseñar al pueblo cristiano3. Dispone,
en consecuencia, que por lo menos los domingos y fiestas so-
lemnes den al pueblo instrucción religiosa, y durante los santos
tiempos de Adviento y Cuaresma diariamente, o al menos tres
veces por semana. Ni esto sólo: porque añade el Concilio que los
párrocos están obligados, al menos los domingos y días de fiesta,
a enseñar, por sí o por otros, a los niños las verdades de fe y la
obediencia que deben a Dios y a sus padres. Asimismo manda
que, cuando hayan de administrar algún sacramento, instruyan,
acerca de su naturaleza, a los que van a recibirlo, explicándolo en
lengua vulgar e inteligible.
V. LAS NORMAS
¿Qué es el Catecismo?
El catecismo es la síntesis, la crema, el resumen de lo más
importante y fundamental que hay en la Sagrada Biblia y
en la Tradición Apostólica. Una formación completa debe
basarse en 3 libros: el Catecismo, la Historia Sagrada que
explica la historia de los eventos bíblicos y evangélicos,
y la historia de la Iglesia que explica cómo Jesucristo
mediante su Espíritu Santo y sus representantes actúa
y sigue su obra de salvación. El Catecismo de San Pio X
contiene en resumen los tres libros.
¿POR QUÉ REEDITAR ESTE CATECISMO?
Testimonio del Papa BENEDICTO XVI
DE LA DOCTRINA
CRISTIANA
Y SUS PARTES
PRINCIPALES
6 LECCIÓN PRELIMINAR
LECCIÓN PRELIMINAR
1. – ¿Sois cristiano? – Sí, soy cristiano por la gracia de Dios.
2. – ¿Por qué se dice por la gracia de Dios? – Se dice por la gracia de
Dios, porque ser cristiano es un don enteramente gratuito de Dios Nuestro
Señor, que no hemos podido merecer.
3. – ¿Quién es verdadero cristiano? – Verdadero cristiano es el que
está bautizado, cree y profesa la Doctrina Cris-
tiana y obedece a los legítimos P astores de la
Iglesia.
4. – ¿Qué es la DOCTRINA CRISTIANA? –
Doctrina Cristiana es la doctrina que nos ense-
ñó Nuestro Señor Jesucristo para mostrarnos
el camino de la salvación.
5. – ¿Es necesario aprender la doctrina
enseñada por Jesucristo? – Es necesario aprender la doctrina enseñad a
por Jesucristo y faltan gravemente los que descuidan aprenderla.
6. – ¿Tienen los padres y los amos obligación de mandar a sus hijos
y dependientes al Catecismo? – Los padres y los amos tienen obligación
de procurar que sus hijos y dependientes aprendan la Doctrina Cristiana e
incurren en culpa delante de Dios si descuidan esta obligación.
7. – ¿De quién hemos de recibir y aprender la Doctrina Cristiana?
– La Doctrina Cristiana la hemos de recibir y aprender de la Santa Iglesia
Católica.
8. – ¿Cómo estamos seguros de que la
Doctrina Cristiana que recibimos de la
Santa Iglesia es realmente verdadera? –
Estamos seguros de que la Doctrina Cristiana
que recibimos de la Iglesia Católica es realmen-
te verdadera porque Jesucristo, Divino Autor
de esta doctrina, la confió por medio de sus
Apóstoles a la Iglesia fundada por Él, a la cual
constituyó Maestra infalible de todos los hom-
bres y prometió su divina asistencia hasta el fin del mundo.
9. – ¿Hay otras pruebas de la verdad de la Doctrina Cristiana? –
La verdad de la Doctrina Cristiana se dem uestra, además, por la santidad
eminente de tantos que la pr ofesaron y profesan, por la heroica for taleza
de los mártires, por su rápida y admirable propagación en el mundo y por
su completa conservación por espacio de tantos sig los de varias y conti-
LECCIÓN PRELIMINAR 7
nuas luchas.
10. – ¿Cuántas y cuáles son las partes principales y más necesarias
de la Doctrina Cristiana? – Las partes principales y más necesarias de la
Doctrina Cristiana son cuatro: El Credo, Padrenuestro, Mandamientos y
Sacramentos.
11. – ¿Qué nos enseña el CREDO? – El
Credo nos enseña los principales ar tículos de
nuestra Santa Fe.
12. – ¿Qué nos enseña el PADRENUESTRO?
– El Padrenuestro nos enseña todo lo que he-
mos de esperar de Dios y todo lo que hemos
de pedirle.
13. – ¿Qué nos enseñan los MANDAMIEN-
TOS? – Los Mandamientos nos enseñan todo lo
que hemos de hacer para a gradar a Dios, que se resume en amar a Dios
sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos por amor de
Dios.
14. – ¿Qué nos enseña la doctrina de los SACRAMENTOS? – La doctri-
na de los Sacramentos nos enseña la naturaleza y buen uso de los medios
instituidos por Jesucristo para perdonarnos los pecados, comunicarnos su
gracia e infundir y acrecentar en nosotros las virtudes de la Fe, de la Espe-
ranza y de la Caridad.
PARTE PRIMERA
DEL SÍMBOLO DE LOS APÓSTOLES,
LLAMADO VULGARMENTE EL «CREDO»
CAPITULO PRIMERO
Del Credo en general
CAPITULO II
Del primer artículo del Símbolo
§ 2º – De los Ángeles
34. – ¿Cuáles son las criaturas más nobles que Dios ha creado? –
Las criaturas más nobles creadas por Dios son los Ángeles.
35. – ¿Quiénes son los ÁNGELES? – Los Ángeles son criaturas inteligen-
tes y puramente espirituales.
36. – ¿Para que fin creó Dios a los Ángeles? – Dios creó a los Ánge-
les para que lo honren y lo sirvan y para hacerlos eternamente bienaventu-
rados.
CAPITULO II: DEL PRIMER ARTÍCULO DE SÍMBOLO 11
37. – ¿Qué forma o figura tienen los
Ángeles? – Los Ángeles no tienen for ma ni
figura alguna sensible, porque son puros espí-
ritus, que subsisten sin necesidad de estar uni-
dos a cuerpo alguno.
38. – ¿Por qué, pues, se representan los
Ángeles con formas sensibles? – Los Ánge-
les se representan con formas sensibles: 1º para
ayudar a nuestra imaginación; 2º porque así han aparecido muchas veces a
los hombres, como leemos en las Santas Escrituras.
39. – ¿Permanecieron fieles a Dios todos los Ángeles? – No, señor;
no permanecieron fieles a Dios todos los Ángeles; antes, muchos de ellos,
por soberbia, pretendieron ser iguales a Él e inde pendientes y, por este
pecado, fueron desterrados para siempre del Paraíso y condenados al In-
fierno.
40. – ¿Cómo se llaman los Ángeles desterrados para siempre del
Paraíso y condenados al Infierno? – Los Ángeles desterrados para siem-
pre del Paraíso y condenados al Infierno se llaman demonios y su caudillo
se llama Lucifer o Satanás.
41. – ¿Pueden los demonios hacernos algún mal? – Sí, los demonios
pueden hacernos mucho mal en el alma y en el cuerpo, si Dios les da licen-
cia, mayormente tentándonos a pecar.
42. – ¿Por qué nos tientan? – Los demonios nos tientan por la envidia
que nos tienen, la cual les hace desear n uestra eterna condenación y por
odio a Dios, cuya imagen resplandece en nosotros.
43. – ¿Por qué permite Dios las tentaciones? – Dios permite las ten-
taciones para que, venciéndolas con su g racia, ejercitemos las vir tudes y
adquiramos merecimientos para el Cielo.
44. – ¿Cómo se vencen las tentaciones?
– Las tentaciones se v encen con la vigilia, la
oración y la mortificación cristiana.
45. – ¿Cómo se llaman los Ángeles que
permanecieron fieles a Dios? – Los Ángeles
que permanecieron fieles a Dios se llaman Án-
geles buenos, Espíritus celestiales o simple-
mente Ángeles.
46. – ¿Qué fue de los Ángeles que permanecieron fieles a Dios? –
Los Ángeles que permanecieron fieles a Dios fueron confirmados en gra-
cia, gozan para siempre de la vista de Dios, lo aman, lo bendicen y lo alaban
eternamente.
47. – ¿Se sirve Dios de los Ángeles como de ministros suyos? – Sí,
Dios se sirve de los Ángeles como de ministros suyos y en especial a mu-
12 PRIMERA PARTE: DEL CREDO
chos de ellos hace custodios y pr otectores
nuestros.
48. – ¿Hemos de tener particular devo-
ción al Ángel de nuestra Guarda? – Sí, he-
mos de tener particular devoción al Ángel de
nuestra Guarda; honrarlo, implorar su soco-
rro, seguir sus inspiraciones y ser agradecidos
a su continua asistencia.
§ 3º – Del hombre
49. – ¿Cuál es la criatura más noble que Dios ha puesto sobre la
tierra? – La criatura más noble que Dios ha puesto sobr e la tierra es el
hombre.
50. – ¿Qué es el HOMBRE? – El hombre es una criatura r acional com-
puesta de alma y cuerpo.
51. – ¿Que es el ALMA? – El alma es la
parte más noble del hombre , porque es sus-
tancia espiritual dotada de entendimiento y de
voluntad, capaz de conocer a Dios y de po-
seerlo eternamente.
52. – ¿Puede verse y tocarse el alma hu-
mana? – El alma humana no puede verse ni
tocarse, porque es espíritu.
53. – ¿Muere con el cuerpo el alma humana? – El alma humana no
muere jamás; la Fe y la misma razón prueban que es inmortal.
54. – ¿Es libre el hombre en sus acciones? – Sí, el hombre es libre en
sus acciones y todos nosotros sentimos dentro de nosotros mismos que
podemos hacer una cosa o no hacerla, o hacer una en vez de otra.
55. – Explicar con un ejemplo la libertad humana. – Al decir yo
voluntariamente una mentira, pienso que podría no decirla y callar y que
podría, asimismo, hablar de otro modo, diciendo la verdad.
56. – ¿Por qué se dice que el hombre fue creado A IMAGEN Y SEME-
JANZA DE DIOS? – Se dice que el hombre fue creado a imagen y semejanza de
Dios porque el alma humana es espiritual y ra-
cional, libre en su obr ar, capaz de conocer y
amar a Dios y g ozarlo eternamente: perfec-
ciones que son un reflejo de la infinita grande-
za del Señor.
57. – ¿En qué estado puso Dios a nues-
tros primeros padres, Adán y Eva? – Dios
puso a Adán y a Eva en el estado de inocencia
CAPITULO II: DEL PRIMER ARTÍCULO DE SÍMBOLO 13
y gracia; mas presto cayeron de él por el pecado.
58. – ¿Dio el Señor otros dones a nuestros primeros padres, además
de la inocencia y de la gracia santificante? – Además de la inocencia y
de la gracia santificante, dio el Señor otros dones a nuestros primeros pa-
dres, que ellos debían transmitir junto con la g racia santificante a sus des-
cendientes y eran: la integridad, o perfecta sujeción de la sensualidad a la
razón; la inmortalidad; la inmunidad de todo dolor y miseria y laciencia propor-
cionada a su estado.
59. – ¿Cuál fue el pecado de Adán? – El
pecado de Adán fue pecado de soberbia y gra-
ve desobediencia.
60. – ¿Cuál fue el castigo de Adán y
Eva? – Adán y Eva perdieron la gracia de Dios
y el derecho al Cielo; fueron lanzados del Pa-
raíso terrenal, sujetos a muchas miserias en el
alma y en el cuerpo y condenados a morir.
61. – Si Adán y Eva no hubiesen pecado, ¿hubieran estado exentos
de la muerte? – Si Adán y Eva no hubiesen pecado, tras una feliz estancia
en este mundo, hubieran sido trasladados por Dios al Cielo, sin morir, para
gozar una vida eterna y gloriosa.
62. – ¿Eran estos dones debidos al hombre? – Estos dones no eran
debidos al hombre, sino absolutamente gratuitos y sobrenaturales y, por
esto, desobedeciendo Adán al Divino Mandamiento, pudo Dios, sin injus-
ticia, privar de ellos a Adán y a toda su posteridad.
63. – ¿Es este pecado únicamente propio de Adán? – Este pecado
no es propio únicamente de Adán, sino que también es nuestro, aunque de
diverso modo. Es propio de Adán porque él lo cometió con un acto de su
voluntad y, por esto, en él fue personal. Es propio nuestro porque, habien-
do pecado Adán en calidad de ca beza y fuente de todo el linaje humano ,
viene transfundiéndose por natural g eneración a todos sus descendientes
y, por esto, es para nosotros pecado original.
64. – ¿Cómo es posible que el pecado original se transfunda a todos
los hombres? – El pecado original se transfunde a todos los hombres por-
que, habiendo conferido Dios al género humano en Adán la g racia
santificante y los otros dones sobrenaturales, a condición de que Adán no
desobedeciese, habiendo éste desobedecido, en su calidad de cabeza y pa-
dre del humano linaje, tornó la naturaleza humana rebelde a Dios. Por esta
causa, la naturaleza humana se transfunde a todos los hombres descen-
dientes de Adán en estado de rebelión a Dios, privada de la gracia divina y
de los otros dones.
65. – ¿Qué daños nos ha causado el pecado original? – Los daños
que nos ha causado el pecado original son la privación de la gracia, la pér-
dida de la biena venturanza, la ignorancia, la inclinación al mal, todas las
14 PRIMERA PARTE: DEL CREDO
miserias de esta vida y, en fin, la muerte.
66. – ¿Contraen todos los hombres el pecado original? – Sí, todos
los hombres contraen el pecado original, excepto la Santísima Virgen, que
fue preservada de Dios por singular privilegio, en previsión de los méritos
de Jesucristo Nuestro Salvador. Este privilegio se llama «la Inmaculada Con-
cepción» de María Santísima.
67. – ¿Podrían salvarse los hombres después del pecado de Adán?
– Después del pecado de Adán, los hombres no podían salvarse, a no usar
Dios la misericordia con ellos.
68. – ¿Cuál fue la misericordia que usó Dios con el linaje humano?
La misericordia que usó Dios con el linaje humano fue prometer a Adán,
desde luego, el Redentor Divino o Mesías y enviarlo después a su tiempo
para librar a los hombres de la esclavitud del demonio y del pecado.
69. – ¿Quién es el Mesías prometido? – El Mesías prometido es Jesu-
cristo, como nos enseña el segundo artículo del Credo.
CAPITULO III
Del segundo artículo
CAPITULO IV
Del tercer artículo
84. – ¿Que nos enseña el tercer artículo: QUE FUE CONCEBIDO POR
OBRA Y GRACIA DEL ESPÍRITU SANTO: NACIÓ DE SANTA MARÍA VIRGEN? –
El tercer artículo del Credo nos enseña que el Hijo de Dios tomó cuerpo y
alma, como tenemos nosotros, en las purísimas entrañas de María Virgen,
por obra del Espíritu Santo, y que nació de esta Virgen.
