La Trinidad de Dios
La Trinidad de Dios
La Trinidad de Dios
5. La Trinidad de Dios
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La creencia de que existe un ser divino mucho más grande que el hombre, ha sido común en todas
las culturas y civilizaciones. Esto se debe, en parte, al hecho de que el hombre razona que tiene
que existir una explicación para nuestro mundo y para la experiencia humana y que sólo un ser
superior al hombre serviría para poder explicarlo. El hombre, intuitivamente, por su propia
naturaleza religiosa, propende a buscar un ser que de algún modo es mucho más alto y superior a
él. Esto también puede ser explicado, en parte, por la obra del Espíritu Santo en el mundo y que se
extiende a toda criatura, una obra que se designa en Teología como gracia común, en contraste
con la obra especial del Espíritu relacionada con la salvación del hombre. El moderno fenómeno de
muchos que afirman ser ateos surge de la perversión de la mente humana y la negación de que es
posible cualquier explicación racional del universo. De acuerdo con esto, la Biblia declara que un
ateo es un loco estúpido.
La revelación de Dios mediante los profetas, antes de que la Escritura fuese escrita, y la revelación
procedente de la Escritura , ha penetrado, en cierto grado, la conciencia total del hombre hoy día.
Aunque el mundo, en general, está ignorante de la revelación escritural, algunos conceptos de
Dios han penetrado en el pensamiento de todo el mundo, de tal forma que la creencia en una
especie de Ser superior es generalmente cierta incluso entre hombres a quienes no ha llegado
directamente la Escritura.
Aunque los antiguos filósofos griegos ignoraron la revelación bíblica, no habiéndoles sido familiar,
hicieron, sin embargo, algunos intentos para explicar nuestro universo sobre la base de un Ser
superior. Varios sistemas de pensamiento han evolucionado:
2) hilozoísmo, que identifica el principio de la vida encontrado en toda la creación como siendo
Dios mismo;
3) materialismo, que arguye que la materia funciona por sí misma de acuerdo con una ley natural y
no es preciso ningún dios para su funcionamiento, teoría que apoya el moderno evolucionismo; y
4) panteísmo, que sostiene que Dios es impersonal e idéntico con la propia Naturaleza, y que Dios
es inmanente, pero no trascendente. Existen, así, muchas variantes de tales conceptos respecto a
Dios.
1) El argumento ontológico; sostiene que Dios tiene que existir, porque el hombre universalmente
cree que existe. Esto, a veces, es llamado un argumento a priori.
2) El argumento cosmológico; mantiene que todo efecto necesita tener una causa suficiente, y,
por tanto, el universo, que es un efecto, tiene que haber tenido un Creador como causa. Implicada
en este argumento está la complejidad de un universo ordenado, que no pudo haber tenido
existencia accidental.
3) El argumento teológico; resalta que cada diseño tiene que haber tenido un diseñador, y como la
totalidad de la creación está intrincadamente diseñada e interrelacionada, tuvo, por tanto, que
haber tenido un gran diseñador. El hecho de que todas las cosas funcionen juntas, indica que este
diseñador ha tenido necesariamente que haber sido uno de infinito poder y sabiduría.
Dt. 6:4 4 Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.
Is. 44:6 6 Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo soy el primero, y
yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios.
Jn. 14:9 9 Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe?
El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?
Jn. 17:11, 22-23 11 Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre
santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros. 22
La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. 23 Yo en
ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me
enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.
En los principios del Génesis hay referencias al Espíritu de Dios, y los pronombres personales en
plural se usan para Dios como en el Génesis 1:26; 3:22; 11:7.
Gn. 1:26 26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra
semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la
tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.
Gn. 3:22 22 Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el
mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para
siempre.
Gn. 11:7 7 Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el
habla de su compañero.
En el Salmo 2:7, Dios Padre, referido como «Yo», indica que es su propósito tener a su Hijo como
el supremo soberano sobre la tierra. Por lo mismo que el Padre y el Hijo quedan distinguidos, así
Dios también se distingue del Espíritu Santo, como en el Salmo 104:30, donde el Señor envía a su
Espíritu.
Yo te engendré hoy.
Sal. 104:30 30 Envías tu Espíritu, son creados,
A estas evidencias hay que añadir todas las referencias del Ángel de Jehová, que señala las
apariciones del Hijo de Dios en el Antiguo Testamento como uno enviado por el Padre, y
referencias al Espíritu del Señor, como el Espíritu Santo, distinto del Padre y del Hijo.