85. – ¿Concurrieron también el Padre y el Hijo a formar el cuerpo
y crear el alma de Jesucristo? – Sí, a formar el cuerpo y a crear el alma de
Jesucristo concurrieron las tres Divinas Personas.
86. – ¿Por qué se dice sólo: FUE CONCEBIDO POR OBRA Y GRACIA DEL
ESPÍRITU SANTO? – Se dice sólo Fue concebido por obra y gracia del Espíritu
Santo, porque la Encarnación del Hijo de Dios fue obra de Bondad y Amor
y las obras de Bondad y Amor se atribuyen al Espíritu Santo.
87. – El Hijo de Dios, al hacerse hombre, ¿dejó de ser Dios? – No, el
Hijo de Dios se hizo hombre sin dejar de ser Dios.
88. – Luego Jesucristo ¿es Dios y hombre juntamente? – Sí, el Hijo
de Dios encarnado, esto es, Jesucristo, es Dios y hombre juntamente, per-
fecto Dios y perfecto hombre.
89. – Luego en Jesucristo ¿hay dos naturalezas? – Sí, en Jesucristo,
que es Dios y hombre, hay dos naturalezas: la
divina y la humana.
90. – ¿Hay también en Jesucristo dos
personas, la divina y la humana? – No, en
el Hijo de Dios hec ho hombre no ha y más
que una Persona y ésta es la divina.
91. – ¿Cuántas voluntades hay en Jesu-
cristo? – En Jesucristo hay dos voluntades: la
CAPITULO V: DEL CUARTO ARTÍCULO DE SÍMBOLO 17
una divina y la otra humana.
92. – ¿Tenía Jesucristo libre albedrío? – Sí, Jesucristo tenía libre albe-
drío, más no podía obrar el mal, porque el poder obrar el mal es defecto, no
perfección de la libertad.
93. – ¿Son una misma Persona el Hijo de Dios y el Hijo de María?
– El Hijo de Dios y el Hijo de María son una misma P ersona, esto es,
Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre.
94. – ¿Es la Virgen María Madre de Dios? – Sí, la Virgen María es
Madre de Dios, porque es Madre de Jesucristo, que es verdadero Dios.
95. – ¿De qué manera vino a ser María Madre de Jesucristo? –
María vino a ser Madr e de Jesucristo únicamente por obra y g racia del
Espíritu Santo.
96. – ¿Es de Fe que María fue siempre
Virgen? – Sí, es de Fe que María Santísima fue
siempre Virgen y es llamada la Virgen por ex-
celencia.
96 *. – ¿Es de Fe que María está en cuer-
po y alma en el Cielo? – Sí, desde el 1º de
noviembre de 1950, es dogma de Fe que María
Santísima terminado el curso de su mor tal vida, fue llev ada en cuerpo y
alma a los Cielos. Este privilegio se llama «la Asunción de María».
CAPITULO V
Del cuarto artículo
CAPITULO VI
Del quinto artículo
CAPITULO VII
Del sexto artículo
121. – ¿Qué nos enseña el sexto artículo: SUBIÓ A LOS CIELOS: ESTÁ
SENTADO A LA DIESTRA DE DIOS PADRE? – El sexto artículo del Credo nos
enseña que Jesucristo, cuarenta días después de su Resurrección, subió por
sí mismo al Cielo en presencia de sus discípulos y que, siendo como Dios
igual al Padre en la g loria, fue como hombr e ensalzado sobre todos los
Ángeles y Santos y constituido Señor de todas las cosas.
122. – ¿Por qué Jesucristo después de su Resurrección se quedó cua-
renta días en la tierra antes de subir al Cielo? – Jesucristo, después de
su Resurrección, se quedó cuarenta días en la tierra, antes de subir al Cielo,
para probar con varias apariciones que verdaderamente había resucitado y
para instruir más y más y conformar a los Apóstoles en las verdades de la
Fe.
123. – ¿Por qué subió Jesucristo al Cielo? – Jesucristo subió al Cielo:
1º para tomar posesión de su R eino, conquistado con su m uerte; 2º para
prepararnos tronos de gloria y para ser nuestro Medianero y Abogado cer-
ca del Padre; 3º para enviar el Espíritu Santo a sus Apóstoles.
CAPITULO VIII: DEL SÉPTIMO ARTÍCULO DE SÍMBOLO 21
124. – ¿Por qué se dice de Jesucristo que
SUBIÓ A LOS CIELOS y de su Madre Santísi-
ma que FUE ASUNTA? – Se dice de Jesucristo
que subió a los Cielos y de su Madre Santísima
que fue asunta, porque Jesucristo, por ser Hom-
bre-Dios, subió al Cielo por su propia vir tud,
pero su Madre, como era criatura, aunque la
más digna de todas, subió al Cielo por la vir-
tud de Dios.
125. – Explicar las palabras: ESTÁ SENTADO A LA DIESTRA DE DIOS
PADRE. – La palabra está sentado significa la eterna y pacífica posesión que
Jesucristo tiene de su g loria y la expresión a la diestra de Dios Padre quiere
decir que ocupa el puesto de honor sobre todas las criaturas.
CAPITULO VIII
Del séptimo artículo
CAPITULO IX
Del octavo artículo
CAPITULO X
Del noveno artículo
§ 1º – De la Iglesia en general
144. – ¿Qué nos enseña el noveno artículo: EN LA SANTA IGLESIA
CATÓLICA: LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS? – El noveno artículo del Credo
nos enseña que Jesucristo fundó en la tier ra una sociedad visib le, que se
llama Iglesia Católica y que todos los que of rman parte de esta Iglesia están
en comunión entre sí.
145. – ¿Por qué después del artículo que
trata del Espíritu Santo se habla inmedia-
tamente de la Iglesia Católica? – Después
del artículo que tr ata del Espíritu Santo se
habla inmediatamente de la Iglesia Católica,
para indicar que toda la santidad de la misma
Iglesia se deriva del Espíritu Santo, que es el
autor de toda santidad.
146. – ¿Qué quiere decir esta palabra
IGLESIA? – La palabra Iglesia quiere decir convocación o reunión de muchas
personas.
24 PRIMERA PARTE: DEL CREDO
147. – ¿Quién nos ha convocado o llamado a la Iglesia de Jesucris-
to? – Dios, por una gracia particular, nos ha llamado a la Iglesia de eJ sucris-
to, para que con la luz de la Fe y la observancia de la Divina Ley le demos
el debido culto y lleguemos a la vida eterna.
148. – ¿Dónde se hallan los miembros de la Iglesia? – Los miembros
de la Iglesia se hallan, parte en el Cielo y forman la Iglesia triunfante; parte en
el Purgatorio y forman la Iglesia purgante o paciente, y parte sobre la tierra y
forman la Iglesia militante.
149. – ¿Constituyen una sola Iglesia estas diversas partes de la Igle-
sia? – Sí, estas diversas partes de la Iglesia constituyen una misma Iglesia y
un solo cuer po, porque tienen una misma cabeza, que es J esucristo; un
mismo espíritu, que las anima y une entre sí, un mismo fin, que es la bien-
aventuranza eterna, la cual unos miembros gozan ya y otros la aguardan.
150. – ¿A qué parte de la Iglesia se refiere principalmente este no-
veno artículo del Credo? – Este noveno artículo del Credo se refiere
principalmente a la Iglesia militante , que es la Ig lesia en que estamos los
presentes.
§ 2º – De la Iglesia en particular
151. – ¿Qué es la IGLESIA CATÓLICA? – La Iglesia Católica es la sociedad
o congregación de todos los bautizados que, viviendo en la tierra, profesan
la misma Fe y Ley de Cristo, participan en los mismos Sacramentos y obe-
decen a los legítimos Pastores, principalmente al Romano Pontífice.
152. – Decir distintamente: ¿qué es nece-
sario para ser miembro de la Iglesia? – Para
ser miembro de la Iglesia es necesario estar bau-
tizado, creer y pr ofesar la Doctrina de J esu-
cristo, participar de los mismos Sacramentos,
reconocer al Papa y a los otros Pastores legíti-
mos de la Iglesia.
153. – ¿Quiénes son los Pastores legíti-
mos de la Iglesia? – Los Pastores legítimos de la Iglesia son el R omano
Pontífice, o sea el Papa, que es el Pastor Universal, y los Obispos. Además,
con dependencia de los Obispos y del P apa, tienen parte en el oficio de
Pastores los otros sacerdotes y, en especial, los párrocos.
154. – ¿Por qué se dice que el Romano Pontífice es el Pastor Uni-
versal de la Iglesia? – Porque Jesucristo dijo a San Pedro, primer Papa:
«Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y te daré las llaves del Reino de
los Cielos, y todo lo que atares en la tierra será atado en el Cielo, y lo que desatares en
la tierra, será desatado también en el Cielo». Y, asimismo, le dijo: «Apacienta mis
corderos, apacienta mis ovejas».
CAPITULO X: DEL NOVENO ARTÍCULO DE SÍMBOLO 25
155. – ¿No pertenecen, pues, a la Iglesia de Jesucristo tantas socie-
dades de hombres bautizados que no reconocen al Romano Pontífice
por cabeza? – No, todos los que no reconocen al R omano Pontífice por
cabeza no pertenecen a la Iglesia de Jesucristo.
156. – ¿Cómo puede distinguirse la Iglesia de Jesucristo de tantas
sociedades o sectas fundadas por los hombres y que se dicen cristia-
nas? – Entre tantas sociedades o sectas fundadas por los hombres, que se
dicen cristianas, se puede fácilmente distinguir la verdadera Iglesia de Jesu-
cristo por cuatro notas, porque sólo ella es UNA, SANTA, CATÓLICA y APOS-
TÓLICA.
157. – ¿Por qué la Iglesia verdadera es UNA? – La Iglesia verdadera
es Una porque sus hijos, de cualquier tiempo y lugar, están unidos entre sí
en una misma Fe, un mismo culto, una misma Ley y en la participación de
unos Sacramentos bajo una misma cabeza vi-
sible, el Romano Pontífice.
158. – ¿No podría haber más Iglesias? –
No, no puede haber más Iglesias , porque así
como no hay más que un solo Dios, una Fe y
un solo Bautismo, así no ha y ni puede haber
más que una sola y verdadera Iglesia.
159. – ¿Pero no se llaman también Igle-
sias los fieles unidos de una nación o diócesis? – Se llaman también
Iglesias los fieles unidos de una nación o diócesis , pero con todo eso no
son sino partes de la Iglesia Universal, con la que forman una sola Iglesia.
160. – ¿Por qué la Iglesia verdadera es SANTA? – La Iglesia verdadera
es Santa porque santa es su cabeza invisible, que es Jesucristo, santos mu-
chos de sus miembros, santas su Fe, su Ley, sus Sacramentos y, fuera de
ella, no hay ni puede haber verdadera santidad.
161. – ¿Por qué la Iglesia verdadera es CATÓLICA? – La Iglesia verda-
dera es Católica, que quiere decir universal, porque abraza los fieles de todos
los tiempos y lug ares de toda edad y condición y todos los hombr es del
mundo son llamados a formar parte de ella.
162. – ¿Por qué la Iglesia verdadera es, además, APOSTÓLICA? – La
Iglesia verdadera es, además, Apostólica porque se remonta sin interrupción
hasta los A póstoles; porque cree y enseña todo lo que ellos cre yeron y
enseñaron y porque es guiada y g obernada por los Pastores que legítima-
mente los suceden.
163. – ¿Y por qué la Iglesia verdadera se llama, asimismo, ROMA-
NA? – La Iglesia verdadera se llama, asimismo, Romana porque los cuatro
caracteres de unidad, santidad, catolicidad y apostolicidad se hallan sólo en
la Iglesia que reconoce por ca beza al Obispo de R oma, sucesor de San
Pedro.
26 PRIMERA PARTE: DEL CREDO
164. – ¿Cómo está constituida la Iglesia de Jesucristo? – La Iglesia
de Jesucristo está constituida como una verdadera y perfecta sociedad y, en
ella, como en toda persona moral, podemos distinguir alma y cuerpo.
165. – ¿En qué consiste el ALMA de la Iglesia? – El alma de la Iglesia
consiste en lo que tiene de interno y espiritual, que es la Fe, la Esperanza y
la Caridad, los dones de la gracia y del Espíritu Santo y todos los celestiales
tesoros que le provienen de los merecimientos de Cristo Redentor y de los
Santos.
166. – ¿En qué consiste el CUERPO de la Iglesia? – El cuerpo de la
Iglesia consiste en lo que tiene de visible y exter no, ya en la asociación de
los congregados, ya en el culto y ministerio de la enseñanza,ya en su orden
exterior y gobierno.
167. – ¿Basta para salvarse ser como quiera miembro de la Iglesia
Católica? – No, no basta par a salvarse ser como quier a miembro de la
Iglesia Católica, sino que es necesario ser miembro vivo.
168. – ¿Cuáles son los MIEMBROS VIVOS de la Iglesia? – Los miembros
vivos de la Iglesia son todos y solamente los justos; a saber, los que están
actualmente en gracia de Dios.
169. – ¿Y cuáles son los MIEMBROS MUERTOS? – Miembros muertos de la
Iglesia son los fieles que se hallan en pecado mortal.
170. – ¿Puede alguien salvarse fuera de la Iglesia Católica, Apos-
tólica, Romana? – No, fuera de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana,
nadie puede salvarse, como nadie pudo salvarse del diluvio fuera del Arca
de Noé, que era figura de esta Iglesia.
171. – ¿Cómo, pues, se salvaron los antiguos Patriarcas y Profetas y
todos los otros justos del Antiguo Testamento? – Todos los justos del
Antiguo Testamento se salvaron en virtud de la F e que tenían en Cristo
futuro, mediante la cual ya pertenecían espiritualmente a esta Iglesia.
172. – ¿Podría salvarse quien sin culpa se hallase fuera de la Igle-
sia? – Quién sin culpa, es decir , de buena fe,
se hallase fuera de la Iglesia y hubiese recibido
el Bautismo o, a lo menos , tuviese el deseo
implícito de recibirlo y buscase , además, sin-
ceramente la verdad y cumpliese la vvoluntad
de Dios lo mejor que pudiese, este tal, aunque
separado del cuerpo de la Iglesia, estaría unido
al alma de ella y, por consiguiente, en camino
de salvación.
173. – ¿Se salvaría quien, siendo miembro de la Iglesia Católica,
no practicase sus enseñanzas? – Quien, siendo miembro de la Iglesia
Católica, no practicase sus enseñanzas, sería miembro muerto y, por tanto,
no se salvaría, pues para la salv ación de un adulto se requiere no sólo el
CAPITULO X: DEL NOVENO ARTÍCULO DE SÍMBOLO 27
Bautismo y la Fe, sino también obras conformes a la Fe.
174. – ¿Estamos obligados a creer todas las verdades que la Iglesia
nos enseña? – Sí, estamos obligados a creer todas las verdades que la Igle-
sia nos enseña y Jesucristo declara que el que no cree, ya está condenado.
175. – ¿Estamos, además, obligados a cumplir todo lo que la Igle-
sia nos manda? – Sí, estamos obligados a cumplir todo lo que la Iglesia
nos manda, porque Jesucristo ha dicho a los Pastores de la Iglesia: «El que
a vosotros oye, a Mí me oye, y el que a vosotros desprecia, a Mí me desprecia».
176. – ¿Puede errar la Iglesia en lo que nos propone para creer? –
No, en las cosas que nos propone par a creer la Ig lesia no puede er rar,
porque, según la promesa de Jesucristo, está perennemente asistida por el
Espíritu Santo.
177. – ¿Es, pues, infalible la Iglesia Católica? – Sí, la Iglesia Católica
es infalible y, por esta causa, los que rechazan sus definiciones pierden la Fe
y se hacen herejes.
178. – ¿Puede la Iglesia Católica ser destruida o perecer? – No, la
Iglesia Católica puede ser perseguida, pero no destruida ni perecer. Durará
hasta el fin del mundo, porque hasta el fin del mundo estará con ella Jesu-
cristo, como Él lo ha prometido.
179. – ¿Por qué es tan perseguida la Iglesia Católica? – La Iglesia
Católica es tan perseguida porque también fue perseguido su Divino Fun-
dador y porque reprueba los vicios, combate las pasiones y condena todas
las injusticias y errores.
180. – ¿Tienen los católicos otros deberes que cumplir con la Igle-
sia? – Todo católico ha de profesar un amor sin límites a la Iglesia, estimar-
se por infinitamente honr ado y feliz de per tenecer a ella y procur ar su
gloria y acrecentamiento por cuantos medios pueda.
CAPITULO XI
Del décimo artículo
CAPITULO XII
Del undécimo artículo
CAPÍTULO XIII
Del duodécimo artículo
PARTE SEGUNDA
DE LA ORACIÓN
CAPÍTULO PRIMERO
De la oración en general
CAPITULO II
De la oración dominical
§ 2º – De la primera petición
290. – ¿Qué pedimos en la primera petición: SANTIFICADO SEA TU
NOMBRE? – En la primer a petición Santificado sea tu nombre, pedimos que
Dios sea conocido, amado, honrado y servido de todo el mundo y de noso-
tros en particular.
291. – ¿Qué entendemos cuando pedi-
mos que Dios sea conocido, amado y servi-
do de todo el mundo? – Entendemos pedir
que los infieles v engan al conocimiento del
verdadero Dios, los herejes recono zcan sus
errores, los cismáticos vuelvan a la unidad de
la Iglesia, los pecadores se con viertan y los
justos perseveren en el bien.
292. – ¿Por qué pedimos ante todo que
sea santificado el nombre de Dios? – Pedimos ante todo que sea santifi-
cado el nombre de Dios porque hemos de desear más la gloria de Dios que
todos nuestros intereses y provechos.
293. – ¿De qué manera hemos de procurar la gloria de Dios? –
Hemos de procurar la gloria de Dios con oraciones y buen ejemplo y ende-
rezando a Él todos nuestros pensamientos, afectos y acciones.
§ 3º – De la segunda petición
294. – ¿Qué entendemos por REINO DE DIOS? – Por Reino de Dios
entendemos un triple reino espiritual: el Reino de Dios en nosotros, que es
la gracia; el Reino de Dios en la tierra, que es la Iglesia Católica, y el Reino
de Dios en el Cielo, que es la bienaventuranza.
295. – ¿Qué pedimos en orden a la gracia con las palabras VENGA
A NOSOTROS TU REINO? – En orden a la gracia, pedimos que Dios reine en
nosotros con su g racia santificante, por la cual se complace de mor ar en
nosotros como rey en su cor te, y que nos conser ve unidos a Sí con las
virtudes de la F e, Esperanza y Caridad, por las cuales r eina en n uestro
entendimiento, en nuestro corazón y en nuestra voluntad.
296. – ¿Qué pedimos en orden a la Iglesia con las palabras VENGA
A NOSOTROS TU REINO? – En orden a la Iglesia, pedimos que se dilate y
propague por todo el mundo para la salvación de los hombres.
CAPITULO II: DE LA ORACIÓN DOMINICAL 41
297. – ¿Qué pedimos en orden a la gloria con las palabras VENGA
A NOSOTROS TU REINO? – En orden a la gloria, pedimos ser un día admiti-
dos en la bienaventuranza, para que hemos sido cr eados, donde seremos
cumplidamente felices.
§ 4º – De la tercera petición
298. – ¿Qué pedimos en la tercera petición: HÁGASE TU VOLUNTAD,
ASÍ EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO? – En la tercera petición: Hágase tu
voluntad, así en la tierra como en el Cielo, pedimos la gracia de hacer en todas las
cosas la voluntad de Dios, obedeciendo sus Santos Mandamientos con la
misma presteza con que los ángeles y Santos lo obedecen en el Cielo. Pedi-
mos además la gracia de corresponder a las divinas inspiraciones y de vivir
resignados a la voluntad de Dios cuando nos enviare alguna tribulación.
299. – ¿Es necesario que cumplamos la voluntad de Dios? – Es tan
necesario que cumplamos la voluntad de Dios como lo es alcanzar la salva-
ción eterna, pues Jesucristo dijo que sólo entrará en el Reino de los Cielos
el que hiciere la voluntad de su Padre.
300. – ¿De qué manera podemos conocer
la voluntad de Dios? – Podemos conocer la
voluntad de Dios especialmente por medio de
la Iglesia y de n uestros superiores espirituales,
puestos por Dios para guiar nos en el camino
de la salvación. También podemos conocerla
por las Divinas Inspiraciones y por las circuns-
tancias en que el Señor nos ha colocado.
301. – ¿Debemos reconocer siempre la
voluntad de Dios en las cosas, así prósperas como adversas, de esta
vida? – En las cosas prósperas como adversas de esta vida hemos de reco-
nocer siempre la voluntad de Dios, el Cual todo lo dispone o permite para
nuestro bien.
§ 5º – De la cuarta petición
302. – ¿Qué pedimos en la cuarta petición: EL PAN NUESTRO DE
CADA DÍA, DÁNOSLE HOY? – En la cuarta petición: El pan nuestro de cada día,
dánosle hoy, pedimos a Dios lo que nos es necesario cada día para el alma y
para el cuerpo.
303. – ¿Qué pedimos a Dios para nuestra alma? – Para nuestra alma
pedimos a Dios el mantenimiento de la vida espiritual, es decir, rogamos al
Señor nos dé su gracia, de la que continuamente tenemos necesidad.
304. – ¿Cómo se mantiene la vida de nuestra alma? – La vida de
42 SEGUNDA PARTE: DE LA ORACIÓN
nuestra alma se mantiene sobre todo con la Divina Palabra y con el Santí-
simo Sacramento del altar.
305. – ¿Qué pedimos a Dios para nuestro cuerpo? – Para nuestro
cuerpo pedimos lo necesario para el mantenimiento de la vida temporal.
306. – ¿Por qué decimos: EL PAN NUES-
TRO DE CADA DÍA, y no EL PAN DE CADA DÍA?
– Decimos: El pan nuestro de cada día, y no El
pan de cada día, para excluir todo deseo de los
bienes ajenos; por esto le pedimos al Señor
nos ayude en las ganancias justas y lícitas con
que nos procuremos el sustento mediante
nuestro trabajo, sin echar mano de hur tos y
malas mañas.
307. – ¿Por qué decimos DANOS y no DAME el pan? – Decimos danos,
y no dame, para traernos a la memoria que, siendo Dios el dador de todos
los bienes, al darlos en abundancia, lo hace para que distribuyamos lo su-
perfluo a los pobres.
308. – ¿Por qué añadimos DE CADA DÍA? – Añadimos de cada día por-
que hemos de querer lo necesario para la vida y no la abundancia de man-
jares y bienes de la tierra.
309. – ¿Qué significa la palabra HOY en la cuarta petición? – La
palabra hoy quiere decir que no hemos de andar demasiado solícitos de lo
por venir, sino pedir lo que al presente necesitamos.
§ 6º – De la quinta petición
310. – ¿Qué pedimos en la quinta petición: PERDÓNANOS NUESTRAS
DEUDAS, ASÍ COMO NOSOTROS PERDONAMOS A NUESTROS DEUDORES? – En
la quinta petición: Perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a
nuestros deudores, pedimos a Dios que nos per-
done nuestros pecados, como nosotros per -
donamos a nuestros ofensores.
311. – ¿Por qué nuestros pecados se lla-
man DEUDAS? – Nuestros pecados se llaman
deudas porque hemos de satisfacer por ellos a
la Divina Justicia en esta vida o en la otra.
312. – ¿Pueden esperar de Dios perdón
los que no perdonan al prójimo? – Los que
no perdonan al prójimo no tienen razón ninguna para esperar de Dios el
perdón; tanto más que se condenan por sí mismos diciendo a Dios que les
perdone como ellos perdonan a su prójimo.
CAPITULO II: DE LA ORACIÓN DOMINICAL 43
§ 7º – De la sexta petición
313. – ¿Qué pedimos en la sexta petición: Y NO NOS DEJES CAER EN
LA TENTACIÓN? – En la sexta petición: Y no nos dejes caer en la tentación, pedi-
mos a Dios que nos libre de las tentaciones , no permitiendo que seamos
tentados o dándonos gracia para no ser vencidos.
314. – ¿Qué son las TENTACIONES? – Las tentaciones son unas excitacio-
nes al pecado que nos vienen del demonio o de los malos o de n uestras
pasiones.
315. – ¿Es pecado tener tentaciones? – No, no es pecado tener tenta-
ciones; pero es pecado consentir en ellas o
exponerse voluntariamente al peligro de con-
sentir.
316. – ¿Por qué permite Dios que sea-
mos tentados? – Dios per mite que seamos
tentados para pr obar nuestra fidelidad, para
darnos ocasión de perfeccionar n uestras vir-
tudes y para acrecentar nuestros merecimien-
tos.
317. – ¿Qué hemos de hacer para evitar las tentaciones? – Para
evitar las tentaciones hemos de huir de las ocasiones pelig rosas, tener a
raya nuestros sentidos, recibir a menudo los Santos Sacramentos y valernos
de la oración.
§ 8º – De la séptima petición
318. – ¿Qué pedimos en la séptima petición: MAS LÍBRANOS DEL MAL?
– En la séptima petición: Mas líbranos del mal, pedimos a Dios que nos libre
de los males pasados, presentes y futuros, especialmente del sumo mal, que
es el pecado, y de la pena de él, que es la con-
denación eterna.
319. – ¿Por qué decimos LÍBRANOS DEL
MAL y no DE LOS MALES? – Decimos: Líbranos
del mal y no de los males porque no hemos de
desear estar exentos de todos los males de esta
vida, sino solamente de los que no convienen
a nuestra alma y, por esto, pedimos nos libre
Dios del mal en g eneral; a saber, de todo lo
que prevé que es mal para nosotros.
320. – ¿Es lícito pedir que nos libre Dios de algún mal particular,
por ejemplo, de una enfermedad? – Sí, es lícito pedir a Dios nos libre de
algún mal par ticular, pero siempre remitiéndonos a su v oluntad, ya que
44 SEGUNDA PARTE: DE LA ORACIÓN
puede ordenar aquella misma tribulación para provecho de nuestra alma.
321. – ¿De qué sirven las tribulaciones que Dios nos envía? – Las
tribulaciones nos ayudan a hacer penitencia de nuestras culpas, a ejercitar
las virtudes y, sobre todo, a imitar a Jesucristo, nuestra cabeza, a la cual es
justo nos conformemos en los padecimientos si queremos tener par te en
su gloria.
322. – ¿Qué quiere decir AMÉN al final
del Padrenuestro? – Amén quiere decir Así
sea, así lo deseo , así lo pido al Señor y así lo
espero.
323. – ¿Basta rezar de cualquier manera
el Padrenuestro para alcanzar las gracias
que pedimos? – Para alcanzar las gracias que
pedimos en el Padrenuestro hay que rezarlo sin
atropellamiento, con atención y acompañarlo con el corazón.
324. – ¿Cuándo hemos de rezar el Padrenuestro? – Hemos de rezar
el Padrenuestro todos los días , pues todos los días tenemos necesidad del
socorro de Dios.
CAPITULO III
Del «Avemaría»
PARTE TERCERA
DE LOS MANDAMIENTOS
DE LA LEY DE DIOS Y DE LA IGLESIA
CAPÍTULO I
De los mandamientos
de la Ley de Dios en general
CAPITULO II
De los mandamientos que miran a Dios
CAPITULO III
De los mandamientos que miran al prójimo
CAPITULO IV
De los mandamientos de la Santa Madre Iglesia
CAPITULO V
De los deberes particulares del propio estado
y de los consejos evangélicos
Imágenes
Dios dijo a ordenadas...
Moisés: “Harás ¡Por Dios!
Éxodo 25, 18
dos querubines
cincelados en oro”
(Éxodo 25, 18).
CAPITULO I: DE LOS SACRAMENTOS EN GENERAL 69
PARTE CUARTA
DE LOS SACRAMENTOS
CAPITULO PRIMERO
De los Sacramentos en general
CAPITULO II
Del Bautismo
§ 5º – Nombres y padrinos
572. – ¿Por qué se pone el nombre de un Santo al que se bautiza? –
Se pone el nombre de un Santo al que se bautiza para colocarlo desde
luego bajo la protección de un celestial patrono y para que se aliente de la
imitación de sus ejemplos.
573. – ¿Quiénes son los PADRINOS y MADRINAS del Bautismo? – Los
padrinos y madrinas del Bautismo son aquellas personas que por disposición
de la Iglesia tienen a los niños en la sag rada fuente, contestan por ellos y
salen fiadores ante Dios de su cristiana educación, especialmente si en esto
faltasen los padres.
574. – ¿Estamos obligados a cumplir las promesas y renuncias que
nuestros padrinos hicieron por nosotros? – Estamos obligados a cumplir
las promesas y ren uncias que n uestros padrinos hicieron por nosotr os,
porque sólo con esta condición nos recibió Dios en su gracia.
575. – ¿Qué personas deben elegirse
para padrinos y madrinas? – Deben elegirse
para padrinos y madrinas personas católicas ,
de buenas costumbres y obedientes a las leyes
de la Iglesia.
576. – ¿Cuáles son las obligaciones de
los padrinos y madrinas? – Los padrinos y
madrinas están obligados a procurar que sus
hijos espirituales sean instr uidos en las v erdades de la F e y vivan como
buenos cristianos, edificándolos con buenos ejemplos.
577. – ¿Qué vínculos contraen los padrinos del Bautismo? – Los
padrinos contraen un parentesco espiritual con el bautizado y este paren-
tesco produce impedimento de matrimonio.
76 CUARTA PARTE: DE LOS SACRAMENTOS
CAPITULO III
Del Crisma o Confirmación
CAPITULO IV
De la Eucaristía
§ 4º – De la manera de comulgar
643. – ¿Cómo hemos de estar en el acto de recibir la Sagrada Co-
munión? – En el acto de recibir la Sa grada Comunión hemos de estar
arrodillados, tener la cabeza medianamente levantada, los ojos modestos y
vueltos a la Sagrada Hostia, la boca suficientemente abierta y la lengua un
poco fuera sobre el labio.