A esas evidencias del Antiguo Testamento el Nuevo añade una revelación adicional. Aquí, en la
persona de Jesucristo, está el Dios Encarnado, concebido por el Espíritu Santo, y, con todo, Hijo de
Dios, el Padre. En el bautismo de Jesús, la distinción de la Trinidad se hace evidente con Dios Padre
hablando desde los cielos, el Espíritu Santo descendiendo como una paloma y esparciendo luz
sobre El, y el propio Jesucristo bautizado (Mt. 3:16-17). Esas distinciones de la Trinidad se
observan también en pasajes tales como Juan 14:16, donde el Padre y el Consolador quedan
distinguidos del propio Cristo, y en Mateo 28:19, donde los discípulos son instruidos para bautizar
a los creyentes «en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo».
Las muchas indicaciones que hay, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, de que Dios
existe o subsiste como trino y uno, han conformado la doctrina de la Trinidad como un hecho
central de todas las creencias ortodoxas, desde los principios de la iglesia hasta los tiempos más
modernos. Cualquier desviación de esto se considera como un apartamiento de la verdad
escritural. Aunque la palabra «Trinidad» no se da en la Biblia , los hechos de la revelación
escritural no permiten otra explicación.
Aunque la doctrina de la Trinidad es un hecho central, el núcleo de la fe cristiana está más allá de
la comprensión humana y no tiene paralelo en la experiencia del hombre. La mejor definición es el
sostener que, aunque Dios es uno, El existe en tres personas. Estas personas son iguales, tienen los
mismos atributos y son igualmente dignas de adoración, culto y fe. Con todo, la doctrina de la
unidad de la Divinidad está clara en el sentido de que no hay tres dioses separados, como tres
seres humanos separados, tales como Pedro, Santiago y Juan. De acuerdo con esto, la verdadera
fe cristiana no es un tri teísmo, como creencia en tres dioses. Por otra parte, la Trinidad no tiene
que ser explicada como tres modalidades de existencia, es decir, que un solo Dios se manifiesta a
sí mismo en tres formas. La Trinidad es esencial para el ser de Dios y es más que una forma de la
revelación divina.
Las personas de la Trinidad , aunque tengan iguales atributos, difieren en ciertas propiedades. De
aquí que la Primera Persona de la Trinidad sea llamada Padre. La Segunda Persona es llamada el
Hijo, como enviada por el Padre. La Tercera Persona es el Espíritu Santo, que procede del Padre y
del Hijo. Esto es llamado en teología la doctrina de la procesión, y el orden no es nunca invertido,
es decir, el Hijo nunca envía al Padre, y el Espíritu Santo nunca envía al Hijo. De la naturaleza de la
unicidad de la Divinidad no existe ilustración o paralelo en la experiencia humana. Así pues, esta
doctrina tiene que ser aceptada por la fe sobre la base de la revelación escritural, incluso aunque
esté más allá de toda comprensión y definición humanas.
En el Antiguo Testamento hay tres nombres atribuidos a Dios. El primer nombre, «Jehová» o
«Yahvé», es el nombre de Dios aplicado sólo al verdadero Dios. El primer nombre aparece en
conexión con la creación en el Génesis 2:4, y el significado del nombre se define en el Éxodo 3:13-
14 como «Yo soy el que soy», es decir, el existente por sí mismo, el eterno Dios.
El nombre más común para Dios en el Antiguo Testamento es Elohim, una palabra que es utilizada
tanto para el verdadero Dios como para los dioses del mundo pagano. Este nombre aparece en el
Génesis 1:1. Se ha debatido mucho este nombre, pero parece incluir la idea de ser el «Uno y
Fuerte», el Ser que tiene que ser temido y reverenciado. A causa de estar en una forma plural
parece incluir a la Trinidad , aunque pueda ser usado también en las Personas individuales de la
Trinidad.
El tercer nombre de Dios en el Antiguo Testamento es Adonai, que comúnmente significa «dueño
o señor», y es utilizado, no solamente de Dios como nuestro Dueño, sino también de los hombres
que son amos sobre sus siervos. Con frecuencia se une a Elohim, como en Génesis 15:2; y cuando
es usado así, recarga el énfasis del hecho de que Dios es nuestro Amo o Señor. Muchas
combinaciones de estos nombres de Dios se encuentran a lo largo del Antiguo Testamento. El más
frecuente es Jehová Elohim, o Adonai Elohim.