644. – ¿Cómo hay que tener la bandeja
de la Comunión? – La bandeja de la Comu-
nión hay que tenerla de manera que recoja la
Sagrada Hostia, si por ventura viniese a caer.
645. – ¿Cuándo hemos de tragar la Sa-
grada Hostia? – Hemos de tragar la Sagrada
Hostia lo antes posible y abstenernos de escu-
pir por algún tiempo.
646. – ¿Qué hay que hacer si la Sagra-
da Hostia se pega al paladar? – Si la Sagrada Hostia se pega al paladar,
ha de despegarse con la lengua y jamás con los dedos.
84 CUARTA PARTE: DE LOS SACRAMENTOS
§ 5º – Del precepto de la Comunión
647. – ¿Cuándo hay obligación de co-
mulgar? – Hay obligación de comulgar todos
los años por Pascua florida o de Resurrección
y, además, en peligro de muerte.
648. – ¿A qué edad empieza a obligar el
precepto de la Comunión pascual? – El pre-
cepto de la Comunión pascual empieza a obli-
gar a la edad de la discreción, esto es, luego que se tiene uso de razón.
649. – ¿Pecan los que, siendo por la edad capaces de ser admitidos
a la Comunión, no comulgan? – Pecan los que, siendo por la edad capa-
ces de ser admitidos a la Comunión, no comulgan, o porque no quieren o
porque no están instr uidos por su culpa. Pecan, además, los padres y los
que hacen sus veces, si por culpa de ellos difiere el niño la Comunión y de
ello tendrán que dar a Dios rigurosa cuenta.
650. – ¿Es bueno y provechoso comulgar a menudo? – Es cosa
excelentísima comulgar a menudo, siempre que se hag a con las debidas
disposiciones.
651. – ¿Con qué frecuencia podemos comulgar? – Podemos comul-
gar con la mayor frecuencia que nos aconseje un pío y docto confesor.
CAPITULO V
Del Santo Sacrificio de la Misa
CAPITULO VI
De la Penitencia
§ 1º – De la Penitencia en general
673. – ¿Qué es el Sacramento de la PENITENCIA? – La Penitencia, que
se llama también Confesión, es el Sacramento instituido por Jesucristo para
perdonar los pecados cometidos después del Bautismo.
674. – ¿Por qué se da el nombre de PENITENCIA a este Sacramento?
– Se da el nombre de Penitencia a este Sacra-
mento porque para alcanzar el perdón de los
pecados es necesario detestarlos con arrepen-
timiento y porque quien ha cometido la culpa
debe sujetarse a la pena que le impone el sa-
cerdote.
675. – ¿Por qué este Sacramento se lla-
ma también CONFESIÓN? – Este Sacramento
se llama también Confesión porque para alcan-
zar el perdón de los pecados no basta detestarlos , sino que es necesario
88 CUARTA PARTE: DE LOS SACRAMENTOS
acusarse de ellos al sacerdote, esto es, confesarse.
676. – ¿Cuándo instituyó Jesucristo el Sacramento de la Peniten-
cia? – Jesucristo instituyó el Sacramento de la Penitencia el día de su Resu-
rrección, cuando en el Cenáculo dio solemnemente a sus Apóstoles la fa-
cultad de perdonar los pecados.
677. – ¿Cómo dio Jesucristo a los Após-
toles la facultad de perdonar los pecados?
– Jesucristo dio a los Apóstoles la facultad de
perdonar los pecados soplando en ellos y di-
ciendo: «Recibid el Espíritu Santo; a los que
perdonareis los pecados les serán perdonados, y a los
que se los retuviereis les serán retenidos».
678. – ¿Cuál es la materia del Sacra-
mento de la Penitencia? – La materia del
Sacramento de la Penitencia se distingue en
remota y próxima. La materia remota son los pecados cometidos por el
penitente después del Bautismo y la materia próxima, los actos del mismo
penitente, a saber: la contrición, la acusación y la satisfacción.
679. – ¿Cuál es la forma del Sacramento de la Penitencia? – La
forma del Sacramento de la Penitencia es ésta: «Yo te absuelvo de tus pecados, en
el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén».
680. – ¿Quién es el ministro del Sacramento de la Penitencia? – El
ministro del Sacramento de la P enitencia es el sacerdote aprobado por el
Obispo para oír confesiones.
681. – ¿Por qué se dice que el sacerdote ha de estar aprobado por el
Obispo? – El sacerdote ha de estar aprobado por el Obispo para oír con-
fesiones, porque para administrar válidamente este Sacramento no basta la
potestad del Orden, sino que es necesario, además, la potestad de jurisdic-
ción, o facultad de juzgar, la cual ha de darla el Obispo.
682. – ¿Cuántas son las partes del Sacramento de la Penitencia? –
Las partes del Sacramento de la Penitencia son la contrición, confesión y
satisfacción del penitente y la absolución del sacerdote.
683. – ¿Qué es la contrición o dolor de los pecados? – Contrición o
dolor de los pecados es un pesar del ánimo por el que detestamos los
pecados cometidos y proponemos no hacerlos en adelante.
684. – ¿Qué quiere decir la palabra CONTRICIÓN? – La palabra con-
trición quiere decir rompimiento o despedazamiento, como cuando una pie-
dra se rompe y hace añicos.
685. – ¿Por qué dais el nombre de contrición al dolor de los peca-
dos? – Doy el nombre de contrición al dolor de los pecados para significar
que el corazón duro del pecador en cierto modo se despedaza por el dolor
de haber ofendido a Dios.
CAPITULO VI: DE LA PENITENCIA 89
686. – ¿En qué consiste la CONFESIÓN de los pecados? – La confesión
consiste en la acusación distinta de n uestros pecados hecha al confesor
para que nos dé la absolución y la penitencia.
687. – ¿Por qué la confesión se llama ACUSACIÓN? – La confesión se
llama acusación porque no ha de ser una relación cualquiera, sino una verda-
dera y dolorosa manifestación de los propios pecados.
688. – ¿Qué es SATISFACCIÓN o PENITENCIA? – Satisfacción o penitencia
son aquellas preces u otras obras buenas que el confesor impone al peni-
tente en expiación de sus pecados.
689. – ¿Qué es ABSOLUCIÓN? – Absolución
es la sentencia que el sacerdote pr onuncia en
nombre de Jesucristo para perdonar los peca-
dos al penitente.
690. – ¿Cuál es la parte más necesaria del
Sacramento de la Penitencia? – La parte más
necesaria del Sacramento de la Penitencia es la
contrición, porque sin ella no podemos alcanzar
el perdón de los pecados y, con ella sola, cuan-
do es perfecta, podemos alcanzar el perdón, con tal que juntemos el deseo,
al menos implícito, de confesarnos.
§ 3º – Del examen
697. – ¿Qué es EXAMEN DE CONCIENCIA? – Examen de conciencia es una
diligente averiguación de los pecados que se han cometido desde la última
confesión bien hecha.
698. – ¿Cómo se hace el examen de conciencia? – El examen de
conciencia se hace trayendo cuidadosamente a la memoria todos los peca-
dos cometidos y no confesados, de pensamiento, palabra, obra y omisión,
contra los Mandamientos de Dios y de la Iglesia y las oblig aciones del
propio estado.
699. – ¿Sobre qué otras cosas hemos de examinarnos? – Hemos de
examinarnos acerca de los malos hábitos y ocasiones de pecar.
700. – ¿Hemos de averiguar también en el examen el número de
los pecados? – En el examen hemos de averiguar también el número de los
pecados mortales.
701. – ¿Qué se requiere para que un pecado sea mortal? – Para que
un pecado sea mortal se requieren tres cosas: materia g rave, plena adver-
tencia y perfecto consentimiento de la voluntad.
702. – ¿Cuándo hay materia grave? – Hay materia grave cuando se
trata de una cosa notablemente contraria a la Ley de Dios o de la Iglesia.
703. – ¿Cuándo hay pleno conocimiento en el pecar? – Hay pleno
conocimiento en el pecar cuando se conoce perfectamente que se hace un
mal grave.
704. – ¿Cuándo en el pecado hay perfecto consentimiento de la
voluntad? – Hay en el pecado perfecto consentimiento de la v oluntad
cuando se quiere deliberadamente hacer una cosa, aunque se v ea que es
pecaminosa.
705. – ¿Qué diligencia hay que emplear en el examen de concien-
cia? – En el examen de conciencia ha de emplearse aquella diligencia que
CAPITULO VI: DE LA PENITENCIA 91
se emplearía en un negocio de gran importancia.
706. – ¿Cuánto tiempo será bueno emplear en el examen? – Debe
emplearse en el examen de conciencia más o menos tiempo, según la nece-
sidad; es decir, según el número y calidad de los pecados que g ravan la
conciencia y según el tiempo transcur rido desde la última confesión bien
hecha.
707. – ¿Cómo puede facilitarse el examen para la confesión? – Se
facilita el examen para la confesión haciendo todas las noches examen de
conciencia acerca de las obras del día.
§ 4º – Del dolor
708. – ¿Qué es el DOLOR DE LOS PECADOS? – El dolor de los pecados
consiste en un pesar y sincera detestación de la ofensa hecha a Dios.
709. – ¿De cuántas maneras es el dolor? – El dolor es de dos mane-
ras: perfecto, o de contrición; imperfecto, o de atrición.
710. – ¿Qué es dolor perfecto o de CON-
TRICIÓN? – Dolor perfecto o decontrición es un
pesar de haber ofendido a Dios por ser infini-
tamente bueno y digno por sí mismo de ser
amado.
711. – ¿Por qué llamáis perfecto al dolor
de contrición? – Llamo perfecto al dolor de
contrición por dos razones: primera, por que
mira exclusivamente a la Bondad de Dios y no
a nuestro provecho o daño; segunda, por que
nos hace alcanzar inmediatamente el perdón de los pecados,quedándonos,
no obstante, la obligación de confesarnos.
712. – ¿Luego el dolor perfecto nos obtiene el perdón de los pecados
independientemente de la confesión? – El dolor perfecto no nos obtie-
ne el perdón de los pecados inde pendientemente de la confesión, porque
siempre incluye la voluntad de confesarse.
713. – ¿Por qué el dolor perfecto o contrición produce este efecto de
restituirnos a la gracia de Dios? – El dolor perfecto o contrición produ-
ce este efecto por que nace de la Caridad, la cual no puede hallarse en el
alma junto con el pecado mortal.
714. – ¿Qué es el dolor imperfecto o de ATRICIÓN? – Dolor imperfec-
to o de atrición es un pesar de haber ofendido a Dios como sumo Juez, esto
es, por temor de los castigos merecidos en esta o en la otra vida, o también
por la misma fealdad del pecado.
715. – ¿Qué condiciones ha de tener el dolor para ser bueno? – El
92 CUARTA PARTE: DE LOS SACRAMENTOS
dolor para ser bueno ha de tener cua tro condiciones: ha de ser inter no,
sobrenatural, sumo y universal.
716. – ¿Qué quiere decir que el dolor ha
de ser INTERNO? – Quiere decir que ha de es-
tar en el corazón y en la voluntad y no en solas
palabras.
717. – ¿Por qué el dolor ha de ser inter-
no? – El dolor ha de ser inter no porque la
voluntad, que se apartó de Dios por el peca-
do, debe volver a Dios, detestando el pecado
cometido.
718. – ¿Qué quiere decir que el dolor ha de ser SOBRENATURAL? –
Quiere decir que lo ha de haber excitado en nosotros la gracia del Señor y
lo hemos de concebir por motivos de Fe.
719. – ¿Por qué el dolor ha de ser sobrenatural? – El dolor ha de ser
sobrenatural porque es sobrenatur al el fin a que se encamina, que es el
perdón de Dios: la adquisición de la g racia santificante y el dere cho a la
gloria eterna.
720. – Explicar mejor la diferencia entre el dolor sobrenatural y el
natural. – Quien se ar repiente de haber ofendido a Dios , infinitamente
bueno y digno por Sí mismo de ser amado , por haber per dido el Cielo y
merecido el Infier no, o por la malicia intrínseca del pecado , tiene dolor
sobrenatural, porque éstos son motivos de Fe; pero quien se ar repintiese
únicamente por la deshonra o castig o que le viene de los hombres , o por
algún daño puramente temporal, tendría dolor natural, porque se arrepen-
tiría por solos motivos humanos.
721. – ¿Por qué el dolor ha de ser SUMO? – El dolor ha de ser sumo
porque hemos de mirar y aborrecer el pecado como el mayor de todos los
males, pues es ofensa a Dios, sumo Bien.
722. – ¿Es necesario llorar para el dolor de los pecados, como a
veces se llora por las desgracias de esta vida? – No es necesario llorar
materialmente para el dolor de los pecados, sino que basta que en el cora-
zón se hag a más caso de haber ofendido a Dios que de cualquier otra
desgracia.
723. – ¿Qué quiere decir que el dolor ha de ser UNIVERSAL? – Quiere
decir que ha de extenderse a todos los pecados mortales cometidos.
724. – ¿Por qué ha de extenderse el dolor a todos los pecados mor-
tales cometidos? – Porque quien deja de arrepentirse aun de un solo peca-
do mortal permanece enemigo de Dios.
725. – ¿Qué hemos de hacer para tener dolor de nuestros pecados?
– Para tener dolor de nuestros pecados hemos de pedirlo a Dios de cora-
zón y excitarlo en nosotros con la consideración del mal inmenso que he-
CAPITULO VI: DE LA PENITENCIA 93
mos hecho pecando.
726. – ¿Qué hacer para excitarnos a detestar los pecados? – Para
excitarnos a detestar los pecados consideraré: 1º el rigor de la infinita justi-
cia de Dios y la deformidad del pecado que ha
afeado mi alma y me ha hec ho merecedor de
las penas eternas del Infierno; 2º que he perdi-
do la g racia, amistad y filiación de Dios y la
herencia del Paraíso; 3º que he ofendido a mi
Redentor que murió por mí y por causa de mis
pecados; 4º que he menospreciado a mi Crea-
dor y a mi Dios; que he vuelto las espaldas a
mi sumo Bien digno de ser amado sobre todas
las cosas y servido fielmente.
727. – ¿Hemos de poner mucha diligencia en tener verdadero do-
lor de los pecados cuando vamos a confesarnos? – Cuando v amos a
confesarnos hemos de poner mucha diligencia en tener verdadero dolor de
los pecados, porque es lo que más importa y, si el dolor falta, la confesión
no vale.
728. – Quien se confiesa de sólo pecados veniales, ¿ha de tener
dolor de todos ellos? – Quien se confiesa de sólo pecados v eniales basta
que se arrepienta de alguno de ellos para que la confesión sea válida; mas
para alcanzar el perdón de todos, es necesario que se ar repienta de todos
los que reconoce haber cometido.
729. – ¿Hace buena confesión el que se confiesa de sólo pecados
veniales y no está arrepentido ni siquiera de uno solo? – El que se
confiesa de sólo pecados veniales y no se ar repiente ni de uno solo, hace
confesión nula y, si la falta de dolor es advertida, comete además un sacri-
legio.
730. – ¿Qué se ha de hacer para que la
confesión de sólo pecados veniales sea más
segura? – Para que la confesión de sólo peca-
dos veniales sea más segura, es muy prudente
acusarse además, con verdadero dolor, de al-
gún pecado mortal de la vida pasada, ya con-
fesado.
731. – ¿Es bueno hacer a menudo el acto
de contrición? – Es m uy bueno y
provechosísimo hacer a menudo el acto de contrición, mayormente antes
de acostarse y cuando uno advierte o duda haber caído en pecado mortal,
a fin de recobrar cuanto antes la g racia de Dios, lo cual ayuda sobre todo
para obtener más fácilmente de Dios la gracia de hacer un acto semejante
en la mayor necesidad, que es el trance de la muerte.
94 CUARTA PARTE: DE LOS SACRAMENTOS
§ 5º – Del propósito
732. – ¿En qué consiste el PROPÓSITO? – El propósito consiste en una
firme resolución de nunca más pecar y de emplear todos los medios nece-
sarios para evitarlo.
733. – ¿Qué condición ha de tener el pro-
pósito para ser bueno? – El propósito para
ser bueno ha de tener principalmente tres con-
diciones: ha de ser absoluto, universal y eficaz.
734. – ¿Qué quiere decir PROPÓSITO AB-
SOLUTO? – Propósito absoluto quiere decir sin
condición alguna de tiempo, lugar o persona.
735. – ¿Qué quiere decir PROPÓSITO UNI-
VERSAL? – Propósito universal quiere decir que debemos tener voluntad de
evitar todos los pecados mortales, tanto los ya cometidos otras veces, como
los que pudiéramos cometer.
736. – ¿Qué quiere decir PROPÓSITO EFICAZ? – Propósito eficaz quie-
re decir que hemos de resolvernos firmemente a perderlo todo antes que
volver a pecar, a huir de las ocasiones pelig rosas, a desarraigar los malos
hábitos y a cumplir las obligaciones contraídas a consecuencia de nuestros
pecados.
737. – ¿Qué se entiende por HÁBITO MALO? – Por hábito malo se en-
tiende la disposición adquirida de caer con facilidad en aquellos pecados a
que estamos acostumbrados.
738. – ¿Qué hemos de hacer para corregir los malos hábitos? – Para
corregir los malos hábitos hemos de v elar sobre nosotros mismos, orar
frecuentemente, confesarnos a menudo, tener un buen director fijo y po-
ner en práctica los consejos y remedios que nos diere.
739. – ¿Qué se entiende por OCASIONES PELIGROSAS? – Por ocasiones
peligrosas se entienden todas aquellas circunstancias de tiempo, lugar, perso-
nas o cosas que, por su naturaleza o nuestra fragilidad, nos inducen a peca-
do.
740. – ¿Estamos gravemente obligados a apartarnos de todas las
ocasiones peligrosas? – Estamos g ravemente obligados a apartarnos de
aquellas ocasiones peligrosas que de ordinario nos inducen a cometer pe-
cado mortal, las cuales se llaman ocasiones próximas de pecar.
741. – ¿Qué ha de hacer quien no puede huir de alguna ocasión de
pecar? – Quien no puede huir de alguna ocasión de pecar dígalo al confe-
sor y aténgase a sus consejos.
742. – ¿Qué consideraciones sirven para el propósito? – Para el pro-
pósito sirven las mismas consideraciones que valen para excitar el dolor, a
CAPITULO VI: DE LA PENITENCIA 95
saber: los motivos de temer la justicia de Dios y de amar su infinita Bon-
dad.
§ 8º – De la absolución
771. – ¿Deben los confesores dar siempre la absolución a los que se
confiesan? – Los confesores sólo deben dar la absolución a los que juzgan
bien dispuestos para recibirla.
772. – ¿Pueden los confesores diferir o negar alguna vez la absolu-
ción? – Los confesores no sólo pueden, sino deben diferir o negar la abso-
lución en ciertos casos, para no profanar el Sacramento.
773. – ¿Qué penitentes deben tenerse por mal dispuestos? – Los
penitentes que deben tenerse por mal dispuestos son éstos, principalmen-
te:
1º Los que no saben los misterios principales de nuestra Fe o descuidan
el aprender las otras cosas de la Doctrina cristiana, que tienen ob ligación
de saber conforme a su estado.
2º Los que son gravemente descuidados en el examen da conciencia o
no dan señales de dolor ni arrepentimiento.
3º Los que, pudiendo, no quieren restituir
la hacienda o la fama que quitaron.
4º Los que no perdonan de corazón a sus
enemigos.
5º Los que no quieren poner en práctica
los medios necesarios para enmendarse de sus
malos hábitos.
6º Los que no quieren dejar las ocasiones
próximas de pecar.
774. – ¿No es demasiado riguroso el confesor que difiere la absolu-
ción al penitente porque no lo cree todavía bien dispuesto? – El confe-
sor que difiere la absolución al penitente por que no lo cree toda vía bien
dispuesto, no es demasiado riguroso, antes muy caritativo, portándose como
buen médico que prueba todos los remedios, por dolorosos y ásperos que
sean, para salvar la vida del enfermo.
775. – ¿Deberá desesperar y retirarse absolutamente de la confe-
sión el pecador a quien se difiere o niega la absolución? – El pecador a
quien se difiere o niega la absolución no debe desesperar ni retirarse abso-
lutamente de la confesión, sino que debe humillarse, reconocer su deplora-
CAPITULO VI: DE LA PENITENCIA 99
ble estado, aprovecharse de los buenos consejos que le da el confesor y, de
este modo ponerse lo más pronto posible en estado de merecer la absolu-
ción.
776. – ¿Qué ha de hacer el penitente en cuanto a la elección de
confesor? – El verdadero penitente ha de encomendarse a Dios para elegir
un confesor piadoso, docto y pr udente, ponerse luego en sus manos y
sujetarse a él como a su juez y médico.
§ 9º – De la satisfacción y penitencia
777. – ¿Qué es la SATISFACCIÓN? – La satisfacción, que también se llama
penitencia sacramental, es uno de los actos del penitente con que desag ravia
en alguna manera a la justicia de Dios por los pecados cometidos , ejecutan-
do las obras que el confesor le impone.
778. – ¿Está obligado el penitente a aceptar la penitencia impues-
ta por el confesor? – El penitente está oblig ado a aceptar la penitencia
impuesta por el confesor y, si no puede cumplirla, ha de declarárselo hu-
mildemente y pedir otra.
779. – ¿Cuándo hemos de cumplir la penitencia? – Si el confesor no
ha prescrito ningún tiempo, hemos de cumplir la penitencia cuanto antes y
procurar hacerlo en estado de gracia.
780. – ¿Cómo hemos de cumplir la penitencia? – Hemos de cumplir
la penitencia enteramente y con devoción.
781. – ¿Por qué en la confesión se impo-
ne alguna penitencia? – Se impone alguna
penitencia, porque de ordinario, después de la
absolución sacramental que perdona la culpa
y la pena eterna, queda una pena temporal que
se ha de pagar en este mundo o en el Purgato-
rio.
782. – ¿Por qué ha querido el Señor perdonar en el Sacramento del
Bautismo toda la pena debida a los pecados y no en el Sacramento de
la Penitencia? – El Señor ha querido perdonar en el Sacramento del Bau-
tismo toda la pena debida a los pecados y no en el Sacramento de la Peni-
tencia porque los pecados después del Bautismo son har to más g raves,
como hechos con ma yor conocimiento e ing ratitud a los beneficios de
Dios, y también para que la obligación de satisfacer por ellos sirva de freno
para no cometerlos de nuevo.
783. – ¿Podemos satisfacer a Dios por nosotros mismos? – No pode-
mos satisfacer a Dios por nosotros mismos, pero lo podemos hacer unién-
donos con Jesucristo, quien da valor a nuestras acciones con los méritos de
su Pasión y muerte.
100 CUARTA PARTE: DE LOS SACRAMENTOS
784. – ¿Basta siempre la penitencia que impone el confesor para
borrar toda la pena debida por los pecados? – La penitencia que impo-
ne el confesor no basta de ordinario para pagar toda la pena debida por los
pecados, por lo cual se ha de procurar suplir con otras penitencias volunta-
rias lo que resta.
785. – ¿Cuáles son las obras de penitencia? – Las obras de penitencia
pueden reducirse a tres especies, que son: oración, ayuno y limosna.
786. – ¿Qué se entiende por ORACIÓN? – Por oración se entiende todo
género de ejercicios de piedad.
787. – ¿Qué se entiende por AYUNO? –
Por ayuno se entiende toda clase de mortifica-
ción.
788. – ¿Qué se entiende por LIMOSNA? –
Por limosna se entiende toda obra de miseri-
cordia espiritual y corporal.
789. – ¿Qué penitencia es más merito-
ria, la que nos da el confesor o la que hace-
mos por propia elección? – La penitencia que nos da el confesor es la más
meritoria, porque siendo parte del Sacramento, recibe mayor virtud de los
méritos de la Pasión de Jesucristo.
790. – ¿Van inmediatamente al Cielo los que mueren después de
recibida la absolución pero antes de haber plenamente satisfecho a la
justicia de Dios? – No, van al Purgatorio, para satisfacer allí a la justicia de
Dios y purificarse enteramente.
791. – ¿Podemos aliviar en sus penas a las almas del Purgatorio? –
Sí, podemos aliviar en sus penas a las almas del Purgatorio con oraciones,
limosnas, toda suerte de buenas obra s, indulgencias y sobre todo, con el
Santo Sacrificio de la Misa.
792. – Además de la penitencia, ¿qué otra cosa ha de hacer el peni-
tente después de la confesión? – El penitente, después de la confesión,
además de la penitencia, si ha per judicado injustamente al prójimo en la
hacienda o en la honra, o si le ha dado escándalo , debe lo más pr onto
posible restituirle la hacienda, reparar la honra y remediar el escándalo.
793. – ¿Cómo se puede remediar el escándalo que se dio? – Se puede
remediar el escándalo que se dio haciendo cesar la ocasión de darlo y edifi-
cando con palabras y buenos ejemplos a los que se había escandalizado.
794. – ¿De qué manera hemos de satisfacer al prójimo cuando le
inferimos alguna ofensa? – Cuando inferimos al prójimo alguna ofensa
hemos de satisfacerlo pidiéndole perdón o dándole cualquiera otra repara-
ción conveniente.
795. – ¿Qué frutos produce una buena confesión? – Una buena con-
CAPITULO VI: DE LA PENITENCIA 101
fesión: 1º nos perdona los pecados cometidos y nos da la rgacia de Dios; 2º
nos restituye la paz y la tranquilidad de la conciencia; 3º nos vuelve a abrir
las puertas del Paraíso y trueca la pena eterna del Infierno en pena tempo-
ral; 4º nos preser va de las r ecaídas y nos hace ca paces del tesoro de las
indulgencias.
CAPITULO VII
De la Extremaunción
CAPITULO VIII
Del Orden Sagrado
CAPITULO IX
Del Matrimonio
§ 3º – Condiciones e impedimentos
844. – ¿Qué es necesario para contraer VÁLIDAMENTE el matrimo-
nio cristiano? – Para contraer válidamente el matrimonio cristiano es nece-
sario estar libre de todo impedimento dirimente del matrimonio y dar li-
bremente su consentimiento al contrato matrimonial delante del propio
párroco o del Ordinario del lug ar o de un sacerdote dele gado por alguno
de los dos y ante dos testigos, por lo menos.
845. – ¿Qué es necesario para contraer LÍCITAMENTE el matrimonio
cristiano? – Para contraer lícitamente el matrimonio cristiano es necesario
estar libre de los impedimentos impedientes del matrimonio, saber las co-
sas principales de la Religión y hallarse en estado de gracia; de otra manera
se cometería un sacrilegio.
846. – ¿Qué son los IMPEDIMENTOS del matrimonio? – Los impedimen-
tos del matrimonio son cier tas circunstancias que hacen el matrimonio o
inválido o ilícito. En el primer caso se dicen impedimentos dirimentes; en
el segundo, impedimentos impedientes.
847. – Traer algún ejemplo de impedimento DIRIMENTE. – Impedi-
mentos dirimentes son, por ejemplo, la consanguinidad hasta el tercer grado
inclusive, el parentesco espiritual proveniente del Bautismo, el voto solem-
ne de castidad, la disparidad de cultos, etc.
848. – Decir algún ejemplo de impedimento IMPEDIENTE. – Impedi-
mentos impedientes son, por ejemplo, la diversidad de Religión entre bauti-
zados, el voto simple de castidad, etc.
849. – ¿Están obligados los fieles a manifestar a la autoridad ecle-
siástica los impedimentos del matrimonio que conocen? – Los fieles
están obligados a manifestar a la autoridad eclesiástica los impedimentos
del matrimonio que conocen y por esta causa pub lican los pár rocos las
amonestaciones o proclamas.
850. – ¿Quién tiene potestad de establecer impedimentos matrimo-
niales, de dispensar de ellos y de juzgar de la validez del matrimonio
108 QUINTA PARTE: DE LAS VIRTUDES
cristiano? – Sólo la Iglesia tiene potestad de poner impedimentos y de
juzgar de la validez del matrimonió entre cristianos, así como sólo la Iglesia
puede dispensar de los impedimentos que ella ha puesto.
851. – ¿Por qué sólo la Iglesia tiene potestad de poner impedimen-
tos y de juzgar de la validez del matrimonio? – Sólo la Iglesia tiene
potestad de poner impedimentos, de juzgar de la validez del matrimonio y
de dispensar de los impedimentos que ella ha puesto por que, como en el
matrimonio cristiano no puede el contrato se pararse del Sacramento, aun
el contrato cae bajo la potestad de la Iglesia que es la única que recibió de
Jesucristo el derecho de legislar y decidir en cosas sagradas.
852. – ¿Puede la autoridad civil desatar, con el divorcio, el víncu-
lo del matrimonio cristiano? – No, la autoridad civil no puede desatar el
vínculo del matrimonio cristiano, porque no tiene poder para entremeterse
en materia de Sacramentos ni separar lo que Dios juntó.
853. – ¿Qué es lo que llaman MATRIMONIO CIVIL? – Lo que llaman
matrimonio civil no es más que una formalidad prescrita por la ley a fin de dar
y asegurar los efectos civiles a los casados y a sus hijos.
854. – ¿Basta para un cristiano el matrimonio o contrato civil? –
Para un cristiano no basta el contrato civil, porque no es Sacramento y, por
consiguiente, no es verdadero matrimonio.
855. – ¿En qué condiciones se hallan los esposos que viven unidos
sin haber contraído más que el matrimonio civil? – Los esposos que
viven unidos sin haber contraído más que el matrimonio civil se hallan en
estado de continuo pecado mortal y su unión será siempre ilegítima delan-
te de Dios y de la Iglesia.