A estas combinaciones de los tres primitivos nombres de Dios hay que añadir muchos otros
compuestos y que se encuentran en el Antiguo Testamento, tales como:
Gn. 22:13-14 13 Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un carnero
trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto
en lugar de su hijo. 14 Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá. Por tanto se
dice hoy: En el monte de Jehová será provisto.
Ex. 15:26 26 y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de
sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad
de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.
Ex. 17:8-15 8 Entonces vino Amalec y peleó contra Israel en Refidim. 9Y dijo Moisés a Josué:
Escógenos varones, y sal a pelear contra Amalec; mañana yo estaré sobre la cumbre del collado, y
la vara de Dios en mi mano. 10 E hizo Josué como le dijo Moisés, peleando contra Amalec; y
Moisés y Aarón y Hur subieron a la cumbre del collado. 11Y sucedía que cuando alzaba Moisés su
mano, Israel prevalecía; mas cuando él bajaba su mano, prevalecía Amalec. 12 Y las manos de
Moisés se cansaban; por lo que tomaron una piedra, y la pusieron debajo de él, y se sentó sobre
ella; y Aarón y Hur sostenían sus manos, el uno de un lado y el otro de otro; así hubo en sus manos
firmeza hasta que se puso el sol. 13 Y Josué deshizo a Amalec y a su pueblo a filo de espada. 14 Y
Jehová dijo a Moisés: Escribe esto para memoria en un libro, y di a Josué que raeré del todo la
memoria de Amalec de debajo del cielo. 15 Y Moisés edificó un altar, y llamó su nombre Jehová-
nisi;
Jue. 6:24 24 Y edificó allí Gedeón altar a Jehová, y lo llamó Jehová-salom; el cual permanece hasta
hoy en Ofra de los abiezeritas.
Jer. 23:6 6 En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este será su nombre con el cual
le llamarán: Jehová, justicia nuestra.
En el Ser esencial de Dios hay ciertos atributos inherentes o cualidades esenciales de Dios. Tales
atributos están eternamente mantenidos por el Dios Trino y Uno y son iguales para cada persona
de la Divinidad. Incluido en dichos atributos está el hecho de que:
Dios es Espíritu.
Jn. 4:24 24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.
Dios es vida.
Jn. 5:26 26 Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida
en sí mismo;
Ex. 3:14 14 Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO
SOY me envió a vosotros.
Dios es infinito.
Sal. 145:3 3 Grande es Jehová, y digno de suprema alabanza;
Y su grandeza es inescrutable.
Mal. 3:6 6 Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos.
Stg. 1:17 17 Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en
el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.
Dios es la verdad.
Es justo y recto.
Jn. 17:3 3 Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a
quien has enviado.
Dios es amor.
1Jn. 4:8 8 El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.
Dios es eterno.
Jer. 23:23-24 23¿Soy yo Dios de cerca solamente, dice Jehová, y no Dios desde muy lejos? 24¿Se
ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y
la tierra?
Dios es omnisciente.
Y su entendimiento es infinito.
Y Dios es omnipotente.
Mt. 19:26 26 Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo
es posible.
Otras variantes de tales atributos pueden verse en el hecho de que Dios es bueno, Dios es
misericordioso y Dios es soberano. Todas las perfecciones están atribuidas a Dios de forma infinita,
y sus obras, así como su Ser, son perfectos. El gran diseño y los detalles del universo son evidencia
de su infinita grandeza y soberanía, su poder, su sabiduría. Su plan de Salvación, según está
revelado en las Escrituras, es otra evidencia de su amor, su justicia y su gracia. Ningún aspecto de
la creación es demasiado grande para que El tenga sobre todo lo existente un completo control, y
ni siquiera el más pequeño detalle, incluso la caída de un gorrión, es demasiado pequeño para no
quedar incluido en su plan soberano.
E. LA SOBERANIA DE DIOS.
Los atributos de Dios ponen de manifiesto que Dios es lo supremo sobre todo lo existente. No
queda nada sujeto a otro poder, autoridad o gloria y no está sujeto a ninguna entidad que sea
superior a El. El representa la perfección hasta un grado infinito en cualquier aspecto de su Ser. El
no puede jamás ser sorprendido, derrotado o disminuido. No obstante, sin sacrificar su autoridad
o comprometer la realización final de su perfecta voluntad, Dios se ha complacido en dar a los
hombres una medida de libertad y de elección, y para el ejercicio de esta elección Dios mantiene al
hombre responsable.