* NOTA. – Donde la ley exija la ceremonia del que llaman matrimonio
civil, debe celebrarse; pues aunque no sea Sacramento ni matrimonio entre
cristianos, sirve para asegurar a los contra yentes y a sus hijos los efectos
civiles de la sociedad conyugal y por esto la autoridad eclesiástica, por regla
general, no per mite el matrimonio religioso sin el cumplimiento de los
actos prescritos por la ley civil.
Se aconseja leer la encíclica Casti Connubii del Papa Pío XI, acerca
del Matrimonio cristiano: Está en INTERNET. A los esposos casa-
dos por la Iglesia, Dios se compromete a dar ayuda, luz, protección,
paciencia y fuerza para permanecer fieles, educar cristianamente a
sus hijos, tanto como aguantar, soportar y superar las dificultades
con la condición de NO vivir en pecado mortal, separándose de Dios.
Los esposos que se confiesan, comulgan cada semana, rezan, viven
según el plan de Dios, siempre superan las dificultades, mientras los
que viven en pecado mortal, la contracepción, tienen enormes difi-
cultades. En la Biblia vemos que Dios quita la vida a Onán por no
querer tener hijos a propósito (Génesis 38, 9-10).
CAPITULO I: DE LAS VIRTUDES PRINCIPALES 109
PARTE QUINTA
DE LAS VIRTUDES PRINCIPALES Y
DE OTRAS COSAS NECESARIAS
QUE HA DE SABER EL CRISTIANO
CAPITULO PRIMERO
De las virtudes principales
§ 2º – De la Fe
864. – ¿Qué es FE? – Fe es una virtud sobrenatural, infundida por Dios
en nuestra alma y por la cual, apoyados en la autoridad del mismo Dios ,
creemos que es verdad cuanto Él ha revelado
y por medio de la Iglesia nos propone para
creerlo.
865. – ¿Por dónde sabemos las verdades
que Dios ha revelado? – Sabemos las verda-
des que Dios ha revelado por medio de la San-
ta Iglesia, que es inf alible: esto es, por medio
del Papa, sucesor de San P edro, y por medio
de los Obispos, sucesores de los Apóstoles ,
los cuales fueron enseñados por el mimo Jesucristo.
866. – ¿Estamos seguros de las cosas que la Santa Iglesia nos ense-
ña? – Estamos segurísimos de las cosas que la Santa Iglesia nos enseña,
porque Jesucristo ha empeñado su palabra de que la Iglesia no será engaña-
da jamás.
867. – ¿Por qué pecados se pierde la Fe? – Se pierde la F e con la
negación o duda voluntaria de los artículos que se nos proponen para creer,
aunque sea de uno solo.
868. – ¿Cómo se recobra la Fe perdida? – La Fe perdida se recobra
con el arrepentimiento del pecado cometido y creyendo de nuevo todo lo
que cree la Santa Iglesia.
§ 3º – De los misterios
869. – ¿Podemos comprender todas las
verdades de la Fe? – No, no podemos com-
prender todas las v erdades de la F e, porque
algunas son misterios.
870. – ¿Qué son MISTERIOS? – Misterios son
verdades superiores a la razón, que hemos de
creer aunque no las podamos comprender.
CAPITULO I: DE LAS VIRTUDES PRINCIPALES 111
871. – ¿Por qué hemos de creer los miste-
rios? – Hemos de cr eer los misterios por que
nos los ha revelado Dios que, siendo la infinita
Verdad y Bondad, no puede engañarse ni enga-
ñarnos.
872. – ¿Son contrarios a la razón los mis-
terios? – Los misterios son superiores a la ra-
zón, mas no contrarios; antes bien, la misma
razón nos persuade de que los admitamos.
873. – ¿Por qué los misterios no pueden ser contrarios a la razón? –
Los misterios no pueden ser contrarios a la razón por que el mismo Dios,
que nos ha dado la luz de la razón, es quien nos ha revelado los misterios y
no puede contradecirse a Sí mismo.
§ 4º – De la Sagrada Escritura
874. – ¿Dónde se contienen las verdades que Dios ha revelado? –
Las verdades que Dios ha revelado se contienen en la Sagrada Escritura y
en la Tradición.
875. – ¿Qué es la SAGRADA ESCRITURA? – La Sagrada Escritura es la
colección de los libros que los Profetas y Hagiógrafos, los Apóstoles y los
Evangelistas escribieron por inspiración del Espíritu Santo y la Ig lesia ha
recibido como inspirados.
876. – ¿En cuántas partes se divide la Sagrada Escritura? – La
Sagrada Escritura se divide en dos partes: Antiguo y Nuevo Testamento.
877. – ¿Qué contiene el ANTIGUO TESTAMENTO? – El Antiguo Testa-
mento contiene los libros inspirados escritos antes de la venida de Jesucris-
to.
878. – ¿Qué contiene el NUEVO TESTAMEN-
TO? – El Nuevo Testamento contiene los libros
inspirados escritos después de la venida de Je-
sucristo.
879. – ¿Cómo se llama comúnmente la
Sagrada Escritura? – La Sagrada Escritura se
llama comúnmente Sagrada Biblia.
880. – ¿Qué quiere decir BIBLIA? – Biblia
quiere decir la colección de los libros Santos, el libro por excelencia, el libro
de los libros, el libro inspirado por Dios.
881. – ¿Por qué la Sagrada Escritura se llama EL LIBRO POR EXCE-
LENCIA? – La Sagrada Escritura se llama el Libro por excelencia por la excelen-
cia de la materia de que trata y por su Autor.
112 QUINTA PARTE: DE LAS VIRTUDES
882. – ¿Puede haber error en la Sagrada Escritura? – En la Sagrada
Escritura no puede haber er ror alguno, porque siendo toda inspirada, el
autor de todas sus partes es el mismo Dios.
883. – ¿Puede haber errores en las co-
pias y traducciones de la Sagrada Escritu-
ra? – En las copias y traducciones de la Sagra-
da Escritura puede haber errores, o de los co-
pistas o de los traductores. Mas en las edicio-
nes revisadas y aprobadas por la Iglesia Cató-
lica no puede haber errores en lo que atañe a
la Fe o a la moral.
884. – ¿Es necesaria a todos los cristia-
nos la lectura de la Biblia? – La lectura de la Biblia no es necesaria a
todos los cristianos, porque ya están enseñados por la Iglesia, pero es muy
útil y se recomienda a todos.
885. – ¿Puede leerse cualquier traducción vulgar de la Biblia? –
Puede leerse cualquier traducción vulgar de la Biblia, con tal que esté reco-
nocida como fiel por la Iglesia Católica y vaya acompañada de explicacio-
nes aprobadas por la misma.
886. – ¿Por qué sólo pueden leerse las traducciones de la Biblia
aprobadas por la Iglesia? – Sólo pueden leerse las traducciones de la
Biblia aprobadas por la Iglesia porque ella es la guarda legítima de la Biblia.
887. – ¿Por quién podemos conocer el auténtico sentido de las Sa-
gradas Escrituras? – El sentir auténtico de las Sag radas Escrituras sólo
podemos conocerlo por la Iglesia, porque sólo la Iglesia no puede errar en
su interpretación.
888. – ¿Qué debe hacer el cristiano a quien le ofrece una Biblia
algún protestante o emisario de los protes-
tantes? – El cristiano a quien le ofrece una Bi-
blia algún protestante o emisario de los protes-
tantes debe rechazarla con horror, como prohi-
bida por la Iglesia y , si la hubiese recibido sin
darse cuenta, debería inmediatamente ar rojarla
a las llamas o entregarla a su párroco.
889. – ¿Por qué la Iglesia prohíbe las Bi-
blias protestantes? – La Iglesia prohíbe las Bi-
blias protestantes porque, o están alteradas y contienen errores, o porque,
faltándoles la aprobación y notas declarativas de los sentidos oscuros, pue-
den dañar a la Fe. Por esto la Iglesia prohíbe hasta las traducciones de la
Sagrada Escritura aprobadas antes por ella, pero reimpresas después sin las
explicaciones aprobadas por la misma.
CAPITULO I: DE LAS VIRTUDES PRINCIPALES 113
§ 5º – De la Tradición
890. – ¿Qué es la TRADICIÓN? – Tradición es la pala bra de Dios no
escrita, sino comunicada de viva voz por Jesucristo y por los Apóstoles ,
transmitida sin alteración de siglo en siglo por medio de la Iglesia hasta
nosotros.
891. – ¿Dónde se contienen las enseñan-
zas de la Tradición? – Las enseñanzas de la
Tradición se contienen principalmente en los
decretos de los Concilios , en los escritos de
los Santos P adres, en los documentos de la
Santa Sede y en las palabras y usos de la Sa-
grada Liturgia.
892. – ¿Qué caso hemos de hacer de la
Tradición? – A la T radición hemos de tener el mismo respeto que a la
palabra de Dios contenida en la Sagrada Escritura.
§ 6º – De la Esperanza
893. – ¿Qué es ESPERANZA? – Esperanza es una vir tud sobrenatural,
infundida por Dios en nuestra alma, y con la cual deseamos y esperamos la
vida eterna que Dios ha prometido a los que lo sirven y los medios necesa-
rios para alcanzarla.
894. – ¿Por qué hemos de esperar de Dios la bienaventuranza y los
medios necesarios para alcanzarla? – Hemos de esperar de Dios la bien-
aventuranza y los medios necesarios para alcanzarla por que Dios
misericordiosísimo, por los méritos de Nuestro Señor eJ sucristo, lo ha pro-
metido a quien lo sirve de corazón y, como es
fidelísimo y omnipotente, siempre cumple sus
promesas.
895. – ¿Cuáles son las condiciones nece-
sarias para alcanzar la bienaventuranza?
– Las condiciones necesarias para alcanzar la
bienaventuranza son: la gracia de Dios, el ejer-
cicio de las buenas obras y la perseverancia en
el amor divino hasta la muerte.
896. – ¿Cómo se pierde la Esperanza? – Se pierde la Esperanza siem-
pre y cuando se pierda la Fe; se pierde asimismo por el pecado de desespe-
ración o de presunción.
897. – ¿Cómo se recobra la Esperanza perdida? – La Esperanza
perdida se recobra con el arrepentimiento del pecado cometido y avivando
de nuevo la confianza en la Bondad de Dios.
114 QUINTA PARTE: DE LAS VIRTUDES
§ 7º – De la Caridad
898. – ¿Qué es CARIDAD? – Caridad es una virtud sobrenatural infundi-
da por Dios en nuestra alma con la que amamos a Dios por Sí mismo sobr e
todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos por amor de Dios.
899. – ¿Por qué motivos hemos de amar a Dios? – Hemos de amar a
Dios porque es el sumo Bien, infinitamente bueno y perf ecto y, además,
por el mandamiento que nos ha dado de amarlo y por tantos beneficios
como de Él recibimos.
900. – ¿De qué manera hemos de amar
a Dios? – Hemos de amar a Dios sobre todas
las cosas, con todo el cor azón, con toda la
mente, con toda el alma y con todas las fuer -
zas.
901. – ¿Qué quiere decir amar a Dios
sobre todas las cosas? – Amar a Dios sobre
todas las cosas quiere decir que lo hemos de
preferir a todas las criaturas más queridas y perfectas y estar dispuestos a
perderlo todo antes que ofenderlo y dejar de amarlo.
902. – ¿Qué quiere decir AMAR A DIOS DE TODO CORAZÓN? – Amar a
Dios de todo corazón quiere decir consagrarle todos nuestros afectos.
903. – ¿Qué quiere decir AMAR A DIOS CON TODA LA MENTE? – Amar
a Dios con toda la mente quiere decir encaminar a Él todos n uestros pensa-
mientos.
904. – ¿Qué quiere decir AMAR A DIOS CON TODA EL ALMA? – Amar a
Dios con toda el alma quiere decir consagrarle el uso de todas las potencias de
nuestra alma.
905. – ¿Qué quiere decir AMAR A DIOS CON TODAS NUESTRAS FUER-
ZAS? – Amar a Dios con todas nuestras fuerzas quiere
decir que procuremos crecer constantemente
en su Amor y obrar de modo que todas n ues-
tras acciones tengan por motivo y por fin su
Amor y el deseo de agradarle.
906. – ¿Por qué hemos de amar al próji-
mo? – Hemos de amar al prójimo porque Dios
lo manda y porque todo hombre es imag en
suya.
907. – ¿Estamos obligados a amar aun a los enemigos? – Sí, estamos
obligados a amar aun a los enemigos, porque también son nuestro prójimo
y porque Jesucristo lo mandó expresamente.
908. – ¿Qué quiere decir AMAR AL PRÓJIMO COMO A NOSOTROS MIS-
MOS? – Amar al prójimo como a nosotros mismos quiere decir desearle y hacerle
CAPITULO I: DE LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO 115
en cuanto sea posible el bien que debemos querer para nosotros y no de-
searle ni hacerle mal alguno.
909. – ¿Cuándo nos amamos a nosotros
mismos como debemos? – Nos amamos a no-
sotros mismos como debemos cuando busca-
mos el servicio de Dios y ponemos en Él toda
nuestra felicidad.
910. – ¿Cómo se pierde la Caridad? – La
Caridad se pierde por cualquier pecado mortal.
911. – ¿Cómo se recobra la Caridad? – La Caridad se recobra con
actos de amor de Dios y con el arrepentimiento y la confesión bien hecha.
CAPITULO II
De los dones del Espíritu Santo
CAPITULO III
De las Bienaventuranzas Evangélicas
CAPITULO IV
De las obras de misericordia
942. – ¿Cuáles son las buenas obras de que se nos pedirá cuenta
particular en el Día del Juicio? – Las buenas obras de que se nos pedirá
cuenta particular el Día del Juicio son las obras de misericordia.
CAPITULO V: DE LOS PECADOS 119
943. – ¿Qué se entiende por OBRAS DE MISERICORDIA? – Obras de mise-
ricordia son aquellas con que se socorren las necesidades corporales o espi-
rituales de nuestro prójimo.
944. – ¿Cuáles son las principales obras de misericordia CORPORA-
LES? – Las principales obras de misericordia corporales son:
1º Visitar y cuidar a los enfermos.
2º Dar de comer al hambriento.
3º Dar de beber al sediento.
4º Dar posada al peregrino.
5º Vestir al desnudo.
6º Redimir al cautivo.
7º Enterrar a los muertos.
945. – ¿Cuáles son las principales obras de misericordia E SPIRITUA-
LES? – Las principales obras de misericordia espirituales son:
1º Enseñar al que no sabe.
2º Dar buen consejo al que lo necesita.
3º Corregir al que yerra.
4º Perdonar las injurias.
5º Consolar al triste.
6º Sufrir con paciencia los defectos del prójimo.
7º Rogar a Dios por los vivos y difuntos.
CAPITULO V
De los pecados y de sus principales especies
960. – ¿Qué es VICIO? – Vicio es una mala disposición del ánimo a huir
el bien y hacer el mal, causada de la frecuente epetición
r de los actos malos.
961. – ¿Qué diferencia hay entre PECADO y VICIO? – Entre pecado y
vicio hay esta diferencia: que el pecado es un acto
que pasa, mientras el vicio es una mala costum-
bre de caer en algún pecado.
962. – ¿Cuáles son los vicios que se lla-
man capitales? – Los vicios que se llaman ca-
pitales son siete: 1º Soberbia;2º Avaricia; 3º Lu-
juria, 4º Ira; 5º Gula, 6º Envidia; 7º Pereza.
963. – ¿Cómo se vencen los vicios capita-
les? – Los vicios capitales se vencen con el ejer-
cicio de las virtudes opuestas. Así, la soberbia se vence con la humildad; la
avaricia, con la generosidad; la lujuria, con la castidad; la ira, con la pacien-
cia; la gula, con la templanza; la envidia, con la caridad fraterna; la pereza,
con la diligencia y fervor en el servicio de Dios.
964. – ¿Por qué estos vicios se llaman CAPITALES? – Estos vicios se
llaman capitales porque son la fuente y causa de muchos otros vicios y peca-
dos.
965. – ¿Cuántos son los pecados contra el Espíritu Santo? – Los
pecados contra el Espíritu Santo son seis: 1º la desesperación de salv arse;
2º la presunción de salvarse sin merecimientos;
3º la impugnación de la verdad conocida; 4º la
envidia o pesar de la gracia ajena; 5º la obstina-
ción en los pecados; 6º la impenitencia final.
966. – ¿Por qué estos pecados se dice que
son en particular CONTRA EL ESPÍRITU SAN-
TO? – Estos pecados se dice que son en par ti-
cular contra el Espíritu Santo porque se cometen
por pura malicia la cual es contraria a la bon-
dad que se atribuye al Espíritu Santo.
967. – ¿Cuáles son los pecados que se dicen clamar al Cielo? – Los
pecados que se dicen clamar al Cielo son cuatro: 1º el homicidio v olunta-
rio; 2º el pecado impuro contra el orden de la naturaleza; 3º la opresión del
pobre; 4º la defraudación o retención injusta del jornal del trabajador.
968. – ¿Por qué se dice que estos pecados CLAMAN AL CIELO? – Se
dice que estos pecados claman al Cielo porque lo dice el Espíritu Santo y
122 QUINTA PARTE: DE LAS VIRTUDES
porque su iniquidad es tan g rave y manifiesta que provoca a Dios a casti-
garlos con los más severos castigos.
CAPITULO VII
De los Novísimos y de otros medios principales
para evitar el pecado
CAPITULO VIII
De los devotos ejercicios
que se aconsejan al cristiano para todos los días
PARTE PRIMERA
DE LAS FIESTAS DEL SEÑOR
CAPITULO PRIMERO
Del Adviento
CAPITULO II
De la fiesta de Navidad
CAPITULO III
De la Circuncisión del Señor
CAPITULO V
De los domingos de Septuagésima,
Sexagésima y Quincuagésima
CAPITULO VI
De la Cuaresma
CAPITULO VII
De la Semana Santa
CAPITULO VIII
De la Pascua de Resurrección
CAPITULO IX
De la procesión que se hace el día de San Marcos
y los tres días de Rogativas menores
80. – ¿Qué hace la Iglesia el día de San Marcos y los tres días de
Rogativas menores? – El día de San Marcos y los tr es días de rogativas
menores hace la Iglesia procesiones y rog ativas solemnes para a placar a
Dios y hacerlo propicio, a fin de que nos perdone los pecados , aparte de
nosotros sus castigos, bendiga los frutos de la tierra, que empiezan a apare-
cer y provea a nuestras necesidades, así espirituales como temporales.
81. – ¿Son muy antiguas las procesiones de San Marcos y de las
Rogativas? – Las procesiones de San Marcos y de las Rogativas son anti-
quísimas y el pueblo solía concurrir a ellas con los pies descalzos, con ver-
dadero espíritu de penitencia y en g randísimo número, dejando toda otra
ocupación para asistir a ellas.
82. – ¿Qué hacemos en las letanías de los Santos que se cantan en
las Rogativas y otras procesiones semejantes? – En las letanías de los
Santos: 1º implor amos misericordia de la Santísima T rinidad y para ser
oídos nos volvemos en particular a Jesucristo con aquellas palabras: Christe,
audi nos; Christe, exaudi nos, es decir: Cristo, óyenos; Cristo, escúchanos; 2º
invocamos el patrocinio de la Vi rgen María, de los Áng eles y Santos del
138 PRIMERA PARTE: DE LAS FIESTAS DEL SEÑOR
Cielo, diciéndoles: Orate pro nobis; rogad por nosotros; 3º nos dirigimos de
nuevo a Jesucristo y le pedimos , por todo lo que ha hec ho por nuestra
salvación, que nos libre de todos los males y principalmente del pecado ,
diciéndole: Libera nos, Dómine; líbranos, oh Señor; 4º le pedimos el don de
una verdadera penitencia y la gracia de perseverar en su santo servicio y le
rogamos por todos los órdenes de la Iglesia y por la unión y felicidad de
todo el pueblo de Dios, diciendo: Te rogamus, audi nos; óyenos, Señor, te lo
rogamos; 5º terminamos con la palabra con que empezamos, implorando
la misericordia de Dios, diciéndole de n uevo Kyrie eléison, etc.; Señor, ten
piedad de nosotros, etc.
83. – ¿Cómo hemos de concurrir a las procesiones? – Hemos de
concurrir a las procesiones: 1º con buen orden y con verdadero espíritu de
penitencia y oración, cantando despacio y con piedad lo que canta la Iglesia
o, si no lo sabemos, uniéndonos con el corazón y rezando en particular; 2º
con modestia y recogimiento, no mirando acá ni acullá ni hablando a nadie
sin necesidad; 3º con verdadera confianza de que Dios atenderá a nuestros
gemidos y oraciones en común y nos otorgará lo que es necesario, así para
el alma como para el cuerpo.
84. – ¿Por qué en las procesiones se lleva delante la Cruz? – En las
procesiones se lleva delante la Cr uz para enseñarnos que siempre hemos
de tener delante de los ojos a Jesucristo crucificado, a fin de regular según
sus ejemplos nuestra vida y acciones e imitarlo en su Pasión, sufriendo con
paciencia las penalidades que nos afligen.
CAPITULO X
De la Ascensión del Señor
CAPITULO XI
De la fiesta de Pentecostés
CAPITULO XIII
De la fiesta del «Corpus Christi»
PARTE SEGUNDA
DE LAS FIESTAS SOLEMNES
DE LA SANTÍSIMA VIRGEN
Y DE LAS FIESTAS DE LOS SANTOS
CAPITULO PRIMERO
De las fiestas solemnes
de la Santísima Virgen María
y primero de su Inmaculada Concepción
124. – ¿Cuáles son, las fiestas más solemnes que la Iglesia celebra
en honor de la Santísima Virgen, Madre de Dios? – Las fiestas más
solemnes que la Iglesia celebra en honor de la Santísima Virgen, Madre de
Dios, son la Inmaculada Concepción, la Natividad, la Anunciación, la Pu-
rificación, la Asunción y la Realeza de María.
125. – ¿En qué día se celebra la fiesta de la INMACULADA CONCEP-
CIÓN? – La fiesta de laInmaculada Concepción se celebra el día 8 de diciembre
.
126. – ¿Por qué se celebra la fiesta de la Inmaculada Concepción
de la Santísima Virgen María? – Se celebra la fiesta de la Inmaculada
Concepción de la Santísima Vi rgen María porque, como enseña la F e, la
Virgen María, por singular privilegio y por los méritos de Jesucristo Reden-
tor, fue santificada con la divina gracia desde el primer instante de su con-
cepción y, así, preservada inmune de la culpa original.
127. – ¿Cuándo definió la Iglesia como dogma de Fe que la Con-
cepción de la Santísima Virgen María fue Inmaculada o sin pecado
original? – El día 8 de diciembre del año 1854, el Sumo Pontífice Pío IX,
por Bula dogmática y con el consentimiento de todo el Episcopado católi-
co, definió solemnemente como artículo de Fe la Concepción Inmaculada
de la Santísima Virgen.
128. – ¿Por qué otorgó Dios a la Santísima Virgen el privilegio de
la Concepción Inmaculada? – Dios otorgó a la Santísima Virgen el pri-
vilegio de la Concepción Inmaculada porque convenía a la santidad y ma-
jestad de Jesucristo que la Virgen destinada a ser su madre no fuese ni un
instante esclava del demonio.
146 SEGUNDA PARTE: DE LAS FIESTAS DE LA VIRGEN
129. – ¿Cuáles son las intenciones de la Iglesia en la celebración de
la fiesta de la Inmaculada Concepción? – Las intenciones de la Iglesia
en la celebración de la fiesta de la Inmaculada Concepción son: 1º desper-
tar en nosotros un vi vo reconocimiento a Dios, que con tal pri vilegio ha
ensalzado tanto a la Santísima Virgen; 2 º avivar nuestra Fe en este privile-
gio de María; 3 º darnos a entender cuánto estima y ama Dios la pureza y
santidad del alma; 4º aumentar más y más en nosotros la de voción a la
Santísima Virgen.
CAPITULO II
De la Natividad de la Santísima Virgen María
CAPITULO III
De la Anunciación de la Santísima Virgen
CAPITULO IV
De la Purificación de la Santísima Virgen
CAPITULO V
De la Asunción de la Santísima Virgen
CAPITULO X
De la fiesta de Todos los Santos
CAPITULO XI
De la conmemoración de los Fieles Difuntos
BREVE HISTORIA
DE LA RELIGIÓN
PRINCIPIOS Y NOCIONES FUNDAMENTALES 159
PRINCIPIOS
Y NOCIONES FUNDAMENTALES
PARTE PRIMERA
RESUMEN DE LA HISTORIA
DEL ANTIGUO TESTAMENTO
Promesa de un Redentor
23. Pero Dios no desamparó a Adán y a su descendencia en tan desdi-
chada suerte. En su infinita misericordia les prometió luego un Salvador (el
Mesías), que había de v enir a librar al géner o humano de la ser vidumbre
del demonio y del pecado y a merecerles la gloria. Esta promesa la fue Dios
repitiendo en lo sucesivo otras muchas veces a los Patriarcas y, por medio
de los Profetas, al pueblo hebreo.
La torre de Babel
29. Los descendientes de Noé se multiplicaron muy luego y crecieron
en tan gran número, que no pudiendo ya estar juntos, hubieron de pensar
en separarse. Pero antes determinaron levantar una torre tan alta que llega-
se al cielo. La obra adelantaba a grandes pasos, cuando Dios, ofendido de
tanto orgullo, bajó y confundió las lenguas por manera que los soberbios
edificadores, no entendiéndose unos a otros, tuvieron que dispersarse sin
llevar a cabo su ambicioso proyecto. La torre tuvo el nombre de Babel, que
quiere decir confusión.
El pueblo de Dios
30. Los hombres, después del diluvio, no permanecieron mucho tiem-
po fieles a Dios, sino que recayeron muy pronto en las maldades pasadas y
aun llegaron al extremo de perder el conocimiento del verdadero Dios y de
entregarse a la idolatría, que consiste en reconocer y adorar como divinidad
las cosas creadas.
31. Por lo cual Dios, a fin de conservar en la tierra la verdadera Religión,
escogió un pueblo y tomó a su cargo el gobernarlo con especial Providen-
cia, preservándolo de la general corrupción.
El Tabernáculo y el Arca
51. Aquí, al pie del Sinaí, fabricó Moisés, por orden de Dios y según las
divinas prescripciones, el Tabernáculo y el Arca.
El Tabernáculo era una gran tienda a modo de templo que se lev antaba
en medio de los reales cuando los hebreos acampaban.
El Arca era un cofre de madera preciosísima, guar necido por dentro y
por fuera de oro purísimo, donde después se pusieron las tablas de la ley,
un vaso del maná del desierto y la vara florida de Aarón.
52. Muchas veces los hebreos en el desierto, por murmuraciones contra
Moisés y contra el Señor , se atrajeron g raves castigos. Fue notable entr e
éstos el de las serpientes ponzoñosas, por cuya mordedura pereció gran parte
del pueblo; muchos, arrepentidos después, sanaron de las mordeduras mi-
rando una serpiente de metal que, levantada en un asta por Moisés, presen-
taba figura de cruz. La virtud de este emblema era símbolo de la virtud que
170 BREVE HISTORIA DE LA RELIGIÓN
había de tener la Santa Cruz para curar las llagas del pecado.
Job
55. Por aquellos tiempos vivía en Idumea un Príncipe muy acaudalado
y justo, por nombre Job, el cual temía a Dios y se guardaba de obrar mal.
Queriendo el Señor hacer de él un dec hado de paciencia en las ma yores
penalidades de la vida, permitió que Satanás lo tentase con tribulaciones
inauditas. En pocos días le arrebataron sus inmensas posesiones, la muerte
lo privó de su numerosa familia y él mismo se vio herido en todo el cuerpo
de unas úlceras malignas . Atribulado Job con tantas desg racias, no pecó
por impaciencia; se derribó la faz en tierra, adoró al Señor y dijo: «El Señor
me lo dio, el Señor me lo quitó; bendito sea el nombre del Señor». Dios, en premio de
su resignación, lo bendijo y devolviéndole la salud, le dio más prosperida-
des que antes.
Todo esto se describe luminosamente en uno de los Libros Santos titu-
lado Job.
Daniel
65. Durante la cautividad de Babilonia vivió el Profeta Daniel. Escogido
con otros jóvenes hebreos para ser educado y lueg o destinado al servicio
personal del r ey, se g ranjeó con su vir tud la estimación y afecto de
Nabucodonosor, mayormente después de haberle manifestado e interpre-
tado un sueño que éste había tenido y del que después se había olvidado.
También fue muy amado del rey Darío: pero los émulos lo acusaron de
adorar a su Dios, desobedeciendo el edicto real que lo prohibía y lograron
que fuese arrojado al foso de los leones , de los que Dios lo guardó ileso
milagrosamente.
HISTORIA DEL ANTIGUO TESTAMENTO 173
Fin de la cautividad de Babilonia y vuelta de los hebreos a Judea
66. La cautividad de Babilonia duró setenta años, después de los cuales
los judíos alcanzaron de Ciro la liber tad. Vueltos a su patria, guiados por
Zorobabel (539 a.C .), reedificaron Jerusalén y el T emplo, alentados en la
santa empresa por Nehemías, ministro del rey, y por el Profeta Ageo.
67. Mas no todos regresaron a su patria. Entre los que se quedaron en
tierra extranjera se halló por divina disposición, Ester, la cual, escogida por
el rey Asuero para esposa suya, salvó después a su pueblo de la ruina a que
estaba condenado por el rey, instigado por el ministro Amán, que aborre-
cía a Mardoqueo, tío de la reina.
68. Los judíos, recobrada la libertad, fueron en adelante más fieles al
Señor, viviendo en la guarda de sus propias leyes y reconociendo por cabe-
za de su nación al Sumo Sacerdote , con cierta dependencia, ya del rey de
Persia, ya del de Siria o de Egipto, según la suerte de las armas.