A causa de estar el hombre, en su depravado estado, ciego e insensible a la obra de Dios, aparece
claro en la Escritura que los hombres no deben apartarse de Dios, suprimiendo al Espíritu de sus
corazones.
Jn. 6:44 44 Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en
el día postrero.
Jn. 16:7-11 7 Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el
Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. 8 Y cuando él venga, convencerá
al mundo de pecado, de justicia y de juicio. 9 De pecado, por cuanto no creen en mí; 10 de justicia,
por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; 11 y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo
ha sido ya juzgado.
Del lado humano, sin embargo, el hombre es responsable de su incredulidad y se le ordena que
crea en el Señor Jesucristo con el objeto de que pueda ser salvado.
Hch. 17:30-31 30 Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora
manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; 31 por cuanto ha establecido un día
en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con
haberle levantado de los muertos.
Es también verdad que en los asuntos de los hombres, especialmente de los cristianos, Dios actúa
para que se cumpla su voluntad.
Fil. 2:13 13 porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena
voluntad.
Con todo, El no fuerza a los hombres a que se entreguen a Dios, sino más bien les exhorta a que lo
hagan.
Ro. 12:1-2 1 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros
cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. 2 No os
conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento,
para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
El hecho de que Dios haya otorgado una cierta libertad al hombre no introduce un factor de
incertidumbre en el universo, puesto que Dios se anticipa y conoce hasta el infinito todo lo que los
hombres harán en respuesta a las influencias divinas y humanas y que se producen en sus vidas.
Su soberanía, por tanto, se extiende infinitamente a todo acto, incluso si temporalmente ha de ser
en el mal, por permitirlo, y que en última instancia todo redunda en que Dios pueda ser
glorificado.
F. EL MANDATO DE DIOS.
Aunque sea incomprensible para nosotros, es evidente que el Dios omnisciente, teniendo un
completo conocimiento de lo que el hombre hará en su libertad, al decidir conceder al hombre la
libertad de elección, no introduce ningún elemento de incertidumbre. El plan divino, de acuerdo
con esto, incluyó el permitir el pecado como Adán y Eva lo cometieron, con todos los resultados de
esta comisión del pecado. Ello incluye el divino remedio de Cristo, muriendo en la cruz, y toda la
obra del Espíritu Santo en llevar a los hombres el arrepentimiento y la fe.
Aunque la obra de Dios en el corazón humano es inescrutable, la Biblia determina claramente que
si bien, de una parte, lo que el hombre hace fue incluido en el mandato eterno de Dios, de otra, el
hombre opera con libertad de elegir y es responsable de sus libres actos de elección. El mandato
de Dios no es el fatalismo --un control de todos los acontecimientos ciego y mecánico--, sino que
es el plan inteligente, amoroso y sabio, en el cual el hombre, responsable de sus actos, se
mantiene responsable por lo que hace, siendo, por lo demás, recompensado por sus buenas obras.
El mandato de Dios puede ser dividido en subdivisiones tales como su mandato de crear, su
mandato de preservar el mundo, su mandato de Providencia y su sabio gobierno del universo. Su
mandato incluye las promesas o alianzas de Dios, sus propósitos en la Divina Providencia y su
gracia, supremamente manifestada hacia el hombre. Ante semejante Dios, el hombre sólo puede
inclinarse en sumisión, en amor y en adoración.
PREGUNTAS
4. Definir cuatro sistemas de pensamiento que intenten explicar el universo sobre la base de un
Ser superior.
5. ¿Cuál es el argumento ontológico para la existencia de Dios?
13. ¿Por qué no puede explicarse la Trinidad como tres modos de la existencia de Dios?
15. Establecer y definir los tres nombres más importantes de Dios en el Antiguo Testamento.
16. ¿Cuáles son algunos de los nombres compuestos que se mencionan para Dios en el Antiguo
Testamento?
17 ¿Cuáles son los nombres distintivos de las tres personas de la Trinidad en el Nuevo
Testamento?
18. Designar algunos de los atributos importantes de Dios según está revelado en la Escritura.
19. ¿Qué es lo que quiere significarse por soberanía de Dios?
23. ¿Por qué la revelación bíblica pide nuestra sumisión, nuestro amor y la adoración en relación
con Dios?