69. Entre estos rey es, algunos dejaron en paz a los judíos y otros los
persiguieron para reducirlos a la idolatría. El más cr uel tirano fue Antíoco
Epífanes, rey de Siria, quien publicó una ley por la que todos sus v asallos
estaban obligados, so pena de muerte, a abrazar la religión g entílica. Mu-
chos judíos entonces consintieron en aquella impiedad, pero muchos más
se mantuvieron firmes y se conservaron fieles a Dios y otros muchos mu-
rieron con glorioso martirio. Así acaeció a un santo anciano que se llamaba
Eleazar y a siete hermanos, que se decían Macabeos, con su madre.
Los Macabeos
70. Se alzaron entonces contra el impío y cruel Antíoco algunos intrépi-
dos defensores de la religión y de la independencia de la patria, a la cabeza
de los cuales, se puso un sacerdote , por nombre Matatías, con sus cinco
hijos, virtuosos y esforzados como él. Se retiró primero a los montes y ,
juntando allí a otros valientes, bajó y desbarató a los opresores.
71. Judas, por sobrenombre Macabeo, hijo de Matatías, prosiguió la gue-
rra comenzada por su padre y, con el favor de Dios y con la ayuda de sus
hermanos, fundó el pequeño reino llamado de los Macabeos que, por espa-
cio de ciento veintiocho años, gobernaron la Judea como pontífices y capi-
tanes y después también como reyes.
Este gran capitán, llamado en la Sa grada Escritura varón fortísimo, dio
insigne ejemplo de piedad con los difuntos y confir mó solemnemente la fe
en el Purgatorio, ordenando una gran colecta de dinero con destino a Jeru-
salén, para que allí se ofreciesen dones y sacrificios en sufragio de los que
habían caído muertos en la Guer ra Santa. Fue por sus m uchas victorias
bendecido del pueblo y el terror de sus enemigos. Mas al fin, oprimido de
174 BREVE HISTORIA DE LA RELIGIÓN
éstos y no sostenido de los suy os, murió como héroe con las armas en la
mano el año 161 antes de la era cristiana. A uJ das Macabeo sucedieron uno
en pos de otro sus hermanos Jonatás y Simón y después el hijo de éste Juan
Hircano, que gobernó sabia, gloriosa y felizmente.
72. Pero los hijos y descendientes degeneraron de la virtud de sus ma-
yores y, discordes entre sí, se enzarzaron en desastradas contiendas con sus
poderosos vecinos y, en breve, la Judea, perdidas las fuerzas y la autoridad,
vino a caer poco a poco en poder de los romanos.
Los Profetas
74. Para conservar a su pueblo en la guarda de la ley, o para volverlo a
ella de nuevo, cuando prevaricaba y en especial para preservarlo de la ido-
latría, a que poderosamente propendía, suscitó Dios en todo tiempo hom-
bres extraordinarios llamados Profetas, que inspirados por Él predecían los
sucesos por venir.
75. Algunos de estos Profetas , como Elías y Eliseo, no dejaron nada
escrito, pero de ellos y de sus hazañas se hace mención en la Historia Sa-
grada.
Otros dieciséis dejaron escritas sus profecías, que se conservaron entre
los Libros Santos.
76. Cuatro de éstos, Jeremías, Daniel, Ezequiel e Isaías, se llaman mayores,
porque sus profecías son más e xtensas; los otros doce se llaman menores,
por la razón contraria.
77. El principal encargo de los Profetas era conservar viva la memoria
de la pr omesa del Mesías y pr eparar al pueblo para que le reconociese .
Muchos siglos antes anunciaron el tiempo preciso de su venida y describie-
HISTORIA DEL ANTIGUO TESTAMENTO 175
ron con tales pormenores su nacimiento, vida, Pasión y muerte, que, leyen-
do el conjunto de sus profecías, más parecen historiadores que Profetas.
PARTE SEGUNDA
RESUMEN DE LA HISTORIA
DEL NUEVO TESTAMENTO
Los Magos
89. Algún tiempo después del nacimiento de Jesús, entraron en Jerusa-
lén tres Magos o sabios, venidos del Oriente, y preguntaron dónde había
nacido el rey de los judíos.
178 BREVE HISTORIA DE LA RELIGIÓN
Estando en su tier ra, habían observado una estrella extr aordinaria y,
por ella, al tenor de una antigua profecía conocida en el Oriente, entendie-
ron que debía de haber nacido en Judea el deseado de las gentes e, inspira-
dos por Dios y , siguiendo el camino indicado por la estr ella, vinieron a
adorarlo.
Reinaba a la sazón en Jerusalén Herodes el Grande, hombre ambicioso y
cruel. Se turbó éste en gran manera a las palabras de los Magos y se infor-
mó de los príncipes de los sacerdotes en qué lugar había de nacer el Mesías.
Habiendo sabido que ese lugar señalado por los Profetas era Belén, despa-
chó a los Ma gos recomendándoles que v olviesen presto, fingiendo que
quería también ir allá para adorar al Niño recién nacido.
Partieron los Magos e, inmediatamente, la estrella que habían visto en
el Oriente volvió a dejarse v er y les fue guiando a la estancia del Di vino
Infante en Belén, sobre la cual se paró. Entraron en ella y, hallando al Niño
con María su Madre, postrados lo adoraron y, abiertos sus tesoros, le ofre-
cieron oro, incienso y mir ra, reconociéndolo como rey, como Dios y como
hombre mortal. Por la noche, avisados en sueños que no volviesen a Herodes,
por otro camino regresaron a su tierra.
Predicación de Jesús
96. Acompañado de los Apóstoles y otr as veces precedido de ellos,
recorrió por espacio de tres años toda la J udea y Galilea, pr edicando su
Evangelio y confirmando su doctrina con infinito número de milagros.
De ordinario, los sábados entraba en las sinagogas y enseñaba; aunque,
si se ofrecía ocasión y co yuntura, no se desdeñaba de dar sus enseñanzas
en cualquier sitio. Leemos, en efecto, que las turbas lo seguían y que Él no
sólo predicaba en las casas y plazas, sino también al aire libre, en los mon-
tes y desiertos, a la orilla del mar y desde el mismo mar
, subido a la navecilla
de Pedro. El célebre sermón de las ocho bienaventuranzas se llama cabalmente
sermón del monte, por el lugar donde lo pronunció.
No menos predicaba con el ejemplo que con las palabra s. Admirados
de su larga oración, le suplicaron un día sus discípulos que les enseñase a
orar y Jesús les enseñó la sublime oración del Padrenuestro.
97. Por varias razones y, entre ellas, para acomodarse a la capacidad de
la mayor parte de su auditorio y a la índole de los pueblos orientales , se
servía ordinariamente Jesús en sus enseñanzas de parábolas o semejanzas. Son
sencillas y sublimes las del hijo pródigo, del samaritano, del buen pastor, de
los diez talentos, de las diez vírg enes, del rico Epulón, del ma yordomo
infiel, del siervo que no quiere perdonar, de los remeros de la viña, de los
convidados a las bodas, del grano de mostaza, del sembrador, del fariseo y
del publicano, de los obreros, de la cizaña y otras muy sabidas de los bue-
nos cristianos que asisten a la explicación del Santo Evangelio que se hace
los domingos en las Parroquias.
HISTORIA DEL NUEVO TESTAMENTO 181
Efectos admirables de la palabra y del poder del Redentor
98. Comúnmente, después de sus discursos , le presentaban enf ermos
de todas clases: mudos, sordos, tullidos, ciegos, leprosos y Él a todos les
devolvía la salud.
No sólo en las sinagogas iba derramando sus gracias y mercedes, sino
en cualquier lugar donde se hallaba, presentándose ocasión, socorría a los
desgraciados que en gran número le llevaban de toda Palestina y regiones
comarcanas, esparciéndose hasta la Siria la fama de sus milagros. Le lleva-
ban, especialmente, poseídos del demonio, de los cuales había no pocos en
aquel tiempo y Él los libraba de los espíritus malignos, que salían gritando:
«¡Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios!».
99. Dos veces, con unos pocos panes milag rosamente multiplicados,
dejó hartas y satisfechas a las turbas que lo seguían por el desier to; a las
puertas de la ciudad de Naím resucitó al hijo de una viuda que llev aban a
enterrar y, poco antes de su P asión, resucitó a Lázaro, que hedía ya en la
sepultura, pues era muerto de cuatro días.
100. Infinito es el número de milag ros, muchos de ellos famosísimos,
que obró en los tres años de su predicación, para demostrar que hablaba
como enviado de Dios, que era el Mesías esperado por los P atriarcas y
vaticinado por los Profetas; que era el mismo Hijo de Dios. Tal se manifes-
tó en su T ransfiguración por el r esplandor de su gloria y por la v oz del
Padre que lo proclamaba su Hijo muy amado.
A la vista de tales milagros, muchos se convertían y lo seguían, muchos
lo aclamaban y alguna vez lo buscaron para hacerlo rey.
El Apóstol Pablo
117. El más célebre de los convertidos al Evangelio fue Saulo, llamado
después Pablo, natural de Tarso, que fue primero enemigo furioso y perse-
guidor de los cristianos y después, tocado del poder divino, vino a ser vaso
de elección, el más celoso y trabajador de los Apóstoles.
Increíbles son los caminos, fatigas y tribulaciones de este prodigio de la
gracia para dar a conocer el nombre y doctrina de Jesucristo entre los gen-
tiles: de donde se llama Doctor de las gentes. Predicando la Fe, no con el
aparato de la humana sabiduría, sino con la virtud de Dios que la confirma-
ba con milagros, convertía a los pueblos, por más que fuese constantemen-
te acusado por los enemig os de la Cr uz de Cristo. Estas acusaciones lo
llevaron providencialmente a Roma, donde pudo pr edicar el Evangelio a
los judíos que allí residían y a los g entiles. Después de otras peregrinacio-
nes, se restituyó a Roma y, coronando allí su apostólica vida con el martirio,
fue degollado imperando Nerón, el mismo que hizo crucificar a San Pedro.
118. Nos quedan de él 14 car tas, escritas la ma yor parte a las v arias
iglesias que había fundado y son otra señal de la misión apostólica que le
dio Jesucristo; pues, como obser va San Agustín, están escritas con tanta
elevación, lucidez, profundidad y unción que revelan el espíritu de Dios.
Nuestro Señor Jesucristo fundó una sola Iglesia cuando dijo a san
Pedro: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré MI Iglesia”,
NO dijo mis iglesias (San Mateo 16, 18; 10, 1-4; 28, 19; Lc 6, 13-
16). Cristo jamás dio poder a otras personas para fundar iglesias
separadas y opuestas a la que Él fundó hace dos mil años. Al contrario,
a menudo dijo: cuídense de los falsos profetas que se hacen pasar por
ministros de justicia. (2ª Corintios 11, 13-14; Mateo 24, 11, 24; 7,
15-23). Cristo da mucha importancia a la unión, amor, concordia,
obediencia y rechaza toda división entre sus discípulos (Jn 15, 12).
Por esta razón dejó a San Pedro (y sus sucesores, los demás Papas),
como encargados de todos los fieles cristianos (Jn 21,15). Cristo
dijo a los Apóstoles y a sus sucesores legítimos: “Quien a vosotros
escucha a mí me escucha, quien a vosotros rechaza a mí me rechaza”
(Lucas 10, 16). Toda persona que se separa de la Iglesia Católica y
Apostólica hace un enorme pecado contra la caridad y la voluntad
de Cristo, se engaña y engaña, en nombre de Cristo, a las ovejas de
Cristo. La Iglesia Católica del siglo 1 hasta el 21, siempre tuvo Papas,
Obispos y Sacerdotes como legítimos sucesores de los Apóstoles de
Cristo (2 Tim 2, 2; 1 Tim 6, 20; Tito 1,5; Hechos 20, 28).
Para ser miembro de la Iglesia es necesario ser bautizados, creer y
profesar la doctrina auténtica de Jesucristo, participar de los mismos
sacramentos y reconocer al Papa y los obispos legítimos de la Iglesia
fundada por Cristo. Todo fundador de secta cae bajo la maldición de
San Pablo (Gál 1, 8; 1ª. Tim 4,1; Mt 24, 11; 7, 15-23); es un rebelde,
un falso profeta sembrador de confusión e instrumento de perdición.
BREVE NOTICIA DE LA HISTORIA ECLESIÁSTICA 187
PARTE TERCERA
BREVE NOTICIA
DE LA HISTORIA ECLESIÁSTICA
APÉNDICE
La crema de la Santa Biblia
y de la Tradición Apostólica
o sea
EL CATECISMO
Su necesidad y sus frutos
para que sus hijos sean buenos y no
desgraciados en la tierra y en la eternidad
EL Papa BENEDICTO XVI dijo que EL CATECISMO MAYOR
DE SAN PIO X “fue para muchos una guía segura en el apren-
dizaje de las verdades de la fe por su lenguaje sencillo, claro y
preciso, y por su eficacia expositiva” (zenit.org/article-36263).
I) La Sagrada Escritura
La Biblia enseña que la ignorancia de las cosas de Dios es
el peor de los males. ¿De dónde viene que “la mentira y la mal-
dición, el homicidio y el robo, el adulterio lo inunden todo; y que
una maldad alcanza a otra, sino de que no hay ciencia de Dios
sobre la tierra?” (Oseas 4, 1). Dios mismo afirma que un pueblo
decae y perece por falta de conocimiento religioso (Oseas 1, 6).
Al contrario, el niño instruido en la ciencia de Dios e inclinado
a la práctica de la virtud desde sus tiernos años, rara vez olvidará
en lo restante de su vida los principios grabados en su corazón
(Proverbios 22, 6). Aunque se desvíe, como el hijo pródigo, sabrá
donde está el remedio.
En el bautismo, el niño recibe la fe en germen. Es preciso du-
rante su niñez y juventud explicarle esa misma fe sistematizada
en el Catecismo en cuatro partes: todas las verdades que Dios nos
reveló (el dogma) los mandamientos que debemos guardar para
cumplir nuestros deberes (la moral) y los medios de santificación
que son los sacramentos y la oración (culto). Acaso no dijo Nues-
tro Señor Jesucristo de bautizar: “a todos los pueblos enseñán-
doles a conservar todo cuanto os he mandado” (Mateo 28, 19-20).
Y ¿cómo conservarán lo que mandó Cristo si no lo conocen? Y
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¿cómo lo conocerán realmente si los jóvenes quedan con unas
nociones adquiridas para la primera comunión y que rápidamente
se olvidan o se hacen confusas en su mente? Para evitar esa pla-
ga de la ignorancia que es madre de muchos fracasos y vicios, lá-
grimas y sufrimientos, la Iglesia en su Magisterio, insiste muchos
sobre la comunicación fiel y completa de la Doctrina de Cristo
claramente presentada en el Catecismo Romano.
ÍNDICE
Acerbo Nimis
Sobre la enseñanza del Catecismo........................................... I
Oraciones de la noche.............................................................209
Jesús Resucitó
236
El pecado de escándalo
240
El pecado de la mentira es
castigado por Dios
242
Los dos caminos